1 minute read

editorial (pagina

La nueva normalidad, cómo muchos determinan esta realidad a la que nos enfrentamos, nos ha llevado a readaptarnos, es una nueva forma de interactuar, no sólo con nuestros familiares sino de alguna forma con el mundo externo. Cuánto hubiéramos dado por haber tenido esta oportunidad como esta para convivir a tiempo completo con nuestros padres. Esta es una oportunidad irrepetible y que nos ha marcado como una generación muy especial. En las redes sociales siempre surge la discusión de qué generación es la mejor, si los baby boomers, los “x” o los milenials. Yo creo que nosotros, los “x” somos la generación ganadora sobre la anterior y la que nos precede.

Y por qué esta afirmación, muy fácil. Solo hay que recordar que fuimos la generación que todavía tuvo la oportunidad de conocer las tecnologías pasadas (discos de acetato, televisores y radios de bulbos, máquinas de escribir, video cintas, casetes, etcétera) y descubrir las nuevas (discos compactos, computadoras, la internet, etcétera). Si es cierto que no somos “nativos” – como chocantemente llaman a los nuevos chavitos de ahora – si somos los que hemos aprendido a adaptarnos a esas “nuevas” tecnologías y sabemos como vivir sin ellas, ya que muchos recordamos lo que era ver la televisión con tan sólo tres o cuatro canales, poner la radio para escuchar la música de moda, o simplemente, ir a la fayuca para comprar la película que ya estaba en Beta o VHS. Por eso, levanto mi copa en su honor, a todos aquellos que supieron lo que era jugar a las escondidillas o al stop con los amigos de la colonia y que bebieron agua en los bebederos de la escuela. Una leyenda se quita el sombre ante otra leyenda.

Advertisement

Martín Santillán

This article is from: