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Pintura Mural en la Arquitectura Civil
DETALLE DEL ARTESONADO PINTADO

Siglo XVII Temple seco sobre artesonado de madera rolliza recubierta con cuerdas vegetales, barro y base de estuco. Casa de Fernando Vera y Zúñiga, conocida como de Clorinda Matto de Turner, Cuzco. En el Monasterio de Santa Teresa acondicionado en la casa que fue de Diego de Silva, una de las mejores de la ciudad en el último tercio del siglo XVI, existen muestras fragmentarias de arte mural, pero destaca el retablo pintado en la caja de escalera, que plasma en la pared la imagen de un trabajo en madera tallado y dorado.
Pintura Mural en la Arquitectura Civil
El interés por la pintura mural en la arquitectura cuzqueña se despertó hace dos décadas, cuando se inició un importante programa de restauración de monumentos históricos, con asistencia técnica de la UNESCO. Hasta esa época los historiadores del arte americano pensaban que esas manifestaciones pictóricas sólo se habían conservado en Tunja, Colombia, que sería difícil hallar muestra alguna en ciudades como Quito C? Cuzco. Los estudios e investigaciones permitieron identificar un elevado número de inmuebles con pintura mural, en la mayor parte de los casos cubierta por sucesivas capas de revestimientos y pinturas que las escondieron cuando declinó el gusto y la moda por esa expresión artística. No es posible pretender dar una visión integral de todos los casos existentes sin referimos a la pintura del período inicial o al arte mural del período republicano, por lo que analizaremos algunos casos concretos que permiten formar una idea de esta manifestación en los siglos XVII y XVIII.

En la casa conocida como de Clorinda Matto de Turner, que en el siglo XVII pertenecía a don Fernando de Vera y Zúñiga, ubicada en la plaza de San Francisco en el Cuzco, a la cual ya hicimos referencia, se han localizado cinco capas de pintura que van desde el inicio del siglo XVII hasta las ejecutadas en el presente. Interesa en esta parte destacar la expresión barroca del siglo XVIII, caracterizada por su colorido. Esta pintura policromada, en muchos sectores del inmueble, está aplicada sobre la decoración monócroma en color negro, que es la más antigua. Algu'nos motivos repiten temas anteriores, como la decoración ajedrezada en los zócalos produciendo ilusión en perspectiva de cubos salientes, con colores rojos y verdes. Frisos superiores con tarjas que encierran monogramas de Jesús y María flanqueados de roleos y ornamentación floral, con pájaros entre el follaje, ponen la nota alegre en los ambientes principales de la casa. Los colores verde, rojo, azul y los ocres predominan en los frisos. La casa presenta evidencias de muchas modificaciones, que han sido descubiertas en el proceso de restauración. Puertas y ventanas cambiaron de lugar, obedeciendo a exigencias funcionales de épocas pasadas, lo cual destruyó en muchos casos la decoración mural, de la que quedan partes de jambas con hojas de vid, uvas y ornamentos vegetales. Se ven también frutas como la granada.
De especial interés por su resultado espacial es el techo artesonado con vigas y casetones, con una roseta central y roleos. Las vigas hechas de madera rolliza están moldeadas con una cuerda de fibras vegetales y barro, para dar la apariencia de madera labrada. Están pintadas de color rojo ocre y el resto en tonos azules, verdes y ocres. Pertenecen también al siglo XVIII los motivos decorativos en un solo color, el azul sobre fondo blanco, de los faldones del techo y las paredes. En toda una crujía del segundo nivel de la casa, el harneruelo y los faldones del techo están pintados en tono azul, representando tarjas con monogramas de Jesús y María, querubines y roleos, hojas de vid y uvas. Decoración similar en azul se ha utilizado para ornamentar los frisos de las galerías e inclusive los arcos de ladrillos revestidos de cal. Están pintados con temas florales de ese color, formando una faja ancha que acompaña su curvatura ..
El gusto por la pintura rp.ural en la arquitectura civil, que en este caso se puede apreciar en todo su esplendor gracias a que la casa se restauró oportunamente, constituyó tradición generalizada. En todos los inmuebles históricos de Cuzco existe o existió pintura mural de diversos períodos. Los trabajos de restauración que en forma cuidadosa se llevan a cabo en la casa ubicada en la antigua calle Coca, hoy Garcilaso, propiedad del Monasterio de Santa Teresa, han puesto en evidencia pinturas de diversas épocas. El inmueble edificado en el siglo XVI perteneció a mediados del siguiente siglo a Antonio de Zea, un rico minero de Potosí, que promovió la llegada a Cuzco de la orden religiosa de las Carmelitas Descalzas de Santa Teresa. Este benefactor cedió su casa a la congregación de religiosas, quienes la ocuparon hasta el traslado a su convento 14"

GUERREROS A CABALLO
(zaguán) Siglo XVII, en dos etapas diferentes Temple seco sobre muro de adobe. Casa de Antonio de Zea, Cuzco. Estas pinturas están sobrepuestas a un friso de color negro, más antiguo.
FRISO CON TEMAS GRUTESCOS EN
NEGRO Y AZUL
Siglo XVII Temple seco sobre muro de adobe. Casa de Antonio de Zea, cedida al Monasterio de Santa Teresa, calle Garcilaso, Cuzco. En la parte inferior se aprecia un zócalo con ajedrezado que produce sensación de relieve.
FRISO INCLINADO CON ESCENAS DE CAZA EN AZUL
Siglo XVII Temple seco sobre muro de adobe. Casa Antonio de Zea, Cuzco. El friso se adecúa a la forma del techo.

