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Leon Fabio Mesa Mejia, pág. 118
from FIPGRA 2022. V Festival Internacional de Poesía Patria Grande Latinoamérica y el Caribe
by FIPGRA
Leon Fabio Mesa Mejia
Poeta, artista plastico, y diseñador grafico colombiano. Su trabajo parte de su vision y experiencia en el medio que lo rodea. Expresa la belleza y la situacion humana que se vive en la realidad colombiana, en el color,la emocion y las perspectivas que se proyectan en lo popular,considerandolo la fuente de su creación. Las obras plásticas que se presentan son parte de su trabajo gráfico.
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ACCIDENTALMENTE Le volaron los libritos por doquier, le volaron las manitas por doquier, le volaron los ojitos por doquier... y el no entiende porque. Reventó su cabecita en el lugar, le brotó el corazoncito sin querer, estallo su barriguita sin comer... y yo no entiendo porque. Volaron los libritos, las manitas, sus ojitos... reventó su cabecita en el lugar, le brotó el corazoncito sin querer, le cargaron otros ninos por todo el mundo: ¡ahora, entiende por que!
BEBE Y SE TRABA No es extraño, oírlo hablando de todo: palabras al aire que nadie escucha, pero a él no le importa... pues está convencido, ¡que sí! Menos extraño es oírlo decir a toda voz que fuma mucho, ¡que bebe y se traba! No es extraño, escuchar sus confesiones, sin importarle quien se irrite o no. Le gusta, eso sí, escuchar un reproche: un, “¡Cállese!”, “¡No hable más!”, “¡No grite!”... por lo menos sabe que su voz vuela por los aires, y que alguien oye aunque nadie escuche. Son miles de voces en el aire... ¡miles de oídos que no escuchan! Son... ¡miles de soledades!, miles de abandonos... ¡indiferencias por toda parte! ¡Miles gastándose en un plan! Miles... sin tiempo para sus hijos, sus amigos; sin tiempo para su vecino; ¡Sin tiempo!¡¿Por que?!
CHISPA ENCENDIDA Todavía tengo la chispa encendida, creo en el bostezo del día, en la hormiga que se mueve… sé que tú ¡sí existes!; ¡todavía escucho, todavía veo! Todavía salto sobre esas piedras que rodean ese hoyo donde me desplazo aunque todo a su alrededor sea neblina: neblina entre la que he aprendido a caminar. La felicidad lo vale todo: ¡Ni el dedo que te señala!, puede hacer nada... ni la inmensidad, ni el vendaval, la oscuridad, la seguridad, la estabilidad... la muerte ¡no significa nada! La pasion, el amor ¡es la felicidad!
CONCLUSION En bolívares… no se en cruceiros… no se en soles… no se en pesetas tampoco se Los seres humanos, somos simplemente seres humanos; la carne, simplemente carne; nuestros huesos de hueso; nuestra sangre es la misma sangre; y nuestras formas son muy parecidas, aunque nuestro color de piel sea un poco diferente... y un poco diferentes nuestras facciones pues al fin y al cabo no somos cocodrilos, tampoco somos avestruces, ni tiburones... y aunque tienen dos ojos, boca, corazón y trasero, nos parecemos muy pero muy poquito a las cucarachas; y no somos perros, tampoco somos carroña, ni arañas, pulpos o cangrejos... tampoco somos pájaros, ni mariposas, mucho menos rosas, o margaritas... no somos el ruiseñor, tampoco la palmera ni un pedazo de coco ni de oliva... no somos la letrina, ni el lavamanos En bolívares… no se en cruceiros… no se en soles… no se en pesetas tan poco se somos cerebro, corazón, carne y huesos... simplemente eso: formados por lo que hay en el la tierra, en el universo si se es mujer u hombre me da lo mismo; si tiene uno, dos o tres sexos me da lo mismo; si tiene diez casas, veinte carros y le sobra el pan, me preocupa: pero si tiene tierras, barrios, bancos, toma wiskey… “es que algo raro pasa” En bolívares… no se en cruceiros… no se en soles… no se en pesetas tan poco se y si las cuentas nunca están claras, si las reformas no se dan, si las promesas abundan mas que los billetes y los corruptos mas que la propia gente… es que algo anda caído y si la muerte abunda es por que le robamos al hermano, azotamos nuestro hijo, irrespetamos a la madre, matamos nuestro padre, no ayudamos nuestro ayudante, nos olvidamos del semejante En bolívares… no se en cruceiros… no se en soles… no se en pesetas tan poco se y en conclusión no nos aceptamos vivos, si no mas bien como muertos: y es que habrá algo mas interesante que un billete, mas interesante que un machete, mas hermosa que una bala o mas fascinante que un misil. un millón de pesos nacionales, mil ochocientos dólares, unos dos mil trescientos euros en bolívares… no se en cruceiros… no se en soles… no se en pesetas tan poco se
DE PELICULA Hay como una enfermedad contagiosa... No hemos notado que en muchas ocasiones nos vamos... como pareciendo: como que reímos igual, como que... caminamos de la misma manera, alzamos la ceja del mismo modo, repetimos las mismas palabras una y otra vez. A veces, me he llegado a imaginar que orinamos y defecamos del mismo modo; que cuando lo hacemos, hacemos los mismos gestos. He notado como... una igual destreza para realizar ciertos movimientos: el gesto de las manos, apoyarse en la cumbamba con los mismos dedos y forma. He visto, como ensayamos una posición, un despliegue, un gesto en el espejo: este gesto se tiene que parecer al de alguien más. No han notado esa frescura tan natural ante lo desastroso... como si la carroña no oliera mal, como si uno sesos regados no causaran alguna impresión; y esto se repite y se repite, y se repite... Toda la galantería, la cordialidad, las sonrisas... casi todo igual. Rodar, caer, disparar... gritar de igual manera. Elogiar, seducir, enamorar, convencer, acariciar, hacer el amor... del mismo modo. Ser el héroe, el actor, el bandido, el detective, el policía , la enamorada, el jugador, el galán, la bella, la oportunista, el artista, la modista, el extraterrestre... todos iguales, moviéndose del mismo modo. La misma sonrisa, el mismo alzado de mejilla; ese alzado de ceja como diciendo, “Si, o no... !Estúpido!” Igual movimiento de cabeza, balanceo de brazos, gestos de los dedos, postura, movimiento de pecho. Sorprendente parecida entonación de la voz, el modo de comunicarse: un vocabulario repetido... los mismos adjetivos, sustantivos; igual movimiento de la boca, enseñar de dientes. La respuesta siempre precisa, sin vacilaciones. Sobre todo ese coraje que tienen todos como si no sintieran miedo ante la más desesperada, inesperada situación. Caminar ligero y seguro. Subir al auto... y nunca golpearse la cabeza. Esa rapidez, destreza para la investigación en la corte. La misma expresión en los políticos. Esa falta de error en los científicos: “ESTA ES LA RESPUESTA.”, fijos, erguidos, como sin sentimientos. “Pienso que esta película ya me la vi.”
DONDE ANDABA ¡Tiene que ser imposible! ¡No lo puedo creer!: ¡¡Un árbol!!... ¡Mas imposible aun!, ¡un pájaro, posado en una de sus ramas! ¡Tienen que ser ilusiones! Hace años que no veía un árbol... ¡ni un pájaro! Pero... ¡¿donde andaba yo?! Pero... ¡miren ustedes!: ¡Una margarita... y a su lado, ¡un picaflor! ¿Que hacia yo? ¡No lo puedo creer!... una margarita, y un picaflor; hace cuanto que no olía una flor. ¿Que hacía? ¡¿Donde andaba?!... ¡Allí... serpenteando en el arrollo!... !!!un pez!!! ¡No se pierdan esto!, ¡un pez en el arrollo! ¡Hacia cuanto que no veía un pez! ¿En que pensaba? ¡¿En donde andaba?!... ¡Allá!, arriba!... ¡¡EL SOL!! Pero, señores, ¡que resplandor! Yo aquí, el sol allá, y aquí, también! ¡Desde niño no veía el sol! ¿Por donde caminaba? ¡¿En donde estaba?!...
EL LEON Y EL TORO Yo vi al León levantarse de su asechanza y correr hacia nosotros mostrando todo su poderío muscular, y sus enormes fauces... ¡sus ansias de CARNE! Yo vi la embestida del Toro con su cabeza gacha, su gran fuerza e impulso, ¡y aquellos enormes cachos levantando gente de lado a lado! Yo vi, como el Águila aterrizaba agitando sus enormes alas, expandiendo sus garras con irresistibles ganas... ¡de llevarse todo el pescado! Hoy en día, el León esta viejo y cansado... gordo, ¡es previsible su asechanza! Hace que otros viejos leones corran tras sus pocas presas; sus fauces... ¡apenas aguantan un poco de carne! Al Toro, se le están desgastando los cachos. Su embestida es torpe, pues el cuello le duele cada vez que se agacha; su columna retorcida; poca fuerza e impulso; y le cuesta... le está costando mucho, lanzar gente por los aires. El Águila, hoy se balancea en su torpe vuelo, aunque trata ¡de mejorar sus plumas a toda costa! La pobre... ya medio ciega, también, está matando mas Águilas que pescado. Sus garras están muy resquebrajadas, pues su torpeza le hace estar más ocupada; y se está poniendo flaca pues el pez ha aprendido a escurrirse... ¡a escabullirse!
EL NANOSEGUNDO Sí. ¡Sí! Sí... ¡Claro que sí! Eso está bien, sí. Es lo más prudente es que... Sí. ¿Si? Sí, sí. Pero... Sí, claro que sí. Pasa que... Es conveniente, sí. Pero... ¡Sí, claaaaarooo! ¡Por favor, espere! ¡¡Pare!! ¡¡¡Escuche... por favor!!! Si usted me diera... cinco minutos. ¡¡Espere por favor!! Si usted me diera... un minuto. Si usted me diera... siquiera, medio minuto. No se apresure... tendrá todo el tiempo que quiera. ¡Déme un segundo! Medio segundo, pues... ¡Espere, espere! ¡¡EspEre, por favOr!!! ¡¡YA, SE!! En un nanosegundo, de pronto podría señalarle el vuelo de un mosquito; pasar una fotografía por sus ojos; mirar sus manos, la expresión de sus ojos; mostrarle la espuma mortal que nace del desemboque de un río; el rostro de un “feo cocodrilo”; que pueda ver un ennegrecido pájaro que antes irradiaba los mas hermosos colores; el campo lleno de estiércol de ganado; un túnel que echa destrozados pescados al mar, que me vea inhalarlo para sentir aquel olor a muerte; mirar... que puedo correr, también, caminar, abrazar a mi hijo, darle la mano a un amigo, coraje a un desamparado, saltar de alegría con mi perro, despelotarme por alcanzar un balón; morir... si hay porqué morir. ¡Espere, por favor! No he terminado, aun. Pero, si no quiere oír… ni ver nada de todo esto, déjeme mostrarle un jardín en todo su colorido, una hermosa choza en la llanura, como emerge la mariposa de su crisálida, la ternura de un niño, la humildad de un joven, la constancia de una hormiga; la lucha de un zancudo que solo quiere su pedazo; la sensación de un roce... la cara de una mujer. Si para mostrarle... usted no me da ese rayito de luz, esa onda corta de un sonido, ese abrir y cerrar de ojos, el movimiento de unos labios, el agitar de unas manos, la expresión... la mirada, la voz, el oído...
HOMBRES TIERRA-CHAS ¡Verdad!... ventisca que eleva al hombre hoja, al hombre tierra, al hombre sangre, al hombre noche. Torrente que los envuelve en alud de pensamiento, de idea. ¡Agua que los alimenta! Belleza que los enrolla y ayuda a atravesar cualquier cosa, horizonte, futuro... ¡Ley que los mantiene para otros poder vivir! Lejanos planetas, estrellas, sol. Importante tierra, agua, hoja, sangre, noche. Mientras tanto, los hombres asfalto, concreto, chasis... ¡gravitando! Amarrados a unas formas, un recuerdo, un esperado porvenir. Huyéndole a una avispa, a un dragón, a todos los hombres. Paracaídas en el cerebro, chaleco antitodo, calzoncillos de alambre. Prototipo en la expresión, apariencia en su movimiento. Mirando por una diminuta ventana, con la puerta cerrada. Seguridad afianzada en un cerrojo, una parrilla de metal, unos guardados pesos, y el peso de aquel plan planes. ¡Solo eso! Sogas en las manos, pies, cuerpo... allí, puestas para no saltar ni quedar mal: “¡Detente!” Mil señales para un complicado mundo; mil en uso para odiar el cotidiano juego, la monótona estructura; miles soñando un mundo que no existe; miles “huyendo” de uno verdadero. Y los hombres hoja-plástico, tierra-chasis, sangre-concreto: mirando pa’ todos lados; apabullados por un... “si ó no”; peleando la dualidad; ahogados en la ambigüedad; agonizando en la indecisión; muriendo en la antagonía. A ver... A ver... Yo...













