Antología poética del taller de Osvaldo Bossi 2020

Antología MMXX año de pandemia

~miércoles~ taller de Osvaldo Bossi

Poesía

de joven escribí sueño con un jardín el jardín se ha convertido en floreros con nardos perros inmensos que no conocía y me acompañan Juana Bignozzi

Diseño de tapa: Romina Ávila Tosi Maquetado y diseño de interior: Sol Zurita Diciembre 2020

Volar I Me dijeron que fuera cuidadoso despacio y que no te acaricie “Inadaptado social” así te definía tu dueña que te quería tanto que te dedicó el único poema que escribió alguna vez II “Mi perro no puede como otros perros, no puede mi perro con otros perros, no puede” Así empezaba ese hermoso poema guardado para siempre en el correo y todo eso era cierto pero igual te acaricié y tantos años después te sigo llorando mientras escribo

porque

desde ese instante fuiste siempre mi cómplice en la casa III Traías tu correa en la boca para invitarme a pasear y corríamos como locos corríamos por la noche casi sin tocar el piso y nada era más importante IV Un día

te escuchamos y bajamos rápido las escaleras tratabas de sostenerte y temblabas en un charco grande de pis ¡Yai! ¿qué pasa Yai? yo no supe que hacer amigo pero ella te abrazó en el suelo y pocas veces vi una escena tan triste como en las películas parecías dar siempre

el último suspiro V Al final tuvimos que envolverte y cargarte en el baúl y desde ese día nunca pude ir al Parque Centenario sin mirar el Pasteur y pensar si algún día vas a volver a traerme tu correa para volar juntos por las calles de Chacarita sin que nos importe nada otra vez

Maximiliano Paz

Futuro Entre la muerte y yo engendramos un ĂĄngel; de ojos mar y suave pĂĄlida piel no me arrepiento querĂ­a algo que durase para siempre.

Elegía Quien bebió con urgencia de tus labios y fue el pastor delirante de tu cuerpo lo tenía todo lo tenía todo.

Llaves Manos enguantadas en piel de cactus escuchen: tengo llaves. tengo llaves una boca un par de dientes un amor y un tubo de ensayo donde guardo y tiro casi todo lo que me hiere piel, huesos y lagrimas casi todo lo que me hiere

Sharon Antar

Las llaves colgadas de un cordón alrededor del cuello las llaves bailan y chocan entre sí y hacen un sonido metálico que se vuelve imperceptible con el uso continuo como el diseño de la arandela que las une y que hay quienes cuelgan del precinto de los pantalones jeans frente quienes tiramos el llavero en la mochila puteando el hábito de la gravedad de llevarlas siempre al fondo y figura y genio mi amigo paraguayo llavea la puerta al salir hace malabares, sopla y guarda en el bolsillo el manojo que en sus manos se vuelve revólver de mentira termina la contienda el guille the kid abandona su monoambiente con la tarea cumplida cuidar la poca propiedad total que el techo es alquilado como su fuerza de producción camino a la fábrica en la bici un poco envidia al ciruja sentado en un colchón raído con el sol de jeta que parece una estatua un monumento a la libertad de circular un hombre libre de conchabo tomando sol a veces lee, a veces duerme la siesta ni cordones ataduras tareas urgentes vuelven más tarde las llaves a su destino por la noche mal que mal ya giraron muchas, casi todas adentro de cerraduras la clave de ingreso cierran las fronteras de afuera baja el frío a la noche y a la noche es otro cantar

Espóiler alert el principio del final de posta sobrevino al atardecer de un día que había sido sol pleno las partículas de polvo todavía chispeaban magia dorada y se podrían haber sacado fotos -con un zoom monstruoso- que guardaran para las próximas generaciones la sensación de que nada nada malo podía pasar si estábamos codo a codo a distancia de metro y medio porque el unicio ya estaba en marcha, una marcha sin cumbia ni rock y sin banderas ni botellas de plástico sin pico como vasos rebosantes de vino y chicha colorada. ni limonada. nada. ni un cortecito de ruta ni un caceroleo de variantes semánticas que se perdieran en esos ojazos negros negro, yo no quiero espoilearte el final si igual vos también tendrás tu versión con otros condimentos: los besos, los platos llenos, el baile -para que sea revolución hay que bailar, había dicho la emma- y los pies en el piso y arriba un techo. la salud y también el humo saliendo en remolinos negros de una parrilla. ¿sabés, negro? yo quiero ser la narradora que narra y narra abrazada, limpia, contra la corriente y mete chispas de sol y fulgores de ojos y la hace larga porque en el fondo no quiere adelantarse al final

Romina Ávila Tosi

Mi cuarto en tu cabeza Vamos a encontrarle el lado positivo De verdad me encariñé con personas nuevas lloré en el hombro de mi hermano abracé a mis amigxs y ellxs a mi Lo siento por mis viejxs no se merecen mi silencio es que con ellxs no puedo simular Pero volvamos a lo bueno ahora estoy arriba de un futón en una bolsa de dormir mirando la copa de un árbol desde una ventana mientras vos estas con otrx en una habitación de mi cabeza Me pregunto ¿Cómo será mi cuarto en tu cabeza? ¿Tendrá una ventana también y la copa de un árbol? ¿O estaré atado de pies y manos a punto de ser empujado por la borda de un barco de carga donde los tripulantes se aburrieron de torturarme y esperan que los tiburones terminen conmigo de una buena vez?

Guido Ciambella

La carne de doña Aurelia

parecìa sacada de una olla que habìa hervido tenìa pliegues en los pliegues y con la banda elàstica en el brazo de metal de su nave dijo fuego y adentro ¿o afuera? ¡fuego! ¡despegue! y antes de partir dijo: ¿qué galaxia es ésta, donde flota mi cuerpo? avanza la nave, chapa adentro mi mentón tiembla luces, luces, crema de satèlite en mi boca se mece como elefante en la tierra que desperrama su trompa ¡ay! ¡algo se me acerca! me detengo en el vacío para espiarlo flota mi casa, mis ojos flotan ya no hay piel y si la hay es perversa qué son esos ángeles y por qué me persiguen acelero y dejo atrás esta tierra de dolores las araucarias los antílopes mesetas llanos y montañas

en un póster de la pieza una pieza más entre tantas un juego ajeno un jugo rancio y yo sin caballos ni torres solo un peón y un rey estúpido mil años luz mil años noche dejo mis dedos contra el piso y vuelo alto como piedra salida de la resortera de un niño que mata a un pájaro y llora sin entender por qué lo ha hecho o por qué le duele haber matado todavía

Sol Zurita

Los obsesivos Los obsesivos cuentan las baldosas al caminar saben que a tres baldosas de la puerta está el poste de luz que en treinta pasos podrían encontrar un mendigo llevan una moneda preparada en el bolsillo y la entregan con la sonrisa exacta usan una remera blanca que dice “soy re obse” en letras negras la lucen con orgullo es lo mismo que decir “soy perfecto” ¡Qué goce cada mañana ver los tarros de la alacena en su lugar ! azúcar, arroz, harina, yerba, legumbres ¡Qué paz la del cajón de los cubiertos durmiendo en sus cubículos! los dientes hacia arriba, tenedores los filos, ah los filos, todos a la derecha Cuando algún amigo les señala un espacio demás entre palabras, una tilde de menos los obsesivos lloran a escondidas se castigan golpeando sus pulgares con una regla de metal Respirar es el orden el desafío es hallar una mancha fuera de las manchas doblar las sábanas hasta que sean un cuadrado compacto la asfixia es una mota de polvo sobre el mármol Pilar Barrientos

Guido hace la willy

en Avenida Don Bosco y me saluda con la cabeza porque tiene las manos pegadas al manubrio los autos zumban a su lado pero Guido hace la willy y me encandilan sus rayos girando en el eje Guido hace la willy montado a su caballo de fierro parece el Llanero solitario: Hi-yo Silver o la estatua de un prĂłcer que dio la vida por la patria Guido hace la Willy y arriesga la suya en algo tan inĂştil y efĂ­mero como suspender unos segundos una rueda en el aire Chau Guido Chau.

Juan Manuel Talarico

Eros del silencio Estar con vos y no hablar el lenguaje que hablan las palabras que nos sacan de este único tiempo de este único espacio.

Estar así por la casa o por el campo y mirarnos, de vez en cuando.

Estar unidas como están las montañas silenciosas una al lado de la otra conectadas por una base ancestral, un flujo eterno de barro y piedra y agua.

Estar como las aguas de los ríos por donde todo fluye hacia abajo río hacia arriba nube hacia abajo

lluvia.

Estar como cuando se está de viaje en un vagón de tren o en un colectivo en ese tiempo cuando nada se puede hacer más que dejarse trasladar el cuerpo de un lugar a otro calma del cuerpo ante esa espera entrega al presente ese único que es un viaje. la cara apoyada en el vidrio frío los ojos en la ventanilla yéndose al paisaje la contemplación que confunde postes de luz con álamos caballos con hombres follajes con casas las luces de algún pueblo con estrellas.

Y que la confusión no importe porque lo que vemos no tiene nombre en el presente porque no importa el nombre Las cosas despojadas de su significado Si es un álamo Si es un poste de luz Si es una casa o una estrella Es presente y no importan los conceptos en ese espacio sin tiempo donde nada importa lo que es ni para que ni por qué

Es Está Así nosotras Las montañas El agua El paisaje Así la casa y lo que nos rodea así vos junto a mi Vos junto a mí Contemplarte acariciarte con las manos y los pies Respirar Y sonreír de tanto en tanto Contemplar Estar Tu juego el viaje donde lo cotidiano se vuelve único y lo excepcional se vuelve siempre.

En silencio.

Estar acá con vos es lo real.

Cande Luján

Después de escuchar a leon leerme un poema de aldana capechano que me hizo acordar a mariano blatt hoy me fui al laburo temprano como todas las mañanas pero nunca deja de ser temprano porque no vivo solo y para mis amigxs siempre es temprano. decía hoy me fui temprano al laburo y león me dijo «suerte en el laburo» no me dijo «suerte» a secas no me dijo «suerte» como un formalismo, lo amplió pensó, me dijo «suerte en el laburo» y yo salí entusiasmado, sintiéndome realmente afortunado. sabía que algo distinto iba a pasar hoy, lo sabía porque cuando lo sé de este modo cualquier eventualidad cuando uno lo espera cualquier cosita se justifica decía hoy me fui temprano al laburo siempre me voy temprano al laburo soy un chico que madrugo, soy un chico joven pero igual madrugo. leon me ofreció un mate leon me leyó un poema de una chica que se llama aldana y quería chupar una pija era muy temprano, y sin embargo aldana pedía chupar una pija pedía que alguien la coja no cualquiera sino uno que estaba colgado quizá dormido porque era muy temprano leon me leyó el poema de corrido mientras me cebaba otro mate, después me deseó «suerte en el laburo» no en cualquier lugar me deseó «suerte en el laburo» y yo me fui afortunado pensando en aldana pensando

en una pija o en que me cojan quizá en el laburo hoy me cojan quizá tenga la «suerte» espero no estar dormido decía que me fui temprano de mi casa al laburo. león me cebó uno, dos tres mates, ya estaban lavados. león estaba despierto hace un tiempo león entró a mi cuarto antes que yo salga para irme al laburo temprano y me dijo «panchito, te sonó el despertador muchas veces» porque león me cuida, león me atiende, y le dije «ya sé, y voy a dejar que suene mucho más» porque me voy temprano al laburo pero no tan temprano por eso pongo despertadores porque no quiero soñar de más nunca quiero irme al laburo temprano con el sueño interrumpido los despertadores previos van moldeando el final me permiten elegirlo, me permiten manosearlo así me despierto sin pasarla mal sin que me pase lo que le pasa aldana hoy me fui temprano al laburo es temprano, siempre es temprano pero para león era como media mañana el desayuno estaba terminando, el mate lavado y me deseó «suerte en el laburo» no en cualquier lugar sino en el laburo y si hay un lugar donde necesito suerte es en el laburo porque para lo demás nunca me levanto temprano y puedo coger tranquilo hasta saciarme, o sea acabar mis sueños sin interrumpirlos

Franco Granzotto

Já chega a Pororoca Ja chega a Pororoca. Entre las aguas hablará la tormenta. Oyeron ya los yacaré, las pirañas, las serpientes se esconden bajo esqueletos de Canangucha flotan haciendo remolino.

“E muito perigoso”, le decían, de chica. Pero ya conoce esos bueyes que aran todo y cómo bate en cada palma el grito del océano. Donde había matas, gente o chozas, una montaña líquida de turbulento marrón arrastrará las ramas.

Ella es joven, aunque su piel cuenta otra historia. Se entrega a ese tiempo de equinoccio y ni una pizca de susto o asombro le queda entre las trenzas. Ve correr fresco, a sus pies, el abrazo de madre. Sabe que hasta el más macho de los machos, puede morir bajo los arcos y las flechas de las guerreras amazonas.

A un costado del río, se acomoda para el espectáculo el paisaje se le sienta al lado.

Juntos esperan el mismo rompimiento.

El grito de las cañerías Otra vez escucho ese aullar desde las entrañas traspasando revoques y el rojo de los ladrillos piden auxilio en la profundidad próxima o remota Retorciéndose están, sus intestinos ahogándose o sufriendo la más cruel de las asfixias en abstinencia imploran de sed la sobra de aire Ahora se agudizan con notas sostenidas y se agravan hasta alcanzar en el mismo grito la calma que las silencia

Linda S. Chattah

A cielo abierto No hay forma de no tener miedo son las siete de mañana; nadie sabe si vivo si estoy si me voy.

Dos hombres con capucha con caras rotas malvadas rasgan el suelo y mueven el vagón.

Si sacan un arma o si miran es lo mismo: no hay forma de no tenerles miedo.

Me encapucho quizás podría no haber forma de no tenerme miedo y a quién le miento solamente soy una niña con dinero en los bolsillos.

Se me ocurre de pronto que no hay peligro sino gente con dolor y sueños y se me abre el cielo tras la escalera mecánica un cielo que no confunde opaco sin sol, sin nubes

sรณlo amable sรณlo absurdamente hermoso como si alguien me diera por fin la mano y ya no hay forma de tener miedo.

Río Paraná mi tía Selva buscaba en el mundo su aroma su origen quizás por eso amaba a un hombre que todos los días volvía del río mi tío el pescador el aventurero después de amarla pero antes de morir pidió que lo llevaran al río Paraná “llévenme en mis cenizas, que descansen estoy enfermo sólo quiero el agua el brillo la flor mi casa” después Selva allí fue, lo siguió flotan sus cenizas también en el río juegan mientras las estaciones pasan, pasa el día y ellos se esconden entre las piedritas ¿salta un pez, por allí? ¿una planta, el reflejo del sol? ¿una joya que no se hundió? todo eso y ellos dos

Candelaria Bello