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Savia nueva regeneradora

Mucho se está hablando de que últimamente el nivel de solicitudes en las escuelas de hostelería está descendiendo. Que el alumnado viene emborrachado por los programas, las estrellas y la prensa y que no está claro el cambio generacional de los que a día de hoy llenan a duras penas las cocinas profesionales de los restaurantes de todo el país.

En parte es cierto, cuesta llenar las escuelas en comparación con años atrás. Pero siguen las aulas llenas. Aunque a veces se vacíen pronto cuando comienzan a ver la realidad de la profesión.

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Y es que en eso todos tenemos nuestra parte de culpa. Pero hubo un antes y un después.

La pandemia nos marcó muy profundo. Muchos trabajadores nos dimos cuenta de que no es necesario morir al palo del famoso comentario… la hostelería es así y punto.

Muchos trabajadores echaron bomba de humo y han reconducido sus carreras. Profesores, cursillistas, asesores gastronómicos…

A la masa juvenil de las escuelas la espantada también les ha marcado.

Menos mal que aún quedan empresas que apuestan por la conciliación familiar, la conciliación formativa y la salud mental de sus trabajadores. El empresario esclavista y caduco se queda atrás en este nuevo modelo de trabajo y los buenos trabajadores que montan empresas y restaurantes plantean otro sistema de trabajo. Eso es un soplo de aire nuevo en la densa y espesa niebla laboral.

Hoy, las escuelas son un gran nido de promesas. Y por eso Acyres como ACA luchan por motivar, promocionar, incentivar a las jóvenes promesas.

La asociación de cocineros y cocineras de Aragón ha celebrado recientemente el III certamen de jóvenes promesas de la cocina Aragonesa Rubén Ríos, que promueve el uso y el conocimiento de los alimentos de Aragón de la campaña «Aragón, alimentos nobles», además de homenajear al compañero y amigo fallecido de forma inesperada cuando era una gran promesa de la profesión. Este certamen no podría tener mejor nombre.

Nueve de las trece escuelas de hostelería de la comunidad autónoma estuvieron presentes en este certamen. Dieciséis alumnos, que pudieron presentarse tanto solos como con parejas, para demostrar su valía entre fogones. Y que ha sido todo un éxito. De asistencia, de armonía, de valía y de futuro.

Representantes de las instituciones de turismo y promoción agroalimentaria estuvieron presentes en el evento dando la importancia que tienen las escuelas como semillero de los nuevos profesionales de la cocina. Y es que, jefes de cocina, cocineros, profesores y educadores tenemos un compromiso importante con la juventud.

Queremos que esta profesión crezca aún más, claro que sí. Pues pongamos manos a la obra a ayudar a estas nuevas promesas. Nuestras cocinas necesitan savia nueva formada y profesional, con conocimientos de gestión, de higiene, de técnicas de vanguardia y con una buena base de cocina tradicional, que amen la profesión, que se enganchen y no se suelten por unos turnos abusivos, por días de fiesta inexistentes y absurdos.

Una buena ley laboral que permita a todos, empresarios y trabajadores, salir bien parados y poder hacer contratos y servicios acordes con la realidad y no con los sueños de despacho que no son reales.

Necesitamos un cambio generacional, las escuelas son importantes y más aún la savia nueva regeneradora de su alumnado.

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