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El mundo escolar como ambiente significativo para la construcción de paz
El mundo escolar como ambiente significativo para la construcción de paz.
Como disposición preliminar de la Ley 115Ley General de educación (1994) y en concordancia
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con el artículo 67 de la Constitución Política, la educación formal, no formal e informal está dirigida
hacia la formación de ciudadanos independientemente de su estatus social, grupo etario (niños, jóvenes y
adultos), ubicación territorial (citadinos o campesinos), grupos étnicos, personas con limitaciones,
capacidades excepcionales y las que se encuentren o necesiten un proceso de rehabilitación social;
entendiéndose como finalidad, el afianzamiento de procesos de identidad ciudadana, reconocimiento y
participación dentro del marco de la pluralidad cultural en búsqueda de la convivencia en armonía de
todos los integrantes de la sociedad. En atención al fin número 2 de la educación, es imprescindible la
formación en el respeto a la vida y a la paz, sumados a los demás derechos humanos, a la democracia,
convivencia, justicia, solidaridad y equidad. (Colombia, Congreso República de, 1994)
Desde la instituciones educativas, teniendo la mirada puesta en dicho fin de la educación, y como
acatamiento de la normatividad la ley 1874 de 2017 (Normograma del Ministerio de Educación
Nacional), se contribuye en la formación de los estudiantes hacia una identidad nacional donde prime el
reconocimiento de la diversidad étnica cultural de la nación, de igual forma, se promueve el proceso de
memoria histórica el cual contribuye a la reconciliación y la paz y la transformación social del país
(Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición, 2022).
Como parte de este proceso de transformación social, es imperante acciones que conlleven a la
reparación, justicia, verdad y memoria como mecanismos para garantizar los derechos de todos los
ciudadanos y primordialmente visibilizando la importancia de aportar a la recuperación de los
colombianos frente al impacto negativo que dejó el conflicto armado sufrido durante 6 décadas. Dentro de
las acciones, la primera y muy importante es la verdad vista como un propósito social conveniente para
todas las personas a pesar de las diferencias y justamente por ellas mismas, desde los establecimientos
educativos se busca fomentar estrategias que promueva el valor y la necesidad de la verdad, siguiendo la
ruta por el reconocimiento, la reparación, la reconciliación y la no repetición, conformando de esta
manera la justicia restaurativa como máximo bien para la sociedad. (2022, pág. 15).
La comunidad educativa con el liderazgo del talento humano cualificado como docentes y
directivos docentes está llamado a diseñar y desarrollar estrategias que permitan solucionar de manera
pacífica los conflictos, potenciando el respeto y la tolerancia dentro del marco de la democracia para
construir una convivencia donde no se repitan las acciones violentas del conflicto que ha dejado
incalculables heridas en todos los sectores de la sociedad. La propuesta es desarrollar acciones
pedagógicas donde la comunicación y el debate crítico estén presentes de manera argumentativa y
propositiva. Dichas acciones pedagógicas deben inducir a:
Identificación de contextos culturales en los que se despliega el conflicto y por qué.
Acciones y efectos del conflicto: cuales son las transformaciones positivas y negativas.
Reconocimiento de las expresiones culturales y artísticas que han estado presentes en el
conflicto.
En primera instancia, se debe dar una preparación del profesorado para luego replicar las estrategias hacia
y con toda la comunidad educativa. Dentro de los enfoques a tener en cuenta para la formación de los
docentes están: territorial, de género, étnico, de discapacidad, psicosocial. Los primero llamados a darle el
valor a la verdad son los docentes como modelos de ciudadanía.