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Abdomen
Los signos radiológicos de un neumoperitoneo dependen de la cantidad de gas acumulado en la cavidad. Cuando se trata de acumulaciones importantes, se observa una disminución general de la radiopacidad abdominal y una mayor definición del contorno de los órganos, debido a la interposición de gas entre
ellos (fig. 1.10). En cambio, puede resultar difícil identificar pequeñas cantidades de gas libre, ya que se suelen confundir con gas contenido dentro del tracto digestivo. Si el gas se acumula entre el hígado y el diafragma, podremos apreciar este último como una fina línea de opacidad tejido blando limitada cranealmente
a
b
FIGURA 1.7. Proyecciones lateral derecha (a) y ventrodorsal (b) del abdomen y el tórax de un perro joven con hernia diafragmática de origen congénito. En el tórax se distinguen asas de intestino con contenido gaseoso, mientras que en el abdomen se observa un vaciado parcial del mismo.
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* FIGURA 1.8. Proyección lateral de abdomen caudal más región perineal de un perro macho con hernia perineal. En la zona caudal del abdomen no se visualiza la silueta de la vejiga, que junto con la próstata y parte del recto se sitúan en el saco herniario.
FIGURA 1.9. Proyección lateral del abdomen de un gato obeso. Los gatos
acumulan más grasa dentro del ligamento falciforme (ventral al hígado, marcada con asterisco blanco) y en el espacio retroperitoneal (marcada con asteriscos negros) que en el mesenterio. En gatos obesos el intestino aparece más concentrado en la zona central del abdomen por la mayor acumulación de grasa en las zonas periféricas.
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