



¿Recuerdas nuestra primera lección? Allí estudiamos que luego de recibir a Jesús como nuestro Señor y Salvador llegamos a ser hijos de Dios. Por lo tanto, pertenecemos a su familia y él es nuestro Padre.
Mira qué lindo versículo nos lo confirma, ¡vamos a aprenderlo de memoria!
“Miren cuánto nos ama Dios el Padre, que se nos puede llamar hijos de Dios, y lo somos”.
¿Lo ves? Ahora también tenemos un Padre en el cielo: Dios, y nuevos hermanos en la Tierra: las demás personas que han creído y recibido a Jesús en su corazón.
Encierra en un círculo quién es nuestro Padre celestial:
Jesús dice que si hacemos la voluntad de Dios seremos llamados sus hermanos (Mateo 12:50).
Ahora, estudiemos un poco acerca de nuestro Padre celestial y nuestros nuevos hermanos.
Un padre se caracteriza por amar a sus hijos y suplir sus necesidades, sean materiales o emocionales. Desde pequeños, nuestros padres procuran darnos lo mejor. Dios es el Padre perfecto y lleno de amor que está dispuesto a enseñarnos, a guiarnos y a proveernos para que nada nos preocupe.
Dios como Padre proveedor. Jesús dijo: “… no se preocupen preguntándose: ‘¿Qué vamos a comer?’ o ‘¿qué vamos a beber?’ o ‘ ¿con qué nos vamos a vestir?’… ustedes tienen un Padre celestial que ya sabe que las necesitan”. Mateo 6:31-32.
¿Por cuáles necesidades dice el versículo que no debemos preocuparnos?
Marca con X todas las correctas.
Un nuevo teléfono inteligente
Comida y bebida
Una patineta
Vestido
Un yate
Dios quiere que confiemos en él, que estemos seguros de que suplirá las necesidades nuestras y de nuestras familias. Por eso nos pide estar más atentos en mantener una relación con él que en afanarnos por conseguir estas cosas.
“…pongan toda su atención en el reino de Dios y en hacer lo que Dios exige, y recibirán también todas estas cosas”. Mateo 6:33.
Además, la Biblia también dice:
“…conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: ‘Nunca te dejaré ni te abandonaré’”. Hebreos 13:5.
Algunos de nosotros, por diferentes circunstancias, hemos podido sufrir el abandono de nuestro padre terrenal, pero podemos estar seguros de que Dios, nuestro padre celestial, nunca nos a_________________________.
Dios nos ha dado dos motivos para que no nos preocupemos:
Porque él conoce nuestras n_________________________ y las suplirá.
Porque ha prometido que nunca nos _________________________.Salmo 121:5-8.
¿Hay algo que necesites en estos momentos y que logre preocuparte? Escribe tu necesidad en estas líneas y pide a Dios en oración que sea la fuente que provea para ella.
¡Qué lindo es tener hermanos! ¿Cierto? Bueno, ahora que formamos parte de la familia de Dios, tenemos también nuevos hermanos. ¿Quiénes son? Jesús dijo:
“…cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ése es mi hermano, mi hermana…”. Mateo 12:50
Y en Hebreos 2:11 dice la Biblia que Jesús no se avergüenza de llamarnos hermanos.
¡Qué alegría saber que Dios nos llama hijos y Jesús dice que somos sus hermanos!
¿Quiénes
Todas las personas que han decidido obedecer a Dios, nuestro celestial.
Descubre las palabras que esconden los códigos y completa el párrafo ubicándola en los espacios correspondientes.
A todos los que recibimos a Jesús como Señor y Salvador se nos llama _____________ de Dios. Por lo tanto, tenemos el mismo _____________ celestial y eso nos hace h_____________.
Escribe en la siguiente línea el nombre de cuatro nuevos hermanos:
Es común que con los hermanos de nuestra familia desarrollemos afinidad y amor, aunque a veces peleamos, como me sucedía antes con mi hermano menor, pero fíjate en lo que Jesús nos dice:
“Mi mandamiento es éste: que se amen unos a otros como yo los he amado a ustedes”. (Juan 15:12).
Si Jesús nos pide a________________ los unos a los otros, ¿cuánto más a nuestros hermanos?
Según el versículo, debemos amar a nuestros hermanos tal como Jesús nos ha ________________ a nosotros.
Nuestra actitud con nuestros nuevos hermanos debe ser de amor; pero, ¿cómo demostramos ese amor? Mira lo que dice la Biblia al respecto:
os
“Por eso, siempre que podamos, hagamos bien a todos, y especialmente a nuestros hermanos en la fe”.
Gálatas 6:10.
“Si alguno dice: ‘Yo amo a Dios’, y al mismo tiempo odia a su hermano, es un mentiroso. Pues si uno no ama a su hermano, a quien ve, tampoco puede amar a Dios, a quien no ve. Jesucristo nos ha dado este mandamiento: que el que ama a Dios, ame también a su hermano”.
1 Juan 4:21
“Pues si uno es rico y ve que su hermano necesita ayuda, pero no se la da, ¿cómo puede tener amor de Dios en su corazón? Hijitos míos, que nuestro amor no sea solamente de palabra, sino que se demuestre con hechos”.
1 Juan 3:17-18
“Tod
“Todos los creyentes estaban muy unidos y compartían sus bienes entre sí;… y en las casas partían el pan y comían juntos con alegría y sencillez de corazón”.
Hechos 2:44-46.
Seguramente te preguntarás cómo ayudas a otros si no eres una persona “rica” o “adinerada”. Bueno, Dios nos dota con nuestros talentos y capacidades, y con bienes materiales que ya no necesitamos o usamos, como la ropa que ya nos queda pequeña pero que está en buen estado, compartiendo nuestra merienda y también, orando por otros.
Reflexionemos
Lucía es una chica de séptimo grado y tiene un año de haber recibido a Jesús como Señor y Salvador. Ella vive con su abuela y su madre, que es costurera.
La madre de Lucía es muy amorosa y en compañía de la abuela, brindan ayuda a quienes lo necesitan. Lucía, por ejemplo, enseña a leer a niños menores en su tiempo libre, presta sus libros a sus compañeros para que puedan hacer las tareas y comparte su Biblia con sus nuevos hermanos cristianos.
Cuando su abuela prepara galletas, ella separa algunas para compartir con ellos y oran juntos. Periódicamente, separa los vestidos que le han quedado pequeños y los regala a otras niñas de su grupo cristiano que lo necesitan.
¿Qué opinas de la actitud de Lucía?
¿Consideras que ella está demostrando amor?
Sí ___ No___ ¿Por qué?________________________________________________________________
¿Con qué actitudes de Lucía te identificas?
Jesús es nuestro máximo ejemplo de amor, él dio su vida por nosotros, ¿de qué forma estás dispuesto o dispuesta a brindar tu amor con hechos a tus nuevos hermanos?
¡Perdona de corazón para demostrar amor!
En la lección 3 hablamos acerca del perdón, de cómo Dios nos ha perdonado y que de la misma forma debemos perdonar a otros. El amor y el odio son opuestos, pero podemos pasar del odio y el rencor al amor a través del perdón. Si hay alguien de la familia de Dios a quien aún no has podido amar, te invito a que perdones en tu corazón para que puedas demostrar tu amor con hechos a esa persona.
En don el o a tr no pue
En el siguiente corazón, dibuja y colorea a tu familia e incluye a tu nuevo Padre y a algunos de tus nuevos hermanos.
Debajo de cada dibujo, coloca sus nombres. Luego, comparte en tu reunión con tus compañeros a quienes dibujaste.
¡De seguro se divertirán!
¿Quién es nuestro nuevo Padre? __________________________.
¿Por qué no debemos preocuparnos?
Porque él c_______________ nuestras __________ y las suplirá y porque ha prometido que nunca nos ___________________________.
¿Quiénes son nuestros nuevos hermanos? ______________________________________.
¿Cómo demostramos el amor hacia nuestros hermanos? Marca con X Haciendo el bien.
Diciendo chismes de ellos. Compartiendo.
Ayudando a quienes lo necesitan.
Escondiendo mis pertenencias para que no me las pidan prestadas. Guardando rencor.
¿Quién es nuestro mayor ejemplo de amor? __________________________________.
Escribe el versículo que aprendiste de memoria en esta lección.