"Arqueologos del futbol popular"

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ARTE Y FÚTBOL

Arqueólogos del fútbol El arte detrás de la pelota

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Por Pierre Arrighi

n el marco de su proyecto Memorias del fútbol, dos artistas-animadores belgas, Jacques Faton y Éric Dederen, rescatan lo que deja la actividad futbolística en los campitos y en las calles de Lieja y Dakar. Sus trabajos, que se exponen en varios

museos europeos, impresionan por su belleza estética y por la resonancia de recuerdos que desatan. Sobresalen, por su fuerza evocadora, las colecciones de pelotas abandonadas, cuidadosamente clasificadas. La gran exposición “En nombre del fútbol” (Au nom du foot) pasó por Amsterdam, Basilea, Bremen, Lyon

EN LA RED En el sitio web www.graphoui. org/foot/ se puede consultar la gran variedad de producciones desarrolladas por Faton y Dederen.

y Luxemburgo, antes de llegar a Lieja (Bélgica). Presentada en un lugar ideal, la iglesia del convento de menores del Museo de la Vida Valona (Musée de la Vie Wallonne), la muestra interpela al visitante a través de objetos y películas, preguntándole si la pasión del fútbol no se ha convertido en algo así como una religión moderna. Entre un altar dedicado a Maradona y objetos de superstición provenientes de diferentes países africanos, impacta una colección de pelotas recogidas en Senegal y en Bélgica. Algunas, cuidadosamente etiquetadas, se parecen a las de nuestra infancia. Otras, más chicas, constituidas por sucesivas capas de cinta adhesiva o por bolsas de nai-


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VIVIENDO ARTE Y FÚTBOL UN SUEÑO

Pelotas abandonadas colectadas en Bélgica, presentes en la exposición “Una mirada sobre los espacios de fútbol Norte y Sur”, Casa de la Cultura de Arlon, 2010. Jacques Faton y Éric Dederen.

en http://www.graphoui.org/foot/]. La particularidad de ese trabajo, lo que interpela en la creación infantil, es que se cuentan: cuentan su vida diaria, lo que les pasa cada día, y son en realidad conocimientos. Esa película, por ejemplo, la hicimos con un grupo de chicos que tenían entre 9 y 13 años, que tenían ganas de contar su práctica del fútbol en una calle de un barrio de Bruselas que se llama Molenbeek. ¿Dónde estaban esos niños, en una escuela? No, los encontré en un taller creativo, como los hay en Bélgica o en Francia, fuera del ámbito escolar. En esos talleres les proponemos crear en diferentes campos. Mi trabajo no es realmente pedagógico, no soy cineasta tampoco, pero tengo a disposición medios que me permiten hacer ese tipo de películas, con la complicidad de técnicos del sonido o especialistas del montaje, etcétera. Esa es más bien la parte mía.

lon negro, vagamente esféricas, se imponen a nosotros como mágicos planetas que giraron una vez sobre la tierra seca a impulso de los pies desnudos de la juventud. Éric Dederen, uno de los cosechadores de estas cosas, nos explica. ¿A qué se dedican? ED: Personalmente me interesan las creaciones para niños desde hace unos 40 años. Tuve oportunidad durante esos años de poner en movimiento sus creaciones, es decir, de animar sus dibujos o sus personajes creados con lápiz o plasticina, como en el film Calle de la Perle [Rue de la Perle], por ejemplo [disponible en https://vimeo.com/70023354 o

¿Qué relación tiene ese trabajo con lo exhibido en la exposición de Lieja? La exposición de Lieja es una síntesis de nuestras exploraciones africanas y europeas. A Jacques le interesan principalmente los espacios efímeros o estructurados, afectados a la práctica cotidiana del fútbol de barrio. Podés ver documentales sobre jóvenes jugando en diferentes lugares de Dakar. A mí me interesa el fútbol practicado por los niños y los adolescentes por lo que revela en cuanto a su creatividad en los barrios. El fútbol puede ser considerado como una fuente de memoria “arqueológica”: revela objetos, deja sus marcas en el paisaje. Es igualmente expresión de la creatividad: las pelotas en África, los dibujos de arcos en las paredes, etcétera. Y todo eso está ligado porque estás confrontado a esos lugares de juego, en Bélgica, en el Congo, en Burundi o en Senegal, que nos interpelan por las mismas formas de creación. Y en ese contexto, aparece el tema de la colección de balones. Ya sea [que] nos los dieron, o los intercambiamos, o los encontramos. En Senegal compré uno o dos. Sucedió que yo empecé a trabajar como animador, con niños, y un buen día aparece el fútbol. Porque Jacques tiene la pa-

PRODUCCIÓN El sitio web Memorias del fútbol da cuenta de la totalidad del trabajo de Faton y Dederen en torno a este tema: dibujos animados, ilustraciones, planos, documentales, libros, exposición de objetos, escritos, que se presentan en librerías, museos y exposiciones de Europa.

sión del fútbol desde chiquito. Se crió al lado de la cancha del famoso club de Anderlecht. En el marco de un taller con estudiantes de la ENA [Escuela de Artes de Dakar], se dio cuenta que había canchas de fútbol por todas partes. Era como si Dakar fuese un inmenso campo de fútbol. Él habla muy bien de eso en su publicación Bess Bobu, que se puede hojear en el sitio. Ahí él empezó a filmar, a sacar fotos. Y abrió el tema. En una de sus películas se ven solo canchas de arena. Eso es a unos 40 kilómetros al norte de Dakar. Son barrios que están actualmente en construcción, situados sobre la costa. Es por eso que hay tanta arena y que los arcos los hacen con bloques. A principios de los años 2000, Jacques realizó una publicación en la cual habló de sus recuerdos del fútbol, y a raíz de eso fue contactado por un librero de Lieja, Damien Breucker, para que intervenga en el marco de una exposición sobre el fútbol. Ya en esa época escribe sobre recuerdos, cosecha objetos, saca recortes que guarda desde la infancia, y ahí nace el proyecto. En el 2005 se presenta la posibilidad de exponer y Jacques me pregunta si entre las películas que hice con los niños hay algo sobre fútbol. Tengo Calle de la Perle y una serie de secuencias de dibujos animados en las cuales los niños representan personajes que juegan a la pelota [disponible en http://www. graphoui.org/foot/?portfolio=jeux-de-ballons-dessins-en-mouvements]. Parecen hechos con tiza en un pizarrón, pero en realidad se realizan con una película negativa en 16 milímetros que revelo con los niños en una sala oscura. Es por eso que los dibujos que hacen con lápiz negro sobre papel blanco salen así. ¿Tú les propusiste dibujar escenas de fútbol? Hacemos esas películas en dos o tres horas. Yo solo les propongo poner en movimiento sus propios dibujos. Animales, objetos, personajes. Cada niño crea un carné con su serie de dibujos y, evidentemente, entre centenas de carnés, algunos representan jugadores de fútbol. La película de plasticina es diferente. Eran unos 15 varones y niñas


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ARTE Y FÚTBOL Pelotas africanas fabricadas por niños y adolescentes presentadas en la exposición “Au nom du foot”, Lieja, 2017. Jacques Faton y Éric Dederen.

publicación. Eso da importancia al trabajo y a los niños, y valoriza los objetos. En cuanto al tema fútbol es algo que se da también en otras partes. Hay actualmente una exposición en Marsella que se llama “Somos fútbol” (Nous sommes foot), organizada con la participación de investigadores, y que trata del fútbol popular, del fútbol en general [ver: http://www.mucem.org]. ¿Y el tema de la memoria? El fútbol es importante también ahí, para la memoria de nuestras sociedades. A Jacques siempre le interesó la memoria del cuerpo. Es una memoria de la cual no se habla nunca, pero cuando le preguntás a alguien que jugó al fútbol, recuerda muy precisamente un gol o una fase de juego que realizó cuando era niño. Es la memoria de la gente, que se ve despreciada en detrimento de la memoria mediática impuesta por la sociedad. Lo original en Bélgica es que hay instituciones importantes que nos empezaron a proponer posibilidades de exponer documentos, objetos y testimonios. A mí, desde niño, me fascina la arqueología. No soy arqueólogo. Pero me dije: lo que voy a hacer es ir a la descubierta de indicios materiales de prácticas de fútbol en los barrios cercanos a mi casa, aquí en Lieja. Ya había visto pelotas abandonadas. Luego empecé a hacer una búsqueda sistemática.

Pelota abandonada colectada en una zona inundada en Lieja y registrada en la colección. Éric Dederen.

y ellos querían reconstruir juntos la historia de su calle (flechada), y teníamos que hacer la maqueta con cartón, los personajes con platicina, etcétera. Y después contar, recabar los testimonios, comentar y filmar. El proyecto duró unas 20 horas en total.

En Montevideo se juega en todas partes. La gente conserva recuerdos. Pero a nadie se le ocurre exponer. ¿Cuál es el interés? Lo que pasa es que en los trabajos que encaramos con Jacques, personales o con niños, siempre le dimos una importancia fundamental a la

¿Qué quiere decir “búsqueda sistemática”? Elegí dos barrios vecinos, Bressoux y Droixhe, en Lieja. Son además barrios particularmente importantes para mí porque viven esencialmente familias de inmigrantes. Me dije: “voy a recorrer las calles, las callejas, los entornos”, y empecé a descubrir primero las canchas instaladas por la municipalidad, pero también vi niños y adolescentes que jugaban al fútbol en lugares particulares. Fue así que me encontré con esos espacios precarios, improvisados, y en


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Pelota africana hecha con bolsas, plástico y cuerda. Exposición “Au nom du foot”, Lieja, 2017.


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ARTE Y FÚTBOL particular con uno que puede verse muy fácilmente en Google Maps, poniendo el número 81, rue Théodore Cuitte, en Lieja. Y ahí vas a ver que hay un enclave entre el número 96 y 102, enmarcado por dos altos muros de casas sobre los cuales hay pintados dos arcos de fútbol. Hallaste un lugar y, entonces, ¿cómo procedés? Tomo notas en un carné y saco fotos. Llega un momento en que establezco un protocolo y empiezo a colectar, juntar, pelotas abandonadas y fragmentos de pelotas. Yo me doy cuenta con respecto a la exposición reciente en Lieja… Hay un día gratis, el primer domingo de cada mes. Allí fui, me instalé, nadie me conoce, un poco como si fuese un cuidador, y observé cómo la gente, adultos y niños, miraban los balones, africanos o belgas. Me di cuenta de que provocaban discusiones, que prestaban muchísima atención a lo que estaba escrito en las etiquetas. Cuando se trataba de los balones de Lieja, muchos trataban de establecer un vínculo entre los que estaban expuestos y sus propios recuerdos. ¿Desde el principio de tus recorridas juntás balones? No el primer día, pero bastante rápidamente. En la primavera 2007, encuentro a un grupo de niños jugando en un baldío. Les hago preguntas sobre ese baldío que tiene una superficie aproximada a la mitad de una cancha grande. Y ahí descubro varios balones. Me doy cuenta entonces de una cosa. Claro que una pelota son niños y jóvenes que juegan con ella, evidentemente, pero veo que no solo los humanos las utilizan. Cuando una pelota es abandonada, y queda mucho tiempo en un lugar, se la apropian otros seres vivos, caracoles, babosas, hormigas, etcétera. En su muerte, se convierten en sitios habitables, y eso es bien arqueológico, ya que, como lo sabés, la mayoría de los objetos que se hallan en arqueología son aquellos que se tiraron a la basura o se abandonaron. En los dos barrios, llevo juntados más o menos 150 balones. ¿Cuánto duró ese trabajo en los dos barrios? Empecé en 2007 y se persigue hasta

LIBRO En la tienda online www.librairiescientia. eu, se puede adquirir el libro Laar; Regards Croisés Sur la Pratique du Football en Europe et en Afrique.

hoy. Sigo yendo a las canchas que conozco. Y lo que me fascina ahora es lo que sucede en lugares como el de la calle Cuitte. Ves esos arcos dibujados en las paredes, y van cambiando a lo largo del tiempo. En 2013 empecé a sacar fotos de arcos pintados, dibujados, grafiteados… Los servicios municipales los borran, los lavan a presión, pero los niños y los adolescentes vuelven siempre y rehacen sus arcos de fútbol. Fue así que hicimos una serie de fotos que muestran los muros como palimpsestos [manuscritos antiguos que presentan la huella de otra escritura que fue borrada expresamente para volver a escribir]. El arco lo hacen siempre en el mismo lugar. Al principio era de tiza, después de pintura, después agregaron grafitis decorativos todo alrededor. Hace un año, una revista de urbanismo publicó un conjunto de esas fotos [disponible en https://issuu.com/ graphoui/docs/d3_goal_a_goal].

lio=inventerre-publication] y fotos de las pelotas en las condiciones en que fueron descubiertas. Y paralelamente colectamos pelotas en África. Personalmente, me interesa situar con precisión el lugar y el momento de la colecta. Es lo que explica que ciertos balones tengan etiqueta. Los que no tienen son los de Jacques…

¿Qué sacás de eso que ves? ¿Por qué te fascina? El hecho de que, haciendo un simple dibujo con tres líneas, los niños y adolescentes se apropian de un espacio urbano es en sí fascinante. No una cancha, sino un lugar por donde la gente pasa y que se convierte en cancha de fútbol. Y ese terreno hace casi 40 años que se utiliza para jugar al fútbol. Desde principios de los años 1980. Vuelvo así a mi interés por el dibujo infantil como testimonio de una experiencia de vida. Eso es muy fuerte. Mediante un simple dibujo los niños crean en el espacio público un lugar que les pertenece.

¿Qué aporta esta colección? Bueno, son indicios de una gran práctica, y está también el aspecto estético, como lo viste en las estanterías en el museo. Algunos son objetos hermosos. Lo son los africanos, pero también los que se encuentran acá en Bélgica. La gente los toca, los acaricia. En África hay mucha intervención manual de los usuarios para repararlos o para embellecerlos. En Bélgica sucede, pero es muy raro. Este trabajo se persigue. Nos damos cuenta de que estamos descubriendo nuevos lugares, nuevas situaciones. Lo que nos interpeló mucho desde hace ya siete años es el hecho de que instituciones importantes, que no tienen nada que ver con el fútbol, nada que ver con los niños, un instituto de arqueología, una universidad, un museo de etnología… nos abren sus puertas. Hay un interés general por nuestro trabajo. Me sorprende y al mismo tiempo no tanto, porque todo el mundo tiene una relación con una pelota en algún momento de su vida. En una exposición en un museo de arqueología en Bélgica, las pelotas fueron presentadas como “uno de los últimos descubrimientos de un sitio contemporáneo de excavaciones arqueológicas”.

Me da la impresión que en Montevideo las canchas con arcos pintados son muy pocas… Acá en estos dos barrios localicé tres. En una los dos arcos están en la misma pared. Hay otra cancha con un solo arco. Dos arcos pintados frente a frente ya es un caso raro. En cuanto a la colecta de pelotas, me fijé un protocolo que respeto, anoto el lugar, el día, la hora, y pongo un comentario con respecto a lo que veo cuando las descubro, y en general eso sucede cuando no hay jugadores. En el 2011 sacamos la publicación Inven-tierra con muchos dibujos de niños [http:// www.graphoui.org/foot/?portfo-

Una pelota vive, se enferma y muere, ¿no es así? En la publicación Laar, en las últimas páginas, se cuenta esto. En junio del 2009, yo estaba en una canchita de fútbol instalada por la municipalidad y una pelota reventó. Jugaban unos adolescentes. Y les pregunté: “¿Qué van a hacer ahora con esa pelota?”. Uno de los muchachos me contestó: “La pelota tiene un alma. Le gusta jugar con nosotros. Cuando revienta, como un humano… Cuando muere, ya no siente placer en jugar con nosotros, y, como los humanos, solo queda una cosa por hacer, deteriorarse…”.


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Bokk Jom en Malika, Senegal. Plano de Ibrahim el Artista y dibujo de Jacques Faton. 2010 (revista Laar de Jacques Faton, 2012).

A la derecha, de arriba hacia abajo: Canchas fotografiadas por Jacques Faton en Bélgica y Francia (Laar, Jacques Faton, 2012). Foto Google Maps de la cancha FC Tunel, en el enclave situado entre los números 96 y 102, calle Théodore Cuitte, Bressoux, Lieja. Pelota chica descubierta en ocasión de una excavación arqueológica en un baldío, barrio Saint Léonard, Lieja. Pelotas abandonadas y restos de pelotas colectados en Bélgica (Laar, Jacques Faton, 2012).

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