5 minute read

LIBERANDO UN CADÁVER NECROPSIADO.

¿Una propuesta de unificación de criterios con base en la estética del cuerpo, entre los técnicos necropsistas y los embalsamadores, sería buena idea?

CPor: Raúl Campos Smith Una vez hecho todo este procedimiento, se lleva a cabo la liberación del cuerpo para poder intervenir la inuando una persona pierde la vida, se deben dustria del embalsamamiento, encargada de preservar el de implementar conocimientos criminalísti- cuerpo para su velación, que es realizada por empresas cos en el lugar donde sucedió el presunto certificadas para esta labor. Este proceso se lleva a cabo hecho delictivo. Por lo que se deberán realizar investiga- mediante una hoja de liberación, certificado de deciones con apego al método científico y tratar de aclarar función y con el visto bueno del ministerio público para ¿qué fue lo que sucedió?, ¿cuándo sucedió?, ¿quién fue hacer disposición del cadáver que fue remitido al Servicio el autor del hecho?, ¿cómo se dieron las cosas?, ¿dónde Médico Forense anteriormente. se llevaron a cabo?, ¿con qué fue perpetrado el hecho? y el ¿por qué?, desde un punto de vista dinámico de ¿CÓMO ES QUE LLEGAN LOS CADÁVERES NECROPhechos (no de motivación); cumpliendo así las preguntas SIADOS A UNA SALA DE EMBALSAMAMIENTO? de oro de la criminalística.

Se sabe perfectamente, que la disposición de un cadáver por muerte violenta es remitida al Servicio Médico Forense (en el interior de la república) y al Instituto de Ciencias Forenses (en la Ciudad de México); después de una previa investigación científica en el lugar de los hechos.

PERO, ¿QUÉ PASA CON EL CADÁVER DESPUÉS DE HABER REALIZADO TODA LA METODOLOGÍA NECESARIA PARA LA INVESTIGACIÓN DE SU MUERTE?

Retomando las premisas del inicio, el cadáver es trasladado a dichas instalaciones, en el que en una sala especializada se le hará una necropsia médico-legal, realizando el examen externo e interno para determinar tres puntos importantes: el tiempo transcurrido de muerte (también llamado “intervalo postmortem” o como "cronotanatodiagnóstico"); el diagnóstico de la causa de muerte (para saber puntualmente el por qué y cuál fue la causa de la pérdida de la vida); y último pero no menos importante, la identificación del sujeto en cuestión (mediante la toma de huellas dactilares del cadáver, checar si presenta o no identificación oficial o tiene señas particulares como tatuajes, cicatrices, piercings, marcas de nacimiento, lunares, etc.).

La noción que se tiene actualmente del embalsamamiento es ambigua, pues puede variar conforme a los conocimientos técnicos de cada embalsamador, ya que aquí lo que realmente interesa es la capacitación que cada uno tenga en la labor de preparar un cuerpo. Mientras más preparación pueda tener un embalsamador, más eficiente será la preservación del cadáver y mejor será la optimización de tiempos, teniendo en cuenta que el tiempo promedio de preparación de un cuerpo es alrededor de 2 horas en adelante, haciendo énfasis en cadáveres necropsiados.

Respondiendo a la incógnita previa, un cuerpo necropsiado, es un caso complicado, pues todo el sistema vascular está comprometido debido a la evisceración de los órganos y tejidos del cuerpo que fue sujeto a ese procedimiento de ley. Para ello, se deberán de realizar tanto la búsqueda de venas/arterias para poder hacer la inyección de químicos correctamente y así preservar el cuerpo. Sin embargo, hay casos bastante complicados en el que los técnicos necropsistas o los médicos forenses, encargados de realizar la necropsia, realizan una labor desastrosa y sin consideración, tanto para el cadáver (evitando preservar su estética) como para el embalsamador, dificultando el proceso de preparación del mismo.

“Preservar la identidad, la dignidad y respetar los derechos del cadáver es tarea de todos lo que intervienen con el mismo. La cotidianeidad y la vasta cantidad de cuerpos que pasan por las manos de estas personas, no deberá ser justificación para tratarlos como materia inerte e insignificante. Hay que recordar que un cuerpo tiene derechos y se deben preservar aún cuando han perdido la vida, sea cual sea el proceso en el que se encuentre.”

¿UN MÉDICO FORENSE O TÉCNICO EN NECROPSIAS, DEBE DE CUIDAR LA ESTÉTICA DE UN CADÁVER?

Este cuestionamiento siempre ha sido de forma negativa para personal que labora en instituciones gubernamentales, ya que la estética del cuerpo siempre pasa a segundo término, debido a que se deberá de cumplir los pilares fundamentales antes mencionados al realizar una necropsia en todo momento, descartando esta postura si es necesario. Sin embargo, no habrá que generalizar, pues existe personal que se preocupa por el aspecto físico del cuerpo que han trabajado. Esto es algo que no por lineamiento debería ser aplicado, sino por sentido humano con base en el respeto al cadáver (aún sin reconocer) y/o los familiares que lo reclamen, demostrando valores como la ética y profesionalismo, mismos que muchas de las veces se pierden con facilidad en este tipo de profesiones y oficios.

¿UNA PROPUESTA DE UNIFICACIÓN DE CRITERIOS CON BASE EN LA ESTÉTICA DEL CADÁVER ENTRE LOS TÉCNICOS NECROPSISTAS Y LOS EMBALSAMADORES, SERÍA BUENA IDEA?

Ésta es una pregunta que probablemente sea un poco complicada de responder, ya que muchas de las veces las instituciones gubernamentales no tienen cabida a propuestas de este tipo, más cuando es irrelevante para ellos la preparación del cadáver una vez liberado. Esto pone en tela de juicio los buenos tratos con el cuerpo, ya que hay ocasiones en el que el cadáver tiene las aperturas con técnica de Virchow (siendo la más frecuente), consistiendo en la disección de los órganos por separado, comenzando por la cavidad craneal, siguiendo por el cuello, cavidad torácica y abdomen (Carrillo, 2021); generalmente es realizada de una forma deplorable que causa un perjuicio y una labor complicada para los restauradores y embalsamadores de cadáveres.

Otro punto importante, es que no existe una comunicación directa en la mayoría de las ocasiones entre casas funerarias y los técnicos necropsistas, imposibilitando la llegada a acuerdos para la menor destrucción de tejido posible, debido a la aleatoriedad que exige la decisión de los familiares al elegir una casa funeraria de su preferencia.

Preservar la identidad, la dignidad y respetar los derechos del cadáver es tarea de todos lo que intervienen con el mismo. La cotidianeidad y la vasta cantidad de cuerpos que pasan por las manos de estas personas, no deberá ser justificación para tratarlos como materia inerte e insignificante. Hay que recordar que un cuerpo tiene derechos y se deben preservar aún cuando han perdido la vida, sea cual sea el proceso en el que se encuentre. GM

This article is from: