Painani EL MENSAJERO DE LA CIENCIA Y LAS HUMANIDADES
año 0 núm.3 issn en trámite febrero - mayo 2014 distribución gratuita
LA CIENCIA EN LA VIDA
©Bruno Téllez
Painani
Editorial
El conocimiento: entre el arte y la ciencia Milagros Huerta Coria* El conocimiento es un verdadero placer. El arte y la ciencia son los dos caminos privilegiados para desarrollarlo y disfrutarlo. El arte y la ciencia son los quehaceres más exquisitos de la humanidad. Ambos son productos cien por ciento humanos, y el acervo maravilloso con el que contamos se hace cada día más rico y más accesible para la mayoría de las personas gracias a la tecnología.
Edgar Morin (1921), pensador francés, hablaba en sus primeros textos del imaginario: ese aliento de vida que logra integrar en nuestro ser, el corazón y el cerebro con el estómago. Cuando estamos conociendo, se ponen en marcha una infinita cantidad de procesos, cada vez mejor definidos por las neurociencias, que afectan toda nuestra existencia. La curiosidad es el primer motor, es un mecanismo instalado en nosotros desde que nacemos para permitirnos sobrevivir, por una parte, pero, sobre todo, para darnos el placer de conocer y luego…crear. Si interrogamos a un científico y a un artista, los dos posiblemente concuerden en que los procesos y la motivación para su quehacer vienen del mismo lugar: una imperiosa e irracional necesidad de entender el universo que nos rodea y de sentir que somos parte de él, pero además, que podemos aportarle algo.
No todos somos científicos o artistas, estrictamente hablando, pero somos espectadores de las ciencias y las artes, y como espectadores, también satisfacemos la misma imperiosa e irracional necesidad de entender, y sentirnos parte de la vida y el misterio del universo. Los invitamos pues, a disfrutar, a conocer, a contemplar…a entender, a imaginar…
*Responsable de la Coordinación de Extensión Universitaria
ÍNDICE DIRECTORIO
UN VIAJE POR EL CEREBRO ................................................................................3
Rector
UN PAPARAZZO DE LA NATURALEZA.............................................................6
Dr. José Octavio Nateras Domínguez
Secretario
¿POR QUÉ LAS MUJERES DESCUIDAN SU SALUD?.....................................8
Dr. Miguel Ángel Gómez Fonseca
LA CIENCIA, PRIMERA LLAMADA ..................................................................10
Director de la División de CBI
LOS MURCIÉLAGOS MURCIÉLAGOS, GLOTONES DE INSECTOS NOCTURNOS ..............................................................................14
Dr. José Antonio de los Reyes Heredia
Director de la División de CBS
QUÍMICA, OLORES Y RECUERDOS .................................................................16
Dra. Edith Ponce Alquicira
LOS ROSTROS DE LA CIENCIA EN LA UAM-I ..........................................17
Coordinadora de Extensión Universitaria
LAS CÉLULAS DEL CEREBRO ...........................................................................18
Dra. Milagros Huerta Coria
Painani Coordinadora del Proyecto Divulgación de la Ciencia y las Humanidades y Editora Responsable: Norma Lilia Anaya Vázquez. Diseño, ilustraciones y formación: Avelino Solano Jiménez. Corrección de estilo: Elizabeth Hernández Apráez.
CIENCIA PARA TODOS .......................................................................................21 LOS SABORES DE IZTAPALAPA ......................................................................24
Painani Contacto: Divulgación de la Ciencia y las Humanidades Feria de Ciencias. UAM Iztapalapa Edificio G. Planta Baja Tel: 58 04 46 00 ext. 3115 fciencias@xanum.uam.mx oficinadedivulgacion@gmail.com www.feriacienciasuami.com Feria Ciencias Uam-i @fcienciasuami
PAINANI. EL MENSAJERO DE LA CIENCIA Y LAS HUMANIDADES. Año 0, Número 3, febrero - mayo 2014, es una publicación cuatrimestral editada por la Universidad Autónoma Metropolitana a través de la Unidad Iztapalapa, Coordinación de Extensión Universitaria. Prolongación Canal de Miramontes 3855, Col. Ex-Hacienda San Juan de Dios, Delegación Tlalpan, C.P. 14387, México, D.F., y Av. San Rafael Atlixco 186, Colonia Vicentina, Delegación Iztapalapa, C.P. 09340, México, D.F. Tel. 58044600, ext. 4825. Página electrónica del boletín: www.feriacienciasuami. com y dirección electrónica: feriacienciasuami.com/?op=painani. Editor Responsable: Norma Lilia Anaya Vázquez. Certificado de Reserva de Derechos al Uso Exclusivo de Título No. 04-2013-071217111000-106, ISSN en trámite, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Certificado de Licitud de Título y de Contenido en trámite, otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Impreso en los talleres de la Sección de Impresiones y Diseño de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa, ubicados en Av. San Rafael Atlixco No. 186, Col. Vicentina, Delegación Iztapalapa, C.P. 09340, México, D.F. Tel. 58046553. Este número se terminó de imprimir en México, D.F., el 1º de febrero de 2014, con un tiraje de 3 000 ejemplares. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de la Universidad Autónoma Metropolitana.
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UN
VIAJ
O R E POR EL CEREB Por: BEATRIZ GÓMEZ GONZÁLEZ *
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l cerebro debe ser importante, si no, ¿cómo explicar que haya días de conmemoraciones en su honor, la Semana del Cerebro, que cada año se celebra durante la segunda semana de marzo? Son cientos, por no decir miles de científicos los que se dedican a estudiarlo; el año pasado tan sólo asistieron a la reunión de la Sociedad de Neurociencias Norteamericana unos 30,000 estudiosos del cerebro; es más, existe una gran cantidad de Premios Nobel en Fisiología y Medicina otorgados a estudiosos de ese órgano, 46 neurocientíficos de un total de 204 han recibido el afamado premio desde 1901.
Además de lo anterior, el cerebro se gana su importancia por cuenta propia, es un órgano de 1.4 kg de peso, lo que equivale al 2% del peso corporal de un humano adulto; sin embargo, ocupa el 20% de la energía disponible. El cerebro está conformado por unos 86,000 millones de neuronas y otro número similar de las células denominadas genéricamente glía. La diversidad de células en el cerebro se describe en el artículo especial Las células del cerebro, que con motivo de la Semana del Cerebro escriben Federico Acosta Blanco y Emilio Domínguez Salazar en este mismo número.
Pero volviendo al tema, el cerebro es un ávido consumidor de glucosa, oxígeno y de múltiples otros nutrientes −por ejemplo, aminoácidos−. Toda esa energía es necesaria para solventar los costes de la actividad nerviosa en el día a día, porque el cerebro nunca descansa; incluso cuando dormimos puede llegar a consumir tanta energía como cuando estamos despiertos, sobretodo en ese momento del sueño en que los humanos tenemos ensoñaciones. Y es que el cerebro ejerce múltiples funciones vitales, es el responsable de mandar la orden de “¡respira!” desde los centros respiratorios del tallo cerebral −la parte más antigua del cerebro− a los músculos encargados de generar los movimientos respiratorios. El cerebro cumple muchas otras funciones, en la parte alta del tallo cerebral, denominada mesencéfalo, se localizan dos grupos de neuronas que secretan el neurotransmisor dopamina. Estas neuronas son especialmente importantes en la regulación del movimiento y en la selección de aquello que *Doctora en Psicología Social en el campo de las Neurociencias. Profesora - Investigadora en el Área de Neurociencias, UAM-I.
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nos produce placer. Por un lado, las neuronas del primer grupo, denominado sustancia negra, son responsables de garantizar que el movimiento ocurra de manera fluida, que cada miembro del cuerpo se mueva sólo cuando tenga que moverse y no tengamos un molesto temblor de reposo. El segundo grupo de neuronas secretoras de dopamina conforman la llamada área ventral tegmental, que participan en la formación de los gustos y placeres de la vida; las neuronas de este núcleo secretan más dopamina conforme más sensaciones placenteras nos generan, por ejemplo, a través del consumo de chocolate y comida, la conducta sexual, e incluso las drogas de abuso: el alcohol, la nicotina y las llamadas sustancias ilegales.
Un poco más arriba, en lo que podríamos llamar la base del cerebro, se encuentra un centro controlador de procesos tan importantes como la ingesta de agua y alimento, la secreción hormonal, el sueño y la conducta sexual, tal centro recibe el nombre de hipotálamo; éste es un núcleo cerebral de apenas unos 4 gramos que alberga a neuronas de muchos tamaños y formas; algunas de esas neuronas, denominadas neurohormonas, están especializadas en mandar señales químicas a la glándula maestra del cuerpo, la hipófisis. Esas neuronas promueven que la hipófisis secrete a la circulación sanguínea hormonas tan imprescindibles como la hormona de crecimiento, la prolactina y la hormona estimulante de las glándulas suprarrenales; sin esta última seríamos incapaces de afrontar las situaciones estresantes diarias. El hipotálamo también participa en la regulación de la ingesta de alimento; estudios pioneros mostraron que la lesión de una parte del hipotálamo inducía a que los animales comieran sin saciarse; mientras que la lesión de una región aledaña ocasionaba que los animales perdieran el apetito por completo, incluso podían pasar días enteros sin probar alimento.
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Encima del hipotálamo se encuentra una zona llamada tálamo, que es el núcleo “supervisor” por excelencia del cerebro, su función es filtrar y seleccionar aquellos estímulos provenientes de los sentidos, que pueden ser potencialmente de interés para nosotros, ya sea porque ponen en riesgo nuestra vida (por ejemplo, el rugido de un león en la sabana africana) o porque provienen de fuentes de estimulación de gran curiosidad para nosotros (como el olor del perfume de nuestra pareja o la voz del profesor en clase de matemáticas). Aquellos estímulos que el tálamo considera irrelevantes, no siguen su camino hacia el mayor centro procesador del cerebro, es decir, no van hacia la corteza cerebral. Es así como a lo largo del día podemos olvidar que llevamos los lentes puestos y hay que tocarlos para sentirlos otra vez, sería ineficiente y cansado sentirlos todo el día en lugar de prestar atención a lo realmente importante.
ILUSTRACIÓN: BEATRIZ GÓMEZ GONZÁLEZ
CORTEZA CEREBRAL
TÁLAMO HIPOTÁLAMO MESENCÉFALO CENTRO RESPIRATORIO
Finalmente, por arriba del resto de las regiones cerebrales, se encuentra la región más desarrollada de nuestro cerebro mamífero, la última adquisición de la evolución del sistema nervioso, la corteza cerebral. Se trata de un manto de unos 2.3 a 2.8 mm de espesor y 2500 cm² de extensión que se encuentra plegada en la superficie cerebral. Tal plegamiento forma las denominadas circunvoluciones cerebrales. La corteza cerebral es lo que nos hace humanos, gracias a su grado de especialización e integración de la información, podemos experimentar los estímulos que nos rodean e imaginar aquellos que ya no están presentes. Almacena información de cada uno de los eventos de nuestra vida a manera de un álbum fotográfico, con el añadido de la rememoración de los olores, sonidos, texturas y demás sensaciones experimentadas en ese momento de nuestra vida. También permite la generación de palabras aisladas, la construcción de oraciones complejas, la capacidad de entablar una conversación con nuestros amigos y, por supuesto, el placer de leer y entender estas notas sobre el funcionamiento cerebral. Gracias a la corteza de nuestro cerebro, podemos experimentar emociones y sentimientos: la tristeza, la culpa, el odio, el amor y la felicidad. Sin ella, perderíamos nuestra personalidad y nuestra humanidad.
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en
acción
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UN PAPARAZZO DE LA NATURALEZA
runo Enrique Téllez es un paparazzo de la naturaleza. Desde hace tres años, este joven fotógrafo, fisgonea por bosques, selvas y sierras de México. Con cámara en mano persigue desde una inofensiva rana de bromelia hasta una venenosa serpiente de cascabel para retratar su mejor ángulo. A diferencia de un paparazzo de Hollywood, que intenta fotografiar in fraganti a las estrellas del cine y la televisión, este paparazzo de la naturaleza se las ingenia para mostrar la belleza de animales y paisajes, unos más escurridizos que otros. Por una foto, Bruno ha hecho de todo. Estuvo escondido durante un día en medio de árboles para retratar un colibrí. En un bosque de niebla de Jalapa, Veracruz, tomando la imagen de una mariposa 88 se ganó más de 20 piquetes de mosquitos. Para fotografiar a los flamencos de la isla Holbox, de Quintana Roo, se arrastró cual soldado de guerra con los codos, el pecho en tierra y la cámara subida al hombro durante 800 metros para no espantar a estas esbeltas aves. Cuando estaba a punto de llegar a la meta, empezó a sentir unos insoportables piquetes en las piernas, no sabía si eran provocados por la arena o los insectos. Aún así, no desfalleció. Al final logró capturar inolvidables imágenes de estos coloridos animales. Desde que era niño, Bruno sentía atracción por la naturaleza y los animales. Quiso ser músico, pero sus padres le dijeron que sólo lo apoyarían si antes estudiaba una carrera. Decidió cursar Biología en la Universidad Autónoma Metropolitana y quedó fascinado, sobre todo cuando hacían salidas de campo, a las cuales siempre iba acompañado de una vieja cámara de fotografía. “Veía animales y paisajes hermosos y me decía, esto lo tiene que ver mi familia y otras personas que no tienen la oportunidad de estar aquí”.
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Ahora conjuga la fotografía y la biología. Su ilusión es documentar la diversidad biológica a través de imágenes de alto impacto para la sociedad. Ya ha recorrido buena parte de México. Viajó de aventón de Chiapas a Tabasco. Ha acampado en la selva Lacandona, en donde los monos aulladores lo despertaban en las noches con sus poderos rugidos. En la misma zona contempló el paisaje más hermoso que ha visto en sus 24 años de vida: las cascadas de Las Nubes. En la Sierra Madre Oriental de Chichicaxtle, Veracruz, vio pasar miles de aves rapaces que migraban de Canadá a Sudamérica, allí fotografió a gavilanes de Cooper y aguilillas cangrejeras. “Estadounidenses y europeos llegan a apreciar el espectáculo, lo triste es que la gente que vive allí no levanta su vista al cielo para verlas”, dice Bruno.
El sueño de Bruno Téllez es documentar la diversidad biológica a través de imágenes de alto impacto para la sociedad.
Fotografía con mención honorífica en el concurso del CONACYT: "Colores de la noche",Bosque templado, Sierra de Monte Alto, Estado de México.
Los animales que más le gustan son los anfibios y reptiles, en especial las ranas: “Me agradan sus formas, expresiones y colores. Son armoniosas”, dice sonriendo, como si las estuviera viendo. Las serpientes le atraen por su imponencia, cuando las retrata se emociona tanto que incluso pierde el sentido de proteger la vida. “Siempre quiero acercarme más, hasta que alguien te dice: ...¡ya, no avances!”. Convivir con la flora y fauna mexicanas ha sido una especie de lección de vida. “La naturaleza me ha enseñado que dependemos de ella, nos da alimentos, medicinas, poliniza gratis nuestros cultivos”. Sueña con fotografiar al jaguar, la rana de cristal y hacerle un acercamiento al ojo de la Coleonyx elegans, una lagartija de hábitos nocturnos cuyos ojos le atraen por su coloración.
A cada foto, Bruno Téllez le pone sentimientos. Para retratar a los animales es paciente, observador, sensible, sigiloso y hasta monta escondites.
Dice que a cada foto le pone sentimientos y que para retratar a los animales se necesita paciencia, ser observador, sensible, sigiloso y montar escondites. El lente de la cámara es como su tercer ojo, con él mira la naturaleza que tanto ama, y lo mejor de todo es que se la puede mostrar a los demás. En diciembre del año pasado, Bruno Téllez recibió una mención de honor en el Concurso Nacional de Fotografía Científica 2013, en la categoría ciencia y tecnología en mi vida cotidiana, certamen organizado por el CONACYT.
Divulgación de la Ciencia y las Humanidades, UAM -I.
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¿POR QUÉ LAS MUJERES DESCUIDAN SU SALUD?
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Por : ALICIA SALDÍVAR GARDUÑO*
e acuerdo con los datos demográficos disponibles, en los últimos 80 años, la esperanza de vida para la población general en México se duplicó, pasó de 34 años en 1930 a casi 75 en 2013. Según el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), las mujeres actualmente tienen una expectativa de supervivencia mayor que la de los varones, existiendo una diferencia de poco más de cinco años, entre unas y otros, tal como se muestra en la gráfica 1: 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0
63.0 48.7 58.0
34.7
75.0 68.0
76.4
77.0
70.9
71.1
2000
2010
77.4 71.7
45.1 33.0
1930
1950
1970
1990
2013
Gráfica 1. Esperanza de vida para mujeres y hombres en México, 1930-2013. FUENTE: INEGI (2013). Indicadores Sociodemográficos de México (1930-2000). Esperanza de vida según sexo, 1990 a 2013.
Este aumento en la expectativa de vida, sin embargo, no siempre se ha traducido en una situación de mejor calidad para las mujeres, quienes en muchas ocasiones llegan a la vejez con un marcado deterioro físico y a menudo, también mental. De hecho, la salud de las mujeres había sido, durante mucho tiempo, un tema poco prioritario para los gobiernos de los países (pues no eran consideradas ciudadanas del mismo nivel que los varones), excepto en épocas de crisis, como cuando la fecundidad se dispara sin control, o si un padecimiento se transforma en epidemia, como está sucediendo hoy en día con las principales enfermedades en el país. Tradicionalmente, las mujeres han tomado el rol de cuidadoras al interior de las familias y en las sociedades en general, de ahí que por ejemplo, la mayor proporción por sexo entre el personal que provee cuidados médicos o de apoyo para la salud, sea femenino, como es el caso de las enfermeras, trabajadoras sociales, auxiliares de salud comunitarias, etcétera. De modo que, aún el día de hoy, es poco *Doctora en Psicología. Investigadora del Departamento de Antropología, UAM-I.
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frecuente que sean ellas las receptoras de la atención, tanto de otras personas, como de las instituciones, e incluso, de sí mismas. El hecho de dar prioridad a otras personas antes que a ellas mismas, ha provocado que muchas mujeres se descuiden. El “ser para otros” del que han hablado algunas autoras feministas, se materializa entonces en una falta de observación del propio estado de salud. Lamentablemente, en una cantidad importante de los casos, cuando atienden sus síntomas, es demasiado tarde. Esto sucede en los principales padecimientos que aquejan a la población de mujeres en nuestro país, entre las que se encuentran, en los primeros lugares, las enfermedades del corazón (sin contar los paros cardiacos), la diabetes mellitus, y los tumores malignos, seguidas de las afecciones cerebrovasculares y las enfermedades pulmonares obstructivas crónicas (EPOC). La mayor parte de estos padecimientos, están relacionados con los estilos de vida de las mujeres, con sus hábitos alimentarios, la falta de actividad física y prácticas nocivas como el tabaquismo. Las razones del descuido son múltiples, y pueden incluir mitos y creencias asociados con algunas enfermedades, como por ejemplo, que a ellas no les va a pasar (o mejor dicho, que a ellas “no les puede pasar”), que lo único que se obtiene al acudir al médico para realizarse chequeos regulares, son diagnósticos que no desean tener (“mejor no voy al doctor, porque seguro me va a encontrar algo”), o pensar que padecimientos crónicos como el cáncer son contagiosos o hereditarios, cuando eso no es necesariamente cierto para la mayoría de los casos. En la misma lógica, hay mujeres que prefieren no saber si están desarrollando alguna enfermedad, porque esa sola idea les causa angustia, ya que piensan que un diagnóstico de diabetes, de hipertensión o de cáncer, por mencionar algunos, es prácticamente un sinónimo de muerte, pero también les impediría seguir ocupándose de otros miembros de la familia, como los hijos y la pareja. Éstas y otras falsas creencias, ampliamente arraigadas en nuestra cultura, tienen implicaciones prácticas, pues las mujeres retrasan la búsqueda de ayuda, y la detección y tratamiento se realizan en fases avanzadas de las enfermedades, lo que reduce la probabilidad de la cura, disminuyendo así su expectativa de vida. Hoy en día, la prevención juega un papel fundamental en las estrategias de salud diseñadas e implementadas desde los gobiernos y otros organismos, un diagnóstico temprano de cualquiera de los padecimientos mencionados permite a los médicos brindar una atención oportuna, y salvar la vida de muchas mujeres. Desde luego, hace falta cambiar los estilos de vida de la población en general desde la infancia, mediante estrategias efectivas de educación para la salud, en las que la alimentación sana, la actividad física regular y la vigilancia constante del propio estado de salud, jugarán un papel fundamental para tener una vida sana, prolongada y con la mejor calidad posible. Ya es hora de que las mujeres se ocupen de sí mismas, pues cuando se trata del cuidado de la salud, no cabe duda de que siempre es mejor prevenir que lamentar.
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LA CIENCIA, PRIMERA LLAMADA Por: ELIZABETH HERNÁNDEZ APRÁEZ* Fotos: PRENSA UAM-I
cia Cien
Gregor Mendel
Albert Einstein
*Licenciada en Comunicaciones. Colaboradora en Divulgación de la Ciencia y las Humanidades, UAM -I.
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LA CIENCIA es capaz de provocar emociones. En el teatro Fuego Nuevo, Arnulfo Vidrio pasó de un sentimiento a otro. Sentado en una mullida silla, este joven químico se asombró con los osos, los lobos mexicanos y la exuberante flora del Museo del Desierto de Saltillo. Aplaudió la conmovedora historia de amor de los científicos Pierre y Marie Curie. Y se convirtió en un visitante más del Exploratorium de San Francisco. Pero no fueron los actores de una pieza teatral los que permitieron que Arnulfo Vidrio viviera en carne propia tantas emociones. Quienes lograron sorprenderlo, causarle curiosidad, arrancarle aplausos y hasta provocarle una que otra sonrisa, fueron los conferencistas del Primer Simposio de Divulgación de la Ciencia 2014 Ciencia y Medios de Comunicación, que realizó la UAM el pasado mes de enero.
Durante cinco días, vio pasar por el escenario a diecinueve expertos de divulgación de la ciencia. Todos ellos narraron su manera propia de divulgar el conocimiento. El periodista Pepe Gordon le enseñó a Arnulfo que así como no se necesita ser novelista para entender y disfrutar una novela, tampoco se requiere ser científico para estar al tanto de las exploraciones y las fábulas narrativas que se están desarrollando en la ciencia. Gordon, que participó en el simposio con la conferencia titulada “La ciencia en la cultura popular”, aseguró que el reto para los comunicadores es “descubrir nuevas y buenas historias, que nos toquen, que nos transformen, y en la ciencia hay un potencial enorme en este sentido, porque lo que crea realmente la ciencia y también el arte, es la posibilidad de tocarnos, de encontrarnos, esto implica salir de las cajas de los prejuicios en donde a veces estamos encerrados. Lo que hace la ciencia y el arte es abrir boquetes en esas cajas para sacarnos de allí y darnos otras posibilidades de inteligencia, belleza, imaginación y creatividad”. De Rolando Isita Tornell, director académico de divulgación de la ciencia de la UNAM, Arnulfo aprendió que el desafío de los divulgadores es dejar de ver la ciencia con solemnidad, perderle el respeto, tratar los asuntos científicos de ma-
La productora de radio de MVS, Kirén Miret, en su conferencia “Niñonautas, porque saber no duele”.
El maestro Leopoldo Arturo Vallejo Novoa, director del Museo del Desierto de Saltillo, participó en el simposio con la conferencia “Museos y conciencia”.
Con una conmovedora plática sobre “La ciencia en la cultura popular”, el divulgador Pepe Gordon reflexionó sobre la ciencia, el arte, la belleza y la imaginación.
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nera amigable y no subestimar ni sobreestimar al público. También le quedó claro que la ciencia, sabiéndola contar de manera amena, atractiva, emocionante y sorprendente, puede llegarle a personas de todas las edades, porque según Isita Tornell, “la ciencia tiene que ver con nuestra vida, con el entorno, con la naturaleza, con nuestros alimentos, con la salud, con la energía, con el agua, entonces no podríamos establecer públicos como si fuesen mercancías porque la ciencia no es una mercancía, es nuestra vida misma. Si no nos acercamos a ella vamos a desaparecer como país, y por ende, como sociedad”.
El doctor Joaquín Delgado Fernández habló acerca de las actividades de divulgación que realiza el Departamento de Matemáticas de la UAM-I, que él lidera.
SEGUNDA LLAMADA
Para Arnulfo fue gratificante saber que una de las maneras efectivas de divulgar la ciencia, es a través de los museos y en esta labor, el Museo del Desierto de Saltillo es considerado un ejemplo a seguir, pues además de conservar y preservar el conocimiento, se ha dedicado a la investigación, razón por la cual se le ve como un inmenso laboratorio. Para su director, el maestro Arturo Homero González, los museos además de exhibir, deben ser centros de investigación porque “nada es estático en el planeta, todo está en un continuo movimiento, los museos no pueden ser ajenos a esto, por eso es tan importante que entre la investigación y la divulgación no existan esos abismos que tenemos en el país, justamente eso es lo que el Museo del Desierto ha podido aportar, el espacio, el tiempo, las distancias entre quienes descubren, investigan y cómo podemos divulgar este conocimiento”. El maestro González agregó que los museos son las referencias más importantes en un país y son las mejores inversiones públicas que se pueden hacer, “son los únicos que detienen a los Zetas y a los Caballeros Templarios”, dijo, pero además aseveró que a México le hacen falta más museos de biodiversidad, con temas de selva, de bosque, del mar. “No puede ser que estemos en el labo-
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La maestra Adriana Elisa Espinosa, de la UNAM, a través de su ponencia “Reflexiones sobre los centros de ciencia del futuro”, llevó a los asistentes a un recorrido por los museos del mundo.
ratorio más increíble del planeta en términos de los ecosistemas y éstas sean las áreas a las que menos atención les hayamos puesto. Todavía es más grave, que perdamos especies sin ni siquiera conocerlas. La única manera es interesarse, y la manera de interesarse es que alguien te las muestre. Nos estamos volviendo unos consumidores de tecnologías que muchas veces ni entendemos. La tecnología más valiosa de este país es la que la naturaleza ha creado, perderla sin saberla usar ni conocerla es un absurdo”, dijo el director del Museo de Saltillo. El divulgador Pepe Gordon, el periodista Virgilio Caballero y el rector de entonces de la UAM-I, doctor Javier Velázquez Moctezuma, entregan a uno de los asistentes del simposio la constancia de asistencia.
TERCERA LLAMADA
Uno de los momentos más emocionantes del simposio para Arnulfo Vidrio fue el taller de radio, en donde él y los demás asistentes tuvieron la oportunidad de hacer una cápsula radial sobre el tema de la depresión, que grabaron en los estudios de la UAM Iztapalapa. Arnulfo se convirtió por algunos minutos en periodista y entrevistó al rector de la UAM de entonces, el neurocientífico Javier Velázquez Moctezuma. Estaba tan nervioso que se olvidó de presentar a su entrevistado, incluso no recordó su nombre, pero la alegría de estar frente a un micrófono nadie se la quitaba. Lo bueno es que sus compañeros de la producción le recordaron el nombre de su invitado y todo salió bien.
Una hora después volvió a ser parte del público y sentado en una silla del teatro Fuego Nuevo se dejó llevar por la nostalgia cuando Piere y Marie Curie narraron su historia de amor. Dos locutores del programa El Catalejo hicieron las voces de los científicos mientras se escuchaba como fondo la canción No me quite pass (No me dejes más) entonada por la voz profunda de Edith Piaf. Arnulfo aplaudió, se sintió tan inspirado que ahora se ilusiona con la idea de hacer radio.
Al final, Arnulfo Vidrio salió del simposio con un diploma de constancia bajo el brazo y una sonrisa de satisfacción. Parecía seguro de que además de realizar su postgrado en química, también se dedicaría a la divulgación de la ciencia.
El director de diseño de experiencias del Museo Interactivo de Economía (MIDE), maestro Leopoldo Arturo Vallejo, durante su conferencia “El MIDE: la divulgación de la ciencia desde los procesos sociales y económicos”.
"Creatividad radiofónica en la divulgación de la ciencia", fue el título de la conferencia de Jorge Figueroa, productor del programa El Catalejo.
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LOS MURCIÉLAGOS,
GLOTONES DE INSECTOS NOCTURNOS Por: LUIS MANUEL GUEVARA CHUMACERO*
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i existe un grupo de animales a los cuales hay que agradecerles que la población de insectos esté controlada, ese es el de los murciélagos insectívoros. Los agricultores de muchas partes del mundo, incluyendo los de nuestro país, están en deuda con estos animales. Son considerados como los controladores naturales de plagas agrícolas más importantes que existen. Permiten un ahorro económico enorme, ya que, sin su presencia, se tendrían que destinar muchos recursos en la compra de pesticidas químicos, lo que además, traería serias consecuencias negativas para el medio ambiente y la salud. Los murciélagos pueden vivir en zonas urbanas de todo el mundo, siempre y cuando haya sitios de percha y fuentes de agua. En México existen alrededor de 140 especies y 36 se encuentran en alguna categoría de riesgo de acuerdo a la norma mexicana
Murciélago gris (Lasiurus cinereus) en la UAM Iztapalapa. Foto: Ricardo Martínez y Joel Marín, estudiantes de la carrera de Biología.
de especies en peligro. En el D. F. se han registrado 28 especies, que corresponden a más del 20% del total en el país. Por cierto, cabe mencionar como un dato curioso sobre el presente artículo, que, mientras escribía esta nota, alumnos de la carrera de Biología de la UAM Iztapalapa encontraron dentro de las instalaciones de la misma, un ejemplar vivo del murciélago gris (Lasiurus cinereus); estos murciélagos se caracterizan por ser solitarios, presentan un pelaje largo y grisáceo, con las puntas de los pelos blancas y con zonas amarillentas sobre los codos; se alimentan de diversas especies de insectos consideradas plagas. Fotografiamos al murciélago y enviamos las imágenes a la redacción de Painani, para ilustrar este texto. Se ha documentado que en zonas urbanas, un solo murciélago puede alimentarse de 2000 o más insectos en una noche. En Austin (Texas, EE.UU.), en el puente de la avenida del Congreso, sobre el río Colorado, los murciélagos son un atractivo turístico debido a que allí se alberga una colonia de más de un millón de ejemplares de murciélagos cola de ratón (Tadarida brasiliensis). Cada año, en el atardecer entre marzo y noviembre, salen del puente para alimentarse hasta de 15 toneladas diarias de insectos. Al igual que en el pasado, en la actualidad existe un gran desconocimiento sobre los murciélagos. Estos animales son mamíferos voladores, cuya palabra deriva del latín mus, ratón, y caeculus, ciego; no obstante, ni son ratones aunque exista cierto parecido físico, ni son ciegos, todos los murciélagos ven bien, aunque
*Profesor-Investigador. Departamento de Biología, UAM-I.
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algunos poseen ojos pequeños. Se agrupan en un orden llamado Chiroptera, del griego quiros, mano, y optero, ala, refiriéndose a que su extremidad anterior es muy parecida a una mano humana abierta, pero cubierta por una membrana. La importancia ecológica en general de los murciélagos es de gran valor, ya que, no sólo los comedores de insectos brindan servicios a la naturaleza, las especies que se alimentan de frutas, por ejemplo, ayudan a dispersar las semillas. Por otra parte, en el área de la medicina, se están realizando estudios de investigación médica con murciélagos que se alimentan de sangre (hematófagos), principalmente de las enzimas anticoagulantes que producen su saliva, con la finalidad de encontrar tratamientos para enfermedades cardíacas. Inclusive su resistencia a ciertas enfermedades fatales para otros animales, como la rabia, resulta una ventana de investigación hacia el descubrimiento de nuevos medicamentos.
Lamentablemente, los murciélagos son uno de los grupos de animales más susceptibles a la extinción debido al cambio climático y otros factores humanos. Se calcula que muchas poblaciones han disminuido casi en un 90 por ciento durante los últimos veinte años, siendo las causas principales el efecto de la aplicación de químicos en el ambiente y la pérdida de hábitat. Esto también se ve reflejado en el hecho de que alrededor de la mitad de las más de 1100 especies conocidas en el mundo se han clasificado como amenazadas o casi amenazadas en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Dada la importancia de los murciélagos en diferentes áreas, resulta indispensable que se continúen estudiando para conocer más aspectos de su biología, estado de conservación y utilidad médica, entre otros.
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Por: ARLETTE VIOLETA RICHAUD TORRES*
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l perfume, un gusto exquisito y antiquísimo de los seres humanos, sobre todo de las damas, ha sido explotado comercialmente. La manera en que el cerebro asocia un aroma con una experiencia, es tema de estudio de numerosos científicos en todo el mundo. Algunos de ellos, incluso han sugerido que comprender el mecanismo de asociación aroma−evento podría auxiliar al tratamiento de reacciones post-traumáticas. Pero ¿cuál es el origen de los olores? Al oler un perfume, un exquisito guiso o incluso una coladera, ¿qué tipo de sustancias están presentes?
Entre los compuestos con olor agradable se encuentran los hidrocarburos, conocidos como terpenos, responsables del olor, color y sabor de frutos y flores, otros compuestos como los esteres orgánicos de bajo peso molecular, tienen olores característicos a: plátano, ron y piña, es el caso del acetato de isoamilo, propionato de isobutilo y butirato de butilo, respectivamente. Por otro lado, todos hemos experimentado los olores característicos de los compuestos nitrogenados que van desde almendras dulces (cianohidrinas) hasta olores asociados con la putrefacción de carnes como la cadaverina. Ni qué decir del molesto olor a huevo podrido que emanan las coladeras y respiraderos sanitarios, el cual se debe en particular a compuestos como el ácido sulfhídrico; mientras que el azufre nos recuerda un olor a ¡diablos! Gracias al estudio de la química, el ser humano ha podido sintetizar compuestos con aromas agradables y desagradables que manipula en beneficio del hombre y su comunidad. Tal es el caso de los compuestos azufrados, presentes en
el gas que alimenta estufas, calentadores y autos, el cual, debido a su mal olor, nos alerta de fugas de gas. En contraste, buscando un efecto relajante, la aromaterapia hace amplio uso de compuestos orgánicos como el geraniol, con olor a rosas y geranios, el cinamaldehído de olor a canela, o el limoneno, presente en diferentes cítricos.
Si la primera impresión jamás se olvida, el primer olor tampoco, así que, para que tu hogar, auto o primera cita deje una agradable huella olfativa, a continuación te sugerimos dos aromatizantes que podrás hacer con facilidad en tu casa. Raya la cáscara de un limón y de una naranja pequeña con una rajita de canela. Déjalas reposar todo un día en un frasco con tapa que contenga 10 mililitros de alcohol de perfumería (disponible en farmacias y tiendas de prototipos de perfumes). Al día siguiente, impregna un trapo limpio con el extracto obtenido y pásalo por marcos de puertas y ventanas para perfumar tu entorno. También puedes aromatizar tu entorno y evitar la entrada de los mosquitos siguiendo la metodología anterior pero sustituyendo el limón, la naranja y la canela por hojas de eucalipto y laurel. Espero que disfrutes de estas aromáticas propuestas. ¡Hasta la próxima!
*Doctora en Química. Estancia posdoctoral, UAM-I.
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LOS ROSTROS DE LA CIENCIA EN LA UAM - I
LUIS LEÑERO, SIMPLEMENTE PROFESOR
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e niño fue periodista. Le ayudaba a su hermano, un poco mayor que él, a escribir un periódico que los dos hacían en la casa de la familia. Estuvo a punto de ser contador, pero las cuentas le fallaron y decidió renunciar a la carrera después de estudiarla durante tres años. Quiso ser sacerdote, pero no hubo poder divino que lo ayudara a aguantar estar encerrado en el seminario. Se tropezó en el camino con las Ciencias Sociales y se convirtió en un importante sociólogo. Sin embargo, lo que realmente deseaba Luis Leñero en la vida era ser profesor. La voz del profesor Luis Leñero es melodiosa y pausada, como si siempre estuviera dando una clase. Pronuncia cada palabra con amor, sobre todo cuando habla de la Sociología y la Pedagogía. A sus alumnos de la UAM les enseña que la Sociología no sólo es una ciencia, sino también un arte: el arte de sensibilizarse de la sabiduría popular de la gente. Y a esos mismos universitarios, les pide que hagan una genealogía familiar. A través de ella descubre que los padres de la mayoría de sus alumnos fueron campesinos que migraron a la ciudad y que vienen de hogares humildes. Con este simple ejercicio comprueba lo que sabía antes de llegar a la universidad: que “la UAM es el centro de apoyo a la gente pobre”. Eso fue precisamente lo que lo atrajo de la Universidad Autónoma Metropolitana de Iztapalapa. Porque el profesor Leñero había sido director del Instituto Mexicano de Estudios Sociales, había estudiado una maestría y un doctorado en Bélgica en las universidades de Bruselas y Lovaina, fue maestro en la Universidad Iberoamericana, realizó investigaciones para la Fundación Ford y trabajó para la ONU. Era un reconocido sociólogo
en México, pero sentía que aún le faltaba cumplir un sueño. Por eso en 1978, cuando Luis Villoro, director de la División de Ciencias Sociales de la UAM le propuso trabajar en Iztapalapa, no dudó en aceptar. Le parecía que la UAM era el lugar indicado para hacer lo que siempre había soñado: ser profesor, él ya no quería darle clases a los ricos, sino a los jóvenes de bajos recursos. De carácter dulce y sosegado, el profesor Leñero dice que esa preocupación por la sociedad la aprendió de su padre, un comerciante que ayudaba a las personas de manera desinteresada. Asimiló esta enseñanza desde niño, al lado de su hermano Vicente Leñero, consagrado escritor mexicano. Los dos hermanos compartieron desde pequeños las inquietudes cristianas, Vicente las plasmó en obras como Los albañiles o Pueblo rechazado, Luis en cambio en la sociología y la enseñanza. Se confiesa abiertamente cristiano y no considera que su creencia va en contraposición con su trabajo como investigador. “Se vale ser investigador y creyente”, dice muy seguro, es más, considera que sus convicciones religiosas le han ayudado a tener más interés por lo social, por su prójimo. Será por eso que nunca ha aceptado un cargo directivo. En ese sentido siente que ha sido ingrato con la institución, pero es que Luis Leñero únicamente quiere dedicarse a la investigación y a sus alumnos, desea vivir la universidad simplemente como profesor. Lee la entrevista completa del profesor Luis Leñero en www.feriacienciasuami.com. Divulgación de la Ciencia y las Humanidades, UAM -I.
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LAS CÉLULAS DEL CEREBRO Por: FEDERICO ACOSTA BLANCO* y EMILIO DOMÍNGUEZ SALAZAR*
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odos los órganos del cuerpo están formados por células y el cerebro no es la excepción. Pero no todas las células son iguales. Existen diferentes tipos de ellas, con características y funciones propias. Quizá en algún momento hayas leído o escuchado que las células del cerebro son las neuronas. Se encuentran en el sistema nervioso central, es decir, en el cerebro y la médula espinal. Son las encargadas de recibir, transmitir y procesar la información, tanto del ambiente que nos rodea como del interior de nuestro organismo. Gracias a las neuronas podemos percibir con nuestros sentidos, experimentar emociones, aprender, pensar, recordar, movernos y realizar muchas más actividades. Las neuronas son las células más especializadas que existen, por tal razón se ha dicho que con las que naces, mueres. Ninguna de las dos afirmaciones es cierta, nacemos con el doble de neuronas de las que tenemos en la adolescencia y únicamente se conservan las que forman conexiones funcionales con otras neuronas, algunas personas preservan más conexiones de las necesarias, estos individuos se conocen
como autistas. Tampoco es verdad que ya no se produzcan nuevas neuronas en la edad adulta, existen algunas regiones en el cerebro que generan nuevas células cerebrales con una tasa de crecimiento muy baja y parecen ser útiles para ciertos tipos de memoria. Aunque existen diferentes tipos de neuronas (a partir de su forma y su función), todas ellas están conformadas de modo semejante y constan de tres regiones. En la parte central se encuentra el soma, el cual contiene el núcleo y la mayoría de las estructuras (organelos) que realizan los procesos vitales de la célula. De un lado del soma, se extienden varias prolongaciones parecidas a las ramas de los árboles, denominadas dendritas, la información entra a las neuronas a través de ellas. En el lado opuesto se encuentra el axón, otra prolongación no tan ramificada, que la neurona utiliza para enviar información a otras neuronas, a las glándulas o al músculo. Al final del axón, se hallan los llamados botones terminales. Estos botones casi se unen a otras células pero dejan un pequeño espacio llamado sinapsis, en donde se liberan sustancias denominadas neurotransmisores que viajan hacía la otra célula. Los neurotransmisores son los responsables de ocasionar que las neuronas se activen y de esa manera se puede hablar de comunicación: el mensaje es el neurotransmisor, el emisor el botón terminal y el receptor se encuentra en las dendritas de otra neurona.
*Estudiante de servicio social. Área de Neurociencias, UAM-I. *Doctor en Ciencias Biomédicas. Investigador del Área de Neurociencias, UAM-I.
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Soma Núcleo
Dendritas
Axón
Botones terminales
Sinapsis
La descripción anterior corresponde a una neurona de tipo multipolar, que cuenta con un axón y dos o más árboles dendríticos, es el tipo de neuronas más numeroso; pero existen también neuronas bipolares, con sólo dos prolongaciones, una de las cuales constituye el axón y la otra, el árbol dendrítico (que se ramifica hacia la punta). Esta clase de neurona constituye, entre otros, a los receptores sensoriales de la vista y el oído. El tercer tipo de neurona es la unipolar, que se caracteriza por tener una sola prolongación partiendo del soma, pero esta prolongación se bifurca en direcciones opuestas, distinguiéndose una parte como axón y la otra como árbol dendrítico. Las neuronas unipolares se encuentran de manera específica en el sistema somatosensorial, responsable del tacto y el dolor. Pero el cerebro no sólo tiene neuronas, existen otros tipos de células, menos conocidas y estudiadas, aunque igual de importantes, pues sin ellas las neuronas no podrían funcionar ni sobrevivir. Son las llamadas células gliales. A las células gliales o glía se les consideraba sólo células de soporte o de adhesión de las neuronas, de ahí deriva su nombre: glía quiere decir pegamento. Ahora se sabe que son responsables de llevar a la neurona los nutrientes y elementos necesarios para que pueda funcionar y sobrevivir y así mismo, se encargan de deshacerse de los desechos de las neuronas. Hay tres clases de células gliales, unas tienen numerosas prolongaciones dispuestas como las puntas de una estrella, por lo que se les conoce como astrocitos. Los astrocitos cumplen dos funciones importantísimas, son proveedores: suministran a las neuronas nutrientes y algunas sustancias químicas; y además, mantienen a las sinapsis en su lugar, formando lo que se conoce como sinapsis tripartita: dos neuronas y un astrocito; la mitad de las sinapsis excitatorias son de este tipo. Otro tipo de glía son los oligodendrocitos, que envuelven
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ILUSTRACIÓN: MBE GABRIELA HURTADO ALVARADO
Astrocito
Célula Endotelial
con sus prolongaciones a los axones de algunas neuronas, como el plástico en los cables, lo que las aísla y aumenta la velocidad de conducción de los impulsos eléctricos que viajan por el axón; las células que hacen esta misma función en los nervios que se encuentran fuera del sistema nervioso central se llaman células de Schwann. El tercer tipo de glía se llama microglia, células pequeñas que se encargan de censar el ambiente de las neuronas, cuando detectan algún agente ajeno y potencialmente nocivo para las neuronas, actúan contra él. La microglia es parte del sistema inmunológico del cerebro. Hemos mencionado que los astrocitos proveen a las neuronas de nutrientes, pero, ¿de dónde provienen esos nutrientes? La respuesta es: de la sangre. Así es, el cerebro se encuentra irrigado, al igual que cualquier órgano. Los capilares forman tubos muy pequeños que transportan la sangre en el cerebro, los cuales están formados por las células endoteliales ce-
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rebrales, que se distinguen de las que conforman los vasos sanguíneos de todo el cuerpo, en el que forman entre ellas uniones tan estrechas que impiden el paso del contenido sanguíneo del vaso al cerebro, creando una barrera, la barrera hemato−encefálica. Sin embargo, es necesario que permitan el traslado de algunas de las sustancias presentes en la sangre, y para ello cuentan con sistemas de transporte, que de manera selectiva, reconocen y facilitan el acceso de dichas sustancias para que puedan llegar al resto de las células del cerebro, atravesando a la propia célula endotelial. Las neuronas son células altamente especializadas en procesar la información, y requieren de toda su capacidad para hacerlo, por ello dependen de otras células para alimentarlas y mantener su ambiente adecuado y estable, pues son sensibles a cualquier alteración del medio que las rodea, tareas que cumplen las células gliales y las células endoteliales.
GUARDERÍAS AMBIENTALES
CIENCIA PARA TODOS
SUMERGIDOS BAJO EL AGUA se hallan los pastos marinos. Estos generosos ecosistemas han sido acertadamente llamados “guarderías ambientales”. Ellos sirven de hábitat para organismos bentónicos, tales como almejas, jaibas, erizos y pepinos de mar. También son el refugio de tiburones, quienes allí van a procrear a sus crías. Así mismo, son los alimentos favoritos de tortugas marinas y manatíes. Los pastos marinos son plantas vasculares que pertenecen a las angiospermas, la mayor parte de su ciclo sucede en el mar, tienen flores, hojas, rizoma y un sistema de raíces. Se parecen mucho a los campos de trigo que crecen en la tierra, por esta razón se llaman pastos. A raíz del derrame de petróleo en el Golfo de México ocurrido en 2010, las autoridades ambientales del país volvieron sus ojos hacia los pastos marinos mexicanos. Por eso, el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático se unió a la Universidad Autónoma Metropolitana para llevar a cabo el proyecto Indicadores del Estado de las Comunidades de Pastos Marinos en la Zona Costera del Golfo de México. Se trata de hacer un inventario para saber qué cantidades de pastos marinos hay, en qué estado se encuentran y qué se puede hacer por ellos. Investigadores y estudiantes de la carrera de Hidrobiología de la Unidad Iztapalapa participan en este proyecto que comenzó en 2011. Para estudiar los pastos marinos cuentan con un nucleador de acero inoxidable, se sacan muestras de las especies, se limpian y cuantifican, se cuentan cada una de las raíces y cicatrices, se mide el tamaño de hojas para cuantificar la edad. También se conoce la biomasa del lugar. Hasta el momento se sabe que en México hay 14 especies de pastos marinos y que la costa de Campeche cuenta con cerca de 25 kilómetros de ellos, mientras que en Veracruz hay manchones alrededor de las islas.
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CIENCIA PARA TODOS
LLUVIA DE IDEAS CIENTÍFICOS DE LA UAM tienen una lluvia de ideas para aprovechar el agua que cae del cielo. Los investigadores se han propuesto no sólo cosechar, almacenar y captar el líquido, también pretenden inyectarlo al acuífero y hasta planean hacer llover. Parecería que lo antes dicho es producto de la ciencia ficción. Pero no. Los investigadores se han empeñado en que el agua de la lluvia, en lugar de dirigirla hacia el drenaje, debe ser enviada a un depósito. Según el doctor Eugenio Gómez Reyes, del Departamento de Ingeniería de Procesos e Hidráulica, de la División de Ciencias Básicas e Ingeniería de la UAM Iztapalapa, “el agua más pura de la naturaleza está en el vapor de agua, una vez que se evapora es completamente limpia. La única contaminación que adquiere es en el momento que se precipita si la atmósfera está cargada con contaminantes, es decir, las primeras lluvias, pero ya después es limpia”. Los investigadores se enfocarán en captar el agua de los techos e inyectarlo al acuífero. “Donde cae una gran cantidad de agua de lluvia, por gravedad el agua se acumula en una parte baja, la idea es hacer allí un hoyo hasta donde encontremos la pasta permeable, es decir, pasar la parte lacustre de ese sedimento para que pueda infiltrar”.
En la Unidad Iztapalapa ya existe un pozo de absorción, allí se ha observado que el agua de lluvia de la zona que captan de los techos e inyectan al acuífero es de mejor calidad que el agua del mismo acuífero, esto porque según explica el doctor Díaz, “el agua del acuífero, en especial de Iztapalapa, tiene bastante concentración de sales, el agua de la lluvia en cambio está libre de ellas, entonces no sólo podemos diseñar pozos de absorción para aumentar la recarga, sino para diluir el agua del acuífero con agua de lluvia y mejorar la calidad; así tenemos triple beneficio”. Otra investigación en la que se trabaja es en hacer llover y esto se lograría realizando reciclaje de lluvia, es decir, no permitir que el agua de la lluvia se vaya al drenaje, sino dejarla regar para que se evapore más, saturando la atmósfera y recargando la humedad de esta atmósfera, pues se sabe que el 50 por ciento de la lluvia que cae en la cuenca del Valle de México se debe a evaporación local.
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CIENCIA PARA TODOS
ESCUELAS SIN SED
DETECTOR DE CALIDAD DE AGUA LOS MEXICANOS podrán saber si el agua que sale de la llave es confiable para beber. Un detector casero de potabilidad del agua se los dirá. El artefacto fue diseñado en la UAM y se dará a conocer este año, explicó el Dr. Eugenio Gómez. Se trata de un sensor que mide parámetros de calidad del agua de manera instantánea. En el momento en que el usuario abra la llave le indicará directamente si el agua es potable o no. Si el líquido tiene alguna impureza, la persona no la tomaría, pero la reportaría, pues este instrumento, además de medir localmente, lo almacena en una memoria con instrumentación electrónica y lo transmite de inmediato a una base de datos que está diseñada para reseñar la información y crear índices de calidad del agua.
EL AGUA YA NO SERÁ un problema para algunas escuelas que estaban sedientas, pues sólo obtenían el preciado líquido a través de pipetas. Un grupo de investigadores de la UAM Iztapalapa, encabezados por el Dr. Juan José Santibañez, trabaja en un proyecto de instalación de sistemas de cosecha de agua de lluvia en las 16 delegaciones, el cual ya se está implementando en 10 instituciones educativas de la sierra de Santa Catarina de Iztapalapa. El sistema de captación se coloca en los techos de los salones, en un perímetro de 800 metros cuadrados, de tal manera que se logran captar 15 mil litros por semana, es decir, alrededor de uno por niño. Se pretende también llevar este proyecto a edificios públicos.
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Los sabores de
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ace siete décadas, Iztapalapa sabía a naturaleza. Los habitantes de antaño se alimentaban de lo que el entorno les brindaba. No tenían que ir lejos para preparar un platillo. La comida estaba al alcance de sus manos, pues vivían en un lugar rico en recursos naturales: abundaba el agua a través de ríos, con un sistema de canales en los que se podían encontrar especies acuáticas, además de aves y animales terrestres en los alrededores. Había chinampas y milpas, en donde se cultivaban distintos productos agrícolas. La Iztapalapa de antes sabía a pato en pipián, a tamales de pescado, a tusas doradas; a frijoles, habas, calabazas y alcachofas frescas; a membrillos y granadas recién caídas de los árboles. De ello pueden dar fe los ancianos. María Victoria Ortega Alvarado, de 74 años y nativa de Iztapalapa, recuerda que era toda una aventura ir a la milpa que tenía su padre en el Cerro de la Estrella, en un terreno llamado Techíchico, en donde sembraban maíz, frijol y habas. En época de cosecha, toda la familia iba a recolectar los productos y los bajaban en burro. Las verduras no las vendían, preferían consumirlas en la casa, “nos las comíamos frescas y criollas”, dice. El plato más exquisito de la época era el pato. Los patos silvestres solían nadar en los canales y cuando salían del agua a comer semillas, eran cazados por los hombres. Catalina Cedillo Contreras, de 78 años, recuerda que los preparaban en
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pipián, con lengua de vaca, xoconostle y cilantro. La carne de pato era tan común como la de res o la de pollo. El pato se preparaba normalmente a finales de año. Se limpiaba, se le quitaban las plumas, se abría para sacar las vísceras y luego se cortaban las piezas. Se ponían a cocer con xoconostle, cebolla y cilantro para quitar el “xoquío”, que es la humedad del animal; se guisaba en pipián –que es entre rojizo y amarillo–. Por último, se agregaban las piezas del pato dentro del chile. También se hacía en caldo con xoconostle, cilantro y ajo. En aquellas décadas, en Iztapalapa el alimento volaba, nadaba o andaba en los alrededores de las casas, y luego se convertía en un delicioso tamal. En la Semana Santa se hacían tamales de pescado que se preparaban junto con habas o lentejas. Los que tenían recursos, cocinaban bacalao. El pescado en tamal se hacía con salsa de chile cascabel, chile de árbol o de mora. A la salsa se le picaban nopales, papas, cebolla y cilantro. Se revolvía todo y luego se echaba el pescado ahí para que se macerara. Después se rellenaban con el pescado y todos los ingredientes y se envolvían en las hojas de tamal. Cuando ya estaban terminados, eran un manjar de dioses. Los pájaros chinitos y las tusas también formaban parte de la gastronomía de algunos hogares. Catalina Cedillo cuenta que sus hermanos los cazaban, los ponían a orear durante un día entero y después los doraban. Todo para degustar los auténticos sabores de Iztapalapa.
¡ABUELITA FILOMENA, TENGO TANTAS GANAS DE COMERME UNA MANZANA!
RECETA DE LA ABUELA
FILOMENA
PRIMERO HAY QUE DESINFECTARLAS, RECUERDA QUE LAS FRUTAS Y VERDURAS PUEDEN CONTENER TIERRA,
¿DE VERDAD? ¿Y CÓMO LAS DESINFECTAMOS?
¡TODO TIENE SU CIENCIA!
PARÁSITOS Y HASTA RESTOS DE INSECTICIDAS, NOCIVOS PARA NUESTRA SALUD.
TEXTO: JORGE FIGUEROA NOLASCO DIBUJO Y COLOR: AVELINO
PRIMERO NOS LAVAMOS LAS MANOS PARA NO TRASMITIRLES MÁS GÉRMENES A LAS FRUTAS.
YA ESTÁN LIMPIAS, ABUELITA. ¿ME LAS PUEDO COMER?
TODAVÍA NO, HAY QUE PONER LAS FRUTAS EN REMOJO, DENTRO DE UNA SUSTANCIA DESINFECTANTE.
PARA ELLO USAMOS UN VASO DE VINAGRE POR UN LITRO DE AGUA. LAS DEJAMOS ALLÍ DENTRO DURANTE DIEZ MINUTOS.
DESPUÉS, CON LA AYUDA DEL AGUA, UN CEPILLO O ESPONJA FROTAMOS LAS FRUTAS PARA ARRASTRAR LO QUE TENGAN PEGADO.
YA PASARON LOS DIEZ MINUTOS, ABUELA.
AHORA LAS ENJUAGAMOS CON AGUA LIMPIA Y QUEDAN LISTAS PARA COMER.
RECUERDA QUE NO ES NECESARIO USAR JABÓN, ÉSTE PUEDE CAMBIAR EL SABOR DE LOS ALIMENTOS.
¡QUÉ BUENA LECCIÓN ME HAS DADO, ABUELITA! NO SABÍA QUE EL VINAGRE SIRVE COMO DESINFECTANTE.
ES QUE TODO TIENE SU CIENCIA.
FIN
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