El Cuaderno:
El Magisterio Español Miércoles, 20 de noviembre de 2013 /Nº 12.003
Alumnos de PCPI de Educación Especial se convierten en profesores
Necesidades educativas
nP16
La convivencia requiere normas CONDUCTA
El trabajo necesario para hacer realidad la convivencia entre alumnos con NEE
El objetivo es favorecer un clima adecuado en el grupo-aula que propicie la convivencia dentro y fuera de ésta. SHUTTERSTOCK la resolución de conflictos de manera positiva, así como el desarrollo de unos hábitos de convivencia que incidan en todos los ámbitos de sus vidas y posibiliten su inclusión social. El objetivo general del proyecto es comprender las relaciones que existen entre nuestra propia vida y las personas
En un principio los alumnos presentaban graves problemas de conducta que nos rodean, desarrollando valores, actitudes y destrezas que acrecienten nuestra conciencia de que las decisiones y actos que adoptemos afectan a nuestras vidas y a las de los demás. La metodología aplicada se fundamenta en que el alumno sea protagonista de su propio aprendizaje, sintiéndose capaz de poner en práctica los conocimientos que va adquiriendo de forma natural para favorecer su desarrollo perso-
nal a través de la propia experiencia. Fomentamos así la acción, presente en las actividades participativas, permitiendo conectar el aprendizaje curricular con las necesidades reales de su entorno, que es fundamental en el aprendizaje significativo. Realizamos actividades dirigidas al grupo clase y programadas en el ámbito del centro educativo, poniendo en práctica normas iniciales de comportamiento. Todas ellas tienen como centro de interés el diálogo. Con ello se pretende que aprendan a que hablando y escuchando se resuelven muchos problemas de convivencia, rechazando la violencia como solución. Durante el curso se les van asignado tareas –vigilancia en el aula, pequeños recados para otras aulas– para que trabajen su autoestima y confianza en su capacidad para llevarlas a cabo. Cada actividad realizada se valora empleando como herramienta unos diarios de observación: uno por grupo y otro individual. A nivel grupo se valora el grado de participación, respeto por las normas, rigidez o flexi-
Todas las partes satisfechas nn
Todos los agentes implicados en este proyecto, así como toda la comunidad educativa, lo han valorado muy positivamente. Los familiares están muy contentos con el comportamiento que su hijo manifiesta en el hogar, en las relaciones con los vecinos, amistades o en las actividades públicas en las que intervienen, lo cual han comunicado con gran satisfacción en las oportunas tutorías y consultas realizadas. n n En los equipos de ciclo y de coordinación pedagógica también se han valorado muy positivamente los resultados que se van obteniendo, en especial en aquellos
casos de alumnos que manifestaban graves problemas de conducta. n n En cuanto a la autovaloración del grupo-clase, en función de las actividades en las que tienen la posibilidad de autocriticarse, reconocen que su comportamiento actual es más adecuado que el que tenían en el curso pasado, sintiéndose más integrados entre los jóvenes de su edad y manifestando su mayor facilidad para hacer amistades, participar en conversaciones, así como ver mejorada su autoestima, ya que se sienten como “uno más” en las relaciones que mantienen con los que le rodean.
bilidad en las elecciones de compañeros de juego, los conflictos que aparecen y la manera de solucionarlos, las formas de organización grupal y el nivel de creatividad de las soluciones propuestas. A nivel indi-
vidual, por su parte, se valoran las conductas que se observan y los contenidos que se expresan en los diálogos. Al término de cada actividad el alumno valora ante el grupo la experiencia, las difi-
cultades y los comportamientos propios y ajenos proponiendo en su caso, y siempre tras un debate, soluciones a los problemas surgidos y mejoras para próximas actividades. Trabajamos la autocrítica, la confianza, la cooperación y el respeto a las decisiones del grupo, valores imprescindibles para desarrollar su capacidad de inclusión social, teniendo en cuenta que, a menudo, las normas sociales no son fácilmente comprensibles para personas con discapacidad psíquica, pero deben respetarlas para, a su vez, ser respetados y sentirse admitidos en el ámbito grupal con el que se relacionan y en la sociedad en general. Los resultados obtenidos han sido satisfactorios porque hemos observado que el alumnado aplica las actitudes, valores y destrezas adquiridas a las situaciones reales de su vida, con lo cual, su aprendizaje ha sido muy valorado.
s
Con Suma valores, resta diferencias hemos querido comprender y poner en práctica aquellas normas y hábitos de conducta que favorezcan el desarrollo personal y social del alumnado trabajando su identidad, sus necesidades afectivas, el enriquecimiento de su confianza y autoestima, el manejo de la frustración, y la adquisición de hábitos y estilos de vida que promuevan su desarrollo, individual y social. Nos dirigimos a jóvenes de los 12 a los 16 años con discapacidad intelectual moderada y, en algunos casos, con problemas de conducta. Nuestro trabajo consiste en favorecer un clima adecuado en el grupo-aula que propicie la convivencia dentro y fuera de ésta, abordando técnicas adecuadas para la resolución positiva de conflictos, así como la inclusión social. La titularidad de este centro de Educación Especial concertado la ostenta la Asociación en Favor de las Personas con Discapacidad Intelectual de Córdoba (Aprosub). El centro está adaptado a las diversas discapacidades psíquicas y físicas del alumnado, al que accede mediante un servicio de transporte, también adaptado. En él se imparten las etapas Formación Básica Obligatoria –ratio 4-8– y Programas de Transición a la Vida Adulta y Laboral, derivándose a los alumnos en función de su edad, características personales y capacidades cognitivas. Es necesario que los alumnos accedan a una formación coherente con el objetivo “desarrollo humano sostenible individual y comunitario”, que desde el proyecto se propone para la comprensión de las relaciones existentes entre sus propias vidas y las personas que los rodean. En un principio, los alumnos que formaban el grupo-clase presentaban graves problemas de conducta, gran nivel de frustración y baja autoestima, careciendo de normas socialmente aceptables dentro y fuera del centro educativo. Estas peculiaridades exigían impulsar desde el aula la realización de actividades concretas y adaptadas al grupo clase, para desarrollar valores, actitudes y destrezas que permitan la comprensión y toma de conciencia de
Equipo educativo CEE “María Montessori” de Córdoba