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Elisabetta Bagli, pág. 84
from FIPGRA 2022. V Festival Internacional de Poesía Patria Grande Latinoamérica y el Caribe
by FIPGRA
Elisabetta Bagli
Elisabetta Bagli was born in Rome (Italy), lives in Madrid (Spain). She is a writer of poetry, short stories and essays and she is also a translator and interpreter of Spanish. Some of her poems and writings have been translated into several languages. She is translator, writer, poet, essayist, columnist, radio correspondent, events organizer, representative of several Spanish, Italian and International cultural Associations. She is the author of books of poetry, books of stories, a fairy tale, articles and essays for newspapers and magazines around the world. Operating in more than a hundred national and international anthologies, she is the President and a Former member of the Jury in many national and international literary prizes. She has received many prestigious awards, including the Mayte Spínola Diploma of Honor for artistic merit from the Pro Arte y Cultura group in 2017 (Spain), the Distinction for Outstanding Woman in culture, 2019 awarded by the Latin American Women’s Forum, Mar del Plata (Argentina), the Italian Award for Culture 2019 awarded by the Italian Ambassador Stefano Sannino in Madrid (Spain), Najiman Prize in Lebanon on July 2020 and many others prizes in Italy, in Spain and all over the world for cultural merits.
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https://www.elisabettabagli.com/

GARBATELLA Siento la diversidad del aire, mi realidad abandonada, viva dentro de mí. Me acerco. Vuelvo a ver mis calles, mis plazas, mis jardines. Me llega el olor de mi gente. El sol encendido del verano quema las hortensias, las buganvillas, mi vida. Silenciosa, me resisto a su calor. Quiero penetrar de nuevo en la fragancia del pan recién horneado, en el olor de las lasañas que los domingos recorre las calles de mi barrio, quiero escuchar los tañidos de esas campanas que gritan vida, anuncian muerte. Camino y sonrío. Bajo mis pasos cúmulos de hojas estivales, secas crepitan como los recuerdos de mi pasado. El rumor del viento entre los árboles suena lejano como mis gritos de alegría, de dolor, como mis tristes cavilaciones por esos amores jamás vividos, perdidos para siempre en mi fantasía. Camino y escucho. El canto de la cigarra, música inconsciente de mis veranos, las voces de los niños que colorean de vida la hierba, el asfalto, los lotti, el ir y venir del mercado que agita el aire en el cual todo tiene su porque. Una isla única de cotidianeidad y fantasía. Camino y observo. Las casas pequeña, antiguas, modernas, cada una con su historia, su alma, su vida. La ropa tendida en los patios, las fuentecillas que dan agua fresca, las flores y los pinos, los de Roma, tan armónicos, vigorosos, únicos en su elevarse al cielo como las dulces sinfonías de Respighi. Los años han pasado, Garbatella mía. Yo he cambiado, camino por tu corazón y recuerdo quién soy.

Estanque – Retiro – Madrid (España) AIRE DE MADRID No soy prisionera del fuego del asfalto, sino del encanto del aire de esta ciudad, que encadena los sentidos. Ella es el terremoto, la tormenta, la alegría y los colores. Ando por las calles, huelo historia y vida, y juego a ser prado sobre el césped verde. Zumbidos y gritos intensos se unen a las risas, a las plantas entre arbustos, a inviernos y primaveras. El cielo es siempre igual en el Retiro como en Argüelles. Entre vermut y aperitivos, insidias viejas y nuevas se deshacen en el canto desvestido de la tarde. La luna sin peso baila con las luces que como labios entreabiertos iluminan Madrid.

La playa del peligros – Magdalena Santander LOS FUEGOS DE SANTANDER En los cabellos, una ligera brisa. El mar negro se mueve, ondeando limita el cielo. La luna llena posa sus luces de plata en el agua encrespada. El olor de la sal sobre la piel, la arena húmeda y la espuma delicada entre los pies recrean la noche de Santander. Un estallido ilumina el cielo. Los rostros arrebatados de la gente se encienden. Los niños excitados, temerosos dejan derretir los helados en las manos. En la ropa se dibujan dulces y cremosos fuegos artificiales. En el cielo brotan fuentes de luz, chispas doradas, estrellas, nubes variopintas. Una lluvia azul, impetuosa parece caernos encima, un grito de sorpresa suena en el aire seguido de un trueno, de risas, de aplausos. Ha terminado la noche de los Santos Mártires. La emoción continúa en los corazones y en los sueños de los pequeños.
