PENALVA La identidad del educador

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ellos los que tienen el saber necesario para su crecimiento. De ahí su autoridad. Pero, repito, responsabilidad y autoridad van de la mano.

19.3. Sobre el respeto de los padres a los educadores de sus hijos: el respeto del niño al profesor empieza con el respeto de los padres al profesor. La autoridad del profesor no sólo hace relación al niño educando, sino también a sus padres. Locke afirma que los padres deben un gran respeto a los preceptores de sus hijos, si quieren garantizar que sus hijos también los respeten. «Para que (el preceptor) conserve toda su autoridad sobre su discípulo (...) tened cuidado –dice Locke a los padres- de tratarle con el mayor respeto, obligando a vuestra familia a hacer lo mismo. No contéis con que vuestro hijo respete a su preceptor si lo ve poco apreciado por vosotros, o por su madre, o por otras personas. Si le juzgáis digno de vuestro menosprecio, es que habéis hecho una mala elección. Y, por poco que dejéis ver ese menosprecio, vuestro hijo no dejará de hacer otro tanto; y, en tal caso, por grandes que sea el mérito del preceptor, por grandes que sean sus talentos para cumplir su misión, todo se perderá para vuestro hijo, y jamás le será de ningún provecho.» 311 Antes hemos dicho que a los padres compete la responsabilidad última de la educación de sus hijos. Pues bien, esa responsabilidad entraña un deber básico: el respeto a sus educadores. Dada la gran importancia que tiene la buena educación para el niño, los padres deben ser los primeros en respetar al preceptor. Los niños seguirán el ejemplo de los padres. De lo contrario, los niños no respetaran a su preceptor. Por tanto, el respeto que deben enseñar los padres a los niños es condición necesaria para la educación escolar. Es decir, si el respeto y, por consiguiente, la autoridad de los padres, no funcionan, es imposible que exista respeto y autoridad en los Centros de enseñanza. De no menos actualidad goza este pensamiento de Locke. Y es que, en mi opinión, una de las razones de las deficiencias del actual proceso de enseñanza reside en los padres. Los primeros que no respetan a los profesores son los padres de los alumnos. Los prejuicios que los padres achacan a los profesores contribuye a engordar la imagen social negativa de los profesores. 311

CNP., 88. Dice más adelante: «Lo que he dicho respecto de la conducta del padre ante el hijo, debe extenderse a todos los que tienen autoridad sobre los niños, o aquellos a quienes pueden profesar algún respeto.» PE 71.

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