EL hormiguero

Page 32

La tierra tembló. El cielo parecíaromperseen pedazos,y Omar tuvo miedo de que la casapudiera venirse abajo. Se acostó nuevamente, y comenzó a rezat hasta que se durmió. 64

A la mañana siguiente,se asomó por la ven' tana y vio el paisaje,despuésde la tormenta. La tía Poli no estaba en la galería. La escuchaba por el gallinero, martillando algo. Cuando salió de la casa,observó las ramas de los árbo. les arrancadaspor la tormenta. La tierra, en partes, era un lodazal. Esperabaque los cami' nos de las hormigas no se hubieran borrado. -Ojalá esto no sea un temporal... -di¡o la tía, que estabaen el gallinero, reforzando unas maderas. -¿Un temporall -Sí, que empiece a llover así todos los días. Pasaronel resto de la mañana arreglando los desmanes que había provocado la tormenta, cocinaron y, antes de sentarsea la mesa, comen' zó a llover de nuevo. -Anda a dormir si querés, tía. Yo me encargo de los platos -le dilo Omar después del almuerzo. -Ah, cómo te voy a extrañar cuando te vayas.".-ella le pasó la mano por el pelo y fue a su dormitorio. Mientras lavaba los platos, Omar se preguntaba si el veneno se habría mojado. No,

eso no podía ser. LIn buen horno debía estar perfectamente cerrado, había dicho la tía. Eso no era un problema. El problema ahora era que sólo le quedaban tres siestas para hallar el hormiguero y estaballoviendo. Fue a su cuarto y tomó el libro. En el capítulo sobre tipos de hormigueros decía que la mayoría se hallaba bajo la tierra. Pero que algunas especieshabían aprendido a ocultarsemejor. A perfeccionarel sitio adonde lo construían. Había capacesde hacerlo adentro de un árbol, por ejemplo. Aprovechaban sus cavidades naturales cuidando de no dañar la circulación de savia.Porquesólo estandovivo, el árbol les proveía de las condiciones de temperatura y humedad que necesitaban. I.Jnavez la tía había mencionado algo sobre "colaboración entre las especies".Las especles que se ayudan entre sí. El hormiguero, leyó, debía mantener una temperaturaconstdnte. Eran casi las cinco de la tarde y la tía no se levantaba.La lluvia había parado, y Omar aprovechó para ver el veneno en el horno. Estaba por abrir las puertas cuando escuchó que se acercabaRoberto. Y no le sacabalos oios de encima. ¿Qué queríal ¿Queríajugar? -Ahora no. Roberto.

(


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.