Jacobo Borges. De las relaciones humanas al Paisaje desde el mar 1986-2016. 2016

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Jacobo Borges


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Jacobo Borges

Exposición febrero-marzo 2016



Siempre admiré a Jacobo Borges por el poder expresionista de su obra y su dominio del oficio; pero nuestro verdadero encuentro ocurrió en 1988, cuando representó a Venezuela en la Bienal de Venecia. Jacobo venía de realizar «De La pesca... al Espejo de aguas. 19561986», una exitosa exposición retrospectiva, que itineró por museos de México, Alemania, Colombia y Venezuela entre 1987 y 1988, y que lo había ratificado como uno de los principales artistas con aportes al desarrollo de la pintura contemporánea. En Venecia presentó su producción reciente, donde abría paso a una obra de profundo talante introspectivo con muy positivos comentarios del público, coleccionistas y crítica especializada. Entre nosotros se inició una excelente relación profesional y una valiosa amistad que se fortaleció en el tiempo. El lenguaje de Borges gira en torno a los ejes del tiempo, la memoria, el viaje, el agua y el espacio, y estos conceptos crecieron discursivamente a partir de 1986, en un contexto de reconocimiento internacional, desplazamientos y cambios en su rutina cotidiana. Durante estos treinta últimos años hemos acompañado y proyectado su trabajo en las numerosas exhibiciones realizadas por la Galería Freites. El público tuvo en ellas la ocasión de apreciar las series y las inquietudes filosóficas y plásticas que construyen el mundo de Jacobo Borges. Sin embargo, este largo proceso ameritaba una exposición completa de ese período comprendido entre 1986 y 2016. Proponemos una lectura de los problemas que Borges supo resolver sabiamente a través del ejercicio de la pintura. Con ello, la Galería Freites responde al compromiso de brindar al país marcos integrales para la interpretación de la obra de los principales artistas contemporáneos, con rigurosas investigaciones y publicaciones de calidad. Es nuestra forma de honrar a la cultura venezolana. Alejandro Freites

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Jacobo Borges De las relaciones humanas al Paisaje desde el mar 1986-2016


Con Jacobo Borges estamos ante un artista que ha desplegado su trabajo bajo la inspiración de la ‘obra de arte total’, inmensa, intensa, densa y compleja; que cruza los límites de la plástica, las disciplinas, la literatura y el pensamiento; que trastoca las significaciones del tiempo y el espacio y crece bajo las capas de la historia y la memoria con una profunda comprensión del ser humano. En 1986 su producción fue reseñada en una magnífica exposición que daba cuenta de su importancia y valor en la fragua de los nuevos expresionismos en la pintura latinoamericana. «De La pesca… al Espejo de aguas. 19561986» fue exhibida en Monterrey, Ciudad de México, Berlín, Bogotá y Caracas, y mantenía una línea conductora de treinta años para llegar al punto de inflexión que cambió definitivamente el rumbo de su trabajo y que lo colocó entre los grandes de la contemporaneidad. En aquel momento, su gramática expresionista dio paso a una obra compleja y de profundidad poética cuyos ejes gravitan en los conceptos del ‘viaje’, el ‘tiempo’, el ‘espacio’, la ‘memoria’ y el ‘agua’ como metáforas del cambio que fluye. La obra fue mostrando una especie de serenidad en movimiento que lo separaba de la

María Luz Cárdenas

violencia figurativa de los años sesenta y setenta. Incluyó nuevas imágenes, centró su reflexión en el campo de lo interior, la distorsión del espacio se multiplicaba a través de los contornos simultáneos. El crítico alemán Wieland Schmied señala la importancia de este vuelco, aludiendo a los efectos que tuvo la obra de Borges dentro del contexto de los años ochenta, donde la pintura se asumió con nuevos bríos: «La impresión fue arrolladora. Se trataba de un pintor contemporáneo que quebrantaba nuestra imagen de la realidad, arremolinaba sus fragmentos y los mezclaba con elementos de su fantasía […]; el acto de pintar se convierte para él en el acto de un drama en el que él mismo se halla inmerso y al que se entrega por completo, de igual modo que él mismo es parte de sus cuadros y a menudo revela en ellos lo más íntimo […], cifrado, disfrazado, enmascarado en sus figuras, ataviado con el ropaje de colores intensos, reflejado de forma múltiple en el espacio simultáneo de las pinturas»1. La pintura dentro de la pintura se convirtió en muchas pinturas. Hemos trazado un arco que de nuevo cubre treinta años, esta vez los comprendidos entre 1986 y 2016, organizados en doce estaciones de lectura: 1. Antecedentes y engranajes; 2. Espejo de aguas; 3. La puerta y el umbral; 4. La materia del tiempo; 5. Es el alma cosa extraña en la tierra; 6. Aproximación al paraíso perdido; 7. Retratos y autorretratos; 8. Sala con ventana al mar; 9. El color en un observador de hojas aserradas y bulbos; 10. El bosque II y lo que crece; 11. Paisajes de la memoria; 12. Desde el mar. Podríamos considerar la muestra como un inventario de los problemas y estructuras que marcan la obra de Borges. Narramos la historia de cómo alcanzó la soberanía pictórica en sus cuadros; de los descubrimientos que reafirmaron el talante de su producción:«Todo aparece codificado, transformado.

1 SCHMIED, Wieland. «La pintura, una cuestión existencial para Jacobo Borges», en Jacobo Borges. Es ist die Seele ein Fremdes auif Erden…, Salzburg, Galerie im Traklhaus; Ciudad de México, Galería Avril; Caracas, Galería Freites, 1995, p. 16.

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Todo motivo real inmediato se ha superado, se ha reducido a signo, traducido a colores, formas y gestos. Lo que está por representar es la pintura y nada más que la pintura: el triunfo de la pintura […]. Una pintura en la cual el mundo ha zozobrado, en la que vibra su visibilidad»2. La obra de Borges crece sin saltos al vacío ni contradicciones, cada momento vive germinalmente en etapas anteriores. Él mismo define sus procesos creativos desde la perspectiva de un enorme archivo que contiene ideas y materiales que más adelante surgirán: «Antes de llegar a una idea me dejo llevar sin ningún propósito definido y voy acumulando diversos materiales. Dibujos que he hecho en diferentes momentos, fotos, recortes de prensa, frases, palabras, los voy reuniendo en una o en varias carpetas. Lo que une o relaciona estos materiales es tan frágil, tan amplio, que cuando vuelvo a revisar las carpetas encuentro nuevas relaciones y los materiales se mudan de sitio, o el tiempo que han estado ahí juntos, encerrados, los separa y ya no encuentro sus relaciones, o un título de la carpeta los obliga a seguir juntos»3. Trabajando a la manera de un arqueólogo, va rasgando capas, como pintando un cuadro sobre otro para que aparezcan nuevas formas: «lo que está debajo, como los estratos geológicos de un terreno»4. En estos últimos treinta años ha sido despiadado con el espacio, la materia y el tiempo. Quebranta la imagen de la realidad en un torbellino de fragmentos que incluyen a su entorno pero también a la figura de sí mismo. Es una obra mayor, una obra integradora de las muchas experiencias recorridas durante este período en un solo texto que las une, que las mezcla y las disocia para abrirse a capas de significados infinitos. El viaje como metáfora del espacio, la memoria y el tiempo Aun cuando Borges era muy conocido internacionalmente y una de sus piezas ya formaba parte de la colección del Museo Guggenheim de Nueva York, fue a partir de 1983 —y muy especialmente desde 1986— cuando la idea del viaje comenzó a atravesar el centro de su creación. En 1985 obtuvo la beca Guggenheim lo cual implicaba una residencia en Nueva York. En 1986 fue invitado por la Academia de Arte de Berlín y, desde entonces, la ciudad se convirtió en una fuente de inspiración. Borges se movía entre el eje Berlín-Nueva York-Caracas. En el año 1989 —siendo siempre el centro de origen la montaña venezolana—, el desplazamiento incorporó un incansable recorrido por el mundo: Caracas, Berlín, Nueva York, Venecia, Ciudad de México, Monterrey, otra vez Berlín, Auvers-sur-Oise, Provence, otra vez Nueva York, Florida, Buenos Aires, Caracas, otra vez Berlín. Aún el viaje continúa, un viaje que hizo estallar los conceptos de espacio y tiempo, multiplicar las escalas, integrar el cruce de corrientes y movimientos en la estructura del cuadro, un viaje que hizo señalar a Schmied: «Jacobo viaja con los ojos abiertos, dibuja, bosqueja, pinta, lleva su diario de vida, trata de comprender. No quiere ser conquistador, quiere ser descubridor»5.

2 SCHMIED, Wieland. «500 Años después de Colón. Reflexiones sobre Jacobo Borges», texto publicado en el catálogo de la exposición de la Galería Poll, Berlín, 1992, citado en Jacobo Borges. La materia del tiempo, Caracas, Galería Freites, 1994, p. 7. 3 BORGES, Jacobo. «Itinerario de viaje», en Jacobo Borges. Itinerario de viaje. 1987/1990, Caracas, Centro Cultural Consolidado, 1991, p. 21. 4 OLMEDO, Guillermina. «Agua, muros, espejos. El sueño de Jacobo Borges», texto publicado en la revista Casa & Gente, Vol. 4, N° 34, México, marzo, 1989, pp. 32-43, citado en Jacobo Borges. Itinerario de viaje, op. cit., p. 33. 5 SCHMIED, Wieland. Op. cit., p. 7.

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El viaje en Jacobo Borges se enlaza con la noción de recorrido que el poeta egipcio Constantino Cavafis adjudica al periplo de Odiseo en el largo regreso a su ciudad de Ítaca: «Cuando te encuentres de camino a Ítaca, desea que sea largo el camino, lleno de aventuras, lleno de conocimientos […]. Que sean muchas las mañanas estivales [… pero siempre con], la mente en Ítaca [porque] la llegada allí es el destino»6. Lejos de devastar el recuerdo, de alejar las memorias y las claves de la vida local, el viaje de Borges ha permitido reforzar su mundo interior, llevar a su ciudad consigo e incorporar las distancias como nuevos espacios de la pintura: Jacobo Borges busca «sus raíces, las fuentes de su existencia»7. Esto nos permite transitar como espectadores por un territorio donde se funden los ancestros primigenios del valle y las montañas que rodean la vida de Borges en Venezuela con sus experiencias en Nueva York o Berlín, siempre matizado por la intimidad de los recuerdos, la lluvia, el agua, las olas, los objetos y los umbrales que abren y cierran la cotidianidad. Este modo de transitar el viaje lo describe Heinz Ohff como un proceso que se da al «dejar la ciudad como un visitante que siempre está llegando y partiendo»8, una actitud coherente con su pintura, de despedidas y retornos: «Hombres y espacios aparecen, desaparecen de nuevo. Un ir y venir sin cesar tiene lugar una y otra vez. Borges parece ser un pintor de la inquietud, un vinculador constante que sabe desprenserse de lo innecesario»9. En su trabajo fluye una experiencia vivida que le permite cruzar las etapas de realización de las obras: comenzarla en México, desarrollarla en Berlín, pensarla en Caracas… y vivirla en la suma fluida de todos esos espacios. Esta noción de viaje en la obra de Jacobo Borges despegó sus alas a mediados de los años ochenta y extendió sus influencias en las nociones de ‘espacio’, ‘tiempo’ y ‘memoria’: multiplicó las perspectivas, permitió generar diferentes espacios a la vez y también tiempos distintos. Surgió un vocabulario nuevo y la obra ganó en significado. A través del viaje, la pintura se convierte en un ‘eterno regreso’. El tiempo se cruza de una manera que Roberto Guevara califica como «sustancial»: «Cada obra de Jacobo Borges es la puerta, el viaje o el itinerario, o cualquiera de sus partes, o las alternativas que engendran»10. El tiempo de Borges es laberíntico y orgánico. De hecho, «no puede evitar la temporalidad como un laberinto palpitante»11. En medio de ese curso de traslados y alternancias, el tiempo fluye entre corrientes que enlazan las historias, los objetos, los recuerdos, la memoria, los espacios. Entre el viaje y el tiempo se establece una conexión tan fuerte que atraviesa la multiplicidad del espacio en su pintura. Es este un espacio ambiguo, con una estructura compleja, cruzado por puertas y umbrales que permiten al espectador recorrer las propias vivencias del artista. Cada viaje es un ‘espacio pictórico’ diferente, dislocado, pero cada uno de esos espacios

6 CAVAFIS, Constantino. Poesía completa, Madrid, Ediciones Hiperión, 1976, p. 58. 7 SCHMIED, Wieland. Op. cit., p. 7. 8 OHFF, Heinz. Texto publicado en Der Taggesspiegel, Berlín, 28 de noviembre de 1987, citado en Jacobo Borges. Sala con ventana al mar, Caracas, Galería Freites, 2007, p. 16. 9 Ibídem. 10 GUEVARA, Roberto. «La sustancia de la imagen», texto publicado en El Nacional, Caracas, 7 de mayo de 1991, citado en Jacobo Borges. La materia del tiempo, op. cit., p. 5. 11 RATCLIFF, Carter. «Sobre las pinturas de Jacobo Borges», en De La Pesca… al Espejo de aguas. 1956-1986, Caracas, Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, 1988, p. 9.

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contiene los espacios anteriores y produce espacios simultáneos: «Distancia espacial, inmediatez mental, recuerdos e ideas se condensan en una pictórica temporalidad espacial por encima de los tiempos y los espacios. [Jacobo Borges vive] estos saltos y suturas, las discontinuidades y los puentes […] los fusiona en un espacio pictórico»12. Donald Kuspit utiliza un término del psicoanálisis muy adecuado para calificar este aspecto. Se trata del «espacio potencial», el espacio que reúne sueños y experiencias previas y permanece abierto a incorporar ensoñaciones y experiencias presentes: «Jacobo Borges pinta figuras, pero también pinta el espacio, y es cada vez más un pintor del espacio que de las figuras. Este es un espacio peculiar que los psicoanalistas llaman “espacio potencial”. Las figuras son sus tropas y sugieren elegantemente su carácter incompleto. Forman una red de relaciones ambivalentes —una mascarada de comunidad íntima— que funciona cubiertamente como metáfora de su fluidez»13. El espacio potencial es una expresión que es empleada para describir el origen de la fantasía. Es la matriz de donde surgen la ilusión, la creatividad y la experiencia cultural. Es una ‘zona de ilusión’, un «espacio paradójico [que] articula una zona de encubrimiento mutuo entre el mundo interno y el mundo externo, que tiene su propia lógica peculiar. Es el más terra incognita de todos los espacios —la corriente connotativa de ambos espacios, interior y exterior […]. Es una zona de transición entre la realidad psíquica interna y la realidad externa, una zona donde se maneja un sentido diferente de la realidad. Las mejores figuras de Borges pertenecen a esta casi bizarra, paradójica realidad del espacio potencial»14. El espacio de Borges es un espacio fértil que re-crea y multiplica las perspectivas. El agua como metáfora del espacio, la memoria y el tiempo El agua desempeña una función esencial activadora de metáforas, espacios y recuerdos en la vida y la obra de Jacobo Borges, muy especialmente en la producción posterior a Reflexiones de agua II, el Espejo de aguas y Los nadadores. En sus perspectivas simbólicas, el agua encarna el nacimiento y la muerte, el fluir, el recorrido. Es un símbolo de origen y final de la creación, es un elemento vital que, en su versión diluviana, arrastra consigo la vida, es transformación. Purifica y contamina. Es siempre paradójica. En Borges, esta imagen se encuentra asociada a experiencias que le han marcado en el curso de la existencia: los caudales producidos por las aguas de la lluvia en su casa de infancia, las inundaciones, los recuerdos torrenciales en Nueva York o Berlín, e incluso la cercanía a la muerte por inmersión: «En la parte trasera de la casa donde crecí, cuando llovía y se acumulaba el agua, se producía una especie de corriente. Era un agua que no tenía un color determinado, parecía arcilla y podía tener un tinte verdoso.

12 WALLY, Barbara. «Preguntas a Jacobo Borges planteadas por Barbara Wally», en Jacobo Borges. Es ist die Seele ein Fremdes auif Erden…, op. cit., p. 27. 13 KUSPIT, Donald. «Creación del espacio potencial en la obra de Jacobo Borges», texto publicado en el catálogo de la exposición de la Staatliche Kunsthalle, Berlín, 1987, citado en Jacobo Borges. La materia del tiempo, op. cit., p. 4. 14 Ibídem.

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Era un sitio mágico para mí. Pero de niño tuve experiencias muy diferentes con este tipo de agua: estuve a punto de ahogarme. Durante mi vida he tenido un buen número de experiencias traumáticas que involucran el agua y todas ellas cercanas a la muerte»15, declaró el artista a Peter B. Schumann. Pero el agua también integra un cuerpo metafórico primordial, presente desde siempre en su trabajo como mecanismo de activación de la simultaneidad del espacio y el tiempo: «El agua elemental es el espacio potencial de Borges en su forma más íntima y compleja»16. «Para Borges, el agua definitivamente es el medio idealmente emblemático para representar la transición del espacio y del tiempo, y como tal es el medio más importante para expresar la duración»17. El agua representa el poder de hacer al ser manifiesto, aunque ambiguo, señala Kuspit. Como metáfora del tiempo, la memoria y el espacio, Borges articula en sus pinturas una doble relación de movimiento y permanencia, de instante y de lugar: es un elemento constante en su imaginario y, a la vez, una figura de la memoria que se desvanece y regresa en constante movimiento. Contiene objetos que flotan y fluyen en el recuerdo y el espacio pictórico —hojas, maderas, enseres. «Este es el meollo de sus pinturas acuáticas: todo se encuentra no sólo en una condición de flujo auto-reflexivo, sino también en una condición de ilusión momentánea»18. El viaje y el agua como metáforas fortalecen el funcionamiento del ‘espacio potencial’ como un territorio de envíos y reenvíos, de relaciones cruzadas y tiempos que ocurren a la vez. La obra de Jacobo Borges ha sido atravesada por vínculos con la literatura moderna, no sólo por las afinidades entre el artista y el contexto literario, sino por la similitud del funcionamiento de las metáforas del tiempo y el espacio o, por ejemplo, de los mecanismos de distorsión de los personajes. De ahí el interés y cercanía de escritores como Carlos Fuentes y Julio Cortázar con su obra. En tal sentido, la construcción de un espacio de múltiples dimensiones es una de las figuras literarias con presencia clave en la pintura del artista. La precisión del espacio de una novela en «n/dimensiones» que Lawrence Durrell expone en El cuarteto de Alejandría, permite aproximarnos a esta concepción del espacio en la pintura de Borges: «El impulso hacia adelante de la narración es contrarrestado por referencias al pasado, lo cual produce la impresión de que el libro no transcurre de a hacia b, sino que está por encima del tiempo y gira lentamente sobre su eje a fin de abarcar la totalidad de la estructura. No todas las cosas llevan hacia otras nuevas; algunas remiten hacia atrás, a cosas ya acontecidas. La unión del pasado y el presente con la veloz multiplicidad del futuro volando hacia nosotros. Por lo menos esa era mi intención»19. Se trata de un espacio potencial, con dimensiones y tiempos no lineales, lo cual otorga a la composición un sistema de variaciones infinitas.

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SCHUMANN, Peter. «In Conversation with Borges», en Jacobo Borges, Berlín, Staatliche Kunsthalle Berlín, 1987, p. 132. KUSPIT, Donald. «Jacobo Borges’s Creation of Potential Space», en Jacobo Borges, Berlín, op. cit., p. 74. Op. cit., p. 75. KUSPIT, Donald. «Creación del espacio potencial en la obra de Jacobo Borges», op. cit., p. 4. DURRELL, Lawrence. El cuarteto de Alejandría. Justine, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1993, p. 79.

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1 De las relaciones humanas 1983 Óleo sobre tela 150 x 340 cm Colección privada 14


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De las relaciones humanas al Paisaje desde el mar (1986-2016) La obra de Jacobo Borges circula en doce estaciones que se desplazan por entre los resquicios de las aguas, la naturaleza, el retrato y la memoria. Las piezas seleccionadas recogen el manejo de los recursos simbólicos y expresivos que interesan al artista desde sus inicios, pero especialmente desde aquellos primeros viajes a Nueva York y Berlín a finales de los años ochenta: 1 Antecedentes y engranajes (1981-1986) Iniciamos el recorrido con De las relaciones humanas (1983), una pieza capital que funciona como repertorio de la construcción y funcionamiento de las figuras en la pintura de Jacobo Borges. La alusión al ‘retrato de grupo’ tan propia en sus intereses, es un recordatorio de su profundo conocimiento de la historia de la pintura, y muy especialmente de los retratos del siglo de oro holandés. Borges genera una perspectiva contemporánea para la comprensión del género clásico, otorga nuevas dimensiones de enfoque en la disposición teatral de sus personajes, otro recurso muy personal en él. Esta obra activa vínculos con su producción temprana y a la vez dispara conexiones con su obra posterior, como lo señala Carter Ratcliff: «En De las relaciones humanas (1983), Borges regresa a Sala de espera, a Paisaje en tres tiempos, a La comunión o… y a todas las pinturas donde ha distribuido sus figuras en un espacio como si fuera el escenario de un teatro. Borges se concibe a sí mismo y a sus figuras como actores; no meramente personas […] que desempeñan papeles asignados, sino personajes que actúan, cuyos gestos reflejan su mundo […]. De las relaciones humanas muestra un rango intrigante de posibilidades de existencia, cada una reclamando su propia variedad de espacio pictórico. Los modos de ser se solapan, el espacio se traslada y cae bajo tensión. Este es un escenario abigarrado. Trabajando en contrapunto, el color ayuda a mediar estos conflictos; y sin embargo quedan, porque estos conflictos constituyen la obra teatral que las pinceladas de Borges realzan al cambiar a medida que este argumento espacial se desenvuelve y el espacio se convierte en la metáfora del tiempo […]. De las relaciones humanas se retuerce bajo el toque de la memoria»20. Su composición se despliega como un texto complejo de relaciones que revelan momentos de la historia de la pintura: figuras goyescas, episodios del Guernica de Picasso… Son referencias que Borges va articulando en sus obras como para reconstruir la memoria. Continúa Mujer con piano (1984), que aborda las distorsiones de los años sesenta, anuncia el descoyuntamiento de la figura y los objetos —en medio de un espacio quebrantado—, que serían parte esencial del discurso por venir. La presencia de instrumentos musicales ha sido constante en su obra. En este caso, las deformaciones en el piano le otorgan una dimensión orgánica, y ello explica la manera como las patas de madera se transforman en las patas de la figura del animal en León bebiendo (1984).

20 RATCLIFF, Carter. Op. cit., pp. 23-24.

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3 León bebiendo 1984 Óleo sobre tela 150 x 150 cm Colección privada 17


2 Mujer con piano 1984 Óleo sobre tela 159 x 189,5 cm Colección privada 18


4 Camerata 1986 Óleo sobre tela 178 x 285 cm Colección privada 19


Aquí la deformación también funciona como primer activador de los reflejos en el agua donde la figura femenina y el animal oponen sus imágenes en el juego de los espacios de la obra. De hecho, el Estudio para león ante un arroyo (1984) con la imagen antropomorfa del animal y el instrumento musical al fondo, podría entenderse como un enlace en este proceso de metamorfosis del piano. Camerata (1986) pertenece a la serie realizada por Borges en el evento «Jacobo Borges pinta a la Camerata-La Camerata ejecuta para Jacobo», llevado a cabo en Los Espacios Cálidos del Ateneo de Caracas en 1986 bajo el formato de una exposición-performance con el grupo musical actuando en vivo. El espacio en esta serie, que fue muy significativa en su producción, se compone a partir del mismo comportamiento escenográfico-teatral ya presente en obras anteriores del artista, esta vez dispuesto en capas de texturas, ecos y ritmos que evocan la estructura musical. Tiempo y espacio entrelazan sus raíces en el agitado ritmo de las figuras. 2 Espejo de aguas (1986-1992) La exposición de 1986 finalizaba con las pinturas directamente vinculadas con el agua como propósito central, donde el espacio fluye como una especie de ‘atmósferaagua’ o ‘espacio-agua’. Nuevo mundo (1981-1986) es una pieza que estalla en relaciones con la narrativa posterior y los problemas trabajados por el artista. El espacio se desintegra en una composición turbulenta donde habita un bosque primordial. Allí está presente la invocación al agua, a la memoria y a la naturaleza que se manifiesta ferozmente en su producción desde los años ochenta. Las figuras se rinden ante la fuerza del espacio: «no tienen en absoluto control sobre el espacio. No sólo ellas no se pueden mover, sino que son casi completamente movidas por él. Y el espacio es… una especie de fuerza giratoria. El espacio del Nuevo mundo es un espacio lleno de una violencia que significa el poder de un vacío superior al ser de cualquiera de las figuras»21. Esta es una pieza, que nos permite entrar y salir de la historia y recorrer los sentidos del espacio, esencial para comprender esta segunda trama en el itinerario de Jacobo Borges. La serie se inició a los pocos días de haber tenido una experiencia de inmersión en Venezuela. Las piezas se caracterizan por el principio del movimiento, las exuberantes texturas y el desvanecimiento de las figuras. A ella pertenece Reflexiones de agua, de 1986, donde las aguas son turbulentas y serenas a la vez. La presencia de esa especie de ‘espacio-agua’ no se detiene en las series posteriores: constituye uno de los más radicales puntos de inflexión en la trayectoria del artista y se extiende en la totalidad de su trabajo como un magma primigenio donde flotan la vida y la muerte y permite que las figuras se acerquen y alejen, vayan una hacia la otra como si realmente estuviesen en el agua.

21 Ibídem.

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6 Espejo amarillo 1986 Óleo sobre tela 178 x 144 cm Colección privada 21


5 Nuevo mundo 1981-1986 Óleo sobre tela 200 x 450 cm Colección privada 22


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7 Reflexiones de agua II 1986 Óleo sobre tela 165,8 x 386,8 cm Colección privada 24


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8 Solo un nadador 1989 Óleo sobre tela 240 x 120 cm Colección privada 26


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12 Clavado 1992 Óleo sobre tela 168 x 127 cm Colección privada 28


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Al respecto, Borges establece un paralelo con la literatura y recuerda cómo en la narrativa latinoamericana el espacio simultáneo ha sido una necesidad para construir el movimiento de la trama: «Es un intento de crear un espacio como el espacio potencial que refiere Kuspit. También existe en la literatura latinoamericana, puesto que es una necesidad latinoamericana. Este universo solo puede ser expresado a través de ese espacio simultáneo, porque las cosas se mueven y cambian tan rápido que el movimiento no puede ser capturado de otra manera. Esto tiene paralelos con El Aleph, un cuento corto de Jorge Luis Borges. En este relato alguien descubre un punto en Buenos Aires donde todos los momentos ocurren simultáneamente: pasado, presente y futuro. Esta constante búsqueda del espacio que concilia diferentes momentos pero que no es ni un espacio ni renacentista ni cubista, es lo que une mi obra en su totalidad»22. Clavado (1992) alude igualmente a la profundidad del espacio y a las figuras que flotan, se sumergen, parecen volar y acercarse entre sí, como si estuviesen realmente dentro del agua. La figura central también alude a la imagen de Cristo en la cruz. El movimiento es brutal. El agua nunca ha sido una metáfora tranquila. Para Borges tampoco; sus mismas experiencias de inmersión lo comprueban. También la naturaleza: poco después de realizar sus primeras Reflexiones de agua, en 1986, las aguas y el lodo de Armero en Colombia, manifestaban con furia que la creación muchas veces precede a las imágenes de la realidad. También la sociedad: hoy vemos esas terribles imágenes de familias y niños, ángeles ahogados que flotan en el mar huyendo de las guerras con la esperanza vana de un refugio en puerto y pensamos en los nadadores borrosos de Borges como especies de premoniciones. El arte siempre se adelanta. 3 La puerta y el umbral. México y Berlín (1988-1992) Entre 1988 y 1992 Borges vivió entre México y Berlín, y desarrolló una experiencia que marcaría definitivamente el signo de la dislocación del espacio en su obra, no sólo porque los desplazamientos originaban la percepción multivalente del espacio, sino porque la cotidianidad le hizo habitar la dislocación. Es un período esencial. Ya en su pintura se manifestaba la presencia del espejo en un antiguo mueble que, a su vez, reflejaba paisajes infinitos, espacios dentro de otros espacios. Allí podríamos ubicar el germen de las posteriores piezas donde ese territorio expandió considerablemente sus límites. Durante su estadía en México vivía en una casa colonial en proceso de restauración donde yacían algunos restos de arquitectura azteca. Esa vivencia le reveló una nueva relación con lo simultáneo a partir del escombro y la ruina, caminando entre pórticos sin puertas, patios abiertos, cuartos vacíos, en fin, entre umbrales que mutaban en nuevos umbrales, espacios dentro de otros espacios, arquitecturas antiguas y futuras.

22 SCHUMANN, Peter. Op. cit., p. 132.

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10 A Hole in the Door. Postdamer Platz 1 1992 Óleo sobre tela 270 x 148 cm Colección privada 31


11 La lluvia no apagó el fuego. Postdamer Platz 2 1992 Óleo sobre tela 270 x 148 cm Colección privada 32


9 La puerta 1989 Óleo sobre tela 225 x 190 cm Colección privada

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La puerta (1989) muestra este devenir de relaciones espaciales en un enorme umbral que se despliega en intervalos y parajes. Los objetos y figuras flotan y atraviesan los diferentes accesos espaciales dentro del cuadro. Borges lo concibe como un espacio que se da en nosotros como un fluido, que entra y sale desde el vacío y que, justamente en ese entrar y salir, adquiere significación. Entre México y Berlín se estableció un vínculo de progresiones y desarrollos en el ir y venir de puertas y umbrales: «Pinté una puerta en México, pero la terminé en Berlín. Tiempo después regresé [a México y…] la veía sin interés, hasta que, poco a poco, con el ir y venir de puertas me fui dando cuenta de la coincidencia tan grande: había hecho aquella puerta y me encontraba ahora con puertas similares. Forzosamente querían decir algo»23. La estadía en Berlín afectó profundamente la determinación de las cualidades del espacio en su pintura. El muro de la ciudad funcionaba para entonces como un punto de salida y encerramiento. Al llegar al aeropuerto de Berlín Oriental —única vía de entrada para los visitantes—, se accedía a la ciudad occidental por una pequeña puerta que se comportaba como un espacio cruzado, tanto por las emociones de la separación —el adentro y el afuera, la división de familias, de modos de vida—, como por la percepción vital de la arquitectura y la ciudad como una especie de isla cercada política y emocionalmente. En estas circunstancias la experiencia del umbral se vuelve permanente y se cuela en todas las instancias existenciales. El muro condicionó su relación: «El Muro […] no se me olvida. No hay manera de perderte ahí porque te topas siempre con el muro, rebotas en él […]. Es como una mesa de billar. Entras a la ciudad, si llegas por avión, a través de una puerta, sales por la misma. [Aunque…] existen varias puertas, sin embargo siempre tengo la sensación de que salgo por la misma»24. Además, estaba presente el conflicto político y existencial entre uno y otro lado, la tensión entre el Este y el Oeste, entre dos formas contrarias de concebir al individuo. Así lo vivía Borges cuando, justamente, llegó a sus manos un texto donde el arquitecto japonés Tadao Ando reflexionaba sobre la cualidad de un espacio-umbral, el espacio MA, una suerte de no-espacio que es a la vez respiración y vacío, latido y pausa, energía contemplativa que permite apreciar la expansión del espacio y el tiempo —conceptos tan anclados en el trabajo de Borges. El ideograma MA es una especie de pórtico que dialoga con las incontables puertas y umbrales que habitan su pintura. El díptico Potsdamer Platz 1 y 2 (1992), articula esta ambigua significación: En A Hole in the Door —Un hoyo en la puerta, como también se titula Potsdamer Platz 1— se aviene como un sistema complejo para entrar y salir del espacio pictórico. La lluvia no apagó el fuego —llamada también Potsdamer Platz 2— lo complementa. Los dos cuadros contribuyen a comprender la noción de umbral: «Pintando las puertas, vi que volvía a cosas ya trabajadas por mí, como es el espejo, ese espacio ambiguo adentro-afuera que se puede atravesar tanto de un lado como de otro. Lo que quiero decir en estos cuadros es que los dos lados son similares, el espacio que se atraviesa no es ni el antes ni el después, ni entrada ni salida»25.

23 OLMEDO, Guillermina. Op. cit., p. 33. 24 BORGES, Jacobo. «El tiempo fluido», texto publicado en la revista Siempre, México, marzo, 1989, citado en Jacobo Borges. Itinerario de viaje, op. cit., p. 31. 25 OLMEDO, Guillermina. Op. cit., p. 33.

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16 Objetos que se encuentran (Serie La materia del tiempo) 1994 Óleo sobre tela 96,5 x 97 cm Colección privada 35


El mismo concepto de espacio parece funcionar con respecto a la materia, que acoge en su interior tanto objetos como recuerdos —memoria y tiempo, la materia física y la ‘otra’ materia.

15 La máquina de coser de mi madre (Serie La materia del tiempo) 1994 Óleo sobre tela 135 x 125 cm Colección privada 36


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13 Las hojas (Serie La materia del tiempo) 1994 Óleo sobre tela 167 x 127 cm Colección privada 38


14 La piedra (Serie La materia del tiempo) 1994 Óleo sobre tela 167 x 127 cm Colección privada 39


4 La materia del tiempo (1994) En 1994 en Caracas, Borges presentó una serie que bajo el título de La materia del tiempo, reunió un grupo de obras que llegaban a las entrañas de la memoria. El mismo concepto de espacio parece funcionar con respecto a la materia, que acoge en su interior tanto objetos como recuerdos —memoria y tiempo, la materia física y la ‘otra’ materia. El punto de partida fue otro mueble colonial, ese con un espejo-puerta, sobre el cual la materia vegetal se descomponía lentamente, creando un juego de presencia y ausencia: «En realidad el espejo-puerta fue el tema principal, mientras afuera, sin ser vista, estaba también la materia vegetal para mí como no-presencia, hasta que sentí que esa no-presencia era un instante, solo un instante de materia todavía estructurada, visible solo un instante, porque va a ser MATERIA-NO-VISIBLE»26. Las hojas, La piedra, La máquina de coser de mi madre y Objetos que se encuentran, todas de 1994, son parte de ese grupo. La composición se articula a la manera de capas que van tejiendo, sobre los objetos, la ya seca enramada. En Las hojas y La piedra el espejo actúa como doble activador de los reflejos y la memoria. En la primera, el espejo refleja un paisaje borroso que funciona como imagen del recuerdo del plano exterior. En La piedra, el mismo reflejo exterior se encuentra prácticamente cubierto de otro tipo de alusiones a la memoria —postales, fotografías y papeles—, gestos o guiños de las pequeñas cosas que asedian nuestra vida cotidiana. Pero por otra parte, el paisaje es también la materia real que alude al paisaje exterior: las ramas, la hojarasca… Con La máquina de coser de mi madre la situación se vuelve más compleja. Desde el suelo, una cabeza-máscara coloca el acento en la figura humana que surge inesperadamente desde un libro colocado en el piso. Como fondo de la mesa de la máquina ubicada en el primer plano, el espejo del mueble refleja las siluetas difusas de otro paisaje. La materia funciona como un palimpsesto donde la superposición incluye capas de significado, huellas y tachaduras, remembranzas y fragmentos de tiempo en un espacio que también recoge el tránsito de la forma por entre los umbrales. 5 Es el alma cosa extraña en la tierra (1995-1996) A partir de 1995 y hasta 2007, Borges fue invitado como profesor residente a la Academia Internacional de Artes Plásticas de Salzburgo, Austria, y la experiencia condujo a una serie exhibida bajo el nombre de Es el alma cosa extraña en la tierra…, en Salzburgo, México y Caracas. Esta vivencia lo condujo a la realización de una gran instalación en el museo de la Residenzgalerie de Salzburgo, Se vino abajo el cielo, presentada posteriormente en el Retén de Catia de Caracas. A lo largo de mil metros cuadrados desplegó un espacio con pinturas, esculturas y objetos que giraban en torno al tema del diluvio universal y sus consecuencias. De nuevo el viaje y el desplazamiento cobran fuerza en su obra, esta vez con referencias al imaginario histórico del diluvio, desde Jacopo Bassano. Borges marcó una nueva calidad para el espacio con esta instalación que produjo un cambio en la conciencia, en las relaciones con la divinidad y la catástrofe.

26 JIMÉNEZ, Maritza. «Entrevista a Jacobo Borges», en Jacobo Borges. Aproximación al paraíso perdido, Caracas, Galería Freites, 1999, p. 6.

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17 …Y rodó la cabeza 1995 Óleo y acrílico sobre papel 184 x 113 cm Colección privada 41


18 El agua blanca de la tarde 1995 Óleo y acrílico sobre papel 183,5 x 124 cm Colección privada 42


Es el alma cosa extraña en la tierra… se podría leer como una trama de encuentros entre las diferentes regiones visitadas en sus viajes y el mundo interior del artista. Borges venía de la realización de La materia del tiempo y cuando aceptó la invitación a Salzburgo llevaba consigo el impulso del bosque que, desde su residencia venezolana en La Montaña, le acompaña en todos sus recorridos: «Al llegar a la fortaleza, en Salzburgo, mi asombro fue que las ventanas del salón tenían esa ambigüedad de adentro-afuera que había dejado en La Montaña, y estando en la fortaleza se repetía ese sincronismo y esa unidad como si la distancia no interviniera. Estando aquí, en La Montaña, se despertaron las relaciones que yo tenía dormidas con Georg Trackl […], Thomas Bernhard, Hermann Broch, Elías Canetti, pero sin embargo era un universo como “Es el alma cosa extraña en la tierra” […] que me había perturbado mucho y ahora, […], en La Montaña, lo oigo mientras pinto. Y entonces me siento parte de un espacio que está abierto a lo cercano y lo lejano»27. Las nociones de puerta y umbral son acá definitivas para la comprensión de lo que se abre, la entrada a lo desconocido, los pasajes en el tiempo, los cruces en el camino, el recorrido, la luz y la sombra, el desdibujamiento de fronteras entre lo espiritual y lo no espiritual. «Fotografió algunos de esos portales y puertas. Al regresar a Venezuela, en su taller de “La Montaña”, […] ordenó los bocetos y las fotografías de Salzburgo y comenzó a trabajar. Sobre el papel marrón de embalar […] surgieron gouaches, óleos, dibujos, collages y ensamblajes»28. Las piezas están elaboradas sobre un fondo pardo que les baja la intensidad cromática tropical y abre paso a tonalidades azules, marrones, negras y a los acentos en gamas frías. Estamos ante otro tipo de afectos pictóricos, un espíritu que reúne las escalas de los viajes, un humor expresionista mucho más profundo. 6 Aproximación al paraíso perdido (1999) La médula del paisaje —sus pulsaciones y temblores— protagoniza esta serie exhibida en Caracas en 1999. Borges acude a la vida más oculta de la naturaleza, a su abundante materia, a sus más recónditas manifestaciones «como si la historia fuera un sólido bloque de noches olvidadas y la pintura un pálido sol empeñado en rescatarlas de la verdadera muerte que es el olvido»29. La noción de paraíso perdido ronda el imaginario de Jacobo Borges desde los años sesenta como una vía para llegar a la «extraviada esencia del hombre», a las grietas, a los signos perdidos del ser. Noche de luciérnagas, El amarillo es un bosque, El paisaje se llevó el agua, Materia generosa y Pulsación, todas de 1999, forman parte de esta serie y en ellas yace el latido de esa naturaleza por hacerse. Las atmósferas pardas y frías son sustituidas por tonalidades cálidas que iluminan los fondos amarillos con toques rojos, blancos, azules y negros. La pastosa pintura rompe la monotonía del plano y hace que el mismo soporte se convierta en material, en una materia vigorosa que respira y vive por sí misma.

27 WALLY, Barbara. Op. cit., p. 25. 28 Ibídem. 29 FUENTES, Carlos. Citado en Jacobo Borges. Aproximación al paraíso perdido, op. cit., p. 34.

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19 Noche de luciérnagas 1999 Óleo sobre tela 168 x 142 cm Colección privada 44


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21 El paisaje se llevó el agua 1999 Óleo sobre tela 168 x 129 cm Colección privada 46


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20 El amarillo es un bosque 1999 Óleo sobre tela 168 x 129 cm Colección privada 48


23 Pulsación 1999 Óleo sobre tela 178 x 142 cm Colección privada 49


22 Materia generosa 1999 Óleo sobre tela 178 x 142 cm Colección privada

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7 Retratos y autorretratos (2000) Los retratos y autorretratos son temas constantes a lo largo de la trayectoria del artista. Su propia imagen es una presencia majestuosa y casi perturbadora en sus ocupaciones pictóricas. La figura se impone. Kuspit confirma que «muchas de las pinturas de Borges son autorretratos. Su inmersión en el espacio potencial indica la profundidad de su indagación dentro de la individualidad, pues en efecto, el espacio del enigmáticamente primitivo “sí mismo”, esto es, aquel que aún no se ha identificado consigo mismo»30. Esta exposición incluye los autorretratos Retrato amarillo con libro, Retrato con pincel y Retrato con bonsái; a los cuales se añaden los retratos Amstel-Rembrandt, Retrato con cachucha blanca y Retrato de pianista, todos del año 2000. Hacia 1975-1976, el artista intensificó sus estudios sobre la obra de Rembrandt y su toque se volvió delicado hasta el punto de desaparecer. Esa presencia le condujo a una serie de imágenes que detonan el recuerdo de los grabados del gran pintor holandés, lo cual se expresa a través de un magistral dominio del dibujo donde destacan los bordes y la fluidez de las líneas. En el año 2000 retoma los estudios de Rembrandt en una poderosísima serie que recoge las tonalidades sepias y el vuelo del dibujo en grandes formatos. Los cuadros están rodeados por una atmósfera emocional y a la vez reflexiva. La figura, majestuosa, se levanta en una actitud dominante y distante. Retrato amarillo con libro, Retrato con pincel y Retrato con bonsái manejan tonos cercanos con sutiles cambios que hacen de estas tres obras un conjunto imprescindible para entender la solidez de la construcción de la imagen sobre la base del color. AmstelRembrandt, Retrato con cachucha blanca, Personaje con plano (2000) y Sueño N° 10 (2002), destacan por el trabajo del manto de las figuras que contrasta con los rostros imprecisos, haciendo a la vez lucir el profundo dominio del artista acerca de los grandes pintores. En este caso, destaca el recuerdo de las texturas de Velázquez. En AmstelRembrandt sobresale el trabajo del fondo con celosías y ventanas que multiplican el espacio y dejan ver el paisaje exterior. Estos retratos de Borges son frontales, abiertos, contundentes. Retrato de pianista penetra un ámbito diferente a los anteriores: la figura fluye suavemente en concordancia con las distorsiones del espacio en tonalidades más claras. Nuevamente se aprecia el trabajo de capas y significados superpuestos; la foto de un retrato dentro del retrato nos ubica también en el campo de las relaciones con otro tipo de mirada, como la que propone la fotografía.

30 KUSPIT, Donald. «Jacobo Borges’s Creation of Potential Space», en Jacobo Borges, Berlín, op. cit., p. 81.

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24 Retrato amarillo con libro 2000 Mixta sobre tela 168 x 142 cm Colección privada 53


28 Retrato con cachucha blanca 2000 Mixta sobre tela 160 x 142 cm Colección privada 54


25 Retrato con pincel 2000 Mixta sobre tela 168 x 142 cm Colección privada 55


27 Amstel-Rembrand 2000 Óleo sobre tela 162 x 142 cm 56


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29 Personaje con plano 2000 Óleo sobre tela 162 x 142 cm Colección privada 58


26 Retrato con bonsái 2000 Mixta sobre tela 168 x 142 cm Colección privada 59


32 Sueño N° 10 2002 Óleo sobre tela 162 x 142 cm Colección privada 60


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30 Máscara y flores 2000 Óleo sobre tela 160 x 140 cm Colección privada 62


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La foto de un retrato dentro del retrato nos ubica también en el campo de las relaciones con otro tipo de mirada, como la que propone la fotografía.

31 Retrato de pianista 2000 Mixta sobre tela 168 x 142 cm Colección privada 64


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8 Sala con ventana al mar (2005) La ventana es una imagen constante en la obra de Jacobo Borges y desde ella el espacio hace más compleja las relaciones entre los elementos de la composición. Se trata de una experiencia que se remonta a la infancia y en el año 2005 regresa para ampliar la perspectiva del cuadro con una enorme capacidad simbólica: «Siendo niño miraba las fiestas de baile en las casas, en la noche, desde afuera, desde lejos, a través de los mirones, que, pegados a las rejas de las ventanas, veían a los invitados bailando al otro lado de la ventana […]. Yo, colocado a cierta distancia, a salvo de sus miradas, las de allá y aquí, imaginaba que podía estar en otro lado, en esa zona oscura no iluminada por la luz de la ventana, que no era ni allá ni aquí, ni adentro ni afuera»31. La ventana es una cavidad, es resquicio e intersticio, espacio para ver el exterior, es un punto de contacto entre la realidad y la ficción, una zona de iluminación, de acceso al afuera pero también es una herramienta para traer el afuera hacia adentro. En tanto detonante de metáforas, son incontables las posibilidades de una ventana; van mucho más allá de su vinculación arquitectónica y permiten abrir la imaginación a la representación de ideas, visiones, realidades y sentimientos que multiplican el espacio y el tiempo. Sala con ventana al mar prosigue hasta la actualidad y es una de sus series más completas y ambiciosas. Se estructura desde el interior de una habitación por cuya ventana abierta al mar se desplazan personajes, objetos, imágenes fotográficas, acontecimientos y recuerdos. El artista vuelve a la intimidad del adentro, luego de su infinita exploración de la naturaleza, los bosques y el paisaje. Es la mirada desde un nuevo escenario en su obra, desde una nueva situación y dimensiones diferentes. El tiempo y el espacio vuelven a fusionar sus términos y a moverse entre las coordenadas pasado-presente-futuro en una permanente reflexión acerca de la propia pintura, haciendo una especie de memoria pictórica. La serie fue exhibida en Caracas en el año 2007. Sala con ventana al mar N° 3 y N° 5, ambas del 2005, se ubican en el mismo ángulo frontal de una habitación, con la vista al mar en el fondo. El agua ingresa otra vez en la pintura del artista. Penetrada por la luz de la costa, la mirada trasluce, los personajes se superponen y el espacio transparenta los acontecimientos de los cuadros. Sala con ventana al mar N° 11 (2006) reenfoca el punto de vista de la habitación hacia un plano más cercano de las figuras de personajes fundidos con el mar y los objetos en primer plano. Acá, el marco es la ventana. En Sala con ventana al mar N° 19 (2014), gira el ángulo hacia un perfil más acusado. Las obras de la serie Sala con ventana al mar reintroducen el tema de los umbrales, los pasos entre un espacio y otro. El ‘espacio-agua’, tan icónico en su obra, flota acá por entre los intersticios de las ventanas y las puertas que se abren permanentemente al mar.

31 BORGES, Jacobo. Citado en Jacobo Borges. Sala con ventana al mar, Caracas, Galería Freites, 2007, pp. 17-18.

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33 Sala con ventana al mar N° 3 2005 Óleo sobre tela 170 x 220 cm Colección privada 67


34 Sala con ventana al mar N° 5 2005 Óleo sobre tela 170 x 220 cm Colección privada 68


35 Sala con ventana al mar N° 10 2005 Óleo sobre tela 142 x 178 cm Colección privada 69


41 Sala con ventana al mar N° 19 2014 Óleo sobre tela 137 x 173 cm 70


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36 Sala con ventana al mar N° 11 2006 Óleo sobre tela 142 x 178 cm Colección privada 72


Penetrada por la luz de la costa, la mirada trasluce, los personajes se superponen y el espacio transparenta los acontecimientos de los cuadros.

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9 El color en un observador de hojas aserradas y bulbos (2008) En 2008 Borges sorprendió con una experiencia en la que utilizaba la computadora como herramienta de creación de nuevas realidades en el color y la concepción del hecho plástico. La sorpresa se debía, no al uso de otros medios —porque la informática y los medios tecnológicos han sido siempre un campo de interés en su trabajo—, sino al empleo poco ortodoxo e inventivo de la tecnología y la capacidad de mantener la filosofía de su obra y la relación con la naturaleza: «Decidí agredir su orden (el de la computadora), su programación, […] repitiendo una, dos, tres, miles de veces la misma función o herramienta, sin ningún plan. [… Me] interesó producir una serie de “accidentes digitales” […para] ir más allá de los límites de los programas, o quizás, transformarlos en nuevas herramientas plásticas»32. Desde el año 2003 y hasta su inauguración en 2006, se había involucrado en la realización de la gran instalación Del sol o de la luz en el edificio de Ciudad Banesco, en Caracas. Se trata de una de las obras de mayor ambición y talante en la trayectoria del artista y en el arte venezolano. En un espacio de 420 metros cuadrados y con una gran diversidad de materiales y técnicas, Borges propone un recorrido por las diferentes etapas y problemas de su obra, pero también por la memoria, la sociedad y la historia venezolana contemporánea. El espacio y el tiempo se manejan en un recorrido continuo pero no lineal, desde una perspectiva orgánica que desplaza y dispara significaciones en todas las direcciones. La primera estación de este mural se elaboró en dos secciones: una con la figura humana como eje y la otra con imágenes digitales tomadas del mundo natural. El tema gira en torno al conflicto entre el hombre y la naturaleza, y estos paneles con frutas, bulbos, flores, mariposas, pájaros y peces, constituyen el antecedente más inmediato en la realización de la serie El color en un observador de hojas aserradas y bulbos, donde el artista se aloja en el mismo espacio potencial y multiplicador propio de su trayectoria. Los vínculos con la naturaleza se manifiestan en colores relucientes sobre superficies traslúcidas. Precisamente gracias a esa condición luminosa, Milagros Socorro atribuyó a las piezas la cualidad refulgente de los vitrales, además de destacar la compleja composición de las mismas: «Las obras tienen en común el hecho de que la sustancia que integra las formas no es compacta; es el amontonamiento de líneas que han sido trazadas para luego ser “destruidas” por un tropel de otras líneas conjuradas para instaurar una maraña. Lo deslumbrante es que del centro de ese matorral proviene un fulgor incontenible; una dulce irradiación que permanece en el interior del bulbo, el repollo, la hoja, la flor, pero aún alcanza a calentar suavemente el exterior de esas vegetaciones-planetas»33.

32 BORGES, Jacobo. «Jacobo Borges: “Bulbos como astros, hojas que son vitrales”», en Arte en la red, 6 de octubre de 2008, http://arteenlared.com/venezuela/exposiciones/jacobo-borges-bulbos-como-astros,-hojas-que-son-vitr.html. 33 SOCORRO, Milagros. «Bulbos como astros, hojas que son vitrales», en Jacobo Borges. El color en un observador de hojas aserradas y bulbos, Caracas, Galería Freites, 2008, p. 4.

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49 Serie 4U 2015-2016 Duborcom 200 x 200 cm 76


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48 Serie 4V 2015-2016 Duborcom 200 x 200 cm 78


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47 Serie 4W 2015-2016 Duborcom 200 x 200 cm 80


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El dibujo de las líneas en el espacio se maneja con la misma cualidad de capa sobre capa que en el resto de sus obras: «Su manera de habitar un cuadro es exactamente la misma de siempre […]. Vemos el mismo Jacobo Borges […] pintando varios cuadros dentro del mismo marco, uno sobre otro. Si se mira con atención (si el espectador se comporta como quien ausculta un grabado) podrá percibirse una arqueología de rasgos en cada cuadro […]. Si te separas del cuadro y lo percibes en su totalidad, esa cadena de agresiones, esa superposición de transparencias donde se retuercen las líneas mortificadas, se convierte mágicamente en un fruto perfecto, un personaje sólido de un clásico […]. Cada hoja contiene al bosque como la gota salada albergaría al mar»34. Son mapas de espacios ancestrales que uno sobre otro habitan la vegetación como constelaciones de vertiginosos afectos y sensualidad abrupta. Las presencias vegetales son reminiscencias icónicas de aquel bosque que conserva Borges entre las huellas de sus cuadros y reaparecería rotundamente en la serie siguiente de El bosque II y lo que crece. 10 El bosque II y lo que crece (2000-2010) En 1999 Borges expuso la serie El bosque I en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Sofía Ímber. En la instalación dominaba la presencia del color negro en todos sus matices y la inclusión de materiales extra-pictóricos como el petróleo y el esmalte en la realización de las piezas, así como extractos de textos y poemas del escritor y poeta venezolano Santos López. La muestra funcionaba con una inmensa puesta en escena del bosque donde para entonces habitaba el artista, en una especie de despedida de aquella morada. Se trataba de un espacio de conexión con la médula del bosque, con las venas de las hojas, en una búsqueda de restitución de los vínculos primordiales con la naturaleza. El punto de origen fue el inmenso y mítico árbol de Santa María del Tule en México, anclado en la memoria del artista desde sus años de residencia en aquel país: «Todo el cuerpo del árbol —escribió—, que parece cubierto con la piel de un elefante, provoca un estremecimiento. Es como un animal que se mueve al respirar. No es tranquilo, es acumulativo. Tú aprecias los nudos de una cosa con otra [...]. Es importante sentir esos remolinos de tiempo»35. Borges comenzó a pintarlo tan grande como pudo pero nunca fue suficiente. Como una manera de soltar la impotencia de no llegar a lo que verdaderamente representaba el Tule, lo dejó en un depósito para retomarlo más tarde, cuando construyó un bosque real en la montaña de San Diego de Los Altos: «sembré bambúes —mi pasión—, jabillos, ficus, cedros, bucares, mangos, philodendros»36. Diez años después, el bosque regresó a su imaginario, «¡justo cuando regresaron las obras de El bosque de una exposición en Alemania! Llegaron al garaje, ahí estuvieron encerradas, se repetía la historia, pero ahora no era el Árbol de Tule imaginario… era mi imaginación encerrada en ese depósito. Todo esto debía tener un sentido o más bien una relación. Venía de una experiencia de historias unidas por el color y su encuentro con la máquina de pensar, el bosque, las flores, las hojas, los frutos. Cuando abrí la puerta del garaje saltó el Bosque imaginado y se encontró con el pequeño bosque. 34 Op. cit., pp. 5-7. 35 BORGES, Jacobo. «El tiempo fluido», op. cit., p. 32. 36 BORGES, Jacobo. «El bosque II y lo que crece», en El bosque II y lo que crece. Jacobo Borges, Bogotá, Museo de Arte Moderno de Bogotá, 2010, s/p.

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38 Bosque 19 2000-2010 Óleo sobre tela 340 x 293 cm Colección privada 83


37 Bosque 18 2000-2010 Óleo sobre tela 336 x 297 cm Colección privada 84


Volví al BOSQUE y me sentí más libre puesto que el Bosque que tenía enfrente era pequeño, del tamaño de un jardín. Extrañamente, las obras que salieron de allí eran más monumentales que las que hice en el primer Bosque, cuando estaba sumergido en aquel bosque real. Redescubrí el negro, mezclé todo tipo de negros y materiales [...]. Mi visión del Bosque ha ido acercándose cada vez más hasta llegar a las venas de las hojas serradas»37. Este fue el segundo bosque, exhibido en el Museo de Arte Moderno de Bogotá en el año 2010 —serie a la que pertenecen El bosque 18 y El bosque 19—, en conjunción con la serie de El color en un observador de hojas aserradas y bulbos. En ambos bosques, el bosque es también memoria. Las enormes hojas se comportan a la vez como huella y paisaje, como si se tratase de vestigios del bosque milenario primordial. En El bosque 18 el espacio se vuelve a multiplicar entre las capas de color que son también restos de recuerdos de la infancia y de la vida. 11 Paisajes de la memoria (2011) Esta serie continúa la investigación que Borges había iniciado en 2008 con la técnica Duborcom en la computadora. La relación con la máquina construye un punto diferente en sus procesos creativos: no se trata de imitar la pintura tradicional sino de ‘destruir’ el espacio y articular un nuevo escenario plástico. El paisaje interior, aquel enterrado en la memoria. Son los lugares de tránsito, los que se desplazan por entre la ventana en viaje en tren, los que se deslizan en los recuerdos del inconsciente, los que la memoria esconde y el creador, como un arqueólogo de tiempos inmemoriales, hace regresar como si fueran redes de huellas, de trazos de color, de volúmenes y tonos: «Son paisajes que han estado dentro de mí como pedacitos chiquiticos. No soy el responsable de que estén ahí abandonados. Era un camino que no había concretado. Aquí abro la puerta hacia una manera distinta de mirar»38. Alcanza a dibujar manchas y líneas imposibles. En realidad, la idea de la ‘destrucción’ para crear ha sido constante en su obra: «Yo trabajo destruyendo desde los 25 años. Esto sucedió porque nunca terminaba un cuadro. Trabajaba encima de una tela y al final la imagen había desaparecido, pero estaba detrás de la pintura. En la computadora guardas y haces copias; si quieres regresar a la primera versión lo puedes hacer. Yo termino haciendo de una obra hasta 40 versiones. Soy como una especie de arqueólogo que va abriendo espacios. Esto es un sueño que he tenido: quiero que la historia que cuente el cuadro sea su propia historia. Eso es algo que la gente no sabe. Lo sé yo, porque estoy viendo las 40 versiones»39. En este sentido, desmonta el funcionamiento del programa de computación. Lo vuelve trizas: «Por ejemplo con Photoshop, que sirve para limpiar las fotos, yo lo uso para ensuciar mi obra. Uso muchos programas digitales, pero al revés. He aprendido cómo funcionan algunas cosas. Pero no me interesa sino cómo lo destruyen. Con la computadora logro líneas que nunca hubiese podido lograr y manchas que nunca hubiese podido hacer»40. 37 «El bosque II y lo que nace: Jacobo Borges expone en Bogotá», en analítica.com, 23 de febrero de 2010, www.analitica.com/entretenimiento/el-bosque-ii-y-lo-que-crece-jacobo-borges-expone-en-bogota/ 38 FALCÓN, Dubraska. «Hoy siento una libertad mayor. Entrevista a Jacobo Borges. Artista plástico», en El Universal, Caracas, 26 de octubre de 2011, www.eluniversal.com/arte-y-entretenimiento/111026/hoy-siento-una-libertad-mayor 39 Ibídem. 40 Ibídem.

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El artista lo define como un viaje sin tiempo y sin espacio, sin lugares. Los Paisajes de la memoria son fragmentos de fragmentos, destellos, retazos de recuerdos que tejen una compleja trama de mares y juncos, raíces y viento, mapas de estrellas, «lugares en los que alguna vez estuvimos sin saber que habíamos estado una y otra vez»41. 12 Desde el mar (2013-2016) Entre La pesca… de 1956 que daba inicio a la exposición de 1986, pasando por Nuevo mundo y Los nadadores de 1986 para llegar a la serie Desde el mar, es posible trazar un arco de relaciones donde el agua conecta permanentemente. El agua de nuevo en la obra del artista, no como una marina reposada, sino desde una perspectiva central del lienzo, como especies de detalles o vistas de acercamientos al mar, que deslizan contenidos en una paleta exuberante que remueve, que tampoco es serena. Las pinturas Desde el mar muestran nuevamente que el devenir de la obra de Borges fluye sin saltos al vacío y procede de germinaciones de procesos anteriores. Las Salas con ventana mostraban un fragmento del océano y, desde esa ventana, la mirada se posa en el propio mar, como un enfoque del detalle. El paisaje es el mar y las piezas van encajando en las diferentes maneras de ver. En Desde el mar 1 (2013) y Paisaje desde el mar (2015), la imagen distorsionada del reflejo de los peces, los astros y las aguas enriquece las significaciones de las obras. La materia espesa alterna su presencia con las tonalidades cromáticas que construyen el ritmo de las obras, en esa manera tan propia que tiene Borges para componer a través de capas sobre capas. El paisaje adquiere fuerza propia y su solidez permanece. Aire, luz, peces y agua en torbellino nos parecen recordar que la naturaleza se aleja demasiado de la vida contemporánea. El mar desde la ventana (2015-2016) propone una revisión de la perspectiva y el enfoque que predominaba en las salas. La vista incluye las terrazas y techos de otras edificaciones, donde reposan otros cuadros con vista al mar. El horizonte se multiplica y la pintura conduce a otras pinturas. Estos paisajes son arduos y expectantes, múltiples en sus representaciones y permiten ampliar nuestra mirada. Borges se ha planteado realizar una obra que sea la experiencia formada por vetas que acogen los sentidos de la existencia, historias y memorias de vida, expresión de lo que no se mira pero que, cuando el artista lo manifiesta, nos abre a nuevos mundos.

41 BORGES, Jacobo. «Paisajes de la memoria», en Jacobo Borges. Paisajes de la memoria, Caracas, Galería Freites, 2011, s/p.

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39 PG. Q. 2012 Duborcom 200 x 200 cm 87


Aire, luz, peces y agua en torbellino nos parecen recordar que la naturaleza se aleja demasiado de la vida contemporánea.

43 PH. G 23 Peces rojos 2014 Duborcom 100 x 300 cm 88


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42 PH. G 24 2014 Duborcom 100 x 300 cm 90


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46 PG. S. Otoño (Serie 4 estaciones) 2015-2016 Duborcom 200 x 200 cm 92


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45 PG. S. Verano (Serie 4 estaciones) 2015-2016 Duborcom 200 x 200 cm 94


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40 Desde el mar I 2013 Óleo sobre tela 190 x 225 cm 96


44 Paisaje desde el mar 2015 Óleo sobre tela 160 x 160 cm 97


50 El mar desde la ventana 2015-2016 Duborcom 160 x 200 cm 98


Biografía


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1931 Nace en Caracas, Venezuela. Hijo de Neptalí Borges y Teodolina Morales. Su infancia transcurre entre los barrios de Catia y El Cementerio, en Caracas. 1945-1948 Desempeña distintos oficios, entre ellos el de litógrafo en la compañía Cartones de Venezuela (Smurfit), y el de dibujante en la empresa de publicidad McCann-Erickson, donde comparte con el maestro Carlos Cruz-Diez. 1949 Ingresa a la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas de Caracas. Se integra al grupo de estudiantes que luchan por la reforma del pensum de estudios de esta institución, situación que motiva su expulsión. 1951 Trabaja en el Taller Libre de Arte donde exhibe sus primeras obras. 1952 Con la obra La lámpara y la silla (1951) se hace acreedor del primer premio «An American in Paris» en el Concurso de Pintura Joven de 1952, promovido por el diario El Nacional, la MGM (Metro Goldwyn Mayer) y la Embajada de Francia en Venezuela. Este premio consiste en una beca de estudio por diez meses en París, ciudad en la que se residencia por cuatro años. Expone en el Salón de la Joven Pintura en el Museo de Arte Moderno de París. 1956 Tras su regreso a Venezuela, expone en el Museo de Bellas Artes de Caracas y en la Galería Lauro, Caracas. 1957 Recibe el Premio José Loreto Arismendi del XVIII Salón Oficial Anual de Arte Venezolano y una mención honorífica en la IV Bienal de São Paulo. Colabora con Tabla Redonda y El Techo de la Ballena, importantes agrupaciones literarias y artísticas activas a principios de los 60. Paralelo a su obra pictórica, inicia investigaciones en torno al diseño escenográfico y vestuario para diversas obras de teatro, actividad que continúa a lo largo de su carrera. 1958 Forma parte de la delegación que representa a Venezuela en la XXIX Bienal de Venecia, junto a Jesús Soto, Hugo Baptista, Omar Carreño, Marcos Castillo, Rafael Ramón González, Luis Guevara Moreno, Ángel Hurtado, Régulo Pérez, Ramón Vásquez Brito y Vicente Fabbiani. Este mismo año participa en la Bienal de São Paulo, en la que recibe mención honorífica. 1959 Participa en la exposición «Veinte años del Salón a través de sus premios», Museo de Bellas Artes, Caracas. Realiza la escenografía para las obras de teatro Hernani de Victor Hugo y Esperando al Zurdo de Clifford Odette; y el vestuario y utilería para Calígula de Albert Camus.

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1960 Obtiene el Primer Premio Arturo Michelena en el XVIII Salón Arturo Michelena realizado en el Ateneo de Valencia, Venezuela. Recibe Mención Honorífica en el XXI Salón Oficial Anual de Arte Venezolano. Obtiene el Primer Premio en el concurso «Siete pintores venezolanos», organizado por la empresa Esso en el Museo de Bellas Artes de Curazao. 1961 Obtiene el Premio Nacional de Dibujo y Grabado en el XXII Salón Oficial Anual de Arte Venezolano, con la obra Yo también quiero ver, actualmente perteneciente a la colección de la Galería de Arte Nacional, Caracas. Es incluido en la retrospectiva «Pintura venezolana 1661-1961», presentada en el Museo de Bellas Artes de Caracas. Realiza la escenografía de la obra de teatro Zoológico de cristal de Tennessee Williams. 1962 Obtiene los premios Puebla de Bolívar y Antonio Esteban Frías en el XXIII Salón Oficial Anual de Arte Venezolano. Diseña la escenografía, el vestuario y el programa de Bodas de sangre de Federico García Lorca. 1963 Recibe el Premio Nacional de Pintura en el XXIV Salón Oficial Anual de Arte Venezolano con la obra La coronación de Napoleón; y el Primer Premio de Dibujo en el V Salón de Dibujo y Grabado de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela. Participa nuevamente en la VII Bienal de São Paulo y forma parte de la exposición itinerante «22 pintores venezolanos», organizada por la Fundación Neumann, que es llevada a Uruguay, Chile y Perú. 1964 Tiene una exposición individual en la galería El Techo de la Ballena. Participa en la II Bienal de Córdoba: movimiento para el diálogo americano, Argentina. A raíz de esta exposición su trabajo es seleccionado para una muestra itinerante al Museo de Bellas Artes de México y a varios museos de Estados Unidos. Es incluido en la exposición inaugural del Museo de Arte Moderno de Bogotá. Forma parte de la representación venezolana de la XXXII Bienal de Venecia. Participa en la VI Exposición de Artes Gráficas, Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela y en el XXV Salón Oficial Anual de Arte Venezolano. Laurence Alloway lo incluye en la muestra «Guggenheim International Award». 1965 Inicia la serie Las jugadoras. Participa en la VIII Bienal de São Paulo y en el XXVI Salón Oficial Anual de Arte Venezolano. Forma parte de la exposición itinerante «20 Artistas sudamericanos», que luego se presenta en el Museo de Bellas Artes, México; en la Universidad de California, Oakland; en la American Federation of Arts, Nueva York; y en la Pan American Union, Washington. También es incluido en la exposición «Evaluación de la pintura latinoamericana», que itinera al Museo de Bellas Artes, Caracas; al Ateneo de Caracas; y a la Universidad de Cornelly Solomon R. Guggenheim Museum, Nueva York. Es incluido en la colectiva «Donación Miguel Otero Silva», Museo de Bellas Artes, Caracas. Diseña la escenografía de El tintero de Carlos Muñiz.

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1966 Como parte del programa Cornell Latin American Year 1965-1966, el director de la Solomon R. Guggenheim Museum, Thomas M. Messer, junto a Jack L. Squier de la Cornell University habían iniciado un proyecto expositivo para el cual, en 1964, realizan dos viajes a ocho países de Latinoamérica en busca de los pintores contemporáneos más significativos. Messer invita a Borges a participar en esta exposición «The Emergent Decade: Latin American painters and painting in the 1960’s», presentada en el Museo Guggenheim de Nueva York. A partir de este año y por un breve período, abandona la pintura y se dedica al estudio y experimentación con medios audiovisuales: cine, video, fotografía, performance e instalación, entre otros. El Museo Guggenheim adquiriere su obra Figura en una habitación. La comedora de helados. 1967 Presenta el evento Imagen de Caracas, proyecto que venía preparando tres años atrás, bajo el auspicio del gobierno de la ciudad de Caracas en el marco de la conmemoración de los cuatrocientos años de la ciudad. De esta instalación dirige el material cinematográfico, el desarrollo teatral y su instalación. El espectáculo tuvo lugar en un espacio construido con ese fin en el centro de la ciudad, de 4.900 metros cuadrados y 20 metros de altura, con tubos y andamios, dentro del cual el público caminaba e interactuaba con las imágenes proyectadas y objetos que se movían. 1969 Dirige el cortometraje 22 de mayo, editada en blanco y negro (16mm, 35 min). 1970 Retoma la pintura a principios de la década del setenta, sin abandonar las investigaciones que había adelantado con los medios audiovisuales. 1971 Expone en la Galería Viva México, Caracas. 1972 Tiene su primera exposición individual en la Galería Estudio Actual en Caracas, donde se presentará con regularidad en los siguientes años. 1974 Se presenta en la III Bienal de Latinoamérica de Grabado de San Juan de Puerto Rico y en la Galería Estudio Dos, Valencia, estado Carabobo. Es incluido en la colectiva «Nueve artistas venezolanos», presentada en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas; y en la colectiva «Grandes creadores del continente», en la Galería Estudio Actual, Caracas. Realiza la escenografía de la obra teatral El testamento del perro, dirigida por Álvaro de Rosson. 1975 Organiza la exposición itinerante Visión de Venezuela, conformada por murales, fotomontajes, audiovisuales y textos, que presenta inicialmente en Parque Central, importante complejo urbano de Caracas para aquellos años.

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1976 Se inaugura la exposición retrospectiva «Jacobo Borges, pintor venezolano: Magia de un realismo crítico», organizada por el Museo de Arte Moderno de México, en cuya ocasión se edita el catálogo de título homónimo, con textos de Roberto Guevara y Fernando Gamboa. Julio Cortázar inspirado en la obra de Borges, Reunión con un círculo rojo, escribe el relato Encuentro con un círculo rojo, que es incluido en esta publicación. Esta misma exposición se lleva posteriormente al Museo de Bellas Artes en Caracas. Participa en «Arte hoy en América Latina», Instituto Hispánico, Madrid. Expone su obra gráfica en la Galería Avril, México, D. F. 1977 Expone la serie La montaña y su tiempo y A la deriva en la Galería Estudio Actual, Caracas. Es incluido en la Feria Internacional de Basilea, Suiza. Participa en «Arte actual de Iberoamérica», junto a José Luis Cuevas, Alejandro Obregón y Fernando de Szyszlo, muestra organizada por el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid. Es incluido en la muestra «Homenaje a la pintura latinoamericana», bajo el auspicio del Patronato de la Cultura de El Salvador. 1978 Se presenta la exposición «Del taller de Jacobo Borges hoy», en la Galería de Arte Nacional, Caracas. Participa en varias muestras colectivas, entre ellas: «Todos los artistas al rescate de la Escuela Cristóbal Rojas», en el Centro Humanístico Arístides Rojas; «Doce artistas venezolanos en la colección del Museo de Arte Contemporáneo», en la Sala Cadafe del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas; «Nueva imagen de Simón Bolívar», en el Ministerio de Relaciones Exteriores; «Arte iberoamericano de hoy», en el Museo de Bellas Artes de Caracas; y la «Nueva década emergente», en la Galería Estudio Actual, Caracas. 1979 Armitano Editores publica el libro La montaña y su tiempo, en la que reúne la obra gráfica de Borges sobre la ciudad y la montaña, con textos de su autoría. Participa en la exposición «Dibujo en el continente», en la Galería Estudio Actual, Caracas. Su obra, junto a la de René Magritte y Robert Rauschenberg, es incluida en el calendario de la editorial alemana Du Mont. Realiza la escenografía y el vestuario de Los ángeles terribles, obra teatral de Román Chalbaud, dirigida por José Ignacio Cabrujas. 1980 Se crea el Salón Jacobo Borges en el Palacio Municipal, Caracas. Este mismo año es incluido en la exposición «Indagación de la imagen (la figura, el ámbito, el objeto). Venezuela, 1680-1980. Exposición temática. Primera parte», realizada en la Galería de Arte Nacional, en la cual se exhibe la serie La comunión, integrada por óleos y dibujos al pastel. 1981 Se realiza la exposición individual «La comunión», en la Galería de Arte Nacional de Caracas, en la que exhibe ochenta y tres obras que había realizado en los últimos cuatro años. Un catálogo de título homónimo acompaña la muestra.

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1982 Armitano Editores publica el libro Jacobo Borges de Dore Ashton, traducida al inglés. 1983 Tiene su primera exposición individual en Nueva York, «Jacobo Borges: New Paintings», en la CDS Gallery, galería dirigida por Clara Diament Sujo. Recibe el Premio Amando Reverón, otorgado por primera vez por la Asociación Venezolana de Artistas Plásticos (AVAP). 1984 Es invitado especial —junto a Roberto Matta y Francisco Toledo— a la I Bienal de La Habana realizada en el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam. Tiene una exposición colectiva en CDS Gallery, en la que participaron cincuenta artistas procedentes de doce países; por Venezuela solo figura Jacobo Borges. Es incluido en la publicación America Latin. Sugestii pentru o galerie sentimental, con textos de Iordan Chimet, editado por Editura Meridiane, Bucarest, Rumania. 1985 Recibe la beca John Simon Guggenheim Memorial Foundation por lo que se establece por un año en Nueva York. 1986 Es invitado por la Deutscher Akademischer Austauschdienst (DAAD) de Berlín, a trabajar en esta ciudad donde permanece por varios meses. Durante los años siguientes mantiene estancias compartidas entre Nueva York, Berlín, Ciudad de México, el sur de Francia y Caracas. En colaboración con la Camerata de Caracas, presenta en Los Espacios Cálidos del Ateneo de Caracas la exposición performance musical «Jacobo Borges pinta a La Camerata-La Camerata ejecutada para Jacobo».Vuelve a la CDS Gallery de Nueva York con su segunda exposición individual en esta ciudad. Se suman otras exposiciones colectivas en otras ciudades de Estados Unidos: Harcourt Gallery y Moss Gallery, en San Francisco, California; y en Yares Gallery, Scottsdale, Arizona. Diseña la escenografía y el vestuario para la pieza teatral Lo que dejó la tempestad de César Rengifo, dirigida por José Ignacio Cabrujas, por la que recibió el premio de escenografía y vestuario del Concejo Municipal del Distrito Federal de Caracas. 1987 Participa en «Art of the Fantastic: Latin America, 1927-1987», una exposición organizada por Holliday T. Day y Hollister Sturges para el Indianapolis Museum of Art, concebida en el marco de los Juegos Panamericanos celebrados en Indianápolis en 1987. Esta exposición itinera a The Queens Museum en Nueva York, al Center for the Fine Art, Miami y al Centro Cultural de México. Se presentaron treinta artistas procedentes de once países de Latinoamérica. Borges fue seleccionado junto a Armando Reverón como parte de la representación venezolana. Se inaugura en el Museo de Monterrey de México «De la pesca… al Espejo de aguas. 1956-1986», importante exposición que reúne sesenta obras del artista, que luego fue llevada al Museo de Arte Contemporáneo Rufino Tamayo, en México (1987), a la Staadtiche Kunsthalle de Berlín (1987), al Museo de Arte Moderno de Bogotá (1988), y al Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Sofía Ímber (1988). La obra Por un solo instante fue adquirida por el Indianápolis Museum of Art.

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1988 En ocasión de la muestra itinerante «De La pesca… al Espejo de aguas.1956-1986», la Staadtiche Kunsthalle de Berlín publica Jacobo Borges, con una recopilación de textos de Wieland Schmied, Dore Ashton, Carlos Fuentes, Julio Cortázar, Carter Ratcliff, Donald Kuspit, Marta Traba, Roberto Guevara, Edward Lucie-Smith y Peter B. Schumann. Igualmente, el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas publica De La pesca… al Espejo de aguas, 1956-1986, con textos de Carter Ratcliff y Marta Traba. Es incluido en la exposición «Fifty years of collecting: an Anniversary Selection. Paintings from Modern Masters», organizada por el Museo Guggenheim de Nueva York. Este mismo año representa a Venezuela en la XLIII Bienal de Venecia, donde fue aclamado por la crítica. Es incluido en la muestra itinerante «The Latin American Spirit; Art and Artist in the United States, 1920-1970», organizada por el Bronx Museum of Arts, Nueva York, que luego es llevada a El Paso Museum of Art, Texas; a The San Diego Museum of Art, California; al Institute Puerto Rican Art & Culture, Chicago; y al Center for the Arts, Vero Beach, Florida. Igualmente participa en la exposición «Olympiad of Arts», que tiene lugar durante los Juegos Olímpicos de Seúl, Corea. Tiene su segunda exposición individual en México, en la Galería Avril; entre las obras expuestas destaca la serie Puertas. Es reconocido con la Orden Francisco de Miranda, en su Primera Clase, Presidente de la República de Venezuela. 1989 Presenta la individual «Berliner Bilder», en la Galerie Eva Poll de Berlín, donde continuará exponiendo con regularidad. Expone en The Art Museum of Florida International University, en cuya ocasión se publica el catálogo Jacobo Borges, con la autoría de Dore Ashton. Participa en la Feria Frankfurt 89, en la Feria de Arte de Los Ángeles, California, y en Arco 89, Madrid. Es incluido en la publicación Art Diary Internacional 1989: The World’s Art Directory, dirigida por Giancarlo Politi Editore, Milán, Italia. 1990 Se inaugura una exposición individual del artista en la Galería Der Brücke, en Buenos Aires, de la que se edita un catálogo con textos de Dore Ashton. Se presenta en el Knoxville Museum of Art, Tennessee; en Arco 90, Madrid; y en la Feria de Miami, Florida. Damián Bayón y Roberto Pontual lo incluyen en la publicación La peinture de l’Amérique latine au XXe siècle, Ediciones Mengès, París. 1991 El Centro Cultural Consolidado de Caracas organiza «Itinerario de viaje. 1987/1990», una importante exposición que reúne obras realizadas durante los últimos cuatro años en el exterior. Es incluido en la muestra «A Propos de Romantisme Barroque», en la Fondation Vasarely, en Aix-en-Provence, Francia, organizada por el crítico y escritor Salvatore Lombardo. 1992 La Galerie Eva Poll de Berlín, inaugura la exposición «Jacobo Borges, Berliner Bilder II – Übergänge», en la que muestra sus obras recientes; con motivo de esta muestra se edita un catálogo de título homónimo con textos de Wieland Schmied, quien se refiere a la obra de Borges como «una pintura en la cual […] hay algo del fuego de las alturas venezolanas y algo de la caída del muro de Berlín…». Participa en la colectiva «Pintura latinoamericana del siglo XX», en el el Instituto de América Centro Damián Bayón, Santa Fe, Granada, España.

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1993 Es invitado a participar en «Latin American Artist of the Twentieth Century», exposición intinerante organizada por el Museo de Arte Moderno de Nueva York; que luego se presenta en la Estación Plaza de Armas, Sevilla; en el Musée Georges Pompidou, París, y en el Museum Ludwig, Colonia, Alemania. Es invitado por el diario El Nacional de Caracas a ilustrar la edición aniversaria, cuyo tema versa sobre la integración latinoamericana. Realiza las ilustraciones del cuento Aura, de Carlos Fuentes. Se le organiza la muestra individual «Jacobo Borges. Pinturas», en el Instituto de América Centro Damián Bayón, Santa Fe, Granada, España; y forma parte de una colectiva sobre Venezuela en La Casa de América en Madrid. Es nombrado Huésped de la Ciudad de México, y es invitado a trabajar en esta misma ciudad durante seis meses. 1994 Es invitado a impartir un curso sobre la creación y el espacio, durante cinco semanas en la Internationalen Sommerakadmie für Bladende Kunst de Salzburgo, Austria; a estas clases de pintura dirigidas por él en la Fortaleza Hohensalzburg asistieron artistas de varias partes del mundo; tuvo un éxito rotundo. Estos encuentros se repetirán hasta el 2006. Es invitado especial de la Feria Iberoamericana de Arte (FIA), Caracas, en la que participa representado por la Galería Freites, ocasión para la que se publica el catálogo Jacobo Borges. La materia del tiempo. Es incluido en la exposición «Maestros latinoamericanos», en la Galería Avril, México, D. F.; y en la publicación Artistas latinoamericanos en su estudio, que incluye un texto introductorio de Carlos Fuentes y textos de Marie-Pierre Colle. 1995 En reconocimiento a Borges, se inaugura el Museo Jacobo Borges, concebido como un eco-museo donde se plantea un criterio antropológico de la cultura. Como parte de la exposición inaugural se organiza la antológica «Lo humano en Jacobo Borges y en la pintura venezolana». Se presenta en la Galerie im Traklhaus de Salzburgo la exposición «Es ist die Seele ein Fremdes auf Erden…» (Es el alma cosa extraña en la tierra…), que luego itinera a la Galería Avril en Ciudad de México, y a la Galería Freites, en Caracas. Esta exposición estuvo acompañada por un catálogo de título homónimo, editado por la Internationale Sommerakademie für Bildende Kunst, traducido al alemán, español e inglés, con textos de Wieland Schmied y una entrevista al artista realizada por Barbara Wally. Es incluido en el libro Art Today, de Edward Lucie-Smith, publicado por la editorial Phaidon, Londres. 1996 Presenta en la Residenz Galerie de Salzburgo, Der Himmel Senkte Sich (El cielo se vino abajo), una instalación de mil metros cuadrados en la que a través de pinturas, esculturas y objetos plantea una reflexión sobre el diluvio universal y el fin del milenio. Esta pieza es reinstalada posteriormente en las ruinas del Retén de Catia en Caracas. Con motivo de esta muestra la Internationale Sommerakademie für Bildence Kunst de Salzburgo, edita el catálogo Jacobo Borges, Der Himmel Senkte Sich/Jacobo Borges, se vino abajo el cielo, con textos de Wieland Schmied, Marena Marquet y Barbara Wally. Es mencionado en el libro de Donald Kuspit, Idiosyncratic Identities. Artist at the End of the Avand-Garde, editado por Cambridge University Press, Nueva York.

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1997 Es incluido en la publicación Movements in Art since 1945, Issues and Concepts, con textos de Edward Lucie-Smith, editado por Thames and Hudson, Nueva York. 1998 Se vino abajo el cielo es reinstalada en las ruinas del Retén de Catia. 1999 Participa en la exposición curada por Dore Ashton «A Rebours, The Informal Rebellion (1939-1968), en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid, que posteriormente itinera al Centro Atlántico de Arte Moderno, Las Palmas, Gran Canaria. Este mismo año es incluido en la exposición «América Latina: de las vanguardias al fin del milenio», en el Centro Cultural Culturgest, Lisboa, Portugal. Vuelve a Caracas. En su taller y residencia en las montañas al sur de Caracas, diseña y siembra un bosque-jardin y realiza desde allí un conjunto de obras con el tema de la naturaleza titulado Aproximación al paraíso perdido, que presenta en la Galería Freites de Caracas. Es incluido en Art in the Turn of the Millenium, publicado por Taschen. Este libro ofrece un panorama del arte internacional de finales del siglo XX, a través de los artistas más representativos de las últimas décadas. Asimismo, es incluido en el Petit Dictionnaire des Artistes Contemporains, publicado por la editorial Larousse. 2000 Se presenta la exposición «El Bosque», en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Sofía Ímber, itinerante al Museo de Arte Contemporáneo del Zulia; a la Galería Adriana Schmidt en Colonia, Alemania; y al Instituto de Cultura Hispánica, Madrid. Realiza una instalación en el marco de la II Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la OPEP. Comienza la serie Sueños y los Falsos Rembrandts de Jacobo Borges. 2001 Es incluido en el libro Twentieth-Century Art of Latin America, escrito por Jackeline Barnitz y editado por Austin University of Texas Press. En esta publicación se examinan las principales corrientes y artistas de siglo XX en México, el Caribe y América del Sur. Realiza la escenografía para el ballet contemporáneo Sand con música de Philip Glass, para la Guglisi-Foremann Dance Company, presentada en The New Victory Theater, Nueva York. 2002 A partir de este año desarrolla el proyecto «Armony. Chyrsler Project», instalación digital de fotografías y vídeos en el que registra de manera sistemática, desde su ventana, el Chrysler Building de Nueva York. Participa en la colectiva «Aquaria. Über die außergewöhnliche Beziehung von Wasser y Mensch» (Aquaria. Acerca de la extraordinaria relación entre el agua y el hombre), realizada bajo la curaduría de Barbara Wally, en Landesgalerie Linz, Austria. Allí presenta la instalación The Matter of Matter. 2003 El Fondo de Cultura Económica publica el libro Viendo visiones de Carlos Fuentes, compilación de ensayos sobre el tema de la mirada en las artes, en los que Fuentes reseña a reconocidos artistas hispanoamericanos como Juan Soriano, Francisco Zurbarán, Eduardo Chillida, José Luis Cuevas, Frida

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Kahlo, Clemente Orozco, Rufino Tamayo, Fernando Botero, entre otros; y entre los que incluye a Jacobo Borges a través del capítulo «El ojo de la ventana: Jacobo Borges». 2004 Participa en la muestra «Kunstankäufe des Landes Salzurg 2001-2003», en la Galerie Traklhaus, Salzburgo. Expone «Armony. Chyrsler Project», en la Galerie Eva Poll, Berlin, y en Latin Collector, Nueva York. 2005 Se publica el libro Jacobo Borges. La Rébellion ou le XIe commandements, con textos de Salvatore Lombardo y una entrevista a Jacobo Borges, editado por Transbordeurs, Marsella, Francia. 2006 Culmina la instalación Del sol o de la luz, una obra de 420 metros cuadrados, ubicada en Ciudad Banesco en Caracas, que había iniciado tres años antes. 2007 Banesco Banco Universal publica Del sol o de la luz. De la sombra de la tierra del agua del tiempo del canto, con textos de Edward Lucie-Smith y Jacobo Borges, traducido al inglés, en el cual se documenta la instalación que con el mismo título se ubica en Ciudad Banesco, Caracas. Presenta la serie Sala con ventana al mar en la Galería Freites, Caracas. Es incluido en la muestra «Arte y vida. Actions by Artist of the Americas, 1960-2000», Museo del Barrio de Nueva York. 2008 La Galería Freites presenta la exposición «El color en un observador de hojas aserradas y bulbos» y edita el catálogo de título homónimo, en los que Borges presenta sus primeras obras digitales fruto de su experimentación con materiales diversos (tierras, petróleo y otros), y en las que desarrolla una técnica digital que denomina Duborcom. 2010 Presenta en el Museo de Arte Moderno de Bogotá «El color en un observador de hojas aserradas y bulbos» y «Jacobo Borges. El Bosque II y lo que crece»; en esta última exposición presenta obras en las que continúa sus estudios en relación al tema de la naturaleza y la experimentación con técnicas digitales. 2011 Se inaugura la exposición «Paisajes de la memoria», en la Galería Freites y se edita un catálogo de título homónimo. Su hija Ximena lo invita a trabajar en el proyecto «Opera-Concert. La Tempestad»; produce el material fílmico y escenográfico para este concierto. 2012 Coproduce con Ximena Borges la obra La tempestad, presentada en el Teatro Chacao, Caracas. 2013 Dirige el montaje de La Tempestad Extended, en el Teatro Chacao, Caracas. 2015 Actualmente reside entre Caracas y Nueva York, trabajando en diversos proyectos para Venezuela y el extranjero.

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Representado en Banco Central de Venezuela, Caracas Banco Industrial de Venezuela, Caracas CDS Gallery, Nueva York Embajada de Venezuela en Brasilia, Brasil Galería de Arte Nacional, Caracas Indianapolis Museum of Art, Estados Unidos Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, México Museo de Arte Contemporáneo, Caracas Museo de Arte Moderno, México Museo de Bellas Artes, Caracas Museo Jacobo Borges, Caracas Solomon R. Guggenheim Museum, Nueva York Staadtiche Kunsthalle, Berlín The Museum of Modern Art, Nueva York

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Lista de obras


1 Antecedentes y engranaje

1981-1986

2 Espejo de aguas

1986-1992 5 Nuevo mundo 1981-1986 Óleo sobre tela 200 x 450 cm Colección privada

6 Espejo amarillo 1986 Óleo sobre tela 178 x 144 cm Colección privada

1 De las relaciones humanas 1983 Óleo sobre tela 150 x 340 cm Colección privada

7 Reflexiones de agua II 1986 Óleo sobre tela 165,8 x 386,8 cm Colección privada

2 Mujer con piano 1984 Óleo sobre tela 159 x 189,5 cm Colección privada

8 Solo un nadador 1989 Óleo sobre tela 240 x 120 cm Colección privada

3 León bebiendo 1984 Óleo sobre tela 150 x 150 cm Colección privada

4 Camerata 1986 Óleo sobre tela 178 x 285 cm Colección privada

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12 Clavado 1992 Óleo sobre tela 168 x 127 cm Colección privada


3 La puerta y el umbral. México y Berlín

1988-1992

9 La puerta 1989 Óleo sobre tela 225 x 190 cm Colección privada

10 A Hole in the Door. Postdamer Platz 1 1992 Óleo sobre tela 270 x 148 cm Colección privada

4 Materia y el tiempo

1994

13 Las hojas (Serie La materia del tiempo) 1994 Óleo sobre tela 167 x 127 cm Colección privada

14 La piedra (Serie La materia del tiempo) 1994 Óleo sobre tela 167 x 127 cm Colección privada

15 La máquina de coser de mi madre (Serie La materia del tiempo) 1994 Óleo sobre tela 135 x 125 cm Colección privada 11 La lluvia no apagó el fuego. Postdamer Platz 2 1992 Óleo sobre tela 270 x 148 cm Colección privada

16 Objetos que se encuentran (Serie La materia del tiempo) 1994 Óleo sobre tela 96,5 x 97 cm Colección privada 113


5 Es el alma cosa extraña en la tierra

1995-1996

6 Aproximación al paraíso perdido

1999

19 Noche de luciérnagas 1999 Óleo sobre tela 168 x 142 cm Colección privada

20 El amarillo es un bosque 1999 Óleo sobre tela 168 x 129 cm Colección privada

21 El paisaje se llevó el agua 1999 Óleo sobre tela 168 x 129 cm Colección privada

17 …Y rodó la cabeza 1995 Óleo y acrílico sobre papel 184 x 113 cm Colección privada

18 El agua blanca de la tarde 1995 Óleo y acrílico sobre papel 183,5 x 124 cm Colección privada

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22 Materia generosa 1999 Óleo sobre tela 178 x 142 cm Colección privada

23 Pulsación 1999 Óleo sobre tela 178 x 142 cm Colección privada


7 Retratos y autorretratos

2000

24 Retrato amarillo con libro 2000 Mixta sobre tela 168 x 142 cm Colección privada

25 Retrato con pincel 2000 Mixta sobre tela 168 x 142 cm Colección privada

29 Personaje con plano 2000 Óleo sobre tela 162 x 142 cm Colección privada

26 Retrato con bonsái 2000 Mixta sobre tela 168 x 142 cm Colección privada

30 Máscara y flores 2000 Óleo sobre tela 160 x 140 cm Colección privada

27 Amstel-Rembrand 2000 Óleo sobre tela 162 x 142 cm Colección privada

31 Retrato de pianista 2000 Mixta sobre tela 168 x 142 cm Colección privada

28 Retrato con cachucha blanca 2000 Mixta sobre tela 160 x 142 cm Colección privada

32 Sueño N° 10 2002 Óleo sobre tela 162 x 142 cm Colección privada

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8 Sala con ventana al mar

2005

33 Sala con ventana al mar N° 3 2005 Óleo sobre tela 170 x 220 cm Colección privada

9 El color en un observador de hojas y bulbos

2008

47 Serie 4W 2015-2016 Duborcom 200 x 200 cm

34 Sala con ventana al mar N° 5 2005 Óleo sobre tela 170 x 220 cm Colección privada

35 Sala con ventana al mar N° 10 2005 Óleo sobre tela 142 x 178 cm Colección privada

48 Serie 4V 2015-2016 Duborcom 200 x 200 cm

36 Sala con ventana al mar N° 11 2006 Óleo sobre tela 142 x 178 cm Colección privada

41 Sala con ventana al mar N° 19 2014 Óleo sobre tela 137 x 173 cm

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49 Serie 4U 2015-2016 Duborcom 200 x 200 cm


10 El bosque II y lo que crece

2000-2010

11 Paisajes de la memoria

2011

39 PG. Q. 2012 Duborcom 200 x 200 cm

42 PH. G 24 2014 Duborcom 100 x 300 cm

43 PH. G 23 Peces rojos 2014 Duborcom 100 x 300 cm

37 Bosque 18 2000-2010 Óleo sobre tela 336 x 297 cm Colección privada

38 Bosque 19 2000-2010 Óleo sobre tela 340 x 293 cm Colección privada

45 PG. S. Verano (Serie 4 estaciones) 2015-2016 Duborcom 200 x 200 cm

46 PG. S. Otoño (Serie 4 estaciones) 2015-2016 Duborcom 200 x 200 cm

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12 Desde el mar

2013-2016

40 Desde el mar I 2013 Óleo sobre tela 190 x 225 cm

44 Paisaje desde el mar 2015 Óleo sobre tela 160 x 160 cm

50 El mar desde la ventana 2015-2016 Duborcom 160 x 200 cm

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Cuando te encuentres de camino a Ítaca, desea que sea largo el camino, lleno de aventuras, lleno de conocimientos. […] Ten siempre en tu mente a Ítaca. La llegada allí es tu destino. Constantino Cavafis


Jacobo Borges

Jacobo Borges Coordinación editorial Katherine Chacón Anny Bello Texto María Luz Cárdenas Fotografías Mariano U. de Aldaca Reinaldo Armas Diana Carvallo Sabina Caula Renato Donzelli Carlos Sánchez Diseño gráfico Ingrid Padrón Retoque digital David Ladera

Galería Freites Avenida Orinoco Urbanización Las Mercedes Caracas-1060 Venezuela Teléfonos: + 58-212-993 78 46 + 58-212 313 53 13 galeriafreites.ccs@gmail.com galería_freites Galería Freites Rif.: J-00129814-2

Impresión Gráficas Lauki, C. A. Tiraje 1000 ejemplares Depósito legal lf 27420157003783 ISBN 978-980-6904-23-1 Caracas, noviembre 2015 © de la edición: Galería Freites, C. A. © del texto: María Luz Cárdenas © de las fotografías: los fotógrafos



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ISBN: 978-980-6904-23-1


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