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Adrián Valdés Montalván, pág. 32

Adrián Valdés Montalván

Nace en Ciudad de La Habana, Cuba, en 1972. Estudia Bellas Artes en la Academia San Alejandro de esa ciudad, graduandose en 1991. Sus dos grandes pasiones son la literatura y la plastica. Actualmente vive en Toronto, Canada.

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HOMO COVIDIENSE Un projimo se encuentra en tu camino. Tu boca y nariz se encuentran libres del infame barbijo aunque en modo profilactico lo tengas aun colocado por debajo de la linea del menton. Tu projimo en cambio no solo hace gala de un barbijo, tiene ademas unas gafas protectoras y por encima de todo este conjunto de atuendos lleva una lamina de plastico acorazado y transparente similar a la seccion antimotines de cualquier institucion represiva en nuestro bello mundo postcovidiano. Asi lo han nombrado esos mismisimos medios de desinformacion masiva que han trabajado tanto pero tanto por mantenernos en vilo dia tras dia y en estado de panico perpetuo. Ya nos dieron permiso de habitar esta flamante distopia. Disfrutemos! Si nos portamos bien todo habrá de volver a ser como antes. Bueno, no del todo. Tu projimo nunca se quitará el barbijo ni las gafas ni la lamina de plastico. Será enterrado con ellos cuando muera en la proxima pandemia.

DOS SOLEDADES Cada mañana los ultimos dos años, en mi camino al trabajo pude verle. Sobre Dufferin street, en ese cruce donde empezaban 35 minutos de marcha hasta mi puesto de eslabon en la cadena que produce plusvalia Eddy hace lo posible por aun sentirse util para un mundo al que muy dificilmente reconozca -dice- como aquel de su infancia cuando ella, su muy graciosa majestad Isabel la segunda (esa anciana del billete) era una joven moza ademas de una canción de los Beatles y Eddy un joven en un joven pais del commonwealth en que se reciclaba el imperio anglosajón y Eddy siempre dice Good moooorning, estira la o como se estira un chicle, cuando saluda peatones a cuyo auxilio acude mientras las luces cambian una vez y otra vez y Eddy siente gratitud de no tener que estar en casa porque sabe que la muerte comienza a rondarnos cuando estamos inactivos. Al principio no reparaba mucho en él, como no suelo reparar en casi nadie que me cruzo. Ya no veo sus caras cuando les miro hacer un gesto polite de beatitud pactada y decirle good morning al primer bicho que se cruzan y yo ser ese bicho. Asi es mi vida entre los anglosajones. Sin embargo ese dia, cuando estaba en el punto de apretar en el poste ese boton que indica la existencia de un peaton con animo de cruzar Eddy se acerca y me dice como aquel que dice a otro una secreta confidencia: “today is my birthday” sonriendo y yo no sé que le habré dicho, si recuerdo que pude verme en él con unos años mas de los que ya he acumulado y senti admiración por ese hombre que prefiere trabajar solo por no rendirse ante la muerte cuando podia muy bien dedicarse a vegetar y rascarse los huevos amparado por sus años y un cheque de la ayuda o en su caso, la pension y sentí la tristeza de ese hombre que en la casa ya no tendrá quien le diga “Happy birthday” y volví sobre mis pasos y le traje de regalo lo primero que encontré y que pensé podia gustarle y me vi en su soledad, en la soledad de alguien que teniendo tanto para dar no tiene a quien. Dos soledades y un cruce de caminos. Muy pronto mi rutina será otra. No podré ir caminando por razon de distancia hasta mi puesto de eslabon en la cadena que produce plusvalia. Espero sigas alli en ese cruce y que venzas la muerte por muchos años mas. Yo tampoco entiendo, Eddy, el mundo que estoy viviendo. En mi nuevo camino al trabajo voy a extrañarte, amigo.

TOXICO Tóxico. Soy un hombre tóxico. Lo tengo como orgullo en un mundo tan trivial como pendejo. Creo en la amistad y en el amor. Me importo con la gente. No fluyo. No soy ligero. No me percibo como otra cosa que lo que he sido. Un hombre, y vivo en un mundo digital de ceros y de unos, de me gusta y corazoncitos pero el mio sigue aun y seguirá latiendo en su modo analogico. Estoy hasta la madre de pleases y de thank you-s, de eufemismos, mentiras e ingenieria social. No quiero ver el futuro, ya he visto bastante. Seré feliz de no ver mas de eso que tengan asignado para mi las muy cabronas parcas. Moriré y todo el que me recuerde ha de morir poco despues. El tiempo es relativo y no hará gran diferencia. Los millenials heredarán la tierra.

TODAVIA Casi la mitad de un siglo en mis costillas y todavía soy capaz de pensar como un adolescente en una mujer a la que apenas conozco, de quien solo sé un nombre o dos y poco más, muy poco más que eso. Todavía soy tan pendejo de poder alegar que recuerdo haberla visto en un remoto paraje de mis sueños, que naufragué en sus labios hace miles de años, que la busco desde entonces sin alivio ni consuelo como si el mismo tribunal de mi inclemente razón fuese capaz de absolverme, como si fuera aceptable tanta nostalgia del cielo.

DECIMA PARA TI Siento la misma tristeza que descubro en tus ojitos, siento ese mismo apetito, esta inefable certeza de ese temblor que no cesa, de ese placer no extinguido. En su futuro perdido no me devano los sesos y te regalo mas besos pues todavía no me he ido.

ALERGICO Alergico. Alergico a tu ropa. No puedo soportarla. Me provoca escozor y todo tipo de ansiedades. No tolero tu vestido por muy lindo que te quede, ni los ajus-traidores, mucho menos tu precario blumercito. Todo. Quítate todo. Quiero que entres desnuda y de un tiron a mis ojos. Puedes vivir en ellos si tal cosa te place como te trajo tu madre a habitar en este mundo.

TALVECES Tal vez no logre ver las cataratas de Iguazú. Tal vez no pueda ir a las piramides de Egipto, ni a Teotihuacan. Tal vez no me sea dado viajar al Coliseo de Roma, ni tampoco a la gran muralla china y ni siquiera volver a aquella aldea de Galicia. Tal vez no alcance a hacer el Camino de Santiago, ni a montar otra vez aquel tranvia de Lisboa, tal vez no pueda sentarme junto a la boca del Tajo a delirar que aun estoy viendo pasar los barcos en ese inmenso muro salitreamente lejano de la Habana. Ha de dolerme, sin duda. Son tantos los talveces opuestos a los quisiera que a veces temo la muerte gane el pulso y es que hay que amar la vida mas alla de si misma, hay que vivirla, hay que intentarlo mientras se pueda, hay que beberla como el más caro de los vinos, como si el fin no existiera, como si el fin no importara.

SONETO PARA DON NAIDES Juan Don Naides, buen poeta campechano: para vos con placer ensillo el verso de un soneto cebado, digno esfuerzo conque premiar tu voz, tu verso hermano. Payador de tu tierra, de su gente en el sur de los sures, donde el gallo al gaucho despabila en su caballo, sin olvidarse el mate bien caliente. En la vasta llanura inabarcable sorbe el hombre su verso en el estribo. Viaja el río uruguayo y llega lejos, para besar al mar, su amor mas viejo. Eso y mas, dice tu voz memorable y esto dice el soneto que te escribo.

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