Cartas edificantes de los misioneros de la Compania de Jesus en Filipinas : 1898-1902

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CARTAS EDIFICANTES

CON LAS LlCENCIAS NECESARIAS

(Es propiedad)

t A LA BUENA MEMORIA DE LA EXCMA. SENORA DO NA DOLORES SERRA DE CHO PITEA VI UDA DE PONS INS IGNE FU NDADORA DEL CO LEGIO DE MISIONEROS DE ULTRAMAR JUNTO A LA SANTA CUEVA DE MA N RE SA Y PRESIDENTA PERPETUA QUE FUE DE LA ASOCIACION DE SENORAS AUX ILIADORAS DE LAS lVlISIONES ESTABLECIDA EN BARCELO NA BAJO LA PROTE CC IO N DE SA N FRA NC IS CO JAVIER ENTREGO SU ALMA A DIOS EN ESTA CIUDAD A LOS XXVI DE lVIAR ZO DE MCMIII R. 1. P. A.

EN RECONOCIMIENTO DE SU CELO Y DE LA PROTECCION QUE DISPENSO A LAS lVlTSIONES DE FILIPI NAS SE LE DEDICA ESTE H UM ILDE YPIADOSO RECUERD O

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Cartas Edificantes /' de los

Misioneros de la Companfa de Jesus EN

FILIPINAS

1. Abandono forzoso de las Misiones de Mindanao

II. Instancias de los pueblos por su restablecimiento III. Vuelta de los PP. Misioneros IV. Noticias de Manila

BARC ELONA .-1 903 IMPRE NTA D E HENRI CH y COMPANiA EN CO MANDITA CALLE D B CORCEGA

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AL LECTOR •

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guerra hispano- americana y la revoluci6n filipina sorprendieron a las Misiones de los Re ligiosos de la Compania de "JesLls en Mindanaz, en- un estado de desarroll-o cada vez mas vigoroso y floreciente.

Los pueblos antiguos, cultivados con solicitud y carino maternal por los PP. Misioneros, gozaban de la bien andanza y prosperidad que proporcion<J. a las sociedades verdaderamente cristianas el reinado de Nues tro Senor JesucI:isto; y la evangelizaci6n de nuevas tribus y naciones, abriendose paso por entre las selvas , llevaba a los desgraciados que yacian en la som bra de la muerte, los refulgentes esplendores de Aquel que es Luz verdadera , Camino segura, Verdad indefectible y sempiterna Vida de los hom bres.

Con singular gozo y consuela de la Iglesia, y no menor prosperidad y aumento de la Monarquia espanola, en solos siete ai1os , a con tar desde 1890, habian recibido el inestimable don de la fe cristiana,y con el los preciosisim os bienes que reporta la civilizaci6n bien entendida, treinta mil infieles, conquistacf'os por las arrnas del amor y sacrificio, y reducidos a vivir como hijos de Dios en ochenta y siete pueblos fundados durante los mismos siete aii.os .

A

IV

i Gloriosa y fecunda conquista d e la Re ligi6n y de la

Patria!

La revoluci 6n filipina, invadiendo cua l rio desbordado la segunda, en extensi6n, entre las islas del vasto Archipielago, en un momen ta pareci6 arrancar de cuajo tan herm osas plan taciones evange licas. Mas plugo al divino Sembrador , ante qu ien enmudecen los vien tos y los rnares, evitar en gran parte los dafios que, nat uralmente, debia causar el impetll y furor de la corriente em br.flvecida.

Porque, si bien es verdad que sufrieron , y no poco , las riberas y montes cu ltivados desde fecha recien te ; mas tambien es muy cierto que los campos y vifiedos, ya de antiguo plantados, no ma lograron los afanes y sud ores de los siervos del Padre de familias , que, con tanta fidelidad y por ta n largo espac io de tiempo, se habian consagrado a su cu ltivo.

Si, ciertamente ; las mision es vivas , 0 sea entre infieles y neofitos, se deshicieron, si no totalmente , en gran parte en determinadas regiones; porque a los nu evos cristianos, y a los no con vertidos todavia, les falto a 10 mejor la presencia , el consejo y ejemp lo de los PP. Misioneros, ahuyentados y encarcelados por los em isar ios de la revoluci6n.

Pero los pueblos antiguos, co mo m as in struidos y s6 lidamente ejercitados en la practi ca de la r eligion y virtudes cristianas, aunque de momenta sinti eron , unos mas, otros menos , la acci6n diso lvente que , co mo ge rm en destructor , llevan consigo la ambici6n desmed ida 'y el desorden sacrilego y social ; pronto, empero , vueltos en Sl, se reco braron , m ezclaron sus lagrimas con las q ue los M ision eros derram aban al partirse, y, llamados estos otra vez, al ve rlos de nuevo en sus ti en-as, procuraron con muestras de amor y respeto, y con pCl blicos regocijos y obseq uios, hac'e rles olvidar las penalidades y privaciones, y las injusticias y atropellos con tanto sufrimiento soportados.

Tal fue la conducta de los cristia nos ya de antiguo catequizados en M in danao.

v

Mas, por 10 q ue a las misiories vivas se refiere, no es d e extrafia r que, cuanto )Il3:S tenian d e r ecie ntes las nuevas red ucciones, tanto mayo r fuese el es trago; y qu e, cuanto mas vivos eran los recuerdos de la vida salvaje, tan to mas se ap r esurasen algunos a remo ntarse, falsamente persuadidos de . que la predicacion cristiana, a 10 menos para los indi os, habia concluido .

Con todo,- y es muy grato reconocerlo y confesarlo,n o se crea que los nuevos cristianos hayan perdido la vene racion y amor que profesaban a los qu e, a costa de incesantes fatigas ya traves de mil obstaculos, lograron r educirlos a vida cristiana y politica; antes, al con tra rio, en todas partes la apa ricion del Misionero, vuelto ya a su.s tan qu eridas y suspiradas Misiones, h a sido celebrada con j (1 b il o y contem plada con ternura, a la manera que el cautivo celebra la ll egada d e su libertador , y el hijo fiel, en ternecido, se goza al con temp lar a su pad re.

Ta les son los excelentes fru tos de r eligion y pied ad, de constancia en la fe y en el amor al M isionero, r ecogidos por los in cansab les y h umi ldes obreros del Evangelio y d e la civilizaci6n en las f<'~ rtil es campifias de Mindanao.

Darlos a conocer en estas Ca rtas, escritas al correr de la pluma y sin pretensiones algunas, es el fin que nos m ueve a publi carlas, seguros de que han de r esultar verdadera mente edifican tes . â&#x20AC;˘

A. M . D. G.

ESTADO DE LA MISION EN 18 99

ISLA DE MINDANAO Regi6n meridional (Di6cesis de Ja ro )

RESIDENCIA DE ZAMBOA NGA ZAMBOANGA

P. Victoriano Bit,ian, Superior y Misionero (I).

P. Gines Ribas , Mision ero.

P. Juan Quintana, Misionero.

H. D ani el Torrent, .Coadjutor.

H. Luciano L amarca , Coadju tor.

TETUAN

P. Isidoro de la Torre, Misionero .

H. Juan F errer6ns, Coadjutor.

LAS MERCEDES

P. Juan Garriga, Misionero .

H. Jaim e Camps, Coadjutor.

BULONG

P. Jaime Estrada, Misionero.

H . Ramon Esbri, Coadjutor.

(I)

t

en diciembre de I g02 .

,

â&#x20AC;˘

V III

L A ISABELA P. Pablo Caballeria, Misionero .

H. Mi g uel Pujol, Coadjutor.

AYALA P. Mig uel Carreras, Mi siQnero.

H. Luis Montalla , Coadj utor .

RES lD ENCIA DE J OLO J OL6 P. Gaspar Colo mer, Misionero (I).

H . Jose Canalda, Coadju tor.

R E SIDE NCIA DE T AMONT ACA TAMONTACA P . Salvador Villas, Superior y Misio nero.

P. Guill ermo Benn asar, Misionero (2) .

P. Pablo Majoral, Mision ero.

H . J uan B. P erez, .Coadjutor.

I-I. Jose Serrano , Coadj.utor.

H . P edro Llull , Coadj utor.

H . Sebastian Puigp elat, Coadj utor.

H . Sebastian Sanroma, Coadjutor.

COTABATO

â&#x20AC;˘

P . Mariano Suarez, Misionero.

P . F elipe Ram o, Mision ero.

H . Francisco F ig uerola, Coadj utor.

POLLOC P . Baltasar F errer, Misio nero.

H. Damian Jau me, Coadjutor. ( I) (2)

tel ,6 de ju nio de , go o, en Manil a. ten el mar, du ra nt e la trave s ia de Man ila

,

a Es pana, en

' 90 2 .

IX

RESIDENCIA DE DA V AO DAVAO

P. Saturnino Urios, Superior y Misionero.

P. Tomas Barber, Misionero .

P. Vicente Balaguer, Mision ero .

H. Migue.l F errerons, Coadjutor.

PE5iA 路PLATA

P. Lorenzo Peiro, Misionero.

H. Pedro Villareal, Coadjuto r.

MALALAG

P. Antonio Benaiges, Misionero.

H. Antonio L1angort:Coadjutor.

RESIDENCIA DE MATI MATI

P. Gregorio Parache, Superior y Mision ero.

P. Manuel Rosello, Misionero.

H . Antonio Gairolas, Coadjutor.

SIGABOY

P. Salvador Giralt, Misionero.

H . Ramon Morros, Coadjutor.

~egion

septentrional (Di6cesis de Cebu)

PROSIGUE LA RESIDENCIA DE MATI CARAGA

P. Manuel Valles, Misionero.

H. Cristobal Morros, Coadjutor.

x BAGANGA

P. Mateo Gisbert, Misionero.

H. MagIn Angles, Coadjutor.

MANAY

P. Eusebio Barrado, Misionero (r) .

H. Jose Corrons, Coadjutor.

RESIDENCIA DE SURIGAO SURIGAO

P. Alberto Masoliver, Superior y Misionero.

P. Ignacio V ila, Misionero.

P. Juan Case lias; Misionero.

H. Luis Ferrerons, Coadjutor.

H. Pas'c ual Lasala, Coadjutor.

TANDAG

P. Francisco Sanchez, Misionero.

P. Fran cisco Ceballos, Misionero.

H. Sebastian Minguijon, Coadjutor.

LIANG A

P. Ju an Liopart, Misionero.

H. Bernardo Beamonte, Coadjutor.

BISLlG

P. Salvador Buguij<\, Misionero.

P . Matias Roure, Misionero .

H. Anselmo Perez, CoadJutor.

RESIDENCIA DE BUTU AN BUYUAN

P. Francisco Nebot , Superior y Misionero.

â&#x20AC;˘

(I)

tel 31 de mayo de I goO, en:Maniia .

X[

P. Ramon Ricart, Misio nero.

H. Magin Bertran , Coadj utor.

E SPERANZA

P. Francisco F oradada, Misionero .

H. Juan .Costa, Coadjutor.

P ROSPERlDAD

P. Jose Espana, Misionero.

H . Jose Rovira, Coadjutor .

TALACOGON

P. Miguel Alaix, Misionero .

H. Antonio Auger, Coadjutor.

VERUELA

P . Fernando Diego, Misionero.

H. Pedro Simon, Coadjutor.

JATIVA

P . Bernardino L1obera, Misionero .

I-I. Francisco Momp o, Coadjutor.

MAYNIT

P. Guillermo L1obera, Misionero .

H . Miguel Sureda, Coadj utor (I).

RESIDENCIA DE TAGO LOAN TAGOLOAN

P. Raimundo Peruga, Superior y Misionero.

P . Santiago Puntas, Mision ero .

P . Ramon Bret xa, Misionero.

H. Clemente Beamonte, Coadjutor.

(I)

tel 28 de se ptiembre de Ig02 , en Man ila .

Xli

J ASAAN

P. Juan B. H eras , Misio nero.

H. Pablo Gu ila, Coadj utor .

B ALlNG ASAG

P. Francisco Chorro, Misionen;>.

P. Martin Guitart, Misionero .

H. Joaquin Tricas, Coadjutor.

T A LlSAYAN

P. Nicolas Falomir, Misionero .

H. Juan Angles, Coadjutor.

GING 6 0G

P. Ramon P ami es , Misionero.

P. Miguel Guardiet, Mision ero.

H. Jose Vilanova, Coadjutor (I ).

S UM1LAO

P. R a mon V.ila, Misionero.

H . Juan Moll, Coadjutor.

SEVILLA

P. Juan Martin, Misionero.

H . Miguel Llull, Coadj utor.

RESID ENCIA DE DAPlTAN D A PITAN

P. Juan Galmes, Su perior y Misionero .

P. Rafael Vilarrubias, Misionero.

H. Antonio Gros, Coadjutor.

D IP6LOG

P. Esteban Yepes , Misionero.

H. Ignacio Vila, Coadjutor.

(I)

tel 2 de febrero de 1899, en Sumilao (Mindanao).

XIII

P. Antonio Obach, Misionero .

P. E steban Miralles, Misionero .

H. Dionisio Azcue, Coadjutor. 芦Los Mi sio neros de la Com pa iiia de Jesus cuenlan en Manila con una Casa-misi6n ce ntra l, el Ateneo Municipal, la Escue la No rmal y un Observatorio meteo ro l6gico, yad 路 ministran 37 misiones con 265 visitas 路6 reduccion es en Mindanao, Basilan y JoI6 " . ( 拢1 Archipietago Filipino. - Colecci 6 n de datos - geograficos, estadfsticos, cronol6gicos y cien tificos, rclativ os al m ismO" ' J - por algun os PaATENIlO DE .MANILA

dres - de la Misi 6 n de la Com paiiia de Jesus - e n eslas isla s. - \Nashington: imprenta'del Gobie rn o .

Igoo. Torno I. , pag. 262.)

I

ABANDONO FORZOSO DE LAS MISIONES DE MINDANAO

CARTA DEL P. MANUEL RO SELL O AL

R.

P. PROVI NC I AL (,)

Primeros . chispazos de la revoluci6n filipina en el distrilO de Mati . - EI P. Barrado 'y su Misi6n de Manay . - Partida del P. Rosel16 a Sigaboy.La Providencia diyina velando por el Misionero. - Pelig ro en que se encuentra e l I-l. "illarea!. - Orden de abandonar las ~lisiones. - Desd e Sigaboya Mati. - A bordo del Labt"wJI. - La tempestad en el puerto De Baganga It Davao.

Pax Ch risti.

Veruela (Vera de Moncayo), 31 de octubre de 1898.

Mi r everendo y muy amado en Cristo P . Provincial: Cumpliendo gustosamente el encargo de V . R., voy a contarle algo de 10 much o desabrido que nos toco sufrir a los Padres y H ermanos de la Residencia de Mati, con ocasion del levan tamiento revo lucionario que tuvo lu gar en aqu el distrito, el primero de los pertnrbados por la re路 volucion en Mindanao.

H asta abril de 1898, todos vivfamos tranquilos, ocupados en nuestros rninisterios y gozan d o de paz octaviana, mientras en otras regiones del Archipielago a ndaba todo a rio revu elto. Mas a contar desde esta fecha, la cosa cambio de aspecto. D esde luego 'n os vimos privados de la visita mensual de los vapores correos, y consiguientemente , de los artfculos de prim era necesidad para la vida, de gue 'aq uellos nos provefan.

Y co mo no podfamos sospechar 10 que realmente, pOl' desgracia, sucedio, crefmos durante el mes de mayo, que la carencia de vapor cor reo seria efecto de alguna ave rfa 0 contratiempo; y asi, aun en el (I)

R. P. Luis Adroer.

2

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mes de junio, segu imos esp!=rando confiados que vendria. Pero entre tanto los alimentos se iban consumi endo y faltando, y se encarecian los po cos que en las tiendas quedaban.

D esde mayo inclusive hasta septiembre, solo ' visito las aguas de Mati un vaporcito mercante , el cual, procedente de Jol o, fue portadol' de malas nuevas. POI' ell as quedamos mas 0 menos enterados d e las desdichas de la patria en Amet'ica y Filipin as . No obstante, Min danao se mantenia a la sazon con tranquil idad relativa, estando todavia presentes las Autoridades espanolas en las Cabeceras de los dis tritos y Comandancias politico-militares ; y pOI' 10 mismo, celebramos en Mati Ja fi esta patronal durante el mismo mes d e septiembre. Pero la paz y alegria de la fiesta mayor fu e, en realidad, muy effm era .

Porqu e el dia 20, nos la quito la llegada del vaporcito Surigao q ue , eso de las di ez de la manana de dicho dia, penetro porIa band a d e Caraga, 0 sea pOI' donde nunca soJian entrar los vapores correos . En efecto; pOI' los que venian en este vaporcito , que eran el conocido comerciante D . L eon Balante y su yerno D. Domingo Garcia, espanol y ex-teniente del tercio de la guardia civil (I ), supimos que habian venido de Ca'raga, a toda maquina, para dar parte al Comandante de Mati de que t odos los destacam entos d el di strito se habian insu rreccionado; que los jefes de la insurreccion eran D. Prildencio Garcia y un tal D. Manuel Sanchez , espanol deportado y que, finalmente, los tercios, con sus j efes y muchos paisanos d e la Mision de Catel y de Baganga, abrigaban el prop osito d e venir a atacar a Mati y apoderarse de la Comandancia.

Este, pues, fue el primer levantamiento que hubo en todo Mi ndanao , y nosotros en Mati los primeros que sentimos las natural es consecuencl as Como la noticia fue tan alarmante, a las po cas horas ya salia del c uartel con direccion a Caraga D. Manue l Garcia Neila, oficial espanol, al fr ente de unos cuantos individuos d el telci o . EI objeto d e su viaje era preparar una emboscada a los insurrectos que, en caso de ve nir, no podian pasar sino por un punto mu y estrecho; y ali i el Sr . Neil a se para peto con los suy os. Entre tan to el Comandante , falto de salud, y con escasa g ente y pocos p ertrechos, iba fortifi 路 cando el pueblo .

a

(I) Los tercios ciyiies eran 芦una milicia en la eual ingresaban par sor teo los indigenas a las ordenes de jeres espaiioies, con una organizacion militar acomodada a las clases y al pais .!t tEL Arch ipie/agD Filipi11O, tomo I, pag. 369.)

-19Asi fu eron pasando algunos dfas. En uno de ellos vino de su Mi-' sian de Manay el P . Eusebio Barraao. La ocasion de su venida fue por haberse quedado casi solo en su Mision, pues enterados los de Manay, cristianos nu evos, en su mayor parte monteses, de cuanto ocurrfa, y que los insurrectos ya estaban en Caraga, que solo dista cuatro horas, llenos de miedo, se retiraron a sus sementeras_ Yo, pOl' mi p arte, considerando que aun no estaba bien repuesto de una larga en fermedad , que la casita provisional que habitabamos era incapaz para tres Padres y dos H ermanos, y que el sitio que ocupabamos era el mas insegum para un caso de sorpresa, por estar tan cerca 'de la Casa real y del cuartel; co n objeto de que los Nuestros pudiesen obrar mas libremente , si las cosas se ponian peor, pense trasladarm e a la Mision de Sigaboy, como sitio, por e ntonces, mas alejado de peli gros. Propuesta mi idea, fu e apmbada por todos; y as!, el dia 29 de septi embre, en compania del H . Villareal, dirigi la pro a de nuestra embarcacion hacia el pu erto d e Balete , situado al O. de la ensenada . .

Por este tiempo el P. Barrado visi taba con frecuencia su dispersa Mision de Manay; y como el torbellino revolucionario no llevaba tra zas de sosegarse, vino tambi en a refu giarse a路.Sigaboy, huyendo de la tempestad. Por la misma causa estuve yo como detenido en este sitio unos cinco meses. ~ Pem no pued o dejar de referir a V . R. un episo dio de mi viaj e, en el qu e resplandece la infinita bondad y providencia de Dios Nu estro Sellor, y no menos el a mor de los indios para con el Misionero. . Fue el caso que en mi huida de Mati a Sigaboy, pOl' especiales circunstancias, hube de atravesar solo un espeso bosque, por donde nunca hab ra pasado, siguiendo una estrecha y tortuosa senda trazada por las plantas de los indios y por alguno que otl'O carabao (I) a ca( I ) ~ Este ga nado (el caraballar) se halla constituido par el carabao 6 bu.falo (Bu ba lus Buffaltls L.) , familia B6vidos. y es e l cuadrupedo mas notable que los e sparioles haUaron en Fili pi na s. Pecos animal es habra tan feos , pero pacos tam bien mas ..'!tiles para la s faenas agricoJas, especialmente ,en Filipinas, donde es irreemplazable. Ti ene el color negro 6 pardo oscuro, el pelambre muy raida, las asta s grandes, arqueadas, com planadas y rugosas, y la cabeza pequefia CGln relacion a su abultado cuerpo. Tiene mucha fuerza para arrastra r cargas enormes, pero su marcha es kOla y torpes su s movimientos. Por su grande resistencia a los ardore s de l c lim a y suma facilidad para vadear caudalosos rios, trabajar terrenos fangosos, en los cual es se cOllv ierten , durante 1a estaci6n l!uviosa, todas las comarcas del Archi pielago, se hace tam bien ind ispensable e l carabao, pues s in el seria ha s ta imposibJ e el transito por muchas de sus regiones.禄 ( EI Arcjzipielago Filipino, T. I, pag. 280.)

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ballo qu e de vez en cuando la recorre. Mas a cosa d e media hora de camino, note que la senda se perdia en un barranco qu e se d esliza al pi e de un alto monte. En estas apreturas, descubri varios caminos entre la arboleda; pero por la ele\'aci6n del monte sobredicho, em路 pece a desconfiar de q ue ninguno de ellos uniese el embarcader-o d e Balete con la rancheria de Cuabo, adonde yo me dirigfa. No obstante, segui subiendo hasta la cima del monte, y alli vi qu e todas aquellas sendas concurrian a una sola, por 10 que me d etermine de bajar al llano por la otra banda del monte, siempre serpenteando por entre la espesura . Mas , por desgracia mia, despues de andar y mas andar, pOl' espacio, poco mas 6 menos, de tres horas,-y serian ya las seis de la tarde, - observo que mi sendase confunde con un nu evo b arranco, si 路 guiendo el cua l lI ego, a boca de noche, a una densa espesu ra de enredaderas y malezas espinosas. Y heme ya dando vue.1tas y mas vueltas, sin acertar jamas con camino trillado y seguro; hasta que , al fin, fatigado y a obscuras, me fue forzoso detenerme. AlIi, rendido por el cansancio y angus ti a, y sintiendo los ardores de la sed que me abrasaba, me sente al pie de un arb ol, extend! mi paraguas y, encomendandome a l Se ll or, a la Virgen, a S . J ose y al arcangel S Mi gu el, cuya fiesta se celebraba aquel dia, me puse en brazos de la divina Provi dencia. No fue vana mi esperanza: porque ella, que velaba por mi, dispuso que un indio d el convoy, in esperadam ente, acompafiado de otro indio, me hallase entre las som bras obscurisimas de media noche, a los palidos reAejos de un tizan encendido que ll evaba en la mano.

AI verme se puso junto a mis pies y empez6 a llamarme con voz lastimera路: < i Padre! . . . I Padre I. .. 禄 Yo, tendido como estaba, con la cab eza debajo del parag uas , no habia advertido su presencia, por 10 que el oir sus voces y ver aquelJas dos figuras tenia no se que de encantamiento . PregunteJes, luego de haberlos reconocido, c6mo y quien los habia trafdo alii a tales horas; y uno de ellos me di o razon de todo, diciendome que al lI egar la comi tiva a Cuabo, habfan pre guntado pOl' mi, y respondiendoles la g ente que no m e habian visto, se d eterm ina de buscarme, guiado pOl' las hll ellas d e mis zapatos, que habfan quedado impresas en la arena del barranco y las recordaba el indio, que las habia notado.

Df gracias a Dios N uestro Sellor por la merced que acababil de dispensarme, y mostreme tambien muy reconocido al bu en indio.

En Sigaboy no nos faltaron sobresaltos, por temer que ci ertos

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moros matones, que andaban pOl' alii, no cometiesen con nosotros alguna fechoria, pues .los tales ya habian asesinado y esclavizado a algu nos cristianos.

Pero, con todo, 10 que mas nos hacia estar intranquilos, era el mal cariz que tomaba la revolucion por Ia parte de Mati, y que de dia en dia nos iba frustrando las esperanzas que abrigabamos de me· jores tiempos.

EI H. Villareal estuv0 en peligro en la Mision de Manay, y gracias . que pudo esconderse en un cogonal pOl' espacio de tres 0 cuatro dias. La causa del peligro que conio el H ermano, fue pOI' ha· bel' sospechado los sublevados qu e el habia descubierto la pretension que tepian de apoderarse de las armas .

EI P . Uri os nos ofrecio hospitalidad en el espacioso convento de . D<ivao a todos los Padres y H ermanos de la Residencia de Mati, pues pOl' entoilces era aqu el sitio mlly seguro, estando al frente del gobi erno las Autoridades espafiolas; mas al retirarse estas, hubo tambien alii sus asesinatos y otros des manes, qu e fu e cosa de milagro co~o los Nuestros ~e salvaron.

POI' fin, ll ego la orden terminante de nuestro R. P. Superior de Man ila para que abandonasemos pOI' entonces el campo de nuestras tareas apostol icas, ya que no podiamos ser de provecho ni a los fieles ni a los infieles, 'POl' falta de libertad de accion y estar en continuo peligro nuestras vida;;.

Recibida esta orden en Sigaboy, donde a la sazon nos hallabamos los PP. Salvador Gira!t, Eusebio Barrado y el que subscribe, con el H. Ramon Morros, procuramos ponerla en ejecucion 10 mas pronto posible. Al efccto, encajonados los objetos de la iglesia y convento, y entregados condicionalmente, como en deposito, a una junta de principales, se levanto lao co;respondiente acta, que firmaron los Padres e individuos de la junta, y lIego la hom de partir. i Hora verda· deram ente triste, asi para los qu e nos ibamos, como para los pobres infelices que se qu edaban! A nosotros nos embargaba la afliccion, y ellos no podian contener las lagrimas.

Luego nos embarcamos y nos dirigimos a Cuabo, adonde ll ega· mos el dia sigu iente. Aqui se forma una caravana bastante numerosa, y llevando cad a uno sobre sus espaldas la parte del cargamento que Ie correspondia, emprendimos la march a hacia Puerto Balete, a tra · yes de un dilatado cogonal, ti'epando con gran fatiga 'el enriscado monte, y recorriendo la enrevesada senda pOl' espacio de cuatro

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horas (I). POl' Ja tarde nos hall<ibamos ya en el embarcadero de Ba路 lete , y el dia 1." de marzo de 1899 llegabamos a nu estro conventito de Mati. Mas i cual no fue nuestra sorp resa, Reveren do Padre, al vernos reunidos allf hast a once de los N uestros , en un a casita que para tres era estrecha, y el saber que el motivo de su venida era Ja p crsecuci6n que en el N orte moylan contra Jos N uestros los dos h ermanos Gonzalez I En lin , como sardinas en banasta, per manecimos tres dias en Mati, yal cuarto , g racias a un chino que n os exig i6 la friol era de cincuenta pesos por cad a uno, pudimos embarcamos con direcci6n a Sandakan (Borneo). en vez de ir directamente a Za mboanga, qu e era nuestro destino. P ero no hubo mas rem edio, y nos vimos precisados a suj etarnos a todas las exigen cias del chino.

H ay que notal' que , antes de partirnos, se entregaron .en d ep6sito todos Jos in mu ebl es a una junta de principales , a la manera que se hizo en Si gaboy .

La tiema esc ena que se desarro1l6 en la playa, cuajad a de gente, al salir el 5 de marzo poria manana, no es para descrita . Y a a bordo del Lab/Ian, dimos el ultimo adios! , y partimos,- dejando la masa de gente deshecha en llanto.

Al anochecer del mismo dia, despues de un viaj e bastante pesado porIa agitaci6n del mar, fondeamos en Manay, dond e pasamos la noche ; y al sigui en t e dfa, tam bien al anochecer, desp ues de bien zarandeados y mareados pOl' efecto de la mar brava que hallamos en el camino, llegamos a Baganga. S i m alo habia sido el viaj e , R everendo Padre, p eor era 10 que nos aguardaba durante Ja noche , en que sobrevino una t errible tempestad y estuvimos en inminente peligro de p erecer.

Por desgracia, los inexpertos pilotos escogieron malfsimo fondeadero en la bocana d el rio , y la crecida corriente d el mismo acab6 de aum entar el oleaje, y el buque qued6 a merced de las desenfrenadas olas. Nosotros, entre tanto, rodabamos por la cubi erta de aca para alla, cogi endonos 'd e 10 primero que a mano nos venia . Y como el toldo d e lona, que era 10 unico que nos daba abrigo , no podia contener la gran cantidad de agua de la .Iluvia, esta a chorros caia sobre 路 nosotros, dejandonos total mente empapad os.

Dur6 esta tormenta por espacio de dos a tres horas, en plena (1)

Contaba

a la saz6 n el

Padre 64a iios de edad .

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noche tenebrosa, solo iluminada por la luz de un faro lito pendiente elel toldo q ue, afortunadamente , a pesar del vaiv'en, permanecio firme, y por el eleslu mbra nte fu lgor de los re lampagos.

EI resto de la noch e se paso con tra11q uilielad reJativa, no sin lIuvia bastante para mantener bi en moj aelos nu estros vestidos. Pero, gracias aDios, amanecio el elia y, a excep cion de alguna que otra ligera cont usion y rasgufio, nos haHamos sa nDs y salvos .

Desp ues de haberse embarcaelo Jos -Nuestros que se haJlaban en Baganga ( r), el 8 ele marzo partimos todos, regresando por la costa , hacia eJ fondl'adero de Manay. i\q ui se nos unieron el P. Salvador Buguna y el H. Jose Corrons, y puesto el vapor otra vez en marcha , sin hacer escala en parte alguna, recorrimos toda la costa hasta do blar a media noche la punta de San Agustin, celebre por haber santificado aqueilas playas con su presencia (segun es tradicion) el Apostol de las In dias S. Francisco Javi er (2) .

Ala madrugaela del el la 9 entramos en el seno de Davao, y a eso ele las di ez fondeamos en la bocana d e su rio.

Omito por hoy darle cuenta del res to de nuestro viaje, porque sospecho que V. R. esta ya enterado de el por ot~os Padres, y porque esta va hacie ndose demasiaelo larga.

En -los SS. SS. y 00. ele V. R. mucho me encomiendo .

De V. R. infi mo siervo en Cristo.

MA NU EL R OSELLO,

S. J.

Vease la carta del 1-1 . Minguijon.

(2 ) ÂŤ Es fama que tam bien dijo 111isa en el cabo de San Agu s tin y que predico a los carag ue nos, pues de el se dice en la Bula d'e su cano nizaci6n: Ipse primus paravis, maiais, saracen is, mindanai~ , malacensibus et japonibus Evangclium Christi anllun tia ve ra t.~ (Ei ArcIlipielago Filipino, T. I, pag. :l4S.) (I)

CARTA DE L AL

R. P.

P.

MANUEL VALLES

SUPERIOR DE LA M I S I ON (,)

Alz3miento del mestizo (espaiiol -tagalo), Capita n de l tercio indigcna, D. Pru路 dCl1cio Garcia, en Baganga . - Desmanes del dcponado espanal Manuel Sa nchez, y su lin desgraeia do . - Dctenci6n y liberaci6n del P. Va ll es . Mucstras de r<speto que reeibe n los Padres. - Aspecto y estado de la insurrecci6n .

Caraga, 25 de octubre d e 1898 .

P. C. Mi mu )' amado en Cristo R. P . Superior: Nosesi habdn ll egado ahi noticias del alza miento del Capitan D. Prudencio Garcia, quien, secundado pOl' el espanol deportado Manuel Sanchez, el d ia 26 del pasado 10gro sorp re nd ~,,' y desarmar, sin derramamiento de sangre, a todos los destacamentos de esta Mision y al d e Baganga.

Al H . Jos6 COlTons ya mi, nos detuvo el dicho Sanchez en Caraga; bien que, poco despues, entregandole ci ncuenta pesos, en vez de los quinientos que me ex igia, nos d ejo en lib ertad. Con tod o , al dia siglliente, ya mu)' te mprano , nos volvio a prender y, jun ta mente , nos intimo la orden de salir para Baganga.

Mientras permaneciamos en el Tribunal (2) , en cal i dad d e d @te (I)

R P. Pio Pi.

(2)

Casa del Ayuntamiento

nidos, Sanchez se dirigio al con vento (I) Y tomo de alli dos fardos de ropa y ocho 0 diez pi ezas de generos que guardabamos para vestir a los muchachos de cas a y a los cristianos recien bautizados . Ademas, habiendole expuesto el H ermano la conveniencia de qu edarse en el con vento para cuidar de los ani males domesticos, no qui so concederle esta gracia, alegando para ello fMiles y aun maliciosas razones ; mas al fin consintio en que quedase en lib ertad, y se contento con que yo Ie sigui ese a Baganga.

Salimos, pues, montados en sendos caballos, como a las siete y media de la manana, precedidos de veintidos 0 w inticllatro soldados del te(cio indigena y de los qu e lI evaban las catorce armas de este Tribunal y los fardos sobredichos.

No fu eron muchos , ci ertamellte, los vecinos que presenciaron nu estro desfile al salir de Caraga (pOl'que la ma),or parte de mis feligreses, por no hacerse sol idarios de la fechorfa, se encerraron en sus casas); pero los qu e me sal ieron al paso a despedirm e, mostraron tan vivo sentimiento y pesar de mi partida, qu e su carino)' dolor me en路 terneci eron de veras.

Siguiendo, pu es, nuestro camino, lI egamos a Santa F e, donde nos detuvimos un poco. Entre tanto S,inchez cogio el baston de mando del Capitan de la reduccion)" despues cl e haberlo roto, tiro los pedazos con clesprecio, diciendo que ya no habia gobierno. Luego, proseg uimos la marcha, y a mediodia lI egamos a Manurigao, doncle tambien hicimos alto.

No entraba en los planes de Sanchez deten ernos aqui mucho tiempo, pues, segun me dijo, queria aprovechar la hora del fresco para continuar nu estro camino; pero, por los in cxcrutab les juicios de Dios, nu estra perman encia en esta recluccion fue harto mas larga de 10 qu e podia esperar )' aun temer el mismo Sanchez.

Por la tard e me dijo que queria hablar conmigo, )" ci ertamente, hablamos largo, y tratamos despacio de materiaq religiosas y de nu es路 tra Compania; mas en todo observe qu e el pobrecito pad ecia gran confusion de id eas.

Pero V. R. preguntara tal vez: i por que no se prosi g uio el camino' Pu es de fijo no 10 se ; solo si pueclo afirmar qu e, ya de noch e, note cierto extraordinario movimiento entre los qu e me acompallaban, y

(I)

Casa residencia del P Misionero.

-,6 -

q ue, puesta mi atenci6n en indagar 10 que ocurda, pareci6m e que a marraban a algu no. En efecto, Sanchez , el mismo infeli? Sanch ez , como supe lu ego, acababa de ser preso y maniatado por orden de Sll Presidente. j Que cambio de fortun~! Mas no pararon aqui sus desventuras. Porque ya al dia siguiente , aun antes d e amanecer, me -dijeron qu e, por los abusos cometid os, se Ie conden<\ba a mu erte _ No hay para que decir a V. R . cuanto me aflig i6 la desgracia de nuestro compatricio , y 10 mucho q ue intercedi por ':1 para que no se ejecutase tan terrible sentencia. Pero to do fu e inl,til: a mis supl icas , siempre se me contestaba 10 mismo: que t enran h echo juramento de obedec er y 10 querfan cumplir; que, segun 10 establecido, los que atropellaban sin der echo, d ebian ser pasa dos por las armas y, finalmente, que D. Prude ncio Garcia habia Ilevado muy ;l mal las vejaciones de que habian sido objeto mi persona y las cosas del con vento .

Interin recibi carta d el P . Gisbel't, en la cual me decfa que , a l volv er a Baganga, d espues d e una excursion apost6li ca, se habia encontrado con el pueblo sobre las armas ; p ero que, a pesal' de esto, don Prtldencio Ie aseguraba que no teniamos por q ue temer respecto de nosotros , y que tampoco se haria co sa alg una co ntra nu estra sacro santa Relig ion ni contra Espaija. .

En cuanto ami, debo tambien decir a V . R. que los mismos qu e me custodiaban me dieron por libre , co n entera facu ltad de ir a donde m ejor me pareciese .

Mas vol vamos al desgraciado Sanchez . Va entra do el dra fui a visi tarIe _ L e manifeste, con mucho sentimiento, la pena ql:e me causaba su triste situacion, y de paso Ie di tambien a entender cminto me habia interesado por su suerte . Con este motivo Ie suger! algunas piadosas refl exiones; Ie hice ver la graiideza del benefi cio que Dios Ie concedia con depararl e un sacerclote en aquellos momentos, y Ie exho rte con suavid ad a que, agracleciendo al S efior tal merced, se apro vechase de la misericordia divina. May jayl, Padre mio, y que inutiles fu eron mis amorosas palabras. Porque ya a l principio me dijo qu e no que ria con fesarse , qu e no tenia p ecados; despues, como yo perseverase en exhortarle, enoj6se y trat6me muy mal de palabra , y, al fin, a pesar de mi mucha paciencia y de mis buenos consejos, se obstino en su fatal resoluci6n y en no cesar d e inj uriarme . Visto 10 eual, y por no darl e ocasion de multiplicar pecados, no tuve mas remedio que apartarm e de su lado. Por otra parte, los soldados me ins-

E I P. Gis bert exho rta a los bagobos del Apo a qu e dejen d e sacriti car mostra ndo les a Cri sto sacri fica do por el hom bre.

a sus esclavos,

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27 -

taban tambien a qu e terminase pronto mi visita, porque ya se acercaba la hora de ejecutar la sentencia, y, ademas , a mi me precisaba salir 10 mas pronto posible de Manurigao. Con todo, estim ulado por el celo de las almas, quise visitarle de nuevo y Ie halle sin senti do.

Entonces, por I!0 omitir medio alguno que estuviese a mi alcance , e n raz6n de hacer bien a su alma, Ie excite como pude al arrepentimiento y, despues de absolverle sub conditione, tome el camino de Baganga para ir a hablar con el P. Mateo Gisbert. i Dios se haya apiadado del alma del desventurado Manuel Sanchez! No poco debieron de influir e n sus malas disposiciones las perversas lectu ras, pues, como el mismo me dijo, entre otros libros, habia leido El Judio errante .

A mi llegada a Baganga , me vinieron ,[ visitar al punto los de la principalia yD. Prudencio con su ge nte . Este me ratific6 de palabra, cuanto por escrito me habia comunicado el P. Gisbert, esto es , que podia mos estar enteram ente seguros de que no se haria dana a los N uestros, ni se atentaria contra la soberania de Espana. Y, real路 mente, en la ventana del Tribu na l ondeaba la bandera espanola. No obstante, asegur6 tambien qu e exig ia refo rmas en el impu esto de las cedulas, yen el servicio de prestaci6n personal , y que, si bien se habia puesto a[ frente del mo vimiento, con el fin de evitar mayo res males, el no depondria las armas, hasta tanto que su p retensi6n fuese [avorablemente resuelta por el Gobierno superior de Mani[a.

D esp ues de permanecer un dia al lado del P. Gisbert, al sigui ente me parti para Caraga, desp acito, por supu esto (porque ya mis fuerzas no son para ir cabalgando ocho horas seguidas, sin tomar algun des路 canso); y al pasar por las ilayas ( I), no lejos del termin o de mi viaj e, tuve el consuela de ver que de todas partes me salia la ge nte al encuentro, [a que, con lagrimas en [05 ojos y con otras muestras de afecto , me fu e acompallando hasta la poblaci6n, que poco antes . estaba desierta .

Ahora, R. Padre, como por haber abandon ado estas gen tes el cultivo de las tierras se teme en Baganga un invierno de mucha carestia, el P. S;-isbert ha exhortado a D . Prudencio a que depongan "las arm as y se dediq uen con ahinco a las faenas agricolas; pero e[ no se atreve a dar este nu evo paso , sin tener antes aseg urada su inmunidad y la de los suyos, por med io d e un amplio indulto del Gobi erno supe~

(I)

Tierras de lab ora partadas de l pueblo, comllllmente hacia el interior.

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28 -

nor. Entre tanto, sigue con su gentc , fortifi cado en un montecito pro 路 x im o

a Baganga.

Los d e Catel se han esco ndido e n las ilayas para evitar com promisos, y los de aqui han imitado su eje mplo ( I).

De V. R. afmo. siervo en Cristo .

MANUEL VALL ES ,

( I)

La insurrecci6n de Baganga acab6 pacificamente,

y rue

S.

J.

de esta manera:

qu e, por una par te, el Coma n dante espaii.ol de Mati, que era el llamad o.1 sofoca rla 1

rccibi6 orden de abandona r aquel!as regioncs , antes de decidirsc a atacaral Capitan D. Prudencio Garcia; )" po r otra, el Teniente espaiiol Sr. Neila, qu e q ued6 con el mando. no tuvo dificultad en com partir con el mismo Capitan el ejerc icio y funciones de la suprema aUlOridad que acababa de recibir, por 10 eual D. Pruden cio tigur6 dcsde entonces como Gobernador de Baganga. En 11s canas del P. Masoliver y del II. Perez Ycrase el buen usc que de su poder hizo elmcnc ionado D. Pru den cia Garcia.

CARTA DEL

P.

ALBERTO MASOLIVER AL

R. P.

PROVINCIAL

Gobierno popular en Surigao, sucesor del gobierno espaliol.-Llegada y con路 ducta de los herman os Gonzalez. - Prisi6n y temores de nuestros Misioneros. - Descontento del pueblo contra los nuems gobernantes. - Oportuna intervenci6n de D. Prudencio Garcia . - Detcn ci6 n de los Gonzalez y libertad de los Padres. - Gratitud de los Misioneros para con sus feligreses.

Manila, 8 de mayo de 1899.

P. C. Muy amado en Cristo R. P. Provincial: Ya ve V. R . desde donde le 路escribo. Pero, a pesar de todo, bendito sea el Senor que tanta providencia tuvo de nosotros en medio de tan vario.; sucesos .

Y voy derechamente a referirl e algunos.

P erdida el 24 de diciembre de r 898 la soberania espafioJa en el tercer distrito de Mindanao, se procedio en Ja Cabecera a la eJeccion de los que debian constituir la Junta provin cial interina. Para acto de tanta trascendencia e importancia, los principales de Surigao tuvie ron la atencion de invitar a'i P. Misionero y aun, estando presente, Ie obligaro n a presidir la mesa.

El egidos pOl' sufragio, con toda lealtad y rectitud, los que iban a ejercer el gobierno, en substitucion del de Espafia, comenzo cada cual a dese mpeiiar su cargo, al parecer, con mucha satisfaccion y justicia.

Gozabamos por tanto de paz, jamas perturbada, y la concordia rei naba por completo en el distrito. Pero cuando menos se esperaba, arribaron de impro.viso los hijos del recien eleg ido Presidente de Su ri gao, D .. Simon y D. Wenceslao Gonzal ez , y su presencia imprimio nuevo y turbulento caracter a la pacifica provincia.

-

â&#x20AC;˘

30 -

E stos dos hermanos, d esterrados por filibu st eros a principios del aI10 anterior, regresaban de Malolos, con cargos importantes, conferi dos, segu n ell os, por eI mismo Presidente d e la R epublica filipina; y ade mas traian no se que ordenes secretas cuyo estricto cumplimi ento les urgia.

Es la familia Gonzalez, por si V. R. 10 ig nora , muy conocida del P. Pabl o Pastells, d e c llya bondad y caridad ha recibido singulares beneficios .

L1 egados, p ues, el dia 12 d e en ero, por la tarde; el mayor de los herm anos , D. Simo n, presentose d esde luego como T eniente g en eral de los ejercitos de Mindanao , y el menor , D. vVenceslao, como Presi dent e provincia l interino y comisio nado para hac er por votacion el nombrami ento de j efes locales en los distintos pu eblos del distrito.

Y, como nadie se atrevio a exigirles credenciales ni docum entos alg unos, qu e ac redi taran la validez d e tan rep entinos y elevados asce nsos , ellos facil mente y sin estorbo, des de el principio, se impusieron a t odos.

No se nos oculto ya desde entonces, R everendo Padre , la tribulacion q ue , si n duda, d e un momento a otro, nos habia de afligir, y por 10 mismo, dispuestos a Hevar la cru z, noS ofrecimos al SeI1or, que no nos falto con su ayuda. Bi en fue menester; porque , aun no habian transcurrido dos horas, desde qu e lIegaron los Gonzalez, cu ando ya estabamos reduci dos a prision el P. Ignacio Vila, el Hermano Pascual L asala y el que e~ to escrib e, unicos que nos hallabamos en casa , la cual, en adelante , q ued o convertida en carcel de los N uestros y d e los RR. PP. B enedicti nos del distrito . Y para que tOdD estuviese en co nsonancia, pusieronnos g uardias a la puerta , nos incomu nicaron d el tOdD , incomunicaron t arn bi en a los rnu chachos d el conven to y apodenironse de los redu cidos caudales de la ig lesia y de casa . Solo faltaba hacer inventario de cu anto t eniarn os , y 10 hubieran realizado, sino q ue , por ser ya de noch e , aplazaron el acto para el dia sig uiente.

Pronto , muy pronto , no sin grand e estupor y rnarcado disgusto, se en tero la g ente de cuanto ocurr;a (y aun no falto qui en indicara a los Gonza lez la mala irnpresion qu e tOdD e llo causaba en el pueblo); y , ya sea po r esto , 0 ya por otros rnotivos , 10 cierto es que eI inve ntario, 0 por rn ejor decir, la incautacion de nu estras pobres alhajas no se hizo. Mas todavia : se nos dio facultad de celebrar y d e ej ercitar en Ia localidad nu estros sag rados minist erios.

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31

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La desdichada tare a com enzada en Surigao por los Gonzalez, prosig uiose en las parroquias vecinas de Taganaan, Gigaquit y Dinaga t, yen breve espacio de ti empo extemdiose , asim ismo, por todo el distrito hasta Butuan, adonde fu e D. \iI/enceslao en persona para detener a los N uestros y apoderarse de los escasos rec ursos que pose/an nu estms misio nes e igl esias. Mientras esto suced/a, los del egados del nu evo gobierno iban conduciendo a Surigao, en calidad de prisioneros de guerra, a los Padres y H ermanos, arrancados sin justo m otivo de sus pacificas moradas. Ll egab"an algunos tan desfigurad os y maltrechos del camino, que, no solo daba pena verlos, mas aun hubo q\lien , de resu ltas del penoso viaje , vino a enfermar muy gravemente. Y no hay qu e decir que, a um entandose el numero de los presos, nu estra casa se fue reduciendo de tal su erte, que se hizo muy incomoda. Como qu e nos reunimos en ella hasta veintiocho relig iosos. Ahora afiadase a 10 dich o, q ue pasamos dos meses y doce dlas sin recibir alim entos de Manila, y, todo junto, dara idea de las muchas ocasiones qu e tuvimos de padecer por nuestro amantfsimo J esus. Mas, entre tantas privaciones e incomodidades , viviamos aleg res, muy con formes con la volun tad divina.

EI ti empo 10 empl eabamos del modo mas santo que nos era posible; porque, fu era de los ministerios dichos y de los ejercicios espirituales ordinarios, y de tratar fr ecuentemente con Dios N uestro Sel1 or, 10 restante del dla se destinaba al est udio, adem as de tener casos de conciencia, como se acostumbra en nuestras comunidades , y pi<itica, segun la regia.

Esta era nues tra vida ordinaria, y , menos mal, si siempre hubiese procedido a este tenor. Mas I qu e de temores y zozobras, y que de amarguras imprevistas no pasamos a las veces en nu estra cautivida dl Entre otros casos particulares qu e podrfa referir, rec uerdo ahora qu e una noche, estando todos reunidos, despues de cenar, . aparecio de repente D. vVenceslao con una carta que dio a leer al R . P. Superior de los B enedictinos. Estaba fech ada en Taganaan, yen ella se decia, en substancia, haberse sabido qu e los de Cantilan no querfan sujetarse a las nu evas autoridades de Surigao. , Pu es si resulta ser ve rdad dijo Gonz,Hez , - qu e Cantilan se resiste, tengo eI sentimiento de decir a ustedes qu e habra desgracias en esta Cabecera .> Facilmente puede enten derse, Reverendo Padre, la ang llstia en que nos dejo el nuevo Presidente. Pero nu est ra afliccion subio de punto, cuando al a nochecer del 14 de marzo 路se presentaron dos ayu-

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da ntes del General, y de orden d el mismo nos hici eron saber que todos los Padres y H ermanos, excepcion hecha d el R. P. Eladio 路y del que subscribe, d ebia n em barcarse al otro dia para navegar con rumbo desconocido de noso tros. Y al obj eto, sin duda, d e dispon er el viaje, se me exigieron los nombres de los presos, relacion qu e fue presentada a la superior a utoridad militar dentro de pocos momentos.

EI golpe era rudo, y nuestra pena clial se puede colegir; mas el Sellor, que en tales casos da singular esfu erzo, nos ayudo con su poderosa gracia.

Acompallado de los PP. Eladio y Nebot, presenteme al General y Ie manifeste la honda pena que nos habia causado la orden sobredicha, y el deseo gran de qu e teniamos de saber a donde sedan con路 ducidos los ' Padres y H ermanos. Sea porque quisiese darnos gusto, sea por haber qui za cambia do d e parecer, D. Simon no tuvo dificultad en decirnos entonces qu e Placer y Gigaquit eran los pueblos destinados <i ser residenci a d e los presos . . Lleg6 el dia siguiente, que era miercoles, ya la tres de la tarde, despues d e visitar a J esus Sacramentado , nos dimos el abrazo de partida en la sacristia de la iglesia, y saliendo por la puerta del convento, nos dirigimos todos al embarcad ero de Bilan-bilan, qu e dista de casa como un cuatto de hora. EI H. Simon, qu e; pOI' estar deli"cado de salud, no podia andar a pie, vi no en coch e y, a pesar de " " todo, tuvo que scguir la suerte de los que' se partian.

Cuan triste fllese el cmbarque, no hay para que decirlo; pero mas doloroso be todavia para m i el tener que separarme d e mis qu eridisi. mos Padres y IIermanos.

Y porqu e V. R. quem! saber como fueron repartidos, voy a cumplir su justisimo deseo . Los PP. Francisco Nebot, Miguel Alaix, Gui 路 lIermo L1obera, Francisco Foradada, Juan Casellas e Ignacio Vila, con los HH . Magin Bertran, Miguel Su reda, Antonio Auger y Pedro Simon, fueron trasladados a Gigaquit, los cuales, juntamente con los PP. y HH. Benedictinos qu e tuvieron cl mismo d estino, formaron una comunidad de diez y siete relig ioso,. A los restantes , a saber, :i los PP. Bernardino Llob era y Jose Espafla, y a los HH. Juan Costa y Francisco Mompo, con dos Padres y lin Herman o Benedictinos, se les retuvo en Placer. AI R . P. Superior de los menc ion ados religiosos, con el H . Roman de la misma Orden, y al H. Pascual L asala y a mi nos dejaron en la Cabecera del distrito .

Hasta aqui, R. P. 'Provincial, ;\ pesar d e todo, no podiamos

, ..

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33-

menos de reconocer que la divina Providencia velaba por nosotros, con solicitud verdaderamente paternal; pero en adelante, la exp erimentamos todavia mas amorosa y bene/lca .

Estaban ya por este ti empo los de Surigao, no solo descontentos, mas tambi en cansados de sufrir el g obi erno de los Gonzal ez. Deciase que, en poco mas de dos meses, habian alle.gado mas de treinta mil p esos fu ertes, parte de los cual es, y no la mayor, pertenecia a las iglesias de las misiones y parroquias del distrito pa ra atender al culto, y la otra restante era de particulares. A demas, afligida la provincia por el hambre, como suele suceder todos los anos en los meses de en ero, febrero y marzo, quiso D. Sim on remediar la necesidad, ha路 ciendo traer de fuera a bundantes provision es de anoz y palay (r ); mas estos articulos, que son como el pan del pais, y consigui ente. mente, el alim ento mas comun y preciso, encerrolos en su casa y los puso a la venta a pt:ecios tan excesivamente caros, cuales nunca se habian exigido . Traia tam bien a mal traer a los varones, obligandol es todos los runes y martes a abrir fosos y a levan tar trincheras; trabajo, pOl' cierto, bien inutil, como todos 10 echaban de ver, pues no teni endo fusil es, lIegada la hora del combate, nadie habia de qu erer lltilizar se mejantes parapetos, sepulturas abi ertas premat uram ente para cuantos 'desde alii resistiesen a los americanos . Pues, si a todo 10 ,{,'i.- dicho, se aijaden amenazas de muerte a p ersonas de arraigo, tenidas en mucho por los del pais; total cesacion del comercio, por no permitirse la exportacion de abaca a los p"ertos de Manila y Cebll, y ci erto malestar g eneral y continua zozobra, por ca usas 路 que omito, se comprendedn perfectamente los motivos qu e 'tuvieron los p'rincipal es de Surigao, para resolverse, finalm ente, a excogitar un medio, con qu e acabar de una vez con tan mal estad6 de cosas, D eparoselo el cielo en la persona del celebre Garcia , el mismo gue el ano anterior se habia distinguido tanto en favor a el P. Valles.

Porgue, enterado D. Prudencio de cuanto pasaba, por cartas q.lle uno de los principales de la Cab ecera Ie escribia, y sabida nu estra tri ste y azarosa situacion ; quiso a toda costa intervenir, y al efecto partiose de Baganga, y, al frente de veintiocho soldados decididos, se pu so en camino . Despues de un viaj e de cuatro semanas por mar y ti erra, lIego oportunamente a Placer, y desde alii mando a Surigao un a comision , qu e podriamos lIamar exploradora . ( I)

Arroz nQ descascarad o.

3

AYALA LIBR AR1

34 -

Mal estom ago Ie hizo a D. Simon la venida de los comisionados; pero, disimulando su disgusto, y entendiendo que Garcia deseaba entrar en la Cabecera, no puso reparos en ello. Obtenido este asentimi ento, lI ego el 24 de marzo, yen este dia, procurando evitar todo 10 que pudiese significar alarde y aparato, des em barco D. Prudencio; el cual, ya bi en t arde, "ino al convento a saludarnos, y al desp edirse me dij o: «R ogal', Padre, rogar pOI' m i y por los mios esta noche. » Sin embargo, en ell a , por causas que no son de este lugar, no hubo nada.

Emp ero el dia sig ui ente, consagrado a Nuestra Sefiora, previa senal qu e se hizo, reti rose Garcia con los suyos a la casa tribunal y, pasandose a su banda los oficiales e individuos d e tres compaiiias arm'l-das, quedose D. Simon sin sold ados y abandon ado de to dos, a excepcion de cuatro disciplinarios que form aron su escolta.

Vi en do ya D. Prudencio ganada la partida, envio al General una carta familiar, en la que Ie (ogaba se presentase a sincerarse de los cargos qu e el pu eblo Ie hacfa. Contesto e l que i quien era el pueblo para pedir cu entas a to do un General de Mindanao? Mas entonces se Ie in timo por medio de oficio la orden de comparecer en el termino de una hora, advirtiendosele que, de no hacerlo, seria su casa atacada por las armas. AI principio Simon se resistio a presentarse; pero d espues, oyendo el toqu e de ataque , se dirigio al tribunal, bien que arm ado hasta los dientes y acompaliado d e los cuatro disciplinarios.

Alii , ante la Junta en peso y parte de la . princ ipalia, se Ie hicieron cargos, a los que no supo que cOlltestar; obligosele, lu ego, a deponer las armas, como en efecto 10 hizo, y, al fin, h echa dimision de su cargo, se Ie redujo a prision, juntamente con su padre Ju an Gonzal ez .

Duro este' acto , tan habilmente realizado por Garcia, unas dos horas. A continuacion, todos los presentes, que serian como cuatro cientos, procl amaro n con grande entusiasmo Jefe militar de los distritos 3.° y 4·° a D. Prud encio, quien, acompanado d e sus am igos, nos visito .inmed iatam ente para darnos a todos un abrazo y con ella tan sllspirada Iibertad. Dos meses y doce dias hacia que la habiamos perdido.

Este, pues, fue el dia en que la Virgen qu iso, por medio del caudillo d e Baganga , devolvernos la tranquilidad. AI siguient e, participaron tam bien de nuestra COmlln alegria, los Padres y Hermanos recluidos en Placer y Gigaquit, y a la misma hora precisamente rue preso en el ultimo de dichos pu eblos D. vVenceslao, hermano de D . Si mon, que regresaba de Tag o.

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35 -

Yaqui termino, Reverendo Padre, mi narraClOn . Solo me resta cumplir con un deber de j usticia y gratitud, y 10 hago 'con g usto, de路 clarando que los vecinos de Surig ao, no solo sintieron hond a pena al vernos cautivos, mas tambien, como hijos amantes, se interesaron constante mente pOl' sus Padres. Si, a ellos, despu es de Dios y de la Virgen, debemos nuestra libertad y aun nu estra vida. D oci les, sumi 路 sos, respetuosos y fieles en todo y por todo a sus PP. Misioneros, merecen que la Historia de nuestras Misiones perpettie su bu ena memoria . Ojala viva siempre en tre ellos la fe, a quien se debe el amor y respeto que profesan a la Compania de Jestis .

En los SS . SS. y 00 . de V. R. mu cho me enco mi endo.

De V, R. humilde siervo en Cristo.

Jhs. ALBERTO MASOLIVER,

S. J.

CARTA DEL

P.

FRAN CISCO NEBOT AL

R. P.

PROVINCIAL

Peiigrosa situaci6n y turbulencias de los pueblos del Agusao, reci en emancipados de Espaiia , - La bandera ponlificia, - Prisi6n de los Misioneros ,Enlrevisla del p, Nebol con D, We nceslao Gonzalez en Butuan , - Funerales po r los muertos en 1a guerra. - Registro Ilevad o a cabo en el con,'e'n lo,-Segunda entrevisla del Padre co n Gonzarez. - El1)barque de los P P. Nebol)' Foradaday H. Bertran -Mu sica y Ilanlos.-Eslancia en Cabarbaran y el) Tubay.-Prisi6n del p , Guillermo Ll obera en Jabonga ,Castigo de do, malhechores. - Salida de Tubay y conl ratie mpos del viaje,- En Anaua uon yen Surigao. - Pr isi6n d e los dem 's Misioneros d el Agusan. - S'enli miento de los pueblos .

S arria (Barcelona),

J. 0

de octubre d e 1899.

P. C. Amadisimo en Cristo R. P. Pro vincial: El ano pasado , a fines de octubre, envie a v, R., desde Butuan, una breve narracion de las vi cisitudes que pasamos los Misioneros de aqu ella R esidencia, a raiz de la sublevacion de los tagalos contra la dominacion espanola, Por 10 que en ella dije, pudo ver V. R, que durante el clicho mes d e octubre, se concentraron en S urigao todos los p eninsulares residentes en la provincia, asi como tam bien el Comandante politico -militar de But(lan y las fuerzas del tercio civil d e policia. Queclamos, pOl' tanto, los Misioneros a merced de los indios, y unos y otros expuestos a las acometiclas de los baganis (I) qu e habian logrado armarse de fu siles .

Apenas habia transcurrido un mes, cuando ya los del alto Libang, val ienclose de la superioridad de su armamento, asesinaban y esclaviJ

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Asesinos monteses.

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zaban en la Asuncion y en otras reducciones del alto Agusan, y corriendose lu ego hasta la, de Santa Fe y San Luis, cerca de Talacogon, sembraban por todas partes la alarma.

A pesar de todo, los Padres continuaban en sus puestos, visitaban las reducciones y, confiados en la Divina Providencia, no descaecian de animo, ante el proximo y pavoroso desarrollo de los aconteci · mientos.

Asf las cosas, llego la noche del 22 al 23 de diciembre, y con ella, un oficio del Comandante espanol de 13utuan, qu ien, al embarcarse en Surigao para Manila, resignaba el mando en la persona del gobernadorcilJo D. Juan Atega. D esde entonces fu eron indfgenas nuestras inm ediatas autoridades civiles, judiciales y militares; y la Junta de gobierno, que se form a en Butllan, presidida por el senor Atega; guardo con el P. Misionero las mismas atenciones q ue antes.

Tambien con la misma religiosidad y animacion de los afios ante · riores, se celebraro;1 las fiestas de la Natividad del Selior; yel pro· fundo cambio politico, que acababa de obrarse, solo se conoda exte· riormente por el lu gar de d istincion que ocupaba en la igl esia la Junta de gobiern o, y por el color de la bandera que ondeaba en la casa tribunal. Porque ha de saber V . R. que, arriado el pabellon es· pai\ol, izaron por de pro'nto bandera blanca; . si bien, poco despues, vino el J efe local a consultarm e sobre este punto, por no saber si quedarfan baj o el gobierno de Aguinaldo 0 de los americanos . Indi· queles que, hasta tanto que no se resolviese este asunto, poddan adoptar la bandera pontificia y , acogida con aplauso la idea, ru e aquella paseac!a en tciunfo. a los acordes de la musica, el dfa de les Santos R eyes .

Y para que yea V . R. si estabamos seguros de! afecto de los na· tural es, bastara decir que el P. Francisco Foradada, qu e se hallaba en J3utuan, reponiendose de unas calenturas, fue a ce!ebrar Jas fiestas de Navidad en Nasipit y Tolosa, y el P . Ramon Ricart, mi compa· fi ero . fue a suplir la ausencia del Misionero de Talacogon, P. Miguel Alaix, mi entras este recorda las reducciones de su Mision.

La paz y sosiego de que gozabamos, duro hasta el dia 17 de enero de 1899, fecha . en que el pueblo de Butuan recibio la visita del titulado Coronel de caballeda y Gob ernador de Surigao, D . Wenceslao Gonzalez.

Sedan las doce del dfa, cuando este selior, precedido de la ban~ dem filipina, y acompanado de algunos principales, hacia su entrada

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en el pueblo, al son de la m.Isica . Llevaba pantalon encarnado, sa路 ble, revolver, insignias de Coronel, y escuadras y triangulos en la boo ton adura. Fui a su enc ue ntro; Ie d i la bienvenida; preguntele por su hermano y por su padre, a qui en sucedia en el gobierno y, finalmente, Ie acompane al Tribunal , y el a su vez se mostro fino y d eferente conmigo y me hi zo se ntar a su d erecha. Di eronse muchos vi vas, y mis buenos y sencillos feligreses echaron uno muy en tusiasta a. este su P. Misionero .

Luego, arriada la bandera pontirrcia, fue i路zada la filipin a, cuyos colores y estrellas expIic6 Gonzalez en el sentido de ind ependencia y libertad contra la dominacion espanola, negando de paso qu e tuviesen significaci6n mas6n ica, asi como tambien los emblemas sobredichos de la botonadura. L e ofred nu estra casa y m e despedi de todos.

Una hora despues se presen taba Gonzal ez en el convento, acompanado de varios empleados d el gobierno de Surigao, con parte de la principalfa de Butuan y de alg unos soldados a l mando de cierto sujeto , llamado Bernardino, que acababa de cambial' los gal ones d e sargento del tercio por los de Capitan d el ejercito fi lipino.

EI objeto de la visita fll e d ec1ararnos, d e parte d e Aguinaldo, pl'isioneros de guerra a todos los PP . y HH. resid entes en estas Misiones.

Ci nco eramos los que entonces nos hall abamos en Butuan.: el P . Francisco Foradada, algo enfermizo, com o he dicho; el a ncianito P. Ju an Casellas , que desde octubre se habia ve nido a vivir con nosotros, alejandose de Surigao , para estar mas Iibre d e' sobresaltos; el H. Magin Bertran, convaleciente de una grave enfermedad contraida en Jabonga; el H . Antonio Au ger, que asistia a los enfermos y el que subscribe.

Acto seguido, pidio Gonzalez el libro de cuentas d el Sanctorum (I), y al ver que el saldo defin iti vo, solo era d e unos nov ecientos pesos, mostro extraneza; luego quiso examinar la caja y, satisfecha esta exigencia, tomaron nota del dinero q ue en ella se g uardaba.

Y i que mas, dira V. R.! Pues en acabando Gonzalez , hablo el Capitan Bernardino,'y tambien para pedir, 6 por d ecirlo mejor, para exig irnos las armas, y , en efecto , llevose las unicas qu e habia en el convento, qu e no eran sino dos males fusiles d e los d estinados a Ja d efensa de las redllccion es . Y con esto, y con darl e yo palabra for(I)

Esto es: de los fondos de5tinados al culto y fab ri ca de la igles ia.

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mal ge que no habia mas armas en casa, dieron pOl' terminad_a la visita y se fu eron, no sin d ejar antes soldados d e centi nela a la ent ra da d el convento.

P ero, mi R. Padre, faltabale a aq ueI dia, en cierto modo, 10 peor: porqu e, antes d e anochecer, presentose de nuevo el Capitan Bernar路 dino para practicar un reconocimiento, en bu sca de no se que armas, (dan do con ello a en tender que no se fiaba d e nu est ras palabras); y, si bien fu eron in util es sus vanas dilig encias, con todo, como puede suponer V. R., no dejaron de sernos molestas , por la mal a fe que suponfan en noso tros . Ademas, durante toda la noche, p ermanecio la guardia en 1<, porte ria, con no pequefia incomodidad d el Padre ' que ocupaba el aposento de encima, y a quien no dejaron dormir el ru ido, y los pesi mos olores del tabaco y del petroleo que se introducian por entre las tablas d el piso, Por tod o 10 cual, no es de cxtrafiar qu e recayese el H. Bertran , y que tam bien se excitase mucho nuestro P. Casellas.

EI dfa siguiente, 18 de enero, escribi a vVen ceslao, p idiendole ho ra para hablarle: dio d e palabra la contestacio n, la cual, no ha bi endo sido transmitida fielmente, f ue caljsa de que, al ir yo a su casa, Ie en contrase por el camino, cuando con la principalia se dirigia al tribunal, para efectuar la elecci on de nu evas au toridades , Aco mpallele, y estuve hablando con el, mi entras se hacian los preparativos para el mencionado acto; y luego me retire d e alii, al irse a empezar la votacion.

L o qu e m e dijo este dia fu e, en resu me n, 10 siguiente : que pOl' orden d e A g uinaldo n6s habia de cOllducir a Surigao, donde, j'eunidos todos , seriamos entregados a algun barco norteamericano q ue nos po ndria en poder d e los espafiol es , Lu ego apareci6 no ser este el 010tivo de la concentracion.

E I d fa 19 cantose una Misa 30lemne de Requiem por 105 que habian fallecido dura nte la guerra , Encargola el mismo \,Venceslao, y afiadio que las dos rezadas se apl icasen porIa mism a intenci on; mas no dio lim osna alguna ni para la iglesia ni para los cantores. L a fun cion fu e, en verdad, muy religi osa y espIendida, ya por la num erosa concurrencia que asistio, ya, asimismo, por 10 bien que 10 hici eron los que ejec utaron la partitura; y no menos tambien, par la novedad de ha!Iarse presentes, en lugar disting uido, las autoridad es , presididas pOl' el Gobernador.

Gran parte d e la manana estuvim os los tres Padres oyend o con-

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fesiones. Los penitentes, noticiosos de nuestra proxima partida, q ue· d an d espedirse de Ilosotros; aunq ue las J<\grimas y sollozos, interrumpien J o sus pal abras, hab laban con mayor elocu encia q ue est as .

D espu es de la i\Iisa solemne, empezo la gen te a acud ir a nuestra casa . Los cantores, a quienes la g uardia corto el paso poria puerta d el convento, entraro n por la ig lesia; mas t am poco lograron de ,-iva voz manifestam os su p ena , porque el lla nto q ue ies sobrevino de repen t e se 10 im pidio del todo . Creo que no ext rafiara V . R . si Ie dig o que tambien nosotros nos ent ern ecimos mucho, a vista del afecto y senti mien to de nu estros feligreses . Y ari os de ell os pudieron entrar con diferentes pretextos, si endo el mas co mlin el traernos limosnas d e misas; pero al saberlo Gonza lez, dispuso q ue se las entre gasen al mismo, dici endo que e l ya cuidarfa de qu e llegasen a nos· ot ros ; y asi 10 h icieron algunos .

Aq uella manana nos dio \Venceslao ot ro disgusto . i\ Iando reco nocer nuevamente la casa, pretexta ndo qu e sabia teniam os din ero es condido, y anadio qne , si en efecto se hall aba, sedamos cast igados de un modo terri ble . A fin tie faci litar , por mi parte las p esqu isas, p use de mani fies to cuanto quisieron registrar : aposentos , armari os, cajones; mas el resu l ta ~o fue t ener que volverse , si n hab er ellco ntrado los fantasti cos tesoros . D urante Ja investigaci 6n oc urri6 un caso • curioso : en el aposento del P. P rocurador, ause nte a la sazon, no dabamos con la Have de uno de los cajones, 10 cual vi no a acrecentar las infu ndadas sospechas d e los pesqu isadores. A bi ert o a l fi n, descu briose U tl saquito Heno, al parecer, de dinero . i A h! del tesoro ! Con g ran de avidez 10 sacaron del caj on , )" con no menos a nsia, 10 pusie' ron encima de una mesa, tomando todos, alrededor de la misma, las maS exp ectan tes posiciones para reconocer el contenicio del misterioso saqui to . Abrieronlo, vaciaronlo, y saliero n rodando las p iezas de calderilla . i\1jraronse entonces un os a otros , se sonti eron y , natu ralmente, . .. < 1l 0 hubo nada • . i\ [e olvi daba d ecir a V . R . que el H . Auger fue quien les acompafio a las de mas d epend encias y apo · sentos d e la casa .

E n la visita, que por la tarde del mismo d ia hice a l Gobernador, procure pers uadirle 10 infun dado de sus sosp echas de tesoros escondidos. E.x pltsele , asimismo , la conveniencia de escri bir a los demas Padres d e la Ylisi 6n, con el objet o de evitar que les llegaran adulteradas las not icias; y me respondio qu e ya se habia escri to , 10 cual no era cierto . Tambien Ie ped! nos conced iese qu e se quedara un P adre

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en Butuan, siquiera hasta tanto que hubi esen baj ad o los demas Padres. Accedi6, pero exigi endo que fu ese el P. CaseIIas; y como yo Ie hiciese notar la mucha edad del Padre, dijome que podrfa ser reempla路 zado por el P . Ramon Ricart cuando volviese de T alacogon.

Otros asuntos trata mos en aqu ella visita, en la que no deje de hacerle presen te, como era mi deber, qu e no podia embargar nuestros bienes ni los d el Sanctoru1IZ, y que si tenia necesidad de dinero, podria ac udir al Sr. Obispo para qu e Ie conc ediese un anticipo.

No cayo en saco roto la larga c01Jversac i6n qu e tuvimos, de la cual, segun su pe despues, saIi6 Gonzoii ez bi en impresio nado.

No qui ero omiti r, R. Padre, 10 qu e, referente a no tener mas dinero que el que habiamos dicho , me d ijo al fin de nuestra entrevista, a saber, que daba credito a mi palabra, y con tanta mas razon, cuanto que el mismo Ag uinaldo Ie hab fa encargado que se fia se de ell a y del juramento qu e prestasen los Jesuitas, de qui enes no presu mfa que fuesen perjuros.

Tambien las Madres del Beaterio, maestras de Butuan, partici pa ban de nu estros sinsabores, pues rue regisl rada su casa y custodiada su entrada por guardias.

E I dia 20, que era el sefialado para nu estra sa lida, vinieron los agentes de Gonzalez a lI evarse la caja doncle se cu stodiaba el din ero.

L evantaro n acta de la incalltaci on, que firm e con las debidas protes tas ; y aunque yo les hice saber, y se 10 repitio el P. Foradada, ' que incurrian en excomunion, asi los qu e daba n tal es ordenes, como los que las ejecutaban; ellos se exc ll saron con decir que eran mandados, y que no les era dado hacer otra cosa. Y e n efecto , era dificil meter en sus cabez as haber culpabilidad en el obedecer a quien tenia apa路 ri encias de rria ndo .

Lleg6 la hora de partir: el dfa estaba triste y lIuvioso, y a las tres de la tarde abandon amos el convento el P . Foradada y yo, acompaliados de alg unos g uardias. AI pasar por delante de la habitacion del maestro, sali6 de los bajos de la casa un num eroso grupo de much achas , p ertenecientes a la Congregacion de Hij as de Maria, las que rompi eron en tal lI anto y en alaridos tales , qu e verdad eramente afIi gfan nuestras almas. Ap resuramos cuanto nos fu e posible el paso, casi si n volvemos a decirles una palabra de consuelo , mas elias nos sig uieron, y con elias se jllntaron otras muchas mujeres, que formaron la mayor parte de la gente que aCll d io al e mbarcadero.

P oco despues lI ego el H . Bertran , que, pOl' estar todavfa con ca -

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lenturas, Ie llevaron en una silla de brazos, con un centinela de vista ; y no hay que decir el pesimo efecto que tanto aparato militar produ· cia en la gente.

Mas tarde vino el Gobernador, a quien acompanaban la Junta 10' cal, oficial es y m~sica del pu eblo, y despues' cle saludarnos cortes· mente, nos embarcamos: eI, en un baroto, con dos peninsulares; y nosotros , en otro, con el ex·gob ernaclorcillo D. Ju.an Atega, y un Teni ente y clos sold ados qu e nos custodi aban. AI comenzar' a ' desli· zarse las embarcaciones rio abajo, rompi6 la milsica con una marcha de despedida al Gobernador, mientras el pueblo prorrumpia en la· mentos y alaridos, que ahogaban el sonido de la banda . Estas manifestacion es de sentimi ento, se repitieron bien pronto, a l pasar por de- la nte de la reducc i6n de San Ignacio. Ante tales muestras de afecto y dolor, to dos nos conmovimos profundamente, y el mismo Gonzalez no pudo contener las lagrimas.

Ya en el mar, en contramos una banca de Jabonga; y como los que venian en ella pregu ntasen al Gobernador, si el baroto en que iba, era eI del Padre, pu es tt'aian una carta para el, recogi61a Wen· ceslao y no nos la entrego.

Ya de no che, por cierto cerrada, llegamos a Cabarbaran, por otro llombre T olosa . lniltil fue buscar al muchacho encargado de asistir al H . Bertran; pues, d esechado de uno y. otro baroto, por no cab er en ning uno, sin nosotros adv ertirlo se habra tenido qu e qu edar en Butilan.

C<;n esto, eran Y" mas de las diez de la noche,. y au n nuestro pobre H ermano enfermo no habia podiclo tomar calclo, por haberse quedaclo la botella que 10 contenia en manos clel muchacho.

D esde este dra, hasta que salimos del pueblo de Tl\bay, el sa· cristin d e Tolosa nos sirvi6 de cocinero. i Dios Ie recompense su mu· cha caridacl!

En Cabarbaran nos alojamos en el cOl1vento, custocliados por cen· tin elas que impedia n la entrada, aun con mas rigor que en Butilan.

Un o cle los princi pales nos trajo provisiones, que nos sirvieron para el viaje. Y para que no se repitiera la co nmoveclora escena de Bu tilan, dispuso \Nenceslao qu e salieramos de Cabarbaran elz [ almedio dia, mientras el p ueblo se hallaba en la casa .. tribunal ocupaclo en elecciones .

Nosotros, al caeI' de la tarde, lleg amos a Tllbay, y con las mis · mas precauciones que en Tolosa, fuimos alojados en el convento.

Concedi6senos, no obstante, el servicio de muchachos, y el alguaci l

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mayor nos proveyo de comestibles, que nos vinieron de perlas para el largo camino que aun nos aguardaba.

Por la tarde de este mismo dra, 22, y hecho tam bien prisionero, lIego a .Tubay el P . Guillermo Llobera, Misionero de Jabonga. Presentaronlo en seguida al Gobern-ador, que ya tambien ha bra llegado, y 10 recibio bien y dispuso que solo, y sin sold ados de guardia, se di路 rigiese al con vento. Pero I cuanto habia tenido que sufrir hasta verse entre los brazos de sus amantfsimos herm an os I Para que V. R . 10 comprenda, bastara decir que, pocos dias antes, se habia presentado en Ja bonga y Mainit un tagalo, procedente, como lu ego se supo, de la carcel de Cagayan , y que con s610 llamarse delegado de Aguinaldo, sin acreditarlo con documento alguno, cometio toda suerte de tropelias, y acabo por impo nerse a todo el pueblo. Y esto sin que nadie Ie fues e a la mano. i Tan acostumbrados estaban los indio's a obedecer a las legftimas 路autoridad es, que J\egaban a acatar Jos rnandatos del que solo tenia apariencias de mand o !

Pronto, empero, se presentaron en Jabonga los verdadero> delegados. EI dia 21, cerca de medio dra, una comision de Butuan, en viada por \Venceslao Gonzalez, decJaro prisionero al P. Llobera.

Llevaban los comisionados una carta mia tran quilizadora, Ja qu e, juntamente con otras para los demas Padres, puse en manos del Gob ernador para que les fuesen entregadas antes de reducirlos a prision.

Asi se hizo COil el P. Llobera y con algun otro Misionero .

La man era que se tuvo en eje cutar la prision del P. Llobera, fu e muy parecid". a la nuestra; si bien mucho mas precipitada y menos comedida. En sola una tarde y noche, que fueron las del sabado, d ra 2 r, se hizo el inventario y se levan to la correspondiente ac ta, hechas las debidas protestas, y ademas el P ad re, sin la ayud a de su unico compafi ero, que et"a el H . Bertran, tuvo que recoger los pape les y cosas riecesarias para el viaje, poner a salvo las que debfan quedar en Jabonga y ultima\" las cue ntas pendi entes. EI cansancio ffsico y la afeccion moral produj eron en el P. Llobera sus naturales resultados, que se notaron ya durante el camino, y se desarrollaron al fin de el hasta ccnducirle a las puertas de la mu erte.

Y dicllO esto, acerca de la prision del mencionado Padre, voy a proseguir mi interru mpida narracion.

A media tarde del expre,ado dfa 22, vino eJ capitan Bernardino a llamarme, de parte de Wenceslao, para que fu ese a confesar ados

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soldados sentenciados muerte , el primero, por hab er cometido un robo, y eI segundo, por haber ofen dido el honor de una mujer.

Oida la confesion de los reos, acudi al Gobernador, por cOllsejo del p, Foradada, y Ie suplique que los indultase '0 les conmutase la 'p ena, AI principio Gonzalez mostr.ose inflexible y severo; pero lu ego se aplaco, y me dijo: . Pues iqiJe castigo les vol' a imponer? » Dij ele que podria ser el acostUlubrado entre indio s, co n la a menaza de ma,yores penas en lIegando a Surigao; y, dich o esto , Ie indique la con· veniencia de oir al reo acusado de haber ofen dido a una mujer, que fuera de confesion protestaba su inocencia, Vvenceslao mosh'ose muy atento ~onm igo y, al parecer, tuvo en cuenta mis indicaciones; pues, no mucho despues, la mujer aludida se dirigia al Tribunal, donde se hallaban los principales con el Gobernador, y alii, del careo con el acusado, resu lto no ser es te el culpable, sino un cabo que luego, juntamente con el otro reo, fu e azotado.

EI dia 23, a cosa d e las nu eve de la mallana, nos embarcamos de nu evo , Nos pusieron a los cuatro en una misma embarcacion, sentados, uno en pos de otro , por ser el baroto muy estrecho , EI H , Ber· tran, notablemente mejorado, encargose otra vez de 10 concerni ente a la comida , ayudado del caritativo p, Llobera, que era , a la verdad, quien mas necesitaba d e descanso, EI Capitan Bernardino, con las fuerzas que estaban a sus ordenes , ocupaba otras dos emb arcacio· nes de mayor capacidad, conocidas aqui con el nombre de vilos.

En elias lIevaban las armas y municiones de Butuan y Jabonga. Se· guian lu ego dos 0 tres embarcaciones mas, en que iban. los emplea· dos y escribientes de Surigao; de manera qu e, juntas con las antes mencionadas, formaban una fiota en miniatura . E I Gobernador habia adelantado su partida, saliendo de T llbay antes de media noche, 10 que Ie valio Ilegar a Surigao, sin qu e Ie alcanzase la tormenta q ue nosotros padecimos.

Pasamos la primera noche en una pequelia ensenada , sita entre las dos formidables p untas lIam adas Bolo·bolo. Exten di mo.s el petate sobre la arena de la playa, yen ella nos concedio el Se llor muy bu ena noche. Lo fu e tambien la del 24 a125, porque t uvimos algo que ofre· eerie. Toda la tard e lIovi6 a interval os, arrecian do el temporal cuando fondeabamos para cenar. El P. Llob era y el H. Bertran se vieron obligados a mojarse para preparar la cena. Continuamos despues el viaj e; pero pronto tuvimos que fondear, varando nuestra flotilla en la

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bocana de un torrente, que bajaba crecido por las lluvias. Los cantos rodados, arrastrados por la corriente, daban contra los costados del baroto, que por instantes parecfa ceder; y la Iluvia y oleaje continua· mente 10 llenaban de agua, de tal modo, que no sabiamos ya d6nde colocarnos, para no quedar mojados . Llamamos a los grumetes, qu e habian abandon ado su puesto; pero, 6 no oian, 6 no querian oir. EI H. Bertran tuvo que estar largo rato quitando ag ua. Salte en tierra en busca de un lugar mas seguro y menos inc6modo, y debajo de un gra n tronco , donde queria guarecerme, encontre a dos de los grume· tes, a quienes mande que aseguraran el baroto y 10 aligeraran de agua; y asi 10 hici eron.

A las siete de la manana del dia siguiente, dispusieron que nos embarcasemos los tres Padres en el vilos mayor, y en el continuamos nu estro viaje . E l Hermano qued6 con el equ ipaj e, y no sin trabajo logr6 pasar la barra del torrente . Antes de mediodia , la fu erte rna· rejada nos oblig6 a fondear de nu evo ; y 10 hicimos en una playa, cerca del riachuelo Ilamado Cauayan, donde s610 habia para hospedarnos dos miserables chozas. Nuestro baroto, una vez descargado, fue arrastrado afuera del mar, a salvo de las olas. A los dos vilos, como mas pesados, no pudieron sacarlos del agua, y uno de ellos se estrell6 durante la noche, y el otro perdi6 la obra muerta . De los barotos naufragaron tambien dos 6 tres, de modo que nuestra flota qued6 reducida a su mas simp le eXllresi6n.

Cuatro dias nos detuvieron en esta playa el viento y la lluvia. Pa· sabamos el dia y la noche metidos en una de las dos chozas, que era bastante ancha para que pudiesemos caber acostados los tres, parale· lamente, y el cuarto, en direcci6n transversal; y teniamos que andar casi de rodillas para no dar de cabezadas con el techo. EI H. Ber · tran ll eg6 a sentir dolor en el espinazo, y se Ie form6 en la rodilla un tumor, que Ie hizo padecer mucho tiempo ; el P. Llobera comenz6 a sentirse malo, y con estar el P. Foradada calenturiento, con to do andabamos de valientes, que era \lna b endici6n de Dios. Como no ll evabamos para entreternos mas que algun libro ·espiritual, tuvimos tiempo holgado para darn os a la oracio n y meditaci6n .

E I dia 29 nos fue forzoso emprender otra vez la marcha , a pie, por una playa pedregosa y-de mal andar, lI evando por to do equipaje el breviario y algunas provisiones en una lata. Muy pronto' tuvimos que atravesar un arroyo, y luego otro, y el rio Malimon6, cuyo brazo mayor pasamos, sirviendonos de puente un tronco de arbol. En el si·

tio en que paramos para comer, naufrago nuestra valiente capitana, el vilos desarbolado que arriba dije, salvandose los fusil es y municio路 n es qu e llevaba . En est e apuro nos valio la Providencia, hacien do que poco a ntes d e mediodia llegaran a nuestro encu entro algunos hombres, enviados a nuestro socorro por el gobernadorcillo de A nauau on . Entre los vfveres , qu e este bu en cristiano nos enviaba, habia unos panecill os co mprados en Surigao, r egalo verdaderamente exquisito para ag uell as a preturas. A l fi n de la jornada de este dia , nu estros enferm os estaban r endidos . El tumor d e la rodilla, no dejaba vivir aJ H. Bertran; el P. Llob era venia m uy rezagado, por no poder mas; y a J P. F oradada era preciso a veces ll evarl e en hombros, por un fu erte dolor que Ie sobrevino en el ll1uslo. Ni el P . Llobera , ni el H. Bertran, osaron tomar alimento de puro cansados .

Pu es, Ique dire d el sitio que, para dormir, nos concedieron en Ja casita gue nos dio alojamiento ? Estrechisimo era, en verdad ; p ero la mucha vo Juntad qu e nos mostraban aquellos pobres indios, nos suavizQ en g ran man era las demas molestias. En un ang ulo d e路 la casa, extendieron bu enos p etates, y nos pusieron almohadas con limpias y blancas fund as , como no las habiamos tenido d esde muchos dias.

Dios se 10 pag ue .

Ala mafiana sigui ente, continuamos nu estro pesado viaje', llevando una hamaca, en qu e se metia el P. Foradada, cuando no pod ia a n dar . Se nos fue haciendo menos pedregosa la playa, a medida qu e nos acercabamos a Anauauon, adon qe ll egamos a las diez de Ja manana . Aqui recibimos un despacho del P. A lberto Masoliver, Misionero d e Surigao , quien, noticioso de que ".nd~bamos por aquelJas playas, nos enviaba abundantes provisiones. Mucho agradecimos la caridad del Padre, y Ja qu e uso con nosotros el pueblo de Anauauon , pro veyendonos d e todo 10 necesario para el descanso y comida, y d e g ehte qu e nos sirvi ese , rendi dos de cansancio como estabamos .

No nos pusi eron gu ardias en el con vento , ya pesar de no ser conocidos del pu eblo, por ser d e la admi ni stracion espiritual de Surigao, vini eron a visitarno~ alg unas p ersonas, y, con sus Iagrimas y exclamaciones, daban bien a entender la pena qu e sentian por ilOsotroS. Por fin , el dia sigui ente, 31 de enero, a media manana, llegabamos a Surigao. JQue aspecto tan triste ofreciamos al ser presentados al General de Mindanao D. Si mon Gonzal ez J La barba crecida, las sotanas sucias, los somb reros rotos, los zapatos estropeados, y los rostros maci Jentos. Se impresiono Gonzalez aJ vernos, mostrose fino y

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atento, y des fogo su enojo contra Sll hermano, por habern os desa ten · dido, y por hab erl e ex puesto a el a la responsabilidad consig uiente, si al g uno de nosotros hubiese mu erto en el vi aje . Con este moti vo ocurri eron entre los dos hermanos escenas violentas, y el General se fu e a vivir en casa aparte desde aquel dia.

Las once de la manana serian , cuando abrazamos al R . P. Alberto Masolive r, Vicesuperior de la R eg ion y Superior de la R esidencia, al P. Ignacio Vila y OIl H. Pascu al Lasal a. Estaban ta mbi en presos en nu estro convento cinco Padres y cuatro H ermanos Bene· dictinos. El P. Llobera y el H . Bertran tll vieron que meters; en cama desd e lllego; y t anto se agravo la dol en cia del primero, qu e fue preciso administ rarl e el santo Viatico. E l P . Foradada ha contin uado notabl emente fla co y desm ejorado; yo he con servado sola mente, como recu crdo de nu estras perip ecias , una nubecill a q ue se me form o en el ojo durante el viaje, tal vez p or el reflejo del sol en los guij arros y la continua atencio n de 1" vista al poner los pi es en ellos . D e todo deb emos dar infinitas graci as a D ios , pues ha sido para nu estro mayor provecho cuanto el Senor ha permitido .

Los demas Mision eros del A g usan fu eron dete nidos por este orden: el P. Ramon Ricart y el H. Ju an Costa en La E speran za, el 22 de enero ; el P. Mig uel Alaix y los HH. Luis F errerons y Pedro Simon en Talacog on, el 25; el P. Jose Espaila y el H . F rancisco Mompo en Prospericlad, el 2 de febrero; el P. F ern ando Dieg.o y el H . Mig uel Sureda en V eru ela, el 1 2 de febrero; y el P. B ernardin o Llobera en ] ativa, el 18 del mism o mes. Excuso dar porm enores de cada una de estas pri5io nes. Solo dire qu e, en general, los com isio· nados que las lI evaron a cabo, se ex tralimitaron, y no se atu vieron a las ordenes que , por 10 menos oficialm ente , parece qu e Ilevaban de respetar a los Misioneros y sus cosas. T odos los P adres y H erm anos fu eron Ilevados a Surigao , de d onde pasaron a Ma nil a , excepto el P. F ernando Dieg o qu e todavia queda e n Butuan , retenido por aqu e1I0s naturales.

En Surigao recibimos varias visitas de Butuan, Talacogon, To · losa, ]abonga y otros pu eblos. Algunos hacfan el viaj e unicamente para ver a los Padres. D ecfan que estaba mas triste el ci elo, desde qu e nosotros hab!amos salido ; qu e apenas cesaba de Hover; qu e en castigo, Dios hab!a p ermitido la perdida de la mayor p arte de la co · secha del arroz ; que la gente apenas acud ia al pu eblo ; que al ir y salir d e la igl esia los' domingos, los hombres , por la pena qu e sentian ,

no se atrevian a mirar al con vento; y otras expresiones decian, seme jantes a estas, con que revelaban claram ente el afecto sincero que nos profesaban . En fin, no quedan en manera algu na ha,cerse solidarios de los Gonzalez ni d e la conducta de la ] unta local.

Hemos de confiar en Dios Nuestro Seilor, el cual, seguramente, se apiadara, a no tardar, del abandono en que han quedado aquellos pueblos. Esta confianza debemos sustentar con nuestras incesantes oraciones, que pienso seran continl1as las de todo Misionero del Ag usan, pOl' aql1ellos pobrecitos h ijos de D ios yen' especial pOl' los nu e vos cristianos.

En los SS. SS . Y 00. de V. R. me enco miendo .

Siervo en Cri sto, FRANCISCO N EBOT,

S. ].

CARTA DEL

P.

MIGUEL ALA IX AL

R. P.

PRO Y-INCIAL

La comisi6n revol4cionaria e n Talacogon. - Tacita protest. del pueblo. Cuatro dias de pfls:on en el con vento. - Muestras de amor y Senlll11!ento de los feligreses . - Serm6 n de despedid â&#x20AC;˘ . - EI . p.stor separado de Sll rebafio. - En el convento de ButLlan . - A S llri gao. - En la tercera carcel. - Di¡str ibucion de los prisioneros entre los pueblos de Surigao, Gigaquit y Placer. - Ca ridad de los veci nos de Gigaquit. - En libertad.

Val encia,

IO

de octubre de 1899.

P. C.

Mi revere ndo en Cristo P . Provincial: R epuesto de las fatigas sobrellevacfas en mi salida de Mindan ao, voy a decirle algo del destierro y prision es en que estuve. Por ello vera V. R. cuan arraigada esta la fe en el corazon del indio, y el a mor que profesa a los Misioneros, y que solo Ia persecl1cion masonica, llevada a Mindanao pOl' un punado de revo lucionarios de Luzon, ha si do la ruina de nu estr as Misiones.

EI 25 de enero de este ano, a las ocho de Ia noche, fu el'On a la Mision de Talacogon ocho comisionados de! Gobierno revolucionario de L uzon, con un docum ento firmado por un particular, y no pOl' las Autoridades, y por medio del cual se me intimaba Ia orden de prision y se dispon{a, ademas, Ia in cau tacion de los bienes de Ia igl esia y del con vento. Solo se me permitia, como excepcion, el libre ejer cicio de mis sa grad os ministerios en el pueblo. Pro teste contra semejante documento, sin firma ni sello de Autoridad compete nte, y contra Ia violac ion de derechos tan sagrados; obedeci a la fu erza, porque se impon{an el revolver y el remin g ton; y con el H . Luis Ferrerons, mi companero, quede custodiado pOl' ocho soldados. Como Ia com ision ll ego de noche, ni el p'ueblo supo nada, ni hubo nin g un ¡ recibi-I

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mi ento . Pero a tees soldados del pueblo, que guardaban el Tribunal, se les oblig6 a gritar: <] Viva la republica filipina; abajo los foras teros I. y elios 10 hicieron, aunque a media voz, por efecto del mi edo.

Al dia sig uiente , ya apareci6 izada, en la ventana del Tribunal, la bandera de la independencia; se procedi6 lu ego a la elecci6n d e Presidente local y , despues , los comisionados del gobierno, aco mpa ijados del mismo Presidente y demas principales, vinieron a incau tarse de todo. D e todo, no; que nos d ejaron 10 necesario para el viaj e , a unq ue fu e, ciertam ente, _muy poco.

No debo pasar en silcncio la impresi6n que produjo en el nuevo Presidente y principales del pueblo la orden de embargo. Todos 10 lI evaron muy a mal, y, s610 amenazados de muert e, asistieron ala incautaci6n, como testigos forzados y sin tomar parte activa. Yaun, para no ver tal latrocinio, permanecieron a cierta distancia de los comisionados, vu eltos de espalclas y llorando_ Fue esto, en realidad de verdad, la mas solemne peotesta y reprobaci6n de aquel acto. E s de notar que, mienteas la comision se incautaba del dinero, me dieigi a uno de los prineipales y Ie dije: , Di a tu padre enfermo, que esos t am b ien se ll evan los 20 pesos en oro que el me dio para hacer dorar un caliz,; pero la codicia de oro, auri sacra james, no entendia de verdades.

Cuatro clias estuve preso en T alacog on, siendo mi carcel el mismo convento . Nunca se vio este mas concurrido qu e entonces, ni el Mision ero ja mas reCi bi6 tantas prueba路s d e ser querido de todos sus feligreses, como en aquellos momentos. Las continuas comisiones de hombres y mujeres del pueblo, que, con lagrimas en los ojos, ped ian a los emisarios de la revolucion les d ejasen a su Padre, hasta la lIegada de algun sacerdote del pais (que no llegarfa nun ca); fu eron causa d e que me quedase cuatro dias, y aun de que me tratasen los delegaclos con alguna d eferencia y r espeto . Pero delante del pueblo, se excusaban de no po der acceder a su demanda, porque bajo pena d e la vida ten ian que cumplir cuanto se les habia oedenado .

N o he cle omitir aqui, R. P . , un porm enor que refleja el carino que nos pro fesaban los indios, y que toclavia me conmueve, al r ecor darlo . A porfia querfan b esarme la mano y sel' los primeros en darme esta mu estra de amor y respeto; y los qu e ya habian alcanzado, 10 que con tanta vehemencia pretendian, juntabanse con los recien venidos y me visi taban otra vez para b esarm ela de nu evo. Aquello era

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un continuo arrancarme del p echo el corazon y hacer de el mil pe路 dazos.

A pesar de la prohibicion de en trar en el convento, no fu eron parte ni comisionados, ni bayo netas , para contener aquella expan路 si on del afecto que todo el pu eblo sentia por su Misi onero . Con esto, ya co mprended. V. R. que la incom unicacion fue nula: y, a la verdad, no solo poria puerta del convento, mas tam bien por la huerta, y por todas partes , se metian adentro y yo, sin sab er como , m e veia constantemente rodea do de mis felig reses. Ellos no acertaban a decir 10 que sentian, porque la pena no les dejaba hablar, y yo tampoco sabia como desp edirl es, porq ue no querian dejarme . L as mas de las veces contentabanse con mirarm e y con habl arme con sus lagrimas.

Pediles por favor qu e no viniesen 'mas a visitarm e, por 10 mucho que me hacfan sufrir; p ues los queria mucho, y con verlos, se me avivaba el dolor de tener qu e separarme de elIos; pero no pude lograrlo.

A todas horas los veia de rodillas por los corredores, cogiendome la mano y diciendom e : 芦Padre, danos la Lll tima bendici on. iAy! nos otros, .- decian, - no qu eremos esto que' te aflige ni teliemos en ello parte algun a . Y iq uien nos salvara el alma, Padre, si te vas? iQ uie n nos ayu dara e n la hora de la mu erte? Y esto, R. P., no solo 10 decian los nil10s, sino el mismo Presidente y los principales.

Para librarm e de tan cJesgarradoras escenas, se me oc urrio enc errarm e en el confesonario, y alii confese , ma nana y tarde, a todos los . que pude, que fu eron muchisimos , y a cada uno dij e 10 que mas Ie conve nia . Hasta los mismos soldados subian a pedirme perdon, y se excusaban, dici encJo que se veian obligados a hacer 10 qu e hacia n, por mandato de sus jefes, y que temian un gran castigo del ci elo, pOl' el modo como se me trataba . .

EI llitimo dia de mi permanencia, que rue un domingo, dirigi la pal abra a mis oyentes, pero procu rando en el sermon no excitar los afectos, para que no se conmoviesen mas. Tres cosas, les dij e, habeis de hacer, hasta qu e yo v uelva: I. n No compreis, ni acepteis cosa alg una de la igl esia y del convento, aunque os la regalen: comete路 dais un gran sacrilegio y Dios os castigaria . 2.n No reciba!s otra fe que la que yo os he ensenado, ni por premios qu e os den, ni por amenazas que os hagan. 3 -" Si tuvieseis la desgracia de caer en pecado mortal, haced lu ego un ac to de contrici on, y no os acosteis en pecado, sino decid de todo corazon: "Pesam e, Sefior, de haber pecado contra Tf, qu e eres la suma Bondad" y este solo acto os servira de

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confesi6n, mientras no tuviereis sacerdote, con que asi salvarCis vuestras almas.

Ll eg6, por fin, la hora de partir. La g ente estaba tan apinada en la call e, puerta, entrada y corredores del convento, que no se podia pasar. Pedi al Presidente, por ultimo favor, dispusiese que todos se marchasen . ÂŤPadre,- me dijo,- es imposible; no me obedeceran. Âť Entonces, rompi endo yo por medio de las turbas, y empujando a los qu e Jlorando, se me echaban encima para besarme la mano, y teniendo yo buen cuidado de no darla a ninguno y de no decir palabra a nadi e, log re abrirme paso, y me 'fui apresuradamcnte a mi barca.

Scguian me los HH . Luis Ferrerons y Pedro Simon, el ultimo de los cuales no pertenecia a la Mision de Talacogon, si no a la de Jativa , pero cayo prisione-ro en el embarcadero de Talacogon, al bajar a Butuan para hacer la acostumbrada r enovacion de votos. La gente se vino toda con-iendo detras de nosotros; visto 10 cual, y una vez estuvimos en el embarcadero, tome con la mano izqui erda el Crucifijo, e imponiendo silencio con la derecha, les dij e estas illtimas pala bras : ÂŤNo olvideis nunca que este J esus crucificado por nosotros y cuya fe y doctrina os he ensenado, vendra el ultimo dfa del mundo a juzgarnos a todos, buenos y malos. Entonces, anadi, vereis la inocencia de los Padres Misioneros, arrojados con tanta ignominia de sus amadas Misiones, a vista de un pueblo' tan querido, y ven~is tambien entonces, el gran pecado que cometen los que nos arrancan de vosotros. Si practicais la ley del Sellor y guardais sus mandamientos, subireis todos al cielo para siempre, Que no falte alIi ni uno solo de voso tros. Que no se pierda, no, uno solo d e los que yo he doctri nado . Mas I ay de aquellos, que, despreciando mis ensenanzas, se juntaren con los malos: con ellos seran arrojados, a vista de vosotros todos, al fu ego d el infierno! . Y dicho esto, sin hablar mas palabra, me entre en mi canoa y zarpamos al punto , i Pobrecitos indios! I Cuales sedan en tal sazon sus pensamientos!

I Y cu ales los nu estros, R. P., al abandonarlos, tal vez para siempre, entre aquellos esclavos de la masoneda I Quedaronse ellos, mis hijos del alm~ , co n las manos elevadas, ora hacia el cielo, ora hacia nos otros " . lasf los dejamos! Y ino Ie parece a V. R. que, con semeja nte actitud , nos qu erian decir qu e guardadan la fe recibida en el bautismo, que no nos olvidarian nunca, y que rogadan aDios por nosotros? Creo que, efectivamente, no nos olvidara,n jamas. Nosotros, en tanto, ibamos ausentandonos de ellos, con el corazon lace-

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rado par tan cruel e injusta separaclOn, y torturada la mente par esta sola id ea, que aun muchas veces me asalta , ,que sera de elios, sin noso tros ?

Ibamos rio abajo, prese nciando otras nu evas y no menos dolorosas escenas, al pasar po r las rancherias, pueblos de cristianos nuevos, recien bautizados, que tantos sudores, enferm edades y muertes costaron a los Nuestros, y que, co n la fe y cristiana educaci6n que habian recibido, vivian tan felic es, y qu e ahora, a nuestra vista , parecfan deshacerse como el humo . Aqui y alia, en aquellas orillas y rib eras , se presentaba n los indios a elante de nosotros, y como at6nitos de 10 que estaban presenciando, decfannos a voces : Que haremos ahora, Padre? <,que sera de nosotros' . <Idos pron to a vuestras sementeras, -les decfa yo, -y haced alii siempre 10 quP. aqui os he ensenado. > Y cuan duro y cru el era, R. p. Provincial, verlos tan tristes y afligi dos, cargados con su ajuar, formado de una sola miserable estera de palma, y con un a gallina debajo del so baco , y un a olla en la mano , di rigirse otra vez hacia el monte. i Oh cuan estrecha y rig urosa cu enta no tendran qu e dar los q ue, con go lpes tan inj ustos, seran quiza causa de la perdici6n de tantas almas!

D espues de dos d ias de viaje, el 3 I de eneto, Il egam os a nuestro convento de Butuan, segunda ciil'cel, donde estuvimos, poco mas 6 menos , como dos semanas . Aqui gozamos de la misma libertad qu e antes dentro del convento, 5610 que eramos vigilados. Encontramos en Butua n reunidos a los presos, Pl'. Ram 6n Ri cart y Juan Casellas y HH . An tonio Auger y Juan Costa, hechos prisioneros en la Misi6n de La Esperanza y en el mismo Butuan ; y tan afectados estabamos todos, p ensando e n las consec uencias de la in esperada prisi6n, que no osabamos ni siquiera sal udarn os. Y , ciertam ente, no era de extra lia r esta conducta, recordando, como recordabamos 10 que se habia hecho con otros, fu era de Mindanao, y que, segun probables conj eturas, se qu eria repetir con nosotros. Aqui se nos estrech6 mucho el rigor de la carcel: incomunicaci6n absoluta con todos; hasta los ni ll os de servicio tenian mi edo de hablar can nosotros, por temor a las autori dades; y ni una palabra se nos dijo de los presos que habian sali da de aqui para Surigao, y ni siquiera nos entregaron sus cartas.

A la verdad, halle muy larga y dura esta carcel de solas dos semanas. Pu es anada a 10 dicho , que , a menudo, se oian alborotos par las calles, y ruidos de armas blancas, y gritos de viiJas y lIIucras, qu e nos tenfan en continuo sobresalto . i Que tragos tan amargos eran estos para nu estro coraz6 n !

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D e aquf, y no sin escolta, fuimos conducidos el P. Casellas y yo , y los HH . Costa, Auger y Simon, a la carcel de S urigao , adonde lI egamos, despues d e cuatro dfas de viaje por rio, mar y tierra , el IS de febrero, miercoles de ceniza, a las siete de la ma nana. Avi sad a de nuestro arribo la primera Autoridad revolucionaria , envio al punto mas soldados que nos conduj eran a su presencia . P oca ge nte , y aun esta silenciosa, fue la que acudio a contemplar nu estro d esembarco, a p es ~ r de la curiosidad que, natu ral mente, debia excitar llU estra lIegada, y d e no estar la gente fuera del p uebl o . Ib amos todos, Padres y H ermanos, vestidos como acostumb ramos presentamos los Mision eros, lI evando las cu entas del Rosario pendientes de la faja, yel crucifijo en el pecho , gozandonos de ser lI eva dos por aquellas calles como presos de Cristo. Por 10 d eteriorado de los t ra j es, resultaba nu estro porte humilde , despreciable y hasta quid un tanto ridiculo; p ero, a pesar d e esto, la turba de soldados y demas gente qu e se hallaba en la plaza y 'puerta d e la casa . real, nos saluda con respeto, Presentados ante el Sr. Gobernador, este nos t rato co n cortesfa, y hasta con cierto afecto, dandonos ;] cada uno la mano , y desp ues nos envi6 al convento, que fue nuestra tercera carcel.

Aqui nos encontramos con nuestros presos d e la Residencia de Surigao, CO il los de Buttlan y de Jabonga, q ue padeciero n mucho en el viaje , y con los RR. pp, Benedictinos, que hacian vida comun con los Nuestros. Nos abrazamos todos, como si fueramos hijos de un a misma orden religiosa, y en todos reinaba m uy buen espiritu y gran conform id ad con las disposiciones de Dios, por dif{ci les que fu ese n.

Las primeras impresiones fueron de alguna alegria, q ue la compaliia d e personas gratas disminuye el dolor, y, mas aun, el buen ejem plo d e tantos, go zosos de padecer por J esucristo, tam b ien preso; a mas de que el combate con t inuado, quita el miedo de las b alas, D espues d e las primeras expansiones de gozo , preguntamos so bre la marcha d e las cosas y sobre el paradero d e los Nuestros , L a respuesta fu e : ÂŤTodD es misterio: estamos incomu nicados con t odos; nada sab emos d e los Nuestros de Mindanao ni de los d e Manil a .Âť Un muy espeso velo cubria el borizonte y no se vela , por entonces , el desenlace de nu estra tragedia , Y como eramos tantos, y no sabia mos cuanto duraria nu estra prisian, trat6se, en vista de que las provisiones no eran mucbas, de reducir las raciones . Todos nos conformamos con ello, viendo qu e hasta 10 poco era sobrado para el destinado a morir: mOl'itul'o salis ,

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EI cjercito de la nueva republica, en los ratos que Ie qucdaban libres de hacer 'cl cjercicio, se ocupaba en hacer trinchcras para de fenderse de los americanos, pues todos los dfas se les estaba espe rando. Nosotros, entre tanto , vivfamos de dos en dos en los aposentos, y la conversacion, como era natural, recafa a menudo sobre la cuestion palpitante_ Todo era observar desde las ventanas si apared a algun vapor americano, y la actitud de Jas gentes· y soldad os . «Spgun rumores, - dedan unos, - hoy lI egan los yanquis. » y otros : «N o ; mmlana. » Y otros: «Aun no, mas tard e.»

La ocupacion mas frecu ente, y casi continua, de todos nosot('Os, era orar y pedir aDios fuerzas para ll egar hasta el fin de la tribulacion con valor cristiano. A todas horas habfa P adres en la iglesia. Yo busque un asilo en el altar del Sagrado Coraz on, que tenia detras un escondrijo , no muy seguro, por cierto, y me decfa a mis solas: «Aqui me escondere en tiem po del peligro, y si me hallan, saldre para morir de rodillas delante del Sagrado Corazon. » Tales eran los pensamientos que, poco mas 0 menos, nos dominaban a todos. Desp ues de up mes de continuado martirio, llego el dla, que crefamos ser el Llltimo, en que se nos intimo repentina mente la orden de embarcarnos todos, sin decirn os para que ni para donde.

Oh, y i que despiadadas resultaban p ara nuestros sobresaltados corazones, estas ord enes; envueltas en el misterio! Ll enos de afl iccio n, les suplicamos llanam ente nos manifestase n a donde nos condudan; logra mos ento nces nos dijesen ellu gar de nu estra cuarta carcel, y al punto aprovechamos el escaso ti empo de que dispo niamos, para re o coger las po cas provisiones que nos quedaban.

La autoridad nos distrihuy6 en tres grupos: el prim ero, com puesto del P . Alberto Masol iver, H . P ascua l Lasala y de un Padre y un I-Iermano Benedictinos, qu edose en Surigao; el segundo, for : mado por los PP. Jose Espalla y Bernardino Llob era, y HH. Fran cisco Momp6 y Juan Costa, con dos Padres y un H ermano Ben edictinos, paso a Placer, y el tercero, que constaba de los PP. Guillermo Llobera, Francisco Nebot, Francisco Foradada, Ign acio Vila y- el qu e subscribe, y de lo s HH. Magin Bertran, Pedro Sim on, Antonio Au ger y Mig uel Sureda, con cu atro Padres y tres Hermanos Benedictinos, fu e a Gigaquit. Esta separacion fu e para to dos nosotros muy se nsibl e, y la despedida en · extrem o dolorosa. Al salir para nu estra Llltima drcel, a las dos de la tarde , ni un solo hombre en contramos en la call e, ni una sola cara vimos en las ventanas para

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sal udarnos y d ecirnos adios , cosa qu e extrafiamos mucho. Seria efecto de la pena qu e sentian, y tambien d el mi edo qu e tenian a las autoridades; p ero, es 10 cierto que , con esta ultima amarga impre路 sion, tuvimos que emprender el viaje. D espues d e una hora de vapor, dejamos al H. Juan Costa en Pl acer, mi entras los demas, destinados a este pueblo, nos acompafiaban hasta Gigaquit, adonde ll egamos una hora despues. Los que nos conducian, ll evaban ordenes severas para las Autoridades locales de tenemos inco municados, con am enaza de que 10 pagarian con la cabeza , si uno solo d e nosotros se escapaba.

Los Padres y H ermanos que fu ero n a Placer, segun dij eron, 10 pasaron pobremente y mal de parte d e la Autoridad; los de Giga路 quit, pueblo evangelizado por el P. Y epes durante unos veinte aI'ios, antiguo y devoto, y administrado ahora por los RR. PP . Ben edicti路 nos, se portaron muy bien con todos los presos. Al llegar les decla- . ramos ingenuamente que no t en iamos ni dinero, ni de que com er.

Pero donde hay fe y cari dad , no falta nada. Al segundo dia ya nos habian regalado hasta 60 galli nas, qu e los pobrecitos iban a buscar a sus sem enteras. Cada dia, fuera de otros obsequios, nos traian de limosna una pierna de vaca 0 de carabao, y el domingo de Ram os , d espues de una procesion solemnisima y d el Passio, ca ntado muy bien por los RR . PP. Benedic tinos , con extraordinaria d evocion d el pueblo, que no hab ra oido ni visto nunca cosa tan solem ne, varias familias nos envi aron asados algunos lechoncitos, que ag radecimos mucho. Mas todos estos obseq uios no bastaban a quitarnos la p ena que nos causaba el ver de continuo detras del pu eblo las copas de las palmeras y cocales, lugar d estinado, segun se decia, para nuestro sup licio. Para este mismo dia estaba anunciada la llegada d el Sr. Go路 bernador, W enceslao Gonza lez, qu e venia de buscar al P. Sanchez , Misionero de Tandag, que habia huido hacia Caraga. Y, efec tiva mente, lI ego, entrada ya la noch e, y vino furioso por habersele escapado la presa, cuya cabeza qu erra cortar, segll11 el mismo m e dijo; y para desahogar algun tanto su colera, tu vo la hum oristi ca ocurrencia de mortilicarnos, haciendo que la orquesta nos di era serenata hasta la salida del sol, y por consig uiente, no d ejandonos dormir en toda la noch e. P ero esta ord en, tan descabellada, fu e la ultima que dio desde las a lturas d e su Autoridad. Aqu el mismo dia, 27 de marzo, Innes de Seman a Santa, a las siete d e la mai'ian a, estando el a punto de almorzar, se Ie presento un olicial de tcopa, lIamado el Capitan Bernard ino ; quien, acom pafiado de catorce soldados con rifle, lIevaba

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dos oficios: uno para el dicho Gonzalez, en que se Ie intimaba la prision y se Ie despojaba de sus armas, con pen a de la vida si se movia, y el otro para los presos, en que se les concedia' plena libertad, y hasta la defensa y protecci6n de aqu ellos catorce soldados. Ap enas podiamos creer 10 que estabamos viendo. Sin habersenos ocurrido hacer gestion alguna ante los hom bres, el Sagrado Corazon de J esus y la Santisima Virgen nos ponian en completa Iib ertad. Figurese V . R . la alegria de todos, al vernos libres, por fin, de aquel enorme peso de temores y sustos que no nos dejaba vivir. Al punto volamos todos a Surigao, donde se hallaba nuestro libertador, D . Prud encio Garcia, para darle las gracias. E1 mismo se adelanto a visitarnos y, despu es de una larga y gratisima conversaci on, en la qu e, con mucha sinceridad, nos hablo de la influ encia de la Masoneria en la revolucion, nos pidi6 que rogasemos aDios por el, para que el Sefior le conc ediese buen fin. ÂŤUstedes ahora, - afiadio, - podran volverse, si quieren, a sus pu eblos, 6 qu edarse aqui, 0 irse a Manila, 0 adonde mas les co nvenga, con la seguridad de que aqui nadie les molestara .> Nosotros, reconociendo el acto h eroico de valor y humanid ad que hacia D. Prudencio, pues nuestra libertad podia costarle la vida , ofredmosl e nuestros servicios, deseando vivamente mostrarle con obras nuestro amo r y gratitud.

En los SS. SS. y 00. de V. R. me encomiendo.

D e V. R. siervo en Cristo.

MIGUEL ALAIX ,

.

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.

S. ] .

C ART A DEL

H.

A NS EL MO PEREZ A L

R.

P . PROV I NC I A L

Ll egan a T andag noticias de 10 aco ntecido en Surigao. - EI P. Sa nchez se ret ira hacia el Sur al ve r en peligro su vi da. -

Reconoc im iento del

co nvento de Ta ndag po r la com isi6n del gobie rn o de la Cabecera. - Prisi 6n de los Nuestros . - Pesqui sas para en co ntrar al P . San-

chez.-Cond ucta del Gobe rn ador de Sur igao con el P. Ceballos.-Salen de Tandag. en cal ida d de presos, el P. Ceball os y el H. p erez. Diligencias de D. Prud encio Ga rci a para sa lvar a los Padres. - Llegada de estos a Su rigao . - Su entre vista co n cl General D. Sim6n Gonzal ez.

T ortosa , 16 d e noviembre d e 1900.

P. C. Mi reverendo y muy amado en Cris to P . P rovincial: A unqu e es muy poca mi habil idad en escribir cartas; con todo, la b uena vol untad que ten go en satisfacer a V. R., me mueve a referir, en cuanto pu eda , alg unas cosas t ocantes a nuestra prisia n y libertad en Mindanao .

A prim eros d e febrero , mi entras estab a un d ia el P. Sanch ez, Minist ro d e nuestra casa de T andag , hablando con un cab all ero , se presenta un indi o, y lIamandome aparte, me dij o qu e en Surig ao. ha con t arselo al bia n p uesto presos a los Pa dres . Inm ediatamente fui P. Sanchez, desp ues de 10 cual qu edamos esp eran do noticias mas seg uras. A I otro dia ru e el Padre al p ueblo de Co rtes , para verde evitar alg unos desard enes q ue se com e ti~ n , por h aberse marcbado de dicho p ueblo las a utoridades esp anolas . Tres cuatro dias d espues , recibo carta de l Padre, diciendome que pare cia ci erto 10 qu e me ha bian dicho ; qu e 10 encomendara a Dios , y me preparara para 10 qu e pu diera venir. P ero , a pesar de todo , no dab amos cred ito a las noticias, porqu e pensabamos que., si fu eran verdad eras, ya nos hubi eran

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avisado los Padres de Surigao. Pero, I como nos 10 habian de decir, si estab an presos e incomunicados I Por aquellos dlas una mujer muy bu ena, maestra de Taganaan, se fue a Surigao, y, como pudo, hi zo saber al P. Masoliver que, segtln se decia, iban los revolucionarios a matar al P. Sanchez (I). Entonces el Padre Ie dijo que, si Ie era posible, escri bi era al P. Sanchez, para que se escapara; porque el no podia hacerlo, estando preso. La buena maestra inm ediatam ente escribio una carta y se la lI evo hasta el pueblo de Cantilan, donde tuvo que deten erse , por un temporal que se presento en el mar; pem la pmvidencia de Dios, que nunca falta , hizo que se encontrase alii el ma estro de Cortes, intimo amigo del Padre. Entonces la maestra, atribulada por no poder pasar ade路 lante, piclio al maestro, que, pues iba ,\ Cortes, entregase a dicho Padre la carta de aviso. Pero como el P . Sanchez ya habia salido para Ti gao , el maestro, que tenia orden de buscarle hasta que 10 hallase, fu e alia y cum plio el encargo .

Sedan como las diez de la no che, cuando el Padre recibio la carta, y habiendola 'Ieido, la hizo mil pedazos, como se 10 pedia la rnaestra; lu ego , sin perdida de tiempo, se embarco para T andag, dond e est<! bamos el P .. Ceballos y yo. Liego el dla siguiente, harto impresionado; y yo, adrnirado de verie, Ie dije:-Padre Ico mo viene ta n pronto? - y el contesto:-Hermano, adelante cuanto pueda la co mida, porque me buscan para matarme . -Adelante la comida ; pem .ni el P. Sanchez ni yo podiamos comer con semejante trago. Solo el P. Cebal los, que, como V . R_ sabe, es viejo l' sordo, pOl' no habersc enterado de nada, cornia con tranquilidad. Asi que acabamos de com er, el Padre Sanchez se puso a arreglar su maleta, l' yo me fui a aparejar cl ca ballo. P ero el animal se habia salido de la caball eriza a pacer por el bosque, y por desgracia, pOl' mas que enviamos en su busca a todos los batas (2) que vi y a los sacristanes, no pareci6 pOl' ninguna parte .

Al fin, determiriamos dejar para otra ocasion buscar el caballo, y el

(I) No era ciertamente infundad o el rum or que atribu ia a las nuevas autoridades de Surigao intencio[~e s aviesas contra el P. San chez. Los dis gus to s bastante se rio s a que, en tiempo de la dominaci6n espaiioia , hab fa n dado lugar lo s m anejos tilib uste ro s de alguna de aque(Jas au tor idades, y los vej.1m enes que dcspues padecieron los indios, que ahora favo recie ron la huida del j\ \isioncrq, demostraron pll'nam ente las mala s disposiciones qlle ab rigaba n los prohom bres de la nu eva s itua cio n. (:?) Batas: jovencitos sirvientes de los Padres .

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Padre se fue a pie, acompa iiado d e un sacristan, que Ie ll evaba la maleta,, y sufriendo los ardientes rayos del sol por todo el camino que separa a Tandag de Tago. Antes de salir, llamo el Padre al gobernadorcillo, y Ie en cargo que Ie hici era el favor de arreglar la banca del convento para un viaje algo largo; yam! me indico que conve nla , para no llamar la atenci on del pueblo, que nos embardramos el P. Ceballos y yo , d esp ues que el hubiese salido.

Poco desp ues de hitberse partido el P. Sanchez, escribi en una pizarra 10 qu e tenia que comunicar al P. Ceballos, qu e , como h e dicho, aun no se habia dado cuenta de 10 ocurrido. EI pobrecito anciano, al enterarse de que hab!amos d e salir- tainbien nosotros, huyen do d e los revolucionarios, me contesto: «Yo no salgo de casa, porqu e soy muy vi ej o, y mas qui ero morir en el convento, qu e no por esos mundos de Di os. Yo no h e hecho dano a nadie; por 10 tanto, qu e' hagan de mi 10 que quieran . » EL P. Sanchez llego a T ago a las seis d e la tarde, muy cansado_ Vase al convento, ya un .mestizo de su confianza, llamado D. Bernardo Barcons, Ie cu enta 10 que pasa, y Ie pi de un a banca y remeros para ir a L ianga_ Preparada Ia e mbarcacion, D. Bernardo se empe iiaba en acompanar al Padre, para morir con et s i fu ese menester; pero al fin Ie indujo el Padre a que se qu edase , para gua,rdar el convento. Los dias 17 y IS de febrero los paso el P. Sanchez en el mar, yel 19 ll ego a Lianga, en don~le enconh-o al P. Juan Llopart y a l H. Bernardo Beamonte, tra riquilos y sin noticia de peligro alguno. Sorpren diolos con la nueva de la .p ersecucion, y los lIevo consigo hacia el Sur , sal iendo el 20 para Hinatllan, residencia de los PP . Salvador Bugu lla, MatIas Roure y H. Sebastian Minguijon_ D e aqul pasaron todos a Bagallga , donde gobernaba en paz D. Prudencio Garda. A poco d e la llegada de los Padres, tomo este sell or unos veinticinco sold ados y se dirigio con ellos por la costa a Surigao .

Ent\'e tanto el P. Ceballos y yo, si n saber 10 qu e habia de ser d e tlosotros , aguardaba mos a los revolucionarios, con g rande ansia. La gente d el pu eblo se iba entera ndo de todo, y acudian al convento a consolarnos 0 a p edir les diesemos alguna cosita, y con gran sencillez n os deda n: «i Lastima d e las cosas del convento, que 10 van a robar todo !» As! iban pasando los dias, y nunca Ilegaba la comision que habia de prendernos, y a mi ya me pareda demasiada la prisa con que el P . Sanchez se hab!a ido . iY sabe V . R. cual era la causa de Ia tardanza? Pu es era que los comisionados hadan cuanto pod!an para dar

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tiempo a los Padres de escaparse, por ser p,ersonas que nos quedan bien. EI jefe era un antiguo discfpulo del P. Sanchez, lIamado Pio Caimo; el segundo, llama do Cortes, habia tenido un hijo en nuestra Escuela Normal de Manila, y el tercero , era el capitan Bernardino, que ya habia ido con D. \Nenceslao Gonzalez a aprisionar a los Pa· dres del Agusan, y no se si s.e hallaba muy bi en con este oficio. Los de la comision, un dia antes de lIegar a Tandag, enviaron un despa· ~ho al gobernadorcilIo,. mandandole hiciera adornar el pueblo para r ecibirlos. Co n esta orden, com enzaron los vecinos a poner arcos por las cailes, y colgadu ras y banderas en las ventanas ;10 que nos con· vencio de que habia ya lIegado la hora de nu es tra prision.

EI dia 23 de marzo todo era movimiento en el pueblo. Como na· die trabajaba, por el deseo de ver a los anunciados, las calles estaban Ilenas de gent e, y muchos iban y venfan, corri endo a la playa para ver llegar las bancas de los comisionados, que se descubdan a' lo Ie· jos. EI desembarcad ero estaba cada vez mas lI eno. Cuando la comi· sion vio tanto gentlo, no se atrevio a atracar, pOl' temor; porq ue como ell os venfan a prendernos, y sablan cuanto nos qu eria el pueblo, temian algu na mala partida. En esto mandaron un propio para qu e dijera a los .del pu eblo que, si no ponian bandera blanca:, no entra· dan asf como as!. Entonces el gobernadorcillo mando buscar una del tribunal, y la planto en la playa, y los comision ados se acercaron, echando vivas a la Independencia y a D. Emilio Aguinaldo. Luego ' que dese mbarcaron, se dirigieron, formados los sold ados en dos filas , y con la mllsica, al Tribunal. L os principales del pu eblo rodeaban a los jefes y oJiciales, quienes preguntaron:- i Que tal .estan en el con · vento? 1 Habra seguridad para entrar ?-Si,-Ies contestaron,-pero no maltraten ustedes a los Padres, porque no nos han h echo ningun mal, antes estamos agradecidos a los Padres y al Hermano. -Bas· tante pe na nos da -dijeron los de la comision-tener que ir c'ontra los Padres; pero nos 10 mandan. No los maltrataremos.

En esto, Ilegaron al convento, y como el P. Ceballos estaba en cama , por una insolacion que habia recibido aquell a mailana, tuve yo q ue salir a recibirl os. Note que a Pio Caimo y a Cortes les daba mucha verguenza el presentarse, y que echaban por delante al Capi· tan Bernardino. Yo les aguardaba junto a 120 puerta deJ comedor, cuando oi una voz que decia:-Ave Maria .-Sin pecado concebi · da - conteste. -I Se pu ede ?-Adelante. - Y se presento la comitiva, que, en'tre los del pueblo y los comisionados, sedan unos cuarenta .

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Pio Caimo no hablaba palabra ni me miraba, de vergiienza qu e tenia; vis to 10 cual, el Cap itan Bernardino se dirigio a mi:-Hermano, iquien representa la casa l -Yo, porque el P. Ceballos esta enfermo.-Esta bi en ; I'y d onde esta e) P. Sanchez?-Se marcho el 16 del corri ente ' -iA d onde'-No lose: de aqui partiose para Tago; luego . .. no se donde estara ah ora. - I Y don de estan las lIaves de las pu ertas?- Yo las tengo . - i Y la caj a del dinero ?-En el cuarto del Padre Sa nchez . -Fui mos alia , abrieron la caja, y e! secretario de la comision se lanzo sobre el din ero, y volvi endose al Capitan Bernardino, I.e dijo: - H ay p oco .-EI Capitan mando contarlo, y se hallaron 91 peSos.-iD onde est a el qu e falta i-me dijo con severidad el Capitan . N o hay mas,-respondi.-Es imposible.- Tal vez se 10 lIevo el P. Sanchez.- N o: 10 habra escondido usted ; p ero si no 10 da, ya 10 encontrare mos nosotros . - Entonces comenzaron a buscar por todas p artes; pero no hall aron maS qu e un saquito, que result6 JIeno de perdigones . Pidi eron las armas qu e hubiese en pI convento; y como no las habia , tu vieron qu e qu edars e sin elias . Asi qu e se cansaron de registrar, dij eronm e qu e querian ver al P . Ceballos. lntroduj eles en su cuarto ; pero al mismo ti empo ' el buen Padre dio un gran suspiro que los espanto e hi zo salir fuera. A l m archarse me declararon qu e quedaba mos desde entonces prisi01; eros de guerra, y, en efecto, dejaron g uardia en el convento. Al g ob ernadorcillo Ie dijeron que que路 dab a de su cuenta mandarnos .a Surigao, cuando se compusiese el mar Pa cifico, qu e por entonces estaba alborotado.

Ya dij e a V. R. qu e dos de los comisionadps hacian su aficio de mala gana, y pru eba de ello es, que, este mismo dia, a las tres d e la tard e , vino al convento el Sr. Cortes y me dijo:-Vengo a pectirle perdon por 10 que h emos h echo. Ya ha visto usted que no los h emos mal tratado , y 10 que hacemos es solam ente porque nos obligan los Gonzalez.-Yo me vaH de la ocasion para decirIe, aver si podia re vocar la orden de qu e nos lIevara el gobernadorcillo a Surigao; y me contesto : -Ya veremos: yo por ini parte hare 10 que pueda por conseguirlo.

Mi entras estuvieron en Tandag los comisionados, las tropas qu e mandaban com ian del arroz del convento, y se llevaron un toro q'ue mataron , y nosotrQs les proveiamos de azucar, j abon y otros art!culos . E ntre tanto pasaba el ti empo, y los comisionados no habian po 路 dido prender al P. S anch ez, fin principal de su viaje a Tandag; as! es q ue decidieron escribir un a carta a Simon Gonzal ez , qu e eitaba en

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Surigao, dandole cuenta de la huida del Padre hacia el Sur. Por aquellos dias, habia emprendido su hermano \Venceslao un viaje en la misma direccion, eil un vaporcito llamado Surigao, y pronto supo la hu ida del P. Sanchez. Acelero la marcha para coparlo en Caraga; pero, como Dios sie mpre esta por los suyos, hizo que se levantara una gran tempestad, y al ll eg-ar a la punta Cauit, cerca ya de T an dag, el capitan d'e l barco, que amaba mucho al Padre, dijo que no se atrevia a pasar adelante, [Jor tener la helice rota una pala, y por esta misma causa se vieron obligados a desembarcar en Cantilan. Al saltar en ti erra \Venceslao, comenzo a averiguar quien habia Ilevado al P. Sanchez el aviso de su peligro, atemorizando a todos con gran des castigos de azotes que hacia dar; pero no pudo sacar, por entonces, nada en lim pio. Pregunto despues, quien habia pasado por alli, du路 rante el ti empo de las lluvias; y 'como no habia pasado otro que el maestro de Cortes, que era el que habia llevado la carta, Ie mando Ilamar por medio de soldados. Tomol e declaracion, y el [Jobrecito ' negaba (au nque, muerto de espanto, no podia consig.o); y despues de maltratarle de palabra, Ie hizo dar den bejucazos {: Ie puso preso, diciendole que, si no declaraba la verdad, 10 mandaria fusilar al d ia siguiente. Los de Cantilan se interesaron por el [Jobre maestro, y Gonzalez, a fuerza de ru egos , condescendio en perdonarle la vida, contentandose con dejarle bien acardenaladas las espaldas ( I).

Pero ha de saber V. R, que no acabo aqui todo, EI domingo, S de marzo, llego el Gobernador a Tandag, a las nueve de la mafiana, muy enojado con -los comisionados que aun estaban aUi. 1\1 pueblo Ie entro, al verle, un miedo "espan toso, por las palizas que habia mandado dar ' en Cantilan. AI desembarcar, la emprendio con los comisionados, por n.o haber Ilegado antes que pudiese escaparse el P. Sanchez; y luego me Ilamp a ml, para tomarm e declaracion, y me hizo sentar a sli lado en el Tribunal, que estaba lI enisimo de gente .-/ Donde esta el Padre?-pregunto. - Se march a el 16 de febrero.-/ Y por que se marcho?- Porque ustedes Ie ihan persigui en . do.-Pues, aunque se meta debajo de la tierra, Ie hem os de coger .-Luego ai'iadio otras muchas cosas, que me causaron gran tristeza.

(I) Tan terrible castigo, ejecutado en la persona de un hombre de bien, pOl' e l solo hecho de haber llevado una carta a su Misionero, explica de sab ra el miedo que en otras partes cruz6 de brazos a los buenos, ante las injusticias sacrilegas que comctfan los sau!iites de las logias.

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Despues de una hora, Ie pregunte : - Digame , Sr. Gobernador: i no se Ie ofrece nada mas?- No; -me contesto .-Pues a mi se m e ofrece pedirle una gracia .-Diga usted.-Com·o el P. Ceballos esta enfermo y es tan anciano, aver si nos permitiria quedarnos aqui, hasta que se arregle el mar Pacifico.-Por mi parte no hay dificultad, y ya me 10 han pedido tam bien los principales. - Con semejante con · cesion .quede mas contento que unas Pascuas; pues 10 de Surigao 10 veia mas negro que el hollin . Los in dios, que habian presenciado la escena, me miraban con g ran respeto y compasion, y esto era 10 qu e mas indignaba al Gobernador. .

Ya parecia todo concluido, y qu e podiamos respirar tranquilos; pero no fu e as!. Cab almente, aqu ella misma mafiana, el P. Ceb allos habia explicado el Evangelio al pueblo, a pesar d e hallarse deli.c ado de salud, como h e dicho a V. R . ; y hablo de la ingratitud de los judios con Jesucristo, mostrando alguna pena por nu estro estado ac· . tual. D espues de haber salido yo del Tribunal, un hombre, q ue era el unico que en el pueblo no nos qu eria, se acerco a Gonzalez, y Ie dijo que el P . Ceballos habfa predicado aquella mafiana contra su g obierno . Airado el Gob ernador, llama a la Comision, y, despues d e aspera reprension , por haber permitido al Padre qu e predicase, declaro a Pio Caimo prisi onero d e guerra, Ie hi zo quitar la espada y el uniforme y Ie envio al calabozo . Luego llama a los principales, y los increpo tambien duramente, y tras esto, dispuso que Ie acom pariasen al conve nto. Mientras aguardab'a al P. Ceballos, 'que estaba en la iglesia, via en un rincon una 'bandera espafiola, y , tomandola, la arrojo con ira por la ventana. Cuan do aparecio el P. Ceballos, Ie echo el Gobernador un fu erte y largo sermon ; al cual dijo el Padre por toda r esp uesta: «No se canse usted; porque no oigo nada: soy sordo .» Volviendose entonces \Nenceslao a mi, me dijo que estabamos de mas en el pueblo, y que se volvfa -atras de la licencia qu e nos habia dado para quedarnos, y , diri giendose a\· gobernadorcillo, Ie mando q ue en seguida preparara una banca y nos sacara de Tandag, \0 mas pronto posib\e.

Los amigos, ent re tanto, no cesaban de trabajar en nu estro favor; asi es 'q ue por aquellos dins, estuvierol1 en Tandag algu nos enviados de D. Prudencio Garcia, mirando muy ·despacio como nos trataba Gonzalez, y diciendonos que no t emieramos, qu e pronto estariamos en lib ertad.

A I pobre P io Caimo se 10 lIevaron el 6 de marzo a Surigao, para

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formarle sumana ante D. Simon Gonzalez; y el 7 fuimos tambien nosotros tras el, como prisioneros, custodiados por un teniente y varios soldados, que se portaron con mucha -humildad. La gente de Tandag se quedo llorando muy afligida. Aillegar nosotros a la punta de Cauit, la marejada no nos dejaba pasar adeJante; y el Teniente, que nos conducia, resolvio que nos dirigieramos al pueblo de Cortes, y pidio una banca de auxilio para aligerar la nuestra_ El 10 de marzo arribamos a Lanuza, y pasamos grandfsimo pe ligro a la entrada. No hay que decir, qu e el pueblo todo, con el gobernadorcillo al frente, nos trataron con mucho amor. El dfa siguiente ll egamos a Cantilan. Apenas 10 supo la gente, todos vini eron al convento a visitarnos, y a preguntarnos por que nos llevaban presos. Nosotros les contestabamos: qu e porque querian. Se entristedan con esto mucho, yexclamaban: <jAy! ya no veremos mas a Jos Padres. IQue lastima! > Preg untaron al P. Ceballos, si querfa bautizar; y el contesto que trajeran cuantos niflos hubi era, qu e eJ los bautizaria. Com enzaron entonces a venir madres con sus hijos, y fu eron tantos los n inos de la poblacion y de Jos pueblos vecinos que se presentaron, que el T eniente se via obligado a concedernos tr.es dfas de estancia en Cantilan, para poderlos bautizar. L os pobres cantilanos no parabari de lam entar nuestra. suerte, doliendose tambien de no te ner consigo Padres que les administrasen los santos-Sacramentos.

Estando aquf, recibimos una carta del gobernadorcillo de Lanu 路 za, en la que nos participaba, con mucho sentimiento, haber naufragado, a Ja entrada del pueblo, la banca qu e nos trafa el equipaj e .

Solamente se salvaron del naufragio los grumetes, que salieroll n,?-dando .

Mientras estabamos en Canti lan, paso haci a el Norte, costeando, D . Prudencio Garda con sus fuerzas. vVenceslao perman ecia aun en las poblacione~ del Sur; Garcia hizo alro en Placer, y I)osotros, prosiguiendo nuestro viaj e, llegamos a este mismo pueblo el [6 de marzoo Por ci erto, nuestro arribo nos costa pasar un susto mayusculo.

Pues como la ba nca que nos llevaba, era muy semejantt! a Ja del Gobernador; las tropas de D. Prudencio, que andaban vigilando eJ-pueblo y la plaza, se pusieron en movimiento, apenas nos di visaron. EI T eniente coron el que mandaba dichas fu erzas, estaba muy amargado por el mal trato que se decia haber nosotros recibido de los Gonzalez; por 10 que , al divisar la banca, empezo a gritar a los soldados, mandandoles Ie siguieran al desembarcadero. EcharOll estos a correr 5

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hacia nosotros, como desesperados, d etras de su T eniente coronel, y los unos amartillaban los fu siles, y los otros d esenvainaban los crises, aproximandose cada vez mas . El Padre y yo ibamos metidos en un a como camareta, d e modo que eUos no nos podian reconocer; pero yo, qu e sacaba un poco la cabeza por la ventanilla, y veia todo 10 que pasaba, me espante, creyendo puesta en p eligro nu estra vida.

Por fin Iogre qu e me reconociesen, y el T eni ente coropel exclamO:-I Ayl, si es eI H erm an o . Hermano , salte, salte usted en ti erra.

-Ta mbien va aqui dentro el P. Ceballos, -dije YO.-iQ ue t al vienc? ,bu eno?-Bu eno .- P l,sose entonces el Telliente coronel a explicarme la equivocacion que habia sufrido, confu ndiendo nuestra banca con la del que nos mandaba presos, y en esto nos e llvio a lIamar eI mismo D . Prud encio .

Mientras nos dirigia mos hacia la cas a que habitaba Garcia, en un mom ento se agrupo mucha ge nte a nuestro alrededor. E l T eniente coron el me llama aparte, y empez6 a preguntarme con interes:-Estos qu e los !levan , i que tal los tratan ?-Se han portado bien con nosotros .-Pu es, H ermano, -continuo, - no se si sabe usted qu e nuestro fin es ir a Surigao para Iibertar a ustedes, cueste 10 qu e cues te .- Y a11adio: - Ahora estamos a g uardando la contes tacio n de don Simon Gonzal ez, pues D . Prudencio Ie ha escrito, diciendole qu e d eseaba t ener una conferencia con el , sobre asun t os del nuevo Gobierno r evol ucionario .-Asi, habla!,do, lIegamos a la casa de D . Prudencio, com o a las once de la mal1ana. Nos recibio con t anto carino , que a nosotros nos pare cia que se nos abrfa el cielo. En se guida manda que nos prepararan comida, y yo Ie respondf que no habfa necesidad; q ue en to do caso, nos permitiese ir al convento a saludar al H . Costa, que hab ia lIegado alii aqu el mismo dia con dos Padres y un H ermano Benedictinos. Claro esta qu e nos concedi o ir adonde nos pareciese; pero y.a que no qu isimos comer, nos obl ig o a q ue, por 10 men os, lomaramos un refresco . Entre tanto saco un pe riodico y me dijo en secreto :-Yo voya Surigao para libertar a usted es . Por 'a hora , sigan ustedes prisioneros, como si tal cosa, y tengiln paciencia. Yo lIevo este diario, dond e dice 10 qu e se ha d e hacer con los prision eros de Luzon , y no dice que se h aga 10 que han hecho con ustedes. Por 10 tanto, si n: e co nt esta Gonza lez para t ener la conferencia, como yo Ie pido, entonces veremos de don de ha sa路 cado el las facultades para ... apoderarse del dinero de las ig lesias .

A la visita del H. Costa nos acompalio D. Prud encio. No es para

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dicha la alegria con que nos abrazamos y rompimos la incomunica cion en que ellos estaban. La buena voluntad de D. Prud encio nos fue de mucho consuelo.

E !' 18, a las cuatro de la tarde , lIegamos por fin a Surigao, d es pues de un viaje de diez dias, durante los cuales fuimos tratados 10 mejor que fue posible. Al desembarcar, cchamos a andal' hacia la casa del General D. Simon; pero el P . Ceballos, con el calor que hacia, se cansaba mucho. Acerto entonces a pasar un coche, en qu e iban un os chinos, y el Teniente, que notaba el cansancio d el Padre, man do parar el coche, y los chinos bajaron a toda prisa , dici endo: 'IAhl si, sf; que suba el Padre. IPobrecito! 禄 EI mismo T eniente Ie ayudo a subir; subimos tambien los demas, y en un mom ento lIegamos a la habitacion del General.

Este nos recibio bien; y despues d e hacernos tomar asiento, me pregunto:-IDonde esta el P. Sanchez?-EI P. Sanchez se marcho el 16 de febrero hacia Tago, y no Ie hemos visto mas.- IQue infel iz!

Pensara que no 10 vamos a coger. Y de!' dinero de ]a iglesia i qu e se ha hecho ?-Pues ya cogieron el que habia.-Pero, H ermano, 15010 9 1 duros la parroquia de Tandag ?-Ya vera usted , tal vez habria mas; pues el P. Sanchez no dejaria d e lIevarse para el viaje.-Si; todo podria ser. JBuenol Ahora pasemos a otra cosa: y el P. Ceballos,_de quien me dijeron que habia predicado contra mi Gobierno, i por que hace eso l-Yo no se 10 que el Padre dirfa, pues, si bien me hallaba en la tribuna, no pud e entender nada, porqu e se puso a ll o vel' y lucia mucho ruido la lluvia al chocar contra el zinc; p ero sf m e han asegurado , que no fue tanto 10 que dijo, como 10 han ponderado . Claro esta que el, al ver las cosas qu e nos han venido d e sop eton, 10 ha de haber sentido mucho ; porqu e a mf me 路ha dicho muchas 'veces que, d esp ues eJe haber estado mas d e treinta alios con los indios, es sensible nos sobrevengan estos trastornos. 路.. -iYa hace treinta arios que esta en Filipinas?- Si, sellor.-Despues, cambiando de conversacion, se puso a decirnos, si reconociamos al Gobierno, y si 10 queriamos obedecer; a 10 que con teste que si, que por fu eria . A con tinuacion hizo alg unas consideraciones sobre nuestro antiguo ~~tado y el actual, y nos despidio, diciendo que no pensaramos mas en 10 del sermon del Padre, y que estuvi eramos tranquilos, porqu e e! creia que el Padre era otro . Nos dio saludos para el P. Masoliver, y nos envio al convento, adonde fuimos los dos sin escolta. , A-los po cos dfas se presento en Surigao D. Pruden.5io Gar,cia. Lo

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q ue sucedi6 a su Ilegada, supongo 10 sabe ya V. R. por cartas de los Padres de aguella casa. Bendito sea Dios q ue nos ha saca do libres d e tantos trabajos, y q ui era el Sefior que todo sea para el mayor bien de aqu ellos pobrecitos indios.

En los SS. SS. y 00. d e V. R. mucho m e encomiendo.

D e V. R. humilde siervo e n Cristo .

ANSELMO

PEREZ, S. ].

CARTA DEL

P.

FERNANDO DIEGO AL

R.

P. P ROV INC I AL

Cambio d e sobe ra n ia en el Ag usan.- Comi sio n de D. \ Venceslao Go nzal ez 'en Ye ru ela. - P risi6 n d e los Mi sio n eros . - En fermedad del P . Diego . De Ve ru ela a BUl ll an. - D. Si mo n Go nzalez en BUllian: - Em ba rqu e d e alg un os Mi sio neros. - Los q u in tos de Ve ru ela . - Orden de deja r las Misio nes. - Sa lida d el P . Rica rt y dete nci6n del P. Diego . - But lla n, p rovi ncia independi en te.-M es de Mayo y fiest a d e S. Ignaci o. - Primera vi sila it los pueblos de l Agu sa n. - Cultos a la lo maculad a , - )l uevas Auto rid ades y libe rtad del p , Diego . - Segu nd a vi sita a los pueblos. E I P. Ll obera en BUlll a n.

p,

c.

Manila,

31

de j ulio de

19 0 0 .

Amadfsi mo en Cristo R . p , Provincial : Aeeedi endo a los deseos de V . R, ya 10 d ispu esto por el R , P. Superior de la Mision, vo~ a eseribir una relaeion de los sueesos mas notabl es, aea eeidos en n uestras Misiones del rio Agusan, al abandonar el Gobi ern o espanol la isla de Mindanao.

Mientras en Manila se veri fi caban los tr~ s tes aco ntecimi entos, de todos conocidos ; los Mis ioneros del Agusa n recorriamos nuestras Misiones, ej erci endo pacfficamente los ministeri os espiri tuales , como si nada hubiera pas ado en el mundo . Solam ente alia en 10 intimo del corazon un triste presentim iento pare cia decirn os : . E sta tierra q ue pisajs, ya no es tierra espa i'iola ; esos pobreeitos ind ios, a quienes enseJ"iais el ca mino del ci elo , ya no son su bditos de vuestra a mada E s 路 pal"ia.禄 A pri neipios de oetubre del 98 , nos re unim os en Butuan todos los Misioneros del A g usan para haeer los santos Ej ercicios. T erminados estos, por espaci o de tres dfas tuvimos consulta , maJ"i ana y tarde, con el 'fi n d e tomar las resoluciones que se Juzgaran conve-

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nientes para prevenir las contingencias que podrian presentarse . Prevaleci o la idea de no desamparar nuestras Misiones , mi entras para ello no recibieramos ordenes d el R . P. Superior. Por a quellos dias, abandono el Agusan la tlnica autoridad militar que representaba a S. M. el Rey de Espana; y nosotros nos volvimos cada cual a su Mision, sin sospechar q ue muy presto baj ariamos presos y escoltados por soldados.

( I) .

A principios de febrero d el 99, estaba yo con mucha paz y tran · quili dad en mi amada e inolvidabl e Mision d e Veruela, en ml convento nuevo, todavia no t erminado. Mi companero, el H . Migu el Sureda, y yo ibam os echando planes sobre el modo d e trasladar la iglesia interina a otra parte, para dar principio a las obras de la nu eva.

Mas nuestro buen J estls disponia, no y a el traslado d e la ig lesia, sino el nuestro. POI' estos dias , estaba yo tan sin recelo, que hice una salida al rio U mayan, para visitar los pueblos de Loreto y Ausona ; solo extrafiaba el no recibir noticias de nu estros Padres de Butuan; mas ellos i como me h abian de escribir, si iban recorri endo a mas andar el camino del calvario ? Algunos dias antes, supe qu e vendrian a Veruela unos comisionados del Gobierno filipino, para negocios d e elecciones y q uintas; mas ignoraba que traj esen la ord en d e prenderme. .

A l caer de la tarde del dia 1 2 de ,febrero, domingo d e Quincuagesima, se oyeron alg unos disparos d e r emin g ton. Era la senal de que ya estaban en la P9blacion los comisionados. Todo el pueblo; con las autori dad es y la musica, se reunieron en el pantalan (2). Yo no fui a recibi rl es, por no haber tenido aviso olicial de su llegada; y asi se 10 manifeste a las A utoridades aq uel mismo dia por la manana.

Los comisionados dieron varios vivas a la Republica, al presidente

(J ) EI original de la presente carta trae muchos y cur iosas pormenores S'o bre la propaganda masonica y filibustera que, en los ultimos dras de la do mina cio n espaiioia, se hacia en Cagayan yen Butuan, y que, por la g racia de Dios , «nu nea pudo ani dar en ningt'in pueblo de conquistas 6 nuevas cristianosl,. Las soc iedad es de este genera «se deshicieron, como la sal en el agua, a la ' sali da del Gobierno espanal». No qued6 de ellas lTIas residua que eie rta espfr itu levant isco yantic risliana, que, si bien produjo y sigue produ e ien do resultados desastrosos , no dio , cicnamen te, determinada dire'eeion a los sueesos pes teriores, que sig ui e ro n su curso po r impul so recibido de afuera, Por esta raz 6 n, y po r la exee s iva extension deaquellos datos, los hemos suprimi do.

(2 )

Embarcadero.

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Aguinaldo, a VerueJa ya si mismos. Preguntaron por el Cura, y les respondi eron que estaba en el convento . -'Y icomo no ha venido aJ pantalan a recibirnos? - Porque no ti ene aviso oficial de la llegada, respondi eron .-B ueno; - repusieron ell os ,-vayamos primero al Tribunal, qu e alli daremos las ord enes correspondientes .

La orden que estos lI evaban, tal cual me la refirio el Capitan Juan Atega, que la 0)'0 de labi os de D. vVenceslao Gonzalez, contenia los puntos siguientes: 1. 0 D eclarar pri sioneros a los Padres y llevarlos bien escol tados a Surigao, para envi arlos desde allf a Lu zon, a disposicion de D . Emilio. 2. 0 Incautarse de todo el metali co perteneci ente a los Padres y a las iglesias, 3.0- Incautarse tam bien de todos los bienes mu ebles e inmuebles de los mismos Padres e igl esias, vendi endo publicamente 10 qu e se pudiera, y dejando 10 restante en poder del J efe local, que cuidarfa de ll evado ala Cabecera. 4,0 Depositar todo el dinero recog ido en manos del ,Gobernador para los gas tos de la g uerra.

A las ocho de la noche del mismo dia, llego al convento el Teni ente del pueblo, y me comunico la orden de presentarm e inmediatam ente al com isionado especial de guerra. Como las call es estaban inundadas por las niuchas' llu vias , fui alla sobre medio baroto, tirado pOI' un carabao. H;!lle reunidos en el Tribunal a todos los principal es del pueblo, presididos por el dicho comisionado, Este, encara nd ose conmigo, me dijo: - : Por que el Cma no ha salido al pantaIan a recibi rme? - Porque no tenia aviso oficial de la lIegada de usted , dije yo . - Esta bi en; puede el Cura sentarse . - Echo lu ego un discurso, de cuyo asunto no qui ero acord arme, y al fi n hizo sab er a todos qu e, desde aqu el momento, el Cura del pueblo, es decir yo , que estaba alli presente, qu edaba prision ero de g uerra. Entregome lu ego el mismo comisionado una carta del P . Ricart, qu e me escribia des de La Esperanza, donde Ie habian cog ido prisionero. D eciame, en su bstanci a , que me dejara prender, que no temi ese , y que recog iese los viveres. qu e pudiera para bajarlos a Butllan. A ntes de disolverse la reunio n, di spuso el comisionado qu e el dia sig uiente hubiese misa cantada de difuntos, por los fili pinos mu ertos en campo de bataHa, y que por medio de un bando se mandase poneI' co lgadu ras negras y asistir a la iglesia . Viendo yo que no me decian nada,' me escabulli por la escalera abajo para irme al convento; mas ellos, sie mpre tan atentos , me dieron escolta, formad a pOl' el secre tario, el capitan de tropa y todos los soldados.

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No fue poco 10 que se asusto el H. Sureda al verm e entre bayo· netas, y que la casa era tomada por asalto. L e proc ure sosegar, y yo mismo Ie lei la orde n, en virt ud de la cual quedabamos los dos pri· sioneros . Acto continuo me pidieron los Ii bros de cuentas y la caja del dinero, y, hedlas por mi las debidas protestas, tomaron a su cargo 10 que habia. De los libros no hicieron mucho caso,. y se fu e· ron d erechos a la caja, donde encontraron 92 pesos y 80 centimos.

Se miraron unos a otros, sin preg untar si habia mas, y se fueron, dejando las gUal'dias que quisieron para nu estra custodia.

E l martes, 14 de febrero, era el dia sefialado para salir de Ve ruela; mas l~s Autoridades intercedieron con los comisionados para que me quedara hasta el domin go sigu iente, por haber alg unos matrimon ios que bendecir y mucha ge nte qu e no habia cumplido aun con parroquia. Este d ia me visitaro n en el convento todas las Autoridades, nuevas y antigu as, en corporacion . Me dij eron que venfan a darme publica satisfaccion; que ellos no tenfan ning una parte en qu e yo estuviese preso; que en nombre de todo el pueblo qu erian dar testimonio del amor qu e me tenian; qu e me suplicaban los p erdonase, p ues ellos no qu erian qu e yo me fu ese, pero que nada podian contra la fuerza arm ada. Estas frases, en mu chos d e ellos, eran espontaneas y les salian del corazon.

No puedo ocultar a V . R. la pena y sentimiento que embargo mi alm a al dar. una mirada a nues tras Misiones. i Q ue sera de tantos pueblos, sostenidos unicamente por el sagrado y paternal influjo del Misionero? Sin duda qu e, con el, desaparecera.n tambien ellos. Yal pensar en los sudores, trabajos y padecimientos d e mis hermanos, exdamaba: i POI' que, Sefior, habeis d e permitir que se pi erda el fruto de tantO's trabajos, sufridos pOl' vuestro am or y la salvacion de las almas? Pero, loh Providencia de Dios ! yo mismo, que andaba COil presentimientos pesimistas, qu e creia qu e tOdD estaba perdido, que me ahogaba en un vaso d e agua, yo mismo era el destinado por Dios para que, quedandome en Butuan, impidi ese la completa ruina de las misiones agusanas .

Dificilmente podre con tar a V . R. el trabajo qu e me dieron las confesiones, los pocos dias que p erm anecf en Veruela. Todos qu erian confesarse, hombres, muj eres, nifios y viejos, porque decfan: «El Padre se · va, y ya no volvera; ya no podremos con fesarnos mas; Ipobres de nosotros! i q uien nos asistira en la hora de la muerte?»

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Los nu evos cristianos, 0 sea los manobos convertidos, eran los que mas lastima me daban: 芦i Quien, decian, nos amparara ahora, no e3tando ya el Padre? ique sera de nosotros ? I Ah I I nos volveremo s otra vez manobos! > Todas estas lamentac iones me las repetian una y muchas veces, y siempre lloran do. Yo, ala verdad, R. P. Provin路 cial, habia cobrado carino a los manobos, y por 10 mismo sus quejas me Iastimaban hondamente.

EI miercoles de ceniza, 15 de febrero, allevantarme por la mafiana, me senti algo indispuesto; sin embargo , fui a la ig lesia y confese unas cuarenta personas. Dura nte las confesiones me senti atacado de frio y temblor, premincio de la fu erte calentura que despues me sobrevino; ben dije la ceniza, y al impon erl a , tuve que sentarme , y, por fin, sin pod er celebrar, me volvi al co nvento. Solo dos dias guarde cama, gracias a l Senor y a la mucha solicitud y caridad con qu e me cuido el I-I. Sureda. L a gente del pueblo manifesto en este caso 10 mucho que me qu eria . L os hombres su bian a verme y a ofrecerse para todo aquell o en qu e pudi eran servirm e; las mujeres Il enaban los bajos del conve nto, preg untando por mi oalu d y trayendo de limosna 10 que pod ia necesitar para mi. al ivio. Hasta los mismos comisionados vinieron a visitarm e y me ofrecieron medicinas, que acep te gustoso . Y qu edandose uno de ellos para mi custodia, los tres restantes se partieron el vi ernes , IS; y el sabado, ya de noche , lIegaron a Jativa, dond e de improv iso decJ araron pri sionero de guerra al P. Llobei路a, qu e se hallaba solo en el convento, por haber bajad o su compafiero, el H. Simon, a Butuan y caido tamb ien prision ero e n Tal acogo n. El domingo, 19, se hizo .el embargo de 10 que los comi sio nados hallaron en Jativa, y el dfa 20 bajo el Pad re a juntarse con. migo en Veru ela.

a

EI jueves, 23, despues de celebrar la santa mi sa y de bendecir dos parejas, vino a nu estra casa un sargento a anunciarnos la salida para las doce de aqu el mismo d ia. Pero a tal hora los comisionados no habfan preparado ni baroto, ni g rum etes , ni nada . Yo mismo, enfermo como estaba, tuve qu e cJispon erio todo, y a las cinco, entregadas las llaves del conve nto a uno de los comisionados, comenzamos a salir. La g ente se habia arremolinado ala puerta , para besarnos la mano yacompanarnos al fantaldn. La mayor parte iban 1I0rando, sobre todo las muj eres. Yo les reparti, como rec uerdo, meda!las y escapularios. Al !legar al rio se levanto un murmullo de. in dignaci on

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contra los comisionados, por el poco cuidado que habian tenido de proporcionar a los Padres comoda y segura embarcacion. Los pobres manobos se echaron a trabajar para mejorar nuestro baroto y asegurarlo de averias . Salimos, pOI' fi n, escoltados d e un sargento, en mediD de un llanto general de tOdD el pu eblo. Cuando nos perdieron de vista, daban gritos y a ullidos tales, que m e partian el corazon. i Pobrecitos de m i alma!

Dios N uestro Sefior, por intercesion d e su Santisima Madre, perdone, como yo los perd ono, a los autores de tan to, males. Asi term in o, R. P. Provincial, la gran Mision de Veruela, que solo ha t enido dos Padres Misioneros: el P. Ramon Ricart, que tom o posesi on en 16 de marzo de [894, y yo, qu e entre ali a el 18 de octubre de [896 y puse fin ala misma el 23 de febrero d e 1899. La Mision de Ve ruela tenia ya 14 pu eblos: en el rio A g usan, Veruela, San Pedro,' Vigo , Patrocinio y Clavijo; en el rio Baobo, Borja ; en el Ihauan, Gracia y Concepcio n; en el Umayan, Loreto y Ausona; en el Simu lao, San Jose, Tudela y San Isi dro, yen Bahoyan, Trento y Cuevas.

Nuestro viaje , hasta Talacogon, fu e muy incomodo, y tuvimos mucho que ofrecer a nu estro buen J eStls. Por la gran avenida d el Agusan , no encontramos un palmo de tierra e n donde encender fuego , y la comida tuvo que prepararse sobre el enorm e tronco de un arbol caido. Seria la una de la madru gada d el 25, cuando lIega mos a Talacogon, en d ond e fuim os mllY bien recibidos y agasajados pOl' el P. Espal1a y cl H. Mo mpo, que estaba n aguardando nuestra lIegada. El 2 5 recibimos orden de partir para Butuan. Me hab fan postrado tanto las calenturas, que hube d e salir apoyado en el brazo del H. Sureda, para no caerme . Notaronlo los princ!pales, e inm e diatamente trajeron una silla d e bra7.os, en que me hici eron sentar; y, cargando conm igo ellos mismos, me llevaron al baroto y me acomo daron en el con much a ca,idad. Mas tard e, en el mes de octubre, en mi prim er viaje a los pu eblos d e Agusan , les df publicamente las gracias, c\esde el ptrlpito de la iglesia de Talacogo n. POI' fin, el primero de marzo, lI egamos sanos y salvos a Buttlan. Los Misioneros q ue nos reunimos en cste convento. esperando ordenes para pasar a Surigao, era mos los PP. Ram on Ricart, Bernardino Llobera, Jose Espana y yo , y los HH. Luis F errerons, Francisco Mompo y Miguel Sureda.

E l 2 de marzo ll ego a Butuan el vapor SZlYigao, y en el vino el

General de Mindanao , D . Sim6n Gonzalez . D esde el palltaldn se dirig i6, con su acompafi amiento, a la iglesia , don de se cant6 el Te Deum .

Nos sorprendi6 el Te Deu11Z, porq ue nos hubi era parecido mas natural un respon so. Al pasar el General por delante del convento, vi6 que teniamos g uardias , y mand6 que se fu eran inm ediatamente. Despues vino a visitarnos el mismo, y estuvo co n nosotros muy comedido y deferente, y nos d ijo que nos embarcariamos con el para Surigao, donde se reunirian todos los Padres; y q ue si los pueblos pedian otra vez la vuelta de sus Misioneros, no tendria dificultad en concederIo. Afiadi6 qu e ya el pueblo de Butuan Ie habia pedido dos Padres, para su asiste ncia .espiritual, a 10 cual accedfa gustoso; que, por consiguiente, po drfa quedarse el P . R icart co n otro Misio nero, el qu e eligiese el mismo P. Ricart. Este escogi6 al P. Espalia, y quecl6 acorclada la sali da de todos los demas para Surigao, a excepci6n del H . Luis F errer6 ns. E l cl fa siguiente, IIegaron a Butuan los comisionados, y ac usaron al P. E spal"la, delante de Sim6n Gonzalez, de hab er dicho, 'predi cando en la iglesia de T alacogon, qu e el puehlo no podfa comprar los objetos que los comisionad os vendfan a publica subasta.

E ntonces Gonzalez mand6 q ue el P. Espafia se embarcase con el, y, en .su Jugar, me sel"lal6 a mf para compafi ero del P. Ricart. Des e mbarque inm ediatamente (qu e ya nos habfamos embarcado), y me presente al General, d iciendole que todavia estaba enfermo, y qu e me convenia salir de Butuan para reponerme; mas el , por instigaci6 n de las A utoridades de B utllan, q ue estaban presentes, me contest6 q ue alli mismo podrfa recobrar la salud; y , al efecto , encarg6 a d ichas A utoridacles que me asistiesen con esmero. Pl ugo al Senor devo lverme rri i an tigua ro bustez. Y ahi tiene V. R. exp licado el motivo y ocasi6 n de hab erme qu edado en Butuan . Acate la orden del Ge neral, como venida cle la mano de Dios, y me volvi al con vento a hacer compaiifa al H . F errer6ns, mientras el P . R icart aco mpal"laba a los demas Padres hasta Cabarbaran.

H abfa pasad o un mes. E l H . Ferrer6ns , que, desde hacia algllU tiempo, no a ndaba bien cle salud, tenia necesidad de i'r a Su rigao en busca cle remedio ; porque, si bien el b otiqufn de Butuan estuvo en algu n ti empo bastante bien p rovisto, ahora se hallaba comple'tamente vacio. D etermin a,m os, pues, que el H ermano se pusiera en camino y, a este fi n, escribimos a la primera A utoriclad una aten ta carta, en que Ie d <iba mos cuenta de nu estra resoluci6n y pedfam os su licencia para

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lIevarla a cabo. Obtenida csta el 1 0 de abril, 51 no me engaiio , sa li o el H. Ferrerons para dicha Cabecera, adonde ll ego felizm ente.

Para la fiesta patronal de Butuan, bajo el Jefe local de Veruela, E l eu ter~ Mordeno , y con el los quinto, del mismo pueblo. Estos viniero n hacerm e una visita, en la qu e mostraron extraordinaria al eg ria al ver a su P adre Misionero; y, no cabiendo en 51 de gozo, de路 cian : bulti ang" Pade , esto es , vivo todavia el Padre! Me llam o la atencion esta frase, y les pregunte por que se adm iraban tanto de venn e v ivo; a 10 qu e respondieron, qu e por hab er oido decir, cuando s ~lf de Veruela, qu e los Padres sedan fusi lados, antes de Vegar a l3utll a n, y sus cuerpos arrojados al do.

E I dia 25 de abrilll ego a este ultimo pueblo, procedente de Surigao, cierto butuano lI a mado Benito Corbera, uno de los que me prendieron en V eruela. E ste venia de parte de los Padres d e Surigao, con el encargo de sacarnos, al P. Ricart y a mi, de Bu tuan . Entre las muchas cartas de que era poriador, y que nos entrego con mucha fideli dad, habia una d el P. Gregorio Parache, en la que nos comunicaba la orden del R. P . Superior de refugiarnos en Manila a esperar mej ores ti empos, para 10 cual disponia nos trasladasemos 10 mas pronto posible a Surig ao. Venia ~a mbi e n otra del P. Ll obera, haciendonos saber qu e el, a pesar de la orden citada, se veia obligado a perm anecer en Surigao, porque el pueblo, qu e tan dignam ente se porto con los N uestros, no qu eda qU'edarse sin e!los . R eferianos como , estando ya embarcados todos los Padres, y dispolli endose el vapor a levar anclas, el Presid ente provincial Ie habia impedido a el partirse COil los demas, por el d eseo di cho ; qu e el P . Parache, enviado expresamente desde Manila, con obj eto d e activar la expedicion, no habia podido negarse a tan piadosa demanda-, y , finalm ente, que, en consecuencia, se habian vu elto a ti erra el mismo P. Llob era y el H. Pedro Simon . Ta mbien nos decia este Padre que si los butua nos no nos permitian sal ir a los dos, se quedara uno solo, y este fu ese yo y qu e el P . Ricart pasara inm ediatam ente a Surigao; pues, a no tardar, volveria este 0, en su d e fe c~o, el mismo P. Llobera, para ha cerme co mpan ia. Mas Dios N uestro Senor disponia las cosas muy de otro modo .

Cuando Benito COl'b era conto 10 que habia s ucedido en S urigao, los principal es de Butuan celebraron junta magna, y despues de larga discusioll , se vinieron todos al conven to . Dijeronnos qu e jamas per-

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mitidan que los Padres se fuesen, y que se valddan de todos los medios para impedi r nu estra sali da; que, a 10 menos , debfa _q uedarse uno. Nosotros procuramos persuadirles que nos dejara n libres a los dos; pero fu e en vano. Resolvimos, pues, atenernos a la carta del P. Llob era, como 10 hicimos, permaneciendo yo en Butuan, y sali endo el P. Ricart para Cabarbaran y Surigao el 28 de abril.

D esde este dia estuve solo en Butllan, contento y al egre, pOl'que esperaba ten er compallero , a mas tardar, dentro de un mes. Y debiendo permanecer alli, por necesi dad, i qu e cosa mas natural qu e trabajar en el sosteni miento de nuestras Misiones? A mi ver, R. Padre Provincial, el Selior, con particular providencia, quiso .que nunca abandonasemos del todo a Mindanao, y, contra viento-y marea, dispuso que estu viese yo, como de g uardi a, a la bocana del rio Agusan, para custodiar aquellas regiones hasta que de nuevo vo lviesen nuestros Padres.

El 30 de abril lleg6 el vapor Surig"ao, cuyo maquinista, tagalo, era hombre muy metido en politica. No se yo que dida el tal sujeto a las Autoridades de Buhjan, p ero es 10 cierto que, el dia siguiente , a primeras horas de l dia, ya estaban todos los principales reunidos en el Tribunal. 路 Veialos yo, desde mi aposento, muy bien, por estar el Tribunal frente-. al convento; pero no podia oir 10 que trataban, pues s610 algu na qu e otra voz llegaba a mis oidos. Por la agitaci6n que en tre ellos reiilaba, comprendi qu e se discutia algun asunto de gravedad. D espues de las ocho, bajaron todos, y, forma ndo un compacto grupo, qu e llevaba en medio al maquinista y a Va lentin Calo, recorrieron las principales calles al son de la mllsica, que iba dela nte .

Ya me habfa yo distrafdo, cuando he aqui que la banda cle mllsica se mete en el convento, y con ella todas las autoridacles, incluso el maquinista y el sobre dicho Valentin. Recibidos en la sala, y hechos los convenientes saludos, dijo uno de ellos, dirigiendose a mi: "Venim os a poner en conocimiento del Padre, que, desde hoy, Butuan es provincia inclependiente: ya nada tenemos que ver con Surigao. Esta manana nos hemos reun ido con el objeto de hacer la elecci6n de los J efes provincial y militar, y han resul~ado elegidos, pOI' mayoria de votos, para el primer cargo, Valentin Calo, y para el segundo, Pastor Atega. 禄 A esto conteste dandoles, en primer lugar, las gracias pOl' la deferencia que habian tenido conmigo, viniendo en corporaci6n a visitarme; en segundo lugar les dije, que me felicitaba por vel' ya a Butllan elevado a la categoda de Cabecera de provincia, y, final-

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mente, aijadi que, tal separacion, esperaba seria en provecho de la civilizacion d el rio Ag usan. Y dicho esto, con, los cumplimientos de costumbre se fu eron, y yo qu ede muy sosegado y tranquilo .

Pero me duro bi en poco el sosiego. Ya la tarde d e aquel mismo dia, 1.掳 de mayo, me envio la Santisima Virgen un poquito de hi el, pa ra que comenzara su mes con algo que ofrecerle. Fue la ocasion un oficio, en el cual se me declaraba prisio nero de guerra, y se me prohib fa salir de los Iimites d el pu eblo. Y, aun estaba yo leyendo el oficio, cuando ya me anuncio un muchacho, qu e en el zaguan del convento habia un piquete de sold ados con fu sil y bayoneta calada.

Me asuste un poco, a Ja verdad, con tal noticia; pero me sosegue y bajando al zaguan, pregunte a Jos soldados, que se les ofrecia . Nada, me repusieron; hacer guardia al Padre - iY quien 10 manda?El Presidente provincial. - Y sin hacer mas preg untas, me retire al aposento, comenzando, d~sde entonces, a experimentar los efectos d e la in mensa soledad en que me encontraba, sin poder tener comunicacion aJguna, ni desahogarme con nadie, sino era con J esus Sacramentado . Afortunadamente, la g uardia fu e retirada el d ia sig uiente.

El mes d e mayo, consagrado a la Virgen Santfsima, se celebro con la solem nidad acostumbrad a; las Hijas de Maria , que concurrian todos los d ias a postrarse delante d el altar de su Purisi ma Madre, 10 adorn a ban con gusto y 10 cuajaban de f1ores. EI llJtimo dla del mes, y a expensas de las sobredichas j ovenes, hubo misa cantada, con sermon, y por la tarde procesion, besamanos y despedida. L as Hij as de Maria se lucieron de vera~ con sus armoniosos canticos, tanto, que, a mi路 parecer, quizas no hay en todo Mindanao otl'O pueblo dond e canten mejor. Durante el mes, oi 6 50 confesion es , y a ser do s los sacerdotes, hubieran sido en mayor numero. En el sigl1iente, dedicado al Sacratisimo Corazon de J esus, Sll bieron a 858.

Iba yo , entre tanto, pasando los meses , ' bien entretenido en e J cui dado de la parroquia y en celebrar las fiestas con la solemnidad que se podia . La de San Ign acio, con no pequeno consl1elo mio, m e dio bastante ocupacion . Por Ja manana tl1vimos misa cantada, comu nion general y panegirico del Santo. Muchos principaJ es vinieron a felic itarme, com o en mejores tiempos, y Jos obsequie con una copita y pastas que yo mismo habia hecho . L as Hijas de Maria y Jas aso ciadas al Apostolado de la Oracion, tampoco se olvid aron de qu e aquel dfa celebraba yo Ja fiesta de mi santo y gloriosisimo Padre, y

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al efecto , me regalaron varias gallinas, arroz, camote, ,tomates, pimientos, etc. Hasta de Cabarbaran lIego una remesa de to do cuanto podia desear. Estos obsequios eran hijo s del desco de que viviese contento entre ellos y no me marchase, porque no querian qu edarse sin Padre. Los tres batas, qu e tenia a mi servicio, con el ruido de la fiesta, y con el regocijo que les bullia en el cuerpo, a vista de tantos regalos, se olvidaron de encender lumbre, y pOl' poco me dejan sin comer. Fortuna que, entre tanta cosa, no me fu e diffcil hallar algo de que echar mario.

No sali de Butuan para nada, hasta que, despues de la fiesta de la Asuncion, las Autoridades de Cabarbaran suplicaron a nu estro Presidente, me dejara pasar alIa para celebrar sus fi estas. Concedida la licencia, fui a Cabarbaran, aunque no sin escolta. Celebre una fiesta en honor de San Roque, otra dedicada al Sagrado Corazori de Jesus y ott'a ala PurificacirSn de la Santisima Virgen, todas con sermon, misa cantada y procesion. EI pueblo de Cabarbaran es muy bu eno, y todos sus vecinos se portaron muy bien conmigo , agasajandome de la mejor man era que podian. La principalia fue en corporacion <I darm e testimonio de su am or y gratitud, diciendo que ellos no tenian arte ni parte en la prision de los Padres, ni en la confiscacion de sus bienes. Quede contentisimo de ellos, en especial pOI' el mucho trabajo que me dieron en bautizar, confesar y casar.

Vuelto a Butllan, y pasados dos dias, me avisaron que en el za gU<ln me aguardaba una mujer, que qu eria hablarme 'en secreto.

Mucho extralle semejante visita y a tal hora, pues habian dado ya las siete. - i Es de Butuan esa mujer? pregunte. - No, Padre, respondi o el bata; es de Jabonga. - ,I De Jabonga y <I estas horas! dij e para mi; sin duda me trae carta del P. L1obera. Asi fue, en efecto . Me la entrego, Ie di un escapulario , y se fu e. Con la alegria que V. R. puede suponer abri la carta y la lei; mas 1ay! mi gozo en un pozo.

Me decia el Padre que, obedecie ndo a ordenes recibidas, se emba rcaba para Manila el 5 de agosto; que yo pidiera licencia para hac er otro tanto y, si me la negaban , que confiase en Dios y me esforzara en tener paciencia. Realmente, me fu e muy necesaria. Porque, si bi en pedi autorizacion para partirme, se me nego; con 10 cual me halle mas solo y triste que antes, pues hasta la esperanza que tenia de vel' al P. L1obera, mientras el estuviera en Surigao, se desvanecio del todo. Aunque, ciertamente, no falto mi entera conformidad con las disposiciones de Dios.

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La prfmera semana de septiembre fue muy agitada para el pueblo de Butuan . Toda ella la pasaron haciendo trincheras; pues, dedan, que de un dia a otro iba a Hegar de Surigao D. Prudencio Garcia. R esulto falso el rumor, y se sosego el pueblo. Yo, entre tanto, iba sintiendo los efectos de mi aislamiento. Desde mediados de este mes d eje de comer pan, por no tener harina; pues la poqnita que me quedaba, la reserve para haeer hostias. Dios, sin embargo, pro-路 veyo a mi sustento, por medio de un buen cristiano de Cabarbafiin, lIamado Andres Atega , quien me regalo un saco de harina, con la que pude ir tirando alglln tiempo. El vino de misas, 10 tenia tan escaso, que solo consumia el puramente necesario; y 10 peor era que no veia de donde proveerme .

Por este tiempo se me dejo hacer un viaje por los pueblos del Agusan, para bautizar, casar, y confesar, y, a la vez, traer los pocos muebles que habian qu edado en los conventos . Yo juzgaba de mucha gloria de Dios esta visita a los pueblos del medio y alto Agusan, aunque solo fuese a la li gera, porque bastaba que los manobos vieran otra vez al Padre, y que este los exhortara a tener paciencia, con la promesa de que los Misioneros volverian pronto, para que eHos n.o se fu esen a los bosques.

No es mi intento haeer a V. R . una r elacion circunstanc iada de mi viaje a las Misiones del Agusan, que duro desde el [.0 de octubre, hasta la mitad de noviembre. Bastara decir que en todas partes me r ecibi eron con gran des muestras de alegria, y que todos los pueblos me pedian con vivas instancias la vue Ita de los Padres. En Talocogon encontre, entre otras muchas cosas, doce boteHas de vino de misas, qu e me guardaba la Provide ncia para que nunca tuviera que dejar de celebrar el santo Sacrificio.

AI vo.1ver a Butllan, me sorprendio agradablemente una carta de los Padres prisioneros en Cagayan de Misamis. Todos estaban buenos y se compadedan de mi soledad; y habian pedido al Presidente de alii qu e perm itiera a uno d e ellos pasar a hacerme compaI1ia, 10 cu al no conslglll ero n.

Lo mas notable d el mes de diciembre fu e la fiesta: d e la Inmaculada, en la cual las Hijas de Maria se esmeraron mas que en los aI10s anteriores y adornaron la iglesia como nunca. La fiesta resulto esplendida, y todo el pu eblo qu edo muy ~atisfecho. Hubo triduo de preparacion, con sermon maI1ana y tarde, y com union general con asistencia路 de 3 I I personas; y no comulgaron mas, por

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falta de confesores. Tomaron parte en la funcion los mUSlCOS de Cabarbaran y Buttlan; y despues de la misa y sermon, hubo baile de niiias, segtln costumbre. Ala procesion de la tarde asistieron los soldados con uniform es nu evos.

Nada digno de mencion ocurrio en Butuan hasta el 28 de febrero de '900. En este dia, por voluntad expresa del pueblo, fueron depuestas las antiguas Autoridades, y elegidos Canuto Rosales, Presidente provincial, y Juan Atega, J efe lo cal. Algo les costo a los agraciados el asegurarse pacificamente en sus nuevos cargos; mas al fin lolograron, y entonces pensaron en mejorar mi suerte. EI 25 de marzo, fiesta de la Anunciacion de la Virgen, vino a visitarme el nuevo Presidente_ Entre otros antece dentes favorabl es que tenia esta autoridad, era uno el haber renunciado ptlblicamente el cargo de comisionado de guerra, que Ie habia ofrecido D. vVenceslao Gonzalez, por no qu erer ser instrumento de este en la prisio n de los Misioneros e incautacion de sus bienes. Me entrego una carta, que el P . Peruga, ex-cautivo de Cagayan, me escribia desde Mambajao (isla de Cam iguin), dandome noticia de su Iib ertad. Ademas , el mismo Presidente, leyo me otra, dirigida a el, del Jefe local de Mambajao, D. Placido R eyes, amigo suyo, en que Ie suplicaba me dejara libre . Aiiadio qu e tenia la satisfaccion 'd e ponerm e en compl eta lib ertad, ' para hacer 10 que mas me gustara; y me pidio el oficio en que el anterior Presidente me habia dec1arado prisionero, y 10 rasgo_ Lu ego me suplico, en nombre de todo el pueblo, qu e no me fu era; porque no qu erian quedarse en tanto abandono espiritual. A esto respon di, que no podia disponer de mi persona; que acudiesen a mi Superior de Manila y se haria 10 que el mandase_ En consecuencia, redactaron inmediatamente una instancia al R . P. Superior de la Mision, y la enviaron a Manila.

Terminada la Semana Santa, aunque me sentia muy fatigado; sin embargo, haciendo uso de la libertad concedida, subi otra vez a los pueblos del Agusan, pero visitando unicamente los del mismo rio, y dejando los de sus afluentes par falta de ti empo. A todos procure animar , diciendol es que los Padres iban a volver pronto_ ElIas me instaban y hacian fu erza para que no los dejase, sabre todo, los pueblos de V eruela y J ativa. I Can cuanto gusto de mi corazon me hubiera quedado entre elIas I Mas no podia ser, por no tener licencia , y par la fi esta patronal de Buttlan, que celebramos el dia 6 de mayo.

Entre tanto, el R. P. Superior, recibida la instancia de Butll an, nos envio al P_ Llobera, quien se dio tal prisa, que, en menos de 6

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15 dias ll eg6 de Mani la a Cabarbanin. EI 27 d e mayo , i despues d e trece meses d e amarga soledad! tuve la dicha de darl e un carifioso abrazo, y de hacer una confesi6n de trece meses , durante los cuales no me habia podido confesar. Excuso decir a V. R . los bu enos ratos que pasamos los dos, contandonos mlttuamente cuanto habja ocu rrido durante aquel tiempo (1).

Para terminar, puedo decir a V. R .• hablando generalmente, que Butuan no me dej6 salir por no quedarse sin sacerdote que adminis· trase los santos sacramentos, y esto era bu eno; aunque yo, pOI' otra parte, lu chaba por salir, como me mandaban, y en ello cumplia con la obligaci6n que tengo de obed ecer a mis Superiores. Tambien debo declarar que, por la misericordia de Dios, nun ca me falt6 de que comer, y si algun dia comi mal, fue porqu e no tenia H ermano coadj utor que me ayudase, y , cansado yo de tener cuidado de la cocina. dejaba a los muchachos que hici eran 10 qu e mejor les pareciese . Ademas, nunca gaste un centimo en mi manutenci6n, pues tenia 10 suficiente con 10 que me ofrecian de limosn a.

I Bendito sea Dios, q ue ya van volviendo a Mindanao nuestros

(I) Porser-este el luga r mas a prop6sito p~ ra copiar e l Ce1"lijicado de pase d favor del P. Fernando Diego, expedido por las Autoridades de Butt'lan, lo "tran scri bimos aq UI, y es como sigue: (\PRESIDENCIA PROVINC IAL MINDANAO BUTUAN.

EI Ciudadano Canuto Rosales, Preside11te provincial de la Cabecera de BUillan con su

Consejo: Da fe y testimonio: que, en virtud de la llega:da del R. P. Bernardino Llobera, en sus titu ci6n del R. P. Ferna ndo Diego, por una ins tan cia prescntada por la mi sma Cabecera al R . P. S uperior de ia Compania de Jesus; sale, en esta fec ha, el ya citado p, Fernando Diego, en direcci6n a Manila, a cumpli r el llamamiento de su Superior; debiendo hacer consta r, como publico testimonio de am or y adhesion a la Compania, que la provincia entera de Butuan agradece al citado P. Diego el afecto que ha demostrado a sus habitantes, procurandoles \05 beneficios espiritua Jes de nuestra Madre Iglesia, durante el tiempo en que ha quedado en esta Cabecera, pO l' especial concesion del General senor Simon Gonzalez .

Dado en Butuan a 3' de mayo de Igo o.

EL P n ESI DEN TE PIWVI NC IAL,

Ca nu to Rosales.

EL VlcE-PnEs IDENTE, Juan Atega.

Gumersindo Flores. - Sime6n Trillo. -

Florellcio Co rJJera.»

Es copia.

PIO Pi, S. J.

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Misioneros! I Bendito sea Dios, que las Misiones del Ag usan ya ti enen operarios, y todos escriben pidiendo que vayah mas Padres en su auxilio! Oh,- i Y cu anto me acuerdo de mi Mision de V eru ela, en don de todavia <ieje en las vertientes de los rios Umayan, lhauan y Baobo, miles y miles de manobos por bautizar! En mis pobres ora· ciones no hago otra cosa que suplicar al Sagrado Corazon de Jesus, por intercesion de la Virgen Santisima, mi Madre, mu eva a mis Superi ores para que me envien de nu evo a Mindanao, si es de mayor gloria de Dios.

Doy las gracias a V. R. por las oraciones, que por mi libertad se elevaron al Altfsimo.

En los SS. SS. y 00. de V. R. mucho me encomiendo.

Siervo suyo infimo en el Senor.

FERNANDO DIEGO,

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S. J.

CARTA DEL

P.

FERNANDO DIEGO AL

P.

FRANCISCO NEBOT

Estado de las Nli sio nes de l Agu san , despues de algun os meses de aband o no.

Manila,

30

d e julio de

I900 .

P. C. Amadisimo en Cristo P. Nebot: A nadie mejor que a V. R. debo yo dar noticia de las Misiones del r io Agusan, de que tan bu enos re o cuerdos d ebe d e conservar V. R., d espu es d e haber trabaj ado tantos afios.en elias , siendo Superior de aquell a Residencia.

Durante mi detencion en Butuan, visite dos veces los pueblos del Agusan. En g eneral, todos, asi los de conquistas, como los de cristianos viejos, qui eren y pi den la vuelta de sus Padres Misioneros, y al efec to, ha n dirig ido ya muchas instancias al R. P. Superi or. Califican ta m bi en duramente las ordenes que, contra nosotros, dio el desgraciado Gonzalez, y protestan que, si ahora volvieran aqu ellos co~isio 足 nados , no log rarian engafiar a nadie.

D esde la salida de los PP . Misioneros d el Ag usan hasta ahora, los pueblos han perdido mucho; varios han desaparecido, y otros arrastran llila vida languida y miserable. EI pu eblo de Amparo esta reducido a mu)' poqu ita cosa; apenas hay en "I cuatro 0 cinco familias ; si n embargo, conservan su ig lesia lim pia y en buen estado el retablo.

Siguiendo rio arriba, antes de doblar la punta mas cercana a Las Nieves, se halla un pueblo reciente , con muchisimas casas, todas nu evas, al que los butuanos llaman San Mateo . Cu ando yo 10 visite por abril, careda aun de iglesia, y, a peticion de las Autoridades de Butllan, regale a la nu eva poblacion la campana del antiguo p ueblo

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de Gracia, sito en el rio Iha uan . San Mateo vien e a ser un a desmembraci6n de Las Nieves, qu e ha quedado hoy, destruido el convento, arruinada la iglesia, y malparados el santo y el retablo, reducido a la mas minima expresi6n .

La Esp eranza continua bien y ti ene mu cha gente. Los domingos asisten al santo Rosario. La iglesia esta limpia y 10 mismo el convento. Me hicieron muy buena acogida, y preg untaronme todos con mucho in teres pOl' los Padres, en especial por el P. Foradada. Cuando . vi site este pueblo por ultima vez , celebraban una novena a la Santisima V irgen, pidiendo el beneficio de la lI uvia. Proc ure alentarlos , con la esperanza de que los Padres volverian .pronto; y ellos me hicieron muchas limosnas en gallinas, camote, hu evos , arroz, etc. Supe alii que el pueblo de V erdll, en el rio Daua, todavia se conserva; y no he oido decir que, desde la sali da de los Misioneros , hay a habido. en este r io asesi natos. En los otros los ha habido y, desgraciadamente, muy sangrientos_ Yendo rio arriba, se nota que , [rente a la bocana del Lfbang, ya no existe el pueblo de San E sta nislao, ni siquiera restos de el. Todos sus habitantes, amadfsimo Padre, se han remontado. El unico recu erdo qu e qu eda de este pueblo son tres casas, que se hallan mas arriba, a la orilla dei Agusan, despues de haber doblado cuatro puntas . Los que ahora habitan estas casas , eran sacopes (I ) de dicho pueblo. R epartil es agujas , de qu e estaban muy necesitados , y en cambio me regalaron camote y cafia dulce.

Gu adalup e sigue bien . Limpiaron las calzadas y arreglaron el pantalan para recibirme 10 mas dignam ente posible, y mostraron, a mi lI egada, universal alegria . EI pueblo de Santa Ines , qu e antes estaba en las ilayas del rfo Maasan, ahora ha asentado sus reales en el Agusan, al lado izquierdo de la bocana de di cho rio Maasan. No ' prom ete mucho, porque ti ene poca gente; y me temo que, el dia menos pensado , se remonten todos. Aq ui ya com e-nee aver mofios en hombres bau tizado s. Se mostraron contentisimos con la presencia del Padre , y me rodearon, pidiendo me ropas, 6 como dicen ellos , panapton. L es dij e que ahora el Padre es rr<uy pobre , mas pobre que ellos; qu e no cornia sino 10 qu e Ie daban de lim osna. ¡

.

\

( I ) Sacopes 6 vasallos ÂŤque son cons iderad os par el data como miembros de su famil ia. Los escla vos con rrecuenc ia pasan a se r saco pesÂť. r EI Archipielago Filipino, T. I, pag. .2 I 0 .)

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San Luis marcha como antes. Pero ique dire a V. R. d e T alaco· gon ? Talacogon parece un p ueblo abandonado y 10 es realmente.

So lo viven en et los chinos y alguna qu e otra autoridad. Las escuelas estan en perpetua vacacion , y el convento e ig lesia bastante d escui · dados; yen la misma pu erta del convento, la hierba me llegaba mas arriba de la cintura. En cuanto a los ornam entos y ropa blanca d e la iglesia , no hay mas que decir, si no qu e los habian destrozado d el tod o los ratones y el a nay (I) . En el aposento del P. A laix encontre au n mucha cosa de provecho. H ay que recono cer q ue Tal acogon es el pueblo donde han sido mas respetadas las cosas. d e los Padres , pues es muy poco 10 qu e ha desaparecido. Esto se debe al cuidado que pusieron el maestro Grego rio Q uij ada , el capitan Mariano Plaza y nuestro a migo Casiano Flores. En cuanto se extendi o la nu eva de que el Padre habfa llegado a Talacogon, se reunio toda la gente en el pueblo y vini eron los principales en corporacion a verme. L es hi ce la fiesta de San Estanislao, y tuve mucha ocu pacion en confesar, casar y bautizar.

En el rio Gfbong siguen bien los pueblos. Seglln noticias, Azp eitia ha aumentado mucho. En Prosp eri dad se ha venido abajo el convento. EI cap itan El adi o es el t error del Gibong y !leva ya cometidos tres asesinatos .

Entre en el rio Argauan y visite La Paz. Aquf me recibiero n bi en y me hicieron mu chos regal os. Dij eronme que en Sag unto, pOl' ha· berse cometido siete asesillatos, el pu eblo se habia disu elto; pero el maestro vive todavfa ' pOl' aqu ell os contorn,os, guardando la image n del Sa nto y la camp ana .

No penetre en el rio U mayan; pero se que Loreto apenas cu enta con media docena de casas, y qu e Ausona ya no existe . Sin embargo , el santo y la campana d e este puebl o se conservan en Loreto .

Tambien ha habido u na plaga de asesinatos en la ilaya d el U ma· yan , y me temo que eI viejecito capitan Gahu haya mu erto, p"es no pude averiguar su paradero. Clavijo continlla imperterrito en el mismo lugar. E I capitan Lucas, d e Cla~ijo, y el capitan Sugatan asesinaron a dos manobos, p rocede ntes del Iha uan. Ya ve V. R. como se multi· plican los asesinatos co n la salida d e 103 Pad res.

En el rfo Ihauan ya no existen los pu eblos de Gracia y Concep ·

•

( 1)

Hormiga muy vo raz.

Ascsi no casoba.

cion ; ni los cristianos viejos se atreven a entrar en este rio, por temor a los manobos . Veruela me recibio con muchisimo rego cijo: hombres y muj eres, todos, en una palabra, IIoraban de gozo al vel' otra vez, en medio de elios, a su Padre Misionero. No sablan que hacerse, ni como regalarme, sobre to do el capitan P edro y toda su familia. S e celebraron las fi estas patronales, dos dias seg uidos, con procesion.

Todo el mundo qu eria confesarse y comulgar, y de tal manera me agobiaban, que ni ti empo me dejaban para descansar de la fatiga . El J efe local, 0 Capitan, es actualmente Bernardino D uron, y gobierna bien . Ha crecido el numero de casas, de modo que Veruela ya me parecio otro pu eblo. EI convento nuevo est;! bien conservado , y los ornam entos , custodias y calices, perfecta mente acomodados en cajas, merced a la diligencia del capitan Duron. Me regalaron tantas gallinas, que no sabia do nde ponerlas.

En el rio Baobo ha desapare cido el pueblo de Borja, y los mano路 bos infieles de este rio asesinaron ados conquistas e hirieron a tres de San P edro de Veru ela. A Vigo Ie ha cabido la misma triste suerte que a Borja . Patrocinio no esta en el mismo lugar de antes . D e sus habitantes, un os se han bajaclo cerca del aritigLlo pueblo de Vigo, y otros se han ido a la bocana del rio Languilan. L a causa de esas des 路 membracion es ha sido la entrada del bagani Marcos en el pueblo de Patrocin io, donde asesino a cinco personas y ademas esclavizo a otras diez. Y no pararon aqui sus fechorias; porqu e en un grup o de seis casas, qu e hay antes de II egar al Pasian, esclavizo tam bi en a varios.

Mas el desventurado ha ll evado ya su castigo; pu es en una excursion que hizo al rio Manat, en busca de esclavos, fue asesinado , juntame!l te con su padre y hermano y con cuantos iban con el, pOI' los manobos infi eles del mi smo rio , que, sabi endo a tiempo su ll ega da , se escondieron y cayeron sobre elios, sin dejar uno vivo.

En J ativa todavia viven algu nas fami lias de cristianos viejos . Me recibi eron con musica y me ll enaron d e regalos. EI convento se conserva en bu en estado, aunqu e muy desprovisto, pues no hali e mas que las mesas, catres y alguna silla. La iglesia esta algo desc uidada.

Los ornamentos se conservan perfecta mente. Todo el ajuar de la iglesia 10 hice !l evar a Veru ela, clonde, pOl' ser nu evo el conven to, siempre estara mejor. A la notici a de mi Iiegada, se reuni eron en J ativa muchos manobos : vini eron al convento los prin cipales, y me ofrecieron, desde luego , 50 pesos, con que comprar (sic) un Padre para elios, por no querer ya estar mas tiem po sin el. L es con teste

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que se g uardasen su d inero , que a no tardar volverian los Padres MiSlOneros.

Jativa fue el termino de mi viaj e . Se pu ede d ecir que todos los pueblos desde este ultimo punto para arriba se han deshecho ; pero tengo para ml, qu e basta una visita 6 dos d el Padre al aijo j para qu e v uelvan otra vez a la vida Compostela, Pilar, Moncayo y Candia; pues los remontamientos de estos pu eblos han nacido de _no ser visitados pOI' el Padre . A I despedi rm e d e Jativa, anime mucho a aquelJos tonquistas a tener paciencia y a vivir como cristianos.

Vu elto a V eru ela, fUl al Simulao ; pero s610 visite el pu eblo de San J ose, en donde se re uni6 la g ente d e los d emas d e este rio . Celebre sus fiestas, confese, bautice y case, hasta no poder mas. Los p ueblos d el Simulao sig ue n bastante bien, y espero que no se perdenin.

A qu i ti ene V . R., co mo en bosquej o, el estado d e nu estras Misiones agnsanas. Mi sola perm anencia en Buhl an, y d os visitas qu e les hice, han bastado para que no desapareci esen del todo. Ahora que ya tienen dos Misioneros, los PP . Heras y Llobera, se sostendran m ejor y es de esperar que prosperen.

En sus SS . SS . y 00. mucho me encomiendo.

Siervo suyo in Domino, FERNAN D O DIEGO,

S . J.

CARTA DEL

A

LOS

PP.

P.

FERNANDO DIEG O

JOAQUiN ANON y JOA QUIN VILALL ONGA

Sa lida del Agu san . - E n Lin ug us y Ca miguin . - Enl usias m o del pueblo de Magi nog . - Doce dia s d e lra bajos a posl6 li cos en Mambitjao . - \' uel ta it Magi nog.-l nslancia s d el puebl o para lener lin ivJis ionero de la. Compa ii ia. - En Lin sili gall y Cagayan de M isam is. - En Ce bu. - Uegada it Manila. - F iesta de acci 6 n d e g rac.ias .

Manil a ,

20

de septiembre de

1900.

P. C. Amadisimos en Cristo PP. Anon y Vilallonga : L a vispera de N. P. S . Ignacio recib i la atenta carta de ustedes fechada el 14 de j unio . Si he de decirles la verdad , an do del todo confuso al ver 10 mu路 cho que l1Uestra Madre la Com paflia q uiere a sus hijos, aun a los qu e, como yo, son de tan poco provecho . i Cuantas misas ! i cuantas cornu路 nion es I y i c uantas oraciones se han ofreci do y elevado al Senor por este indig no siervo, y no solo aqui, sino tambi en en E spa na ! Gracias a todas esas santas obras, se me hi zo facil y lI eva dero el cauti verio, sufriendolo con paci ellci a y resig nacion en medio de ta n triste soledad . i Mas de trece meses sin v er ni habl ar a ning uno de los N uestros !

EI 5 de j unio, a media noche, abando ne la barra del Agusan, de ese rio para mi de tan dulces y amargos rec uerdos, en el cual quedan attn tantas almas que salva r. Embarcado con mis g rumetes en una especie d e banca g rande, qu e Ha ma n parao , de largas batangas (I ), ( I ) Bata ngas : ap end ices laterales de una embarcaci6n menor, que Ie da n g ra n seg uridad en san chand o notablem ente el plano de fl ota ci6 n. .

- goentramos en alta mar; pero despues de navegar como obra de dos horas, con vientecillo favorab le, levantose un viento contrario, yaqui fu e el tronar y relampaguear, y el alborotarse las olas, y el dar tu m bos y mas tumbos, en medio del ruido que hacian los batangas al chocar contra las olas, que d e veras daba miedo. No las tenia yo todas conmigo, yasi, diri g iendom e al timon el, Ie pregu nte dond e es · tabamos; pues la obscuridad era tal, que no se pod ia ver nada. Me respondio que, seguramente, cerca de Camigufn; pero otro grum ete dij o que no, que debiamos de estar cerca d e la punta Bolo -b olo·; y ot('o afirmo que estabamos cerca de Eohol , y otro aseguro que pro xim os a L eyte; y asi fueron dando todos su parecer, con sorprend ente variedad. Lo cierto era que nadi e sabia dond.e nos hall.abamos ni que rumbo seguia la embarcacion . Con todo, el capataz a dueii o del parao me aconsejo que no temiese, pues no corria mos peligro.

POI' fin, amanecio el dia y supimos que estabamos au n en la bahfa de Butuan, cerca de Nasipit. Nos costa toda la manana doblar la punta d e Diu ata, pasada la cual, nos refugiamos en el p ueblo de L inugus a las dos de la tard e, para esperar el cambio de viento.

Es Linu gus , pueblo pequ eno y pobre, p erteneciente a la Mision de Gingoog, cuyo ultimo Misionero fue el P. Pamies. Habfa muy poca ge nte, y mas de dos anos lucia que no habfari visto a ningu n Padre. Obseq uiaronme mucho mas d e 10 que consentia su pobreza.

A la una de la tarde del siguiente dia, fondeamos en la isla de Ca miguin. Presenta la isla un asp ecto agradabl e; toda ell a es t" cul tlvada y apenas tiene bosque. La orilla del mar esta , en toda su long itud, sembrada de casas d e nipa, que toda ella parece un pueblo con· tinuado . Desembarque en un sitio pintoresco, donde manaba una fu ente cristalin a, y comenzamos a preparar la comida. Asi que me via la ge nte, empezo a acudir d e todas partes y me rodeo , dando muestras d e gran de al egria y contento por ver a un Padre en medio de ellos. No podre decir 10 mucho que se esmeraron en atenderme.

Hiciero l1m e subir a una casita, bastante limpia y arreglada , en do nd e me pre para ron una cGmida qu e, d espues de tantos ayunos y privacio· nes, me parecio muy bu ena . Abriero n en mi obseq uio latas d e con · servas d e todas clases : d e carn e, pescado, dulc es y pastas , sin qu e faltara cafe con una copita de cognac . Ya yen, carisimos, co mo los indios nos aman. Mientras comia, fue esparciendose el ru mor de qu e habia ll egado un Padre, 10 que trajo tanta g ente a aquel paraJ c, que no parecia si np qu e se celebraba alli una g ran feria.

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La noticia de mi lI egada corri o hasta el pueblo de Maginog, y al instante todos los principales, montados a caballo, vi nieron a visitarm e y suplicarme que me qu edase entre ellos, a 10 menos unos ocho dias, pu es se veian en extremo necesitados de aux ilios espirituales.

L es alabe su buen deseo yagradecf su mucho afecto, pero tuve que decirles que no me era posible com placerlos , por tener que ir a Mambajao a tomar el vapor qu e me debia Ilevar a CebtL Accedi, con todo, a quedarme aqueJla noche y a decirles mi sa el dia siguiente, alla· diendo qu e, de no haJlar vapor en Mambajao, volveria para, confesa r y bautizar. No quiero pasar en silencio un pormenor, comico e insigni fi cante al parecer, pero muy 'expresivo. Me dirigia al pueblo 'a pie, acompall ado de toda la principalia, cuando se me ocurre volver la cabeza atras para ver la ge nte que me seg uia, y observo que un indio lIevaba sobre un bilao (I) to das las latas de conservas que habian abi erto' para mi comida. Pregun te para quien 10 traian, y contestaron qu e tod o aquello era del Pad re.

A la entrada del pueblo, salio a recibirme la mllsica, que me acompaiio hasta el convento . Por la noche me agasajaron cuanto pudieron y n o sabian qu e maS hacer en mi obsequio. Me di eron pan, manjar que no habfa probado hacia ya ocho meses.

E I dia sigui ente les cante la misa, y hubo sermo n en bisaya, en el qu e les di las gracias por sus muchas atenciones. Visite a varios enfermos, reparti medallas y, aco.mpanado de la principalia y de la mlisica, me embarqu e para el pueblo de Mambajao, a dond e lI egue a las di ez de la manana.

Cuandb supo la primera autoridad de Mambajao qu e en el /Janta · Ian habia un Padre, me mando luego su coche. Me hospede en casa de l Sr. Cura-parroco, cl eri go natu ral del mismo pueblo , donde fueron a visitarme toclas las Autoridades, aunqu e no en corporacion , sino en particular. D eice dias permaneci en clicho pueblo esperando vapor, y durante este ti empo es inclecible el trabajo que me dieron en oir con· fesiones , No parecia sino que habia jubileo plenisimo; tal era el afan qu e toclos ten ian de confesarse conmigo .

Volvi al pu eblo de Mag inog, en cumplimi ento de mi pro mesa, y les celebre la fies ta del Corpus, en su propio dia, con solem ne proce · sion. Cuatro dias estuve entre ellos, confesando dia y no che, y tre· pando por aquell as montanas en auxilio de los enfermos que no po· (I)

Bilao: es pec ie de zaranda hecha de calia y bcjuco .

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dian bajar a la iglesia. Toda la principalia enmasa m e suplico qu e me quedas e con ellos, alegando por razon que no me faltaria nada.

Respondil es 'qu e, siendo yo religioso, si algo querfan de mi acudieran a mi Superior de Manila. Al despedirme me die ron 35 pesos de Ii路 mosna, Mas tarde, estando yo en Manila, virio una comision del pueblo de Maginog, con una instancia dirigida al R. P. Superior, para q ue volviera yo a su pueblo, II otro en mi defecto (I). Alaboles el R. P . Superior sus excelentes deseos, pero tuvo que despedirlos con bu enas razones. La familia Borromeo, a cuyos hijos deben ustedes de conocer, pu es se 'educaron en el Ateneo Municipal, estuvo atentfsima conmigo, y en la fiesta del barrio de Tu psan, que les pertenece, quisieron que les celebrase la misa y presidiera la procesion, como en efecto 10 hice.

EI 20 de junio, a mediodia , sali de Mambajao en el vapor Me lliza, y al caer de la tard e fondeamos frente a Linsiligan, pueblo de la misma isla d e Camiguin, para cargar abaca. C uando la gente, desd e la playa, diviso a un Padre en la cubierta d el vapor, al instante mandaron una comision para roganne que bajase, pues hacia mas de dos ai'ios que no habian visto ningun sacerdote. Dil es gusto inmediatamente, y bautice, y administre la E xtrema Uncion a un enfermo d e peligro. A altas horas de la noche zarpo otra vez el vapor, y al amanec er nos hallabamos ya en Cagayan de Misamis.

Junto con nosotros fond eo el vapor Nztestra Seizora del Rosario, e n que iba el P. Gisbert, qui en, desde Surigao, don de habia estado unas seman as, se dirigfa a, Manila. Pase inmediatamente a verle y abrazarle; suplicamos a las Autoridades americanas me permitieran transbordar para lIegar antes a Manila, pero no les parecieS conveniente concederm elo . Despues de un rato de conversacion, me volvi al il1elliza y ya no salte en tierra hasta Cebu .

En Cebu me sucedio que, en el momenta mismo en que yo salia del Seminario, lIegaba a la pu erta el Rmo. Sr. Obispo, Al ver Su Sefioria I1ustrisima a, un sacerdote desconocido, baj o d el coche, y yo me apresure a besarle el anillo. PregunteSme quien era, y al oir mi nombre , me dio un abrazo en medio de la calle, con mu estras de grande alegria por mi li bertad.

EI dfa 27 me embarque en el vapor Union para Manila, y al ama( J) Vease mas abajo la instancia.

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necer del dia. I. 0 de julio fond eamos ~n bahia . Los americanos qu e venian a bordo d esembarcaron al pun to; los demas a las doce. Sobre la una de la tard e entraba yo en la porteria del Ateneo , y ann no habia yo subido la escalera, cuando ya estaban todos reunidos. I En mi vida he dado un abrazo a mis H ermanos con tanta satisfaccion como aq uel !

E I R. P. Superior determino que se celebrara una fiesta al Sagrado Corazon de J esus, en acci on de g racias por haber sal ido los Nuestros incolum es en medio de tantos trastornos . Celebrose, efecti vam ente, la fiesta el primer viernes de julio, con 路 sermon apropiado, qu e predico el P : Foradada.

En las fervorosas oraciones de mis carisimos mucho me encorniendo_ Siervo suyo in Domino.

FERNANDO DIEGO ,

S. J.

â&#x20AC;˘

CART A DEL

P.

RA I MUNDO PER U GA AL R .

P.

SUPE RIOR DE L A MISI ON

ilbando no rorzoso de la Misi6n d e Ging60g. - Pri si6n d e los PP . Peru ga y Heras y de l H. Angl es . - P risi6 n de los Padres y Herm anos de la Reside neia de Jasaan. - Co neentraei 6n en Cagaya n de todos los Misione ros de este distri to. - L ibertad qu e reeibe n algun os de ellos y su yu e ha a las Misiones . - Segund a eon eentraci6n en Cagayan . - P risi6 n de l P . Galmes, Misio nero de Dapita n . - Reg im en d e vida en la prisi6 n. - Ca ri dad g rande d el pue bl o .

Cagayan de Misa mis, 25 de agosto de 1899 .

P. C. Mi muy amado en Cristo R. P. Superior: Voy a darle cuenta d e las vicisitudes por q ue ha pasCldo esta R esidencia des de fin es d el a fio 189 8 .

Como el hOl'izonte politico se presentaba mlly cargado y obscuro, a mediados d el ulti mo diciembre resolvi h acer una visi ta a nuestras casas de Jasaa n, Balingasag, Talisay an y Gingoog. En efecto; ha bi endo partido de T agoloan, a la caida d e la t arde d el dia II, remu dando mi caballo y el del mu chacho, con la debida frecu enci a, pude estar de r eg reso en el mismo T agoloan el IS por la manana. Gracias a Di os h alle bu enos y sanos a todos los N uestros; p ero en Gingoog oc urrio un a novecl ad , q ue motivo el abandono forzoso de aqu ella Mision . EI tercio de poli cia, qu e estaba a lii d esta cado para contener a los salvaj es del co ntorno, fu e licenciado el mismo dia d e mi llegada.

E n consecu encia me dijeron los Misioneros de aquel punto : , Sin soldados no podemos continll ar aqni, si no es con pelig ro de la

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vida » (I). Por esta causa, y viendo que los principales ninguna segu· ridad ofrecian a los Mision eros, con gran dolor de SL1 corazon se vieron los N uestros precisados el 2 de enero de este ano, a retirarse a Talisayan el P. Miguel Guardiet, y a Balingasag el P. R a mon Pami es , con el hoy difunto "H. Jose Vilanova.

El 20 de dici embre r ecibi un oficio del senor Gobernador espanol de este distrito de Misamis, en que me notificaba haber resignado eI mando en un Consejo provincial; y este a su vez despacho varios subalternos para qu e en nombre de Aguinaldo, Presidente de la Republica Filipina, sefialasen en cada pueblo Consejos locales revolu· cionarios. Asl que, habiendonos acostado por la no che monarquicos y Sllbditos de Espana, aman ecimos el dia siguiente rep ublicanos inde· pendientes.

L os acontecimientos, como ve V. R., se precipitaban con rapidez asombrosa. POI' aqueIIos di as recibi tam bien un largo oficio del gene " ral Rios, ultimo Gobernador General durante la D ominaci on espanola , en el cllal, con laudable atencion, ofrecia a los Nue$tros de este distrito, pasaj e para Manila en un vapor que muy pronto debia pasar pOI' esta Cabecera. Dada la prem ura con que se presento aquel vapor, me era materialmente imposibl e lograr qu e se embarcaran en el todos los Nuestros, por tener algunos su morada a notable distancia de este punto. Fu era de qu e, Iquien podia prever entonces c uanto despues nos habia de ocurrir ? Solo el P. Ramon Bretxa , qu e estaba delicado de salud , aprovecho aqnell a ocasion, sali end o para Manil a el 26 de diciembre .

Con mucho 'aparato fu eron convocados a esta Cabecera para el 10 de enero todos los Presidentes revolucionarios de los pu eblos del d is" trito, con el doble intento de bend ecir la bandera de la Republica, y de elegir d efinitivam ente el Consejo prov incial. · A todo esto se dio el nombr e de fi estas reales. jSi todo se hubiese redu cido a fiestas y jubilos populares I ... Mas, por desgracia, no era oro todo 10 qu e relucia. AlIa , como a la sordina y pOl' 10 bajo, IIegaron a m is oidos ci ertos siniestros rumores, presagios no dudosos de sucesos tri stes . Para prevenirm e contra 10 qu e solo en confuso se barruntaba, el dia 13 de enero, va · dean do de noche y con algun peligro el cflU dal oso T agoloan, me dirigi a Jasaan, a fin de tomar consejo de los PP. Ju an H eras y (1 ) En e fee to: quedaban lo s Misione ro s expuestos a las acometida s de los dis cipiin a rios sublevados en Ili gan, qu e rnerodeaban par aq uellos contornos.

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Francisco Chorro, a quien al efecto habia avisado para que concurri ese a Jasaan desde Balingasag. Pero fu e demasiado tarde mi diligencla.

Como a las seis .de la manana, lIeg ue a Jasaan , y sobre las siete lIego tam bien alia un comisionado d el Consejo provincial de esta Cab ecera, con un oficio, fechado el dia 12, en qu e se ordenaba al Misionero de Jasaan, que para dar curnplimiento a las ordenes del Gobierno revolucionario de estas islas, se presentase inmediatamente en esta Cabecera, con c uantos Padres y H ermanos se hallasen en aque! pun to. A l momenta puso el co misionado g uardia doblada con fusil en la escalera del convento, declarandonos pres os a todos, con prohibi c ion de salvar un solo peldaiio, hasta el mom ento preciso d e la partida. Trate yo de excusarme, diciendo que no rezaba conmigo la orden superior, por no pertenecer y o a aquella casa; y que ademas, por tal motivo , no t enia yo alli las cosas de mi uso ordinario, ni aun una muda de ropa; mas todo fu e en vano. El P. Juan H eras suplico, a su vez, que Ie permitiese esperar hasta la medi a noche siguiente, para sumir el Santisimo; pero co mo el comisionado dijo con resolucion que no daba mas que diez minutos de tiempo para embarcarnos, fude preciso tomar el Santisimo en la cajita del Viatico, y colgarsela de un cordon al cuello . E n vista de esto , el P. H eras y el H. Juan Angles, habiendo tom ado a toda pricsa algunas mudas en su respectiva maleta, y yo el breviario debajo d el brazo, desfilamos escoltados de tropa hacia el em barcadero, en medio de general asombro y congrandes lagrimas y- sollo zos de todo el pueblo.

Al poco rato de nuestra salida de Jasaan , ignorante de todo 10 qu e pasaba, llego alla el P. Chorro para la proyectada consulta. El Presi¡ dente lo cal y una gran turba asomada las ventanas d el conve nto, Ie gri taron desde arriba: Pena de la vida, si sube V. R. aqui: los Padres Heras y P eruga con el H. Angles caminan ya presos para Cagayan  .

Ya puede conjetu rar V. R . la sorpresa y susto maYllsculo que debi o de recibir el P. Chorro. Fue aquello una viva representacion del Domingo de Ramos. Cuando el, naturalmente, esperaba darnos el acostumbrado abrazo fraternal, Y descansar de las fatigas d e su viaje, sin apearse siquiera de su caballo , tuvo qu e volver g rupas, dirigiendose a Baling asag, a don de lI ego bi en rendido, h am briento y asoleado .

A el, y al P. Santiago Puntas, de Tagoloan, les lIego aquell a mism a tard e la ord en de prision, y lu ego en los dos dias siguientes a los d emas Padres y Hermanos, segun la distancia d e su vivienda.

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Entre tdnto, como ll evo dicho, el P. H eras, el H. Angles y yo viajabamos por mar hacia esta Cabecera. A eso de la una y media d e la tarde, d el mismo dia 13 de enero, fondeamos en el rio d e la misma; y escoltados por bayon etas, nos condujo eI comisionado al patio de la Cas a Gobi erno, donde esperamos una hora larga las disposiciones de la Autoridad Superior. Por fin, recibimos la orden d e pasar a esta casa convento, en donde la guard ia, situada en la escalera, nos impi. dio comunicarnos con alma viviente de pala bra 0 pOI' escrito . Para nuestra subsistencia , lavado y demas necesidades, se nos seiialo a cada uno 20 centim~s d e peso diarios.

En pocos dias ll egaron a esta prision los Padres y H erm anos de las casas de Tagoloan, Balingasag, Talisayan, Gingoog , Sumflao y Linabo hasta el num ero de 17. Eran estos, ademas d e los ya mencionados, los PP. Martin Guitart, Nicolas F a lomir, Ramon Vila, Juan Martin y los HH. Clem ente Beamonte, Pablo Guila, Joaquin Tricas, Juan Moll y Miguel Llull. Acostllmb)'ados como estabam os todos a una vida de celo y movimiento co ntinu o en provecho d el projimo, 10 qu e m as nos afligia al principio e n este encierro, era la cohibicion en orden a nuestros ministerios. Se nos prohibio confesar a ningu no que estuvi ese sano, y para salir a, enterrar los mu ertos y confesar a los enfermos, fu e un ti em po condici6n precisa, el qu e nos acompanara un soldado.

Mas tarde nos retiraron la guardia.

Asi las cosas, como a las tres d e la tarde del dia 25, recibimos con grande alegria un volante, e n que se nos deda que el R. P. Pedro Torra, R ector de esa Escuela Normal Superior, se hall aba en un barco fond eado en este puerto, y a la manana sigui ente vendrfa a vernos, Como los vapores suelen largarse pronto, te mf que si perdiamos aquella. tarde, nos haria falta despues. Por 10 qu e, obtenida licencia del Preside nte provincial para ir a bordo, llovien do a mare's y en medio d e fan gales, y despues d e muchas idas y venidas, con mucho trabajo pude hallar un quil ez ( I), en el cual, ya de noch e, me dirigi al mar, distante d e aq ui cuatro kil6metros. A rni lI egada al vapor, dormia el P. Torra su eno muy tranquilo; Ie d esperte, y ambos con el H , Hip 61ito Gavirondo, su companero, nos diri gimos a este conv ento, El P. Torra, qu e venia con facultad es de Superior, fue en la madrugada del dia si'g ui ente, a visitar al Presidente provincial. En esta visita alcani 6 el Padre autorizacion para qu e sc embarcaran con (1)

Ca rruaj c bastant e co mun ell Filipinas.

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ru mbo a Manila algonos Pad res, que, como practicos en asuntos de administracion espiritual , p Udi esen tratar los de aq uel distrito con el Gobierno revolu cionarjo de Luzon, en cuanto se presentara coy untura. En consecu encia, dispuso el Padre que nos embarcasemos los PP. Pamies, Puntas, Ch9rro y yo, con los HH. Llull y Angles, como 10 hicimos aqu ella tarde.

AI poco rato de habernos embarcado, acontecio q ue el P. Heras, reci en nombrado S"perior de esta Rcsid encia por el R. P. Torra, nos dio t raslado d e un oficio d el Presid ente provincial, en el cual se conceclia permiso a los que qu edaban en ti erra para pasar a sus Misiones; mas ya no como Misioncros, y para ejercer los ministerios de su carg o, sino para recoger 0 reali zar sus C05as. Mas au n ; se decia en dicho ofici o que los Jefes local es no nos reconocerian para nada, mientras no tuvieramos a utori zac ion del Gobierno revolucionario. En vista de tales oficios, se dispuso que se embarcasen tam bi en el Padre Guitart y los HH. Moll y Gavirondo. D e mi ordeno la obediencia que saltase a tierra y me qu edase; y asi 10 hice.

L os seis Padres y cuatro H ermanos qu e qued amos, volvimos en seguida a nu estras' Misiones. E I P. H eras se fue a Jasaan, con el Hermana Tricas; el P. V il a, con el H. Guila, a Balingasag; los P P. Fa10mir y Guardiet a Talisayan; el P_ Martin, con' el H. Vilano va, a Sumflao y Linabo ; y el H. Beamonte y yo a Tagoloan, todos can orden del Sup erior de vender Ilu estras cosas, a la prim-era oportu nidad qu e se presentase .

Voy ahora a darl e noticia de un incidente que contristara, sin duda, el animo de V. R. Al anochecer del dia 2 d e febrero lIego a Tagoloan un d espacho del P. Martin, fechado en Quilabong , en qu e anunciaba estar alli g ravemente enferm o el H . Vilanova. Por ord en del R. P. Superioc subimos a Q uilabong el H. Tricas y yo; aqueI para acompaiiar al P. Martin hasta Linabo, y yo para trasladar al H ermano enfermo a la playa, si 10 permi tia su estado. Mas al lIegar a la r educci on de T angculan, distante unas tres leg uas de la de Quilabong, me alcanzo otra carta, en qu e me decian haber fallecido ya el enfermo . Asi, pu es, me volvi desd e alli a Tago loan, mientras el H. Tricas continu o adelallte para suplir alHermanodifunto (Q . E.P.,n.)

Aunque en los oficios de qu e he hablado a V . R. se nos prohibfa ejercer ministerios, ibamos, con todo, haciendo alg a, por tol erancia verbal d el Presidente provin cial, y, par cierto, con mucho fruto. E n tal modo las cosas, lI ego el 14 d e febrero, vispera del dia de Ceni za , y

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sc cllmpljeron nu estros antig uos temorcs, con la lI egada a este distrito del apellidado . General de Mindanao, D. ' Simon Gonzalez, hasta entonces fabricante de vino de nipa en los pueblos de T ago y Gigaquit. Nada sabia yo, cllando a las seis de aquella tarde, halhindom e el en la calle , junto a la puerta del con vento de Tagoloan, me saludo, y al entrar en el conve nto me dijo que mi H. Beamonte y yo eramos p,'isioneros de g uerra, y qu e Ie hici ese e ntrega del din ero, dandome por ra z0n el hab erse roto las hostilidades , el 4 del mismo mes , en tre tagalos y norteam ericanos. Como qu e esta nu eva prision tenia visos de ser mas seria y duradera que la prim era, trate a fu erza de sup licas de diferir alg o nu estra partida, y procure con el Hermano aprovechar los momentos qu e se nos concedieron, para enviar por delante cuantas ropas y vituallas nos fu e posibl e . Y, a la verdad, todo aquello nos esta prestando muy bu en servicio en csta prolon gada e indefinida prision. Dispuesto todo, en la forma qu e se pudo, nos largamos hacia el mar, para unirn os con el R . P_ Superior de la R esid encia, qu e nos .esperaba fondeado frente al pu eblo, y habia sido a prisionado en igual forma aquella misma tarde _ A pesar de ser ya muy entrada la noche, nos acompailo hasta el embarcadero un a gran muchedumbre del pu eblo, dando pru ebas manifiestas de pen a y de dolor. Embarcados ya, oimos los grandes soll ozos en que una buena muj er prorrumpia en la playa, que nos conmovi eron sobremanera. Igu al explosion de a m or y sentimi ento ocui-rio en Jasaan , al partir de alii el P_ H eras.

AI echar anclas en este puerto de Cagayan, como a las once de la noche , el General nos propuso, 0 pasar en seguida a este convento, 0 pernoctar a bordo_ Por 10 intempestivo de la hora, preferim os esperar el nu evo a manecer, recostados sobre unos fardos de abaca , que era la unica co modid ad qu e al1i se nos ofrecfa. AI 'dia siguiente, montados el P. Heras y yo en el d ocil y seguro cabal10 de S. Francisco, nos vinimos a esta prision, no sin qu e nos registrasen ante, una maleta ' q ue traiamos con nosotros . EI H. Beamonte se quedo alg unas horas mas ;[ bordo para guardar nu estras cosas, pues du rante la noche anterior hab ian desaparecido un par de zapatos y cerca de dos tinajas de galleta.

Despues de la misa, que celebramos algo tarde, nos visito a bu ena hora un c1 erigo natural de Filipinas, qu e habia venido para casar a un herm ano suyo . Gracias a la caridad de dicho senor, pudirnos tomar la materi a parva del ayuno del dia de Ce niza, alia, entl路c di ez y onc~ de la mafia nil; pu es nadie se acordaba de noso tros, sino para custo-

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diarnos con fusil y bayonet.a calada. La comida principal d e aquel dia, pudimos tomarla junto con la Golacion, a las cinco de la tarde, y consistio en una sopa d e aceite y un par de hu evos frito s. Como la cena d el dia anterior fue casi nula, desde luego el moralista mas rigido nos hubi era dispensado del ayuno : mas i para que buscar dispensas, no t eni endo de que comer?

Como en nuestt'a prision anterior, se enviaron lu ego polizontes.a cada una de nuestras casas para traer aca presos a los de m,is Padres / y H ermanos; pues no eran ellos menos dignos qu e nosotros d e semej ante distincion y honor. Ninguno d e los comisiona dos dejo de incautarse de los fond os de la igl esia y de nu estro uso peculia!' . EI [5, por .la tarde, nos visito el General de Mindanao, asegurandonos qu e pronto volveria a libertarnos. Pero su estrella no tardo en eclipsarse. Sabido es el fin qu e tuvo en Surigao la dominacion de los Gonzalez (I).

EI 27 de febrero nos hall abamos nuevam ente reunidos en esta prision t odos los d e esta tan trabajada R esidencia, pero reducidos a seis Padres y tres Hermanos. Quedamos entonces constituidos bajo la potestad del Gobernador d e este distrito, y asi continuamos hasta mediados de mayo. Conforme fuimos ingresando en la carc el, fue registrando minuciosam ente nucstros equipaj es , y nos prohibio recibir limosnas sin licencia suya por escrito. En una cosa nos atendio, y fue que, habi endole manifestado nu pstro Padre Supe rior, cuan mezquina era la cantidad de 2 0 centimos diarios para nu estra subsistencia, aumento en 5 centimos el haber diario de cada Padre, d ejando a los H ermanos con los 20 centimos.

Antes-de su regreso a Suri gao , el senor 'General mando al Gob ernador de est e distrito qu e fu ese a Dapitan a buscar a los Misioneros d e aquella Residencia y distrito, qu e en 10 polftico es independiente de este . Cumpliendo, pues, la orden superior, tomo el Gobernador 'del distrito un piquete de soldados, y embarcandose con ellos en una lan cha de vapor, hizo rumbo h acia D a pitan. No se yo 10 que medio ali a; mas 10 ci erto es qu e regreso , trayendo solamente al buen Padre Galmes, y dejando ordenado que los demas se embarcaran para Cagayan otro dla. Y efectivamente, otro dia se embarcaron, pero para Manila, .en el vapor Sail Pedro, que d e orden d e V. R. paso a re cogerlos_ (I) Acabaron despues tragicament e en la playa de Cortes, cerca de la punta Ciuit, N E. Mindanao.

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H asta el 26 ~e mayo fu e nu est ro carcelero el General de este distrito ; mas parece que en esta fecha fue destituido de su cargo dicho senor, porque desde entonces no se ' Ie vi6 fi gural' para nada. En su lugar se constituy6 la actual Junta de guerra con ocha' vocales y . un Presidente, que es D. Pio Roa . iGana mos en el cambio? Indudablemente; pu es el nuevo J efe nos autoriz6, desde luego, para salir a pasear por el casco de la poblaci6n , hasta las siete de la tarde ; nos quit6 la guardi a, aument6 el haber de cada Padre y H ermano hasta 30 centimos, y , para decirlo e n una palabra, nos trat6 y sigue tratando como a pres os de confianza. E sta es, Revet;endo Padr~, nu estra situaci6n actual.

Preguntara V. R. ic ual es el estado de nu estro anim o, en medio de sucesos tan lamentables, y en que nos ocupa mos dentro de casa, pues tenemos cerrada la puerta para los ministerios con los pr6j imos?

Por 10 que toca a nuestro animo, fu era de alguna nubecilla de tristeza, in evitable en circunstancias tan poco halagliefias al hombre viejo, he de decir a V . R. que, en gene ral , reina y ha reinado si empre la alegria y g07.0 fraternal. A tan g ran bien ha n co n tribuido, principalmente, las ocupaciones en qu e, desde luego, dispuso nuestro inm ectrato Superior estuviesemos e mpl ea dos para aprovecharnos a nosotros, ya que no podiamos aprovechar al pr6jimo de un modo activo . Al efecto, mand6 qu e tu vieram os caso de conci encia cada jueves, a cargo de un Padre por semana , y todos los viernes platica de comunidad, ta m bien por turno ; estas tareas nos dist raen y entretienen, con no poca utilidad . Cada cual, ademas, se ha buscado ocu路 paci6n por su cu enta; qui en se dedica al estudio de la Biblia, quien al Dog ma, quien aJa Moral, otros a la Ascetica , Historia eclesiastica y demas ramos propios de nuestra profesi6n . Tambien los H erm anos andan bi en ocu pados en las faenas (iomesticas: el H . Bea monte en la cocina, el H. Guila en el refec torio, y el H. Tricas en la ropeda, sin perjuicio de que cada uno ayu de a los demas en 10 que convenga.

Otra cos a ha contribu ido mucho a d ulci ficar nu estro cautiverio, y es la caridad de algunas almas bu enas qu e nos socorren. En esto, hemos visto el diligente cuidado que la di vina Providencia ha tenido de nosotros, moviendo eficazmente los corazones en beneficio nu estro, 10 cua! es tanto mas de admirar, cuanta es mayor la miseria y el hambre, q ue , co mo efecto de las mal as cosechas y de la paral izaci6n del co mercio, azota a este distrito., hace ya alg unos meses. A pesar de ello, nosatros so mos co nstantemente ate ndidos con todo 10 qu e

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estas bu enas gentes pueden darn os. Tenga. V. R. la bondad de decir al P. Pami es si esta ahf, que los qu e han mostrado su generosa ' caridad, con gran ventaja sobre los otros pu eblos , so n sus antiguos feligreses del Salvador. Para corresponder a nuestros bienhechores del modo que podemos , les aplicamos una misa se manal. Lastima que no podamos ofrccer, como debil muestra de agradecim iento , al gu nos objetos de devocion que nos pi den a veces. Si V. R. preve que este nuestro estado ha de prolongarse mucho, yea de .enviarnos luego un buen cajon de t ales objetos . Lo que mas nos serviria al efecto indicado, son escapu larios d el Carmen, rosarios en abundancia, cruces y medallas de varios tamafios, cartil las, Doctrinas, Monte Calvario, Tesoro del Corazon de J esus, todo, por s"p"esto, en bisaya.

De saluJ estamos bien, gracias a Dios .

De V. R. siervo en Cristo.

RAIMUNDO PERUGA,

S. J.

CARTA DEL

P.

J UAN

B.

H ERAS AL

R. P.

SUPERI OR

Infeliz estado de las Misio nes abandonadas . - Ca ridad de l pueb lo. - Sentimientos de los Padres durante la . prisi6n. - Estado econ6m ico. - Serv icios de l Capell an cast ren se P . Carazo.

Cagayan de Misamis, 26 de agosto de 1899.

Mi muy amado en Cristo R . P . Superior. iQue destrozo tan grande ha causado el lobo infernal en el rebafio de Jesucristo I Ap enas q ueda nadie en el cam po q ue pueda ser testigo de tam aiio desastre . Creo que Dios, compadeci endose de nuestros misionados, nos ha dejado como testigos d e los g ran des males q ue padecen, a fi n de que rog uemos con mas ahinco al mismo Senor, les conceda la perseverancia .en la fe que les enset'iamos.

Cuan desgraciadamente se ha veri ficado aqui 10 qu e en ot ra oca路 sion decian a San Martin sus discipulos: 111vadenf gregem tllu m tupi rap aces . D esde nuestra prisio n, servim os a llll de faro a estos pobre . citos, q ue sig uen alim entan-do esperanzas de qu e volveremos a ayudarl os .

Nos envia n regalos de 10 mejor q ue tienen para suavizarnos la prision . Al gu nos vienen a confesarse; ot ros a bu scar consu elo; estos a que ba uticemos a sus hijos; aquellos a encargarnos mi sas; y muchos mas vendrfan , si no tllvi esen miedo de ser notados como afectos a nosotros.

E stamos a obscuras de cuanto pasa fu era de aqu i. De tres vapores que han ve ni do por nosotros, el primero rescat6 a alg unos; cl segu ndo y tercero a ni ng uno. P ero nos ha ca usad o g ran consu elo

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el saber 10 mucho _qu e hacen los Nuestros para lib,ertarnos. Las cartas venidas d e varias partes a estas Autoridades acerca de nosotros, han causado en alg uno indig nacion ; pero no h emos sido . molestados, ni ha sufri do menoscabo la limitada lib ertad de qu e gozamos. Por 10 qu e mira a nosotros, pierdan cuidado . Dios n03 ati ende d e un modo muy particular. S e admiraran VV . RR. cuando se 10 contemos a su ti empo. Frente al refectorio de este convento, se levanta una colina qu e tiene varias cruces de Mayo: la Ilam amos la colina de Nangasa- qui, y continuamente nos recuerda a los 26 Martires d el Jap an. Y, a la verdad, todo cuanto sufrimos son flores de Mayo, en comparacion de 10 que sufrieron nu es tros g loriosos martires .

T enemos exceso de misas para celebrar, las cual es ,"0 e nvio, porque tardara mucho en lIegar la presente a esa, y por no saber 'a punto fijo si se encargarian VV. RR . de elIas. Tenemos vino d e misas para algu n ti em po, y harina ta mbien . D os saquitos h emos po dido comprar recientemente , y uno de ' arroz; todo muy caro. Se acaba el vin6 ti llto, del q ue solo b eb en dos 0 tres fJroiter stomacltum . Es muy dificil t rae r viveres d e Cebtl , que es , a pesar de todo , e l pu erto que mas comodidad ofrece . Lo que mas nos fa lta , son obj etos d e devo路 cion, para cor responder a las muchas personas que nos ayudan con sus limosnas, especLdmente a los d el Salvador, que nos visitan con mucha frecuencia y nos surten de casi todo . Merece este pu eblo honoritlca mencion en la Historia d e nu estras Mision es.

E I P. Marcelin o Carazo , antig uo capell an C'astrense, sera el portador- d e la presente hasta Cebu. No se s i volvera a estas ti erras, dond e ha h ccho muchfsimo bi en, recorrien do los pueblos para bautizar, casar y confesar.

Me encomi endo e ll los SS . SS . Y 00. de todos esos PP. y Hl-I ., y eu particular de V. R. S iervo en Cristo,

J U.\N R . He:RAS, S. J.

CARTA DE L

P.

JU AN

B

HE R-AS Al

R.

P.

PROVINCi AL

â&#x20AC;˘ Felicitaci6n. - Caridad inagotable de los nat urales. - Obstaculos para la li be rtad de los prisioneros. - In comunicaci6n con los N uestros .

â&#x20AC;˘ Cagaya n,

I ."

de enero de

1900 .

Revere nClo y muy amado e n Cristo P .. Provincial: Sea ia primera carta del ,lno nuevo '-para saludar a V. R. e n nombre de los Pad'res y H erman')s pres os en e3ta, que podria mos llamar Area de Noc, donde , en medio de un diluvio de mal es , nos conser va Dios ¡N . S . co n paternal providencia, tal vez para la regeneraci6n de nuestra querida Misi6n de Mindanao.

Pronto had un ano que estamos militarmente presos, sin que se nos diga por que ; ni se nos acuse de nad a; pero somos Misioneros de la Ca mpania de J esus, y esto basta. En el mismo distrito , cuya Cabecera no administraban los Nuestros, hemos sido deten idos, a pesar del aprecio qu e nos manifiestan los pu eblos todos, como se echa de ver por las continuas peticiones que, de palabra y por escrito, hacen a estas Autoridades, para que nos' permitan salir a celebrar las fi estas pat rona les y administrar los santos sacramentos.

Grande es la carestia que reina en todo el pais, efecto del apretado bloqueo, que hace siete meses tienen pu esto los a merican os; pero, con todo. es para n050tros 10 mejor qu e tien en los pobrecitos indios . I Q ue lastima y, a la vez, que consuelo da, Padre mio, ver a estos naturales venir de muy lejos a confesarse y consolarnos, trayendonos el poco a rroz qu e les qu eda, y d eshaciend ose en lagrimas al vern os enca rcelados!

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Cuando tratamos de nuestra libertad con estas Autoridad es, si em¡ ~ )re se expresan diciendo que obedecen a ordenes sup eriores, sin estar en su mano abrirnos las puertas de la carcel. Hay mas: se lam entan de la falta de comunicaciones, qu e no les permite' agenciar nuestra libertad con el Presidente de la R epublica Filipina, y anaden que, si de ellos dependiera, tendrian mucho g usto en libertarnos. Las dilig encias para conseguir este efecto no escasean; pu es tenemos entendid o qu e el R. P. Superior las hace muy activas e i~c esantes en Manila, si bi en hasta el presente con poco resultado. Y hay que confesar que nunca hemos sido insultados, ni despreciados, sobre todo del pu eblo; qui en, a pesar de no haber pertenecido a nu estra administracion espiritual, nos llama para sus enfermos y nos encarga la celebracion de misas.

H emos estado duran te diez meses sin saber casi nada de los Nuestros, 10 que ha sido un a mortificacion muy grande, por -no decir la mayor; pero el 29 de dici embre ultimo, se nos ha abierto el cielo con una larga carta del P. Gregorio Parache, quien ha sido enviado por el R . P . Superior a Cebu, para qu e nos atienda mas de cerca. Por ella nos hemos puesto al corriente de 10 mas principal que ha ocurrido durante nu estro cautiverio.

En los SS. SS. y 00. de V. R. mucho nos encomendamos.

Siervo en Cristo, JUAN

â&#x20AC;˘

B.

HERA S,

S.

J.

CA RTA DEL P. MIGUEL GUARDIET AL

R.

P. PROVINCIAL

Ul tim a tentativa de los prisioneros de Cag.yan, para conseguir I. libertad.DecrelO de la Junta de Guerra. -- Excursi6~ de despedida a los pueblos del distrito. - E I P. Guardiet en el Salvador. - Excursiones del P. Manin .

- So licitud filial de los naturales de l Salvador. - Fruto copioso de los sag rados ministerios. - Orden de retirada - La fiesta del pueblo de I nitao. - Los PP. Martin y Guardiet en Iligan. - LJegada de los norteame-

ricanos.

Manresa, 28 de diciembre de

1900.

P. C Mi muy amado en Cristo R. P. Provincial: P ara complacer a V. R . voy a escribir, como Dios me de a entender, desde esta santa Cueva,

en donde resido , un fiel relato del feli z termino que tuvo la prision de los Nuestros en Cagayan.

Era el 26 de febrero del presente allo, despues de trece meses de prision proximamente, cuando el P. H eras se presento ante las autori路 dades del Distrito , solicitando, como otras veces, nuest ra libertad.

Largo fu e el debate que con eli as sostuvo, si n otro resultado q ue una promesa : la de permitir a los cautivos visitar algu nos pueblos durante la cuaresma. Animado con esta co ncesio n el bu en Padre, me mando comunicarla pOl' escrito a mis a ntiguos feligreses, qu ienes sin p erdida de tiempo, prepararon una banca; y se presentaron en Cagayan para !levarse a su Padre Misionero. Querian tenerl o ya al frente de su iglesia, el 28 , miercol es de Ceni za. L os de Tagoloan, noticiosos de la novedad, viniero n tambi en a buscar btro Padre; pero to.do fu e inutil.

AI Jefe militar Ie parecio demasiado precipitada esta determinacion, y nu estros bu enos men<ajeros tuvieroll qu e volverse so los y descoll' solados a sus pueblos.

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Pero amaneci6 el dia primero d el mes de S. Jose, y este dia fue tam bi en el primero de nuestra definitiva lib ertad . No en va no habia mos acudido muchas veces al benditisimo Esposo de Maria, con su Novena hecha en co munidad , con la practica de los Siete Domingos y d el dia 19 de cada mes, sin contar otras muchas devociones. A las once y media, pLIes, de la manana , recibio el P. H eras un oficio d e D. Pio Roa, Presidente d e la Junta d e Guerra, que decia asi: <T engo la satisfaccion de notificar a V. R. que, desde esta fecha, queda en lib ertad con los RR. PP . Raimundo P eruga, Juan Martin, R amon Vila, Nicolas Falomir, Miguel Guardiet y J uan Galmes, y HH . Cle mente Beamonte, J oaquin Tricas y Pablo Guil a, que hasta el presente se hallaban como prisioneros en esta Cabecera .> i Cual fue humanamente la causa de esta in espe rada resolucion ? Las tropas norteamericanas, que iban extendiendo su pod er por las diversas islas d el Archipielago, am enazaban a Cagayan . A l tomar la poblacion, era evidente qu e pondrian en Iib ertad a los Misione ros, a no ser qu e los naturales en su huida se los Hevasen; urgia, pues, anticiparse a este acto d e humani dad, para que la gloria de el no perteneci ese al ej ercito contrario.

Ademas, la muched umbre de religiosos que en Luz on habian recobrado la libertad, con motivo de los avances de los americanos, inducia a creer que algo habian aflojado de su rigor en este senti do los Jefes supremos de la trabajada R epublica. Por estas razones la Junta de Gobierno d el distrito de Cagayan, resolvio libertar, por iniciativa pro pia, a los Padres Misioneros.

Las primeras horas de nu estra libertad era justo q ue se aprovecharan en beneficio de los pueblos, que tanto nos habian socorrido duran te nu estro largo cautiverio .. Mi entras se presentaba ocasion de pasar a Ma nila, d etermino el P. H eras q ue los PP. P eru ga, Galmes y H. Beamonte fu era n a Jasaan, Balingasac e islas d e Camig uin y Bohol, Clmino de Cebli. EI mismo P. H eras paso a Jasaan ; envio al P. Vila a Agusan, y al P. Martin, con el que esto escribe, a los pueblos del Salvador y demas d e la costa hacia lIigan. A la tarde d el dia 2 de marzo ya estaban d e nuevo en Cagayan, en busca de los Padres, las e mbarcasion es d el Salvador y Tagoloan, que'; tres dias antes , se ha 路 bian vuelto sin obtener el resllltado apetecido. Y es d e notar qu e la del Salvador habia sido recibi da con las campanas al vuelo, y mlisica , y alegrfa d e todoellJUeblo; la que bien pronto se troco en mal humor, al verl a lI egar si n cl tan deseado Padre . Por esto', la seg llnda vez, enviaron los d el Salvador dos embarcaciones, para que una de elias, ..

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con ba ndera blanca , cerciorase a los vecinos de Ja lIegada d el Misionero , qUietl , mas despacio, irfa en la segunda . En esta m e embarqu e yo , y no es para di cha la conmoci on de aq uel d evoto pu eblo, cu an do Ilegue el 3 d e ma rzo.

Cinco aiios antes , los PP , Ram on Pamies y Alberto Masol ive r habian entregado la adrninist racion espiritual d el Salvad or a los R R . PP . Agustinos R ecoletos, y co n e l antiguo a m-or y res;)eto fui recibi do a lli yo , que hab fa sali do de aquel pueblo el allO 93 . Celebre misa d e R eina (I); mas ahora -no reso naron , com o ant es, al tiempo d e la elevacion , los acordes de la marcha real espanola , porque aquella bendita t ierra ya no era del do mi ni c de Espana" S alude d espu e; al pu eblo, desde el pulpit o, y re corde , co n g ra ndes muestras de g ra titud, los m uchfsimos fa vo res que a los buenos hijos d el Salvador d ebiam os los ex -cauti vos d e Cag ayan, y les invite a recibir los sa ntos sacra mentos, T erminada la misa y la a ccion d e gracias , m e acom pan o to do el pueblo , con la m usica , a l c onvento. i Q ue entusiasmo tan. consolador se reflej aba en los rostros de todos!

E I P. Martin, q ue hab ia ido al Salvador por tierra , para evangeli zar d e paso a los p ueblos de O pol y Muluga n , avanzo hasta los d e Al ubij it . e Ini tao , mientras yo seguia cultivando la t ierra fertilisima d el Salvador. P ero , Padre m io , i como h a bra arraig ado y prosp erado la cizana en todas estas pob laciones, con la ausencia d e los Misioneros! I Q ue d e conc ubinatos, en mala hora legal izados por el matrimonio civil ! i q ue d e escandalosos abusos a utorizados!

Mas la g racia de l S eiior llovio a raudales sobre esta co marca, y fue para a labar a Dios el copiosfsimo fruto qu e d e est as excursiones se r e por~o . Di ez y nueve dias estuve en t re mis a ntig uos feligreses, reci b iendo siem pre contin uas muestras d e amor fi liaL Au n alg ul!os , qu e habian habl ado contra noso tros, se hicieron mansos co mo corderos, y h umildes co mo esclavitos. E I mismo dia qu e Il eg ue , estaba p escando en su barca el D eleg ado d e policia, y en cuanto Il eg o a sus oidos la not icia d e mi arribo, se fue d erecham ent e al convento , desca lzo y en traj e d e pescar . Beso m& la ma na co n efu sion, rogandome Ie dispen la libertad d e p resentarse vestido de aquell a manera; porq ue su afecto ( I ) Esta deno m ina ci6 n se da e n Filipi na s a una misa, en que los ca nto res cantal1 los K yries y pa rte d el G lo ria y Credo, segtin el tiempo de q ue dis!=,one!l,

con S .'tJ1C lU S y Agnus.

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IIO-

a nt ig uo a l Misionero, no Ie permitfa diferir el saludarm e . Ofrecio me lu ego d el 'pescado fresco que t raia, ye n adelante, ni un solo dia dej o d e hacerme semej ante agasajo, 0 pOl' sf ~ismo, 0 pOl' alg uno de sus hijos . P ablo, el fi d elisimo Pablo, qu e habfa sido arrestado en Cagayan, pOl' s u asiduidad en visitarnos y regalarnos, no cesaba d e pon erse a mis ord enes para todo. E I antig uo fi scal d el Salvador, L eon Esca la nt e, q ue en su nit'i ez se habra criado en nu estro convento , e n compaiifa d el P adre Salvador Ferrer, puso su h ijo a mi se rvicio inmediato.

Este, con otros sirvi entes, dispusieron d e tal modo mi aju ar y manutenci on, qu e no m e fu e necesario pensar en cosa a lguna. EI Presidente loca l ordeno a los sirvientes que pidi eran a el, sin decirm e nada, cuanto vieran me hacia falta ; y el mismo no perd fa ocasion de informarse d e co mo estab a yo atendido. Cuando al marcharme Ie pedi la cu enta, se nego a presentarla, afi ad iendo qu e mas hubiera h echo a estar en su mano.

E I segundo d ia de .pi estan cia e n el¡ Salvador , domin g o , 4 de marzo, repiliose con nu evo fervor la funcion del dfa primero . Desp ues de la misa d e Reina, y de retirarm e al convento , acompafi ado por ia ' mllsica, Ilenose este d e gente, que porfiaba pOI' besarme la mano y sal udar me . E ste dia se dispuso la forma como se habfa de ir compo ni endo 10 qu e necesitaba d e arreglo _ L eon Escalante, a qui en alg unos meses atras habfan destit ufdo del cargo d e fi scal, para contrariar al Rdo. D. Marceli no Carazo, qu e se servia de d en sus ministerios, fu e repuesto en su carg o, sin que se vol viera a mental' para nada 10 s uced ido. D espedida la gente del pueblo, y agrad ecidos sus ofrecimi entos , entraron a visitarme los vecinos d e los pueblos limftro fes, EI fiscal d e Mu lugan ofrecio traer, co mo 10 hi zo, a todos los casado s civilmente en su pu eb lo , do nde, a utorizagos como estabamos, no quedo ni rastro del mat rimoni o civil. , Tam poco en el Salvador quedo nadie mal casado ; asi q ue, entre bautizar, platicar , con fesar y casar, se me pasaron los dfas si n sentiI' . En to dos ellos hubo misa cantada, ya voti va, ya d e difuntos , y ni asi pude satisfacer a la devoci on de to dos , T ambien celebre un fun eral solemne , en su fra gio de las almas de los dos malogrados espafioles que habian pintado la ig lesia del Salvador, quienes acabaron su vida cerca d e Cag ayan, asesin ados pOI' el solo motivo de Il evar en sus venas sangre de mi patria. Mi corazo n no pudo menos de exigir a l pueblo crist iano d el Salvador 'este p iadoso recu erdo.

E I d la de S . Jose fu e celebrado co n mucha pompa. Rubo vlsp eras,

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misa sole mne, serm on y procesi on muy concurrida y devota ; de modo qu e parecfan haber resucitado tiempos ya transcurridos y hallarnos en los mejores dias de nu estras f10recientes cristiandades. Y Icomo no esm eramos en homa y g loria de S. Jose, si al Santo bendito debia yo el estar entonces rodeado de mis a madisimos fi eles y en compl eta libertad ?

Ya el 15 recibi en el Sal vador al H. Pablo Gu il a, con cartas del P. H eras, fechadas en Jasaan, y del P. F alol1l ir, desde Cagayan, en qu e se me orden aba, por ca usas justas, pasar a Dapitan 0 a Manila con el sobredicho H ermano, q uedando el P. Martin libre para acompanamos 0 irse a Jasaan; pero por mas qu e me di a obedecer, no pude hacerme a la mar hasta el dia 22 . Nadie q ueria prestar un a ancora al patron que habia de ll evarme , con el piadoso fi n de impe · dir mi viaj e. L a tristeza g rande con que me despi dieron daba a enten · der claramente q ue ya se temian no les volveria a ver, a unq ue el D elegado de po licfa, para en;;anarse a si propio , y consolar a sus compafl eros , no cesaba de decir: - i Co mo no ha de volver el P . Mig uel, qu e es nu estro Padre : - i Ah , Dios mio, y en qu e abandono estaran ahora los pobrecitos I Renun cio, P"d re mio , a describir por menu do la triste desp edida q ue el pue blo me hizo. Al fin , emprendimos la mat-,;h a , subiendo yo, con el H ermano y el fideifsi rT' o Pablo, a una e mbarcacion, cuyo dueno nada quiso cobrar por el f1ete, y en la cual hicimos rumbo a Initao, ca min o de Iligan.

En Initao nos juntamos con el P. Martin, qui en habia dispuesto para aquel dia la fi esta patronal de S. Francisco Javi er. En ella hubo misa cantad a, procesion y pan egirico del Santo pOI' el mi , mo P. Martin. Parecfa que el fruto espi ritual , qu e, a fu erza de fatigas, habia logrado el Padre en las almas de su s felig reses, se reflejaba y lu cia en la cara de todos: tal era el gozo santo con qu e celebraban su fi esta.

Aqui halle de Vicepresidente del pu eblo, a un bu en cristiano, el cual, aflos atras, habia sido nu estro comisionado para infieles en el Salva · dol', Y' qu e, en cuanto supo que yo estaba prisionero, man do a su muj er y a su hij o con regalos de primicias, y eI mismo , poco desp ues trajo un cordero y cacao. Muy desconsolados qu edaron el, y todos los demas del pueblo, por v er que el P. Martin se decidia a acompa · flamos, deja nd olos en 10 mej or de la fi esta . P ero la obedi encia urgia, y aquella misma tarde nos embarcamos todos, con el g rato co nsuelo en el alma de· deja r al pueblo libre de concubinatos.

El dia 25, fi esta de la Anu nciacio n de Nuest ra Se Hora , lIegamos a

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IIi gan. Como ya este pueblo conOc1a al P. Martin, nos recibio con visibles muestras de amor; y sin perdel' tiempo, emprendimos los dos Padres eI cumplim iento pascual. Mas, apenas empezado, tuvimos que levan tar los reales, por la Ilegada de los americanos. Entraron estos en son de paz, ofreciendo respetar las costumbres del pu eblo, segun 10 habiatl pedido los principales, que les salieron al encuentro, acom路 pallados del P. Martin; pero el alboroto d e las armas es tan contrario al sosiego de la piedad, que ya no nos fu e posible continuar eon tran 路 quilidad nuestras tareas, si bien celebramos todavia en este pueblo la Semana Santa .

Con los americanos entro en IIigan la noticia de haber sido tomado Cagayan. Entonces despachamos a Pablo con cartas para el P. Heras, pidiendol e ord enes; pero el pobrecito mensajero, cuando ll ego a Cagayan, supo que su mujer estaba en el monte , a donde la habian llevado presa los insurrectos, y, angustiado por esta nueva, ya no pudo traernos la respuesta.

Entre tanto el P. Heras habia recibido de Manila orden de que todos pasaramos alla. Puso ~l en ej ec ucion la obedienCia el 7 de abril, vispera del Domingo de Ramos, con los PP. Falomir y Vila y el H. Tricas , e mbarcandose todos en el vapor Francisco Reyes, que los llevo a Manila. N osotros, recibida el 17 de abrilla misma orden, nos dirigimos primeramente a Misarriis, yen do en el antiguo call0n ero espaliol Callao, hoy botin de guerra de los americanos, y despues a Cebu, en el vapor mercallte espat'iol Ll1actall. i Que sera, Padre, de aquellas regiones, don de blanqu ea n tantas mieses abandonadas? iSe dignara el Sellor mandar de nuevo opera路 rios a su heredad? El quiera, en la paternal providencia de su amo路 1'050 Corazon, abrir pronto a aquellos pueblos las puertas de su mlsericordia.

En los SS. SS . y 00. de V. R. mucho me encomi endo. ~

A ffmo. si el'vo en Cristo, M[GUEL' GUARDIET,

S.

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CARTA DEL

P.

R A IMU NDO PERUGA AL R ..

P.

IJROVINCI AL

Salida para Manila de los PP. Peruga, Galmes y [-I. Beamonte, prisioneros en Cagayan. - Demostracio nes de amor del pueb lo de Bohol.

LJegada a Cebu y a lVl a niia.

Manil a , 9 de abril de

1900 .

P. C. Amadisimo en Cristo R .路P. Provincial: Para compl acer al R. P . Superior y . cumplir con V. R., voy a notincarl e algunos incid,;ntes que creo leera con interes .

EI dia J . 0 d e rnaI'm nos fu eron abiertas las puertas de la prision d e Cagayan a los nu eve de la Compailfa, que, durante m as de un afio, habiamos estado en ella, sin acusacion nin guna que justincara llUestra reclu sion . Inm ediatame nte ord eno el R . P. H eras que vini eramos a Manila, para dar tan grata nueva, el P. Ga lm es y yo con cl H ermano Beamonte. No ten iendo a Ol ano embarcacion mayor, salimos en una banca de cuatro rem os , el dia 5 d e marzo, para la islita d e Camiguin, que d ista d e Cagayan como unas veinticinco Ie路 guas . Las pocas horas que estuvimos en esta isla, las cmpleamos en oir confesiones y en administrar el santo 13autismo. Un b uen cris路 ti ano , rico, d e aquell a tierra , que nos habia d emostrado su afecto , haciendonos varicls lim osnas durante nuestro ca utiverio, puso a llU estra d isposicion un h ermoso bote COll di ez remeros , pagad os pOl' el, y con provisiones para ell os y nosotros; con que, tendiendo vel as y bati endo remos, hicim os aprisa y bi en 1a larga y peligrosa travesia qu e m ed ia entre las islas de Camiguin y Bohol.

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En Bohol , el Presid ente pro vincial , y otras muchas p ersonas d e aut oridad, se desvivieron en obsequiarnos d e muchas man eras, en cuantos pu eblos haciamos escala. En la capital, lla mada Tag bilaran (cuya h ermosa iglesia rue levantada por nu estros antig uos Padres) , g racias a un ingenioso ardid de que se valieron aquellas g entes para d etenernos, nos obligaron a perm anecer alii como dia y medio, y en tan corto espacio d e ti em po , confesal1)os ;i un as cuatrocientas personas aproxim adam ente . E l ardid rue decirnos gue , mi en tras nosotros podiamos ir con mucha rapidez al pueblo , cu yo camino gu eriamos t omar, nuestro eg uipaj e por neeesidad t enia que tardar mucho en Ilegar al mismo punt o. Esto Lllti mo era , sin duda, exagerado ; pero nos dejamos buenam ent e engafiar, y aprovechamos el t iern po .

Fue mucho el b uen trato q ue con nosotros us6 el Presi dente de Bohol, sin embargo de no habernos visto j amas_ N os hizo acompaiiar h asta el pu ebl o in mediato por un consej ero de justicia; nos di6 una circ ular para todos los Presidentes de la isla, en qu e les mandab a procurarnos el vehiculb gu e necesitasemo s; y entreg 6nos, ad em as, una carta p ara su padre , qu e tenia su vivienda en el pe nultimo p ueb lo de aguella isla. E ste , venerabl e anciano, apenas nos vi6 entI'ar en su casa , nos hizo preparar el almuerzo, y nos acompafi6 , con sus dos carruaj es, hasta el p ueblo en gue d ebiamos embarearnos p ara salir de la isla . D e tal modo nos atendi6 , gu e ni una ti ern a madre hubiera podido esm erarse mas en s ervirn os , y el mi smo nos hi zo aparejar la b anea gue nos condujo a la isla de Mactan . En suma , asi en Camiguin, como en Bohol, nos confu ndi eron , a fu erza d e obseguios y atenciones, D esde la isla d e Mactan (en que p ereci 6 Magallanes , ( I) glorioso conguist ador d e este A rchipielag o), pasamos a la ciudad de Cebu.

F ui mos en banquitas, casi microscopicas, p ues una te nia s610 el piloto, que la reg ia con un remo a pulso; y la otra, alg o mayor, s610 t enia . un remero . A l desembarcar en Ceb u, un piadoso sacerdote nos oblig6 a tomar su carruaje , en el cualnos dirigimos al S emin ario, donde nos recibiero n con singular caridad los Reverendos Padres Paules y nu estro P. Gisb ert, qu e se h allab a alIi con animo de p asar a Mindanao para ver si p odia libertar al Pa dre Diego. Dos dias estuvimos en Cebu,

( I)

Herido po r una flecha em'enenada, fue mu erto po r los is leiios . (26 de

agosto de 15 2 I ) ,

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despu es de los cuales nos emba rcamos en el vapor Iszdia, lI egando a Mani la con feliz viaj e el d fa 21 de marzo. No obstante haber sabido ya los Padres y H ermanos de aquf n uestra libertad , por telegram a que pusimos en Cebtl, fu e extraordinario y sin ejemplo el entusiasmo de esta santa casa a nu estra lIegada. Todos querfan oir de nuestl'OS labios cuanto se referfa al ti empo qu e habfamos estado presos y a la ocasion de haber sido puestos en li bertad.

Imagfnese V . R . la mayor alegrfa que aca bajo pu ede gozarse, y acertanl. Yo renuncio a describirla pOl' falta de palabras, y tam bien de ti empo.

Adios, Padre mfo amantfsimo Me encomiendo cn ' os SS. SS. y 00. de V. R. Afectfsi mo siervo en Cristo, RAIMUND O PER UGA,

S.

J.

CARTA DE L

Zozobras

H.

IGNACIO VILA AL

e incomunicaci6n

de los Misioneros. -

P.

J UAN

RICA RT

Retirada de las autoridades

espafio la s.- EI P. Yepes se despide de Dip610g.-Detenci6n fo rzosa.Sentimientos generosos de los principales de Dip610g. - EI Capitan To ¡ mas.-Prisi6n frustrada .-Movimiento del pueblo en Dip610g, Lubungan y Dapitan.- Emba rqu e de los Misioneros para Manila.- Actitud consoladora de la principalia y de IOdo el pueblo.

Manila y junio d e 1899.

P. C. Mi muy amado en Cristo R. P. Ricart: R ecibi su carta, a unqu e con mucho retraso, por razon de las circunstancias. No me ha sido posible contestarle hasta ahora, porque desde el J 4 d e abri l del ano pasado, hasta el 29 d e marzo del presente, no fu e a Dapitan ningun vapor de Manila. Lo que entonces mas sentimos, fu e la incomunicacion con el R. P. Superior y con los Nuestros d e los demas distritos .

En todo este tiempo, solo dos cartas recibimos del R. P. Superior; en la primera, despues d e pedir oraciones, nos decia que procurasemos guardar nuestros puestos y no los abandonasemos. En la segu nda, nos hacia saber que Manila estaba en poder de los americanos, y que tal vez, a no tardar, vendrian delegados de Aguinaldo a establecer la Republica F ili pina. Nos aconsejaba, ademas , q ue pro¡ curasemos evadir el primer golpe, escondiendonos, para evitar algun atropello . D esde este dia todas las noticias confirmaban las predicciones del R . P . Superior de la Misi6n. Un dia nos decian qu e un vapor de los tagalos habra establecido la Repttblica en Negros, otro que en Panay, y asi sucesivamente en las otras islas .

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A ultimos de diciembre, nos liego ·la notJCla definitiva de qu e, segun el tratado celebrado en Paris, las Filipinas qu edaban para los norteamericanos.

EI Comandante de Dapitan se habfa marchado a Zamboanga el 27 de diciembre , y, a la vez, habian aba ndonado las t ropas espatiol as to do el Norte de Mindanao . Salidos elios, entr~ la R epublica Filipina, y extendiose con rapidez in esperada hasta Oroqui eta , Surigao , Butuan, Cagaya ll , Misamis y Lfbang, pu eblo· situ ado a tres leguas de Dapitan. Solo los pueblos de nuestra R esidencia, a saber, Dapitan, Dipolog y Lubungan, quedaban ind ependientes. En D ap itan esta ban el P. Juan Galmes, Superior de la R esidencia, el P. Rafael Vilarrubias y el H. Antonio Gros; en Lubungan, sig uiendo la costa hacia el Sur, los PP . Antonio Obach y Esteban Mirall es , con el H. Dionisio Azcue ; y entre ambos pueblos, en la misma costa, el P. Esteban Yepes y yo, en Dipolog. Eramos los unicos Misioneros del Norte, sobre quienes no habia pasado a'un la ola revoluci onaria .

Carecia mos, no obstante, de toda seg uridad, sin poder hacer nada por nuestros Padres y Hermanos presos , ni mand ar siquiera una carta al R. P. Superior de Manila . EI P . Superior de la R esidencia nos ordeno que estuviesemos preparados para huir al monte, en caso de necesidad. Entre tanto, se buscaba un vilos para marcharnos a Zamboanga, y el dfa senalado para la salida era el 13 de febrero, lunes de Carnaval, por la tarde, 0 al dfa sig ui ente, por la manana.

E l domingo de Carnaval, el P . Yepes, acabad o el sermon, desde el pulpito se despidio del pueblo de Dipolog, dici endoles qu e fbamo s a Zamboanga, para recibir ordenes de los Su periores; y qu e, tan pronto como se serenase la tormenta, volveriamos. Pero no bi en acabo la mi sa, cuando ya emp ezaron los liantos: las nill as de la escuela ocuparon la porteria de la casa; los ninos subieron arriba; las muj eres se quedaron en la igl esia, orando y liorando . Unas invocaban al Sagrado Corazon de J esus, otras a la Virgen, otras a San Jose, pidi endo, entre lagrimas y chi lli dos, qu e no las abandonasemos. Ni faltaban quienes gritasen: «Padre , no nos deje por Dios; que nos vamos a perder. » EI P adre, que estaba dando gracias despues de la misa, no pudiendo hacer nada por los chiliidos, se- retiro ; mas al llegar a la porteria, se encontro con las nil1as que lioraba n, las cuales, al verl e, corrieron hacia el y, cOf iendole por la sotana, empezaron tambien a gritar : , Padre, no nos aba ndon es; co mpadecete de nu es tras almas .> En fin, no hay palabras para escenas de tanto dolor .

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Ver y oir a un pueblo 1I0rando, y lIorando 'en vista del abandono en que quedaba, me conmovi6 tan profundamente, que no pude contener las lag rimas, por mas que, para evitarlas, me retire a un rincon de la huerta; pero fu e inutil, porque oia los gritos, 10 mismo que si estuviera dentro de casa , Creo que se oian de todo el pueblo. EI Padre les dijo, q ue el no podia hacer nada; pu es tenia orden del Padre Superior de Dapitan. Dicho esto, se callaron y retiraron; pero la principalfa toda se fue alia, a hacer las mismas instancias a dicho P. Superior.

Por aque!los dias, los de Dapitan proclamaron la Repub li ca, a su Cll enta y riesgo, sin ill gerencia ninguna de fuera; y el lunes de Car· naval, se hizo otro tanto en Dipolog, y el martes en Lllbllngan.

Hubo en todas partes elecci6n de Presidente local; se izo la bandera rep ublican1, y todo procedio con paz y tranquilidad, gracias aDios.

El martes de Carnaval, era el dia senalado para marcharnos; pero dos noticias malas y alarmantes nos hicieron suspender la salida. De· cfase que toda la gente de Zamboanga habia sido pasada a cuchillo, y que en Manila habia habido un degue!lo, del que casi todos los Nuestros habian sido victimas; pero ambos rumores resultaron falsos .

El dfa 4 d e marzo de 1899, a las once y media de la noche, !lego un despacho de Dapitan, con la noticia de q ue a las cuatro de la , tarde habfa Ilegado de Cagayan el General de aquel Distrito; que los Padres de Dapitan estaban presos, y que pronto ve ndrfan a prendernos a todos (I). Determino el P. Vepes que, puestos en manos de Dios,

(J ) Uno de los PP. Misioneros re fiere 10 s uced ido en Dapitan, co n las sigu ientes palabras: «El dia 4 de marzo rue presQ el P. Juan Galmes, Superior de la Residencia . EI hecho ocurri6 de es te modo: como a las cuatro de la tarde fandee, frente a Dapitan, el vapor Bais, en que venia el General re vol ucionario de Cagayin, con dos acompaiiantes y algu nos soldados armadas. Lo s dapitano s , que ignoraban el objeto de su venida , Ie rec ibieron con agasajo; mas el General, una vez rodeado el COI1vento de soJdados, intimo a1 P. Galmes la orden de prisi6n y la de entregar el dinero de la casa e iglesia . Todo esto en nom bre de la Republica. Durante una hora praclicaron un detenido regis tro, y dos soldados, con bayoneta ca lada, s eguian lodos los rnovimientos del Padre, sin dejarle esc,ribir, ni ape na s hablar Pll iabra. Los princip.lles de Dapitan, estaban como cohi bidos, s in atreverse respirar. Los veci nos, extraliados, decian por 10 bajo: «~C6mo permitimos esto?» Alguien se atrevi6 a decir al General qu e, a 10 menos, no se llevara al Padre; a 10 que contest6 que, por de pronto, era preciso; pero que, a no tardar, seria devuelto a Dapitan. AI toque de o ra ci6n de la tarde se embarc6 el Padre Misionero, y a las ocho sali6 el vapor para j\ iisamis.

«Ai despedirse el General, dej6 orden que inm ediata melllc fueran presos los

a

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aguardaramos, como valientes sol dados, al pIe del calio n, sm aban· donar nuestros puestos; y .asi 10 hicimos.

A media noche se present6 la principalia, diciendo que nos esca· pasemos; pues ellos nos esconderian en el monte, para que no no s cogieran. EI Padre les dijo que no; pero ellos, alegando 10 que habian prometido el dia que nos queriamos marchar, dijeron que estaban re o sueltos a cum plirlo . Replic6 el Padre: «Cui dado que hagais nada por nosotros. No quere mos que se derrame sangre en el pueblo» , y les mand6 que se retiraran. Estaba entre los principales, un antiguo capi. tan del' pueblo, llamado Tomas, el cual, los prim eros dias de la Republica, brioso con el nu evo estado de cosas, dijo que a el nadi e Ie gobernaba, y aun en el convento, habia estado poco respetuoso con el Padre. Al ver ahora la turbaci6n de sus compaiieros, y la entereza del Padre, no pudo contener su pena, y adelantandose, dijo: <Senores,

dernas Padres y H erm anos, y que, con los fondos que hubiera, fueran remitidos a Caga yan; y amenazo al Presidente provincial -de Dapitan con cOJ-tade 1a cabeza a el, y as u mujer e hijos, en caso de qu e no obedeciera.»

El mismo P. Galmes aiiade algunos pormenores, en los siguientes parrafos de una carta oirigida al . R. P. Provincial, fechada en M~nila el 29 de abril de 1900.

«Acabada la dominacion espalioia, siguieron los dapitanos gobernandose segun las leyes que antes tentan . Eligieron el personal mas digno ylnas adicto .1 nuestra sac ro santa Reli g i6n, y nos ten ian a los Misioneros en la misma 6 mayor estima que antes. »Cuando los cagayanos me prendieron, los dapitanos procuraron con insisten· cia que me escapara, y me pl"oporcionaban medios, al parecer, seguros. No ace pte la propuesta, porque me persuadi que, huyendo, hubiera dado luga l' a que se hiciera propaganda contra nosotros. Entences lrataron de resistir poria [uerza a mi opreso r, ya lInos cinCUe!Ha ~o ldad os que llevaba bien armados. Tampoco ace pte; porque hubiera costado sangre, y dado pie .i otra expedici6n revolucionaria mayor, que nos hubie ra apr isionado 6 quiza muerto a todos. Procure, pues, aprovechar en bien de lo s Nuestros, el tem or en que conoel estaba el General rev'oluc ionar io, persuadiendole que era empresa temeraria ir en busca de los demas Padres y Herman os, y que se exponia a ~ualquier desast rc, de no salir inmediatamente La orden q ue llevaba era de prendernos a todos; pero, se dej6 re-ducir, y salimos, por nuts que pre ve ia que la vuelta prematura Ie costa ria el destino, como asi sucedi6 en realidad. »Unos dos meses hacia que yo estaba casi siempre solo en Dapitan; pues sospechaba que los que nos hallAsemos en la Cabecera, seriamos Ylclimas de L1na sorpresa, mienlras que los que estuviesen fue~a tendrian mas facilidad para ponerse en salvo.

POI' csto no enco n tra ron conmigo los re\'olucionarios a mis companeros, P. Vila· rrubia s )' H. Gros. Cuando me prendie ron, habia yo hecho fracasa r ya tres expediciones. De Dapitan <i Cagayan me concedieron lo s revol ucionarios dia y medio de parada en tres pueb los abandonado s de la costa, ye n e llo s bauticc;i unos -too ninos, 01 de confesi6n a unas 800 personas, y administre los ultim os Sac ramentos a mu chos en fermos.»

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r2 0

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por mis pecad<:Js pasa todo esto » , y luego pidio p ublicam ente perdon al Padre, at'Capitan y a la principalia. Tras este acto, verdaderamente edincante, del capitan Tomas , se retiraron todos.

A las tres y media d e la madrugada dijo misa el P. Y epes, y, d espues de darme la sagra da Com union , su mio el Santisimo para evitar toda profanacion . Acto seguido escondimos los vasos sagrados y la custodia, y confortados con el pan de los fu ertes, esperamos tt'anquilam ente la hora q ue Dios tenia destinada para nuestra prision. No tard6 en Il egar: a la una de la tarde d e este mismo dia 5, se prese nto un oficial de tropa de Dapi tan, al frente de n ueve soldados con bayoneta calada, y rodeada la casa, entrego al Padre el oficio que conte · nia la orden d e prision . Y d esde entonces quedamos prisioneros. In· mediat amente se hizo inventario del ajuar, y primeramente d el dinero y libro .de cuentas . D e las cuentas resulto sobrar algo , que el Padre pidi6 se 10 d ej aran para el viaj e; p ero no Ie fue conc edido. EI dia sig uiente, 6 de marzo , dej andonos a nosotros en Dipolog con las cosas que nos pertenecian, con an imo de recogerlo to do a la vu elta; se sali eron para Lub ung an, a fin de d etener a los Nu estros d e dicho pueblo.

Mi ent{as se ejecutaba la prision de los Misioneros de Lubungan, los pri nci pales de Di p610g pro testaban estar resueltos a morir, antes que entregar al Padre y al Hermano; y en un instante se Ileno la plaza y el con vento de hombres armados conlanzas, crises, campilanes, bolos y pUiiales ~ d e modo que allf r elucian toda c1ase de armas blancas. Lo mismo sucedia. en Lubungan. Y ique dire d e los valientes dapitanosr EI pueblo desarmo a los soldados del t ercio, diciendo: «Ya que voso tros con las armas no habeis sabido d efend er al P. Gal· mes, d efend ere mos nosotros a los demas Padres» ,. y riueve de los mas valientes subieron haci a Lubungan, campil;:[n en mano, para cortar la cabeza al oncia) y soldados que estaban ej ecutando la prision de los Nuestros de dicho pueblo. P ero, gracias al P. Antonio Obach, qu e les hablo y los calmo, no paso I;" cosa a delante ; de 10 contrario, mal les hubi era acontecido al oncial y soldados ( r). D e estos medios se

( 1 1 El mismo Padre, despues de afea r, :'n Lubun gan, el proceder de dicho oficial, hasta hacerle saltH las lagrimas , baj6 a Dapitan, y alii , hablando a los principales y a otros mlJ chos, promovi6 la admi rable reacc ion de qu e da cuenta la presente ca rta. Adema s de 10 que en ella se refier(;, el Pres id ente pro vin cial )' lo cal de Dapita n, y varios otros prin c'ipales, hicieron y fi rm aron una retra ctaci6 n, que se ley6 desde eJ pulpito, en la misa mayor del dom ingo, o yendola de rodilJas tod os lo s firmantes,

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valio Dios para im pedir que nos lIevasen presos a Cagayan, menos al P. Galmes, que ya estaba alli, y todavia sigue preso, con los demas de Misamis.

Ellunes de Semana Santa, 27 de marzo, lI ego a Dapitan el vapor San Pedro, con carta del R. P . Superior, en que nos mandaba embarcarnos para Manila. Fue nu estro embarque el Miercoles Santo, por la tarde. EI pu eblo en masa nos siguio hasta la playa, lIorando, 0 mejor dire, desesperandose de sentimiento. Cogian a los Padres por la sotana, y besandoles la mano, decian: <Padres, por D ios, no nos abandonen>. Ll egamos al vapor y enc ontramos al armador, capitan, pilotos y demas gente, que con lagrim as en los ojos, nos decian: «Padres, esto . enternece el corazon>. D esde el vapor se oian los llantos y gritos del pueblo, a pesar de la distancia que mediaba.

I Pobrecitos!

La principalia de Dapitan hizo una instancia al R. P. Superior, pidienC\ole que, tatl pronto como fu ese posible, les mandase los Pa· dres; porqu e ellos estaban resueltos a defe nderios a costa de sus propias vidas. Y pruebas habian dado de ello al presentarse, la vis· pera de San Jose, otra comision para prendernos. Y como ell os decian: «jNun ca los de Cagayan de Misamis lograra n poner presos a los Padres d e este C\istrito, mlentras que de un dapitano v.ivo!'

Mucho mas pudiera decir a V. R.; pero temo ser demasiado largo .

En sus SS. S5. y 00. me encomiendo.

D e V. R . infimo hermano y siervo en Cristo, IG NACIO V ILA ,

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5. ].

C A RTA DEL

P.

P.

LORENZO PE I RO AL

GABR I EL PALAU

Trisles prese nt imic nlos del .Misi o nero de Sarna!. - Preparativos para el do no de aq uella is la . - Salida del P. Mi sionero.

Manila,

[Q

aban~

de marzo de [899 ,

P. C. Mi muy amado en Cristo Padre: Por la fecha" pu ede vel' V. R. qu e el mal qu e temiamos, ya nos ha venido: ya hemos dejado casi desa mparada la pobre isla. de Sama!. EI d esamparo sera t otal cuando salgan los Misioneros que aun quedan en Davao. D e mi salida poco hay que decir , porque no sabia, cuando sali la ultima vez, que ya no volveda, de su erte que ni siquiera me d espedi d e los samales', Preveia, es verdad, qu e hab ran de acabar las cosas como acabaro n, y pOI' esto hacia tiempo que me esforzaba de un modo especial en ensefiar a los samales la contrici6n perfecta, y en recom endarles qu e, si alguno se vi era en pelig ro de morir, y el Misionero no pudi era ir a confesarle, proc4Case hacer actos de contri ci6n, pu es y a sabian qu e en t al caso con ell a se podia suplir la confesi6n, Tambi ~ n habia nillos de la escuela qu e sabran bau tizar; 10 c~al, estilndo alll el Misionero, hubiera sido de gran provecho en casos d e necesidad, porqu e entonces no se Ies olvida , y se animan cu ando !I ega el caso, habiendo de dar cu enta al Misionero de 10 q ue han hecho; pero ellos solos , . . I Dios los ilumin e !

A fin es del 98 , estando el di stt'ito de Davao incomunicado con Manil a , y teniendo muy cerca a los subl evados d e Ia comarca de

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Mati (I), el R. P. Superior de Davao, P. Saturnino Urios , qu eria tener reunidos a los Misioneros para poder tomar una pronta resolu ci6n, en caso necesario. De manera que el H. Gairolas y yo morabamos mas en Davao que en n uestra Mision. Alguna vez ibamos a Samal , y aprovechabamos estos viaj es para trasladar a Davao 10 que se po.dla de la casa e iglesia. Los ornamentos y objetos del culto todos llegaron a Manila, menos las campanas e imagenes, qu e se quedaron en el pueb lo de Sama!.

Fuera de las cosas de iglesia, quedo una casa grande y solida, casi conclulda, y algunos materiales dispuestos para la obra. Queda ron tambien dos carabaos que arrastraban madera para la casa , dos caballos que teniamos para subir al monte, cuando habfa algun enfermo, cincuenta ovejas, algunas aves de corral y algun mu ebl e.

A principios del 99 paso un vapor, recogiendo a los espafioles qu e querfan salir, y en el se embarco el Gobernador de Davao; pero los Misioneros se quedaron. El4 de febrero del mismo all0, vino el vapor Romulus, y en el el P. de la Torre, enviado por el R . P. Superior de la Mision, para tratar con los Misioneros de la R esidencia de Davao si convenla 0 no salir. Se determino no salir todos, por entonces, sino solo dos, que fu eron el P . Tom as Barber, uno de los Misioneros de Davao y el qu e esto escribe, Misionero de Sama!. No tuve, pu es, tiempo para desped irm e de los samales; aunque ni habla que esp erar de ello gran provecho, ni se podia hacer sino con mucha pena.

Solo vi aquel dia a un o, lIamado en la infidelidad Sarangani, y en el bautismo Baldomero Sanjuan_ Lo habia bautizado yo y tambien a su muj er y a sus hij os, y solia venir co nmigo de grumete en los viajes.

Era un modelo de sencill ez y laboriosidad, y de familia principal.

Este, pues, que au n sin gran motivo iba al conve nto de Davao, cuando pasaba de viaj e, con mas motivo fu e aqu el dia, vi endo alii un vapor, y pudiendo sospechar la salida de los Mision eros. Con los ojos arrasados en lagrimas me decfa: -Padre, ite vas? Dimelo: ite vas?V como yo no respondla en seco si 0 no, afiadia el sama!: - I No me 10 quieres decir I Dimelo a mi solo: iTe vas? Si te vas, yo me voy contigo. -Con las mejores razones qu e pude Ie despedi, estando yo no menos conmovido qu e el sama!. De los demas solo hay qu e notar el temeroso silencio con que veian sacar los obj etos de la casa e iglesia

(I)

Alusi6n

a la

in surrecci6n de l:Sagan g<l .

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para D<lvao, que por mucho qu e se qu isiese disimu lar, ell os 10 notaban todo y por ahi barru ntaban el mal estado d e las cosas .

AI anochecer d el 4 d e feb rem de 1899 salimos para Manila, d ejando aq uel hermoso seno en vuelto en tini eblas, que ojala no sean fi g ura de otras mas d ensas y d urables.

Dios se apiade de aquellos pobres indios, y les envie su remedio .

De V. R. affmo. siervo en Cristo.

L ORENZO PETRO ,

S.

J.

CARTA DEL

P.

MARIA NO SUAREZ AL

R. P.

PROVINCIAL

La Misi6n de Tamontaca. - PeIigros de Ia misma, al retirarse de ella el Gobierno espafiol. - Di sposicio nes del G-obierno en favor de los cri stianos.Actitud imponente de los datos moras . - La mayoria de los cristianos se disponen a subir a Cotabato can los espafioles. - Altercado ruidoso entre dos datos. - Abandono de los fuertes Reina Regente, Pi kit y Tumbao. -EI P . Bitrian en Cotabato; orden para la salida de los Nuestros. - Altivez de los moras en Tal):lontaca. - Alegria de los mismos par la partida de los Padres . - Abaodono definitivo de Po l lac. - Emb.arque frustrado de los cristianos de Tam ontaca. - Evacuacion definitiva de Tamontaca y Cotabatao - LJegada:\ Zamboanga .

Tetuan (Zamboanga), 28 de enero de 1899.

P. C. Mi reverendo y muy amado en Cristo P. Provincial: El azote de Dios que pesa sobre Espana y Filipinas, ha !legado tambien a Cotabato. El 2 I del presente abandonamos en absoluto, Dios sabe hasta cuando, nuestra querlda Misi6n de Tamontaca, en que tanto trabajaron los apostolic os PP路. Guerrico, Bea y Juanmarti, y por la cual la Compania tantos sacrificios ha hecho. I Loado sea Dios I Paso ahora a darle cuenta de todo, segtln me tiene ordenado V. R. El dia 4 de este mes !lege a Cotabato el canonero Paragua, con la orden oficial de evacuar las Islas Filipinas. Caye allf la nueva como una bomba. Todos temiamos que esto pasarfa a poder de los ameri路 canos, e de otra nacion; pero andabamos muy lejos de barruntar siquiera 10 que sucedia; antes al contrario, creiamos que los acontecimientos se desarrollarian con lentitud, y, cuando mas, que el pais cambiaria de Autoridades, y, humillado el poder de los moros, seguiria todo con el mismo orden de antes.

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Tambien por cl dicho call onero Parag ua , recibimos carta d el P . Villas, y yo, del P. Victoriano Bitriall, Vicesuperior de la regi on meridional, pidiendonos que sentfamos sobre nu estra futura suerte en )a Mi sion, d esprovista como quedaria de Au toridades espafiolas y de fu erza armada . Yo, por mi parte, Ie con teste, en resumen , que, am i ver, si los Superiores estuvieran bien inform ados del peligro en que quedabamos, nos mandarfan abandonar en el entretanto la Mision, a pesar de ser cosa de tanta trascen dencia; que tanto Cotabato, como Tamontaca, se 10 habfan de disputar los moros; que aunque al dato Pian se Ie d ej ara en posesion de todo, era in evitab le la guerra, pues los demas datos no se habfan de conformar con que aquel tu viese tanta preponderancia en el rfo Gran de, y que, en fin, Uto habfa d e pretend er, como en otro ti empo , hacerse du ello del rio (I ).

EI dfa de los Santos Reyes fue convocada por orden del Gobernador la principalia, para acordar quien se habia de quedar alii con el mando (ofic ialm ente habfa de constar q ue se e ntregaba aquello al pu eblo, como se ha hecho , bien que bajo el protectorado de Pian), y para tomar nota , al mismo ti empo , d e los individuos que quisiesen salir para Zamboanga, a fin de qu e el General pudiese calcular el nllmero d e barcos indispensables para el traslado d e la tropa y de los paisanos . La casi, totalidad d el pu eblo, que eran zamboangu efios, y aun casi todos los naturales de Cotabato, y de otras provincias, se ali staron para partirse.

Uto y algunos otros datos supieron por tierra, antes qu e nosotros, la evacuaci on de Marahui, en la contra路 costa d e la Comandancia de Ilig an, y, por 10 tanto, 路se figuraban, a quiza estaban ciertos de ello, qu e habiamos tam bien de salir nosotros del rio Grande. EI 6 bajo Pi an a Cotabato con mas de mil moros. EI Gobernador ll ama a los principales datos para ver si consegufa u!1irlos y formar entre ellos un consejo d e a ncianos, con el fin de conj urar la gu erra de unos con otros. Pu so en juego varios resortes, y les dijo, entre otras razones , qu e si seguian viviendo en paz y orden, como hasta entonces, irian ali a tambien los vapores, y de esta suerte podriari vender el palay, pu es era de esperar que los chinos qui siesen contillrtlar el comercio con ellos . Pero por un oido les entraba y por otro les salia; asf qu e, muy pronto, entendio el Gobernador qu e, tratar de persuadir a aqu elias gentes, era perder el ti empo y predicar en desierto .

(1)

Ll a ma ~e

ta m bien Pu lan gui.

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El aspecto de Cotabato, desele el dia 6 , era tristfsimo . Por este motivo algunos de los qu e habian resuelto quedarse, cambiaron bi en l:ironto de parecer, con todo y tener qu e abandonar sus vivien das, sem e nt~ ras, cocales y ganados. i Pobrecitos I Daba iastim a ver como por un precio insignifican te, vend ian sus casas y mu ebles a los moros, y como estos se apresuraban a lIenar sus ban cas de buenas camas, armari os, silIas, etc . Cotabato estaba inunelado de moros de varias randlerias, que se aprovech aban de J)J)sstra desgracia. Nosotros, aunque no teniamos entonces orden ninguna del R. P. S uperior de la Mision, ni sabiamos que resoi ucion tomaria, en virtud de nuestras cartas, el R. P . Bitrian; con todo, como hombre prevenido vale por dos, en Cotabato empezamos a encajonar a toda prisa, encargandose de poner a buen recaudo las cosas ele la casa el P. Ramo, y yo los obj etos de la iglesia.

EI elia 7 se suscito una disputa entre dos datos, y los sacopes respecti vos corri eron a sus bancas para proveerse de sus crises, lanzas y algunos fusiles_ El espectaculo que s'e ofrecfa a nuestra vista era imponente. Yo 10 presenciaba des de el convento . L a griteria qu e armaban los moros era infern al, y nadi e sabia, en los primeros instantes , a que obedecfa tal alboroto. Los voluntari os de Za mboanga y de Cotabato .tomaron las bocacalIes, y los artill eros y demas tropa se pusieron sobre las armas; p ero, gracias aDios, el Gobernador logro apaciguar a los contendientes, y no hubo que lamen tar desgracias .

El dla 9 del mismo mes de enero, ll egaron los sold ados de Pikit y R eina Regenie, habiendo hecho entrega a Pian del fu erte de Pikit.

El IO bajaron los voluntarios zamboang uell os de Tumbao, desp ues de haber pu esto en poder del dato Galan el fu erte de dicho pueblo.

El l2 lIego el P. Bitrian, qui en venia muy resuelto y animoso para sostener el estado de cosas. Al efecto, hablo sobre el asu nto con el Sr. Gobernador y con nosotros, y, al dia sig uiente, con los Padres de Tamontaca; pero; despues de hab er oido el parecer de todos, toma das vistas sobre el terreno, y palp adas las dificultades y el peligro, determino, con gran sentimiento suyo y nu estro, que nos retiraramos a Zamboanga.

Ignorandose, por de pronto, el numero de barcos que se mandadan, y siendo entre todos, - tropa, voluntarios y paisanos, - numero muy considerable, circularon rumores de qu e no se permitiria embarcar sino un bau l y una maleta a cada viajero . Nosotros, no

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obstante, seguimos embalando todas nu estras casas, par 51 sc prcsen. taba oportunidad de lI evarnoslas.

A pesar de la l1lultitud d e moros qu e andaban por Co tabato, no habia ali i peli gro pOI' entonces, pOl' ser casi todos de Pian, y este , a su vez, amigo de los espaiiol es; mas no estaban tan seguros los Nuestros d e Tamontaca, porque los que iban ali a eran del dato Andong , hijo de Ara, qu e es tu erto y de la pi el de Barrabas .

Estos moros recordan el pu eblo con suma arrogancia e insolencia, y decian a los cristian os que ahora ya ten fan qu e volver con ellos a las ranch erias respectivas; pu es, antes de ser cristianos, eran sus esc1avos. Robaron entre otras cosas, bastantes carabaos a los d el pue· blo, y tambien a nosotros. EI ·P. Mayoral estuvo en grandfsimo pelig ro de que un moro Ie cortase la cab eza. Entraron en la capilla d e Semb;:l y profanaron, dan dol e de tajos, la estatua de San Jose; y no falta qui en asegura qu e se ll evaron la imagen del Ni fio Jesus . En una palabra: andaban pOl' el pueblo como si fueran du ei'ios absolutos d e todo, Yaun antes de estos sucesos, ya se habian asignado 10 nues· tro de Tamontaca.

T ambien me consta que, cuando supieron los tales que habfamos sido vencidos en Cuba, y qu e los americanos habfan entrada en Ma· nila , trataron entre sf de hacernos la g uerra y echarnos del distrito 6 matarnos a todos; pew los detuvo el temor d e venir ;:I caer en manos d e los norte·americanos. Figurese, pues, V : R . si ahora se les harfa la boca de caram elo, viendo que espontaneamente salfamos d e allL Y no hay que decir con cuanto interes preguntaban a quien dejabamos nues· tras cosas. Los inmu ebl es d e Tamontaca y 10 que no pudo venderse, 10 entregamos ados paisanos, d e armas tomar, quien es, con a lgunos del pu eblo, armados de remingtons, pensaban, al salir nosotros, defen· derse de los moros. Los carabaos se vendi eron todos, aunque a muy b ajo precio; palay, un poco; vacas, ninguna. La mayor parte de los objetos de la casa e iglesia, par la sospecha qu e tenfamos de que no se podrian embarcar, los dejamos allf; p ero en Cotabato, como estabam os allado d el rio, se salvo todo, menos los retablos. De Polloc, muy poca cosa. EI P . Ferrer entreg6 la iglesia y la cas a a Lorenzo, nu estro antiguo sacristan, i Sea Dios b endito por todo! ,Quien pued e comprender sus in excrutables d esignios? IPobre Tamontaca I (I).

(I) Dos palabras acerca del Establecimiento agricola de niiios rescatados en TamonlacG, para la perfecta inte li genciade los hec ho s qu e refiereel P Suarez. «Los prim eros

Ig lesia de Tamonlaca en cons lrucci6n.-Veci nos de Tam ontaca procede nl es de los Establecimierilos de libe rtos.

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Los niiias y niiias, de uno y otro establ ecimiento, y cuyos padres vivian por aquellos alrededores, fu eron, desde Ju ego, entregados a sus farnilias. A los demas, que 路no tenfan pari entes, era fu erza Ilevarlos con nosotros a Zamboanga . EI 16 11eg 6 el vapor Castellano, de Polloc, y en el venfan el P. Baltasar Ferrer y eJ H. Damian Jaume; y como debia saJir para Zarnboanga, aquella misma tarde, fueron a Cotabato todas las Madres con veintisiete niiias, y se embarcaron en el, junta-

Misioneros de la Co mpaliia de Jesus, qu e en s u segunda ven ida a Filipi nas, sal ieron de M.anila pa ra Mindanao, en 1861, de searon vivamente y procuraron reunir algunos niiies, prin cipal mente de raza mora 6 cautivos de los moros, y criarlos como con ven ia para fo rmar una nueva generaci6n c ri stiana en media de la morisma. Sin embargo, no les fue posi ble rea li zarlo hasta , 87 2. EnlOnces, adquiridos en Tamantaca los terrenos necesa ri os, y obtenida 1a resuelta protecci6n del Sr. Golfin, Goberna dQ r politico - militar de Mindanao, con ocas i6n del hambre que afligio a los habitantes de la cuenca del rio Gra nde, rescataron dichos Mi sio neros, con facilidad, de los moros, mu chos nii'ios esclavos de ambos sexos, co n las li mosnas que las primeras a uto ridades de Manila), una j unta co nsti tuida al efeeto les enviaban. Puesto este principio, la Mision de la Compaiiia de Jesus con ti nuo por su cuenta la obra segun sus posibi lidades.

Recibidos los libertos en el Establecimiento qu eda ban sujetos a. la disciplina )' direccion de los Padres y He rman os de la Com paiiia, y alii se les proveia de todo 10 necesario . Si 路e ran parvulos, los bautizaban pron to; y si adullos, los inst ruian y preparaban, y exploraban ant es sus deseos del bauti smo . Oia n cada dia m isa, confesaban y comulgaban, de ordinar io , cada tres meses, y observaban una distribucion comun del tiempo, y aprendfan el catecismo, y a leer, escri bir y hablar el castellano, bue nas costumbres y modales, )' a trabajar en las sementeras, 0 en algun otro ofieio, segun sus fuerzas. para ser homb re s hon rados y de provecbo al salir del Estableeimiento.

Las niiias vivian en edificio distinto, no Jejos de la easa-mision, encom endadas a las Madres d el Beaterio, qu e al efecto pasa ban aila de ~ l ani1a)' eran dir.i.gidas todas po r los Padres Misioneros . Guardaban lln reglamento analogo al de los niiios, y aprendia n a leer, escrib ir y las labo re s propias de su sexo, cuya pnictiCa necesit.a. ban saber cuando se separaban de l Es tablecimiento .

Aillegar i la edad de tomar estado, el P .. Misionero exploraba la vo luntad de los aJbergados)', estando con fo rmes los contrayentes, bacian sus casas, que ocupaban luego de casados , soco rrido s co n un carabao y aperos de labranza, y la manutencioo durante un ana a cuenta del Establecimiento. Con estos matrimonios se fo r m6 casi to do el pueb lo de Tamontaca .

EI n ume ro d e nii'ios en el .Establecimi ento, so lfa ser de 70 a 80; y el de las nilias, de 60 a 70, inc1uyendo en este numero algu nas perso n as aduitas, no redi midas, sino espontaneamente acog idas. El prom edio anual de redimidos era de unos 28, y el de nu evos acogidos 8) por no consentir mas los muchos gastos ordinarios y los necesarios para la edificacion y ampliacion de las dos casas e iglesia, y los causados por dos in cendios que ocasionaron grandes perdidas. Aparte de qu e el Establecimiento venia a ser en tiempo de hambre y para tod as las necesidades del pueblo, )' aun de las raocherias veci nas d e t~da 1a cornarca, una ve rdade ra casa d e soco rro .)} (EI A,'chipietago Filipillo, T. 1, pag. 363.)

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mente con d R . P. Bitrian y e l Padre y H ermano dichos. Con elios entraron tambien en el vapor muchos de Cotabato, sobre todo muj eres; pues los voluntarios d el pu eblo se quedaron a li i sobre las armas, hasta el ultimo dia .

A las nu eve de la noche, lloviendo a mares, se me presentaron en el con vento el P . Mayoral y el H . Serrano con 32 ninos, para partir e l d!a sig ui ente, temprano , en e l vapor iVufstra Senora del Rosario.

Segun 'ord en del Gobiern o, la gen te d ebra embarcarsc d e cuatro a se is de I:. manana . Muchos vecinos de Tamontaca sc ad elantaron, envi ando el eq ui paje la v!spera , con anuencia del capitan del barco ; ye l d!a siguiente, a la hora sei'ialada, se embarcaron todos. A las cin co y media una con traorden, qu e vino en forma poco correcta, obligo a los de T a montaca a saltar del barco , y .muchos d e elIos, por razon de la prisa, tuvieron qu e dejar en ei su equipaje. Los infeli ces ha bran vendido sus casitas, cara baos y palay a los moros, y ahora , mi entras aguardaban nueva ocasi on para emprend er su viaje, se qu edaban sin ello y sin el poquito palay qu e hab!an embarcado.

E I 17, a las ocho y cuarto de la noche, lIegaron a Cotabato, de Tamontaca, los PP . Salvador Vinas y Guillermo Bennasar, con los HH. Juan Perez, Sebastian PUigp elat y Mig uel LIul!. EI [9 nos empleamos en extraer del cementerio los restos del benemerito P. Beil y del H. V ifi olas. EI P. Mayoral, el H. Perez , y parte de la g ente de Tamontaca, pu di eron hacer su viaje a esta en el Clzurruca, el dia 20; y los PP . Vinas, Bennasar y yo, con los I-IH. Fi g uero la , Puigpeiat , Sanrom a y LIull, nos embarcamos el d!a sig uiente en el Nuestra Seizora de! Rosario, llegado el dfa anterior . A las ocho de la ma li ana estabamos ya todos a bordo, menos la tropa, que continuaba for mada delante d el convento. LIegaron muchos datos con objeto d e despedir al Gobernador, todos acompanados de gente armada. Nosotros entt-egamos el cui dado de la iglesia y convento a D. Ro man Vilo, que permanecio allf como Gobernador d e Cotabato y T amontaca. Para la defensa de los pocos cristianos que all! qu edaron y de los chinos, se les dejaron armas y municiones . Un cuarto de hora antes de levar anclas se embarcaron los voluntarios d e Zamboanga y los de Cotabato, la infanterfa indigena, los ingenieros y los artill eros, de modo que pareda imposible qu e cupieramos todos a bordo. Por fin, a las nueve y cuarto de la mana na, salimos de aqu eII a tan querida Mision. V erdad eram ente , daba pen a dejar aqueII os pobrecitos. I Dios asista a los cristianos y traiga los moras y tirurayes, a la ley del Evangelio I

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EI 22, a 路las cinco de la maiiana, fond eamos en este puerto de Zamboan ga y saltamos a ti erra, en el bote de sanidad qu e nos cedi 6 D . Juan H errera. L os Padres de esta Misi6 n nos recibieron con el amor y caridad que siempre reina en la Compailfa. T an pronto como llegamos, encontraron alberg ue los ninos y ninas de Tamontaca, qu e la fueron entregados a vecinos respetables de aqui. Lo mismo digo de la demas g ente . La caridad de los za mboang ueilos fue para con ell os muy grand e. Si mas hubi ese n venido, mas se hubi eran alber 路 gada perfectam ente. Las Madres viven en el pu eblo de T etu an, en el con yen to viej o.

Concluyo encomendandome en sus SS . SS . Y 0 0.

De V. R. siervo en Cristo, MARIANO SUAREZ, S.

J.

CARTA DEL

H.

SEBAST I AN MINGU IJ ON AL

H.

SEBASTIAN ' MANENT

Rcfugian se en Baga nga los Misioneros . - D. Prude ncio Garcia sa le de dicho pueblo para S urigao. - Embargue d e' los N uestros. -Temporal en Baga nga . - Corta permanencia en Mana y, Davao y CO labato . - De Zam boa nga a Man ila.

Manila, 30 de abril de 1899 .

P. C. Mi amado en Cristo H. Manent: Voy a contarl e alg o d e 10 mucho .que se podria decir d e los aconteci mientos d e este Extremo Oriente.

A l s'e r tomada Manila , hermoso f1or6n de la corona de Espana , fu eron a Surigao los Gonzalez, qui enes empezaron lu ego por aprisionar a los Nu estros d el Agusan y d emas de todo el distrito, y por apoderarse de los caudales de las ig lesias y conventos路. L es qu eda 路 ban 5610 por saquear las casas d e T andag, Lianga e Hinatuan; p ero una alma buena mand6 aviso de todo 10 que pasaba al P. Sanchez, y este se fue in mediatamente hacia el S ur, recogiendo a los PP.luan Liopalt , Salvador Bug un a, MatIas Roure y HH. B ernardo Beamonte y Sebastian Minguij6n, residentes en Liang a e Hinatuan. Sal imos con esto d el distrito de Surigao, dirig iendonos a Baganga, donde estaban el P. Mateo Gisbert y el H. Magin A ng les . Poco fu e el tiempo de q ue pudimos d isponer para la salida, por 10 que 5610 tratamos d e recoger 10 mas necesario . ICon que diligen cia, afecto y devoci6n se aplicaban aquellos benditos bisayas, unos a prepararnos el baroto, otros a arre -

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g lar el equipaj e , otros a buscar bu enos bogadores , etc., etc .; y esto a altas horas de la. noche y de prisa I N uestros padres y hennanos del , sig lo n ~ 10 hubiera n hecho con mayor afecto.

Sabiendo qu e habiam os de salir cuanto antes, no falta ron en el convento, a las dos de la madru gada, una porcion de ninos candorosos de las mejores fa milias; y unos ll oraban nuestra salida, y otros hacfan votos para qu e volvieram os pron to. A l vel' tales muest ras de afecto y devocion, el corazon se partia y derretia de amor santo hacia aqu ellos ninos, qu e tenian en nosotros los mejores a migos y ay udadores. Al fin nos partim os, impidiendo el paso al pastor sus amantes ovejas, con tantas lagrimas y sollozos, asi de su parte, como de la nuestra, que apenas podiamos ca mbiarnos algun sentidisimo <adios>. Ya marchaba la navecill a, a la c ual aq uell os fi eles hij os se 路 g uian con los ojos y con el corazon ; y pOl' nuestra parte, el alma se nos iba hacia ellos. Lastimoso espectaculo ver aquellas benditas playas, cubiertas por los rebanos del Pastor divino, y tener q ue dej arlas entre tantos enemigos, no solo路 de sus almas, sino tambien de sus cuerpos .

En fin , decfamos: hagase la voluntad de D ios, que sabe y pu ede remedial' ta ntos males.

L a protecci on d e la Santisim a Virgen , Estrell a de los mares, se dejo sentir en el viaj e a Baganga; pues siendo pOI' aq ueUos meses casi innavegabl e aquella costa del Pacifico , tuvi mos feliz viaj e y vi ento favorable . Tan buena Madre asi 10 habia de hacer. Ibamos medi tando practicamente la hu ida a E gipto de la Sagrada Familia, y nos hacfamos la cuenta, qu e, desp ues, nos tocaria subir el camino del Calvario.

Arriba mos todos sin novedad a Baganga, y dimos un estrecho abrazo al P. Gisbert -y al H . Ang les , quienes , en aq uel aisl a miento , habian pasado los sobresaltos consig uientes al estad o de excitacio n en que se hallaba el pueblo. EI P. Valles en Caraga, ye n Baganga el P.Gis路 bert, habian evitado sang rientas escenas entre los levantados de Ba ganga y los tcrcios de Mati . Ambos fu eron a ngel es de paz, como D. Prudencio Garcia los cali fi caba.

A p oco de nuestra llega da , inspi ro Dios aD. Prudencio deseos de ir a poner en libertad a los Padres de Surigao; y an im ado de este nobl e sentimi ento, se puso en marcha en el mismo baroto en que hab ra venirl o de Lian ga el P. L1opart . l~ste y los PP. Bug una y Ro ure y el H . Bea mo nte, pasaron a Caraga y Mati, a verse con el Superior d e Iii R esid encia , P. Gregorio

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Parache; los demas, esto es , los PP . Sanchez y Gisbert, y el H. Angles y yo esperabamos ordenes en Baganga.

Como el R. P. Pi, nu estro Superior e n Manila, supo 10 de Surigao, aunque con g ran dolor de dejar tantas almas sin defensa, ordeno la concentracion de las tropas del divino Capitan en Manila. Llegando, pues, a Mati el Labuafl, vapor ingles fl etado par un chino comerciante, el dfa 5 de marzo; 10 contrataron los N uestros para que nos llevara a Zamboanga. El chino, al saber que nos retid.bamos por nec esidad, aprovecho la ocasion y procuro sacarnos cuanto dinero pudo. Subio, pues, dicho vapor a buscarnos a Bagang a a todos los de alIa, menos el P . BugUl1a y el H. Corrons, que debfan embarcarse a la vu elta en Manay, a donde les mando pasar el P. Parache.

S e reunieron en el vapor, fu era de los Padres arriba mencionados, todos los demas de la Residencia d e Mati qu e eran: el Padre Parache y el H. Cristobal Morros, del pueblo d e Mati; los PP. Salvador Giralt y Manu el Rosello y el H. Ramon Morros, d e Sigaboy, y el P. Eusebio Barrado y el H . Pedro Villareal d e Manay . Ya iba el vapor a levar ancias, cuando se les ocurrio a los chin os comprar abaca, con 10 qu e hubo lugar de entrar a recoger algunas cosas de la igl esia, por 10 cual salte a tierra con el P. Roure.

Yo, por mis pecados, no guste el amargo caliz que de noche tuvieron que beber los que se quedaron a bordo ; pu es arreciaron los vientos y las olas, y con la avenida d el rio, lluvia torrencial y rotura de la cadena del tim on, obscuridad y tini eblas, relam pagos y tru enos se vieron los pobres a punto de naufragar en el puerto. EI capitan del barco Ilego a coger el salvavidas, y los Nuestro , a pedirse la absolucion unos a otros; resu ltaron levemente heridos los PP. Parache y Rosello y los dos HH . Morros, y se perdio un bote . El P. Roure y yo que pernoctamos en eI convento, ya temfamos c por el mal cariz qu e presen taba la noche. D e mafianita fuimos a la playa y con mucha dificultad y peligro pudimos embarcarnos. Los qu e estaban en el barco ten fan el aspecto de naufragos .

Con 10 sucedido la noche pasada, el capitan no daba muestras de querer ir a Ma nay a recoger al P . Bu guna y al I-I. Corrons; mas nu estro Padre, que esta en los cielos, dispuso que el du eno del abac~, que neces itaba ir a Manay, obligase al capitan a poner la proa hacia este punto. Y, en efecto, asf se hizo; para 10 qu e tambien ayudo no poco, la h ermosa manana qu e tuvimos. EI Padre y el H erman o

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llegaron a . Manay desde Caraga muy a tie mpo, y luego marcho el vapor y dimos gracias aDios por su amorosa provid encia .

Llegados qu e fuimos a Davao, se nos juntaron los PP. Saturnino Urios, Vicente Balagu er y Antonio Benaiges, con los HH. Antonio Gairolas y Antonio Llangort. De D a vao partimos para Cotabato, don de ya no encontramos a los Nuestros; alii vimos con gra n dolor de nu estras almas como los chinos compraba n esclavas casad eras a los moros. i Santo Dios ! I que comercio mas inicuo!

De Cotabato debiamos ir a Zamboanga ; pero el chino, atento solo a sus intereses, determino llevarnos a San dakan (Borneo ). La Provi路 de ncia nos tenia preparado en Sandakan un barco espall ol, para llevarnos a Zamboanga a los veintidos qu e eramos . Ya pu ede usted suponer con cuanta caridad nos recibieron y abrazaron los qu e estaban all i de los Nuestros; y, nombrado Su perior el P. Urios, este nos di stribuyo entre las dos casas de Zamboa nga y T etuan .

Alli estuvimos hasta el \Ti ernes Santo, 3 r de marzo , d ia en que nos embarcam os para Manila e n el vapor Puer to Rico, todos menos los PP. Urio s, Vinas, Colom eI' y Quintana , y los HH. Ju an Perez y Luciano L a marca, que debian venir despuesde desalojar las tropas espanolas la plaza de Zamboan ga. Llegamos a Manila el tercer dia de Pascua de R esurreccion, y encontramos a bu en num ero de nllestros Misioneros dpl distrito de Davao y de las Misi ones del norte de Min路 danao . Estos ultimos, pOl' llegar a Manila, a raiz del rom pimi ento de hostilidades entre am ericanos y filipinos, hu bi eron de entra r entre bayonetas, y ser presentados a la Alltorid ad, antes de ir al A teneo.

Con nosotros, ya no fue tanto; pero nos hi cieron esperar en bahfa un dia en tero.

Al pasar poria aduan a y ver entre escombros la estatua de uno de nuestros hero es, se me salta,on las lag rimas (I). I A 10 qu e han venido a parar los sacrificios, pro ezas, generosidad, religiosa 'prudencia y demas virtu des de nuestros g randes y verdaderos he roes es路 panoles!

Aqui en Manila estamos _reparti dos entre el Ateneo y la No rmal.

( I ) Al us i6 n al g rup o escu\ tor ico e n bronce de Legaspi y Urdaneta, ob ra de Qu e rol, q ue antes d e 1a gu e rra his pano-a me ricana fue llevado a Ma n il a, para un 111 0num e n to e n pro yecto, y desernbarcado, qu ed6 en el mu elle de Ja Ad uana al aire li b rc. Aho ra es til. ya h erm osa m ente colocado en el paseo d e 1.1 L u ne ta, don de an tes se ha ll aba Ia bate r ia d e Pa ste l.

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En el mes de mayo que vamos a -empezar, supliquemos mucho a la que es nuestra Madre, y tambien Madre d e los indios, que no con路 sienta se pierda esta conquista espiritual d e Espana, ya que se perdi6 la conq uista terrenal, En sus fervorosas oraciones me encomien do_ Afectisimo siervo en Cristo, SEBASTIAN MINGUlJ6N , S.

J.

CARTA DEL

P.

VICENTE BALAGUER ' AL

P.

EDUARDO VITORIA

Grave, sueesos en Davao al salir las Auto ridades espafi olas . - O po rtun a intervenei6n del P. Urias . - Una di etadura de veinli e uatro ho ras. - La anarquia par causa de algunos advenedizos . - Sumi si6n a la nue va inte rvenei 6 n de los Padres. - Salida de los Misio neros.

Manila, 7 de abril de 1899.

P. C. Mi amado en Cristo Padre: Paso ahora a relatarI e 10 ocu rrido en D ivao, que como vera V. R . reviste mayor gravedad.

Aqui estuvimos en paz hasta qu e se fu eron las A utoridades espa路 nolas; pero en cuanto se anuncio la salida del Gobernador politico路 milita r, hubo grande alarma en el pueblo, pOI' temor de qu e nos fuesemos los Padres . Muchos vecinos vi nieron a preguntarnoslo, pu es tenian el proposito d e embarcarse 0 huir al bosqu e , si nosotros nos ibamos; mas al saber qu e nu estra resolu cion era qu edarnos en Davao, renacio la calma .

A I salir, pues, del distrito las expresadas A utoridades el [5 de enero de 1899, deseaba el R. P. Superi or de la Resideneia, P. Saturnino Urios , que continuaran al frente del pu eblo el gobernadoreillo y autoridades locales sin hacer innovacion es ; pero algunos, qu e ansiaban establecer un nuevo regimen a estilo de Luzon, reunieron aqu el mi smo dia a varios vecinos en el Tribun al, y nombraron una junta

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compuesta de presidente, vicepresidente, secretario, cuatro vocal es y tesorero. Nosotros, que solo d ?seabamos gob ernantes locales y provinciales que mantuviesen el orden, aceptamos el gobierno constituido, que parecfa ofrecer garantias d e paz y seguridad. Presidia la junta un comerciante acau dalado, y pertenecfan a ella dos peninsulares, que habian contraido matrimonio en el pais, y otras p ersonas notables d e la localida~. De este modo espenibamos todos que se mantu viese el ord en por unos meses, hasta tanto qu e se estableciese un g obierno venido d e fu era. Sin embargo, el vecindario (excitado por algunos principales, no incluidos en la Junta), antes de las veinticuatro horas de estar constituida, mostrose hostil a la nu eva Autoridad, y se nego a pagar U ll tributo impuesto para la manutencion de los tercios, qu e seguian armados, con objeto de asegurar el orden y defender al pueblo de los ataques de los moros.

En este estado los animos, no es de extrafiar que hubi era amenazas y bravatas de parte d e unos y otros, divididos ya en dos bandos, y qu e en un a junta convocada para el proximo domingo abrigasen pro positos nada tranquilizadores. A ella acudieron tod os arm ados, y era de t emer surgi era un con flicto sangrien to. E ste, por for tu na, pudo evitarse; porque algunos de los mas sensatos reclamaron nu estra interve ncion, y a este fin nos rogaron qu e asistieramos a dicha junta . Accedimos, y antes de que ellos tomaran la palabra, les dijo el P. Urios qu e suspendieran la sesion hasta el proximo domingo, qu e el , entre tanto, hablarfa con los prin cipales del pu eblo , y de acuerdo con ellos propondria 10 mas conveni ente. Asi se hizo , y siguio rigi endo la misma Junta , a um entada con dos principales, y dando participacio n en sus d eliberaciones a los qu e habian sido capitanes.

Esta nueva situacion apenas duro quince dias; pues soliviantados los animos por alg un os tripulantes del vapor Romulus , quisieron proclamar la republica, y declararse independi entes. L es dijeron aquellos a los naturales que, en vez de pagar tributos, d eb fan cortar la cabeza a qui en se los pidiera. Contagiaronse del fll ror constituyente los qu e presum fan de ilustrados, y esta efervescencia excito las pasiones comprimidas. Cada uno creyo llegada la hora d e vengar agravios y t omarse la j ustici a por su mano. Los tercios, posesionados de los fusil es que d ejo el Gobernador , asesinaron en Ja noch e del 6 d e febrero a su propio j efe, ala muj er de este y a un joven pariente d e los mi smos, y haciendo lu ego varias descargas al aire, se esca oaron a l otro lado del rio con todas las armas. Esto creo una situacion angus-

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tiosa, pues los tercios, y la gente maieante que se les agrego, queda· ron dueiios del pueblo .

En aquellas graves circunstancias,. aparecio un personaj e que, presentandose como arbitro entre !a junta y los tercios, se impuso a todos; pero con tal violencia, que al Presidente y a los espafioles les falto tiempo para huir en dos lorchas (I) a Zamboanga. Nosotros estuvimos tambien a punto de escaparnos, no porque te mieramos al pueblo, sino -porque no sabiamos hasta donde habian de Ilegar las gallardias del nuevo duefi o de la situacion; mas los espafioles, que, Ilenos de miedo, querfan huir pronto, exigian q ue nos embarcaramos sin ll evar equipaje alguno, ni siquiera los breviarios, yen tales mo· mentos, aunque de angustia, creimos indigno huir de aguella manera, dejando abandon ado el archivo e iglesia, y asi reso lv}mos quedarnos a to do riesgo. Dios nos protegio, pues al dia siguiente aquel hombre audaz se vio amenazado de muerte por los mismos tercios, y tuvo que escaparse y esconderse en el bosque, lejos del pueblo.

H uidos los espafioles, y escondido el dictador de un dia, quedo el pueblo sin autoridades y aparecieron los deportados, disciplinarios cumplidos, y otras gentes sospechosas que formab an parte del vecin· dario de Davao, y metieron en el pueblo el mas lamentable desorden.

Volvieron los tercios por gestion de los Padres, y cuando ya to do estaba convenido , un principal, ' amigo del difunto jefe de los tercios, pego un balazo en la cara del nuevo jefe, que era precisamente el asesi no del anterior, y Ie partio el CraneD y la mandibula, dejandole casi muerto. Ocurrfa p.sto en el mismo instante en que los tercios salian del convento, y no hay para que decir la confusion que aquel atentado produjo. Hubo descargas de una y otra parte, gritos, carre · ras y amenazas de muerte al agresor y a toda su familia; de modo qu e pare cia aquello el fin del mundo. En medio de aquel desconcier· to, y con grave riesgo de su vida, salieron a la calle los PP. Urios y Benaiges , y con voces , Y sujetando a los que luchaban, y quitandoles las armas de las manos, lograron apaciguar algun tanto los ani · mos, mientras yo ·ocu ltaba en el con vento a los que se refugiaban alli, huyendo de la muerte. De este modo se evitaron mayores desgracias.

Fu e preciso administrar la Santa Uncion a un herido, qu e reco llocia

( J)

Em barcaciones de carga.

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en su desgracia el castigo y la justicia de Dios, y p~dia perdon, y clamaba que no hubiera ya mas sangre. Los Padres recorrieron el pueblo, animando a la poca gepte que habia quedado; pues la inmema mayoria, y, entre eli os, todos los principales, habian Imido al bosque y a los pueblos e islas vecinas. Fuera del temor que infundian los asesinatos habidos entre moros, bisayas y bagobos, que pasaron de veinte; 10 que mayor espanto causaba era la idea de que los m oros tratasen de reconquistar a Davao, de donde se les habia echado afios antes. Dos veces se dijo que estaban para venir sobre el pueblo, reo sueltos a pasar a deguello a todos sus habitantes. Quiso Dios que no abrigaran los moros tales intenciones.

En medio de aquella anarquia, era en verdad admirable ver como se presentaban al P. Uri os los capitanes de los pueblos de moros, po路 niendose a sus ordenes, y diciendole que no reconocian mas autoridad que la suya, y que, si nos vieramos amenazados por infieles 0 bisayas, ellos serian los primeros en presentarse a: defendernos.

Al fin, 'por muy repetidas gestiones que hicim os, logramos regresa路 ran algunos de los principales, y qu e se constituyera alguna autoridad, que recogiera el armamento, y que se nombrara una patrulla de voluntarios para restabl ecer el orden y reprimir los abusos de los particulares. Estando el pueblo en esta disposicion, y refugiados en el con vento muchos de sus vecinos, llego el vapor Labftan en la manana del jueves, 9 de marzo , yen el nos embarcamos. La fuerza armada que venia a bordo, al mando d el T eniente Sr. Neila, protegio el em路 barque. Sin este auxilio, temiamos, con fundamento, que el pueblo no nos dejara salir por amor y por egoismo; pues, en medio d e tanto desorden, fue la autoridad y prestigio de los Misioneros 10 unico que quedo en pie, respetado por todos, aun por los hombres mas desalmados, que, en medio de su embriaguez, no nos faltaron al respeto en 10 mas minimo. Los Padres pensabamos quedarnos a todo trance; pero la orden de R. P. Superior urgia, y fu e preciso acatarla.

De V. R. affmo. hermano en Cristo, VICENTE BALAGlJER,

S.

J.

CARTA DEL P. SALVADOR M.VI NAS AL

R. P.

PROV I NC I A L

Primera exped ici6 n d e Za m boanga a Mani la. - Formaci6n y organizaci6n del pa rt ido na ciona lista . - Los PP. ,\ \ isioneros de va~ias Residencias reciben o rden d e con cen trarse en Zamboanga . - Embarque de los N uestros pa ra Manil a en el Puerto Rico. - Cafioneros saqueados par los insu rrectos. - Sa len de Zamboanga los J\lisioneros de Dapitan .. - T ira ntez d e rei'acio nes entre es pafio les e in d igonas . - Declaraci6n de gue. rra. - Pr im er co m bate. - I ncendios en la poblaci6n.- Salen los Nuestros do Zam boan ga pa ra Ma n ila. - Resistencia de las trapas has ta su partida defi niti va.

Manila , 30,de mayo de [899 ,

P. C. Mi a madfsimo en Cristo R. P. Provincial: Aunq ue algo tengo dicho a V. R . de 10 ocurrido en Zamboanga en el mes de febrero ultimo, con todD, p ara que los postreros y tristfsim os sucesos de q ue fu f testigo en dicha pobl acion sean mas co nocidos en su origen , me permito repetir alg o de 10 referido.

EI dra ro de febrero del presimte afio, po r disposicion anterior de!

R. p, Superior de la Misi on, salio para Ma nila la primera expedicion de los Nuestros de Zamboanga, en donde est;ibamos reunidos desde el 2 2 de enero, ademas de los propi os de la casa, los Padres y H ermanos de la Residencia de T a montaca . En dicho dfa , pues , se embarcaron en el va por Romulus los PP. Victoriano Bitrian , Pa blo Majoral, L orenzo P eiro y T omas Barber, con los HH. Francisco Figu erola , Jose Can alda, Da mian Jaum e y Mig uel F errerons .

Por este tiempo tomaba mucho incremento entre los zamboanguellos el partido de la g uerra, presiclido por don Vicente A lvarez,

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int<!rprete general moro. L as iuntas de los d escontentos menud eaban, y en elias fu eron elegidos los presidentes locales y el presidente pro· vincial, cargo que cupo al mencionado Sr. Alvarez. (I).

El 23 de febrero recibimos carta del R. P. Superior de la Mision, en la cual se disponia defin itivamente que todos los N uestros del Sur de Mindanao se reconcentrasen en Zamboanga, con el fin d e embar· carse mas tarde para Manil a, quedando solo unos cuantos Padres y H ermanos encargados de la Resid encia de Zamboanga, . mientras hubiese espano les, y no corrieseri peligro nuestras vi das.

EI 10 d e mar7.0 qu edo abandonada la Mision de Bolong, pasando el P. Jaim e Estrada a Las Mercedes, y el P . Ju an Garriga se reconcen tro en Zamboanga, para esperar el barco qu e debia Ilevarlo a Mani la. El mismo dia, en el transporte Gene,-al Alava, Ilegaron el P. Gaspar Colomer y el H . Mig uel Pujol, quienes, desp ues de una despedida' muy afectuosa del General Hu ertas, hab ian abandonado la Misian de Jol o.

El domingo de Pasion volvio d e Cotabato el H . Juan Perez, que habia ido para ve nder las vacas y el palay del E stablecimiento (2) de Tamontaca, y nos trajo la fau sta noticia d e haber pasado por dicho pueblo veintidos de los Nuestros, procedentes de Oavao, Mati, H inatu an y Tandag, en el vapor Lablian, qu e se habia dirigido a ( I) AI colecciona-r las presenles carta s, tenemos a la vista una relacion inedita titulada «Los com bates de Zamboanga», escrita por un espanol de rouy buen c riterio y sana intenci6n, testigo ocular de lo s hecbos . En ella esta explicada del modo siguiente la formacion pr imordial del partido revolucionario en Zam boan ga.

«Llego el mes de diciembre de 18g8, y el primer vapor que fo nd eo en la rada de Zamboanga, procedente de las islas Bisayas, lIevo.i la provincia algunos s ujetos, culpables de la sangre derramada en diferentes puntas. . »Las autoridades espaiiolas die ron Iibertad a £:asi todos los presos que habfa en la carcel de Zamboanga, 110 persiguieron a mas de sesenta confinados, que se habian fugado de la Colonia de San 'Ramon, y concedi~ron radicaci6n en eJ distri to a muchos soldados y marineros de fuera, con 10 cual se Ilene la provincia de personas de ideas exaltadas y maleadas en otras partes . »Desde diciembre de. 18g8 no dejaron de lIegar continuamente va pores a Zamboanga , conduciendo siempre personas qu e, por todos los medios que ten ian a su alcance, propagaban las ideas revoluc i<?narias, y asf los qu e Ilegaron de otras provincias forrnaron , juntamente con los pocos revoltosos q ue babia en la plaza, y co n 10S'indigenas licenciados del Ejercito y Marina, y con los presos fugados y puestos en libertad, un nucleo que logro imponerse a los vec inos pacificos y honrados, dando, de esta suerte, principio a los robos, asesinatos, violaciones y toda ·clase de atropellos, que han venido ocurriendo desde diciemlJre hasta la fecha.» (22 de mayo

de 1899.)

(2) Vease la carta anterio r del P. Mariano Suarez.

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Sandakan. Estos Padres y Hermanos, con g rande al egrfa de todos, lI egaron a Zamboanga el 21 de marzo, por la manana. Catorce de ellos fu eron a T etuan, y los restantes p erman ~ci eron en Zamboanga.

D esde este dia qu ed6 como Superior de todos los del Sur de Mindanao el P . Urios.

Por la noche del dia de la Anunciaci6n, lleg6 el vapor Butllan con cartas del R. P. Superior, en las q ue disponia que algu nos de los Nuestros se embarcaran en el, cuando volviese a Manila. Di cho barco traia la comisi6n de recoger en L a Isabela trece canoneros, unicos que nos quedaban en el Archipielago, comprados ya por los americanos en Manila . V enia convoyado pOI' el Boston, pero este se qued6 por el camino, en Iloilo . Al dia sigui ente, sali6 el Butztan para La Isabela. La lI egada del vapor a este pu erto di6 lugar a varios albo路 rotos, promovidos unos por la infanteria de marina, cuyos so ldados se resist ian a ir a Marianas y Carol inas, y otros ocasionados por la tripulaci6n tagala de los cafioneros, la cual hacia propaganda separa路 tista y pretendia apoderarse de ellos . En vista del mal cariz qu e tomaban las cosas en La Isabela , di6se orden al P. Pablo CabaII eria de retirarse definitivamente a Zamboanga con el H. Sebasti an San路 roma, qui enes, embarcados en una lancha cafion era, II egaron el 28 de marzo .

EI mi smo dia arrib6 el trasatlantico Puerto Rico , para recoger a la infanteria de marina de L a Isabela y a los empleados civiles del distri to que pasaban a Manila. EI senor General nos visit6 el Mier- coles Santo , por la manana, y nos co ncedi6, a petici6n del P. Urios, hasta treinta pasajes en el Puerto Rico. Vini eron de Ayala, el P. Miguel Carreras y el H . Jose Serrano, y de Las Mercedes, el P. E strada y el H. Ram6n LluII el J ueves Santo, a prim era hora.

Celebramos los oficios del Ju eves y Vi ernes Santo, con toda solemnidad y bastante asistellcia de fiel es, tanto del pais, como espanoles , y la disminuci 6n de comuniones no fu e muy notable, con respecto a otros anos .

Acabados los oficios de la mafiana del Viernes Santo, recibimos un muy afectuoso B. L. M. del sefior Capitan Inspector del Puerto Rico, an unciandonos la salida para las cinco de aquella misma tarde .

A los pocos momentos vi no al convento el mismo seilor, D. Adolfo Chaquer, y al verle nosotros tan bien dispuesto y deseoso de complacernos, nos atrevimos a s~plicarle nos permitiese aumentar el numero de pasaj es hasta cuarenta y uno. Concedi6nos esta gracia, y al

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mom ento se aviso a los Padres y H ermanos gue estaban en T etua.n, para gu e viniesen desp ues d e comer, con el fin de embarcarse todos antes de las cinco. A las seis zarpaba el Puerto Rico, con rumbo a Manila, lI evando a bordo a cuarenta y uno de los Nuestros, cuyo Superior era el P . P arache, a los que .se alladiero n las tropas de infanteria de marin a de La Isabela , por hab erse desistido d e enviarlas a Carolinas y Maria nas. Quedamos en Zamboanga los PP. Saturnino U rios (S uperior), Salvador Vill as, Gaspar Co lom er y Jo a'n Quintana con los HH. Juan Per ez y Luci ano L a marca . En esta mism a expedicion se mandaron a Manila los archivos y vasos sagrados de las Residencias del S ur .

A las siete de la mallana d el Sabado Santo, lI egaron en el vapor San Pedro los Misioneros d e Dapitan, PP. Antonio Obach, Esteban Yepes, Esteban Mirall es y 'Rafael Vilarrubias, y los HH. Antonio Gros, Igna cio Vila y Dionisio Azcu e. En tanto g ue el Sa" Pedr o embarcaba un cargamento de vacas en La Isabela, estuvieron agu e1105 Padres con nosotros.

EI Domingo d e Pascua, 2 de abri l, cerra ron la casa de T etuan el P. Quintana y el H. Perez. Solo, pues, subsist ia la casa d e Zamboanga .

E l 7 d e abri l, a las tres de la tarde, lI eg o el !:Jut/ian , procedente de L a Isabela, con los trece ca li oneros Elcano, Pampanga, Paragua, Manileiio, Sdma r, Panay, A r ayat, l]lindoro, Mariveles, Calamianes, Gardoqui, Vasco y Urdaneta. A las doce d e la noch e, unos ei en revolucionarios, capitan eados por un mag uinista , gue habia side gobernadorcillo d e Cotabato, lograron e n breves instantes apoderarse del But fta n y de los callon eros. La sorpresa fue faeil, . parte, por carecer de vigi lanci a los barcos; y, parte tambien, porgue los insurrectos, armados con sendos bolos, amedrentaron a los tripul antes no complicados ell la conjuracion.

R ealizado el apresamiento, se pusieron los barcos ell march a hacia Masinloc, ensenada proxima a T etu an ;'y, mientras zarpaban los (llti mos, a las cinco y media d e la manana, su Divina Majestad recorria las calles de la poblacion a fin de gue los impedidos y presos de la carcel r ecibiesen la com union pascual.

A la ensena da d e Masinloc acudieron muchos revolucionarios de los pueblos, para recoger los pertrechos de g uerra, almacenados en el But/ian . Las armas apresadas fu eron unos 370 remingtons, algunos pocos mausers, trece ametralladoras, doce canones, revolvers, sables y muchas cajas de municiones.

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Los revoltosos, al acabar de descargar todos los pertrechos de guerra, permitieron al Butllan .y demas barcos volver a Zamboanga .

Cuando regresaban los ultimos, Il egaba de I1oflo el crucero americano Petrel, qu e venia para convoyarlos. E ste apresami ento enval en路 tono a los revolucionarios de tal man era, que, desde entonces, formaron batallones bien armados y uniform ados, y en Santa Maria, donde solia estar el Presidente, habia ade ma~ un p equ eno escuadron de caballeria.

La dominica in albis suspendimos la com unio n pascual del Hospital militar, por 10 ocurrido el dia anterior. A las dos de la tarde estaba de vuelta de La Isab ela el vapor San Pedro, y en el se embarcaron los Nuestros de Dapitan, para co ntinual' su viaj e hasta Manila.

D esde esta fecha comen zaron a enfriarse las relaciones de amistad entre los repres entantes del Gobierno espaijol y los revolucionarios, II egando a debilitarse tanto, qu e se previo-un fun esto dese nlace, si no venian pronto los am ericanos, antes de la evacuacion, qu e, segun not(cias de Manila, debia hacerse a mediados de mayo . L os revolu- cionarios, viendo qu e se iba acercando el ultimo dia de nu estra dominacion, insistian en su antigua pretension de qu e se les entregaran armas, a 10 cual se negaba el General Montero , pOl' motivos facil es de comprender. Contribuyeron tam bien a la tirantez de relaciones las desercion es suc esivas de dos 0 tres sargentos y de ve inticinco soldados espa flol es . EI Presidente no quiso obligarlos a presentarse al General, ni este los quiso reclamar por oficio, por no reconocer en aquella Presidencia. A'ladase a 10 dicho, que al mismo Presidente Ie era diffcil contener a los que, sin preyer Jas co nsecu encias, deseaban desahogar su espiritu belieo y rapaz. V eiase rod eado de jovenes exaltados, disciplinarios y deportados de Cota bato y Jolo, y soldados cumplidos y licenci ados, de diferentes provinci as del ArchipieJago, cansados ya de vivir en los montes y deseosos de entrar en la poblacion para satisfacer sus ambiciones .

La oposicion entre el General y el titulado Presid ente se manifesto del todo el 29 de abril en qu e, par querer Jos revolucionarios apoderarse de los pertrechos de guerra almacenados en el parque, estuvieron nuestras tropas todo el dia sobre Jas armas y se redbblaron las guardias. Por este tiempo , cas i todos los zamboangueflos, aun los qu e se habian mostrado mas contrarios a Jos subleva dos, reconocian al Presidente, formando parte de la milicia, y ejerciendo cargos en 10

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los pueblos (1). S610 el dato Mandi con sus moros se mantenfa fiel a nuestra bandera.

( I ) AI tener que hablar de esta nueva y nunca aida actitud hostil a Espana de los leal es zamboangueiios, sin pader, por otra parte, referir con c laridad lodos los anteced entes y causas de la lueha, es casi de justicia hacer memoria de los grandes '"1 no vulgares meritos, antig~os y r~cientes, contraidos por aquella provincia ante la Madre Patria. El autor citade en la nota precedente los enumera en los siguientes parrafos: .

«Cuando el 10 de ma yo de [899 se dispararon los primeros tiros entre espaiiol es y zamboanguenos " hacia ya cinco meses que ... Zamboanga habia dejado de ser es panola . » La villa de Za mboanga y su provincia ha side la unica que siempre ha permanecido fi el a Es paiiill desde el princiRio de Ja conquista hasta mayo de 18gg, sin que en ella se ha ya regi strado un solo conato de insurrecci6n, lIevado a cabo por naturales de la pro vincia. » No solo ha perma necido siempre fiel, sino que, en proporc ion a sus habitantes (v cinte mil almas en toda la provinda), ha facilitado a1 Ejer~jto espanol mayor numero de voluntarios que ninguna otra del Archipielago y de la Peninsula, para som eter a los moros de las demas provincias de Mindanao, para conquistar a Jolo, Cotabato, Paran-Paran y Lanao, y 'para sofocar las ultimas rebeliones de Lu~ on, l ola, Negros, Cebu, Cotabato, Tucuran y Tumbao. »E n el unico alzarniento ocurrido alii, el ailo 1872, no tomo pane ni un solo za mboangu eiio, y los zamboangueiios fuerol} los que reprimieron la rebelion y cap tura ron a todos los confinados, como 10 prueba la fiesta que anualmente sc celebra el 15 de septiembre, y los versos que desde aquella memorable feclla han es tado de manifiesto en lugar preferente del tribunal de la Cabecera:

Espaiia con Ie sencil/a Se confunde en un abra~o Con esta valiente viIJa, .Que (-5 un glorioso peda~o Del cDra~6n de Castiila. »U ltimamen te , cuando principio la rebelion de 18g6 , cuyo resultado para Es pa na ha side la perdida de las Filipinas, Zamboanga facilit6 en J897, doscientos cin c uenta vo lu ntarios pa ra operaciones de g uerra en Luz6n, ciento cincuenta para reprimir la rebeJion de las tropas de j o lo, y cincuenta para custodiar los confinados de la Co lo nia de San Ramon, teniendo, ademas, quinientos hombres dispuestos para acudir a l punta d o nde fuera necesario, y para combatir a Ja guarnicion de la pla za, si esta hubiera intentado sublevarse. » En abril de J8 g8 , cuando tuvieron noticia de la decla raci6n de guerra ent re Es pa iia y ios Estados Unido s del Norte de America, los representantes del pueblo y pro vincia de Zamboanga, se presentaron al General Jaramillo, ofreciendole sus personas y bienes y las de todos los vecinos, para la defensa del honor nacional. » Este ofrecimiento fue admitido en todas s us partes, y desde luego se organizaro n compaiiias de voluntarios de infanteria para la defen sa de la plaza, en caso de ser atacada, dividi endose el radio de la poblaci6n en sectores, y confiando a cada cual .el punta que deb ia defender. » Con volUntaries zamboanguenos se censtruyeron las defensas de la estaci6n

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No obstante el estado d e cosas, empezamos y continuamos el ejercicio d el mes de Maria, _aunque con poquisima 6 casi ninguna asistenc ia, por qu edar tan pocas familias dentro de Zamboanga, qu e la poblaci6n parecfa lin d esierto. Con todo, ilegado el primer viernes de mes cOrDulgaron todavia unas cien personas, y el domingo siguiente, otras tantas; venidas de fu~ra. EI transporte General Alava, provisto d e buenos cafiones, iba y venia de La Isabela. a Zamboanga. Algunos

naval, deposito de car b6n y puerto de La Isabela de Basilan, y en Zamboanga una bate ria y varias trincheras en el barrio de Maga y, a yudando a la construccion de otTa bate ria y va rias trincheras en la zona del cementerio, »En estos trabajos, el voluntario acudia a la hora de trabajar y se reti raba cuando se hacia la se nal de alto, para comer en su casa 0 en la de alglln vecino conocido, sin recibir retribucion alguna, »EI Comercio anticip6 al Gobierno cantidades para pagar todas sus atenciones du rante algunos meses, »Cuando en septiembre de 18g8 se tuvo nOlicia en Zamboanga de las rebeliones de Iloilo, Neg ros y Cebu, las principalias de la Cabecera y de los pueblos acudieron .i ofrecer a l General Jaramill o todos los hombres utilcs de la Provincia, organizandose una companfa de cristianos y otra de 1":o oros que presta ron- muy buenos servicios en Hoilo y Cebu, »En octubre del mismo aiio ocurrieron las rebelio nes de Cotabato, Tucuran y Tumbao , y alia fueron doscientos zarnboa ngu eilos, que im pusieron el o rd en y cast iga ron a los que resultaron culpables del ddito de rebeli on no COlls wnado_ »En noviembre de d~g8 (cuando se sabia que Manila con s u guarnici6n habia caido en poder de los americanos, que las tropas espanolas de todo Luz6n habian sido hechas prisioneras de los filipinos, que Iloilo estaba sitiado, y Cebu 10 mismo. y que las guarnicioncs de Cotabato, Tucuran, Tumbao y Libungan se habian sublevado, y los moritos de Jol6 andaban con ideas de apoderarse de la plaza); enlonces todo el pueblo y Provincia de Zamboanga en masa volvi6 a presentarse al General Jaramillo, ofreciendole su apo yo para la defensa de Espana _ »EI Sr. Jaramillo .. _. _acept6 el ofrecimiento y organizo una gue rrilla de infanteria, ."._ otra de caballeria, ., ___ una compania que estaba acuartelada y armada para acudir pronto a donde fuera necesario, y, ademas, habia dispueslos trescientos hombr es que, arm ados y en correcta formacion, asistian a misa todos los domingos y dias festivos, mantenicndo el orden en 1<1 poblaci6n y demostrando a los que hubiesen intentado s ublevarse, que la bandera espanola ondearia triunfante en Zall1boanga J mlentras existiera un zamboangueiio. »Cuando en diciembre de 18g8 se recibio la noticia de que Espana, de g rado 6 por fuerza, tenia que abandonar las Islas Filipinas, todos los zamboanguclios, sin excepcion, derramaron lagrimas, como las que derrall1C1: una hija humilde y carinasa a quien una fuerza mayor arrebata su madre querida.»

AI \legar a este punto pregunta el autor de los parrafos transcritos: « ~ Quien tiene la culpa de que una Prov incia tan buena para Espana haya hecho armas cont ra los espanoles en su ultima residencia en Filip inas?»

Yen contestacion se pone .i relatar \-arios hechos, no mencionados en el texto de la prescnte carta, ocurridos durante los primcros meses de 1899. que nos abstcnemos de referir.

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sublevados invitaron a P edro Cuevas (I) pa'ra que atacara a los espaiioles y se apod erase de sus armas. La contestacion d e este fue, que, mi entras hubi ese espalloles en La Isabela, respetaria nu estro pabell on, y qu e despues solo reconoceria a un gobierno de orden.

Al aman ecer. del 9 de mayo, se presentaron en varios puntos algunos grupos d e zamboanguenos armados con el fin d e imp edir la entrada de com estibles en la pJaza, y, ademas, desviaron, al mismo tiempo, la acequia qu e abastecia de agua a la villa . Nuestras tropas, con un _ silencio impon ente, tomaron las afueras d e la poblacion, colocandose . muy cerca d e los revolucionarios. Tres hombres, comisionados pOI' el Presid ente, se didgieron al Gen eral Montero, manifestandole qu e qu edaban rotas las hostilidades, supuesto que no queria entregar las armas. Se dijo que a las cuatro d e la tarde atacarian los zamboanguel10s .

A la una y m edia nu estros cazadores tomaron los puntos estrategicos, y construyeron trincheras en la entrada d e la poblacion, en donde colocaron vados cafiones . A las cuatro d'e la tarde salio -para Cotabato y Davao el vapor Nuestra Se1iora de! Carmen, venido de Manila aquel mismo dia ; aprovechando la ocasion, alg unas familias d e aque 1I0s pueblos se embarcaron en el, para hui,' d el peligro. Los zamboang uenos, a su vez, pasaron el dia a bri endo trin cheras a tiro de la poblacion. Se tomaron muchas precauciones durante la noche d el 9, en qu e se esperaba darian alg t'm golpe los revolucionarios. Quiso Dios qu e nada sucedi ese aquella noche . EI dfa sigu iente, unos y otros, se prepararon con mayor actividad para el combate.

La vfspera de la Ascensi on, a las d iez y m edia de la noche, estando nosotros descansando tranquilamente , vino a despertarnos una detonacion espantosa que nos hizo saltar de la ca ma, y fue el primer anuncio de que estabamos ya en pleno combate. En efecto; eran los re volucionarios que en el Pu ente de Santa Maria habfan dispara do un canon y hecho una d escarga de ametralladoras y fusil eria, disparos que fu eron contestados al mom enta y sin interrupcion, d esde las trin cheras , pOI' nu estros cazadores : fu ego, en verdad, nutridfsimo, que se propago al mismo tiempo pOl' Magay y pOI' la parte d e T etuan . Y aunqu e estos tres puntos eran los principal es, y en donde se habian reconcentrado mas fu erzas; con todo, la lin ea d e fu ego se extend fa desde Magay a Balete, quedando Iibre unica( I) Acerca de este fam oso dato, vean se Ja s Ca rlas de los PP. de /a Co mpaiiin de Jesus de la A1ision de Filipinas, Cuad erno 5,째 ), s igui enles. Manila, 188 3 .... .

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mente' la parte del mar. A la media hora, ya se veian arder las casas de Magay y Puente de Santa Maria, y quedaban fu era de combate el General Montero y el Comandante de ingenieros, quienes, estando e.n la trinchera de Magay, adonde habian ido para ver la linea de defensa, fueron heridos simultaneamente ; quiza por haber sido des路 cubiertos pOl' los insurrectos a la luz de las ll amas del incendio.

AI vernos aislados en el convento, en tanto que ardian ya las . casas cercanas, salf con el H. Lamarca para ente rarm e~ mejor de nuestra situacion. Nos di rigimos al Gobi erno General, en dond e el Mayor de la plaza nos dijo qu e nos fu ese mos hacia el Gobi ern o civil. Luego, vueltos a casa, mientras los Nu estros se prep araban para salir, entre en la iglesia, sumi las sagradas formas, purifique el copan, y, persuad idos de qu e a los pocos momentos ard erian la ig le5ia y eI con vento , salimos a las once y cuarto en direccion al Gobierno civi l. Ali i pasarhos 10 restante de la noche , entrando y sali endo para saber 10 que ocurrfa, )' pOl' si se ofrecfa ocasion de prestar nuestros auxilios. A poco de nu estra lIegada, vimos pasar al Coman dante de ingenieros y a un Capitan de infanterfa heridos .

Los canones, a metralladoras y fusil erfa de los insurrectos, dispa raron todil la noche, si endo sus tiros contestados co n alg unos cal1onaz'lS )" sobre todo, con las descargas cerradas y no interrumpidas de nu estros cazadores, que se mantu vieron sin ret roceder ni un pal路 mo de ten'eno y sin perder el animo y seren idad . I Cuan triste era considerar que aquellos pobre" sold ados , en visperas de embarcars,: y dar un abrazo a sus familias, por defend er un pais qu e ya no era espal1ol, exponian su vida, que en otros mas gl oriosos c01l1bates Dios les habia conservado I EI P. Urios y yo, a la una d e la noche, fu imos al hospital para auxiiiar al Capitan anteriorm ente.citad o, qu e estaba mal herido ; pero, no per1l1itiendonos la entrada , tuvimos qu e volvernos al Gobier'no, en donde se hallaban los N uestms ag uardando con inqui etud las prim eras horas del dia. Interin las descargas de los [usiles y de las ametrall adoras no cesaban un mom ento; y el incendio se pro 路 pagaba pOl' vadas calles de la villa, y poco [alto para qu e el convento y la iglesia fu eran tambien presa de las llamas; pero no 10 permitio nu estra Patro na la Virgen Inmaculada.

A las cuatro y media de la mal1a na, una a metralladora enemiga diri g io sus tims a la Casa Gobierno, donde no's habiamos refu giado, y, por ci erto que sus proyecti les pasaron 1l1uy cerca de nosotros,

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pues vanos de ellos entraron en la estancia que ocupabamos, mientras nos hall abamos reunidos haciendo o,-acion, AI amanecer, cLiando se retiraban los insurrectos, el Alalia hizo algunos disparos sobre ellos.

Nosotros, a las cinco y media, nos dirig imos de nuevo a nuestra casa , y encontra mos varios proyectiles de ametralladora dentro de la ig lesia, y uno de ellos habia quedado a plastado al pie de Nuestra Senora_ C'elebramos a la vez los c uatro Padres: dijimos la misa d e la Asc,nsion , a pu erta cerrada, y dimos gracias al Senor y a la Virgen por hab ernos librado aquella noche de tantos males , D esp ues del desayuno, e1 p, Colomer y yo nos fuimos a recorrer las trinch eras para ver a nuestros valientes soldados, que estaban reforzando sus parapetos.

A las ocho de la manana, a fin d e despejar el campo para las operaciones, mando cl Coronel O loris prender fuego a varias casas, y contra su intenci on, segu n el mismo me dijo despues, se propago _el incendio algo mas de 10 que et d eseaba, avivado pOI' el viento que se levanto repentinam ente : A las dos horas qu edaban reducidas a pavesas la mayor parte de las casas d e Zamboanga, deteniendo el fu ego su camino destructor al Ilegar al convento e iglesia, que qu e daron como aislados. D el con vento, previo nuestro permiso, tomaron posesion los soldados , yen el hicieron una trinchera, en donde colocaron varios canones, Entre tanto nosotros arreglabamos nu estras cosas para refu g iarnos en la cota ( [) al anochecer.

D espues d e comer, salimos lI evando alia nuestro eq uipaje; pero, al tiempo que habi<ibamos con el Coman dante de la fortal eza , vimos llegar el vapor mercante Dos Herman os , y a las cinco y media de la tarde d el mis1110 dia de la Ascension, once de mayo, subiamos a bordo de dicho vapor para partir a las di e z en direccion a I loilo, A ntes de irnos, dejamos alg unas provisiones para los soldados; encar!;amos al Teniente Coronel tu viese cui dado no se incendiara el convento , y Ie rogamos evitase cualquier profanacion en la iglesia, Finalm ente, despues de tres d ias de estancia en Iloilo , ll ega mos a Manila la vispera de P entecostes .

Al salir nosot ros d e Zamboang a, contabanse en nu estras tropas dos muertos y cuatro heridos, Las fuerzas que se defend ian en

(I)

Co la. En ge ne ral base de piedra de un edificio ; aqui, lortaleza.

Zamboanga eran unos mil cazadores y una bateria de artilleria , mas ciento cincuenta soldados de infanteria de marina, que el Atava trajo de La Isabela. Estas fu erzas resistieron hasta el 24 de mayo , en que se embarcaron en el Puerto Rico y Leo" XII!. Los insurrectos, cuyo numero constaba de algunos miles, aunque solo dos mil tenfan armas de fu ego, atacaban diariam ente la poblacion, aprovechandose de la obscuridad de la noche; mas al dfa sigui ente se vefan obligados a d ec1 ararse en retirada, perseguidos por nuestros cazadores hasta el pueblo de Santa Maria. E[ numero de bajas de los zamboangu efios se ign ora. Las nuestras fu eron , en to tal, c uatro mu ertos y unos catorce heridos. El Genera! Montero muri6 un dfa antes de lIegar a Man ila, en el Leon XII!, aunque dicen que no de la herida, sino de otra enfermedad. De la poblacion de Zamboan ga 56[0 qu ed6. en pi e, ademas de la iglesia y convento, qu e permanecieron inc6 lu mes, un reducido numero de casas ,' i PQbre Zamboanga! i Que sera de 10 poco q ue su bsiste, si los moros se desmandan ?

Rog uemos a la Virgen , Patrona de los zamboanguefios, para qu e se compadezca de ellos . . En los SS. SS. Y 00. de V. R. me encomi endo .

Affmo. siervo en Cristo, SA I.VAD Ol'. M. VI N AS, S .

J.

CARTA DEL

P.

MARIA-NO SUAREZ AL

R. P.

PROVINCIAL

Rclac i6 n de al g un os su cesos oc urrid os e n Cotabato, despu cs de la rctirada de los espa fioles. - Ejemplos no tables de virtud y fervor de al g unos indios.

p.

c.

Manila, 24 de enero de 1900 .

Mi muy amado en Cristo R .- P. Provincial: No me olvido d el el) carg o que me hizo V. R., estando yo aun en mi am ada Mision. del 路rio Gra nde d e Mindanao, d e escribirle minuciosam ente todo to que por alii ocurri ese . D esde qu!" estall o la revolucion d e Filipinas, Ie tuv e al corriente de los diversos acontecimi entos que en aqu el di strito sucedi eron, y por fi n, desd e Zamboang a Ie escribi, e n la prim era ocasi a n qu e se m e presento, nu estra salida d e aqu ella Mision. L e decia qu e habfamos tenido qu e dejar aqu ella ti erra regada con la sangre de nu estros anti g uos Padres , y cultivada lIltimamente por los PP. Vila, Gu errico, Bd , J uanmartf y otros celosos Misioneros, y no, ci ertamente, porq ue los naturales, ni a un los "tnoros, nos hubiesen oblig ado a salir, sino por parecern os ser cosa temeraria q uedarnos en medio de aq uella morisma sin a mparo a lg uno, al ser evacuado el distrito por las armas espanolas.

Ahora, desp ues de transcurrido un a110, vuelvo a escribir a V: R . , para dar a conocer la heroica virtud d e alg unos indios, que sab en , no solo tolerar las mayores tribulaciones y adversidades, mas tambie n sobreponerse a elias, alegrandose de que Nuestro SeI'ior se las envfe .

Esto pru eba con cu anto fruto se pu ede trabajar en estas Mision es, y ~ uan triste es ver talltos pu eblos <;Ie filipinas sin PP. lVIisioneros.

P . Ig nac Io G ue rr ico, 1806 -

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1883.

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No necesito yo referide la historia de 10 que en Cotabato ha pa· sado, pues la vera V. R. por las cartas edificantisimas de la fam ilia que mas ha sufrido, y qu e voy a trasladar aqui literalmente y con las mismas faltillas de dictado y ortografia con que vinieron. No extra·· naran las primeras, los qu e hayan estado en Filipinas y conozcan el hablar de los naturales, y facilm ente se disimulanin las segundas, pu es todos, mas 0 menos, solemos com eterlas al escribir famili armente .

Solamente he corregido estas cartas en .10 que se refiere a la acentu a· cion ortografica y puntuacion, para la mejor inteligencia de las mis · mas. Aun asf, honran no poco a quienes no frecuentaron otras escue· las que las de Polloc y Cotabato . Y para orientar un po co a V. R. hare, • como dicen, un poco de historia .

D. Raimundo, el jefe de la familia aludida, habfa casi siempre estado empleado en la Hacienda Publica de Polloc y Cotabato, pues su honrad ez y laboriosidad Ie granj eaban de continuo el aprecio de sus superiores. Hombre religioso, qu e, en compaI1fa de su esposa e hijos, confesaba y comulgaba todos los primeros viernes de mes y los dias 19 en honor de San Jose, de quien era especialm ente devoto. T enia el cargo de celador del Sagrado Corazon y de T esorero de las Con· ferencias de San Vicente de Pau l de Cotabat'o. Su mujer, D ." Prisca, habia sido varios alios maestra de Polloc y de Cotabato, y, como tenfa tanto ascendi ente sobre las jovenes, qu e bastaba una palabra suya para conseguir de ell as 10 que se querfa, era el alma de todas las obras piadosas . Nombrada presidenta del Apostolado, es increible 10 qu e me ayudo en esta tan fru ctuosa.

Dios Nuestro Senor bendijo este matrimonio en sus hij os, pu es todos salieron de disposiCion y virtuosos. Filoteo , el mayor, y Mar· tin, el segundo, se educaron en Polloc, al lad o de los PP. Vila y Duran, y Jose, el t ercero, en Cotabato, al lado del P. Bea, yallf Ie encontre yo de maestro el ano 1890, a pesar de no tener sino 14 alios. Finalm ente tuvieron una hija, ll amada Arsenia, de qui en decia la senora del Coronel Novella, Gobernador que fu e de Cotabato, qu e no habfa visto india tan bi en educada, y cuya virtud echara V. R. de ver por sus cartas. Filoteo estuvo empleado en Haci enda, y Martin y Jose en Correos . El primero y el ultimo era n el gran recurso para las funcion es religiosas en Cotabato (pu es Jose tocaba el armonium mu y bi en, y Filoteo, aunque tambien sabe tocarlo, preferfa cantar), y gra· cias a enos hacfamos fi estas muy solemn es, 10 que de otra suerte ha· brfa sido muy diffcil . Ademas ensayabaq a los ninos, ejercian el cargo

d~

celadores y pertenecian a la Conferencia . Era familia acomodada , -tanto que en Cotabato tenia casa propi a , y otra en Polioc, que les rentaba bastante; poseian , ad emas, una haci enda , qu e ahora empeza· ba a rendirles fru to, y una pequ eiia vacada qu e , d e solo· el producto que dab a la leche, se mantenfa la familia. En fi n, para termin ar esta breve noti cia, d ebo d ecir qu e D. Raimundo fu e tambi en varias veces Gob ern adorcillo .

H e di cho esto a V. R. para qu e aprecie mas el merito de las vi rtudes , de que nos han dejado ejemplo los qu e han mu erto y los qu e viven. Vari as son las cartas qu e el P. F errer y yo h emos recibi do de esta fa milia en el presente a no. Y, aunqu e sea alterar el ord en d e los aco ntecimi entos, voy a empezar por transcribir la ultima, q ue me ha mandado Filoteo desde Zamboang a, pOl' hacerse en ella comp leta relacion de todos los h echos qu e han tenido.lugar en Cotabato d urante nu estra ausencia. Dice , pu es, asi:

,

,R. P. ~.1 a riano Su arez.-Mi siempre qu erido e in olvidable P . S ua»rez : Tan lu ego como recibimos, con santa confonnidad, eI rudo »golpe q ue nos deparo por la mu erte viol enta e in esperada de mis »p obrecitos padre y h ermanos (q . e . p . d .), 10 prim ero qu e nos ocu »frio fu e comuni carselo a V. R _ y demas Pa dres, seguros de que en»contraremos en VV . RR. un gran lenitivo en sus santos y sabios »consej os ; asi es qu e , tan pronto como lI egamos aca , Ie puse a V . R. »una carta , dandol e cu enta d e 10 ocurrido en Cotabato, aunqu e muy .someramente. Dicha carta , a p esar de que no alud e V. R. a ella, en »las que recibi eron mi madre y Arsenia, supongo a s u poder, hoy • pOl' hoy . Tambien habia pensado , en distintas ocasiones, comuni»carl e deta ll adamente aquellos tri st es acontecimi entos, qu e pOl' per»misio n de Dios N uestro Sefior se dejaron ver en aquel pueblo; p ero »otras tantas veces tuve que dejar la pluma , por no hab ermelo per»m itid o el dolor y p esar qu e me embarga , a l ver inmiscufdos en ellos . »a seres pai-a mf mlly qu eridos ; pues, aunqu e con sid ero porIa fe , qu e »no se mu eve la hoja del arbol sin la volun tad de Dios; pero Ie con»fi eso qu e mi flaqu eza humana ha c ~ did o el campo ala misma fla > qu eza , aunqu e bien es v'e rdad qu e nunca trate de preval ecer a los »altos desig ni os de la Providencia, de qui en y o, es pecialmente , he »recibido pa lpablemente inmensos b eneficios, sin merecerlo. , Tan pronto co mo regresamos a Cotabato de Za mboan ga , encon»tramos aqu ello tan tranquilo como nos 10 anunciaron, excepto Polloc,

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»por las consabidas depr e daci on e~ de Alejand ro Garcia (I); mas tard e »ya e mp ezaba a verter la noticia que entre los moros del Rio existfa n »ci ertas desavenen :ias por la determinacion de l Gobierno espa nol, ' , acerca de haber reco men dado al da tto Pia ng para q ue l"reste su »cooperacion para la estabilidad del orden de to do el Distrito, pu es , todos han alegado sus derechos de abolengo , y que q uien menos los . tiene es el citado Piang , por ser solo un sim ple mestizo chino , sin »mas precedente q ue el haber sido saligan (homb re de confianza) del , datto U tto, a q uien debe las sim patfas que ha co nqu istad o entre los » moros qu e Ie elevaron a la d ignidad de datto. Por confide ntes tiene 'a todos los chinos de Cotabato, y por (Ill icos aliados a los dattos > Ali y Diambanga n, y entre los tres han ver ifi cado guerrerias a todas »Ias rancherfas mas a rriba de R ey na-Regente, de las qu e han sali do »vencedores -y , por con sig uiente, con mas prestigio que antes . »P oco despues, Rom an Vilo reci bio algunas denuncias de den tro »y fuera d E" la pobl acio n, que el mismo Piang , que hasta en tonces es »el mejor amigo , ter min arfa por hacerl e a el Ja g uerra, mediante una > alevosa agresion ; uno de los qu e as! Ie denunciaron fu e el difu nto »Esteban Ortu oste , q ue 10 supo desde Tucuran, propon iendole, ade• mas, orga nizar medios de defensa con que poder repeler al enem igo; »pero el muy candido R oman, creyelldo en las aparentes relacio nes »de a mistad de su amig o y hermano Piang , rechazo toda proposicion • qu e se Ie presentaba. Identica denun cia obtuvo del datto And ung , »el t uerto; pero lejos de tomar las medidas conve nientes y toda clase »de precauciones, como h ubiera hecho toda persona c uerda , se 10 • dijo a Pi ang , quien, por toda resolucion, man do asesinar a Andung . »Como q ue la situacion del pueblo era cada vez mas crftica, entre

(I) Al ser evacuad o por los es pa JioJes Cotabato y todo el distrito , q ued6 al fren te de este pue blo , como Preside nte 6 Gobernador, Roman Vilo, indIo, que " asta e nt onces habra desempeiiado el cargo de Notario. Permanecieron ~ n cl puebl o los chinos co me rciantes y algunos, aunque pocos, Gris tianos. Con el fin un icamente de pode rse de fen der los unos y los o l ros de los moros, les dej6 el Gobie , no es p.1ii:o l al g unas a rma s de fuego. A pesar de esto, la mayor pa rte de los crist ia nos no se crc)'ero n seguros en los primeros momentos , y.casi lodos se fue ron a Zam boanga, entre e llos esta familia. Lo mismo aconteci6 en Polloc, quedando de P residen te Aleja ndro Garda . No tard6 este en hacer algunos ag ravios a los moros, los cuales ata €aron e l pueb lo y ca usa ron en las semente ras Ill ucho dario. D. Raimundo te nia allf s us vacas y hacie nd a; los moras Ie roba ron las va cas e hic ;era n de la hacienda 10 qu e q uis iero n. ( Esla 1LOla yo las de'mas de es ta carta son del mismo P. S udre:{. )

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»Tomas Vilo y Esteban Ortuoste disuadieronse (I) por todos los me»dios a Roman para la cOllStitucion de un Gobierno provisional, por »ver si se conseguiria regularizar una pequ ella fu erza, basandose en »todo a las leyes espallolas, incluso en -10 qu e atane a la administra»ci on para subvenir a las mas indispensables necesidad es. Al efecto »se constitu yo, fin ali za do Julio, el citado Gobi erno, bajo la presiden»cia d el mismo Roman, y en el que fot'mo parte Tomas Vilo, Pedro »Aquino, mi padre, Esteban Ortuoste y yo, como D elegados de Go»bernaci on y F o mento, Justicia, Hacienda, Guerra y secretario res»pectivamente . EI prim er acuerdo qu e se torno, a pro vechando la » llegada a aqu el punto del vapor N uestra Seiior a del Car1iZe1l , era »fletar este para J olo, con obj e to d e envi ar al1a una comisio n para so, licitar el auxi lio d e los a mericanos ; mas Rom an 10 creyo innecesario. »L o uni co qu e se pudo conseguir d e este, fue el aum ento de la fu erza »de voluntarios hasta 80 hombres, cntl;e los cual es se nombro tres »Ofi ciales , tres sargentos y si ete cabos; mas loh d esg racia ! cuando »se pi di eron a Rom an los fu , iles necesarios para armar a la fu erza, se »encon tro con que solo habia en el parqu e mas qu e unos quinc e fusi , les , 0 menos, por haber prestad o a Pi ang el resto hasta ISO, que »d ej o el Gobi erno espallol, as! como los canones y bu en nllm ero de »pertrechos y munici ones, que dice los necesitaba para continuar su »guert'eria con los Malanaos, qu e mas tarde se evidenci o qu e tal pres-. »tamo era un ardid para d ebilitar el pu eblo y poder reunir todD el »armamento posibl e. »AI a manecer d el domingo, 10 de Seti embre, l1egaron a Cotabato » 105 dattos hermanos Ali y Diambangan, con cerca de 800 hombres, »so pretexto de desp edirse d e Rom an para e mprend er una g ucrreria H a la Bahia Iliana, habi endose pediclo a Roman otros cuantos fu sil es » mas . La vic/zara (2) la hici eron en un os banquillos, situaclos conve»ni cntemente, frente al Convento, al lado derecho del riachu elo qu e »dese mboca a l Pulang ui. A las once d e la manan a , y mi entras se . ') hacia la vic/tar a, fu e la agresi on, de la qu e resultaron victim as Ro»man Vilo, E steban Ortuoste, Martin Biligan, Damian L eonardo, j

( I ) Q uie re decir d isllad ieronle. T o mas Vi le e ra herm an o de Ro man , y Esteban Ortuoste cuiiado de cs te.

(2) Bichara, 6 co n versac i6 n qu e los mo ros d e rio Grand e y lag un a de Lanao prolo nga n ho ras y horas po r el pre texto mas flltil , y q ue co nsti tuye uno de s u ~

goces predilec tos .

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»Pelipa Papa y la Vl eJa' pobre de la Conferencia, Margarita Asun · »ci on (I). Dnos momentos antes del ataque, estaba mi hermano J ose »en la vichara, y graci as que salio de ella y volvio a su easa; yo' es' »tuve al lado del eitado Biligan yel teriiente Anton (2); este ultimo ,salio con una' herida de consid eracion en la espal da, y yo ileso com' pletamente, gracias a la Providenci a; me eche a correr como nunca, ' yaun me he librado de una descarga de fu sil de unos moros que , venfan tras de mf y Anton, y de unos lanzazos. La fusi lerfa de di»chos moros era continua, y so lo se defendian, del pueblo, unos cinco » soldados, que despues huyeron hacia las concavidades de la Colina, • en donde se guarecio la mayor parte de la gente. Lu ego que los » moros se hieieron du efios de la poblaeion, emp ezaron a saquear las , casas de los paisanQs, sin que en ninguna de elias hayan dejado un » alfiler . Multitud de proyeetiles han pasado las paredes de la Iglesia »y Convento; en aquella profanaron las im agenes y estampas, asi »como otros objetos de piedad. Es de suponer, con algll11 fund amen· »to, qu e los chinos estaban en com plot con los moros, pues, ademas »de que no se les ha mol estado para nada absolutamente, estaban tan »impavidos durante la agresion y regocijandose de 10 ocurrido. Hubo »hasta quien ha ayudado y participado en el saqueo, el eual no I1eg6 »hasta mi, porque vivfa en la antigua Administracio n de Hacienda »con la familia de mi suegro, ausente en China. » EI 13' del indicado Setiembre, y previa junta que verificaron los »cab ecillas chi nos de aquel comercio, y en la que presid io el datto »Piang, pidieron aqueJlos a este, para que hiciera subi r a su rancheria »a mis padres, a mis dos hermanos y yo, y a la del datto Ali, a To»mas Vilo y a toda su familia, 10 que verificamos aquel mismo dia.

(I) Felipa Papa era una mujer piadosisima, celadora del Sagrado Corazol1, que, en compaiila de SliS hija s, no faltaba ningtm dfa a misa, ~l. no ser cuandd el ,a5ma y el reuma se 10 impedian. Parece 1 segun me baH ca ntado dos j6venes de Cotabato que es taban alii aqueJ dia, que al ver los \"ecino s que entraban los moras a saquear las casas, todo s huyeron . Vie nd o el marido de Felipa y sus hijos que no podia ella escaparse, por no pader andar, y que no habia tiempo para otra cosa, la de jaron en un rinc6n de la casa, cubierta de yerba, para no se r vista; pero los moros dieron con ella y la asesinaron. La misma desgracia sufri6 Margarita, pobre y tulI ida, a quien socorria la Conferencia de San Vicente de Paul. Restablecido el o rden aguel mismo dia, las encontraron muertas en sus casas y las enterraron el dia si guiente en el cemente rio; pero no pudieron hacer 10 mismo con Roman Vilo y demas, porque los moros los echaron al rio . . (2) D. Antonio Anton habia side segundo teniente del ejercito espaliol , yes natural de un pueblo qu e esta cerca de Sahaglll1 , en el reino de Le6n.

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»Excuso decir a V. R. con cuanta aspereza he mos side t ratados; pero » nuestra resignacion rue tal, que la sobrellevamos con toda alegria. »AI sexto dia de estar alia, dispuso de nuevo el citado Piang, mi reo > greso a Cotabato con mi madre , cuyo objcto es para que yo luga »entrega al Chino Celestino R. Alonso (I ) de to do 10 que tenga, que »10 verifique hasta del ' ultimo boton, 'asi como de to do 10 que tenIa »mi mujer; d e man era qu e todos, todQS nos hemos que dado sin ropa, »sin utensili os y sin nada absolutame nte, excepto ami muj er, a'luien »devo lvieron a lgunas prendas de las pocas que tenIa; desde entonces, »mi madre y Arsenia vivian de 10 que algunas personas caritativas las » proporcionaban, en cUJa epoca rue donde mas mercedes recibimos »de Dios Nuestro Sefior. Esto no nos afligio para nada; muy al con> tr~rio, todo 10 que t enia se 10 di d e corazon, y sin hacer salvar una »alhaja siquiera, aver si por este medio lograba la libertad d e mi pa, dre y hermanos; pero luego pedian a mi madre, con mucha instan»cia; dos mil pesos qu e , dice, teniamos en ahorros, segun los chinos, »y otros dos mil pesos que, dice, nos han dejado los Padres J esuitas, a >Ia evacuacion. Mucha dificultad nos costo inculcarles que ni tenia»mos aquella fabulosa cantidad, ni menos que nos hayan d ejado los »Padres dinero alguno, como aseguraban, porque dicen qu e 10 ha »visto el chino Buy de como mis padres 10 tr,i.ian del convento: lmi· > mente nos prometio la ya citada libertad de mi padre y hermanos a » la presentacion de aquel dinero ; pero nosotros, y en espeCial mi po> bre madre, apesar de las tibiezas, desaires , etc., no cesabamos de »rogar a Piang ya Celestino por aquellos seres tan queridos; por toda »solucion solo notibamos una jugarreta de parte de los mismos, pu es > Piang nos decia qu e se 10 pidieramos a Celestino, yeste a su vez nos »decia que ,t Piang, 10 cual habfa costado a mi madre algunos viajes »qu e habia h echo sola a la ranch eda de Piang. »Despues de un mes y medio, supi mos que al pobre Tomas Vilo »Ie dieron la libertad para poder bajar a Cotabato con su fami lia; pero , a la mitad del camino hicieron desembarcar a Tomas y a su cUl1ado »Gil y los asesinaron; a la familia la condujeroll a Cotabato (2).

( I ) A este chino , que es cristia no, Ie encontre yo ya de Gobernadorcillo de chinos el aiio go, Y sig ui6 siendolo ha sta haee un ano, e n que sal imos todos de alII.

(z) El dalO Diambangan, a1 pasar Tomas por el estero (rio) de Malampay, Ie esper6 : al ver Tomas que Ie iban a ases inar, pidi61es la gracia de pade r dar un

bcso

a su

h ijo; pero se la negaron .

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»A los tres meses y dos dias, 0 sea el 15 d e Diciembre, que es el »cuarto dia, despues de posesionada aqu eUa plaza por los am ericanos, »fu e eI asesinato de mi s cita~os padre y hermanos, qu e 10 efectuaron· »cerca de una ton-eta, qu e esta proxima a la Rancheria de Pian g , a »Ia desembocadura de un aflu ente. i Dios los haya acogido en su di»vinfsimo Corazon ! EI hecho 10 supimos al dfa siguiente por la misma »muje r de Celestino, e inmediatamente pedimos proteccion ;i los »Americanos, cuyo Gobernador nos acogio con la mayor prodigali »dad, ofreciendonos una d e las habitaciones del Convento, qu e pre" »ferimo s el Coro de la Iglesia para estar mas independi entes de ellos; »pues luego supimos que andaban buscando a mi madre y a mi. A I »cuarto dia de estar alii, fue cuando se presento ei Chuyyuca, con el »cual vinimos a Zamboanga . Aun aquf nos quC' rian segui r socorriend o "jas Autoridades Americanas; pero el hermann d e mi madre, apesar »de haber sufrido tambi en d esgracias en sus intereses, por los inci · »dentes ocurridos aqui, dijo que ya eJ se cuidarfa d e noso tros. No »pud e traer a mi mujer por falta de tiempo; pero la encarg ue q ue se »viniese en la primera oportunidad. »Me olvide d ecirle que al Ilegar a Cotabato, el I I del pasad o Di»cie mbre, el General con toda la fuerza d el destacamento, t uvo oca »sion mi madre de presentar una instancia a dicha au toridad, pidiendo »la ya anhelada libertad de mi padre y hermanos, quI' la g estiono sin »demOl-il alg una cerca ·de Piang, a quien desde a bordo d el Trasp orte >lWanzla se 10 escribio, asi como al Gobernador d e Cotabato para »que 10 interesase tambien; pero luego su pimos que Piang contesto »que ya les habian ejecutado, porqu e, dice, eran unos insurrectos, »cuyo inform e 10 apoyo el chino Celestin o. Bien ma nifiestam ente se »ve la mala intencion que ll evaba este ultimo, y 10 desagradecido »qu e es, pues lejos de reconocer el favor que Ie dispense de redactar , al gremio df' chinos la instancia qu e elevaron al Gobernador Gene»ral Americano, pidiendo la pronta ocupacion de aqu el pueblo, pro»curo con la mayor astucia, de qu e ninguno de mi familia firmase en »Ia que elevaron los naturales, no obstante haberlo yo tam bien redac»tado; as! es que, separadamente, tuvimos qu e pon er otra instancia, »en la que suscribieron mi padl-e, herm anos y yo . »No contentos con 10 qu e nos han hecbo, hace unos dfas recibi»mos carta de la muj er de Martin, qu e esta en Polioc, di ciend onos »que P ia ng pidio a nuestro encargado alii, las hu er tas y casas; en »aquelias cogleron todos los frutos y en estas todo el madenimerl .

- r60»Supongo que, adem as, hadn de las hu ertas 10 que hicieron de la »hacienda y ganaderia de Tomas Vilo, las cuales dividia en varias »partes el datto Piang, despues de cog.er hasta el ultimo grano de »palay que habfa sembrados, cediendo una parte al chino tal, ot;ra al »datto cual, esta para el, aque11a para el otro, en fin, hizo de la ha· »cienda 10 que Ie dio la gana, sin que la viuda haya podido obfetar »nada, so pen a de alguna otra traician. En cuanto a 10 nuestro, no »hemos. gestionado nada hasta ahora, pues to do 10 hemos puesto en »manos de Dios Nuestro Sefior y El nos 10 proveera y ayudanl. . He aquf, mi querido P. Suarez, las mil vicisitudes y desgracias »que nos han ocurrido, pero todo 10 hemos soportado por amor de »Dios, yen cada peripecia que nos ocurre, elevo el corazan al Alti· >simo y Ie digo: , Te Deum laudamus, Te Dominum confitemur, etc. > » Durante los tres meses que han estado cautivos mi padre y herma· , nos (dicho sea faltando a la modestia), hemos h echo toda clase de »mortil1caciones , y el haberme yo quedado si n nada, mucho me ha >favorecido para pasar aquellas, pues no me he desder1ado de ir por »todo Cotabato, descalzo, d escubierto y de la peor manera posible, »siquiera para parecerme, aunque muy remotamente, a nuestro inven»cible Capitan Cristo Jesus. »Si, Padre mio, hoy es cuando mas de cerca veo 10 pasajero .

• que es todo 10 que esta de tejas abajo, y efectivamente, lay de »aquel que ha depositado todas sus esperanzas en este mundol ... mas » JCUan consoladora es aquella hermosa oracian d e San Ig nacio que , empieza: , Tomad, Senor, toda mi memoria>, etc.1 >IY que Ie dire a V. R. de mi padre y hermanos? Durante todo »el tiempo de su cautiverio, han pasado mas tiempo orando y m edi»tando, de un modo admirable; asf es que Dios, para mas merecer, »Ios habra sacado d e este mllndo de una manera m as semejante po> sible a su sacratisima pasion y muerte. Este es el gran consuelo • que nos anima, porque ya habran pasado en est~ mundo su purga» torio. Yo no he tenido la misma suerte que les cupo a e11os, y cs »indudable sea por mis much as imperfeccion es, que me han hecho »indigno de alcanzar la g loriosa palma del martirio. A mi madre y »hermana las yeo tambien ,una conformidad envidiable, y mas fervo»rosas, como nunca. A todos nos ha causado un grandfsi mo sola7o »Ias consoladoras cartas de VV. RR. j Ojala Dios N. S. nos conceda »Ia gracia de ver de nuevo estas antigua, Misiones por VV. RR . ! y, »cuanto mas antes, mejor.

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»Mis resp etuosos saludos a todos los PP. y H H. , teniendo el pla »cer de decide, qu e a cuantos han estado en aqu el di strito de Cota»bato, los acuerdo much isimo ; y agradeciendo infin ito por leis sufra> gi os que han hecho por mis inolvidables padre y hermanos, sabe »V. R. qu e Ie aprecia de verdad su antiguo feligres y humilde S . S. »q. b. s. m .-'"Fi!oteo Ventura . , P. D.-Me permi to sup Iicar a V . R. ofrezca una misa por los , difuntos A lejandro Garcia , y sus hijos Jose y Amado, Mig uel San»tiago, Tiburcio Garcia y Rom an Baltasar, a qu ienes les prometi asi >en sus postrim erias, a las que asistimos Jose,- Martin y yo . » Basta aqu(, R. P., la carta de que h e hablado. P ero veo qu e e~to se va haciend o demasiado larg o p ara V . R . y para mi, gu e 10 he de escri bir y aun no estoy a la mitad. O mitiend o, pu es, otras cosas de edificaci6n, paso a copiar dos cartas, espe cialmente edi fi cantes, de la hermana de Filoteo, A rsen ia V entura . Dice la pl'im era: «Cotabato, 19 de Noviembre de 1899 . -R.P. Baltasar F errer (I ). »Mi apreciable y respetado Padre: Au ngu e no hay ningu na opor»tullidad para esa capita l, ni para nin gun o otro punto , p ongo a V _ R . »esta carta, por si Di os N. S. guiere qu e se asome por aqui alg un >barco . D esde el JO de Setiembre, dia aciago , que el datto Piang , »por medio de tIn a traici6n, tom 6 este desdichado pueblO', no pu edo . contarl e a V . R. gue hemos pasado un dia bien, y, gracias aDi os, • gu e en toda mi familia no ha habido desgracia personal. R ecuerdo • perfectame!!te que agu el dia, gue era domi ngo, fui aun a la iglesia »para rezar el Rosario, sin sosp echar en 10 mas minimo, gue cada »grupo de moros gue encontraba en la calle, eran para atacar aqui > mismo; pues, no se 'q uien, si eran ell os mismos, hici eron correr la • noticia qu e estaban agu i de paso, pues irian a atacar al datto Bagui ,en Parang, para cuyo efecto pidi eron al infeliz D. Ro man Vilo >(g . e. p. do) algunos fusiles y caja de p61vora, los que han sido en»tregados al momento, asi como canones y algunos otros fu siles mas »algunos dias antes. > La cosa sucedi6 co mo a las doce del dia. E l datto Ali , gu e era • como el Genera! en Yeje, pidi6 entrevista 6 bichara al pobre Vilo, , (I) Co mo ve ra V. R. par la feeha , a t esc ribi r es ta aun no hab fa n as esi nado al padre y hermanos Ve nt u ra .

I I

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»con el pretexto de despedir3e; cuando estuvieron reunidos [rente al , Convento, alii es donde Ie di eron el tajo a dicho senor y a su cu· » nado Ortuoste. Dios no ha querido que muriese Filoteo , pues tam· »bien el ha estado 0 ha querido estar en la bichara, y como no podia »dar un paso en aquel sitio, por el grueso cfrculo de moros, se deci»dio-pasear con D. Juan Anton, espanol; a este Ie alcanzo un tajo, y »a Filoteo Ie perseg uian, y Dios, qu e es tan bueno, hi zo que no Ie , tocara ni un proyectil. Cuando el pueblo rue tornado, procedieron »al saqueo, no dejando -en las casas ni un alfil er. En la nuestra, es· ,hindonos aun, ya bajaban las sillas, baules, camas, etc. I Que dia, • Padre mio!; cada vez que me acu erdo, me estremezco de horror: »un moro querfa darle un tajo a mi padre; pero otro, medio conocido »n'uestro, se 10 impidio, rcprendiendole. Los chinos, son chinos; son »complices de esta [alacia. Piang ll ego dos horas despues, haciendo »e l qu e no sabe, dando la orden de qu e devolvi eran las cosas toma»das por los moros; es verdad que han devuelto, pero sin las cosas »mejores , y sin los cuartos y alhajas; todo 10 que era butauan (oro) »no ha sido devuelto . E l dia 13 de dicho mes, Piang regreso a su » rancherfa, lIevando en concepto de castigados a mi padre y herma»nos y mi madre, que se emp ell0 en ir con ellos; yo me qu ede en »casa de la suegra de Filoteo; mi padre suplico a aquel datto bandido »que me dejara, porque estaba mala; sin tener otro delito, Padre »mio, sino que ten(a\TIos 3,000 pesos, pues asi half denunciado los »chinos, diciendo que nos habian sido entregados por los PP_ J esui»tas, dias antes de la evacuacion del Gobierno espanol, y otros mil, Hegalados por dichos PP_ Ante calumnia tan vii, no pudimos conse»guir nada de la libertad de mi padre; antes , al contrario, amen a»zando de qu e si no aparecia ese dinero, qu e no podrian bajar a Co»tabato. Nosotros 10 ponemos to do en la voluntad santa del Senor; »no querian creer por ningun concepto que no teniamos dichos 4,000 » pesos. »EI '9 de dicho mes, por indicacion del Capitan de Chinos, Ce»Iestino R. Alonso, bajo mi madre con F iloteo, yentre las autori»dad es mora y china, requisaron los dos unicos baliles , que salvaron »del saqueo, pOI' haber sido pu estos de antemano dcbajo de Ia casa »donde me quedc, y no encontraron ni dinero ni alhajas. Celestin o »cstuvo entre la espada y la pared; viose muy comprom etido: enton»ces se apoderaron de las alhajas de Filoteo y de su mujer; estos no »han sido saqueados, porque viven con su suegra, y las casas de los

16 3 > chinos

no las han to cado los moros . No solo las alhajas, sino tam» bien las ropas, porque decfan que Piang las qu eria vc r nada mas . EI » 2 de Octubre subio mi madre de nu evo a la rancheria, Ilevando to»dos l os b ultos, y esta es la fecha qu e aun no nos h an dev uelto los »baules. EI de la muj er de F iloteo !levo Pi ang aqui, cu ando bajo; »pero ha quitado todo 10 mejor que en contro; 10 mismo digo en e) , mio; gracias qu e pud e conseguir que me devolviera mi devocionario > y mi rosario, unicos que tengo en mi poder. No se que es 10 qu e »habran hecho de mi caj ita de estam pitas, la que han visto el P . SuaHez y el P. R amo . H emos qu edado, Padre mio, con 10 puesto en el > cuerpo y sin un centimo, y, gracias a Crisanta , que es la qu e nos , pro vee de to do 10 necesario para el com er, de la que no esperaba· »mos esta caridad ; p ero los amigos verdad eros Itan Imido; no hay »amigos en la adversidad. »E l mismo dia 13 subio tam bien D . T omas V ilo con toda la fa»milia, pu es asi han exigido los dattos Piang y Ali, no consintiendo • dejar el ultimo baul; pero al pobre Ie desti naron mas arriba , en e l . Reina R egente, residencia de A li, sin tener, asimismo, otro delito »qu e el haber resistido a la partida que mandaba el datto Diamban> gan. EI 6 de Oct ubre 10 mataron en la rancheria de este datto; idea · Hon una estratag ema: Ie dijeron Piang y A li que ya podia regresar »a Cotabato; pero D iambangan 10 esp eraba en Matampay, y alii 10 • mato alevosatnente, arrebat<indole de los brazos de su familia, que , no Ie dejaba : murio con el, su cunado Gil E strella, quitandole la »haci enda, la sementera y el ganado . Ultim amente, Ie dire que los »chinos estan cometiendo abusos - de los moms ya' no dire mas > exigiendo a las pobres muchachas fi lipinas que se casen 0 con moros »0 con chinos; la pobre N ., hija de N . N ., se caso a 10. .. no se . . .

• con el chino L u-L ac (1); a las chinas sol teras no las tocan, esperan , qu e vengan los americanos para hacerlo form almente; a mi no me , tocaron aun, y tal vez no se acu erden del santo de mi no mbre, de »10 que doy infi ni tas gracias a Dios. »E sta carta es b orrador , pero ha entrado esta manana un barco 0 »vapor , y hago esta origin al. V. R. me dispensara ' la manera como »escribo, p ues tengo a(mla cabeza hecha un bombo. En el momento »que escribo, tengo la di cha de tener a mi lado a mi madre; ha ve( I ) Esta po bre muc hacha te ndra ahara unos 14 aii os . Su padre la c uidaba lTIll cho y, a no ser pe r es ta desg racia , podia promete rs\! una buena cD locac ion.

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> nido

de regreso hara un mes, de la rancheria d e Piang, a don de ha visitar a mi pobre padre y herma nos, y pi ensa ir otra vez . »L es suplico a ustedes con toda mi alma, nos recomienden a los , Americanos que vengan pronto . EI pueblo entero de Cotabato 10 »esta deseando con mu chisima .ansia, puesto que aqui estamos todos· »muriendo de hambre. Si ustedes quieren h acernos .Ia caridad de »mandarnos 10 que qui eran, Dios N . S. les pagara con creces. Todas »Ias mujeres de aqu{, nifias inocentes, no tienen siquiera que cambiar »Ia ropa en el cu erpo. El Senor nos tenga de su mano. »Si ustedes pudieran hacer todo 10 posible para sacarnos de aqui, »cuanto nos alegrariamos y darfamos gracias a Dios . Las imagenes »de la iglesia de aqui han hecho los moros todo 10 qu e quisi eron; las »de Polloc no ha n movido; pero han quitado las coronas y rosarios de »Ia Virgen y el Nino, asi como la bandera del S. c., regalo de los »sel10res de Quintas. »Ruegue , Padre mio, por todos nosotros, por la Iibertad de mi »padre y hermanos y no nos olviden: no se 10 que escribo, pero usted »es muy bueno, y ya me perdon ani.-A la Sagrada Fami lia'les debo »muchos favores, al Santo Angel de la Guarda-ya dir.emos otro dia »de esto, Dios mediante; - q ue el bu enisimo P . Suarez no me olvide , »aSl como el P. Ramo, P . Barber y todos los PP. Encomiendennos »al Seiior y cuenten con las pobres oracion es de su afectisim a y h",»mild e hija en el S efi or.-Arsenia Ventura de Saavedl'a. > > ido ~

La carta que me qu eda por cop iar es de la misma joven, y ~ n esta, mas q ue en la anterior, echara V. R. de ver su bu en espiritu .

Dice asi: <Zamboanga, r 3 de Enero de 190o. -RR . PP. Mariano Suarez »y Baltasar.Ferrer. - Mis muy respt tados y apreciabl es Padres mios: »R ecibimos sus cartas con fecha 27 de Dici embre, que sirvi eron de »Ienitivo a nuestro profundo dolor; tuve que leerlas repetidisimas »veces y no conclula: llonibamos mi madre, Filoteo y yo . E n efecto; »el Sagrado Corai6n ha querido pro barn os si ciertamente Ie amaba»mos, y, para dar pru ebas, es necesario darlo a conocer. D esde el »momento qu e supim os la mu erte violenta de mis pobres papa y »hermanos, en medio de nu estro llanto, Ie decfa: SeI1or, luigase tu »voluntad santa , pero te suplico los acojas amorosamente en tu seno, »y ya que no nos fu e posible volver a reunir en este mundo, haz qu e

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, reunamos en otro mundo mejor, qu e es la Gloria; pedf tam bien por »el instrum ento de nuestras desgraci as (los chinos), para que el Senor , les perdonase, y ver si esta accion puede servir a aquellos en sufra,gio; pero i de que manera? 10 hice con mucho esfu erzo, y confieso ; francam ente fu eron palabras dichas con la boca, y no con el <cora· t zon; pero el buen J esus, que conoce la flaq ueza humana, ya me , disp ensara y -hara que 10 repi ta con fr ecuencia y muy de veras; y »ademas, papa me encargaba, estando ya cautivo, en sus cartas, qu e ' a los que nos qu erfan mal, demostrasemos mucha a mabilidad; asi es , que me p ongo triste, porque muchas veces me vien en deseos de > venga nza, y mucho mas cuando of a mi madre pronunciar ll orando , cDios no duer me , ya p agar dm; pero ella ha p erdonado, y es buena , la pobrecita mfa, solo que el dolor la vu elve loca y no sab e ni pi ensa »10 qu e dice . E sta muy conform e, asi co mo Filoteo ; en medio de > todo , es prueba muy evidente qu e el Sellor se vale de las tribulacio· »nes para hacernos mas bu enos, mas santos, mas mortificados, y mas > g enerosos para con El y con projimo . I Bendito una y mil veces su . Santo N ombre ! ique importa, como carinoso medico que es, que >nos aplique p urgantes y medi cinas repugnantes y am arguisimas, si >-desp ues nos'vere mos llenos de salud y de vida ' »Todas mis mortificaciones, mis po bres su pl icas, mis leves peni»tencias , (aun qu e sea un a inmodestia el decirlo), eril n para pedir a la »Sagrada F alJ1ili a por la pronta y anhelada liber tad de mi padre »y mis dos herm anos, si asi convenia para mayor gloria de D ios y »salvacion de nuestras almas; y , sino, para que les asistiera en sus »ul timos momentos, si esta era su voluntad Santa, y asi murieran de »la manera como El quisiera , y no dudo que ha ofdo mis ru egos . »Aquellos 'p or su parte no ten ian ya ninguna esperanza de volver a >abrazarnos, y estaban muy conformes . Dios quiera que durante »aqu ellos tres meses, tan amargos, les hayan servido de p urgatorio en »este mundo 0 en este valle de Ligrimas . >Mi padre me escribia que estuviera mu y contenta, porque else »hail aba completamente cambiado , que ya no era malo iPobrecitol ... > y que pasaban, entre los tres, mas horas en rezar, que en hablar: »han ofrec ido novenas a la Sagrada Famili a, a S. Francisco J avier, a »la Purisima Concepcion, con su correspondiente com union espiritual, »sin con tar otras devociones, y asi por el estilo, sin desperdiciar ,el > tiempo hasta media noche, y estaban en preparacion para la nove na > del Nino J esus, que d.eb ian emp ezar el dia 17, para 10 cual me es·

-

.66 -

' cribieron con E'I fin de que en esos dias umeramos nuestras oracio»nes pidiendo a EI 10 que mas convenga, cuando les sorprendio la »muerte, que fue el dia 15 de Diciembre . No dudo que deberan »haber celebrado en el Cielo. 1 Cuanto habran pedido por nosotros, »en especial por mi, por su hija predilecta, como me !lamaba, apesar >de ser la peor de sus hijos, para que me conserve sin mancilla, como >el me recomendaba eficazmente en su ultima carta, la cual conservo >como oro en pallo 1 Y de Martin, ique Ie dire? se habia vuelto fervo»roso; no sen tia morir, con tal qu e sea al lado de mi padre; pues »ambos se recol1ciliarol1, y Dios permitio que mueran juntos, ya qu e »han tenido la desdicha de vivir separados en mas de un allO ( I). Jose »no dudo que tam bien muri6 como un santo; era el qu e consolaba a »papa y a Martin, y les edificaba mucho, recordando las historias de »Santos que vienen al caso; 10 unico que siento es, porque han »muerto sin haber po dido recibir los Santos Sacramentos. IComo los »habnin tratado los moros en los liitimos momentos I ... pobrecitos, si »me acu erdo, no me puedo contener las lag rimas; no hay duda que »estarian indefensos, humildes, muy conformes, acordando de nos>otros iY despues de mu ertos ?.. _ pisoteados, como unos obj etos que »estorban; los crucifijos, que cada cual tenia pendiente en el cueIlo, »habran sido profanados; a la verdad, no quisiera acordarme, pero »necesito desahogarme iY a quien? ... a mi madre, no pu ede ser, ni a ,Filoteo. No me pasa un dia sin !lorar, aunque ocuitamente, y por >mas que me contengo, al parecer no tengo remedio. No se que es 10 »qu e me pasa, que algunas veces no tengo humor para nada, ni para »rezar; ya no he hecho el exam en particular ni otras devociones; me »voy vol vi en do debi l, y todo me cansa; la lectura espiritual la saco »del Ancora 6 de algu n devocionario, pues mi libro [",itacio/Z de »Cristo, se 10 lie varon los moros. Si VV. tienen uno, mandenme, y »Dios se 10 pagara con creces .

• L es agradecere a VV. RR. me escriban si empre , pues me sirven »de mucho consuelo sus santos consejos, y, como ya les digo, me voy

(1) Martin pretendi 6 casarsc con un a joven de Polloe; pero sus padres Ie negaron el per m iso , no par raz6n de la muchacha, sino de s u madre, la cual, decian eilas , que cuando joven habi a dado qu e hablar, y par 10 tanto , aunque 1a hija fuera buena, era para elias una de shon ra. Tod os los Misioneros trabajamos en el asunto, para obtener de los padres de l\brt!n el consentimiento; ma s no 10 pudim os consc guir . Cuando cl joven lleg6 a se r mayor de edad, cas6se can ella, a di sgusto de sus padres, y par esta ra z6n viVI an se parados .

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167 -

»volvi endo debil; me dejo dominar de la tristeza; no se que hacer »para huir de un tan feo vicio. »En la ultima, que escribf por el Surig"ao, les deda que yo no » estaba en la Iista de los casamientos de chinos, y era porque no 10 »sabfa. La Purfsima Concepcion me ha salvado y a las demas jove· »nes; ofred a tan Celestial Senora una novena por ellas y por mf; me »da horror con solo pensar, que despues de N. N ., yo estaba desti»nada a ser la segunda vfctima de los caprichos salvaj es. »Aquf, en Zamboimga, estamos casi bien; vivimos en casa de mi »tio; vinieron a vernos varios de Cotabato y Polloc, qu e aquf se »quedaron; entre ell os Lorenza y su madre, que estan bien de salud .

• Hable su encargo ·de V., P. Ferrer, y estan agradecidas. Lorenza es »fervorosa como siempre .

• Agradecemos a VV., y a todos los PP., en especial aIR. P. Suo »perior, las Misas que han aplicado a mi padre y hermanos. EI Sefior >les recompense tanta caridad; nosotras, por nu estra parte, no les »olvidamos a todos en nuestras pobres oraciones. Al bu en P. Barber »tambien Ie agradezco mucho, y al P. Bennasar; Dios se. 10 pagara »tanta caridad. Si Ie escriben al P . Ramo, no Ie dejen de dar muchos »recuerdos. No ·se si han sabido que Alejandro Garda, sus dos hijos »y suegro han muerto en Cotabato, porque han resultado ser compli· »ces de los moros para la agresion de Cotabato, a qu'ienes facilitaron »armamentos, etc . (I), pero han muerto arrepentidos los pobres, en es»pecial Amado Garda, que encarg'o a mis hermanos, les escriban a los ,Padres que el murio con la m e ~alla de la Congregacion (q . e. p. d.). »Mil gracias por Ja estampita del Nifio Jes us, mi ConsoJaclor, a »quien pido me conceda la dicha de poder encontrar en el Cielo a mi »padre y hermanos y a toda la familia reunida. »AI salir nosotros para esta, Paulina se marcho tambien a Polloc, . »y me escribio que todo 10 que allf tenemos se apoderaron Jos chi• nos y moros; no h emos h echo ninguna reclamacion, ni mi madre »piensa hacerla; 10 ponemos todo en manos de Dios N. S., sea 10 »q ue E I quiera. No puedo continuar mas. Filoteo que escribe a V. , » P. Suarez, ya Ie con tara 10 ocurrido en Cotabato .

• Pidan siempre aN. S . nos de mas conformidad, EI que nos ha »dado pruebas de que no nos abandona. En Cotabato, durante (I) Se refiere a ul)a ag resi6n anterior. Los ll evaron presos .1 Cotabato, yall[ los fusilaron durante el gobiern o de Rom an V ito.

-

, 68 -

»aquellos tres meses, hllbo dias et", q.u e no teniamos un centimo; mi »madre y yo nos mi" aba mos mlituamente y con forzada sonrisa, pues > ambas procunibamos disi mular; tenia mos confianza en Dios, qu e no ) pasariam os aqu el d ia sin com er, y , efectivamente, no fa ltaba una » persona cari tati va que nos alargaba (sin p edir) media pesetilla . »Encomiendennos en sus fervo rosas oraciones , qu e nosot ros no > les olvi damos en las nuest ras, en especial en las de su affma . y hu»milde hija en el 5ag rado Coraz on de J esus. - A rsenz'a Ve1l tura »Saavedra. » No dudo, mi muy amado P . Provin cial, que la lectura de estas cartas Ie habra dado motivos para alabar a Di os N: 5 . ICuantas alm as , como estas , habra esco ndidas en estos rincones de Fili pinas ! Ellas at raeran las bendicioll es de Dios N . 5. sobre este desd ichado pais.

5 e encom ienda en los 55. 55. y 00 .- de V . R . este su siervo en Cristo , MA RIANO SUARE Z,

5. J.

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II

INSTANCIAS DE LOS PUEBLOS

Documento num ,

1.

CARTA DEL GOBERNADORCILLO DE CAR AGA ,

, TRIB UNAL DE CARAGA.

R.

P. Superior:

Adjunto tengo el honor de elevar a las respetables manos de Vuestra R everencia la adjunta acta, promovida por la pr-incipalia de este pueblo, en suplica para qu e vuelva , 6 vu elvan, a residir los Padres Misioneros de esta residencia, en vista de hallarse tranq uilos estos pu eblos.

Dios guarde a V. R . muchos afios.

Caraga,

1 .0

de octubre de 1899 .

EL GOB E RNA D ORCILLO,

Ciriaco de f a V eg(l.

Al R. P. Superior de la Misi6n de Jesuitas de Manila .â&#x20AC;˘ III

Documento num .

2,

A CT A- I NS T ANC I A DE LA PRINC IP A LIA DE CARAGA

, ACTA En el pueblo d e Carag a, a primero de Noviembre d e mil ocho· cientos noventa y nueve , reunidos en J unta, en la Casa Tribunal, el Gobe rnadorcillo y d emas p rincipales, se acordo y discutio sobre la conveniencia de qu e los R everendos Padres Jesuitas vuelvan a la Mi· sion de este pu eblo, H echo esto pr e~e nt e al pueblo en general, se h allaban todos con· formes con el parecer y determinaci on de los principal es, qu e es el q ue se eleve in stancia al R everendo Sup erior de la Compania, en suo plica de q ue el R everendo P ad re de la Mision de este pu eblo vu elva para ej ercer su sag rada mision, y, qu e d e ser posibl e, 10 sea el R eve · rendo Padre Manu el Valles, como ldtimo Mision ero que hemos te nido , si n que por ello se desprecie la venida de otm, si del citado Padre Valles no fu ere posible su venida, D ebemos hacer presente, para p ermitirnos la l!am ada de los Padres , el q ue, tanto en este pueblo, como en los demas d e la com· p rensi on d e la Comandancia, se ha normali zado y r establ ecido el ord en, alterado por el alzami ento de Prudencio Garcia, qu ien, en la actu alidad, segtl n las tl ltimas notici as adquiridas , y qu e se tienen por ciertas, se encu entra en Surigao, pero sin fu erzas; y el vecindario todo de este pu eblo, se comprom ete garantir la persona d el Padre, 0 Padres qu e fu eren destinados, maxim e que, en la actualidad, se nota IV

la ausencia de los Padres , y los consideramos necesarios para recibir sus buenos consej os, as! como para efectuar casamientos , bautismos y asistencia a los en fermos, de 10 cual carecemos.

D e la benevolencia de V uestra Reverencia esperamos ser complacidos, y, de ser de la competencia del Gobiern o de los Estados Uni路 dos del Norte de America, tam bien Ie supli camos 10 haga presente al representante del Gobierno en Manila, a lin de que se nos conceda la petici6n que este pueblo, con esta fecha, Ie elevamos .

Caraga,

a J . o de' octubre de路 1899 .

EL GOBERNADORCILLO,

Ciriaco de la Veg'a.

Los PRINCIPALES: Teodorti:o Peelton. - Nazario de los Santos.

-Leou Balante . - Paterno Reyes. - Policarpo Balante. - Basilio Ferrando. - lll{ariano Sobrecarey . - Paulino Sobrecarey. - Cosme Pal路 magi!. - Lucas Lubasan. - Gregorio A!var. - D01lZUlg'0 Ronquillo.P. Cabrera. - Bruno Ag'ui!on . - S"basticin .Ferrando. - Dalmacio Ferrando . -e lll{e/ecio Reyes. - jjl{ollico Agui!ar. - Pedro A!var .> Es copla.

Pio PI, S. ] .

I'

Docum ento n u m . 3 .

INSTANClA DE LA PRl NCl PA LiA DE MAT I

ÂŤMuy R everendo Padre Superior de la CompaI1ia de Jesus: Los principales de este pueblo de Matti, en Mindanao, reunidos en Junta, y en representacion de todos los vecinos del mismo, han acordado 10 sig ui ente : 1.0 Dirigir3e por medio de la prese nte a Vu estra Reverencia, suo plicandol e la vu el ta a esta ' Mision de uno de los Pad res de la CompaIlia, que con tanto aci erto representa, y, de ser posible, 10 sea el R everendo Padre Gregorio Paj-ache , como ultimo Misionero qu e hemos t enido.

De la seguri dad personal del Padre , 0 Padres , que se nos remita, responde este pueblo, donde, hasta la fecha, 110 se ha alterado el orden en 10 mas minimo.

2. ° Rogamos tambien a Vuestra Reverencia, de no servirl e de molestia , influya cerca del representante del Gobierno de los Estados Unidos del Norte de America, para que nos envie a esta Co mandancia una Autoridad, comprometiendose, asimismo, este pu eblo en ayudarle con las pocas armas de que dispo ne, si llegase a alterarse el orden.

No dudamos de ser servidos, y con tal motivo nos atrevemos a dirigirnos a V. R . pOI' medio de la presente, que levantamos en Matti a primero de noviembre de mil ochocientos noventa y nueve .

VI

Francisco Rojas. - Manud G.a Neila . - Trallquilillo Bandigan .

- iWatias Calompag. - Perjecto Antonio.- Andres Rojas.-Anastasz路o Quilab. - Jose Limente.- Catalino Gasendo. - Gregorio Bandigan . - lItIartin lIfarnuda . .....:. Buenaventura Llanera. - Bernabe Vice/Z路 tillo. - Domingo Limmte. - Bom/ado Canjilog. - Luis Huerta .> Es copia .

Pio Pr, S.

VIr

J.

Documento num. 4

i NSTANC IA DE LAS

AUTORIDADES Y VECINOS

DE DU MAGUETE

芦Muy R everen do Padre Superior: Los qu e suscriben, vecinos del pueblo de Dumaguete, cab ecera de la provincia de Isl a de Negl'Os Ori ental es (r), por sf y en repre sentaci6n de los habitantes del mismo, a V . R . , con el mas prof~ndo respeto, exponen : Qu e, restablecido el orden, y normali zada la situaci6n creada por los ultimos acontecimi entos, han cesado , a mi juicio, las ca usas que pudieron motivar la salida de los R eligiosos de sus respectivas parroquias, y qu e siendo grande, a la verdad, Muy R everendo Padre, la pen a qu e estos reli giosos pueblos experimE'Iltan, al ve rse privados por tanto tiempo de los auxilios espiritual es; por tanto, acud en hoy reverentes a V. R ., en solicitud de qu e se digne proveer a este pueblo, falto de todo espiritual socorro, de Padres j esuitas, qu e ati endan el remedio de sus necesidildes.

En este mismo sentido se dirigen los exponen tes al lltmo. y R everendfsimo Serial' Obispo de j aro , a cuya di6cesis pertenecen estas parro quias, y, asimismo , elevan una instancia a la Superior Autori 路 dad del Archipielago, suplicandole ordene a sus subordinados, no pon gan impedim ento alg uno, antes bi en favorezcan, cuanto este de

(I )

Este pueblo no formaba parte de las Mi si ones de la Compaliia de Jesus.

VIlI

parte, a los Religiosos qu e vengan a hac erse cargo de esras parro· quias, ya qu e esta medida ha de ser en extremo ventaj osa a los pu eblos , y ha de redundar g randemente en bi en y prosperi dad de sus habitantes.

Dignese, pu es, V. R. acceder la Sllpli ca de los recurrentes, com o asi 10 esperan de la magnanimidad y caritati vos sentimientos de V. R., cuya vid a guarde Dios muchos alios.

SIJ

Dumaguete, r 6 de noviembre de r899 .

EL P RESlDENTE L OCAL,

Prudellcio l11ari1l0.

J uan Tevez . - Gerardo Periquet. - Agripiuo Boz . - Juan P u· cuI. - Alejandro Calada . - Timoteo Regalado . - lll artin 11lasias .

- Catalillo Pin iii. - Alf01lS0 Si1ldio1lfJ . - Bias A1IIistad. - Jos e V. Ttvez . - lvla lluel Tevez . - Emilio Dias . - Fernaudo TellOI' .

- lVfa riallo Ausc1Z . - A ruego de Pedro Bucad, Fernando Ten or .

- A r uego de Cornelio Jl![0 11lop a, Em ilio Dias. - Pastor Valeriano .

- kfarcos Ralllas . - Pedro Orb(ta . - Viunte Amor . - Elpidio A mor . - ' Juan Lasola. - Doroteo Tevcz . - Be'l1ig lZo TtVfZ . - Julimzo Latall. - Feliciano N oble. - lll ag llo Ge7Ieroso. - R rl1ll lm Pastor .

Muy Reverendo Padre Superior de los Padres de la Compaflia de Jesus .• E s copia .

Pio Pr , S.

I~

IX

J.

Documento num. 5.

INSTANCIA DEL GOBERNADORCILLO Y PRINCIPALES DE BAGANGA

芦En el pu eblo de Baganga, distrito de Matti, de la Isla de Mindanao, a 20 d e noviembre' de 1899, reunidos en junta, con la autoridad del mismo, toda la principaifa, en representacion del pueblo , acordaron levantar la presente, de la cual se saca copia, y, en forma de instancia, elevarla al R. P. Superior de los Padres Jesui tas en Manila, puesto que, en la actualidad, ignoramos en esta cual sea el Gobierno de las Islas: Muy. R everendo Padre Superior: debido a la situacion precaria pOI' que este pueblo atraviesa, as! como todos los del distrito, humil路 demente Ie suplicamos que haga vuelva a esta Mision el Reverendo Padre Mateo Gisb ert, y, a no ser posible, otro de Ja orden, con 10 cual r enacera Ja alegria, animacion y bienestar de que este pueblo carece, y con eso seguira la conversion, Jos recien convertidos se alianzarfan mas, y hasta con seguridad los inliel es no cometedan los atropellos y d esastres, como el sucedido eJ 2 de Setiembre ultimo, d e los que han sido vlctimas 63 personas, 6 cautivos y unos 40 nuevos cristianos alzados . .

Tambien deseadamos que V . R. influyese que, al mismo tiempo que el Padre, viniese a este distrito una autoridad reco nocida, para que, en union d el citado Padre, aunque en distinto sentido, nos hici ese ciudadanos (,tiles aDios y ala Patria. x

Si, debido a las circunstancias, y a ciertos elementos discolos, el orden de este pueblo se artero; hoy, gracias a la desaparicion de aquellos, hay completa tranquilidad, y si algo Ie perturba, es el temor de alguna nu eva invasion, por las cercan{as de los infieles mandayas .

Escepto de esto, respondemos con nuestra exi s~encia por la del Padre, as{ como de la de cualquier Autoridad que por el Gobierno se nombrase para el de este distrito, y respondemos tambien de alimentar al Padre y H ermano, caso que a la Autoridad del Archipielago no Ie fuese posible 0 conveniente hacerlo.

Que para bien de la Cristiandad Ie conserve Dios la vida pi den estos sus hijos, EL GOBERNADORCILLO,

,

Felipe Chaves.

Los PRINCIPALES: Nzcomedes Apostol. - Estanislao Alvar.Eugenio Orjanil: -Cleoftis Perez .-Regino JlrTultoallan.-Bibiallo Ba#ngana. - Benedicto Rosario. - Ma.rimilÂŁano Palmagtl. -- Gregorio lI!forales.-Bibiallo de la Salde. - Leoll bnoy . - Angelll!forales.Âť

Es copia.

Pio Pr, S.

J.

Documento n um. 6 .

(NFORME DEL C OMAN DAN T E DEL DISTR ITO DE M INDANAO Y JOLO SO BRE LA VUELTA DE LO S

PP .

M I SI ONEROS

AL SUD DE MI NDANAO (I).

«L os pu eblos ocupados pOl' las fu crzas A merical'?s en el Sud d e Mindanao, a fin es de D iciembre de este aiio de 1899, a saber, Zam · boanga, Isabela de Basilan, Cotabato, poroc, D <ivao y Mati, pidieron con instancia al Jefe de las fu erzas que les procurase la vu elta d e los Mision eros J esuitas a los pu estos qu e antes tenian, fu ndando su petici on en el d eseo d e la gentp, d e tener, como antes', los acostum brados c ultos en las ig lesias, bautismos, casami entos y enti erros,- al1adiendo, ademas, que la prese ncia d e los Misioneros serfa una garantia para la paz y tranquilid ad d e los pu eblos, tanto mas, cuanto qu e los Misioneros estan en bu enas relaciones con los Moros y tamb ien con los Indios, cuyas necesidades co nocian perfectamellte.

Mani la 27 de Di ciembre d e 1899 .

Soy d e V. con el mayor respeto, etc.

J. C. Bates

(hay una nlbl'ica)

Brig. Gen: de Vois .

Comand . d el Distr. de Mindanao y Jolo .• Es copia.

Pio Pr, S. J. (I) Es traducci6n del origina.l ingles. Lo prc sc nto 31 R. P. Superior de la Misi6n el Gcncf.:l.i B:ncs, poco dcspuc!s de h,'lbcr tomado poscs i6n del Sur de J'v\indanao.

XII

Do cumento s nlllll s. 7, 8 Y 9 .

I NS T ANC I AS Y ALTA DE LA J UNTA DE AUTORIO,\DES Y PRI NCI P,\LES VECI NOS DE

«Divao,

2 -1-

de Enero de

DAvAO

19,)0.

R. P. SU}Jerio r de los J es uitas. Mal) ila.

Muy se nor llu estro y respetado Pad re: En nombre del pueblo de Davao tenemos la honra de dirig it· a V. R. la prese,lte, al objeto de manifestarle que , habiendo reunido los veci nos principales y pud ien · tes de este pu eblo en esta presid encia , acor d ~ron suplicar a V . R. se nos envie al R . P . Mateo Gisbert, It otro Padre, en defecto de este, d ~ esa Benemeri ta CompaIifa, pu es convcncidos todos qu e ningLtll otro pu ede dar bue n resultado a la Mision, como los Jes uitas, por su desinteres en benefi<;io de las 'alm as y de la Religi on; por 10 que se firm o upa acta, comprometiendo se todos a soste ner al Cura qu e va a ser en este pu eblo, hasta tanto que el Gob iern') Americano d isponga, a cuyo fin dirig imos una sol icitud en forma; cuya acta remitimos directame nte al R. P. Mateo Gi sbert para que se Ja cntregue a V. R .

EsiJeramos, pues , del magnanimo corazon de V. R., se sirva reso lver 10 mas pronto posible en nombre de nuestra sa crosanta reli · g ion y bien de las almas, pu es es el voto d e todos .

Aprovechan es ta ocasio n para ofrecerse de V. R . afectisim os

S. S. S. Q . 13. S. !VI.

DdJllaso SlIazo.-Tcodoro Palma Gil.»

•

Es copia.

-

1'10 PI, S. .xU t

J.

•

,INSTANCIA

~,~

, Davao, 24 Enero de. 1909.

R , P . Mateo Gisbert. Manila.

N uestro respetado Padre: Habiendose reunido en esta Presidencia Local d e nu estro cargo, los principal es y vecinos pudi entes acordaron pedir un Cura Parroco para cste pueblo, y convini eron suplicar al R. P. Superior de los Jesuitas que se nos envie a V. R" pues a mas de ser conocido en este pueblo, por su larga estancia en el mis mo, ha captado la simpatia de los salvajes que pueblan los Montes de este Distrito, qu e con ill stancia piden que se venga aqui; por 10 que tene· mos la honra d e acomp afiara V. R . el acta levantada, para qu e se entere de· ella, entregando despues al R. P. Superior, para su resolu ·· cio n, a cuyo fin Ie dirigimos con esta fecha una atenta carta. . A l hacer la peticion, cumplimos con los deseos d el publico, qu e pi d e en nombre de llu estra Sacrosanta R eligion qu e venga un Padre Jesuita a esta Misi on; pu es se encuentran mnchos nil10s sin bauti zar ni estar inscritos en el R egi stro Ci vil, pbrque muchos padres de fami· li a no q uieren hac erlo, hasta tanto que no bautize un Sa~ e rdote , sucediendo 10 mismo a los novios, que no qui eren casarse civilmente, si no por medio de la Igl esia ; fuera' d e los muchos qu e mu eren sin sacramentos.

Rog,amos, pu es, a V. R. qu e se interese por estas pobrecitas almas, y que influya todo 10 que pueda en parte para conseguir d el R . P. Sup erior 10 que en el Acta deseamos.

Aprovechan la ocasion para 0fn'; cerse a V . R. afectisimos S. S. Q. B. S. M.

Ddmaso Suazo. - Teodoro Palma Gil. > •

Es copia.

Pio PI, S. XlV

J.

• ACT A <En el p ueblo de D avao, cuarto Distrito de Mindanao, a los veinti cuatro dias del'm es de Enero de mil nove cie ntos : E stando pre· sentes los senores D . D amaso Suazo .y T eodoro Palma Gil, Presidente y Vicepresid ente, respectivam ente, de este p ueblo, se reuni eron los senores qu e susc l'iben, pri ncipal es y pudi entes del mis mo, con eI fi n de acord ar el modo de proveer a I.a lo calid ad de un Cura Parroco; y desp ues de un largo y discutido debate, convini eron qu e, en vi sta del resu ltado que da la Mision de los J esuitas, en el tiempo qu e se hallaba en esta localidad , pOl' su buen ej emplo de moralidad y bu en tacto de convertir a la civilizacion a mu chos salvajes, es de parecer que se dirija una carta por los S ell ores Presidente y Vicepresid ente al R eve· rendo Padre Superior de los Jesuitas, supli dn dol e se sirva enviarnos al R everendo Padre Mateo Gisbert por ahora, hasta que resuelva el Gobi erno Am ericano, a qUl en hemos dirigido para pe:iir Misioneros J esuitas p~ra este Distrito: Cuyo Padre, es mu y con ocido del pueblo, pOl' haber estado en esta mucho tiempo, y se ha disting uido por su simpatfa con los salvajes . Q ue mientras el E stado no sefi ale cantidad algu na para el sosteni miento de Ia Mision, qu e los qu e suscriben se compro meten de abonar mensualmente el sueldo eorrespondiente al expresado ·Padre . Y para que conste, en donde convenga , la presen· te, firm an todos con diehos senores, y yo el infraserito Secretario Certi fieo.

Ddmaso Suazo . - Teodor~ Palma,til. -Tomds iJ10nteverde. -lJ1a riano A . G, neroso. -JlI! anuel S dnchez . - Braulio Reyes . -Fa usto Nabull,t. - illariallo Regino . - Victor Re,tino. - Juan Honori.ies.Gabriel Duifo.- Benito Vellal1la"d.-Clzillo Balllino . - B01lZfacio Que· sadas . - N z'colas Piz arro. - Juan Ban,toy . - rtorentino Quz'iiones. P" scual Ferrando. - J usto Ve'rzosa . -Lunjo .-Isidoro Bustamante.

- Vy .-Simpol.-Mariano Palma Gil . -Cenon Rajal .- ill{atute Ju r1IZallos.-Estanislao P. Gil. - Epifanio R oyos. - Ddm aso Palacios. J uan Anad.-Jorge Saavedra .- Y najua .

Ante mi. lYlelecio L oyola., E s eopla.

Pio Pr, S. xv

J.

â&#x20AC;˘

Doctlmentos nUm s.

INSTANCIAS DE PE RI.OR

T AMON T ACA

DE LA

MISION Y

10

y

I I .

DIRIGIDAS AL

EXCMO .

AL

R. P.

SR.

SU-

CAPITAN

GENERAL DEL ARCHII'IELAGO .

INSTANCIA

l. a

ÂŤPar falta del comp etente.

M. R. P. Superior.

Los infrascritos, en nombre d e todos los veci nos y naturales d el pueblo de Tamontaca, incluso los tirurayes, a V. R., con cl.mas profundo respeto, exponen: Que protestamos ante V. R. d e que conservamos como la lll1i ca peria , la mas preciosa, en nu estros corazoncs, las sanas creencias que 'nos habfan incu lcado nue3tros inolvidables y di g nos hij os del taumaturgo y fundador de la infatigable y siempre alabada COmpa!lfa de J esus, el gran Padre e inmortal S. Ig nacio de Loyo la, de cuyo manto paternal se cobija V. R. con indecible gozo. Considerando que a falta de Misioneros para sostener y fom entar la vina d el Senor, scm brada en este ultimo rin con de Mindanao, se marchite y muera en medio de las ciza!las, ya por la debilidad humana, ya por otros conceptos, d e qu e V. R. los tiene contados mas qu e nosotros, por su elevado criterio. Considerando que la referida Compa!lia, segu n sus institutos, tiene todos sus esfu erzos y afanes en bi en de las almas, a mayor gloria de Dios, y mas que nunca en estos tiempos de tantos disturbios, en que se ve atribul ada la Santa Iglesia Catolica . Consid erando, ademas, a nosotros, como a hijos rndignos d el Sellor de V. R. , que queremos pro fesa r en toda nuestra existencia la Sta. P e XV I

de N . S. Jes ucristo , qu e nos " tl se llarOIl los dignfs illl os Sllbditos de V . ' R. Y pOl' {"tim o, considerando qu e esta pctici6n llu~ hacelllos a V. R ., sin duda ning una seran in spi raciones del Espiritu Santo, qu e nos rnovi6 a l'eali zarlo, para que no se ahog ue del todo 10 poco qu e restamos nosotros en medio del Protestantismo y Mah ometismo.

A V. R. encal'ecidamente ruegan se sil'va interesal' del Gobierno Superior Americano del Archipielago, y ordenar la venida de nu estro qu erido P. Gui llermo Benn asar S. J., 10 mas pro nto posible y V. R. 10 crea conveniente.

Gracia qu e no dud amos obtener de la reconocida bond ad de V. R. y, a la vez qu e Ie quedaremos en gran manera obligados pOI' este inm erecido favor, a Dios N. S. roga mos q ue cubra 10 que nos hubiese faltado en nuestras suplicas .

Dios gue . a V. R. m. ' a .'

Tamontaca 8 de M:lr2O de 1900.

Igllacio Ortuoste. - Felipe de los Salltos . - Iglla cio Loyola . Juall GOllzalez. - Pedro Claver. - Carlos Mu;ii:: . -Luis Tenorio.

- AII/aho Lorenzo . - Pia Ortuustr . - Victor Loren,=o, - Juan ..<llcala. - Igllacio Y op e71a . - Rafael Galldulfo , - Antollio Arecluz bala.- Gm'llerlllo Carrillu. - i]t{arcos Cltavt!s . - ..lJaritlilO lVl.lII.'gO. - Saturllino Bayollos. - AlejallJro Lopez . - Jo.aquin R1tI:~. - kh .. guel Roda .

AllYl. R . P. Superi or de la Misi6n .â&#x20AC;˘ Es cop la.

Pio PI, S.

;\VIl

J.

INSTANCIA 2."

«POl' falta del competente.

Excelentfsimo Sr .

Los abajo firmados, provistos todos de cedulas personales ame· ricanas expedidas por la Admon . de Hacienda d e este Distrito, en representaci6n de todos '105 vecinos y naturales de este pueblo, incluso los tirurayes, a V. E. con todo respeto expone: Que una vez som etidos al Gobi erno de los Estados Unidos, creemos en deber que para la bu ena armonia en nuestros pueblos, es de todo punto necesario el que en ellos hayan Padres, pues, segun se ha observado sicmpre, han sido la ayuda grande del Gobierno; inspi· ran a los pueblos sentimientos san tos, les aconsejan a la pronta ob e· diencia al Gobierno y a la exacta observancia de las .L eyes y otros muchos deberes del ciudadano, que, Ii falta d e elIos, no llcgara [no IlegardnJ a comprell'd er ni acertar los pueblos, nada civilizados como cste. Y si endo los RR. PP. J esuitas eran (sic) los que mas se han sacriflcado en esta isla de Mindanao para la conversion de sus naturales al Catolicismo, serfa muy justo y razonable que vinieran los mis-. mos, y de consigui ente, somos de parecer que aqui se nos hacen falta , y en atenciol; a .esta absoluta necesidad, A V. E . encarecidamente ru egan que, en vista de las razon es expuestas, se sirva dispon er 10 conveniente y acordar la venida de dichos Padres.

Gracia qu e se promete [se prometenJ alcanzar de la notoria bon· dad de V. E., cuya vida guarde Dios muchos ailos.

Tamontaca 8 de Marzo de 1900.

Ignacio Ortuoste . - Felipe de los Santos. - Alejandro Lopez.l11arcos Chaves. - Pedro ClaveI'. - Carlos l11uiiiz . - Ig nacio Loyola. - Plo Ortuoste. - Victor Lorenzo. - Juan Alcald .-Joaquin Ruiz. - Saturnino Bayonas. - Rafael Ga1ldulfo. - Amalio Loren zo . - Antonio Arechabala. - l11arimzo Jl![aiiago. - Nicasio 01'tuoste. - l11iguel Roda.

Excmo. Sr. Capitan General Americano de estc Archipielago. » Es copia.

Pio Pr, S. XVJlI

J.

Documentos nums.

l.

12, 1 3,

14 Y IS.

INS TANCIA DE LA J UNTA POPULAR DE SURIGAO ELEVADA AL

R. P.

SUPERIOR DE LA MISION

芦Rdo . P. Superior de los PP . J esuitas: La Junta pop ul ar, en union con los vecinos de la misma , resp e路 tuosa mente acuden a V. R. yexponen: Que no estando administrada esta Parroquia por Parroco propio, hemos acordado elevar a V. R. la presente soli citud , rogandole se digne dispon er vengan algunos Padres de Su Orden para encargarse como an tes de esta 'P arroquia, de路 biendo manifestar a V . R. que con esta mism a fecha elevamos igual solicitud al S r. General Americano, pidi endole la misma gracia .

Por 10 qu e A V. R. rogamos y suplicamos se dign e dispon er vengan 10 mas pronto posible los Padres que juzgne necesarios para ad ministrar esta Parroquia.

Gracia que esperamos conseg uir de [la] bondad de V. R., cuya vida gnarde Dios. muchos atlos.

S urigao 28 de Marzo de 1900.

Felipe Rendon. - Catalino Elumba.- jJ;[ar.' Neyes. - Pio G. CCl:Ymo.-Roman Vazquez.-J1![anue! Baltori. -Gracz'ano Ribera.-Jose Santos. - Prudencio Garcia. - Leandro de los Rios.-Eugenio Selosa . .

- Joaquin Valdes}i" . - Felipe Pajos. - 11"ariano Es}ina.- Juan Renoclze. - Raimu71do Parpan. - Teodoro Bigil. ~Eusebio Malayo. Autonio V <:r<,fn. - 'litho C. Javier. - Ambrosio Gi111enez.-Apolomo Diez .-Juan Kbisin. - Juan Bayon. - J1![ariallo Pumtevera. - Donato Rivero.-Rufino Tote.-Regino Tason. -Santos Cedro. -Bernardo Vazquez.禄 XIX

I!.

IN STANCIA DE LA MISMA J UWfA DIRIGIDA A L EXCMO . SR. CAPITAN GENERAL

, 芦Excmo. Sr. General: La Junta popula r d e este pu eblo y cabecera de Slirig-ao, 3." Distrito cl e Mindanao, ei1 union con los vecinos d el mi5mo, respetuosam ente acud en a V. E. YIe expon en: Que teniendo necesidad esta cabeccra d e ten er Sacerdotes' que administren esta parroqllia, acord6 eota Junta que 'se 'eleve V. E . .la presente solicitud, sllplicandol e sc sirva permitir y disponer vengan algunos Padres Jesuitas para admi路 fl istrar como antes esta citada Parroquia . . Por 10 que a V. E. rogamos y suplicamos se digne accede r a nues tra peticio n. Gracia q ue esp eramos a lcanzar de la bondad de' V. E., . cuya vida guarde Dios muchos aHos .

a

S urigao 28 de Marzo de 1900.

Excmo. SeHor.

Felipe Relldolt.- Catalino E!ulltba.- lIIac ." R,路yes .-Plo G. Kai"to. - Rolltall Vazquez .- 111[mme! !:Jallori. - Graciano Nivera . -'Jose Santos.-Prudencio Garc!.a.-Lea1Uh-o de los Rios .--Eugeuio Se!osa.

- Joaqllill Valdespilla. - .Fe!ipe Pajo.- l]l[arimzo ESj>ina.-Juan Renoclte. - Raimundo Parpan . ~ Teodoro Bigil. - Eusebio ilIalayo.A nt. a Barrt'os.- Julio Javier. --Antonino Gillle1lo. - Apolollio Diez .

- 'J'uall Rmoclte .- .Juall !:Jayolla . -Dollato Rivero. -Regillo Tason.

-Santos Pedro.- k[ariallo PlteJI/ebdla.-- RlIjilio Tote. - Bernardo Vtiz quez .禄

•

•

[II .

REGISTRO Y ENDOSO DE ·LA MISMA INSTANC IA A L RMO. SR. DELEGADO APOSTOUCO EN FrUPINAS . PARA

SU IN FORMAC ION .

«N.O 1354 B. Received.

Military Governor Office.

Manila P. 1. April Surigao, Mindanao, March 28,

9 ... 1900.

1900 .

Po pular Junta of Surigao requ est Military Governor to permit th e return to. that town of members of th e Society of Jesuits to reassu me admin istration of the Parish . »

D. L. « I ."

Indorsement.

Office S. Military Govern or in the Pliili ppi,1es .

Manila P. 1., April 9.

1900.

Resp ectfully referred to the Right R evere nd P. L. Chapelle Archbishop of New-Orleans, D elegate Apostolic to Cuba, Pu ertoR ico and the Philippine Isfands, ManiCa P. 1., for his information, with request for the return of the petition.

E. Otis.

Majo l' General V. Philippin e Islands .»

S. Volunteers, U. S . Mili tary Governor of the XA I

IV.

iNPORME DEL TANClA,

A

R. P.

SUPERIOR SOBRE LA MISMA INS-

PETlC lON DEL RMO. SR. DELEGADO APOS-

TOUCO.

芦El Superior de la Compafiia de Jest.s que subscribe, invitado por V. E. Rma. a informar resp ecto a la peticion que la Junta popu路 lar de Surigao ( Mindanao) ha elevado al Mayor General Gobernador Militar Sr. Otis, tj ene el honor de representar que la Mision de la Compailia de J esus, cuanto es de su parte, esta dispu esta, en condi路 ciones habiles, a volver a ha'cerse cargo de aquella y demas Misiones de Mindanao, que obligada por las circullstancias hubo ' de abandonar temporalm.ente.

Dios guarde a V. E. R muchos afios.

Manila

I I

de abril de 1900.

Plo Pi, S.

J.

Rmo. Sr. D elegado Apostolico en Filipinas. 禄

Es copia.

rio PI, S. J.

XX JI

Oocumentci num. 16.

INSTANCIA DE LAS JUNTA S PROVINCIAL Y LOCAL DE BUTUAN

• «R. P. Superior de la Compat1ia de Jesus: Los mi embros de las juntas Provincial y local de este Distrito, que abajo suscriben, ante V. R ., con el mayor respeto, tienen el honor de exponer: Que cuando el General Sr . Simon Gonzalez, que entonces ejerda el mando de Jde Superior Milita, de Mindanao, declaro prislotleros a todos los Padres Misioneros de Agusan, obtuvo el pu eblo de Buttian, de la referida Autoridad, licencia de quedarse con un Padre que pudiese administrar los ministerios propios de Sacerdote. Obtenida la Iicencia, escogio el pueb lo al Rdo. f. Fernando Diego, quien, desde entonces, ejerce dichos ministerios en esta Calncera y pueblos dependientes, con harta satisfaccion de los vecinos, por las altas dotes sacerdotal es que Ie adot·nan. Harto com" prend era V . R. los motivos, por los cual es los habit antes todos de esta Cabecera, han puesto grande insistencia en tener un Padre; pu e.s, acostumbrados des d ~ ti empo inmemorial a gozar de los benefi cios espirituales que nu estra Santa R eligio n ha encomendado· a los Sacerdotes, veian con gran sentimiento qu e, de salir el Padre Fernando Di ego , se quedarian en la mas triste orfandad y abandonados a la inseg uridad de Ia sa lvacion de sus almas. Asi que , a pesar de las j ustas y repetidas instancias que el referido Padre pres en to a las Autoridades de esta Provincia, para poder cumplir el llamamiento de V. R.; y, a pesar tambien del cambio politico obrado en esta Provincia, hace alg unos dias, por el cual ha quedado en libertad dicho Pad~e , preso hasta entonces contra todo derecho y a merced XXIII

unicamente de la mala politica seguida pOl' el President", provincial de esta Cabecera, no han podido menos de escuchar la voluntad de todos los habitantes de esta Cabecera, cmpenada en no quedarse sin un Sacerdote.

E stos son los unicos motivos, por los cuales, hasta ahora, .ha permanecido el Padre F ernando Diego en esta Cabecera; y, habiendo sabido qu e V. R. nu evamente ha hecho llamamiento al referido Padre, los que abajo suscrib en, despues de consultar la voluntad p'lblica , han aco rd ado elevar a V. R. la presente instancia, supli~ dndole encarecidamente se digne otorgarnos la gracia de que permanezca, por ahora, en este pueblo, el ya referido Padre, 6 en su caso, disponga sea sustituido pOI' otro Padre de la Compania de ] eslls, hasta tanto no podamos conseguir otro Sacerdote.

Por las razones arriba expuestas, abrigamos la cntera confianza de qu e la aco stun~brada caridad de V. R., no desdini en esta ocasi6n los afectos de verdadero Padre de nu estras almas, que siempre nos ha demostrado .

Gracia qu e esp eramos alcanzar de V. R., cllya vida prolongue Di os mllchos alios, para bien de los habitantes de esta Nacie nte Rcpllbl ica.

Butllan, 28 de Marzo de 1 900 .

EL PRESII)ENTE PROV INC IAL, Canuto Rosalrs.

CU11l{Ysi"do Flores. - Bautista Calo. - FloYe1l{io Co,¡bera .- Juan Atega .-Si11leon T,.,llo.-Eva"gclisla COllde . -Catali1lo Rosales.Claudio Sd nchcz .- Juan Rosales.-lsidro l11ml/ilfa.-Pastoy Alega._ - Bal/asar PU1l/ero. - Angel Burdeos.

R . P. Superior de la Compaflia de Jeslls .â&#x20AC;˘

Es copia.

Plo Pr, S. ].

XXIV

Documento num. 17 .

INSTANCIA DE LA JUNTA POPULAR Y PRIN CIPA LIA DE

JASAAN.

, M. R. P. Superior de la Compania de Jesus de Filipinas.

Los principales, juntamente con la Junta popular, que suscriben, con gran respeto y humildad manifestamos a V. R., qu e si es posible concedernos, d eseamos todos los habitantes (d e este pueblo) qu e el P. Heras (I), a quien hemos en verdad elegido, que no se nos Ie quite, porqu e eI es el que leva nt6 esta Ig lesia, qu e tod avia no esta terminada , y los de mas edificios, y ahora han sido ellos ll amados por V. R., que si es posible concedernos, suplicamos de veras a la respetabl e autoridad d e V. R ., que nos 10 devuelva a este nuestro pueblo, porque en vel'dad Ie serviremos, seg{m Dios manda, lusta la muerte.

Gu,arde Dios la preciosa vida de V. R. yOI' mu chos ailos.

Jasaan a 30 d e Marzo de 1900.

Macario Regalado.-EL VICE路PRESIDENTE, Vicente Sangall. - EL DELEGA DO DE POLlCiA, Patriet'o Paduzanan.-EL D. DE RENTAS , Doroteo lI~ercado -EL D. DE JUSTICIA, Procopio Valledor. - LOS CABEZAS DE BARRIO, Glicerio Jansa/in, Bernabe Za11tayla . - L os PRI NCIPAL ES, Nicolas Jansalin, Petyoni/o Dad, Tomas Raganot, H erm6genes Dad. > EL PRESIDENTE L OCA L,

Es copia.

Pio PI, (I)

EI P. Juan B. Heras.

xxv

S.

J.

Documento num . 18.

I NSTANClA DEL PRESIDENTE DE ROMBLON.

ÂŤRespetuosamente tengo el honor de dirigirme a V. R. para manifestarle que en esta poblacion (I), don de sin tener merecimientos, vengo ejerci endo el cargo de Presidente Municipal, la aspiracion que mas late en los cora zones de todos los vecinos hu erfanos, digamoslo asi, hace cerca de dos anos, de Padre espiritual, es el tener al m enos un Sacerdote de la Compania de Jesus de la Casa Misio n d e la qu e es V. R. su digno Superior.

Afortunadamente, con el socorro d e la Divina Providencia, se consp.rva acrisolada en todos los pueblos del Distrito la idea de nuestra Sacrosanta Religion, Y 'l,ue, sin duda alguna, se afirmarfa mas y mas, habiendo un Sacerdote J esuita que nos dirija y guie en el camino tan delicado, como inter~san te , cual es el de la salvacion.

De algun tiempo a esta parte, voy notando qu e ciertas familias, poco instruidas' en materias de religi6n, conformandose con las disposiciones del Gobierno temporal, se casan civilmente, 10 cual, en mi corto entender, no se halla en harmonia con los principios d e moral cristiana, y consti tuye un motivo mas para que los Ministros del Senor se hagan cargo de tan perentorias necesidades espirituales.

Hace algunos dias, ha pasado aqui el Vapor ÂŤZafiro , y en el iba un Senor A lmi rante de la Armada del Gobierno de los Estados Uni(I) Su cultura espiritual no corda ilia de Jesus.

a cargo de lo s .

XX VI

PP. Misioneros de la Compa ..

dos, ante cuyo senor me hube permitido exponer los deseos del pu eblo, habiendose dignado contestarme que haria por su parte todo cuanto pudiera para gestionar la venida de un Sacerdote.

Todo 10 qu e me honro en comunicar .i V. R . para los efectos consiguientes .

Dios guarde a V. R. muchos arros.

Romblon, 4 de Abri l

1900.

-

EL P RES IDENTE, Wenceslao 11folo.

M. Rdo. P . Superior de la Mision de la CompaJ1ia de J esus. Manil a. > Es copra.

Pio Pr, S .

XXVII

J.

Documento num. 19.

INSTANCIA DEL PRESIDENTE PROV INCIAL

DEL

DISTRITO

DE ZAMBOANGA Y VEC INOS QUE SUBSCRIBEN , EN REPRESENTACION DE LA PROVINCIA.

<Reverendo Padre Superior de la Compall(a de Jesus de las Isl as Filipinas. .

Don Isidoro Midel, Presidente Provincial de este Distrito, y los que suscriben, por sf y en nombre y representacion de los naturales de esta Provincia, a V. R., con el profundo respeto y sumision debida, exponen: Que en el acta de sumision levantada en la Casa Gobierno de esta plaz.a, el dfa 20 de Noviembre del pasado ano 1899, ante el 51'. Comanda nte y Oficiales del cafionero de guerra <Castin e禄 , entre otras peticiones .formuladas en ella, hemos solicitado se respe te la Religion Catolica, Apostolica, Romana, unica que profesamos y todos los naturales del Distrito . Como quiera que los auxilios de la misma es cada dia mas apremiante, los que suscriben, en nombl'e y represen路 tacion de todos los hahitantes de la Provincia, acuden respetuosamente y a v. R . ru egan y suplican encarecidamente , se digne dispo 路 ner, para que los Padres de la Compania de J esus vengan de nu evo ,( este Distrito, por las razones antes expuestas. Gracia y especial merced que esperamos conseguir de la acreditada beni gnidad de V. R., cuya vida guarde Dios muchos alios.

Zamboanga 14 de Abril de 1900. fsidoro Mide!. -Epifanio Natz'vidad. -- Juan Dag'a Mallue!.Ag'apito Henuilldez. - l1ifacario Bardo. - Juan Gdlvez. - Jose D. i1ifamtel.- Gregorio Sebastidn. -Simolt Alarios. - TolJlds Mauue!.

- PriJlliti-uo fbdilez. - Pablo Pioquinto. - Rujino Salazar Bel/ito.Valentin T riuidad.-Guiller1lZ0 Rolddn.> Es copia. Pio PI, S. J. XXV!II

Documentos nums .

INSTANCIA DE LOS PRESI'DENTES

20

y

21.

PROVINCIAL Y LOC AL,

PRIN CIPALI A Y VECINOS DE DAPITAN, Y RE COMEN DACION DEL

COMANDANTE KELL Y.

<M. R . P. Superior de la Compania de Jesus de estas Islas.

Los cat6licos qu e suscriben, Presidentes Provincial y Local, prin路 cipalfa y _demas vecinos de esta Cabecera , ante V. R., con el debido respeto y acatamiento, nos presentamos' y exponemos: Que, habiendo trascurrido mas de un ano sin Padres Misioneros estos Pueblos, desde que sali eron nu estros queridos, en el mes de Marzo del ano pr6ximo pasado de 1899 par las circn nstancias actuales ; y habiendo arreg lado casi todas las Provincias del Archipielago, particularmente esta provincia, evacuada al Gobi erno norte路ameri cano, sin costo ninguno , en el prim er buqu e que arrib6 a este D'istrito en 1 0 de Febrero ultimo , y en 1.掳 del actual, desembafcaron en esta Cabecera la fu erza' mandada pOl' un -Capitan, para asegurar el Distrito, cuyo Jefe, oficiales y trap a demostraron !iu amor al pueblo, tratando humanam ente a sus 路habitantes; En vista de todo 10 expuesto, consideramos no tener inconven iente a qu e nuestros qu eridos y respetables Padres Misioneros vuelvan a estos pueblos, pues sino nos proporciona los Mini stros de Nuestro Sell or Jesucristo qu e nos lIeve [lleveIl ] pOl' el camino de la salvaci6n, Iqu e serra de nosotros, en la hora de la mu erte, y de nuestros hijos, si XX1 ....:

llegasen al usa de razon sin ver un Ministro de Vuestra Sacrosanta Religion? cuyo dogma se ha conser va do hasta la presente.

A V. R. humildemente rogamos y suplicamos se digne proporcionarnos los consuelos de los fieles habitantes de esta provincia, ha ciendo que vuelvan a estos pueblos Nuestros queridos Padres Misioneros.

Es gracia que no dudamos alcanzar de la reconocida bondad y caritativo corazon de V. R., cuya importante vida guarde el cielo por dilatados arros para el consuelo de sus feligreses.

Dapitan

24

de Abril d e

1900 .

Eugenio Daymiel. - Andres Cadavedo. - Aniceto Sagan路o. Celedonio ' Dalman . - Gregorio Bahamonde . - Proceso Aguia. Santiago Dalman . - l l,fariano fbamoy. - Agatou fbamoy. -Baldomn'o Cabesu. - Sizto fbamoy. - Nemesio Adriensem. _. Ezequid Sagario. -P~dro B. Elumba. - Feltx Cadavedo. - Eliseo Aguia.

- Silvestre Jallega. - Feliz Page. - fsabelo Adasa. - Josti Ace- ' nero. - Santiago fbamoy. - Juan Elumbaring - Victor Cad. - Julio Padao. - Cleo/as Sag-ario. - Antonio fbamoy. - Martino l j!Jag'canta. - Flo rencio Reyes . - Luis fbamoy. - Romano Calacat.

- Basilio Eguia . - Celestino Adriellsem. - Pantaleon Fonta"illa.

- Sizto Carreon. - Ciriaco fbamoy. - Santos Elumba. - Alfonso Elum f> a. - Miguel Ibamoy .-Francisco fbamoy . -Anselmo fbamoy.Satumino fbamoy. - Pedro fbamoy. - 50tero fbamoy . - Martin fbamoy. - Margarito Ibamoy. - Da1nian Carreon. - Arcadio Saputo - Vicente Valladares .":'" Romualdo Eagbaya. - Benito Eagbaya. Fe!~oe Telmo. - Juan Adrias . - Teodoro Dalman. - Andrtis Adrias.

- Toribio Lactuan . - C,:oriano Dansalan. - Anatalio Acailar. Mariano Cerian. - Felipe C adavedo. - Salustiallo Lactuan. - Juan Sagutin. - Ftlomeno ralconete. - Ponciano Recamara . - Martin Saput.-Prudencio Recamara. - Marcos O. Eguia.-Antonio Saputo - Ruperto Adrias. - Aniceto Cuyuga. 禄

Es copia.

Pio PI, S.

xxx

J.

El documento anterior iba acompaiiado del siguiente, en ingles:

<AI muy Rfverendo Padre Superior de la Compaiila de Jesus de Filipinas.

Sefior: Me proporcionani V. verdadero gusto, si alguna palabra mia sea el medio de favorec er los intereses y prosperidad de la Igl esia y pueblo de esta seccion.

Yo encontre aqui la gente de ~ota y modesta, digna de consideracion, y, como hay un caro deseo de sus corazones qu e un Misio路 nero Sacerdote este domiciliado entre ellos, yo conffo qu e el favor de V., a conveniencia y gusto, les contentara.

Las arm as militares del Gobierno de los Estados Unidos dan y daran. entera proteccion a todos.

Con profundo respeto, Lultes S. Kelly .

Capitan del 40 d e Infanteria. Comandante.

Dapitan, Abril 25, '900. > E s traduccion literal.

Plo PI, S . J.

XXX I

Documentos nums.

I.

22 y 23.

INSTANCIA DEL JEFE LOCAL DE VERUELA II. TRADUCCION DEL ANTER IOR DOCUMENTO

ÂŤflo P. Superior de la Compania de Jeslls:

El Filipino Bernardino Duron y Polintan, Gefe local de Veruela de es te alto fiio Agusan magasu guilon sa Padre, tungud sa cahimtan g sa mga bagong cristianos nga guin amisionan sa mga PP. Jesuitas, nga cutub sa pagguican sa mga PP. Misioneros sa maong C;ompa nia , nana gbia na sa' ilang lun gs ud, ug mipauli na sa bUf{uid nga daan nilang puluyanan; cay matud nila, guicuha na ang' mga pare, dili na itlayon an g religion Cristiana canila; ug ang uban entra nu sa pagbono sa ilang isigcaingo n: nga ni ang anac sa Maestro guibono sa usa ca bagong cristianos; ang tuyo, aron mabungcag ang lungsud cun mudalagan ang' ma es tro.

Apan ang' diutay nga ,maayon g tao nanagtin guha nga bumalic ga)'uc\ ang maong mga i\'lisioneros, aron matarung sila; ug nagsabut magaamut sila sa caliman ca pisos, cay ipalit nila sa usa ca Padl'e, aron Illalarong' ang ilang lungsud ug malllaayo ang Ill ga tao.

Qui ni , P. Superior, matuud gay ud; cay nga ni caming' mga cibilisados nana gc\a ut gal'ud sa pagbia na sa mga pare; cay lagsa na an g moasisli sa pag Rosario sa mga Domingo ug sa mga fies ta.

Sa tungud niini, hin aut unla nga malooy canamu ang P. Superior, nga pabalicon sa madali ang among' mga pare; cay duul na matumba ang dao simbahan nga guipatindug sa la Compania ni Jes us ug con malumba na, malisud na ang pag-caban gon. Ug- con mahimo, f{uini maayo con maquita sa Sr . Presic\enle de Filipinas, aron lanao n sa mga sama iyang casing-casing, cam in g mga cailo nga isi gca Fi lipino.

Veruela 30 de Abril de 1900.

Salud , union y fraternidad. Q. B. S. M., Bernardino Duron .Âť XXX Il

Traducci6n literal del documento anterior. Reverendo Padre Superior de la Compafifa de Jesus: EI filipino Bernardino Duron y Polintan, Jefe local de Veru ela de este alto Rio Ag usan, hace saber al Padre, qu e los nu evos cristianos, que fueron misionados por los PP. Jesuitas, desde la salida de los PP. Misioneros de la misma Compafifa, han abandonado ya sus pueblos, y se han vuelto al monte, antigua morada suya, pues dicen que ya han qui¡ tado a los Padres y qu e ya no se continuara la religi6n cristiana entre ellos; y algunos ya han empezado a matar a sus semejaotes, y el hijo del Maestro fu e a~esi nado por un nu evo cristiano, y el fin fue para qu e se destruyese el pueblo, al escaparse el Maestro.

Pero los pocos bu enos hombres de aqui, desean de veras que vuelvan los mismos Misioneros, para que sean justos; _y han convenido en hacer una colecta de So pesos para cO.mp rar un Padre, para qu e reine la justicia en el pu eblo y sean bu enos los hombres.

Esto, P. Superior, es la pura verdad, pOl'que aun oosotros, los civilizados, hemos salido verdaderamente perjudicados con la salida d e los Pad~es, pues 5610 alguoo qu e otro asiste al Rosario los domino gos y fiestas.

En cu anto a esto, ojala se compadezca de nosotros el P. Supe. rior: qu e mand e vuelvan pronto nu estros Padres, porque presto vendra a tierra la iglesia que levant6 la Compania de Jesus, y si caye re, sera dificil ya el levantarla. A ser posible, bueno seria que se enterase 'de esto el Presidente de Filipinas, para qu e, los que son de coraz6n semejante al nu estro , yean que, con respecto a esto, nosotros sus compatriotas, filipinos como ellos, seremos los perjudicados.

Veruela 30 de Abril de [900.

Salud, uni6n y fr aternidad . Q. B. S. M.,

Bernardino Duron .â&#x20AC;˘

Es copia y traducci6n.

Pia PI, S. J.

XXXIII

Documento num. 24.

ACTA DE l.A SESrON CELEBRADA POR LA J UN TA POPULAR DE Hr N ATUA N

, 1\CfA. -En Hinatuan, a seis de Mayo de mil novecientos, se reunieron en la Casa Consistorial, previa convocacion al efecto, la j unta popular del mismo, bajo la presidencia del Sr. T omas Luna, Gefe Local, Vice Presidente el Cab eza del Centro, S1'. Francisco Po tenci an do, y Secretario el Delegado 'de ]lIsticia, S~. E cluvigio Lindo.

EI Presidente tomo la palabra, manifestando qu e, enco ntrandQse este p ueblo, d esd e hace bastan te tiempo, sin algun Sacerdote qu e administre los Stos. Sacramentos, los referidos mi embros acordaron, pOI' unanimidad, dirigir un manifiesto al M. R. P. Misionero de' Surigao, a fin de qu e pOI' si g usta pasar 0 visitar en este pu eblo, por una tern'路 porada, previ o el consentimi ento de las au toridades del Distrito, con el fin de admi nistrar los Stos. Sacramentos dura nte su estancia en este pu eblo, qu edando obligado este pueblo en su fragar los emolum entos y de mas g astos que pudiera orig inal' en el viaj e y perman'encia en es te pu eblo . Asi mismo acordaron remitir una copia d e csta Acta al r eferido Sacerdote, a fi n de q ue tenga a bien hacer las dilig encias opo rtunas para el indicado fin. Y n0 teniendo mas asuntos qu e tratar, se di o pOI' terminada esta sesion, levanta ndose la presente acta,' qu e firm an los Sres . Componentes de qu e certifico.

Hay un sello qu e dice: Gefatura Local Hin atuan.

EL GE[i'E L OCAL PRESIDENTE, Tomas LUlla. -EL V ICE PRESIDE NTE, Francisco PotencialZdo .- Si g uen las firmas d e los MIEMBR OS e n num ero d e di etisiete .-EL SECRETARIO, Eduvigio Lindo. 禄 Es copia .

Pia Pr, S. XXXIV

J.

Documento num . 25.

INSTANC IA DE LA JU NTA POPULAR DE CABARBARAN, AUTORI ZADA POR EL PRESlD ENTE PROVINCIAL DE BUT UAN

. Reverendo Padre Superior de la Compafiia de Jesus: Los miembros de la junta popular de este pu eblo, en representacion de todos los vecinos del mismo, debidamente au tori zados por el Sefior Presidente Provincial de l3utt'tan, a V. R., despues de tributarle el mas j usto hom enaj e de humildad, ti enen el honor de exp on er : Que., habiendo llegado a nuest ra noticia que los Padres de la Com pafiia de Jesus vuelven ya a sus Misiones de Mindanao, el pu eblo de Kabadbanin, en junta magna, reunido el dia 27 del actual , acordo, en unanime consentimi ento, por el afecto que siempre ha manifestado a los Reverendos Padres de la Compafiia, elevar ante V. R. la presente instancia, pidiendole un Padre para este pu eblo ; en el caso que, en esa de Manil a, no hubiese V. R. dispu esto un Padre, puede pedirlo a Espana, qu e nosotros abonaremos 0 pagamos el pasaje de dicho Padre, de Espafia a Manila; y desde Mani la aq ui, no solo estamos dispuestos a pagar el pasaje, mas ta mbien de la man utencion y otros gastos que los Padres efectu en.

Bien sabe V . R., que el pueblo de Kabadbaran ya tenia sefialado el R. Padre Alberto Masoliver para Cura Misionero, pero que la mu erte inesperada del P . Valentin Altim iras nos quito a dicho Padre.

Ahora vo lvemos a suplicar a V. R. se dign e oil' nuestra suplica, que sale de 10 mas intim o de nuestro corazo n.

Gracia que el pueblo d e Kabadbaran no duda alcanzar de la reconocida bondad de V. R., cuya vida guarde Dios muchos afios.

Kal5adbaran, a 29 de Mayo de 1900.

EL P RESIDENTE LOCAL,

Eduardo Curato.

Hay un sello que dice: J efatura local de Kabadbaran, Mindanao, Provincia de Butuan.

Matias Veray. - EL DELEGADO DE POLIciA, Andres Atega. -E L DELEGADO DE RENTAS, Mauro Curato. - EL DELEGADO DE JUSTICIA, Felix G. Cepeda.

EL VICE PRESIDENTE,

V.O

B. o EL

PRESIDENTE PROVINCIAL,

Canuto Rosales.

Presidencia Provincial Butuan, Mindanao .> Siguen 125 firmas, y entre ell as las de los Principales y Cabezas ;lctuales.

Es copia.

Pio PI,

S.

J.

. Documento num . 26 .

â&#x20AC;˘ INSTANCIA DEL PRESIDENTE LOCAL DE DIPOLOG , EN NOMBRE DE LA PRINCIPALiA Y SACOPES DEL MI SMO

, M. R. Padre Superior, religioso de la Companfa de Jesus: El Presidente local, y con el nombre de toda la Principalfa y sacopes de este pu eblo de Dip6log , de mi digno cargo, a V. R ., con el profundo respeto, manin esla: qu e la Iglesia de este pu eblo ya hemos empezado de trabaj ar, continuando de hacer la cota de la misma, menos el trabajo de interior y demas, porque hemos de esperar la disposici6n de V. R. i Oh queridfsimo Padre de nuestra alma, bien qui sieramos de todo nu estro coraz6n, qu e no dure el tiempo de veni r a esta los RR. PP., porque cuan triste hemos sufrido, y cuan hambre de nu estra alma, desde que nos qu edamos huerfanos I Sf, amado Padre, V. R. sabra la conducta de todos nosotros.

Ojala que, con las oraciones y protecci6n de V. R., nos ayude de ellcome ndarn os a Dios Nuestro Senor, de la Virgen Santfsima y Senor S. Jose, que nos aIcance las suplicas nuestras de qu e los Reve¡ relldos Padres vini esen pronto a volver a ('sta Mi si6n.

Y tambien man inesto a V. R . que el Maestro de la escuela de nillOS de este pu eblo, llamado Senor Manuel Veragua, muri6 (Q . E. P. D .) el dfa 30 de Mayo Ultim o del presente alio.

Dios guarde a V. R. muchos anos.

Dip6log 9 de Junio de 1900.

Jlftrrtill FeYl/dndes. > Es copia.

Plo PI, S. J. XXXVII

Documento num. 27.

I NSTANC I A DEL JEFE LOCAL , PRI NC IPALI A Y VECINOS DE TUBAY QUE SU BS CRIBEN

<R. P. Superior de la Mision de los PP. J esuitas en Filipinas.

E I Gefe local de este pueblo de Tubay, en uni on con los principales y demas vecinos del mismo, qu e abajo firman, -ti encn el hO'1 0r de dirigirse a V. R., y con el debido respeto, atenta y humildemente expo nen : Que viendo la .triste y lamentable situacion en que nos hallam os, pOI' careeel' este pueblo de un Parro co qu e Ie administre y ati enda las necesi dades espirituales de sus habitantes, hemos aco rda do en junta general tener un Cura propio; y para este fin elevamos a V . R . la presente soli citud, roga ndole encarecidam ente se dign e, cual bu en Pastor, d irig ir una mirada de compasion a estas ovejas descarriadas y remedial' tan grave necesidad.

Por nuestra parte pro metemos solemnemente a V . R. que, e n cuanto al sostenimiento material del que ha de ser nu estro Cura Misionero, estamos disp ues tos de dar, seglill se daba a ntes en ti e mpo del Gobi erno Espanol, 0 mas, si las circunstancias 10 exigen .

Por tanto, A V. R. rogamos y suplicamos humildemente que, teni endo en consideracion 10 qu e arriba qu eda hecho merito , se digne compadecerse de nosotros, acced iendo a 10 qu e solicitamos, enviandonos a uno de los Sacerdotes de su b enemerita Religion, gracia qu e no duXXXVJl I

damos aJcanzar de la caridad y bondad de V. R ., c'Jya vida Dios muchos al1os.

Tllbay 10 de Junio de 1900 .

gu~rde

Hay un sello oval ado, en cuyo interior se haHa un sol, tres estreHas y las palabras Surigao Tztbay.

EL JEFE LOCAL,

Felix Jllfision.

Rosendo Mescoll . - Perfecto lllfondejar. - Tomas Zolita . -Hzlari~n LuyoJlOn. - Florentt'no JWision.-Cornelio jWolltaos.-Gaudenct'o Montaos. - Flore?lct'o JWolltaos . - Simeon Mon taos. -- Cipriano Cepeda. - Benito Cinoza. - Fyoilan Fortacio. - Julidn [uyajan.Siguen otras ochen ta y nu eve lirmas. > Es copia.

Pio PI, S.

J.

â&#x20AC;˘

XXX I X.

Documentos nums. 28 y 29.

I.

CARTA DEL JEFE LOCAL DE

HI NATUAN. -

DEL ACUE RDO T OMADO PO R LA JUNTA

II.

ACTA

POPUL A R DEL

MISMO PUEBLO.

ÂŤAdjunto tengo el honor de pasar a man9S d e V. R:, el acta original sobre el acuerdo tomado por esta Junta, en sesion celebrada en el dia de hoy, para los efectos consiguientes.

Dios"g uard e a V . R . muchos ailos .

Hinatllan 12 de J unio d '1 I900.

EL JEFE L OCAL,

Tomas Luna.

Hay un sella al margen qu e dice : J efatura Local. Hinatuan.

M. R . P. Superior d e la Compafiia de J esus . Manila. >

El acta original slg ue:

a qu e

se refi ere el docum ento anterior es como , ACTA

En la Casa Consistorial de Hinatuan, a doce de Junio d e mi l nuevecientos, se reunieron en Junta magna, compuesta d e los vecinos mas caracterizados por su ilustracion, posicion social y conducta honrada, bajo la presidencia del Sr. Tomas Luna, Jefe Local ; Vice XL

Presidente, el Sr. Francisco P otenciand o; Ca beza del Centro y Secretario, el Delegado de Justicia , Eduvigio Lindo, para tratar la conveniencia de restituirse la misi6n de los PP. Jesuitas en este pueblo, ultimam ente interrumpida con moti vo de los acontecimientos politicos, porque esta Isla ha atravesado ; y enterados los Senores qu e componen la Junta, unanimemente manifestaron: I ." que es conve路 ni ente y de perentoria necesidad restituir, cu anto antes, la misi6n de este pueblo, y para qu e pueda emprender de nuevo, con el mismo am or y ahinco, la meri toria tarea de procurar el bi en espiritual y temporal de estos natural es, se les pro mete el mas eficaz auxilio y Ja mas completa seguridad y lib ertad personal e independencia en el Sagrado Ministerio, salvo en los casos de fu erza mayor e in evitable: 2 .掳 la Junta acord6 por unanimidad elevar esta acta al M. R . P. Suo perior de la Co mpania de J esus, a fin .de qu e se digne, si 10 tiene a bien, enviar a este pueblo algu nos Sacerdotes de la referida CompaI1la, qu e este pueblo en ge neral, y las autoridades en particu lar, con ansia esperan la venida del pastor y medico de las A lmas, quedando este pu eblo 路obJigado en facilitar el suste nto qu e fuera menester y demas <lllxilios necesarios. Con 10 cual se di 6 por terminada esta sesi6n, levantandose la presente acta, qu e firma n los co mponentes, de que certi fico.

EL

JEFE L OCAl. , P RES lDENTE DE l.A J UNTA,

Tomeis Lu"a .

El.

CABEZA DEl. CENTRO, VICE PRESlDENTE,

Francisco Potl"llcialldo.

Hay un sell o al margen que dice: J efatu ra Local. Hinatuan .

Atanasio de Castro. - Juan de Castro.-Eugenio Villalnz. - Eduvigio de Lindo.-l11ariano Verano.

- Vicente Viola. - Bibiano Nazareno . -Lu/Jo Picasales. - Florellct"o Benabe .- Antonio Tubay. - F rancisco de Castro .-Pohcarpo Quimi . lat. - Victoriano Rosany .- Catalino A r quzza .- Luis Jabcigat. -Felict"ano Adlauan. -Gabriel Lindo. - !11iguel Adlauafl. -Roque Castro.

-T~odoro Vzllaluz.> L os MIF.MBROS DE LA J UNTA:

Es cop ia .

Pia PI, S.

J.

Documento num. 30 .

lNSTANCIA DE LAS AUTORIDADES y

PRINCIPALIA

DE MAGINOG .

芦R. P. S uperior d e la Compat1fa de Jeslls.

Las autoridad es, principalia yel pueblo entero de Maginog (I), provincia de Misamis, del 2. 0 Dish'ito de Mindanao, con el' debido respeto y veneracion acuden a V. R., yexpcinen : Q ue habiendo sabido pOl' el R. P. Fernando Di ego de la misma Compania, que de paso ha estado en este pu eblo administrando los Santos Sacramentos, que los Padres Mlsioneros de tan digno instituto vuelven ya a sus Misiones de Mindanao; siendo, pOl' ' otra parte, la isla de Camig uin, como parte de la misma isla de Mindanao y paso para las Misiones.

V iendo, pOI' otm parte, la grande necesidad que d e los Sacramentos tiene este pu eblo, que siempre se ha distinguido pOl' su am or y carifio a los Padres de la misma Compania.

Suplicamos y rog amos a V. R., se digne nombrarnos :un Padre que administre esta parroquia, mi entras el Sr. Obispo no dispone otra cosa .

Las Autoridades y pueblo entero prom eten a V. R. qu e, no s610 no consentiran qu e el Pa dre sea molestado pOl' nadie en 10 mas minimo, sino, al contrario, sera respetado, amado y qu erido d e todos, como en tiempos pasados; tenemos tambien la honra de que al co路 menzar la revo luci on, no so lo no se molesto al P. Aniceto Grima (2)

( I ) Esta poblac ion , de la isla de Camigufn, no pertenec[a espi ritual de los Padres de la Compan ia de Jes ll S. (2) Religioso Agustino Descalzo .

XLlI

a

la admini straci6n

de palabra U obra, sin o que estuvo sie m pre segu ro, bajo nuestro amparo, hasta que el quiso marcharse .

Este pueblo asegura la vid a del Pad re y una pensIon mensual, hasta que el Gobierno dispon ga otra cosa. Para esta pension no se mol estara al pueblo COli nu evo g ravamen.

AI terminar esta instancia, volvemos a supli cal' y rogar a V . R. se compadezca de nuestras almas , de nu estl'as esposas y de nu estros hijos, que si n auxilios esp irituales', Dios sabe cual sera nu estro fin. iVIaginog, a

17

de Junio de

1900.

EL PRESIDEN l'E L OCAL,

Domingo Tabamo.

Hay un sello al marge n qu e dice: iVIaginog Misamis.

Juan C odabis. - Gorgonio Bellosos. - Juan Ra11l0ra.- Cleto Be路 llosos .-'}uan de fa Riarte.-Patrict'o Labadan.-Leolleio Jame . Vellaneio L"bada1l . - Fdz'cz'allo Abdaba. - Gregorio Bac/lOneeito.Julicin Abueay(m. - Gregorio Alarte. - Juan Alarte. - Lorenzo P(lbanto. - Agustin Penesa. - Cdndido 1110net. - Eugenio Galope. Nicolcis Dagyando . - Gavino Laclza. -Poncia1l0 Pene sa . -)]1[artin Lacha. -Gregorio Fabre .-Fe!zi,e Chavel.- Valet/tin Fabres. - Sabas Pagaran.-Esteban Hosens. - 111{iguel lblh'iez. - lsi'/oro Taehin.Juan Chavel.- Luct'o Edaves.- Cayetano Nalllocntal .-Aurelio Pinacerrada. - Paulino Sabadag. -l11 ateo Galagucin.-Jua1l Sabadag .禄

Es copia.

Pio Pr, S.

J.

Dacumenta num. 31.

INSTANC IA DE LO S PRINCIPALES DE

CORTES,

T ANDAG ,

TAGO , TIGAO y LA PAZ.

<Rda . P. Superiar d e la Mision de las PP. Jesuitas d e Filipinas.

Manila.

Las principales de los pu eblos de Tandag, Tago, Kortes, Tigao y L a Paz, en Union con los demas ';V~cinos de dichos pu ebl os y barrios a ell os anexos, que abajo finnan, tienen el honor d e dirigirs e a V. R., y con el respeto debido, exponen: Que siendo de irnprescindible necesidad el que estos pueblos ten路 g an, como antes, su propio Parroco Misianera, que atienda a sus intereses espirituales, y sea, al propia ti empo , un bu en co~sejero y guia fi el qu e las canduzca en la senda del verdadera pragresa material, se hace indispensable qu e, cuanta antes, se restabl ezca路y se halle servida la Mision d e Tandag. A este fin, y canacienda par experiencia prapia el cela y virtudes, verdaderamente Apastolicas, del Religiasa Jesuita R . P. Francisco. de P. Sanchez, rogamos encarecidam pnte a V. R. se dig ne campadecerse de esta cristiandad, envianda a esta Misi6n de Tandag a su antigua Misianera, el mencianada P. Sanchez, tan amado. de sus feligreses, cama amante del progreso. maral y material de los mismas.

Por nu estra parte, prametemos salemnemente qu e atenderemas salicitas las necesidades de nuestro. Parraco Misianero, parque pueda vivir con desahaga y sastenerse con el decara d ebida en su sagrado ministeria, mientras atra casa no se acuerde par autoridades campetentes.

X LIV

>

Fundados en la caridad cristiana, creemos que no sera desechada nuestra petici6n,.

En su virtud, A V. R. rogamos y suplicamos humildemente se digne atender a nu estros ruegos, concediendonos 10 que arriba tenemos solicitado.

Gracia qu e esperamos conseguir de la bondad de V. R., cuya vida guarde Dios muchos afios.

Kortes,

[2

de Agosto de

' 900.

Hay un sello que dice: Jefatura local Kortes, Distrito de Sungao.

Si~ u en

las fumas.

Hila,rion l]fartinez. -EL DELEGADO DE Ju s TlCIA, Feliciano Cencol . - EL DELEGAD O DE P OLlciA, Anacleto Potuan . - EL DELEGADO DE RENTAS, Juan Quijades. - Luct'o Rosales. - Lvis Cortinez. - Sabin o Balili. - Pascual Clar. -Simeon C;ipOJOIt. - l]fa:.:inzo Bafil£.- FHL'!: Serrano. - Pedro CIaI'". - Donato Zomancas. - Vicente Casio . - Elias Guatum . -:- Alfonso lvella.

EL J EFE LOCAL,

H ay tin 'sello qlJe dice: Jefatura local Tandag.

EL JEFE Loc'AL DE TAND AG, Pedro Curado. -EL CAB. a DEL CENTRO, Policarpo Delirona. - EL DELEGAD O DE RENTAS, Manuel Se1Jl. - EL DELEGADO -DE P OLIciA, Jl{odesto Fabot. - EL DELEGAD O DE J USTlC IA, P. A. Salvador Cabrea.- L os PRINC IPALES : Esteban Acebedo.- Lazaro per,·z, - Felipe [)ias . - Juan Suarez . Victor Falcon. - Celestino Aubido . - Domingo Pil'"ez . - Julian Quiiion .- Jose Placa. - Serafin l]fu l'" dis . - L os C ABE ZAS DE EARAN GAY DE T ANDAG : I1figuel Aubido. - T omtis Quinolt.:.... lYratias iVlartinez . - Juan }]I[artinez .-Domingo Suaro.- Silllplicz'o Quz'fiones .

- Leon Palma . - Santiago BioI. - !::."stanis!ao Ravelo. - Monico Acosta. - Gabriel Ferntill·dez . - ' Fel~oe Arosta. -- Cah'!:to Suazo.

Cafi..:to Espinosa. - EL CAB! DEL CENTRO, lIfelquiades Laurente.-EL DELE GADO DE RENTA S, Ve· nancio Lauren/e . - EL DELEGADO DE POLiciA, Lorenz o Ce!eslifliJ. - EL DELEGAD O DE J US T/CIA, Simpl£cio Guillbl. - L o s PRINCI· PALES: Felipe Parejo . -Dalmacio lIfolttero.-Simoll Luna.-Tz'bur· do !'aurente. - Timo teo l]foltlenegro . - Angel Garcia. - Teodorico E L JE rE L OCAL DE T AGO ,

XLV

li/[ontenegro. - JVfargarito Laurente . - Feliciano PiJllentel.- l11iguet 1110ntero. - Fermin Kabrera .- Cirilo Jl.10ntero .- Felipe Pontevedra .

--Pra;rides Espinosa .-Esteban Montero .-Teodorico MOlltellegro.Jacinto Quico. - 11l[arcelino Pontevedra. - Nazareno Cabrera .

Bernardo Falcoll.

Asuncion Lozada. - EL DELEGADO DE POLlciA, Ignacio Garcia . - EL DELEGADO DE RENTAS, Pedro Pi1!Ze1Itel. - Gregorio j11idara. - COM O FUNDADOR, Juan Luna.EL DELEGADO DE JUSTIC IA, Antonio Laurmte. - L os PRJNCIPALE S: Lino Espinosa. - Telesforo Pimentel. - E17Ieterio Kabrera . - Luis LUlla.- Gavino Quiiiones. - 111arce!ino Garcia. -Agaton Catmlos. Adriano Lzma. - Urbano Pacheco .- Juan Garcih. - Tomas 111ontero.

- Antonio Consuegra. - Feltdano 111anzano. - Luis OrdrJiia. - Roque Garcia. - Buenaventura l11orsit,- Nazareno 111agatlanes. - Perfecto 111edrano. - Ignacio Laurente. - Santiago Luna . - Fabian Mon tero.

EL JE FE LOCAL DE LA P AZ,

Hay un sello qu e dice: Jefatura Local de Tigao .

Alejandro Korada .-E L DELEGADO DE JU STICIA, BIas Biasqltez .- EL DELEGADO DE P OLICi A, '.lose de la Trinidad . - EL DELEGADO DJ, RENTAS, Vicente Conde. - EL CAB ." DEL CENTRO, Santiago Grau. - L os P RINCIPALES : Juan Perez. - Bartolollll! Abdoa. - Pedro Baguol. - Vutoriano Avo . Pascual Ajis. - Angel Suartz . - Domingo 111aguiteng. - Apolonio 1I1arapao. - Domingo Corduvis . - 111argarito Curada. - Leon Agos.

-- Casimiro Aj'; . - Feliciano Alzate . - A.t>aricio Alzate . -l11elesio Blasquez . - 111onico Alzate . Âť EL J EFE L OC AL DE TIGAO,

Es

copia ,

P io Pr,

s.: .V!

S.

J.

Doc umento num. 32.

INSTANCIA DE LOS PRINCIPALE S Y VE CINOS DE

T AGOLOAN.

, Reverendo Padre Superior de la Compafiia de J esus en las Islas Filipinas.

Los que suscriben, Principales y vecinos de Tagoloan, a V . R., con el mas profundo I'espeto, exponen: Que no sabiendo los exponentes como pedirl e en debida forma la vuelta de su amado P. Cura Misionero, yal propi o tiemp o, siendoles muy indispensables para su bien espiritual, y sobre todo para la administracion de los Santos Sacramentos a nu estros e nfermos, que se ven desamparados, pOl' desdicha nu estra, de sacerdote en la hora estrecha de la muerte, y tambien para la prosperidad temporal de este pu~blo.

A este fi n, A V . R., humilde y rendidamente suplican, se digne tomar en consideracion 10 expu esto, y acordar 10 necesario para que pueda volver, 10 mas pronto posible, a este pueblo, nuestro amado Padre Misionero.

Es gracia que no dudamos conseguir de Ia notoria bondad de V. R., cuya vida gUal'de Dios muchos anos.

Tagoloan

12

de Febrero de

190

r.

P. D. A I terminar el anterior escri to lIegaron Providencialmente los R. R. P . P. Juan H eras y Jose Espa na con el .H. Beamonte, los XLV II

cuales nos han dicho que iban a T a lisayan y al pro pio ti em po para ver d a nde pueden establecer s u centro de residencia para la misian d e este D istrito; y consi derando los exponentes qu e este pueb lo de Togoloan , al parecer, reune las condicion es para el obj eto a q ue se p roponen los Padres, y a demas el citado pueblo 10 h a si do anteriorm ente.

Por 10 que, de n uevo a V. R. humild emente suplicamos , se sirva acordar que sea este pueb lo declarado Ce ntro de las Misiones del Segundo Distrito de Mindanao .

Gracia qu e no dudan alcanzal' de la reconocida bondad d e V . R., cuya vida guarde Dios mu chos afios.

Tago loan 15 de' F ebrero de 190 1.

Raimlmdo Sabio .-Pab!o Va!densa. - Tomds Fabricio .- Juan de !a Cruz. ,-Dionisio Casiiio .-Gregorio jVfadroiia! . -Anastasio Fac tu1'a. - Toribio Va!delzuesa . -lsido1'o Zmnor a. -;- Leoncio il1adrofia!.

-Loie l11artinez.-Ba!dome1'o Valde!,uesa .- Cenon Vi!!egas .- Casi",i1'o Tagocon. - Aiolinar Nabong. - VicOi te Factu1'a. - B ibiano Ba cani. - Jobito Tadeo.-Manue! Esingue.-Juan CasiFzo .-Eustaquio Laeno.-Luciano Jagualing . -Ci1'iaco Casifio. - Flav. Casifio. - Fi!o meno Madroiial. - -Bonzjacio Velzemen .- Rosmdo Nabong. - A!var o Cash1v . - Baltasa1' Sim. - l110ises Valddzuesa. - Q;'intin Abra gueiia .Âť

E s copia.

Pio PI, S. J.

XLVIII

â&#x20AC;˘

Documento num. 33.

iNSTANCIA DE LOS PRESIDENT.ES DE

PUERTO PRINCESA,.

TAYTAY Y BACUIT.

-

ÂŤAI M. R. P. Superior de la Compania de Jesus en Manil a .

M. R. P. Los Presidentes de Puerto Princesa, Taytay y Bacuit, Presiden cias qu e comprenden la totalidad del T erritorio Cristiano de la Isla de la Paragua, segun la nueva division dispilesta por las autoridades Americanas, en representacion de los principales y del pueblo en general.

A V. R . , con gran respeto y humildad, expo ri en: Que hay aqui seis mil Fi lipinos, residentes en la Isla, imposibilitados en cumplir con sus deberes relig iosos, apesar de ser fervientes catolicos, por falta de Padre qp e' les asista y guie porIa senda de la religion de sus mayores.

Esta Isla, apesar de estar muy empobrecida por el desorden y abandono en qu e se ha hall ado sumida durante los ultimos anos, ti ene recursos mas que suficie ntes para atender al sosteni mi ento de un Padre, el cual, residi endo en Puerto Princesa, podrfa dar misiones de vez en cuando en los demas principales pueblos;-comprometiendose solem nemente las Presidencias antes nombradas, a atender a los gas tos ocasionados por el Padre, si por el estado del Pais no bastaran a ello las contribuc ion es volu ntarias.

XLlX

En vista de 10 expuesto, suplicamos a V . R. que, considerando nuestra situaci6n, disponga la venida en Pu erto de un Padre d e la Compania de J esus, hasta tanto que, mejorando las condiciones del Pais, pu edan proveerse las demas Parroquias d e la Isla.

Favor especial que deseamos merec er d e la benevolencia d e V. R., cuya vida guarde Dios muchos allOS para bien d el pueblo cat61ico filipino.

Puerto Princesa

a cinco de Agosto de mil novecientos uno.

Eugenio l]lTorales.-Fernando S. Domingo.

EL SaBRE PRESIDENTE DE LOS PUEBLOS DEL NORTE DE LA PARAGUA. i ]1ariano

Rios. '

Es copia.

PIa Pr, S.

L

J.

Documento num. 34.

INSTANCIA DE LOS PRI NC IPALES DE AYALA .

.

â&#x20AC;˘ Reverendo Padre Superior de la Mision .

Nosotros, los principales y personas de representacion que abajo firm amos, vecinos del pueblo de Ayala, ante V. R. respetuosamente exponemos: Que, habiendo observado mucho tiempo las graves necesidades qu e se ocurre en este pu eblo, esp ecial mente de los que mueren sin el a uxilio espiritual , por fal ta de un Sacerdote que debia suministrar los S'intos sacram en tos de nu estra santa reli gion, sin embargo que la Cabecera de Zamboanga, Santa Maria y T etuan ti enen pr. Misionems, destinados para ello; [to cual], no solamente a los vecinos de los mismos, sino qu e deberia suceder 10 mismo a todos los p ueblos de la provi ncia, segull nu estro pareser; pero como vemos qu e aun no bastan sus atensiones a los pu eblos expresados, por cuya razon: A V . R . suplicamos humi ldemente que, teniendo por presentada esta in stancia, se dign e conceaernos lin Padre Misionero a esta parroquia para el illdicado obj eto, qu edando al cuidado nuestro el alcance c1e todas las contribucion es que sus feligreses pueclan c1ados.

Gracia qu e no duclamos alcanzar del generoso corazon c1e V. R . , cuya vicla guarcle Dios muchos afios.

Ayala

-30

de Octubre de

190 1.

Ramon iV/acaso Cruz . - Raymundo Bernardo . - Luis Enriquez .

- Celedonio Aristoll. - Rafael Ellriqu~z. - Sebastidn A,-istoll. (Siguen otras noventa y ocho firm as en el original.) > E s copia.

Pio PI, S. LI

J.

Documento num. 35.

INSTANC IA DE LOS PRIN CIPALES DE LAOANG (IS LA DE SAMAR).

芦AI M. Rdo. Padre Sup erior de la Compania de J esus .

Muy Rdo . Padre: L os firm antes, Prin cipales d e este pueblo de Lao路 ang ( r), ell su nombre y en el del p ueb lo qu e representan, a Vuestra R everencia, co n el respeto y la sumisi6n d ebida, exponen: Q ue haJlandose -esta Parro quia vacante por haberse retirado a l pr6ximo pueblo de Palapag el presbitero qu e la desempenaba don W enceslao Singson, qu edandonos todos estes vec inos ' en el mayor abandono y d esconsuelo, sin 路 105 auxi li os necesarios en nu estra -Santa R eligi6n Cat6li ca, Apost6lica y Romana, qu e todos nosotros d eseamos conservar para salvaci6n d e nu estras alm as, y qu edandonos, asi mismo, sin un Pad re , com o so n los de la Compania d e J eStIS, qu e con sus sabi as pa labras y sus bu enos consejos nos guie por el camino moral, justo y verdadero del bien, y abriguemos la esperanza de qu e por Nu estro Sefior, EI Todopoderoso, sean perdonadas nu estras culpas y pecad os; nos atrevemos a molest ar la atenci6n de V . R. en Suplica de que se ~i rva apoyar a estos d esgraciados vecinos, a fin de

(I)

No pertenecia ,I la Mision ele 1:\ Co m pania de JCSlIS.

LJ I

conseguir venga ;i este pu eb lo para su miston Pastoral, un Padre de esa Compalifa qu e nos auxilic y nos ampare en nucs tra Santa .

Religion.

Asf esperamos aJcanzar de V. K. cuya vida guarde Dios muchos anos.

Lao路 ang

/0

de Agosto de

[902.

Leandro in/ante. -Roman Aubuc/te.-Ji1ariano ill/ante.- Cmo" LJloncada . - R01fZualdo fjts . - Pedro Gita. - Gabriel Giras. - .Juan Infante Garcia. - T01llas Vica. - 11{ariano Acebroll. - AjJolinario Delmolt. - Severino Geta. - Salvador Trineo. - Vicente Galit. }}[arianito Giray. - Nicolas Gsal. - A"turo Sosittg. - AgrijJino In/ante. -Faustino Froylan.- Guillermo In/ante. - Juan 111oncada.

- }11arcelitto Balattquit, - Feliciano Acebroll, 禄

Es copia.

Pio PI, S.

PrincipaHa de f..-\a nay .

LlIl

J.

III

VUELTA DE LOS PADRES MISIONEROS

CART A DEL P. G REGORI O P A RAC H E AL

P.

S AT URN INO URI OS

EI P. Pa rae he es e nviado Ii Cebu . - De Cebu pasa Ii Siquijo r. - Celebra la fi esta d e :\avidad en Dumaguete . - \'ueh'e a Siqu;jo r. - Se dirige Ii Da p itan , do n de es m uy bien .reeib ido . - \'isi ta los pueblos de Dip610g y Lu b un ga n. - Ye ndo Ii Duhi nob, es agredido Ii tir~s . - Tras eorta perman en eia en Du hin ob, Lu bunga n y Dip610g, vue lve a Manila.

Manila, 5 de j unio de

1900 .

P. C. Mi siempre muy amado en Cristo P . Urios : EI dia 27 de noviem bre del ano pasado , sali de Manil a para Cebu en el vapor Adelante.

EI P. H eras, cautivo en Cagayan, habla manifestado al R . P . Superior 10 mucho qu e los conso laria a' el y a sus companeros, si uno de los N uestros pudi era atenderles desde Cebt't. El R . P . Superior, que no tenia otro de qu ien disponer, me mando a m!. Va a ntes de Navidad pude enviar a Ips de Cagayan alg unas cosas que, segti n creo, endulzarian algo las a marguras de su prision . T a mbi en tu ve ocasion de escribir al P. Diego , soli tario en Butuan.

D espues de la fi esta d e la P urisima Concep cion, los naturales de la isla de Siqu ijor se dirig iero l1, por seg unda vez, a la superior A utorid ad ecl esiastica de Cebu, pidiendo, con mu cha instan cia, un sacerdote, pu es carecian de todo auxilio esp iritual, desde la salic.la de los Padres R ecoletos . EI Sr. Provisor, D . Pa blo Singson, 11 0 po dia disponer mas qu e de Ull clerigo j oven , orden ado hacia pocos meses , y Ie d olfa enviarlo alla , sin com paijero sacerdote . E n esto, me dijo un d la el Sr. Singson , si tendria inconveni ente en acompaii ar a tS

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226-

Siquijor a dicho sefior cierigo, t oda vez que mi obj eto era acercarme Me parecio muy bien, y tambi en 10 vio asi el R . P. Suo p erior cliando se 10 escribi, d ado que en el Salvador 0 Tagnipa, y en todos aquellos pueblos d e la costa de Mindanao, hay muchos siquij ornones, y por ellos esperaba tener ocasion de escribir y saber de los Padres, pues por los mismos sab iamos, que los d el Salvador eran los que mas y mejor los socorrian.

El vapor Eais , d e los sefiores Veloso, nos llevo alla, sin' cobt"arnos pasaje. F uim os directamente a Dum aguete, en la isla de N egros, donde permanecimos el ti empo qu e para la carg a y descarga n ece路 sito el vapor; y al volver este a Cebd , nos d ejo e n el pueblo d e Canoa n, uno d e los mejores d e la isla de S iquijor . Durante llUestra estancia en Du mag uet e, no nos d ejaron descansar un momen to.

Hada meses qu e no tenian Cura, con ser una poblacion d e 25,000 almas . Asi es qlle Ilovian bauti zos, y confesion es de enfermos y sanos, viaticos, extremau nciones, im posiciones de escapularios, b endiciones de candelas, y no se cu antas otras cosas bu enas, que nos peclian aquellas devotas gentes. Nos encargaron muchas misas cantadas y rezadas, y recibimos muchas y afectuosas mu estras de consideracion yaprecio.

E n Siquijor fuimo s recibiclos como 1I0vidos d el cielo. No se que mas h ubieran podiclo hacer, en su naturalidacl y senci llez , para ofrecern os sus respetos y mostrarnos su bonisima voluntad. Apenqs podia haber llegado a los cuatro 0 cinco pu eblos cle la isla el anuncio del arribo cl e los Padres, cllanclo ya habian veniclo a vern os comisiones de todas partes. Toclos , a porfia, qu erian ser los prim eros en lI evarnos a su pueblo. ProcUl'amos contentarlos como mejor puclimos, ' y ellos tambien se hici eron cargo de nuestra situaci on, pu es ya veian que no pocliamos acudir a toclos a la vez. Siqu ij or po see bu enas iglesias, y buenas casas parroquiales; tiene camino para carru ajes en gran parte cle la isla; y como las g entes viven en sus sementeras, y cle trecho en trecho se enc uentran casitas y gente, uno viaja casi continuamen t e en poblado. Fueron mu chisimos los bauti zos y confesiones , y no paraban d e traernos los enfermos d e las sem en teras a la iglesia, para que les administr,1ramos los santos sacra mentos .

Se acercaba Naviclad , y los cle Dumag uet e habian dicho qu e venclrian pol' mi, para q ue les celebrara, por 10 m enos , la misa de media noche . En efecto, por aqu ellos clias vinieron co n cartas clel sefior Presid ente , y aunqu e no les supo d el toclo bien :i los cl e

a Mindanao.

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2 27 -

Siquijor, a Dumaguete me lIevaron en una grande embarcacion, acompanado de g ente principal de ambas partes. Y para qu e yea V. R. el efecto qu e me profesaban los de Siquijor, !Iegaron a tomar precauciones, a fin de que los de Dumaguete no me detuvieran mas tiempo del concedido.

Asistio mucha gente a la ig lesia los tres dfas qu e estuve allf.

Bautice unos 600 ninos del pu eblo y de fu era de el, confese muchfsimo y visit~ a no pocos enfermos . Caso notable: qui en manifesto gran in teres en qu e me qu edara, diciendo qu e conven.fa mucho que tu viese Padre un pu eblo de tanta importancia, fue el pastor protestante, que me visito con mucho afec to varias veces. Lo mismo decfa el J efe 0 Gobernador. Vi qu e el pu eblo no ha tornado parte en la revolucion, porque se conserva tan sencillo como antes ; y 103 mismos Padres R ecoletos podrian vol vel' muy bien a aq uellas islas, co n solo qu e se atajara la propaganda qu e contra ellos hacen al gunos . I Can qu e g usto hubi era vi sto V. R. el respeto y confi an za con que se ace rcaban aquell as g entes ; como besaban y volvfan a besar la mana una y otra vez; como se agrupaban en la playa, cuan do fbamos a embarcarnos, dificultandol e a uno el dar un paso I L os de Dumaguete enviaron a Manila tres solicitudes: una al R . P. Superior, al IImo. senor Obispo otra (1), y la tercera al g eneral O tis, pidi endo Padres J esuitas.

Tambi en los de Siquijor los pidieron al Sr. Pro visor.

Al volver a la isla de Siquij or, un viento fu erte nos impidi o ir derechos a Canoan , de donde habfamos salido, y fuim os a parar al pu eblo llamado tambien Siquijor. Fue todo para mayor bi en . E s este pu"eblo el mas antiguo de la isla. No habian sus habitantes participado de las fiestas de Navidad, y 10 deseaban con ansi a:, y aun habfan pre路 parado a varios ninos para una funci on pastori!. Tuvieron misa cantada y sermon, y toda la fi esta salio muy bi en, de qu e quedaron muy contentos.

Con el sacerdote que dij e, nos divid imos la isla, y seguimos trabaj ando en 10 mucho qu e se ofrecia. Y o pase el dia del Santisimo Nombre de J esus en el pu eblo !Iamado Maria , del cu al habfa sido Cura el R. P. Alegria, que V. R . conoci o en Tagoloan el ano 188 r. D e Maria pase a L acy, que es algo mayor, y posee tal vez el convento mejor de Filipinas. Diez y ocho arcos de pi edra labrada ti enen los cl austros de la pl anta baja, y fu ertes colum nas, tambien de piedra, Slrven ( I)

El Rmo. S r. Obi s po de Cebu estaba po r ent o nces en Nlanil a.

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de arigues (I), y esta todo rodeado d e una ba laustrada muy vistosa y de una ancha caida (2) , ce rrada con cristales . La iglesia es mejor que la cateclral de Cebu. No podiamos d esear , ni imaginal' siquiera, mayores atenciones que las que aquellos buenos siquijornones tuviero n con nosotros. Prevenian todas nuestras necesidades, y aun los gustos qu e juzgaban podiamos tener. En los viajes, nunca dejaron de acompallarme dos 0 tres de los que hjlbian sido capitanes munici pales. Ellos mismos nos servian a la mesa por tu rno, y, ad IWllorem , toclas las noch es dorm ian dos pri ncipales 路e n el con vento . Me presentaban profllsa variedad de platos, nada escasos , y b ien aderezados pOl' ci erto; h asta que les suplique 'con mucha instancia, que no me avergonzasen mas con aquel trato deJicado y excesivo dispendio . A l !legar mas tarde a Cebu, me encontre con que, a fuel' de atentos y exactos, me habian enviado alia 12 1 pesos , que dijeron me pert ene cian pOl' derechos d e casamientos .

V. R. qu e sabe 10 que son los boholanos (3) , y como sll elen tratar a los Padres, estara ya viendo 10 generosos que a ndarian en ofrecerme primicias de pollos, pescado, huevos , cacao, cafe, camote, cebolias, platanos , pinas, armz, mangos, y hasta uvas , higos y esparragos. Limosnas para misas, habra para seis 0 siete Pad res a la vez, y responsos y bendiciones d e candelas y d e imagenes nu evas, cuanto hay que decir. En resum en: consolaba t rabajar en fa vor d e aquellas bu enas gentes. Yo me vo lvia casi joven en tre ellos, y no me ayudaban poco para andar unido con Dios)' darle muchas gracias_ EI Sellor les bendiga), remunere su buena volun tad y su fe . De L acy , donde estuve casi un mes, marche a Dapitan el 25 de enero , abandonando definitivamente la isla de Siqu ijor.

Cuatro horas no mas empleamos desde Siquij or hasta Pun ta Tagolo. EI que no sea un poco valiente para ver las olas sin miedo, que no haga este viaje en bote 0 banca; porque es un mal rato el que de ordinario se _pasa. P em Dios N. S. nos sa co de todo con biell, y los de Dapitan, qne nos l'ecibieron con mlisica , canonazos y repiq ue de campan'as, nos remuneraron con creces por las apreturas de a nimo Cju e durante el viaje pudiera mos haber pasado .

Mucha gente nos recibio en Dapitan, ,i pesar de Cj ue la hora no

( I) (2) (3)

Arigucs: col um nas de madera.

Carda: corredor 6 ga leria.

La isla de S iql.lijor pertcncce en lo politi co ala pro vi ncia de Bohol.

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convidaba mucho; pues era la una de la tarde, con el sol canicular de Filipinas. Ya nos tenfan preparada en el convento una muy abundante comida, y lu ego no faltaron obsequios y regalitos.

La primera misa se canto en sufragio de las animas benditas, y los cantores, qu e dicho sea de paso, cantan 'con mucha afinacion, parece tenfan este dfa interes especial 0 tal vez particular devocion .

Lo cierto es que cantaron un Libera 11Ie, Domine, tan sole m~e, cllal nuhca 10 habfa oido. S eguram ente que ni los de Zamboanga son parte para que Dapitan no tenga los mejores cantores de Mindana o.

IBien por el P. Obach y sus compatieros de Mision! Ademas de e.s ta â&#x20AC;˘ cantada, en Ia misa de Requiem, los principales quisieron otra misa cual comulgaron todos ell os. H ermoso ejemplo, que imitaron sucesivamente los demas pu eblos .

Al d,a siguiente de nu estra llegada , vinieron los principales de todos los pueblos a saludaI' al Padre, y a pedirle con instancia fl1cra a visitarlos, siquiera pOl' un aia, para que el pu eblo pudiera oil' la santa misa. En un principio me temf que no podrfa complacerlos; pero lu ego , como recibf cartas de los Padres presos en Cagayan, que me decfan no convenir que yo fu ese aHa, pud e visitar los pueblos de Dipolog y Lubungan, y p erm anecer en ellos algu nos dfas. Entre tanto los ' americano" iban ocupandci los distri tos de Misamis y Surigao, y disponi endo, ocasionalmente, .la Iibertad de nu estros cautivos. Durante aquellos dias prepare a los ninos para la primera comunion, 10 que me servia de descanso de las muchas horas que tenfa que pasar en el confcsonario. Lo restante del tiempo se 10 llevaba n los matrimonios, que no fu eron pocos, bautizos, enfermos, enti erros y viaticos. Para todo me dab a Dios N. S. sal ud, tanto qu e nunca creo hab erla gozad'o tan buena y robusta. IOjaia que las fu erzas del espfritu caminaran a la par COil las de este cuerpo de mas de 6 I atlOS I El capellan de regimiento, D. Marcelino Carazo, se vino para Dapitan, desp ues de hab er hecho una campana espiritu al desde Gingoog, pasando pOI' todos los pueblos benefaciendo. Estuvimos juntos en Dapitan muchos dfa~, y me conto muchas cosas de Misamis. Nos separamos para irnos, yo a Lubungan, y el a la itaya, con la idea de juntarnos a celebrar la Semana Santa en Dapitan. Mas el martes de la quinta seman a de Cuaresma, 27 de marzo, me sucedio un caso inesp erado, que , a no ser Ia providencia de Dios, que velaba pOI' mi, hubiera trastornado rep entinam ente todos nuestros planes.

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Iba yo hacia Duhillob por la playa, acompafiado de dos batas, todos a caballo, cuando d esd e una banca, qu e navegaba en direccion oruesta, nos dispararon 8 · a JO tiros de mausser. A las primeras detonaciones gri taron los mllchachos: «I Moros!», y echaron a con'er, cada cual hacia dond e Ie lI evaba el instinto d e conservaciQn. Yo fu f hacia el bosqu e, pero no conte con la hu espeda de espesuras. malezas 'y grand es lodazales, que siempre hay en las cercanfas de los rios. Tuve qu e d ejar el caballo, y como para internarme habia pasado un estero , me vi obligado a dejar tambien los zapatos, que entre viejos y mojados , no me dejaban andar. Pronto vi que la banca atracaba, y que uno de los tripul antes venia en persec ucion nu estra. Todavia pude internarm e un poco mas y alejarme de la playa, como m edio kilom etro; pero al querer dirigirme hacia donde habia visto correr a Jos muchachos, para no separarme de ellos , ya nos alcanzo el matachin qu e, mausser en mano y apuntando, nos dab a la voz de: «i aJto I » , y ordenaba a uno d e los muchachos que se apartara de mi lado, porqu e solo a mi queria matarme. EI muchacho y yo Ie gritabamos: «i no tires, no tires 1>.

Fu era que no en trara en sus planes el matarme, a que no tu viera 6rdenes para ello, 10 ci erto es qu e dijo nos fues emos hacia d. ' Ya que estuvimos cerca, nos man do que voJvieramos a la playa, incre · pando me duram ente por haberme atrevido a recorrer aquellos pue blos, estando rigurosamen te prohibido a todos los Misioneros. Me pregunto si era yo el qu e, con los de Dapitan, hab!a recibido a los americanos , cuando lI egaron alia los primeros barcos. Yo, a mi vez, Ie preg unte quien era su amo. Incomodose con tal pregunta, y contesto: «Yo no entro en conversacion con un preso.» Un poco retrasado Ie vino este arran que de dig nidad personal, pues hacia ya rato qu e hablaba conmig o. Mi objeto, al hacerle la pregunta, era solam ente saber, si ibamos a caer en poder de los moros, cosa que y o hubi era se ntido mas qu e la misma mu erte, por la pena que el R. P. S up erior hubiera tenido en estas circunstancias . Al lI egar a la p laya, vi que mi jefe era un celebre zamboan g ueno, muy conocido mio , qu e ven ia huyendo d e los am ericanos . As! qu e me via , m e pidio perdon d e 10 sucedido, [lU eS si habia consentido en qu e me disparasen, fu e por creer me sacerdote am ericano. Pase la escusa, aunque yo no respondo d e su veracida d. D espues de haber habJado pacifica y amigablem ente d e vadas cosas, •.me pregunto a donde iba.

L e contest e qu e no t enia mas objeto que visitar las nuevas poblacio-

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nes de monteses, y bauti zar a los nifi os que hubi ese. - <Sf, sf, dij o, - y vayase a descansar. Âť - Fueron por el caballo y los zapatos, yalli mismo monte otra vez, y me dirigf al pueblo. EI105 tambien fu eron ali a, comi eron y se retiraron (I ).

D espues qu e en Duhinob hube bau ti zado a los ni'los y of do algunas confesio nes, me dirigi con mis batas a Lubun gan. Med ia hora hacia que andabamos porIa pl aya, cuando divisamos un grupo de gente qu e venia hacia nosotros, al parecer, con arm as. Pense en retroc edeI', pOI' si habfa de encontrarm e de nu evo con maussers; pero 10 conocieron ellos y nos saludaron agitando los sombreros. Eran el Presidente y principales del pueblo de Dipolog que, habiendose enterado de 10 ocurrido, y creyendome pre$o, venfan pOl' mf en gran numero, dispu estos a todo, en razon de ponerme en libertad. Se habian preparado para todo 10 qu e pudiera ocurrir, y venian provistos de todo g enero de vi tu allas: panes ti ernos, dulces, refrescos, etc., y ofrecianlo de tan graciosa manera, que casi Ie daban a uno ganas de qu,e 10 mataran una vez al mes, por 10 menos, para verse objeto de tan afectuosa manifestacion. Dios N . S. se 10 pague a los de Dipolog, que yo, de mi parte, no olvidare su caridad en todos los dias de mi vida.

Era ya de noche cuando lIegamos a 'Lubu ngan. Alii estaban aguardandonos muchos hombres, veni dos de Dapitan, con un piquete de tropa, que mandaba el Sr. Presidente . Casi, 0 sin casi, sentian que los de Dipolog les hu biesen lIevado la delantera. PO I' otra parte, el Presidente de Di polog no se separo un momenta de mi lado. Cenamos y salimos por mar , ala sirga, con la griteria qu e es de suponer,

( I ) Can motiv o d e esteatentado, los dapitanos expidieron la siguiente certifi - . caci6n en favor del P. Parache:

ÂŤE I Presidente provincial de este distrilO y principaJes vecinos de esta Cabecera, que suscriben, Certifican: que el R . P. Gregorio Parach e de la Campania de Jesus, durante su perma nencia en esta Cabece ra, no ha dado lugar ni causa para que Ie mataran, Is ic] como Ie su cedi 6 e n Duhin ob, el 27 de Marzo proximo pa sado, ni ha agraviado como Sace rdote, ni como hombre particular, n i en Jas predi caciones, Ili en otras

a

partes, ni se Ie h~ observado cualquiera cosa co ntra ria la Reli gion; antes bien, ha procurado con vi vos de seos qu e los fieles cum plan los debe res que Nues tro Sefior Jesucristo nos impon e. Y para que con ste los efectos que Ie puedan conven ir, cxpiden el prcsente que firl1lan en Dapiran 10 de Abril de Igoo.

a a

EL Siguen trein ta y nue vc IJrl1lus.Âť

PRE SIDENTE P ROVINC IAL:

Eugenio Do)"miel.

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habiendo tanta g ente. Al .ll egar a Dipolog , estaba todo el pueblo ilumin ado y repicaban las campanas . Eran las dos de la madrugada, y parecfa el fa claro . Aquf me eletuve todo 10 q ue restaba de la semana.

Interin entraron en Dapitan las tropas norteamericanas; y, habi en do ei J efe mostrado deseos ele verme, pase a lla el lun es de pasion, don de perm imecf hasta el Martes San to, dfa en que el vapor l/IJactan me llevo a Cebu. Aquf encontre a los PP. Guardi et y Martin con el H. Gu iia, recien salidos del cautiverio d e Cagayan, y juntos nos fuim os a Manila, adonde llegamos el dfa 24 de abril.

Nada mas p Ol' hoy.

De V . R. affmo . siervo en Cristo, GREGORIO PARACHE,

â&#x20AC;˘

S.

J.

VIAJE DE LOS

PP.

VICT ORIANO BlTRI AN

Y SA LV ADOR GIRALT POR EL SUR DE MINDANAO

( De El Noticiero de Manila del dia

20

de abril de

1900.)

Vis itas a Zamboa nga., Jo16, Cota bato, Davao, Sigaboy, Mati, Manay, Caraga Hinatlian.

e

ÂŤDeseosos de . faci litar a nuestros favorecedores una informacion extensa sobre el viaj e del vap~r But/ian al Su r de Mindanao, h emos recogido gran numero de datos, que hoy nos apresura mos a poner en su conocimiento, porque revelan el estado de aqu ellas tierras, cu yos pacificos habitantes han t ributado a los RR. PP . Victoriano Bitrian y Salvador Giralt, de la Compania de Jesus, un recibimiento por demas afectuoso y conmovedor.

Digan 10 qu e digan cuatro voceadores, en la masa del pueblo fil ipino estin infiltradas las piadosas creen cias qu e les lego Espana, como herencia de trescientos al10s de vida comun .

L os PP. Jesuitas antes citados, recorrieron en una expedicion al Sur, seno de Davao, y costa del .pacifico -de Mindanao, los pueblos de Zamboanga, Tetuan, Jolo, Cotabato, T amontaca, Davao , Sigaboy, Mati , Manay, Caraga e Hinatu an.

La mision de los Padres Jesui tas era inspeccionar el estado de los pu eblos abandonados por la fu erza de las circunstancias, y ver si conservaban la vida civil, a que habian sido reducidos, 0 si pOl' el contrario, volvien do a su estado anterior, se habian remontado . H emos recogido de labios de los PP. Bitrian y Giralt, impresiones alta -

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m ente consolad oras. La obra civilizadora, emprendida por Espaiia, no se ha perdi do, aunque este en inminente peli gro de perd erse. Pero no anticipemos los sucesos y vayamos por partes comen zando por ZAMBOANGA. En este punto no nos extenderemos mucho; nu estros lectores habran visto en la informacion remitida d esde Zamboanga por nuestro redactor corresponsal, alg unas noticias referentes a la ll egada de los PP . J esuitas (r). Estos se hospedaron en casa d el espan ol D. Santiago Ll ed o. EI Presid ente local d e Zamboanga es D. Isidro Midel. EI pueblo d e Tetu an y su iglesia fu eron hallados en

( I)

En la relaci 6 n al udida se lee 10 siguiente:

«E l 28 de Marzo ( 19°0), a las siete de la manana, lIego el vapor Butllan, a cuyo bordo venian los RR. PP. Jesuitas Victoriano Bitrian y Sal vador Giralt, de qui enes hablo mas adelante par haber constituido Sll venida 'un verdadero acontecimiento para esta cat61iaa poblaci6n.»

Y mas adelante dice: «La llegada de los PP. Jesuitas a Zamboanga constituy6 un ve rdadero aconteci miento, como digo antes. »De los pueblos y barrios vecinos acudi6 un gen tia inmenso a sal udar a los PP. Bitrian y Giralt. La nalicia de que es tos venian en el BuMan ci rcul6 ra pi damente por todas partes. EI P. Bitrian, que estuvo aqu! de Superior d es de primeros del aiio 18q6 ha sta Feb rero de 1899, es mu)' querido y respetado por los zamboanguenos. Tan Ia era la eoncu rren cia reun ida para reeibir a los Jesuitas, que apenas pod ian estos andar. Despues de su presentaci6n al Preboste, acompafi6 al P. Bitrian el Presidente prov in cial .11 pueblo de Tet uan, de donde reg reso por la ta rde para embarear inmediatamente y continua r su viaje por los otros pueblos de esta is la d e Mindanao. »E ntre tanto el P. Giralt, hasta las 10 de la manana, y dcspues de las 4 de la tarde, se ocupe en bautizar a los mu chos niiios que carecian de es te sac ram ento, par haber estad~ aqu! sin sacerdotl?s tanto tiempo. La igles ia, dopde es ta hoy in stalada 1.1 escuela de ninas (la de ninos 10 es ta en la antig ua ya reparada), estuvo tan Ilena de gente que en ella ya no cabia mas. »A las 7 de la noche del mismo dia sali6 el Bllittan para el Sur, y en ellos PP . Jesuitas, que pueden estar sa tisfecho s del co rdialisimo recibi m ien to de que han sido objeto en Zamboanga. »Un dctalle se me habra olvidado: Ai sabe rse que en el 1311/lUI1l llegaban los PP. Jes uitas, el pueblo ech6 al v uelo las cam panas d e la iglesia .• Mas abajo afiade el mismo redactor cor respo nsal, con feeha [6 de abri l: «Ayer tarde fondee nuevamente cl Bulltan en esta rada. En el Butltan han regrcsado de su expedi ci6n 31 Sur, los PP. Jesu itas Bitrian y Giralt. EI P. Bitrian se qued6 en Za mboanga, y el P. Giralt march6 a TCIUlln, administrando ambos los sacramentos del bautismo, confesi6n y matrimo nio prin ciral l11ente, a estos eat61i cos pueblos. EI re cibim iento ha si do tan cordial co mo el an terior.»

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.el mismo estado en que estaban antes de los azarosos sucesos por qu e ha atravesado to do el archipiel ago filipino; el pu eblo de T etuan ti ene por Presidente local a D. Juan Daga Manuel, quit n tuvo deferencias sin cu ent6, desviviendose para agasaj ar a los Padres. Al pueblo. de Tetuan acudieron a saludarles los vecinos de los pu eblos de los alrededores: Las Mercedes, Bolong , etc . Era un espe ctaculo imponente el contemplar a tantos millares de fieles agrupandose en brazos del P . Giralt, en su visita al pu eblo de T etuan. Poco pudi eron permanecer en Zamboanga, zarpando en seguida para

]OLO, en donde el P. Bitrian desembarco a los ru egos del espanol peninsular Sr. Portas, s;lrgento qu e fue de nu estro ejercito . En esta poblacion tuvieron lug ar multitud de escenas conmovedoras. D e todas partes acudia la gente a saludar al P. Bitrian y a presentarie los nil'ios para bautizar.

La iglesia y el convento estaban ocupados, y hubo necesidad de utilizar los buenos oficios del Sr. Portas, quien ofrecio su casa para repartir el agua del bautismo entre los hijos de aquellos cristian os habitantes, privados durante tanto tiempo de este consu elo . D e .Tolo dirigi eronse a COTABATO. Gran sorpresa y jubilo inm enso experimentaron los sencillos y honra:dos pobladores de Tamontaca, cuando vieron ellos a los PP. Jesuitas, despues de tanto tiem po de ausencia. D esgraciadam ente, Cotabato habla sido de las poblaciones qu e mas habian padecido por las depredaciones de los moros, y conservaba malos recuerdos de la epoca en qu e estuvo sin sacerdote .

EI Gobernador norteam ericano estu vo deferentisimo, guardando todo genero de consideraciones a los Padres, y dandoles facilidades para su visita a Tamontaca, de que hablaremos algunas !ineas mas abajo.

En la escuela de ninos celebrose eI Santo Sacrificio de la Misa, qu e presencio numeroso genUo y, despues de ella, hubo fiuchos bautizos y algunos casamientos . .Es digno de notarse que tanto en Cotabato, como en otras poblaciones, se habian celebrado matrim onios, sin la b endicion del sacerdote, pOl' supu esto; pero tod os con la promesa y la intencion de presentarse a los Padr.es, cu ando estos Ilegaran, a fin de que santificara aquellas uniones.

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Los moros cristianos y los tirurayes cristianos tambien, tomaron parte en la alegria g eneral, qu e se veia retratada en s us rosh·os.

D esp ues d e visitar Cotabato y Tamontaca, zarparon los Padres en el Butuan , con rumbo a DAVAO. Son Presidente y Vice·presidente locales de Davao, res· p ectivamente, los sefior es D. Damaso Suazo y D. Teodoro Palma Gil. Repetidas ve ces, a instancias d el pueblo, firmaron solicitudes, secundad os por la principai{a, pidiendo el regreso de los Padres Mi· sioneros, por el g ran prestigio moral que ten ian en aqu ellos contornos, y por creer que su vuelta seria el unico dique qu e les contendrfa en el estado civil, apartandoles del salvajismo primiti vo. Las instanci as, empero , no lI egaron a su d estino, porque sin duda, algu n fie! depositar io de la vo luntad del pu eblo, se las qu edo . Aqui, al igual qu e en todas partes, fu e una verd adera ovaci on para los Padres la visita, api nandose el pu eblo a su rededor para saludarl es e instarles a qu e se qu edasen. L os expedi cionarios qu edaron alta mente agradecidos a las bondades de los Esp anoles peninsulares, resid entes en Davao, y, en especial, conservan g rato recu erdo d el Sr. D. Nicolas Prada, me· dico, y D. Jose Bastida, Com el'ciante. D e Davao dirigi eronse a SIG ABOY . Este pu eblo esta situado en el mismo seno de Davao, cerca d el cabo de San Ag ustin. El entusiasmo y la al egria de aquella g ente sencilla son ind escriptibl es. Aquellos habitantes , 10'5 mas pobres y miserables de la isla , fu eron ta mbien los que mas se distingui eron en sus de most racion es de afecto. Pero diffcilm ente los pueblos reci eil formad os se conservaran en el estado cu lto, y si Dios no 10 remedia, d entro de poco las montanas volveran a ser sus viviendas. L os tagacaolos y los manobos con'en peligro de abandonar su vida actual, por otra mas azarosa, pero qu e aun recuerdan vivam ente . Despues de un dia de estancia en Sigaboy , se dirigieron los Padres a MATI. Esta poblacion nada ha sufrido pOI' los trastornos pasados.

EI anti guo teniente del tercio de policfa, D. Manuel G. Neila, bene· merito espafiol ra cli cado en el pais, organizo a aqu ellos pacfficos ha· bitantes, y los puso en condicion es de repeler cualquier agresion. As! se vi eron libres d e los asesinatos qu e ensang rentaron otms su elos menos afortunados, y no tuvieron q.u e sufrir las exacciones com etidas en otms pu eblos.

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Cuando la Hegada de las fuerzas norteamericanas, la mayoria de los habitantes abandono aquellos pueblos, desparramandose por sus viviendas de las semen teras. EI pu eblo de_ Mati estaba poco menos que desierto cuando llegaron los PP. Bitrian y Giralt, a pesar de 10 cual tuvi eron estos el mismo recibimiento generoso qu e en otras partes, toda vez que al solo anuncio de su llegada, la gente se pre cipitaba a bajar al pueblo, viendose este repoblado en pocas horas, con gran extraneza del jefe del departamento, que ignoraba cual pudiera ser la causa de aquella allu encia de gente. Viendo el Jefe norteamericano el .aprecio que tenian a los PP . J esuitas aquellos sencillos habitantes, exhortoles a que volvi eran para vel' si podian lograr que se repoblaran los pu eblos.

El trallco comercial es casi nulo en aquellas vecindades. D e este pu eblo, dirigieronse los expedicionarios a MANAY, CARAGA, BAG,'.NGA e HINATUAN, pu eblos situados a la costa del Pacifico . La navegacion fue p enosa por esta parte, pues el , mar estaba agitadisimo. Es increible el entusiasmo de los pu eblos arriba citados, al paso de los Pad,路es . La alegria se reflejaba en todos los semblantes, y todos invitaban a los Misioneros a que p erman ecie路 sen entre ellos. Con lagrimas en los ojos les pedian qu e no saliesen, y hasta hubo quien, para impedir que el P. Giralt marchase, aconsejo en su di alecto que se Ie amarrase , interin levaba an clas el vapor. EI P. Giralt, que par conocer el diarecto en que hablaban, oyo el con s~jo, les hizo broma, pu es comprendio qu~ era hijo del carino que Ie profesaban.

En el pueblo de Caraga, el Presidente local D. Dalmacio Ferran路 do, y los acaudalados propietarios D. L eo n Balante y D. Teodoro Pichon, acompanados de la principalia y seguidos del pueblo en masa, acudi eron a la"iglesia, donde se administro el sacramento de la confesion. Muchos fu eron los que esperaron turno, hasta horas muy avanzadas de la noche . A las tres de la madrugada del dia siguiente, estaba !lena otra vez de bote en bot e la iglesia; pero muchos no pu路 dieron satisfacer sus santos deseos . " En e] pueblo de Hinatuan, cuando se diviso el bote en que iba el P. Salvador Giralt, se echaron las campanas al vuelo , !I;lmose a tambor batiente a los vecinos y estos acudi eron al fallta/all, donde dieron muestras inequivocas de sus sentimientos carinosos p ara con su Misionero. Conduj eronle a I" iglesia, y una vez en ella, sin avisarle ni

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preguntarle nada, entonaron el Ye Deu11t para dar gracias ' aDios, porqu e les devol via a su antiguo Padre. Pronto, sin embargo, sufrieron una amarga decepcion al saber que la ida del Padre era solo accidental y que d ebia marcharse.

Para terminal' estas mal trazadas lineas, haremos un resumen de la impl'esion que en nosotros ha causado la relacion de los hechos arriba citados. L os pueblos d e Mindanao han con servado sus piadosas costumbl'es y hasta ell os no ha ll egado la ola l'evolucionaria, que tan profundos trastornos ha causado en Luzon y Bisayas. En algunos pueblos, sl, aprovecharonse de las circunstancias unos cuantos para lucrarse a costa d e los habitantes pacificos.

L a obra de Espana alii va a d eshacerse rapidamente, si no se Ie pone pronto remedio. N 6tase en algunos pueblos malestar, y a instancias de individuos d e sus razas, remontados todavia, muchos de estos estan proximos a abandonar elll ano. P ero 10 que debe n procurar con verdadero empeno las autol'idades norteam ericanas, es extingu ir el comercio de esclavos, esa vergonzosa trata de carne humana, prohibida con penas severfsimas y castigos ejemplares pOl' Espana, y que ahora, a merced de las circunstancias, ha vuelto a desarrollarse.

Dificil es la empresa, pero todos los esfu erzos qu e a ella ti endan mereceran los aplausos de las conciencias honradas, y constituiran un eminente servicio presta do a la causa d e la civilizacion . â&#x20AC;˘ transmitidas fielmente al papel, Estas son las impresiones recogidas, y que ampliaremos, ratificandolas 0 rectifid.ndolas, cuando de ella tengamos ocasion.Âť IMPREsr UN GENERAL .

CARTA DEL

P.

VICTORIANO ' BITRI AN AL

R. P.

SUPERIOR D E L A M IS I ON

LJ egada de los PP . Bi t rii n 'y Be nn isar i Zamboa nga . -Visitas al Gobernador . . ame ricano y al Gene ral Cob be. - En t revista co n el Presidente provincial en Tetui n. -Trabajos apost6licos de l P . Bitrii n en el pueblo de Me rcedes . - La fies ta del Corpu s en T ew an . - Dudasy sospechas del Genera l Cobbe sob re el des in te res de los Pad res en sus ministerios parroquiales. Abundancia de m i';s y escasez de opera rios .

T etua n,

IS

de junio de

1900.

P. C. Mu y amado en Cristo R. P. Su perior: Voy a seguir en la presen te carta el orden cronologico de los sucesos, a fin de que V . R. p ueda form arse idea exacta de todo . .

Llegamos a Zamboanga el dia de P entecostes el P. Bennasar y yo, poco antes de mediodia. Par la tarde dese mbarcam os , y al momenta nos lI a maron para asistir a dos enferm os en Magay. Este barrio esta formado hoy, mas qu e pa r moros, par cristianos qu e han cOl1struido en el sus c.asitas.

A l vernos la gente, la satisfa ccion y alegria se retrataba en el ras 路 tl'O de todos, menos en el de los american os, que estaban como asombrados al ver qu e g ran des y p equ er1.os nos radeaban pa ra saludarnos y b esarnos la mana.

En est a misma hrde fui a visitar al Gobernaclor americano , y Ie pedi el convento: me contesto qu e hablaria con el General, p ues de el d,: pendi<J" y qu e seria bu eno qu e hablase ' yo ta m bi en con el al dia siguiente . A si 10 hice .

El General Cobbe nos dio la bienve nida y nos manifesto qu e aquella misma tarde pensari<l d onde colocar la tl'Opa qu e ocupaba el

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convento . Inste, diciendo que trafamos eq uipaje, que debfamos des路 embarcar aqu ella misma tard e, y no tenfamos donde dejarlo . Mas el me respo ndio que 10 colocasemos e n la iglesia, mi entras bu scaba sitio para la tropa. Nos trasladamos, pues, a la ig lesia con el equipaje, y aq uf empezaron los disgustos con que el Sello r qu erfa probar nu estra constancia. En la igles ia estaba establecida la escuela, y no 'pude lograr que la Ilevaran a otra parte, sino despues de mucho trabajo.

El dfa siguiente, se presento a nosotros el Presidente provincial a pedirnos que nos pasaramos a vivir a T etuan (I). L e con teste qu e pOI' entonces no serfa posible; pero que estuviese en la conviccion de qu e T etuan serfa bien 'a tendido, pu es , mi entras estuviera en nuestl'a mano, uno de los Padres irfa todos los dfas a d ecirles misa, como ya 10 estabamos haciendo. Lu ego me pregunto pOI' que razon h<ibfamos ido a Zamboanga y si la in stancia que habfan firmado los vecinos de T etuan, era la causa de nuestra venida. R espondf que , con instaricia 0 sin ell a, tambien hubieramos venido, aunque quizas ell a acelero nuestro viaje. Con esto se despidio, al pare eel' no descontento.

Al dfa sigui ente, mi ercoles, fui de nu evo a vel' al General para saber su determinacion. Me pregunto si el G eneral Otis tuvo cono' ci miento de nuestra venida, y quien nos habfa dicho qu e viniesemos.

Le respondf que el General Bates habfa in stado a V. R., y que Mons.

Chapelle, sabiendo 10 mucho que nos d eseaban estos pueblos, habfa qu erido que no r etardasemos mas nu estra ven ida. Con esto parece qu e se convencio de que no eramos i.ntrusos, y nos repiti o la pro路 mesa de evac uar pronto el convento .

Era, pues, cosa manifiesta que, mi entras yo instaba para recu pe路 rar el ed ificio de Zamboanga, el Presidente provincial, a quien los americanos procuran com placer en todo, trabajaba para que no se nos entregara, a fin de que, d e esta suerte, nos,viesemos obliga dos a vivi r aquf , en T etuan . Al anochecer se presento el Alcalde D . Juan Daga Manuel, de parte del sellor Presidente a hacernos entrega d el convento e iglesia.

Al dfa siguiente, por Ia mallana, salf de Zamboanga y me vine aqui

a decir misa.

Entonces considera ndo qu e hacia cuatro noches qu e estabamos durmiendo sobre los duros bancos de la iglesia de Zamboanga, y que pasabamos el dfa en la igl esia, desprovistos de todo 10 necesario, (I)

Tetuan dista de Zamboanga unos dos kil'6metros.

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despues de haberlo tratado con el P. Bennasar, nos pareclO que sin perder de vista el convento de Zamboanga, nos viniesemos a residir en este pueblo de Tetuan .

Habian venido los alcaldes de Mercedes y de Ayala, pidiendo que fuesemos a pasar alii unos dias, con el fin de arreglar las cosas de la iglesia. A D . Manuel Saavedra prometi subir a Las Mercedes.

El domingo por la tarde se presentaron seis jinetes para acompafiarme. Con musica entramos en el pueblo; inmediatam ente b endij e la iglesia, en presencia de mucha gente , dejandola dispu esta para la misa del siguiente dia. Durante los tres que estuve alii, ap enas me dejar~n descansar; tantos fueron los bautizos, casamientos y confesiones qu e hubo. Creo que no qu edo nadi e casado civilmente. La Repubfica, segun ellos mismos confiesan, ha dejado huella en todos los habitantes, hoy arruinados pOl' las vejaciones sufri das. Sin embargo, la revolucion, como tal; fue una cosa postiza; por tanto, al desaparecer, qn edo el pu eblo con la misma sencillez y pi edad que antes.

Buena pru eba es de ello la caridad y agasajo con que nos trataron.

Les propuse hacer L1na procesion al cementerio, para cantar alii un responso por los difuntos del pueblo. Acudio mu cha gente, y , reo zando el Rosario, nos dirigimos al Campo santo, dond e nos aguardaban otros muchos del pueblo ocupados en lim pial' las sepulturas.

Despnes qel responso, les hice una breve platica, que, a mi parecer, produjo en ellos honda impresi on, pues el asunto era muy pr;ictico.

E stuve los tres dias aposenta'do en el convento, don de han quedado solas las paredes, y no enteras. Una cam a, un sil10n viejo y algun otro objeto, era todo el ajuar que yo tenia, y no habia mas, y aun esto preparado por D. Manuel Saavedra, cuyo comportami ento, como siempre, fu e excelente, La- vispera del Corpus, p or la tarde, a los acordes de la musica, y acompafiado, contra mi voluntad, por seis jinetes, sali de Mercedes para T etmin.

Ya estaba preparada lapalapala (I), y dispu estos los altares , y el

(I) Palapala. Palabra bi-saya que s ignifica andamio. Aqui se toma por el toldo de ramas vc rd es de coco u. olros arboles, qu e para Ja fies ta del Co rpu s, se leyanta en

los pueblos de Filipinas sabre todo el trayecto que ha de reeOffer la procesi6n. Su objeto es dar sombra durante el paso del Santfs imo Sacramento. En tiempo de los espanoJes concurrfan a levantarlo y adornarlo los cabezas de barallga.y, de orden de la Superior Autoridad civil (*). (* ) ÂŤEn s u primera sig ni ficacion, barangay es una Janeha 6 barco , y, segu n

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bulli cio era grande, por la afluencia de gente que d e otros pu eblos _ habia venido , por saber que se celebraba aqui la fiesta como sie mpre .

Al dia sig ui en te, la iglesia esta ba llena d e fieles y la principaJia ocu路 paba su puesto. Despues de Ja misa se organizo Ja procesion, y me causo g ran consuelo ver que los Sres. Presidente y Alcalde tomaron las dos primeras varas del palio.

Terminada la ,procesion, subieron todos al convento, y tambien algunos espall oles qu e habian venido de Zamboanga. EI dato Mandi, que habia asistido a la fiesta, se qned o en la calle. Manifeste yo deseos d e sal udarie, y entonces subio tambien, y se puso a mi lado.

Mas de una hora estu ve conversando con el, y parecio qne la actitud hoshl de Jos primeros dias, se habia trocado en satisfaccion y confi anza.

E I estado del pais es de paz. Hoy por hoy, no se ve probabiIi dad d e que sea turbada. L os sucesos pasados, el hambre y enfermedades , hi. perdida de los carabaos y de las vacas, qu e tanto abun daban, las arbitrariedades, exacciolles violentas y temores, a que estuvi eron sometidos estos pueblos, han hecho que recuerden con horror el tiempo de la Republica.

N uestro estado de salud es sahsfactorio, y las ocupaciones muchas. A todas horas vienen d e los pueblos, unos, para qu e bauticemos a sus hijqs; y otros, a preguntar cuando se podral) casar.

La actitud de la gente del pueblo, en general , es la lIl1isma qu e antes para con Ilosotros ; quizas mas afectuosa aun.

En los dias borrascosos qu e al principio pasamos en Zamboanga, el interprete del Gen eral, por comisi6n de este, (segun tengo en tendido), fue indagando, con muchas precauciones para qu e yo no me enterase, cuales y cuantos eran los derechos que cobrabamos por bautizos, matrimonios, etc. Supong o que alg ui en Ie iria con cu entos.

Procure qu e llegase a sus manos una nota exacta de todo, en que IE' dab a a entender que , de Jas tres partes en que , segtln arancel, se dividen los derechos de entierros, a saber: una para la iglesia, otra .

t radiciones, que es f.1cil recoger entre los indios, lo s qu e venian en un barangay formaban una tribu separada y se gobern-aban por sI solos. De ahi la pal abra baran gay 6 cabece ria, que si gni Aca u n numero de fa m ilias, cons titufdas en determinado punta, formando poblaci6n bastante para ocupar una embarcaci6n de esta clase; con 10 eual se manifiesta el modo como los natu ra les fueron, en parte, poblando esta s Islas por barangayes di ri gidos por su principal, lIamado, por es te motivo, cabeza de barangay .禄 (Et Archipielago Filipino, T. I., pagina 163).

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para los sacrista nes , y otra para noso tros, solo cobraba mos las dos prim eras, condonando la que nos toca . No he v uelto a saber mas.

Dia 18. Ha salido hoy el P. Bennasar para Ayala, dond e estara tres 0 cuatro dias. Poco es ; pero nu estras ocupaciones SO il tantas que no permiten hacer mas . Si viniesen un Padre y un H ermano se p odrfa estar algunos dias en cada pueblo , y no se dejarfan las cosas, como ahora, solo comenzadas. Hace dias-que estan llam a ndo de Ja Isabela.

Convendria, ademas, hacer en cada p ueblo la primera com union de los nifios y nifias . Estamos celebrando la novena del Sagrado Corazon en este pueblo y en Santa Maria.

Parte de los soldados que ocupaban el con vento de Zamboanga, 10 han ya abandonado. Para los restantes se esta arreglando casa.

Nuestros afectuosos recuerdos a todos. En los 5S. SS. y 00 . de V. R . I11Ucho nos encomendamos.

Affmo. siervo en Cristo, VrCTORIANO BlTR IAN,

S. J.

â&#x20AC;˘

CARTA DEL

P.

GUILLERMO BEN NASAR AL

R.

P . PROVINCIAL

Ocupaci6n con tinua de los Misicneros . - Fiesta en Tetuan. - La solem ni dad de N uestra Senora de l P ilar en Zamboanga. - Visita al Gene ral norteameri cano.-Restablecimiento del catecismo .

Zamb oanga ,

20

d e octubre tl e

1900 .

P. C. Mi reverendo y muy amado en Cristo P. Pro vin cial: Ahora qu e ya me he repatriado, no .quiero pasar mas tiempo sin ponerle siquiera cuatro lineas, aunque ya se qu e Ie han enviado copia de las cartas del P. Bitrian al R. P. Superior. Por elias habra visto V. R . la actitud en que hallamos a las Autoridades locales a nu estra lI egada, y qu e por la poca prisa que se daban los american os en desocupar el convento, tuvimos que trasladacnos a T etu<l n. Ahora ya estam os aqui, aunque yo voy todos los dias a decir misa a T etuan, por d ar gusto al Presidente provincial, y porque a.sl conviene.

Padre, la mies es muchisima y los operarios poqulsimos. H emos instado dos 6 tres veces al R. P. Pi, para qu e nos envle otro Padre; pero siempre recibimos 1a misma respu esta: ill O puedo ! Cabalmente hemos llegado en un tiempo, en qu e han reinado, y rein an todavia, unas calenturas muy malignas y raras, que dejan al enferm o sin sen tido. Las defunciones son mas del dobl e que en tie mpos normales; asf es que con tantos enfermos, muchos d e ellos a larga distancia, binemos que pasar casi todo el dia montados a caballo. EI R . P. P i nos encarga con mucha solicitud y caridad que nos cuidemos y qu e

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no trabajemos demasiado. Pero cuan dificil es hacerlo. Y si no vaya una prueba; Supongamos que uno recibe, aviso para ir a confesar a un enfermo, y que de puro cansado deja de ir, y al dia siguiente sabe que aquel enfermo ha mu erto sin confesion; i sera facil quedarse tranquilo y sin ningtm remordimiento? Dira tal vez alguno; que se entere 'de como esta el enfermo, y si la cosa no urge , que la deje para otro dia . Es inutil; quien conoce este pais, sabe cuan dificil es averiguar el estado del paciente . .iPiden confesion?, pues no hay mas que ir a exponerse a qu e el enfermo se vaya al otro mundo, sin el correspondiente pasaporte. P ero pasemos a otro asunto.

Por 10 que toca al pueblo, este responde bastante bien; y si hubiese mas Padres, creo que todo seguiria como antes. Hasta ahora no hemos creido conveniente organizar de nuevo las asociaciones del Sagrado Corazon de Jesus y de las Hijas de Maria, aunque para ella se nos insta y a nosotros no nos faltan deseos; pero seria imposible poderlo continuar cual 路conviene. Lo peor es que en todas las fiestas de alguna solemnidad, se vuelven algunos a sus casas sin haberse podido confesar, y esto retrae bastante.

El primer domingo de octubre ll egaron aqui, de paso para Davao, los PP. Mateo Gisbert y Juan Martin y el H. R amon Morros . Aquel dia celebraba yo gran fiesta en Tetu an , y por la tarde quise que estl1viese presente ~i'-la funcion el P. Martin, que nunca habia estado en ' aquel pueblo. Ql1edo muy complacido y bien impresionado, no solo por la muchisima gente ' qu e habia en la procesion, sino tam bien por el afecto con que todo el mundo nos saludaba.

H emos c'e lebrado ya en Zamboanga, Tetuan, Mercedes y Ayala , y hoy mismo en Santa Maria, la primera com uni on de ninos y ninas .

EI dia 12, de aCll erdo con el Sr. Alcalde , se empeno el pueblo de Zamboanga en cel ebrar, con solemni dad inusitada, la tradicional fiesta de la Virgen del Pilar, y a este fin, se abri o una subscri pcion, que dio bu en resultado. Por la manana, con asistencia de muchisimos fieles, hubo misa cantada a toda orqllesta y sermon, que predico el P. Bitrian. El Sr. Alcald e tuvo tambien empello en que por la t~rde se fues e en procesion a la cota a fll erza dedicada a la Virgen del Pilar (I), donde, incrustada en la parte posteri or del edificio, se venera (I) 芦 Esta fortaleza, Ha mada del Pilar, co n gr uesos l11uros de piedra, cuarteles en s u in terior, aimaccnes, etc., construlda bajo la direccion del P . Melchor de Vera, de Ja Co mpai'iia de Jesus , ha prestado inapreciabl es servicios en las anti g ua s invasiones de moros piratas ,禄 ( Ei Archipiel{1go Filipino, T . 1., peig. J 27 )路

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una antiquisim a imagen, a la que profesan mucha d evocion estos buenos zamboanguenos, muchos de los cuales van alla todos los Mbados, los mas con una cand ela para qu e arda delante d e la Virgen.

La procesion se celebr6 en efecto; pero momentos antes de qu e saliera, ocurrio un caso imprevisto: el General a mericano , aco mpanado de un ayudante y del interprete, se presento en el con vento para ofrecernos sus respetos y hablar un rato con nosotros . EI P . Bitrian Ie dijo entonces que, si Ie pare cia bien, podriamos aprovechar aquel corto espacio d e ti empo . - No; ya volvere otro dia, - respondio el.

-No se moleste V. E .,- rep uso el Padre, manana iremos nosotros a su casa. - Con esto se despi dio. . .

Volviendo ala procesion , el acto fue muy concurrido y ordenado.

Casi todo el pueblo d e Zamboanga se reunio en la explanada que se extiende d etras de la fuerza. Colocada la imagen de la Virgen sobre un altar, alti levantado , la d evota multitud escuch6 de rodillas la Salve que se canto; terminada la cual, todos, con mucho ord en, volvieron a la iglesia.

El dia siguiente nos presentamos'al General, quien, despues de discui parse pOl' no haber ve nido mas pronto a visitarn os, nos pregunto si la iglesia podria sostenerse si n subvenc ion alguna, puesto caso q ue , com o no ignorabamos, el gobierno americano no dab a nada para el eulto catolico, como tampoco para ning un otro cu lto . Contesto p.I P. Bitrian que, pOI' 10 que tocaba a Za mbo anga , no habria dili.cultad.

Luego, aprovechando la ocasio n, Ie manifesto el Padre, el disgusto que en todos los indigenas habia causado la prohibi cio n de ensellar el catecismo en las esc uel?.s, disgusto que era parte para que algunos padres quitasen de elJas a sus hij os, como ya otros 10 habian hecho ( I). Contesto el General que el no habia dado tal orden, y qu e

(I) Dos meses antes de la feeha de la presente, el 22 de agosto, habfa recibido el P. Bitrian la comunicaci6n siguiente: ÂŤEl Gobernad or Militar de las Islas Filipinas me ordella haga constar que esta

dispuesto a asegurar.i los ci udadanos naturales de estas islas , que las disposiciones

sig uientes regiran en cualquier forma de Gobicrno Civil que pudiera es tablecerse en el Archipielago . ÂťBajo la Con stituci6n de los E. U. se garantiza entera libertad de cultos; ningun sacerdote pucde ser impedido 0 molestado en el ejercicio de sus funciones, desempei1adas en legal y pacifica fo rma, y una completa separacion debe cxist ir entre la Ig les ia y el Estado; as!, pues, cl Gobierno Civil que se es tableceni en 10 futuro en eSlas islas, dara las mi s mas scg uridades a los naturales de elias , y garan ti zara que no se obliga a ningun pueblo, ni ci udadano, a observar dcterminada for ma de

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nada sabia de eso; que serfa co'a del Preboste, y que ya veda de arreglarlo. Pues, . el que en America, siguio diciendo, no se ensene ninguna religion, dado caso que en las escuelas hay ninos de toda clase de sectas, me parece muy logico; pero tam bien me parece muy conforme,. y hasta poiftico, qu e aqui, donde todos son cat6licos, se ensene la religi on catolica. Y anadio, ademas, que si por aq ui viniera algu n ministro protestante (et pertenece a esta secta), Ie imp ediria predicar; pues la propaganda del protestantismo seria causa de divisiones, yel, ante todo, queria paz.

No es poco : Dios quiera que no sean sol o van as promesas.

Despues pregunto al P. Bitrhin , si querfa ser su profesor de idioma espallo1, que el, por su parte, Ie enseiiarfa el ingles. A esto contest6 el Padre, que con muchisimo gusto (aunque, por la multitud de ocupa cion es, qu iza no siempre podrfa cumplir tan perfectamente con di cho cargo, como deseaba); pero que se esperaban algunos Pa· dres de Espana y, como tal vez mandarfan alguno a Zamboanga, entollces podrfa hacerlo con mas libertad. Al oir que venian Padres de Espana, pregunto con un tantico de curiosidad y extraneza, que Padres eran esos y a que orden religiosa perte necfan. Dijole el Padre, qu e era n jes uitas . All riglzt, contesto el, que vengall jesuitas. Finalmente, el· P. Bitrian Ie rogo que, si ten ia alguna cosa que advertir, 0 sabia algo contra nosotros, nos 10 manifestase con entera libertad. Dijo que no ; qu e antes, al contrario, sabia que trab ajaba· mos mucho en bien del. pueblo, que eramos de todos muy queridos, Religi6n; que ninglll1 sacerdote sera molestado ni impedido por el Gobierno,6 persona alguna, en el desempei'io legal y pacifico de sus funciones; que no se destinaran fondos publicos p,ara sostenimiento de indi vidu os U organizaciones religiosas, que no se usaran procedim ientos judiciales para recau dar con tribuciones destinadas a1 sosten de las iglesias , sacerdnte, 6 comunidad religiosa alguna; que ningun sacerdote podra, por el mera hecho de serlo, ejercer ningun empleo del Gobierno 6 Autoridad, y que 1.1 sepa ra cio n de 1.1 Iglesia y del Estado sera entera y completa. »5egun la esencia del articu lo anterior, es claro que los pueblos, usando de Sll individual independencia de accion, poddn, si n que el Gobierno interceda, recha·· zar cualquier sac erdote que no fuera aceptable a la ma yo ria de los que forman la parroquia, c imp edir por medios apropi ados para el objeto, que dicho sacerdote ejerza fUl1 ciones en ella, siempre, cla ro esta, que esta acci on no fuera acompanada de procedimi e nto s violen tos .,) Ha sta aqui el decreto, 0 10 que sea, que en todo 0 en parte ru e dado a conocer por las ca lles de Zamboa nga. EI dia siguiente de]a publicaci6n del mismo, e l Prebas te , 0 el Gobernador, Ilam6 a los maestros ), maeS lras y les hi zo saber que, en adelante, ya no teni3n que ensei'iar el catecismo en Jas escuelas, ni cosa alguna 10 cante a religi6n.

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Y qu e teniamos sobre ellos mucha infiuencia, la que esperaba em路 pleariamos para afianzar la paz y tranquilidad, que ya habia. Con esto nos despedimos, quedando nosotros con la buena impresi6n qu e V. R . puede s upon er.

24 de octubre: nu eva~ tenemos y, por cierto, muy bu enas; que no todas han de ser mal as . Acaba de visitarnos el maestro, y nos ha dicho que el Sr. Gobernador Ie ha encargado que, en adelante, de路 dique cad a dia media hora a ensefiar el catecismo a los nifios. Me consta que la misma orden se ha pasado a los d emas maestros y maestras de los pueblos vecinos. Ya se van cumpliendo las promesas .

Que Dios ben diga a este buen General.

Con saludos para todo~ los PP. y . HH. de esa casa, suplico a V.R. no se olvide e n sus SS. SS. y 00 . de su infimo siervo en Cto .

GUILLERMO BENNASAR,

S.

J.

CARTA DEL P. GUILL ERM O BENN AsAR AL

R.

P. P ROV INC I A L

Visita a la Mi si6n de T am ontaea. - Tris te estado de esta poblaei6n. - Repatriaei6 n de al gu nos tam o ntacenses . - Su caridad para con las Madres d el Beaterio d e Manila . - Ven e raei6n en que tienen al difunto P. Jacinto Ju anm arti. - Estad o fa tal de la mora lidad publica en Cotabato . - Las es路 e uelas rege n tadas po r so ldados am eriea nos. - Ae t itud desea rada de los moros . - Cualidades m orales del Gobe rn ador actua l de Cotabato. - Sitio de Po ll oe por los mo ros . - EI primer d ia d el sig lo en Cotabato. - Hon rosa sepul tura dada a los restos de l P. J ua n marti en Tamontaea .

Polloc, 27 de diciembre de 1900 .

P . C. Mi muy amado en Cristo R . P. Provincial: Em piezo esta en Polloc, hoy, dia de la fecha, y n'o se cmindo ni donde la acabare, pu es tengo deseo de dade noticias, las mas exactas, del estado en que se encuentra esta desgraciada Mision del rio Grande.

Empezando pOl' Tam ontaca, alma hasta ahora de esta Mision , puede decirse qu e no existe, y ap enas si se conoce 10 qu e fu e. EI za路 cate 10 cubre todo . Como al partirse los P adres para Zamboanga, les siguieron mas de 60 familias, la poblacion quedo medio desierta ; y si anadimos a esto qu e, a consecu encia de la invasion de los moros el ano pasado, la g ente, acosada pOl' el miedo, fue a reunirse casi toda al colegio de las ninas, tribunal y escuelas, resulta que la poblacion, como tal, apenas existe . A 10 mas habra unas veinte casas, y estas habitadas solamente desde que el pueblo ha si de ocupado pOl' los am ericanos.

Cuando los moros saquearon y asaltaron el pu eblo de Cotabato, fu eron tambien a Tamontaca; y aunque mas de trescientos de ellos

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entraron en la iglesia, no tocaron ninguna de las imagenes qu e alii habia y hay a un, y se contentaron con lIevarse las dos aranas de cris· tal, la co moda, y algu n otro obj eto de la sacristia. Mas tarde Pian , el generalisimo de los moros, mando sacar muchas de la s hermosas maderas preparadas para la nu eva casa qu e iba a construirse.

Los habitantes de Tamontaca qu e, cuando se hizo la evacuaci6n, nos siguieron a Zamboanga, estan hoy esparcidos por los pu eblos d e aquel dish·ito, y algunos residen en J010 y Sa ndakan . A mi venida, cincu enta y ocho d e ellos se han repatria· do, embarcandose conmigo en el Bolz"nao, con pasaj e gratuito que les concedio el General. H e traido la imagen d e la Purisim a, Patrona de aquel pueblo, la qu e, al tener que abandon arlo por precisi on, trasladam os a Zamboan ga . Hicimos su fiesta, aun· que atrasada, eldomingo pasado .

A ella asistio much a ge nte de Cotabato , y el mismo Sr. Go· bernador, bellisima persona, de quien mas abajo pienso decir algo a V. R. Pantalan de Police Los de Tamontaca ti enen este alio muy buena cosecha de palay. Con todo , muchos deben ya g ran parte d e ella; pues como los moros, el ano pasado, 10 roba· ron todo , han tenido qu e em pe fiarse para hacer sementera .

Y a proposi to del palay : este me trae a la memoria 10 mucho que los tamontacenses se acuerdan d e las Madres del Bea terio . Cuando estu ve en Tamontaca, no s610 todo el mundo me preguntaba por elIas, sino que, al decides yo que no 10 pasaban muy bi en, ya por ser muchas las que se han refugi ado en Manila, ya ta mbi en por an dar alii todo muy caro, me contest6 una muj er qu e siempre les ha sido muyafecta: <Pu es yo les voy a man dar cllatro cabmzes de palay .> Supieron esto otros tamontacenses, y tambi en ofreci eron su limosna,

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de modo que tengo ya re unidos unos treinta cabanes, . y aun confio reufrir algunos mas . Tambien espero que no ha de fal tar vapor que me los lIeve gratis a路Manila. Dios se 10 pague a todos. Creo que a las Mad res les hacen con esto una buena obra de caridad. I Pobrecitas I Ja mas pod re olvidar la abnegacion, paciencia y constancia con que han trabajado en aquella mi querida, y hoy tan desgraciada, Mision .

Cuando los tamontacenses me vieron lI egar, corrieron todos a verme , los mas 1I0rando como chiquillos. Los pobres no cesan de con tar las tribulaciones, miserias, hambre y sustos que han pasado .

Atribuyen todos el no haber sido victimas de los moros, a su Patrona, la Pudsima Concepcion, y a que su P adre, (el difunto P. Juanmarti), estu vo rogando por ellos. No puede V . R . fig urarse el am or y con路, fianza que tie nen los de Tamontaca en dicho Padre . Algunos no se contentan con ir al cementerio a rezar pOI' el eterno descanso de su alma, y a e nce nder candelas, y a encomendarse a d, sino que para contemplar sus restos mortal es, Ilegan hasta abrir su sepulcro . Tres veces se ha encontrado abierto, y otras tantas se ha vuelto a cerraI', y, alll egar yo, me dijeron que volvia a estar abierto. Por este motivo, y porque me temo que algun dia desaparezcan los restos, he resuelto trasladarlos a la iglesia juntamente con la lapida que tiene su sepulcro.

Alii no estad n tan facilmente expuestos a una profanacion, 0 a un piadoso secuestro.

D e Cotabato i que Ie dire a V . R.? lAy, Dios mio! I cuanta mi serja 1

Por 10 que. a mi toca, . he sido muy bien recibido; las manifesta ciones de afecto son muchas, y creo q ue sin ceras; pe ro eli as no me impiden ver 10 q ue hay en el fondo d e un mar tan cenagoso . Padre mio , si algun dia han de ven ir Misioneros a Cotabato , que sea muy pronto, pues si se deja abandonado mucho ti emfJo , cesara de ser pue路 blo de cristianos.

Se que en Cotabato se ha tratado de abrir una suscripcion volun taria entre los vecinos, para senalar a un Padre cincuenta pesos meosuales; pero yo me inclino a que no se cobre nada, pu esto que la hacienda de Tamontaca dada bien para el sustento de dos Padres, y el recibir algo de parte del pueblo, 0 haria al Misionero odioso, 6 Ie quitada li bertad. Mejor seria emplear dicho dinero en 'poner un maestro y una maestra, pOI' cuenta de los Padres , y dar a los ninos ensenanza catolica. Ad emas , tengo casi por seguro que maestro y maestra, . al ti empo de la cosecha del palay, reunidan 10 sufic iente

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para to do el ano, y con el producto de la penslOn podrfan sufragar los gastos de vestido y otras cos as necesarias. Actualm ente pu ede decirse qu e no hay escu elas. A los nifios les da lecciones de ingles路un soldado , y a las nifias otro, bajo la inspeccion d e una maestra. Y no hay mas . Y bien pu ede .estar contento Cotabato, si s.e compara con Ta路 montaca , donde un solo soldado hace clase a ninos y ninas juntamente.

P or 10 que toca a la cuestion politica, d ebo manifestar a V. R. qu e Cotabato no esta tranquilo, ni mucho menos. Las alarmas, 0 moro moro , co mo Haman aqui, son muy frecu entes. Hay mucha sed de venga nza que abrasa, no solo a los moros, mas tam bien a los chinos que to maron parte en el complot, matanza y saqu eo d e los cristianos . Ademas, los moros estan muy envalentonados; su osadia y desverg iienza no ti enen limites; los robos son continuos, y, no ya de noche, sino de dia , ya las barbas del duefio. Los americanos, entre tanto, observan impasibl es 10 qu e pasa. No hace muchos dias qu e, mientras un soldad o americano estaba muy tranquilamente sentado sobre路el tronco de un arbol, liando un cigarrillo, se Ie acerco un moro, y, de un solo golpe, Ie corto en redondo la cabeza. Y hasta el presente nada se ha hecho en razon de exigir la debida satisfaccion.

Ell medio de todo, hay que convenir en que, hoy por hoy, no pued en los american os hacer mas que estar a la defensiva, pues ni tienen ocupado a Tumbao, q ue es la Have d el D elta, ni tienen aqui un solo cafi onero, y, cierto , sin cafio neros, serfa temerario qu erer atacar a los moros .

Ahora hay un g obern,idor catolico y educado en un colegio d e los N uestros ; es hombre muy fino yatento, d e muy sanas ideas, intachable en sus costumbres, y qu e ti ene la g ente muy a raya . Todos Ie quieren . Es un caracter muy parecido al del Coronel Marina, hoy General, que, en los pocos meses que estuvo en Cotabato, se gano las sim patias de todos.

Tuve , hace varios dias, un a entrevista con el, aunqu e cortita, por no haber ti empo para mas; y, entre otras cosas que Ie dij e, Ie pregunte, si erda prud ente qu e yo pidi era a Pian los obj etos qu e se Hevo de la igl esia d e Tamontaca, y me contesto que no pasase cui dado, qu e eJ mismo se los pedirfa . La d e Cotabato esta sin piso, pu es 10 arrancaron los moros para aprovechar las tabl as , y a mi lI egada era un almacen del Gobi erno . Entre las varias peticiones qu e hice al Sr. Gob ern ador, una fu e que tuvi ese la bondad d e d eso.c up ar la igl e. sia, y as i se hizo al d ia sig uiente.

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Hasta ahora nada se ha hecho en Cotabato en 10 toc;nte a prac· ticas de religion. E n Polloc y Tamontaca, y 10 mismo digo de los demas pueblos, los fieles se reu nen en la iglesia los domingos, y rezan el Sto. Rosario; celebran, como pued en, sus fiestas, procesio. nes, novenas, etc.; p ero en Cotabato, como esta tan mal la iglesia, nada hay de esto, y urge que empiecen a hacer algo. Los paisanos me hablaron de abri~ una subscripcio n para levantar una capilla; pero a mi me parecio mejor qu e se emplease el din ero en la construccion del piso de la iglesia, de que, como he dicho, carece. L es dij e ademas, que antes de em· pezar a hacer reparaciones, exami nen los arig ues, y que, si hallan algu no de· ./ gollado , 10 empalmen.

'Polloc, en donde escri· bo esta, es el pueblo mas tranquilo del distrito. Aquf no hay, actualm ente, nino gun temor de moros. Estuvo meses atras bloquea· El P. Juanmarti recogi o aesto s ninos dulanganes, extenuados por el hamb re, y Ics di o asilo do por ell os, durante ' tres en e l Orfano troflo de Ta mon taca. dfas. Los hombres pelea: ron heroicamente, defendiendose de los barbaros , que atacaban por todos lados, mientras, reunidos en la iglesia, las mujeres y los an· cianos rezaban y los nin os lloraban. AIllegar el 6 de abril de 1900, tercer di<1 del sitio, Lorenzo, que es el encargado de la iglesia y con· vento, con grand e fe saco a Ii ventana del coro el Santo Cristo y la Virgen de los Dolores y, no sin sorpresa, a ntes de la noche ya se habfan retirado ' los moros, con la circunstancia agravante de que estos sufrieron muchas bajas, en tanto que los cristianos ·so lo tuvieron un h erido. Por 10 dicho, no extrafiara V . R. qu e los de aquf atribuyan su salvacion a la Virgen de los Dolores , cuya' fi esta se celebraba PI'''' 'cisamentb aquel dia; pues, realmente, de tejas abajo, no se concibe qu e tres mil moros no pudieran tamar en tres dias un pueblecito como este , defendido solamente por un punado de valientes. Con este moti vo son varios los devotos que me han encargado la oelebraci6n de misas, en accion de gracias al Todopoderoso.

Co.tabato.,

I -"

d e enero. de

1901.

Co.mo. ve V. R . ho.y, primer dia d el sig lo. xx co.ntinuo.¡la presente , e mpezada el siglo pasado. en PoHoc. Ojala el nuevo siglo. co.nvierta en dichas las calami dad es qu e ha heredado. d el anterio.r.

Ho.y he celebrado. aqui , asistiendo. el Sr. G?b ernado.r; y, al fin de la misa, h emo.s calltado. el Te Deum , terminado. ei cual se I)a h echo. la ado.racion nel Nino. J esus, Claro. esta qu e aqu i no. habia ninguna imagen del mismo., ni o.tra alguna de santo., pues to.das fu eron hechas p edazos el dia del alboro.to.; pe'r o me traje u'no , muy lindb, que enco.n t re en Po.llo.c, do.nde tam bi en hubo adoracion el do.mingo. pasado., Si el dia ' d e Reyes me es p o.sible, vere de hac er 10. mismo en T amo.ntaca. Asi to.do.s Io.s de estos pueblos habran po.dido. ado.rar al divino. Emanuel.

lamontaca,

2

de enero.,

Esto.y en c0ntinuo. mo.vimiento.: anteayer en Po.llo.c, ayer en Co.tabato , y hoy en Tamo.ntaca, A mi llegada h e visto que, co. nform e 10. habia encargado., han trasladado ya los restos del P. Juanmartf , y abierto. en la iglesia el lugar do.nd e han d e recibir mas ho.rirosa sepultura . Casi to.do. el pueblo. ha asistido. ho.y a la misa celebrada en sufragio. de su alma, y algu no.s han co.mulgado. co.n la misma intencion, Lo.s restos qtiedan ya depo.sitado.s in cornu epistolat, al pie de la cre dencia del altar d edicado. al Co.razon de J esus, de quien el P . Juan marti fu e ell vi da tan amante .

D ia 6 de enero. , fiesta d e 'lo.s Santo.s Reyes, y o.tra vez: Taino.ntaca.

H e pasado. esto.s' tres' dias en Co.tabato.. Ayer, antes de venir, fui aver a l Sr', Go.bern'a d0r, qui en, co.mo. siempre, estuvo. conmigo. muy co.mpl aciente, Me pro.metio qUi; en las escu elas se ensel1aria el cate.cismo, y qu e po.ndria una maestra en Tamontaca, para la d ebida separacion de -sexo.s. L e lpble del co.nvento., ho.y cuartel, y me respondio qu e a mi vuelta ya 10. enco. ntraria d'eso.cupado, pues sabia que era n1:1 estro., y las leyes de America respetan las pro.pi edades de la Iglesia, Po.r 10. que toca a lo.s o.bjeto.s qu e Pian saco d e Tamo.ntaca, me dijo que tuviera un Po.co de paciencia, que no. era o.po.rtuno. ni co.nveniente precipitar las co.sas; qu e poco a poco. ya ida saliendo. todo., D e lo.s

â&#x20AC;˘

P. JaC ln lO Juaomani , 1833 ~

t

, 897 ,

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doce herm osos arigues qu e se !levo el dato para hacerse un a casa, me aseguro que no tardarian en volver a mi poder.

Se aguarda de hoy a mallana el vapor Good-Suk, que hace viaj es de aquf a Zamboanga y Jolo, y espero irme en el.

Mis carifiosos afectos a todos ,"sos Padres y Hermanos, y V. R. no se olvide en sus SS. SS. y 00 . de su slervo en Cristo, GU ILL ERMO BENNASAR,

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S. J. -

CARTA DEL

P.

JUA N MARTi N AL

P.

MIGUEL GUARDIET

Destrozos de l ven daval revolucionario . - S u influen cia malhechora en los n uevos cristianos. - Re speto y arnor hac ia los Misioneros. - Excursi6n apostolica del P. Gisberl. - Deso laci6n en las ' reducci o nes de la costa de Sigaboy. - Minis terios del P. Martin en la Asunci6n . - Fi esta de Sa n Francisco Ja vie r. - Primera Comu oi6n.

Davao , enero de

1901.

P. C. Muy amado en Cristo P ; Guardiet: EI dia i.o de octubre del afio pasado Ilegamos a esta Mision el P. Mateo Gisbert, eI H. Ramon Morros y yo. i Que mudanza tan grande ha experimentado este pais en dos afios d e revolu"ion! T engo para mi que, d e todo Mindanao, es este el punto donde ha hecho mayores estragos el huracan desolador de los tlltimos acontecimientos. Las muchas reducciones, de que se hallaba sembrada esta comarca pOl' obra de los a nteriores Misioneros , han desaparecido. Fuera de la iglesia de D avao , no ha qu e 路 dado en pie ninguna otra: las campanas y los candeleros han sido robados y fundidos por los moros, y convertidos en lantacas (I). Lo mas triste es qu e algunos d e los nu evos cristianos se hallan muy bi en con las doctrinas de lib ertad para las practicas religiosas qu e les prediean algunos. Andan por aqui muchos samales con sus moilos largos

(I )

Lan taca. ,Arma de fuego: ca i'loncit o muy primitivD.

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a la antigua, y no hay qu e hablarl es de que se los COl-ten. N osotros, con todo, vi vimos aqui estimados y vistas con buenos ojos . L a j unta civil de Davao nos ha sefialado una p ension mensual de 60 p esos, y gracias a esta limosna, qu e nos ofreci eron ell os espontaneam ente, podemos pasario menos mal.

Ahora va a salir el P. Gisb ert hacia Santa Cr uz , Astorga, Malalag, etc., antiguos pu eblos, formados algun os por d , que en la actua lidad est;in asolados, con dos 0 tres casas a 10 mas, y sin iglesias , ni conventos habitables. Como el P . Gisbert. es muy con ocido en estos puntos, es de esperar qu e su presencia , con el favor de Di os, contri .. buira no poco a levantar de su ruina a estos pueblos.

Habiendome embarcado el dia 2 de noviembre del siglo pasado en una lorcha para Sigaboy, y Ilegado ali i el 3, a mediodia; pude permanecer en aquella costa hasta el [ 0 de diciembre. purante este ti empo record todas las visitas, hasta la punta de San Agustin, en las cuales bautice, case y cel.ebre el santo sacri fici o de la misa . Fui bien recibido de aquellos manobos y tagacaolos, que se alegraron mu cho de ver al P . Misionero. Exce pto Sigaboy, en todas las demas reduccioll es no halle ni igl esias ni casas. L a mejor reduccio n que vi fu e Pundaguitan, junto a la punta, dond e aun se conservaba el convento y la igl esia- en regu lar estado . En los demas pu ntos, como Ta gabili, Anunciacion, Nazaret, Luzon, Montserrat, to do ha caido . i Ah, Padre I I Se tuvo 'qu e abandonar todo aqu ello tan en sus co mi enzos I En Anunciacion me construyeron una pequena barraca, en la que celebre la santa misa. Son muy pobres en aqu ella costa, can tener -t anta riqu eza de alm aciga (I), de -que Dios les ha ll enado los montes. Los com erciantillos de fu era son los uni cos qu e se- aprovechan de ell a, constituyendo a la vez el estorbo mayor para qu e prosperen los pueblos, como V. R. no ignora.

En conjunto fueron 60 los parvulos qu e bautice y 40 las parep s que bendije en aquellas reducciones . Adultos infi eles no que dan por all i.

En Sigaboy celebre la fiesta de S. F ran cisco Javier, su Patrono, con mucha solemnidad y con a, istencia de los mllsicos de Mati. EI

(I) ÂŤ En Filipinas se da el no m bre de almaciga a la ma yor parte de las resinas am a rill entas y al g a aromatica s . Estas resi. nas 6 aimacig:J s abu ndan en Ilocos, Calamianes y Mindanao , sabre tod o en Davao.Âť (EI Archipielago Filipi no . T. 1. , pa-

g ina 6 32 ).

17

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dia de la Inmaculada se acercaron 20 ninos de uno y otro sexo a recibir la primera comuni6n.

Todos los principales se me ofrecieron para trabajar en el ade lanto de sus respectivos pueblos. I Dios 10 quiera I En los SS . SS . y 00. de V. R. se encomienda su infimo siervo en Cristo, JUAN MARTi N,

S. J .

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CARTA DEL

P.

RAIMUNDO PERUGA AL

R. P.

SUPERIOR DE LA MISION

Entrevista de los PP. Valles y Peruga en Cate!. -- La reco nstituci 6 n de los pueblos. - Necesidad espiritual que padecen . las Misi o nes d e H in atuan y Tandag. - Acopio de virtud, indispensable a los Mision eros de estas partes. - Mini sterios en Cate!. - Restablecimiento de las esc u elas en este pueblo. - Restauraci6n de los altares de la iglesia y reparaci6 n del cementerio. - Ascenso en el movimiento reli gioso de Cate!.

Santa Filomena (Costa del Pacifico), 8 de agosto de 1900.

P. C. Muy amado en Cristo R . P . Superior: A este pu eblecito, qu e apenas tendni cien p ersonas de todas edades, me he retirado, como para ve ranear tres dfas, y descansar un poco del excesivo trabajo que he tenido durante dos semanas en el pueblo de Catel.

Como mi Superior inm ediato, el P. Valles, qu e se hallaba en la parte de Caraga, oyese decir qu e andaba yo malucho y desmadejado, moviose a visitarme en Catel, a dond e lIego el 30 de julio, a fin de ayudarme con los consuelos de la caridad. Tuve la alegria, qu e es de suponer; asf porque no me gusta andar solo, como porqu e logre confesarme el dfa de nuestro Padre San Ignacio. Pero corto fu e el plazo en que pude gozar de tan am able compafih; pu es, internandose el Padre en el rfo de Catel, para visitar las reducci ones de Macedonia, San Alfonso y Aragon, yo, despues de quedarme en Catel otros tres dfas, me vine a Santa Filomena allteayer.

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En la visita que ahora estamos girando, como son muchos los cabos sueltos por atar y los entuertos que hay que desfacer " es improbo e incalcu lable nuestro trabajo. Todos estos pueblos, sin excepcion, estaban ya poco menos que deshechos; pero ahora reviyen y de nuevo se levantan, que es una bendicion de Dios. Y si bien por doquiera reinaba el derecho de la fuerza, y no la fuerza del derecho; mas ya, por la gracia del Sefior, las autoridades locales, antes abatidas y postergadas, van cobran do ,el ascendiente que les corresponde. I Listima grande que, pOl' ser tantos los pueblos y pueblecitos puestos a nu estro cuidado, no podamos visitarlos, sino muy de tarde en tarde; pues, entre tanto, careciendo de nuestra presencia, como es natural, retofian las espinas y abroj os en un campo tan dilatado.

Afiadase a 10 dicho, que los pueblos de la Mision de Hinatuan y de Tandag piden con instancia nuestros auxilios. En pru eba de ello, incluyo a V. R . una carta del Presidente de uno de estos p ueblos, quien me envio a buscar expresamente. Tambien se me ha presen= tado en persona el Presidente de Lingu ig, un capitan pasado de Bislig, y varios tandaganos, todos con el mismo fin, a los cl1ales todos he tenido qu e dar por resp uesta un doloroso non possum. - Asi que, i no podria V. R. enviar dos Padres y un Hermano , que se encargasen desde la punta Cauit a la de Baticangan, 0 sea de las Misiones de Tandag, Lianga y Bisligl (1). La necesidad que tienen de pasto espiritual es gravisima, y no tardara en ser extrema, si no se acude pronto.

Para conocimi ento d e los Nuestros que ansfan evangelizar en Mi ndanao, dire a V . R. que conviene vengan muy bien pertrechados de bizcocho espiritual, es decir, de solidas virtu des y, sobre todo, de paciente caridad, de santa pobrE'za, y abnegada mortificacion interior y exterior. Para muestra un botOn : yea V , R. 10 que me paso, sin ir mas lejos, ayer. A las once d e la noche, poco mas 0 menos, em pezo a soplar un viento achubascado, y aunqu e no era muy fu erte, esta casa, que evalorada a buen precio valdra unas siete pesetas y media, empezo a lloverse por todas partes y a balancearse cual si fuera debit cafia al aire libre. Pense trasladarme a la iglesia con mis muchachos de servicio y el Inspector que dormia con nosotros; pero desist!, porque la iglesia es aun mas endeble que la casa. Por fortuna vinie(I) Dos meses despues fuefon atendidas estas Misiones con el envio a elias de los PP. Sa lvador Buguna, Matias Roure y el H . Franci sco Momp 6 .

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ron algunos hombres que apuntalaron la vivienda contra el vi ento.

Con esto me quede yo algo tranquilo; pero sin poder dormir en toda la noche, por razon de la lIuvia que nos invadia pOI' todos los rinco路 nes. Lo que me ha pasado en la nueva reduccion de Santa Filomena, me pudo pasar igualmente en Catel, en donde, si bien hay un c0ll:vento espacioso, esta en tal estado, que poco necesita para dar consigo en el suelo el dia menos pensado. Y 10 mismo podria decirse de otros conventos e iglesias. Como estamos en un periodo, que muchos consideran de transici on, las gentes de pOl' aca no acaln n de convencerse qu e la construccion de conventos e igl esias deb e estar a su cuidado, sin que el Mision ero pueda ayudarles como en otro ti empo.

Asi es qu e todo va desmoronandose, sin qu e nadie emprenda reparaciones de consideracion; cuando mucho se hacen remiendos qu e ayuden a ir tirando medianamente.

No es mi animo desal entar a nadie con la relacion de estos trabajos, qu e, si mirados de lejos y con los ojos de la carne parecen pesados, vistos de cerca y con los ojos de la fe so n Iigeros y suaves en gran manera. Dios, pOl' cuyo amor se toman, da el frio, segun la ropa, y el cansancio, segun las fu erzas.

Sin embargo, pal',! declr toda la verdad, debo anadir que aquellos sujetos, sf es que haya algunos, qu e fueren muy atildaditos, y necesitaren tenerlo todo muy cumplido en punto a vestido, comida y habitacion, no son a proposito para trabajar en Min danao, a no ser que el Senor, arbitro de los corazones, les cambie las tend encias y afectos. La gracia de vo,cacion allana los montes y eleva los vall es , haciendo inmensam ente facil y llevadero 10 qu e, sin ella, seria in aguantable . .

En los tres dias qu e estuve en Catel se casaro n 78 parejas, se bautizaron 183 ninos y se confesaron 900 personas. De los casados, 60 10 eran ya civil mente . En este pu eblo de Catel anda el din ero a porrillo, pu es el abaca, qu e es de bu ena calidad y abu ndante , 10 venden a 18 pesos el pico, y el palay, del que han tenido cosecha plena, con dificultad se pu ede hallar a 2 pesos el caban. Esta abundancia de bienes materiales no ha favorecido en nada a la moralidad del pueblo en las circunstancias qu e acabamos de atravesar. Sin embargo, como esta gente es decidida y resuelta para todo, enti endo que si se pudiera cultivar esta vi lla con detencion, darla gran cosecha de [rutos aceptables a los ojos del Padre celestial. Pero el tener qu e andar tan de corrida, no deja tiempo para hacer todo el bi en que uno quisi era.

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A mi lI eg-ada a Catel, hacfa mas .de dos allos que no habia maestra en el pu eblo, por 10 que las ninas estaban tamquam tabula rasa.

Maestro si habia, pero inutilmente, porque a penas tenia disdpulos.

Ahora ya es otra cosa . Anteayer asistieron 85 ninas y I I 5 nillos a sus respectivas escu elas . Es ya numero algo consolador, pero alll1 faltan muchos, que sin duda seran los mas necesitados. Los ninos son en todas partes Iluestra mas firm e esperanza para la regeneracion de los pu eblos Mas adelante, con el establecimiento de escuelas ateas, temo que andare mos muy al retortero en un punto de tanta transcendencia y a un de interes vital. P ero esp eremos en Dios que proveera a 10 que mas convenga en bien de todos.

Catel, 13 de agosto.

En Sa nta Filomena recibi una humilde y atenta carta del Presiden te de Catel, suplidndome les fuera a celebrar una fiesta dedicada a San Nicolas de Bari y otra a la Puri~ima Concepcion . Consultado el caso por cartas con el P. Valles, me vine el dia 9- Como las fiestas habian de ser el 12 Y 13 de agosto, aproveche los dos dias intermedios para dar un bano de albayalde a un altar lateral, y reparar el blanqu eo, ya muy deteriorado, del de enfrente y, asimismo, al altar mayor. EI albayalde y el aceite de linaza los ha ced ido gust090 un particular en favor de la iglesia. Como el cem enterio de aqui no tenia cerca y estaba convertido en un verdadero bosqu e, ped! me procurase n 15 jornaleros para cercarlo y limpiarlo. Concluida la obra, no q uisieron cobrar, para que se 10 pagase mejor Nu estro Sellor . EI, en su infinito amor, se digne pre miarl es y aum entarles la caridad.

Los principal es del pu eblo me han prom etido hacer un calero de unos 2 ,000 cabanes de cal para levantar hasta dos metros el muro principa l de esta ig lesia , que ti ene solo una vara 0 poco mas. Todo esto pru eba qu e, si el pueblo pudiese ser cultivado asiduamente, darla muy buena cuenta de sl. Y a la verdad, me admira 10 que Yeo. Por cinco anos seguidos he tenido a Catel a mi cuidado, y a p esar de las id eas c1isolventcs qu e por doqui er han cundic1o, no creo haber visto jamas en el tanto movimi ento religioso como este aHo. Me parece que esto se debe, principalm ente, a qu e la decepcion qu e han sufrido, les ha abierto los ojos para conocer practicamente qu e,

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263 ...,...

sin Dios ni religion, no pueden conservarse, y mucho menos prosperar e ir adelante. Gracias sean dad as a Dios que en sus altos juicios sabe sacar bienes de los males.

Me encomiendo en los SS. SS. Y 00. de V. R. Siervo en Cristo, RAIMUNDO PERUGA,

S. J.

CARTA DEL

P.

BERNARD INO AL

Llegada

a

Cabarbanin . -

R. P.

L LOBERI\ SUPERIOR DE LA MI SI ON

Agasajos de que es objeto a l ent ra r en BuWa n. -

Excelentes disposici o nes para la co n se rvaci6 n y acrece ntamie n to de !a

Reside n cia Butuana.

But(,an, 30 de mayo de 1900 .

P . C. Mi muy a mado en Cristo R . P. Superior: En otra di ya cuenta a V. R. de mi viaje hasta Surigao, y d e mi proxima partida d e alli para Butuan. E I 24 del corriente, por la noche, sall d e Surigao en el vapor Samar, y el 25 , por ia manana, lI egue a Cabarbaran. Aqui se alborotaron algun tanto, temi endo qu e nuestro vapor fu era cafionero .

Mas cerciorados d e la verdad, se aglomero un gentio inm enso en la playa, a donde nos dirigi mos nosotros, lu ego que supimos qu e no ocut-ria novedad .

Acompafiado de much os nifios, y de alg unos adultos, me dirig i al co nven to ; donde habiendo descansado un rato, celebre lueg o Ia san ta misa, con asistencia d e mucha gente. A la salida de Ia iglesia, me estaban ag uardando los hombres y muj eres , quienes , al verme, dieronme Ia bienvenida, y manifestaron su contento por tener nu eva路 mente cerca de si un Padre venido d e Man il a . L os nifios y ninas d e las escuelas me esperaban en los bajos del convento.

Co mo las ci rcu nstancias no me parecian muy halagLienas, ya por 10 pasado, ya pOI' 10 que me decia en sus (,ltimas cartas el P. Di ego , d iscurd un plan que, no solo me facilitase el Iogro d el obj eto princi-

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265 -

pal de mi viaj e, a saber, la ida del P . Diego a lVIanila, sino qu e cam路 biara por completo la si tuacion del P . lVIisionero en ButLlan . ADios gracias , ambos fines se han conseguido, como se vera por 10 que slg ue.

En 'Cabarbaran recibi una atenta carta del Presidente de Butuan, cuyo con tenido podra ver V. R ., pu es se la remito (r). Vinieron luego los bu tuanos a buscarme en una espaciosa y comoda banca tripu lada por robustos grum etes. Creyendo el P . Diego que llegaria yo a Butuan el 26 por la tarde, sali o a esperarme hasta la barra del rio; mas t uvo que volverse, sin hab erme hallado a causa del temporal.

E s de notar que al acercarse de nuevo el Padre a la poblacion , se enco ntro con que la gente y los princi pales, acompana dos de la musica, salian a recibirnos . Yo, emp ero, no ll egue hasta el dfa siguiente por la mafian a; y a pesar de 10 intempestivo de la hora , vinieron mu路 chos a mi encu entro , no pocos de los cuales, incl uso el Jefe provincial, me acompafiaron hasta el convento . Con gran consuelo de mi alma hall e al P. Diego, no solo ya enteramente libre, sino tambien atendido y obsequiado por todos. i T enga el bu en Padre dichoso viaje, y Ilegue felizmente a esa, y de un estrecho abrazo a V. R. y a los demas Padres y H ermanos de am bas casas! lVIi permanencia aqui, no puede, pOI" ahora , presentarse mas

<I )

La carta

a que alud e el

Pad re, cs del tenor sigu ie nte:

芦 Rdo. Padre Bernardino Ll obera.

B utuan, 2 5 de Mayo de Igoo.

Cabarbaran.

1\'\ i res petado padre: Aca bo de reci bir la muy ate nta de V. R. , en la que se d igna anunci ar a l pueb lo entera , qu e n ues tra petici6n ha sido atendida con pu nfua lid ad po r el bondadoso Padre S up erio r de la Campania .

Ban ea, con buenas cond ic io nes , y personas de m i mayor c.onfian za, van a esa, por!TI i orden, a pon ers e a las 6rdenes de V. R., rogandole se sirva aceptar este hu m ild c o frecirniento . ' EI Pad re Di ego Ie es pe ra po r m o m entos, 10 mismo el pueblo ente ro , q u ien Ie a ma ra mu cho mas que ante s . Des de aqu i, en no m bre de todos los ha bi ta n tes de esta Cabece ra, envio a V . R. la bi en ve nida Y lTIas cordi a l a fecto, desea ndole toda s ue rte de felicidades .

Ent re tanto , quedo de V. R. aten to S. S. q. b. s. m .,

Canu lo Rosa les.禄

Es copia.

Pio PJ, S . J.

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266 -

risuefia . Ni sefial siquiera he visto de guardias; muy al contrario, desde que Ilegue, hasta el dia de hoy, todo han sido agasajos. Nos han devuelto los fondos de la igl esia, que ell os guardaban, y una mesa del pri mer aposento.-Me han ofrecido todo su apoyo.

POI' consig uiente, quedo aqui con toda seguridad personal, con toda libertad, dentro de esta reg ion, para mis ministerios; y por 10 que toca al sustento corporal, nada falta de 10 del pais, y hay bastante para otro Padre y un H ermano. Sea, pues, V . R . misericordioso para con esta gente; deje me a mi , para vol vel' a levantar esta cristiandad ; envie a esta Mision otro Padre y un H ermano, tan luego como pueda, porque es sensible qu e uno de nosotros hay a de estar mucho tiempo solo, . 짜 es sumamente dificil el verse con el Padre de Surigao ( I ). Ademas estos butuanos estan de tal manera bien impresionados, que, . segu n nos han dicho, suplicanin venga cuanto antes o\ro Padre y un H ermano de Manila, y ade mas otro Padre de Espana, corri endo por su cu enta los gastos del pasaJe. Creo que 10 mismo hac en los de Cabarbaran.

D e todo dara a V. R. minuciosa cuenta el P. Diego, 10 mismo que del estado de las demas Misiones, antiguamente dependientes de esta Residencia.

En los SS. SS . y 00. de V. R. mucho me encomi endo .

De V. R. siervo en Cr.isto , BE':R NARDINO LLOBI':RA ,

( I)

Por aquello s dias estaba en Surigao el P. Nlate o Gisbert.

S.

J.

CA RTA DEL P. JUAN

B.

H ERAS A L

R.

P. PROV INCI AL

Excursio nes apost61icas de los PP. Ll obe ra y Heras desde Butdan. - Fiesta de fin de si glo.- Viaje a la lagun a de Ma in it. - Eot ran los americanos en Tdbay y el P. Heras im pide el ince ndio del pueblo .-Llegada pacifica de los nuevos do minado res en Cabarba ran y Bu tdan.

Jasaan, 8 de abril de

190 1.

P. C. Mi muy amado y Rdo . en Cristo P. Provi ncial: Ya sabra V . R . qu e el ano pasado por el mes de j ulio, vo lv! a estas benditas tierras, con destino a Butuan. Aqu! me esperalia el P . Bernardino Llobera, quien hab!a reemplazado al ex 路cautivo P. Diego . La gente se alegro mucho al verme ll egar. N unca quiso But uan quedarse sin Padres, y por 10 mismo se opuso tanto a la salida del P. Diego. Esto fu e dis, posici on de Dios, para que siempre hubiese Padres en Mindanao , y asf Cagayan , co n diez Misioneros, y Butuan , con uno, fueron com o otra R usia Blanca q ue perpetuo la Com pafifa en esta Mision.

Apenas Il egue alIa , pregunte al Presidente provincial si nos hall a, bamos presos 0 Iibres; y me contesto que completamente libres, y que podfamos recorrer toda Ja Mision del A gusan como y cu ando quisieramos . En seguida eJ P . Llobera emprendi o la visita de los pueblos del A g usa n. Cuatro meses empleo en esta excursion, y en arreglar los asuntos espirituales qu e se ofrecian, 10 mejor qu e pudo.

Yo record los puebl os de la costa y los proximos a Butuan. Siempre sali y entre cuando me parecio co nveniente, sin tener necesidad de pedir permiso, ni dar cuenta de mis actos a Jas Au torid ades, y ,

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268 -

en fin, baste d ecir qu e, en una de estas visitas, ll egue hasta Surigao a verm e con el P. Parache.

No obstante esta libertad de accion, y el aprecio general e n qu e nos tenia el p ueblo, qu edaba en Butuan algo asi como ci erto esp fritu de ingerencia en las cosas d e la .iglesia , por parte de algunos qu e qu erfan ser mas regalistas qu e Carlos III. Convencido de que convenia extirpar eso de una vez, el dia 1 . 0 d e este siglo, participe al pu eblo, desde el pulpito, qu e si los Padres debian continu ar en Butuan, hab fan de tener la misma libertad de accion que antes, en to do 10 relativo al culto y asuntos eclesiasticos .路 Un numeroso auditorio, en el que habia cerca d e mil hombres armados, estuvo escuchando reve rente las verdad es que, sin ambages, crei necesario decir. Conclu fda la misa, subieron al con vento a felicitarme los' j efes politicos y mi li tares, y enton ces comprendi qu e habiamos triunfarlo en toda la linea. Inmediatamente, por disposicion del pueblo, el Presidente pro vincial hi zo que se nos d ev olvi eran varios objetos que nos pertenecfan.

El dia d e Reyes y el siguiente, todo el ejercito fue a oir la misa y el serm on. rQue gusto daba predicar a un auditorio tan numeroso, y a tantos soldados qu e, en correcta formacion , pOl' compania's , ocu paban la nave central d e la igl esia! A la procesion que en honor d e S. J ose celebramos el dia 7, asistio tambi en todo el ejercito. T engo para mi qu e estas fu eron las pru ebas mas significativas del afecto que los b utuanos tienen a los N uestros . Solo el que ha estado en esta Misi on, (yo he sido misionero d e ella desde el 81 al 86) , pu ede comprender las mu estras d e r espe to y amor d e aquellos pu eblos, qu e nos miraban como resucitados, pu es les habian hecho' creer qu e ya no habia mas Padres. I Cuantas escenas, verdaderamente tiernas, contemplabamos casi todos los dias !

A p rimeros de enero baj o el P. Llobera, y yo pase a Cabarbanin, pu eblo mu y afecto y cercano al de Tubay, del distrito de Surigao .

Era ento nces Tubay el centro d e operaciones d el General insurrecto D aniel. E ste acom panaba al d esdichado Simon Gonzalez , cuando me prendio en Jasaan, el mes de enero del ano 99. Escribi, pues, a Daniel, qu e d eseaba visitar los pueblos de Jabong a, Mainit y demas de la lag una de este nombre , y m e contesto inmediatamente, q ue tenia mucho interes en qu e yo fu ese, y qu e ya me procuraria embarcacion y todo 10 demas necesario para ir pOl' el rio hacia arriba.

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26 9

Sin perdida de tiempo me puse en camino para Tlli)ay, c10nde fui muy bien recibido de dicho Ge neral insurrecto. Concertamos que el siguiente dia, sabado, despues de misa, emprend eria yo la subida a la laguna de Mainit. Ala mana'na siguiente, muy temprano, celebre la santa misa, que oyo Daniel. Iba yo a quitarme los ornamentos, cuando de improviso me avisan q ue se ace rca un vapor a toda rna· quina, y que el pu eblo huye a la desbandada : sail al momento a la pl aya y vi que, efectivamente, el vapor avanzaba hacia el pueblo .

Corri entonces en busca de Daniel, y Ie halle qu e se embarcaba precipitadamente para emprender la fuga rio arri ba. Vuelvo de nu evo hacia la playa, y ya los am ericanos venian contra el pueblo por tres puntos distintos. AI pasar ell os por delante de m i, que me hallaba rodea do de muchachos, me saluclaro n, y sigui eron corrienclo. Pronto olmos tir.os. Pero la g ente qu e se arrimaba a mi era respetada de los soldados. Cuando los de la policia de Surigao vieron que Daniel habla escapado, me dij eron que querian que mar el pueblo; a 10 que yo me opuse, diciendo que la hu lda de los qu e, amedrentados, se habian escapado, no era motivo suficiente para semejante acto de cru eldad. En esto, paso por alii el J efe americano, que me conocia, y me lIamo y endlrg6 avisase a los habitan tes de aquelios pueblos qu e no huyesen, que no recibirian dano alguno. Pem el panico cundio por todas partes, con tal r<!pidez, qu e no se p udo impedil' gue qu e· daran desiertos los poblados, y que la gente se desparramara pOI' los montes. Quemaron las tropas cuatro casas y tres bancas de co· merciantes, y, al marcharse, me dejaron, para que 10 confesase y cuiclase, a un soldado herido de los qu e segulan el partido del gene· ral insurrecto .

F rustrado mi plan de visitar la laguna de Mainit, pOI' causa de la dispersion de aqueJlas gentes, me volvi a Cabarbaran . T odo el pueblo me salio al encuentro, qu eriend o saber que serfa de elios, pues hab la n visto la humareda de las casas qu emadas en Tubay, y creian qu e iban a venir los americanos. Procure tranquili zarlos, y nadie se movio.

El 2 de febrero celebramos la fiesta mayor, con grande algazara y concurrencia; y el dia sigui ente, que era domingo, despues de la misa, liegaron dos vapores con las' tropas americanas de desem· barco. Como la gente me vio ·tranquilo, salio a recibir a los rech~n llegados, guienes se alegrilron muchisimo al verse tan pacificamente admitidos; y, una hora despu es, abandonaban el pu eblo, sin dejar

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270 -

destacam ento alguno. 5eis dias antes habian entrado, con la mlsm a faci lidad , en Butuan, donde estaba el P . L1obera.

Despues de 10 qu e he contado a V. R., como tenia orden de pasar a 5urigao , me embarque con direcci6n a aquel punto, y alii me mandaron pasar al distrito de eagayan, dejando el puesto al P. Urios, Aquf , pues, termino la relaci6n de mi estancia en Butuan.

Nunca olvidare el desprendimiento de muchos de aquellos buenos indios, quien es, a pesar de la grande carestia que afligia a todos, por estar cerrados los puertos y paralizado el comercio, procuraron que a nosotros nunca nos faltara nada.

En los 55. 55. y 00. de V. R. me encomiendo.

De V. R. siervo en Cristo, JUA N B, HERAS, 5. J â&#x20AC;˘

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â&#x20AC;˘

)

CARTA DEL

P.

SATURNINO URIOS AL

P.

FRA NC ISCO NEBOT

La gue rra entre los americanas e indios en el Agusan. - In tervenci6n del P. Urias en la pacificaci6n del pais. - AgradecimienlO de los americanas.

- Amar del P. Misianera a sus ind ios .

Butuan,

22

de marzo de

1901.

P. C. .

Mi queridisimo en Cristo P. Nebot : Va estoy aqu! un mes ha, y no ceso de acordarme de aquellos tiempos pasados, en que V. R. y yo ibamos por los campos del Hlbong y del alto Agusan, visitando a 'estas gentes.

Cuando los americanos ,entraron en Butuan el 28 de enero, todos los butuanos qu e ten ian armas de fu ego, huyeron rio arriba, ponien. dose en abierta hostilidad con sus nuevos sefiores . Querfan estos arreglar en paz el asunto, y escribie,on a los insurrectos, aconsejan. doles que se vinieran y serlan amigos; pero ellos contestaron que la bondad de la causa qu e defendian y su juramento al gobierno filipino no se 10 consentia. Veinte dias despues subieron en su persecuci6n los americanos, y les hicieron dos horas de mortlfero fu ego en Bacuay, don de ellos estaban, y despues de incendiar el nuevo pu e路 blo de San Mateo cerca de las Nieves, se volvi eron a Butuan .

Entonces, en presencia de la fu erza inm ensamente mayor de los anglosajones, tome yo a mi cuenta y riesgo el ir a conferenciar con los levantados y evitar inUtiles derramamientos de sangre ; yell 7 del actual consegui reducirlos a una sumisi6n a todas luces inevitable.

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27 2 -

Be ndito sea Dios, qu e sabe bien eual cs mi animo en estas intervenci ones. Asi ya reina la paz y podremos visitar los pu eblos todos del Agusan y sus aflu entes.

Ahora estoy negociando la reducci6n de los insurrectos de Surigao y Cabarbaran, de los qu e tengo fundadas esperanzas qu e se daran a t:az6n. Ya saben ellos que a la fu erza ahorcan.

Los am erieanos estan fu era de si de alegria, y estos jefes me han dicho muy form ales que se han de valeI' de Mac-Kinley, pal'a qu e lI eg ue yo J figurese V. R.! nada menos que a ser superior de todos los J esuitas.

A todo esto dicen los butuanos, qu e S. Jose les ha enviado en la hora de mas aAieci6n al P. Urios, a qui en no pensaban ya vel' mas , porque me hacian mas muerto qu e a los entell'ados. i Cuantos 1I0ros al verme Uegar,1 J Cuantos regal os y visitas I .. . Alia en mi alma les estoy esperando para hacerles bien. Y no es pequ efio el que se les hace; porque despues de ponerlos en paz con los am ericanos, estamos intentando la paz entre ell os mismos, de 10 qu e hay, pOl' desgracia, mucha necesidad. Ahora yeo que para un hijo de la Com pania, es esto vi vir en la trinch era: estar bajo gente extralla, en un pais tan otl'O del nu estro .

E stoy hecho un interprete de leng ua ing lesa, consum ado, pOI' suo puesto, porq ue aqui no hay otl'O que tenga tal oficio.

Expresio nes a todos .

D e V . R. affmo . si ervo en Cristo, SATURNINO URIOS, S.

J.

CARTA DEL

P.

JU AN

B. AL

HERAS

R.

P . PROVINCIAL ,

Rcstablecimiento de la Misi6 n de Tagoloan . - Recibimien to que el pueblo dispensa :\ los Padres . - Devo lu c i6n de la iglesia y del cOllvento por lo's america nos . - Excursiones apost61icas po r los pueb los de Agusan y Santa Ana, y por los de Vill anueva, Bub untugan y Jasaa n . - Desolaci6n del pais en tiempo de la guerra. - Castigos del cielo en los enemigos de 105 Misioneros .

Balingasag, 13 de abril de I90r.

P. C. Mi muy amado en Cristo R. P . Provincial: Como Ie deda a V . R. en mi ultima, el R . P. Superior me ordeno que pasara a abrir de nuevo Ja Mision de Tagoloan. Con este objeto nos embarcamos el P. Jose Espana, el H. Beamonte y yo en S urigao, a principios del presente ano, y, pOI' exigencias de quien podia mandaI' en .e l barco, fuirnos a desembarcar en Cagayan .

Aqui supimos qu e solo en tres pueblos podriamo~ po r- de pronto ejercer nu estros ministerios, a saber: en Tagoloan, Jasaan y Balingasag; pu es 10 restante de esta gran Misi 6n estaba aun en poder de los insurrectos . Un vaporcito americano nos !leva a la playa de Tag.oloan.

Aqui I que recibimi ento tan grato nos hicieron, Padre mio , los vecinos del pueblo I Por cierto que, cuanto fue mas espontaneo e imprevisto, tanto resulto mas hermoso. En el preciso momento en q'ue !legamos, ha!labanse en la playa alg unos ninos y muj eres.

Movidos por la curiosidad se acercan a nosotros, y ape nas me ven,

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exc1 aman : • I E s eI P. H eras I» AI instante, alborozados , se parten, ii am an a unos y a otros, corren al pu eblo , y a gritos dicen por todos lades: «i Que estan los Padres ! I qu e han vu elto los Padres! » , y poco despues .salen a nu estro encuentro los principal es , trayendo hermosos caballos para nosotros. No aceptamos tan galana oferta, sino q ue a pie, to dos j untos, en procesi6n, qu e pOI' momentos fu e eng rosando, nos dirigimos al p ueblo.

A l ll egar a el t uvimos la sor presa de ver qu e los am ericanos ocu paban el con vento y la ig lesia. Entonces p edi al comandante los menciona dos edific ios; pero, a pesar de mis instanci as, y de las reco mendaciones que traiamos de parte d el Cap itan General d e Manila , Mr . Mac -A rthur, y del d e Mindanao , General Cobb e, el Comandante no cedia en el e mpeno de retenerlos , por 10 cu al dij e a los d e Tag oloan qu e nos ibamos a otra parte. Alarmados los tagoloanos con tan inesperada resoluci 6n, se dirig ieron al Coronel, quien, para calmarlos , les ofreci6 desoc up ar la ig lesia, si Ie buscaban alojamien to para las tropas .

En tre tanto, nos hospedamos en una casa p articu lar que nos ofreci eron , y, tres dias despues, ya no quedaba un sold ado en la iglesia . Cua ndo la tuvimos limp ia y asea da, el Doming o de Quincuagesim'a, la reconciliamos solemn emente . Fu eron tantos los qu e vinieron al pueblo, al saber nuestra llegada, qu e los a mericanos qu ed aron ag radablem ente sorp rendidos de la influ enci a que ej ercfamos entre las g entes, y e1 Coronel se apresur6 a ofrecernos la mitad d el co nvento, el cual, !i los pocos dias , desalojada la otra mitad, qu ed6 total mente a nu estra disposici 6n.

Lu ego em prendim os las mision es d e Cuaresma . E I P. Espana pard6se para el pu eblo d e Ag usan, donde fue muy bi en recibido, y yo me dirigi a Sa nta Ana . Aqui solo ha lle en el pu eblo seis hombres, fuera de los que co mpo nian el destacamento americano; pero, en cuanto corri 6 por los alrededores la voz d e mi ll egada, llenos de confianza, empezaron todos a salir de sus escondites , y a los tres dias apenas quedaba nadie fu era d el pu eblo .

Empece a ejercitar los ministeri os, y aquello era una b endici6n de Dios. Hubo muchos bautismos de nillos , algunos ya bastante creciditos; muchos matrimoni os de solteros y de mal casados, y la concurrencia a los santos sacram entos de confesion y comuni 6n, era muy notable y frecuente . A l fi n me asa ltaron unas cal enturas, y tuve qu e volverm c a Tag oloa n , dond e celebre la fi esta d el g lorioso Patriarca San Jose.

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U na ve~ repuesto , sali para Villanueva, Bubuntugan y Jasaa n, y en todas partes voy recibi en d o las mismas muestras de am or y con · fianza. Solo dire a V. R. que nos hacen tantos regalitos, que todo nos sobra, y nos encargan tant<js misas, que nosotros solos no pod e· mos celebrarlas.

Nad a recibimos de la parte que por arancel nos cOl'responde de los derechos d e iglesia, y, no obstante, D ios nos da de sobras, . y estamos Iibres de toda solicitud temporal. Vivimos en compl eta vida apostolica, como nuestros a ntig uos Padres del J apon ; nada de parroquias , y s610 atentos a los ministerios espirituales, a la predicacion, y a la administracion de los santos sacramentos por donde pasa mos .

Todos los pupblos quisieran qu e no los d ejasemos, p ero esto no puede ser, porque somos dos tan solo, y asl hemos de ir d e pobla· cion en poblacion, sin detenernos en ning una por mu cho tiempo.

Ya los monteses nos preguntan cuando iremos a visitarlos. I Pobres mOllteses! L a revolucion ha sido para ell os un baguio destru ctor. i C uanto costara el restablecimiento I Ahora ya pod emos recorrer todos los pu eblos de la Misioll , porqu e no ha quedado ningun insurrecto , in presentarse . Q ue lastimas c uenta la gente de paz de los dlas en que tuvo lugar el avance d e los nu evos conquistadores. Conforme iban estos adelantando , qu edaban los pue· bIos desiertos, porque los insurrectos hulan al monte y obligaban a los paisanos a hacer 10 mismo . L as madres con sus hijitos al hombro, y los varones, cargados con algunas pocas provision es, corrlan de un punto a otro, temerosos de los americanos, pasando dlas y noches al sol y al sereno y sufriendo 10 indecible. En ciertas reducciones Jlega· ron a reunirse mas de 2 , 000 de estos desdichados fugitivos ; pero, al fin, casi desesperados, d eterm inaron irse a Jasaan , y alii, para bien d e elios, fu eron sorp~endi dos una noche por los americanos, que los trataron con hum anidad , y los enviaron a su s p ueblos.

Este era el estado de las cosas, R. P., cuando lIegamos nosotros, al decir de estas gentes, como angeles baj ados del cielo.- < iGracias aDios I- d ecia uno d e los mas ilustrados de por aca y bastante d espreocupado, -- I gracias a Di os I qu e ya no moriremos como p erros , pues vienen d e nuevo los Padres. > Los qu e nos prendieroll y nos hicieron sufrir tanto, han recibido d e Dios castigos tan duros, qu e todo el mundo ' 10 reconoce y confi esa . Los principales autores de las prision es de los Padres del Norte de Mindanao, muri eron asesinados. El· que principalm ente nos pren-

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dio a los del Distrito de Misamis, y fue nuestro carcelero., ha desfi路 lado delante de m( prisionero de los am ericanos. Una epidemia hOlTorosa ha acabado con las vacas y carabaos de los mayores enemigos nu estros y de estos pueblos, y no hay qui en no 10 atribuya a castigo del cielo, por haber sido presos los Padres. Un j efe insurrecto aco nsejo a los de Tagoloan que nos echasen del pueblo, y, herido de. los a m e~i ca nos, esta ya el pobre sin esp eranzas de vida. Aun quedan por aq uf algunos suj etos que no nos miran con muy buenos ojos; pero i como ha d e ser! i que conformidad puede haber entre los hij os de las tini eblas y los hijos de la luz?

Estoy pidi endo instantemente a San J ose qu e envie mucha gente al noviciado, sobre todo sacerdotes, para que puedan venir cuanto antes a ayudarnos.

T ermino encomendandom e en los SS. SS . y 00 . de V. R .

Siervo en Cristo, JUAN

B.

HERA S,

S.

J.

CARTA DEL

P.

JOSE ESPA N A AL

P.

MIGUEL GUARDIET

Ocupaci6n in cesante de los Misioneros.- Exc ursionesa varias pueblos.-Uni,'ersal aprecio y carino ca n que so n acogid os los Padres.-Fe rvo res del

celo entre accesos de calentura.

Gingoog, 18 de mayo de 1901.

P. C. Mi muy amado en Cristo P. Miguel: jCuanto siento qu e V. R. no este ya fu erte para atravesar otra vez los mares, a fin de venir a ayudar a estes pobrecitos Mision eros y aligerarl es un poco la carga, que por cierto es muy pesada I Con decirle a V. R. que 10 que antes hacfan diez 0 doce Mision eros, ahora 10 hemos de llevar a cabo solamente d os, ya oomprendera V. R. si te nemos trabajo .

Supongo que el P. Pamies ya Ie habra enterado de mi cor ta visita a los pueblos de Alubijid, Salvador, Molugan y Opol. Si me hubiese sido posible ir mas despacio, creo qu e no hubiera quedado ni una perso na sin confesarse. Me consolo muchisimo vel' el fervor de estas gentes, y el afecto que mostraban al P. Misi onero, pero no deja de apenarme mucho el no poder, por falta de ti empo, satisfacer cumplidamen te sus deseos .

Ademas de los pu eblos dichos, he visitado 0tros varios. Ya a poco de haber lI egado a Tagoloan, donde residimos, sali para Bubuntugan y Jasaan; y despues de permanecer alli una semana, volvi a Tagoloan, y al siguiente dia fui a A gusan para celehrar la fiesta patmnal, bautizar y casar. A principios de marzo me parti para Salvador y demas pueblos de aquella comarca, y a la vuelta me consagre a las funcio 路

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nes de Se mana Santa en Tag oloan, mi entras el P. H eras hacfa 10 mismo en Jasaan. D espues d e Pascua , sall para este ul timo pueblo y d emas de la costa, y el 16 del actual, luego de haber dicho mlsa en S. L uis, me vi ne a Ging6 0g.

En todos los pueblos me han dado muestras de mucho afecto y respei:o; pero, entre todo~, se han disting uido S alay , Medina y Lag6nlong, e n los que me sali6 a esperar to da la p rincipalia, con la mllsica y mu ch fsim a gente. En los demas pu ebl os , si no han hecho tanto, no ha sido , cierta mente, pOl' falta de bu ena voluntad, sino pOl' no haber ll egado yo a hora conveni ente para ell o . Creo que estas gentes nos quieren ahora di ez veces mas que antes. Cuando pasa el Padre por ia calle, todos, g rand es y pequ ellos , saludan y besan la mano al Misionero, y las ma dres proc uran que sus hij itos hagan 10 mismo . Muchos a l vern os rompen a Horar, no se si de alegrfa pOI' haber vu elto nosotros, 6 de t risteza al reco rdar q ue nos vimos obi igados a abandonar los p ueblos, fu gitivos y d esterrados. i Cu antas mal di ciones se han ll evado los infelices autores d e tantos males, y cuan tos casti gos de Di os han experim entado en grandes perdidas d e ganados, segun t odos reconocen I

L inug us, 27 de may o.

Visitados Odiun gan , Cons uelo y Carm elo , estoy rematando ml expedici6n en la gran capita! de Linug us, en otro tiem po centro de operac iones de V . R. i Cuantas preg untas me haceij sobre la salucl del P . Miguel' J si vo lvera pronto pOI' estas tierras ! .L es di go qu e pidan much o aD ios conceda a V . R . el pro nto restabl eci miento , para qu e no tarde en volver.

Aquf llegue el 2 5 , en una banca t rip ulada pOI' seis remeros, un piloto y un sobrecargo , que es el sargento Mariano . Los mismos vecin<;>s de aquf se encarg aron d e hacerme llegar con tanta comodidad.

Esta mailana he distribufdo m as de 100 comu niones. E sp ero que entre esta tarde y mallana se confesara.n todos, si Dios me libra de la cal entu ra. AyeI' , estando con dolor de cabeza, confese d esde las tres y media hasta las siete de la t arde . E sta noche pasada he tenido ca lentura, pero a las cuatro d e la ma llana , sintiendome algo mejor, m e h e levantado, he ido a la ig lesia y he esta do oyendo confesiones 路 hasta las seis y media. A hora est oy con algo d e calentura . Dios sobre

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todo . No se como agradecer tantas cosas como me traen estas bu e路 nas gentes: me Henan Ia casa. Ahora mismo una pobre vi eja acaba de regalarme un caban de palay .

Concl uyo esta en Butuan, el dia 3 de junio, despu es de haber estado estos dias algo apuradillo; pero ya, gracias aDios, estoy fu era de peligro. Me vine aqui por creer que hallaria medico, y Dios quiso que no Ie hu biese y que no estuviese presente el P. Urios . Mas el Sellor ha sido servido de ayudarme a yencer la enfermedad ; si bien he quedado bastante debilitado. Confio volver a mis excursi on es despues de Ia fiesta del Corpus.

Mis afectuosos saludos a todos esos bu enos Padres y H ermanos, y V. R. no se olvide en sus SS. SS. y 00. de este su afectisimo siervo en Cristo, JOSE E SPAN A, S. J .

CARTA DEL P. A NTONiO OBACH AL

R.

P. PROVI NC IAL

Llegada a Dapitan de los PP. Obach. Galmes y H. Costa.-Ex cu rsi o nes a post61icas de los Padres.-Estado inseguro del pais.-Abandono en que se halla la moralidild publica .

Dapitan, 6 de enero de

1901 .

P. C. Mi muy a mado y reverendo en Cristo P. Provincial: EI dia [5_d e octuDre salimos de Manila para esta Mision, eI P. Juan Galmes, el H. Juan Costa y yo, y llegamos el3I d el mismo meso Los dapitanos nos recibi eron 1I0rando de alegria, 10 que les causo grande adm iracion 路 a los americanos . Estos, no queriendo mostrarse men os atentos, nos invitaron a desembarcar en su bote, yen un路 g ran carro路vagoneta nos llevaron los eq uipajes al convento.

Con el P. Galmes vamos recorriendo los pu eblos no insurreccionados. Somos muy respetados d e la gente, si cabe, mas que antes .

EI H. Costa esta en Dapitan , guardando el bagaje, arreglando la hu erta y el gallinero, y proveyendonos de 10 necesario, a la vez que n~sotros Ie envi amos com estibl es , de 10 mucho que en t odas partes nos ofrecen. Y aun cuando todo esta por las nub es , a nosotros no nos alcanza la carestia . i T anto es 10 que Dios nos ayuda y nos quieren estas gentes I No hemos entrado aun en los pueblos alzados; pues el estado d e revolucion, en que estan, es muy poco a proposito para la labor evangelica en qu e nos ocupamos. Dicen qu e el j efe de los insurrectos

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de esta reglOn, ha prometido cortarme la cabeza, si me puede haber a las manos . En las de Dios esta nu estra vida. Antes de Navidad fUl a visitar a Libay, pu eblo coli ndante con terreno insurrecto, y, sin que yo 10 supiera, el jefe americano me mand 6 cinco soldados para mi custodia.

Hay mucho que hacer en esta Misi6n. Las muj eres, fr ecuentan bastante los santos sacramentos; los hombres no tanto. Las nuevas reducciones de subanos estan en gran parte deshechas.

La salud d el P. Galm es ha mejorado mucho estos llitimos dias; la mla robusta como siempre, gracias a Dios.

Con afectuosos recuerdos del P. Galmes y del H. Costa, nos encomendamos mucho en los s5. SS. y 00. de V . R. Innmo siervo en Cristo, ANTONlO

â&#x20AC;˘

OIl AC I! ,

S.] .

CARTA DEL P. GREGORIO PARACHE AL P.

PABLO

PA STE LL S

FrulO recogido en Surigao en un afio de esta r alii los Misioneros .

Surigao,

20

d e julio de

190!.

P. C. Muy amado en Cristo Padre : Durante el ano q ue hemos pasado en esta Mision, pues llegamos a Surigao el IS d e julio, nada adverso nos ha sucedid o, y nos han d.tendido y respetado todos.

Tampoco han sido infructu osos, qu e dig amos, nuestros trabajos.

EI cumplimiento pascual ha dado tan saludables resultados, co mo en los mejores ti empos. Ultimamente ce lebramos la fiesta d el Sagrado Corazon, que fu e solemn e, d evota y consoladora. Pasaro n de 1 ,000 las cornuniones que se di stri buyeron entre el viernes y el domingo .

La procesi6n fue solemnfsima y muy conc urrida.

Ya la d el Corpus habfa sido de las mejores que haya presencia do este pueblo en tal dfa.

Y, con esto, Padre mfo, nos vamos ya d e Surigao, d e cuya ad mini straci6 n esp iritual se encargaran los RR. PP. Benedictinos, segun convenio.

A Balingasag y Tagoloan nos envfa la obedi encia; pero el Padre Yepes se ira a Dip olog, donde es esperado con anSla. Y no mas por hoy.

De V . R . affmo. si ervo en Cristo, GREGORIO PARACHE,

S. J.

CA RTA DEL P . S ALV A DO R AL

BUG UNA

R. P.

PROVI NCI A L

Vuelta a la Misi6 n. - Grato rec ibimie nto hech o al Mis io ne ro. - B ue n estado de coo scrva ci6 n d e la iglesia y con vento . - Favo rab les dispos iciones de los naturales y libe rt ad de acc i6n de q ue gozan los Pa dres. - Gen erosi da d del pueblo. - Deseos d el Misi on e ro.

Hinat"jan ,

IO

d e mayo de

190 1.

P. C. Mtty amado en Cristo R. P . Provincial: D espu es de haber ll eg ado nu evame nte a es ta mi am ad a Misio n.; y visto el aspecto qu e presentan estos pu eb los, en las nu evas circunstancias d e q ue se hall an ro deados, he creido ser de mi d eber aprovechar la p rimera oportunid ad para escribir a V . R. dandole alg unas noticias de 10 q ue ocurre e n esta parte de Mindanao .

A medi ados d e noviembre del ano pasado, ll egamos a esta con el H. Mom po, habiendo q uedado en Tandag el P . Roure para visitar los p ueblos de aq uell a vasta Misi on y ej ercer en ellos los sagrados ministerios.

Co mo nu est,'a entrada en el pu eblo fu e de noche, poca g ente se d io cuenta de nuestra Ilegada; pero algunas de las personas mas sig nificadas d el p uebl o qu e se enteraro n, nos acompanaron a1 con vento e iglesia, manifestandonos el mucho g usto que en ell o recibian .

No rue p equeno ta mbien el co nsuela qu e yo tuve al ent rar de nuevo, desp ues de 't an larg a ausencia, en aq ueHos edificios de mi tan cono cid os y a cuya co nstrucci6n habia yo contribuido no poco. Vi con

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grande satisfaccion que! tanto la iglesia, como eI convento, estaban bastante bien conservados.

Durante los meses que !I evo de residencia aqui, he recol'rido los p ueblos que formaban esta Misio n, y he podido convencerme de que la gente, en general, deseaba tener Mision eros.

A pesar de no haber t enido hasta la fecha otras autoridades qu e las local es, y haber carecido de soldados y armas para garantir el orden, hemos disfrutado de paz y seguridad; y, pOl' 10 que se podia espel'ar, en circL1nstancias tan anormales, hemos sido bien recibidos en todas partes y nos han provisto, hasta con abundancia, y a ve ces con cierta esplendid ez, d e todo 10 necesario para el sustento corporal.

Ahora so lo falta que Dios N. S . se digne mirar con ojos compa¡ sivos tan gran numero d e almas, redimidas con la sangre de ] esucristo, y que no permita se pierdan miserablemente los sudores de tantos y tan apostolicos varones, como pOl' aqui han pasado, trabaj ando sin descanso en la salvacion eterna de estos indios.

En los SS. SS. y 00. de V. R. me encomiendo.

Siervo en Cristo, SALVADOR BUGUNA, S. ] .

â&#x20AC;˘

Proccsi6n en Tago

a !a ,vuclta de los

Padres .

CARTA DEL P. SATURNINO URIOS AL P.

PA BLO PASTELLS

Esperanzas de que las Misio nes vue lvan a sus buenos ti empos. - Abundante cosecha de frutos espirituales . - Deseos que tienen de aprovecharse los indigenas. - Tristes recuerdos de l M isio nero. - Agradecimiento de los ind ios y americanos por los trabajos del Padre en fav or de la pacificaci6n del pais .

Butuan, 30 de julio de 1901.

P. C.

â&#x20AC;˘

Mi estimado en Cristo P. Pastells: He recibido la postal de V. R. can fecha 30 de mayo.

En ell a manifiesta V. R . sus grandes dese os de que estas gentes se encarril en y vuelvan al orden de antes. Sea asi, porque nosotros no 10 dejamos par pereza.

Yo creo que todo se andara; y, si alga hay en el pais que de a cllalquiera bu enas esperan zas, es nuestra vi na, esto es, el terc er d}strito y el primero. La demas del Archipielago parece que anda a mal traer can tantas lib ertades', que las hay que es un hastio.

Yo no se nada de los otros pueblos; pero de estos de aca, aseg uro que' volveran a los bu enos tiempos. Vaya una pru eba: hemos ten ida confesiones en la Cuaresma a ' reventar. Otra: En cinco dias, el P . Llob era en Butuan, y yo en Cabarbaran, bautizamos a 1604.

Los filos%s son pocos par aca, y asi no van a poder perder a los demas.

Todos los casados civil mente se rindieron can armas y bagajes; y

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diga mas, que , si no. las hubiesen malas almas abligada a ella, nadi e hubi era intentada casarse a 10. pagano..

En la estima cama Ministros del S enar, nada he mas desmerecida.

Yo. casi ya me parezca al yo de antes, aunque no. saca tantas brias cama sacaba en aquellas ti empas de leche y miel.

A mis feligreses las t eng a muy animadas' para ganar el Jubil ea, y.na faltaran Ejercicias, trid uas, etc. , y, 10. que mas es, muchas canfesianes.

Vay pasada manana a visitar el ria, hasta que caiga enferma. Ya la gente me espera can afa n y cam a el labradar desea el agua de maya. Mas 1ay 1 l ah trabajas mias y de las atro.s Misianeras ! i que triste es verlas en parte perdidas, valviendase al salvajisma algunas de las ya civiliza das! 1Cuantas asesinatas! i Y que mal anda aquella !

• Y 10. pear es que nasatros ahara ya no. pademas tanto. cama a ntes.

Aunque a mi me ha favarecida mucha el haberles puesta en paz can las a m'e ricanas, y unas' y atras, tadas, me estan muy agradecidas (I). ( I) Acerca de la intervenci6n del p, Urias como pacificador ent re los butuano s en armas )' el ejercito norteamericano, se conservan varias canas esc ritas por una y otra parte, en las cuales piden aquelJa intervenci6n, y obtenida, la ag ra dece.n .

Vease 1a que el Comandante Leonard di ri gi6 desde BUllian al R. P. Superior de la Misi6 n: « Puerto de Butuan , isla de Mindanao P. 1. 23 abril 1901.

Seiior: Deseo manifestar mi gratitud por las mu ch as obli gacio ne s en que esto), con el lesuita P. Saturnino Urias, Misionero de este luga r, por los se rvi cios t'restados como interprete e intermediario entre mi (Autoridad) y los naturales . El 11a estado infatigable en sus buenos oficios, usando de su influencia, con lo s cabecillas in s urreetos Flores, Tor ibio y Andres Atega para indueirlos a re ndirse y vol verse a s us pacificas oeupaciones . Su influeneia personal se ha usado pr in eipalmente en intcres del Gobie rn o Ame ricano. El ha expuesto al pu eb lo las ventajas que lograran en el comere io y prospe ridad general.

Es·pe ro que se presentara alguna oportunidad para manifestar de un mod o practico, nuestra obligac ion para con dicho Reverendo Padre.

Mu), respetuoso Sll obediente servido r, Rv, Leonard, LT. COL, C O MTE , Al Rev. p, Superior S , J. de las Islas Filipinas,» (Es co pia, Pio PI, S. J.) Anteriormente, con fceha '7 de mayo de ' go / ,-ei mismo Sr, Coma n dant e babia ese rito al P. Urios agradeeiendole la obra de pacificacion emprendida y asegurandole que esperaba tendda buen exito, Finalment e, a , 8 de mayo d el mi smo ano, el Sr. General de Bri gad a VV, A , K.obbe, Coman dan te General de Mindanao, dirig io a los PP. Urios y Llobera una atentisima carta , en la e ual manifiesta que el meneionado Sr. Leonard ha escrito de ellos y d e su gestion en lerminos muy eleva dos y que el esta muy sat is fecbo del es tado de casas de Butuan, debido en g ran parte, a su parecer) a los buenos se rvicio s y trabajos de 'los mismos Pad res.

â&#x20AC;˘ -

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Ayer mismo h e recibido de Manila, un re cu erdo de despedida q ue me ha enviado el Coron el al partirse de estas islas. Consiste en un rosario de q uince decenas, todo de nacar y plata, y un misal de 10 mejor que. se hac e hoy dfa .

Mis afectos a lodos.

E n los SS. SS. y 00 . de V. R. me encom iendo .

D e V . R. ¡ afmo. siervo en Cristo, SATURNINO URIOS, S.

J.

CA RT A DEL P. V ICTOR IAN O R ITR IAN AL

P.

J UA N QUI NTA NA

Bendici6n de la nueva imagen de la Virgen de l Pila r.- Obsequio del General americana a la Virgen del Fu ertc. - Devoci6n del pueblo para can la misma imagen . - Las escue las ca t61icas en Zamboanga, Santa Maria y

Tetuan.- Reorganizaci6n de la Congregaci6 n de H ijas de Maria y del Apostolado de la Oraci6n. - C rueldades de los moros.- Fidel idad de un indio. - Sencillez de los veci nos de Santa Ma ria .- Campaiia con tra los erro res domioantes.'- Conservaci6n de las buenas practicas.-Mueslras de afecto del Genual america na .

Zamboanga, 28 de agosto de 190 1.

P. C. A madfs imo en Cristo P. Qu intana : Aunqu e ha pasado mucho tiempo, desde que recib f Ia grata de V . R ., no quiero d ejar 路de con路 testarle, siq uiera sea a vue [a p[uma.

Mucha es la materia que se me ofrece para escribir, y, por cierto, bien consolaciora; p~ro no tengo tiempo pa ra escribir tan largamente, como yo desearfa.

E [ 15 del corrie nte, bendij e solemnemente la nueva imagen d e la Virgen del Pilar , facsfmi[ de la de Zaragoza , que nos envi6 el b on- 路 dadoso P . Sancho . H e hecho mayor el nicho, p ues la nu eva imagen no ca bfa en el antig uo; ademas he d ecorad o la cup ulita y el fondo, que ostenta la bandera espanola, matizada de flores. Despues de [a bendici6n, cante solemn emente la misa, con asistencia de mu cba gente. Con tal moti vo hice una corta p[atica , alusiva a[ acto; y ter-

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minado este, era de ver como los devotos se acercaban a contem· plar la imagen para formar concepto de la Virgen del Pilar de Zara· goza.

El General Kobbe, aunque protestante, me llamo ti empo atras pa ra p reg untarme si habia inconveniente en adornar la imagen colo· cada en el Fuerte. Y como yo Ie dij ese que no, que antes haria un a obra muy grata a todo el pueblo, asi 10 ha dispu esto. No hay que omitir que Ie habia llamado b atencion el que la gente concurriese a tal sitio con velas y a rezar con tanta devocion. Ahora son muchos mas que antes los qu e 10 frecu en tan y, sin empacho de que tal vez algunos americanos miren curiosamente a se dan de la piedad de los fieles, estos se arrodillan en medio del campo. Con esto la gente se ha impuesto, y ya ningun americano extrafia que 105 de,·otos veneren la imagen y recen .

Como ya sabra V. R. , hemo s triunfado en toda la linea, en 10 que a las esc uelas se refiere. Se habia suprimido en ellas la ensefianza del catecismo , las practicas devotas y cuanto tenia sabor de religion.

H asta el Crucifijo fue echado de la escu ela, juntam ente con los libros de texto espafioles . T odo 10 cual alarmo, y con razon , a los padres de familia . Entonc es, aprovechandom e de la libertad que la ley con· cede a todos, funde escuelas catolicas, venciendo, por supuesto, no pocas dificultades que se ofrecian.

El resultado ha sido tan notabl e y satisfactorio que no solamente aqui, sino tarn bien en T etuan y en Santa Maria, las escuelas catoli cas se ven concurridas por casi todos los nifios que asistfan a las escuelas oficiales, que estan ya agonizando. i Y como g ozaria V. R. viendo todo esto! J60 nillos, entre IDS cu ales figuran dos hijos del dato Mand i, y mas de 90 nifias se instruyen y ed ucan en las escuelas de Zamboanga. Hemos logrado arrancar la juventud de las garras de la impiedad: y padres y niftos todos estan contentisim os. El exi to ha superado mis esperanzas. Gracias sean dadas a Dios que se ha dig . nado bendecir nuestros esfu erzos.

E l maestro Sinfol'Oso dej 0 de ser maestro de la escu ela oficial para serlo de la escuela catolica, y 10 mismo hicieron Fi!oteo y su hermana Arsenia. Para sufragar los honorarios de los maestros abri una subs· cripcio n mensual que da 71 11.

D eje el diccionario poliglota de V. R. en el archivo de Manila.

E I P. Bennasar, el H. Perez, D . Santiago y fami lia, etc., etc ., sa· luda n a V. R .

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:! gD -

Mis recuerdos a l P . Ricart y d ennis PP. y HH . de esa santa Cu eva.

En los SS . SS . y 00. de V. R. me encomiendo.

A fectisi mo herman o y siervo en Cristo, VICTORJANO BITRJAN , S.

J.

P. D. Como teng o un p oco mas de ti empo, voy a responder a varias pregu ntas q ue me hace V . R. H emos reorganizad o la Congregaci6n de Hij as de Marfa y el A p ostolado d e la Oraci6 n. Hacemos todos los esfu erzos posibles para !levar esta carg a , qu e es mas !levadera qu e antes, p orqu e , en atenci6n Ii qu e no siempre logran confesarse , no vi enen tantos .

Entre Santa Marfa y Zamboang a habra actualmente unos 60 coros del Apostolado ; las H ijas de Maria son tal vez en mayor nllmero q ue a ntes.

Taguite , T ami6 n y Dulnau desapareci eron, porque los moros pa路 sa ron a 'cuchillo a todos sus habitantes, a exc epci6n de pocos qu e log raron escapar con vi da.

H e derribado eJ COli vento d e Ayala, porque amenazaba ruina.

Cuando vamos a!la, nos hospedamos ... en el puente d e la tribuna .

D ebo manifestar a V . R. qu e, entre todos los qu e qu edaron en路 cargadcis de las ig lesias y conven tos , P edro Juat6n ha sido d e los mas fi eles qu e h emos tenido . Al !legar yo, Ja prim era vez, a Ayala, encontre todas las cosas tan arregladas e integras, que me caus6 muy grata sorpresa. L1evaba y o hostias, vino, etc ., para poder celebrar; y . P edro , con la may or naturalidad del mundo, m ~ dijo qu e si qu eria decir misa, el tenia vino para el santo sacrificio . Y, loh prodigio de fid elidad indi a! me trajo m edia botell ita, qu e el Misi onero Ie habia dejado al p artirse y qu e el con servaba muy bien encerradita. Las p esetillas de las arras y Jos anilJ os, estaban tam bi en fid eJisimamente custodiados. I Si ervo fi el l Ayer hubo en Santa Maria func i6n ded icada a S . R oqu e, con misa solemne , y por la tarde procesi6n, muy eoncurrida y devota.

Asistia y o a Ja novena, que se haee en obsequio del Santo, cuando h e aq ui que al nilio Alfonso, que leia en eJ [nllpito, se Je ocurri6 leer paJabra pOl' palabra cuanto se decia en el librito. Pu es bi en , al!legar

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a <Ii brad de la peste a nu estro r eino de Espalia (y Fil ipinas, )>> el pueblo repetia devotamente: , Iibrad a nu estro reino de Esp an a ... >, y eso que asistian a la' fun cion todas las autoridades del pueblo. i Que sencillez I A mi ll egada encontre que, con la libertad de cultos y la separacion de la Iglesia y del Estado, se propalaban alg unos errores. I-Iu be de combatir cizalia tan perniciosa, y 10 hice en las pl;iticas dominica路 les; y, por dicha mia y provecho de l projimo, log re arrancarl a tan de cuajo, que, en adelante, nadie saco ya . a colacio n tan disparatadas ideas.

Tambien puse todos mis conatos en establecer de nu evo las cos路 tumbres de antes, en cu anto me fu e dabl e; y hasta tal punto se ha alcanzado, que quien no hubi ese visto a Za mboanga en estos tres alios , apenas notaria cambiQ algu no en las cosas de la iglesia: las mismas practicas, los mismos cantos, la misma marcha real en la misa al alzar, etc., etc. I-Iasta en las plat icas qu e solia hacer Jos domingos, continu e el plan interrumpido porIa revolucion, y, como si tal cosa no hubiese sucedido en el mundo, el prim er dia comence diciendo: 芦El ultimo domingo qu e predique , os decia ... > Esto, ami parecer, ha dado muy buenos res ultados y ha sido de m ucho provecho. Asi qu e, hoy .por hoy, no se encuentra oposicion en nada; a 10 cual, justo es decirlo , no poco han contribuido las disti ncion es publicas de que h em os sido objeto por parte del General americano .

Veo que la suavidad de la materia ha sido causa de que me alargase en esta Postdata.

Ruegu e V . R. por nosotros y para que veogan operarios a traba路 jar .en este campo del Sefior: messis quidem 1Jlulta, o/Jerarii autem pauci.

Suyo in Domino, VICTOR1ANO B1TR1AN,

S. J.

CARTA DEL

H.

JUAN AL

B. H.

PEREZ FRANCISCO FI UU ER OLA

Estado d e la ~ l isi6n. - Ejemplo d e fidelidad de un indio.-Nochebuena en Za mboanga. - Co nducta de los amer icanos cat6licos.

Zamboanga, 25 de enero de '902.

P. C. Mi amadisimo en Cris-to H ermano: Estani usted q uejoso de mi, y con raz6n, pOl' mi t~rdanza en contestarle; pero iq ue quiere que haga, H ermano carisimo? porque, si es ci erto que mi deseo d e complacerl e es muy g rande, la facilidad en escribir es muy poca, como usted ya sab e.

Nosotros por aca vamos viento en popa, y, segtl n el R. P. Bitrian, la g ente d e aqui esta mol, unida a nosotros que antcs. L os puebl os 'd e la p rovincia , tampoco se portan mal. No obstante, se nota la falta de Misionero.

D e los d e por aqui, el pu eblo q ue m ej or responde, y d el cual estamos mas contentos, es A yala, cuyos vecinos ya han llecho una instancia al R. P. Superior pidiendole un Padre.

Lo de P olloc sigue bien, gracias a Lorenzo, que se porta 10 mejor que puede desearse. Cuidan de la casa, durante nu estra ausencia, su hija, casada, que h abita en los baj os, y el, que vive arriba . Tambien alquil6 un aposento a un americano, qu e no se cuanto Ie daba por la habitacion . Lo cierto es que cuando el Padre paso a visitar el pu eblo, t enia Lorenzo una porci on de pesos reunidos de enti erros, cera, y del

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hospedaje que he dicho , todo para la iglesia y muy bien guardado y separado por cajoncitos . Conque ya ve , mi Hermano, que aun hay fe en Israel.

En esta iglesia de Zamboanga se celebran las funcion es con mucha concurrencia, sobre todo las de la Virgen del Pilar y Navidad 6 Nochebuena. E sta fue la mas concurrida que he visto en mi vida.

I Que gentfo! Creo que si la iglesia hubiese sido dos veces mayor, aun no habria cabido la gente . Y que orden hubo en todo , sin tener. que lam â&#x201A;Źmtar el men or desman. La adoraci6n term in6 cerca de las d0 3 de la madrugada, y aun muchos tuvieron que marcharse a sus casas sin po der adorar al Niii o J esus. Habfa much03 am ericanos y estaban muy atentos.

Entre estos, hay algunos que son cat6 li cos. No ha mucho que vino uno de ellos a traernos 26 pesos que varios habfan reu ni do para el Padre, y nos sorprendi6 tan inesperado donativo . Tambien un Comandante de estado mayor nos envia cada mes cinco pesos . Este miiitar y su sel'iora e hija dan muy bu en ejemplo, y todos los domino gos, sin falta, oyen misa con mu cha devoci6n . En tre tantas espinas, tambien nace alguna rosa .

Mis afectos a todos esos bu enos Padres y H ermanos. Qu e rll e~uen por mi. Y V. no se olvide de este su hermano en Cristo, JUAN B. PEREZ, S. J.,

CARTA DEL

P.

GRE GORIO P A RACHE

AL

P.

J AIME PUNTAS

Excursio nes apost61icas. - La Semana Sa nta en Ba lingasag. - Numero notable de confesiones . -

Ejemplos de fervor de las Autori dades y veci n os. -

El Pags(/gat. - Las funciones de Sema n a Santa en Jasaa)1 y T ago loan.

Balingasag, 29 de marzo de 1902 .

P. C

â&#x20AC;˘Muy

amado en Cristo P. Puntas: Son las once de la manana y ahora .mismo he salid o del confesonario para contestar V. R. Todos estamos b uenos, a Dios gracias . EI P. H eras es el que mas ha trabaj ado durante esta temporada , y esta tan rejuvenecido y ani moso que da gusto verle y aide. De mi salud dan testim onio los tres prefacios que he cantado esta manana, dos antes de los al eluyas y uno despues, que, por poco sole mn es que hayan sido, halland onos al fin de Ia Semana Santa, indican b astante vigor. Y por si alguna duda Ie quedase todavfa a V. R., puede leer en mi Diario 10 sigui ente, qu e se refiere a las sema nas anteriores:

a

,Dfa once de marzo: salgo para Bubuntugan.

Dfa doce : me dirijo a Tago loan, pasando pOl' Santa Ana, para confesar a algunos enfer mos. En Santa Ana m e preparan una frugal comida en el Tribunal. Se dig nan servirm e el Presidente y Vice-presideilte. El camote cocido al rescoldo suple la falta d e pan. A las dos d e la tarde , aproVecltl'l1Zdo el fresco americano, parto para Tagoloan, y paso el rio sin apearme, por no t ener barquero a mallO .

Dfa trec e: voy a Agusan a confesar enfermos. Hago el viaje

de prisa y corriendo. Estoy muy satisfecho del caballo, que me ha facilitado mucho la marcha.

Dia catorce: en compafiia de dos Padres y un H ermano, salgo para Balingasag. Descanso y como en Bubuntugan, donde encuentro al P. Heras. Aillegar a la plaza, la g ente, que sale del Via-crucis, se me acerca y rodea para besarm e la mano.

Dfa dieciocho: me dirijo a Salay para celebrar la fiesta de S. Jose.

Dia veinte: emprendo el camino de Talisayan. H e llegado en tres horas y media . 25 kil6metros de mal camino. Encu entro al laborioso p " Espana con amagos de calentura.

Dia veintiuno: vi ernes de Dolores, a las cuatro de la tarde vuelvo otra vez a Salay.

Dia veintid6s: cel e br~ la santa misa; hago una pl;itica y salgo para Balingasag . > Yaqui me ti ene V . R. He pasado casi toda la semana en el confesonario y he confesado mas hombres que mujeres, no porque estas hayan dejado de venir, sino porque al toque de las oraciones las des. pedia, y despues segufa confesando a los varones. E I Miercoles Santo me retire del confesonario a las nu eve de la no che, y aun despues vinieron .algunos, que entraron por la puerta de los caballos, y les of de confesion en el corredor. EI Ju eves Santo, antes de las cuatro de la manana, me fui a la iglesia: junto a la puerta, que estaba todavia cerrada, me encontre con algunos que me estaban aguardando, y los empece a confesar sentado en un banco del recibidor. Por la tarde hubo Lavatorio, oficio de tinieblas, etc., etc.

El Monumento nos di6 PQco qu e hacer, porque cuidaron de arreglado los sacristanes y los principales , incluso . el Presidente. Est e !lev6 el guion el J ueves Santo y asistieron todos los demas. Lo mismo hicieron con resp ecto al Lavatorio y cena de los Apostol es, y, en particular, se distinguieron el Presidente y Vice - presidente, quienes durante el Lavatorio sostenian las palanganas y besaban los pies, desp ues de haberlo hecho el Padre.

Ya sabra V. R . qu e se sacan siete Pasos, bastante buenos. Lo que no se si habra notado, es la costumbre de encender farolitos de colores que, Ilevados por los nillos de la escu ela, adot'n an y alumbran la procesi6n. En 1878 encontre esta costumbre, tall piadosa, y me gust6 mucho, y procure fom entarla. Es de notar que estos farolitos \05 cuelgan de una cana, mas 0 menos larga, para que alumbren las

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a

imagenes, llevadas en andas, y unos tienen la forma de barco, de casa, y otros de estrella, pez, gallo, etc .

Ala funei on de hoy, a la que he procurado dar toda la solem nidad posibl e, ha asistido mucha gente, asi como a todos los demas cultos de esta Semana Santa, a pesar de no poder contar con la ay uda d e otro Misionero . En 1881 fuimos cinco Padres y, fuera de este alio, siempre ha habido cuatro, tres , por 10 menos dos. En cambio tres alios hacia que pasaban sin Monumento.

Para manana se esta ya preparando el Pagsllgat. Aqui no hay nada de castillos, y de nubes, y d e angeles que bajan y sub en, como es tan comun en otras partes de Filipinas. S encillamente: lI egadas las dos irpage nes al punto sellalado, se colocan sobre dos mesas, separa· das pOl' una cortina; se corre esta, y se canta el Regina codi. Eso si, mucho campaneo, mueha mlisica, mucha colgadura. P ero este ano no habra los cafionazos de antes.

3 I d e marzo. Prosigo: el Sabado Santo estuve en el confesonario hasta mas d e las diez de la noehe, y desde las seis de la tard e en adelante 01 de confesia n a solos hombres . i He dicho ya que el Viernes Santo cantamos el Passio? Salia rrluy . bien . No se quejara V. R. de que no sea explfcito . ADios la g loria.

Lo (mico que me duele, es' un dolor namada que and a por este cuerpo d e muefte desde algunos dias a esta parte . Para ir a caballo es un estorbo ; con todo, sepa V . R. que acabo de leer que el qu e pasa d e 63 anos, puede €sperar buena vejez.

T enga la bondad de saludaI' a esos buenos Padres y I-Iermanos, en cuyos SS. SS . Y 00. nos encomendamos mucho.

a

a

GREGORIO PARACHE,

S. ].

P. D . H e rec ibido cartas de los PP. H eras y Martin y cuentan cosas muy bue!)as de las funcion es. de Semana Santa celebra das en Jasaan y Tagoloan. Laus Deo.

CARTA DEL

P.

VICE N TE GIMENEZ AL

P.

J U AN CAPE LL

Na tieias de los t rabajas apas t6li cas de los PP . Martin, Ribas, Gisbert )' Ll abe ra .

Manila, 9 de junio de 1902.

P. C.

â&#x20AC;˘

Muyamado en Cristo R. P . R~ctor (I): EQ prim er lugar doy a V. R . las mas expresivas gracias pOl' las repetidas veces que nos ha remitido noticias de Espana y America, qu e en este rincon del mundo son muy estimadas, y sirven de no poco consuelo a los PP. Misioneros de Mindanao.

Para corresponder a V. R. en alguna manera, voy a transcribir algunas de las nu evas recibidas de las Misiones.

EI P. Martin reanimo a los del pueblo de Agusan, sobre to do en 10 tocante a escuelas catolicas, a las cuales se pasaron muchos alumnos de las oficiales. Tambien traM el Padre con varios monteses, que se alegraron mucho de verle y mostraron dese os de que subiera al monte a visitarlos.

El P. Ribas , que estaba en la pa~roquia de San Roque de Cavite y qu e hace poco salio para Zamboanga, ha escrito. Sus impresiones son gratas, debido en gran parte a qu e los catolicos fervorosos son muchos.

El P. Gisbert nos escribe que en Davao se disfruta de paz octa( I)

Del Co\eg io Maximo de T ortosa.

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2g8 -

viana, sin revoltosos ni propagandistas de malas ideas, Los N uestros siguen bien relacionados con todas las Autoridades; y, gracias al apoyo que presta el Presidente Sr. Palma Gi l, las escuelas cat61icas se ven muy concurridas. La reconquista espiritual tambh~n parece que va ade¡ lante . Los tagacaolos y bisayas son los que se mu estran mas d6ciles .

Entre los bagobos y guiangas se va haci en do algo: se han celebrado in facie Ecclesice, unos cuarenta matrimonios. Asimismo, entre los sa¡ males, si tuviesen Misionero, se haria fruto . Solamente los moros son los que por ahora no dan su brazo a torcer, si no es para recabar del Padre algo con que matar el hambre.

EI P. Llobera, residente en Butuan, dirige la escu ela cat6lica d el pueblo, a la que con curren unos doscientos ninos. Ha pasado una buena temporada 'haciendo seis horas de clase diarias. Ahora ya tiene quien Ie ayud e en tan provechosa tarea.

En fin, para terminar, dire a V. R. que, en general, de todas partes llegan noticias de haberse celebrado las funciones de igl esia. con el orden, concurrencia, frecuencia de sacramentos , etc., d e los mejores tiempos .

En los SS . SS . y 00. d e V. R. mucho me encomiendo .

â&#x20AC;˘

D e V. R. infimo y a(ectisimo en Cristo siervo, V ICENTE GIM ENEZ ,

S.

J.

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CART A DEL

P.

MIGUE L SADERRA MA SO AL

P.

JU AN CA PELL

Exe ursi6 n ei entinea po r Mindanao. - Celebraei6n d e la jura de S . M . en Ilo ilo. - Movi m ie n to re ligioso en Zamboan ga. - Fi esta de los es pa ii o les en eo nm emoraci6n de la j u ra de D. Alfo nso X I! 1.- Prosecuci6n de l viaje .

Davao, 17 de junio de 1902.

P . C. Mi m'uy a mado en Cristo P. R ector : EI 3 de mayo saH de Ma nil a en direccion al Sur, con objeto de hacer observaciones magneticas, visitar estacion es meteorologicas, etc .

P ermitio el Sefior qu e t uvi eSem05 a bordo del Gibson un caso de cole ra, y fue preciso ir a Maribeles para qu e en aq uel lazareto nos des infectaran . D espues de permanecer alli cinco dias, el dia 13 empren d imos de nu evo el viaje hacia el Sur. El dia 17 10 pase en Iloilo, donde los espafioles celebramos lajura de S . M. el R ey D . A lfonso XIII con misa reza da que dij o el II mo . y R mo. Sr. Obispo de J aro, serm on y Te Deu1Il a toda orqu esta . Fin alm ente, el d ra 19 lleg ue a Zamboanga.

En esta poblacion pase 10 restante del mes de mayo y parte de j unio , has ta el dia 9. Mis impresiones no pudi eron ser mejores : en Zamboanga estan los Padres como antes de la guerra; el carino del pu eb lo , el mismo de siempre; el fervor del entusiasmo religioso apenas ha dismin uido, y los qu e, en corto numero, se descarriaron , vuelven al r edi!, com o se vio c1ara men te por las comuni ones general es q ue se celebraro n en Zamboa nga, Santa Maria y T etuan, con motivo

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300

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d e la fiesta del 5agrado Corazon de Jes(ls . Tanto esta , como la d el Corpus se hicieron con la misma pompa, concurso y d evocion de otros ti empos y, asimismo, con la cooperacion del Municipio. Los americanos, al ver tantas muestnls de entusiasmo religioso, estaban admirados.

Los pocos espafioles, qu e todavia residen en Zamboanga, cele路 braron tambi en la jura d e D. Alfonso XIII. Al efecto, hubo Misa so路 lemne' y Te De"", en la iglesia, banderas espallolas en todas partes, m(,sicaq por las calles, etc. Accediendo a la atenta invitacion d e los espafiol es, asisti eron todas las Autoridades, aun cuando la fiesta no t eriia caracter oficial, por no haber en Zamboanga qui en tuvi ese la representacion del Gobi erno espafio!.

Llegado el dia 9 de junio, me embarque en un transporte am ericano qu e me condujo aqui, no sin antes to car en Malabang, Paran路 paran y Macar.

D e aqui saldre, Dios medi ante, a fines de esta semana con obj eto d e rodear toda la isla.

Y sin mas por hoy , termino felicitando a V. R. y a todos los demas Juanes, yen particular a los PP. Rib era, Ferreres, Mir, Munc L1ni ll, Florit y Comellas路. Ruegu en mucho por estas Misiones y de mf no se olviden en sus 5S. 55 . y 00.

D e V . R. afectfsimo si ervo en Cristo, M. 5ADERRA MAs 6 , 5 . J.

CARTA DEL

P.

SATURNINO URIOS AL

Aspecto de la Mi si6 n. de operarios .

P.

J UAN CAPELL

Las Congregaciones piadosas de But dan. -

Butuan,

IS

de septiembre de

Escasez

1902.

P. C. Mi muy amado e n Cristo R , P . Rector: La de V . R. del 13 de j uni o hemos r ecibido, y ahi es nada 10 qu e ella nos ha al eg rado y consolado , Por aca vamos tt'abajando sin descanso, aco,?odandonos a las circunstancias de ahora y contrarrestando el mal con los medios que el Senor nos sugiere. Asi, por ejemplo, aqui, en Butuan, tenemos escue las cat61icas qu e se ven muy concurridas , T enemos tambien en muy buen estado la Congregaci6n de Hijas de Marfa y la de los j6venes congregantes de la Anunciata y S . Luis y el Apostolado de la Oraci6n, y a todos les damos Ejercicios, y vienen a la iglesia, y se confiesan con frecuencia, y no son pocas las personas devotas, y todo 10 qu e quiera V. R. ; pero todo esto es aqui, donde no nos damos punto de reposo. En cambio, son muchos los pu eblos que necesitan de mas cultivo espiritual y apenas los podemos visitar.

Adi6s, Padre mio, y el Sellor nos de su gracia. No tengo tiempo para mas .

En los SS. SS. y 00. de V. R . yen las de todos los de esa santa casa me encomiendo . . Siervo en Cristo, SAT URN I NO URIOS, S.

J.

CARTA DEL

H.

DAN I EL TORRENT AL

P.

JUAN CAPELL

Enfe rm edad de los PI'. Peruga)' Buguiia.- Objelos para la Misi6n de Dapilan.- Viaje del p. Bilrian a JoI6.- Excursiones aposl61icas del P. Martin .

Manila, 27 de octubre de [902.

P. C. Muy amado en Cristo R . P . R ector: Aprovechando algunos instantes, voy a extractar vari as cartas que nos han escrito los PP. Misioneros de Mindanao . .

A mediados de agosto Il ego a esta, procedente de Caraga, e!

P. Buguna, que andaba algo enfermizo. D el mismo pueblo, Ilego el 2 de octubre el P. Peruga. EI motivo de su viaje ha sido el siguiente: estando dicho Padre en una visita en construccion, al ti empo de dar ordenes a los trabajadores desde una ventana del conventito, este se d errumbo en parte y arrastro consigo al Padre, quien, por efecto de la caida, se disloco la mano derecha. Gracias aDios encontro pronto quien se la arreglara, al parecer bi en; pero notando el P. Peruga que no desaparecfa el dolor, se vi no aqui, Ilamado por los Superiores, para que los medicos Ie reconocieran.

Los PP. Misioneros de Dapitan estan muy animados. EI otro dia les envie dos armoniums, una alfombra y un juego de sacras. Pronto r ecibiran dos juegos d e ciriales, y con destino al mismo pueblo se ha refundido una campana de 30 arrobas.

El P. Bitrian estuvo en la isla de Jolo, donde permanecio pOI'

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30 3 -

espacio de trece dias. Hubo Misa solemne con sermon, en el cual el P. Bitrian excito a los catolicos americanos y filipinos, a hacer una manifestacion religiosa . Al efecto, se celebro una procesion muy lucida y numerosa, a la que todos tomaron parte con velas encendidas.

Ademas administro el santo Bautismo a veinticinco personas y caso a quince moras convertidas con otros tantos cristianos de los que aqui llamamos viejos , por pertenecer a familias que desde mucho tiempo atra~ abrazaron la Religion catolica.

De Tagoloan escriben que el P . Martin empleo gran parte del mes de mayo y todo el mes de junio en visitar las reducciones de CaJa路 sungay, Oroquieta, Cauayan, SiJay, Linabo, Bugcaon y Covadonga.

La reduccion de Sevilla, destruida por efecto de los sucesos de Ja revolucion, se esta reconstituyendo en sitip no lejano del que antes ocupaba y menos expuesto a incendios casuales. EI Padre fue muy bien recibido en todas partes . Dicen que el convento de Linabo esta sin tabiqu es; la huerta convertida en bosque, y que de Jas 'dos campanas que habia, una desaparecio, y Ja otra fue hecha pedazos. L a ocasion qu~ hubo para ell o, fue que los revoJucionarios, estabJ ecidos en L in abo, la habian coJgado de un arbo l para dar aviso de la Ilegada de los nuevos dominadores .

Esto es cuanto pu edo comu nicarle al presentee En los SS. SS. y 00 . de V. R . mucho me encomiendo.

- De todos afectisimo hermano y siervo en el Sellor, DA NIEL TORRENT,

S.].

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IV

NOTICIAS DE MANILA

20

•

â&#x20AC;˘ Vicisitudes de los P;dres y Ht:rm a n os de Manila durante la gu erra hispano-a mericana

CARTAS DEL

R.

P . RE CT OR DE L ATE N EO MUN I Cli'AL . A L R . P. PROV INCI AL F RD [ERA

Ateneo Municipal de Ma ni la ,

T2

de mayo de 1898.

P .. C. Mu y amado en Cristo R. P. P rov inci al: A p esar del bloq uco, i qu e esta mos sometid os d esde el d ia primero de este mes, se me ofrece ocasion de esc ri bir a V. R . , y 11 0 la he de dejar pasar en balde, ya para qu e V. R. y los demas que lean estas lineas, ad mirando la b ondad con q ue Dios nos t rata durante los aconteci mie11tos actual es, nos ayud en a dar g racias al Se llor , ya tambi en para cal¡ma r en 10 posible la natural ansiedad qu e las Il oticias teleg raficas han de haber producido en esas ti erras .

N uestra situacion desde los prim eros d ias de abri l hasta los pos~ treros, es un punto de partid a nccesari o para seg uir la accion providencial del Seilor sobre nosotros .

El R. P . Superior tenia proyectado pasar la visita a una parte de las casas de Mindanao, y ya se Inllaba en Dap itan , cua ndo se conocio en Manila qu e la g uerra con los E stados U ni dos era inevitabl e.

Transmitirle esta noticia, qu e habra de modi fica r enteram ente sus planes , no era cosa facil, dada la poca co muni cacion existellte entre

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Manila y aquel puerto. La insurreccion de Ceb u vino a aumentar las dificultades que para ella se ofrecian, puesto que los buques eran Hcilmente ocupados por el Gobierno con el fin de atender al restablecimiento del orden publico.

Por otra parte, algunos Padres y Hermanos del Ateneo y d e la Escuela Normal se hallaban ya en la casa de Alitagtag para pasar las acostumbradas vacaciones y reparar sus fuerzas en aquel saludable sitie.

Entre tanto en Manila crecian los rumores de nuevos levantamientos revolucionarios; a.gitabanse cuestiones tan importantes y transcendentales como las que motivaron las Exposiciones de las Ordenes religiosas a S. M. la Reina Regente y a Su Santidad; y daba a todo un tinte pavoroso la perspectiva d e una guerra, para la cual no se estaba prevenido ni habra med ios de prepararse.

Para un caso tan t errible, tampoco era nada favorable la situacion que ocupan la iglesia de S. Ig nacio y el conliguo Ateneo Municipal.

Estos dos edificios lindan con las' muralbs que estan junto al mar, y en ellas, como adosada al colegio, existe una bateria de cinco obuses de a 21 centfmetros, cuyos disparos en pruebas d e tiro al blanco, pon en en conmocion toda la casa y en peligro los cristales. i Que no era, pues, de temer para cuando el enemigo intentara apagar sus fuegos l Por estas razones decfa yo a V. R. en mi carta del IO de abril, que ya habia ofrecido al Senor la igl esiay el colegio en caso de bombardeo.

Un refugio, sin embargo, nos quedaba para tan trisle ocasion, y era la casa de campo que este Ateneo pose e en el pueblecito de Santa Ana, a unos cuatro kilometros de Manila. Con todo, a fin de que se conservara libre este asilo para nuestros Padres y H ermanos, tuvimos qu e dar mu estras d e no poca constancia yenergfa; pues cierto Director de Hospital militar, tenia grand e empel10 en ocupar toda la casa para sus enfermos y atenciones del servicio. Al fin, gracias a las gestiones que se hicieron y a las medidas que se tomaron, se reservo ,el primer piso para nosotros y la planta baja para la asistencia de los .enfermos, conforme al ofrecimiento que habiamos hecho al Gobierno.

De mucho consuela nos fue la presenci a del R. P. Superior, qu e llego el dia 19 de abril. Desde lu ego dispuso qu e al fin de las L etanias se rezara la oracion PYO tempore belli, y que, en cuanto fu ese posible, viniesen los de Alitagtag, para estar todos reunidos. A este fin se t elegrafio al vapor PuYisima C oncepci6n, qu e se hallaba en el

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puerto de Lucena, encargandole se t~asladase a Taal para recoger a los Padres y Hermanos, y que fijara la hora de embarque. Obtenida favorable contestacion del capitan, se transmitio al P. Clos, Superior de los que alli estaban pasando las vacaciones, la orden de volver sin demora, como eri efecto 10 hicieron en la madrugada del 25.

Gracias a la diligencia del ex-alumno del Ateneo y buen amigo D. Tiburcio Ilagan , que hizo cuanto pudo para servirnos, logrose obtener que nu estra orden telegrafica se recibiese en Alitagtag el dia 24, entrada ya la noche. Esta. como se paso alli, despues de recibida dicha orden, 10 indica sufici entemente el hecho de hallarse

Esc uela No rmal de J\\ anilJ

en el puerto de T aal todos los exp edicionarios, con la consigui ente impedimenta, a la hora fijada, esto ' es, antes de las cuatro de la madrugada, despues de haber an dado algunos dos horas a pi e, por cierto entre las lagrimas y lam entos de los vecinos que senti an en el . alma qu edarse sin la compaiifa de lOS Padres.

Grande fue el consu elo que tuvimos aqui cuando llego , a eso de las ocho de la noche, el Purisima Concepcion; y, ahora que consi, . dero, despues de los dias que hall transcurrtdo, el desarrollo de los sucesos, bendigo Ulla y mil veces la suavidad con que Dios N . S . ordella las cosas y ficilito los :medios de evadir el peligro q\le huma-

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3'0

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nam ente corrlan c;stand o separados d e nosotl"03, los P adl'es y Hermanos de Alitagtag .

Con los Nuestros vino el Parroco d e Taal, religioso agustino, qu e ya no pudo volver a su parroqui a., lib rand ose asl d e las pesadumbres y cautiverio que muchos de sus I-Iermanos de habito sufri eron.

Descle luego se estab lecio entre los I-IH. Escolares y Coadjutores un tllrno de com uniones di arias para implorar la proteccion del Cielo.

Co n este mismo fi n, el dla 27 asis tio la Comunidad a las solem nes rogativas que , baj o la direccion y presidenci a de nuestro Excmo. e Ilmo. Sr. Arzobispo, Fr. Bern ardino Nozaleda, se celebraron en la Catedra l con asistcncia de todas las Comunidad es religiosas.

A pesar de que el cabl e nos daba notici as de la escuadra a me· ricana, apostada en Hongkong, dejandonos entrever, con la natural ansi edad, que no tardaria mucho en estar ' a nu estra vista; Ibamos preparando los cultos d el mes d e Mar'la y los de la fi esta del Patm· cinio de S. Jose , co mo en alios anteri ores .

EI saba do, 30 de abril, cel ebrose la funcion praparatoria d el indio cado mes de Mayo, en la que el P. Clos, d esde el pulpito, exp uso la necesidad de la oraci on y d e la refo rma de vida para merecer el patroci nio d e la Santisima Virgen en las calamidades presentes. V, a la verdad, i cuanto necesitab:tm03 de la poderosa intercesion de n uestra amantlsi ma Madre !

Va a primeras horas d el dla primero de mayo nos participaba el P. Algue pOI' telcfono, desde el Observatorio, que los buques ameri· canos habla n penetrado ·en la bahla sin obstaculo.

Recibida esta notici a, se atendio al momento a 10 qu e podia so · brevenir, aun que sin dejar de proseguir 10 ordinari o, como si nada oc urri ese . AsI, pu es , empezo la celebra cion de las misas en la ig lesia, y los con fesores fu eron a sus confesonarios, y eran bastantes los fi eles que habian acud ido a nu estro te mplo. Mas poco d espues de las cinco, oyose el estam pido del primer caiionaza, y, pasados alg unos minutos, el segundo; pOl' 10 qu e, comprendiendo qu e no tardarian en repetirse, me ful inm ediatamente a hacerm e carg o de 10 que oC llrria. Como se hablan id o desarrollando los hechos a qu e alud o, 10 supon go ya sabido . .

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..

Tal como se presen taba pOI' e~tonces la persp ectiva de la bahia, contcl1lplada d esde nu estra azatea, parecionos qll e podia continual' la celebrac ion de l1l i<as en templo, si bi en ac onsej and o a los fieks

er

- 3 tt que se retiraran a sus casas. A sf se hi zo , desp ues de dM el Santfsimo Cuerpo del Set'ior a buen n ltm ero de personas , qu e estaban ya dispuestas para la Comuni6n g eneral qu e debfa celebrarse aqllcJ dfa pOl' ser el PatrociniD de S. Jose.

Durante todo el tiempo d~ la santa misa, qu e celebre poco antes de las seis, no ceso el estru endD d e los caIionazos , tan nutridos como los disparos de fusilerfa cuando se hace fu ego a discreci on; mas al terminar el santo sacrificio, fue cesa ndo poco a po co, y cuando concluf la accion de gracias, se retiraron los buqu es am eri canos hacia la parte Norte de la bahfa.

'- Entre tanto nos preguntabamos unos a otros : ,q ue ha oc urrido en Cavite ? i qu e ha sido de tlU estra esc uadra? , que hara el enemig o? i que sera de Manila ? ,y que de nosotros ' EI humo del combate cerraba todavfa el.horizonte por la parte del mar y parecfa envolver en tinieblas todo nu es tro porveni r.

En circunstancias tan extraordinarias creyose 10 mas oportuno no apartarnos de nu estro divino Capitan, J esu cristo; y asf, reuni da la Co路 munidad en la igl esia a eso de las ocho, el R. P . Su peri or, desp ues de exponer el Santfsimo Sacramento , leyo uha ternfsim a oracion , compuesta expresamente para las actu ales desventuras, y luego hizo voto al Sagrado Corazon de Jesus de ayunar todos los Nllestros en su obsequio la vfspera de su festividad y de celebrar en su honor un a nueva y esplendida fi esta en accion de gracias, si se dignaba conceder la victoria a las arm as espatlolas. Qu edo el Setior de manifies to hasta las cuatro y media de la tard e, y durante todo es te ti empo, hicieron vela al Santfsimo los Padres y H ermanos de casa y , juntamente, algunas personas devotas, que apenas abandonaron el templo en todo el dla. Por 10 dicho ya plled e comprender V. R . que ni se celebro la misa cantada, ni hubo serm on, como se solia hacer en la fi esta del Patrocinio de S. Jose .

Lo restante del tiempo, fu era del qu e se empleo en velar delante de Jesus Sacramentado y en darse con mas fervo r a la oracion, se paso en tomar las oportunas medidas para atender en 10 posibl e a las necesidades que en adelante se ofreciese n. Ad emas se procUt"o levantar el esp{ritu de muchos seglares, qu e, en busca de alien to y consuelo, vini eron al Ateneo .

A este proposito, no pu edo menDS de confesar, qu e no dejo de ser muy especial beneficio del Sagrado Corazo n de JeSltS, entre otr05 qu e recibimos del mismo Setior en dfa de tanta zozobra y aA icci'ln ,

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3 12

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el esfuerzo y serenidad con que todos los de casa presenciaron los tristes sucesos d e la manana, y el valor que asimismo manifestaron todos para sobrellevar con paciencia y fortal eza cristianas cualesquier nuevos trabajos. Con todo, mirando por su salud, se dispuso que algunos se trasladasen a Santa Ana, donde, des de algunos dias antes, se habian insta lado un Padre y varios H ermanos, en prevision de las actuales circunstancias.

Por ser aj eno de mi objeto, omito dar cuenta detallada del ataque contra el arsenal de Cavite, y del incendio d el vapor correo Isla de JllJindanao, asi como tam bien el referir las muchas y contradictorias no路 ticias que por Manila circularon este dia. Una muy g rave me comunico cierta persona, qu e, por su caracter oficial, me merecia entero credito, a saber, qu e el dia siguiente, al amanecer, e mpezaria el born路 bardeo de Manila. Como.conseclIencia de esta noticia, que me dijo ser cosa muy cierta, reu niose la consulta y con el R. P. Superior se determin o evaClIar el colegio y que la Comunidad pasase a Santa A na, a don de debfa trasia darse, ad emas , cuanto se pudiese en 10 tocante a provisiones y objetos de la casa I" iglesia. Sin embargo, antes d e dar las oportunas ord enes, fui a pedir noticias en cierto centro militar; pero i Dios miD i i que tristes fu eron las impresiones qu e recibi al salir d e casa ! i que solitarias las calles de Manila! i que silencio tan imponente I . .. i Cuan natural es y expresivos me parecia n los lamentos del Profeta I .. .

Serian las cuatro d e la tarde cuando volvf al col egio ; y d e 10 qu e habia visto y oido, y de la im presion qu e lIevaba, deduje ser muy del caso la ejecucion de 10 resuelto en la consulta . H echa, p"es, la reserva del Santfsim o, colocose el Sagrado Copon en sitio mas se g uro. Acto seguido, empezaron a desfilar los Nuestros hacia Santa A na; y para librar d e las llamas , en caso d e incendio, 10 qu e bu enamente se pudiese, comenzose tambien a trasladar objetos, no cesando en el trabajo toda la noche, ni los coches, ni los carros, y, consi路 guientemente, ni los criados, ni cuantos seguimos permaneciendo en el colegio .

AI d fa sigui ente, celebramos 10 mas pronto que pudimos, los PP. C1os, Rossell y er{}ue subscribe; sumimos las sagradas formas, y , despues de dar g racias, nos dispusimos para ir a juntarnos con los N uestros en Santa Ana. Mas, entre tanto, R. P., Ique de sentimientos profundos y afectos internos brotaban d e 10 mas hondo de mi corazoni i Eran de tristeza?

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a

I de temorl i de esperanzal No 10 puedo decir punto fijo . Acababa y o de pasar cerca de una hora meditando en la azotea del primer piso, an te una composicion de lugar imposible de describir. Vela a mi derecha los contornos de los acoraza dos enemigos, los cuales, dispuestos en linea, frente a la bocana del Pasig, no cesaban un instante de en tenderse por medio de reflectores; y, al mismo ti empo, heria mis ojos el siniestro resplandor de las ll amas del arsenal de Cavite, del vapor Isla iWindanao y de los buques qu e fueron nuestra esp eranzal A mi iz路 quierda y a espaldas tenia la ciudad, como sumida en letargo; tal era el silencio que en ella reinaba. Solo el sitbato de una lancha de vapor, qu e vetozmente saHa del rio en direccion a ta escuadra americana, propagaba con frecu encia sus estridentes sonidos p.or toda la bahia e infundia noose que de pavoroso a aquet tan triste cuadra! IQue no habia de hacer la imaginacion en tales c'ircunstanoias l IComo no impresionarse el corazon I...

En esto me avisaron q ue ya todo estaba dispu esto y , por tanto, que podfamos partir. Quedaran encargados de custod iar los e di li.cios los PP. Francisco Javier Simo y Joaq uin Martin ez, destinados a la Fuerza 0 Castillo de Santiago por el Excmo. Sr. A rzobi spo, para prestar los a uxil ios espirit'uales a los militares qu e los necesitasen. Con dichos Padres permanecieron en casa algu nos cri ados, en tre los cuales habia U)10 , sac ristan, que, con lag rimas en lo s ojos, me pidio la gracia de qu edarse para guardar la iglesia, y para defenderla, (.c omo eJ mismo me deda), si fu ese preciso.

Dadas las postreras disposicion es, me desped i cl e los o li.cial es artilleros que cubrian la proxima bateria, y por ultima vez entre en la iglesia pa:ra peclir de nu evo al Sagrado Corazon de Jesus, a N uestra Senora, a San Jose y a N . P. S. Ignacio, Ia. gracia de que se conservara incolum e este bellisimo templo .

Subimos al coche y, silenciosos y meditabundos, nos dirigimos a Santa Ana. Apenas se podia recorrer la calzada qu e coqd uce a dicho punto, por la multitud de vehiculos de todas clases q ue transitaban por ella. ITal era la afluencia de gentes que, lI evandose sus muebles, abandonaban la ciudadl En todos los transeuntes se reflejaba el panico y zozobra de qu e estaban poseidos.

Al pasar el umbral de nu estra casa de Santa Ana, llamada en otro tiempo por~los Nuestros Jesus de fa Ribera, verdaderamente pareda que se llegaba a una playa salvadora, despues de padec er naufragio.

Per9 Ique espectaculo tan nu evo se ofred a a lluestra vista I No hable-

de

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mos de Ja p1anta baja, ocupada por m;is d e cl en en fermos militares con sus medicos, sanitarios, y 10 d emas que es consigui ente a un hos· pital. Nada dig-amos tam poco del movimiento y desorden que las circunstancias promovian. Subamos a1 piso alto: alli se establ ecieron y alojaron todos los de esta Comunidad, a excepcion de los dos Padres que quedaron en casa; pero en su lugar vini eron algunos Padres y Hermanos de la Escuela Normal, formando tod os juntos e1 total de mas d e cincuenta religiosos, sin contar algunos criados del co· Jegio que la prudencia aconsejaba tener con nosotros por razon de las circunstancias. Ahora bien: para habitacion d e todos, contabamos solam entc con veintiun aposentos y dos corredores, corredores y aposentos qu e debian servir, al propio ti empo, de refectorio, despensa y biblioteca, y aun de almacen para cuanto se habia sacado del colegio; asi q.,e, por un' lado, se veian montones de 1ibros y provision es de boca; pOl' otro, cajones de 1a sacristia y fardos de ropa; yaqui y alla los hatilJos y ajuar de cad a un o, y todo confuso y revue:to, por falta d e espacio y por la precipitacion con que se habia tenido que sacar de Manila. Ya ve V. R. que desconci erto y apretu· ras para los que tan acostumbrados estamos a1 orden. Pero en fin, al vernos reunidos todos, se ensancho el corazon, aunque no sin dejar de sen tir alguna pena y temor.

Para fortalecernos mas y mas se acudio d e nu evo a1 Sagrado Corazo n de JeStIS, poniendo de manifiesto a S. D. M. a las ocho de 1a mal'iana, en Ja capilla domestica, donde e1 R. P. Superior renovo cl voto hecho el dia anterior, se rezo el Rosario ent ero de Nuestl'a Se1iora, invocose a los Santos con sus 1etanias y se hizo vela a1 Santisimo hasta las cinco de la tarde, hora en que tu vo lugar Ja reserva Y cs digno d(notar5e qu e durante este dia, a pesar de estar anunciado el bombardeo, ap enas si se oyo alguno qu e otro calionazo. Tampoco d ebo pasar en sil encio el fcrvor con qu e algunas familias vecinas imi· taron Ja practica pi a..dosa de uno d e 103 Nu estros, quien, mo vido de su particular devocion, coloco en las ventanas qu e dan al mar la ima· gen del Corazon Divino, para qu e en circunstancias tan crfticas nos sirviese como d e escudo y defensa. Y no parece si no que el Corazon d e J eStlS se complacia en ser invocaclo de un modo especial en tales dias , pues fatilit6 en gran mall era 1a cOllsa;;racion que del Archipie· lago Ie hizo el Excmo. SI'. Arzobispo el dia 6 de mayo, primer viernes d e mes o Pasado el dia 2 , sin los cksastres qu e se prOllosticaball, y daclas

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las impresion cs quc el R. P. Superior trajo de la Junta de Autoridades, celebrada por la tard e de dicho dfa, volvimos al g unos al colegio para ordenar 10 que por falta de tiempo habfa quedado en desorden y, con plan mas determinado y seguro, atender a la salvaci6 n de los obj etos que aun quedaban en peligro. A este fin se ll evaron a la Escu ela Normal l ~s preciosas arafias de la iglesia, gran parte de los libros de la biblioteca y, jutltamente, otcas muchas cosas que no era posible tener en Santa Ana . En 路esto nos oCllpa bamos, cuando el dfa 4 sobrevino otra alarm:! general, como la dd dfa 2, y temiendo que el 5 seria el bombardeo y destrucci 6n de Manila, nos vol ~imos de nu evo a Santa Ana . Quiso Dios que no oCUlTi ese tal desgracia; y asf , au nqu e co n la zozobra que se deja en tender, todavia se celebt-6 en la Escuela Normal la fiesta de San Pio V. T emfase con fund amen to que el bombardeo empezaria el dia 6; p ero tampoco hubo ataque. La circunstancia de ser es(e dia primer viern es de mes hizo que bastantes devotos comulgaran en la parroquia de Santa Ana. POl' nu estra parte, en la capilla de casa, se tu vo el ejercicio de la Hora santa, con exposici6n menor, durante la misa qu e se dijo a las siete; despues de la cual qued6 el Sellor de manifiesto hasta med iodia.

Entonces, pareciendonos qu e en realidad habia pasado el peligro, me volvi al colegio para no ausentarme mas.

A mi llegada, Manila ofrecfa todo el aspecto de una ciudad abandonada y desierta. Nosotros, desde-el dia 8, vol vimos a tener el Santfsimo Sacramento reservado en nu estra iglesia, y de nu evo se celebrawn las misas en horas fijas con los acostu mbrados toques de campana.

Muchas cosas he om itido de prop osito, porque juzgo qu e otms las habran escrito a v_R., y con todo , aun me parece haber sido demasiado difuso . Pro curare en otra ocasi6 n ser mas breve . . En sus SS. SS. Y 00. mucho nos enco mendamos. EI t'Iltimo de sus hijos en Cristo , M tG UEL SADERRA M .H A,

S.

J.

SEGUNDA

Ateneo Municipal de Manila, 14 de agosto de 1898.

P. C. Muyamado en Cristo R. P.· Provincial: Sit Nomen Domini bene· dictum! Como no tardaran en saberlo pOI' el cable, ayer capitulo esta ciudad, d esp ues de mas de cien dias de sitio. La Providencia ha dis· puesto las cosas de modo que no hayan sido tantas las victimas como era de temer: sin embargo, son muy de lamentar las qu e ha habido .

Dare, si pu edo, id ea sucinta de todo, empezando desde el dia 12 de mayo, fecha en que, si mal no recuerdo, escribi ii V" R. mas cxtensamente sobre los tristes sucesos de la guerra.

V . R. se hara cargo de la profunda afliccion de mi alma y tambien de que escribo a vuela pluma.

Partiendo de aquella fecha , nos fuimos acostumbrando a no hacer caso de las a menazas de bombardeo, y, en medio de tanta anorma· lidad, nosotros procuramos entablar un regi men de vida 10 mas nor· mal posible. La mayor 'parte de la Com unidad quedo por de pronto en Santa Ana; el R . P. Superior se traslado a la Escu ela Norma l, y todos procuramos tener en que ocuparnos, a fin d e que el ocio no aumentara los males que nos afligian . Los Padres operarios hallaron muy buen empleo d e su celo, ya e n los numerosos hospital es , ya en las carceles; los maestros se dieron al repaso d e sus materias, cual si hubi ese de empezar el curso como siempre, y los Hermanos atendian al orden y conservacion de todo 'aquello que, por razon de los trasla· dos , se habia alg un tanto d esordenado. Cas misiones especiales de los pp, Clos, Algue, Rossell y Mir a Cavite y Zambales tam bien empe· zaron entonces y de elIas tiene V, R. noticias mas concretas por otras vias (I), No he de seguir apuntando dia por dia cuanto pasaba 0 se decia, porque, sobre sel' tare a larga, y que exige mas tiempo del de que puedo d isponer, resultaria tan pesada como Ja vida de Manila, mon6tona en extremo , a causa d e la paralizacion d e todo movimiento comercial e (I)

Vease mas abajo la carta del P. Fidel Mir.

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industrial. S610 una actividad se desarrollaba por modo asombroso , la de la imaginaci6n ex altada y aplicada constantemente a forj ar noticiones estupendos, con tal es caracteres de verisimilitud , 路q ue, en cierta ocasi6n, una de las p ersonas mas respetables de aq ui nos visit6 para ver un telegrama de sensaci6n, qu e en todas partes se decfa haber recibido el R_ P . Superior. Ya comprendera V . R . que el tal telegram a no tenia mas existencia qu e la que Ie daba ge nte sobresaltada y reducida a la ociosidad.

Asi, pues, hasta el 15 de mayo, apenas ocurri6 cosa nueva ,路 fuera de 10 indicado, si no es la vuelta paul atina de casi todos los Padres y H ermanos que estaban en Santa An a.

Pasada la prim era mitad de di cho mes, se previeron nuevas complicaciones, como resultado de haber Il egado a Cavite el protagonista de la revoluci6n pasada, Aguinaldo, llevado alla por los americanos en calidad, segun se dijo, de aliado para levantar el pais contra Espana.

Inm ediatamente las autoridades ordenaron con g ran diligencia la traslaci6n de los hospitales a la ciudad mu rada y el atrinchera miento de los alrededores de -Manila, desde el polvorin de San Antonio hasta el estero de Vitas, incluyendo los dep6sitos y maquinas ascensoras del agua potable_ Por esta causa salieron de Santa Ana los mi litares enfermos, y fu eron a ocupar el lugar que ellos dejaban varias compa Mas de voluntarios indios de Bayombong , mandadas por el bravo espanol-filipino, comanda nte de infanteria , D . F ernando de Acevedo.

Por 10 mismo el Ateneo se vi6 obligado a recoger cuanto hab ia ~e p o 颅 sitado en la casa de campo, 10 qu e, en gran parte, se dej6 en la Escuela Normal, por las razon es dichas en mi carta anterior.

EI nu evo aspecto de la gu erra se presentaba mas sombrio q ue antes con respecto a provision es, pues todos vefamos qu e al bloq ueo maritimo se anadiria, como . en efecto se a nadi6 al poco tiempo, el asedio por tierra y con el may ores probabi lidades de hambre, zozo bras y enfermedades. Apareci 6 todavia mas negro, cuando se supo, alia por los ultimos dias de mayo, el levantamiento de los pueblos de Bulacan, Cavite y otras provincias. Se dij o despues qu e el mayor pe lig ro 10 corri6 Manila el 5 de junio, en virtud de ciertas 6rdenes dadas para r econcentrar las fu erzas y q ue, segun parece, fu eron mal entendidas. Dios, sin embargo, en su infi nita Bondad, hall 6 medio de salvamos aquel dia de una invasi6n, que, c i ert~ m e nte, hubi era sido muy sangrienta y de fatales consecuencias _

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~

A mcc1 ida que CI'CCf<i el peligro, se arbitraban nu evos modos d e conjurarl o; y , como el mas inmin ente para nu estra ig lesia y col egio, era el del fu ego , se tomaro n las precaucion es mas conducentes para impedir tan g rave dallo. Entre estas, una fue pedir el auxi lio de al g unos marinos del vapor incendiado Isla de l]/!indanao, qui enes desde el dia 30 de mayo se alb erg aron en casa. Para qu e a los medios h umanos se aiiadi esen los divinos, dispuso el R. P. Superior qu e, durante el mes d e junio, se rezasen las L etanias con exposici6n mellor, y que al fi n se dijese el Acto de consagracion de la Co mpaii\a al Sagrado Cora zon de Jestls. Mucho confiibamos en E l, y aun puede d ecirse qu e era nuestra unica y firmisima esperanza . Porq ue si bien la imaginaci on, voJan do pOl' regiones idea!cs, nos pintaba como fic il es , reali zab les y seguros ciertos auxilios; la seve ra realidad nos convencla muy pronto de 10 imposible d e cualquier empresa salvadora qu e dependiese de los hombres.

E n la poblacion crecio el espanto y la angustia d esd e los tiltimos di~s de mayo, en que empezaron a oirse los disparos de fus il y de calion que hacian los insurrectos cavitenos.

Hubo dias en que el ti roteo apenas ceso un momento; pero, g racias a la protecci6n del cielo, nuestros soldados lograron rechazar al ene mi go .

Este, establ ecido ya. cl cerco formalm ente, tomo la tactica de atacar las posicio nes espa ll olas especial mente pOl' las noches , 10 qu e, un ido a la frecuencia con que se repetran los ataques y al estar tan cerca de los arraba les 105 combatientes, que las balas muchas veces entraban en las casas, fue ca usa d e qu e la poblacion de intramuros aumentase enormemente.

Por estos motivos vinieron tambiell a este colegio, para vivir con nosotros, todos los Padres ' y H erm a nos d e la Escuela Norm al, a ex 路 cepcion de algunos pocos que tu viero n qu c perman ecer en ell a para no d esatender las ocupaciones mas prcc isa.s de la casa y en cspecial d el Observatorio.

Por las mism as causas nu estras clascs fu eron sol icitadas para habi tacion y oficinas de entidades oficiales y particulares: vino a vivir ef\ una parte del colcgio toda la tripu lacion del vapor Isla de lIfil1dallao, desde el capitan hasta el tIltimo grumete; los militares de servi cio en las pro""imas baterias, ocupa ron las c1ases mas cerca nas a sus canones; la Contaduria de Marina se instalo en la porte ria , y asi se fu e distribuyendo el loca l, d e suerte qu e el mi smo co medor d e los colegial es

- 3 19(tie sa'a de h ospi t~l para los militarcs r-nfermos . Y au n ::lsi no se pu di cron atcnder todas las so li citud es, las cllalcs fu cron tantas, que hasta pcd ian con instancia las camarillas de los nillos.

Como nadie se creia segura en los art'abales, todos queria n vivir dentro de la ciudad murada .

Cono cida de esta suerte la densidad demografica de Manila, mas facilmente podra V. R. comprender las profundas emocion es de los habitantes de esta ciudad durante el pasado mes de juni o . AI cliario tiroteo de las t rincheras vecil1as, juntaba la fantasia las e"cenas qu e se desarrollaban en todas partes, y en las qu e tan heroica mente se POl" taron los rel igiosos y toclos los demas espafioles, asi militares como paisanos, con raras excepciones. Sabiase la rendici 6n y prisi6n del General Garcia Peila con sus fuerzas en Cavite ; comen tabase mucho la desgraci ada expe dici 6n de nu estras tropas por la Pampal1ga, yadm idbase el noble proceder del pueblo leal de Macabebe . L a t1'iste su erte del cafionero L eyte, apresado en pleno dia a las pu ertas de Manil a, r el desamparo en qu e quedaban centenares de naufragos espa ii oles en med io del mar, agitadisimo por la violencia de un temporal, nos afli g io sobremanera. Un rayo de esperanza apareci o cu and o se supo que Espalla enviaba socorros; pero jay l los socorros no vini eron .

En tre tantos motivos de p ena y co ng oja, no fu e peq ucll0 consuela el que proporci ono a todos en genera l, p ero mas especia lmente a nosotros, la fi esta del Sagrado Corazon de J esus .

A unqu e no se habia cum plido la condicional del voto hech o el dia prim ero de mayo; con todo, se procuro ejecutar 10 pro metido con el â&#x20AC;˘ csp lendor qu e las circunstancias per mitian. La concurrencia fu e mu y escogida y numerosa, no solo el dia de la fi esta, sino tambien dUlante ]a novena que empezo el dia sigui ente . Asistian con asi duidad el Excmo. Sr. Arzobispo; el tan heroico cuanto desgraciado J efe de la Escuadra, Excmo. Sr. D_ Patricio i\1ontojo ; el Presi dente de Ja Audi encia, Excmo. Sr. D. Scrva nd o F erilandez Victorio; el In tendente general de Hacienda, Excmo . Sr. D. Antonio Domingu ez Alfonso , y otras muchas personas de distinci on que no menciono por la precipitacion con que escribo.

La comunion del liitimo dia de Ja novena fue mu y co nsoladora pOl' 10 numerosa y edifican te: la funci on de la tard e extraordinariamente concurrida . E n ella , aunqu e no se habia anu nciado sermon, predico el R .â&#x20AC;˘P. Superior, qui en , con gran fervor y elocue ncia, presento el rei nado del Sagrado Corazon de J pSllS como ullico )' eficacI, im o r!'olPdio de lllIPstras caiamiciad rs.

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Grand e fue el provecho espiritual que de semejantes cultos obtuvieron las almas, y no menor el consuela yali ento que aqu ellos dlas de devocion p ro porcionaron a los abatidos corazones.

Pol' nu estra pa rte, al e mp ezar el mes d e julio, en vez de las practicas piadosas afiadidas a las Letanias comun es para honrar al Sagrado Corazon de J esus en su mes y obtener su protecci on sobre nosotros y sobre esta ciudad tan d esgraciada, se rezo, como mas propia, despu es d el salmo Deus noster refugium et vi,.tus, la oracion Deus venerunt geutes; y mas tard e, con el mismo fin, se estab lecio un turno de rnisas e ntre todo s los Padres, las cuales se celebraron en el altar del Sagrado Corazon. Los no sacerdotes tenian tambien su turno de comunion es, y no era n pocos los seglares piadosos que se asociaban a estas devotas pnicticas con los mismos fin es tan cristianos y patrioticos.

EI dia 19 d e julio leimos la carta de N. M. R. P. General y la que V. R. nos enviaba , juntamente con aquella, para indicarnos las rogativas qu e habia ordenado en favor nuestro . .

EI consu ela qu e nos proporcionaron estas cartas fue verdadera· mente extraordinari o . .1Le son tan g ratas al corazon apenado las rna· nifestacion es de la carid ad frat ernal I Esfu erzan tanto al soldado las voces d e aprobacion de s us J efes I Aun hoy, en las tristes circunstancias en qu e, por permision d e Dios, nos ha]lamos, son en 10 humano el mayor alivio q ue tenemos.

A pesar de ir creci endo cad a dia las dificultades, como luego indio care mas por extenso , (si la afli ccioll y las ocupaciones d e este dia me 10 permiten ), todavia se celebro la fi esta de N. S. Padre con relativo espl endor. Es verdad que •no asi.s tieron con el ceremonial de costumb re las Comunidades religiosas, ni todas las autoridades; pero no faltaron alg unas d e estas, y de aqu ellas ac"dieron numerosas comisiones.

En representacion del E xcmo. Sr. Capitan General vino su hijo y su secretario particular, el Coron el D. Sixto Mario. Los RR. PP. Agus· tinos, como todos los aI'ios, se encargaron de 10 referente a la misa y sermon; la concurrencia bastante num erosa. A la mesa no hubo invitados; pero se envi o a los hospitales gran parte de un toret e , obse· quia qu e nos pareci o el mas oportuno y, ci erto, bi en dificil d e hacer.

Digolo, porque los efectos del bloqu eo eran cada vez mayores, hasta el punto de sentirse la falta de mu chos articulos comun es y aun de primera necesidad . I Qu e duras privaciones sufri eron alg unas fami· lias por esta causa I Con muy buen acuerdo las autoridades fijaron un precio razonable

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para los tales artfculos, y con no menor acierto procuraron con mucha dilige ncia pro veer de reses el mercado . Entre los medios qu e tom aron para ello, uno fu e la introduccion de reses por entre las filas ene· migas, con la dificultad que se deja entender; y el otro, ll evar al rna· tadero, con forme 10 iban exigiendo las necesidades, cuantos carabaos se enco ntraban en la zona de Manila. Esta suerte toco a los que para la conservacion del parque t enia la Escuela Normal.

Nosotros, fuera de 10 demas que hadamos para contribu ir al bien comun, respondimos ai llamamiento patriotico que se hizo al vecin · dario, con ocasion de la falta de caballos que experimentaba nuestro ejercito, cediendo tres que teniamos para las atenciones del colegio .

A la verdad, si se considera en sf y con relacion a tiempos mas normales, parece insignificante el donativo, y, con todo, no 10 fue, atendidos los apuros de esta casa, ya por razon de nuestra pobreza , ya tambi en por la carestia de alim entos, ya , en fin, por la falta de entradas, despues que hubo el Ayuntami ento susp endido, desde fines de junio, el pago de las cantidades que daba a este Ateneo Muni· cipal.

Y pues la misma materia me ha llevado , no se como, a hablar de estas cosas (sin duda por haber sido una de tantas ocasiones, y no la menor, de dificultades y trabajos), dire a V. R. que por una gao llina se exigfan cuatro pesos, por un huevo mas de media peseta, por umi libra de carne de carabao medio peso, et sic de clEteris. Y se cornia carne de caballo en muchas ocasiones, y los indios, en algunos arrabal es, arrebataban la de perro pagandola a buen precio.

Con estas apreturas en la ciudad y con las malas noticias del exte· rior, nos hill o la intimacion de rendir la plaza hech a a nuestro Gober· nador General por el Contra· almirante Dewey y el General Merrit el dia 7 del presente a mediodia.

Quizas V . R. ya sepa que por haber sido destituido el General Auguste, se encargo del mando el General Jaudenes.

Segu n la orden de intim acion, a las cuarenta y ocho horas de recibida, debfa ser atacada la ciudad por mar y tierra, si antes no se ofrecfa motivo para abreviar dicho plazo .

Rarto comprend era V . R. eI- panico que produjo en toda la ci udad semejante intim acion, y la febril actividad que se desarrollo en todas partes en razon de aminorar la magnitud del peligro, :ya inminente, y de prepararse ala defensa.

Cuantas personas hallaron tetulo colorado, como se dice, para 21

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refugiarse en los buques anclados en la bahia, 10 hkieron sin de mora y sin reparar en el oleaje.

Para la posibl e seguridad de los debiles, y, asimismo, para imp e. dir la propagacion de los incendios que ocurrieran, se dieron las oportunas ordenespor medio de bandos.

A cada minuto de las horas prefijadas se recibian nuevas impresion es y la excitacion nerviosa de muchos iba en aumento . P ero, con todo, transcurridos los dos dias de angustia, no hubo ataque, y los dias siguientes tampoco ... y los sitiados, como los de J erico, empe zamos a recobl'ar alg un tanto el sosiego perdido, y a esperar, y aun a creer que al fin se arreglaria el asunto de otra suerte. Para ello no faltaban motivos, cuales eran la tardanza, que h e dicho, en cumplir la amenaza, y cie rtas comunicaciones de una y otra parte encaminadas a evitar d esgracias personales. En este fin humanitario se fundaba el sitiador para recabar la entrega de la plaza, y con el mismo objeto uno de estos dias vino oficiosamente a Manila , atravesando las Jineas de defensa, el cap ellan castrense americano D . Guil lermo Mackinon.

Tambien es d e notar qu e, desde el elia 8 en adelante, cesaron de ser hostilizadas nuestras trincheras, 0 pOl' 10 menos, no se oian las d escargas de las noches anteriores .

No obstante, en el col egio se tomaron las precauciones qu e el caso exigia, y se examinaron los sitios que parecian mas seg uros, por si fu esen menester. No tardo en presentarse la hora del peligro.

Algunos de los N uestros que visitaron la quinta de Santa A na nos dijeron que con seguridad se podrian adqu irir alii provisiones con que ali vial' IlUestra estrech ez. Con este fin fueron alia ayer, sabado, el P. Jose Clotet, Procurador de la Escu ela Normal'y el H. Salvador Comas, comprador d el Aten eo . Oyeron pOl' el camino algunos disparos en las Jineas de defensa, pero creyeron que la cosa no tendria importancia, ha,sta que, d esp ues de un bu en rato de haber liegado a Santa Ana , y rodeados de un impon ente tiroteo de fusileria y artilleria, supieron que aq uella manana se daba el ataque decisivo. i As! fu e! Dia verdaderam ente aciago, de tristes y amargos re cuerdos .

En casa, aunque ya antes habiamos oido el eco d e algu nos dispa, ros,' la tranqui lidad adquirida los dias anteriores no se turbo hasta eso de las ocho y med ia de la manana , hora en que observamos qu e salian del fond eacl ero d e Cavite en linea d e batalla los buqu es americanos.

â&#x20AC;˘

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Sin perdida de tiemp6 se traslado el Santisimo a un altar mas seg uro; abrieronse inmediatam ente las pu ertas y venta nas de la iglesia y colegio, en atencion a las ordenes militares y tecnicas qu e se habian recibido; los Nuestros acudieron allugar senalado para cuand o ll egase este caso, y, mien tras ell os pedian el auxili o de Nuestra Seâ&#x20AC;˘ nora con el fervor que inspiraban moment0s tan criticos, algunos recorriamos la casa para acudir a donde la necesidad propia 0 ajenanos llamase.

No entra en mi proposito descender ,iporm enores acerca de como procedio el ataque a nuestras lineas de 'defensa, ni son estos, Padre mio, fos instantes mas oportunos para qu e yo me detenga mucho en ello.

Sin embargo, ' para no omitirlo del todo, dire brevemen te que, a 10 qu e y o entiendo , dos fueron las acciones del dia: la primera, iniciada. y continuada por las tropas american as en combinaci on con las tagalas, pero sin intervenir los buqu es, empezo cerca de las cin co y media de la manana y duro proximamente una hora. Su resul tado para el enemigo fu e nulo, si atendemos a qu e no pudo avanzar ni un solo paso parag-anar nuestras trincheras. La segunda accion la inicio la escuadra americana dirigiendo sus poderosos canones contra el polvorin de San Antonio y enfilando las trincheras que se hallaban en direccion perpendicular a la playa. D espues de cinco cuartos de bora de descargas continuas sobre aquellas debi les defensas, cesaron los disparos de los buqu es y e ntr~ en accion el ejercito de ti erra avanzaI}do bacia nu estras trincheras. E stas, una vez destrozadas por los terribl es proyectiles de la escuadra am ericana, babian sido abandona das por .nuestros heroicos soldados, i despues de haberl as defendid o por espacio de ciento y cinco dias, resi~tiendo con inauditos esfu erzos de valor y sufrimiento los ataques diarios del <!nemigo y las duras incl emencias de este clima en la estaci6n mas insalubre del ano!

Las once serian cuando, habiendo cesado el fuego de los buqu es, se iz o la bandera de parlamento, segu n lInos, en la bateria de San Diego y, segun otros, en la de Pastel.

Comunicada tan triste nu eva a los Padres y H ermanos, los qu e no tenfan ocupacion precisa, bajaron para asi stir a los heridos d'e aquella manana. Trece 0 catorce fueron los qu e no tardaron en ll egar y, cierto, afli g ia el animo, ya muy apenado, oirles contar 10 ocurrido en los ataques de aquel dia . ....

Entre tanto , por 10 qu e a nosot ros se refie re, procuramos desde

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Ill ego restituirnos a la normalidad aeostumbrada en nuestras casas, sin dejar de prevenir 10 neeesario para 10 que pudiese oeurrir al entrar los siti adores que, gracias aDios, supieron . mantener bastante el orden.

Pero , i por qu e no d ecirlo, Reverendo Padre? Cuanto desde ayer â&#x20AC;˘ nos rod ea, todo acibara el corazon.

Jamas h e sentido como ahora 10 que simboliza una bandera.

No pude ver como era arriada la espanola en la fuerza de Santiago, porqu e, 10 confieso, '}O tuve valor para ello.

I Que de escenas me representa la imaginacion! IY como se agolpan a mi mente los mas tristes recu erdos I A un me parece estar oyendo el i hurra I entusiasta, compacto, sole mne, ruidoso, con qu e las tropas americanas saludaron Sll ban ¡ dera al ser izada d onde mom entos antes ondeaba la nu estra.

Y me p arece estar viendo todavia en los claustros del co legio, pa¡ lidos de coraje y nerviosos pOl' no haber podido disparar ni un catiOn, al b ravo Coronel de artill eria Sr, Bonet, que desde nuestra torre venia t rabaj ando y dirigiendo con admirable asiduidad las baterias de la plaza , y a l T eniente coronel Sr. Golobardes, J efe del batallon qu e d efendia nuestras murall as, y al Sr. Urzaiz, Comandante de las baterias de S an ta Lucia y d el Plano, y a tantos otros excelentes caball eros y p undonoros militares qu e , .. al tener que depon er sus armas a los pies del vencedor, parecia qu e una fuerza invisible les arrancaba del pecho el corazon !

N o puedo mas. Otro dfa continuare.

Mas antes d e terminar, debo hacer constar mi agradecimiento al citado Sr. Golobardes por haberme manifestado la pena qu e Ie causaba tener qu e alojar su batallon d e artilleria en nuestra igl esia, porque esta nobl e exprt!sion de sus cristianos sentimientos me facilito el poder di sponerles local en el col egi o , y no solo a ellos, mas tambien a los ind ividuos de un batallon d e infanteria qu e se pres en to a ultima hora .

Todos los d emas templos, exceptuando el de Santo Domingo y el nu estro , quedaron ay er poria tarde convertidos en cuartel. . Como pu ede ver V. R. por 10 dicho hasta aqui, hemos lIegado al dfa mas aciag o sin haber sufrido nosotros d esgracia alguna personal ni perdi das d e consid eraci on en los edificios.

EI Padre y el H ermano qu e fueron a Santa Ana han vuelto ya sanos y salvos.

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Demos gracias al Senor por la amorosa providencia con que nos ha protegido en medio de tan espantosa y lam entable catastrofe .

En los SS. SS. y 00. de V . R. mucho me encomiendo. E I ultimo de sus hijos en Cristo, MIGUEL SADER RA MATA, S. J .

TERCERA Aten eo Municipal de Manila, 8 de septiembre de 1898 .

P. C. Muy amado en Cristo R. P. Provincial; Al terminar la carta an te 路 rior ningun presentimiento quedaba consignado para indi car la gra ve dad y dificultades de las nuevas circunst<lncias. E n realidad de verdad no podfamos imaginarnos entonces 10 que muy presto se nos echo encima_ Casi podrfa asegurar que para muchos empezo la g uerra con todos sus efectos despues dell 3 de agosto. La simple exposicion de alg unos hechos 10 pondni en evidencia.

Conforme dije a V. R ., el P. Clotet y el H . Comas, quedaron como presos en Santa Ana durante las op eracion es' d el mencionado dfa . El siguiente, 14 de agosto, por la mafian a, una indicacion del P. Jose Algue , hecha al jefe de los tagalos, acuartelados cerca del Observatorio, basta para qu e pudiesen volver los d e te ni~os en Santa Ana. Llegados a la Ermita , el P. Clotet tuvo que ir a la iglesia parroquial para celebrar el santo sacrificio路 de la misa , qu e quisieron oil' las tropas tagalas. Una vez cumplido este compromiso" vinieron al Ateneo y su llegada nos quito la inq uietud en que estabam os por 10 que pudiese ocurrirles.

Tra~ esto, se recibio una ord en del gobi erno militar espanol en la que se nos mandaba tener abi ertas las puertas del templ o aquella noche, con el fin de alojar en el dos batallones . D ado qu e el dfa anterior habiamos evitado la ocupaci6n del templ o, cediendo el colegio, creiamos poder tener abierta al cuI to nu estra iglesi a , sin que cosa alguna 10 estorbara. Sin embarg o, no fu e asi, por mas qu e hiclmos_

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Procedio <;e , por tanto, a trasladar el Santisimo y a retirar las aras, imagen es , confesonarios, ban cos y cuanto de n;ovible con ten fa el sagrado recinto. Procurose adem as incomunicar el presbiterio y la sacristia, y para nllestros actos se uti li zo la primitiva capilla . Con tal motivo no hay que d ecir que se avivaron d e nuevo los temores d e ver destrozadas 0 det erioradas las preciosidades artisticas d e tan hermoso te mplo. Bien es verdad qu e algo, yaun mucho, nos tranquilizaron los j efes, qu e sobre ser muy cumplidos caballeros, nos eran muy afectos.

La impresion que nos produjo ver convertido en cu artel nuestro templo, no se C0l]10 expresarla. Yo, ~ierto, tuve qu e valerme de todos los medios qu e proporciona nu estra santa Religion para con formann e con la voluntad divina y enterarme de cuanto oCUl'!'ia en la iglesi a . Muehas veces he admirado el singular beneficio qu e el Seilor nos hizo entonces, d andonos valor para sufrir cristianam ente cosa que tanto nos conlrariaba y armandonos de esfuerzo para opon ernos con di gnidad , y no sin fruto, a ciertas exigencias .

V aya un caso: El j efe encargado de la tropa alojada en el tem¡ plo, presentoseme tin dia , ' picliendom e cortesmente sitio para instalar las oficinas d el batallon. Con teste que no nos era po sible concederselo; mas entonces me fue manifestada la pretension de ocupar las tribunas de la igl esia. Insisti en mi anterior negativa. Pero en el calor de la con versacion se me OClll-riO ofrecer al mencionado jefe lugar para 511 gente y o ncinas en 10 qu e nos restaba del coleg io, si me daba palabra d e honor d e c1esocupar enteramente la iglesia, sin que en ella pudi ese aloj ar en aclelante mas tropas. Gustole la propu esta, y se fue diciendom e que consultaria el asunto. Esto ocurria el J 7 . Al dia sig ui ente, si m~1 no recu erdo , el Mayor de Plaza examino el local, y con grand e interes y prontitud lmindo c1esocupar la igl esia y acomodar en el colegi o la tropa y cuanto creyo conveniente. Con esto q uedo convertida esta casa en campam ento; de todo habia: hospital militar, artill eda, infanteria de linea indig e na, cazadores, transeuntes, las respectivas oficinas, y ad emas, como ya dij e en mi anterior, la Contaduria d e Marina y la dotacion del Isla de 1I1indanao ( r)_

r I) Co n fec ha 5 de noviem bre d e 18g8 la Com pari [a General de T a bacos , en ofici o fir mado pa r s u Adm in is trador general Sr. Vill e mer , agradeci 6 al R. P. Superio r de la Mis i6 n su [oable cO llducla en dar camodo y desinleresado aloja miento d la tr ip ulac ian del ÂŤA1inda1IG OÂť durante las tri stes circ un stan c ias s obredi chas .

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Por 10 dicho, ya comprendera V. R. que gran parte de la Comunidad se veia obligada por precision a morar entee soldados. Las inc;;omodidades consigl1ientes fa cilme nte se sufrian, considerandolas como rescate de la libertad en que quedaba 路la casa del Sefior. . #I Es indec ibl e el fervor con q ue todos los de este col egio traba路路 jaron en la limpieza y aseo del templo. En esto se empleo todo el dfa 19. L as tropas se habian alojado en la iglesia por espacio de路 cuatro dias. La reconciliaci6n de i'ubrica se hizo el 20 del mismo mes de agosto.

Y para que vea V. R. que bi en dispone Dios las cosas , cuando quiere que sus sier vos den (rutos de paciencia, afiado que aquella misma tarde del sabado, dfa 20, fu e otra ver- solici tada la iglesia para alojamiento de tropas, y, precisam ente, cu ando ya estaba dispuesta y adornada para el culto divino. Era el caso que el Comandante de la Guardia Civil Veterana se hall aba a la sar-on con que el Gobierno militar americano no querfa utilizar los servicios de aquel cuerpo ni que se alojase en los cl1arteies que ocupaba. Por consi: g uiente, era preciso buscar un techo hospital ari o . Por este motivo vino cli cho seflor y nos pidio la igl esia . Al punto decl are que no me era posible acceder a tal demanda; p ero, como el insisti ese, Ie recorde la palabra de honor que se me habia dado y me vi obligado a decir que, sin la competente autoei zacion eclesiastica y otros requisitos que dictaba la prudencia, no transigirfa en modo alg un o . Estas palabras hicieeon fu erza al Sr. Comandante, caball ero de bu enos se ntimi entos, y quedo terminado el asu nto. En cuanto se hubo enterado de el el Mayor de Plaza, vi no al c6legio, nos di6 mil sa tisfacciones y rei tero su palabra de rio alojar mas tropas en la iglesia de San Ign.acio .

Mi entras esto ocurda, empeza mos a tener noticias, mas 0 menos ci ertas, de los PP. Mil' Y Rossell ([). Hasta fin es de mayo las tu vimos (I ) Dos palabras ace rca de la misi6n de es lOS Padres: desde el alzamiento de Zambales, en los primeros meses del ai10 [8g 8 , queoar o n las parroquias de la pr o~ vincia ~ in sacerdotes que atendiesen a la s necesidades es pirituaJes de los fieles. En vista de esto, el Excmo . Sr. Arzobi s po, ce loso del bi en de las alma s, ju zg6 COIlve niente enviar Misioneros que, recorri endo las poblaciones, admini s tra se n los santo s sacramentos y adoctrinasen a lo s hijos de la igle sia. Con este fin pidi6 al R. P. Superior de la Mi si 6n de Fil ipinas cuatro Padres, los que, dividido s en dos . g rupos yacornpaiiados de un sace rd o te indi gena, debian re correr, segun e! plan preconcebido, e l No rte y Su r de aquella provincia .

Mas estando, como estaba enton ces, la reg i6n sobredicha, levaillada e n armas.

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casi todos los dias, muy satisfactorias, ya telegraficas, ya postales, de los mismos citados Misioneros . Por eltas sabiamos qu e su Itegada a los pueblos era un acontecimiento que despertaba el entusiasmo de tod~s , y Itevaba la ,tranquilidad a 105 que tanto necesitaban de ella.

D e aqu i que p udiesen tratar con la misma gente armada a fin de 路a cor路 tar distancias y procurar la paz entre los enemistados, ministerio tan propio de nuestra Compania .

D espues se recibio una solicitud de los zambalenos, fechada el 30 d e mayo y dirigida a las Autoridad es para que nuestros Padres se encargasen indefinid a mente de ejercer los sagrados ministerios en aquella region. H asta aqui todo iba vi ento en popa. Despu es ya nada su pimos de los Pad res por noticias recibid as d e ellos mismos.

A la verdad, esta absoluta carencia de noticias directas, fu e sin d uda desde los primeros dias po,c o g rata para todos. Sin embargo, nosotros, al principio, no temiamos poria suerte de lo s Padres, fun~a n do nos en los felices' resultados obtenidos durante el mes de mayo.

Pero a m ediados d e junio nos empezaron a inquietar y turbar. ciertos ru mores sini estros qu e con'ian, seg lll1 los cual es los PP. Misioneros路, sali endose de Zambales, se habian dirigido a Dagu pan. Ignorando nosotros 10 qu e sucedia en las provincias sobredichas y los planes que, en vista . de las circunstancias, hubiesen formado los Padres, no sabia, m os que pensar d e 10 ocurrido .

D esde lu ego empezamos a trabajar en razon de facilitar 105 medi os de comunicarnos con los Misioneros ausentes, cosa sumam ente diflcil por los serios peligros qu e ofrecia el paso por las Iineas d e defensa, No ignora bamos qu e habia alguien que iba y venia del uno al otro campo; pero cuando y como se realizaban esas idas y venidas no era cosa tan publica y averiguacla.

P OI' fin, d espu es d e haber acuclido a la buena voluntad de chinos, indios e ingleses, sin obten er mas que vagas notici as , el [[ de agosto recibio el P. Francisco Javier Sima una carta de un caballero ingles, fue prec iso co ntar de antem an o con e l beneplaci to y proteccion de las a utoridades es paiio Jas , la s c ual es , ape na s conoci e ron lo s pies dese os d e l Exc mo . S r. Arzobi s po y las d is pos icio ne s fayo rables del R. P. Sup e ri o r de la Mi sion. sc mo stra ron 5umamente satisfec has dei pro yecto y pa ra s u ejecuci6 n faci lita ro n cuan tos media s s e creyero n necesa rios .

Por de pronto empezosc po r la m is ion del .\lo n e, a fi n de que si rviese de nor ma para realiz~r co n mas acie rto la de l S ur, pe ro esta , po r difi c u ltades gr",vls imas qu e sobrevi nie ro n, a pen as lI eg6 a reaii zars e, Pa ra mas po rm e no res vease la ca rta d e l p, Fidel Mir.

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en la cual Ie anunciaba que los PP. Mir y Rossell se hallaban buenos y salvos en la provincia de Tarlac.

Despues de la rendicion de Manila, que, como recordara V. R . fue el dfa J 3, muy pronto nos lIegaron rumores de que los suspirados Misioneros se hallaban en Cavite y qu e no tardarian en vol vel' a esta.

Nos confirmo en parte 10 mismo , el Sr. Cuervo, Gobernador que habia sido de Bulacan, en la visita que hizo el dia 17 al R. P. Superior. Y una carta de un caballero, prisionero en Mal abon, que se reci· bio aqui el mismo dia, aseguraba que los Padres habian vuelto a la Pampanga y qu e , aun cuando recibian buen trato, no dejaban por eso de padecer bastante.

Poco a poco tuvimos mas noticias de ellos; pero nada nos declaro tanto la verdadera situacion de los PP. Mir y Rossell, como la lIegada de Alejo, bata 0 criado que habia andado con los Mision eros desde su salida.

Al conocerse aqui los pormenores de 10 que padecfan los Padres (aunque mezclado con algunos alivios moral es y materialps que reci· bfan, especialmente de la gente popular ) , se promovio sin dilacion una como cruzada para sacarl()s del cautiverio 10 mas pro nto posible.

Asi que, con este fin, no solo en nuestras casas Sj! oro y trabajo y se ha seguido orando y trabajando activamente hasta ahora , si no que mucho" de todas las clases social es, y no pocos por su cu enta y .sin pedirlo nosotros, nos auxiliaron en esta empresa y nos ayudan todavia con verdadero ernp ello.

Puedo afirmar, R. P ., que hasta la hora presente, se han inter€sado en este .asunto los sujetos mas inAuyentes con Aguinaldo y los mas relacionados con los generales americanos . Pero, con todo, hasta hoy so lo hemos obtenido muy bu enas palabras de los prim eros, y, 'de los segundos, ni aun esto, por no qu erer el General Men'it tener tra· tos con D . Emilio.

Por fin, despues de tres meses, 0 poco menos, de no ver carta alguna de los Padres, el dia 25 del mes pasado se recibieron, dos, fe· chadas el dia anterior en la carcel de San Fernando de la Pampanga .

De elias se deduce algo de 10 que les ha ocurrido durante esta epoca. Indican~ brevemente algunas cosas, dejando 10 demas para que ell os mismos, como esperamos, 10 refi eran a V. R. Despues de ejercer en el alto Zambales los ministerios espirituales, dirigieronse los Padres a Dagupan, provincia de Pangasinan, de donde sal ieron para Manila el 20 de junio con salvoconducto de los

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insurrectos. La gente quedo muy e'dificada d el celo y desinteres de los Misioneros, quienes, no solo no recibian ni un centimo por sus fati gas, sino que aun remuneraban de su pobreza al fiscal y sacristanes. Por 10 mismo, nadie se explica razonablemente el por que de su prision. Es mas: e n to do el tiempo que han andado entre los insurrectos no se ha formulado contra los Padres ningun cargo, acusacion ni rec1amacion alguna; antes bieri en todas partes, (como nos consta por varios conductos), s610 bendiciones y elogios se han tributado a los Jesuitas en general y seijaladamente a los dos fervorosos Misioneros.

L a pri mera semana de prision, que empezo el dia 14 de agosto, no pudieron celebrar la santa misa; desde el dia 22 la dicen en un altar portati l. Suplen de su peculio 10 que les falta. Ahora, gracias a la relatiya facilidad con que podemos comunicarnos con ellos, les asistimos d esde aqui con 10 mas preciso y necesario. Para e5to nos sirve a maravilla el bata Alejo, que, cierto, ha contraido muchos meritos por su fid elidad y diligencia, y, sobre todo, por el afecto y carino con que atiende a los Padres, a los que no quiere d ejar, mientras ~sten presos , a no medial' fuerza mayor.

Como he dicho, las gestiones practicadas desde el 25 del mes pasado, aunque muy . apremiantes, no han alcanzado el efecto principal que 5e pretendia. Si n embargo, se va obteniendo 10 que mucho importa, a s,!-ber, poneI' en evidencia meridiana la inocencia de los Padres, y, de consiguiente, la si nrazon de las medidas que contra ell os se han tomado. Ademas, se ha logrado que en 10 material se les de mejor trato, segun nos acaba de decir D. Manuel Peypoch, Consul del Uruguay , lI egado ayer de la Pampanga, donde yisito a los Padres prisioneros, al Presidente loca l y al J efe militar.

Nos ha dicho tam bien que los Padres estan algo desmejorados, y gue la causa de su pri sion resulta el parto de los montes, pues, segun parece, se funda en una mala interpretacion de un pronombre, usado en mu y bu en sentido y muy correctamente pOI' uno de los Nuestros en una carta que algu ie n intercepto no 5e donde .

Dicho Sr. Cons ul fue d espedido en la estacion de San F ernando por el Jefe militar Mascardo, quien Ie prometio que ayer mismo serian trasladados los Padres a una casa mas con form e y tranquila que su actual habitacion .

Finalm ente, esta manana ha visitado al R. P. Superior el Auditor ge neral d e Gu erra de Ag uinaldo, D. Ambrosio Ri a)17.a res;para decid e

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q ue ha hablado con D. E milio acerca de los prisioneros y que no ve dificultad en que salg"flll pronto del cautiverio. Asi que no sera dificil que dentt路o de dos dias se obtellga del Presidente el pase definiti vo. i Sera otra esp eran za desvanecida por la realidad? Dios no 10 permita.

A los nombres citados, debiera anadir una larga lista de personas acreedoras a nu estro mas fino y constante agradecimiento, por 10 mu cho que nos han ay udado hasta ahora en este asu nto. D . Mariano G. Escalante, en particular, se ha distinguido por los varios viajes qu e ha hecho a Cavite para hablar con Aguinaldo, en 10 cual Ie ha secundado con sumo interes el aventajado alum no de la Escu ela Normal y del Ateneo Tomas Tirona.

Ayudenos V. R. a obtener de Dios N. S. el premio que todos con sus obras y deseos han merecido, obras y deseos que nosotros jamas podremos reco mpensar debidamente. i Ojala dentro )Ie poco pueda com unicar a V . R . la fausta noticia de haber lI ega do los Padres!

En los SS . SS . Y 00. de V. R. mu cho me encomiendo.

EI. liitimo de sus hijos en Cristo, MIGUEL SA DE RRA M',TA, S.

J.

CARTA DEL P . MARCIAL

Soul.

AL P. GABRIEL PALAu

Observatorio de Manila,

20

d e diciembre de

1902.

P. C. Muy amado en Cristo Padre : Para complacer a V. R., qu e desea tener mas datos particulares sobre las criticas circunstancias en que se hallo la Escu ela Normal y Observatorio de Manila durante los dias del bloqueo , pondre sencillamente en esta carta algo de 10 escrito en el Diario y qu e yo todavia recuerdo y recordare largo tiempo.

Para dar idea mas exacta d e los h echos, notare que el edificio d el Observatorio y E scuela Norm al esta situado en el barrio de la Ermita ,. fu era d el abrigo de las murallas, a unos 600 metros hacia el S ur de las mismas, 0 sea hacia la lin ea d e defensa que unia el polvorin de Sa n Antonio con el pueblo de Santa Ana, linea que fu e la de mas nutridos fu egos d e fusil eria entre nu estras tropas y las insurrectas y americanas.

Am anecio el 1 .掳 de mayo , negro como la noche, despertandonos el ru ido d el canon. Ante la expectativa del proximo bombardeo, la pobre g ente de la Ermita,. viendo tan poca seguridad en sus casas de nipa y con el mi edo propiodel indio, acudio a casa en tropel, reco路 g iendose en las clases y salones de los bajos qu e son de recios muros.

E I gran cla ustro qu e sigue inm ediatamente a la entrada, quedo patente a cuantos qui sieron entrar, y puede d ecirs e que ya no 10 aban路 don aron d el todo hasta marzo del 99. Durante este periodo, hubo tres ti empos de maxima aAu encia, a saber , el 5 d e junio, cuando se reti-

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raron notable mente hacia Manil a nuestras tropas, colocandose los fu egos a unos tres kil6m etros de Ja ciudad, el dia de la entrad a, 6 sea el 13 de agosto, y finalmente el 4 de febrero, en qu e rompieron hostilidades americanos y filipinos.

IQUe bullicio, valgame Dios, y que escenas se desarrollaron duo rante esta epoca en el claustro y bajos de la casal Porqu e.claro es que el indio habia de entrar con su gallo, con sus fogoncitos y ollas de

Seeden astronomica del Observatorio de Ma nila

barro, y otros mil trastos ; y con eso IJ enm'o n de tal suerte los transitos y pasos indispensables, qu e era poco menos que imposible penetTar en ninguna parte . Lo qu e menos estorbaba eran las camas, porque en todo caso les basta a los indios el petate para dormir. Co locaron en "la entrada misma unas ti endecitas de potajes y com estibles a su esti lo, donde tomaban 10 necesario pa ra el dia, y asi a la mayor parte no les urgia salir _ El ruido de los gall os y perros, yel charlar y disputar de la gente que entraba y salia , no paraba un instan te. Esto y el tener que vigilar, por los menos a ratos , de dia y de noche, im posibilit6 a los pocos de los Nu estros que permanecimos en casa, durante esta epoca, para trabaj ar en otro! cosa, si no era en provecho de la misma gente advenediza_

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Mas he aqui un ej emplo notabl e de docilidad : se indico a los indios qu e no ocupasen otro punto, fuera de los bajos, ni subi esen por escalera alguna ; y puedo decir a V. R . que yo no vi nunca a nadie que en todo aquel ti e mpo subiese arriba, 路a pesar de que no siempre fue posible tener vigi lante en las dos escaleras principales para impedirlo. Y fue tanto mas admirabl e semejante ejemplo de docilidad, cuanto qu e no la p erdi eron, por 10 qu e a nosotros se refiere, ni en los dias de su aparente triunfo y alia nza con los ame ricanos.

EI bombardeo qu e amenazo de veras los primeros dias d e mayo, nos tenia en cui dado y zozobra por muchas razones , y en parti cular por el destrozo que habia de causar en el edificio y en los valiosos aparatos de este Observatorio. El P. Jose Algue hizq cuanto pudo para interesar al Consu l ingles, a fin d e qu e este obtuviese amigablem ente del Comodoro D ewey seguridades en favor del Observatorio, en atencion al caracter de este centro y a los servic ios qu e presta in disti ntam ente a todos . Dijo el Sr . Consul qu e no dudaba se respetaria este edificio; pero que lIamaria directamente la atencion de D e\vey sobre este particular. No perdio ocasion el P. Algue d e repetir las mismas instancias, valiendose de perso nas inAuyentes . Mas tarde, cuando las masas insurrectas se arrimar.on mucho al radio d e la ciudad, d e nuevo visito el mismo Padre a los Consules d e Alemania e Ingl aterra con el mismo obj eto, y aseguro el Consul ingles qu e Aguinaldo tenia ordenes estrictas de no cometer atropellos, pero qu e hablaria al A lmi,路ante aquel mismo dia sobre d asunto. Antes habia ya hablado eI P. Algue con el Gobierno General, quien, no solo.le autorizo para dar los pasos qu e se dieron; sino que ademas concedio tener en casa hombres armados en calidad de criados propios, que nos defendi esen de cualquier atropello. Quiso Dios que no lI egase este caso, ni se uso de semejante permiso.

El dia 6 de junio el R. P. Sup erior reuni6 en consulta a los Padres de la Escu ela Normal y Observatorio, yen ella se resolvio qu e todos se trasla dasen al Ateneo, men os los PP. Jose Algue y Ju an Doyle, y los HH. Joaquin Oller, Jaim e Blanch, Jose Juan Iriondo (Q. E. G. E.) y el qu e escrib e. EI p eligro habia aumentado, porque caian a tod as horas proyectiles. Desgraciadamente nuestras tropas habian hecho una retirada muy notabl e, y las fu erzas insurrectas se habian colocado a unos tres kilometros 0 menos de Manila, por la parte que antes indique del polvorin de S. Antonio y Santa Ana. En la noch e del 8 al 9 de junio cayo una bal a en el interior del claustro, hiriendo a un a nilla.

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Desde entonces todas las mallanas recogiamos en los caminos de la huerta y en las azoteas multitud de balas; hasta en los corredores. entraron algunas, y con [u erza, abri endo aguj ero en la madera .

Siendo tantas las personas qu e se alojaban en este edificio, sobre todo de noche, que no bajaban de dos mil, solicit6 el P. Algue que viviese en casa un indivic1uo del cuerpo de Sa nidad militar, como en efecto vivi6 por unos dos meses, a fin de ten er mas a mano el remedio; aunque, por providencia de Dios, raras veces fue necesario. S610 hubo dos 6 tres heridos de . poca g ravedad, en 10 cual reconocimos la protecci6n de San Jose, bajo cuyo especial patrocinio se habian colo· cado todas nuestras cosas.

A fin de a ni mar y consolar .a la gente, y, mayorm ente para ob· tener del Cielo el favor que las mismas circunstancias reclamaban, se hicieron funciones extraordinari as en la espaciosa capill a de los cole· giales. En especial, con ocasi6n de la fi esta del Sagrado Coraz6n, comenzamos el f6 d e junio un Triduo con exposici6n del Santisimo, del qu e result6 no pequeno fruto de confenio nes y comuniones, no s610 el dia de la fiesta, sino tambien en otros suc esivos. Mas de qui· ni entas comuniones estan registradas en el Dt'a yio, y aun creo que fu eron muchas mas que por 10 crftico de las circunstancias no se ano· taron. Ademas, tres veces se administraron los tlltimos sacramen tos en los mism os bajos de esta casa y dos personas murieron.

No pu ede figurarse V. R. la impresi6n lastimera que ca usaba a cuantos visitaban el Observatorio la vista de todo un pu eblo reunido en tanto desorden, con las miserias consiguientes a tan apuradas cir· cunstancias. R ecu erdo qu e el dfa 25 de junio, a eso de las nueve de la manana , vino a visitar el Observatorio el A lmirante aleman. Acorn· pan61e el P. -Director por todas las dependenci as, y al ver tan grande hac inamiento de personas y cosas, conmovido ante tal espectaculo, hizo varias preguntas sobre la manera de vivir . de aqu ell a gente, y luego entreg6 al P. AIg ne 15 $, sinti endo no tener mas a mano que ofrecer. Otros, en casos semeja ntes, di eron tam bien limosnas. D e esta suerte se nos hacia mas facil y Il evadero, dada nuestra pobreza, el tener que socorrer a tanta gente .

Y ya qu e de visitas he hablado, notare de paso qu e, durante el bloqueo, el Observatorio fue extraordinariamente honrado por la oficialidad de muchas naciones, que acudieron con sus escuadras a pre· senciar los acontecimientos de la bahia. Asci encl e a nov enta el ntlmero de altos oficiales qu e visitaron el Observatorio en solos los meses de

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junio y julio d el 98 , y entre aquellos se encuentran tres almirantes, qu e fu eron el aleman, el frances y el japones.

L a mayor parte d e ellos ve nia~ por visitar y ver los departa men' tos; otros ven ian a comparar sus cronqmetros, 6 a saber del tiempo, 6 po r otros asuntos de esp ecial utilidad. Porqu e as d e notal' qu e desde el 7 de may o , se habian susp endido los anuncios d e sefial es de te m路 poral, p or orden sup erior, hasta tanto que pasasen las circunstancias .d e estar en bahia la escuadra enemi ga . Por esta causa los Comandantes de los vapores alemanes pidi eron desde el principio, por me路 dio de s u C6 nsul, una no ta diaria d el esta do del tiempo, que se remiti6 todos los dias a Jas I I a. m. Lo mismo pidi6 para sus b arcos, el Almirante frances. Estas n otabl es y num erosas visitas favorecieron mucho el bu en nombre d e este centro, porqu e todos vieron yadmiraron la constancia con qu e persever6 el Observatorio en el cu mplimie nto de su d eb er, cu,!nto era d e su parte , y alg unos consignaron con encomios nuestros servicios en revistas y peri6dicos extran Jeros.

P udiera anadir q ue , cuando D ewey rompi6 el cable de Hong kong , siendo tiempo de baguios , sinti eron mucho en aquella colonia la fi lta de nu est ros anun cios, y asi 10 dij eron p tlbJi ca mente; y aun un d isting nido empleado de la marina inglesa hizo saber a Dewey qu e estaba en el d eber d e restablecer el cabl e cuanto antes, si no qu eria ser responsable de la perdida de vidas y h aciendas qu e in dudablemente acarrearia la falta de los avanzados anuncios qu e parten de este Observatorio. Tambi en hallo consign ado en el Diario con fecha 25 de julio, que visitaron el Observatorio varios ofici ales france ses e ing leses, de los c ual es algunos, procedentes d e Hongkong , contaron cuanto sintieron ali i, con ocasion de un bag uio, Ia,. carencia de todo anuncio de Manila. S ea Dios load o qu e , con tanta su avidad, saca bi enes d e los mal es.

Los combates entre espafioles e insurrectos iban creciendo d e dia en dia , sobre t odo hacia la segunda mitad de julio. Alta p or el 30 emplazaron los am eri canos baterias rodadas de a 8 centim'etros , y recu erdo qu e al caer de la tarde solian disparar algunas granadas, refor, zand o asi los fu egos d e los indios y apurando mas y mas nu estra situ aci6n. E I dia 24 me hall aba yo con alg unos trabajadores, ocu pados en la obra d e la cupula astron6mica, que aun se estaba haciendo, cu ando a eso de las 5 p . m. oimos un silbido extrafio, y al instante exclamaron los indios: ' I Bombas, Padre I禄 , y , ci erto, iban y a decli-

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nando el turso y se las podia seguir perfectamente con la vista, I Que imp resion tan ingrata dej aban en el animo!

Llego la noche siguient'e a la fi esta de N, P . S . Ignacio , la m as tetrica d e cuantas pasamos entonces. Dos a tres dias antes, al anochecer, se oia por dos 0 tres horas un espantoso fu eg o de fusil e· ria , tan abundante, que claramente se p ercibia el silbar de las balas, y como sonaban las planchas de los tejados vecin os al caeI' los pro· yectiles. Mas en la citada noche el fu ego era terrible y no cesaba.

Serian las nueve cuando e mpezaron a silbar Jas g ranadas cerca del edificio. Viendo qu e amenazaba fu erte mente' eJ peligro en los al tos, nos pasamos a los bajos. En valtO intentamos conciliar eJ su eno: el inmenso gentio d el claustro estaba inquieto, y unos prorrumpian en millam entaciones y ,ayes a cada disparo 0 cad a. vez que reven taba aJguna granada, y otr.os rezaban 0 Iloraban. Y no cieitame nte sin mo· tivo ; pu es facilisim amente 'podia entrar d entro del patio una bom ba y hacer en un in stante una m o rtand~d espantosa.

Este pensamiento r e c~rdo que tenfamos todos en aquellas horas de angustia, y despues no acab<ibamos d e bendecir al. Senor , por Sl1 particularisima Providencia, y de dar gracias al g lorioso Sa n Jose .

A las once parecio calmar un poco la tormenta , y alg unos subi· mos arriba:' el P. Doyle asomose unos momentos a la ye n tana 'para oil' m ejor el ruido y ver si acaso alg uno daba voces, y d e pronto se vio rodeado de luz, en medio de un estampido atronador. I Acab aba d e estallar una granada frente a la ventana, e n la h uerta! Los cascos fp eron <i dar contra la pared y ventanas de mas arriba, y d estro zaron gran P'lrte de la ventana (dtima, qu e pertenecia a la habitacion d el P. Algue, el cual no estaba dentro entonces por espe ci al merced del Sellor que Ie libro d el peligro, pues penetraron hasta el interior al· g unos fragmentos de la granada. Otras dos reventaron en casa : una en un monton de h~ lla, y otra en las pared es del gallinero , dando p ri · m ero en una acacia qu e sego en r edondo, en la misma bifurcacion de las ram as. • Con anslas y peligros de muerte pasamos aqu ella noche, sin po· der descansar y esperand o el d fa siguiente para vel' los destrozos causados ; pues, a juzgar por las detonaciones , crefmos serian de basti\ nte consideraci on . Hallamos con gran sorpresa qu e, todo junto, era d e 'poca monta, y recogimos los pedazos de g ranadas qu e pudimos encont rar, para mostrarlos y g uardarlos como verdad ero monl1m cnto d e la Proteccion de San Jose , 22

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Ataques semejantes, a unqu e no tan terribles, se repitieron hasta el dia de la rendieion. Pero antes que ll egase este dia quiso el R. P. Sup erior pasase yo al Ateneo , para disminuir en 10 posible el num ero d e los q ue quedabamos, y as! no presencie 10 q ue oem·ri6 en es.ta easa los dias de la entrada de los am erieanos e insurreetos en Manila.

No olvide V. R . en sus SS . SS . y 00. a su infimo siervo ell Cristo, MARCIAL SOLA,

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5.] .

Misi6n y cautiverio de los PP. Fidel Mir â&#x20AC;˘ y Antonio Rossell

CARTA DEL P. FIDEL MIR AL

R.

P. PROVINCIAL

Manila, 16 de noviembre de 1898.

P. C. Mi venerado y amado en Cristo Pa<!re; Hoy hac e ocho dias que con el P. Antonio Rossell, mi companero de ca utividad, tuvimos la grata satisfacci<5n de subir la escalera de este Ateneo, y de abrazar a nuestros cadsimos Padres y Hermanos, despues de mas de ClllCO meses de penosa y amarga separaci<5n.

Salimos de esta, comp ya sabe V. E.., ~I 20 de mayo, a las cinco y media de la manana, creye'ndo que nuestro viaje duraria, poco mas <5 menos, unos quin~e dias, y, con todo, volvimos a las tres y media de la t,!-rde del 8 ¡de noviembre. Total;"seis meses de ausencia, menos doce dias.

Las dos primeras semanas las pasamos en Alaminos, provincia de Zambales, procurando cumplir 10 mejor que supimos y pudimos entre aquellas gentes (que nos tr'ataron bien ) , la importante misi<5n " apost<5 lica que se nos habia confiado. Los acontecimi entos que se fue ron sucediendo por aquellos mismos dias en Cavite, nos impidieron hacer mas y nos obligaron a tener que retirarnos de dicha provincia; pues, habiendo salido las tropas, qu edaba aquello a merced de los insurrectos, que no estaban lejos, y de unos ISO desertores q~ e andaban sueltos por la comarca.

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De alii pasamos a Dagupan, provincia d e Pangasimin, donde permanecimos unos J 7 dras, hospedados en el convento y rnuy bien atendidos por el R. P. Vicente Aristegui, O. P., que no querra en manera alguna dejarnos partir, en vista del desarrollo que tomaba la insurrecci6n. Mas viendo nosotros que la casa iba resultando estrecha para albergar a los Padres de su sagrada Orden, q ue se retiraban de los pueblos, y temiendo que la insurrecci6n no nos cogiese en algun pu eblo fortificado; resolvimos escribir al jefe .de los insurrectos de aquella zona para manifestarl e las circunstancias de nuestro viaj e y. el deseo de juntarnos con los Nuestros de Manila. Con este objeto Ie pedlamos un pase ~n toda forma, si ;l el Ie parecfa bi en y 10 j uzgaba suficiente para proseguir la marcha tranquilos y sin estorbo alguno.

Nos 10 otorg6 dicho Sel)Or de muy bu ena vol untad, escrito de su pun o y letra, y autorizado co n su sello.

Un dla despues de haberlo ¡ recibido, qu e era eI 20 d e junio, em- ' prendimos el viaje, yendo por la via ferrea en una vagon eta empujada por cuatro hombres; pues los ot ros carninos, causa de las lIuvias, estaban intransitables.

AI dla siguiente, por!it manana , )'i!- enc0ntramos a los insurrectos, y en adelante siempre estuvimos con ellos.

Llegados a Bautista, mientras esperabamos notici'as del estado de los caminos y de la insurrecci6n en las otras provincias, paramos en casa d e un bu en ingles como nueve 6 diez dlas. Y convencidos de que no podlamos seguir la via, por estar d estrozada y obstruida pOl' grandes barricadas, nos fuimos por CallJilin y Gerona a Vitoria, provincia de Tarlac, viaja ndo COil nuevos' pases expedidos por los presiden tes local es, y en el ultimo trayecto, en compa~ia d e algunos j efes revolu cionarios.

Mas en Vitoria, a pesar de los pases, y d e haber perm~necido entre los insurrectos trece dias, siendo de todos agasajados, el 3 d e julio nos d eclar6 prisioneros el vice-presidente del comite revolucio nario, y, como ,[ prisioneros, el dla 5 se nos condujo en carreta tirada por carabaos, hacia la carceI de La Lomboy, situ ada en medio de un bosque, yen la que se hallaban detenidos, entre otras personas, algu- . nos religiosos. Despues de un viaje penosisimo, lIegamos al barrio ,[ que perten ece dicha carcel; pero ei gobernador 'd e la provincia, q ue .residla alli, no quiso cum pli mentar la orden, por cree ria arbitraria e inj usta, y. content6se con detenernos en su casa, donde vivi mos nu eve dias. Aqul, pOl' perm isi6n de Dios N . S. y sin culpa de nadi e, expe -

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rimentamos todos los efectos de la santa pobreza, y aun los rigores del hambre, y todo 10 demas, que V. R·. puede imaginar, menos in· jurias y agravios, que estos, dicho sea de paso y con toda verdad, jamas los hem os recibido direc'ta y personal mente, gracias a la sotana' mil veces hendita de la Compania de Jesus, que nos hacia aparecer a los ojos de todos, sin excluir ni a los· mismos revolucionarios, como sobremanera dignos de respeto.

EI dia 14 de l mismo mes de julio, volvimos a Vitoria, en cuya carcel se hallaban reunidos los frailes que habian estado presos en 'Ia de La Lomboy, y los que poco antes habian asimismo caido prisioneros ell Tarlac, en nllmero de diez y ocho; y allf, entre aquellos venerables religiosos, cautivos por Cristo, nos metieron tam bien a nos'otros, con singular gozo de vernos en tan buena compania. Mas apenas habria pasado hora y media, cuando vino a .sacarnos de la carcel el clerigo del pueblo, que, como- capell an castrense, traia orden verbal de que prosiguieramos el viaje librem ente .

Jesus co~tentose, amadisimo Padre, con la oblacion que de nuestra libertad y vida Ie habfamos hecho varias veces - oblacio n que, mediante su gracia, acababamos de renovar con nuevo fervor al entrar en la carcel, -- y no quiso, a 10 menos por entonces, la consumacion de! sac·rificio. Aunql1e ql1izas tambien por no ser dignos de tallta gloria . P ero si bien, como he··dicho, nos sacaron de la carcel ; con todo, p ermanecimos aun en Vitvria; pues los jefes revolucionarios no quisiero n acatar la orden verbal que de ponernos en completa Iibertad trafa cI c1erigo, .sino que quisieron escribir al Gobierno de Bacoor sobre 10 que se habia de hacer en tal caso.

Mientras iban y ve nian las comunicaciones, se pasaron diez dfas , durante los cuales fuimos muy bien atendidos, bajo todos conceptos, en casa del mencionado sacerdote indigena .

La contestacion del Gobierno fu e que nos pr e~entaramos en Bacoor; y como los caminos estaban muy ma l, y peor todavfa el tiempo, . no pudimos llegar a dicho pueblo hasta el 8 de agosto . Una vez alii, se nos dio Iibertad para pasar a vivir en el punto de la provincia de Cavite que mas nos conviniera, en tanto que se aguar.d aba la ocasion oportuna de dirigirnos a Manila; pero cuando, pasados dos dias, ~bamos a pr~poner el pueblo que ~os pare cia mejor para nuestra futura e interina residencia, el jere del cuarto militar de Aguinaldo, sin aducir razon alguna, nos indico que pasaramos a San Fern'ando de la Pampanga.

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Desde lu egQ nos pareci o muy natural preg untar, en que concepto iba'mos, si como libres a como presos; y nos fu e respondido: «qu e libres y bajo la inspeccion general d el presidente local. » Nos dirigi. 'm os, pues, a San Fernando. Mas cQmo a l poco rato de h ab er IIegado , nos IIamara el jefe militar; nos presentamos inm ediatam ente ala casa· gDbi erno, y alii dicho senor, con muestras d e pena y sentimiento, nos dijo que quedabamos detenidos, en vi rtud de un a orden que acababa de recibir del cuarto·militar.

La orden, qu e el expresado jefe tuvo la am abilidad d e darnos a leer , deda asf: «A b f vall dos jesuitas espanoles , qu e seran detenidos e n una casa particular y bajo la mas estrecba vigilancia. » Y asf, Padre mio, he mos pasado tres meses, nlPnos seis dfas, ora mejor, ora peer, segu n las circu nstancias.

No hay para que dec ir 10 mucho que durante este tiempo padeci. mos moral mente, viendo y oyendo 10 que se hada y deda contra Espalla y contra los frai les, e mpl eados , etc . , etc. O mito tambi en hacer mencion de otra~ molestias inherentes a los viaj es, a nu estra vida en el cuartel'pr isi on , a los alim en tos, diferentes de los ' nuest ros, y a veces escasos; amen de otras ci rcunstancias y pormenores que no es del caso referir, Mas el S enor, por su Bondad innn ita, estuvo siempre co n sus sier· \-os: permitio sf, que pasaram.os 010nl entos amargos; perc 110 que mal as lenguas, 0 manos sacrflegas se desmandaran. con nosotros .

Y cuanto mas arreciaba la tempestad, r mas fu erte era el e mbate de las olas; mayores eran tambien los auxi lios q ue del cielo recibfamos, con los cua les se nos hada facit 10 que en sf co nsiderado era mu y duro, y saifamos salvos de los mas apre.t ados pelig ros.

Uno de estos 10 I,asamos eI dfa d e San Luis , a las ocho de la mall ana, cuanclo por prim cra vez nos e ncontramos con los ill surrec tos.

Entramos en un pueb lo que, no sin motivo, crefamos leal y adicto i( Espana, puesto que en defensa de su bandera ha bfa dos dias antes resistido Ull ataque terrible; y comenzamos a hablar co n la gente armada que ha ll amos, persuadidos d e que formaba parte de la fu erza, que en el mencionado ataqu e tan bravamente habfa d efenclido la soberanfa espanol!'. Caso in esperado e impr evisto: erall todo , lo con· trario! Ya ve V . R. cl1an fac ilm ente podiamos haber cometido alguna incliscrecion , harto peligrosa en tales ci rcunstancias. Pero D ios guiso que un sacerdo te indio, que estaba presente, adivinando nu estra com· prometida sit uacion, acertase a hacernos comprender 10 que ig noni· J

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bamos aun, sadndonos asi del grave apuro en que , sin entenderlo nosotros, nos hallabamos. EI pu eblo habia sufrido un nuevo y formi dabl e ataque la tarde anterior ; se habia r endido, y nosotros acababamos de hablar con los insurrectos vencedores!

Pero volvamos a nuestra interrum pida narraci on. Los N uestros se enteraron con certeza d e nuestro estado el 20 de agosto, poco mas â&#x20AC;˘Âˇ' o menos, despues de rendida Mani la . Entonces, al paso q ue se redo bla ban las oraciones en favor nu estro , el R. P . S uperior, poni endo en j uego los mas oportunos y encaces medios, empezo' a g estionar nu estra lib ertad, con tal solicitud e interes qu e no se pueden ponderar bastante mente y q ue d e tod o corazo n agrad ecemos . .

Sf, mucho se h acia, muchisim o; pero todo se estrell aba contra la determinacion d el Gobiern o, sllgerid a ta l vez por alg unos servidores de la masoneda . Y, entre tanto , nun ca se fo rmulaba una acu sacion co ncreta contra nosotros ; antes , al contrario, d eciann os qu e pronto ' . nos iban a dar la lib ertad; qu e ya estaba d ecretada ; pero 10 cierto era, que la lib ertad no aparecia. Mas allll: para d ar algun co lor a 10 que se hada con nosotros, se paliaba nll estra d etencion con la p ubl icacion de la obra d el P. Francisco F oradada; (I) con nu estra ida a Cavite, a raiz de la revolucion; con la pretension de q ue nosotros reconocieramos su independ encia, .e tc., etc. Total : nada. Asi qu e, ni siqui cra intcntaron instruir exp cdi e ~te contra nosot ros : reticencias, d udas, misteri os .. . y nada mas..

Pero al fin triunfo la verdad 'y el derech o, g r~c i as a las muchas oracion es d e los d e casa y de los de fu era, y a la co nstancia , acierto y g randisima caridad d el R. P. Superior, y de cu antos'le secundaron. y es 10 ci erto qu e, cuando mas desesperanzados estaba mos nos. otros (pues los dos liitimos dias , hasta se nos puso centin ela d e vista en la pu erta de nu estro reducido apose"nto ); entonces, g racias al divino Corazon de J eslls y al an gelica S. Estanislao, cuya novena es taban haci endo los N uestros de Manila, lleg o un telegra ma por el que se nos lIamaba a Malolos, .residencia del Gobierno, para damos el pase . A lla. fuimos el dia siguiente por la manana, en compania del Consul del Urugu ay, D. Manuel P eypo ch, qu e nos vino a buscar; 'y, en efecto, se nos dio el correspondi ente pase para ir libremente a Manila, y, juntamente, una , satisjaccÂŁ"ll - como dij o el Secretario del

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( I)

La soberania de E spaiia en Filipinas.

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Interior - .de parte del Presidente, por lzabersenos detemdo tanto tiempo, sin 11Zotzvo sujiciente."

Inmediatam ente ·nos dirigimos en tren a esta de Manila.

Imaginese V . R. cllal serfa el gozo de todos al !legar nosotros a este Ateneo y cual el recibimiento que se nos hizo. Ya enola estacion nos ag uardaba el R. P. R ector con un.Hermano, yen casa, la Comu" nidad en la porteria. Y, una vez entre los Nuestros, que de fraternal es abrazos, que de mutuas felicitaciones, y que l<igrimas de consuelo ...

Y (como no ? i Habiamos estado to dos, hasta entonces, tan afligi, dos con tales y t an graves sucesos como habian ocurrido durante nu estra a usencia ; y , a l fin, t eniamos por 10 menos el consu elo d e ver· nos reunidos, despu es de hab er sufrido los de casa tan penoso' sitio, y nosotros tan pro lo ngada detencion! Inm edi atamente, con exposicion del Santisimo Sacramento, dimos gracias al Senor con el Te"Deu1J;, . terminado el cual fu imos de nuevo objeto de Ia caridad de nuestros amantisimos H ermanos. i Bendita sea mil veces la Compatlia d e Jesus, que tanto quierc a sus hij os !

E sto he qu erido escribir a V. R. p ara mutuo consu ela y satisfac· cion, y como muestra d e g ratitud a ,nu estra"Madrela Compal1ia , yen particul ar al R. P. Pio Pi,. Supel'ior de la Mision, qu e tan a pechos emprendio y ll cvo a cabo la eJIlpresa de obtener para nosotros la I1bertad.

A qui qu eda mo!;, aguardando el fin que tendran los suc esos de estas partes ( I ). Sea cu al fuere su descnlace , sa be V. R . qu e ahora mas q ue nunca pu ed e contar absoluta y total mente con ' lo poco qu e pu ede y vale este su fnflm o si ervo en Cristo qu e en los SS. SS. y 00. de V. R . mUGho se encomi enda.

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FIDEL

Mm, S.

J.

( I) Act ualmente e l p, l' l ir es Recto r de la Escuela No rm a l d e S . Jav ie r de Man ila .

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Breve idea del estado actual de la Mision en Manila

CARTA DEL

P.

JO SE GA!\RIGA AL

P.

J UAN CAPELL

1\Ianila,.17 d e noviembre de

1902.

P. C Mi amadisimo en Cristo R. P. R ec tor: Voy ahora a .comunicarle alg unas noticias d e 10 que PQr aca se va hacienda a mayor g l0ria de Di os y pro>vecho d el pr6jimo.

N uestros P ad" es c;p erarios sig uen trabajando con muy bu enos resllltad03. En particular, el P. Ram6n Catala, antigllo profesor d e ese Colegio Maximo , 195 obti ene muy notables con sus libritos y conferencias e n defensa de la Relig i6n Cat<:\lica. EI mi smo Pad're vi sita cas i todos los dias los hosp itales y carceles. Ell cstas ha logrado, con el favor divi no, much~s y muy fervo ro s~s conversion es; y por 10 que a los condenados a muerte se refiere, parece que tiene este Padre g racia esp ecial del Cielo para disponcrlos a morir santamente . En cuanto a las visitae que hace a los hospitales, se puede d ecir que ni uno solo muere si n con fesarse antes co n el P. CataLi y sin _recibir d e er los. consuelos de la mas ti erna ca-ridad . L o mismo podria decir de . otros muchos en ferm os, a quienes co n frec uencia visita.

Tambien el P. F rancisco Foradada trabaja sin descanso. No ha • mucho qu e yolvi6 d e una misi6n, que cstaba dando un fervoroso sa·· cerdote, yen la que ambos mision eros recogicron [rutos verdaderamente extraordi narios.

Asimismo, entre los americanos se va haciendo bastante [nlto, aun

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entre los protestantes . D e estos el P. Emili o Marrugat ha convertido ya a algunos, y elP. Antonio Arnalot esta catequizando a otros. Lo mismo podda decir'de otros Padres.

Las funciones d el culto divino se celebran en nuestra iglesia con el cspl endor de a"ntes: se :en muy concurridas y son mU~las las per,.lIl as qu e comulgan, especialmente los primeros viernes de mes.

EI Apostolado d e la Oracion, que dirige el P. Foradada, march a muy bi en : es una de las o bras que mas sostienen y alien tan el espiritu de fe y d e pi edad en esta capita l y aun e n todo el A rchipieJago.

La Congregacio n d e Maria Inmaculada, es tabl ecida en este coI ~gi o, se ha desarrol.lado y enfervori zado mucllo este ail0: hase renovado el Leu!> pcre1l1zis ' con muy bu en exito, y, asimismo, d an excelentes frutos 'l as visita:> dominicales a i"hospital, dond e los jovenes co ng rega ntes edi ncan muchb a toelos .

De este Ateneo so lo dire a V. R. q ue, entre internos, medio p ensionistas y externos, tenemos 'I,070 col egiales, los cuales todos fre cuent an los santos sacram entos, pOl' 10 menos, diez 0 doce veces al allo, y muchos de e1los , los mas fcrvorosos y ' observantes, cada qui nce dias.o cada semana .

Tambien el O bservatorio da muclla g loria al Seijor. Lo mismo tligo de la E scu eJa Normal de Sail Javi er, aunqu e por razon del calera, parece que ha dismin uido un poco el num ero de alumnos. Ahora se trata de prolongar la fachada, dandole cuaren,ta y ocho metros mas d e extension (I). iCuanto podda d ecir a V . R. sobre cada uno d e estos puntos, q ue tan'a la li gera he tocado ! pero mis ocupaciones me Ilaman 'a otros 3suntos.

Ayrldenos V. R. a dar. gracia., al Senor por todo y no nos olvi de en sus SS. SS. y 00.

De V. R. humilde y a fectisimo ' siervo en Cristo, J OSE GARRIGA,

S.

J.

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( I) Segun nueSlras noticlilS , ya se trabaja en csta imporlantisima o bra de en sanche y ornato de la Escuela Normal.

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Vindicacion y r e h abilitacion del serVlCIO mete orologico del Observatorio de Manila

I LA DENU;-.rCIA

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Formulola el Dr. Guillermo'Doberck, di rector del Observatorio d e K ow loon (Hongkong), el cual se dirig io al Ministro d e Agricl1ltura, . departamento de meteorologia, de los Estados Unidos, diciendo que el Observatorio de Manila estaba «bajo fa direcciofi de sacer(/o(es *l!spaftoles de mit)' escasa erudicioll cientifica J' es COil jrecllellC£a causa de ,'scaudalos pOI' sus alqr1nalltes al2lt1lcios de t'folles enviados ala prel1sa de Hong-kong., As! consta por el oficio que cl Ministro d e Agricultura dirigio al d e la Guerra para la resolucio n del asunto. D espues de IQs d espachos de re mision a endoso .del Ministerio de la Gu erra al Gober· nador Mili tar de F ilipin as, K Otis, y d e este al Preboste de Mani la, Mariscal General Roberto P. Hughes; este, de conformidad con 10 dis puesto por aqueI, dicta la siguiente orden: «Prebost<lzgo d e Manila. - Mani la, p, I. ( Phi lippine Islands ), 27 de febrero d e 1899.

Con el d ebido respe to se notifica al Director del Observatorio qu e : I-Tabiendose hecho oposicion oficial al envio de anuncios d e tifones fu era d e Filip inas en benefi cio del pllblico en general, ql1 eda tal costum bre por la presente interrumpida, Esperase, nQ obstante, que el no sab er apreciar otros los trabajos llevados a cabo por ese obser -

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vatorio, no de~ariimara -a sus directores para continual' trabajanclo en beneficio del Archipielago . / POl' orden del Brigadier General Hughes, Preb"ste Mariscal General,

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Clod. A. Clan .

Teniente I. Q del R egimiento num . 13 Minn esota' d e Voluntarios de Infanterfa de los Estados Unidos. Ayudante de Campo . ~

R ecibida esta ord en, el Director d el Observatorio dirig i6 una represen tacion al Preboste en la que, despn cs de manifestarle que con todo respeto se acataba la d ispo~ici o n del Sr. Min istro de la Guerra, se Ie decfa: «Y aun cu ando estamos seg uros d e qu e la antedicha disposici6n causara impresi on tristisim a en las A utoridades ing lesas, "si navales como civiles de H ongkong, y tambien en los demas centros co merciales y navieros de cualquiera nacionalidad en el Extremo Oriente , todavia qu eremos llevarla a cumplimi ento . »Esto no obstante, d eseamos dar a con ocer qu e la t al disposici6n csta basad a en ap<lsi onados e incorrectos inform es d el Director del OI:iservatorio de Hongk~n g; lInico entre t odos los directores de los Observatori os .qu e hay en el Oriente, hostil a este centro meteorol6 gico de Manila, cuya reputaci6n ha intentado combatir d es de el allO 1884; y puesto que ha elevado su queja ante el Ministerio de .

Agrieultura del Gobierno de los Estados Unidos, rogamos encareci damente a las Autoridades americanas, tanto de Mani la como de \Vashi ngton , se dign en averiguar a fondo 10 qu.e haya de verdad en este asu n to. . »Mas tarde probaremos la s uficiencia d e nuestra seccion de MeteoJas afirmaciones d el Director del rologia; entre . tanto opon emos Observatorio d e H ongkong el testim onio de una persona la mas competente para apreciar los tmbajos que actualmente'realiza cI Ob· servatorio de Manila .>

a

Y ell efec to el P. Alg ue , entre otros testimonios del ViceA lmira nte D elVey, ad ucfa el siguiente pan'afo d e una carta dirig ida por este a l mismo Padre , fechada en el Buque in sig nia Olympia , el lila 2 de febrero d e 1899: . Confio en que el Gobierno de los Estados Unidos tomara las disposiciones necesarias p ara que continue la instituci 6n qu e V. tan

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habilmente dirige, y que por S1 sola ha probado ser de tan grande utilidad a los intereses maritimos de esta parte del globo.

De V. muy a tento y S. S. Jorge Df!"dJey. Vice-Almirante de la Armada de los Estados Unidos .• Hecha esta rep resentacion , el Director del Observatorio, con feclla 7 de marzo del mismo ano, dirigio una circular a peritos e illteresa· dos, en la cual se les participaba la supresion de todos los anllncios de bagaios que por telegrafo se enviaban desde Manila a otl'as partes fu era del Archipielago Filipin o, y.en la que, ademas, se decfa: «por 10 que a nosotros toca, dejamos al juicio de los hombres de ci encia resolver si es 0 no escasa lIuestra e1'udicilm cientifica ... Sin embargo, sea de esto 10 que fuere, no podemos oir con la misma indiferencia que han sido causa de escandalo los anu ncios de baguios_ .. Los directores del Observatorio no buscan ninguna clase de person al . intcres; tiabajan en benefi cio del publico, y des ean saber si sus tra· bajos son 0 no aceptables .•

II LA VINDICACION

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Fue completa, y las manifestaci ones en favor del servicio meteo· rologico del Observatorio resultaron unanim es. E;l confirmacion de 10 dicho, vamos a e ntresa~ar algu nos conc eptos contenidos en los muchos y autorizados testimonios que se publicaron 0 se recibieron en Manila.

E I Hongkong Daily Press, del 20 de marzo de 1899, en un largo y encomiastico articulo, decia: «Es esta orden , (la de suspension del servicio), una verdadera ca· lamidad publica que se deberia pronto conjurar, cosa facil de obtener, sin duda, si se eleva una solicitud 0 peticion al Gobierno de los Estados Unidos, firmada por todas las Companfas aseguradoras y navi eras de H ongkong. Lo cual si bien es de d ~sea r por fines puramente uti· litarios, con todo, el aSll nto es de tal trascendencia, que bien merece' que la gratitlld tom e en el su parte, y borre la inm erecida mancha

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lan zada contra una instituci6n, valiosos servicios . .. Âť

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a la que I-Iongkong debe tantos y tan

EI H01lgkong Tdegraplt, en su nUlll ero correspondiente a llllismo dia 20, en un extenso y energ ico articulo , decia: <Los anuncios d e tifones que se reciben de M~nil a han prestado en todo tiempo mu)' g ran des y valiosos servicios a todo el comercio y a toda la marina dc I-Iongkong, y-llan sido sielllpre mucho mas sencill os, mucho mas correctos y ' mucho mas practicos que los publicados por el Dr. Doberck.

Nlmca ha pronosticado este ningLin baguio de importancia si no es basandose en las noticias que de F ilipinas se reciben, y enlos mas de los casos, de tal suerte ha procurado formular ~us anuncios, que parecia querer ocultar las obligaciones que con aquel Observatorio tiene contrafdas; y al obrar asi no ha hecho otra cosa mas que poner confusion y qbscuridaden los precitados anuncios ... Nos atrevemos a asegu rar que el Dr. Doberck, en punto a Meteorologfa, no aIcanza a t ener la decima parte del conocimiento que acerca de los baguios poseen los Padres del Observatorio de Manila, y que nadie ha dado nunca a sus anuncios d e Meteorologia ni siquiera la centesima parte de importancia, que invariablemente se ha dado a los anuncios emanados del Observatorio de Mani la 0 de ZikaweYD (I). ~mbien con la misma fecha, lunes 20 de marzo del propio a no , el China Ii/fail de I-Iongkong, entre otros conceptos, vertia los si¡ guientes: <Los dignos y habiles directores del Observatorio de Manila, que por tantos aiios"nos han favorecido con sus exactos anu nciQs d e las mas desastrosas tormentas, a las que han sorprendido en su mismo origen, no necesitan se les recomi ende, ni q ue los defiendan los habitantes de Hongkong." Va que el Dr. Doberck ha tenido la avilantez de quebrantar las Ie yes coloniales; esperamos que el Ejecutivo, 0 el Secretari o de Estado para et Gobierno de las Colo nias resolvera satisfactoriamente y cop justicia el asunto . Con todo, fuerza es convenir en que la inprudente d emanda d el Director del Observatorio de Kowloon (I-Iongkong), es un borron para el Gobierno y una fea mancha para el publico de Hongkong, y en que ha side ademas causa de haberse susp endido uno de los mas importantes servicios,

(I)

Esta tam bien a cargo de los Padres bajo la dirccci6n del P. Luis frOG, S. J:

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por el eual nos precaviamos de la perdid a de vidas y propiedades dentro y fuera del mar. >

Et Comercio de Manila, de 2 r de marzo del mismo ailo, deda, entre otras cosas: <I 0 ya en el Extremo Oriente, sino en Europa, el Observatorio de Man ila es una institucion no mirada con indiferencia: su actual Director el P. Algue y su antecesor, el malogrado P . Faura, no son medianias vulgares, cuando en la tIltima exposicion de Chicago dieron sus conferencias sobre ciencia meteorologica, no ante un publico de idiotas, sino ante un concurso de personas peritas, mayor en numero' qu e las que en todo Hongkong habitan ... Aqui todos ... protestan, y nos9tros con ellos, del concepto, no ya desfavorable, sino injurioso, que se ha lanzado contra las competentes personas que tienen a su cargo el Observatorio de Manila. Muchas cosas malas habra en esta poblacion, pero el ObservatOI·io es de 10 poco bueno que aqui existe. » EllVIanz'la Times del 22 de marzo publico 'en defensa del Observatorio de Manila un pOI"demas extenso trabajo. D e el vamos a extractar alg1JI1os breves parrafos que r evelan la compentecia y experien· cia del auto!'. Dice asf: <El Observatorio de Manila recib e diariamente y con frecu encia a todas horas observaciones meteorologicas de un gran' num ero de estaciones distribuiclas pOl' toclo el Archipielago filipino, mediante las cuales, anuncia con singular precision, la formacion de • los baguios, y aun determina anticipadamente el curso que han de segUlr ... <Los anuncios de baguios, precioso resultaclo de multiples obser· vaciones de todas partes oportunamente recogidas, han sido hasta ahora enviaclos por telegrafo a los Consules de Espana en Hongkong, Shanghai y Singapore, quienes cuiclaban de traI~smitirios por conducto cle la prensa al publico, que los ha tenido siempre en grande estima . Naclie en todo el Ori ente, fuera de este aleman (I) del Obser·

(I) E1 mismo peri6dico en su nurnero del 25 de marzo, recti fica cste concepto en 1a siguiente forma: «Por dos 6 tres veces hemos s id o rcquerido s ace rca de la nacionalidad del Dr . D. Guillermo Doberck, «el Tiron Guillermico», «ei Gui llermico de los Tifones» , el excentrico, el malhumora do Director<iel Observa torio de Hong. kong, que tan despiadadamente atac6 la reputacion del Obse rvatori o de Manila.

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vatorio britanico de Ho;'gkong, se ha atrevido nunca a censurarlos, 10 cual pod emos anrmar con tanta mayor seguridad, cuanto mayor es el conocimiento que da una experiencia de diez afios de continuados viaj es pOl' to do el Oriente ...

• T al es el sujeto que se ha atrevido a poner mengua en el mas celebrado Observatorio de cuantos se hallan al E. de Calcuta. De sus mismos labios Ie hemos oido decir, que mas quiere recibir datos meteorologicos de las E staciolJes telegrMicas de la Compafifa d el Cable, qne de los Observatorios de los Padres Jesuitas, y esto, aun cuando Ie consta positivamente que los jovenes empleados . en la Compafiia del Cable, no estan adiestrados ni ecfucados en Met eoro logia, ni tienen mas termometros que los ordi narios, cuales son los que se usan en los ballos de los nillos, ni anemometro, ni pluviometro, ni especia l empello por nada que no sean los trabajos del Cable; al pase q ue estos Padres Jesuitas emplean toda su vida en el estudio de la Meteorologia, y poseen una .preciosa coleccion de valiosos instrum entos, cuales Doherck quizas nunca habra visto . Ya se Ie tiene en Hongkong, desde muy antiguo, pOl' un embustero, perezoso c incompetente, que se diviel'te, cortlo los nillos, en subir y bajar de l poste de ser1ales, ora una bola roja, ora un cono de color negro, ya un cilindro azul, ya una trompeta plateada, y cnando el baguio esta ya en la ciudad, y haciendo estragos en la colonia, entonces el dispara un car1onazo para que el publico se entere . Hundense entre tanto dos 0 tres barcos en la misma bahia de H ongkong, y eJ dispara dos callonazos anunciando que d ebe esperarse mal tiempo a no tardar. > • De La Oceania ES;1Ja1zo!a de Manila, correspondiente al 23 de marzo: <Con motive de algunas apreciaciones muy ligeras del Director del servici o meteorologico de Hongkong sobre la aptitud del personal facultativo d el Observatorio meteorologico de Manila, se han cambiado entre el Director d e este estab lecimi ento ci entifico y el

Segllll llu est ros informes es un' prus iano de Hol stein; pero un irlal~des, que pucde estar mejor informado, nos asegura que es noruego ... AI llamarle aleman no intcnta mas ciertani en te s usci tar n i nguna clIcsl i 6n de raza , porq ue sus famosas afirmacio· nes sobre el trabajo de los Padres lesuitas son igualmente l11onstruosasJ tanto si es inglcs 6 ame ricana, comO pru siano de Holstein 6 cscandinavo domiciliado en I rlan da.»

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Almirante Dewey cartas muy expresivas, donde este mismo hace justicia a los grandes e inteligentes servicios prestados a los navegan¡ tes por el ilustrado P. Algue y el personal a sus ordenes . , EI Indian Engilteering de 'Calcuta, re.vista semanal ilustrada, Ja de mayor circuJacio n en la India y el Oriente, pubJico el 6 de mayo d e 1899 un articulo titulado Ciencia y SectarislIlo, del cual entresacamos los parrafos siguientes: <Antes de fundarse el Observatorio de Kowloon, la ciudad de Hongkong y los demas puertos de la Chin'a tenian que agradecer las observaciones meteorologicas y los anuncios de tifones unicamente a los Observatorios de los Jesuitas c;le Manila y de Zikawey. Al de Mani la, en particular, esta tan obligada la marina mercante de todo elmundo, que con dificultad se Je podra dar la recompensa debida . â&#x20AC;˘ Con su tradicional prevision de las cosas, escogi eron los Padres , la Capital de las Islas Filipinas como' base de sus operaciones ... , <Llevado a c.abo el hecho cientffico arriba mencionado, los sabios Jesuitas, por el am or a la humanidad qu e les distingue entre todos los demas hombres de ciencia, pusieron mano a la obra con singular empell0 y no poca abnegacion, hasta tener bien dotado su Observatorio de la mas completa coleccion de instrumentos, asi de Astronomia, como de Meteorologia, fabrica dos por los mejores tal entos del mundo . Su incansable solicitud dio a los navegantes noticia exacta de todos los peligros que les'aguardaban POI: parte .de los elementos.> <. .. es publico y notorio que sus notas (las del Dr. Doberck), acerca del estado del tiempo, han sido siempre escandalosamente incorrectas; y entre sus anunci03 de tifones, de cada di ez casos han salido falsos nueve, sin ofrecer la menor garantia de seguridad. Solfa la prensa de Hongkong publicar sus anuncios juntamente con los telegramas de Manila, y el contraste no pod ia ser mas humillante para el Dr. Doberck, pOl' cuanto los de los Jesuitas han sido invariablemente correctos. POl' 10 que conocemos del ' caracter del Doctor Doberck, nos es facil adivinar el estado de impotente rabia, a que debio reducirle aquella situacion . Pero mientras dominaron los espa f'ioles en Manila, tuvo que refrenar el felino (.feline) deseo de venganza ... > ÂŤLa ocupacion de Manila por los american os Ie ofrecio fi nalmente una ocasion muy oportuna. para tom arse con seguridad la venganza ... J 23

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, Mas, que diremos d el Dr. Dob erck, cOlldenado poria prensa y Ilor el pliblico? ,No es verdad que quien ha cOl11e~ido, como e!, para desfogar su infame colera, la baj eza de que queda ahora convicto, es illdign o de que se Ie confien las res?onsab ilidades de un Observatorio tan importante como el d e Kow lo on ) Si la opinion publica se ve en algo favoreci da en nu estras Colonias d ependi entes de la Corona, cabe preguntar: ,esta muy leja no el dia en que empaquetado se Ie envle a la madl'e patria, d onde se cebe de su amarg ura sectaria hasta que revie nte:J

No es m~ n 03 satisfactoria la opini ol1 unanime d e los Centros co· merciales y navieros en favor de los Padres del Obs ervatorio y en defensa de su servicio meteorologico . H e aqul algunas d e las ideas manifestadas con tal motivo y cop iadas de los muchos testimonios qu e se r ec ibi eron en aquel establ ecim iento cientifico: L os Sres . Donal dson ·Sim & Co., en carta d e 16 de marzo, en tre otras cosas} de cfan: , Esta ndo el Sr. D onaldson·Sim d e visita en el Observatorio de Tok io en el a no 1894 se Ie aseguro que el mejor observatorio del Orie nte es el d e Manila, y que gozan de mu cho credito los que 10 dirigen.» El mismo sellor ' que !leva ya 1 I anos d e resid encia en estas Islas, y ha estudiado mu y d etenidamente el sistema de informacion telegrafica p Ol' uste des establecido en varias provincias del Archipie · lago , dice que no encu entra' palabras con que expresar la admiracion q ue Ie causan los trab ajos d e ese Obs eryatorio, y con el sinceramente convenimos todos nosotros. » Los Sres . K er & Co. , Manila & Iloilo, en comunicacion fechada el 17 del mismo mes, atestiguaban 10 sig uiente: «.. . Como comerciantes de mu-ch fs imos a nos d e residencia en este pals, y como Age ntes d e 105 Sres. Lloyd & C' ., debemos afiadirle el testimonio d e nu es tra profunda admiracion pOI' los b~ e no s servici os que ha prestado en tOdD tiempo el Observatorio de Manila, y qu e muchos con nosotros senti ran ahora vel' interrumpidos. , Los Sres . Sm ith Bell & C'., lVIan ila·C ebll·lIoilo, en carta fechada el mismo dia, escriblan : «Gustoslsi mos quel'emos 'd ar pllbli.co testimonio d el apl'ecio en que te nemos los inesti mables beneficios, qu e en todo ti empo han reportado

las Islas Filipinas de los incansables y nunca bastante mente recom. pensados trabajos de ese Observatorio , en cuyos anuncios de tifones tanto se confia y que con tanta gratitud han sido siempre bien reci bi. dos por lodos lo s moradores de Filipinas. > Los Srcs. \Varn er, Barnes & Co., tambi en con fecha del '7 de marzo del propio ano, declaraban: . < .. . debemos manlfestarle qu e nos complacemos sobremanera en hacer pllb!icos los inm e nsos ' servicios que hasta ahora ha prestado el Observatorio de Mal~il a, a toda la marina, tanto de n ~ tural es como de extranj eros. . Con singular placer recorda, mos la fina atenci6n cpn que sie mjJre hemos sido recib idos por ese Observa· torio, cuando en ti empo de baguios pregunta(l1os si era 6 no pru dente despachar algunas embarcaciones ... > Los Sres. Tillson, Herrmann & Co., Manila·Londres, con feclla 2 [ de marzo, c1ecian: <•.. enviamosle con sumo gusto el profundo testimonio de la esti· maci6n que nos ha mereciclo siempre, descle su fundaci 6n , el Observatorio de Manila. A nuestl'O modo de vcr , es ese centro su mamente Uti! y beneflcioso al publico en ge neral, y en particula r muy nece· sado a los navegantes y a los centros mercanti les y navieros de . toda nacionalidad. No podemos nosotros c1esear otra cosa mej or que su prosperidad por allos y afios bajo la sabia clirecci6 n qu e al presente tiene .> EI Presidentc· Director de la «Compafifa Maritima" D. Juan Macleod, en su contestaci6n a la circular del Observatorio escri bia el dia 2 [ del mismo mes: . L a nota que el Director del Observatorio de Hongko ng ha enviado al Departamento de Meteorologia del Gobierno de los Estados Unidos, no merecc otro calificativo que el de injusta, inoportuna y manifi estam ente maliciosa .. EI Observatorio de Manila es indudablemente uno de los mas importantes de todo el Ori ente, y son muy conocidos cl e todo el mundo los nombres de sus Directores des de hace ya 20 all os, 10 cual120 se puede afirmar de los mas del Oriente, a excepci6n del Profesor Milne, el cual seguramente seria de los · prim eros en reconocer y ensalzar la j usticia que se merecen los excelentes trabajos cl e esc Observatorio. »

- 356 En una carta de los Sres . Spe rry Flour & Co. , S . Francisco-Hong kong, fechada en esta ultima ciudad el 22 de marzo, se decia: «Como bu en americano he leido con gran disgusto que el Observa torio de Hongkong, hay a pretendido hallar mengua en la preciosa informacion que acerca de los tifones V . nos envia . Entiendo que semejante cond ucta es en sumo g rado injusta y tales afirmaciones completamente falsas. > Tambien los Sres. H olliday, Wis'e & Co., Manila -Hongkong, Shanghai -Manchester, con fecha I. ° de abril del mismo ano 1899, <:Ieclaraban 10 que sigue: «Intencion nu estra fu e !l evar este as unto a la Camara de Comer cio de Manila, mas pOI' el mal estado de salud del Sr. Secretario no fu e posible convocar la Junta por mucho tiempo . Sin embargo, por no diferir mas nuestra contestacion a su muy atenta circular, nos otorga con sumo plac er la referida Camara, I-a fa cu ltad de e'n viar a V . el testimo nio de su estimacion por los incomparables servicios que ha prestado el Observatorio de Manila a todo el publico en general, yen particular a los intereses de la Marina y del Comercio. » Asimismo , el Director del «Chartered Bank of India, Australia & China" D. J . U . \~Th itehead, escribia desde H ongko ng el 6 del mismo mes y ane: «" .me tomo la libertad de enviarl e la mocion prcsentada ayer pOI' el que subscribe a la Junta anual de la Camara de Comercio y aprobada por unanimidad: «La_ Camara de Comercio de Hon gkong desea se de conoci, miento al R. P. Jose Algue, S . J., de la profunda pe na y gravisimo > disgusto que Ie ha causado la incalillcable conducta del Director del »Observatorio de Hongkong en atacar al R. P. Director del Obser»vatorio de Manila y sus colegas, y la interru pcion por orden del >Gobierno americano de los anuncios telegriificos de te mporal, pro»cedentes de Manila . D esea adem as la Junta, Be Ie de a conocer , tambien el alto aprecio en que ti ene los valiosos servicios prestados »en todo tiempo pOl' los Directores del D epartamento de Meteor010 > gia del Observatorio de Manila a todQ el Co mercio y a toda la »Marina de Hongkong y de Ch ina , y la fundada esperanza qu e »abriga de que muy pronto se hara com pleta justicia a los Directores »del Observatorio de Manila, siendo publicamente recon ocido el

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» inmenso valor de sus trabajos real izad os en beneficio del pub lico y »en adelanto de las ci encias; y conGa pOl' 10 mi"smo, sera cuanto antes »rescindida la prohibici6n contra ell os orde nada. » Ade mas , el A gente prillclpal d e las «M ensajerias Maritimas» en Sa ig6n, y antiguo oficial d e la Marina de Gu en-a , D. A . Rolland, con fecha 25 de abril d el precitado aiio, escribia d esd e dicho punto: «Sin pretender examinar las aClIsacion es del Dire ctor d elObservatorio de Hongkollg, que no es pOI' ci erto, ni con mucho, tan feliz en sus prediccion es , m e con tento con d ecid e qu e durante los 14 alios qu e recibo los anuncios que V . m e envia, no los he hallado nunca d efectuosos.» . Finalmente , el Sr. Richards enVI O desde 'Mani la, fecha 24 de marzo, el sigui ente teleg rama al New Y ork Herald: «Gran indignaci6n aqui, (alsa informaci6n Director Obse rvatorio Hongkong al Ministerio de Agricultura 'Washington, acel'ca insuflciencia Obsel'vatorio Manila. D ewey , cap itanes barcos, comerciantes , pllblico, atestiguan absoluta sufieiencia. T eniente Stayne , l'epresentante Ministerio Agricultura, oficial investigaci6n, con sidera informaci6 n calumn iosa, epoca baguios apl'oxima, podria causal' desastres sin fin, si observa torio Manila suprio:ido. , Creemos que basta 10 transcrito para dem ostr'ar cua n unanill1 e y en tusiasta fu e la vindi caci6n qu e del servicio m eteol'ol6gico del Obse rvatorio d e Manila hizo la 'Ma rina y el Com ercio .

Veamos ahora, bl'eve ll1ente , 'a'lgu nos d e los graves t estill1onios qu e di eron en favor de los Padres Direc tores de aqu el centi'o cientifico varios seiiores C6nsul es.

EI de Holanda e n Manila, D. P. K. A. Meerhall1p, escribia el 16 de marzo: «... te ngo la g ran satisfacci6n de ll1anifestarle qu e nun ca h e oido otra cosa mas qu e alabanzas' tocante a los trabajos qu ~ l'ealiza el Observatorio d e Manila sobre tifones, telTemotos y otros sem ejantes estudlos d e Meteorologfa, y m e consta qu e los anuncios de tifones han sido c on m ucha frecu enci a d e un valor muy grande para los navegalltes , al paso que h e oido tambi ell varias veces qu e el Gobi erno d e la India Holandesa ti ene en mucho sus trabajos sobre est a matcri 'l »

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E[ Consul Genera[ de [os Estados U nidos de AhH!rica e'n Hongkong, SI". Ronseve ll e ' Wildman, enviaba d esd e dicho puerto la sig lli ente comunicacio n, fecha 20 de marzo: «Con gran scntimie nto h e r ecibido su carta d el 7 d e marzo d e 1899 sobre la s uspe nsion d e t<;ldos 10 5 anll ncjos d e bagnios , que ese Observatorio enviaba este COllsulado General. Su perdida es para nll estros barcos irremedi able. Los anullcios del Observatorio de Manila, a mas d e scr siem pre muy oportunos," ' han sido tambi en mu y exactos ; de su erte qu e con mncha frec ll encia al tener de ellos noticia, h e aplazado por uno 0 mas dias la sal ida d e nu estras embarcaciones, aunqll e estuviesen ya d es pachadas poria Aduana, result<indo siemp re con gran provecho de tod os , .. H a re cuanto este de mi parte en razon de a nul ar la intr'usi on d el Director del Observatorio de Hongkong. » •

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En carta d e 2 I d e marzo, entl'e otras cosas no menos fa vorables, d ecia el Sr. Consu l de Francia en Man ila , Mr. Gabri el de B erard: «Durante ocho afios d e Co nsulado en es te p uerto no h e oido mas qu e elogios de los anun cios de tifon es d e esc Observatorio, y d e todos los trabajos que reali za , tanto por parte de los oficial es de la Marina francesa, como pOI' los Capi tanes de nuest ra marina mercante, que han estado, aunqu e d e paso, en esta ciud,d. POI' 10 ,q ue a tane al valor cientifico de sus t,abajos, entien do que ni siquiera hay necesidad d e mencionarlos, pues bi en conocid~ es la est imacion e n qu e son tenidos I)or el interes y util idad q ue en todas partes reportan .• EI SI". Consul d e la R epliblica del Uruguay en Manila,.con fecha 24 d el mismo mes, atest ig uaba: «En mi larga residencia d e pais, he o ido muchas veces y en diferentes ocasiones a marinos, n avieros y propietari os, comentar favorablemente la utilidad de sus observaciones meteorologicas; y d urante mi carrera mercantil la exactitud de sus avisos han preve nido multitud d e si niestros de bn q ues ". mi consignacion. » EI S r. Consu l d e Italia en Sha ngha i, D . Ernes to Ghisi, d es de dicho puerto escribia 10 sig uiente el primer cIia de abri l: «" .tengo el gusto d e manifestarle que sus servicios son aquf muy a ;)reciados y que es V . dig no d el agl-adecimient0 de toda la Marina por los val iosos anuncios que nos e nvia p or conducto del Observa· torio de Zikawey .,

D. J ose de Nava rro, Consu l de Espana en Hongkong, en atento oficio, fechado el 12 de ab ril , se expresaba en los siguientes term inos: <... T odos en esta Colonia', y yo muy especial mente, admiramos los sapientisim03 trabajo s qu e e n ese Observatorio se lI eva n a cabo para bie n de Ia human idad y adelan to de la cie ncia; y sabe mos que 'la en路 vidia y la soberbia de la igllora ncia Ie han hecho dar (al Dr . Dob erck) un paso tan inj usto como bJjo. Bien casti:;ado qu eda; pues su conducta es d esaprobada por todos, y no d udo habra pasado malos ratos al enterarse de 1.0 que de d se d ice.'

Por ultimo, el Dr . F . C. Rieloff, Co nsu l Im perial de A lemania, en abril de 18<')9 escribia desde Hongkong <. "debo manifestarl e qu e para mi es una gran calamidad , si han qu edado ink rrump idos todos los anuncios telegraficos qu e sobt'c tifone5 envia el 'Obser vatorio de Manila lu era de Filipinas, T engo el gusto de participarle a la vez qu e los Comandantes de nu estros barcos de gu erra qu e han estado en Manila, hac en grandes elo;sios de ese Observator b , que, segLI11 dicen, ha prestado tantos y tan valiosos servici os. 禄 A fin de no hacernos interminables, va mos ahara a aducir algunos de los testimonios, no menos honr0305 qu e ,los anteriores para el Ob路 servatori o de Manila, expc didos po r los D eparta mentos Navales y Capitanias de Pu ertos , ' EI Coman dante de la Estacion Naval de IVlacao sc cxpresaba en la sig ui ente forma en 23 de marzo: , <" .Conozco el Obs ervatorio de Man il a pO l' haberlo visitado muy detenidam ente ' y admirado en el 10 qu e ha podido lI evar a cabo la voluntad de dos hom bres ilu stres qu e 10 han dirig ido ; asi co mo sus publicaciones, algun as de las cual'es he Icido, atestig uan su alto y . grande valor ci'entifico. En cu anto a los, anuncios de tifanes, debo manifestarle que son del dom inio publ ico 103 relevantes servicios que ese Observatorio ha prestado ala humanidad y muy part ic uiarm ente a los navegantes, Por scr esta la seg nnda vez que estoy de es taci6n en el Ori ente, he podido en distintas ocasion es"apreciar todo el valor de sus preci osfsimas infor maciones, en las cual cs ti ene todo el mundo depositada la mayor co nfi anza ... L os servicios presta dos pOl' el obser路 vatorio de Manila estan mu y pOl' enci ma de toda critica , hasta el punto de quc nadie ti ene derecho' a dirig ir ~orit ra ellos ujngu n genero de acusacion. No se desa llim e V. E, pOl' estas calull1nias; pues de

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parte de los que aman la justicia, encontrara la mas decidida proteccion en la cruzada que emprend en pOI' el bi en de la humanidad .• EI Comandal\te de la Estacion Naval de Annam y del Tonkin, en carta fechada en Haiphong el dia I. 0 de abril, ded a: , ... Por tres veces, durante el mes de agosto de 1898, fu eron sus anuncios seguid os al poco tiempo del anunciado tifo n, sin qu e, gracias a Di os, tuvieramos qu e lamentar ninglll1 desastre; pu es pudimos tomar las convenientes medida.s para prevenirIo .> EI Capitan del Pu erto de Macao, escribia desde su Capitania; con fecha 24 de marzo: ' ... A mi modo de vel' el Observatorio de Manila esta al presente y ha estado sie mpre bajo la direccion de personas de un gran merito cientifico, de una extremada aplicacion al trabajo en bien de la humanidad, y que siguen un procedimiento enteram ente correcto. Ni es sola mente mio este modo de ver, pues 10 he vis to confirmado por la opinion de muchos, todos muy capaces de apreclar los trabajos de ese Observatorio, que so n bi en conoci dos por cierto de todo el mundo cientifico. Entre los .qu e en el Extremo Ori ente se dedican al estudio y aun a simpl es leeturas, creo que no habra uno siquiera qu e ignore los sacrificios II evados a capo por el R. P. Fama, ex -Director de ese Observatorio , con perdida de su salud, para montar el bu en servi cio meteorol ogico que hoy tiene Filipinas, y los relevantes servicios por el prestados a la ci encia, a la humanidad en general, y en particular a los navegantes. Bien conocidos son. tambi en los no inferio res servicios prestados por·V. E., que pOI' ser mas recientes, menos ignorados pu eden ser ... Deseo vivamente, y pu edo decir que conmigo 10 desean tambien todos)os habitantes de Macao, que el Gobierno de los Estados U nidos revoque en bien de la navegacion· en el Extremo Oriente, la orden por la que suspe ndio la transmision de anuncios telegrancos de tifones fu era del Archipielago Filipino.»

E n fi n, el Capitat\ del Pu erto de Haiphong , 5r. Cho dzko, se expresaba en los siguientes terminos el dia 4 de abril: ' .. . te ngo el honor de manifestarl e que por espacio de I I afios de residencia en el T onkin he segu ido cuidadosamente los anuncios meteorologi.cos de ese Observatorio; mayormente durante los cuatro allos ( 1893 - 1897) que tuve cl mando del Hanoi de la cas a Marty; y

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me complazco en reconocer que · sus anuncios son de sllma utilidad para los navegantes .. . D eseo que los mu chos tes timoni o~ que de fijo Ie seran enviados obtengan el poder recibir, con la seguridad de antes, los anuncios de depresiones, tan Mil es a esta reg ion y a todos los navegantes del mar de la China. , Finalmente, vamos a presentar algunos brevisimos extractos de las informaciones que remitieron los Almirantes de las Escuadras del Extremo Oriente, toc\as eli as encomiasticas en alto grado.

EI Secretario d<>1 Buque insignia Ohlllpia, H . H. Cald well, escribia el 5 de marzo de 1899 al P. Director: eEl Almirante Sr. D ewey desea Ie remita a usted la adjunta comunicacion y Ie· manifieste que ha elevado el as unto, que la motiva, a la consideracion del Capitan King Hall , el mas antiguo de los oficiales de la E scuadra in g lesa aqui presentes, el cual pro· mete comunicarlo a su Comandante en Je fe. D esea ademas el Almi· rante Ie di g a~ qUf no Ie cabe la menor duda se tomaran las medidas necesarias para asegurarle el aprecio que se merecen sus valiosisim os trabajos en salvar vidas y propiedades. » El Vice ·Almirante de la Escuadra in glesa, E. N. Seymo ur, desde Hongkohg, a bordo del Centurion, con fecha IS de marzo, decia al P. Algue: <... Me es suma mente simpatico el objeto de sus trabajos a los cuales usted tanto ti empo y tanta aplicacion ha co nsagrado. » Y el Vice · Almirante de la Escuadra Imp erial A lemana, Von Diederichs, desde el mar Amarillo, a los 20 de marzo, escribia al P. Director del Observatorio: « ••. esta<; preciosa<; comunicaciones de ese magn ifico centro , de Cl1ya. esplendida organizacion he tenido el p lacer de ser testigo pre- . senciai,. no han si do solo lltil es a los barcos de g uerra aiemanes, sino tambien a todos <>n general. - Como estoy persl1adido de Cjue el caracter de su O bservatorio, como in stitucion bien organizada, es servir a todos los marinos, sin distincion de nacionalidades, me juzgue ob!igado a procurar con empefio que Sl1 comu nicacion 0 circular fu ese prontamente conocida de todos los barcos que han estado en la bahia de Man ila, de cualquier nacionalidad que fllesen ... no pu edo menos de felic itar al Ob,crvatorio de Manil a por estar bajo Sl1 direccion. »

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II[

LA REHAIlILITAC rON

Si bien influyo , y no poco , para que esta ~e obtuviese, la ge neral y entusiasta ma nifestacion q ue en todo el E xtre mo Oriente se hizo, en f;wor del Obseniatorio de Manil a; con tod'o , la rehabilitacion d ebi,6se pri ncipalm ente a las ges tion es q ue , por su cue nta e iniciativa propia, hizo la importantisi ma Ca mara de Comercio d e H ongkong an te el Gobi erno Colonial.

En 21 de marzo de 1899 se dirigio al H onorable J, H. Stewart Lo ckhart, Secreta rio del Gobierno Coloni al, por medio de un atcnto o~cio en el que, entre otras cosas, se decia: «En verd ad, los com erciantes xeconocert por propia exp eriencia que los teleg ramas que el Observatorio de Manila envia, anunciando la ap roximacion 0 probable existe ncia de los baguios, han sid o siemp re de muy. gra~,de uti lidad publica, y la Camara y el Comercio todos siente n en gran manera la supresion de los mismos.» Y afiadia a continuacion: , El Comite se creeria muy obligado al Gobierno, si COil su acostumbrada bondad, se dig nase favorecerl e con una copia de la carta que el Director d el Observatorio dc H ongkong dirig io al D epartamento de Meteorologia d el Gobierno de los Estados U nidos . » E l Sr. Secretario d el Gobi erno Colonial contesto en la siguiente forma: «Secretaria del Gobiern o Colonial ..

Hon gkong, 24 de Marz ) de 1899 .

S efior: Por orden de este Gobi erno debo manifestarle que se ha recibido su carta, 'fecha 2 I del corri en te , con la adjunt<l nota sobre los anuncios de ti fones enviados por el Observatorio de Manila, y qu e este asunto es ta ocupando la atencion del Gobierno. - A su tiempo contestare en debida forma, T engo el honor de ser S ll mas at en to y S. s.

J. H. Stezvart Lockhart.

S ecretario del Gobierno Co lonial. > Y, en d ecto, el 28 de marzo con testo dici endo: ,Ampliando ml carta , nllm ero 435, fccha 24 del corriente, d ebo manifestarle, para

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â&#x20AC;˘

inform acion de La Camara de Com ercio, que la nota del Director del Obse rvatocio de H ong kong, dirigid<l al Jefe del Departamento de Meteorologia del Gobierno de los E stados Unigos, pidiendo se prohibi eran los anuncios de tifon es enviados por el Observatorio de Manila, no rue en mane ra algu na autorizada por este Gobierno, Parece se r qu e el Dr, Doberck obro de esta suerte, persuadido de que por muchos a~o s habia tenido la su nciente autorizacion para comunicar" e con el Jefe del Departamento de Meteo ro!ogia de \\Tash-, ington, E sto no obstante, se Ie ha l1echo ver el error en q ue estaba, y se ha notincado al Gobi erno Militar de Filipinas que Ia tal peticion no rue en man era alguna autorizada, encm'aitilzdole at lIliS1I!0 tiempo la esperallza que abriga este Gobierl/o, de que pronto sent rescindida la orden pro!tibitiva de las il1Jorlllaciol/es 1JIeteor%gicas de Manila , Tambien ha sido informado dicho Gobierno Militar de Filipinas del g rand e aprecio en que esa Camara tie ne los anuncios de bagu ios que de cuando en cuand'o recibe del Observatorio de Man ila , Âť

â&#x20AC;˘ Ademas, el dia 15 de abril de 1899 se recibio en la Secretaria de la Camara de Com ercio de H ongkong el siguiente oncio: < Secreta ria del Gobiern o Colonial.

H ongko ng , 15 de abril de 1899, Sefior: Co n referencia a mi carta, numero 572, fec ha del 28 del pasado Marzo , debo mani festarie, para conoeimiento de esa Camara, que, informado por este Gobierno de H ongkong, el Gobi ern o Mi! itar de las Islas Fi !ipinas, de los deseos de la Camara y de todo el Come rcio , se ha servido disponei que el ObservatQrio de Manila contint'le enviando los anunci os de tifon es como antes , T engo el hOllor de ser su mas atento y S, S, F. G, T, Bllckle, p , 0 , del Secrctario Colonial.

Sefior Secretario de la Camara de Com ercio de H ongkong, > Y, efectivamente, merced a la interveneion del Gobierno Colonial de H ongkong, dep endi ente del de I ng la terra, rue rehabilitado gloriosisimal11ente el servieio meteo rologieo del Ob3ervatorio de iVIanila, dirigido por . sacerdotes espal10les de l11uy cseasa eru d,ieion cientinca . , como decia el Dr, Dob erck, V easc cl sig uic'nte docul11 ento, en el eual se expone la intervenci on de dieho Gobierno, y sc revoca la orden p'rohibitiva de anuneios de tifon es fu era de Fil ipi nas,

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<Mani la, P. 1. , 3 de abril d e 1899.

AI R. P. Jose Algue , Di rector d el Observatorio d e Manila, P. 1.

R everendo S enor : Por ord en d el Gobernador Militar debo manifestarle que se ha recibid o la sig ui ente carta, con referencia a la prohibicion que Ie fu e com uni cacla por oficio del Preboste Mariscal General el 27 d e F ebrero de 1899 sobre los a nu nci os d e tifones enviados a Hon gkong: SE CRETARiA DEL GOBIERNO COLON IAL

- HongkOllg , 28 de i]1arzo de [899, Seilor: Habiendo vem'do este GobientO' en cOllocimiento de que, a cOlZsecltmcia de una deuunct'a dirigida POl" el Director del Observatorio de HOllgkong af Je.fe del Departamento de ,jIleteorof~gia de! Gobierllo de los E stados Unidos de Alilerica, S. E . e! Gober llador iJlhlitar de Fili¡ piuas , Ita ordmado fa suspension de los all1tncios de 1,/olles que . a HOllgkong enviaba el Observatvrio de I){ alii/a ; debo lIIaniJesta r a V. E . qlle la nota del Director del Observatorio de esta Colonia Ito fire en lIlantra algulla all torizada por este Gobieruo; J' qlle todo el Cvmer cio de Hongkollg Ita dado a c01iocer POl" medio de fa Camara de COlltercio de esta localidad el grande a.braio en que tielle los alZ?l1tcios de t,/ones que rect'be del Obser-I!tltorio de JlIlauila, J' el grau disgusto COlt que Ita recibido III suspension de los m islltos.

P OI" las circ1lllstancias que acabo de ex.b0ner, abrigo la e3}ermtZa de que la ordm proltibitiva de los expresados a llllit eios sera ironto rellocada . _ Tengo d Itonor de Sfr Sll mas atento J' S . S .

(Firmado ) J. H. STEWART L OCKIIART. Seeretario Colonia!.

Sr. Secreta rio del Gobiemo l1filitar de Filipillas .

E I Gobernador Militar d esea Ie par tic ipe que con l11ucho g usto concede la revocacion d e aquella ord en, y Ie autoriza para q ue envle como siempre y antes d el 21 d el pasado F ebrero , los anuncios de tiJones, tan deseados en Hong kong .

D e V. muy atento y S. S.

C. H . 111m-ray, Secretario.

E . S. Otis.

Mayor e Inspector General de Voluntari os de los Estados Unidos .â&#x20AC;˘

-

365 -

Por nu estra paf"te, ter!)1itlaremos esta resefi a de todo 10 ocurrido con mot ivo de la denllncia del D r. Doberck, con las mi smas palabras con las cual es los Padres Dire ctores del Observa torio de Manila dan fin al d ocumento en qu e ag rad ecen el unanime testim onio de la op inion imparcial e ilust rada , ADios, fi nalmente, to da g loria, q ue a este resultado encamino los Sllcesos .

G. P., S. ] .

â&#x20AC;˘

•

Publicaciones del Observatorio de Manila dirigido por Padres de la Compania de Jesus

P UB LlCAClONES ORD1NAItJAS

r. -

Boletill 11<fmsuaC 186 5-190 I (inco!)1p!eto descle 1883 hasta 188 9) .

2. - Clilllatol ogical data/or JlI[<I"ila . I-Ioja mensual: 1899 y 1900.

(Sdicion ago tacla).

3. - iWolltltty Blilidin: 190 1- I 902 .

P U8LlCACIONES EXTRAORDlNARIAS

4. - .. ObseJ'J!{Iciolles seislIlollletricas de 1~lIl otos del mes dt! ')"lio_ .iL~ 8~o r- eI P. F e~eri.£o....Ea\l.!a, ~.- En 8 ." mayor; 8 pagi~ Y- ~Y;l.!Ita~c'tl1'-v-a.s,..(t:cliC~ agol'ada-) .

5· - Los ciclOll1J4 del 20 de.. Odl~ Y 5 de iVofJifiiibre ~882 , por e! P. F ederico Faura, S. J.-En 8.° mayol:; 16 paginas y 8 figuras . (Edicion .ago tada).

6. - Reg lamenta illterin o !: 11l"truccioll prrictiea fa/°a uso de las Estaciones meteoro!ogicas seClllZdari'as de las Islas Filz:/Jillas . 1884 . ' -En 8 .°; 40 pagi nas y algunos estados . (E di cion agotada).

7 . - EI Baroilletro' alleroide a/Jlicado ri la .brevision del tiempo en el .

Arc!ti.bii/ago Filipillo, por el P. Fed erico Faura, S. J . 1886 .

- En 8 .°; 14 pag in as y una himi na. (Edici on agotada) .

.

-

•

-

567

8. - Senates preelirsorM de telll/Joral en el Arcltt:oildago Filz:bino,

9. -

10.

-

I I. -

12. -

13. 1..(. -

15. -

16. 17. -

18. -

19. 20. -

21. -

22 . -

pOl' el P. Federico Faura, S. J. 1882.-En 8.°; 14 pa:5inas.

(Edicion agotada). .

Ob.servaciolles J1Jagnttieas verijicadas ell La Parag-ua, Jolo y l]lfilldml<1o' en el (lii o I888, por el P. Martin Juan, S. J . En 4. 0; 34 paginas y dos figuras. .El 111agmlislllo T€rrestre en Filipiuas, ppr el P. Ricardo . Cirera, S : J. 1893. - En 4.°; 160 paginas con 50 laminas y dos mapas.

La 1]1t'fforologia en la Exposieioll CololI/billa de Clticago, por los PP. FedericoFaura y Jose Algue, S. J. 1894· -En 4 .°; 1 Ii; paginas con 43 figuras.

La Seismologia ell Filipi71(ls, por el P. Miguel Saderra Maso, S. J. 1895. - En 4.0; [30 paginas con I mapa, 8 laminas y 4 i cartas seismicas . , Baguios 0 Tij07les de! aito I894, por el P. Jose Alg ue, S. J. 1895 · -En 4.°; 190 paginas con 38 lamin as .

Bagllio del Gra'vina, por eC P. Jose Algue, S . J . 1895 . - En 8 .°; 20 paginas con 4 laminas. (Edicion agotada).

El Barieiclollollletro, pOl' el P. Jose Algue, S . J . 1897.-En 8.° mayor; 66 paginas 'con 8 laminas.

Bagllios 0 eic/oues jilipillOS, por el P. Jose Algue, S . J. 1897.

- En 8.0 mayo r; 307 piginas con 20 figu ras y un mapa.

La erupeion del volcan !11ayon ell los dias 25 y 26 de Junio de I897, pOl' el P. Jose Coronas, S. J. 1898.-En 4.0; 58 pa· ginas COIl 2 lamillas, '3 figuras y 2' mapas.

El Baguio d,' Samar y Leyte. (12'I3 Oetubre de I897), por el P . Jose Algue, S, J. 1898:-En 4.°; 68 paginas con 13 fototipias, 4 rn apas Y 2 [ laminas.

Tlte Baro·eyclollo-lIIetcr. Fo!leto en in gles; 8 paginas en 8.°, con una fototipia, un mapa y cuatro figura s.

Las Nubes e1Z el AreltitJidago Filipino. Colaboracion al trabajo interna~iona( de medicion de nubes. (1.° Junio 1896-31 Jul io 1897), por el P. Jose Algue, S. J. 1899.-En 4.°; 19 1 pagi· nas con 23 figuras, una lamina y dos cuadros.

El Servieio iJ1eteoroiogico del Obser'vatorio de l11a1lila vindi· cado y reltabilitado (I899). -En 8.°; 75 paginas.

Ttfones del Areltipie!ago Filipino y 1IIares eirC1lllveeinos: I895 y I 896, por el P. Ju an Doyle, S. J. 1899. - En 4.°; 108 pa. ginas con 12 laminas.

'-

308 -

La Actividad Seismica en et ArchipiNago Filipino durallte el aiio 1897, pOl' el P. Jose Coronas, S . J. 1899. - En 8.° mayor; 138 paginas can 14 laminas.

24. - Jnteresting climatological data concerning the weatlur of jvJamia, compiled by the JIIJanila Obser·vatory. 1900. - En 8.°; 25 paginas y 4 figuras.

25. - J1!Jeteorological tables ill use at tlte auxiliary meteorological sfations of the Philt'ppine islands. 1900.- 31 paginas.

26 . - El Baguio Jet 8 de SejJtielilbre 190'0, pOl' el P. Jose Coronas, S. J.-En 4.°; 36 paginas y 5 lami nas.

27. - Clt'matologta de Fttipinas. (Trataclo X de la obra: El Arch/piNago Fil~lJino) . - En 8.° mayor; 265 paginas can 64 laminas y 2 figuras. .

28. - Focos Seismicos de Fi!t:lJillas. (Tratado X[ c1~ El Arclu'pietago Fift'pino).-En 8.° mayor; 12.2 paginas can 21 raminas.

29. - Variacilm Ciclica del j/lfagnetismo Terrestre en Mani!a. (Tra tad a XU de El Arclt~tJietago Filipino). - En 8.° mayor; 72 paginas can 29· laminas.

30. - Total eclipse of tlte Sun, 1/Ilay 18'" 1901: Astronomical data for observing tlte same ill tlte Phil~lJpi1te islands wltere tlte eclipse will be partial, poor el P. Jose Algue, S. J . 1901 . En 4.°; 12 pagi nas y una lamina.

31. - Breves instrucciones para los Jef..s. de estaciolles sec1t1zdarias de la Ojicina lIfe/eorologica en el Arc!tt:lJietago Filipino.

1901.-- En 8.°; 21 paginas.

32. - J1!Jagnetical dt:1J and declination .ill tlte Pllilippine islands, pOl' el P. Juan Doyle, S. J . 190I. - En 8.0; 14 paginas con 4 laminas y un mapa.

33. - Tilt climate of Baguio (Bel/guet), por e"J P. Jose Algue, S. J. 1902.-En 4.°; 76 paginas con 33 lam inas.

34 . - Report 011 the Seismic and Volcanic centers oj tlte Philippine Archipelago, pOI' el P. Miguel Saderra Maso , ·S. J. 1902.

-En 8.°; 26 paginas, 2 mapas Y 4 l.imi n;s.

35. - Ground tem/Jerature Observations at Manila (1896-1902), pOl' el P. Jose Algue, S. J. 1902.~ En 8.°; 16 pagina.s con dos figuras y c10s laminas.

23. -

A. M. D. G.

FE DE ERRATAS

D[CE: Pag.

DE BE DEem :

lin.

X

24

Santiago

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P.

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•

cxcusa

P . Algue

INDICE DEDICATORIA. AL tECTOR

III

•

ESTADO DE LA

MISI6N

EN

V II

1899 I

Ab andono forz oso de las Misiones CARTA DEL

P.

I7

MANUEL R OSEU6 At. R. P. PROVINCIAL.

Primeros chispazos de la revolucion filipina en el distrito deMati.·-EI Padre Barrado y su Mision de Mana),. - Partida del P. Rosell6 a Sigaboy. - La Providencia divina velando por el J\'\isionero. -

Peligro en que se encuen -

tra el H. Villareal. - Orden de abandona r las Misiones. - Desde Sigaboy

a i\\ati. -

A bordo del Labllan.- La tempestad en el puerto. -

De Baganga

.i Oa\'ao.

CARTA DEL

P.

MANUE L VALLI'S AL R. P. SUPERIOR DE LA MISI6 N.

Alzamiento del mestizo (espanol-tagalo) , Capitan del tercio indfgena, Don Prudencio Garda, en Baganga . - Desmanes del deportado espanal Nlanuel Sanchez, y su fin desgraciado. - Detenci6n. y liberac ion de l P. Valles.Muestras de respeto que reciben los Padres. - Aspecto y estado d.l! la insurreccion.

CARTA DEL

P.

ALBERTO MA SOLIVER A L R.

P.

PROVI NCIAL.

(jobierno popular en Surigao, sucesor del gobierno espano\. - Uegada y conducta de los hermanos Gonzale7. . - Pri si6n y temores de nucst ros I\\is ioncros. - Descontento del pU'eblo contra los nuevos gobcrnanles. Oponuna intervencion de D. Prudencio Garcia. - Detenc ion de los Gonzalez y libertad de los Padres. - Gralilud de los Misioneros para con sus feligreses.

CARTA DEL P . FRANCISCO XEBOT AL

R. P .

PROVINC IAL.

Peii g rosa s ituacion y turbulencias de los pueblos del Agusan, recicn emancipados de Espana. - La bandera pontifkia. - Pri sion de los r-.lisioneros.-

36

-

37 1

-

Entrc\'isla del P. ~ebot ~o n D, \Yenl.:cs]ao lIo11z;:ilcl en l3ulLlan. - Funcrales por los muertOS en la guerra. - Regislro tlevada a cabo en el COIlvento. - Segunda entrevista del Padre con Gonzalez . - Embarquc de los pr o \"ebot y Forad.:lda y H. Bertran. - 1\lLlsica y Ilantos, - Est;:Ulcia en Cabarba ran y en Tubay. - Prision del P . Guillermo Llobera en Jabonga.

- Cas tigo de dos malhechores. - Salida de Tuba), )' contraticmpos del \·jajc. - En Aqa uau on y Su ri gao. - Pri si6 n de los demas J\\ isioneros del Agusan - Sentim icnt o de los p u eblos.

CIRTA DEL

P.

M IGUEL ALA" AL

R. p.

PROVI NC I ,IL.

·1')

La comision rcvo!ucionaria en Talacogon. - Tacita protes ta del pueblo . C uatro dias de pri s i6n en el convento . - Muestras Jc arnor Y sCllti miento de los feligreses. - Sermon de despedida. - El pastor scparado de su rcbai'io. - En c l co n vento de Butuan. - A Surigao. - En ]a tcrcera careel. - Distribucio n de los prisioneros entre los pueblos de Surigao. Gig.dquit y Placer. - Caridad de los ,'ecinos de Gigaquit. - En libertad.

CARTA DEL

H.

ANSE L)lO P EREZ AI.

R. P.

PR OVI"CIAL

.

Llegan a T andag noticias de 10 acontecido en Surigao. - EI P. Sanchez se retira hacia el Sur al \fer en peligro su \'ida. - Rcconocimiellto del 'onvento de Tandag por la comisi6 n del gobierno de la Cabcccra. - Prisi6n de los Nuestros. - Pesqui sas para encontrar 31 P. Sanchez. - Conducta del Gobernado r de Surigao con el P. Ceballos. - Salen de Tandag, en calidad de presos, el P . Ceballos)' el II. Perez. - Dilige:1ciasde D. Prudencio Garcia para salvar a los Padr es . - Ue gada de ~stos ~i. Surigao. ·- Su entre\'ista con el General D. Sim6n Gonzalez.

CARTA DEL

P.

I?ER~ANDO DI EGO AI.

R. P.

P I~OVII\C!AI. .

Cambio de sobera nia en cl Ag usan . - Comisi6n de D. \\'enceslao Gonzalez cn Veruela. - Prisi 6 n de los Misioneros. - Enfermedad del P. Diego. De Veruela a Butuan . - D. Sim6n Gonzalez en Butuan . - Embarque de algunos j\ \i sio neros. - Los quintos de Veruela . -Orden de dejar las Misiones. - Salida del P . Ricart y detenci6n del P. Diego. - 13utu"ln, prov inc ia independiente. - .\ \ cs de Mayo y fiesta de S. Ignacio . - Primera visita a los pueblos del .\gusa n.-Cultos ala Inmacu lada. - Nueyas Autoridades y libertad del P. Diego . - Segunda visita .1. los pueblos. - EI P. Llobera en Butuan.

DOCU"EN T O: Pase d JaIlor del P. Fernando Diego expe:tido pOI' el Pl'esidenle p"ollincial de BlI/ltall.

CARTA DEL

P.

F ERN:\ ~OO DI EGO AL

P.

FRANC I SCO NEBOT .

Estad o de las Misiones del Agusan . despues de alg un os meses de abandono.

CIRTA DEI.

P.

F ER~ANDO O 'EGO;\ LOS

Pl' . JOAQui.'"

A N6N y J o.IQuiN

\ · !L'-\LLO~G:\.

Sal ida del Agllsan. - En Linugus y Camiguin. - Entusias mo de N\aglllog . Doce dias de traba'j05 apost61icos en j\-\ambajao . - \'uelta a J\\aginog. Illstancias del pueblo p..lra tener un j\·\isiollcro de la Comp<.lIifa. - En Linsiligan y Cagay~in de .\ \i sa mi s . - En Cebll. - Llegada ~l. J\1anilJ. . - Fi esta de accion de gracias.

-

37 2

-

flagS .

CARTA DEL

P.

RAIM UNDO PERUGA AL

R.

P. SUPER IOR DE 1..\ MISION.

~路I

Abandono forzoso de la Misi6n de Gingoog. - Prision de los PP. Peruga y Heras), del H. Ang les. - Prisi6n de los Padres y Herl11anos de 1<1 Resident.:ia de Jasaall. - Concentracion en Cagayan de todos los Misioneros del. distrito - Libertad que reciben algunos de elles y S lt vuelta.i las i\\ isiones. - Segunda concentracion en Cagayan. - Prisi6n del P. Galmes , i\\i sioncro de Dapitan, - Regi men de yida en ta prisi6n. - Caridad grande del puebl o.

CARTA DEL P. JUAN

B.

H ERAS AL

R.

P. SUPERIOR DE LA MISI6N .

10]

Infeliz estado de las Misiones abandonadas. - Caridad del pueb lo. - Se n timientos de los Padres durante la Misi6n . - Estado economico. - Servicios del cape!lan castre nse P. Carazo.

CARTA DEL P. J UAN

B.

H ER AS At

R.

P. PR OV IN C IAL

105

Felicitacion. - Caridad inagotable de los naturales. - Obstaculos para la libertad de los prisioneros. - Incomunicaci on con los :"uestros.

CARTA DEL

P.

MIGUEL Gt;ARDIET AI. R .

P.

PRO V INC IAL

107

Ul tima tentativa de los prisioneros de Cagayan para conseguir la libertad.DecrelO de la Junta de Guerra. - Excurs ion de despedida a los pueblos del distrilO. - 拢1 P. Guardiet en el Saivador,- Excursiones del P. Marti'n.

- Solicitud filial de 10.5 naturales del Salvador. - Fruto copioso de los sagrados ministcrios. - Orden de retirada. - La fiesta del pueblo de Initao, - Los PP. ,\larlin y Guardi路et en Iligan . - Lle gada de los nbrteameri can os.

CARTA DEI. [) . RAIMUNDO P ERUGA AL

R.

P . P RO\'IN CI AI.

I I]

Sal ida para I\ '\ anila de los P P. Peruga, Galmcs y II. Beamonlc, pri s ioneros en Cagayan . -Dcmostracioncs de am or del puebl o de Bohol. - Uegada a Cebll y .\\anila.

CARTA DEL

H.

I GNACIO VILA At

P.

/

JUAN RI C.\RT

I I

oJ

Zozobras f incomunicaci6n de los j\\isi oneros , - Retlrada de las autoridades espai10 las, - EI P. Yepes se dcspide de Dip610g. - Detenci6n forzosa.SentimienlO s generosos de los principa\es de Dip610g. - E\ Capitan T o mas. -Prisi6n frustrada. -Mo\"imienlo del pueblo de Dipo lo g, Lub.ungall y Dapitan. - Embarque de los )\\isioneros p~ra Manila, - Acti tud conso lador<\ de 1<\ princ ipaJi a y de todo cl pueblo.

CARTA DEL P . L ORENZO PEIR O AL

P. GABRI EL

PAL ,\U

122

Tristes presentimicnlos del iv\isionero de Si.lmal. - Preparati vos para et abandono de aquclla isla. - Salida dtl P. Misionero.

CARTA DEI. P. M ARlANO SUAREZ At

R.

P . PROVINCIAL

La Misi on de Tamontaca. - Peligros de la misma, al retirarse de ella cl Go bierno espaii'Jl. - Disposiciones del Gobierno en favor de los c,ristianos.

- I\clitud im p o'1en tc de los datos moras. - La mayoria de los cristianos se Jisponen il subir J. Cotobato can los espai"ioles. - Altercado ruidoso en tre dos datos. - Abandono de los t"uertes Rrina Regente, Pikit y Tumbaa. - EI P. Bitrian en Cotaba to. - Orden para la ~a lida de los )ruestros .

12 5

-

373 -

-Allivez de los m ora s en Tall1o â&#x20AC;˘. raca. - Alegria de los misl1los porIa

partida de los Padres. - Aba ndono defini ti vo de Police . - Embarque frust rado de los cristianos de Tarn ontaca . - Evacuacion definitiva de Tamo ntaca y Co tabato. - Uegadaa Zamboang1 .

CARTA DEL

H.

-

;VI IN GU I J6~ AL

SEBAST l.b

H.

SEBA STI,IN MA~ENT .

Refugia nse en Baganga los i\'\ isioneros. - D. Prudenci o Garcia sale de dicha pueb lo para Su rigao. - Embarque de los Nues tro s. - T empo ral en l3aga nga. - Carta pe rmanencia en Mana)" Davao y CotabalO. - Dc Zam -

.

boanga

a Manila .

CARTA DE L

P.

VICENTE BALAGUER AL

P.

137

E DUARDO VrroRIA

Graves sucesos en Da vao al saji r las Autoridades espat'io!as.-Oporluna intervenci6n del P. Urias. - una dictadura de yei nticuatro horas. - La anarquia po r causa de algunos ad venedizos .- Sumision ':l la nue va intervencion de los Padres. - Salida de los Nl isioneros .

CA RTA DEL

,

P.

SALV ..\ DOR

J\I.

\ -I~AS A L

R. P.

PRO VI~CIA L .

Primera. expedicion de Zamboanga a Manila. - Formacion y organizaci6n del partido nacionalista. - Los PP. J\\isioneros de "arias Residencias recibe n orden de concentrarse en Zamboanga . - Emba rquc de los ~l1estros para ivlan ila en el f!uerlo Rico . - Caiioncros saqueados pOl' los in slirrectos .

- Salen de Zamboanga los J\ \ isioneros de Dapitan. - Tirantez de relaeiones entre cspail oles e indigcnas . - Deelaraci6n de guerra. - Primer eOIll bate . - Incendios en la poblaci6n. - Sa len los ,\'uestros de Zarnboanga para Manila, - Rc sistc ncia de las tropas hasta s u part:da definiti,¡a.

'4'

DocuMENTo: Meritos aJltiglt os), recientes contraidos pOI' /a prO/lilzcia de Zalllboa nga (l Jlle Esp(l)l(l.

CARTA DE L P . ~ [ ARI.\NO SU ..iREZ AL

R. P.

PROVI NCIAL .

Relaci6n de algunos sucesos oeu rridos en CO labato, despues de la reti rada de [os espaiiole~. - Ejcmplos notables de vinud y fervor de alg un os indios.

II Instancias de los p u eblo s Doc umento num. I. Ca rta del Gobernadorcillo de Ca raga al R . P. Snperior d e la Mi sion. ( 1.0 d e octubre de 1899) .

Docu mento nlIIll . o. Acta-I nstall cia de la P rincipalfa de Caraga . (1. 0 de ocilibre de 1899) Documento nliin . ). [nsta ll cia d e la Prillcipalfa de illati . ( 1.0 de noviembre d e 1899) _ DOCllmento nt'im . 4. In stancia de las Autoridades y vec in os de DlIlll ag uete. (16 de 110vi emb re de 1899) .

Doc u me nto l1um. ,. Jnstancia d e l Go bernadorc illo y Principa les de Baganga. (00 de novi e mbre de 1899).

III

(17 1)

I\'

('7 0 )

\'l

( 174)

\' III

( 17 6)

x

( 17 8)

-

37'1 piglnas.

Docu mento fl,"n, 6, In[orme de l Genera l Bales , Comandan!e del distrito de Mindanao y.Tol6 sobre la vuelta de los pp , Misio ne ros al Sud de Mindanao, (07 de diciembre de 1899) Documentos nums, j ,8 Y 9' In sta nci!!s y Acta de la Junta de Autoridades y prin cipa les vec in os de Davao , ( 2~ de e ne ro de ' 900) .

DOCLllll entos nums . l OY I I. In stancias de Tamontaca di rigi d as al R, p, Super ior de la Misi6n y al Exc mo.

Sr. Cap itan Genera l d.el A rchipi e lago , (S de marzo de 1900) .

Documentos nums , 12, , ), ' 4 Y ' 5 ' I. In stancia de la Junta popular d e Surigao elevada al R, p. Su peri or de la Misi 6 n, (28 de marzo de 1900), ]f. In stancia de la mi sma Junta al Excmo , Sr, Ca¡ pitan General. (28 de marzo de 1900) , 111. Regi st ro y en d oso de la seg und a instancia al Rmo , Sr. Delegad o apost6 1i co en Fil ipi nas , (9 -de 3bril de 1900) , lV. Informe del R, 1', Superior de I. iVli si6n so bre la segund a in stancia a pet ici6n del RIIlO, Sf. D ele gado Apost6lico, (II de abril de 1900) , Docllmento nllll', I G, Tn sta ncia de la s Juntas provincial y loca l de Bull"' n, (28 d e marzo de 1900) , , Documento n Ull], '7. I nsta nci a de la Junta popu lar y Prin cipa lia de Jasaan , ()O de marzo de 1900) Documento n llm . 18, In stancia del Pres id ente de Rombl6n , (4 de abril de 1900) .

Do cuOl e nto nlllll . ' 9. In stancia de l Pres ide n te provin . cia l de l distrito de Zall1boa nga y vec in os que subscri be n , en rep resentaci6n de I" provincia. (14 de ab ril de ' 900), Documentos nUlll s. ~o y ~ I . rnstancia de los Presi de ntes provi ncia l y local, Prin cipalfa y vecinos de Dap itan. y reco mendaci6n d el Comanc1ante Kell y , (24 de abri l de 1900) .

Documentos num s, 22 y 2) . J. In st" ncia del Jefe local de Veruela , 11 , Traducci6n del ante ri o r documento. ( )o de abril de 1900).

Documcn't o nllm. 2.j. Acta de la scs i6n celebrada por la Junta po pular d e Hinatllan , (6 de may o d e 1900)

X I[

(180)

XlII

(18 1)

...

XV I

( 13 4)

X IX

( 187)

xx

( 188)

â&#x20AC;˘ XXI

( 1 8~ )

XXlI

( 190)

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( 19 1)

xxv

(193)

XX VI

(1 94)

'XV II I

( 196)

X\lX

( 197)

XXXII

(2 00)

X'XlV

(202)

37 5 Pagi nil S.

Documento num . ~5 . In stan cia de la Junta popul a r de Cabarbanin, autorizada pOI' el Presid ente pro· v incial d e Butll an. (29 de mayo de 1)00) .

Documento num. 26. In staocia del Presid ente lo ca l de Dip610g, en oombre de la Prin cipalia y sa copes del mi smo pueblo. (9 de junio de 1900) .

Docum e nlo oum . 27. lo stancia del Jefe local , Princi· paHay vecioos de Tllbay que subsc riben. ( 10 de jun io de 1900) .

Documentos nllms . 08 y 29. I. Ca rta del Je fe local de Hin atllan al R. P. Superior de la .vlisi6n. I f. Acta del acuerdo lomad o por}a Junta popular de l mi smo pueblo. (10 de junio d e 1900) .

Doc ument,) nlll11. )0. I nsta oc ia de las Auto rid ades y Princi palia de Nlaginog (17 de junio de 1900) .

Documento nllill. 3 1. ln stanc ia de los Prin cipal es de Cortes, T a nd ag, Tago , Tigao y La l)az . ( 12 de agosto de 1900) .

Doctlmento nlll1l. 32 . In slancia de los Princip,des y I'e· c in os de Tagoloan . ( 12 d e febrero de 190 1).

Docum e nto n ll l1l. 33 . rnstancia de los Pres id en tes de Pu e rto Prin cesa, Tay lay y l3acuit. (5 de agosto d e 190 I) Documento num . 34 . In stancia de los Prin cipales de Aya la (;0 de octubre d e 1901 ) .

Do c ul1l en to nllm. 35 . Instancia de los Prin cipales de Laoang ( isla d e Samar) . ([0 de agosto de [902).

xx xv

( 20 3)

XXXYli

( 0()5)

XXXVTlI

(00 6)

XL

(208)

XLII

( 2 10)

X LI V

(2 [2 )

X LVII

( 2 15)

XLIX

( 21 7)

Ll

( 21 9)

Ltl

(200)

• III Vuelta de los PP. Misioneros CARTA DE L

P. GR EG ORI O

[~ l P. Parachc es enviad o

P ARAeHE AL

P.

a las

Misione~

S.HlJRN[NO U RI OS

.

a ecbu. -

De CebLI pasa (\ Si quijor . - Cclcbm la fie sta de :.iavidad en Duma g uct e. - Vuelve n Siquijor. - Se dirigc it Dapi -

tan , donde cs Illu )' bien re~ibido. - \ 'is ita los pu eblos de Dipolog y Lllbungan. - Yendo Duhinob , cs agrcdido tir~s. - Trils COrln perlll a!1 el1~ cia ell Duhinob, Lubunga n y Dipolog, \'uelve a Manila.

a

a

CerlUica d o d jmJo r del P . Parache expedido pOl' el Presidellle J/ill cial d e Dapita n D. Eugenio Day miel .

f)OCU.\IF.tHO:

\'I AlE DE LO S

PP.

V,CTORIANO BIT RI ,\N y

SALV.\DOR GIRALT POR

P "o~

EL

SUR DE MINDANAO

de

( De EI Noticiero de Jvlanilo, del dfa

20

de ab ril

1900).

0))

Visitas a Zamboanga, Jo16 , Cotahato, DAvao, Sigaboy, Mati , J"'anay, Caraga

e Hin atlLan .

CARTA DEL

P.

VICTORIANO BrrRIA N AL

R.

P. SUPER IOR DE LA M ISION

â&#x20AC;˘

019

Uegada de los PP. Bitri.1n y Bennasar.1. Zamboanga . - Visitas al Gobernador americana y al General Kobbe. - Entrevista con el Preside nte provincial en Tetuan . - Trabalos apostolicos del P . Bitrian en el pueblo de Mercedes. - La fiesta del Corpus en Tetuan. - Dudas y sospechas del General Kobbe sabre el desinteres de los Padres en sus ministerios parroquiales.

- Abundancia de mies y cscasez de operarios.

CARTA DEL

P.

G U ILLERMO BENNAsAR At

R. P.

PROVINCIAL

Ocupaci6n continua de los MisioIJeros. - Fiesta en Tetuan .- La so lem nidad de Nuestra Seno ra del Pilar en Zamboanga. - Yisita al General norteamericano. - Rcstablecimiento del catecismo.

CARTA DEL P. GUIL I. ERMO BEl''',\SAR AL

R.

P. PROV INCI AL

Visita ala Mision de Tamontaca. - Triste estado de esta poblacion . - Repatriacion de algunos tamontacenses . - Su caridad para con las Madres del Beaterio de Manila. - Veneracion en que tienen al difuntO P. Jc:\cintO Ju an marti. - Estado ratal de la moraJidad ptlbJica en Cotabato. - Las cscuelas regentadas pOl' so ldados americanos. - Actitud descarada de los moros. - Cualidades mo ral es del Gobernador actual de Cotabato. - Sitio de Polloe por los 1110 ros.- E1 primer dia de siglo en Cotabato. - ll onr05;.1 sepultura dada a los restOs del P. Juanmart! en Tam ontaca .

CARTA DEL P. JUAN MARTi N .\1.

P.

MIGUE L GUARulET .

Destrozos del yendaval revolucionario. - Su inllucncia malhechora en los nuevos crist ianos. - Respeto )' alno r hac ia los t\\isione ro s. - Excursion apostoli ca del P. Gisbert. - Desolacion en las reducciones de la costa de Sigabo)' . - Ministerios del P.l'.lartin en la ASlln~ion. - Fiesta de S. Francisco Jayier. - Primera com uni on .

CARTA DEL

P.

R r\nlU~DO PERUGA At

R . P.

SUPERIOR DE LA lvl 1S16N .

2C,~

Entrevi sta de los PP. Valles y Peruga en Catel. - La reconstitucion de los pueblos. - Necesidad espirituaJ que padecen las Misiones de H inatuan y Tandag. - Acopio de virtud indispensable a los Misioneros de estas pa rtes. - Ministerios en Catel. - Restablecimiento de las escuelas en este pueblo. - Restauracion de los altares de la Iglesia y reparacion del cementerio. - Ascenso en el movimiento religioso de Catel.

CARTA DEL

P.

BERNARDINO LLOB ERA AL

R. P.

SUPERIOR DE LA MiStO N.

Uegada a Cabarbaran. - Agasajos de que cs objeto al el1trar en Butuan.Excelentes dispo siciones para la conse n 'aci6n y acrecentamiento de la Residencia Butuana.

DOCU,\IIi.NTO:

Carla def Presidente de Butzla1l at p, L!ohera.

CARTA DEL

P.

J UAN B. H ERAS AL

R.

P . P ROV t NCI A L

Excursi ones apost6licas de los PP. Llobera y H eras dcsdc Butuan . - Fiesta

264

-

377 -

rags, de fin de siglo. - \'iaje a 1a laguna de Mainit. - Entran los arncricallos en

Tuba)' y el P. '-Ieras impide el incendio del pueblo . - Llegada pacifica de los nuevas domi nadores Ii Cabarbaran y Butuan.

CARTA DEL P . SATURN I KO URIOS Ai P . FRANCISCO NmOT .

La guerra entre los amc ricanos e indios en el Agusan. - Intervencion del P. Urias en la pacilica-cion del pais. - Agradecimiento de los americanos.

- ArneI' de l p , J\ll isionero a los indios.

CARTA DEL P . l UAN B . H ERAS A L

R. p ,

P ROVINCIAL

Restab lecimicnto de 1a Misi6n de T agoloall . - Rec ibimiento que el pueblo dispensa a los Padres. - Devolucion de 130 igles ia y del convento po r los a mericanos. - Excursiones apost61ica~ pOl' los pueblos de Agusan y Santa Ana, y p Ol' los de Villanuc\'a, Bubuntugan y Jasaan. - Desolacion del pais en tiempo de la guer ra. - Castigos del cielo en los enemigos de los l"\i sio~ neros.

P.

CARTA DEL

JOSE ESPA:>;A AL

P.

~ l IGUEL GU.HOIET .

Ocupac ion il~cesante de los Mis,ioneros. - Excursiolles a varios pueblos. l ' niversai ap recio y cariilo can que son acogidos los Padres. - Fen-ores del celo entre accesos de calentura.

CARTA DEL

P.

ANTONIO OBACH AL

R.

P . PROVWCIAL

.

2 80

Llegada a Dapi tan de los PP. Obach y Gal mes y II. Costa. - Excursiones apost6licas de los Padres. - Estado inseguro del pais. - Abandol1o ell que se balla la mo rali dad pllblica .

CAR T A DEL

P.

GREGORIO P ARACHE AL

P.

P ABLO P ASfl~I.LS.

Fruto. recogido en un alio de estar a lH los Misione ros.

CARTA DEL P. SALVADOR BUGU'I" A L

R. P. P ROVIN CI."-

28;

Vuelta ala Mision. - Grato recibimiento hecho al J\\i sione,'o. - Buen eSlado de co nservacion de la iglesia y convento . - Favorables disposiciones de los naturales y libertad de accion de que gozan 'Ios Padres. - Generos idad del pueblo. - Deseos del ,\\isionero.

CARTA DEL P. SATURNI NO URIOS AL P. PABLO PASTELLS

285

Esperanzas de que las Misiones \'ueh'an a sus buenos tiempos. - Abundan te cosec ha de frutos espirituales. - Deseos que tienen de ap rovecharse los in d ige nas. - Tristes recuerdos del ) \ isionero. - Agradecimiento de los indios y americanos por los tr:;tbajos del Pad re en rasor de la pacificacion de l pais , DOCUM ENTO : Carta deL C0 11lnndnllle Leonard sobr.: 11 gesti6n del P. Ur ios como pacijicador e in ter prelc.

CARTA DE L P . V I CTORIANO B ITRL.\N AL P. l UA" QUlNTANA

l3endicio n de la nue\'a image n de Ja Virgen de l Pdar.- Obsequio del Generai americana a la Vi rge n del Fuerte. - Devocio n de l pueblo para con la misma imagen. - Las escuelas ca tolicas en Zamboanga= Santa j\ \arfa y Tetuan. - Reorga n izacion de la Congregacion de I-l ijas de i"larfa y del Apostolado de la Oraci6n, - Crueldades de los 1110ros. - Fidelidad de un

25

288

37 8 -

-

indio. - SCllcillez de los vccinos de Santa Maria . - Cam paiia contra los errores dominantes. - Consen3cion de las buenas pnicticas . - i\luestras de afecto del General americana .

CARTA DEL

H.

J UAN

B.

PEREZ AL

H.

FRANC I SCO F IGUEROLA

.

Estado de la M ision. - Ejemplo de li delidad de un indio. - Nochebuena en Zamboanga. - Conducta de los am ericanos cat6licos.

CARTA DEL P. GREGORIO PARACHE AL P. JAIME PUNTAS.

Excursiones apost61icas. - La Semana Santa en Balingasag. - Nllmero notable de confesiones. - Ejemplos de fervor de las AUloridades y vccinos.EI Pngsltgat. - Las funciones de Semana Sa n ta en Jasaan y T agoloan; CARTA DEL

P.

VICENTE

JI;\II~NEZ AL

P.

J U.-\l\' CAPELL.

Noticias de los trab:ljos apost61icos de los PP. Martin, Riba s, Gisbert y L1o bera.

CARTA DEL P . MIGUEL SADERRA iVIAS 6 AI.

P.

JUAN CAPELL.

Excursion cie ntifica por !\\ind anao . - Celebracion de 1a jura de S. 'M. en Iloflo. - Movim iento religioso en Zamboanga. - Fiesta de los espalioles en eonmemo raeion de 1a jura de D. Alfonso XIII. - Prosecueion del viaje.

30

CARTA DE L P . SATURNINO URIOS AL P. J UAN CA PEL L

Aspeeto de la Misi6n . de op erarios .

CARTA DEL

H.

Las Co ngregaeiones piadosas de ButLlan. -

DANIEL TORRE'" A L

P. ]UA,

1

Esease:.:::

CAPELL.

3 02

Enfermedad de los PP . Perllga y BuguliJ.. - Objetos para 1a Misi6n de Dapitan.- \'iaje del P . Bitrian a JoI6. - Excursiones apost6licas del P. l\lartin.

]\'

Noticias de Manila Vicisitud es de los Padres y Hermanos de Manila dura nte la guerra hispano -a1T\ericana.

CARTAS DEL R. P . RECTOR DEL A TENEO MUNICIPA L AL R. P . P ROVI'CIAL. PRIMER A .

307

. SEGU NDA .

JIG

TERCERA .

32)

CARTA DEL P. MARCTa SO L" At P. GABR I EL P ALAU

332

Misi 6n y cautiverio de los PP. Fidel Mir y Antonio Rossell.

CARTA-DEL P . F lOEL MIR AL R. P . P ROV I NCI AL.

339

Breve id ea del estado actual de la Misi6n en Ma nila.

C.\RTA DE L P . JOSE GARR IGA AL P. J lJAN CAPELL

345

-

379 -

Vindicacion y rehabilitacion del servicio meteorologico del Observatorio de Manila Publicaciones del Observ atorio de Manila dirigido por Padres de la Compafiia de Jesus, '.

347 369

L a minas Ateneo de Ma nila EI 路P. Gisbert elChorta a los bagobos del Apo a que dejen de sacri fi car a sus esclavos, mo strandoles a Cristo sacrifi cado por el hombre .

Tercio de Baganga con su jefe D. Pru dencio Garcia Bagobo asesino L1egada de los ~ li sioneros a Sama l .

Iglesia de Tamontaca en construccion. - Vec in os de Ta montaca procedentes de los Establecimien tos de li bertos.

P. Ignacio G uerrico, 1806 - t 1883 Mapa de Mindanao.

Principalia de Manay Ig les ia de Tetluln .

Pantalan de Polloc .

El P . Juanmartf recogio a estos ninos dul anga nes, elCtenu ados por el hambre, y les dio asilo en el Orfan ot rofio de Tamontaca.

P. Jacinto juanmartf, 1833 - '1'1 897 .

P rocesion en Tago a la vuella de los Padres Escuela catolica de Butuan Escuela Norma l de Nl anila Seccion Astronomica del Ob~ervatorio de ,Vlan ila La ecuatoria l del Observatorio de ~'I anila. p, Federico Fanra , 1840 - 'i' 1897 .

XII[

26 57 86 1- ) 0

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VleAR IATO GENERAL D E LA

DIOC ESIS DE BARCELONA

P O,r 10 qu e

a ]\05

toca , conced emos :\Cuestro pe r-

miso para publi ca rse el libro titulado "Cartas edili calites de los Nl isioneros de la Compaiiia d e Jestls e n Fili pinas (1 898-1 90 2),禄 coleccionadas por el P. G aJ);路iel Palau, S.

J., med iante que de nuest ra o rden ha sid o

exami nado y no

c onti~ne,

seglill 1a ce nslIra , cosa al -

g una contraria al dogma ca t61ico y a la sana moral Imprimase esta li cencia al principio 6 final d ellibro y e nt reg uen se dos ejemplares de ';ste rnbrica dos po r e1 Cen so r en la Curia de Nuestro Vicariato.

Barcelo na 21 de _\bri l de 190) .

EL VICARIO GENERAL;

Jose' Pallllaro/a Po r mandata de Sli Se lio ria ,

Lie . J ose 111." de R os, P bm.

S rjo Call.

F I l.I PI i'iAS r-~~L

II E R I T AG E I.I B RARY

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