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Entrenamiento en la altura.
Entrenamiento en ciudades de altura.
¿Cuáles son los efectos de realizar ejercicio en ciudades de altura?
Entrenar en ciudades a gran altitud, como Cusco, implica que el cuerpo se enfrenta a niveles más bajos de oxígeno debido a la disminución de la presión atmosférica.
Esto provoca una serie de adaptaciones fisiológicas, como un aumento en la frecuencia cardíaca y respiratoria, una mayor producción de glóbulos rojos, y cambios en el metabolismo para optimizar el uso del oxígeno disponible.
Estas adaptaciones pueden mejorar la resistencia y el rendimiento físico con el tiempo.
¿Qué beneficios le da a la salud entrenar en la altura?
Entrenar en la altura puede proporcionar una serie de beneficios para la salud, tales como:
Mejora de la capacidad aeróbica, gracias al incremento de la producción de glóbulos rojos y hemoglobina.
Aumento en la resistencia física, ya que el cuerpo se vuelve más eficiente al utilizar el oxígeno.
Mejora de la función cardiovascular, dado que el corazón se adapta para bombear más eficientemente.
Aceleración de la pérdida de grasa corporal debido a un mayor gasto energético.
¿Hay riesgos que se presenten al entrenar en la altura?
Sí, existen algunos riesgos al entrenar en altitud, especialmente para quienes no están acostumbrados.
Entre los riesgos más comunes se encuentran:
Mal de altura o mal agudo de montaña (MAM), que puede causar dolores de cabeza, náuseas, fatiga y mareos
Hipoxia (falta de oxígeno), que puede afectar el rendimiento físico y cognitivo
Deshidratación, ya que el aire es más seco en altura, lo que puede provocar una mayor pérdida de líquidos
Mayor fatiga muscular, porque los músculos reciben menos oxígeno durante el esfuerzo físico.
¿Qué recomendaciones hay para personas que no están acostumbradas a entrenar en la altura?
Para quienes no están habituados a la altura, es importante seguir algunas recomendaciones:
Adaptarse gradualmente. Comenzar con sesiones ligeras y aumentar la intensidad poco a poco, permitiendo que el cuerpo se aclimate
Mantener una buena hidratación. Beber más agua de lo habitual para contrarrestar la deshidratación
Escuchar al cuerpo. Si se experimentan síntomas de mal de altura, como mareos o fatiga extrema, es importante reducir la intensidad del ejercicio o descansar.
Consumir una dieta rica en hierro. Esto puede ayudar a aumentar los niveles de hemoglobina y facilitar la adaptación a la altitud.
Usar protector solar. A mayor altitud, la radiación solar es más intensa, por lo que es fundamental proteger la piel si se realizan entrenamientos al aire libre.
Selimara Luana.
Fisioterapeuta- Jefe de capacitación de Peltroche, Cusco- Perú.