La gloria ruth ward heflin

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La gloria

El Señor me ha mostrado cuán fácil es la adoración. En los círculos pentecostales experimentábamos lo que comúnmente llamábamos momentos en lo alto en Sion cuando yo era niña. Teníamos cultos en los que la presencia y la gloria del Señor eran manifestadas. Después, nos preguntábamos cómo hacerlo de nuevo. No estábamos seguros de saberlo. Yo me encontraba ministrando en algunos lugares de Inglaterra, preparándome para una reunión en el Royal Albert Hall de Londres, patrocinada por Lady Astor. Mientras estaba enseñando sobre la alabanza y la adoración en una iglesia pentecostal una noche, experimentamos la gloriosa presencia de Dios. El pastor me dijo luego: Sólo una cosa me preocupa, hermana Ruth. ¿Cómo lo reproduciremos? Pienso que cada pastor ha experimentado lo mismo muchas veces. Cada director de la alabanza ha experimentado el mismo sentimiento. Tuvimos éxito esta noche. Esa canción fue ungida. ¡La gloria descendió! ¿Podremos hacerlo de nuevo la próxima vez? Y porque una canción en particular fue ungida durante el servicio la noche anterior, el director de la alabanza prueba con ella la próxima vez, y falla por completo. Dios permite que esto suceda para mostrarnos que la gloria no está en la canción. La gloria está en Su presencia. La gloria es Su presencia. Cuando un pastor ha tenido un culto particularmente bendecido, a menudo tratará de hacerlo exactamente igual otra vez. Y no funciona.


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