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Navidad desde el Hygge

Navidad desde el Hygge

Hygge es un estilo de vida, algo que se experimenta con todos los sentidos. Actividades que potencian tu relación con otras personas cercanas, familia o amigos y te llevan a un estado de seguridad, confianza y tranquilidad. Como si siempre estuvieras rodeada por un abrazo. La felicidad de las cosas sencillas.

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Es danés y se puso de moda hace unos años como una práctica en la búsqueda de la felicidad. A pesar de ser tan “famoso”, hay mucha gente que no lo conoce y qué mejor momento que la Navidad para ambientar tu vida.

Disfrutemos desde los cinco sentidos.

ver

Uno de los pilares del Hygge es el ambiente, generar cierto tipo de atmósfera que produzca bienestar. Han comprobado que la clave es encontrar una iluminación cálida, suave y difusa. Encender velas es clave, sin velas no hay Hygge, tener lámparas sectorizadas o dejar las luces del arbolito prendidas en la oscuridad, son buenas formas de comenzar.

Te has puesto a ver ¿cómo cambia la luz de tu casa en esta época del año?

“Los daneses sienten la necesidad de llevarse el bosque a casa”, ramas, hojas, palitos, nueces. Recuerda, ambientar tu vida.

sentir

Meik Wiking, autor de Hygge, la felicidad en las pequeñas cosas, nos dice en su libro que: “El tacto libera una neurohormona llamada oxitocina, que nos hace sentir felices y reduce el estrés, el miedo y el dolor”.

Es por eso que ese abrazo, caricia o beso te hace sentir feliz al instante y es una de las partes más duras que hemos vivido en este último tiempo, la falta de contacto físico.

¿Qué puedes hacer?

Reunirte en grupos pequeños con los que te sientas seguro. Dicen que el Hygge se crea la mayoría del tiempo en compañía y que lo ideal son alrededor de 3 a 4 personas, muy pocas para una “reunión latina”, pero en estos tiempos es mejor que nada.

Busca el placer cotidiano de la buena compañía. Llama por teléfono, reúnete a tomar un café y charlar, ve a una librería con alguien.

Alimenta relaciones estrechas con personas con las que compartas intereses y momentos, con las que te sientas identificada, sostenida y comprendida. ¿Ya tienes un hobbie?

Crea recuerdos en compañía, inventa nuevas tradiciones con familia o amigos. Apaga el celular en la noche del primer viernes del mes y saca algún juego de mesa, prepara una cena con tus amigos al principio de cada trimestre.

Y especialmente en Navidad, haz la novena de aguinaldos (en Colombia comienza el 16 de diciembre y es una tradición muy arraigada) o como nosotros, hazle una piñata al Niño Dios el 24 de diciembre para celebrar su cumpleaños, juega al amigo secreto.

Si no eres creyente, sal a pasear y ver luces navideñas, mira una película y prepara palomitas, cómprate un chocolate caliente o comparte un calendario de adviento. Cualquier actividad significativa que estreche más sus lazos a lo largo de los años.

oler

Nada más delicioso y que despierte todos los sentidos que el olor a pan recién horneado. Una de las cosas que más contribuyen al factor Hygge es ese olor, así que deja la pereza y ve a hornear, incluso puedes compartir ese tiempo en familia, empieza por algo fácil como unas galletas de limón.

Aroma a buñuelo, a natilla con canela, ajiaco santafereño (sopa de papa y pollo tradicional bogotana, que se acompaña con crema de leche y alcaparras), esos son los míos, cuál es el aroma de la Navidad en tu país, de tu ciudad, el de tu casa.

Enciende velas de olor, algo sutil, poco invasivo.

Aceites esenciales según lo que necesites, avalados, seguros, de la marca de tu preferencia:

Naranja: evita la angustia y la tristeza

Lavanda: baja la ansiedad, el estrés y ayuda a conciliar el sueño.

Romero: despierta, activa y moviliza la energía. Pero los olores hygge pueden cambiar de persona a persona, porque es lo que te evoca seguridad, bajar la guardia, te recuerda tu lugar seguro. El olor de tu cobija en casa, el perfume de esa persona que amas.

"El hygge consiste en sacar lo mejor de lo que tenemos “ en abundancia: el día a día"´

Meik Wiking Hygge, la felicidad en las pequeñas cosas

escuchar

Los sonidos Hygge van más hacia el silencio, las chispas de la madera en la chimenea, el guiso hirviendo en la estufa, el viento silbando afuera. Pero hace mucho énfasis en escuchar al otro, en la armonía, la igualdad, no sobresalir, dejar el ego afuera.

Sin embargo, ¿cómo quieres que sea la banda sonora de tu vida? Pues escúchala. Normalmente desde noviembre, incluso antes, en Colombia en todas partes comienza a sonar música bailable navideña de los 70, ese es el sonido que me despierta, pero tú puedes hacer un recuento de la música de tus recuerdos, ¡haz una playlist!

saborear

El 90% del sentimiento hygge proviene de la comida, siempre hay que comer algo, afuera o en casa, los dulces, las tartas y los pasteles casi siempre son los protagonistas, pero por encima de eso la comida hecha con tiempo, slow food.

Según Wiking: “Preparar comida hygge consiste en disfrutar el proceso lento de cocinar, en apreciar el tiempo que se le dedica y en el placer de cocinar algo de valor. Consiste en la relación de uno con la comida.”

Para mí, es elevar lo que hacemos igual todos los días, servir diferente, adornar, aplicar alguna especia, sorprendernos cuando nos sentamos a la mesa.

En resumen, hygge es..

La lentitud del proceso de amasado y horneado

Apagar el celular para estar aquí y ahora. Saborear el momento presente.

Ofrecer un descanso a tu yo adulto. Despreocúpate, asi son la mayoría de los momentos hyggelige. Sin pretensiones, dejándote llevar. Es tranquilidad, hay tiempo de sobra para compartir, es calma.

Son las personas y los momentos, no las cosas.

“El ambiente adecuado y el sentimiento de unión no se puede comprar. El arte de crear intimidad no se puede comprar con nada que no sea tiempo”. Dice Wiking en su libro.