Observador semanal del 07/06/2012

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¿Dónde está Dios cuando nos enfermamos? PAG. 3

Filadelia o la nostalgia del sueño americano

La familia: el trabajo y la iesta PAGS. 4 Y 5

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“Todo lo que se reiere a la dignidad de la persona, no es relativo ni opinable” PAG. 7

RESPONSABLES: GUILLERMO LESMES - NATHALIA LEMIR - www.sanrafael.org.py - MAIL: observadorsemanal@sanrafael.org.py - AÑO VII - Nº 361 - JUEVES 7 DE JUNIO DE 2012

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ompras en el Black Friday, indignados autoconvocados frente al Congreso para exigir frenar el despilfarro en el presupuesto público… hubo muchos movimientos ciudadanos en estos días y nos surge la pregunta: ¿Qué mueve al hombre hoy? Ciertamente, el deseo de un bienestar o de no caer en un mayor mal-estar. Ciertamente el deseo a secas. El corazón del hombre está siempre inquieto, siempre en búsqueda. Está en su naturaleza. Y el mercado, el marketing, la política profesionalizada, lo entiende. Le saca el jugo. Pero no lo toma enserio. Porque no está en su capacidad o en su control el satisfacer a nuestro yo. Esto es evidente porque al comprar el televisor que tanto anhelábamos, al estar enfrente de la notebook que tanta falta hacía, al instalar el acondicionador de aire, después de un rato de manipular el celular de última generación ¡vuelve el desencanto! A veces, llega pronto, a veces se demora un poco, pero siempre regresa ese fastidio del no estar completamente satisfechos, de querer algo más. Deseamos siempre más, más compras, más descuentos, más… seguimos queriendo más. También la indignación, la movilización ciudadana es signo del deseo que tenemos de cambiar las cosas, de hacer que todo renazca en este sufrido país. Muchos esperan ese cambio de la clase política, de los dirigentes. Pero más allá del presupuesto o del cambio en el manejo político, ¿qué es lo que pedimos?: ¡que nos tomen enserio! Este deseo del hombre de felicidad es el mismo que ha entretejido las bases de los grandes mercados primermundistas, que ha llevado a muchos jóvenes de la clase media latinoamericana a internarse en las selvas a hacer la

Black Friday

o el deseo

que Dios toma en serio guerrilla en su momento, es el mismo que empuja a los exploradores del mundo y a los inventores, a las monjas de clausura, pero también es el mismo que al ser reducido a idea o a ideología ha llevado al enfriamiento moralista de la fe, ha llevado a la ruina económica de los especuladores inancieros, ha destruido el sentido de lo moral en la intelectualidad de gran parte de Occidente y lo que es peor, esta reducción del deseo aleja al hombre de hoy de la esperanza y de la caridad. Al no poder alcanzar con las propias fuerzas la satisfacción de este deseo, muchos

gurus internacionales decretaron la muerte del ideal, el in de la búsqueda, declarando que no hay inal del camino, no hay punto de llegada a este deseo, porque no hay verdad objetiva, luego nadie tiene derecho a la genialidad o a la santidad, como ya denunciara el francés Péguy en su obra El dinero. Toda mirada de lo humano queda reducida al placer, al racionalismo estéril y al relativismo moral implacable. ¿Cómo resurgirá la esperanza en medio de este pensamiento blando y esquizofrénico, de esta conducta hedonista y de esta economía desechable? ¿Es posible?

Ciertamente, lo es. Los cristianos esperamos lo que ya nos ha sucedido. La respuesta al deseo humano no es una utopía, un deber ser o algo que niegue nuestra naturaleza. La respuesta ya nos ha sido dada en forma inesperada, insospechada y gratuita. ¡Dios sí nos ha tomado enserio! Y se nos ha manifestado en la Encarnación. Cristo mismo es la verdad que no se encuentra al inal del camino, sino que se hace Él mismo camino para devolvernos la vida auténtica. Esa que no podemos terminar de disfrutar solo con el poder adquisitivo en un día de compras o en una victoria política.

Esa que se derrocha incluso en nuestra debilidad y en nuestra pobreza. Cristo nos sale al encuentro porque sabe que no podemos solos. Él es Kyrios. Ninguna ideología política, ninguna receta mercantil, ningún estado totalitario podrán jamás destruir lo que este encuentro con Dios en la persona de Cristo puede hacer en nuestra vida. De allí surge la verdadera humanidad. Él es el hombre verdadero y cumple nuestros deseos. Cristo es nuestra esperanza. ¿O no? Observador Semanal


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or qué la hospitalidad es un milagro? Parecería la cosa más obvia: abrir la puerta de la propia casa para permitir que alguien entre, tendría que ser normal. ¿Por qué entonces el P. Giussani la paragona a un hecho milagroso? Porque tendría que ser la experiencia normal de una familia, y al contrario en tan excepcional que cuando acontece todos nos maravillamos. Vivimos en un contexto humano, cultural y social fruto de una larga historia, que ha debilitado los factores de la experiencia elemental: uno, encima de todo, es la abertura original del corazón y la percepción de la realidad como positiva, como llena de promesa por la propia vida. En el tiempo se ha introducido una distancia por la cual las cosas y las personas se han vuelto como extrañas. Es terrible esta airmación de Sartre: “Mis manos, ¿qué son mis manos? La distancia inconmensurable que me separa del mundo de los objetos y me aleja de ellos para siempre”. Como ha recordado Benedicto XVI encontrando a los novios a Ancona (Italia) el 11 de septiembre de 2011: “En el extravío, cada uno es empujado a moverse individual y autónomamente, a menudo en el sólo perímetro del presente. La fragmentación del tejido comunitario se releja en un relativismo que afecta los valores esenciales: la correspondencia de sensaciones, de estados de ánimos y de emociones parece más importante de la con división de un proyecto de vida. También las elecciones fundamentales se vuelven frágiles, expuestas a una perpetua revocabilidad, que a menudo se considera expresión de libertad, mientras se maniiestan la carencia”. Propio en este contexto una familia que abre la propia casa a un niño

La hospitalidad, milagro de Cristo que actúa

o a una persona con diicultades como hacen las familias por la acogida, ampliando el horizonte del propio afecto a un “extraño”, ha en si algo de divino que vence la distancia. Hasta el punto que el P. Giussani la paragona con un párrafo de la carta de los Hebreos: “No se olviden de la hospitalidad; unos, practicándola, han acogido a ángeles sin saberlo”. Y comenta: “no es que sean ángeles; ¡son más que ángeles! Son hijos de Dios, parte del misterio de la persona de Cristo. Es como ver uno que de noche camina más iluminado. Y la gente se tranquiliza viendo o leyendo lo que ustedes viven”. Esta es la novedad de aquella abertura original del corazón que la fe desvela en su profundidad, haciendo posible una experiencia de otra manera irrealizable, en modo especial en una época como la nuestra. La promesa, de hecho, es que sea vencida la fractura descrita por Sartre. Esto nos facilita en el reconocer que un hecho como las Familia por la

Acogida no es fruto de una imaginación humana, porque aquella distancia es irreducible por el hombre con sus fuerzas limitadas, por cuantas generosamente empleadas. Compartiendo la mirada con la cual Cristo mira a las personas y las cosas, se puede entrar en la arena, aceptando también sacriicios duros, como acontece a muchos que compartan la vida de los chicos y de las personas que a ellos son entregados. Es un testimonio de la naturaleza del cristianismo: no necesita ningún esfuerzo titánico ni alguna capacidad particular, porque entra en la vida como algo imprevisto que inunde el yo y lo cambia. Es una experiencia exaltante ser invitado a un almuerzo por una familia y ver Cristo que actúa mientras se está a la mesa, a través de los signos de una humanidad que trata todo de una manera nueva, no reducida, con una caridad y una paciencia imposible para el hombre. Y luego con una Leticia, aun dentro de las diicul-

tades y las incomprensiones cotidianas, que es ya la victoria sobre la nada y la obviedad en las relaciones. “No existe objetivamente ningún acto más grande de la hospitalidad: De una hospitalidad tan radical como la adopción, hasta a la hospitalidad a través de un almuerzo o a ofrecer un techo a una persona que pase por Milán también si fuera una sola vez. Una de las cosas más bella que entre mis amigos he visto realizar es este nexo, esta trama de familias disponibles a hospedar cualquiera”, nos recordaba el p. Giussani en 1985. La hospitalidad es sin medida y sin calculo, es, de hecho, fruto imprevisto de una hospitalidad que viene antes, como fue por la Virgen: el sí suyo al Anuncio del Ángel ha engendrado el bien más grande que el mundo pudiera desear. El haber acogido la predilección del Misterio en su vida, no haber opuesto nada, ni siquiera sus límites y su familia, como normalmente acontece a

muchos de nosotros a la voluntad de Dios, la hizo madre del Hijo de Dios, que desde 2000 años atraviesa la historia y alcanza cada uno de nosotros en la situación en la cual nos encontramos. ¿Tendríamos también nosotros la simplicidad de la Virgen de dejarLe espacio, hospedándoLo en el vientre de nuestra vida? ¿Hay algo más interesante para un hombre y una mujer de esta colaboración a la obra del Padre en el mundo, para vencer el vacío con la fuerza de una Presencia? La forma de esta colaboración a la obra del Padre, luego, es libre de cualquier esquema preconstituido, como nos recuerda siempre el P. Giussani: “¿Ser padre y madre es echar fuera desde el vientre materno un feto? ¡No! Y si un feto hecho por otra mujer tu lo acoges a dos meses, cuatro meses, cinco meses y lo educas, la madre eres tú, en el sentido isiológico y antológico del término, y si tú haces eso también sin tenerlo allí presente porque tu marido no quiere, o porque tenes miedo y no te sentís, también si lo pedís a Dios, en cuanto conoces un pobre niño que vive mal, maltratado por una familia no suya, y ofreces toda tu jornada por la mañana diciendo: Señor, te ofrezco mi jornada para que Tu ayudes aquel niño”, esta es una maternidad más profunda aún, más “genética” de cualquiera otra maternidad. De hecho nuestras madres, que han sido madres cristianas, miraban a nosotros hijos así”. Augurémonos que una migaja de esta mirada se vuelva también la nuestra, para ser protagonista de la cotidiana lucha para airmar la inexorable positividad de lo real frente a la nada que incumbe sobre nuestras jornadas, inicio de una humanidad nueva. Julián Carrón


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¿Dónde está Dios

cuando enfermamos? D

esde mi experiencia de acompañamiento a una enferma, en estos días estoy comprendiendo más con el corazón el por qué de ese “mandato” de Cristo de visitar a los enfermos. Y no se trata de un romanticismo supericial que busca rellenar espacios afectivos con el dolor ajeno. En los días que llevamos con mi familiar enfermo en IPS he visto con absoluta conciencia la imposibilidad de inventarse una respuesta limitada ante la realidad de la enfermedad y de la muerte. No son juegos ni actos voluntaristas. Nadie en su sano juicio desea estar postrado en un hospital o con peligro de muerte. Y, sin embargo, la enfermedad y la muerte, son signos del gran misterio que es la vida. Visitar o acompañar a un enfermo es hacerse testigo de la grandeza de la vida humana. Así nomás es y así luego es. Una de estas noches una abuela de más de 80 a la que le tenían que operar de la cadera empezó a gritar y a pedir que la sacaran del hospital para ir a su casa, aunque fuera “caminando”. Su cuidadora le explicaba que sus hijos no podían llevarla de madrugada y le daba otras explica-

ciones o excusas porque en su desvarío, la abuela no encaraba nada racionalmente. Entonces, un familiar de otra enferma se acercó a ella y con toda presteza empezó a marcar números en su celular y a “llamar” a todos los hijos “ingratos” mencionados por ella. A cada uno le aceptaba la explicación icticia de su no comparecencia ante su madre enferma en el hospital. La abuela contenta y nosotros con una sonrisa por la creatividad... A mí me tocó organizar una oración el domingo y el familiar de otro enfermo me prestó la silla plegadiza para dormir un rato cuando se podía. La jarra eléctrica es un bien público en ciertas salas de IPS y en medio de las precariedades e incomodidades de la situación, no hay día en que no surjan gestos humanos inapreciables en otras circunstancias de la vida. La posibilidad de vivir en comunidad se hace patente porque enfrentamos el mismo destino. No hay teoría que alcance ante la realidad del dolor. Es una terapia efectiva que termina de desatar con furia mi racionalismo desilachado. Por momentos es muy duro el no poder evitar que el otro sufra y surge la pregun-

ta sobre el sentido. ¡La gran pregunta que nos acerca a Dios! En el fondo es una gracia. Porque ni en la Universidad de Humanidades se me ponía como materia la pregunta sobre el sentido de las cosas y de la vida de esta manera. Sin embargo, en el hospital se dan cátedras diarias de esta importante asignatura. ¿Por qué el dolor, por qué la enfermedad, por qué la muerte? Como dice el salmo: ¿por qué morir? Es con mucho lo mejor estar con el Señor. Y efectivamente en el sufrimiento la teoría de Dios, se vuelve carne. Cristo en la cruz no es misterio del rosario. Es real. Al inal, es un privilegio contemplar el Misterio. Y esta carne que se debilita es la misma que Dios rehabilitará en el último día. Es imposible que nuestra vida acabe y nada más. El amor, la solidaridad, el rechazo natural hacia la muerte entendida como un paso a la nada, son señales de que hay algo más. Por eso cuando me preguntan dónde está Dios cuando enfermamos, mi respuesta hoy es “vení al hospital a visitar a un enfermo y lo verás”. CCL

A C T U A L I D A D Se engañan y engañan quienes creen que mediante programas que buscan la elevación de la autoestima y la valoración personal a través de la lectura de una “selección de libros de autoayuda y relexión”, el hombre llega a ser realmente libre y por consiguiente feliz. Solamente el que está en Cristo es una criatura nueva, solamente en Él se encuentra la verdadera libertad porque sólo Él tiene aquello que más nos gusta, lo que le da un gusto al vivir.

La cirugía de la mente

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s un programa del Gobierno para reprogramar, y puriicar la mente de los reclusos, basado en valores, para así poder reinsertarlos en la sociedad. También en unos colegios se aplicará la misma técnica, con el in de que, una vez terminado el 3º ciclo, los jóvenes puedan insertarse a la sociedad como buenos ciudadanos cargados de buenos valores. Estamos convencidos que para afrontar las diicultades que en los colegios se maniiestan no son suicientes los valores, porque todo eso no es suiciente para levantarnos por la

mañana, para afrontar las diicultades y el drama de la vida. Hace falta que Alguien nos comunique el gusto de vivir. Nosotros estamos experimentando a través de la experiencia cristiana que es sólo encontrando una mirada humana, capaz de tomar en serio nuestras exigencias comunicándonos el gusto de vivir, que todo se hace de repente más sencillo. Solamente Cristo se toma mi humanidad en serio, esta es la única novedad que puede hacer más humano y bueno el corazón de los jóvenes. Entonces no necesitamos de

valores, sino de maestros que nos ayude de verdad a vivir, un maestro que tenga un juicio distinto, que corresponda más a la espera de nuestros corazones. Secundarios de Comunión y Liberación

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Publicamos una síntesis de las principales intervenciones de SS Benedicto XVI durante el VII encuentro mundial de la familia en Milán entre el 30 de mayo y el 2 de junio.

La familia: patrimonio principal de la humanidad

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n el primero de los ocho discursos que pronunció durante sus tres días milaneses, El papa Benedicto XVI dijo que la familia tiene que ser considerada “patrimonio principal de la humanidad” y subrayó la necesidad de que sea ayudada para afrontar la crisis económica y inanciera que afecta a la sociedad. Benedicto XVI hizo estas manifestaciones ante varias decenas de miles de personas reunidas en la plaza del Duomo (catedral) de Milán, que participaban en el VII Encuentro Mundial de las Familias católicas, que tenía como lema “La familia, el trabajo y la iesta”, al que asistieron familias de 153 naciones, entres ellas España y las latinoamericanas. “Envío un afectuoso saludo a todos los que necesitan ayuda y conforto, a las personas solas y en diicultad, a los desempleados, a los enfermos, encarcelados y a los que se ven privados de una casa o de lo indispensable para vivir una vida digna”, airmó.

EL ESPIRITU SANTO NOS GUÍA Durante la audiencia general del pasado miércoles 30 de mayo, Benedicto XVI habló sobre la dolorosa situación que está viviendo tras la fuga de documentos del Vaticano. Dijo que está triste por la situación que está viviendo. Ha criticado la manera en la que los medios de comunicación están tratando el tema y ha subrayado la conianza que tiene en sus más estrechos colaboradores. A continuación el texto íntegro de sus palabras: “Los hechos que se vienen sucediendo en estos días en torno a la Curia y a mis colaboradores provocan profunda tristeza en “!Que no falte a ninguno de estos nuestros hermanos la solidaridad de la colectividad!”, agregó el papa, a la vez que expresó su preocupación “por las familias golpeadas por la crisis económica y inanciera” que afecta a numerosas partes del mundo

«Más responsabilidad» en tiempos de crisis Benedicto XVI ha alzado la voz en Milán contra los partidos políticos reclamándoles que “no prometan cosas que no pueden cumplir”, aún más en tiempos de crisis como los actuales. La política, advierte, es “responsabilidad moral ante Dios y los hombres”. El Pontíice hizo esta airmación ante unas 350.000 personas, que asistieron en el Parque de Bresso, de Milán, a la Fiesta del Testimonio, en la vigilia de la misa con la cual se clausuró el VII Encuentro Mundial de las Familias Católicas. “Ante la crisis económica debería crecer el sentido de responsabilidad en todos los partidos políticos, que no deben promete cosas que no pueden realizar. Que

mi corazón pero nunca he dejado de tener la certeza de que, a pesar de las debilidades humanas, de la dificultad y de la prueba, la Iglesia está guiada por el Espíritu Santo y el Señor nunca dejará de prestarnos la ayuda para sostenerla en su camino”. “Hay muchas intromisiones, amplificadas en algunos medios de comunicación y especialmente gratuitas que van más allá de los hechos, ofreciendo una imagen de la Santa Sede que no responde a la realidad. Deseo renovar mi confianza, mi aliento a mis más estrechos colaboradores y a todos los que cotidianamente, con fidelidad, espíritu de sacrificio y en silencio me ayudan en el cumplimiento de mi ministerio”. no busquen solo el voto sino que estén al servicio (de la sociedad) y se entienda así que la política es responsabilidad moral ante Dios y los hombres”, dijo el Papa respondiendo a la pregunta de una familia griega, la Paleólogo. Una familia, de Estados Unidos, la Rerrie, con seis hijos, le contó lo difícil que es conciliar el trabajo y la familia. Benedicto XVI pidió a los empresarios lexibilizar el trabajo para ayudar a las familias, asegurando que la sociedad se beneiciará de ello. Benedicto XVI reivindicó el descanso dominical, señalando que el hombre, en cuanto imagen de Dios, está llamado al descanso y a la iesta y que el domingo es el día del hombre y de sus valores, de la familia y el de la participación en la Misa “Queridas familias, a pesar del ritmo frenético de nuestra época, no perdáis el sentido del día del Señor. Es como el oasis en el que detenerse para saborear la alegría del encuentro y calmar nuestra sed de Dios”, señaló. Una niña vietnamita, Cat Tien, de 7 años, se ganó el aplauso del público al acercarse al Pontíice contarle su vida y preguntarle cómo era de pequeño. Benedicto XVI le contó como transcurrieron sus años de niño en su Alemania natal, entre asistencia a misa, paseos con sus padres y hermanos por los campos cercanos a su locali-

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La familia: el trabajo y la iesta

dad y las tardes de música. El papa, de 85 años, sorprendió al airmar que “cree que el paraíso deber ser como su juventud” y que espera “regresar a casa caminando hacia la casa” del Padre. Una pareja de novios de Madagascar compuesta por Serge Razaimbony y Fara Andrianombonana también le contó sus deseos y el futuro que anhela y el papa les dijo que lo importante es que estén seguros de sus sentimientos. Familias que sufren El matrimonio brasileño Arauj le preguntó sobre los católicos divorciados y el que no puedan acceder al sacramento de la eucaristía. El Papa dijo que se trata de un sufrimiento, que no hay recetas, pero que la Iglesia les ama y no están fuera aunque no puedan comulgar. Benedicto XVI pidió que se ayude esas personas a soportar el sufrimiento y les aseguró que la Iglesia les ama y no están fuera de ella aunque no puedan comulgar.

Una familia italiana, procedente de Ferrara, una de las ciudades que ha sufrido los terremotos registrados los pasados días en la región de Emilia Romagna, que se han cobrado 24 muertos, le contó sus sufrimientos y el Papa le dijo que no están solos y que la sociedad no se olvidará de ellos. Esta vigilia, fue uno de los momentos culminantes de este encuentro mundial de las familias. Matrimonio heterosexual y celibato Este encuentro puso in a una jornada en la que el Papa dijo ante las autoridades milanesas que el Estado tiene que estar al servicio de la persona, “comenzado con el derecho a la vida, que jamás puede ser suprimida deliberadamente”, y de la familia, “basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, abierto a la vida”. Benedicto XVI dijo que aunque la concepción del estado confesional está superada, sus leyes deben encontrar justiicación y fuerza en la

ley natural, “que es el fundamento de un orden adecuado a la dignidad del ser humano.” En un encuentro con 80.000 jóvenes en el estadio de fútbol de “San Siro” exhortó a los muchachos a no ser egoístas, ya que “el egoísmo -dijoes enemigo de la alegría” y a estar “abiertos” a la llamada al sacerdocio. Y ante unos cinco sacerdotes y monjas reunidos en la catedral de Milán reiteró el celibato sacerdotal, la castidad y la virginidad.

Armonizar el trabajo con las necesidades de la familia El Papa denunció hoy que la lógica del máximo beneicio sólo propicia más pobreza en la familia y pidió que se armonice el trabajo y las exi-

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gencias familiares para construir una sociedad de rostro humano. Benedicto XVI hizo estas manifestaciones ante más de un millón de personas procedentes de 153 países, entre ellos todos los latinoamericanos, que asistieron en Milán (norte de Italia) a la misa con la que clausuró el VII Encuentro Mundial de las Familias católicas. El papa airmó que son tres dimensiones de la existencia humana que han de encontrar un equilibrio armónico. “Armonizar el tiempo del trabajo y las exigencias de la familia, la profesión y la maternidad, el trabajo y la iesta, es importante para construir una sociedad de rostro humano”, airmó el papa, que exhortó a que se privilegie la lógica del ser respecto a la del tener, “ya que la primera construye y la segunda termina por destruir”. El papa reiteró una vez más que familia es “la fundada sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer” para seguir el mandato de Dios de “crecer y multiplicaos”. “Dios

LOS DESAFÍOS DE LA FAMILIA DE HOY La situación de la familia de hoy y sus desafíos no se la puede describir de modo simple y sencillo con cuatro palabras. Es compleja. Tampoco se puede recargar las tintas en los aspectos negativos que sufre la familia. Antes que nada, hay que airmar que aunque la situación de la familia muestra profundos deterioros, y tal vez deba enfrentarse con una nueva serie de desafíos, debemos decir, que la gran mayoría de familias, o un porcentaje importante, responden a su vocación en esta institución que Dios diseñó. Hacen realidad aquí y ahora el principio. Porque si le plantearíamos a Jesús, los errores y horrores, de la familia en la actualidad, Él nos contestaría: “al principio no fue así” (Mt 19, 8). La familia nace del Proyecto de Dios. El Papa Juan Pablo II, en Familiaris Consortio, nos dice: “Dios es amor y vive en sí mismo un misterio de comunión personal de amor. Creándola a su imagen y conservándola continuamente en el ser. Dios inscribe en la humanidad del hombre y la mujer la vocación y consiguientemente la capacidad y la responsabilidad del amor y la comunión. El amor es por tanto la vocación fundamental e innata de todo ser humano” Uno de los modos de realización de ese amor es el matrimonio. ¡Familia sé lo que eres! Por otro lado, observamos una creciente fragilidad en la familia, y no están ausentes problemas, tensiones y diicultades que suelen llevar a la destrucción (separación-divorcio) de la familia. En América Latina, lamentablemente es alta la proporción de quienes viven en uniones de hecho (ejemplo: amancebado,

creó el ser humano hombre y mujer, con la misma dignidad, pero también con características propias y complementarias, para que los dos fueran un don el uno para el otro, se valoraran recíprocamente y realizaran una comunidad de amor y de vida”, subrayó. Durante la misa, el Papa invitó a los matrimonios a la procreación “generosa y responsable” y pidió que la sociedad apoye y sostenga a las familias. En esa línea, denunció que en las modernas teorías económicas prevalece una concepción utilitarista del trabajo, la producción y el mercado, pero que la búsqueda del máximo beneicio no contribuye a ediicar una sociedad más justa, sino que propicia más desigualdades y pobreza en la familia. “No es la lógica unilateral del provecho propio y del máximo beneicio lo que contribuye a un desarrollo armónico, al bien de la familia y a edi-

juntado y arrimado). Hoy en día se observa que los jóvenes se acercan al matrimonio cada vez más grandes de edad y además, es necesaria una mayor preparación para evitar el fracaso, dado que la familia está amenazada y se la valora y deiende menos en la sociedad actual. Algo positivo es la exigencia a una mayor comunicación de los esposos, una mejor dinámica dialogal entre los padres y los hijos, y una igualdad fundamental reconocida en la dignidad de ambos esposos. No cabe la menor duda de que, en general, se valora más a la mujer, aunque el “machismo” sigue demasiado arraigado en algunos ámbitos de Latinoamérica. No podemos dejar de señalar un factor negativo, diría más, es uno de los mayores problemas, el cual proviene del trabajo (entiéndase el obligado –mano de obra barata- y no el derecho a sentirse parte constructora de la sociedad) de la mujer fuera del hogar, lo que reduce el tiempo de convivencia, de diálogo, de tiempo ofrecido a la dedicación y educación de los hijos, fenómeno que amenaza de modo creciente a los diversos países de Latinoamérica. Debemos señalar también, como algo negativo, que aparece un cierto temor a la maternidad y a la paternidad, cambiando la tendencia demográica. Hecho que ha dañado la vieja Europa. No dejemos de señalar el fenómeno de la migración que aísla la familia, la separa de su cultura, genera distancia con la familia grande. En las mismas ciudades la distancia afecta a las familias, diiculta sus relaciones. P. Ricardo E. Facci

icar una sociedad más justa, ya que supone una competencia exasperada, fuertes desigualdades, degradación del medio ambiente, carrera consumista y pobreza en las familias”, airmó. En su defensa de la familia, Benedicto XVI señaló también que la vida familiar es la primera e insustituible escuela de virtudes sociales, “como el respeto de las personas, la gratuidad, la conianza, la responsabilidad, la solidaridad, la cooperación”. El Santo Padre exhortó a los esposos a cuidar de los hijos “en un mundo dominado por la técnica” y a transmitirles “con serenidad y conianza, razones para vivir, la fuerza de la fe, planteándoles metas altas y sosteniéndolos en las debilidades”. A los hijos les pidió que mantengan siempre una relación de afecto profundo hacia los padres y entre los hermanos. El Pontíice se reirió también a las

parejas separadas y divorciadas y dijo que el Papa y la Iglesia les “sostienen” y abogó para que las diócesis pongan en marcha iniciativas de “acogida y cercanía” para esos católicos divorciados que no pueden comulgar. Concluida, el papa anunció que el próximo Encuentro Mundial de las Familias se celebrará en el año 2015 en Filadelia (EEUU). Preparado por GL


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na de las características del mundo contemporáneo es la homologación de sus pueblos y de su forma de vida: todo parece y aparece lo mismo. La cultura se ha estandarizado de tal manera que, cualquiera que se encuentre viviendo en Madrid o Londres o en Buenos Aires, sentirá aires parecidos: la de una democracia “blanda” y gelatinosa y, para peor sibilina y misteriosa que hace honor al principio central de toda ideología: buscarás el poder y todo lo demás se dará por añadidura. ¿Pero cuál es el “bien común” de ese poder de donde brotarán esas “añadiduras”? Es, justamente, una ironía: la de que no existe un bien objetivo para todos sino simplemente “opciones” de vida, quereres de ciudadanos que se espera que el estado sancione y legitime pues, se asume que, la condición humana, débil por naturaleza no posee capacidad para saber lo que es el bien para todos. Y para peor, si se pudiera saber, jamás esa cultura “tolerante” permitirá imponer ese bien objetivo a los demás. Todo eso sería demasiado pretensioso, como habíamos airmado más de una vez. Y sobre todo, brutal y autoritario. La misma palabra “bien” o los términos “bueno” o “moral” –a pesar de su uso indiscriminado– escaparían a las posibilidades de deinición de cualquiera. No se puede saber, entonces, lo que es lo bueno para distinguirlo de lo malo. Es por eso por lo que la misma idea de creer que se sabe lo que es el “bien” deviene intolerante pues, automáticamente, el que cree saber, trata de imponer a los otros. Pero ese es el contexto en que nos movemos. Es la tela común detrás de la crisis económica que, más que económica, es la crisis del sujeto humano y de la realidad que lo nutre y amamanta: la familia. ¿Son esas las razones por las que el Papa Benedicto XVI eligió la históri-

Filadelia: o la nostalgia

del sueño americano

ca ciudad de Filadelia, golpeada por crisis eclesiales de abuso y testigo de una secularización sin precedentes? No sabría decirlo con certeza pero, al estar y observar, y vivir la situación de la Iglesia en los Estados Unidos, la elección del Papa Ratzinger no puede ser una cuestión de mera coincidencia. La crisis de la Iglesia, la situación delicada por disensiones internas y la inidelidad que ha llevado a los abusos por un lado, pero la esperanza cierta de una nueva evangelización, tienen al Obispo de esa ciudad histórica, el Franciscano Chaput uno de sus líderes más visibles. Chaput ha sido claro y, hasta vehemente, más de una vez en sus descripciones de esta cultura engañosa: los Estados Unidos, o su democracia, ha dejado de ser en cierta medida, el “lugar” de la nostalgia o el de ideales. Más bien, se ha transformado en una cultura donde el paganismo ha he-

“Los católicos tienen que despertar de la ilusión de que los Estados Unidos, el país en que ahora vivimos aquí y ahora - no es la América, el país de nuestra nostalgia o de nuestra imaginación o mejores ideales - un país de alguna manera amistoso a nuestra fe. Lo que estamos viendo en este país es un tipo de paganismo, un ateísmo con aire acondicionado y TV digital. Y no es ni tolerante ni moralmente neutral”. Mons. Charles Chaput, Arzobispo de Filadelia

cho de las suyas, pero un paganismo, como lo ha dicho gráicamente, “con aire acondicionado y TV digital” bastante lejos de las imaginaciones idílicas que pudiéramos aún tener. No sólo una cultura de la vida está marginada sino, en estricta ironía postmoderna, es tenida por extrema, radical, fanática y, por supuesto, fundamentalista. Así, la ideología del poder hace que la verdad sobre las cosas pierdan sentido y se establezca una forma de entender las cosas mirando estrictamente a su utilidad o la idea inmanente de las cosas, una gelatinosa forma insidiosa de pensar que ha penetrado incluso círculos cristianos y también católicos. ¿Pero por qué insidiosa? Pues porque la fe en Dios se invoca y predica pero muy poco o nada tiene que ver con la historia pública de cada uno. Es una suerte de esquizofrenia individualista que ha llevado a dividir la li-

bertad religiosa de la libertad de culto. Así, católicos o cristianos prominentes en la política no tienen empacho en vivir un dualismo trágico: por un lado, la de “practicar” su fe en las parroquias, mientras, al mismo tiempo, ser activistas de políticas públicas pro-aborto o de inanciamiento a políticas anti-natalistas por otro. Es que se asume una tesis falsa del secularismo: la de que una democracia auténticamente liberal no debe tener contenidos de valores pues supone, también erróneamente, que no existe el “bien” y para peor, que la libertad religiosa protegida por la primera enmienda se interpreta de manera restringida: como la mera libertad de culto. Pero ese Estado, como lo ha dicho Mons. Chaput no es tolerante ni neutral: obliga y quiere obligar a “estandarizar” las creencias y hacer que una suerte del naturalismo moral – el ser humano reducido y construido socialmente–, es lo único que vale. ¿Por dónde comenzar entonces? Por la Iglesia doméstica, la familia, como parece indicar la invitación y el desafío de Benedicto XVI al elegir Filadelia: se empieza por el sujeto fundamental, no el aparato del poder. Y eso también es política y política de un gran calibre. En ese sentido, la Iglesia no estará envuelta de política, de poder, pero podrá hablar claro al poder anunciando a tiempo y a destiempo, en sentido paulino, la verdad del hombre, de la sociedad, de la cultura y sobre todo, la libertad. Es que la libertad, ha dicho Chaput parafraseando a Péguy, es un sistema que se basa solamente en el coraje. Los tiempos aparecen así, maduros para un anuncio profético, contracultural y políticamente incorrectos: se busca el reino; y lo demás se dará por añadidura. * Mario Ramos-Reyes, Catedrático y Filósofo; Director del Centro de Cultura, Ética y Desarrollo. Para comentarios o preguntas, dirigirse a mramos-reyes@kc.rr.com


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M O N S E Ñ O R

Monseñor Mariano Fazio (52) es profesor de Historia, doctor en Filosofía, ex Rector de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz de Roma, autor de numerosos libros y actual vicario general de la Prelatura del Opus Dei en la Argentina. En ocasión de su reciente visita al Paraguay, pudimos abordar con él aspectos de su conferencia denominada “Cooperadores de la Verdad. El antídoto de Benedicto XVI contra la dictadura del relativismo”, título que también lleva su último libro editado por Ediciones Logos.

M A R I A N O

F A Z I O ,

V I C A R I O

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“Todo lo que se reiere a la dignidad de la persona, no es relativo ni opinable”

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ntre otras cosas, Fazio sostiene que el relativismo es una doctrina en la que no hay verdad objetiva sino que todo depende de las opiniones, todo depende de las circunstancias. “Toda corriente cultural siempre tiene algún elemento de verdad, entonces lo verdadero del relativismo es que casi todo es relativo, pero la diferencia está en ese casi. Todo lo que se reiere a la dignidad de la persona, eso no es relativo, no es opinable, tenemos que dar la vida, incluso, para defender la dignidad de la persona. Eso implica la defensa de la vida, la defensa de la familia, la defensa de los derechos de los padres en la educación de los hijos, la libertad religiosa, el poder profesar públicamente la fe, la fe católica y cualquier otra fe digna de la persona humana; eso no es relativo sino que son valores que, como dice el Papa, no son negociables”, airma el vicario argentino. ¿Cómo deine el relativismo? - El relativismo es como una enfermedad cultural de Occidente. Según esta postura no hay verdad o error, bien o mal, objetivos. “Todo es relativo”, lo cual ya es una contradicción porque esta premisa es absoluta y no relativa.

Monseñor Mariano Fazio

“Cuando falta Dios, el hombre trata de ocupar el hueco dejado por la trascendencia, a no ser que se deje llevar por el nihilismo y la falta de sentido. La historia de las ideologías políticas contemporáneas es la historia de de la absolutización de lo relativo”. Mons. Mariano Fazio

¿De dónde viene esta postura tan extendida en la actualidad? - En los últimos siglos, hemos tenido varias corrientes de “pensamiento fuerte”: liberalismo, marxismo, nazismo… autoproclamados dueños de la verdad sobre el hombre. A lo largo de la historia, prometieron felicidad en la tierra, pero nos dieron guerras mundiales, odios raciales, los Gulags, etc. La reacción a las aplicaciones prácticas de este pensamiento fuerte ha sido de un gran desencanto. Entonces, surge la propuesta del italiano Gianni Vattimo y otros posmodernos acerca de la necesidad de desarrollar un “pensamiento débil”. De allí cobra fuerza el relativismo.

ciales trasversales; frente a la soberbia de la vanguardia artística, recuperación de un arte popular y plural; frente a una Europa etnocéntrica, una visión mundial de las culturas”. Entonces, en realidad, “no hay verdad absoluta”, cada uno tiene su verdad. Se habla del valor de la tolerancia con aceptación total de todas las verdades “chiquitas”. Que cada uno haga y crea lo que quiere, siempre que nos respetemos entre todos.

¿Cómo se entiende el pensamiento débil? - El mismo Gianni Vattimo lo expresaba así: “Frente a una lógica férrea y unívoca, necesidad de dar libre curso a la interpretación; frente a una política monolítica y vertical del partido, necesidad de apoyar a los movimientos so-

Pero, esta forma de pensar parece hasta saludable para la vida social ¿dónde radica entonces el problema? - Es que algo de verdad tienen, por eso tienen seguidores. ¿Cuál es la verdad de los relativistas? Que “casi todo es relativo”. Esto sí es verdad pero es muy diferente de decir que “todo es re-

lativo”, esto es falso. Si tuviéramos que deinir algunas verdades innegociables, que no son relativas, ¿cuáles serían? - Dice el Papa Benedicto XVI que se puede hablar de un núcleo de verdad innegociable que hacen a principios innegociables: 1) El respeto a la vida desde la concepción hasta la muerte natural; 2) El respeto a la familia basada en la unión estable del hombre y la mujer; 3) Los padres como los primeros y esenciales, irremplazables educadores de sus hijos; y, 4) La necesidad de contar siempre con libertad religiosa. Pero, ¿existen cosas opinables o no? - Muchas cosas son opinables pero no todas las opiniones son igual de válidas. Justamente, el fundamentalismo consiste en tomar algo opinable para convertirlo en dogma. Los fundamentalistas dicen: “Nada es relativo”. Esto es falso. Ej.: Algunas sectas cristianas de EEUU que dicen que Dios creó al hombre en 6 días de 24 horas. Una tontería. ¿Por qué el Papa habla de la dictadura del relativismo? ¿Dónde surgió esta idea tan asociada a su persona y en qué consiste? - Benedicto XVI denunció la Dictadura del Relativismo como deca-

“La libertad, no entendida como libertad creatural, sino como casi causa sui, en el liberalismo; la clase proletaria en el marxismo; la nación en el nacionalismo; la raza en el nacionalsocialismo; el Estado en el fascismo, serán falsos absolutos que tratarán en vano de ocupar el lugar del Absoluto” Mons. Mariano Fazio

no cardenalicio en la misa anterior a la elección Papal, luego de la muerte de Juan Pablo II. Siguiendo sus enseñanzas, podemos señalar entre las características de esta dictadura: a) Un antropocentrismo subjetivista o subjetivismo antropocéntrico en el que cada persona deine hoy el bien y el mal, la verdad y el error. El hombre es la medida de todo. Existe una idea de Dios pero es interiorista, no juega nada en la realidad; b) Una pérdida de noción de la naturaleza humana, cuyo dinamismo de nuestra naturaleza ayuda a la perfección. Al negarla, todo se desvanece. Y

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A R G E N T I N A

P E R F I L Monseñor Mariano Fazio Fernández nació en Buenos Aires el 25 de abril de 1960. Se ordenó sacerdote en 1991, luego de vivir siete años en Ecuador. Es licenciado en Historia por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y en 1992 recibió el doctorado en Filosofía, en la Facultad de Filosofía de la Pontiicia Universidad de la Santa Cruz de Roma. Fue profesor y luego rector de esa universidad romana y presidente de la Conferencia Permanente de Rectores de las Universidades Pontiicias Romanas desde 2002 hasta 2008. En 2007, fue designado por Benedicto XVI como perito en la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y del Caribe celebrada en Aparecida (Brasil). Impulsó y fue el primer Decano de la Facultad de Comunicación Institucional de la Universidad de la que fue rector. Además, es autor de más de 20 libros publicados en distintas lenguas y países, analizando desde distintos aspectos la sociedad moderna y el proceso de secularización. Entre ellos se destacan “Historia de la Filosofía Contemporánea”, “Historia de la Filosofía Moderna” e “Historia de las ideas contemporáneas. Una lectura del proceso de secularización”.

como frutos de esta pérdida de noción de la naturaleza humana tenemos: la Ideología de género, en la que el hombre pretende construirse y deconstruirse a su antojo en la sexualidad. En Argentina se aprobó hace unas semanas la Ley de identidad de género que incluye 5 identidades reconocidas ante la ley: 2 heterosexuales, 2 homosexuales y la transexual. También podemos citar el fruto de la manipulación genética y la extendida mentalidad abortista; c) Una pérdida de conianza en la capacidad de alcanzar la verdad. Es notable que el Escudo Episcopal del entonces recién nombrado Obispo de Múnich, antiguo profesor de la Universidad, Joseph Ratzinger era: “Cooperadores de la verdad”. Cuando lo sorprendieron con el cargo dijo que trataría de seguir a la verdad. Parece demasiado grande, pero si no existe, todo se pierde. Cantervill

Nota: En la próxima entrega continuaremos compartiendo las expresiones de Monseñor Fazio sobre la ruptura actual entre fe y razón, la sana laicidad y otros temas relacionados al relativismo subrayados por el Papa Benedicto XVI.


OBSERVADORSEMANAL

8 P O E M A S

Jueves 7 dejunio de 2012

L A AVE NT URA HUMANA DE LOS S ANTOS

U N I V E R S A L E S

San Marcelino Champagnat

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Endoso Lírico

Del fuego eterno Sobre las brasas vivas del amor, la esperanza, arden como de aceites el dolor y el placer; así la vida inlama su llama de luz, que danza de júbilo ardoroso… ¡El vivir es arder!

No todo en este mundo es mercancía. Ni tampoco el dinero es el blasón Mejor pulido por la cortesía Para la ufanía de la corrección.

La llamarada alegre que danza, no se cansa hasta que un día cualquiera, en que así debe ser, las brasas se consumen y la vida se lanza, volátil, hacia arriba… ¡Morir es ascender!

Sobre la torre de mi bizarría Sin mancha lota el lírico pendón: Como ebrio de azul hago poesía, Pero honrado es mi pan, como varón.

Loado una y mil veces este ardor que consume: nos destila en rocío, nos liberta en perfume, juramentos y deudas de pasión hace trizas,

Devuélvole el billete a usted precioso Con mi irma de insolvente por endoso: Sométalo a la ley de conversión.

los problemas del oro nos resuelve en cenizas, y nos deja a los vivos la óptima enseñanza de arder eternamente de amor y esperanza.

Que a pesar de juzgarme un indigente, Yo llevo un Potosí de oro viviente Que pesa como un mundo: el corazón. Manuel Ortiz Guerrero

C U L T U R A /

L I T E R A T U R A

El Cid Campeador (II) a igura del Cid, tuvo una realidad histórica. Don Rodrigo (o Ruy) Díaz de Vivar, llamado el Cid, había nacido en Vivar (Burgos) alrededor del año 1043. Representante de la baja nobleza de Castilla estuvo primero al servicio de Sancho II y, luego, a la muerte de éste, de su hermano Alfonso VI, con quien mantuvo tensiones políticas que le llevaron al exilio en 1081. Sirvió entonces al rey árabe de Zaragoza y, durante varios años, llevó a cabo campañas guerreras contra facciones árabes (llamadas “moras” en los tiempos del Cid, aunque hoy el término resulta poco correcto), hasta que conquistó Valencia, su mayor éxito como guerrero, donde murió en el año 1099, aunque dice la leyenda que aún después de muerto ganó batallas.

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El Cid del que hablan los juglares no guarda ningún rencor a su rey; es más, no se olvida nunca de rendirle testimonio de idelidad y respeto. El Cid es un infanzón, es la representación de una nobleza menor que llega a ocupar el puesto de la alta nobleza por méritos personales. Es el hombre que alcanza una situación a partir de su honradez, esfuerzo y valentía. Aún sin quererlo, la obra plantea un conlicto entre la nobleza cortesana hereditaria, que se ve pospuesta ante la igura que llega allí por sus méritos: el Cid. De ahí que este Cantar gustara tanto al pueblo llano puesto que exalta las virtudes más enraizadas en el pueblo castellano: la idelidad, el amor familiar, la lealtad al rey, la sobriedad en las costumbres. Hay otros personajes en el Cid,

es evidente; su esposa, Jimena, sus hijas, Elvira y Sol, el Rey Alfonso, los Judíos prestamistas Raquel y Vidas, los cobardes Infantes de Carrión, Álvar Fáñez… y tantos más que convierten esta obra en un verdadero tesoro de nuestra lengua. Es un libro que nunca pasará de moda, puesto que sus valores son inherentes al ser humano. Es un clásico en toda la extensión del término. El Cid, por otra parte, es uno de los grandes temas que han sido tratados y lo serán, puesto que el personaje aún interesa hoy en día. Su igura dio origen a numerosos romances y sirvió de base para obras teatrales e, incluso, películas, ya en nuestra época. Larga vida al Cid. Anabel Sáiz Ripoll

ació el 20 de mayo de 1789 en Marlhes, un pueblo de las montañas del Centro-Este de Francia, en el momento en que estallaba la Revolución Francesa. Noveno hijo de una familia profundamente cristiana. Su educación fue eminentemente familiar. Su madre y una tía suya exclaustrada, despertaron en él una fe sólida y una profunda devoción a María. Su padre, agricultor y comerciante, poseía una instrucción superior a la normal por aquellos pueblos, abierto a las nuevas ideas desempeña un papel político importante en su ayuntamiento y en toda la región. Sabe también inculcar en Marcelino la aptitud para los trabajos manuales, el gusto por la acción, el sentido de la responsabilidad y la apertura a las ideas innovadoras. Cuando Marcelino tiene 14 años, un sacerdote de paso por su casa, le hace descubrir que Dios le llama al sacerdocio. Los años difíciles de su estancia en el seminario menor de Verriéres son para él una etapa de extraordinario crecimiento humano y espiritual. En el seminario mayor de Lyon tiene por compañeros, entre otros, a Juan María Vianney, futuro Cura de Ars, y a Juan Claudio Colin, que más tarde será el fundador de los Padres Maristas. Conmovido por la miseria cultural y espiritual de los niños de los pueblos, Marcelino siente la urgencia de crear una congregación de Hermanos que dedicaran a la educación cristiana de la juventud. Decía con frecuencia: “No puedo ver a un niño sin sentir el deseo de decirle cuanto le ama Jesucristo”. Al día siguiente de su ordenación sacerdotal (22 de julio de 1816) este grupo de sacerdotes jóvenes van a consagrarse a María y a poner su proyecto bajo su maternal protección en el santuario de Ntra. Sra. de Fourviére. Es nombrado coadjutor de una parroquia rural, La Valla. El 2 de enero de 1817, sólo seis meses después de llegar a la parroquia de La Valla, el joven Marcelino, reúne a sus dos primeros discípulos: Acaba de nacer, en medio de la mayor pobreza, humildad y conianza en Dios, la congregación de los Hermanitos de María o Hermanos Maristas, bajo la protección de la Santísima Virgen. Al mismo tiempo que atiende a sus deberes de coadjutor de la parroquia, forma a sus Hermanos, preparándoles para su misión de maestros cristianos, de catequistas y de educadores de los jóvenes, y se va a vivir con ellos. Apasionado por extender el Reino de Dios y consciente de las inmensas necesidades de la juventud de los ambientes rurales, logra convertir a los jóvenes campesinos que viven con él en apóstoles de Cristo y de María. En seguida empieza a abrir escuelas, y pronto la casita de La Valla, ampliada con el trabajo de sus propias manos, se queda pequeña. Las diicultades son enormes. Sin embargo los ayuntamientos no dejan de pedir que les envíe Hermanos para que trabajen en la instrucción y educación cristianas de los niños de sus municipios. En 1825 liberado de su cargo de coadjutor de la parroquia se dedica por completo a su congregación, atendiendo especialmente a la formación y acompañamiento espiritual, pedagógico y apostólico de sus Hermanos, a la visita a las escuelas y a la fundación de nuevas obras. Consciente de sus limitaciones, no cuenta más que con Dios y con la protección de María. Solía repetir a menudo las palabras de salmo 126: “Si el Señor no construye la casa... “, convencido de que su congregación de Hermanos es la obra de Dios y de María, adopta la divisa “Todo a Jesús por María, todo a María para Jesús”. “Dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar” es la misión de sus Hermanos, y la escuela es para él lugar privilegiado para la evangelización. Marcelino inculca a sus discípulos el respeto y el amor a los niños, la atención a los pobres, a los más ingratos y a los más abandonados, a los huérfanos en particular. La presencia asidua junto a los jóvenes, la sencillez, el espíritu de familia, todo a la manera de María, son los puntos esenciales de su idea de la educación. En 1836, la Iglesia reconoce la Sociedad de María y le confía la misión de Oceanía. Marcelino pronuncia los votos como miembro de la nueva Sociedad y envía a tres de su Hermanos con los primeros misioneros Padres Maristas a las islas del Pacíico. “Ninguna de las diócesis del mundo está excluida de nuestros planes”, escribe a un obispo. Las gestiones para lograr el reconocimiento legal de su congregación le llevan mucho tiempo y le piden mucha energía y espíritu de fe. Pero no deja de repetir: “Cuando se tiene a Dios de nuestra parte y cuando no se cuenta más que con El, nada nos es imposible”. La enfermedad logra vencer su robusta constitución. Agotado por el trabajo, muere a la edad de 51 años el 6 de junio de 1840, dejando a sus Hermanos este precioso mensaje: “Que no haya entre vosotros más que un solo corazón y un mismo espíritu. Que se pueda decir de los Hermanitos de María, como de los primeros cristianos: Mirad cómo se aman”. Preparado por GL


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