

LA NOCHE ES OTRO PAÍS:
BUENOS AIRES, ARGENTINA
Guadalupe López Graciano y Sol Zurita
maquetación, diseño, corrección: sol zurita - lluvia dorada ediciones
ÍNDICE FANZINE 1:
P.3 modelo para a(r)marte - ilustración conjunta
P.4 entrevista con Szabine Vollenweider “Poesía, ediciones artesanales y la lengua travesti contra el borramiento de la historia” por sol zurita
P.14 Estampita por Guadalupe López Graciano
p.15 Estampita por Sol Zurita
p.16 Entrevista con Valeria del Mar Ramírez “¡Trabajo sexual es trabajo!: El activismo como arma contra las heridas” por sol zurita
p.24 y 25 imagenes collage con las entrevistas
p.26 Santas Palabras “Sus palabras tienen eco y banda sonora” Fotografías por Guadalupe López graciano, Lourdes López Graciano y Emmanuel Farina
p.36 “De los libros a las calles” intervención callejera de carteles por Guadalupe López Graciano
p.42 “de boca en boca” estampitas
ÍNDICE
FANZINE 2
p.4 “santa diabla” fotografías por sol zurita
P.8 BITÁCORA
p.9 Introducción
p.10 resonancia del mundo fascista vs resistencias
p.13 acerca de nuestras lecturas
p.14 construcción de una entrevista
p.17 “entrevistas sensibles” por sol zurita
p.18 ”Representar la polifonía de voces mediante un objeto sonoro como punto de partida” por Guadalupe López Graciano
p.21 “Canonizar lo que sí nos representa: de sincretismo y cultura popular” Por Guadalupe López Graciano
p.22 “De filosofía barata y zapatos de goma” por Guadalupe López Graciano
P.23 Ensayísticas “Atreverse a construir un arrecife de coral”
P.25 “Modelo para a(r)marse (un abanico)” por sol zurita
P.27 “Primer pliege de donde surge el abanico” por sol zurita
P.30 ¿FIN?, LINKS Y AGRADECIMIENTOS.

Szabine Vollenweider
Nace en Río Cuarto, Arg. 1998. Es artista multidisciplinaria y editora independiente. Desde el año 2015 gestiona el Espacio Artístico y Editorial “Labicha Trava” como una forma de publicación y difusión de textos de autoría de la comunidad LGBTIQ+. Cursó estudios académicos de la Licenciatura en Teatro de la Universidad Nacional de Córdoba en el año 2016. Viviendo en dicha ciudad se formó en diferentes disciplinas artísticas: arte textil, danza contemporánea, danzas andinas, escultura experimental, performance e intervencionismo callejero. A partir del año 2014 comenzó su carrera y formación en Teatro, frecuentando espacios como: El Mascaviento, La Luna, Espacio Blick, La Burbuja, La Cochera, Casa Ramé. Ha realizado diferentes obras en contextos variados: Roberto Zucco en El Mascaviento, Otelo, El Revuelque (obra performática de autoría propia) y teatro callejero con instalaciones y performances colectivas e individuales. A su vez es egresada del Profesorado en Educación Primaria donde se formó en la importancia de pensar otro(s) mundo(s) posible(s) para las infancias en la diversidad. Entiende a lo educativo como constitutivo del quehacer artístico y es por eso que considera a la docencia, al arte y a la escritura como parte de un todo recíproco que obra y teje imaginarios-horizontes poéticamente posibles. Como artista y activista recibió en el año 2021 la Beca Creación del Fondo Nacional de las Artes para la publicación y difusión de literatura de la comunidad LGBTTTIQ+, específicamente para textos travesti-trans. Editó y publicó el libro “Un Halago Certero” en el año 2022. El museo Palais de Glace la convocó en ese mismo año para formar parte del proyecto de poesía “Conspiraciones Poéticas” que brindó talleres con artistas y profesionales como: Marie Bardet, Fernanda Laguna, Feda Baeza, Marlene Wayar, Susy Shock, Mariana Travacio, entre otrxs. Para ese proyecto fue invitada dos veces a CABA por el Ministerio de Cultura de la Nación, al Museo del Bicentenario y al Centro Cultural Paco Urondo como instancias de formación y publicación de la beca. Asimismo el Centro Cultural Kirchner la invitó a formar parte del “Laburatorio de Periodismo” coordinado por Marlene Wayar, Victoria Antola y con curaduría de Liliana Viola. En el año 2022 formó parte del programa “Bitácoras de Viaje Travesti Trans Latinoamericana” organizado y gestionado por el Palais de Glace y la Fundación Williams. En el año 2023 recibe por segunda vez la Beca Creación del Fondo Nacional de las Artes para el desarrollo de obras que involucran lo textil, la escultura blanda, la instalación y la performance. En el mismo año participó de la residencia artística “Corriente Alterna” del Centro Cultural 220 realizando 6 obras de instalación, textil, poesía y performance dentro de una muestra colectiva.
Entrevista
con Szabine Vollenweider
Poesía, ediciones artesanales y la lengua travesti contra el borramiento de la historia.
20 de Mayo de 2023
Por Sol Zurita

¿Cómo y desde dónde empezaste tu editorial artesanal y cartonera “La bicha trava”?
Yo la empecé en Río Cuarto, que es en la Provincia de Córdoba. Es un pueblito, o sea, no es un pueblo, es una Ciudad. Pero yo le digo que es un pueblo porque es famoso o es sabido que Río Cuarto es bastante retrógrado en el pensamiento en muchos sentidos y es bastante conservador, es una de las ciudades más conservadoras y esto puede deberse a que es una de las principales productoras sojeras, entonces, hay muchas familias de clase alta. eso hace que la ciudad tenga un poco de esta supuesta idea de que habitamos en un mundo de clase alta, de aristocracia porteña, en el medio del interior de Córdoba.
Entonces el proyecto editorial nace en ese territorio. Hice esas aclaraciones porque me parece importante también entender, de hecho me gusta mucho la pregunta porque no es un cómo sino también desde dónde, o sea, anclarlo al territorio. Creo que la idea de la editorial nace como una forma de resistencia de la militancia política de ese momento. Yo tenía 16, 17 años cuando la arranqué y también participaron varias amigas de forma transitoria, también riocuartenses. Y fue un proyecto que me permitió y nos permitió poder enlazarnos con otras, con otres y con otras realidades por fuera de ese territorio tan encorsetado como es Río Cuarto. Entonces fue una forma de generar resistencia a partir de la palabra y a partir de la edición. Y surge como cartonera porque queríamos poder presentar también una discusión, una resistencia a la producción de los libros en sentido mainstream. Y era cartonera porque el cartón tiene una potencia, el color del cartón, la textura era muy potente a la hora de intervenirlo, porque nosotras al principio hacíamos intervenciones manuales de las tapas, luego empezamos a formalizar un poco más el trabajo y a imprimir y a diseñar tapas, pero, al principio eran todas tapas individuales, todas pequeñas obras de arte que querían cambiar la idea del libro como libro acabado y que, cuando vos comprabas un libro de la editorial La Bicha Trava, era un libro objeto al cual se le cambiaba el valor del residuo por un libro. Era como poner por un lado el elemento libro y por otro el elemento basura, unirlos y hacer un libro-basura que pasaba a tener un sentido otro. Entonces esa era la idea principal de la editorial. Y también poder habilitar esto de la escritura y de la palabra de las autoras que nos interesaban a nosotras y que creíamos necesario que circulen en esos espacios.
¿Qué es editar un libro?
Editar un libro para mí es hacerle un recorte estético. Digo esto porque mucha gente piensa que editar un libro es simplemente maquetarlo. Editar un libro es otorgarle sentido, ahondar en los símbolos que hay atrás de las palabras. Es un trabajo que muchas veces se lo ve como invisible, se lo invisibiliza en el sentido de que se piensa justamente que es un trabajo técnico y en realidad es un trabajo simbólico, porque la edición en definitiva toma decisiones por sobre lo que un libro es o la forma en la que una persona está escribiendo un libro. Generalmente
el rol de la edición y de las editoriales es de censurar, motivar, presionar, cambiar, modificar, como todos esos verbos y todas esas variantes a quien escribe un libro. Entonces editar un libro es, en definitiva, un recorte estético-político y al entenderlo desde ese lado, una empieza a hacer ese trabajo de curaduría mucho más concienzudamente y con mucha más empatía.
Ya que la pregunta “¿qué es ser trans?”, tal vez resulte muy abarcativa, quería preguntarte: ¿qué es ser trans en tres lugares: en la escritura, en el trabajo editorial, y en la escuela, dando clases?
Sí, la pregunta sobre qué es ser trans es muy abarcativa, pero ser trans en esos tres lugares me parece muy interesante, porque de hecho la tercer pregunta fue una pregunta que nos hicimos al principio cuando empezamos con la editorial, que era: ¿qué es ser travesti o trans en la escritura?, ¿qué es ser travesti o trans en el trabajo editorial y en la escuela?. Y creo que, particularmente, es de nuevo una resistencia y no en el sentido romántico de convertirnos en mártires, sino en el sentido poético. Que cada quien, ocupando los lugares en los que se ubica, puede resistir o puede generar prácticas de resistencia que sean rizomáticas, que sean afectivas, que sean escriturales. Particularmente en la escritura y en la editorial es algo que van de la mano, porque es un lugar en el que se nos expulsó, o sea, se nos expulsó de todos lados, vamos a ser sinceras, pero en la escritura es como el último rescoldo que quedaba allí, en el cual no se nos permitía a nosotras ingresar y en el cual se nos estaba vedado, porque nosotras pertenecemos a otros espacios, pertenecemos a la noche, pertenecemos a ciertos trabajos que no tienen que ver con la escritura, con el trabajo intelectual, y es una forma de recuperar algo que en realidad siempre nos perteneció. Nosotras somos una cultura oral, pero también escribimos, también tenemos nuestras lenguas, también tenemos nuestra particularidad en la escritura, también damos vuelta a la escritura y nos la apropiamos. Y asimismo, la edición viene de la mano con lo que estaba diciendo, que es poder otorgarle otro sentido a una praxis que se la piensa como puramente técnica y, en realidad, es una praxis simbólica.
En la “Bitácora travesti trans latinoamericana” vos
nombras “el bosque, la cueva, el río” como “lugares de las práctitcas colectivas simbólicas que pertenecían al pueblo, en contraposición con los orígenes del caotlicismo”, ¿qué otros lugares que reivindican las prácticas colectivas travestis podes escribir, en contraposición con la autoridad de una historia impuesta por escritores varones cis y heterosexuales, occidentales?
Yo creo que, y no quiero sonar romántica de más con esto, la poesía es un lugar de resistencia. Porque es el lugar que nos hace retornar a la cueva, al bosque, al río. Como estoy medio redundante con la idea de resistencia, voy a omitirla, pero como un lugar de refugio, y no solo refugio individual o refugio colectivo para escondernos, sino para armarnos, en el sentido de armarnos con herramientas simbólicas, con herramientas de defensa, con herramientas de ataque. Y la poesía es un rescoldo, un resguardo, un refugio en el que nosotras también podemos ubicar estos márgenes de resistencia, y donde podemos, y pudimos, escribir nuestra historia en las páginas ocultas con tinta limón, como toda esa especie de secreto que fuimos conservando. Y no sólo la poesía en sentido escrito, acá es donde quiero hacer hincapié, sino, que nuestra cultura travesti ha resistido en la memoria oral que se ha transmitido de generación en generación travesti, y es una historia milenaria. Obviamente hay fragmentos de nuestras historias que las hemos perdido, porque hemos sido asesinadas, hemos sido violentadas, se ha cometido un genocidio hacia nosotras, un identicidio, pero, a pesar de eso, y sin embargo, conservamos una práctica colectiva de memoria, de escucha. Y creo que eso es la poesía en definitiva, es practicar la memoria, es practicar la escucha. Y creo que la poesía, en ese sentido, es la que nos permite reconectar con la cueva, con el bosque, porque nos permite escuchar formas de vida, en ver la vida y escuchar la vida en lugares donde quizás no pensamos que está presente, o que no estamos predispuestas a hacerlo. Entonces creo que la poesía en definitiva es un lugar de resistencia que no es necesariamente occidental, sino que hay poesía oral, poesía de todos los pueblos, y obviamente con otras categorías, con otros nombres, con otras variantes, pero bueno, existen.
También, en la Bitácora, incluís un diccionario, glosario “Cruces: Diccionario”, ¿porqué abrir la lengua de la
resistencia, o lengua oculta al mundo?
Después en “bitácora” también hablo de lo del diccionario. Me parece que es importante esto de la lengua del carrilche, lo del diccionario, rescatarlo, estoy intentando “rescatar”, rescatarlo entre comillas, porque no es una lengua que precise ser rescatada, sino que ya se ha escrito mucho, la seguimos usando en el día a día, o sea que las lenguas no mueren del todo, sino que se conservan o mutan en formas muy diversas. Pero lo que me interesaba a mí con el tema del carrilche es poder representar, o sea, volver a presentar nuevamente esa lengua que, para nosotras, fue una lengua de resistencia muy importante. Es como la quinta vez que digo la palabra resistencia, pero realmente hay algo en nuestra identidad que viene de la mano un poco tristemente, un poco positivamente con la idea de la resistencia. Pero bueno, el carrilche era una lengua de, no sólo resistencia, sino también de comunidad, de lenguaje propio, de lengua propia y de poder nombrar al mundo como nosotras lo entendíamos, como nosotras lo experimentábamos, como nosotras lo vivíamos. Entonces el Carrilche viene a significar ese cobijo por fuera de estos lugares que nos expulsaban y esta forma de construir comunidad simbólica con otras, con otres. Me parece que esa lengua oculta, esa lengua que supimos cobijar, supimos conservar, supimos poner en vinagre como una conserva, la hicimos chucrut. Me parece que es muy importante rescatarla en sentido en sentido no de salvarla del olvido, sino de representarla de nuevo, rescatarla, traerla acá como “che, te rescato y te digo che, reactivate”. Como la expresión coloquial de “rescatarte” en ese sentido.
Vos, además, sos escritora. ¿El cuerpo y las vivencias del cuerpo se trasladan a la escritura?
Sí, totalmente. A veces está bueno poder fugarse de ciertos lugares comunes en los que nos hacen hablar, ¿no?. Porque también pasa que los hombres hablan de esto, entre comillas, ¿no?. “Los hombres hablan de cuestiones idílicas, de cuestiones trascendentales, de la trascendencia”, “las mujeres hablan de cuestiones corporales, o las feminidades” y “las travestis hablan del cuerpo”. También hay ciertos lugares dados, que a mí me parece potencia igual, pero que tampoco hay
que verlos como lugares categóricos. Entonces, sí, ¿el cuerpo y las vivencias del cuerpo se trasladan en la escritura?, sí, pero se traslada para todes igual, lo querramos o no aceptar. Porque una sitúa. Es el territorio en el que una hace barro, y entonces en el que una y en el que todes hacemos barro, y en el que todes nos hacemos barro y en el que todes nos convertimos en tierra, en definitiva. Entonces, el cuerpo es el lugar desde donde nos enunciamos, el lugar hacia dónde nos anunciamos, pero no es necesariamente el lugar hacia donde debemos hacerlo o el único lugar en el que podemos enunciarnos, sino, que implica una potencia, un lugar posible, una posibilidad desde el reconocimiento de lo propio, de los límites fronterizos de la carne, pero al mismo tiempo, desde el entendimiento que mi cuerpo es otro en relación a otros cuerpos. Y me parece que había un poema de Miguel Hernández que hablaba del hambre y de la fiera y dice algo de esta ruptura-cuerpo, con animal y cómo nos convertimos en fiera. “Entonces sólo veo sobre el mundo una piara / de tigres, y en mis ojos la visión duele y pesa. / Yo no tengo en el alma tanto tigre admitido, / tanto chacal prohijado, que el vino que me toca, / el pan, el día, el hambre no tenga compartido / con otras hambres puestas noblemente en la boca” Y habla de esto también, de la cuestión de cómo es preciso un enlace colectivo, cómo es preciso hablar del cuerpo, porque hablar del cuerpo implica hablar de un cuerpo colectivo y hablar del cuerpo implica hablar de pasiones, deseos, y nos implica de forma colectiva. Y me parece que el poema del hambre o la idea del cuerpo que muchos hombres occidentales y blancos no quieren hablar es porque, justamente, pone en jaque todas estas construcciones artificiales que han hecho ellos para poder posicionarse en un lugar de privilegio frente al mundo. Entonces hablar de cuerpo es una potencia y me parece que es una potencia, pero también podemos hablar de un montón de cosas más.
Con un deseo de abordar y estudiar qué pasa en otros territorios, llegué a las NOTIGUAPAS1, son entrevistadoras callejeras, activistas, travestis y trabajadoras sexuales, en Colombia, Manizales. Hacen un trabajo periodístico “sin pelos en la lengua” en las calles de Manizales, a personas cis, varones, señoras, putas. Su trabajo es para desarmar el relato de la publicidad política hegemónica. También realizan
1 Ver en https://colombiavisible.com/notiguapas-periodismo-callejero-explosivo-y-trans-en-manizales/
documentales. En una imagen se las puede ver sosteniendo un cartel: “El único cuerpo equivocado es el de la policía”. Y conectando con la canción de Ricky Espinosa “Nunca seré policía, de provincia ni de capital”, te pregunto: ¿Qué es la policía para vos?. En todo el abanico de la palabra. La policía-policía (que recibe un sueldo) y la policía-ad honorem.
Después vamos con la de la Notiguapas, que me encantó. Qué lindo esto de poder encontrarnos en muchos lugares y que sigamos apareciendo de todas las piedras..., salimos de todos lados.
La policía, la policía para mí es el cuerpo, es el cuerpo social, es el cuerpo colectivo cuando no lo dejamos, cuando no le permitimos el caudal deseante. La policía, en definitiva, pueden ser los amigos, la policía pueden ser los afectos, la policía puede ser la familia. Entonces la policía no es meramente esto de policía igual institución, sino, que la policía es toda predisposición que tenga cualquier sujeto para controlar lo que otra persona está haciendo. Y no solamente lo que otra persona está haciendo, sino lo que otra persona puede hacer y lo que yo aún, o sea, lo que la persona policía no puede realizar por sí mismo. Entonces empieza ahí el acto de censura: cuando una persona no puede realizar para sí misma los deseos que quiere, esa cuestión de la represión. Entonces la policía es la represión, primero, la autorrepresión, y, la extrapolación de esa represión, hacia las otredades que nos rodean. Entonces, policía, igual represión, igual represión del deseo, igual represión hacia otras. Me parece que es sumamente importante dar a la discusión de la policía en el sentido no sólo institucional, sino biopolítico, y cómo tenemos incorporada esa institución en nuestras prácticas políticas. Porque hoy en día policía puede ser una agrupación de izquierda contra otra agrupación, supuestamente no tan de izquierda. Y hay prácticas policíacas que terminan reproduciendo y que, en definitiva, como la policía está en función de un solo amo, terminan beneficiando a ese amo individual. Entonces termina siendo un sinsentido. Cero. La policía es un sinsentido, pero al mismo tiempo tenemos que saber discutir de forma inteligente. Tenemos que saber dar la discusión, porque si la policía existe hoy, ¿cómo hacemos para discutir con ellos?, ¿cómo hacemos para que no nos sigan reprimiendo?, ¿cómo hacemos para que no nos sigan matando? Tampoco hay que
hoy en día pensar que estamos en los noventa y volver a la confrontación armada con la policía como si fuese algo viable, sino que también hay que pensar estrategias para que la policía pueda ser concebida como un régimen total y no únicamente como una institución. Entonces, si queremos dar la discusión, que sea una discusión total de preguntarnos cuánta policía tenemos adentro y ¿por qué?, ¿por qué los sectores populares o por qué los sectores empobrecidos son los que más terminan ejerciendo el rol policíaco?, ¿no?, porque también ahí hay una discusión que nadie quiere dar y ¿por qué los discursos de campañas electorales o los discursos en general terminan siendo discursos en pos de la seguridad?, ¿y por qué son siempre los discursos que terminan ganando adeptos?, ¿por qué la seguridad genera tantos adeptos?, ¿por qué Milei llega al poder, gracias a la idea de un protocolo de seguridad en alianza con Patricia Bullrich?. Porque la gente, internamente, biopolíticamente, tiene asimilada esa idea de seguridad ciudadana y precisa de esa idea, del ejercicio de esa idea que se concrete, que nos den una respuesta ante la supuesta inseguridad. Y en ese sentido, también tenemos que ser capaces de dar la discusión, en sentido pragmático, político y materialista de cómo discutimos las instituciones policíacas, cómo discutimos, por un lado lo que decía antes, la totalidad de la policía como fuerza biopolítica, pero también cómo discutimos en términos estratégicos hoy en día, en este contexto, a la policía como institución, a la policía como figura del derecho y a la policía como figura del sistema jurídico. Me parece super interesante eso y me parece necesario porque la policía puede estar disponible para las travestis en muchos sentidos, digo, en términos posibles, porque no lo está, pero antes había un margen de represión constante hacia nosotras por un marco legal que lo permitía y, poco a poco, pudimos dar la discusión para sacar ese marco legal, para eliminarlo, para borrarlo, para modificarlo. Entonces la policía ya no tenía argumentos para poder ejercer esa violencia policial. Hoy en día se cometen abusos de forma indiscriminada hacia nuestra comunidad y hacia otras comunidades también empobrecidas. Y siento que ahí es donde tenemos que dar la discusión con la policía en términos estratégicos. Cómo nos defendemos de la policía, cómo la modificamos, cómo la eliminamos del cuerpo biopolítico y cómo pensamos de forma estratégica canalizar esos discursos de seguridad para poder utilizarlos a nuestro favor y poder retrucar esta idea de seguridad que, en definitiva, termina atacando a los
cuerpos más débiles, es decir, travestis, personas afrodescendientes, sectores populares empobrecidas, mujeres, tal, ¿no?. Entonces es una discusión que precisa de nutrirse del campo del abolicionismo penal, que precisa nutrirse del campo de la estrategia política y que precisa discutirse plenamente entre partidos políticos, entre agrupaciones de base, entre movimientos sociales, entre organizaciones que ya lo están haciendo. Pero digo, ahora, en este marco de avanzada de la derecha, necesitamos retrucar y necesitamos volver a dar esta discusión que la estamos dando siempre.
Una invitación a un juego: si fueras una notiguapa, ¿qué saldrías a preguntarle y a quién en la calles de tu barrio?
Le pediría un secreto. Le pediría que me cuente un secreto, que en realidad no sería un secreto, pero que me cuente algo que no se lo ha contado a nadie nunca. O una confesión. Los secretos tienen mucho poder y creo que, a veces, hay una pantomima, algo parafernal que nos venden como pantalla de nuestras existencias y luego, en los secretos, es donde realmente vivimos... más en el barrio, preguntarle algún secretito debe ser interesante.
¿Seguimos en guerra?
Sí, siempre seguimos en guerra. Una guerra que no iniciamos nosotras y nosotres, pero acà no hay que vernos como sujetas pasivas, como víctimas únicamente. Sí sucede que... sí sigue sucediendo que nos asesinan, nos matan, nos exterminan. Pero tampoco hay que vender la idea de que nosotras no estamos armadas en sentido general, sino que nosotras tenemos cada vez más herramientas, más formas de defendernos, más estrategias. Y creo que también hay una cuestión del miedo que se está tornando a la inversa. Y me parece que es preciso eso, porque tenemos que salir a las calles y si hay una guerra tenemos que aprender a defendernos, pero también tenemos que aprender a contraatacar. Eso.


Valeria del Mar Ramírez
nace en diciembre de 1956 en Capital Federal, donde cursó la primaria y secundaria. Su madre era entrerriana y a los 15 años llegó a Buenos Aires para trabajar limpiando casas. Valeria transitaba el conurbano con sus amistades y como trabajadora sexual. Es sobreviviente primero a la razzia, luego a los secuestros en la dictadura y al maltrato de la sociedad, e incluso a la policía de la democracia. Llegó a Constitución en 1999. Trabajó dos años en el Hospital Ramos Mejía, como promotora de la salud. Es fundadora de la Casita Roja de Ammar, en la CTA, junto a Georgina Orellano y secretaria de Derechos Humanos. Recibió la Ley de identidad de Género. Y es la primera travesti querellante en los juicios de lesa humanidad.
“acá ya estaba en la fundación”

Entrevista con Valeria del Mar Ramírez
¡Trabajo
sexual es trabajo!: El activismo como arma contra las heridas
26 de Mayo de 2023
Por Sol Zurita
¿Tardó mucho en llegar la justicia para vos? ¿qué significa que haya llegado?
Para mí, la justicia tardó cuarenta y siete años en llegar. Cuarenta y siete años esperando el veredicto. 47 años siguiendo, como sigo, militanto ¿no?. En esos 47 años estuve, como sabes, secuestrada. En esos 47 años tuve que dejar de ser Valeria por un tiempo y irme como si fuera una secuestradora a esconderme en un campo amigo de mis padres. Estuve como un año y medio ahí y tuve que dejar de ser Valeria, transformarme en Oscarcito, en “Cachito”, como me decían de chico, para que no me reconocieran.
Cuarenta y siete años esperando el veredicto. Cuarenta y siete años y encima te tuviste que esconder. ¿Cuántos años tenes ahora?
Bueno mirá, tengo sesenta y siete años, cumplí en diciembre. Así que te podes imaginar el recorrido que tuve, las caídas, los tropiezos, años, te digo, ¡años! de calabozo pero dentro de toda mi carrera, ¿no?. Dos por tres en los calabozos, pero así fuimos visibilizandonos, hasta que yo llegué en 1999 a Constitución. Ahí estaba Fundación SIDA y repartían profilácticos gratuitamente, entonces yo iba a buscar todos los días, para mí y mis compañeras. Ahí fue que hablando con la coordinadora me preguntó y yo nunca me había hecho ningún análisis its, sobre vih, venéreas, nada, entonces ella fue que
decidió y me acompañó al Hospital Ramos Mejía, a Inmuno comprometidos que era un hospital adentro del Ramos Mejía, y bueno, fue que me hice los análisis y…siempre tuve un ángel en la guardia que me iluminó porque hasta el día de la fecha no tengo vih. Podría haber tenido como todas mis compañeras, que hemos hecho cosas sin profilácticos, ¿no?, que…a veces una por la plata no piensa en los riesgos que puede pasar, ¿viste?. Por eso digo del angelito, porque sino, estaría como todas mis compañeras en este momento viendo crecer los rabanitos de abajo, Gracias que he llegado a esta edad, ¿no? que es lo principal.
Así como sobreviviste a la dictadura y a la razzia policial y esto que me decís que seguís militando...¿sobrevivís también a la democracia?
Mirá mientras estuvimos con los gobiernos anteriores, más o menos estábamos bien. Hubo siempre represión contra nosotras porque yo siempre digo: “nuestro colectivo todavía no está en democracia porque nuestras leyes no se respetan”. Y ahora, actualmente, con este presidente lamentablemente volvimos para atrás, estamos practicamente como estabamos en la dictadura, por lo menos te digo acá en mi barrio y pasa en otros barrios también, que ya se bajan, les pegan a las chicas, las hacen desnudar en la vía pública, aparte no es eso solo, sino que les sacan todo el dinero y los celulares. Eso es para que nos filmen o sepan los grupos que nosotras tenemos.
¿Dónde creciste?
Yo nací en el Hospital Álvarez, en capital. Mi mamá era sirvienta de una empresa de bodegas “La cosecha”. Yo me crié ahí, hice toda la primaria en la Escuela Quintino Bocayuva de ahí de César Diaz y Nazca, de Flores. Y después terminé la secundaria quinto comercial en el Instituto Santa Rita. Yo vivía en la Capital, ahí fue cuando mi mamá conoció este señor español y fue que dejó de trabajar de doméstica y nos fuimos a vivir a Belgrano, a Vidal y Virrey Feliú, el tenía ahí un almacén y casa, y nos fuimos ahí, yo me iba a provincia porque tenía hermanos que conocí, las amistades, las fiestas, y todo.

“acá de cuando hice el curso de peluquría en la Fundación”
¿Qué es Ammar?
Mirá, yo estaba en Fundación “Buenos Aires Sida” con Alejandro Freyre, el presidente, que cerró. Bueno, entonces yo de 1999 que vivo acá en Constitución y desde el ´99 que entré a vivir en este hotel, el Hotel Santa Cruz que está en Santiago del Estero y Pavón. Y viví hasta hace cinco años que pude salir y alquilar un departamento pero practicamente mi vida la hice acá en Constitución. Acá fue que milité con las chicas, auque ya había cerrado la Fundación, pero igualmente tenía contactos, así que trataba de conseguir alimentos, trataba de llevar a las chicas a los hospitales. Yo en Fundación hice un curso de Promotora de Salud, en el hospital en ese momento estaba “Servicio inmuno comprometido” que era un hospital que figuraba de día adentro del Hospital Ramos Mejía, y me contrataron por dos años así que me tuve que hacer monotributista para poder cobrar. Bueno, trabajé dos años, después se cerró todo esto, y como te digo, quedamos todas las de la fundación en la calle y bueno, yo traté de arreglar acá donde
yo vivía, hablé con el dueño para poder limpiar o ver qué podía hacer y me dió una mano...sabía lo que me había pasado y bueno, entonces agarré y me dió para limpiar el hotel y estuve limpiando el hotel y ahí fue cuando en la otra cuadra se inauguraba el Ministerio público de la Defensa y las chicas dicen: “vamos, vamos”. yo justo estaba con la escoba barriendo la vereda a la tardecita...dicen: “vamos vamos, Valeria”, “no...dejame”, “vamos vamos que va a haber sanguchitos, gaseosa, vamos a comer”, “bueno...” agarré, me llevaron las chicas, fuimos y estuvimos ahí y ahí conocí a Yahaira, conocí a Marcela Tobaldi, que es de “La Rosa Naranja” ahora, ¿no? y bueno ahí nos reuníamos porque antes nos reuníamos en un bar. Entonces ahí nos empezamos a reunir, me dieron día miércoles y después el día viernes para poder...como ahí venían abogados y venían con mucha problemática en la zona, como las paradas de las dominicanas... era la época que inmigraban mucho las peruanas y estaban las argentinas... y bueno como estaban ahí, venían a quejarse que se tiraban botellas, se pegaban, entonces iba y trataba de que viniera el Ministerio para llegar a un acuerdo, ¿no? Entonces citabamos a las dos partes y estaba el abogado y llegaban a un acuerdo en que se comprometían una a la otra: No faltarse el respeto con el horario, no pasarse de cada zona...todo eso en un libro de actas, ¿no? para que conste lo que íbamos haciendo. Y bueno, después fue que en frente había un local que era también una organización y hacían carácter, ayuda escolar pero nunca había nadie. Y una vuelta pusieron “se toma la presión gratis”. Y yo pasaba siempre y un día dije voy a ir a tomarme la presión y de paso chusmeo qué es lo que hacen. Y bueno, me tomé la presión, estuve hablando todo, en ese moento llega Pablo Ferreyra con un abogado, ¿no? y bueno, hablando así me dice “vos sos Valeria, ¿no?” “si, si, Valeria, que estoy acá en frente” “Ah, mirá! quería hablar con vos, nos convendría que nos reuniéramos, yo tengo este local y lo quiero activar más y veo que en el barrio ustedes están trabajando a full” “y sí, nosotras estamos en la CTA, no? somos el Sindicato de trabajadoras sexuales” y bueno, y...ahí fue que en ese entonces hubo una votación en Constitución para la delegada, ¿no? Compartíamos una compañera y yo, y bueno, se hizo entre todas las chicas de Constitución y gané. Gané y fui delegada de Constitución, y bueno, ahí empecé a ponerme más las pilas, a trabajar más, en el sentido de buscar más beneficios para nosotras. Yo soy una a las que le entregaron La ley del género junto a Claudia Pía, con el nombre que habíamos elegido pero Claudia Pía, practicamente había fallecido cuatro días antes,
y lamentablemente...lamentamos hasta el día de hoy, yo lamento porque ella era muy compañera mía, salíamos a repartir profilácticos por Palermo, a los bosques, lamento que la tuvimos que enterrar con su nombre biológico. Bueno, nos entregaron “La ley de género” en la Facultad de Derecho, en un evento que hubo, y bueno, así fue que le dije “Yo siempre soñé con tener una casita, algo de nosotras” y entonces con la reunión que tuvimos, Pablo Ferreyra dijo que nos ayudaba a pagar un año el alquiler. Así me reuní con Georgina Orellano y le dije que si ella aceptaba al colectivo trans, contaba conmigo sino de lo contrario yo no...porque cuando estaba Elena Reinaga...yo fui y ella no me aceptó, porque quería que las trabajadoras sexuales sean mujeres cis, no travestis y bueno...ahí quedó, seguí buscando, ¿viste? y en cambio, con Georgina empezamos a trabajar las dos juntas y tuvimos La Casita, fuimos fundadoras de La Casita y bueno, fue el momento que más estuvimos en la pandemia porque todas habían practicamente cerrado, y a nosotras nos venían las chicas que no podían salir, por el artículo 205, que las echaban de los hoteles porque no podían pagar y bueno, con Georgina Orellano empezamos a trabajar Ammar, Casa Roja empezó a trabajar, y bueno, empezamos a pedir donaciones y recibimos muchas y acá en Constitución atendimos dieciocho entre hoteles, casas, inquilinatos, porque acá practicamente las chicas viven y trabajan, en Constitución, así que bueno. Con ella trabajábamos a full, nos brindó mucha colaboración la gente: comida, colchones, heladeras. Una casa de química nos ofreció todos artículos de limpieza para hacer limpieza general en los hoteles, cocinas que cambiamos en hoteles. La verdad vi que nosotras tuvimos mucha ayuda siempre en todo, cuando se piden donaciones, los argentinos por más poco que tengan, una ayudita te dan. Aparte estoy en la comisión directiva de Ammar de la CTA y soy secretaria de Derechos Humanos.
Una vergüenza que antes una mujer cis te haya rechazado. Mejor ubicar en dónde sí pudo ser posible, y bueno, te hago la última pregunta. Quería saber a cerca de las heridas del cuerpo, vos ¿qué podes decirme que hiciste con las heridas? ¿Qué dicen esas heridas? ¿Se transforman?
Mirá como yo digo: “las heridas que una lleva en el cuerpo no las podes sacar más” y transformarlas... ¿en qué las podes transformar?, sino en...a mí lo único que me quedó es seguir
militando, seguir trabajando para que a nosotras nos reconozcan, que seamos más visibles, ¿no? ¡que seamos más visibles! porque no somos muy visibles, ¿no?, ¿eh? a pesar de que somos un Sindicato de Trabajadoras Sexuales y que el estado nos reconozca, ¿no? ¡eso quiero! con todas mis compañeras, por supuesto, que trabajamos para que reconozcan nuestro trabajo, para que nuestro trabajo pueda ser reconocido, como es cualquier trabajo reconocido, que tengamos derecho a la salud, que tengamos derecho a la educación, nosotras, nuestras hijas, hijos, hijes, que tengamos derecho a poder vivir dignamente, ¿no? alquilar...que no podemos alquilar porque no tenemos recibo, tenemos que vivir en hoteles o inquilinatos que nos cobran lo que ellos quieren, y tenemos que pagar, para no estar en la calle, porque hay compañeras que están ahí pero hay muchas compañeras que no pueden pagar y pasan en este momento en la calle, en “las ranchadas” como nosotras decimos, y el estado eso no se fija, ¿no? eso lo tiene que hacer el estado. Somos nosotras las que estamos luchando, trabajando y ahora con mi compañera Georgina, estamos recorriendo...vino la otra vez la legisladora Montenegro, el diptado Paulón, Freire y bueno para que vean el recorrido, ¿no?, el recorrido de la zona, cómo actúa la policía, ¿no?. Así que seguimos todavía luchando y nos falta mucho, como te digo y como te venía diciendo y el día de mañana tener una jubilación digna como cualquiera, como cualquier sindicato, que es lo que nosotras no tenemos. Y que nuestro trabajo, el trabajo sexual, sea ley. Como fue ley el aborto. Nuestro trabajo queremos que sea ley, el trabajo sexual.
Fue un gusto que me puedas haber hecho esta entrevista y por lo menos queda la lucha de todas nuestras militantes que por ahora, ¿viste?, veteranas que vamos quedando y vamos luchando y practicamente vamos logrando lo que proponemos para las compañeras, así que te agradezco demasiado que me hayas escuchado y bueno, besos y espero que vengas a Casita Roja.

“acá cuando recién empezaba”

“Acá cuando Cristina me entregó el DNI en mano”

“ nuestro
colectivo todavía no está en democracia porque nuestras leyes
no se respetan”
“nuestra
cultura travesti ha resistido en
la
memoria oral
que se ha transmitido
de
generación en generación travesti, y es una historia milenaria ”


Santas Palabras
Sus palabras tienen eco y banda sonora por Guadalupe López Graciano, Lourdes López Graciano y Emmanuel Farina.











de los libros a las calles






DE BOCA EN BOCA


