Dejando a su compañero riéndose inexplicablemente como un loco, e primer centurión de adelanta y pregunta:
- ¿Quién eres ?¿ Qué vienes a hacer aquí extranjero? - Bueno, soy ciudadano español... - ¡Un español! ¿ Cómo osas presentarte aquí?
- Exactamente ¿qué lugar es este? ¡Por favor! Podría decirme dónde estamos? Temo haberme perdido...
La callejuela no estaba ya muy concurrida, pero esta boutique estaba aún más solitaria. El hedor que allí reinaba recordaba a el de los cadáveres en descomposición y los animales enjaulados que parecían agonizar. Las plantas estaban marchitas y la oscuridad era la dueña de esa particular tienda. Iba a dar una vuelta cuando un enano salió de alguna parte. Se planta delante suya y le pregunta:
- ¡Por Dios! Estamos en Arelate. Y precisamente hoy es un gran día, sí señor, un gran día. Para recompensar a la cuidad de su lealtad el emperador ha decidido celebrar su cumpleaños aquí. stro problema? No diga nada, - Entonces joven hombre ¿ cuál es vue s..... Ohhhhh pequeña couquin una déjeme adivinar.... Ummmmm, veamo a que se parece... Debe ser muy cuestión de amores... Vamos dígame un jovencito tan apuesto como us- 4 guapa para hacer perder la cabeza a Aurelia...? ted. ¿Cómo se llama? ¿Julia, Faustina,
3 Perdido en sus pensamientos, paco atravesó las puertas de Arelate. De lejos, un hombre proclamaba que el gran misterchef Apicius contrataba pinches de cocina. Paco se aleja y termina por encontrar una pequeña boutique en un callejón sin salida sombría y húmeda en la que el rótulo decía más o menos esto: «El gran encantador, mago, resuelve todos vuestros problemas con una vuelta de mano, (leyendo la palma de la mano).»
¡Los problemas! Suspira Paco, yo sí que tengo problemas... ¡Vamos, entremos!
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