Un estudio publicado hoy en Nature sugiere que, en los ecosistemas terrestres de latitudes septentrionales, desde Rusia a Canadá, la absorción de CO 2 que se produce en primavera se anula con la liberación de este gas de efecto invernadero en otoño. En las últimas dos décadas, la temperatura en latitudes septentrionales ha aumentado 0,8 grados centígrados en primavera y 1,1 en otoño. Hasta ahora, se pensaba que la dilatación de la primavera a causa del calentamiento aumentaba la actividad fotosintética, caracterizada por la fijación de dióxido de carbono y la liberación de oxígeno. También animales debemos combatir
en el futuro inmediato, estos bosques actuarán como refugio de muchos que se desplacen por el aumento de las temperaturas más al sur. No olvidar que las coníferas son una de las herramientas más importantes para el cambio climático.
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