Yendo a más detalle, ¿cuáles herramientas son necesarias para hacer un ejercicio de prospectiva más efectivo y eficiente? Hay por supuesto un ejercicio de recuperación de la historia siempre que uno quiere proyectarse hacia el futuro, y la hay porque una parte importante de lo que ocurre en el futuro ya está dado por la inercia que tiene el sistema que se está analizando. Existe una gran cantidad de herramientas y técnicas formales que ayudan a hacer ese ejercicio de crear alternativas; hay quienes consideran incluso Núm. 600 Septiembre • Octubre 2012
a la ciencia ficción como parte de dichas herramientas, y otros que son mucho más formales y rigurosos, por lo que prefieren usar modelos matemáticos de simulación. Yo creo que eso depende mucho de las restricciones de recursos, de tiempo, y por supuesto de conocimiento experto (si es que lo hay) que te permitan usar esas herramientas para poder especular sobre el futuro. En general se reconocen, digamos, dos grandes grupos de herramientas o métodos: los cuantitativos y los cualitativos. Los primeros se parecen mucho más a los ejercicios viejos de pronóstico, pero con un propósito diferente, mientras que los segundos hacen mucho énfasis en la opinión de grupos de expertos. Sin embargo, no hay una herramienta única; cada quien escoge y acomoda las herramientas y la secuencia de aplicación que va a utilizar según le parezca más conveniente para cada problema.
Hace poco lo escuché decir que en realidad uno hace prospectiva no tanto para saber qué es lo que va a pasar en el futuro, sino para saber cómo debe actuar en el presente. Sí, claro. Una de las maneras de traducir esto es planteando: “¿qué pasaría si yo sigo haciendo más de lo mismo?, ¿esto me conduciría a un futuro como el que deseo o no?”. Si la respuesta es no, entonces debo preguntarme: “¿qué cambiaría o qué podría cambiar hoy para tener un futuro distinto? Se trata de evaluar si el futuro posible es mejor o peor al cambiar ciertas cosas que el que me puedo imaginar si no hago nada; si no es mejor, tendré que imaginar alternativas distintas para conducirme a un futuro distinto que podré evaluar nuevamente. La idea es construir una gama de alternativas y decir: “hay todos estos futuros posibles, cada uno de ellos depende de una serie de condicionantes y acontecimientos”; es como una partida de ajedrez, no hay un final único, depende de cómo se vayan moviendo las fichas, y uno siempre quisiera ganar la partida y hacerlo en el menor número de jugadas posibles porque consume menos tiempo, crea menos tensiones, etcétera. Revista Mexicana de la Construcción 25
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Cómo define prospectiva? Definiciones de prospectiva hay muchas, pero todas ellas comparten la noción de que se trata de un ejercicio de reflexión sobre el largo plazo –habrá que definir qué es el largo plazo dependiendo de cada uno de los sistemas, pero en fin–; no se trata de reflexionar sobre lo que va a ocurrir pasado mañana sino en un plazo suficientemente largo como para que haya cambios estructurales en el tema o asunto que se está revisando; tampoco se trata de adivinar o de hacer un pronóstico de cómo va a ser el futuro, sino de especular sobre cómo serían los futuros posibles si ocurrieran X, Y o Z situaciones. En otras palabras: es un ejercicio de reflexión condicionada. Los futuros son múltiples; no hay un destino único y de lo que se trata es justo de abrir alternativas, de crear un espacio de libertad en el que uno pueda imaginar cómo serían las cosas si las reglas del juego fuesen distintas, si la tecnología fuese diferente, si las necesidades sociales fuesen otras; construir pues, imaginariamente, esos posibles futuros con un propósito que tiene que ver con el presente. Dicho propósito es encontrar la forma de tomar mejores decisiones hoy; no es un ejercicio meramente especulativo, motivado por el gusto de reflexionar sobre el futuro o por el morbo de saber cómo va a ser éste, sino porque se desea tomar decisiones más informadas. De la misma manera en que se retoma la historia para tomar mejores decisiones (porque se aprende cómo se ha comportado el sistema que a uno le interesa) uno puede decidir mejor al preguntarse: “si sigo el mismo camino, ¿a dónde voy?; y si cambiasen tales cosas, ¿a dónde voy?, ¿cuál de esos futuros me parece el mejor?, y ¿qué tengo que hacer hoy para acercarme o aumentar la probabilidad de que ocurra lo que yo prefiero y reducir la probabilidad de que suceda aquello que no me gusta?”