Revista de Negocios y Economía Anáhuac, Año VI, número 33, Enero - Marzo 2021

ISSN: 2007-6088

Año VI, número 33, Enero - Marzo 2021

A fondo

El podcast como herramienta pedagógica

El epicentro

Covid-19: retos de la docencia a distancia

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editorial

LOS RETOS DE LA EDUCACIÓN REMOTA DE EMERGENCIA

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a pandemia del coronavirus ha generado cambios en el proceso de enseñanza en las instituciones de educación a todos los niveles. Como consecuencia de la pandemia, las universidades se vieron obligadas a realizar sus actividades con estudiantes exclusivamente en línea.

Sin la tecnología de internet, la educación se hubiera enfrentado con una barrera insuperable, poniendo al proceso de aprendizaje prácticamente en alto, con la televisión y la radio abiertas como únicas opciones viables de “asistencia” a clases.

A lo largo de la historia de nuestra Escuela y ahora Facultad de Economía y Negocios, los programas de licenciatura, maestría y doctorado siempre se han impartido de manera presencial. Sin embargo, debido a la pandemia, ahora se han convertido en programas impartidos en la modalidad en línea. Existe un término específico para describir esta situación: “educación remota de emergencia” que generó un “shock” tanto para alumnos como para profesores.

Por primera vez y debido a la pandemia, la educación remota de emergencia se convirtió en la única forma de llevar a cabo el proceso educativo para mantener la actividad de escuelas y universidades funcionando.

En este número de la Revista de Negocios y Economía, se aborda el tema de la educación remota de emergencia y los retos enfrentados por cinco profesores de nuestra Facultad; algunos de ellos con experiencia previa en la educación en línea, pero otros frente a una situación completamente nueva, llena de incertidumbre, ansiedad, retos e inclusive miedo.

Las experiencias y opinión de cada uno de nuestros profesores se presenta en artículos breves que for-

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man parte del contenido de este número de la Revista. El sexto artículo trata de cómo promover el aprendizaje de niños en los primeros años de primaria, que constituyen el grupo social que probablemente representa el mayor reto en cuanto a la educación en línea. La motivación para escribir este artículo es la experiencia propia del autor al ver el “burn out”, por el que atraviesan las mamás con hijos pequeños en este período de confinamiento.

Somos afortunados que la Universidad Anáhuac ha evolucionado de manera muy acelerada en el camino a la perfección de la educación en línea. El CEFAD es un centro de vanguardia para la capacitación en el uso de instrumentos tecnológicos así como en las técnicas de enseñanza necesarios para impartir la educación remota de emergencia de manera satisfactoria. La educación remota de emergencia, que dejara de ser “de emergencia” al término de la pandemia, llegó para quedarse como parte de un nuevo modelo híbrido que seguramente se adoptara por nuestra Facultad. El reto hacia adelante es encontrar la mezcla óptima entre la educación en línea y la educación presencial que permita aprovechar los beneficios de ambas modalidades manteniendo los costos en una proporción manejable para que el resultado sea una situación de ganar-ganar para todos.

Luis Landa Fournais Profesor/Investigador Facultad de Economía y Negocios NÚMERO 33 I AÑO VI, ENERO-MARZO 2021

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elcontenido

Rector Dr. Cipriano Sánchez García, L.C. Vicerrectora Académica Lorena Martínez Verdugo Vicerrector Académico Mtro. Jorge Fabre Mendoza Director de la Facultad de Economía y Negocios Mtro. Alfredo Nava Govela Director de Comunicación Institucional Mtro. Abelardo Somuano Rojas Coordinadora General de Publicaciones Mtra. Alma E. Cázares Ruiz

FOCO 04 EL La tecnología en la enseñanza Se ha vuelto parte central de la educación virtual, sin embargo, causa sentimientos encontrados entre maestros y alumnos.

FONDO 08 AEl podcast como herramienta educativa Entre todas las nuevas formas de dar clase, el podcast es una gran solución.

EPICENTRO 12 EL La educación y covid-19

La pandemia que alcanzó al mundo entero nos puso frente a importantes retos de la docencia a distancia.

EPICENTRO 18 EL Herramientas para las clases

virtuales Entre tantas opciones tecnológicas, también hay que considerar algunas técnicas para mejorar las clases en línea.

COMITÉ EDITORIAL Director Editorial Antonio Morfín Maciel Consejero Editorial Carlos Herrero Cembellín Coordinación Editorial Aisha Cervera Barrera

22 PERSPECTIVA ¿Qué son las burbujas

familiares?

Los padres de hijos a nivel primaria están agotados con la escuela en casa, aquí una solución para evitar el burnout.

28 PERSPECTIVA El aprendizaje en la pandemia

Un análisis de lo que se ha ganado y lo que se ha perdido en estos meses de estar lejos de la Anáhuac México.

Directora General Daniela Bravo Hernández Director de Com. Multimedia Amed Yaber Garibay Coordinadora Editorial Mariela Gómez Roquero Publicidad contacto@extrategia.com Suscripciones suscripciones@extrategia.com

32 FAVORITOS Cinco libros que nos ayudarán a adaptarnos a la nueva realidad.

REVISTA DE NEGOCIOS Y ECONOMÍA ANÁHUAC. Año VI, número 33, Enero-Marzo 2021, es una publicación trimestral editada por Investigaciones y Estudios Superiores S.C., a través de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Anáhuac México, Av. Universidad Anáhuac 46, Col. Lomas Anáhuac, Huixquilucan, Estado de México, C.P. 52786. Tel.: 5627 0210. Editor responsable: Antonio Morfín Maciel. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2012-021313041000-102, ISSN: 2007-6088.

Licitud de Título y Contenido: 15605, otorgados por la Comisión Cali cadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Impresa por Racsy SA de CV, Santa Isabel Industrial, Camino Antiguo a Culhuacán 87, Amp. Ricardo Flores Magón, CDMX, C.P. 09820. Tiraje de 4,000 ejemplares.

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TECNOLOGÍA PARA LA EDUCACIÓN, ¿ALIADA O ENEMIGA?

SI TUVIERA QUE DEFINIR LA ERA QUE VIVIMOS EN EL SECTOR EDUCATIVO CON UNA FRASE DIRÍA QUE ES ‘DE VUELTA A LO FUNDAMENTAL’.

TAL VEZ SUENE CONTRADICTORIO, YA QUE NOS ENFRENTAMOS A UNA SITUACIÓN AMPLIA Y CON UN FRECUENTE USO DE LA TECNOLOGÍA. INCLUSIVE A VECES PARECE HABERSE VUELTO PARTE CENTRAL DE NUESTRO DÍA A DÍA, CAUSANDO SENTIMIENTOS ENCONTRADOS ENTRE PROFESORES Y ALUMNOS.

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La Dra. Verónica Itzel López Castro es investigadora en la línea de educación en emprendimiento de la Universidad Anáhuac México, así como docente a nivel licenciatura, maestría y capacitación ejecutiva de diversas temáticas de emprendimiento e innovación y educación.

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s importante primero responder a una interrogante: ¿es la tecnología una herramienta que favorece el proceso de Enseñanza-Aprendizaje (EA) o en realidad lo entorpece?

Justo para responder a esta pregunta recurrí a la expresión ‘de vuelta a lo fundamental’. En mi opinión, antes de poner a la tecnología en el banquillo de los acusados, podemos aprovechar un momento que vale oro para reflexionar sobre el objetivo del proceso de EA y el rol que jugamos como educadores dentro del mismo.

De acuerdo con corrientes educativas como el Constructivismo, el objetivo mismo del proceso de EA radica en la formación de competencias, no solo de corte cognitivo, sino en el desarrollo de habilidades y actitudes del estudiante, que le permitan responder mejor a lo que el mundo laboral (y la vida) le demanden.

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En este sentido, el rol del educador migra de una posición de experto que transmite información a un papel de guía o facilitador del proceso. Este cambio de rol favorece y requiere que el estudiante deje de ser un sujeto pasivo del aprendizaje, y más bien tome un papel activo y central, tomando como base sus conocimientos previos, cultura, contexto, experiencia, intereses, etcétera.

El momento de cambiar La contingencia vino a ser como la gota que derramó el vaso en esta reflexión.

La tecnología en algunos casos vino a acentuar la distancia que existía entre la visión de la educación que teníamos algunos, y un nuevo (y no tan nuevo) modelo que empujaba con fuerza.

Si bien educar virtualmente tiene ya de por sí algunos retos, desde contar con una amplia banda ancha hasta rogar porque ningún mensajero decida tocar a la puerta mientras estamos en clase, en la modalidad virtual se vuelve más necesario elegir una postura en cuanto al rol que el profesor tomará como educador, ya sea como protagonista del proceso de aprendizaje o como facilitador.

Si se decide por la segunda opción, vale la pena reflexionar primero que nada sobre nuestra forma de diseñar, impartir y hasta evaluar nuestras asignaturas. Tal vez si los alumnos tienen un papel más activo dentro del curso no tendremos que preocuparnos tanto porque no nos estén escuchando (o estén en Facebook o Whatsapp) mientras dictamos un tema.

En este sentido, las tecnologías para la educación (EduTech) se vuelven más un apoyo que un obstáculo para conectar con el educando, a pesar de 6

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Sin embargo, esta visión tal vez dista mucho de la forma en la que la mayoría de nosotros vivimos nuestra etapa escolar, en la cual tal vez fuimos sujetos pasivos, solo recibimos información que tratamos de memorizar para los exámenes, o algunos de nuestros profesores jugaron básicamente un rol protagónico dentro del proceso.

la distancia. Estas gozan de múltiples bondades que nos permiten desde almacenar contenidos, impartir clase o evaluar, hasta comunicarnos, interactuar, jugar y trabajar de manera colaborativa, entre muchas otras actividades.

Preparación necesaria Para explotar de mejor manera esas bondades se vuelve necesario realizar a conciencia un diseño instruccional adecuado en el que el alumno sea el centro, se redefinan algunos de los objetivos de acuerdo con las competencias que se esperan lograr, se planifique el proceso de aprendizaje dentro y fuera del aula, se utilicen técnicas activas para favorecer el aprendizaje vivencial y se elijan mecanismos de evaluación coherentes. De este modo, será mucho más sencillo decidir en qué partes del proceso realmente aportan valor las tecnologías para la educación.

No tienes que ser experto en todas las tecnologías para la educación, no hay manera, están surgiendo tantas de una manera tan ágil que sería básicamente imposible. Sin embargo, como facilitador sí puedes aportar mucho valor eligiendo realmente las que sean de mayor utilidad para favorecer el aprendizaje y cumplir con los objeti-

vos planteados. Y sobre todo, considerándolas un apoyo, un medio más que un fin en sí mismo.

La tecnología llegó para quedarse también en la educación. Inclusive en los formatos presenciales que retomaremos en algún momento, el apoyo de la tecnología será una pieza fundamental. Si bien reduciremos el uso de plataformas de transmisión, otros como almacenar, colaborar, comunicar, compartir, evaluar, interactuar, jugar, trabajar en equipo, entre otras, no solo se quedará, sino que se probablemente se incrementará.

Lo anterior también hace sentido para favorecer el logro de nuestro objetivo de la enseñanza, la formación de competencias. El uso y aprovechamiento de la tecnología se vuelve una habilidad fundamental que nuestros alumnos requieren para el mundo laboral que enfrentarán; un mundo en el que las posiciones laborales híbridas, las colaboraciones a distancia y el home office parecen ganar más terreno cada día.

En resumen, la reflexión sobre nuestro papel como educadores tal vez no desaparezca al terminar la contingencia, por ello, vale la pena replantearnos nuestro rol en el proceso de EA y, quizá, aprender a disfrutar y aprovechar más el uso de las tecnologías para le educación que, en este sentido, parecen ser más aliadas que enemigas.

Favorece el papel activo del estudiante en clase

Hay diversas técnicas y herramientas que pueden ayudarte a que tus estudiantes tengan un papel más activo en la clase y sean los protagonistas de su proceso de enseñanzaaprendizaje. Si ya has decidido evolucionar tu rol dentro del proceso de EA es momento de echar manos a la obra:

Diseño

Explora la meta-metodología de clase invertida (flipped classroom), te servirá de guía y te ayudará a definir con detalle el objetivo a seguir en cada sesión, además de que te impulsará a organizar tus materiales, recursos, técnicas y tecnología requerida antes, durante y después de la misma. Esto permitirá que tengas una hoja de ruta en tu proceso de enseñanza, qué mejor que un buen mapa para comenzar tu viaje.

Desarrollo

Acércate a técnicas de enseñanza no tradicional; la cátedra no es mala, pero puedes combinar con métodos como aprendizaje basado en proyectos, debate y ludificación, entre otras. Probablemente notarás que tus alumnos tienen más participación en las sesiones.

La

Anímate a intentar nuevas formas, además de los exámenes, explora las rúbricas, las listas de cotejo, etcétera. Te permitirá retroalimentar de un modo diferente a tus alumnos y evaluar otros aspectos del proceso EA que tal vez no habías considerado.

Abraza la

Navega poco a poco las herramientas que no hayas utilizado, verás que son más fáciles de lo que pensabas y te permitirán tener mayor interacción. Tal vez ya utilizas Zoom o Teams para transmitir tus clases, recuerda que también están Blackboard o Brightspace para almacenar contenido, interactuar con tus alumnos, compartir materiales, transmitir mensajes o evaluarles; también están Pollev, Kahoot o Mentimeter para hacer sondeos entre los estudiantes; Padlet para hacer tableros; Gynzy para jugar mientras aprenden; Genially o Canva para hacer presentaciones, entre muchas otras.

del curso

de la sesión

evaluación

tecnología

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EL PODCAST COMO HERRAMIENTA PEDAGOGICA

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i balance de la experiencia docente, tanto propia como la que pude observar durante el primer periodo de cuarentena, es que fue francamente caótica y de calidad deplorable, resultado de tratar de remediar de la mejor manera posible un imprevisto en muy corto tiempo. Acto seguido surgieron seminarios en los que colegas más experimentados compartieron ideas sobre el posible uso de un sinnúmero

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de aplicaciones (gratis y por suscripción) con las cuales ellos habían estado trabajando y aceleraron su uso durante la cuarentena.

A muy grosso modo, podríamos agrupar dichas aplicaciones en: sistemas de videoconferencia (como Zoom, BlueJeans, Teams, Blackboard Collaborate), pizarrón (Limnu, Microsoft Whiteboard, Explain Everything, Showme, entre otros), grabación de video (Panopto, OBS Studio) y de interacción remota sin-

crónica con los participantes (desde el almacenamiento en la nube con Dropbox o OneDrive, encuestas como Slido, Doodle, SurveyMonkey, Poll Everywhere, Answer Pad, hasta plataformas para aprender jugando como Kahoot, Classkick y Formative).

Creo que pocos cuestionaron la preminencia de PowerPoint como el principal medio de apoyo para la docencia. Esto me pareció sorprendente dado lo inadecuado que es para, por ejemplo, construir gráficos que no

El Dr. Bernardo Bátiz Lazo es catedrático en historia de FinTech y comercio global en la Universidad de Northumbria, Inglaterra. Profesor e investigador de la Facultad de Economía y Negocios en la Universidad Anáhuac.

sean muy básicos y que favorecen el uso de texto y la enseñanza “a cucharaditas”. Pero su integración con Panpto tiene la ventajas de que este último es fácil de utilizar y crea una grabación en la que el locutor y la presentación aparecen en dos pantallas diferentes, además de que indexa el video según avanza el PowerPoint.

Aquí cualquiera que trató de utilizar otro medio (como la grabación en el mismo PowerPoint) fue reportado y rechazado por el alumnado.

Con más tiempo de preparación durante el verano, se dieron varios pasos firmes en el periodo de otoño.

Conforme transcurrieron los meses, varios colegas y áreas de apoyo reportaron la frustración de los estudiantes por experimentar con múltiples aplicaciones nuevas, sugiriendo que se utilizaran solo aquellas con las que ya hubiera cierta familiaridad. También al tratar de limitar cada video para clases asíncronas entre 15 y 20 minutos. Además de la apatía generalizada del alumnado a participar (incluso

manteniendo el video apagado y el micrófono silenciado). Y finalmente, la fatiga por el uso indiscriminado de la computadora como principal herramienta docente, es decir, sobre el uso de video como medio para impartir las clases (tanto sincrónica como asíncrona).

En el marco de esas conversaciones surgió la idea de utilizar podcasts como una forma para reducir el tiempo de pantalla de los alumnos durante un curso de maestría. Los NÚMERO 33 I AÑO VI, ENERO-MARZO 2021

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afondo podcasts son producciones de au-

dio que se distribuyen de manera asíncrona, normalmente en forma gratuita, mediante aplicaciones que viven la mayor parte de las veces en un smartphone (via Apple Podcasts, Google, Amazon y más recientemente, Spotify). Yo los considero una nueva versión del programa de radio, es decir, un estímulo fundamentalmente auditivo (pensemos en Cri Cri, que originalmente era un programa de radio en el que Gabilondo Soler contaba historias, aunque ahora solo sobreviven las canciones).

tener un podcast en cada clase como una forma de dar variedad de voces y enfoques a la enseñanza asíncrona.

Aunque mi objetivo era que cada episodio durara entre 15 y 20 minutos, el promedio fue de media hora, y alguno que otro de hasta una hora. La duración del podcast como un espacio de reflexión (alrededor de preguntas distribuidas previo al programa) se contabilizaron como parte de la clase semanal, ajustando el tiempo de clase mediante los videos.

Me parece que el género que prevalece en el podcast es el debate o la información en la que una persona habla, entrevista o discute consigo misma, con una persona o varias.

Tiene la característica que se preparan series, ya sea finitas o abiertas.

Gracias a la baja barrera de entrada, los temas a tratar son prácticamente infinitos: política, historia, Fintech, temas contemporáneos, noticias, etcétera. La duración es variable y más bien cada serie adopta la suya, ya sea de unos minutos o de hasta una, e incluso, dos horas.

Producir los podcasts implicó aprender a utilizar herramientas sin presupuesto, con aplicaciones open source.

Estas incluyeron una plataforma para grabar con alta fidelidad (Zencster), edición de audio (Audacity) y, finalmente, el diseño del avatar (Gimp).

Había la opción de colgar los audios dentro de la plataforma virtual de enseñanza (Blackboard), pero opté por una comercial que tuviera espacio gratuito (Podbean) para dar libertad a los alumnos de determinar dónde y cuándo desearán escuchar el podcast. Como precaución, había un hipervínculo de cada podcast disponible en el espacio virtual.

Opté por combinar podcasts ya preparados que fueran muy relevantes al tema del día, junto con la producción propia, entrevistando a colegas y amigos que tuvieran experiencia en el tema seleccionado. Normalmente invito a dos o tres personas externas a participar en un curso presencial, así que me pareció un buen experimento

No busqué ligar la serie de podcast a las grandes plataformas (Google, Apple, Spotify) en parte porque los entrevistados accedieron como una labor didáctica y también para tener algo de control sobre el número de descargas y seguidores. El gran reto fue domar la aplicación para editar los audios e invertir tiempo

Me encantaría compartir los comentarios de algún alumno que estuvo inconforme con el curso, pero afortunadamente no recibí ninguno. Espero entonces que esta breve contribución 10

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Las otras grandes diferencias con la radio es que se transmite en forma sincrónica y que, antes de la radio digital, era necesario estar dentro de la zona de cobertura.

Además, en la radio, el DJ escoge el orden de las melodías, mientras que en el podcast quien escucha pone el orden que desee.

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Cabe resaltar que los entrevistados recibieron una versión de dichas preguntas antes de grabar el podcast para que la charla estuviera alineada a los objetivos didácticos de la sesión.

en la edición, sobre todo cuando el invitado tendía a hacer contribuciones muy largas. Esto requirió insertar preguntas para hacer menos monótonas las intervenciones, así como mantener la plática relevante a partir de las preguntas que se pidieron en el espacio de reflexión.

Durante el curso, cada sesión contó con uno o dos podcasts y, en algunas, con uno o dos videos de YouTube de no más de 15 minutos. Estos se combinaron con videos propios de la parte asíncrona y más técnica del curso, así como dos video documentales de larga duración (para los cuales se compró licencia). Cada dos semanas hubo una sesión sincrónica de dos horas, en la que hablamos de los podcasts, videos y documentales. Durante estas sesiones también se repartieron copias de artículos de periódicos (Financial Times) y revistas (The Economist) para leer y discutir ahí mismo. Además, había dos ensayos para evaluar el curso (normalmente sería un examen y un ensayo escrito), ambos gravitaron alrededor de un podcast (los alumnos podían escoger entre un par de alternativas, ambos de una hora).

A continuación, el mensaje de un alumno que resume desde su perspectiva los resultados de utilizar podcasts (se refiere al curso como ‘módulo’): “Creo que el uso de podcasts y videos de YouTube realmente ha ayudado a mantenerme involucrado con este módulo en comparación con otros que se adhieren a la ruta

tradicional de conferencias. Aunque, obviamente, las conferencias son esenciales para el aprendizaje, el podcast ayudó a complementar las enseñanzas y agregó un elemento del mundo real al módulo. También disfruté las discusiones que tuvimos durante los seminarios, y creo que los seminarios quincenales fueron perfectos para el material del módulo, ya que pudimos discutir todos los puntos necesarios y desafiarnos unos a otros sin perder tiempo. El único punto para mí, muy personal, es que preferí tomar notas yo mismo y llevarlas a los seminarios en lugar de publicarlas en una pizarra (parte del espacio virtual), ya que me permitió cambiar mis opiniones y leer más sobre el tema durante la semana.

También fue una pena que solo hubiera un pequeño número de personas en este módulo, ya que no pudimos tener muchas discusiones extensas, pero eso no es culpa suya. Realmente disfruté los videos informativos de YouTube y, posiblemente, en el futuro podría recomendar algunos documentales complementarios para ver también (si alguno es relevante).

En general, creo que este módulo se ha enseñado 10 veces mejor que cualquier otro que haya completado este año, ya que me ha mantenido constantemente comprometido y desafiado mi opinión a través del uso de conferencias, podcasts, videos, etcétera. También me gustaría agradecerle por poner tanto esfuerzo en el módulo”.

anime a los colegas a ampliar las herramientas docentes y quedo abierto a recibir comentarios (positivos o críticos) sobre esta propuesta.

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COVID-19: RETOS DE LA DOCENCIA A DISTANCIA

El Dr. David Juárez Lunas es profesor investigador de la Facultad de Economía y Negocios en la Universidad Anáhuac México, además de ser candidato a investigador del Sistema Nacional de Investigadores.

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a pandemia de covid-19 provocó, entre muchas otras cosas, el cierre de las escuelas en marzo de 2020, lo que llevó a impartir clases a distancia; a partir de ello, surgió la pregunta: ¿cuáles son los retos de la docencia a distancia?

Dada mi experiencia de casi 20 años como profesor de universidad, puedo argumentar que la práctica docente tiene dos componentes principales: el intelectual, relacionado directamente con la tarea de facilitar el conocimiento, y el emocional, que se corresponde con el concepto de flow en psicología positiva que dice: “El alcance de un estado de felicidad o placer mediante la realización de una actividad en la que la persona se encuentra completamente concentrada y absorta”. Es decir, “se disfruta de la tarea en sí misma y no del objetivo a cumplir” (La vida positiva, 2021).

En la docencia a distancia, a cada componente le corresponde un reto importante: la facilidad con la que los estudiantes pierden el interés en acceder al conocimiento y la pérdida de

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elepicentro la conexión personal entre profesores y alumnos, que conlleva a evitar que compartan la emoción por la experiencia de adquirir conocimiento.

Al acto de enseñar yo le llamo facilitar el conocimiento. El conocimiento está en los libros, artículos, revistas y otros medios. No obstante, no todas las personas pueden acceder directamente a las fuentes. Es ahí cuando el docente juega el papel de facilitador del conocimiento para el estudiante. Él hace de puente entre las fuentes del conocimiento y los alumnos.

Actualmente es evidente que algunos estudiantes han perdido este interés, se les nota desmotivados y hasta tristes.

Además, están expuestos a mayores distractores potenciales en la computadora.

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Partiendo de lo anterior, surge la pregunta: ¿de qué sirve un puente si nadie o muy pocas personas quieren cruzarlo?, o dicho de otro modo:

¿Cómo pretender facilitar el conocimiento cuando es evidente que una parte de los estudiantes ha perdido el interés por adquirirlo?

La respuesta a estas preguntas consiste en implementar metodologías de docencia, la clase invertida (flipped class) o apoyarse en recursos computacionales para despertar su interés por adquirir conocimiento. Muchos profesores hacemos nuestro mejor esfuerzo para que el conocimiento sea atractivo para los alumnos.

Cuando nos encontrábamos en clases presenciales, los estudiantes tenían a la mano muchas fuentes de distracción en las que el celular siempre destacaba. Sin embargo, la presencia del profesor podía inhibir a algunos de distraerse descaradamente. Ahora, muchos alumnos no encienden su cámara. No sabemos si están presentes. Posiblemente solo se conectan y se dedican a hacer otra cosa. A veces, en alguna de mis clases se ha escuchado un programa en inglés a través del micrófono de alguno de ellos. Lo que indica una clara falta de interés en la sesión.

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Empatía sin juicios Debo decir que no los culpo por perder el interés en sus clases. Ellos, al igual que toda la sociedad, están confinados. Se han perdido de todo lo que la vida universitaria significa: asistir al campus, para algunos dejar la casa de sus papás, convivir con compañeros, hacer deporte, escaparse a tomar un café entre clases, realizar actividades artísticas, asistir a las oficinas de sus profesores a resolver dudas, y un gran etcétera. De hecho, tengo estudiantes que manifestaron que nunca han estado de manera física en la Universidad Anáhuac México. Por lo que, desde mi punto de vista, el hecho de no asistir de manera física a la universidad está relacionado directamente con esta pérdida de interés de algunos alumnos.

Los profesores (o los papás) podemos responsabilizar a los jóvenes por esa falta de interés diciendo frases como: “Échenle ganas”, “es por tu bien”, “lo mejor que pueden hacer ahora es estudiar” o “es tu responsabilidad”, entre muchas otras. Pero pienso que es muy difícil motivarse cuando todo alrededor es desmotivador: el encierro, muchos contagiados, muchas muertes, la economía en malas condiciones, el avance lento de las vacunas y la incertidumbre de no saber cuándo se terminará la pandemia y el encierro. Por lo que sugiero que la pérdida de interés de parte de los alumnos debe de abordarse desde una postura de empatía y no de exigencia. Exigirles más a nuestros alumnos puede imponerles una carga adicional a la que están llevando. Cuando digo empatía me refiero al hecho de preguntarles de vez en cuando: ¿cómo estás?

Pero antes de pedirles que contesten, debemos decir la razón de esa pregunta. Debemos hacerles ver que, como profesores, enfrentamos dificultades 16

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emocionales por la pandemia, por lo que es esperado que ellos también las tengan. Puede ser que nadie responda a la pregunta o alguien conteste algo.

No obstante, si los estudiantes sienten que sus profesores nos preocupamos genuinamente por ellos como personas, se sentirán motivados y, como resultado, puede aumentar su interés en adquirir conocimiento.

El flow en la actividad docente se refiere al hecho de que el profesor disfrute de la actividad docente en sí misma.

Hasta antes de la pandemia, había estado relacionado directamente con la interacción profesor-alumnos dentro del salón de clases. Ahí, el docente solía hacer una conexión a nivel personal con los estudiantes. El maestro facilitaba el conocimiento, no solo a través de la palabra, sino también a través del lenguaje corporal. De igual manera, podía identificar a partir del lenguaje corporal de los estudiantes a quienes estaban entendiendo perfectamente, a los que ya se habían perdido, si ya no les interesaba el tema o tenían alguna duda. Dependiendo de lo que se percibía en ese momento, el profesor podía tomar alguna acción: dar algún ejemplo particular, hacer una broma o contar una anécdota. En mis clases presenciales yo solía contar anécdotas de cuando yo era alumno, o de experiencias obtenidas durante mi práctica docente. Desde hace muchos años me percaté que esas historias rompían con el tedio que podía tener la clase y, a su vez, dejaban alguna enseñanza adicional. En mis clases presenciales yo era capaz de llegar a un estado de flow a través de la interacción con los estudiantes. Era evidente que ellos se veían contagiados por mi flow y, como resultado, al menos algunos se motivaban a aprender la materia.

Difícil interacción Desde que inició la pandemia me ha sido imposible entablar esa conexión con los alumnos. No me es posible ver sus expresiones ni mucho menos su lenguaje corporal, no puedo apoyarme de este recurso para motivarlos a interesarse en el conocimiento. Este hecho se ha agravado porque no todos prenden su cámara. Es de destacar que, aunque la prendieran, no sería posible verlos a todos porque generalmente los profesores ponemos atención a la pantalla que estamos explicando. Para motivarlos, ahora solo me apoyo en lo que expresan algunos de manera verbal.

Lo que quiero decir es que la docencia a distancia, dentro de sus limitaciones, puede ayudar en parte a facilitar el conocimiento a los alumnos que están interesados en ello. Muchos se han mantenido firmes e interesados en seguir aprendiendo. Gracias a la motivación que nos brindan, nuestro trabajo como profesores se hace más llevadero, pero la educación a distancia no nos da la interacción humana. La pantalla de la computadora no es capaz de ayudarnos a sentir a los estudiantes. En el salón de clases sentimos cuando ya entendieron un tema, percibimos sus dudas, su alegría, su enojo, su preocupación, su aburrimiento o su cansancio. Y los estudiantes sienten esa alegría que (algunos profesores) desbordamos al impartir la clase, lo que motiva a algunos a acceder al conocimiento.

Desde mi punto de vista, ese es el principal reto de la educación a distancia: la pérdida de la conexión personal entre el profesor y los estudiantes.

Lo que evita que ambos compartan la emoción por la experiencia de adquirir conocimiento. Para esto no hay sustitutos ni herramientas.

Para concluir quiero decir que realmente extraño a mis alumnos.

Deseo que pronto regresemos a las clases presenciales.

Bibliografía La vida positiva. (2021). El flow (flujo) en la psicología positiva. Recuperado el 10 de abril de 2021, de https://www.lavidapositiva.com/el-flow-fluir-en-la-psicologia-positiva/ NÚMERO 33 I AÑO VI, ENERO-MARZO 2021

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MEJORES HERRAMIENTAS PARA LA EDUCACIÓN VIRTUAL

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a tendencia en la educación digital propone innovar las estrategias, entornos, recursos y técnicas que apoyen a motivar al estudiante, así como optimizar la calidad del aprendizaje. Ante esta pandemia inesperada, el docente tiene el desafío de reinventarse y reaprender el camino a esta transformación; adaptarse y hacer uso de la tecnología en su diversidad de plataformas y aplicaciones web, y proponer nuevos principios pedagógicos en este otro contexto de la educación.

Si bien las plataformas virtuales nos ayudan a conectarnos a distancia, también repre-

sentan un desafío para los académicos acostumbrados a enseñar en persona.

Leer a la audiencia en línea requiere más concentración, un entorno digital dificulta la comprensión de señales no verbales como el tono y el lenguaje corporal. Por ejemplo, cuando estamos de manera presencial, el cerebro humano se enfoca en las expresiones del rostro humano para interpretar la receptividad e informar el juicio mientras se comunica. En una plataforma de reunión virtual, es posible que un presentador solo vea algunas caras (o ninguna). Si a eso le sumamos las innumerables distrac-

ciones y la inconsistente conectividad a internet que interfiere con la calidad del video y el audio, parece imposible medir el rendimiento y la recepción en tiempo real.

Los académicos hemos desarrollado un conjunto de diferentes habilidades para transmitir mensajes de manera efectiva y participar en un entorno remoto. Por lo que debemos asegurarnos de que en esos espacios virtuales los alumnos sientan interés y curiosidad antes, durante y después de las presentaciones para asegurarse de que su mensaje llegue.

Los estudiantes necesitan conectarse entre ellos, especialmente durante esta pandemia en la que han interactuado poco personalmente. Las salas de reuniones permiten a los estudiantes charlar informalmente entre ellos. Si pueden hacer eso mientras discuten y aprenden el material, mucho mejor.

Organizar una sesión de webinar una vez

Alternativas contra la monotonía Las salas de reuniones, como Breakout Rooms 2, brindan la oportunidad de hacer oír su voz; para los alumnos introvertidos es una ocasión de exponer sus valiosos conocimientos. Esta opción les brinda un ambiente propicio en el que eliminan la presión de estar en el centro de atención del instructor. Discutir ideas en la comodidad de un pequeño grupo virtual permite que surjan diversas contribuciones por parte del portavoz de la sala de grupos cuando la clase se vuelve a reunir. Otra ventaja de los espacios virtuales es que permiten que la clase sea más interactiva y se rompa la monotonía. Es una buena idea dividir el grupo realizando actividades, especialmente cuando se enseña a través de una pantalla de computadora.

al mes, que puede tener algún nombre como ‘Charla con exalumnos’, en la que, los invitarán a participar para intercambiar ideas y conocimientos con algún profesionista en el campo de competencia de la materia. Esta oportunidad abre un espacio para invitar a expertos de otros países o, bien, de conectarse a webinars internacionales.

Otra técnica utilizada que es muy común y promueve una experiencia diferente es la colaboración entre profesores colegas de otras universidades a que se sumen a la clase, en las que los alumnos de universidades invitadas compartan con los alumnos locales.

Diseñando bien esta estrategia, incluso se pueden sumar a concursos, competencias o trabajos colaborativos.

Como educadores, es nuestra responsabilidad brindar a los estudiantes la mejor

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experiencia de aprendizaje posible sin importar las circunstancias. Afortunadamente, las herramientas en línea que tenemos a nuestra disposición, en particular las plataformas como Brightspace, emulan muy bien los grupos pequeños de trabajo en persona.

Si bien la experiencia no será exactamente la misma, muchas de nuestras actividades presenciales en el aula se pueden adaptar para lograr nuestros objetivos de aprendizaje en línea.

La Dra. Diana Dávila es profesora, investigadora y consultora en la Universidad Anáhuac México y editora de la revista The Anáhuac Journal.

tuales, herramientas web 2.0 y 3.0, o aplicaciones tecnológicas, con una planificación bien estructurada, flexible y adaptada a los contextos en que se desenvuelven los usuarios del servicio educativo.

Se vive una etapa de cambios en el contexto educativo, unos motivados por las bondades de las nuevas herramientas tecnológicas y otras empujadas por su exigente dinamismo. En este reto se vuelve necesario que los docentes innoven estrategias de enseñanza y de aprendizaje, combinando eficientemente las plataformas virNÚMERO 33 I AÑO VI, ENERO-MARZO 2021

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elepicentro

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Técnicas eficientes

Pedir a los estudiantes que mantengan sus cámaras encendidas para conversar viéndolos a la cara.

Utilizar encuestas, chats, pizarras blancas, pulgares arriba o manos levantadas para atraer y mantener la atención. Así como utilizar videos, audios y trivias en medio de la presentación, que se crucen con el tema en desarrollo, genera mucha movilidad para evitar la monotonía.

Contar historias, anécdotas y metáforas que conecten con los estudiantes, siempre que se transmitan con autenticidad y vulnerabilidad, y refuercen claramente el mensaje deseado.

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Asegurarse de que la clase no se sienta monótona. Es importante cambiar las herramientas periódicamente. Por ejemplo, un día puede usar una diapositiva de PowerPoint como su tablero en línea, y al día siguiente usar un iPad o un rotafolio porque planea esbozar una idea más compleja; o tal vez realizar una presentación dinámica con Canvas. Cambiar el esquema entre compartir contenido y tener una discusión abierta favorece mucho a salir de la rutina; estos pequeños cambios en el formato harán que la clase sea más interesante para los alumnos.

Incluir a algunos alumnos a participar con una noticia, anécdota o información, ayuda a que estén atentos para participar. El mundo al igual que la educación después de la pandemia es otro, tenemos que adaptarnos y reinventarnos para ser mejores educadores.

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BURBUJAS FAMILIARES CONTRA EL

BURNOUT

DE LOS PADRES

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esde marzo de 2020, las universidades, escuelas y guarderías de las 32 entidades federativas de México cerraron sus puertas en un esfuerzo por detener la propagación del covid-19. El resultado: los padres de todo el país se vieron repentinamente obligados a cuidar a sus hijos de tiempo completo y, a menudo, supervisar su aprendizaje en línea, mientras continuaban haciendo su propio trabajo en medio de una pandemia mortal. Un año después, siguen haciendo lo mismo.

Ante esta coyuntura, muchos padres se dan cuenta de que los arreglos que alguna vez fueron soluciones temporales, como cuidar a los niños durante el día y trabajar hasta altas horas de la noche, o pedirles a los abuelos que se encarguen de ellos cuando buscaban un momento de respiro y tiempo para ellos mismos, ahora se convierten en la regla más que la excepción. Y parece no tener fin.

El resultado final es la victoria del covid-19 sobre los padres de familia, que se manifiesta como el síndrome de desgaste emocional o burnout, un

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El Dr. Luis Landa es profesor e investigador de la Facultad de Economía y Negocios en la Universidad Anáhuac.

Cuenta con diversas publicaciones incluyendo un libro reciente en materia de precios de transferencia publicado por la editorial Thomson-Reuters.

estado de agotamiento mental, emocional y físico que se presenta como resultado de exigencias agobiantes, estrés crónico e insatisfacción en el cuidado y atención de los niños. El agotamiento severo causado por el estrés crónico fuera de control se está convirtiendo cada vez más en el foco de la investigación en salud. Originalmente la OMS lo identificó como un fenómeno relacionado con el trabajo, pero ahora el centro de atención es la forma que afecta a los padres e inclusive a los niños en el hogar.

Cualquier padre puede identificarse con la fatiga asociada con el cuidado de un niño. Para algunos, ese cansancio se convierte en un agotamiento dañino, dejándolos físicamente mal y perjudicando la relación con sus hijos y pareja. La investigación sobre el agotamiento de los padres ha sugerido que quienes lo padecen tienen más probabilidades de participar en el abuso y la negligencia infantil, lo que pone a los pequeños en riesgo de sufrir un resultado perjudicial a corto y largo plazo (Annette K. Griffith, 2020).

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¿Cómo resuelvo el problema?

En días recientes, tuve contacto con varias familias de amigos con hijos en edad escolar que fluctuaban entre los ocho y diez años. Al preguntarle a los padres cómo lidiaban con el problema, contestaron que uno de los asuntos apremiantes era, además de su propio desgaste, la soledad por la que atravesaban sus niños. Los buenos amigos se reemplazaron por un amigo electrónico que era la pantalla de Zoom en la que aparecían las imágenes en unos cuadritos sin posibilidad de algún intercambio entre ellos, excepto a través de las discusiones en clase dirigidas por el maestro.

Los padres coincidieron en que la falta de convivencia entre sus niños y sus amigos era una de las grandes víctimas de la pandemia. Esto, a su vez, provocaba irritabilidad y enojo entre los pequeños contribuyendo todavía mas al burnout de los padres.

Ante este importante tema de la soledad en los infantes, atizado por el tedio y el aburrimiento, los papás me comentaron que desde hacía meses se organizaban en lo que ahora se llaman ‘burbujas familiares’. ¿Qué es eso? No tiene mucha ciencia. Es lo mismo que decir: “Voy a estudiar a casa de mis cuates”, con la gran diferencia de que se lleva a cabo de forma ordenada y metódica.

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Las mamás de amiguitos de 1º, 2º o 3º de primaria que son compañeros de clase, se organizan para seguir con la educación a distancia tal como lo hacen en casa, pero ahora en una sede diferente en donde pueden convivir con algunos de sus cuates. La sede es itinerante para darle oportunidad a las mamás de tener un respiro para atender otros temas prioritarios de la familia, o simplemente amortiguar el burnout haciendo deporte, o tomando una taza de café con familiares o amigos, que de otra forma sería imposible.

Las burbujas familiares son de grupos pequeños; tres o cuatro alumnos que de lunes a viernes se reúnen en casa de una mamá designada en una simulación, como si fueran a la escuela. Llegan por las mañanas con su mochila al hombro, con su lunch y con su computadora, listos para ver a sus cuates y para conectarse para atender las sesiones a distancia.

Conclusión Con base en las conversaciones con padres de familia, las burbujas familiares son la mejor solución al burnout de los papás, e inclusive de los hijos. Se recomienda sacudirse el miedo de contacto con otros amiguitos del salón y aprovechar las burbujas en donde los niños estarán en un ambiente perfectamente seguro, con personas de confianza, en un lugar cerca de la casa. Y a través de la maestra sombra saben que están cumpliendo con sus responsabilidades de la escuela y haciendo la tarea en la burbuja. Al llegar a casa, los deberes escolares del día ya concluyeron. El único costo es el pago del tiempo de la maestra sombra, quien generalmente es una hija (hijo) mayor de alguna de las mamás que participan en la burbuja. La pandemia va para largo y también el cierre de escuelas a nivel presencial. Es momento de tomar ventaja de esta oportunidad para el bien de los padres y de los hijos.

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¿Qué son las burbujas familiares?

Las mamás

Las madres se turnan la responsabilidad cada semana, una reunión en cada casa. De esta forma, cada una tiene la responsabilidad una vez al mes, y un respiro las tres semanas restantes.

Los niños

Red de apoyo de tres a cuatro alumnos de nivel primaria, compañeros de clase.

Los alumnos se conocen de forma presencial en la escuela, así como las madres, que es mejor si son amigas.

El número es reducido para permitir el control adecuado del grupo.

El grupo burbuja está supervisado por una maestra sombra a cargo de que los equipos funcionen de manera adecuada (computadora, conectividad, volumen del sonido, interacción con los maestros, etcétera), y de mantener el orden y la atención de los niños a la clase en línea.

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Una burbuja familiar es un simple arreglo informal entre las mamás de los niños, no es una escuela burbuja que requiere de autorización formal de diferentes instancias competentes en la que las mamás inscriben a sus hijos, etc. Lo que aquí se sugiere es simplemente procurar arreglos para organizarse de esta forma en beneficio de madres e hijos. Por eso se hace la analogía de “ir a estudiar a casa de los cuates”, tal y como lo hacía uno cuando era estudiante.

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Dado que son mismo salón, los horarios y la duración de las clases en línea es la misma para todos. Inician y terminan al mismo tiempo.

La maestra sombra es responsable de conocer el tema que se imparte, para que al terminar las clases en línea repase con los niños el material visto durante el día; además, estimula la plática entre los alumnos para que se acuerden de lo que aprendieron ese día.

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Los niños están haciendo lo mismo que hacen en casa, ahora en contacto con otros amigos.

La maestra sombra ayuda a los niños a hacer la tarea después de un breve descanso en el cual pueden convivir entre ellos. Se permite aclarar dudas entre todos y se estimula a que ellos mismos las resuelvan (cuando alguno de ellos puede explicar la duda de su compañero). Los niños están entretenidos al hacer la tarea juntos y aprovechan la orientación de la maestra sombra.

Se recomienda que vivan cerca para que el tráfico no se convierta en otro factor de estrés sumado al agotamiento emocional. De esta forma, es fácil dejar y recoger a los niños en la sede de la burbuja familiar.

Cuando está en la burbuja, el niño puede pensar en sí mismo como en un ‘hijo adoptivo’ de la casa en turno.

Siempre son los mismos niños para evitar la posibilidad de contagio con alguien más.

El único contacto que tienen es entre ellos mismos, con la mamá anfitriona de la sede y con la maestra sombra. No hay contacto alguno con el personal de apoyo doméstico ni con ninguna persona ajena a la casa sede de la semana (otros habitantes, abuelos, primos, amistades, etcétera).

La burbuja funciona solamente durante las mañanas para evitar el cansancio de los alumnos y de los adultos. Si se imparten clases en línea después de las 14:00 horas, cada alumno las atenderá desde su propia casa de manera individual.

No es necesario que mantenga distanciamiento social con las personas de la burbuja; sin embargo, mantenerla y tomar otras precauciones, como lavarse las manos y abrir las ventanas para dejar entrar el aire fresco, ayuda a reducir la propagación del coronavirus.

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EL APRENDIZAJE EN LAS NUEVAS AULAS

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arece lejano aquel día en el que comenté con mis alumnos la posibilidad de que las clases se suspendieran debido a la pandemia. Era 12 de marzo de 2020, y jamás me imaginé que serían las últimas clases presenciales que impartiría en mucho tiempo. Llevábamos ya trabajando juntos desde enero, nunca pensé que la siguiente vez que los vería sería a través de una pantalla. Un día antes, el 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud declaraba al covid-19 como pandemia y, pese a que ya veíamos escenas perturbadoras en otros países, el virus parecía aún un enemigo distante.

La tercera semana de ese marzo empezamos a impartir clases a distancia con los retos que suponía para todos; alumnos y profesores nos encontrábamos en terrenos desconocidos. A eso debemos sumarle el poco conocimiento que había sobre la enfermedad que ha puesto al mundo entero de rodillas. Si bien la incertidumbre se volvió algo común, tuve la fortuna de encontrarme con una comunidad universitaria sumamente fuerte y solidaria. Así empezaba esta aventura con profesores, directores, administrativos y padres de familia haciendo equipo, con el propósito de seguir brindando clases de excelente calidad sin perder el sentido humano.

Para lograrlo, la universidad puso a nuestro alcance una gran variedad de

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La Dra. Paulina Segarra es profesora e investigadora en la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Anáhuac México, así como miembro del Claustro de Tutores del Doctorado en Administración de la UNAM y del Sistema Nacional de Investigadores, Nivel I.

capacitaciones y eencontramos una curva de aprendizaje que continúa hasta hoy.

Tanto alumnos como profesores aprendimos a trabajar en diferentes plataformas y buscamos la manera de tener y brindar la mejor experiencia posible. Fue un cambio radical pasar de estar frente al grupo en el salón de clases a ver cuadritos de Zoom con los rostros de nuestros estudiantes, unas veces sus fotos y otras solamente sus nombres. Todavía es extraño pensar que he tenido alumnos que no reconocería en el campus debido a lo poco que pude verlos en la pantalla. De pronto ya no tenía un salón de clases en el cual presentarme, sino un mar de links que navegar para evitar llegar tarde a las clases. En un principio fue confuso, los alumnos buscaban algún tipo de certeza que yo no podía darles. Una pregunta que se escuchaba de forma recurrente en las sesiones era: ¿cuándo volveremos a la Universidad? Sigue siendo duro admitir que no lo sé.

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Nuevas dinámicas El principio fue complicado, pero no todo ha sido malo. Con esta experiencia hemos estado lejos físicamente, y hemos hecho cosas que de otra forma hubieran sido imposibles. Hemos entrado a los hogares de los alumnos y ellos a los nuestros; y en ocasiones, hemos conocido a sus familias, sus mascotas y su entorno… también nos han conocido de una manera diferente. Han visto lo que nos rodea, escuchado los ruidos de nuestro hogar y, a veces, visto a alguien de nuestra familia que, no estando acostumbrado a esta modalidad, pasa frente a la computadora en horario de clase. Es curioso cómo estando lejos, de alguna manera hemos estado más cerca.

Trabajar desde casa ha tenido retos peculiares, ha sido dando clase que me ha interrumpido el timbre, Mori y Puka con sus ladridos, o la conexión a internet que hay días que simplemente no funciona. Todas estas situaciones, parte de la cotidianidad, pueden convertirse en momentos frustrantes pero que son parte de esta ‘nueva normalidad’. Sin duda, la pandemia ha puesto a prueba nuestra capacidad de adaptación y nuestra resiliencia.

En esta modalidad, no solamente he tenido la oportunidad de estar frente a grupos, sino que he podido ser alumna en diversos cursos del CEFAD. En ellos, he tenido la enorme fortuna de compartir conocimiento con profesores. Debo decir que me ha maravillado ver la forma tan generosa en la que se comparte lo que nos ha funcionado –y lo que no– en la educación a distancia. Escuchar las diferentes situaciones enfrentadas por otros maestros me ha permitido sentirme todavía más acompañada en este reto inigualable.

Considero que el esfuerzo de los alumnos debe ser reconocido. En mi caso, impartiendo clases de primer semestre ha sido particularmente retador trabajar con alumnos que ya son estudiantes universitarios y que no conocen nuestro impresionante campus. Estudiantes que no han tenido la oportunidad de sentarse afuera de la facultad para reírse con sus compañeros o comer algo rápido antes de entrar a clase.

La primera actividad en mi materia es que escriban una breve autobiografía en la que les he pedido que contesten la pregunta: ¿cómo has sobrellevado la pandemia? Sus respuestas son sumamente honestas y directas. Algunos no entran en muchos detalles, y otros me han contado que resienten no haber podido tener una graduación de preparatoria, o que no se imaginaban empezar así su experiencia universitaria. También me he topado con diferentes historias de resiliencia, autocontrol, compromiso y deseos de aprender. Todo eso no solo me lo dicen, sino que he podido observarlo clase con clase. Estas características de nuestros estudiantes son algo que no puede ni debe ser pasado por alto. En cada sesión me sorpren-

den un poco más con su capacidad de adaptación, la excelente calidad de los trabajos que entregan y su maravillosa actitud.

Me queda claro que para los estudiantes esta experiencia ha sido sumamente complicada. Mi mantra con ellos es ‘paciencia’. Siempre trato de recordarles que en esta situación histórica todos estamos aprendiendo y nos estamos acompañando en el proceso. Me ha llenado de alegría ver cómo, a pesar de la distancia, los alumnos hacen un gran esfuerzo por ser participantes activos en la clase e interactúan con sus compañeros.

Hemos formado una comunidad tan sólida que ni la distancia ni la falta de certeza pueden detener.

El futuro que viene Me considero sumamente afortunada de ser parte de la historia y de que, pese a los enormes retos que estamos enfrentando, tenemos el privilegio de ser orgullosos transmisores de conocimiento. Hemos sido capaces de llegar hasta donde los alumnos se encuentran, cobijados en sus hogares por sus familias, para que obtengan los conocimientos necesarios para ser profesionistas exitosos con un alto grado de empatía, líderes de acción positiva que representen a nuestra universidad. Ellos se convertirán en profesionistas que se enfrentarán a un

La primera actividad en mi materia es que escriban una breve autobiografía en la que les he pedido que contesten la pregunta:

¿CÓMO HAS SOBRELLEVADO LA PANDEMIA?

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mundo postpandémico que requerirá de mucha creatividad y de personas preparadas para situaciones que ni siquiera conocemos todavía. La realidad es que nunca nos imaginamos esta situación ni estábamos listos para enfrentar algo así, pero ha sido el esfuerzo colectivo lo que nos ha llevado a que logremos buenos resultados.

Lo que parecía que serían solo unas semanas, se convirtió en meses, y así hemos cumplido ya más de un año en el que hemos sufrido diferentes pérdidas. Todos las hemos tenido: hemos perdido la tranquilidad, la certeza, nuestras oficinas, nuestros salones de clase, el contacto humano y, en los casos más graves, la salud o algún ser querido. Al mismo tiempo, todavía hay muchas cosas que no son claras; la realidad es que todavía no sabemos cómo será exactamente la ‘nueva normalidad’.

Todos los días me pregunto cómo será el futuro cercano, y no tengo una respuesta clara. Nosotros los profesores, tan acostumbrados a tener respuestas, en esta ocasión no las tenemos.

Lo que sé con absoluta certeza es que extraño inmensamente entrar al salón y ver a mis alumnos, añoro verlos sonreír con alguna anécdota, ver de inmediato cuando algo es confuso y cuando tienen un momento ‘eureka’. Sin embargo, no me queda duda de que volveremos a estar juntos, de que regresaremos a escuchar las risas de nuestros alumnos en los pasillos y recordaremos este periodo como un reto lleno de experiencias profesionales y personales.

El virus ciertamente ha transformado al mundo, pero el amor por la enseñanza y el aprendizaje es algo que ha permanecido inamovible. En medio de todo el dolor e incertidumbre que ha dejado esta enfermedad, saber con certeza al menos eso, me llena de esperanza.

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favoritos LIBROS

Tiende tu cama y otros pequeños hábitos que cambiarán tu vida y el mundo (2020) William H. McRaven

Si tiendes tu cama al despertar, habrás cumplido con tu primera tarea y sentirás una sensación de orgullo y satisfacción que te alentará a cumplir un objetivo más para después alcanzar otro y otro. Esa pequeña labor se convertirá en muchas metas cumplidas. El autor de este libro enfrentó difíciles retos y se recuperó de un grave accidente de paracaídas, por lo cual cuenta las profundas lecciones de vida (tales como valorar la compañía, aceptar que el mundo no es justo, afrontar el fracaso, no darse por vencido y tender la cama) que aprendió durante uno de los entrenamientos físicos más desafiantes del mundo. Para McRaven, los logros más trascendentes están hechos de pequeños pasos.

David Camacho Cáceres

La enseñanza ha evolucionado conforme ha pasado el tiempo y, en situaciones como las guerras o pandemias, las cosas cambian de forma más rápida e incierta. Este libro propone una técnica que se ha desarrollado desde hace varias décadas, y que ahora más que nunca debe utilizarse para sacar mayor provecho al proceso enseñanzaaprendizaje. Además, aporta una serie de herramientas teóricas y una hoja de cálculo que ayudan a facilitar el proceso de evaluación, por lo cual todas las profesoras y profesores deben conocer las herramientas de este libro para hacer de la evaluación una actividad justa, y que se adapte a los tiempos modernos y digitales.

El poder de los hábitos: Por qué hacemos lo que hacemos en la vida y los negocios (2019) Charles Duhigg

El premiado periodista Charles Duhigg lleva al límite de los descubrimientos científicos que explican por qué existen los hábitos, cómo nos condicionan y cómo cambiarlos. En este libro, se ofrece una gran cantidad de información en una interesante narrativa con diversos ejemplos y presenta una manera completamente nueva de entender la naturaleza humana y su potencial.

En esencia, contiene un mensaje estimulante: la clave para hacer ejercicio con regularidad, perder peso, ser más productivo y conseguir el éxito consiste en entender el modo en que funcionan los hábitos. Si somos capaces de sacar partido a este nuevo método, conseguiremos transformar nuestra vida laboral, social y personal. actividad justa, y que se adapte a los tiempos modernos y digitales.

Remote: Office Not Required (2013)

Este libro fue escrito en 2013 y es sorpresivamente grato ver cómo lo plasmado en esta obra puede relacionarse con el tiempo de pandemia y confinamiento que estamos viviendo actualmente. Consta de una guía clásica para trabajar desde casa y por qué deberíamos adoptar una oficina virtual, al igual que comparte una descripción general completa de los desafíos del trabajo remoto y cómo es que las empresas ven ventajas en la forma en que el home office aumenta su grupo de talentos, reduce la rotación, disminuye su huella inmobiliaria y mejora su capacidad para realizar negocios en múltiples zonas horarias. Además, comparten solo algunos de los beneficios que se pueden obtener al dejar la oficina atrás, como lograr un equilibrio armonioso entre el trabajo y la vida al mismo tiempo que se aumenta la productividad.

Es un texto ideal que sirve como guía para gerentes, directores y trabajadores que quiere lograr una mejora en su estilo de vida sin dejar de ser un profesional de alto rendimiento.

Reconexión: Herramientas mentales y emocionales para la nueva normalidad (2020)

Compartir herramientas mentales y emocionales que ayuden a las personas a reincorporarse a la nueva cotidianidad post-cuarentena y a retomar sus actividades es crucial. Es por esto que los autores de este libro convocaron a diversos profesionales de la salud mental y emocional a escribir un texto de reflexión al respecto que ofreciera estrategias para retomar la vida después del confinamiento, el cual aborda temas como convivencia interpersonal, alimentación, control de emociones, trato con niños y adolescentes, entre otros. Todos, de forma individual y en conjunto, ayudamos a replantear nuestras prioridades y a asimilar el valor fundamental de sentirnos en conexión con otros, así como fortalecer la búsqueda de vínculos significativos en los cuales resguardarnos y generamos estrategias de atención para niños y adolescentes en esta etapa tan particular en la que vemos la incertidumbre como una característica común y la reconexión como el remedio para amortiguar los posibles efectos emocionales.

Jason Fried y David Heinemeier Hansson

Yordanka Masó Dominico, Adrián Chávez Esquivel et al.

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Aprendizaje y Evaluación para la nueva normalidad (2021)

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