númerocero ESPECIAL DIEZ CRÓNICAS FIL
José Emilio PACHECO “Cuando uno escribe se tapa la cara con la página” El escritor, nuevo Premio Cervantes, conmovió a un auditorio de unos mil jóvenes con su humildad y su maestría, en el encuentro más emocionante de la FIL
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SERGIO CONTRERAS ALCARAZ
Me acuerdo, no me acuerdo. ¿Qué año era aquel?”, como escribiera en Las batallas en el desierto. Una fría mañana de otoño, en la habitación del Hilton tapatío en que descansaba el poeta, un inoportuno timbre. Minutos antes, en España, donde ya había quebrado el día, el jurado del Premio Cervantes de las letras deliberaba a su favor. Con la modorra a cuestas, José Emilio Pacheco sabía de la unión de su nombre con el de Juan Gelman, Jorge Luis Borges, Carlos Fuentes, Octavio Paz y una treintena más de grandes. Como por arte de magia, esa magia de saberse querido, Pacheco cargaba energía para entrar en la FIL y repetir mil ochocientas sesenta y siete veces la palabra que más había usado, y cada vez con más humildad, en los últimos meses: gracias. Pacheco es generosidad, armonía, grandeza. Lo demostró en su encuentro con los jóvenes en una tarde para la historia. Sólo habían pasado 34 horas desde su gran triunfo con el Cervantes. El salón Juan Rulfo tuvo que hacerse el gordo aflojando su cinturón para dar cabida a unos mil adolescentes en la actividad estrella de la feria. Ahí le esperaban para darle un
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Foto: Jorge Alberto Mendoza
aplauso que valía como abrazo. Una profesora de secundaria le brindó el piropo de la tarde: “Hoy es, creo, el día más importante de mi vida”. Y de no ser por la logística, Pacheco se hubiera permitido apapachar a cada uno. Continúa Pág. 2
diciembre 2009