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Abel Cardejal, pág. 52
from FIPGRA 2022. V Festival Internacional de Poesía Patria Grande Latinoamérica y el Caribe
by FIPGRA
Abel Cardejal
Abelardo Cárdenas Carbajal (Abel Cardejal) Lima - Perú, 11 de Octubre de 1984 Cuerdo Ediciones es su sello de autor y editor en la actualidad. Ha publicado tres poemarios, dos microrelatos, dos novelas breves y un libro de cuentos infantiles. Libros Publicados: Monólogo de algún cuerdo. (Poesía 2008) Para que me odies como te amo. (Poesía 2009) Ideas que esperan una pera. (Relatos breves 2011) Historial de un escritorio. (Novela breve 2013) CUENTEN (10 cuentos 2015). El beso del hambriento. (Novela breve 2017) Anónimo silente. (Relatos breves 2020) Sol de Enero en Abril (Relatos en verso 2021)
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NOCTAMBULO DE PIEL DESEO... Noche que se estrella con tus besos, en el cuello quejoso; la piel desliza sus manos tocadas, por el rigor del clima. Camas que deslizan, sus claros movimientos en petición y el noctámbulo, pide la piel del deseo domado sin blusa. Noche que destila paz, entre los mundos plegados al seno; donde ella no araña los miedos, si no el gusto del doblegado. Juegos que se toman en serio, por gusto pasional que se rigen al pecar y el techo se vuelve piso al costado del cielo, que rima tu sudor en invierno. Noctámbulo de piel, que deja la miel en otro goce de tu postura; si ella se deja de boca, el ritmo se goza en guitarra que toca. Deseo que la noche me deje tu día y tu piel versa tu sentido para degustar; mi piel siente que no despierta, entre tus cielos de madrugada.
CALLE ZAPATOS SIN VERSO La calle resuena su llanto sin lamento, por el sufrido callado; no hay miedo, hay hambre de sueños malgastados sin decir. Calle zapatos, sin vestir los pies de un vago mundo feliz. El clamor deja su verso, en claro favor del exiliado maltrecho. No tengo zapatos, ni pies, ni sombra que acompañe al miedo. El verso que deja un soplido del viento, me reprime en el zaguán minado. Duermo en un cartón donado, por algún destino que blasfema y ya no hay queja aparente, por la botella que se toma sin fe. Abandonado a mi suerte, estoy corrigiendo mi huida por fechado. Calle zapatos sin verso, me detalla el sucio mar del desierto. Mi ropa de miedo se vuelve vago, por mi flaco mundo despojado. Minado y calcado en la miseria, busco el pan sin miga del tiempo.
BRINDO SIN ELLA Ya no hay sorbo de tu sudor en el licor, hay ya no hay ausencia parecida a tu final. Brindo con tu salud de fijación oral, me pierdo en el bar de un trago sin bailar. La copa se llena con el pisco lluvioso que se moja; brindo sin ella y para ella, no hay salud de miel. Ella no resta los molinos de viento al susurrar y los dejos se vuelven ebrios de cantar sin hablar. Brindo sin ella, que no quepa un salud a su virtud y es su sombra sentada conmigo de mesera. Yo quedo ido, por el sorbo desolado de su inquietud y me pide el pago por delante de mis desmanes. La copa me muerde su lengua que besaba hirviendo, el pisco seduce un hipo del sobrio controlado. Sentado en la mesa del pecado sin paga y sin silueta, se sienta a mi lado una dama del sorbo por un trago. Me describe las emociones que dejaron de ser libres; pero el pecado santo, me costea un beso de soles en luna. Yo estoy en la luna del brindis sin ella, tengo tragos vacíos y la mesera va de musa en mis ojos, que versan Tristitia. Brindo sin ella, ella no lo sabe, sabe que hay licor sin su boca y en el perdón de los sueños finales, brindo con su beso lerdo. Mi copa se llena de vacío, ya toca pagar el pecado del injusto y yo brindo sin sentarme en la mesa, que desespera su vaso.
