Colegio Politécnico Profesor Guillermo González Heinrich (Providencia) Especialidades Técnico-Profesionales
EL HOMBRE Y SU FORMACIÓN INTEGRAL DESARROLLO DEL ESPÍRITU EMPRENDEDOR Sector Económico: HOTELERÍA y TURISMO
FTP 01 / I
Especialidad(es): SERVICIOS DE TURISMO
Dada la alta competitividad que se presente año tras año en el mercado laboral, en la actualidad no basta poseer conocimientos y habilidades técnicas en un área específica. En el ejercicio del trabajo interviene toda la persona, se ponen en juego todas sus cualidades. El hombre no es sólo cabeza. De ahí que muchos de los profesionales que fracasan lo hacen no por carecer de una buena preparación profesional, sino por no tener una serie de cualidades humanas que son imprescindibles para trabajar bien.
propone el desarrollo de la capacidad de pensar, innovar y utilizar la información de manera original y relevante. Desatacando que el hombre se diferencia de todos los otros seres creados por su capacidad de distinguir entre el bien y el mal, entra luego a desarrollar la disposición permanente de la voluntad para organizar las fuerzas e impulsos de la persona de acuerdo a un principio regulador de naturaleza ética. Confirmando la resonancia que los efectos tienen en la historia interna de las personas, otra área se encarga de obtener y mantener un estado interior de libertad, equilibrio y madurez emocional, integrando la vida afectiva al comportamiento.
Por eso se habla tanto de la formación integral. Y con razón. Pero, ¿qué significa?. Parece que se hubiera convertido en un tópico que no puede faltar en un discurso sobre educación, pero poco a poco se ha ido perdiendo el sentido de lo que es integridad. Formación integral es una formación que ayuda a desarrollar todas las potencialidades de la persona, que da respuesta a todas sus interrogantes. Una formación integral es aquella que no instruye en tal o cual técnica, sino que forma a la persona como tal, enseña a vivir bien, ¡a ser un hombre cabal!.
Como no es posible comprender al ser humano sino en relación con los demás, otra área atiende el desarrollo de la dimensión social de la personalidad, con énfasis en el aprendizaje y práctica de la solidaridad. Y como tampoco es posible arrancar de la vida humana su vocación hacia lo trascendental, también se debe desarrollar la aspiración a establecer vínculos espirituales, la capacidad de asumir una fe e integrarla a la vida y la disposición a respetar las distintas opciones.
Es claro que una formación meramente técnica no es una educación integral. Es decir, no es suficiente para formar a una persona humana de modo completo. Pero no es suficiente no sólo para formar a una persona completa, sino que tampoco es suficiente para formar un buen técnico. Entre otras cosas, porque un técnico es una persona humana completa y en el trabajo entran en juego y quedan de manifiesto todas sus cualidades. En el trabajo se pone en tensión al ser humano total. Por eso en el trabajo cada uno se muestra tal cual como es, allí deja su sello personal.
De esta forma, las áreas de desarrollo y formación integral conforman una armonía integradora que comprende todas las facetas del hombre. La salud, la realización personal, la identidad, la madurez, la integración social y la propia felicidad, dependen de una desarrollo armónico de todos estos aspectos. Áreas de la Formación Integral
Es así como se da el caso de profesionales que teniendo muy bien nivel de conocimiento fracasan, precisamente por serios vacíos en su formación personal: descuido, impuntualidad, desorden, inconstancia, pereza, falta de honradez, etc., o bien, porque no saben relacionarse con los demás, es decir, tiene dificultades para trabajar con otros: mal humos, impaciencia, susceptibilidades... a nadie le gusta trabajar con gente descuidada,... no se trabaja en solitario; el trabajo se hace en equipo.
1. Corporalidad En el amplio abanico del desarrollo de la personalidad, lo que primero se evidencia es la singular y misteriosa relación de una persona con su cuerpo. Alma y cuerpo realizan su unidad a cada instante en el movimiento de la vida, en una interdependencia difícil de medir pero real.
Otros también fracasan por no encontrar sentido a lo que hacen, por no saber descubrir los valores que encierra el trabajo. Es obvio que trabajará de manera distinta el que considera el trabajo como un castigo o un mal necesario, que aquel que entiende que el trabajo es una actividad propiamente humana a través de la cual el hombre se perfecciona, desarrolla sus capacidades y presta un servicio a los demás.
Es así, como el desarrollo integral de una persona no sólo depende de factores inmateriales, como los espirituales, los psicológicos o los culturales. También está sujeto a factores físicos, los que interactúan en la determinación de las características de la personalidad.
Pero para que una persona tenga una formación integral, y llegue a ser un verdadero profesional, debe desarrollar todas las áreas potenciales de su existencia, sacando el mayor provecho en cada una de sus facetas tanto personales como profesionales. Dada la evidencia física del hombre y su importancia ineludible de su identidad corporal, una primera área se preocupa del desarrollo de la parte de responsabilidad que a cada uno le corresponde en el crecimiento y funcionamiento de su propio cuerpo.
Por otra parte, el cuerpo, objetivado y conocido cada día más por la ciencia, no sólo crece y funciona en razón de una serie de cambios y procesos sujetos a leyes propias, sino que es posible obtener a su respecto un punto de plenitud, al cual el hombre se acerca a medida que transcurre su vida.
Reconociendo al hombre como un ser inteligente que puede lograr por sí mismo su realización personal, se
1