Guillermo Barreda. El pintor filósofo.

A menos de un año del centenario de su nacimiento, esta exposición nos permite reconocer la importancia de su obra.

La exposición didáctica del mes de septiembre del Museo de Arte Contempo­ ráneo Arequipa (MACA), auspiciada como todas las anteriores por Cerro Ver­ de, está dedicada al pintor arequipeño Guillermo Barreda Delgado, con una muestra retrospectiva que da una perspectiva del carácter precursor de las visiones contemporáneas que plasmó en sus cua­ dros, así como la corres­ pondencia con su teoría filosófica que él llamó Estarismo. A menos de un año de cumplirse el cen­ tenario de su nacimiento, esta exposición nos per­ mite reconocer en su obra la importancia que tiene para nuestra historia.

Guillermo Barreda, autorretrato, óleo, 1979.

Guillermo Barreda,

a historia de la pintura arequipeña, tiene en Guillermo Barreda Delgado a una de las figuras más saltantes de su proce­ so, como el pintor que teórica y prácticamente señala el inicio del cambio de lo tradicional a lo con­ temporáneo, de lo establecido a lo experimental, replanteado y nove­ doso. Bajo la luz del arte actual se le puede considerar un precursor, promotor y motivador de nueva visión sostenida por una ejecución coherente y múltiple.

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La luz, homenaje a Einstein, 1971

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Es uno de los pocos pintores que transitó por todas las escuelas del llamado Arte Moderno, desde el impresionismo hasta el arte abstracto.

Al lado. Los cuatro yoes: Soma, Pensa­ miento, Alma y Espíritu, 1984, Óleo so­ bre lienzo, 58, x 78 cm. Abajo, izquierda.

Apropiación, 1977, óleo sobre lienzo, 46 x 62 cm. Abajo, derecha, Interexteriores, 1956, óleo sobre lienzo, 40 x 54 cm

Nació en 1918, cuando Arequipa se expandía urbana, industrial y comercialmente, en un barrio en que era el límite entre la ciudad y su futuro, pues allí, en Miraflores, como en otros lugares aledaños al hoy Centro Histórico, surgía la clase media o pequeña burguesía que se distinguía de la clase obrera que produjo la industralización y el sector manufacturero. Allí, tam­ bién y curiosamente, vivió la ma­ yoría de pintores que crearon un arte local, que ampliaría Guillermo Barreda.

Polemista y polémico, sostenía sus ideas filosóficas en conversa­ ciones, conferencias, congresos y su obra pictórica, actividades no comunes en la mayoría de sus co­

legas pintores de caballete y aire libre, de los que, además, se dife­ renciaba por la aplicación y expe­ rimentación con nuevas técnicas y materiales -n o siempre considera­ dos "nobles"-, pero sí novedosos y adecuados para lo que quería expresar, especialmente cuando cultiva los "ismos" expresionista y abstracto.

Es uno de los pocos pintores que transitó por todas las escuelas del llamado Arte Moderno, que se inició con el impresionismo y cul­ minó con el arte abstracto, para dar luego paso a las primeras van­ guardias, de las que él más tomó los principios de los manifiestos literarios que de las propuestas pictóricas, pues él tenía su propio

concepto filosófico del Arte al que llamó Estarismo y sostuvo hasta que falleció el 2002.

Fue uno de los pocos artistas -en­ tre los que se encontraban José Zevallos León y Percy Murillo Garaycochea- que alrededor del 50 del siglo pasado se acercó al subrea­ lismo; pero su pintura, basada en su concepción estarista, fue la que predominó en sus cuadros de vi­ vos colores y formas novedosas, aparte del expresionismo en que apoyaba sus interpretaciones ale­ góricas y simbólicas, sin perder las referencias locales, ni dejar de tener una concepción integradora del arte que se basaba en el re­ conocimiento de nuestro pasado cultural prehispánico. Cuando ex-

Su concepción estarista predominó en sus coloridos cuadros y nuevas formas, aparte del expresionismo en que apoyaba sus alegorías

Al lado, La procesión del Señor de los Mi­ lagros en Lima, 1980, óleo sobre lienzo, 62 x 84 cm. Abajo, Izquierda, Esperando en el camal de Yanahuara, 1974, 80x 62 cm. Abajo, derecha, Caminando en Yumina, 1962, óleo sobre madera, 35 x 50 cm

puso en 1980 en el Museo de Arte de Lima, su paisano y colega Percy Murillo escribió en la presentación del catálogo: "Su obra, vasta y bien meditada, justifica sus 61 años de trayectoria vital. Ha caminado sin apuro como autodidacta por los predios artís­ ticos meditando y abrevando con inquietud el espíritu, contenido y matiz que las formas tienen en sus complejidades plásticas.

"El paisaje, la escena existencial, lo motivaron siempre en sus pruebas de laboratorio cromático. Ingresa desnudo de prejuicios pero con asombro al realismo formal en sus primeros cuadros. Continua

con segura intuición óptica en su etapa impresionista ganado por la luminosidad agresiva de las trans­ parencias del paisaje en Arequipa, continúa luego replanteándose el problema ahora en inquietudes de acento de tono expresivo o Expre­ sionista.

"Barreda, por lo que sé de él, es tal vez, el único pintor arequipeño que se escapa del cautiverio lumínico de su atmósfera, para ingresar con valentía segura al tra­ tamiento del problema pictórico desde el ángulo de un expresio­ nismo singular. Su obra abre cami­ nos o posibilidades, se trata de un enfoque intuitivo y germinal que estoy seguro posibilitará el avance

de nuevas Inquietudes.

"Interesa la obra de este cantor de formas y colores, en ella está la sín­ tesis de lo que él denomina reflexi­ vamente "ESTARISMO". Además, como adición siempre existencial, Barreda ha escrito, polemizado, esclarecido en paneles de arte sus puntos de vista que ameritan su trayectoria y justifican plenamen­ te su vida." Como ahora se justifica -y es de justicia- el presentar en el MACA, con el auspicio de Cerro Verde, su original obra, que el fi­ lósofo Manuel Zevallos Vera llamó "una concepción avasalladora del Arte". O

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