La ferrería de Piedras Azules, Durango
quien invitó a los inversionistas ingleses a participar en los trabajos de la naciente negociación siderúrgica. Ya en el último tercio del siglo XIX, la ferrería de Piedras Azules y los yacimientos del Cerro del Marcado pasaron a manos de la empresa estadounidense The Iron Mountain Company, que instaló en el lugar un nuevo alto horno con la meta de incrementar el volumen de producción de fierro, pero dejó de operar en la última década del siglo XIX debido a su incosteabilidad. Las instalaciones del complejo siderúrgico se establecieron en las márgenes del río Tunal, a 7 kilómetros hacia el sur de la ciudad de Durango, y ocupan una superficie cercana a una hectárea (véase figura 2). La fuerza motriz del agua se aprovechó mediante una presa y también se construyó el alto horno, el segundo más antiguo de América Latina. Este tipo de ferrería hidráulica consistió, al principio, en una instalación que utilizaba la fuerza de un salto de agua para accionar el mazo y el sistema de alimentación de aire. En estas estructuras se aprovechaba la energía del agua de un río, producida mediante una diferencia de niveles artificial para accionar unos motores o dispositivos hidráulicos. Normalmente, éstos eran unas ruedas de palas adosadas a sus respectivos ejes, aunque también había un procedimiento diferente para generar aire. El desnivel
Figura 5. Vista interior del alto horno.
o salto de agua se conseguía derivando el agua de un río que tuviese cierta pendiente a un canal horizontal. Al final del canal, el agua se guiaba para que cayera sobre las ruedas hidráulicas. Éstas aprovechaban la energía