La casa de los Gatos
Pelos, rasguños y ronroneos, la vida de un gato puede llegar a ser más que eso, anécdotas buscan trasmitir las vivencias, la alegría, la ternura y la singular personalidad de mis gatos. En las fotos se mostrará su día a día con pequeños relatos desde su punto de vista.
Perla - 15 años
Nací en la misma casa donde vivo hoy en día. Tuve 4 hermanos, los cuales lamentablemente ya han fallecido, sin embargo sé que tuvieron buenas vidas, en lo que cabe. De joven tuve dos hermosas camadas, pero supe que así como mis dos hermanas, ellos fueron con otros humanos a tener un hogar. Mi hermano mayor Tito falleció a corta edad, lo sé porque un día salió a la calle y cuando entró, los humanos lo sostenían mientras lloraban. Luego llegaron más gatos de los que hubiera querido, pero al final los acepté como mis hijos y hermanos. Tomi, mi otro hermano, falleció hace unos años, ya que cayó enfermo por culpa de una de sus salidas. Su compañia me hace mucha falta, pero no puedo decir que la compañia de los más jovenes no me complace, pues son como mis hijos. Para finalizar tengo que decir que con mis 15 años he sido muy feliz con mis compañeros felinos y mis humanos y me han amado un montón.
Negra - 11 años
Fui una sorpresa para mi familia, mi mami no es que fuera muy femenina que digamos, pero fue la más cariñosa.
Querían encontrarme otra familia pero varios se negaron, ya que creían que yo daba mala suerte. Al final salí ganando y me quedé con mi mami Perla, una gata muy coqueta y Tomi, el cual fue como mi papá. Luego de unos meses apareció la que sería mi hermanita, Puka, ella tiene la misma edad que yo y siempre ha sido mi compañera de juegos, luego llegaron más y más hermanos los cuales adoro.
Mi vida ha sido tranquila y buena, pero últimamente me he sentido triste. Mi mami falleció hace unas semanas y la extraño mucho.
Puka - 11 años
Nací en el campo, más exactamente en Pacho al parecer, pero fui traída a la ciudad desde muy joven. Mi humana es una mujer muy hermosa y muy trabajadora, por eso yo me quedaba sola en un apartamento, aunque me aburría mucho y una vez caí desde muy alto, lo bueno es que no me pasó nada.
Luego de eso me llevaron a una casa con más gatos, donde conocí a mi hermana Negra. Desde ese día dejé de ver tan seguido a mi humana, aunque cada vez que la veo me alegro y no me aparto de su lado. Mientras crecía los humanos se dieron cuenta de que tengo epilepsia y cada vez que tengo una crisis ellos me protegen y me consienten para no lastimarme.
Amo las caricias y los juegos y de eso se ha tratado mi vida.
Nieves - 10 años
Golpes, baldes de agua, gritos y patadas, así fue mi primer año de vida hasta que llegué a una casa, donde quedé atrapada entre unas materas, una señora me tiraba baldes de agua y yo estaba desesperada, lloraba y me sentía adolorida, pero llegó otra humana, una más joven y amable, ella me alzó y aunque no me gusta que me alcen estaba muy cansada de pelear.
Luego de que me secaran mi pelaje y me dieran comida tuve un gran y cómodo sueño. Los humanos de esa casa me cuidaban, pero aún no confiaba en ellos, menos en los que usaban botas. Además de ellos ningún otro humano me quería pues mi cadera esta torcida, mis ojos tienden a estar llorosos y mi colita está rota en la punta, así que me quede en esa casa, junto con otros gatos los cuales con el tiempo aprendí a llevarme bien. Unos años después de haber vivido en esa casa llegó Honey, un tonto gato que parece que cuida de mí, eso sí, no dejo que lama más que solo mi cabecita.
La humana que me rescató ya no vive conmigo, pero cada vez que viene me hace muy feliz y quiero que me consienta hasta quedarme dormida.
Jerry - 7 años
Bueno, empecemos con que soy un gato muy alocado, mis humanos me encontraron en la calle sucio, con hambre y siendo correteado por una manada de perros. Una señora simplemente me alzó, me bañó en contra de mi voluntad, me dio de comer y yo felizmente me dormí donde se me dio la gana.
Luego de eso comencé a tener una relación más o menos estable con los demás gatos. Tomi, el mayor, me odiaba, creo que porque yo era más bonito que el, luego me llevaron a vivir a otra casa pero con dos de las humanas de la primera casa, ahí comencé a ser libre, puedo salir y corretear, aunque eso haga que otros gatos y yo nos enfrentemos. Sería un lugar perfecto si es que no tuviera una hermana un poco fastidiosa y dos intrusos, un humano y un gato que no quieren irse, quiero a mis humanas y por eso les llevo pájaros (aunque últimamente no, ya que me regañaron), pero de vez en cuando me voy por las tardes a las casas de los vecinos a comer su comida y a hacer travesuras. Aún con dos intrusos en mi casa, una hermana molesta y algunos cuantos regaños, quiero mucho mi hogar.
Wanda - 7 años
Mis hermanos y yo fuimos empacados en una caja para ser abandonados, no fue hasta que una humana un poco vieja y una muy joven me recogieron antes de poder escaparme de ahí, la joven me recogió mientras que la otra humana se llevó a mis hermanos, creo que les consiguió hogar, espero que estén bien.
Desde joven fui desconfiada, me llevaron a otra casa pero no quiero recordar eso, volví con la humana más joven, es rara pero la quiero. A veces me subo a su hombro para que me acaricie, siempre he sido muy torpe, como cuando me caí por las escaleras ya que quería jugar con la escoba. Luego de un tiempo llegó mi hermano Jerry, es un tonto muy necio pero lo defiendo cuando se mete en una pelea. Luego llego Río, pero no se quedó mucho tiempo con nosotros, y ahora estoy haciendo un plan para sacar a Gris, no me cae mal pero tampoco bien, los humanos dicen que somos hermanos pero eso ya lo veremos.
Honey - 7 años
Un joven humano me cuidó en mis primeros años de vida, pero por unos incidentes me dejó con una rara y desaliñada amiga, todo lo contrario a él.
Me llevó a una casa con más gatos, de los cuales algunos eran un poco fastidiosos. Una mujer humana me llevó lejos de la ciudad, me daba mimos y me cuidaba pero se iba por tiempos prolongados. Un día salí de la casa, a vagar entre el monte. Tuve hijos, con quienes no pude pasar mucho tiempo, pero además de eso tuve un incidente, no lo recuerdo muy bien, sólo que casi muero. Volví a la ciudad para curarme, y en eso comencé a llevarme mejor con los demás gatos, sobre todo con Nieves, la protejo pues es muy pequeña, salta en vez de correr y me agrada, en parte porque es la única que entiende el dolor que siento luego de casi morir. Ya no volví a salir de la ciudad, ahora me gusta estar acá con los gatos fastidiosos y Nieves.
Río - 4 años
Una humana me adoptó, ella era cariñosa y linda conmigo pero su hijo no me quería, yo tenía la necesidad de marcar mi territorio y él no lo entendía, por eso me golpeaba, tanto que una vecina llamó a otras humanas para que me llevaran. Al principio cuando Jerry salía yo también y volvía a la casa de la anterior humana, aunque el miedo se apoderaba de mí y hacía que me devolviera enseguida.
Luego de unos meses fuimos a una casa donde había más gatos y más humanos, entre ellos una que se parecía a mi antigua humana. Desde ese entonces me quedé allí, fue complicado al principio pero ahora es mucho mejor, aunque me asustan a veces con llevarme lejos de la humana que quiero.
Gris - 5 años
Un humano me quería mucho, pero el tiempo no le alcanzaba, así que me dejó con otro humano que la verdad no me quería y me dejaba por fuera aunque lloviera. Luego de eso se fue y me abandonó, los demas humanos que vivían ahí me cuidaban y daban de comer, aún así soy muy rebelde, así que a veces los mordía.
Un día, una humana me vio con frío bajo la lluvia y decidió meterme a su casa, al principio no me gustaba mucho, había comida y cama pero también un gato llamado Jerry, con el cual tengo una relacion poco amistosa, y una gata llamada Wanda con la cual tampoco me llevo bien. Ya llevo unos meses aquí y la verdad no está tan mal. Eso sí, no me dejan subirme al tejado lo cual es triste, y tampoco me dejan salir de noche, pero hay comida.
Silvestre - 2 años
Mi mamá, mi hermana y yo somos de Granada, Meta, pero nos trajeron a la ciudad. Mi hermana se fue con otra familia y mi mamá iba a volver a Meta pero se escapó, espero que esté bien.
Luego de eso mi vida ha sido ser el consentido de la casa, todos juegan conmigo, me dan comida y duermo donde quiero.
En memoria de Tito, Tommy y Lukas