First 01

Page 130

CHRISTINA DODD Una Luz en la Ventana 1° de la Serie My First

llevaba semanas de arduo trabajo. Tontamente nunca se le ocurrió fijarse en el efecto que tenía su despreocupado trato en los sirvientes. Sólo se había sentido complacido al ver cómo Saura se iba relajando poco a poco y volvía a su papel de castellana. Esa noche la había dejado durmiendo para cabalgar hasta Pertrade como un obseso con el objetivo de asegurarle sus tierras, y los criados pensaron que la había abandonado. Ella había pagado el precio del deseo de él. Como una bandada de buitres perezosos y ladinos, los criados habían fastidiado a su dama todo el día y en ese momento estaban esperando para oír qué diría él. Le cogió las dos manos y se las levantó hasta su pecho. —Milady Saura, perdona que me presente ante ti con las botas cubiertas por el polvo de los caminos. Hoy mi misión fue ir a ver a tu padrastro, lord Theobald. En esta bolsa que cuelga de mi cinturón tengo nuestro contrato de matrimonio. Tu tutor puso libremente su firma en él. Los preparativos para nuestra boda deben comenzar inmediatamente. Todo lo que poseo es tuyo, por jurisdicción y de hecho. Cualquiera que ponga en duda eso, que hable conmigo. Miró un momento su cara levantada hacia la suya y luego paseó la mirada por la sala y por sus siervos, que se movían incómodos. Nadie habló y entonces, con la rapidez y silencio de un montón de ratones amaestrados, todos volvieron a sus tareas. Montaron las mesas de caballete, pusieron los manteles y dispusieron los tajaderos. —Detecto la desvergonzada mano de Hawisa en esto —le dijo en voz baja. —Sí —convino Saura—. Despedida a trabajar en la cocina, girando el asador, sigue causando sufrimiento con su malignidad. Tenemos una buena cantidad de buenos sirvientes en este castillo, pero su rápida reacción a su agitación me preocupa. ¿No se la podría casar con alguien de fuera de la propiedad? —Veré qué puedo hacer. Tendré que encontrar a un pobre hombre que la tome por esposa, y no sé quién me cae tan mal. —¿Hawisa? —preguntó Nicholas—. ¿No es la guarra que siempre has tenido aquí? —Sí. —William se encogió de hombros—. No vale nuestra atención. Ya haré algo con ella después. A Saura le irá bien disponer de todos los criados hasta que pase la boda. —Pero sólo hasta que pase la boda —concedió Saura. Volviendo la cara hacia Nicholas, lo invitó a ocupar su lugar en la mesa—. Servíos queso y cerveza. Yo iré a ayudar a lord William a quitarse la armadura y lavarse, y enseguida volveremos a acompañaros. —¿Dónde está mi padre? —preguntó William cuando se alejaban. —Llevó a los muchachos a cazar para tener carne fresca. —¿Lloviendo? —preguntó él, incrédulo. —No estaba lloviendo esta mañana. Me imagino que encontraron refugio entre tu gente, han encendido una fogata y están contando historias de sangrientas batallas. Tu padre dijo que llevaba a los niños para entrenarlos en el arte de la caza, pero yo creo —chasqueó los dedos hacia las criadas al entrar en la habitación soleada— que ha ido porque oyó decir a Clare que las estrellas son más brillantes en el cielo de Burke. —Sí, seguro —rió él—. Padre siempre mima a los niños si puede. ¿Tal vez ya los considera bien despegados de ti? —Sin duda. —De pronto sonrió, divertida—. Maud los siguió montada en un viejo rocín. Tu padre está muy apegado a ella.

Escaneado por MARIJO – Corregido por Grace

Página 130


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.