El Pentagrama: Jóvenes Talentos 2019

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Jóvenes Talentos: así emerge la música en Cartagena

Los Jóvenes Talentos 2019 son Juan Sebastián Collazos (piano), Laura Hoyos (violín), Natacha Correa (clarinete) y Daniel Osorio-Cuesta (viola). / Tico Angulo

Juan Sebastián Collazos (piano), Laura Hoyos (violín), Daniel Osorio-Cuesta (viola) y Natacha Correa (clarinete) son los cuatro Jóvenes Talentos del Cartagena XIII Festival Internacional de Música que se presentarán este sábado a las 11:00 a.m. en la Capilla Sofitel Legend Santa Clara. JULIE GONZÁLEZ

El programa de Jóvenes Talentos, que desde hace once años forma parte esencial del Cartagena Festival Internacional de Música, se ha caracterizado tradicionalmente por visibilizar y elevar las carreras de artistas emergentes en Colombia. Es por ello que, año tras año, cientos de jóvenes

aplican a la convocatoria, que les permite asistir al Festival en calidad de artistas invitados y presentar su repertorio en un concierto organizado especialmente para ellos. A la fecha, ya son 46 los jóvenes beneficiados con este programa, que ha facilitado el reconocimiento de sus trayectorias a escala internacional y les ha abierto numerosas puertas en el mundo

artístico. Estos son los cuatro protagonistas de la edición 2019. Juan Sebastián Collazos: un encuentro mutuo con el piano Fue galardonado hace poco con el título de mejor pianista joven del país, al ser el ganador del Primer Concurso Nacional de Piano Teatro Colón 2018, con el que obtuvo una beca para estudiar próximamente en la Academia Franz Liszt, de Budapest. Para él, la música es sinónimo de alegría, emoción que puede sentir cada vez que toca su instrumento predilecto: el piano, con el que ha creado un lazo inquebrantable desde que tenía apenas ocho años.


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En el recital de Jóvenes Talentos, como es habitual, primero se presentarán los cuatro jóvenes como solistas y luego interpretarán dos piezas en conjunto, que este año corren por cuenta de dos compositores colombianos: Fulgencio García (1880-1945) y Lucho Bermúdez (1912-1994). Juan Sebastián Collazos, Laura Hoyos, Daniel Osorio-Cuesta y Natacha Correa, los cuatro Jóvenes Talentos 2019, coinciden en que es una maravillosa manera de darle un cierre a su concierto, teniendo en cuenta que lo que se pretende es resaltar la música local con talento local e impregnar al público de la alegría y autenticidad que caracteriza estas composiciones. De esta forma, el Cartagena XIII Festival Internacional de Música abre un espacio para que el presente de la música académica en Colombia, representado por la juventud, demuestre todo su potencial en el escenario y evidencie de esta manera la gran calidad de artistas que tiene nuestro país.

“Digamos que los dos nos encontramos, el piano y yo, y desde entonces ha sido un confidente, es mi mejor amigo, es un espacio en el que a través de la música encuentro explicaciones que las palabras no me pueden brindar”, asegura el joven caleño de 25 años. Fue ese amor por su instrumento y por el arte lo que lo trajo dos veces al Festival como becario, lo cual significó el inicio de un sueño que muy pronto se haría realidad, pues hoy ese joven, que años atrás llegó a Cartagena con ganas de aprender más sobre la música, tiene la oportunidad de volver como artista. Cuenta que fue precisamente ese deseo el que lo animó a aplicar a la convocatoria. “Siempre ha estado esa ilusión de ser artista del Festival, de estar en el mismo escenario en el que han estado grandes músicos que han tenido la oportunidad de traer y de sentir esa adrenalina”, manifiesta. Por ese motivo, procura siempre prepararse bien y dedicarle el tiempo necesario a su instrumento, sin importar los sacrificios que esto conlleve, pues sabe que al final el resultado va a ser gratificante. Laura Hoyos: hija de una tradición musical “Vida”, así define Laura Hoyos al arte que la ha acompañado desde que nació, pues proviene de una familia conformada por músicos, que la motivaron a seguir ese camino. La bogotana afirma no conocer su vida sin el

Daniel Osorio-Cuesta: un enamorado de la viola “Con la viola tengo una relación de amor y de odio. Amor a la música, al sonido que puede hacer, a las emociones que me produce cuando la estoy tocando y a todo lo que ese instrumento ha hecho en mi vida. Y de odio, por la impaciencia de las horas de práctica fallidas y el perfeccionismo que todos tenemos de querer tocar bien al instante”, describe Daniel Osorio-Cuesta el vínculo que tiene con la viola, de la cual afirma estar cada vez más enamorado. El manizaleño, de 25 años, cursó sus estudios en la Universidad de Caldas y luego viajó a Barcelona a realizar un máster en interpretación. Con respecto al Festival, afirma estar emocionado de que su primera participación en él sea como Joven Talento. “Me da mucho orgullo que este evento crea en el talento colombiano, eso es muy importante, porque el mundo tiene tantos grandes músicos que perfectamente podrían ser todos europeos y el Festival sería igual de increíble, pero aun así creyeron en mí y en lo que estoy haciendo”, comenta. Cuanto le dieron la noticia de que había sido seleccionado solo pudo sentir alegría. Sin embargo, frente al interrogante de cuál ha sido el mejor momento de su carrera hasta ahora, se siente incapaz de escoger uno, pues según él “estaría clausurando muchos otros que valen la pena, ya que solamente con la magia que da hacer música es suficiente para ser feliz”. Natacha Correa: pura pasión musical El clarinete llegó a la vida de Natacha Correa por pura casualidad. Cuenta que cuando su padre la llevó por primera vez a la escuela de música a los once años, el profesor le dijo que señalara el instrumento al que quería dedicarse. Ella, siendo una niña, señaló el corno francés, sin embargo su profesor se confundió y le entregó el clarinete por error, a lo cual Natacha no protestó dada su timidez en aquel tiempo. Ese pequeño detalle cambió su vida por completo, pues marcó el inicio de la relación con un instrumento que le traería muchos momentos de felicidad. “El clarinete siempre ha estado conmigo, es como mi pareja, toda la vida he estado con él y por eso le tengo un cariño muy especial”, asegura. La clarinetista, oriunda de Urrao, Antioquia, llegó a los Jóvenes Talentos por una alianza entre el Festival y la Escuela Superior de Música Reina Sofía, donde ella estudia. El convenio consiste en reservar un cupo de este programa a un alumno colombiano sobresaliente de esta institución, y este año Natacha fue la beneficiada. Al respecto afirma que “es como un sueño estar en un Festival tan grande como este en calidad de artista” y espera disfrutar al máximo esta oportunidad. Según sus palabras, tener una relación con la música implica mucha paciencia, entrega, disciplina y, sobre todo, amor por lo que se hace. Ahí radica su secreto para continuar en sintonía con el arte.

Foro de luteria: aproximaciones históricas y escuelas de formación Con la intervención de cuatro exponentes de distintas escuela italianas de lutería se desarrolló el primer foro de esta temática en la Casa 1537. Antonio Miscenà presidió esta actividad que se constituye en uno de los temas principales promovidos por el Festival, así mismo presentó a cada uno de los miembros de la mesa que participaron durante el foro: Daniele Carlo Pitturelli, director del Instituto de Educación Superior “Antonio Stradivari”; Andrea Marziani, director de la Escuela Cívica de Lutería de la comuna de Milán; Elisa Scrollavezza, lutier y directora de la escuela Internacional de Lutería de Parma; y Claudio Arezio, lutier florentino y coordinador didáctico de la Fundación Salvi. Daniel Pitturelli inició explicando la importancia que tiene la lutería en el desarrollo artístico en Italia y agradeció el espacio que se ha suministrado en un evento de corte internacional, como el Cartagena Festival de Música, que tiene la intención de promover la cultura italiana desde el ejercicio de la luthería. En ese orden, Andrea Marziani se centró en la necesidad de realizar un recuento de la trayectoria histórica de la escuela de Milán y planteó el objetivo por el que nace la escuela: “La reconstrucción y restauración de instrumentos antiguos, respondiendo a la recuperación de la música clásica. La escuela, además se mueve como un escenarios de experiencias colectivas”, manifestó el experto durante su participación. Más adelante intervino Elisa Scrollavezza, quien con su experiencia desde la escuela de Parma, un centro de formación totalmente privado, mostró una galería que evidencia el recorrido histórico de la escuela y sus primeros estudiantes, así mismo recalca su creación en el año 1929. Al finalizar la interveción de Elisa, Miscenà, comentó las diferencias entre las tres escuelas mencionada: “La escuela de Cremona es una escuela totalmente pública, por el contrario la Escuela de Milán es una escuela privada que obtiene recurso público de la alcaldía; mientras que la escuela de Parma es una escuela totalmente privada. La similitud entre los tres centro formativos es que los cursos comparten la misma duración entre cuatro y cinco años”. Después, Claudio Arezio relata su experiencia como hacedor de lutería. “Desde hace 35 años, desarrollo mi actividad en Florencia. Tengo un taller-bodega en el centro de Florencia. Desde 2013 colaboró con la Fundación Salvi”, asegura. Luego, manifestó lo siguiente: “en mi taller se conservan el diapasón y el tiracuerdas originales”. Explicó Arezio, mientras hizo referencia al arte de lutería en Colombia, y aludió al diseño de modelos históricos y al manejo de utensilios. Su intervención estuvo acompañada por algunas fotografías de su laboratorio de lutería en Bogotá. Claudio Arezio finalizó su participación diciendo que la labor de la lutería en el país requiere de investigación para adaptarse a las exigencias y a las exigencias del entorno.

/ Wilfredo Amaya

Sobre el concierto de Jóvenes Talentos

violín, instrumento que toca desde los cinco años y cuyo estudio adelanta en la Mannes School of Music de Nueva York, bajo la instrucción del maestro Lewis Kaplan. Ha tenido la oportunidad de asistir al Festival en numerosas ocasiones, siendo la primera en 2010, pero cuenta que nunca se imaginó estar en un escenario. “Para mí esto era súper inalcanzable porque siempre han traído gente de un increíble nivel”, asegura Laura Hoyos, quien ahora ve en el programa de Jóvenes Talentos amplias posibilidades para inspirar a otros chicos que, como ella, sueñan con estar en ese lugar que hoy ocupa. “Para mí, la música tiene un contacto espiritual y sentimental, y poder llegarle a la gente a partir de eso es increíble”, sostiene. Además, cree que el programa es una oportunidad para los jóvenes músicos de poder codearse con grandes artistas de trayectoria internacional. La violinista tiene como proyecto personal crear algún día una institución para que las nuevas generaciones de músicos colombianos no tengan necesidad de salir del país para poder formarse artísticamente. “Me gustaría que algún día podamos lograr eso aquí en Colombia”, señala.

El foro de lutería se realizó este viernes en la Casa 1537, en Cartagena.


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