Andamios No 10

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Pluriversos

Facebook sea el “espacio” a observar, donde hay más personas usándola y, aparentemente, hay más interacción. Discrepo con esa percepción y pongo a consideración tres argumentos al respecto:

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En primer lugar, muchas de las figuras políticas de Bolivia no han abierto perfiles públicos sino que interactúan desde sus cuentas personales lo que implica una interrelación con sus “amigos”, en palabras de Eliseo Verón, sus prodestinatarios discursivos. Interactuar con militantes, correligionarios o “seguidores naturales” no puede considerarse interacción pública ni menos una nueva dimensión del debate político. Segundo, no se ha comprendido cabalmente la funcionalidad de los recursos como páginas o grupos en Facebook. Son muy pocos, sin superar la decena, de figuras públicas de alta responsabilidad o visibilidad mediática con páginas en Facebook —una página entendida como un perfil público, no una cuenta personal—, que actualizan contenidos habitualmente y podrían eventualmente generar una nueva dimensión de impacto y comunicación política. Tercero, y quizá más importante, estas páginas no están diseñadas o estratégicamente concebidas para la interacción del sujeto político con medios o ciudadanía, son más un mural de información unidireccional que tiene poca relación con

el paradigma estudiado. Asimismo, de la docena de perfiles públicos antes mencionado muchos pecan de excesiva/errónea producción, donde se percibe a la figura política de manera distante (por ejemplo, cuando es muy producida) o equivocada (por ejemplo, cuando se comparten cientos de innecesarias fotos, mal tomadas y sin mensajes elaborados). Twitter, por otro lado, es un espacio alternativo más reducido pero donde se generan dinámicas y encuentros entre actores políticos, líderes de opinión, medios y ciudadanos, más públicos y horizontales, donde todos gozan en principio de la misma capacidad técnica de intercambiar mensajes y posiciones. Esto lo convierte en un “termómetro” más sensible y no es casual que los medios tradicionales de comuncación lo hayan comprendido así también. Véase en la prensa escrita, la radio e inclusive la televisión el crecimiento exponencial de menciones, referencias e incluso noticias extraídas a partir de Twitter en los últimos tres años. Desde un punto de vista cuantitativo, se puede evidenciar un crecimiento significativo de “nuevos seguidores” a figuras políticas en los últimos dos años.

Julio 2011 - Agosto 2013

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Otro elemento sugerente es el crecimiento reciente de seguidores a figuras políticas oficialistas (MAS-IPSP) en Twitter. En una primera instancia y en términos aparentes, la oposición estaría mejor posicionada y con más seguidores que el oficialismo. Esto debe reconsiderarse observando tres variables: Primero, líderes indiscutibles como el presidente Morales o el vicepresidente García Linera —sin mencionar a ministros de alto impacto mediático— están ausentes de los medios sociales de Internet. Segundo, el rol de autoridades de alto nivel les otorga una importancia en la audiencia que no necesariamente es político-electoral y más bien de gestión pública, por lo que, nuevamente, la apertura de cuentas de más funcionarios públicos de alto nivel podría revertir estas tendencias. Tercero, dos de los tres posibles candidatos a la presidencia en 2014 están ya en Twitter, sus posibilidades de crecer están en función de un diseño e implementación estratégica de campaña y no necesariamente como “liderazgos naturales”.

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anomalía, que se explica con mayor detalle en mi blog6, se podría explicar como un flujo inadecuado de seguidores falsos.

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Fuente: Elaboración propia.

El gráfico anterior revela picos interesantes, en muchos casos directamente conectados a fenómenos mediáticos o altibajos y dinámicas relacionadas a Twitter, pero también relacionados a errores estratégicos en el uso de una herramienta alternativa.

Siguiendo con el mismo gráfico, la desaceleración de nuevos seguidores es notoria hasta diciembre de 2012 – enero de 2013, cuando se registra un proceso electoral para la gobernación del Beni y después del cual se empieza a dar mayor atención y progresiva incorporación del oficialismo en el espectro Twitter. A partir de ese registro, el crecimiento es sostenido a pesar del descenso registrado entre febrero y marzo de 2013. Esta

Esta última consideración no es menor en cuanto a que otra característica socio-económica (y relacionada a una eventual decisión política) es que la más alta concentración de usuarios de Medios Sociales y plataformas de interacción en la web son personas menores de 35 años, urbanos, del eje central y mayoritariamente de “clase media”. En contraposición, un fenómeno interesante en la recomposición de la opinión pública en tiempos digitales, particularmente conectado a Twitter, es la amplificación de temas que emergen en primera instancia en la web y son transferidos a los medios tradicionales por periodistas y líderes de opinión. Esta característica trasciende, por tanto, no sólo los números iniciales de cuántos seguidores se logran sino el potencial impacto que se logra en la audiencia.

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Fuente: Elaboración propia.

En cuanto a construcción de imagen y mensaje, merece especial mención el expresidente Carlos de Mesa (@carlosdmesag), quien es la figura política más seguida en Twitter, más de 18 mil seguidores a septiembre de 20137. Mesa marca una diferencia en número pero sobre todo en llegada y percepción. Emite sobre todo posiciones políticas, deportivas o culturales actuando como un twitero más, esto le permite integrarse de alguna manera a una comunidad twitera más bien ciudadana. Goza de esta posición particular que, por ejemplo, otros políticos con interés electoral más explícito, como Samuel Doria Medina, o autoridades de gobierno, no podrían lograr tan espontáneamente. En Facebook, como se mencionó antes, se encuentran no más de 15 páginas públicas de figuras políticas entre las que destacan rostros visibles de la oposición: Samuel Doria Medina, Rubén Costas, y el cuestionado excandidato a la presidencia Manfred Reyes Villa. En un segundo escalón en cuanto a número de adheridos se encuentran algunos diputados, senadores y alcaldes aunque ninguno con más de 6 mil “me gusta” acumulados. En el caso del líder de Unidad Nacional, Samuel Doria Medina, su página8 denota un trabajo de imagen y diseño muy elaborado. Este canal muy bien producido está más bien direccionado, por ahora, como un instrumento unidireaccional de réplica de los Tweets de Doria Medina con una fuerte producción visual, un mural de publicaciones que acerca poco al hombre político con las dinámicas y audiencias web. La página del gobernador de Santa Cruz9, el otro político con considerable número de “me gusta” acumulados, busca equilibrar el mensaje político de cara a las siguientes elecciones con un acompañamiento a la gestión pública en la gobernación cruceña. El mensaje textual y visual refleja más cercanía con su audiencia y construye una imagen proactiva, sin duda más electoral que de otro orden. Respecto al oficialismo no se registran páginas oficiales de figuras políticas. Este silencio podría representar varios mensajes en las audiencias digitales. Por un lado, la omnipresencia en

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El primer pico evidente (septiembre 2011) se registra con la “discusión” en Twitter entre Carlos de Mesa y el entonces ministro de Gobierno Sacha Llorenti5. Hasta ese momento los números eran marginales, pero son los medios y la opinión pública quienes vuelcan su mirada a la plataforma y empiezan a sumarse. Este evento no es aislado respecto a otro fenómeno de ciberactivismo registrado en el país: la VIII marcha indígena

y el conflicto por la carretera en el TIPNIS que generó una dinámica y visibilización de actores y posiciones en su propio curso.

En tal sentido, las posibilidades para las figuras políticas oficialistas son amplias. El ejercicio del poder público les concedería más ventajas aunque también una mayor y permanente exposición directa con parte de la sociedad civil.

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