Peregrinajes - Diana Galán

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Peregrinajes

Peregrinajes

Diana Galán

FÓSFORO

ColeCCión de libros de la Caja de Cerillos 16

Diana Galán | Peregrinajes

Primera edición: septiembre, 2022

Diseño editorial: Luis Fernando Rangel

fosforocuu@gmail.com

Fósforo. Literatura en breve.

La literatura y las ideas son libres. ¡Que corra la voz! ¡Que ardan los fósforos!

Editado y producido en Chihuahua, México.

Para Elvira, siempre.

Hay que hacer un gran río del mundo, juntar nuestros pulsos hasta formar un gran cielo.

Un cielo del que llovamos redivivos, nuevos, virtuosamente limpios y dispuestos. José Revueltas

Free as a bird

Y camino, camino a sabiendas de que marzo [se irá con su rastro de hojas secas y el futuro correrá en las venas [de una ciudad inerme. Veo desde ahora y para siempre mis recuerdos, los que aún me quedan para saber [quién soy. Qué alivio no quedarnos niños, crecer y sentir el dolor de los pantalones [que ya no nos quedan, extrañar las manos entrelazadas [de los adultos, perder los tesoros enterrados en el jardín. Descubro los desgarros que me dejó [el tiempo,

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mis pérdidas, con las que un día volveré a encontrarme [cuando yo también me pierda [para otros. Camino como queriendo batir las alas, como si se pudiera atrapar el porvenir. Después de las fracturas surge el silencio, creador y dador de vida, después de las heridas, la sal. Qué dicha crecer y que nos duela [la libertad, que se inflame el pecho, gritar el nombre de la justicia. Y amén de los jóvenes, [no ser esclavos del vuelo.

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Peregrinajes

Sin fuerza tomamos bocanadas del aire cortante del adiós para emprender por fin la huida

Peregrinando eternamente de boca en boca

Somos tristes pajarracos huyendo con las alas rotas para no hacer posible el amor.

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Encontrar en la tarde pedazos simultáneos, una hecatombe de ruinas, arqueología de un cuerpo inhabitable, los castañeos como rumores de mí misma y un tembloroso parpadeo de alguien que ya no soy. Reconocer sólo vestigios, un par de manos, unos pies plantados en la llanura impredecible de una habitación y una mirada horrorizada que huye del espejo.

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Poema Para desPués

Aún soy esa grieta imborrable, incómoda. Algo escurre de los escombros y augura mi nombre. Las palabras, hierbas trepadoras, se abren camino entre las fisuras y de nuevo me habito. Pasará el invierno, estallará la hoguera, recordarás lo que dejaste para otro día, soy yo: la cifra, la desaparecida, la otra.

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reCordatorio

La escritura también franquea sin distinciones los límites de la posesión. Takashi Hiraide

Siempre intento devolverte los libros que me prestaste aquella lejana tarde cuando compartimos entre humo y cervezas algunos secretos. Pero casi de forma instintiva los olvido en una mesa, en el estante, al lado de mi bolsa para retenerlos como a tu mirada en la foto que nos tomamos celebrando ser buenos amigos y solo eso. He puesto un recordatorio [que me indique

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guardarlos la próxima vez que te vea, espero recordar cómo soltar lo que no me pertenece.

Anoche me fui a la cama con una sospecha, como quien siente que al otro lado de la calle muere un pájaro y escucha su trino. Me agazapé junto a tu cuerpo para ignorar todo lo que no fuera el calor de tu piel o el olor de tus manos.

Lentamente empecé a recordar con detalle los kilómetros de nuestro viaje y los inevitables caminos que quise ahorrarte.

14 Caudal

En un momento de debilidad, dudé, pero sabía que tenía confesiones que nunca podría hacerte.

Aquí te dejo la última: toda geografía empieza en la orilla del mar y no en tierra firme.

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Viaje sin retorno

Adondequiera que vaya nunca podré extinguir tu presencia, recorrer los mismos caminos, los vocablos de tu nombre, los que fuimos

una tarde de febrero.

Las mañanas se llenarán del murmullo de un recuerdo al que no he de volver.

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interValo

Un día nos levantamos como cualquier otro, sin el aviso previo de que todo cambia. Es un instante breve, tan minúsculo, que se necesitan años para recuperarnos de él. Hasta ahora no hemos descubierto cómo adquirir las virtudes de otras especies: la indecencia del gato, la lealtad del perro, el acecho del león o la renovación del ajolote que convierte el duelo

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en una extremidad. Nosotros nos tenemos que conformar con aprender a vivir sin nuestras piezas faltantes, a cada momento distintos. Así, vamos al encuentro de nuevas formas para habitar la ausencia.

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inFestaCión

Hay un miedo al que todavía no le pongo nombre. Empezó nocturno y silencioso en las orillas de mi cama. Trepaba desde mis cabellos para llegar a mi garganta, luego fueron mis manos, las piernas, hasta dejarme exiliada de mi cuerpo. No tenía sospechas de lo que alimentaba noche tras noche bajo las sabanas, pero lo descubrí cuando las marcas no me dejaron

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otro camino que buscar la razón de mi mal sueño. Algunos males llegan pequeños e insignificantes pero cuando se acumulan son feroces y no hay más remedio que matarlos con insecticida.

Esta casa me queda grande, aunque es angosta sus paredes son in mensas como los recuerdos, y qué decir de los recuerdos [cuando abarcan todo.

Hablo de la casa milenaria de mi abuela, de sus frustraciones colgadas [al lado de la puerta y de su viejo radio que no deja de sonar en la estación de siempre para perpetuar su tiempo. ¿Qué seremos después en la casa [de nuestra infancia?, si acaso el polvo acumulado

21 rinCones
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[bajo los muebles o una solemne melodía que entre sueños [nos despierta.

esPaCio VaCío

Nunca entendí a los acumuladores compulsivos: la manía de guardar cada objeto como una reliquia a la que rezan para conservar el pasado inalterable.

¿Cómo mudar tantos años, en cuántas cajas?, tirar ropa, zapatos, botellas, cacerolas, libros, hojas es idéntico a arrancar de raíz órganos vitales.

¡Qué hazaña convertir cada paso en encuentro!, cuando se levantan en la mañana

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y tropiezan con los muebles apelmazados como gatos cuando tienen frío. No hay mayor virtud que saber acomodar el espacio vacío; mientras un cuadro, la estufa y la cama tienen su lugar desde la concepción de las paredes, las personas se buscan un lugar en la nostalgia de lo que aún no pierden.

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la memoria de las Cosas

i. No hay contradicción en decir que al abandonar un cuarto, una casa, cualquier lugar, nos vamos con la esperanza de permanecer en él, con los gestos, las marcas o en el silencio que se aviva como un estruendo al cerrar las puertas.

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ii. Los estragos de una pérdida nunca los sufrimos las personas a pesar de cargar con nuestros duelos sino lo que dejamos atrás: el separador que no cambiará de página, la última caricia al picaporte, los resabios de la mesa, ¿cómo se curan esas heridas?

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iii. Aunque hay muchos estudios recientes ninguno asegura que cuando cambian de dueño, de posición o alguien los desempolva, los objetos olvidan quiénes fuimos.

Casi todo el tiempo me siento segura de preguntar a los adultos que me rodean lo que me inquieta. En eso, mi pequeño hermano y yo nos parecemos. Pero el otro día mi abuela me preguntó qué habrá después de la muerte: nunca se encuentran, y qué bueno, las respuestas suficientes.

HerenCia

Peregrinajes

Free as a bird

Caudal

Viaje sin retorno Intervalo Infestación Rincones

Espacio vacío

La memoria de las cosas

Contenido
Peregrinajes Vestigios Poema
para después
Recordatorio
I.
II. III. Herencia
Quince cerillos altamente flamables

Diana Galán (Ciudad de México, 1995) Poeta y crítica cinematográfica. Estudió Lengua y Literaturas Hispánicas de la Facultad de Filosofía y Letras, unam. Se desempeñó como becaria en el Instituto de Investigaciones Filológicas. Forma parte del Seminario Permanente de Análisis Cine matográfico (sepancine) y del Seminario de Es critura Cinematográfica en México. Ha participado como voluntaria y jurado joven en festivales de cine de la Ciudad de México. Ganadora del primer lugar en el 10° Concurso de Crítica Cinematográfica “Fósforo”, Alfonso Reyes. Cofundadora del colec tivo poesía “Simposiarquía xix”. Ha publicado en diversos medios impresos y digitales.

Peregrinajes de Diana Galán se terminó de impri mir el mes de septiembre de 2022 en la ciudad de Chihuahua en los talleres de Sangre ediciones por Fósforo dentro de la colección de libros de la caja de cerillos. El tiraje constó de 50 ejemplares.

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