HUERTAS MALAS, EL GRIAL, GRUPOS NAZIS Y LA GUERRILA ESOTÉRICA

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Ha sido y sigue siendo muy común en el mundo del turismo adjudicarle a ciertos lugares alejados un halo de misterio. Las distancias actúan como catalizadoras de los mismos, volviendo vigente, aún en la primera parte de la segunda década del siglo XXI, aquella premisa de la época de la conquista española que decía: “Cuanto más lejos, más raro”. Y para un periodista tan embebido en cuestiones esotéricas como lo fue Jaime Cañas, esta proporcional relación entre distancia y extrañeza no le resultaba ajena. Su marcado espíritu romántico lo inclinó, en la mayoría de los artículos que escribió para la revista FLASH entre 1982 y 1987, a resaltar esa pincelada emotiva; clara heredera de la publicidad turística desarrollada en Europa desde mediados del siglo XIX, con el auge del montañismo y la romantización de la montaña.1

Pero los sitios misteriosos deben estar habitados y/o transitados por personajes aún más misteriosos. Seres oscuros, mal definidos por la memoria, imprecisos; capaces de ser moldeados por la imaginación y las

* Profesor en Historia por la Facultad de Humanidades de la UNMdP (Argentina).

1 Véase; Sonnier, Georges, La montaña y el hombre, Editorial Lince, Barcelona, 2020 [primera edición de 1970].

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Por Fernando Jorge Soto Roland* Revista FLASH del 21 de agosto de 1984

tradiciones orales a gusto y piacere de quien las transmite. Práctica bastante común en el mundo de la criptozoología, disciplina dedicada a la búsqueda de supuestos y elusivos monstruos “reales”, como el yeti o Pie Grande. Claro que no se necesita tener tres metros de altura y el cuerpo cubierto de pelos para formar parte de ese catálogo fantástico. Basta con que rompan el marco de referencia “normal” de una zona para entrar a formar parte de las muchas historias maravillosas que circulan de boca en boca (que sólo ocasionalmente son puestas, posteriormente, por escrito).

En este breve artículo haré referencia a uno de esos sitios cercano a Capilla del Monte que, desde hace décadas, viene excitando la imaginación de guías, periodistas y amantes de los enigmas (que son legión en la zona). Un paraje conocido como Huertas Malas

En 1984, cuando J. Cañas escribió para FLASH el artículo que nos servirá de guía, seguramente el lugar no recibía tantos visitantes como en la actualidad (tampoco lo hacía el mismísimo cerro Uritorco, cuyo protagonismo sólo aumentó tras la aparición de la famosa Huella del Pajarillo en enero de 1986). Por tal motivo, y sin descartar la tendencia a romantizar la cuestión, el reportero escribió:

“Huertas Malas (…) un paraíso desconocido lleno de bosques, grutas, vados y fuentes que surgen entre el follaje y las silentes rocas. Misteriosa zona de la cual no existen mapas, ni planos; sólo en la memoria de un guía bien pago” 2

Si nos dejamos llevar por este texto, adentrarse en las sierras en pos de semejante sitio sería lo más parecido a recorrer una “Terra Incógnita”. Salirse de la cartografía conocida. En una palabra: sumergirse en la aventura en estado puro. Y como la misma necesita de imprecisiones y de un pasado nebuloso, no podía faltar una historia que exaltara esa incertidumbre.

Guillermo J. Dangel, en su libro Historia de Capilla del Monte, cuenta que un ermitaño habitó Huertas Malas.3 “Se ha hablado mucho [del personaje en cuestión] pero se tienen pocas precisiones. Tan pocas que incluso se desconoce cuándo habitó en ese paraje, donde todavía puede visitarse su casa de piedra adosada a una cueva. Algunas versiones ubican su existencia muy atrás en el tiempo, tanto que se lo hace un soldado español que desertó en los tiempo de la independencia, mientras otros lo ubican más próximo a la década de 1920 o 1930”.4

Sea la fecha que sea, lo cierto es que el nombre de Huertas Malas parece derivar de las plantas de higos y árboles de duraznos (no autóctonos) que existen en la zona y que se dice fueran inicialmente

2 Cañas, Jaime, “Los neonazis buscan en sierras de Córdoba el santo Grial y una lanza que es sagrada” en revista FLASH, año V, N° 220, 21 de agosto de 1984, Buenos Aires, página 19.

3 Dangel, Guillermo J., Historia de Capilla del Monte. El sorprendente pueblo cordobés fundado frente al cerro Uritorco, Libros de la Tortuga, Buenos Aires, 2017, pp.52-53.

4 Ibídem, pág. 52

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plantados por el mentado ermitaño, cuyos frutos intercambiaba por ropa y demás enseres en el pueblo de Capilla del Monte, tras largas caminatas.

Otras versiones nos hablan de que el paraje era un lugar de encuentro de cuatreros que buscaban refugio en ese valle, protegidos por murallones de rocas y tupida arboleda. Algo parecido a lo que se cuenta de otro paraje asociado al misterio: la estancia El Hueco. 5

Pero no sólo de ermitaños y ladrones de ganado ha estado decorado Huertas Malas. Según J. Cañas, otros antisociales, mucho más peligrosos y con intenciones en extremo aviesas, exploraron la zona

Manteniendo la costumbre (mala costumbre) de no dar datos que permitan verificar sobre lo que escribe, elevando un ya tradicional manto de secretismo sobre los temas tratados, J. Cañas alude a una investigación por él realizada en fecha incierta. Si bien el artículo en cuestión es de agosto de 1984, no aclara si fue en ése u otro el momento en el que se dieron los hechos que relata.

En pocas palabras, J. Cañas dice haberse enterado, por intermedio de un guía local (“nieto de germano ”6), sobre un grupo de hombres y mujeres que “(…) vestidos de sport arribaron al Uritorco discretamente y, tras escalar el cerro Uritorco y descender por el lado este; (…) enfundados en trajes de espeleólogos desaparecieron en diversas cuevas de la región conocida como Huertas Malas”.7

El guía (del que no da nombre ni apellido) pudo entender la lengua que los forasteros hablaban entre sí. Era alemán. Y tras recibir una muy buena paga, “los esperó a que salieran [de las cuevas] tras casi 48 horas. Luego los acompañó hasta la ruta, donde un micro los aguardaba, muy bien dotado de alimentos” 8

¿Quiénes eran los miembros de ese grupo tan sui generis? ¿Qué buscaban?

Parece que el guía no tenía información sobre esas cuestiones; por tal motivo, “tras semanas de búsqueda paciente”9, J, Cañas pudo contactar con un “especialista alemán en La Falda, que accedió al reportaje tras un pacto de no manipular la información” . 10

El hecho de ubicar “al alemán” en la ciudad de La Falda no resulta antojadizo. Es por todos sabido que la mencionada ciudad fue sede del Edén Hotel, regenteado durante los años ’30 y ’40 por la familia

5 Véase del autor: Estancia El Hueco: El vampiro pirómano y otros monstruos de la zona Uritorco Disponible en web: https://issuu.com/fernandojorgesotoroland/docs/estancia-el-hueco

6 Cañas, Jaime, “Los neonazis buscan en sierras de Córdoba el santo Grial y una lanza que es sagrada” en revista FLASH, año V, N° 220, 21 de agosto de 1984, Buenos Aires, página 19.

7 Ibídem.

8 Ibídem.

9 Ibídem.

10 Ibídem.

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Eichhorn, nazis declarados y amigos personales de mismísimo Adolf Hitler.11 Pero aquí quisiera hacer un breve paréntesis y destacar un grueso error cometido por J. Cañas. No sé si cayó en él por ignorancia o si con ello pretendía (innecesariamente) darle a la nota el clima preciso para lo que después vendría. Sea cual fuere el motivo, Cañas afirma que: “Acá [en La Falsa] vivió Fritz Mandel (sic), el famoso millonario austríaco, amigo de Perón y Mussolini (…). Todavía su castillo y sus recuerdos pueblan las mentes de los mayores formando leyendas y anécdotas de interés socio histórico”. 12

Se ha dicho que Mandel era testaferro de los nazis en Argentina y, efectivamente, todavía se conserva su hermoso “castillo”. Pero resulta que no está en La Falda, sino en La Cumbre Desconozco porqué no hizo referencia a los Eichhorn, cuya afiliación al partido nazi está más que probada

Pero volvamos al “especialista alemán” que tan pacientemente buscó y encontró nuestro reportero estrella. ¿Quién era? ¿En qué especialidad destacaba?

J. Cañas no lo dice de manera directa. Sólo a cuenta gotas revela algunos pocos datos del personaje, dejando que la imaginación del lector remonte vuelo. Recién hacia la mitad del artículo nos anuncia que fue “un veterano guerrero”. 13 Y si bien no señala en qué conflicto participó, la anterior alusión a Mandl y La Falda conduce obligadamente a pensar en la Segunda Guerra Mundial. Sólo hacia el final brinda una identidad incompleta (y hasta graciosa) cuando nos cuenta que su informante era una tal “Herr Otto X”. 14

11 Véase del autor: El Edén Hotel Disponible en Web: http://letrasuruguay.espaciolatino.com/aaa/soto_fernando/eden_hotel_la_falda.htm

12 Cañas, Jaime, “Los neonazis buscan en sierras de Córdoba el santo Grial y una lanza que es sagrada” en revista FLASH, año V, N° 220, 21 de agosto de 1984, Buenos Aires, página 19.

13 Ibídem.

14 Ibídem.

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Castillo Mandl, en La Cumbre (antes y hoy)

El anonimato, la falta de identidad clara y el secretismo, en la delirante historia de la búsqueda de nazi en Argentina, es una constante en toda la bibliografía periodística-conspiranoica sobre el tema, publicada a partir de la década de 1980.15

EL MISTERIOSO HERR OTTO “X”

Entonces, ¿quiénes conformaban ese discreto grupo de personas que, tras escalar el Uritorco, habían dirigido sus pasos hacia Huertas Malas?

Mire explicó Herr Otto , se trata de un pequeño y bien entrenado ‘team’, que podríamos calificar de ´’ex SS’ y nuevos neonazis serios. En ciertos círculos se denominan ‘Los Nuevos Lobos’ o ‘Los Hijos del Grial’. (…) Y puedo afirmar que son los mejores especialistas en investigaciones supra históricas, algo así como las zonas oscuras de la historia que no tienen explicación oficial o racional. 16

Contrariamente a lo que uno pudiera sospechar, J. Cañas no se sorprende en absoluto ante semejante revelación. Es comprensible: en 1979, el periodista ya había incursionado en este tipo de historias esotérica al escribir un libro titulado La Corte de Lucifer, en el que hacía referencia a la búsqueda del Grial por ciertos conspicuos místicos en 1931 y que, tiempo después, llegarían a ocupar altos cargos dentro de la Alemania nazi. Uno de ellos, Otto Rahn, espeleólogo y especialista en historia oriental, había llegado a afirmar (siempre según J. Cañas y sin nota a pie de página que indique el origen del texto): “Antes de ir a la guerra debemos recuperar el Santo Grial, sin él cualquier guerra será perdida. Por eso es necesario hallarlo… creo que está oculto en una cueva de los Pirineos o en un lugar secreto de la Provenza. Allí fue llevado por un grupo de sobrevivientes cátaros huyendo de la matanza de los cruzados. Creo que estoy preparado y he sido iniciado, por eso seguiré algunas pistas que tengo.”17

Y parece que según Herr Otto X lo encontraron.

Los nazis, admiradores de los cátaros del sur de Francia formaron un equipo de especialistas para buscar el Grial, que los descendientes de los cátaros tenían escondido en cuevas.(…) No es que yo crea en esos mitos, pero muchos sí lo creen y piensan, y por ello se mueven con cautela y llenos de una fe diríamos esotérica y mágica. El equipo que usted investigó le dijo a J. Cañas está integrado por esa gente que está siguiendo las pistas de un grupo de SS (el que habría descubierto el Grial) que, cuando

15 Véase del autor: “La delirante búsqueda de nazis en Argentina” en revista El Escéptico, primavera europea del 2020, España. Disponible en Web: https://www.escepticos.es/repositorio/elesceptico/articulos_pdf/ee_54/ee_54_la_delirante_busqueda_de_nazis_ocultos_en_argenti na_.pdf

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Cañas, Jaime, “Los neonazis buscan en sierras de Córdoba el santo Grial y una lanza que es sagrada” en revista FLASH, año V, N° 220, 21 de agosto de 1984, Buenos Aires, página 19.

17 Cañas, Jaime, La Corte de Lucifer. Los hijos del Apocalipsis, Oscar E. Madera Editor, Buenos Aires, 1979, pág. 179.

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Francia fue invadida por los aliados [hacia el final de la guerra] decidieron huir a Sudamérica, donde arribaron secretamente.”18

Convengamos que en este apartado del artículo de FLASH, J. Cañas es poco claro. Da por sobreentendidas muchas cosas y cuando las explica, las explica mal. Hagamos lo posible por hacerlo un poco más entendible.

Dentro de las numerosas tradiciones que circulan sobre la leyenda del Santo Grial, hay una que está asociada a un grupo religioso, perseguido por la iglesia católica durante los siglo XI al XIII (por herejes) y conocidos como cátaros o albigenses. Tuvieron como centro de operaciones el territorio francés y, tras casi doscientos años resistiendo el embate de la inquisición y los cruzados del Papa, fueron derrotados en 1244. Año en el que cayó el castillo de Montsegur, el último reducto cátaro, en el que una tradición sostenía estaba la Sagrada Copa que Cristo utilizara en la última cena, tras un complicado (y muy improbable) recorrido que sería muy largo de explicar.

En pocas palabras, los descendientes de esos antiguos cátaros/franceses, devenidos en “neonazis serios” y miembros de la derecha francesa de mediados de la década de 1980, habrían estado buscando lo que consideraban es “su Grial”; en competencia con los hijos y nietos de los oficiales nazis de las SS (neonazis no-serios) quienes, tras la guerra, habrían traído el Grial en secreto a estas tierras para esconderlo en la zona del Uritorco y Huertas Malas.

Una historia retorcida. Sin pruebas documentales que la certifiquen. Pura especulación esotérica, pero por demás intrigante y divertida. Ideal para ser publicada en una revista sensacionalista como FLASH.

“Los intelectuales galos expone Herr Otto X han despertado en la Europa Occidental un renacimiento por las raíces culturales en forma más profunda que los mismos nazis (años atrás). Y desde allí comienza todo un proceso de vivificación de las fuentes (incluso) pre-cristianas europeas. (…) Tanto los neonazis [no-serios, parientes de los oficiales de las SS] como los celtas tradicionalistas, calculan y piensan que es en Sudamérica donde tiene que estar escondido el Grial, porque esta es ‘La Nueva Tierra’ que los perseguidos cátaros anunciaron como su ‘Nueva Jerusalén’.”19

Estaríamos, pues, ante una carrera “de derechas”. Una competencia entre grupos reaccionarios y nostálgicos, dispuestos a todo con tal de encontrar la reliquia que les permitiera reedificar el poder perdido en 1945. Para ello serían capaces de arriesgar sus vidas practicando el peligroso arte de la espeleología, “una especie de escalamiento interior teoriza místicamente el guerrero ; una búsqueda hacia adentro; hacia las raíces del ser primitivo que gracias las cuevas pudo sobrevivir (…). Porque [en ellos]

18 Cañas, Jaime, “Los neonazis buscan en sierras de Córdoba el santo Grial y una lanza que es sagrada” en revista FLASH, año V, N° 220, 21 de agosto de 1984, Buenos Aires, página 19. 19 Ibídem.

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manifiesta Otto X se mantiene la tradición operativa. Los tesoros se guardaban y se siguen escondiendo en cuevas, único lugar alejado de las miradas curiosas y con posibilidades de estar lejos de los centros urbanos”. 20

y epígrafe

1984

Si todo esto le suena parecido a un film de Indiana Jones, el lector no se equivoca. El propio J. Cañas es consciente de esas influencias hollywoodenses21 y escribe: “Siguiendo su tesis, Herr Otto X, estamos ante un proceso suprahistórico (sic) vivificado por los medios de comunicación. Los filmes sobre el Arca Perdido o el Templo Escondido (sic) son la demostración más clara de esta tendencia históricamitica (sic). Lo que el gran pensador conservador germano, Oswald Spengler, calificó como la ‘segunda religiosidad’ (…)” 22

Las aventuras de Indiana Jones y sus búsquedas de objetos místicos ejercieron según J. Cañas una profunda influencia durante la primera mitad de la década de 1980.

20 Ibídem.

21 Recordar que en 1984 se estrenó el exitoso filme Indiana Jones y el Templo de la Perdición, segunda entrega de uno anterior, Los cazadores del Arca perdida (1981).

22 Cañas, Jaime, “Los neonazis buscan en sierras de Córdoba el santo Grial y una lanza que es sagrada” en revista FLASH, año V, N° 220, 21 de agosto de 1984, Buenos Aires, página 19.

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Fotografía sensacionalista del artículo – Revista FLASH 21 agosto

Pero, ¿qué sucedió con la expedición neonazi a Huertas Malas? ¿Encontraron, finalmente, algo de valor?

“No lo sabremos nunca sentencia el viejo alemán Esa gente se mueve con otros parámetros. Además se han sumado a esta búsqueda varios otros grupos mesiánicos con bastante influencia en el campo político financiero. Estaríamos en una especie de ‘guerrilla esotérica’ peleando entre ellas por el Grial cátaro, con sus derivaciones síquicas, donde personajes con sus derivaciones mágicas entran en escena. Pero ésta es otra historia que algún día conoceremos. ’El que sabe no habla, el que habla no sane’. Y nosotros ya hablamos bastante” 23

BREVES PALABRAS FINALES

Me resulta muy difícil creer en las fantasías relatadas por Jaime Cañas y su enigmático “Herr Otto X”. Aún así, el relato condimenta el imaginario imperante de la región, dándole a toda la comarca ciertos efluvios místicos muy propicios a despertar el espíritu de aventura, alimentado en los ’80 por las vivencias del doctor Jones en las pantallas de los cines.

No sería ésta la primera ni la última vez en que supuestos nazis gastaran sus suelas explorando el Uritorco y sus inmediaciones. Otras leyendas, rumores y relatos encuadrados dentro de marcos claramente esotéricos, recorrerían en las décadas posteriores muchos rincones del valle de Punilla; mezclándose con bastones de bando, extraterrestres, entidades daimónicas, espías de la NASA y variados delirios emanados de mentes exultantes de romanticismo y deseos de atención.

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Buenos Aires Diciembre de 2022 23 Ibídem.
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