| EDITORIAL |
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ste mes de junio y julio en Madrid se celebra uno de los grandes eventos mundiales, la quinta edición del World Pride, un multitudinario evento en el que se estima una participación de más de tres millones de personas.
Los motivos por los que la ciudad de Madrid fue elegida por unanimidad para celebrar el World Pride son evidentes: la capacidad para organizar con éxito eventos de este tipo y la libertad y la tolerancia de las que hace gala la ciudad de Madrid. Pero que Madrid sea la ciudad de la libertad no ha sido una tarea de un día, durante siglos los homosexuales han sido perseguidos y condenados hasta que saltó la chispa que encendió la mecha de esta reivindicación en 1969, tras la tragedia de Stonewall, en la ciudad de Nueva York, fue entonces cuando los homosexuales de todo el mundo civilizado comenzaron a perder el miedo y a decir basta a tanta injusticia, saliendo a las calles y haciéndose visibles ante una sociedad. En España, las manifestaciones a favor de los derechos y libertades de los homosexuales no surgieron hasta la llegada de la democracia. La Ley de Peligrosidad Social de 1970, heredera de la Ley de Vagos y Maleantes, creada en 1933 durante la República, contemplaba la homosexualidad como un peligro social y penalizada con condenas de tres a cinco meses de cárcel, aunque también contemplaba el internamiento en manicomios. El primer Orgullo madrileño se celebró un 28 de junio de 1978, en aquella manifestación más de 7.000 personas salieron a la calle para decir basta y exigir los mismos derecho y libertades que el resto de los ciudadanos. Desde aquella manifestación a hoy, las leyes han cambiado y hoy ser homosexual en España no es una condena. Esto no ocurre en otros lugares del mundo. Rusia es uno de los países en los que ser homosexual es muy peligroso. En la República de Chechenia, perteneciente a la Federación Rusa y de mayoría musulmana, los homosexuales están siendo perseguidos e internados en campos de concentración, como afirman numerosos medios de comunicación. En todos los países árabes y musulmanes, los homosexuales son encarcelados y vilmente asesinados.
Durante este World Pride, Madrid debe ser el espejo de la tolerancia en el que todos se han de mirar, pero también ha de servir para dar voz a todos aquellos que, ya sea por su orientación sexual, religiosa o racial, son víctimas del fanatismo y la ignorancia. Feliz Orgullo Ramón Rivas
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