Magisterio 15
MIÉRCOLES, 17 DE MAYO DE 2017 Profesional
GESTIÓN Y DIRECCIÓN •• I+D+i •• NORMATIVA Y LEGAL •• SALUD •• DIDÁCTICA Suplemento Nº 29
Profesional
Miércoles, 17 de mayo de 2017
La dirección de centros de Infantil y Primaria de Cataluña La autora parte de la premisa de que “la dirección de las escuelas en España continúa encallada en la gestión administrativa con escasas posibilidades de ejercicio de liderazgo pedagógico” para posteriormente analizar el caso de los centros de Cataluña.
María González, profesora de Educación Secundaria del Principado de Asturias
L
a función directiva y su liderazgo se consideran como uno de los pilares del buen funcionamiento de los centros educativos y vinculada a la mejora de la enseñanza (Branch, Hanushek & Rivkin, 2012; Gairín y Castro, 2010; Mulford, 2006; Ritacco y Bolívar, 2016). Función que ante las actuales demandas sociales se presenta con importantes tareas de difícil desempeño, lo cual genera incertidumbre en la decisión para asumirla e inestabilidad en su ejercicio (Álvarez, 2004; Gairín y Castro, 2010; Martín-Moreno, 2007). Entienden Bolívar y Cerrillo que “la dirección de las escuelas en España, como en otros países iberoamericanos, continúa encallada en la gestión administrativista, con escasas posibilidades de ejercicio de liderazgo pedagógico, dentro de las estructuras organizativas vigentes” (2015, 11). Los necesarios cambios que se demandan a los sistemas educativos suponen, asimismo, una necesaria formación para los responsables de su dirección, la cual, según Fernández (2002), es un proceso que comienza antes de su nombramiento y se debe desarrollar durante todo su desarrollo directivo. La formación que precisan los directivos escolares debe ser, según San Fabián “de carácter teórico-práctico permanente y basada en un enfoque comprensivo del funcio-
namiento de los centros y no puramente gerencialista” (2006, 148). Aramendi, P., Teixidó, J. y Bernal, J.L. (2010) señalan que para el 95,2% de los directores y directoras la formación respecto a la gestión directiva debe incluirse en los currículos universitarios de formación del profesorado. En el mismo sentido, Cantón (2013) considera necesaria una formación específica de los directores en gestión y en dirección de personas. Formación que entiende debe tener un nivel universitario de máster específico. Apunta la idea del ámbito sajón de implantar una especialidad de dirección en la formación inicial. La literatura actual en relación con la función directiva escolar entiende que la dirección supone un liderazgo pedagógico que según GarcíaGarnica, “debe estar distribuido entre diferentes miembros de la comunidad escolar” (2016, 15). En España, después de un amplio y singular recorrido normativo, el sistema de selección de los responsables de la dirección en los centros escolares está basado en la participación social de la comunidad educativa y en el que no parece tener una importancia decisiva la formación de los candidatos al cargo. Barrios, Iranzo y Tierno señalan en relación con la influencia sociopolítica que ha sufrido en España la Educación y consecuentemente la gestión y formación directiva que “la Educación se ha instrumentalizado como lucha ideológica y política, en lugar de ser abordada desde ópticas más técnicas y pedagógicas, como habrían hecho países con mayor tradición democrática, descentralización y autonomía de centros. (2013, 373) Para Villa (2015) el propio procedimiento de selección
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de directores en los centros públicos influye el que las funciones directivas del liderazgo se hayan centrado en demasiadas ocasiones en las funciones administrativas. En su estudio Modelos y funciones de dirección escolar en España: El caso de Tarragona, Barrios-Arós et al. (2015) solicitan a los directores y directoras consultados que valorasen el grado de realización de las funciones que la normativa les exige. El 95,4% entiende que realiza dichas funciones en el máximo grado, a la vez que el
98,4% indica que la más ejercida es la relativa a la organización y funcionamiento del centro (fundamentalmente en aquellos directivos cuyo modelo de dirección se basa en la gestión). Indican, asimismo, el 80% que las menos ejercidas son las de horarios y personal. También en el ámbito de Cataluña, el profesor Teixidó (2008) en la XIX Jornada de reflexió del Consell Escolar de Catalunya, en su ponencia L’escola respira calma considera que los equipos directivos son la clave del cambio del
sistema educativo tanto por la presión que deben soportar como porque han de armonizar y gestionar intereses diversos. En el presente trabajo también pretendemos anali-
zar la satisfacción en el cargo de los responsables de la dirección y la importancia que dicho cargo tiene para el buen funcionamiento del centro y la calidad de la enseñanza. En el informe TALIS (OCDE) se señala que en el conjunto de los países y regiones de la OCDE el 95,5% de los directores manifiestan estar satisfechos con su trabajo. Estudiamos, asimismo, el apoyo y reconocimiento que los cargos directivos reciben de las administraciones, profesorado y familias, así como su colaboración en sus tareas directivas. Los responsables de los centros educativos pueden tener una cualificada opinión en relación con la carrera profesional para los docentes. Los aspectos retributivos de dichos cargos directivos es otro de los elementos que pretendemos analizar. Señala Teixidó en la ponencia a la que hemos hecho referencia de las Jornadas del Consell Escolar de Catalunya que “en els moments actuals, s’ha arribat a un acord notable pel que fa a la necessitat d’una direcció escolar formada (formació específica, desenvolupament professional, etc.), competent (amb un saber fer professional consolidat), estable (sense un límit d’estada en el càrrec), de procedència docent i amb reconeixement (social, laboral i econòmic) de la feina feta” (2008, 23). Modelo
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