EL MONSTRUO LACUSTRE DE LA YUNGA SALTEÑA

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EL MONSTRUO LACUSTRE DE LA YUNGA SALTEÑA

Inmersa en medio de la yunga salteña, rodeada de vegetación y semicubierta por plantas acuáticas, la Laguna del Cielo sigue siendo, a pesar de estar a sólo diecinueve kilómetros de la ciudad de General Mosconi (departamento de General San Martín, al norte de Salta), un rincón poco transitado y “rodeado de misterios”, como sindicó la revista FLASH en setiembre de 1983 cuando hizo referencia a una “expedición científica” que había explorado la zona en búsqueda de un “Dios-Monstruo” lacustre.1

Es bastante común advertir que ciertas publicaciones amarillistas (y FLASH lo fue) gusten de indagar en las extrañezas que circulan de boca en boca para convertirlas en noticias. Y si esos dimes y diretes se relacionan con criaturas anómalas, que atentan contra el sentido común y los preceptos zoológicos vigentes, mucho mejor. El sueño de poseer un Nessie propio ha sido algo muy común. Basta con hojear cualquier librito de criptozoología (la disciplina que busca monstruos vivientes por el mundo) para reconocer que ese impulso, casi siempre originado en los medios de comunicación, ha dado sus frutos en decenas de lagos y lagunas del planeta. Casi podría decirse que son muy pocos los que no se han convertido en depositarios de dinosaurios aficionados a la natación. Claro que, detrás de esas criaturas nacidas de la tradición oral y los titulares alarmistas, vienen los exploradores y románticos “hombre de ciencia” en pos de sus escamas.2

La nota que analizaremos (y recordaremos) gira en torno a una de esas empresas aventureras, celebrada a poco de iniciarse la primavera de 1983, cuando la dictadura militar daba sus últimos estertores. Una época de grandes ilusiones políticas que, al parecer, también se reflejaron en el ámbito exploratorio del

* Profesor en Historia por la Facultad de Humanidades de la UNMdP (Argentina).

1 Véase. Anónimo, “Aunque se envió un expedición científica, sigue en pie el enigma del Dios-Monstruo” en FLASH del 20 de setiembre de 1983, página 37.

2 Véase del autor: Jorobas, cuellos largos y fantasías. La leyenda de Nahuelito: la bestia lacustre del Nahuel Huapi Disponible en Web: https://www.academia.edu/17678871/JOROBAS_CUELLOS_LARGOS_Y_FANTAS%C3%8DAS_LA_LEYENDA_DE_NAH UELITO_LA_BESTIA_LACUSTRE_DEL_NAHUEL_HUAPI

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Laguna del Cielo, Salta – Fotos Web

periodismo vernáculo; que, de la mano del diario El Tribuno y otros medios de Capital Federal (La Razón y Revista Gente), se calzaron las botas y salieron en busca de un estrambótico monstruo sin nombre.3

El organizador y director de la expedición era Roberto Vitry, jefe de la sección deportes del diario El Tribuno y presidente del Club Amigos de la Montaña de Salta. Un aventurero nato, lleno de inquietudes por misterios históricos, gran deportista, periodista y soñador (fallecido en diciembre de 2021).4

Vitry y su equipo perseguían una leyenda que, como era de esperar, llamó la atención de FLASH.

La Laguna del Cielo está ubicada en una zona “(…) en la que se asentaron indios llegados del Caribe a través de la selva amazónica explicó Vitry en la nota Tiempo después llegó otra tribu belicosa que venció a los anteriores y se quedaron con todas sus mujeres. Tras eso, vino la paz y floreció una nueva cultura”.5 Entonces, “cierto día, inesperadamente, el cielo se ensombreció. Una numerosa bandada de extrañas aves se posaba en las ramas de los árboles que crecían en la orilla de la laguna. Parecían comandadas por un ejemplar de gran tamaño y vistoso plumaje color dorado, que eligió el árbol más importante. Allí permanecieron unas ’30 lunas’, como a la espera de algo. Finalmente, esa espera pareció concluir. Fue cuando (…) del sur llegó una bola de fuego que parecía haberse desprendido del sol. Esa bola permaneció suspendida en el espacio durante toda la noche y luego volvió por donde había llegado. Al amanecer el ave de plumaje dorado siguió el mismo rumbo, escoltada por el resto de la bandada. Los

3 Véase: S/A, “La laguna del Cielo esa hermosura desconocida ¿Una entre 18 similares? En diario El Tribuno, Salta, 8 de mayo de 2015. Disponible en Web: https://proyungas.org.ar/la-laguna-del-cielo-esa-hermosura-desconocida-una-entre-18similares/

4 Véase video “Soñadores y Tesoros”. Disponible en Web: https://www.youtube.com/watch?v=TXybxP2B-kc

5 Revista FLASH, op.cit. página 37.

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Revista FLASH, setiembre de 1983 – Foto del autor

indígenas creyeron que todo volvería a la normalidad. Sin embargo, pasado un tiempo (…) en la laguna y en la región aledaña sucedían cosas incomprensibles para la tribu. Desde entonces, bajo las aguas habita un dios que buscó allí refugio, ante la persecución que había sufrido en otras latitudes, de donde venia huyendo”.6

Y continúa diciendo:

Quienes intentaron verlo fueron presa del encantamiento. Antes de cada aparición suya las aguas se agitan. A veces se oye el intenso mugido de un toro, que llega hasta los confines del paraje. En esos casos (siempre en noches de luna nueva) el ‘Dios-Monstruo’ deja la laguna y explora los alrededores, de tal manera que por la mañana los indios descubren sus huellas”.7

Como era de esperar en tabloides como FLASH, no hay ni una sola referencia bibliográfica que nos oriente hacia el origen de esta leyenda, ni de los aborígenes que la hicieron circular. Por otra parte, teniendo en cuenta la “natural inclinación” de la publicación hacia el tema ovni, no podía dejar de aparecer una clara alusión a esa bola de fuego misteriosa; y posible causante de los hechos extraños que después tienen a la laguna como escenario. ¿Será el monstruo un engendro de origen extraterrestre considerado una deidad por los indios, y trasladado a ese espejo de agua a causa de una persecución? ¿Cuándo se habrían dado esos eventos?

No lo sabemos.

De lo único que sí podemos dar testimonio es del carácter anfibio de la criatura, capaz de salir a la superficie y recorrer la región cercana, dejando huellas que la expedición del ’83, obviamente, no encontró.

Lo que sí dicen haber hallado, tras varios días de campamento y de navegar por la laguna (con un bote construido por ellos mismos), es la presencia de un “caimán tendido al sol”, que, según Vitry se corresponde a uno denominado “caimán latirostris” (más conocido como yacaré overo).8

“Observamos (otros) tres caimanes durante la noche. Buscamos sus rastros sin resultado alguno. Evidentemente se esconden muy bien”.9

Este es el único intento del artículo por racionalizar los insólitos dichos arriba descriptos. Los universitarios que conformaban el equipo de exploradores (uno de ellos “profesor de la cátedra de vertebrados del Instituto Miguel Lillo de Tucumán”10) se inclinan hacia la hipótesis del yacaré overo, pero por poco tiempo. La elusividad de esos animales como la del monstruo) es uno de sus rasgos más claros. El

6 Ibídem.

7 Ibídem.

8 Ibídem.

9 Ibídem.

10 Ibídem.

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ser elusivo constituye la esencia de todas las criaturas de leyendas. Clave para mantener el interés y la tensión emocional del relato. Como ellos mismos afirman, los seres misteriosos se esconden siempre muy bien.

A esta altura del partido, el grupo expedicionario bien podría ser tildado de cripzoólogos (y supongo que ninguno de ellos se sentiría ofendido por recibir ese título). Pocas cosas resultan más entretenidas y lúdicas que salir en pos de un monstruo, a pesar de saber de entrada que no vamos a encontrar nada. Nessie, Bigfoot y Mokele Mbembe, por nombrar a los más famosos críptidos, pueden dar testimonio de lo que sostengo. Claro que para eso habría que ubicarlos primero.

Otra cosa que no consiguieron confirmar fue la profundidad exacta de la laguna; a pesar de que “con una larga vara intentaron buscar el fondo, pero sin resultado”.11

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Yacaré overa u monstruo lacustre del imaginario universañ Pésima foto publicada por la revista FLASH de la Laguna del Cielo (setiembre de 1983) y Artículo previo (del 30 de agosto de 1983, página 17)
11 Ibídem.

Esta referencia, hecha casi al pasar en el artículo, esconde una intensión no explícita: la de condimentar con más misterio todo el contexto en el que se desenvolvió la expedición. Es que resulta algo muy común que los lugareños vengan repitiendo desde hace décadas que esas lagunas extrañas no tienen fondo y que son ojos de agua por los que brota agua de mar (concretamente en este caso del océano Pacífico). Como es lógico, nada de eso es cierto. La Laguna del Cielo tiene fondo y su agua no es salada.12

Pero la intriga debe continuar. Ese rincón de la yunga salteña no puede desencantarse y el sensacionalismo periodístico se impone la obligación de seguir insistiendo en la liminalidad de la región. Y para ello acude, como es costumbre, a los rumores.

“Testimonios de una mujer que hasta hacía poco estaba internada en el Policlínico San Bernardo de Salta, dijo que la Laguna del Cielo estaba encantada y que los que van allá corren el riesgo de ver al ‘diosmonstruo’. Si es así, nunca más vuelven”.13

Asimismo, “(…) El hijo de un cazador de la localidad de General Mosconi (a 8 kilómetros de Tartagal) contó que ‘(…) hace poco, persiguiendo una corzuela, logró acorralar al animal a la orilla de las aguas (de la laguna). Ya cerca del ejemplar lo vio temblar, con expresión de terror en los ojo. Entonces, emergió de la laguna un animal desconocido, con orejas (lo que evidencia que no era un caimán) y devoró a la corzuela”.14

Ambigüedad, incertidumbre, anonimato. Todos comentarios, dichos y anécdotas de un primo de mi primo, que le permiten al autor del artículo sortear las evidencias concretas y afirmar, con cierta alegría:

“Como se ve, pese al positivo saldo de la expedición, los científicos aún no lograron establecer qué clase de bestia desconocida habita las profundidades”.15

Ponga, señor/a lector/a, música de fondo para terminar con esta historia.

12 Véase; Flores, Fabián, “Entre ovnis, osnis y monstruos lacustres en Salta” en Blog Diversidad Religiosa. Disponible en Web: https://www.diversidadreligiosa.com.ar/blog/ovnis-en-salta/ 13 Véase. Anónimo, “Aunque se envió un expedición científica, sigue en pie el enigma del Dios-Monstruo” en FLASH del 20 de setiembre de 1983, página 37. 14 Ibídem. 15 Ibídem.

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FJSR Buenos Aires
Diciembre 2022
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