CHASKI 5, FINES DE JULIO 2021

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CHASKI

Revista de Historia y Ciencias Sociales del CEHPNAL

Año 1, Número 5

Fines de Julio del 2021


Índice Cumbre del MERCOSUR o ¿qué tiene que ver un arancel con la democracia y el Estado de Derecho? Dra. Mariana Vázquez Columna Internacional Brasil, Cuba e Direitos humanos Carmen Diniz Género y Ciudadanía. Dra. Mara López La política de la antipolítica. El planteamiento de un tema que pretende incomodar Prof. Héctor Marrese Paulo Freire Prof. María Rosello La columna Federal Presencialidad y pandemia. La difusa línea entre Gobierno y oposición en el interior del país Prof. Hugo Alejandro Gómez ADIOS COMPAÑEROS HOMENAJE A HORACIO GONZALEZ Y RAFAEL CULLEN ¿PUEDE LA DEMOCRACIA MODIFICAR LAS ESTRUCTURAS NEOLIBERALES DE PODER? Jorge Rachid 1


LA PATRIA GRANDE Cumbre del MERCOSUR o ¿qué tiene que ver un arancel con la democracia y el Estado de Derecho? 10 julio, 2021 Por Mariana Vázquez

“Los personajes y hechos retratados en esta película son completamente ficticios. Cualquier parecido con personas verdaderas, vivas o muertas, o con hechos reales, es pura coincidencia” Frase encontrada por vez primera en la película Rasputín y zarina, 1932, que llevó a que Irina Alexandrovna denunciara a la Metro Goldwyn Mayer en 1933. Pero ésta, es otra historia… ¿o no? El MERCOSUR, sin dudas, atraviesa hoy su momento de mayor tensión en 30 años de historia. Esta coyuntura en gran parte se explica por una extrema tensión en un binomio clave: el binomio Argentina-Brasil. Las diferencias en el frente político son evidentes, y a ellas se suma el divorcio en la mirada de la economía política de la integración. Solemos decir que las relaciones económicas internacionales, en sus momentos de mayor coherencia, son proyecciones de las miradas nacionales del desarrollo (cuestión cara a países periféricos como los suramericanos), de las políticas 2


domésticas y de cómo se conciben ambas cuestiones en su relación con la integración regional. Augusto Costa, Carlos Bianco y Mariela Bembi han llamado a esta cuestión, en esta geografía, “el trilema del MERCOSUR”. Este momento no hace excepción a ello. Paulo Guedes, responsable del sendero reciente de la economía brasileña luego de una elección que prohibió de facto al candidato con mayor intención de voto, Luiz Inácio Lula da Silva, es coherente en esto. La primarización, extranjerización y destrucción de la industria brasileña, acompañadas de un brutal proceso de privatizaciones, como consecuencia de las políticas del gobierno del que forma parte, tendrían un tinte de irreversibilidad importante (efecto lock in, en inglés) con la baja salvaje del arancel externo común del MERCOSUR que propone a sus socios. Y, como a veces parece que todo tiene que ver con todo (toda similitud es pura coincidencia por supuesto, ya lo hemos dicho), frente a la pregunta sobre otros momentos en la historia en los cuales se ha buscado llevar adelante una apertura inmediata y lineal de la economía, de esta magnitud y velocidad, en la región sólo aparece una respuesta; Chile, en el gobierno de Augusto Pinochet. Y ¿qué tendrá que ver un arancel con la democracia y el Estado de derecho?

El MERCOSUR de las tres renuncias En junio de 2012, cuando tuvo lugar el golpe de Estado en Paraguay, que ha sido calificado de manera contundente por Jorge Lara Castro, canciller de Fernando Lugo, como un golpe a la UNASUR, se fortalecieron en el MERCOSUR fuerzas restauradoras cuyos proyectos implican, por lo menos, tres renuncias: la renuncia a la búsqueda de márgenes de autonomía en el escenario internacional; la renuncia al desarrollo y su pre condición que es una transformación en el patrón dependiente de inserción económica internacional; y la renuncia a la democracia y al Estado de derecho. En esta geografía en disputa, estas fuerzas fueron responsables de aquel golpe en Paraguay, del golpe institucional en Brasil, y de la suspensión ilegal de la República 3


Bolivariana de Venezuela del MERCOSUR, que denominamos oportunamente golpe institucional regional. Estas fuerzas estuvieron acompañadas por el proyecto que representó, en Argentina, el gobierno de Mauricio Macri que, otra coincidencia, suspendió en 2019 las elecciones al Parlamento del MERCOSUR, por decreto, violando el derecho del MERCOSUR, una ley nacional y la propia Constitución. Total, normalidad. Más allá de la excepcionalidad, que no hay espacio aquí para analizar, del gobierno del Frente Amplio de Uruguay, que no encaja por supuesto en este patrón pero que también promovió un MERCOSUR más abierto al mundo, es imposible no considerar que la situación actual del bloque es, sin dudas, hija de un importantísimo retroceso democrático y de la vigencia del Estado de derecho en la región. No es ajena a la triste historia regional de proyectos económicos de dependencia que han buscado consolidarse a través de retrocesos en este sentido, sino a sangre y fuego.

¿Ideas retrógradas? O el velo del dogmatismo neoliberal La tensión regional en cuanto a la economía política de la integración se centra hoy en dos cuestiones: la rebaja sustancial y a gran velocidad del arancel externo común del MERCOSUR, propuesta por Brasil acompañado por Uruguay y Paraguay; y las propuestas de flexibilización del bloque, protagonizadas centralmente por Uruguay, con apoyo más o menos silencioso de Brasil y rechazadas por Paraguay. A ambos caminos, la República Argentina se opone. Democracia mediante, el pueblo argentino votó mayor autonomía, desarrollo, industrialización y empleo de calidad, en fin, ciudadanía. Esta tensión no es novedosa. En los últimos tiempos de coexistencia de gobiernos populares en la región ya se sentía con intensidad, expresada con mayor visibilidad en las tensiones generadas por las negociaciones de un acuerdo con la Unión Europea. Tiene sus raíces en asimetrías nunca encaradas con suficiente contundencia y en divergencias en los proyectos nacionales de desarrollo. Sin embargo, la virulencia del conflicto ha escalado. Evidentemente, para el Brasil de Bolsonaro ni la integración regional ni la relación bilateral con Argentina constituyen prioridades políticas, más allá de que la ley de la materia a veces tome otros senderos menos deseables para los gobernantes brasileños de hoy. Y esta última Cumbre fue un episodio más de esa escalada. Mientras el presidente de Argentina, Alberto Fernández, hacía referencia a “un MERCOSUR productivista, que dé trabajo, que genere industria y que tenga cohesión social”, se refería a una “economía mundial más regionalizada y que 4


apuesta por fortalecer las cadenas regionales de valor”, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro afirmaba trabajar “por el rescate de los valores originales del bloque, asociados a la apertura y mayor y mejor integración en las cadenas globales de valor”. Luis Lacalle Pou, presidente de Uruguay, remataba “El mundo ya va muy rápido; el mundo se está entrelazando comercialmente, (…). El mundo no nos va a esperar”. Para quienes convivimos con el discurso de “apertura inteligente al mundo” de Mauricio Macri, nada nos sorprende. Lo que no deja de sorprender es el hecho de que no hay biblioteca o evidencia empírica seria, sobre todo luego de la pandemia del COVID, que pueda sostener una mirada del mundo que prevea una mayor liberalización o apertura global. Las tendencias al reshoring o near shoring, es decir, de retorno a la búsqueda de cadenas de suministros más próximas, no las inventó el COVID. El sendero proteccionista y las disputas comerciales de estos tiempos, tampoco. Pero sí, estos gobiernos que se quedaron en el ¿90? plantean que la búsqueda del desarrollo es un objetivo arcaico (Bolsonaro, sic).

¡Es el Tratado de Asunción, estúpido! Un día antes de la Cumbre de presidentes, haciendo gala de desprecio por los usos y costumbres diplomáticos, el gobierno de Uruguay avisó a los socios que había decidido negociar acuerdos con terceros unilateralmente. ¡Qué casualidad! (coincidencia, como veníamos diciendo) El día de la Cumbre las fuerzas populares uruguayas lograban en una gran gesta militante juntar las firmas que se necesitan para someter a referéndum la Ley de Urgente Consideración, normativa insignia del gobierno y cuya discusión amerita otra nota. El gobierno de Lacalle Pou afirmó ese día que la decisión No. 32/00, del año 2000, que obliga a los Estados Partes del bloque a negociar conjuntamente, no está en vigor porque no ha sido internalizada. De nuevo, sería bueno recomendar al gobierno uruguayo volver a revisar la biblioteca. La norma está en vigor. Pero, en cualquier caso, es un falso argumento. Esta norma es un instrumento del derecho derivado del bloque. Pero la obligación de negociar conjuntamente, como le recordó el presidente Alberto Fernández, se encuentra en el texto y en el espíritu del derecho originario del bloque: en el Tratado de Asunción y en el Protocolo de Ouro Preto. Ameritaría otra nota contar la historia de estos usos extraños del derecho del MERCOSUR, que estas derechas interpretan “a la carta”. Baste decir que, cualquier país que desee negociar acuerdos en forma unilateral, deberá dejar de ser Estado Parte del bloque para devenir, eventualmente, en un Estado Asociado, como es el caso del Chile 5


(porque todo tiene que ver con todo, dijimos) y del resto de los países de Sudamérica.

30 años no es nada, pero no es poco La mayor tensión en 30 años, sin dudas. Sin embargo, en un mundo en transformación, con fuertes tendencias al proteccionismo y la regionalización, y en perspectiva histórica, la relevancia geopolítica y económica del bloque es indudable. La situación de Argentina es difícil, por cierto. Y el pueblo argentino, está claro, votó un proyecto que es antagónico al de los socios. Paciencia estratégica, sin dejar las convicciones en la puerta de una negociación, es el camino.

Mariana Vázquez es Politóloga de la Universidad de Buenos Aires, realizó estudios de posgrado en dicha Universidad y en el Instituto de Estudios Políticos (Francia). Es profesora adjunta en la UBA de la materia Integración Regional Comparada. Entre 2003 y 2013 desempeñó diversas funciones en el gobierno nacional, en áreas relacionadas con la integración sudamericana y las relaciones interregionales. En 2011 fue Coordinadora General de la Casa Patria Grande «Presidente Néstor Carlos Kirchner». Entre 2013 y 2016 fue Coordinadora de la Unidad de Apoyo a la Participación Social del MERCOSUR, con sede en Montevideo, órgano encargado del enlace con organizaciones y movimientos sociales, por propuesta del gobierno argentino. Tiene numerosas publicaciones sobre la temática de su especialidad. Docente en la Universidad Nacional de Avellaneda ha permitido la publicación de este artículo en nuestra revista ya que originalmente fue publicado en https://observatoriodelsurglobal.com/cumbre-del-mercosur-o-que-tiene-que-ver-un-arancelcon-la-democracia-y-el-estado-de-derecho/

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Columna Internacional

Brasil, Cuba e Direitos humanos Carmen Diniz Jurista, Mestre em Direito Penal e Criminologia Coordenadora do Capítulo Brasil do Comitê Internacional Paz, Justiça e Dignidade aos Povos

Era uma vez dois países: um com dimensões continentais e o outro uma pequena ilha. O grande país conta com imensos recursos naturais, terras produtivas, clima totalmente favorável, grande população, água em profusão. Não tem terremotos, nem maremotos nem furacões. Assim analisando parece muita sorte de seus cidadãos, porque possuem (possuem?) Um país abençoado para se viver com tranquilidade. Será? O outro, uma ilha sem recursos naturais, com pouca terra e que apesar do clima também favorável, de tempos em tempos enfrenta intempéries como furacões violentos. Essas são as imagens iniciais dos países. Nos aproximando mais um pouco começamos a perceber outras diferenças que fazem de um deles um gigante no tamanho e do outro um gigante de humanidade e solidariedade. No entanto, essa ilha que jamais ofereceu qualquer ameaça a nenhum outro país e que vive pacifica e precariamente sofre ataques, ameaças e bloqueio há mais de seis décadas. Além disso, críticas de todos os lados, ingerências e cobranças de como deve viver segundo os donos do mundo e do capital. Pois bem, é importante impor algumas condições para criticar Cuba, uma vez que os países que criticam a Ilha deveriam primeiramente olhar para sua própria realidade e fazer autocrítica para só então apontar os erros desta outra nação. Aqui passo à primeira pessoa. Sou brasileira, vivo e sofro meu país e sua dura realidade há anos. Por esse motivo imponho as seguintes condições para criticar Cuba e só então podemos começar a conversar: 7


Primeiramente que não se aceite mais 50 milhões de brasileiros em situação de insegurança alimentar (neste país rico – mas de pobres) cujo número equivale a 5 vezes a população cubana, nem que se aceite mais 15 milhões de desempregados e 60 milhões de desalentados; que o 1% dos brasileiros mais ricos (são 193 mil pessoas) não detenham 49,6% da renda nacional; que se abrigue adequadamente 220 mil brasileiros que vivem nas ruas e moradias dignas a 13 milhões de favelados; que não se admita 6000 mortes de jovens negros, brancos e pobres por ano (1 jovem negro é assassinado a cada 4 minutos)e tampouco o fato de acontecer um estupro a cada 8 minutos , sendo que 70% em menores de 14 anos; que a população carcerária não seja mais a terceira do mundo com 700 mil presos; - que retornem ao Brasil os médicos cubanos para que mais de 60 milhões de brasileiros voltem a ter atendimento médico. Quanto aos médicos nossos, que alcancemos o nível daquela ilha pobre: 9,00/1000 habitantes (hoje no Brasil temos 1,85/1000 hab.); e que as crianças brasileiras TODAS tenham escola. Nenhuma das condições é impossível de se realizar, Cuba conseguiu com muito menos recursos! Bem, por aí seguimos. Penso que se alcançarmos o nível de saúde e educação do pequeno país pobre, aí sim, poderemos falar de Direitos Humanos, liberdade para viver, comer, morar, vestir, etc., Mas nem assim poderemos criticar seu sistema de governo. Porque isso, só cabe aos cubanos. Carmen Diniz Jurista, Mestre em Direito Penal e Criminologia Coordenadora do Capítulo Brasil do Comitê Internacional Paz, Justiça e Dignidade aos Povos carmendinizsantos@gmail.com

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Género y Ciudadanía. Dra. Mara López “Los que olvidan releer se obligan a leer en todas partes la misma historia” (Barthes, 2018) El 26 de julio se cumplen 69 años desde que Evita entrara a la inmortalidad y pensar en ella es pensar, indudablemente, en ampliación de derechos; si pensamos en Evita y en los derechos de las mujeres pensamos enseguidita en la Ley 13.010, que habilitó el derecho de las mujeres a votar y ser votadas1, y también pensamos en el acceso al ejercicio de la ciudadanía de las mismas. Según la Real Academia Española, ciudadano es todo miembro activo de un estado que, como tal, está sometido a sus leyes y es titular de derechos políticos (Real Academia Española, s.f.). Otras definiciones suman la titularidad de los derechos sociales y civiles (Marshall, 1998), hablan de ciudadanía política, ciudadanía social y ciudadanía civil, las tres caras de una ciudadanía plena. Es de notar la omisión de la tan real academia y tenemos que reconocer que ese tipo de omisiones avalaron muchas opresiones. Más allá de la legitima intención del gobierno de ampliar derechos ¿Lograron las mujeres el ejercicio pleno de ciudadanía en 1947? ¿Podemos decir que lo logramos en la Daniela Stagnaro Ni una menos! actualidad? El Código Civil que redactara Vélez Sarsfield fue aprobado por el Congreso, a libro cerrado, en 1869, pero no es en ese momento que empieza la historia de 1

Cuenta la historiadora Araceli Bellotta que, en San Juan, desde 1862, las mujeres podían votar autoridades municipales, pero sólo con voto calificado. También trae el caso de Julieta Lantieri que, agarrando desprevenidas a las autoridades, logró votar en 1911 en Capital Federal, cuan alegó cumplir con los requisitos de la Ley 5098 (Bellotta, 2019).

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los derechos de las mujeres en nuestro país, de la inexistencia de los mismos o de su sistemática vulneración, para tratar ese tema tendríamos que ir bastante más atrás en el tiempo, pasando por las violaciones a las nativas, la esclavitud, etc. Lo que se intenta es hablar de la construcción de ciudadanía desde una perspectiva de género, una que incluya a todos 2. Con la ley 13.010 se reconocen los derechos políticos de las mujeres que, en los hechos y por la vigencia del Código Civil redactado por Dalmacio Vélez Sarsfield, continuaban siendo incapaces civiles y lo siguieron siendo en la misma medida hasta el año 1968. A grandes rasgos, el Código Civil Argentino, siguiendo, aunque no de modo literal, al Código francés de 18043, estableció la dependencia absoluta de las mujeres de sus padres o maridos, pasando de la tutela de uno a la del otro, como si fueran niñas; dependencia basada en su “natural inferioridad” y por la que la mujer debía contar con autorización paterna o marital para estudiar, trabajar, comerciar o testificar en juicio. En el código no existía la figura del divorcio vincular y se permitía la separación en casos determinados. A partir de entonces, el estatus civil de las mujeres, y más luego también de las disidencias, fue sufriendo tantas enmiendas como el código por el trajín de sendos movimientos sociales, no todos de corte feminista, que fueron logrando instalar el cambio y con ellos construir ciudadanía, compartiremos ciertos hitos a continuación.

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“La categoría género permite la visibilizarían y la visión de procesos históricos que en las corrientes principales de cada una de las disciplinas matrices (la sociología, el derecho y la historia) quedan ocultos o desdibujados. Para ilustrar esto, pensemos, por ejemplo, en los momentos de la ciudadanización: avance de los derechos civiles con el Código Civil de 1869; avance de los derechos políticos con la “Ley Sáenz Peña” de 1912; y avance de los derechos sociales con las leyes del primer peronismo (1946-1955). Mirada desde la perspectiva de género, esta secuencia muestra otros momentos relevantes: sanción del sufragio femenino en 1947, extensión de la capacidad civil plena a las mujeres casadas en 1968, sanción del matrimonio entre personas del mismo sexo en 2010, por mencionar sólo tres elementos distintivos” (Giordano, De “ciudadanas incapaces” a "sujetos de igualdad de derechos". Las transformaciones de los derechos civiles de las mujeres y del matrimonio en la Argentina, 2012). 3 Se destaca la originalidad del codificador en relación al régimen de propiedad del matrimonio y existen autores que lo atribuyen a la situación de la propia hija del codificador, a quien este pretendía proteger y que se encontraba separada de hecho de su esposo y fue amante de Sarmiento durante muchos años (Bellotta, 2019).

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Ley de matrimonio civil, sancionada en 1888, fue la última del grupo de leyes conocidas como laicas porque con ellas el Estado asumía como propias funciones largamente administradas por las instituciones eclesiásticas, aunque no modificó el contenido respecto de los derechos y obligaciones que implicaba el matrimonio para los contrayentes ni para la prole y mantenía la indisolubilidad del vínculo matrimonial. Ley de Derechos Civiles de la Mujer (Ley 11.357), promulgada el 22 de septiembre de 1926. El proyecto había sido presentado por los diputados socialistas Juan B. Justo y Mario Bravo4 y tras ser debatida en comisión fue aprobada. No se puede negar que la mencionada norma amplió los derechos civiles de las mujeres, sobre todo de las mujeres casadas que a partir de entonces podrían ejercer la patria potestad sobre hijos de un matrimonio anterior, podrían ejercer de profesión, oficio, empleo o industria “honestos” sin necesidad de autorización marital o judicial, así como administrar y disponer libremente del producto de esas ocupaciones, adquirir toda clase de bienes con el producto de su profesión, oficio, empleo, comercio o industria, pudiendo administrar y disponer de estos bienes libremente, entre otros, pero no derogó los artículos del Código Civil que definían a la mujer casada como incapaz de hecho relativa (art. 55 inc. 2), y que la subordinaba a la necesaria representación legal del marido (art. 57 inc. 4), por lo que la iniciativa que desde el proyecto de ley parecía apuntar a un cambio más profundo (divorcio vincular, sufragio femenino) la ley En 1924, poco antes de la presentación del proyecto de Bravo y Justo, el diputado radical personalista Leopoldo Bard presentó una iniciativa que establecía la capacidad plena para las mujeres casadas. 4

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sancionada continuaba en los moldes de genero tradicionales5. Sostiene Joan Scott, hablando del caso francés, pero totalmente aplicable a la realidad de nuestros pagos: “En los debates sobre el género se invocaba a la ‘naturaleza’ para explicar las diferencias entre los sexos, a la vez que se intentaba establecer definitivamente esas diferencias por medios legales. Por una especie de lógica circular, una presunta esencia de los hombres y las mujeres pasaba a ser la justificación de leyes y políticas, cuando en realidad esa ‘esencia’ (variable histórica y contextual) no era sino el efecto de esas leyes y políticas.” (Scott, 2012) Reforma parcial del Código Civil de la Nación. En 1968 el presidente de facto Juan Carlos Onganía, en un hecho considerado autocrático y por las facultades legislativas que le otorgaba el Acta de la autoproclamada Revolución Argentina, firmó el decreto ley 17.711 que presentaba una reforma parcial del Código Civil y que, en relación al tema en análisis, consagró la “capacidad jurídica plena para la mujer mayor de edad cualquiera sea su estado civil”. Como ya se ha dicho, el tema ya era de debate en sociedad, también entre los juristas, pero fue parte de una reforma enmarcada en un programa de modernización autoritaria que impulsó la dictadura de Onganía, se realizó de forma inconsulta y con las mujeres prácticamente ausentes del proceso atento a que tras la presencia de mujeres en el Congreso durante el segundo gobierno peronista, con la proscripción esa presencia había mermado de manera significativa y los movimientos de mujeres se encontraban debilitados. A la doctrina le tomó tiempo incorporar la concepción de igualdad de derechos apoyándose en la falta de armonía del aparato normativo. La mujer ya era considerada capaz pero el ejercicio de la patria potestad sobre los hijos y la elección del domicilio conyugal seguían siendo atribuciones exclusivas del

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En julio de 1926, el presidente Alvear firmó un decreto por el cual creaba una comisión encargada de redactar un anteproyecto de reforma integral del Código Civil. El Doctor Bibiloni, autor del primer borrador del anteproyecto, sostuvo al respecto “pretender que nadie tiene que intervenir en la resolución de la mujer so color de que usa de su derecho, es caer en una petición de principio, porque si es ese un derecho de la mujer, no lo es de la esposa y de la madre” (Bibiloni, 1931).

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varón; al año siguiente se estableció la obligación de la mujer a usar el apellido del marido6. Ley 23.264, sancionada en 1985, restableció la patria potestad compartida que ya había existido en nuestro país con la vigencia de la constitución de 1949 y que sostenía la igualdad de padre y madre en la tutela de los hijos. El sentido de equiparación de roles en la familia que surgía de dicha constitución se sostuvo en la ley de equiparación de responsabilidades sancionada en 1974, durante el gobierno de Isabel Martínez de Perón. Ley 23.515, ley de divorcio vincular, sancionada en el año 1987, resultó toda una reivindicación histórica. Ya desde el año 1888 se hablaba del divorcio absoluto; en 1954, por iniciativa del peronismo en el gobierno, se incorporó esta figura en el artículo 31 de la ley 14.394, inscribiéndose en una concepción del derecho vinculada a la noción de Estado Social y que contemplaba aumentar la esfera de libertad personal y de igualdad entre varones y mujeres, pero a través de mecanismos que proponían a la familia como sujeto de derecho y se centraba en ella; la disposición fue derogada tras el golpe de estado de 1955; en la reforma de 1968 se sostuvo el principio de indisolubilidad del matrimonio, aunque se pensaron en fórmulas intermedias que fueron rechazadas por el gobierno de facto y por la presión de la iglesia. “En los años ochenta, el fervor de la democratización en curso fue marco de legitimación suficiente para convertir la reivindicación en ley. La sanción de la ley de divorcio de 1987 fue un paso inicial hacia la democratización de las relaciones sociales sexuadas.” (Giordano, De “ciudadanas incapaces” a "sujetos de igualdad de derechos". Las transformaciones de los derechos civiles de las mujeres y del matrimonio en la Argentina, 2012).

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Ley 18.248 de 1969.

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La Reforma constitucional (1994), incrementó la esfera de protección de la mujer a partir de los postulados que emanan de los tratados internacionales a los que, en el artículo 75 inciso 22, les otorga jerarquía constitucional que aluden explícita e implícitamente a ella como, por ejemplo y entre otros, la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; Declaración Universal de los Derechos Humanos; Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales ; Convención Americana sobre Derechos Humanos; Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación de la Mujer, convención que complementa a las Declaraciones anteriores sobre la base de la igualdad del hombre y la mujer, de los derechos humanos y las libertades fundamentales en materia política, económica, social, cultural, civil o en cualquier otra esfera7. Ley de matrimonio igualitario 8 , aprobada en 2010 fue producto de la convergencia coyuntural de varias estrategias de lucha de fuerzas de los movimientos sociales y las representaciones político-partidarias, unidos en búsqueda de la igualdad de derechos. Tras la consigna “los mismos derechos con los mismos nombres”, un grupo de activistas luego reunido en la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT), comenzó una lucha cuyo eje sería la “igualdad de derechos”. El primer peldaño alcanzado en esa lucha fue la consagración de la unión civil en las legislaciones de varias ciudades del país 9 ; luego la sanción del matrimonio para personas del mismo sexo constituye un paso crucial en el proceso de disociación de la sexualidad y la reproducción. Y, como antes la ley de divorcio de 1987, es un derecho que se

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Los 30 artículos que integran esta Convención deben, necesariamente, ser analizados de manera conjunta con las Recomendaciones Generales emitidas por el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer 8 El proyecto fue presentado por el diputado Eduardo Di Pollina (Partido Socialista) y las diputadas Silvia Augsburger (del mismo partido) y Vilma Ibarra (del bloque oficialista). 9 Buenos Aires (2002), Río Negro (2003), Carlos Paz (2007) y Río Cuarto (2009).

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fundamenta y legitima en la Constitución y el derecho a tener derechos que ella avala. Código Civil y Comercial de la Nación10, que entró en vigencia en el mes de agosto de 2015 y en el que la perspectiva de derechos humanos en materia de género está presente de manera acabada, tomando los trascendentes avances legislativos de los últimos diez años: la Ley 26061 de Protección Integral de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes; la Ley 26485 de Protección Integral a las Mujeres; la Ley 26618 de Matrimonio Igualitario; la Ley 26862 de Acceso Integral a los Procedimientos y Técnicas Médico-Asistenciales de Reproducción Médicamente Asistida, observándose que avanza aún más en la protección de ciertos derechos en los campos de las relaciones de familia, niños, niñas y adolescentes y bioética . Solo a modo enunciativo es importante señalar el progreso legislativo fundamental del Código Civil y Comercial de la Nación en materia de igualdad de género: destaca el valor económico del trabajo en el hogar, iguala derechos en los apellidos de los hijos y establece que cualquiera de los cónyuges puede optar por usar el apellido del otro con la preposición “de” o sin ella; incluye la compensación económica en las parejas, bajo un parámetro de solidaridad familiar e igualdad, y la convención matrimonial; incorpora la figura de las uniones convivenciales, y se regulan aspectos probatorios, económicos, la contribución a las cargas del hogar, las responsabilidades y la atribución del hogar común en caso de ruptura, y la regulación de ciertos principios básicos relativos a los procesos de familia como la modificación de instituciones clásicas como el matrimonio, el régimen de bienes, el divorcio, el parentesco, la filiación y la adopción; la noción de patria potestad, basada en el "padre proveedor y jefe del hogar", se reemplaza por la idea de responsabilidad coparental igualitaria y establece que los progenitores, bajo cualquier identidad sexo genérica, asumen deberes y responsabilidades respecto de hijos no emancipados. Ley de acceso a la interrupción voluntaria del embarazo, ley 27610 11, consagra el derecho de las mujeres y personas con otras identidades de género 10

“…Lo que sí debo decir es que vivo este nuevo Código Civil y Comercial como un verdadero desagravio a mis esperanzas. Me parece que empezamos de alguna manera, muy modesta, a enmendar ese grito, a poblarlo de las voces que silenciaba, a completarlo con la voz de la mujer como persona en pie de igualdad con el hombre. Es un comienzo, humilde pero decidido, para practicar en los hechos la dignidad en base a la diferencia, practicar por primera vez un marco legal de exclusión a las exclusiones. Para ilusionarnos en construir no una ética universal racional y perfecta, sino una real, plural, histórica y perfectible”. (Discurso que la Dra. Claudia Sbdar pronunció en el panel el "Género y nuevo Código Civil y Comercial", presentado en el marco de XXII Encuentro Nacional de Mujeres Jueces Argentina (AMJA) "El nuevo Código Civil y Comercial de la Nación y las cuestiones de género", celebrado los días 26, 27 y 28 de agosto de 2015 en la provincia de La Rioja, Argentina). 11 La ley tiene por objeto regular el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo y a la atención postaborto, en cumplimiento de los compromisos asumidos por el Estado argentino en materia de salud

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con capacidad de gestar a decidir sobre sus cuerpos y acceder a la interrupción de su embarazo hasta la semana catorce, inclusive, del proceso gestacional. Tras este rápido recorrido nuestro planteo inicial sólo se pude responder en parte. Evidentemente la intención durante el peronismo fue el reconocimiento y la ampliación de los derechos de las mujeres, de la que resultó el reconocimiento de su derecho al voto y a ser electas, por el que venían peleando muchas de ellas de forma manifiesta, lucha que fue fortalecida por la creación del partido peronista femenino de la mano de Eva Perón, así como en el apartado correspondiente a la Familia de la Constitución de 1949, también es claro que esta intención queda a medias en tanto las mujeres debían seguir pidiendo autorización a sus padres y/o maridos para muchas cosas. Sin embargo, se entiende que ese avance fue semilla fértil para que la mujer participe y apoye o no con su voto y con eso continue la labor de repensarse tanto como a las políticas partidarias, poniendo en cuestión las sucesivas opresiones a las que seguían sometidas y pudiendo hacer visibles en la sociedad la necesidad de un cambio que las reconociera como sujeto pleno de derecho. Las mujeres somos ciudadanas y seguimos luchando para serlo en un pie de igualdad. Para entender la constancia de nuestra lucha, quizás, hay que moverse del concepto liberal de “Igualdad de oportunidades” a uno más profundo que implica lo que Dubet llama “Igualdad de posiciones. 12 ” Sin embargo los que creemos en la ampliación de derechos como único camino hacia un mundo más habitable, lo hacemos en la certeza de que aunque el movimiento a veces parezca lento, los retrocesos son improbables porque la mayor parte de la sociedad, al menos, se siente interpelada por la idea de construir igualdad.

pública y derechos humanos de las mujeres y de personas con otras identidades de género con capacidad de gestar y a fin de contribuir a la reducción de la morbilidad y mortalidad prevenible. 12 Dubet sostiene que, mientras que la mayor igualdad de oportunidades no reduce la distancia entre posiciones, al revés, la igualdad de las posiciones favorece en cambio la de las oportunidades. Por otra parte, aun cuando las oportunidades de acceso a escasas posiciones de privilegio estuvieran parejamente repartidas, persistirían las desigualdades. Y la desigualdad, nos dice, hace mal. Pues las desigualdades aumentan la hostilidad y la desconfianza entre grupos e individuos, generan relaciones sociales más agresivas, desequilibran el acceso a la atención de la salud e, incluso: “...no son buenas para la naturaleza y el medio ambiente, en la medida en que acentúan el consumo conspicuo de los más ricos.” (Dubet, 2011). En suma, sostiene que la igualdad entre las posiciones es buena en sí misma y que “…constituye sin duda la mejor manera de realizar la igualdad de oportunidades.” (Dubet, 2011).

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Presentamos la nota del Prof. Héctor Marrese, docente jubilado quien egresara del ISP Joaquín V. González y quien, a sus 83 años está terminando con un brillante promedio su Licenciatura en Historia con especialización en América Latina Contemporánea en la Universidad Nacional de Avellaneda y en el año 2021 aprobó su tribunal examinador para comenzar con su adscripción para su especialización superior en la materia Introducción a la Historia, materia del primer año del Profesorado en Historia del ISP Joaquín V. González. En esta oportunidad nos invita a conocer los lineamientos generales del tema a investigar por él en su tesis de grado: La antipolítica, la guerra judicial y las fakenews. Tema de gran actualidad lo tiene como autor pero a la vez como actor, social y político, que demuestra las bondades de la Educación Pública ya que no solamente ha ejercido la docencia, está a punto de logar un título de grado en una Universidad del Conurbano, vuelve a las aulas que lo vieran egresar sino que, además, está llevando adelante un proyecto educativo sobre Historia Argentina para reclusos de una unidad penitenciaria de la Provincia de Buenos Aires (a lo largo e los años ha sido profesor de jóvenes en situación de encierro). Para algunos funcionarios que desde la cartera de educación

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desprecian lo público y a los que estudia, enseñan y sueñan utopías 17


haciéndolas praxis en las aulas le decimos que hay seres humanos como el Profesor Héctor Marrese, maestro de varias generaciones, que siguen enseñando a los jóvenes que no hay imposibles y que la EDUCACIÓN PÚBLICA enseña, resiste y sueña. N.d.R

La política de la antipolítica. El planteamiento de un tema que pretende incomodar Profesor Héctor Márrese

El objetivo general del trabajo es analizar de qué manera la política, que esconde la denominada antipolítica, es funcional al neoliberalismo y cómo esta última es una forma disruptiva de hacer política. Hemos decidido encarar el tema tomando en consideración para su análisis, la tercera etapa del neoliberalismo en nuestro país. Por lo tanto, nos centraremos en la llegada al poder, y en el gobierno de Mauricio Macri. En el desarrollo de este trabajo consideraremos tres ejes que, a nuestro entender, son fundamentales. El primero: el discurso de la antipolítica; el segundo: las noticias falsas (fake news en lenguaje colonizado) y el tercero: la guerra sucia jurídica (lawfare, en el mismo lenguaje) Las tres etapas del neoliberalismo en Argentina 18


En la primera etapa, en el caso concreto de nuestro país, el “trabajo sucio” fue realizado por la dictadura cívico, clerical, militar, genocida, entre los años 1976 y 1983, que implantó el terrorismo de Estado basado en la Doctrina de la Seguridad Nacional, actualizada por Kennedy quien deja la defensa contra el enemigo mundial a EE. UU. y la OTAN, quedando para los ejércitos latinoamericanos la tarea de combatir la infiltración marxista en sus países (Barbero-Godoy, 2003). A través de las detenciones arbitrarias las torturas y la desaparición de personas, destruyeron a las organizaciones revolucionarias y a los sectores más combativos del sindicalismo, con el saldo de treinta mil desaparecidos. La segunda etapa, ya con el terreno despejado por el exterminio de una generación de jóvenes luchadores, se completan la mayoría de las transformaciones estructurales, señaladas ut supra, que la Dictadura no pudo concretar, en la denominada, por algunos, ‘segunda década infame’, que abarcó los dos períodos presidenciales de Carlos Saúl Menem. El gobierno de la “Alianza” que sucede a Menem sucumbió a sus propias limitaciones, ideológicamente asume la mentalidad de los noventa, llegando a un final abrupto con la crisis profunda del año 2001 (Gambina-Campione, 2002). La tercera etapa se inicia con la restauración conservadora (Campana, 2017) que se produce en nuestro país, con el triunfo electoral en octubre del 2015 de Mauricio Macri, después del período de los gobiernos progresistas de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández, y que tuvo como objetivo principal retrotraer todas las políticas inclusivas: de una mejor redistribución del ingreso, de revalorización del Estado frente al mercado, promoviendo el desarrollo del mercado interno, entre otras acciones, siendo una de las más importantes el fuerte desendeudamiento. En todo el proceso del neoliberalismo la derrota del campo popular, no sólo fue política, fue en gran medida, cultural. Los intelectuales funcionales al sistema y al poder coadyuvaron para llevarnos a una situación en la cual “El poder dominante ha conseguido transformar sus intereses en nuestro sentido común” (García Delgado, 1995) 19


La antipolítica es política ¿De qué se trata la antipolítica? Según (Romero Reyes, 2015), René Mayorga utiliza este término por primera vez a mediados de la década del noventa en el contexto de la historia boliviana, asociándolo con el neopopulismo latinoamericano y el fenómeno katarista en Bolivia. El mismo autor sostiene que el término fue poco utilizado por las Ciencias Sociales latinoamericanas y casi desconocido por las Ciencias Políticas. En una primera aproximación, señala, podríamos decir que la antipolítica es todo aquello que pervierte, menoscaba y/o deforma la política. Para (Romano-Díaz Parra, 2018) “es el proceso de vaciamiento del contenido político de las instituciones públicas y de la sociedad en su conjunto” y, considerando lo expresado por (Echeverría, 2007) podemos decir que es una respuesta a la crisis de representación, agudizando la descomposición institucional y que “pretende sustituir la representación por la expresión directa de demandas y preferencias” sin pasar por el sistema de partidos”…”opone, las virtudes de la gestión tecnocrática, de las lógicas empresariales privadas, la espontaneidad y moralidad de la sociedad civil, frente a la ineficacia y la corrupción de la política tradicional”, señala además que irrumpe con fuerza en las décadas del 80 y del 90. Todo esto nos permite deslizar una primera afirmación: La antipolítica es política. Trataremos de demostrar que la política de la antipolítica fue fundamental en la implantación, en este caso reimplantación, del neoliberalismo en nuestro país. “Los nuevos mecanismos de disciplinamiento fueron: las hiperinflaciones que implican una virtual desaparición del dinero, el miedo a la participación social y política dejada por el terrorismo de Estado y la creciente desocupación y pobreza, sumado a la caída del denominado socialismo real que generó un golpe para la izquierda y desmoralización en parte del pueblo (Klachko, 2016). Nos centraremos en la tercera etapa que implicó continuidades y reactualizaciones respecto al neoliberalismo de los noventa, realizadas por un representante del empresariado en el gobierno, neoliberalización asociada a nuevos roles de formas estatales, antes que al debilitamiento del Estado y atadas al proceso de judicialización de la política,

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vinculada a la estrategia geopolítica de EE UU, dirigida en América Latina contra gobiernos con políticas ajenas a sus intereses (Taddei-Thwaites Rey, 2019). Los tres ejes *) El discurso de la antipolítica. Consideramos que el discurso de la antipolítica fue trascendente para la construcción en la sociedad de una nueva lógica de sentido común a través de la desideologización del discurso político, uno de los hechos importantes que posibilitó el inicio de la denominada tercera etapa. La problemática central de nuestro trabajo estará centrada en el análisis de los discursos, debates y entrevistas, realizadas, al todavía candidato presidencial Mauricio Macri, obtenidas en repositorios digitales, sitios web y en los periódicos de mayor circulación en nuestro país, así como en materiales fílmicos emitidos por programas de televisión. Además, considerando que “en América Latina detrás de todo líder importante de la derecha hay un gran asesor de marketing político, para construir discurso y articular alianzas con el poder mediático y económico a nivel nacional e internacional (Klachko, 2016),será utilizada la bibliografía publicada por Durán Barba referida a esta temática, por haber sido uno de sus principales asesores, Si bien, es de conocimiento público que la lectura no es uno de los fuertes del actual expresidente, indagaremos en aquel o aquellos libros de fundamentos liberales que pudieran haber influido en sus concepciones políticas. **) Las “fake news” – noticias falsas. Otro problema a considerar son las noticias falsas que muestran la intencionalidad política de quien difunde el mensaje ya sea en los grandes medios de comunicación o en las redes sociales, una de cuyas finalidades es vaciar de contenido el debate sobre determinados temas (Ghea, 2019). Intentaremos dilucidar en qué medida los aspectos comunicacionales con la aparición de lo discursivo de las noticias falsas, terminaron por ser funcionales a la formación de esa nueva lógica de sentido común. El anclaje empírico de este problema será la persecución a dirigentes del campo nacional y popular como podrían ser Máximo Kirchner y Nilda Garré con el tema de las supuestas cuentas en el 21


exterior, llegando, por este camino, a otras problemáticas colaterales que se desprendan en el momento de la investigación.

***) El “lawfare” – guerra sucia jurídica. Por último, no podemos dejar de lado la guerra sucia jurídica. Es una curiosa mezcla de ley y de guerra, de derecho y de conflicto. El término fue utilizado por primera vez en el año 2001 en EE UU con relación a la manipulación del derecho internacional en conflictos bélicos, luego fue trasplantado hacia la distorsión de la justicia en la política interior de muchos países, operando hoy como una vía rápida para impedir el retorno de gobiernos progresistas o buscando su desestabilización si están gobernando (Natanson, 2018). El fenómeno tiene tres dinámicas: tiempo político, reorganización del aparato judicial y doble rasero de la ley, además los medios de comunicación masivos y concentrados, operan como ‘periodismo de guerra’ (Romano-Vollenweider, 2019). Los efectos que producen estas causas son fundamentalmente políticos constituyéndose su importancia en el impacto que generan en la opinión pública (Romano-Tirado, 2019). El anclaje empírico lo haremos tomando como tema principal el encarcelamiento de Milagro Salas, utilizaremos las mismas herramientas que para las noticias falsas ya que es imposible que existan una sin la otra. Esta es la estructura básica para un trabajo que terminará siendo la Tesina de Grado en el Ciclo de Complementación Curricular en Licenciatura en Historia de la UNDAV. BIBLIOGRAFÍA Barbero, Héctor y Godoy, Guadalupe. “La configuración del enemigo interno, como parte del sistema represivo argentino”- C.C.Cooperación, Cuadernos de trabajo 55, 2003 Gambina, Juan Carlos y Campione, Daniel. “Los años de Menem, cirugía mayor” C.C.C., 2002 Campana, Gustavo. “Prontuario. No hay liberalismo sin traición” Bs.As., Colihue, 2017 García Delgado, Daniel. ”Argentina. La cuestión de la equidad”, NUSO Nº 139septiembre-octubre 1995. 22


Romero Reyes, Antonio. “Aproximaciones a la comprensión de la antipolítica en América Latina” (ponencia) U.N. Mayor de San Marcos, 2015 Romano, Silvina y Díaz Parra, Ibán. “ANTIPOLÍTICAS”. Neoliberalismo, realismo de izquierda y autonomismo en América Latina. Bs. As., Luxemburgo, 2018 Echeverría, Julio – “La democracia difícil: neopopulismo y antipolítica en Ecuador” (ponencia) Iconos, Revista de Ciencias Sociales Nº 27, Quito, 2007 Arkonada, Katu y Klachko, Paula – “Desde abajo y desde arriba-de la resistencia de los gobiernos populares: escenarios y horizontes de un cambio de época en América Latina”, La Habana, Caminos, 2016 Taddei, Emilio y Thwaites Rey, Mabel. “El poder judicial y la reconfiguración neoliberal del Estado bajo el macrismo”, 2019 Ghea, María Elisa. “El método lawfare para la persecución de Cristina”. Tesis doctoral en Comunicación UNLP, 2019 Natanson, José. “Qué es el lawfare”. Periódico Página 12 – 16/10/18 Romano, Silvina y Vollenweider, Camila. “¿Lawfare o lawfear? La guerra judicial y el miedo”, 2020

Héctor Marrese, julio de 2021

Paulo Freire Prof. María Rosello Sin duda Paulo Freire ha sido uno

de

los

pensadores

y

pedagogos más relevantes del SXX,

no

solo trascendió los

límites de su país, Brasil. Sus ideas y obras han tenido y tiene una

gran

repercusión

en

América Latina y en países de otros continentes.

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Paulo Reglus Neves Freire nació el 19 de septiembre de 1921 en Recife, capital de Pernambuco.. Fue un educador y experto en temas de educación, siendo uno de los más influyentes teóricos de la educación del siglo XX. Si bien su familia era de clase media, Freire conoció la pobreza y el hambre durante la Gran Depresión de 1929, una experiencia que formaría sus preocupaciones por las personas con menos ingresos, y que le ayudaría a forjar su perspectiva educativa. En el 1943, ingresó a la Facultad de Derecho de la Universidad de Recife, donde estudió al mismo tiempo Filosofía y Psicología

del

Lenguaje.

Se

incorporó

a

la

burocracia estatal,

pero

nunca practicó la abogacía,

sino

que prefirió dar clases

de

portugués en la secundaria y es allí cuando empezó a poner en práctica su propuesta educativa. Sus planteamientos eran de que las y los estudiantes, guiadas/os por su curiosidad, deberían descubrir los contenidos académicos de manera dinámica y viva. En sus clases, daba prioridad al aprendizaje de la significación profunda de los textos. La educación “es un proceso de conocimiento, formación política, manifestación ética, búsqueda de belleza, capacitación científica y técnica”, afirmaba Paulo Freire, reconocido como uno de los pedagogos más influyentes de América Latina. Promovió una educación humanista dirigida a integrar al individuo a la realidad nacional. “La práctica educativa es todo esto: efectividad, alegría, capacidad científica, dominio técnico al servicio del cambio”, sostenía. 24


El pedagogo brasileño definió la educación como un proceso destinado a la liberación y el desarrollo de la conciencia crítica. “La gran tarea humanista e histórica de los oprimidos: liberarse a sí mismo y liberar a los opresores”. Para Freire la alfabetización era la mejor vía para la liberación. Gran parte de su carrera la dedicó a alfabetizar a los adultos. Sus propuestas también influyeron en las nuevas ideas liberadoras de América Latina. Apoyado en los principios de diálogo e independencia, el método freiriano se opone al sistema unidireccional de educación y tradicional , concebido como un instrumento de opresión, y propone el establecimiento de un nuevo vínculo entre los profesores y sus alumnos. De acuerdo con lo expuesto en su libro Pedagogía del oprimido (1968), existen dos tipos de educación, la domesticadora y liberadora, las cuales se contraponen de forma directa. La primera, también llamada “educación bancaria”, posiciona al docente como figura central del proceso de enseñanza. Bajo esta lógica, el educador posee el monopolio del conocimiento y es responsable de imponer el saber al educando, en tanto estos últimos adoptan una posición pasiva y se limitan a practicar la memorización mecánica cómo método de estudio. “El educador es el que sabe, los educandos los que no saben; el educador es el que piensa, los educandos

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los objetos pensados; el educador es el que habla, los educandos los que escuchan dócilmente”, señaló Freire al respecto. La segunda, también conocida como “educación problematizadora” o dialógica fue elaborada por Freire como una alternativa a la primera, con el cometido de eliminar la dicotomía entre educadores y educandos, destruir la pasividad de estos últimos y estimularlos a transformar su realidad. De este modo, el dialogo cobra una gran importancia, ya que funciona como instrumento de liberación y construcción de la conciencia crítica de los alumnos, transformándolos en creadores y sujetos de su propia historia. Sin lugar a dudas Paulo Freire, es el pedagogo, que impulso de la educación para la liberación. Sus ideas le generaron detenciones y exilios. En diferentes momentos los gobiernos autoritarios prohibieron el uso y difusión de su ideario y obras. No obstante, su figura era de mayor gravitación social, fundamentalmente por haber trascendido el ámbito escolar. Y generarse propuestas en organizaciones sociales y en el ámbito laboral de los Trabajadores Sociales. La popularidad lograda ha generado ciertos reduccionismos y una práctica que hace evidente el desconocimiento profundo de su obra.

En el presente año Paulo Freire cumpliría 100 años, es por este motivo que se lo celebra con Conversatorios, Seminarios, Conferencias, entre otros en los que intervienen personalidades destacadas en el terreno pedagógico. Vale destacar que a lo largo de su trayectoria dio muestras de autocrítica y re direccionamiento de sus ideas, de promover el dialogo con otros pensadores 26


con los que acordaba en algunas ideas y que se hace evidente, en sus ultimo tiempos en los que dialoga con Henry Giroux y Peter Mc Laren. Ambos estadounidenses y enrolados en el pensamiento crítico. Desde el CEPHNAL y en el transcurso del 2021 publicaremos un párrafo sustantivo de su inmensa obra. Estas son algunas de sus obras Pedagogía del Oprimido Pedagogía de la Esperanza Pedagogía de la Indignación Pedagogía de la Autonomía Cartas a quien pretende enseñar La Educación como Práctica de la Libertad La importancia del acto de leer Hacia una pedagogía de la pregunta ¿Extensión

o

comunicación?

La

concientización en el medio rural Pedagogía Erótica Educación y Cambio Educación popular, cultura e identidad desde la perspectiva de Paulo Freire PARRAFO SELECCIONADO PARA ESTA PUBLICACION “Lucha contra el desprecio de la cosa pública, contra la mentira, contra la falta de escrúpulos. Y todo eso con momentos de desencanto, pero sin perder nunca la esperanza. No importa en qué sociedad estemos ni a qué sociedad pertenezcamos, nos urge luchar con esperanza y denuedo” Pedagogía de la Indignación. Cartas pedagógicas en un mundo revuelto Editorial siglo veintiuno 1996

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La columna Federal Invitamos hoy a Joaquín!!

un egresado del

Presencialidad y pandemia. La difusa línea entre Gobierno y oposición en el interior del país Prof. Hugo Alejandro Gómez Hugo Alejandro Gómez nació en Capital Federal el 8 de octubre de 1966. Profesor de Historia (ISP Joaquín V. González) y Licenciado en Historia (Universidad Nacional de La Matanza). Estudió periodismo y trabajó en diversos periódicos, revistas y radiodifusoras de la Zona Oeste del Gran Buenos Aires entre 1986 y 1996. Fue Mención de Honor en el concurso de cuentos "Leopoldo Marechal" 1997 y en 1998 en el concurso literario del ISP Joaquín V. 28


González. Se desempeñó como docente en la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo y en diferentes instituciones de la Provincia de Buenos Aires. Como historiador es autor de "Montoneros en Morón. Militantes y militancia 1973-1976" y "Ni olvido ni sumisión. Desperonización y disciplinamiento durante la Libertadora. 1955-1958". En 2019 editó su primera novela, "La revolución será en Gualeguay". Desde 2014 reside en Gualeguay, donde es docente en escuelas medias y en el Profesorado de Historia de la ciudad. 1. -

¡Hola, profe! ¿Cómo estás? ¡Bien, David! ¿Y vos?

David es el preceptor del turno mañana en la escuela de zona de chacras (en las afueras de la ciudad) en Gualeguay, al sur de la provincia de Entre Ríos. Me recibe extendiendo el puño para saludarme cálidamente, como él solo sabe hacerlo. Miro el patio semivacío y los alumnos intentan amucharse hacia el único rincón, cerca del mástil, donde da el sol en esta mañana fría de julio. -

Che… -le digo-. Cero distanciamiento… Olvidáte, -contesta-. ¡No vamos a andar corriéndolos, si es al pedo! ¡Salen de acá y se van juntos ya desde la vereda!

La presencialidad en Entre Ríos, vino para quedarse. Después de la medida de emergencia a mediados de abril por el aumento de casos y la amenaza de nuevas cepas más poderosas, el país en gran medida adhirió al decreto presidencial, con vigencia hasta el 30 de ese mes y se haría extensivo de acuerdo a las circunstancias, como luego se vería. Finalizado el plazo, la lucha dentro del territorio bonaerense y capitalino se robaba todas las miradas: la presencialidad propuesta por el gobierno de CABA bajo el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, corría con el caballo del comisario frente al gobernador bonaerense Axel Kicillof. Los medios apoyaban con los más variopintos análisis, el trauma causado a los niños y adolescentes por no poder asistir a la escuela a aprender los contenidos de boca del docente sin más mediación que un barbijo. Hasta allí, todo parece una disputa Gobierno (peronismo) vs. Oposición (macrismo). Lo cierto es que, al interior del país, lejos de las miradas de los medios y de los grandes analistas y perpetradores políticos, las realidades son más complejas. Vencido el plazo de abril, se realiza una breve extensión de una semana y la administración del gobernador Bordet (alineado con el Frente de Todos en las últimas elecciones) decide tomar postura del lado del macrismo. “Claro -dirá usted-, en un momento tan álgido en la situación pandémica, si el 29


gobierno provincial es peronista va a apoyar la medida del gobierno nacional peronista”. Pero no, nunca la ecuación resulta sencilla, al menos en política. El Gremio, que inició el año exigiendo paritarias después más de un año y medio (la última había sido marzo/abril de 2019) y la mantención de la virtualidad, aflojó con la primera y rezongó con la segunda, casi en silencio, haciendo pucherito en el rincón como el niño que ha sido castigado sin recibir golosinas. Los docentes que adhirieron al tibio rezongo de mantener la virtualidad se reincorporaron al trabajo presencial cuando vieron que la amenaza de Martín Müller, presidente del Consejo General de Educación (algo así como el ministro de Educación provincial) de descontar los días de trabajo virtual como no trabajados en presencialidad, se hizo efectiva. La coerción económica es un arma poderosísima en manos de cualquier gobierno. Mientras tanto, la pandemia seguía en la provincia y en la ciudad, también. 2. -

Che, Dire… -le digo al director de la escuela cuando salgo al recreo-. Los pibes andan sin barbijo… ¡Dejá a lo’ gurise’ así! ¡Si vienen caminando en grupo o con las bicis sin barbijo y se lo ponen en la puerta de la escuela! ¡Si ya sabemos que lo’ gurise’ no se cuidan! –respondió con naturalidad. Y estaba en lo cierto.

“La escuela no contagia”, repetían los medios una y otra vez. Es un pobre equivalente a “la fábrica no explota” o “la cárcel no reforma”. La fábrica, la cárcel, la escuela son edificios, apenas estructuras; eso sí, contienen superestructuras de mayor complejidad –la fábrica, patrones capitalistas que aplican plusvalía y son quienes explotan; la cárcel tiene un sistema con normas y personas que las violan sistemáticamente e insertan a los convictos en un régimen de supervivencia donde la muerte es moneda corriente; y la escuela… Bueno, la escuela tiene una currícula, directivos empeñados en llevarla a cabo y docentes que tibiamente se rebelan al sistema escolar aún cuando hay una serie de protocolos pandémicos que no se cumplen-. “La escuela no contagia”, pero quienes asisten a ella son factor de contagio, transmisores con grandes posibilidades de tener un virus sin saberlo (los niños y adolescentes se presentan mayormente como asintomáticos) y, al saberse inmunes, esa omnipotencia los lleva al olvidar o menospreciar todo protocolo. Los docentes quedan expuestos a esa dinámica donde directivos, preceptores y alumnos son cómplices implícitos de la transmisión viral. “¡No, profe! ¡Hace frío!”, es la respuesta al arma mortal que nos defiende ante el amuchamiento áulico de quince chicos por burbuja. Abrir ventanas y puertas 30


para ventilar el aula donde hay gente concentrada por un espacio de tiempo poco recomendable (unos pocos minutos bastan). “Apenas un tantito así –dice Julián, el portero, abriendo el pulgar y el índice y mostrando una distancia de cinco centímetros entre un dedo y otro- hay que abrir una ventana de un lado y otra del otro para que el aire circule. Lo dijo un médico en el programa de Laje y el médico, algo más que uno sabe, ¿no? Y Laje es el más serio, profe, le da con un caño a todos, sin importar quién sea, ¡eh!”. Me limité a decirle que no estaba de acuerdo y no me parecía pertinente debatirle que hay organizaciones de médicos antivacunas, organizaciones de periodistas que son antieducación y propresencialidad a la vez y tantas cosas más. Rezongaron los chicos, rezongó el portero y, seguramente, rezongaron el preceptor y el director cuando se enteraron, aunque no hayan venido a reclamarme. La presencialidad vino para quedarse, en Entre Ríos. Y a pesar de ello, todo el mundo está feliz, como cantaría Xuxa. 3. Gualeguay es una ciudad de 50.000 habitantes que se reparten en unas 30.000 en el casco urbano y periferia, unos cinco mil en General Galarza, y el resto en pequeños poblados como Aldea Asunción y habitantes de zonas de chacras y rurales. Para contener los contagios de esta población y aledañas (ciudades y pueblos vecinos del sur de Entre Ríos como Islas o Victoria) acuden o son trasladados a las 10 camas UTI (Unidad de Terapia Intensiva) de que dispone el Hospital San Antonio, que para los parámetros del AMBA es casi el equivalente a un UPA (Unidad Primaria de Atención) o un Centro de Salud y aquí se le llama con el pecho inflado de orgullo, hospital. No deja de serlo, pero no estaba preparado para esta contingencia pandémica y aún en pleno julio, cuando la vacunación avanza lenta pero segura, la ocupación de camas UTI está saturada y algunos pacientes son trasladados a Paraná (Capital Provincial) a Rosario (en la vecina provincia de Santa Fe) o a Campana (en la vecina provincia de Buenos Aires). Y además, confabula el gobierno municipal de Cambiemos, que con la filosofía del laissez faire-laissez passer pandémico no ejerce ningún tipo de control ciudadano. Por el contrario, el fin de Semana Santa organizó en el Parque Intendente Quintana (centro de la vida social y cultural de la ciudad) un campeonato nacional de skateboarding, congregándose 10.000 personas amuchadas para ver el espectáculo en el río, sin distanciamiento y sin barbijo; o, un pub céntrico que ante reiteradas denuncias se vio forzado a cerrar con una clausura provisoria y al reabrir, volvió a las andadas organizando una festichola con 128 personas en un espacio habilitado para 20. El final épico es 31


con música de fondo de patrulleros, gente escapando por los techos y los efectivos policiales en una persecución infructuosa al ritmo de Benny Hill. La paradoja fue una multa de apenas diez mil pesos (unos 100 dólares) para un comercio que sigue habilitado a continuar con esas trapisondas y recaudando a mares (y difundiendo Covid a troche y moche, además) por una módica suma. En este contexto, se mueve la educación en tiempos de pandemia en una localidad perteneciente a una provincia que uno imaginaría gobernada por Larreta, Frigerio o D’Angelis. Y es una realidad que atañe a muchas localidades del interior: contagios en disminución momentánea, pero con la suficiente constancia para mantener saturadas o semisaturadas las camas de UTI. Gobernantes que desatienden las complejidades de las pequeñas comunidades que no tienen voz. Y docentes sometidos a la mirada asesina de padres que no aceptan que se abran las ventanas del aula porque al hacerlo, demuestran que “no quieren laburar”. “Es mejor invertir en virtualidad que hacer una ficción de la presencialidad” (Adriana Puiggrós)

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En este segmento de la revista despedimos a los compañeros Horacio GONZALEZ y Rafael CULLEN quienes han partido a las AULAS CELESTIALES a seguir dando cátedra de compañerismo, honradez intelectual y de las otras; esas que no abundan tanto; de amistad y ejemplo de lo que significa ser buena persona. Nos quedan el dolor de sus partidas y la felicidad de haberlos conocidos. Hasta que nos volvamos a reencontrar los seguiremos visitando en sus letras. La Redacción

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El folletín argentino. Capítulo 4 Horacio González expone con lucidez en el cuarto capítulo del "Folletín Argentino", los “artificios para la demolición” del mundo militante de los setenta. Las declaraciones negacioncitas del genocidio argentino tienen apenas su punta de iceberg en Lopérfido. Pablo Avelluto - productor del film que corresponde al libro de Héctor Leis sobre la militancia montonera -, Hernán Lombardi y Jorge Lanata representan la fusta con la que el macrismo llegó para amputarle la lengua social y crítica al país.

Artificios para la demolición Por Horacio González La batería de escarnios está hambrienta, porque precisa cobrar la presa mayor, a la oradora insaciable que ofuscaba casi a diario con su verba, que solía irritar a “extraños y propios” desde el atril mayor de Balcarce 50 a medida que

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atravesaba ondulaciones diversas y ramificaciones abismales en su discurso. Ya hablaremos y pensaremos algo más en relación a aquel estilo presidencial. Ahora se nos cruza un tema más urgente: el juicio y consideración sobre las militancias de los años 70. Está en discusión la figura, la contextura y el alcance moral del militante, la idea misma de la militancia. Es conocida la frase “una época sueña el modo de ser de la época siguiente”. No se trata de una secuencia histórica que une períodos diferentes, sino de una visión retrospectiva que el presente –con sus específicos hechos- siempre tiene sobre el pasado. Por eso, un tiempo anterior “sueña” el que le sigue, es decir, no puede imaginar que hechos ocurrirán, pero sospecha finalmente que será refutado o desmentido. Pero de todas maneras, esa impugnación nunca es un mecanismo de anulación, olvido y parsimonia tan absoluta, al límite del negacionismo. Es evidente que el llamado “setentismo” del gobierno tenía múltiples dimensiones y ángulos para ser interpretado. Había, y hay, una militancia que

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trabajaba en su conciencia pública con una idea explícita de legado histórico. Un legado siempre es problemático. Lo que se lega no es nunca un cuadro completo de memorias, lo que se lega son precisamente interrogantes, preguntas. Por eso, los actos en el Patio de las Palmeras tenían tanta emotividad, y también un ritualismo ya consolidado como el que suele acompañar las formas más agudizadas de conmemoración. ¿En qué consistía ese ritualismo, es apelación a la magna leyenda? Bastaba escuchar a los militantes, que apelaban a una herencia que tenía eslabones muy precisos, y concluía en un lema que atraviesa toda la historia de la civilización: “no nos han vencido”. Ese relato –ya me referí en el capítulo uno sobre este concepto, en primer lugar, debo decir que a mí me conmovía, y luego me sumergía en un mar de dudas. ¿Eran legítimas esas dudas? La pregunta es pertinente, porque el mismo concepto de duda siempre está sometido a averiguaciones e inquisiciones de muy diverso tono, no hace falta apelar a Descartes para saberlo. El mundo militante más estricto, no deja tener fuertes “dudas sobre las dudas”, y todos recordamos remordidos el cruel hallazgo de una composición -un préstamo de Maurras o de Barrés-, que hizo cierto coronel del rostro coloreado, por el cual se ligaba la duda al engreimiento de los 36


hombres cultivados. Lo cierto es que el mundo militante de los setenta se ha extinguido entre la sangre y el tiempo, por mecanismos misteriosos que ni puede explicar la “episteme” foucaultiana –una forma encubierta del tiempo fijo, parmenídico-. Ese pasado ni se ha clausurado en sí mismo como un bloque cerrado, asfixiado en su propio error, ni puede permanecer intocado. Hay que repensar con respeto sus destellos quebradizos sobre el presente. No sólo porque carga en su ser un elegíaco fracaso (su sonoridad es la estridente cadencia de una época que se desploma), sino porque el toque de atención de ese “sueño futuro”, implora siempre que la historia no se repita. O sea, el legado existe y hay que mantenerlo, pero sus hebras complejas se abren a múltiples interpretaciones, incluso a la reserva de las conciencias y al rebato de moderación y circunspección en el recuerdo. En los últimos dos o tres años cobró fuerza un proyecto efectivo de revisar en su núcleo original, en su más duro fermento, los años de la militancia armada, y eso se hacía tanto más verosímil cuanto provenía de escritos y memorias de algunos de los participantes de las experiencias de aquellos grupos armados. Mencionaré en especial el libro escrito por Héctor Leis, retomando algunos tópicos que en su momento expuse en un artículo en Página/12. En Un testamento de los años 70, Héctor Leis, fallecido recientemente luego de una

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larga enfermedad, y a quien siempre le reservo un cálido recuerdo personal, escribe una interesante memoria biográfica. Pero en ella veo un extravío que, si no le resta sinceridad, por lo menos la oscurece para la reflexión profunda, al punto de anunciar los actuales actos negacionistas. No es este el propósito de Leis, pero sus pensamientos dolidos fueron el cáñamo del que se sirvieron los póstumos revisores y auditores macristas de la memoria. Leis cuenta un incidente casi olvidado en un acto de conmemoración de los fusilamiento de 1956 en León Suárez. Ese acto fue en 1973. Leis era militante montonero y portaba un arma. Al acudir en defensa de una compañera, él también debe disparar. Este hecho tiene carácter testimonial, pero se halla en su camino de revelaciones personales. Estas revelaciones, sin duda, nos deben acompañar siempre. La situación tiene cierta envergadura borgeana; se asemeja al tiroteo en Tilsit (en Deutsches Réquiem) que decide la vida posterior de un militante nacionalsocialista, el oficial Otto Dietrich Zur Linde. Con Héctor Leis es lo contrario, no sólo por la diversidad radical del campo ideológico involucrado. Este evento adquiere estatura mítica para Leis y se inscribe en una tradición autoreflexiva, el inicio de una piedad necesaria en relación a lo que hacemos, 38


a lo que nos hacen con lo que hacemos, y los daños que inadvertidamente podemos provocar. Una vida entera puede o no puede luego explicarlos. La opción por las armas de toda una generación política puede poseer relatos como éste o muy parecidos. El momento iniciático de la política, si es un hecho de armas, puede desplegarse en el interior de una conciencia de múltiples maneras. Podemos optar por decir que lo explica la época, y la culpabilidad se escabulle hacia la epistemología social general en la que un historiador podrá hurgar luego. O podemos decir que nadie puede vivir la muerte ni los hechos vitales de otros, y que soy solo yo responsable de esos actos, por más que mediaran órdenes y recomendaciones organizativas. Lo que narra Leis es efectivamente interesante, tal como lo ocurrido con Hugo, en Las manos sucias de Sartre, al exclamar “estoy solo en la historia con un cadáver”. Aunque Leis no resuelve en su relato el resultado final del disparo que saliera de su arma. Veo

allí

un

sentido

totalmente

ajustado

al

debate

actual,

el

sorprendente error de vaciar la historia argentina de sus clásicos enfrentamientos, no por haber sido violentos, sino por haber contado con un tipo de decisión armada por parte de los grupos insurreccionales de la época que no habrían poseído habilitación

ética

de

ninguna

especie. Esto no es así. Hace años que un revisionismo chato viene acompañado

trivialmente

estos

hechos que Leis narró después en su propia carne. Una cosa es condenar la violencia, sobre todo la que emana de órganos políticos que de alguna manera se burocratizan en torno a un lenguaje militar que anula la autorreflexión, y 39


otra cosa es trocar en el alma del hablante el signo que lo hacía ser un joven militante armado (con críticas incluso muy drásticas a esas organizaciones) y asumir hoy la equívoca santidad de hablar desde el punto de vista de los otros, los profesionales del desprecio a todo intento de conmover a las sociedades. Así lo hizo Lopérfido, aunque esta dura opinión no alcanza a Leis. Escuchemos

La

marcha

de

la

Revolución

Libertadora.

Está

tomada

musicalmente de la marcha de la Falange española: es claro, es el nacionalismo católico el que la escribe y musicaliza: un hijo del músico santiagueño Gómez Carillo y un abogado de la derecha nacional hace la letra que aún impresiona. Llama a la lucha armada con énfasis místicos, emplea la falangista expresión “camaradas” –compartida por la otra gran revolución del siglo XX-, y su tema principal es la apología de la muerte heroica: “Y si la muerte quiebra tu vida al frío de una madrugada / perdurará tu nombre entre los héroes de la patria amada”. Su énfasis cristiano es literal, pero regado en sangre: “Y cuando el paso firme de la Argentina altiva de mañana / traiga / el eco sereno / de la paz con tu sangre conquistada /cantarás con nosotros camarada / de guardia allá en la Gloria Peregrina / porque esta tierra de Dios tuviera / Mil veces una muerte Argentina”. De allí salen épicas militantes que se bifurcaron varias veces en la historia nacional, entreveradas en el misterio de las metáforas últimas. También con el peronismo combatiente. ¿Lo habría entendido Perón así? ¿Se llegó al núcleo último de esta dificultad conceptual de la historia argentina? Algunos filamentos de estos sonidos y letanías del militante armado fueron a parar a Montoneros. Otros, los portó silenciosamente la Marina en su plataforma de placas hundidas en su inconsciente colectivo, y afloraron con creces en los horrendos episodios de la ESMA. Hubo “miles de muertes argentinas”. Esas alusiones y la mención de la sangre como signo de identidad frente al pífano trágico del compromiso militante, no dejan que pasemos por alto el eco de esa violencia del 55 –recordemos lo que pensaba Walsh en ese momento- repartida luego a través de transfiguraciones y metamorfosis diversas de los espíritus militantes que salían de una fragua que los había 40


reelaborado dando vueltas y vueltas (“mil vueltas argentinas”) a una trágica materia prima incesantemente combinada. No son los “dos demonios”. Va más allá de eso y resiste la comprensión, la de todos, pero más de aquellos que se burlan de los militantes. Sería absurdo que no intentáramos comprender estos dramas y no extrajéramos de allí todos los desmanes del espíritu que no estuvieron a nuestro alcance apreciar en aquel momento. Pero no hay razón para que, al

percibirlos ahora, cultivemos un esteticismo de la traición en vez de rodearnos de la conmiseración autocrítica que corresponda. Pero no la de hacer “una lista común de víctimas” o dejar “los muertos en paz”, porque nunca eso es posible, salvo poniéndose del punto de vista de los victimarios. Reclamar como había pedido Leis “un memorial conjunto de las víctimas que incluya desde los soldados muertos en Formosa hasta los estudiantes desaparecidos en La Plata”, no puede formar parte ninguna decisión intelectual y moral de nuestro presente. Leis podía decirlo, actuaba en nombre de una gran aflicción personal, pero ya es otra cosa cuando sabemos que el actual Ministro de Cultura, Pablo Avelluto, participó de la producción del film que corresponde al libro de Leis y es autor de un twitter que dice “la revolución que prefiero es la 41


Libertadora”. Luego se desdijo: “no hay que tomar en serio los twitts”, exclamó. Acá hay en evento interesante y nos permite decir algo concluyente. ¡Quizás los twists sea lo único que hay que tomar en serio! Sin embargo, no hay que asustarse ni acobardarse por lo dicho, señor Avellutto. La Revolución Libertadora cargaba desde su origen la marca siniestra del bombardeo a una plaza civil, y luego los fusilamientos de junio del año posterior (donde cae otro militar que formaba en las filas del nacionalismo católico, aunque volcado hacia simpatías con el peronismo: Valle). No obstante, se es medroso y pusilánime cuando se desmiente lo que se cree; porque debe corregirse esa creencia. Esto es así, debido a que lo que se cree no es cómo el sr. ministro lo dice: no entiende realmente qué fue la Revolución Libertadora en su condición especular, de reversibilidad irónica respecto al peronismo (Marcha contra Marcha, Hugo del Carril contra el coro de militares y civiles en el subsuelo eclesiástico), por lo que no comprende entonces la dimensión enzarzada del peronismo y el modo cambiante en que la historia interpreta la figura del militante. Aunque no es el único timorato para entender este complejo prisma histórico, pues su oficio cubre solo con valentía únicamente aspectos propios de un gerente de personal encabritado, agitando listas de despedidos en sus puños. Por supuesto no caben comparaciones: pero otra cosa es Borges, el último partisano de la Revolución Libertadora –en su despacho de la Biblioteca escribía los postreros comunicados del cenáculo restante-, que la imaginó liberal y la sospechó en su nacionalismo fracasado, y que, en toda su obra magnífica, anterior y posterior, está atento a esta tensión que nunca, nadie y nada pudo resolver. Claro que el pasado, en su propio nombre, augura siempre una clausura, y claro que extrapolar el juicio sobre criterios vigentes en otra época que no “soñaba” dejar paso a la que la juzga, puede ser un trabajo perversamente fácil o directamente guiado por sensibilidades vengativas. Y aún más, sabiéndose que, con los cambios de cada época, la figura del que transmuta sus conocimientos y creencias es más vieja que la ruda. La historia de las conversiones es la historia misma de la civilización. También se sabe que la 42


conversión es un arte sigiloso, callado, inconfeso. El pliegue último del pensar es ese acto secretamente converso. Pero decirlo ahora –e invocar el modo en que Leis hizo público lo cauteloso que abriga en sí al modo de negación que cada conciencia esgrime para ella misma- es jugar sucio en medio de una idea de la historia paralizada. De este modo, aunque no se diga, se quiere cerrar el ciclo de los juicios encarados desde los derechos humanos, ignorando que el dolor por lo pasado es transpolítico, pero no debe equivocarse respecto a la madeja intrincada de sentimientos que juzga. Se juzgan muertes ocurridas en gabinetes ocultos del Estado, operados por torturadores que tenían graduaciones

entregadas

por

las

ceremonias

públicas

que

implican

juramentos y deberes, y seguidos por esbirros habilitados para asesinar en nombre de altos mandos que cuando daban la cara decían no ver sino “entelequias”. ¿Cómo se pretende interrumpir ese río interior de la sociedad argentina, donde también se lucha por ganar el derecho de hacerse cargo de una explicación más duradera de lo ocurrido, y sostenida en antiguos saberes humanistas? ¿Cómo se lo pretende interrumpir con una tesis que es más tacaña que del documento que escribió Sábato para el “¿Nunca más”, que a pesar de que equilibra las “dos violencias”, leído con atención, señala con más decisión condenatoria a aquella proveniente del “infierno” señoreado por las Fuerzas Armadas? El libro de Leis me suena como si esa responsabilidad por el signo de una interpretación, de la que Sábato estuvo más cerca de lo que muchos creímos, quedase por fin en manos de las viejas fuerzas reaccionarias del país – habilitadas por una conversión sacrificial y personal que ellos publicarían muy contentos en sus matutinos-, impidiendo algo muy interesante, en lo que hubiéramos debido esperar que alguna vez Leis participara. La rara, póstuma e irrisoria ecuanimidad sobre la vida de los muertos, pero no antes de hacer el doloroso tránsito por la convicción de que solo desnutridas religiones mustias, pueden igualar todas las situaciones hundidas en la espesura onírica de una época que se nos escurre. No, es preciso seguir sosteniendo que un modo de ser víctima, la de aquellos jóvenes de cuando el propio Leis era otro, 43


que sin embargo pudieron haber matado, pero estando a su vez casi todos muertos y desaparecidos, ese modo, decimos, sigue sosteniendo el hilo de humanidad crítica de la nación argentina. No es lo mismo que el tipo de víctima que Leis dice que –fusionando todo con todo- llevaría a un “memorial conjunto”.

Al

desmitologizador de la historia, le esperaban más conservadores aplausos

saludos que del

historiador humanista. Es lo que ocurrió. Vino el macrismo a amputar la lengua social y crítica al país. En una inauguración de la Feria del Libro –la última o antepenúltima, no recuerdo bien- se escuchó al secretario de Cultura de la Ciudad de Macri, hoy Ministro de Medios, Hernán Lombardi, recomendar la lectura de Héctor Leis. Entre tantos números de libros que se mencionaron, este único libro me movió a señalar en el contexto de qué injusticia se mueve. Hay números implícitos en el libro de Leis que comienzan a manifestarse: pero hoy, hágase el cómputo de las balas de goma lanzadas por la Gendarmería ante una murga villera. ¿En nuestras pequeñas conmemoraciones reconciliantes, incluiríamos a esos disparos del nuevo Estado en el equilibrio justo que se verifique por la contrapuesta acción del “demonio del narcotráfico”? Hay muertos de ambos lados, es claro, pero llamamos ética a la capacidad de condenar toda ejecución de un daño, desde un lugar explícito, humano, visible, que es único, puesto que en su excepcionalidad nos toca: es el lugar que no desmantele la noción misma de justicia y de historia, que casi vendrían a ser lo mismo. Estas tesis cobraron fuerza en los últimos años, sobre todo promulgadas por sectores académicos, al que por eso sólo no les correspondería el título de liberal-progresistas con el que gustan llamarse, pero fueron llevadas a su extremo de persuasión masiva por Jorge Lanata. Este periodista tuvo y tiene 44


un papel principal en la formación de esa espesura indefinible que atravesando el espíritu colectivo busca asociar el “investigador solitario” con los grandes juegos empresariales a los que finalmente acata. Fin de su soledad. Parece libre, pero es la libertad que interpreta Etienne de La Boétie como el cese de la voluntad propia en nombre de una apariencia nietzscheana de dominio. Compleja situación, que se revela en todas las intervenciones de Lanata, que, como nadie, sabe deslizarse del saqueo de citas académicas al “burlesque”. He aquí en su último artículo en Clarín (7 de febrero, día en que escribo este capítulo) una cita de Todorov, invitado hace un tiempo a visitar el Parque de la Memoria en la Argentina. Le viene como anillo al dedo, pues dice Todorov citado por Lanata:

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“Los Montoneros y otros grupos de extrema izquierda organizaban asesinatos de personalidades políticas y militares, que a veces incluían a toda su familia, tomaban rehenes con el fin de obtener un rescate, volaban edificios públicos y atracaban bancos. Tras la instauración de la dictadura, obedeciendo a sus

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dirigentes, a menudo refugiados en el extranjero, esos mismos grupúsculos pasaron a la clandestinidad y continuaron la lucha armada. Tampoco se puede silenciar la ideología que inspiraba a esta guerrilla de extrema izquierda y al régimen que tanto anhelaba. Como fue vencida y eliminada, no se pueden calibrar las consecuencias que hubiera tenido su victoria. Pero, a título de comparación, podemos recordar que, más o menos en el mismo momento (entre 1975 y 1979), una guerrilla de extrema izquierda se hizo con el poder en Camboya. El genocidio que desencadenó causó la muerte de alrededor de un millón y medio de personas, el 25% de la población del país. Las víctimas de la represión del terrorismo de Estado en Argentina, demasiado numerosas, representan el 0,01% de la población”. Es lo que llamo un modo que tiene una época posterior de chocar su “sueño” ya estabilizado, desnatado y “desgrasado” con lo que el

“setentismo” no fue

capaz de “soñar” de la época que lo juzgaría. ¡Qué gracia tiene este modo de sacarle la “grasa” a la historia! ¡Claro que no sabríamos que hubiera pasado si triunfaba aquel insurreccionalismo! ¿Quién puede proclamar su saber respecto a lo que la historia no escribió nunca en su cuerpo escurridizo? ¿De qué vale comparar Montoneros con Camboya? Por lo menos, este baile ominoso de las cifras, para el señor Todorov, arroja un resultado poco alarmante: el terrorismo de Estado apenas afectó aquí al 0,01 por ciento de la población. ¿No se siente a gusto el lector dominguero de Clarín con tan escuetos y misérrimos resultados? Lopérfido se quedó corto, mientras Todorov esgrimió la cifra conspicua desde su cientificismo porcentual. (En el próximo capítulo trataremos de ver con más atención las consecuencias de la crítica a la militancia, sus efectos lúcidos y situaciones que pueden afectarla si resulta mal planteada su situación existencial)

Buenos Aires, 7 de febrero de 2016

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Los intelectuales, la cultura y el poder

Horacio González, Eduardo Grüner, Maristella Svampa La función de los intelectuales tiene una historia de ideas y conceptos marcados por los acontecimientos sociales y políticos de cada época. Pierre Bordieu sostiene que, para cambiar el mundo, es necesario cambiar las maneras de hacer el mundo, es decir la visión del mundo y las operaciones prácticas por las cuales los sujetos son producidos y reproducidos. Este poder simbólico es un poder de hacer con palabras que generan pasiones. Evidentemente esto no implica un pensamiento común y homogéneo. Por lo contrario, las multiplicidades de ideas hacen a un debate siempre necesario en situaciones de crisis sociales. Debate que pone en juego prácticas sociales y políticas que atraviesan todos los campos de la sociedad. De allí que convocamos a tres reconocidos intelectuales de nuestro país que se referencian en distintos espacios políticos: Horacio González (Carta Abierta), Maristella Svampa (Plataforma) y Eduardo Grüner (Asamblea de intelectuales, docentes y artistas del Frente de Izquierda).

1º) -La noción de intelectual tiene una larga historia que va desde el affaire Dreyfus y continua con las ideas de Antonio Gramsci sobre la “hegemonía cultural”, el compromiso sartriano, los trabajos sobre los intelectuales y el poder de Bourdieu hasta los debates sobre la función de los intelectuales entre Antonio Tabucci y Umberto Eco para citar algunos ejemplos. En este sentido, ¿Cuál es la función del intelectual en la actualidad? 2º) - ¿Cuáles son los efectos de la crisis del capitalismo mundializado en la cultura y en los intelectuales? 3º) - ¿Cuál es el grado de autonomía de la cultura en relación a las distintas fracciones del poder? En este sentido, ¿Cómo se entiende la idea de “batalla cultural”? 4º) -Es evidente que se ha producido en nuestro país un hecho nuevo: el agrupamiento de los intelectuales para tomar posiciones sobre diferentes circunstancias políticas, económicas y sociales (Carta abierta, La Asamblea de 48


intelectuales, docentes y artistas del Frente de Izquierda, Plataforma, el grupo Aurora) ¿Cómo entiende este hecho? ¿Cuál es su importancia? ¿Qué influencia tienen los intelectuales en el devenir de la sociedad? Horacio González Sociólogo, ensayista, Profesor de varias Universidades Nacionales y Director de la Biblioteca Nacional. Algunos de sus libros son: La ética picaresca (1992), El filósofo cesante (1995), Arlt: política y locura (1996), La crisálida. Metamorfosis y dialéctica (2001), Paul Groussac: La lengua emigrada (2007), Kirchnerismo, una controversia cultural (2011) y Lengua del ultraje. De la generación del 37 a David Viñas (2012(link is external)) 1º) La noción de intelectual es al mismo tiempo odiosa y atractiva. Preferiría que fuera una noción sin sujeto, es decir, que “nadie” fuera intelectual. Y que tan solo hubiera problemas de tipo intelectual. Pero en ese caso ¿cuáles serían esos problemas y quienes los definiría? Los intelectuales, por cierto. Pero de esta manera, los intelectuales serían todas las personas que, ante cualquier núcleo de problemas, se dispusieran a reflexionar colectiva o individualmente sobre ellos. A esta momentánea idea de intelectual, un intelectual situacionista, digamos, le agregaría que sería necesario advertir o seleccionar el lenguaje con el que se habla de tales núcleos problemáticos. A mi juicio, una dilucidación intelectual puede tener varios rangos de lenguaje, que recorran desde el plano más expresivo y vitalista hasta el más conceptual. No puede faltar, sin embargo, la cualidad argumental y el sentimiento de que se está pensando un tema “por primera vez”. Esas son a mi juicio las características, sino de una vida intelectual -tal cosa, creo, no existe- sino de una actitud intelectual frente a los enigmas de la vida y la ética de las relaciones. En todo lo demás, estoy de acuerdo en intervenir en los asuntos públicos con un sentido de justicia, e incluso de escribir sobre la misma condición intelectual, como lo hizo Gramsci. El “caso Dreyfus” es uno de los tantos episodios que escinden la opinión pública nacional. Este tipo de escisiones establecen la fisura intelectual por excelencia. Todos deben pronunciarse, todas las relaciones sociales entran en tensión y un único dilema ético bifurca de un tajo el cuerpo nacional. Terreno ideal para la manifestación del intelectual aislado, que apela a su conciencia genérica sobre lo tolerable o intolerable en una sociedad y explicita lo que sería una muestra selecta de su espíritu vulnerado. No hay intelectual sin una exhibición pudorosa de un espíritu vulnerado. El caso de Grasmci es diferente al de Emile Zola, pues si éste, con su intervención a favor de Dreyfuss fue un hombre singular al servicio de la conciencia colectiva, Grasmci siempre tuvo el proyecto del “hombre colectivo” aunque su drama de encarcelado es estrictamente individual. Sus escritos son los de un encarcelado, la escritura surge de sus condiciones de encierro. Son dos formas biográficas de las herencias intelectuales del siglo XX. 49


2º) Siempre la vida intelectual fue afectada por el mercado -que consiste también en formas de escritura y de investigación- y siempre hubo un sueño de desconexión de místicos y anacoretas. Respeto tanto a un Marx como a un Henry Thoreau. La idea de situarse en el centro del mundo para analizar, prever y trabajar sobre las crisis de la dominación imperante, o de situarse en un deliberado anacronismo estético para hacer de la conciencia íntima la sede de ese mismo trabajo contra el impulso de dominio, me parecen igualmente respetables. Los intelectuales son el efecto de esas crisis, pero si le diéramos mucha importancia a la noción de intelectual, también pueden ser su causa. 3º) El descubrimiento general del terreno de la subjetividad fue reforzado por la novela romántica del siglo XIX y no sería difícil seguir el rastro de la noción de consumo cultural como el hilo histórico de formación de las clases medias y los ideales de vida burgueses. La consideración de que para cada opinión o cada creencia hay una “visión del mundo”, pertenece a la filosofía idealista alemana y al trabajo crítico de Grasmci, que lo puso en términos de un realismo crítico llamándolo “sentido común”. Esa es la encrucijada de su pensamiento: ¿la vida intelectual es parte de ese sentido común o tiene una instancia diferencial? Si fuera este último caso, como parece apuntar la filosofía de Gramsci, el intelectual es un segmento relativamente apartado de los conocimientos simples, lo que hace dificultoso decir que “todos son intelectuales”, aunque esa tesis genérica es lo que intenta desarrollar, a la manera de lo que mucho tiempo después aparecerá como el problema del “intelecto general” -viejo tema de Marx, por otra parte-, en el que toda la sociedad es poseedora de prácticas de conocimiento. En Gramsci el “intelectual aislado” de cuyo populista-dostoyeskiano todavía tiene sentido, mientras que no parece ser así en las reelaboraciones de Toni Negri a partir de algunas líneas dispersas del pensamiento del marxismo originario. 4º) No hay una corporación de intelectuales en ningún lado. Si hay diferendos sociales necesariamente deben construir distintos horizontes de expresión intelectual. No obstante, entiendo la vida intelectual como la creación de un estilo. Por lo que puede haber opiniones conservadoras de gran estilo, así como opiniones de izquierda de estilos bajos, divulgativos y empíricos. Lo ideal sería mantener estilos altos -es decir, de la gran herencia intelectual que pasa por Sartre y su contradictor Bourdieu (ya que en la cuestión anterior fue mencionado), para manifestar nociones de “izquierda”, antes que sostener fórmulas de izquierda con estilos aparentemente difusionistas, lo que por sí puede albergar una idea de lo popular tan alejada de las herencias de aquel signo como de lo popular entendido también como tesoro de saberes y no como desesperante vulgata a la que hay que adecuarse. En términos generales soy partidario de la antigua idea de Lukacs, aceptada y rechazada alternativamente por éste, en relación a que la vida intelectual parece ser el raro sostenimiento de una ética de izquierda con la capacidad de encarar cualquier linaje plural del pensamiento humano. 50


FUENTE: https://www.topia.com.ar/articulos/intelectuales-cultura-y-poder

En mayo de 2016 nos enviaba Horacio este texto para publicar en nuestra sección/revista de entonces, Relámpagos, desde donde luego impulsaríamos tanto el libro como la publicación Revolución/es. Construía en este texto González una ficción que le permitía reflexionar en torno a los cambios profundos que imponía el macrismo, y las reacciones sociales que arrastraba. Una pintura de época, tanto como una apuesta de textual a la acción.

Cátedra de Dolor Por Horacio González El couching nos miró atentamente. No sabíamos si nos iba a reprender o felicitar. Creaba esos momentos de tensión, que después nos aclaró que eran necesarios para el coucheo. Sí, se trataba de producir desconcierto, de no saber para qué lado iba a ir el mensaje. Si premio, si castigo… No había que descuidarse nunca, la decisión era así, la mirada del coucher era inescrutable y nunca sabíamos sus pensamientos íntimos. Así todos tienen que mirar a todos, sin dar a entender las secretas decisiones, que de un momento a otra serían desencadenadas. Siempre se mira temblando. “Otra cosa es lo que decimos en público”, dijo el coucher. “Cuando hay que explicar las decisiones”. Ahí, ¿qué tenemos?, preguntó.

-Tenemos dolor…- se escuchó a coro, y algunos lo dijimos con temblor, como dudando que fuera la respuesta correcta.

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El coucher se quedó mirando al techo, algo pasmado. Nos asombramos un poco porque el coucher nunca deja que el silencio lo invada, el silencio puede dar lugar a malos pensamientos. Pero en realidad estaba hablando en voz baja, como rezando para un círculo de iniciados. “Siento dolor” decía en un susurro. Y poco a poco, nosotros, los coucheados –confieso que tuve que acostumbrarme a esa palabra-, comenzamos a decir “tenemos dolor”, “tenemos dolor”. Y luego “sentimos dolor”, sentimos dolor”. Porque no es lo mismo tener que sentir. Así lo explicó el Coucher, todo se iba deslizando del tener al sentir. El couching no era una cosa cualquiera, gracias a esas potentes frases, se llamaba “ontológico”. Y poco a poco el Salón de Prácticas y Conocimientos –así lo llamábamos- se iba llenando de voces múltiples, dichas a destiempo, enmarañadas, pero elevándose en espiral hasta el techo, hasta llegar a los acondicionadores de aire y las cámaras de seguridad. “Dolor”, “Sentimos dolor”. De repente, la ayudante del coucher -en broma alguien le dijo la “Señorita Couching”, guiñando un ojo-, pero recibió una mirada de reprobación de su compañero de banco. Estábamos en bancos de madera duda. El coucheado tenía que pasar por condiciones poco favorables como parte del entrenamiento en las técnicas de dolor, el texto del dolor, la cara de dolor, la mueca de dolor, el discurso del dolor, el sentimiento de dolor, la ontología del dolor. Todo así, filosofía pura. Esa era nuestra escuela, nuestra nueva escuela-, con esa ayuda de la señorita Couching… perdón, de la couching assistent. Era lindo escuchar como respondíamos en una letanía… “sentimos dolor” a cada de una de sus palabras. “Ante los despidos” decía ella. Y la voz colectiva: “sentimos dolor”. “Ante el aumento de precios”. “Sentimos dolor”. “Ante las inundaciones”. “Sentimos dolor”. “Ante la falta de presupuesto en la Universidad”. “Sentimos dolor”. “Ante el cierre de teatros por el precio de la luz”. “Sentimos dolor”. Así ante tal y cual cosa… Ese “sentimos dolor” elevado hacia las alturas era una sola plegaria, algo que parecía medieval, pero todo al servicio de la modernización.

Me gustaba la escena, hasta que un gracioso que nunca falta dijo “ante el dolor”, y respondimos, solo por la envión que llevábamos y el poder mecánico del rezo: “sentimos dolor”. Era un chiste, pero el coucher aclaró, sin enojarse, “bien recibido el chiste, nos obliga a estar preparados para todo, hasta ante el dolor hay que sentir dolor”. Y rió bondadosamente de su hallazgo. Dio por terminado la clase porque –dijo“ahora tengo que inaugurar una nueva especialidad, la Cátedra de Dolor a Futuro”. Nos sorprendió un poco, pero estábamos acostumbrados. El couching es el arte de a sorpresa y de la esperanza. ¡Cuando salíamos entraba el Presidente! Para él era la Clase Especial de Dolor a Futuro. Todos lo comprendimos, era una Clase Urgente Especial. Nos retirábamos por ese pasillo bien iluminado y transparente e íbamos 52


escuchando, como privilegiados, las primeras invocaciones. Comenzaron las frases pre moduladas –así se llamaban técnicamente- como de costumbre. Con un murmullo arrastrado y quedo. “Ante los papeles de Panamá” …. dijo el Coucher Ontológico. Esas palabras sonaron gravemente a la distancia. Y mientras la escena se nos hacía cada vez más difusa, no sé porque con un dejo de malestar en la voz, escuchamos al Presidente musitar… “sentimos dolor, sentimos dolor”. Y así se daba por iniciada la clase de dolor a futuro.

FUENTE https://revolucionesdotnet.wordpress.com/2021/06/29/horacio-gonzalez-catedra-de-dolor/

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XIV Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia. Departamento de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras. Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, 2013.

Los debates acerca del peronismo en la guerrilla peronista. Alternativitas y movimientistas. Rafael Cullen. Cita: Rafael Cullen (2013). Los debates acerca del peronismo en la guerrilla peronista. Alternativistas y movimientistas. XIV Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia. Departamento de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras. Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza.Mesa 74 Los debates sobre el peronismo en dos organizaciones político-militares peronistas de los 60 y 70. Rafael Cullen: Área de Investigaciones Históricas Archivo Nacional de la Memoria rafael.cullen@speedy.com.ar cullenrafael0@gmail.com

Introducción Esta ponencia surge de la selección parcial de algunos de los debates analizados en una investigación, actualmente en curso, acerca de las propuestas políticas surgidas desde el peronismo post 1955. En particular aquellas que resignificaron al peronismo original en propuestas de cambio radical de nuestra sociedad Puede afirmarse que hasta hoy se ha avanzado poco en un análisis crítico de las prácticas que se conocen genéricamente como de “los ‘70”. Las razones de esta carencia no son menores: el terrorismo de Estado ha sido eficaz. ” El terror que tan cuidadosamente ha diseminado el mecanismo concentratorio produce en la sociedad el mismo efecto anonadante que el desaparecido en los campos(...) Este efecto del terror diferido(...), es quizás uno de los mayores logros políticos del mecanismo concentratorio”. (Calveiro Pilar,1998: 158) Este logro político del terror diferido aparece en el proceso de construcción del conocimiento de diferentes maneras. Entre quienes reivindican los objetivos de las luchas populares prevalecen, en general, los testimonios individuales que destacan la ética de los militantes individuales o analizados generacionalmente; de esa manera, en la mayoría de los casos, se atribuye a la épica o la voluntad individual y /o grupal lo que es producto de procesos sociales. Otras visiones más elementales han construido un discurso ideológico organizado 54


como: subversión a igual lucha armada llevada a cabo por aparatos guerrilleros enfrentados con el poder militar del Estado. Esta simplificación dificulta analizar en toda su complejidad y riqueza las luchas sociales y las propuestas políticas del período. Tampoco permite establecer los nexos de causalidad de los enfrentamientos sociales y los alineamientos y alianzas entre quienes se enfrentan para así superar el nivel descriptivo de los procesos políticos. En relación a esto no se puede considerar la política solo un epifenómeno de relaciones sociales de producción sino el espacio donde se sintetizan dialécticamente los enfrentamientos entre clases. Por lo tanto, en su resultado las diferentes estrategias y prácticas políticas resultan decisivas pues forman parte del proceso constitutivo de dichas clases. Partimos del principio de que los hechos sociales son la “materia prima” de la historia, la que se construye desde el análisis y la interpretación de estos hechos y del proceso social donde están inscriptos. La hipótesis que orienta esta investigación es que la movilización activa de la clase obrera resultó decisiva para la conformación de la alianza social que se constituyó como peronismo en 1946. Pero al mismo tiempo forma políticamente subordinada con que participó será decisiva en 1955 cuando los trabajadores deban enfrentar solos la ofensiva del nuevo bloque de poder contra sus conquistas. Esa dependencia incidirá en las propuestas de las fuerzas políticas que se constituirán en el peronismo, a partir de la década del 60, resignificando su visión de este movimiento. En algunos casos, estas propuestas intentaron superar esa subordinación política y construir una estrategia autónoma de los trabajadores. En otros intentaron con diferentes estrategias reproducir la alianza de 1946, cuando las condiciones del capitalismo argentino hacían imposible ese objetivo. Algunos elementos de las propuestas, construidas desde dos de las organizaciones político-militares peronistas es lo que en forma resumida presenta esta ponencia. Las fuentes utilizadas son entrevistas a protagonistas directos y documentos públicos e internos de las diferentes organizaciones y agrupaciones. Sea cual fuere su carácter, toda fuente refleja solo aspectos parciales de la realidad. Las testimoniales se enfrentan con el carácter selectivo (conciente o no) de la memoria y las documentales nos ofrecen a las propuestas políticas tal como fueron elaboradas lo que no siempre coincide con la realidad. Las reflexiones que se presentan surgen de ambos tipos de fuentes. De las entrevistas citamos textualmente aquellas que por su nivel de reflexión nos permiten avanzar en el camino de nuestras hipótesis. Esto no significa eludir responsabilidad en lo planteado, solo ha parecido útil dar voz a los protagonistas cuyos testimonios han sido fundamentales para reconstruir las prácticas que analizamos.

El peronismo post-1955 La fractura del peronismo original y la incapacidad de su dirigencia para resistir al violento golpe militar1[1] y encabezar la lucha contra la proscripción de los trabajadores, es la base objetiva sobre la que, muchos militantes, van a resignificar su visión del peronismo.

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El nuevo bloque de poder que toma la forma de alianza antiperonista suma a la mayor parte de la pequeña burguesía. Así los trabajadores están solos en la resistencia contra un nuevo modelo de acumulación, que atenta contra sus condiciones de trabajo y de vida. La clase obrera es la única clase que se reconoce activamente en aquella identidad la que perderá su significado como expresión de una alianza de clases. En un proceso de continuidad y ruptura con el peronismo original comienza a construirse una nueva identidad de los trabajadores y de los “auténticos” y “leales” peronistas; en especial, a partir del Pacto Perón-Frondizi en 1958. La clase obrera exigía los derechos políticos y sociales prometidos por Frondizi al pedir los votos peronistas. Lo hizo en el “Porteñazo” de enero de 1959 y en las huelgas de los gremios metalúrgico y textil.2[2]

1[1] Se puede caracterizar a junio-setiembre de 1955 como el inicio del Terrorismo de Estado en nuestro país. Hasta entonces ningún quiebre de la legalidad por parte de la clase dominante había sido contra el conjunto de la población civil indiscriminadamente. En enero de 1919 y en 1921 en la Patagonia se fusilaba a unos y se negociaba con otros. Esas sangrientas represiones no significaron el quiebre de la legitimidad de la dominación, el régimen político continuó inalterado y no se modificaron las políticas del Estado. 2

2 En 1959 se perdieron 10.078.138 días de trabajo por huelgas en las que participaron 1.400.000 trabajadores, casi seis veces más que los huelguistas del año anterior. Entre el 1º de mayo de 1958 y junio de 1961 se colocaron 1022 cargas explosivas, se provocaron 104 incendios y 440 actos de sabotaje diverso. (Baschetti 1997:46) La respuesta del Frondicismo fue la violenta represión militar, y las luchas obreras de 1959/60 concluyeron con la pérdida de históricas conquistas logradas en 1946/48. En este marco surge el Vandorismo que se propone como organizador de la totalidad del peronismo y disputará con Perón su conducción. Tiene como prerrequisito el impacto que estas derrotas produjeron en importantes sectores de la clase obrera.3[3] El Vandorismo, expresado en las 62 Organizaciones Gremiales Peronistas y los principales gremios industriales, lleva adelante la estrategia de alianza con fracciones de la burguesía industrial negociando con los diferentes bloques de poder. Para muchos trabajadores esa estrategia es percibida como la recomposición del frente de clases de 1945. Este intento se va a encontrar en la década del 60 con nuevas relaciones de poder que lo harán definitivamente inviable en 1967. En febrero de 1958 el Pacto Perón - Frondizi había recibido 800.000 votos en blanco a pesar de la orden de Perón. Entonces, al mismo tiempo que nace el Vandorismo lo hace el antivandorismo Las diferencias no responden inicialmente a visiones políticas opuestas ni a una estrategia diferente de la Vandorista. Están dadas por el rechazo de tipo moral de los “auténticos” y “leales” peronistas que luchan, a los traidores del “verdadero” peronismo.

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Iniciada la década del 60, a partir de los “leales,” comienza a gestarse la denominada por sus protagonistas: Corriente o Tendencia Revolucionaria Peronista. (CRP o TRP) Una síntesis de esta etapa la da un protagonista, militante de la Juventud Peronista (JP) desde 1959 y cofundador del Movimiento Revolucionario Peronista (MRP) en 1964. “A partir de 1959 toda la estructura Vandorista se queda con el Movimiento Obrero y tiene mucho que ver con el fracaso de las huelgas de los gremios grandes(...) Recién en 1962 nace el antivandorismo, es fuerte en los barrios, no hay una estructuración organizativa solo “gestos” de lucha, agitación” (Romero Juan entrevista 2001) 3[3] Los días perdidos por huelgas en 1960 bajan a poco más de 1.500.000 y caen en 1962 a 268.000. (Cullen Taller…s/d) El MRP, el hito más importante de esta corriente hasta 1966/67, en su programa redactado por Gustavo Rearte, responsabilizaba a:” la traición de la burguesía y la burocracia del Movimiento”, del golpe de 1955 y calificaba al Pacto Perón Frondizi como la “falsa opción de 1958” producto de: “la debilidad de la línea revolucionaria”. Adelantando una polémica acerca de la lucha armada, con los sectores orientados por John W. Cooke que tendrá toda su fuerza más adelante, agregaba: “Solo manteniendo una estrecha y permanente relación con las masas la dirección revolucionaria podrá interpretar profundamente sus anhelos (...) Porque la revolución la harán las masas y nada podrá reemplazar esa acción.” (Archivo RC)

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El “cambio de carácter” de las luchas obreras y populares En 1966, las Fuerzas Armadas unificadas bajo la Doctrina de la Seguridad Nacional toman el control del Estado. Esto profundiza la pérdida de legitimidad política de la dominación. El deterioro de las instituciones específicamente políticas lleva a impulsar la participación de las conducciones sindicales en el gobierno. Estas aceptan encantadas, pero la condición impuesta por la dictadura es aceptar la renuncia a la defensa de las conquistas más elementales de los trabajadores. El 13 de marzo de 1967 el ministro Krieger Vasena anuncia su plan económico. Se devaluó la moneda un 40%, se congelaron los salarios por 20 meses y se prohibió la discusión de los Convenios Colectivos de Trabajo. La conducción sindical vandorista anunció un “Plan de Acción” que levanta apenas el gobierno militar le quita la personería gremial a varios sindicatos. El Vandorismo ya no puede garantizar a los trabajadores la defensa de conquistas ya logradas y a la clase obrera se le abren caminos que no lo tienen como intermediario entre los patrones y el Estado. En términos objetivos es el principio del final de la estrategia de alianza con fracciones de la burguesía industrial en la etapa. En marzo de 1968 se convoca a un Congreso Normalizador para elegir autoridades de la CGT. El Congreso funciona con los gremios intervenidos por el gobierno militar, a pesar de la oposición de los gremios Vandoristas. Es el primer debate que marca conscientemente, la ruptura con la estrategia anterior del Movimiento Obrero: el respeto o no de la legalidad impuesta por la clase dominante. El movimiento obrero no comprometido con la dictadura impone ya una legalidad propia: serán los trabajadores los que determinen la legitimidad de quienes están habilitados para elegir la nueva conducción. Así se conforma la CGT “de los Argentinos”. En su conocido “Programa del 1º de Mayo “cuestiona la propiedad de los medios de producción, plantea la “expulsión de los monopolios, la reforma agraria y la nacionalización de todos los recursos básicos de la economía.” Convocaba, además de la clase obrera a los pequeños comerciantes, universitarios, intelectuales, artistas, militares, religiosos, estudiantes y empresarios nacionales. Numerosos militantes de diferentes orígenes participan de ella en un espacio de convergencia activa. Durante 1968 se sucedieron numerosas movilizaciones contra la dictadura que implicaban un fuerte desafío a la legalidad tolerada. Esta confrontación fuera de los marcos institucionales, iniciada con las huelgas de 1967, lleva en 1969 a los movimientos con características insurreccionales de los “Rosariazos”, “Cordobazo” y otros “azos”. Se produce lo que se ha caracterizado como el “cambio de carácter” de las luchas obreras y populares4 ( Balvé 1989) en términos objetivos el reclamo por mejores condiciones como asalariados, el fin de la proscripción del peronismo y variados reclamos democráticos, quedan planteados como una lucha por el cambio de las relaciones de poder. 58


Los derechos políticos de variados sectores populares siguen vedados por la proscripción del peronismo y su líder. Esta demanda democrática unifica las luchas de la clase obrera. Amplias fracciones de la pequeña burguesía urbana y rural, afectadas por el proceso de concentración económica5 y por la eliminación de las libertades democráticas se encuentran con las luchas de los trabajadores en contra de su proscripción. Esto da a las luchas de la clase obrera un carácter nacional en un doble sentido: ampliando su espacio social y unificando reivindicaciones diversas. En este proceso numerosos militantes encontraron en las luchas por el retorno del peronismo al poder su punto de encuentro con las masas obreras. Así surgirán nuevas y heterogéneas fuerzas políticas que enfrentarán la proscripción popular. Esto dio lugar a lo que se ha conocido como la radicalización y peronización de amplios sectores de la pequeña burguesía. Un proceso iniciado a principios de la década del 60, paralelo a la formación de la CRP que se amplía y profundiza a partir de 1966. Tiene suma importancia para explicar, no el desarrollo, pero sí el origen de las Organizaciones Armadas Peronistas (OAP) Pueden reconocerse tres vertientes: Los jóvenes que llegan a la política desde las transformaciones que se producen en el cristianismo latinoamericano. 2) De la conocida como “Nueva Izquierda”: la militancia proveniente del desencanto con los partidos de la izquierda tradicional, a partir de la revolución Cubana y de la apertura hacia nuevos análisis del peronismo. 3) De las diferentes tendencias del nacionalismo. El de izquierda, conformado en 1963/63 por la ruptura con “Tacuara” y el formado por jóvenes católicos con militancia confesional.

1)

El bloque de poder pierde aceleradamente la base indispensable para la hegemonía de toda clase fundamental, los que Gramsci llama grupos “aliados” o “auxiliares”. La alianza antiperonista formada en 1955 llega a su crisis definitiva. . El conflicto o la lucha entre clases y sus fracciones se da en diferentes ámbitos: 1) entre burguesía y proletariado. 2) entre el régimen de dominación política y el pueblo. La composición del pueblo depende de lo que está en disputa y del momento en que se plantea el conflicto. Incluye a todos afectados (obreros, pequeña burguesía, fracciones de la burguesía) de diferentes maneras (económicas, políticas, ideológicas) por el sistema de poder. Desde esta visión se habla de pueblo en este trabajo. 4

5[4]

La política económica de Krieger Vasena profundizó un proceso de recesión selectiva que afectó a la pequeña y mediana empresa y las economías regionales. Entre 1965 y 1973 11.600 empresas se declaran en quiebra ( Cullen 2009: 225)

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En 1969 el poder del Estado militarizado ha avanzado sobre la casi totalidad de los sectores sociales, políticos y culturales. 6 Poder político, poder económico y poder militar ya son uno y así fue percibido por amplios sectores de nuestra sociedad. Esto crea las condiciones para el cuestionamiento integral al sistema de dominación en términos político- militares. La crisis de legitimidad del poder abierta en 1955 se transforma en una crisis orgánica.7 Las fuerzas políticas que se constituyeron a partir de esta situación a pesar de diferentes limitaciones políticas e ideológicas pusieron en cuestión el poder con un nivel de enfrentamiento intolerable para el poder de las clases dominantes. Sin embargo, este nivel de enfrentamiento no garantiza la construcción de un sistema contra hegemónico. La primera pregunta acerca de fuerzas políticas surgidas de la compleja convergencia de militantes con diferentes experiencias políticas y orígenes de clase es ¿A partir de que análisis de la realidad orientan su práctica y fijan sus objetivos? o ¿Cómo definen cuáles son las condiciones objetivas y subjetivas para elaborar una estrategia de poder? En agosto de 1968 se realiza en Bs. As. un congreso entre agrupaciones que se definían como peronismo revolucionario, allí aparecen embrionariamente dos cuestiones centrales en debate: a) la caracterización del Movimiento Peronista b) la concepción acerca de cuál es la práctica que hará posible la construcción de un movimiento de masas que permita avanzar hacia los objetivos todos comparten. En la convocatoria Gustavo Rearte reafirma la línea que sostenía desde 1964 y escribía: “Debe rechazarse toda ilusión Hacia 1969, no hay sector social ni grupo político o ideológico a excepción de las organizaciones económico- corporativas de la oligarquía financiera, que no se haya sentido afectado directa o indirectamente o violentado, por alguna instancia de la fuerza material del Estado, fundamentalmente en su aspecto armado”. (Balvé 1989:165.) 6

Es una crisis de ‘autoridad’ del conjunto de las clases dominantes que dejan de tener la dirección de las clases subordinadas las cuales comienzan a escindirse de la ideología tradicional (...) la coyuntura de fines de la década del 60 se particulariza por la irrupción de una crisis orgánica puesta de manifiesto por el accionar de las clases subordinadas en general y la clase obrera en particular, en términos de fuerza política (....) Se habla de ‘crisis de autoridad’ y esto es justamente la crisis de hegemonía o ‘crisis del estado en su conjunto’(Gramsci). Se produce una crisis del estado porque en distintos niveles y con distinto grado de organicidad se cuestiona violentamente la dominación burguesa’ (Peralta Ramos 1978: 183,207). 7

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idealista de contar con las masas como acto reflejo por la sola presencia de un grupo armado” (Gurucharri 2001:259). En momentos en que Perón ordena a la CGT de los Argentinos unirse con el vandorismo, los reunidos clandestinamente en agosto convocan a un nuevo congreso que se realiza en enero de 1969 en Córdoba. El documento final dice en su punto 1.:” El objetivo del Peronismo Revolucionario es la toma revolucionaria del poder para su ejercicio pleno y sin limitaciones por parte de la clase trabajadora. (…) con el objetivo de crear el Estado Socialista-Peronista. 2: La lucha armada en la que participe el Pueblo en Armas con sus vanguardias operativas es el procedimiento que permitirá alcanzar tal objetivo”. Con esos objetivos y método, reinterpretan la orden de unidad de Perón, al que reconocen como “único Jefe y Líder como unidad para la lucha de los distintos grupos que aspiran a constituir una tendencia revolucionaria peronista” (Gurucharri 2001: 252/262. La militancia que continuaba la línea del MRP sigue sosteniendo que la lucha armada sino se organizaba en torno a claras premisas políticas e ideológicas, llevaría al aislamiento y a la derrota de las fuerzas revolucionarias. 8 Los que reivindican a práctica como principal criterio de verdad participan del debate se agrupan en torno a acuerdos que todos los testimonios posteriores definen como mínimos. 9

La historia de nuestra resistencia -como la de otros pueblos-,nos enseña que la lucha armada sin inserción en el marco de ciertas premisas teóricas, políticas y organizativas puede deparar al movimiento revolucionario nuevas derrotas más trágicas que las conocidas hasta hoy, con la secuela de vidas valiosas sacrificadas prematuramente las que operarían negativamente en la conciencia popular, favoreciendo por toda una etapa la permanencia y gravitación de elementos y políticas burguesas “En Lucha” órgano del Movimiento Revolucionario 17 de octubre (MR17 principio de 1970) La primera discusión sobre qué política queremos la tenemos con la posición que trae Cooke, influido por la Revolución Cubana sobre el foquismo.”(…). No queríamos la lucha armada sin política, al revés de la propuesta cubana, queríamos mucha política primero.(…) Ni se discute que política darse. La discusión es lucha armada sí o lucha armada no y la lucha armada era igual foco estilo Bolivia. (Juan Romero entrevista ,2001) 8

Los acuerdos eran el reconocimiento en un peronismo genéricamente combativo y en desarrollar la lucha armada. Visto desde hoy y con todo lo que pasó puede ser muy elemental ese nivel de acuerdos pero era el que teníamos no más. Eso al principio vale para todas las orgas. (Raúl entrevista Cuaderno de Debate Taller…opus.cit. En un tiempo vertiginoso, Jerónimo (grupo córdoba) se identifica a nivel armado con Juan (grupo Abal Medina) y se funde con él, sin discusión política alguna, sin leer siquiera la línea( Luis Rodeiro redactor del documento del grupo disidente Sabinos, refiriéndose a Montoneros en “· Documento Verde” suplemento en Lucha Armada nª 6 pág.11) 9

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Entre 1968 y 1971, son dos las organizaciones guerrilleras peronistas: las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) y los Montoneros. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) se definen como peronistas en 1973 y se unen a Montoneros compartiendo su política. Bajo la sigla de las FAP se organizaron dos grupos diferentes que tuvieron también procesos políticos diferentes. Uno es el formado para la guerrilla rural integrado por militantes provenientes del Movimiento de Juventud Peronista y otros que habían roto con John W. Cooke, es detenida en Taco Ralo, Tucumán, en setiembre de 1968, liberados en 1973 se constituirán en FAP 17 de octubre. Otro el organizado para desarrollar la guerrilla urbana. Los testimonios de dos de los integrantes; uno de ellos miembro de la dirección desde la desde 1967 hasta 1974 y otro desde 1971 hasta 1972 “Hubo dos FAP una la que se organiza para la guerrilla rural y cae en Taco Ralo y la otra era la “P” urbana, éramos diferentes. Lo sabía desde el principio” (Pata 2002). Su antiguo compañero lo ratifica y amplia. “Los muchachos que cayeron en Tucumán apenas salieron se separaron. No estaban de acuerdo con nuestros documentos desde el principio. Hay un libro, pero el título es equivocado de Taco Ralo no se llegó a la Alternativa.” (Raúl 2000)10 La FAP urbana está formada por militantes provenientes del ex Movimiento Nacionalista Revolucionario Tacuara, que habían roto con Tacuara a principios de la década del 60 y participado del MRP, y militantes con prácticas de Juventud Peronista barrial, algunos de origen cristiano sin militancia confesional. En 1970 se incorporan militantes provenientes de la desintegración de la CGTA. En este segundo grupo, organizado sobre acuerdos generales (“lo nuestro era peronismo y Revolución Cubana” (Pata 2002) se desarrolla, desde 1969, el proceso que lleva a la propuesta de la “Alternativa Independiente de la clase obrera y el pueblo peronista”, que provoca la ruptura de la mesa de coordinación de las Organizaciones Armadas Peronistas (OAP).

Se refiere al libro de Duhalde Eduardo y Pérez Eduardo “De Taco Ralo a…opus.cit. En el caso de PB tucumano, Eduardo Pérez dice: no hay una línea directa entre Taco Ralo y las FAP.Nacional sino que esta es expresión del desarrollo del PB. Duhalde …Pèrez 2002: 87 10

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En su documento fundacional titulado “Porqué somos peronistas”, (Duhalde..Pérez 2002:116) (“o sea ya teníamos que explicar cuál era nuestro peronismo”( Raúl 2000) a fines de 1968, hablan de “la lucha de clases dentro del Movimiento Peronista entre la burguesía, los burócratas y el pueblo y los trabajadores que tienden a radicalizar la política social y exigen la plena participación de los trabajadores en las determinaciones de la conducción.” Igual que el MRP en 1964 señalan que en 1955 “la conducción del Movimiento permanece en manos de la burguesía nacional” lo que explica la derrota popular. Define a “la burguesía como incapaz de encabezar ningún proceso histórico revolucionario, hoy que el proceso se presenta bajo los términos inseparables de la Revolución Social y la Liberación Nacional (. ..) Levantan el retorno de Perón pero señalan que “el pueblo no pide el retorno de un hombre sino lo que él encarna” (Duhalde Pérez, 20001:151/157) En setiembre de 1970 en un reportaje de la revista “Cristianismo y Revolución” número 25 planteaban que: “la existencia de sectores con planteos reformistas dentro del peronismo se debe a que desde su origen integraron el peronismo sectores de la burguesía nacional que todavía subsisten” y reconocen la existencia en su práctica de “una tendencia foquista en la medida en que confiamos excesivamente en la organización espontánea del pueblo para este tipo de lucha.” (Duhalde Pérez, 20001:151/157)

Montoneros El grupo original de los Montoneros está conformado por militantes del nacionalismo católico con militancia confesional en la Juventud Estudiantil Católica (JEC) que habían formado los Comandos Camilo Torres y del Integralismo Universitario de Córdoba y Santa Fe, donde confluían peronistas y social cristianos. Uno de los integrantes del grupo cordobés original ubica el origen político- ideológico del grupo en el diálogo católico-marxista y las lecturas de Theillard de Chardin , cuya filosofía cristiana planteaba la marcha del universo y el hombre hacia la hominización (Vélez Lucha …año 1 nº2). Asegura que asimilaban esta concepción con la del hombre nuevo guevarista. Era dice el mesianismo en todo su esplendor que llevaba a la imitación a Cristo o imitación al Che. Se consideraban los elegidos para “ganarnos la conducción táctica del movimiento” a través de” la lucha armada en esa guerra integral de la cual Perón era el conductor estratégico” A fines de 1970 se presentaban como “parte de la síntesis final de un proceso histórico con ciento sesenta años de historia (...) Por un lado la oligarquía liberal claramente antinacional y vende patria, por otro la del pueblo, identificada con los intereses de la nación” ... Explicaban el golpe de 1955 porque “...el poder era compartido por los enemigos del pueblo y los traidores” (cristianismo y …nº 30). La síntesis que hacían de la historia argentina planteaba los antagonismos entre “pueblo” identificado con los intereses de la nación contra los intereses imperialistas. De esta concepción del peronismo que expresa el “el nivel medio y masivo” (Gurucharri 2000) de los sectores populares peronistas llevan adelante su práctica.

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1971: El bloque dominante recupera la iniciativa política Las resonancias del los “Rosariazos” y el “Cordobazo” continuaban. Las acciones guerrilleras se desarrollaban con continuidad. El secuestro y muerte de Aramburu a manos de los Montoneros, por su responsabilidad en los fusilamientos de 1956 y el secuestro de los restos mortales de Eva Perón, había despertado una ola de simpatía en la masa peronista. Perón calificaba de héroe a uno de los detenidos11 La movilización popular y la lucha guerrillera coincidían entre sí y con la política del Líder proscripto. En el verano de 1971 se produce el segundo “Cordobazo” o “Viborazo” y puebladas

en diferentes ciudades.

En la historia de los pueblos, se viven épocas en que el verdadero honor se refugia en las cárceles. Nuestra obligación para con ustedes constituye un deber de conciencia, que ningún peronista podrá olvidar. La guerra revolucionaria en que estamos empeñados contra la canalla dictatorial, se intensificará cada día y no hemos de parar hasta liberar a la Patria y devolver la soberanía que ha de hacer al Pueblo dueño de su destino. (....) Ya llegará un día que hemos de liberarlos y ofrecerles la reivindicación que los héroes merecen. ( Anzorena 1988: 148) 11

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Vecinos, estudiantes, sacerdotes tercermundistas y obreros encuadrados en sus sindicatos, se enfrentaban cada vez con más violencia a la dictadura. Perón hostigaba al Partido Militar y la guerrilla se desarrollaba coincidiendo con la máxima reivindicación democrática de los trabajadores. Mientras la movilización popular y la lucha guerrillera fueron funcionales a la política de Perón, su nombre era el nombre común de todas las clases que albergaba su movimiento y muchas políticas diferentes (y aún antagónicas) podían crecer bajo su amparo. La conciliación de intereses opuestos se realizaba en torno a la figura del Líder y bajo el reconocimiento incondicional (o al menos postulado) de su conducción política. Lanusse, el cuadro político más lúcido de la burguesía argentina en ese momento, percibe con claridad la nueva situación dice en sus memorias:” Lo cierto que la subversión podía operar en forma relativamente cómoda porque no estaba aislada. La estructura del sindicalismo moderado, cuyo apoyo buscaba abiertamente el gobierno del general Onganía, se negaba a seguir respaldando el proceso.”(Lanusse 1977: 50/51) Reconoce que los jerarcas sindicales ya no pueden ser el instrumento del bloque dominante para controlar a la clase obrera y a los sectores populares movilizados. Fracasado el intento del “partido de la Revolución” el gobierno militar propone el Gran Acuerdo Nacional (GAN) a los partidos políticos. Afirma la necesidad de coincidencias mínimas,”de lo contrario se correrá el riesgo que todo se venga abajo” (La Nación 5/5/72). . Hay que evitar que la resistencia se convierta en una estrategia independiente que se proponga modificar las relaciones de poder. Para esto hay que integrar al peronismo al sistema institucional ya que en su interior se desarrollaban fuerzas que intentaban expresar los intereses de las masas obreras, y esto deja abierta la posibilidad de la ruptura de éstas con las fracciones burguesas del peronismo. El GAN debe impedir que en un peronismo sacudido por la lucha de clases logren el control las fuerzas populares. De estos objetivos participa activamente el delegado de Perón Jorge Paladino, con el radicalismo y partidos menores. Esto obliga a las organizaciones político-militares a avanzar en sus propuestas, y para ello, profundizar en el análisis del peronismo y en el rol que le asignan a Perón.

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1971 – 1973: Las propuestas políticas de las organizaciones guerrilleras Las FAP en un documento propuesto para discusión con los Montoneros y las FAR ya cercanas al peronismo, formulan lo que definen como la contradicción fundamental del Movimiento Peronista. La definían como la contradicción entre la tendencia revolucionaria y la tendencia conciliadora. A la primera la definían como “el activismo que intentaba expresar las necesidades políticas y organizativas de la clase obrera y el pueblo peronista”. Allí ubicaban a las OAP y las agrupaciones políticas y gremiales antiburocráticas y antiimperialistas. A la tendencia conciliadora la definían como: “la burocracia política y sindical aliada a la oligarquía y el imperialismo”; en este polo ubicaban a Luder, Cafiero, Paladino, Matera. Entre esas dos tendencias que calificaban de antagónicas: “ubicábamos una corriente combativa que reivindicando los objetivos generales del movimiento peronista, carecía de una estrategia que expresara a la clase obrera y al pueblo peronista y se limitaba a la denuncia de los traidores del Movimiento.”( Villaflor Osvaldo. 1988 y Duhalde Pérez 2001: 218 )12 En noviembre de 1971 lanzan la propuesta de la Alternativa Independiente de la clase obrera y el Pueblo Peronista”. Uno de sus protagonistas lo califica hoy como:” el intento de construir una organización independiente de los trabajadores y el pueblo peronista a partir de una organización guerrillera (...) ese fue el camino que quisimos hacer.” (Raúl entrevista 2000). Con el reconocimiento explícito de que dentro del peronismo existían intereses de clase opuestos, inician la construcción del Peronismo de Base (PB)

12

El documento y el recuerdo de Villaflor coinciden en lo central. Esto da certeza sobre el testimonio pues no había vuelto a leer el documento.

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como el germen de la organización independiente de los trabajadores. Acá aparece el debate acerca de la lucha armada. El testimonio de Osvaldo Villaflor plantea todos los interrogantes que se abrieron en la construcción de la nueva propuesta política: “¿Cuál era el significado de la política que llamábamos de superficie? Que era el PB para nosotros, un apéndice político-militar o una agrupación autónoma? Otro testimonio plantea que en esa discusión quedaba cuestionada la existencia misma de la estructura militar tal como se había organizado hasta entonces. Se definía en esta discusión como se construía la organización revolucionaria o está ya era la FAP (...) la dirección de las FAR planteaba sus dudas acerca de la “Alternativa” y el PB; decían que no era la más eficaz para la construcción del ejército. Mientras estuvo Olmedo coincidíamos en cuanto al peronismo, pero esto nos distanció bastante” (Raúl entrevista 2000).13 El debate sobre la “práctica foquista” lleva en las FAP a una nueva ruptura a fines del 72. Quienes proponían la discusión sobre el foquismo ponen en tela de juicio la existencia misma de la organización guerrillera y la idea del poder con que había nacido: los ritmos y niveles de enfrentamiento debían surgir del desarrollo político y organizativo de los frentes y decidido por los compañeros que estaban en el trabajo de base. (...) “Había compañeros de la estructura militar que tenían claro que el nuevo debate sobre el foquismo tenía un límite, que era no modificar el poder que había construido esa estructura”. (Raúl 2000) Otro militante que participó activamente de la formación del PB, plantea los dos problemas que se enfrenta la propuesta de los “Alternativistas”; la relación con el conjunto de las bases populares peronistas y el liderazgo de Perón al momento del retorno definitivo del Líder (Juan Alfonso entrevista 1990). 14 Esta visión de una práctica militar impuesta sobre el trabajo político de base sin respeto por su desarrollo, es el eje de la discusión sobre

Se refiere a Carlos Olmedo dirigente de las FAR que mantuvo una polémica de alto nivel teórico con los presos del ERP en Córdoba, acerca del peronismo. Puede verse en Militancia…año 1 nº 4 págs.35/49 14 Juan Alfonzo “1973 nos encuentra en pelotas, con el retorno del “Viejo” no sabíamos que hacer homogéneamente. El otro quilombo fue con la violencia. Las agrupaciones frente a un conflicto tenían su propia dinámica (...) Pero desde la “orga” se impuso la fórmula “conflicto y opereta”: (llama opereta a las acciones guerrilleras) la opereta resolvía el conflicto y en .. (pone un ejemplo) la tecnología guerrillera cagó todo. Con un solo hecho fuerte resolvió el conflicto y la agrupación se disolvió después que se integran uno o dos compañeros al “aparato”” (llama aparato a la estructura militar)” 13

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el “foquismo” y aparece también en testimonios de militantes de los frentes de “superficie” de los Montoneros. Los Montoneros mayoritarios cuantitativamente en las movilizaciones a partir de 1971, consideraban al Movimiento Peronista, en conjunto, como el sujeto revolucionario. Admitían la diferencia entre la “Tendencia Conciliadora” y la “Tendencia Revolucionaria” como actitudes de lealtad o traición a los postulados del auténtico peronismo. La “Hora del Pueblo” era para ellos una: “maniobra táctica destinada a mantener al régimen en la mesa de negociaciones mientras el Movimiento profundiza sus niveles organizativos y sus métodos de lucha para emprender las próximas etapas de la guerra” y consideraban que Paladino “confundía la táctica con la estrategia”. (Cristianismo y…nº 30) También el testimonio de Osvaldo Villaflor nos sintetiza las diferencias de propuestas entre “alternativitas” y “movimientistas” acerca de la “contradicción principal del peronismo” planteada por las FAP. Los primeros proponen una organización independiente de las estructuras orgánicas del Movimiento Peronista. Los otros, por el contrario, se proponen ocupar la superestructura del mismo. También el reconocimiento o no de Perón como conductor estratégico los divide. 15 Desde esta concepción política, las acciones militares se convierten en instrumento de una política de presión-negociación dirigida a disputar como “factor de poder “con la superestructura del Movimiento Justicialista (Partido, 62 Organizaciones, Rama Femenina) y con el mismo Perón. La discusión entre alternativismo y movimientismo dividió a las organizaciones que sostuvieron ambas propuestas. En 1971 un grupo de militantes de las FAP emigran a Montoneros; los detenidos en Taco Ralo al

Los Montoneros, medio a regañadientes, pero aceptaban esta contradicción que formulábamos; la diferencia insalvable reconocida por ambas organizaciones es que ellos planteaban (coherentes con su visión del peronismo como movimiento de liberación nacional y de Perón como conductor estratégico de su lucha) que la forma de resolverla era ocupar la superestructura política y gremial del peronismo. Erigirse en lo que en la terminología justicialista se llamaba en vida de Perón, el Comando Táctico del Movimiento (...) Cuando lanzan la propuesta de la Juventud la entienden como la “Cuarta Rama”. (Villlflor Osvaldo 1998) 15

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recuperar su libertad forman las FAP 17 de octubre con posiciones acerca del peronismo y de Perón similares a Montoneros. En 1971 los militantes montoneros detenidos en la toma de la localidad de La Calera comienzan a elaborar una autocrítica de la propuesta y la práctica de su organización. Señalan que se organizaron pensado que vivían “la última etapa del sistema capitalista en la Argentina” con una “visión primitiva, idealizada y simplista del Movimiento Peronista.” Realizan además una fuerte crítica a la lucha armada elevada como “categoría ideológica”. En julio de 1972 hacen público este documento-del que la dirección montonera prohíbe su difusión y discusión- y adhieren a la propuesta de la “Alternativa Independiente”. 16 Estos militantes abren otro debate que excede estas páginas y aparece disperso en varios testimonios para esta investigación. El sesgo de clase de determinadas prácticas de las organizaciones político-militares. 17 Es este un debate que atraviesa cuestiones tales como la noción de vanguardia y la concepción del poder.. Carlos Flaskamp un activo protagonista de esa práctica, explica la incapacidad de revisar la nueva situación política que se abre en 1973 por la persistencia en la concepción de guerra y por la voluntad de poder ; esas organizaciones habían alcanzado, precisamente en el papel de vanguardias armadas , un poder político al que no querían renunciar. 18 Asimismo señala que cuando la dirección montonera optó por volver a la práctica foquista lo hizo deteriorando el contenido social y ético que había inspirado las prácticas inaugurales. Este militante señala además que el militarismo reemplazó a la propuesta política y aparecieron conductas aberrantes como el arribismo, la

Suplemento revista Lucha Armada nº 6 mayo-junio-julio 2006 Es conocido como el “Documento Verde” por el papel en que fue impreso. En Córdoba fue tomada por la columna norte de Montoneros que en base a sus términos se separó y se constituyó como columna Sabino Navarro. sin tener relación con los autores del documento. El grupo será conocido como los Sabinos”, hay que diferenciarlo del dirigido por José Sabino Navarro que fue uno de los que se fusionó en el origen de Montoneros. También en Mingrone, Luciana A monografía Pelearle a María). 17 “Las condiciones de vida que exige el aparato armado y el macronivel operativo (en relación al grado de desarrollo político) en cuanto a disponibilidad, posibilidades de capacitación técnica, acceso a autos y conocimiento de armas, desenvoltura y movilidad en cualquier ambiente, hace más fácil reclutar al comba dentro de la pequeña burguesía que en la clase obrera.” Documento Ver en cita 16 16

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Opus cit. pág.178

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alcahuetería y los métodos terroristas en el disciplinamiento de las propias fuerzas. Destaca que en ese momento fue el sector universitario donde la dirección montonera encontraba un apoyo incondicional para acciones ultrarradicales19. Los “Alternativistas” llegan al 20 de junio de 1973 sin una propuesta común Desde 1974, impulsan la propuesta del “Poder Obrero”, a través de las agrupaciones obreras. El debate sobre el foquismo los había llevado a la división en 1972 sin lograr una síntesis común. Los testimonios con diferentes énfasis nos hablan de la dificultad de ubicar la lucha armada guerrillera en la propuesta que impulsaban. No tenían todavía resuelto lo que postulaban en su “documento Nº 1” tratar de incorporar a las luchas reivindicativas métodos similares a los de la guerra revolucionaria. 20. Uno de los fundadores del PB en Bs.As. dice:” (…) la Alternativa la teníamos escrita pero nada más En el 74 yo era delegado y me lo cuestionaban. Tenía como línea .construir la “Agrupación Obrera”; debía ser un grupo de pocos compañeros clandestino o semiclandestino dentro de la fábrica que excluía el estado de muchos compañeros (núcleo duro se decía). Yo pienso que era más por militarismo que por ideologismo; hacían falta grupos cerrados y clandestinos para llevar adelante el militarismo fabril No logramos una política de conjunto que vinculara un frente con otro.(Juan Alfonso 1990)

Breve síntesis Hemos planteado algunas líneas que pueden ser útiles para comprender debates que atravesaron a las organizaciones que resignificaron el peronismo original con propuestas que intentaron un cambio revolucionario de nuestra sociedad. La expresión “movimientista” mayoritaria, Montoneros, parte de unos principios correctos. Las expectativas presentes en las mayorías populares acerca de la reedición de la alianza de 1945; la existencia de contradicciones en el seno del capital y la necesidad de alianzas para toda política hegemónica. Pero desconoce las transformaciones producidas en la burguesía local y por tanto la real naturaleza de los conflictos al interior del peronismo y pretende resolverlos a

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través del “trasvasamiento generacional”. Enfrentaba la contradicción de ser la expresión mayoritaria de la movilización popular -la subversión- y al mismo tiempo pretender encuadrarse en el orden inviable de la “Reconstrucción Nacional”. Así no puede superar su “ilusión movimientista”21 y agota sus propuestas políticas que son reemplazadas por el militarismo. La fracción conocida como “alternativista”, -las FAP y el PB- intenta construir la independencia política de los trabajadores desde la experiencia de la clase obrera con el peronismo. Para esto priorizan el trabajo político con las bases obreras sin tener definidos los alcances de esa construcción. Para unos su visión acerca de “la práctica foquista” debía llevar a la disolución de la organización militar guerrillera. Otros intentaban integrar las prácticas originales con la nueva realidad abierta en 1973. Este debate no se resuelve en una nueva síntesis y esto los lleva a sucesivas divisiones que paralizan su práctica. Bibliografía consultada

Anzorena, Oscar “Tiempo de violencia y utopía 1966-76” Contrapunto Bs. As.1996 Balvé, Beba y Balvé, Beatriz “El 69 Huelga política de masas” Contrapunto Bs. As. 1989. Baschetti, Roberto (compilador) “Documentos de la Resistencia Peronista” 19551970 De La Campana La Plata 1997.

”. Rubén Dri (filósofo y militante del PB), definía en 1974 a lo denominaba la ilusión movimientista”: “El sueño movimientista del momento atendiendo a la vejez del Líder, es heredar al movimiento con sus estructuras actuales, y en ese sentido entra en puja con los sectores burocráticos y burgueses que anhelan lo mismo. (Militancia Peronista para la Liberación nº 36 p.22) 21

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Calveiro, Pilar “Poder y desaparición Los campos de concentración en la Argentina “ Colihue Bs. As. 1998 Cullen Rafael, “Clase Obrera Lucha Armada Peronismos” De la Campana La Plata 2009 Duhalde Eduardo Pérez Eduardo “Historia Documental de las Fuerzas Armadas Peronistas” De la Campana La Plata 2001. Flaskamp, Carlos “Organizaciones Político-Militares” Testimonio de Lucha Armada en la Argentina (1969-1976)” Ediciones Nuevos Tiempos Bs.As. 2002. Gurrucharri,Eduardo “Un militar entre obreros y guerrilleros” Colihue Bs. As. 2001 Lanusse, Alejandro A. “Mi testimonio” Laserre Editores Bs. As. 1977 Lowÿ, Michael “Guerra de Dioses, Religión y Política en América Latina” Siglo XXI Editores México 1999 Peralta Ramos, Mónica “Acumulación de capital y crisis política en Argentina ( 1930-1974) Siglo XXI Editores México 1978 Artículos y monografías de investigación Balvé, Beatriz “Acerca de la distinción entre los movimientos de carácter orgánico y los fenómenos de coyuntura” en “Del Rosariazo a la democracia del 83”, Antognazzi Irma y Ferrer, Rosa (compiladoras) Univ. Nac. de Rosario 1995. Cullen, Rafael “Clase obrera y Peronismo 1968 -1971 Las propuestas de las organizaciones político – militares”, Cuaderno de Debate Taller de Historia desde abajo s/d Mingrone, Luciana Azul “Pelearle a María Disidencias en Montoneros (1972_1976) “Segundo Congreso de Estudios sobre el Peronismo Red de Estudios sobre el Peronismo”. lucianamingrone@gmail.com Entrevistas

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Las siglas corresponden a las agrupaciones u organizaciones en las que militó el entrevistado. Cuando no figura el apellido es por expreso pedido del mismo y se lo identifica por su nombre de pila. Alfonzo, Juan JP PB FAP 1990 Carlos JTP Montoneros 2000 Guruchari, Eduardo Resistencia Peronista MRP, JRP, MR 17 2000 Hugo JTP Montoneros 2000 Romero, Juan Resistencia Peronista JP, MRP, PB 17 2001 Raúl JP FAP PB 2000 Villaflor, Osvaldo CGTA FAP PB (Entrevista publicada en “Guerrilla peronismo y clase obrera” Boletín del Centro de Estudios José Carlos Mariátegui. 1994) 1988 Testimonios Pata:

MNRT, Tupamaros, FAP, mecanografiado sin fecha

Revistas Con Todo (2ª época) Cristianismo y Revolución El Descamisado Militancia Peronista para la Liberación Lucha Armada Nº 1 y Nº 6 con suplemento


¿PUEDE LA DEMOCRACIA MODIFICAR LAS ESTRUCTURAS NEOLIBERALES DE PODER? Jorge Rachid La democracia, una imperfecta creación institucional, pero la más representativa de los pueblos, es una construcción joven, no más de dos siglos y algo más, pero que sin dudas ha significado un avance notable en la ampliación de derechos y fortalecido un imaginario común de justicia, hasta la irrupción del neoliberalismo brutal e inhumano, que en los últimos 50 años construyó sentido, desde una cultura dominante, individualista y economicista, que deteriora las relaciones sociales y humanas. Esa conducta de dominación en todos los tiempos históricos, se llamó y se llama colonialismo, que ahora se expresa en formas de apropiación del sentido a través de la mass media, instrumentada por los centros de poder económico, que impactan, deteriorando, la capacidad soberana del estado nación, tanto en su institucionalidad construida a los fines de preservar sus intereses, como en lo social cercenando derechos. No es casual entonces que esa miseria moral haya quedado al descubierto en la guerra Pandémica, que visualizó a nivel mundial, la crisis civilizatoria que padece la Humanidad, provocando desde el calentamiento global con la destrucción de los ecosistemas que garantizan nuestras vidas, arrasando en su

afán productivista infinito, todo aquello que fue protegido por los seres humanos a lo largo de la historia, por constituir su sustento de vida, en su flora y su fauna, hoy arrasadas por un capitalismo financiero sin rostro, supranacional, profundamente inmoral que ha deshecho los pilares democráticos del mundo, tema hoy en discusión, aunque los medios hegemónicos lo oculten. Es que la expresión de los pueblos que garantizaba la democracia, hoy se ve avasallada por estructuras diseñadas en los Estados que están al servicio de los intereses económicos concentrados, instrumentos de organismos internacionales que endeudando determinan las políticas económicas de los países sometiéndolos, colonizando sus decisiones, amputando su planificación estratégica, cooptando su dirigencia y manejando aquellos medios que alguna vez fueron de comunicación y hoy son patéticos panfletos similares a los pasquines de la antigua Roma. Entonces la disputa electoral se convierte sólo en un tema de gestión de lo existente, en donde mover una pieza del tablero desata una guerra nuclear, por menor que sea desde volver a dos jueces a sus fueros originales o el impuesto a la riqueza, son visualizados como


ataques a un edificio colonial pétreo, que no puede permitirse perder un solo ladrillo de la estructuración del estado neoliberal mínimo al servicio del capital privado concentrado. Intentar construir un Estado al servicio de las mayorías populares con Justicia Social e independencia económica es llamado populismo por los enemigos de la Patria, aquellos dispuestos a entregarla a una globalización en nombre de una modernidad colonial. Es entonces donde surge con fuerzas la necesidad de la Comunidad Organizada para la construcción de una nueva democracia popular, porque la representativa fue cooptada por los intereses hegemónicos de los Fondos de Inversión Buitres, dueños de empresas multinacionales, patentes, vacunas y medios de comunicación globales. No es un desafío menor, pero siempre ha sido así en la historia de los pueblos, que es el sujeto que construye sus nuevos paradigmas, el que define sus tiempos, el pueblo es el que encabeza las batallas cuando está en condiciones de vencer, nunca antes, siempre cuando le pone un punto de inflexión a los JORGE RACHID PRIMERO LA PATRIA www.lapatriaestaprimero.org CABA, 28 de junio de 2021

tiempos y encarna los sueños compartidos, construyendo sentido, al margen de quienes pretenden adormecer la conciencia colectiva de Patria Matria Grande. El UNASUR y la CELAC serán instrumentos a reconstruir para los tiempos pos pandémicos, ya que los ejes de la disputa por el poder será entre los modelos solidarios biocéntricos, que jerarquicen a los seres humanos y la naturaleza, cuidando el medio ambiente y los modelos macroeconómicos del Mercado como ordenador social, de acumulación infinita que tanto dolor han causado a los pueblos del mundo. Es ahí donde emerge el pensamiento americano mestizo, criollo, esa construcción de Patria Grande que nos demanda desde el fondo de la historia y que el peronismo supo recoger en una síntesis doctrinaria, filosófica y política, que fortaleció la conciencia colectiva del pueblo en términos de solidaridad social activa, como se verificó con todas las dificultades emanadas de una guerra pandémica, que supimos enfrentar y estamos a punto de vencer.


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