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4 pequeños pasos para entenderte con tu perro Algunos perros se resisten a obedecer ciertas órdenes humanas que son esenciales para poder disfrutar con ellos de una convivencia tranquila y segura. Lo primero que hay que saber es que se trata de un problema complejo, que debemos abordar con empatía y conocimiento para resolverlo con éxito. Te damos algunos consejos que tal vez sean de utilidad.
Paso 1: Empatía y conocimiento como punto de partida Si tu perro no te hace caso, párate a detectar dónde está el germen de su desobediencia. No lo son por capricho, suelen esconderse causas diversas, desde el miedo, la inseguridad, las malas experiencias vividas, un vínculo inapropiado con el cuidador, una educación inadecuada o la ansiedad por separación. No hay fórmulas mágicas, pero antes de empezar a educar a tu animal tienes que descubrir por qué hace lo que hace.
Paso 2: El necesario vínculo perro-humano
Cuando entre humano y perro se establece un vínculo basado en el entendimiento, la confianza y el respeto, la relación entre ambos suele ser amable y reconfortante. Los perros por naturaleza son seres a los que les gusta colaborar con los humanos. Entonces, si se muestra rebelde a la hora de atender nuestras peticiones, podemos pensar que entre el perro y el humano hay una falta de comunicación y entendimiento.
Paso 3: Enseñándole a acudir a tu llamada
Si un perro no acude cuando lo llamamos puede poner en peligro su seguridad. En la etapa de cachorro, los perros asimilan todo rápidamente. Dale a tu perro la orden, de forma clara y con un gesto que la acompañe (indica con el dedo a dónde quieres que vaya). Ensaya la orden todas las veces que sea necesario, pero sin agobiar a tu perro, y hasta que consigas que te obedezca. En ese momento puedes acariciarlo, expresarle verbalmente que lo ha hecho muy bien y ofrecerle algo de premio. Si estás en el parque o el campo, haz lo mismo, pero cuando logres que tu perro se acerque, procura seguir jugando un rato antes de volver a casa, para evitar que asocie su buena conducta con el fin del recreo.
Paso 4: Las órdenes de “quieto” o “sentado” Una de las conductas perrunas más habituales se da a la hora de comer o con la llegada de familiares o amigos, con los que pueden llegar a ser demasiado cariñosos. Cuando le digas “quieto”, muestra tu palma de la mano extendida, como haciendo el ademán de frenar. Al ordenarle “sentado”, indícale con el dedo donde quieres que se siente. Procura dar las órdenes con una voz segura y firme. Es importante que tengas poder de convicción. Enséñale a tu perro mediante entrenamientos inspirados en el refuerzo positivo, recompensando siempre con caricias y premiando sus progresos. ♦
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Guía en Movimiento
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