Revista Anduma: Estado, Políticas Públicas y Protagonismo Popular

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Equipo Anduma Dirección: Marcelo Koenig Coordinación editorial: Claudio Bonelli Secretario de Redacción: Rodrigo Franco Equipo de trabajo: Angélica Enz Ana Florian Carmel Sabino Flavia Meira Eva Izaguirre Nadia García Patricio Paganelli Pablo Armesto Adrián “El Pájaro” Carreira Agradecimientos: Eugenio Zaffaroni Lino Barañao Eduardo Zuaín Eduardo Rinesi Pablo Imen Aritz Recalde Horacio Rovelli Ángeles Crovetto maria.de.los.angeles.crovetto

Mora Sarquis Adamson EsMuyPocoSerio

Pablo De Bella Nicolás Vicente Emilio Etchart Pablo Conde Ricardo Gamarra

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Autoridades Presidenta de la Nación Dra. Cristina Fernández de Kirchner Jefe de Gabinete de Ministros Contador Jorge Milton Capitanich Secretaria de Gabinete y Coordinación Administrativa Cra. / Dra. Laura Fabiana Sambanca Subsecretario de Formación en Políticas Públicas Lic. Ignacio M. Medina Escuela Superior de Gobierno Dr. Marcelo Koenig


Tenemos Patria “La nuestra es un arma chica. Como los cuchillos que los gauchos ataban a la punta de las tacuaras con tientos del país. Con esa poca cosa se hizo la patria y en cambio con otras mejores se apuntalò a los que la vendieron Con esa arma chica empezamos nosotros. Pero al salir, saldrá cortando. Y haremos patria.” Arturo Jauretche Lic. Ignacio Medina Subsecretario de Formación en Políticas Públicas

La llegada de Néstor Kirchner a la presidencia no solo vino a poner fin a la larga noche neoliberal iniciada por la dictadura oligárquico militar y profundizada por el menemismo, sino que vino a devolvernos la política, la mística y a proponernos un sueño, como lo habían hecho tiempo atrás el general Perón y Evita. Fruto de esto es que desde la Escuela Superior de Gobierno damos a luz a Anduma, un nuevo sueño, que al decir del poeta, hemos recogido del naufragio y cobijado en la memoria colectiva de nuestro pueblo. Anduma nace porque queremos mostrar cómo planificamos, ejecutamos y comunicamos las políticas públicas. Porque precisamos, entre todos, pensar el Estado en el siglo XXI, herramienta fundamental para defender los intereses populares frente al ataque de la oligarquía y las corporaciones. Porque en esta época de buitres de afuera, y caranchos de adentro, tenemos que mostrar las políticas de soberanía y dignidad que viene impulsando nuestra presidenta. Anduma viene a reflejar esta etapa caracterizada por el debate de ideas, la organización territorial, la movilización, el protagonismo popular y las políticas de Estado. Porque para transformar la realidad, primero hay que conocerla, mirarla con ojos bien argentinos y latinoamericanos, y después militarla a fondo. Porque pretendemos contribuir en la formación de los jóvenes como cuadros integrales, para que sean capaces de tomar la posta y gobernar para las próximas generaciones. En síntesis, Anduma viene a dar cuenta de que, como dice la compañera presidenta Cristina Fernández de Kirchner, “Tenemos Patria”, y la estamos haciendo día a día colectivamente, única manera de llevar adelante tamaña empresa de construir la felicidad del pueblo y la grandeza de la nación.

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Editorial Marcelo Koenig Escuela Superior de Gobierno

¡Vamos! Eso significa ANDUMA, una exhortación, una convocatoria, una dinámica. Invitar al movimiento, a la continuidad, a la consolidación, a la profundización. Así es nuestra mirada sobre el Estado y las políticas públicas. No puede ser focalizada, reducida a lo metodológico y a lo técnico, tiene que tener el impulso de lo político, que no solo le pone metas, objetivos y lo comunica, sino que le pone su impronta, su raíz, su ritmo. Porque si la política es, en el centro de su función, una disputa de intereses, impregnar de lo popular y de lo nacional cada política es, desde nuestra perspectiva, la clave para entender cada decisión en el Estado. Pensar el Estado, invitar a hacerlo desde la pluralidad que caracteriza la democracia pero, sobre todo, ser vehículo de la participación popular en la construcción de las políticas públicas que no son solo patrimonio de expertos asépticos, sino el fruto del involucramiento de aquellos que han de disfrutar de la implementación de los derechos, fundamento y consecuencia de un proyecto de crecimiento con inclusión. Reflexionar sobre los caminos transitados por este proyecto, es darle sentido último y profundo a la Escuela Superior de Gobierno, porque todo lo que nos queda por hacer para alcanzar la justicia social, que es nuestro horizonte, se hace transitando el camino por el que venimos. El oscuro proceso neoliberal, que se inició con el golpe cívico militar de 1976 y se elevó a su máxima expresión durante la década del ’90, le puso su matriz al Estado nacional. “Achicar el Estado es agrandar la nación”, decían orgullosos los Falcon verdes de los funcionarios de la

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dictadura. El desguace obsceno del Estado fue un desnudamiento que nos dejó inermes, a merced de los arrebatos de los poderosos. Pero ese Estado nunca fue ausente, fue siempre presente, en su faz represiva, para garantizar negocios privados y para defender los intereses de un puñado de hombres y mujeres que se beneficiaban del trabajo de las mayorías. El credo del “Consenso de Washington”, a instancias de la deuda, fue dándole la impronta neoliberal a nuestro Estado. Desandar esos rumbos implica un recorrido aún más largo que el tiempo que se dieron para destruir el proyecto inaugurado a mediados de los ‘40, con desarrollo industrial, justicia social en las relaciones de trabajo, independencia en el marco internacional y soberanía en la decisión democrática de las mayorías. Las políticas públicas de inclusión, que dan y dieron sentido a este andar argentino que nos permitió salir del infierno, implicaron cambiar la historia no desde un recetario preconcebido sino desde la exploración de camino y, fundamentalmente, con la determinación política para aprovechar oportunidades históricas. La política sobre lo técnico, la decisión sobre lo económico, la creación sobre la repetición, la voluntad transformadora sobre el posibilismo. Y el crecimiento de este proyecto no hubiera sido posible sin la inclusión de los que se quedaban al costado de la ruta, sin la participación de la juventud militante, sin la fuerza de aquellos a los cuales el neoliberalismo los entendía como población supernumeraria, desechada, a la cual solo había que atender, en todo caso, con políticas focalizadas para que no estallen. Las políticas fueron reparadoras del orgullo de ser argentinos, ese


que se eleva hasta los cielos cuando un satélite como el ARSAT 1, desarrollado por nuestra inteligencia, nos incluye entre el puñado de países del mundo capaces de alcanzar esos niveles tecnológicos. Esta clave de lectura de la acción del Estado solo es posible a partir de la recuperación de la política como instrumento de transformación. Acaso ese sea el mayor legado de Néstor Kirchner cuando inauguró un gobierno que no arrió las convicciones y banderas políticas a la hora de ejercer la conducción del Estado. La sobreestimación de la economía, hija dilecta de las concepciones conservadoras y neoliberales, fue desechada en pos de recuperar la decisión de las mayorías a través de la política para constituirse en sujeto nacional frente a los poderes mundiales que incansablemente quieren poner de rodillas a los pueblos. Después de casi doce años de transitar este proyecto podemos ver la resignificación de la idea de Estado, tanto en su papel activo en la economía como en su rol imprescindible de articulador social y garante del bienestar de los argentinos, sobre todo de los más humildes. Muchas políticas públicas de este tiempo histórico se esconden en el silencio burocrático del Estado. Fortalecer la democracia es poner luz sobre ellas para que no sean conocidas solo por aquellos que son sus beneficiarios. Nuestro desafío es avanzar poniendo en blanco sobre negro el proyecto emancipatorio y transformador que se instaló en nuestro país con la legitimación de los votos, para animarnos a plantear lo que queda por escribir desde la reflexión crítica del que hace, del que construye, del que se equivoca en la acción. Profundizar es convocar a difundir, a polemizar, a andar y desandar las políticas de la última década, que constituyen la diferencia de este proyecto de país. Y también, pensar los derechos adquiridos para defenderlos, pensar los que faltan para conquistarlos y, sobre todo, concebir el protagonismo popular como impulso de los cambios, pues solo el cambio de la correlación de fuerzas de la sociedad es la condición de posibilidad de un Estado que construya justicia y

derechos donde hay injusticia y exclusión. Las políticas públicas, en su lectura tecnocrática, son una serie de medidas acordes a saberes especializados de funcionarios de turno. No negamos esos saberes pero planteamos que junto a ellos debe construirse el sentido político, para el cual se necesita otro tipo de formación y compromiso. Pero incluso esa formación y compromiso no tienen sentido si no lo pasamos por el tamiz y el reaseguro de la participación popular. Para estar a la altura de nuestros desafíos no hacemos un abordaje ortodoxo, mezclando papers para entendidos y cifras indescifrables aún para especialistas, sino que optamos por un enfoque multidisciplinario, expresado de diversas maneras que van desde el escrito erudito hasta la entrevista, pasando por un resumen de experiencias concretas implementadas en la acción estatal. Conocimiento y experiencia serán voces que nos aproximen a los alcances y los límites del despliegue del Estado, pues nuestro objetivo es resignificar paradigmas y prácticas, y construir propuestas superadoras. Anduma se piensa a sí misma como una herramienta que condensa el trabajo en y desde el Estado, como insumo de participación ciudadana, como disparador de debates abiertos para pensar la patria. Todo esto es de algún modo lo que venimos realizando desde la Escuela Superior de Gobierno, que tiene la formación técnica y política, articulada e impregnada de la esencia del proyecto democratizador e incluyente. Nuestra meta es aportar un grano de arena en la cualificación de la intervención de aquellos que son parte de la discusión del poder en esta sociedad democrática de hoy. Es por ello que los protagonistas de Anduma son aquellos actores que trabajan día a día para fortalecer las políticas públicas. Y, fundamentalmente, sumamos al debate a las mayorías que son la esencia del Estado democrático real, que no es un mero procedimiento para elegir representantes sino una forma de asumir el propio destino. A mayor cantidad de voces, mayor es la perspectiva de los problemas y el abanico de posibles soluciones. Por eso, ¡ANDUMA!

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SUMARIO

“Debatir el Código Penal es debatir dos modelos de Estado y de sociedad”

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PENSAR LA PATRIA

EUGENIO ZAFFARONI

ENTREVISTAS

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LINO BARAÑAO “La creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología es un acto de soberanía”

Horacio Rovelli

Un análisis pormenorizado de la historia de la deuda externa argentina desde el default de 1890 en el gobierno de J. A. Roca hasta el desendeudamiento histórico durante el gobierno de Néstor Kirchner.

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ESCRITOS

La cesación de pagos y quiénes pagan la deuda

“Tenemos una política exterior con sentido nacional”

ENTREVISTAS

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EDUARDO ZUAÍN


En esta sección, dedicada a recordar a diferentes patriotas latinoamericanos que lucharon en pos de una sociedad más justa, un artículo que homenajea a María Eva Duarte de Perón a 62 años de su paso a la inmortalidad.

ESCRITOS

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Eva Duarte y la política de la Argentina

Aritz Recalde

ENTREVISTAS

EDUARDO RINESI

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“La Educación Superior es un derecho que debemos garantizar”

Pablo Imen

ESCRITOS

Una reflexión sobre la necesidad latinoamericana de una pedagogía liberadora acorde al programa emancipador que el continente lleva adelante para la construcción de la Patria Grande.

Formar para transformar El Programa Federal de Formación Política, de la Escuela Superior de Gobierno, es una propuesta de capacitación que llega a todos los rincones del país. En esta nota, todos los detalles de una iniciativa que sigue creciendo.

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POLÍTICAS PÚBLICAS

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Una pedagogía emancipadora para Nuestra América


EUGENIO ZAFFARONI


PENSAR LA PATRIA | Dr. Eugenio R. Zaffaroni

“Debatir el Código Penal es debatir dos modelos de Estado y de sociedad” En el marco del ciclo “Pensar la Patria”, organizado por la Escuela Superior de Gobierno, el Dr. Eugenio Raúl Zaffaroni, Ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, disertó sobre la necesidad de adoptar un nuevo Código Penal en la Argentina y analizó las características del anteproyecto de reforma. Compartimos los momentos más destacados de su presentación.

Para comenzar, quisiera aclarar que el hecho de que se sancione o no un nuevo Código Penal no le va a cambiar mucho la vida cotidiana a la gente. Sí será un instrumento que va a posibilitar sentencias menos contradictorias, un poco más coherentes y un poco más previsibles. Es decir, lo que se pretende es aumentar el grado de seguridad jurídica y conocer con mayor certeza la medida del ejercicio del poder punitivo del Estado. En el mundo contemporáneo, un proyecto de Código Penal puede ser, y en la mayoría de los casos lo es, un pretexto para debatir dos modelos de Estado y, eventualmente, dos modelos de sociedad. Si el Estado es una institución o conjunto de instituciones que ejerce un poder que trata de configurar una sociedad, hoy hay en el mundo una lucha abierta entre dos modelos de sociedad que pugnan por establecerse: un modelo de sociedad en la que haya una cierta tendencia redistributiva de la renta y un modelo de sociedad en la cual no se redistribuya nada. En la década del ‘70, cuando termina la primera onda expansiva económica de la posguerra y con la primera crisis del petróleo, se

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¿Qué es Pensar la Patria? Es un ciclo de debates que organiza la Escuela Superior de Gobierno con el propósito de generar ámbitos de intercambio entre protagonistas de la vida pública y ciudadanos desde las distintas ópticas de trabajo en el Estado. Bajo la premisa de fortalecer el compromiso de los participantes con un destino colectivo, el espacio apuesta a reflexionar sobre la Argentina en clave estratégica abordando diversas temáticas y proponiendo la participación popular como la herramienta para construir una patria más justa, libre y soberana. Así, los encuentros funcionan como instancias de acercamiento entre funcionarios públicos, académicos y líderes de opinión con la ciudadanía para que ésta forme parte de las discusiones que hacen a la elaboración de las políticas públicas.

Desde el año 2012 se realizaron

más

de

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encuentros. Participaron más de 3000 personas. Intervinieron más de 100 personalidades de los ámbitos político, académico, cultural y de la comunicación.

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Algunas de la personalidades que ya participaron del ciclo: el Ministro de Trabajo de la Nación, Carlos Tomada, el Ministro de Defensa, Agustín Rossi, el Secretario de Educación, Jaime Perczyk, el Secretario de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional, Ricardo Forster, el Subsecretario de Promoción de Derechos Humanos, Carlos Pisoni, el Subsecretario de Formación en Políticas Públicas, Ignacio Medina; los diputados nacionales Eric Calcagno, Andrés Larroque, Leonardo Grosso, Liliana Mazure y Edgardo Depetri; el titular de la AFSCA, Martín Sabbatella y la Defensora del Público, Cynthia Ottaviano; los periodistas Pedro Brieger, Mariana Moyano y Ari Lijalad y el cineasta Benjamín Ávila, entre otros.


PENSAR LA PATRIA | Dr. Eugenio R. Zaffaroni

tiran por la borda los modelos más o menos redistributivos de la socialdemocracia europea y del New Deal de Roosevelt, y empieza el momento de los gurúes de la economía, de los gurúes del mercado. Se termina con Keynes, con la programación económica y es el “señor mercado” quien comienza a mandar. Desde ese momento se inicia una lucha de poder para saber quién manda en definitiva: ¿quién tiene más poder, las corporaciones transnacionales en las que se va concentrando capital o la autoridad política del Estado?, ¿hasta qué punto se puede minar la autoridad política del Estado en beneficio de las corporaciones transnacionales? Obviamente, el modelo de sociedad de corporaciones transnacionales es un modelo que no admite redistribución de la renta. En la Argentina ya vimos los resultados del festival del mercado de los ‘90 y sabemos a lo que conduce. También vimos y seguimos viendo una gran concentración de riqueza en el mundo: actualmente setenta personas detentan la misma riqueza que tres mil millones de pobres. La polarización de la riqueza se va agudizando en lugar de ir atenuándose. No basta un país con un alto índice de PBI, hay que combinar eso con el índice de Gini y ver cuál es el grado de distribución que se va produciendo. El modelo que pretenden las corporaciones transnacionales es el que sustenta la llamada “teoría del derrame”, es decir, es mejor que se vaya acumulando porque quienes están arriba y acumulan, en algún momento, como son las fuerzas más activas económicamente, van a producir el derrame hacia abajo. Lamentablemente hasta ahora no se produjo ningún derrame sino un proceso de exclusión social. No estamos

hablando de explotación, eso es un fenómeno bilateral porque para que haya un explotador, tiene que haber un explotado. La exclusión es algo distinto, el excluido es alguien que está de más, es un descartable, es un segmento desechable de la sociedad. Este modelo de concentración produce exclusión. ¿Y qué se hace con los descartables? ¿Qué se hace con los excluidos? Lo que se hace es controlarlos punitivamente. Una sociedad que no redistribuye es una sociedad que necesita control punitivo y ese control punitivo se va agudizando conforme a las distintas realidades. En la realidad europea, y pese a que son sociedades en las que hay una mayor redistribución mediocrática, los informes indican que uno de cada cuatro europeos está en situación de pobreza y eso es significativamente alto. En Estados Unidos, el economista Joseph Stiglitz nos dice que la polarización de la riqueza aumenta y vaticina cuál será el precio de ese incremento. Nuestra región latinoamericana, pese a los esfuerzos de varios gobiernos de la última década, conserva índices de pobreza bastante altos. Brasil, por ejemplo, está cerca del 30%. Es decir, cuando se discute el control social punitivo, estamos discutiendo hacia qué modelo de sociedad tienden nuestros Estados. Y hoy, mundialmente, se camina hacia Estados de carácter autoritario con control punitivo fuerte, contrario a lo que normalmente se piensa. Cuando se habla de control punitivo, uno piensa: “más presos”, y sí, eso es cierto. Estados Unidos, por ejemplo, es el campeón de la prisionización con un índice que supera seis o siete veces la media mundial. Pero cuidado, no nos confundamos, el control punitivo real, el que tiene dimensión política,

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“Una sociedad que no redistribuye es una sociedad que necesita control punitivo y ese control punitivo se va agudizando conforme a las distintas realidades”

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no es el que se ejerce sobre los que están prisionizados o por prisionizarse. ¿Qué dimensión de poder político tiene prisionizar un número de personas que nunca puede ser muy alto en una población? Incluso en Estados Unidos ese número no deja ser una gran minoría. Normalmente entre la población carcelaria hay algunos psicópatas y el resto son ladrones brutos, torpes, que delinquen del modo más grosero que uno se pueda imaginar y que por eso están presos, porque no saben hacerlo de otro modo, no tienen un entrenamiento para hacer las cosas de una manera más sofisticada. Casi todos los presos responden a un determinado estereotipo negativo que surge de los medios masivos de comunicación social. La mayoría de ellos están encarcelados por delitos contra la propiedad; están presos porque van caminando con uniforme de ladrón por la calle y responden a un estereotipo: hablan como ladrones, caminan como ladrones, se visten como ladrones y “afanan”, esa es la realidad y por eso es fácil. Se trata de una población carente de poder que pertenece a las franjas más carenciadas, por lo cual, prisionizar a esa minoría no es poder político. Al hablar de control social punitivo no hay que engañarse pensando: “teniendo a estos adentro estamos seguros y cuanto más tengamos más seguros estaremos. Para ello, tenemos que vigilar”. La dimensión política del poder punitivo es el poder de vigilancia que se ejerce sobre los que estamos sueltos. Por eso, cuando se dice “otorgo libertad a cambio de seguridad”, digo: “¡No!”. Hay que tener mucho cuidado con esto, estamos hablando de entregar libertad, lo que tampoco implica que uno vaya a tener más seguridad. A medida que estamos entregando libertad, vamos entregando poder de control y el poder


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de control hoy, tecnológicamente, no tiene absolutamente nada que ver con el control de poder de la Gestapo o de la KGB, que eran juegos de niños comparados con estos. En la actualidad tenemos el control electrónico de la conducta, ya que se nos puede estar filmando permanentemente, se puede controlar lo que escribimos, lo que hablamos a distancia, a través de las paredes, etcétera. Esa es la dimensión del poder punitivo, que en un modelo de sociedad que no redistribuye es un ejercicio de poder destinado a controlar fundamentalmente a la proporción excluida en una sociedad 30 x 70, (30% incluidos, 70% excluidos) y, además, a controlar a los disidentes que hay dentro del 30%. Ese es el modelo al que, con distintas características, se va tendiendo en el mundo. Tomemos como ejemplo el control inmigratorio europeo que, buscando favorecer las restricciones a los inmigrantes y la expulsión de europeos extra comunitarios, habilita el surgimiento y gran éxito de los discursos y partidos xenófobos. A medida que vamos bajando en la estructura social, la criminalización no sólo aumenta y es selectiva, sino que también la victimización es selectiva. ¿Y quiénes son los

más victimizados? También, los más pobres. El inmigrante que llega a Europa se ubica y compite con los que están abajo en la escala social por el espacio en el hospital, en la escuela, en el barrio. En ese contexto los discursos xenófobos tienen singular éxito. Lo que se olvidan sus mentores es que aquellos que llegan huyendo de la miseria, de la guerra, del hambre, son el resultado de lo que ellos hicieron durante el colonialismo. La violencia y el delito en América Latina América Latina tiene una realidad compleja en cuanto a violencia con un panorama bastante heterogéneo. Quizá los índices más altos correspondan a México, aunque los números oficiales no lo registren de esa manera. Su principal problema proviene del Norte, ya que son vecinos del principal consumidor de cocaína y entonces está la pugna por alcanzar el mercado de consumo. Una vez que la cocaína llega al mercado, se distribuye en una red que no ofrece ni muchos problemas ni violencia y en la cual queda el 60% de la renta de todo el tráfico, mientras que para quienes están debajo del Río Bravo, queda el

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40% restante. Por otra parte, desde el Norte también les venden armas a los narcos que se pelean por alcanzar el mercado de consumo y, además, se ganan un 100% del negocio del reciclaje de dinero llamado comúnmente “lavado”. México se queda con 75 mil muertos cada 5 años. Para tener esa cantidad de muertos por sobredosis de cocaína, México hubiese necesitado 2200 años pero ahora, en 5 años, tiene esa cifra de muertos por concentración de plomo. Si bajamos a Centroamérica nos encontramos con el fenómeno de “Las Maras” que tienen su origen en la inmigración centroamericana a Estados Unidos. En gran medida indocumentados, estos inmigrantes se instalaron en su momento en los suburbios y se agrupaban en bandas -“gangs”como forma de construir identidad y como estrategia de defensa. Al sujeto vulnerable salvadoreño, guatemalteco, hondureño, no le quedaba otra. Pero, finalmente, Estados Unidos comenzó a expulsarlos. Estamos hablando de 1 millón de personas expulsadas que vuelven a sus países con la cultura del “gang” y luego se mezclan con el narcotráfico, con la ruta del tráfico de cocaína en América Central. Como vemos, ese es otro problema que deriva, de alguna manera, del Norte. Nuestro vecino Brasil tiene otro tipo de conflictos y allí, al hablar de narcotráfico, se confunde todo porque el altísimo nivel de violencia se deriva de bandas que están en las favelas, situación que no se ha resuelto con su militarización. En los países en los que existe un alto nivel de violencia, ésta se utiliza para legitimar la represivización y el neo punitivismo, que es, en definitiva, legitimar una centralización poli-

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cial. El miedo se genera a partir de un ente temible que es un elevado nivel de violencia, de homicidios y de violencia física. Sin embargo, a medida que va avanzando la instalación de la represivización, el discurso oficial toma un tono muy raro y afirma: “Tranquilícense, con las medidas que estamos tomando vamos mejor. Seguimos teniendo 15 mil muertos por año pero el número ahora no sube. Gracias a estos cambios llegamos a una meseta y tenemos sólo 15 mil muertos”. Ese es el mensaje de los grandes medios en esos países. En los países en los que no existe un nivel de violencia tan alto pero existe violencia, como en cualquier país del mundo, lo que se hace es fabricarla a través de los medios masivos de comunicación y, en especial, mediante la televisión. Fabricarla y deformarla. Nuestro nivel real de violencia es mucho más bajo que en todos estos países que venimos mencionando pero, además, tiene una distribución distinta. En la Ciudad de Buenos Aires tenemos un índice de violencia de un 5,5 y en el conurbano es de alrededor de 7 puntos. Sin embargo, cuando vemos el mapa de homicidios con el indicador de violencia como cifra dura, advertimos la concentración de homicidios en barrios precarios, es decir, los habitantes de esas zonas se matan entre ellos. Esa es la realidad y ahí es donde está el gran problema que no se refleja en la comunicación. Si quitáramos los barrios precarios y viéramos el resto de los barrios de CABA o del Conurbano, nuestros índices bajarían casi al nivel de los europeos, alrededor de 2 o 3 puntos. Lo que se publicita normalmente es ese 3 por cien mil y los otros casos no tienen difusión. Lo grave de la cuestión es que estos últimos tampoco se investigan. La realidad de


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la violencia homicida en el país es que el mayor número de homicidios impunes se produce en las zonas de barrios precarios. Por supuesto, con esto no estoy diciendo que todo está perfecto ni que tengamos que salir a festejar. Más aún, tenemos que esforzarnos por bajar nuestros índices. Daría la impresión de que, en términos de delito, nosotros estamos en el mismo nivel de México, de Brasil o de Centro América y, sin embargo, estamos muy lejos de los números de esos países y tenemos que intentar estar más lejos todavía. Pero la realidad mediática tiene que crear miedo con estereotipos que sirven para generar el chivo expiatorio. El estereotipo que sirve hoy en nuestra sociedad latinoamericana -donde, por suerte, no tenemos terrorismo-, es el del adolescente de barrio precario. Aún así, se trata de un chivo expiatorio que no es el ideal porque éste tiene que ser más temible, tiene que tener un elemento conspirativo que lo haga peligroso, como por ejemplo, “el terrorista”, “el subversivo de los ’70”, etcétera. Dado que ese ideal no existe, el adolescente

del barrio humilde es su sucedáneo. Podríamos decir que se repite algo que es conocido desde el evangelio hasta ahora: a Cristo lo crucificaron junto a dos ladrones. Claro, Cristo era un gran chivo expiatorio pero si él no hubiese estado, sus sucedáneos eran los dos ladrones. “Si no hay nada mejor, usamos eso”. En la actualidad se conjugan la manipulación de una violencia real con la creación mediática de una violencia que no existe en esa medida, como generación de miedo para legitimar un ejercicio del poder punitivo. Esto pasó a lo largo de toda la historia, con Satanás y las brujas, con los herejes, después con la inferioridad biológica, con el comunismo internacional, la sífilis. Lamentablemente cada vez que el poder político buscó resolver uno de estos problemas, mató a muchísimas personas diciendo que lo iba a solucionar y eso nunca ocurrió. Con las brujas convivimos sin ningún problema, la sífilis fue curada por la penicilina, los herejes no causan mucho drama y el comunismo se implosionó, todo esto nunca sirvió para nada. Desde que se

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“En los países en los que no existe un nivel de violencia tan alto pero existe violencia, como en cualquier país del mundo, lo que se hace es fabricarla y deformarla a través de los medios masivos de comunicación y, en especial, mediante la televisión”

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empezó con la temática de la droga, resulta que todo es blanco y, en lugar de resolverlo, la catástrofe de difusión y el consumo en las últimas décadas es increíble. Si estos problemas jamás se resolvieron no fue porque no hayan sido problemas sociales reales, sino porque la vía elegida para hacerlo no era la adecuada. Lo que se hizo, en cambio, fue usar esos temas para ejercer poder con otros objetivos y para matar a muchas personas, sobre todo cuando ese poder se descontrola. Cuando el poder punitivo va aumentando y se descontrola, se superpone con el delito y pasan a ser lo mismo. Allí surgen la masacre, el genocidio y se confunden el delito y la pena. En ese momento, ese descontrol muestra su verdadera cara. El Código Penal argentino Un Código Penal no cambia la vida ciudadana, podría decir que no la cambia en casi nada, salvo que sea un Código Penal totalmente loco, es decir, excesivamente represivo o de una permisividad demencial. Lo que sí ofrece un mejor Código Penal es una mayor previsibilidad acerca de cómo van a proceder los jueces frente a determinados hechos, que es el principal problema que estamos teniendo. Hay que tener en cuenta que hacer un Código Penal en Argentina siempre fue algo bastante problemático. A lo largo de nuestra historia tenemos solamente dos, uno de 1885 y otro de 1921, y ambos tuvieron una gestación políticamente complicada. El Código de 1885 tiene su inicio en 1866 con el pedido que el Poder Ejecutivo de entonces le hace a Carlos Tejedor, profesor de derechos penales de la Universidad de Buenos Aires, quien hace un proyecto bastante bueno para su época. El Ejecutivo arma una comisión para evaluar ese


proyecto pero, durante la etapa de evaluación, sus participantes se van muriendo y recién doce años después se arma un dictamen. Pero en 1880 Carlos Tejedor decide levantar a la provincia de Buenos Aires contra el Gobierno Federal, sublevación que deja un saldo de 4 mil muertos y eso atrasa todavía más la ejecución del código del cual era autor. Finalmente, por presión extranjera, en 1885 se sancionó el código contemplando algunas reformas introducidas por el Congreso. ¿Qué normativa regía en ese entonces? ¿Se utilizaban las leyes españolas en la medida en que no fueran contrarias a la Constitución? No, lo que regía era la legislación rural, hecho que se advierte claramente cuando uno lee el Martín Fierro. Se trataba de una legislación que funcionaba como medida de seguridad para controlar a los de abajo; a los de arriba, era suficiente con aplicarles algo de vez en cuando. Ese era el control social punitivo de la época y como los sectores altos estaban seguros de que los de abajo estaban controlados, nunca hubo mucho interés en la sanción de un código; ellos estaban asegurados con el comisario y el juez. Fuimos el último país de América Latina en sancionar un código penal.

Cuando se sancionó el código de 1885, con el atraso que señalábamos, su texto ya estaba un poco viejo. Es por eso que se formó una comisión con los fundadores de la Facultad de Filosofía y Letras, que elaboró un proyecto en 1891. Se trataba de un código bastante bueno, que traía las novedades de los últimos códigos de Europa. Nadie lo envió al Congreso y, por ende, jamás se trató. En 1906 una nueva comisión retomó este proyecto, le pasó un plumero y lo volvió a presentar pero, en medio de la muerte de Quintana, tampoco se trató. Más tarde, en 1916 apareció un conservador y le propuso a la Cámara de Diputados hacer una comisión para elaborar un nuevo código. Esta comisión retomó el proyecto de 1906, le agregó algunas reformas y, después de 5 años, se sancionó el Código Penal de 1921. Obviamente, desde su creación hasta el presente, el Código de 1921 sufrió 900 reformas y contrarreformas a mano de distintos gobiernos, sobre todo de los de facto. Además, se introdujeron numerosas modificaciones, por lo que hoy, ese código es totalmente irreconocible. Lo que queda de ese conjunto de leyes son sólo escombros. Si uno compra un texto del Código Penal, se nota

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“Desde su creación hasta el presente, el Código de 1921 sufrió 900 reformas y contrarreformas a mano de distintos gobiernos, sobre todo de los de facto. Además, se introdujeron numerosas modificaciones, por lo que hoy, ese código es totalmente irreconocible. Lo que queda de ese conjunto de leyes son solo escombros”

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enseguida que es un texto breve pero hay un montón de hojas de leyes especiales que están por fuera del Código. En consecuencia, estamos más o menos como antes de la sanción del código de 1885. Esta es la situación real que, entre otras cosas, hace que se dificulte el dictado de las sentencias o que éstas sean contradictorias. No se trata ni de mano dura ni de impunidad, sino de tomar lo que hay, darle un poco de racionalidad y hacer un nuevo código. Un código es una ley única que reúne todas las normas de una rama jurídica para facilitar su interpretación. Además, el código tabula delitos conforme a cierta gravedad: en la avocación de bienes jurídicos, de los derechos individuales y colectivos, y hay una jerarquía, que surge de la Constitución Nacional, en cuya cima está la vida. Esto significa que a partir de ese punto máximo que es la vida, tenemos que ir poniendo la pena donde la propiedad no valga más que la vida y cosas por el estilo. Por otra parte, la cuestión más grave es la de las penas. En general, las penas son flexibles, las escalas penales tienen un mínimo y un máximo. ¿Por qué si un homicidio simple tiene entre 8 y 25 años de pena, un juez le pone 10, otro 12, otro 15 y otro 20? Uno podría decir que es porque se le da la gana. Casi todas las sentencias condenatorias son nulas en sentido estricto, porque no fundan la justificación de la pena. Si uno lee la parte final de una sentencia condenatoria, se encuentra con algo así: “teniendo en cuenta su humilde condición social, su escasa instrucción y las demaces constancias que señalan a los artículos 40 y 41 del código penal, le ponemos 17 años”. ¿Qué dice el artículo 40 del Código Penal? La pena se individualiza entre el máximo y el mínimo conforme al artículo siguiente, pero ese artículo no está en computadores. El artículo dice: hay que tener en cuenta la gravedad del daño, la


PENSAR LA PATRIA | Dr. Eugenio R. Zaffaroni

edad, la educación, la dificultad para ganarse el sustento. No se sabe realmente, nadie hace un dogma de eso, ningún juez lo razona, ningún tribunal que cuantifica penas lo razona. Los 35 años de Juez que cargo, desgraciadamente, me indican cómo se cuantifica: cuando termina un juicio oral un juez dice: “Hay que ponerle 10 años”. “No, dice el segundo juez. ¿Cómo le vamos a dar 10 años si le pegó dos balazos en la cabeza mientras estaba tirado en el piso? Pongámosle 20”. Luego, el tercero dice “Mejor 15 años” y finalmente terminan siendo 16. Así es como funciona. Nuestro Código de Moreno tenía una ventaja y es que tenía mínimos bajos, delitos atenuados. En nuestro Código actual casi no hay delitos atenuados. ¿Por qué? Porque Moreno confiaba en el juez y decía: “Le pongo un mínimo bajo y que la valoración la haga el juez”. Lo que proponemos ahora es otra cosa: que en esos artículos 40 y 41 se haga un listado donde se especifiquen las circunstancias que agravan y las que atenúan, para que el juez pueda considerar cuáles se presentan entre el mínimo y el máximo, y que todo deba ser explicado bajo pena de nulidad de la sentencia y revisable en todas las instancias. Porque otro de los agravantes es que las sentencias no se revisen en instancias superiores. Por ejemplo, un juez pone una pena de 16 años, al llegar a la instancia siguiente, el juez a cargo dice: “No, son cuestiones de hecho y prueba, yo no lo reviso” y los 16 años no sufren modificaciones. Luego, llega a la Corte Suprema y ésta dice: “No, la Corte no se mete en penas”. Nunca se revisó este último aspecto para que en todas las instancias, ante un determinado cuerpo de jurispruden-

cia, el juez no pueda poner el mínimo porque se le da la gana y si lo va a poner será porque encontró las circunstancias de atenuación, tendrá que decir por qué lo hace y eso tendrá que ser revisable. Hoy, realmente, entre el mínimo y el máximo hay que hacer cualquier cosa, individualizar el caso, evaluar cuál es el grado de lesión del bien jurídico porque normalmente no es un solo bien jurídico el que se lesiona sino varios. Un robo es un robo, sí, pero hay robos y robos. Un robo con arma es más grave pero si el tipo es un psicópata que le puso un arma en la cabeza a un bebé que estaba en la cuna, sin dudas eso es mucho más grave dentro de la escala por el grado de perversidad que puede constatarse en las conductas. No es necesario ver si la persona tiene antes una condena por cheques sin fondos porque que no tiene nada que ver pero sí hay que ver si tenía una condena antes por algo vinculado, ya que entonces sí podemos decirle: “Mirá flaco, ya te avisamos una vez…”. Una cosa es que un tipo golpee a la mujer y tenga antecedentes de haberlo hecho antes o de haber golpeado a otra mujer, y otra cosa es que tuviera otra condena por emitir cheques sin fondos. En el primer caso sí va eso de “flaco ya te avisé”, mientras que con lo segundo no tiene nada que ver. En gran medida, la idea de este anteproyecto es esa, no obligar mecánicamente. La elaboración de este anteproyecto, por cierto, fue una lección democrática que me enseñó y me permitió reforzar la confianza en la política. Cuatro personas provenientes de diferentes fuerzas políticas, que se matan por otras cosas, pudieron decir “paremos un poco, salgamos un rato de estas discusiones y pongámonos a trabajar en esto”, y tuvimos

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¿Sabías que...? El Código Penal vigente hoy en día fue sancionado hace casi un siglo, en 1921, y ya fue sometido a más de 900 modificaciones parciales, por medio de leyes especiales. La Comisión trabajó más de un año y medio en el proyecto de reforma al Código Penal, con la presidencia de un ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación como Eugenio Zaffaroni y representantes de distintas fuerzas políticas nacionales, recopilando la opinión de decenas de especialistas, academias, asociaciones de profesionales y magistrados, universidades nacionales y provinciales, organismos internacionales y nacionales oficiales y no gubernamentales, procesando, además, aportes espontáneos y más de cuatrocientos e-mails con las más diferentes propuestas y sugerencias, las cuales fueron individualizadas y sistematizadas por temas y en cuadros gráficos. Al margen del Código Penal argentino se sancionaron 292 leyes especiales, 34 decretos-ley y 11 decretos de contenido penal. No hay olvidar que un código es un cuerpo sistemático u ordenado de normas donde cada una adquiere sentido y utilidad en un contexto global de valores y principios. Especialistas sostienen que en actual código civil se encuentra sumamente “desmembrado” para seguir teniendo este espíritu. El anteproyecto reúne en un solo cuerpo los 289 artículos que tratarán la materia penal del país, conservando ciertas instituciones de la tradición punitiva, con explicación de las razones tanto de la supervivencia como de la novedad con un lenguaje sencillo, para posibilitar el entendimiento y la discusión colectiva. El anteproyecto aumenta las penas de 178 delitos y las disminuye sólo en 129. Crea 85 nuevas figuras penales y anula escasamente 14. La Comisión que redactó el anteproyecto estuvo integrada por Eugenio Zaffaroni, Ricardo Gil Lavedra (UCR), Federico Pinedo (PRO), María Elena Barbagelata (Partido Socialista) y el ex camarista León Arslanián.

muy pocas disidencias y sin bajar banderas. En realidad tampoco se pueden arriar muchas banderas porque al hablar del Código Penal no se puede inventar la pólvora, quizás lo que se bajó es el narcisismo. Creo que el resultado es un producto interesante y el camino adoptado es el mismo de hace más de 50 años, en los 60, con el proyecto Soler que consistió en una consulta a Universidades, Colegio de Abogados, Colegio de Magistrados, etcétera. Ese camino se abortó entonces por la interrupción del orden constitucional. Además, se cuenta con tres meses para recibir críticas y observaciones, después se reúne nuevamente la comisión para evaluarlas, y luego, el ejecutivo decidirá qué se hace. Es un recorrido largo, teniendo en cuenta los dos antecedentes históricos. Tengamos en cuenta que tuvimos tres constituciones y dos códigos penales; pareciera que ha sido más difícil sancionar un código penal que reformar la Constitución. Y reitero mi advertencia de que esto no es más que un pretexto para discutir un modelo de sociedad. Un Estado pretende modelar la sociedad de determinada manera pero el código no va a cambiar la vida cotidiana; ésta cambiará en la medida en que logremos configurar una sociedad un poco más homogénea, un poco más redistributiva, un poco más solidaria y para eso, hay que ir al poder punitivo real, al poder punitivo efectivo. No se previene nada sólo con papelitos. Nadie puede creer que con un año, dos o tres más o menos de pena hubieran parado a Barreda. El llamado efecto disuasivo de la pena es muy relativo, pero además, el efecto disuasorio no es sólo de la pena. Si nosotros nos abstenemos de algunas cosas,


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“Vamos entregando espacios de autonomía social para que se vaya construyendo sobre nosotros una gran cárcel, y al final perdemos toda la seguridad porque quedamos todos dentro de esa cárcel” es por otras sanciones jurídicas o por princi-pios éticos. Si pago el alquiler es porque me van a desalojar y eso no tiene nada que ver con el derecho penal. Estas cosas que hacemos cotidianamente configuran en conducta todo el derecho. Si nos abstuviéramos sólo por temor a la pena tendríamos una convivencia bastante terrorífica y eso no es lo que normalmente sucede. Hoy, en el mundo, está muy cuestionado el efecto disuasorio. A tal punto que el último “grito de la moda” que nos llega de Alemania dice que la pena sólo sirve para prestigiar al Estado y lograr consensos. Que alguien pueda teorizar una cosa de esa naturaleza es aberrante ya que lleva a la instrumentalización y cosificación del ser humano. Desde una visión de gobierno más “macro”, lo que debemos tener en cuenta es que acá se está jugando un modelo de Estado y un modelo de sociedad. O tenemos una sociedad plural, una sociedad democrática, que garantice ámbitos de autonomía o, por temor y miedo, nos vamos metiendo todos en una cárcel. Esa es la disyuntiva mundial, lo que nosotros podemos agregar son datos “folclóricos”, según la región, según el país. La falsa disyuntiva “libertad o seguridad” no va. ¿Entregamos espacios de autonomía social para estar más seguros? No, vamos entregando espacios de autonomía social para que se vaya construyendo sobre nosotros una gran cárcel y al final perdemos toda la seguridad porque quedamos todos dentro de una gran cárcel.

Eugenio Raúl Zaffaroni es Ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación desde 2003. Abogado y escribano por la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, se doctoró en Ciencias Jurídicas y Sociales en la Universidad Nacional del Litoral. Se desempeñó como docente en Argentina, Brasil, México y España, entre otros países y fue nombrado Doctor y Profesor Honoris Causa en varias universidades del mundo. Además, cuenta con una extensa trayectoria en el ámbito político y participó de numerosas publicaciones sobre los temas con los que se lo referencia.


LINO BARAÑAO

“Lo que ha cambiado en esta década es que hoy hacemos ciencia competitiva y eso se verifica en que cada vez hay más trabajos sobre proyectos realizados íntegramente en Argentina que se publican en las mejores revistas internacionales”


ENTREVISTA | Dr. Lino Barañao

“La creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología es un acto de soberanía” En el año 2007 la presidenta Cristina Fernández de Kirchner decidió la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. En esta entrevista, el Dr. Lino Barañao, su titular, nos cuenta cómo se estructura su cartera, cuáles son sus objetivos y desafíos, y reflexiona acerca de cómo la investigación científica puede contribuir al desarrollo económico y social de la Argentina.

¿Cómo fue gestado el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva y cuáles son los cambios que se produjeron a partir de su creación? El Ministerio fue gestado por una decisión política de la presidenta durante su primer mandato, quien decidió elevar a rango ministerial la Secretaría de Estado que estaba en el marco del Ministerio de Educación. A partir de ello, tuvimos que armar la estructura del ministerio a partir de otra ya existente en el ámbito de la Agencia de Promoción Científica y Tecnológica, con mucha gente con la que ya veníamos trabajando durante cuatro años de gestión. La nueva cartera se estructuró en dos secretarías. Su lógica de creación era por un lado, tener un área de articulación, dado que había una cantidad de instituciones que no estaban bajo su órbita, como por ejemplo el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE). Por lo tanto, se decidió mantener esa distribución pero integrándolos a través de un Concejo institucional

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“Raíces es un programa emblemático y un indicador de que las condiciones para hacer ciencia en la Argentina han mejorado de tal forma que los investigadores pueden volver trabajando con el mismo grado de productividad que tenían en los países en los que estaban residiendo”

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y una Secretaría que se dedicara especialmente a vincular a esos organismos para ir tendiendo a un sistema integrado de ciencia y tecnología, a diferencia de lo que existía en ese momento que eran compartimentos estancos, cada uno con su lógica, con su presupuesto y con sus prioridades. Por otro lado, se creó la Secretaría de Políticas, que es la que diseña el plan de ciencia y tecnología. El Plan Estratégico Industrial 20/20 ya fue presentado en su etapa inicial con una formulación distinta a la histórica porque en lugar de plantear metas por disciplinas, plantea metas por núcleos socio-productivos en los cuales la investigación y la generación de conocimiento está acoplada efectivamente a necesidades locales, ya sea de cadenas productivas o vinculadas con la resolución de problemas sociales. También existe un área que depende directamente del Ministro, que es la Dirección de Relaciones Internacionales. En el caso de la ciencia y tecnología la vinculación internacional tiene un papel preponderante y nosotros ponemos mucho énfasis en esta vinculación, no sólo para formar a nuestros recursos humanos sino también para establecer proyectos de cooperación que nos permiten abordar temas muchos más complejos. En ese sentido, tenemos más de 130 convenios con instituciones de todo el mundo. El primero que hicimos fue con China en el área de alimentos. Con cada país nos enfocamos en dos o tres áreas según las fortalezas colectivas que tiene cada uno en las distintas tecnologías o áreas de conocimiento. Esta estructura permite gestionar eficientemente los fondos que han ido creciendo a lo largo del tiempo y esto ha sido una de las primeras consecuencias de la creación del ministerio. El presupuesto del área prácticamente se ha duplicado si comparamos el de 2003 con el de 2013. El porcentaje del PBI que se destina a ciencia y


tecnología subió de 0,47% a 0,64% y, teniendo en cuenta que en esta década el PBI ha ido aumentando, el incremento en términos absolutos fue muy significativo. El otro impacto fue en la opinión pública, que vio con beneplácito que se jerarquizara un área que todos consideran clave para el desa-rrollo del futuro del país, y también en la comunidad científica, que lo sintió como un logro corporativo en primera instancia. Ahora los científicos tenían un ministerio propio aunque fue necesario aclarar que esa jerarquización conllevaba también una responsabilidad distinta. Actualmente hay más presupuesto, también hay más investigadores, más infraestructura pero, a cambio de eso, pedimos más involucramiento en el compromiso de satisfacer las necesidades del país, no solo en materia productiva y de competitividad de las empresas, sino en cuanto a demandas sociales que también hoy el polo de la tecnología es capaz de satisfacer. En síntesis, hubo una muy buena acogida en cuanto a la creación del Ministerio y, de hecho, hoy el arco opositor reconoce que ha sido una medida acertada, con lo cual creemos que hemos cumplido satisfactoriamente con esta primera etapa de organización del Ministerio.

Una de las cuestiones más difundidas de su área es la repatriación de científicos, ¿hay un límite en cuanto a la repatriación? ¿Y cómo sigue ese proceso? En cuanto al límite, en Argentina todavía estamos por debajo de la proporción de científicos por cada mil habitantes económicamente activos que caracteriza a los países más desarrollados. Tenemos el liderazgo latinoamericano pero hay un margen importante para crecer. Uno apunta a crear mayores bases de empresas tecnológicas, a incorporar más tecnologías en las empresas existentes, por lo que la demanda futura de científicos va a continuar siendo importante. Para nosotros el Programa Raíces es un programa emblemático no sólo por lo que implica en sí mismo, sino porque también es un indicador de que las condiciones para hacer ciencia en Argentina han mejorado de tal forma que los investigadores pueden volver y trabajar con el mismo grado de productividad que tenían en los países en los que estaban residiendo. Lo que ha cambiado en esta década es que hoy hacemos ciencia competitiva y eso se verifica en que cada vez hay más trabajos sobre proyectos realizados íntegramente en Argen-

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tina que se publican en las mejores revistas internacionales. Esto que antes no existía porque cada investigador debía pagar o tenía que asociarse a un investigador extranjero porque había elementos y equipamientos que no tenía o que no había en el país, ahora muchas veces son tapas de las revistas los trabajos hechos enteramente en nuestro país. Nos destaca esta política de Estado que estamos teniendo y digo de Estado porque está respaldada por una ley de la Nación. Entonces, el cambio objetivo se da en las condiciones de trabajo en Argentina y también en haber implementado un sistema mucho más lógico para el regreso de investigadores, con lo cual no es el investigador el que tiene que encontrar trabajo acá sino que es la institución a la cual le damos financiamiento la que localiza al investigador y le ofrece condiciones de trabajo adecuadas. Esto les da mucha mayor certeza a los investigadores y a eso obedece el éxito de esta política.

presa privada no siempre puede hacer las inversiones de alto riesgo que caracterizan la competitividad en esta economía globalizada. Entonces nosotros creemos que hay una complementariedad y el Estado tiene que actuar como fiscalizador y articulador. Articulador porque hay que encontrar la relación adecuada entre investigación académica y empresas para favorecer la conversión de este flujo de información en productos y servicios que lleguen al ciudadano común y también fiscalizar si la sociedad recibe un beneficio adecuado para la inversión que ha hecho, es decir, que no haya una captación indebida de ese recurso por parte del sector privado. Esto se va haciendo con un modelo novedoso de consorcios público–privados. Lo que hacemos es establecer una asociación desde el inicio entre un grupo de instituciones de investigación y de empresas que se comprometen a hacer una investigación innovadora y llevarla a un producto en un plazo razonable.

¿Cómo articula el Ministerio con las empresas privadas?

¿Esas empresas sólo pueden ser nacionales?

La vinculación con el sector privado es muy importante porque el ámbito académico tiene funciones distintas, toma fondos que le brinda la sociedad a través de los impuestos para generar conocimientos pero para que esto llegue a la gente tiene que haber otra instancia en la que alguien toma ese conocimiento y lo convierte en un producto que llega al ciudadano común, ya sea un medicamento, un software o una prenda con tratamiento nanotecnológico. Los roles son diferentes. El Estado no puede financiar emprendimientos de producción masiva porque hay un riesgo asociado. No es lógico competir desde esa situación y la em-

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En este caso los consorcios son con empresas nacionales y pueden ser pymes o cooperativas, como en el caso de la Cooperativa Payún Matrú, a la que estamos financiando para la construcción de la fibra de guanaco en Malargüe, Mendoza. Esto garantiza que va a haber un flujo adecuado de los fondos porque lo que ocurría en el sistema anterior era que uno financiaba el sector público esperando que fuese de interés del sector privado y este último, financiaba proyectos para hacer otras cosas, y no siempre se vinculaban entre sí. Acá, con un financiamiento sustantivo que puede llegar hasta 7 millones de pesos por proyecto, se logra esta asociación que per-


ENTREVISTA | Dr. Lino Barañao

mite, por ejemplo, que en el país se puedan hacer anticuerpos monoclonales, que antes implicaba importaciones por miles de millones de dólares, o desarrollar nuevas generaciones de satélites o nuevas aleaciones para ollas de aluminio. Tenemos una variedad de proyectos en los cuales se logra ese resultado gracias a la asociación de un sector que es capaz de generar conocimiento novedoso y un sector nacional industrial comprometido con la innovación a nivel local. Con las compañías multinacionales tenemos otro tipo de arreglo, en el que las empresas, hasta ahora del sector farmacéutico, invierten en investigación en el país para encontrar nuevos antibióticos para enfermedades infecciosas como, por ejemplo, nuevas terapias para el Chagas. Son casos en los cuales hay un conocimiento muy importante de parte de los investigadores argentinos sobre el cual es posible esperar resultados en el corto y mediano plazo y por eso las empresas invierten y co-financian con el Estado bajo un régimen en el cual la empresa pone cuatro veces más de lo que ponemos nosotros pero los potenciales beneficios se distribuyen a medias. Además, está establecido que la propiedad intelectual patente es conjunta. Creemos que de esta forma, al actuar el Estado como fiscalizador, podemos tener beneficios para el país porque se pueden atraer inversiones, no ya para hacer manufactura con mano de obra barata (lo que se pensaba de una multinacional, que venía a producir acá porque había gente calificada y que trabajaba por salario bajo), sino que vienen por nuestra calidad de recursos humanos. Estos investigadores que están siendo financiados por estas empresas hacen una contribución indudablemente importante para el país. Supongamos que se quisiera desa-rrollar un fármaco para curar determinada enfermedad pre-

“Tenemos que apuntar a que el país genere riquezas a partir del conocimiento, porque además creemos que es la única manera de duplicar nuestro producto bruto per cápita”

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valente a nivel mundial. El Estado no tendría capacidad de llevarlo a esa escala, tendría que hacer ensayos clínicos que llevan cientos de millones de dólares, entonces no podríamos hacer un ensayo clínico de esos por cada uno de los potenciales productos que aparecen. Si

Argentina como queremos, esto es, no solamente como un país agricultor exportador de commodities de granos o de minerales, sino un país en el que se pueden encontrar soluciones innovadoras y creativas para diversos problemas tecnológicos.

una empresa acepta asumir el riesgo, supera la prueba de concepto y cumple con esos ensayos, el Estado argentino y, por ende, la sociedad, reciben un beneficio que es distinto de ser simplemente un mercado para empresas monopólicas (que era la visión que se tenía y que era bastante cierta en épocas distintas de nuestro país). Hemos madurado lo suficiente como para poder encarar este tipo de asociaciones siendo conscientes de los intereses que hay de uno y otro lado. Con las condiciones adecuadas uno puede negociar, incluso, con compañías multinacionales, para tener beneficios para el país y posicionar a la

De alguna manera ese es el modelo que ya ha mostrado INVAP. Un país que es capaz de tener una empresa que produce reactores nucleares, hace satélites y demás, tiene un potencial muy grande que todavía no ha sido explotado en toda su dimensión. Es decir, yo no veo que genéticamente estemos limitados a no ser un país como Francia o Alemania donde es el conocimiento el que genera valor y no exclusivamente la agricultura. No vamos a poder relegar nuestra función de productor de alimentos porque tenemos condiciones ambientales únicas y vamos a tener que seguir desarrollando esa actividad. Lo que tene-


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mos que hacer es dar cada vez más valor agregado a ese alimento que producimos y, en paralelo, ir produciendo fármacos, software, nuevos materiales para la industria y eso está bien y es deseable. Las empresas de base tecnológica tienen algunas virtudes que no tienen las empresas tradicionales. Una empresa de base tecnológica es una empresa en donde el proceso industrial en algún momento pasa por el cerebro de alguien. Por ejemplo, en una empresa que hace aplicaciones para un celular, tenemos 15 programadores que tienen que pensar y que no son sustituibles y no son automatizables. No va a haber un robot que diseñe video juegos, de eso podemos estar seguros por lo menos por varias décadas. Entonces, a eso tenemos que apuntar, a tratar de que el país genere riquezas a partir del conocimiento porque, además, creemos que es la única manera de duplicar nuestro producto bruto per cápita. No podemos pensar que aumentando la producción agrícola o exportando más minerales vamos a cambiar las cosas. Si uno tiene una matriz productiva con una gran cantidad de empresas de base tecnológica, esas empresas reinvierten el 60 u 80 por ciento de sus ganancias en personal porque éste es el capital más importante que tienen. Una empresa de base tecnológica redistribuye naturalmente su renta. El Estado no tiene que ir a corregir o a decirle “usted está explotando a su programador”. Sabe que si no le paga lo máximo que le puede pagar, el empleado se va y se pasa a la competencia. Es un sistema que se autorregula. Y lo mismo pasa con los ingenieros o con los químicos. Debido a eso, en países que tienen alta tecnología no hay tanto problema de asimetría o de necesidad de intervención del Estado.

En otras coyunturas históricas de la Argentina se ha dado un vínculo de dependencia y subordinación a los centros de poder en relación al desarrollo tecnológico. ¿Contribuye la creación del Ministerio al desarrollo soberano en esta materia? Indudablemente la creación del Ministerio es un acto de soberanía. Y esta situación de dependencia no ha sido impuesta en estos últimos años, como sí podría haberlo sido en otras épocas de la historia de Latinoamérica. Históricamente, el Estado venía financiando lo que cada investigador proponía. No se exigía ninguna línea en particular, ninguna aplicabilidad. Había un criterio de excelencia científica conveniente a los grandes centros de poder porque durante mucho tiempo lo que se generaba en los países dependientes, se patentaba en los países desarrollados, generalmente sin incluir a los desarrolladores porque no se tenía ni idea sobre la protección de la propiedad intelectual. Y encima, después, los países centrales, les vendían esa licencia a los países en estado de dependencia. A partir de la creación del Ministerio queda claro que el Estado argentino quiere hacer uso del conocimiento a partir de la formulación de un plan de Ciencia y Tecnología y quedan en claro cuáles son las prioridades para el país y qué se va a financiar. No de manera excluyente, pero tenemos que financiar la biotecnología para producir fármacos y sustituir importaciones. Si queremos tener inclusión social a partir de la industrialización ya sea de cultivos andinos o de camélidos sudamericanos, tenemos que financiar eso y consideraremos que eso es tanto más importante que investigar en física teórica, aunque lo sigamos haciendo y sigamos contribuyendo con

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“Una de la metas de nuestro ministerio es popularizar las ciencias, lograr una apropiación social del conocimiento y por eso estamos dedicando una parte importante de nuestro nuevo edificio a un Centro Cultural de la Ciencia que va a tener como función abrir la ciencia a la población”

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investigadores para la Máquina de Dios porque son cuestiones que nos dan prestigio como nación. Son visiones complementarias. El riesgo de Argentina no es ser explotados, sino convertirnos en la reserva ecológica del cono sur, es decir, que vengan a visitar cómo era un país antes de la tecnología. Eso es lo que queremos evitar y lo que creemos que estamos revirtiendo en forma efectiva demostrando que Argentina es un país pujante, que tiene muy buenos científicos y que sabe usarlos para tener un desarrollo económico y social acorde a ese potencial. ¿Cuál es la relación entre ciencia y política? La ciencia y la política son artes distintos. La política es el arte de lo posible y la ciencia es el arte de lo soluble, de lo que tiene solución. La ciencia debería ser un instrumento clave para la política porque es un instrumento que le permite al político mejorar efectivamente la calidad de vida de la gente, que debería ser su misión esencial. Hoy, un político que se considera un estadista, no puede prescindir de cierto conocimiento sobre el potencial de la ciencia y la tecnología y, concretamente, qué es lo que éstas pueden hacer por un país. Creemos que la creación del Ministerio ubicó a la ciencia en el plano de la política. En la actualidad tenemos relaciones con prácticamente todos los ministerios porque todos tienen alguna necesidad o, incluso, alguna actividad vinculada con nuestra cartera. Ese es el nuevo rol que tienen la ciencia y la tecnología en el país, y que es un salto considerable del rol meramente decorativo o cultural que tuvo la ciencia a lo largo de la historia. En Argentina, los científicos o bien fueron considerados peligrosos y se los perseguía, o bien descartables y se los mandaba a lavar los platos.


ENTREVISTA | Dr. Lino Barañao

No se veía que sirviera para mucho lo que ellos hacían, era una actividad cultural, disfrutada por pocos. Una de las metas de nuestro Ministerio es popularizar las ciencias, lograr una apropiación social del conocimiento y es por eso que estamos dedicando una parte importante de nuestro nuevo edificio a un Centro Cultural de la Ciencia que va a tener como función abrir la ciencia a la población, contar la importancia de las ciencias. ¿Cómo evalúa la experiencia de Tecnópolis?

La experiencia de Tecnópolis ha sido muy importante, a nivel mundial no existe una feria gratuita que tenga más de 4 millones de visitantes, donde se mezclen la actividad pública,

la privada, lo científico y lo artístico. Y un hecho que yo destaco es que los guías de las muestras del ministerio son estudiantes de carreras científicas. Eso tiene un doble efecto, por un lado, el estudiante al que ese público le está pagando la carrera le puede rendir cuentas de lo que está haciendo, porque la educación no es gratuita, está subsidiada por la sociedad. Y por otro, esto da un modelo de identificación muy positivo para los chicos. Los hijos de las familias que pasan por ahí ven a alguien como él, que es físico que es biólogo o geólogo y se dan cuenta de que un investigador no es un señor mayor, bastante trastocado, que quiere destruir el mundo, como le plantea gran parte de la filmografía mundial, sino que es un individuo común que la pasa muy bien haciendo lo

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que hace. Tenemos biólogos marinos que bucean y encuentran nuevas especies, tenemos arqueólogos que escalan los Andes y encuentran momias y restos antropológicos importantes y disfrutan haciéndolo. Y creo que eso es clave para despertar vocaciones, mostrar que la ciencia es algo divertido, algo que se disfruta día a día. ¿Qué asignaturas pendientes quedan aún en lo que respecta a ciencia y tecnología? Por un lado, falta un efecto cuantitativo. Esto de crear empresas de base tecnológica va a crear trabajos de calidad para más gente y eso es la innovación productiva. Pero hay otra innovación: la innovación inclusiva, que es hacer que la ciencia y la tecnología mejoren la calidad de vida de grupos sociales que fueron históricamente relegados, que no tienen una demanda específica. El sistema científico estuvo históricamente diseñado para satisfacer necesidades de un aparato productivo que tenía demandas claras. Entonces había un Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), un Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), un Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), donde la

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gente iba y consultaba: “Quiero fabricar este bulón de aluminio y necesito saber cómo hacerlo”. Y eso está muy bien si es que hay un fabricante de bulones que tiene empleados y al que si se le da una mejor tecnología va a producir mejores bulones y va a emplear a más gente. Pero lo que estamos implementando ahora tiene que ver con dar un paso más adelante en las funciones del Estado. Se trata de un Estado que da gerencia, incorpora tecnología y no sólo dice usted va a fabricar este hilado y lo va a vender en Europa. El objetivo es hacer que el producto salga terminado de nuestro país y que se venda y entonces la comunidad cobre el porcentaje en euros que vale ese producto en lugar de lo que sucede hoy, que un sweater, por ejemplo, se vende a 300 euros y a los trabajadores les pagan 100 pesos. En la misma línea hay una gran cantidad de ejemplos de comunidades, no sólo en la Puna con la producción de tejidos, sino también en La Matanza con un polo de instrumental y servicios médicos porque ahí también hay una comunidad de 2 millones de personas que necesita nuevas industrias, con nuevas posibilidades de trabajo para los chicos que, además, se están formando en la Universidad de La Matanza. Tenemos que ir orientándolos, darles


ENTREVISTA | Dr. Lino Barañao

“Hay otra innovación: la innovación inclusiva, que es hacer que la ciencia y la tecnología mejore la calidad de vida de los grupos sociales que históricamente fueron relegados” nuevas perspectivas de crecimiento. Hace ya cuatro años que nosotros empezamos a financiar maestrías en gerenciamiento tecnológico para formar profesionales que puedan actuar como interlocutores y como eslabones en este proceso. Dentro de los desafíos para el Ministerio, creo que este es uno de los más importantes que tenemos. No es cuestión de formar únicamente científicos duros o ingenieros, acá se necesitan también muchos antropólogos, psicólogos, sociólogos que entiendan la cultura de esos grupos sociales y que les hagan accesible la tecnología. No queremos ir con una posición paternalista o filantrópica sino decir: “Ustedes saben una cantidad de cosas, nosotros las vamos a complementar para que puedan tener una actividad industrial.” Antes se hablaba de la brecha digital porque había gente que no tenía computadoras; ahora todos tienen computadoras pero el tema es que sepan qué hacer con ellas y por eso, les estamos enseñando a los chicos, a través del programa informático Programar, a diseñar programas de computadoras, para que no sean solamente usuarios de videojuegos, actividad pasiva y menos instructiva. Queremos que los niños y niñas vean a la computadora como un instrumento para su desarrollo profesional y para generar trabajo para sí y para otros, y todo eso implica nuevas maneras de intervención del Estado sobre las que también estamos aprendiendo en este proceso.

José Lino Salvador Barañao Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación desde 2007, fue el primer funcionario en ocupar ese cargo. Es Doctor en Química por la Universidad de Buenos Aires y tiene una extensa carrera como investigador científico en Argentina, Estados Unidos y Alemania, especializado en biología celular, fisiología de la reproducción y biotecnología animal. Entre 2003 y 2007 fue presidente de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica y es Miembro del Consejo de Administración de la Fundación Argentina de Nanotecnología desde 2005. Es investigador principal del CONICET desde el año 2000. Dirigió el Laboratorio de Biología de la Reproducción y Biotecnología Animal. En 2002 participó en el equipo que logró la primera ternera clonada de Iberoamérica, alterada genéticamente para la producción en leche de hormona de crecimiento humana (HGH).


“El gobierno de los Kirchner, como continuación jurídica del país, reconoció la deuda y propuso su quita pero no se endeudó. Tuvieron el tino y la inteligencia, también el coraje y la decisión, de programar los gastos y los recursos para hacerlo compatible con un modelo de crecimiento”


ESCRITOS | La cesación de pagos y quiénes pagan la deuda - Horacio Rovelli

Horacio Enrique Rovelli es Licenciado en Economía de la Universidad de Buenos Aires. Se desempeña como docente en la Facultad de Ciencias Económicas y en la Facultad de Ciencias Sociales de esa misma casa de estudios. Fue Director Nacional de Programación Económica del Ministerio de Economía de la Nación. Ha publicado cuatro libros y más de doscientos artículos sobre su especialidad.

La cesación de pagos y quiénes pagan la deuda Horacio Rovelli

En junio de 1890 el gobierno conservador de Miguel Juárez Celman, conspicuo miembro del Partido Nacional y cuñado de Julio Argentino Roca, entró en cesación de pagos de la deuda externa que mantenía con la casa Baring Brothers, que al pretender ser pagada “ahorrando sobre el hambre y la sed del pueblo argentino”, como dijera años antes el Presidente Nicolás Avellaneda, provocó una serie de enfrentamientos con la población que estallaron en Buenos Aires el 26 de julio de 1890 con la Revolución del Parque, dirigida por un amplio frente opositor y encabezada por una Junta Revolucionaria que estaba presidida por Leandro N. Alem. Finalmente, la revolución

fue derrotada y Juárez Celman debió renunciar; allí quedó claro que no se podía gobernar sin dar participación a la población ni respetar sus intereses. La deuda pública y los déficit presupuestarios que se retroalimentaban fueron funcionales al modelo agro exportador con el predominio de una clase rentista que Sarmiento definió como “esa oligarquía con olor a bosta”, subordinada a los intereses de Gran Bretaña, país al que se le vendían alimentos y materias primas a cambio de productos industriales con un endeudamiento cada vez mayor. Pero ese endeudamiento, que financió la

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matanza y expulsión de los indios, la guerra contra el Paraguay, y también la creación de los ferrocarriles (con su particular diagramación de extenderse como una mano sobre nuestras pampas y con terminal y salida en el puerto de Buenos Aires) y la realización de obra pública, permitió la creación de grandes estancias y una estructura social que crujió con la deuda pública y la Revolución del Parque. Las dos guerras mundiales y el hecho de que la Argentina fuera proveedora de alimentos para ambos frentes (en casi la totalidad de esos conflictos), permitió, por un lado, sustituir importaciones, y por el otro, gobernar priorizando el mercado interno. Este proceso se agigantó con el peronismo, que logró constituir un modelo propio de autodeterminación nacional, y empleó los superávit comerciales acumulados para amortizar deuda y estatizar servicios fundamentales para el desarrollo del país. Pero la situación cambió: primero, con el Plan Marshall, de reconstrucción de Europa central y de provisión de alimentos a bajo precio por los EE.UU., y luego con los acuerdos entre los propios países europeos para finalmente terminar con la restricción energética por la suba sideral del precio del barril de petróleo crudo en 1971. Todo eso, en conjunto, fue relegando el desarrollo de nuestro país a lo que posteriormente se sumó la reinstauración reaccionaria y liberal de la dictadura militar que impuso un modelo de desindustrialización y financiamiento externo que colapsó entre 1982 y1983, y que dio lugar a una democracia limitada en el marco de una economía fuertemente concentrada. La concentración económica estuvo posibilitada por el endeudamiento externo y la pos-

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terior transferencia de dicha deuda al Estado y a la sociedad, lo que permitió que quienes se habían endeudado no pagaran la deuda y sí la pagara el resto de la población. En efecto, cuando Raúl Alfonsín asumió la presidencia de la República Argentina, la deuda externa rondaba los USD 43.600 millones. Su primer Ministro de Economía, el Dr. Bernardo Grinspun, impulsó la investigación del origen de la deuda y la firma de un acuerdo entre los países deudores de la región, quienes se encontraron en la Ciudad de Cartagena y de Mar del Plata en el año 1984. Sin embargo, el 19 de febrero de 1985 se le pidió la renuncia al Dr. Grinspun para que asuma Juan Vital Sourouille. En 1985 el Estado seguía técnicamente en default, ya que solo pagaba los servicios de la deuda en forma parcial porque los ingresos del fisco eran menos de la mitad de los intereses que la misma devengaba. El flujo de capital se había interrumpido con la guerra de las Malvinas en 1982 con lo que la deuda seguía creciendo por la acumulación de los intereses impagos. Dado que solo se podían refinanciar los vencimientos y el pago parcial de intereses con la autorización del FMI, se decidió la creación del llamado Plan Austral, que fue un plan de ajuste que buscaba reducir el consumo y el nivel de actividad interno para disminuir las importaciones y apuntalar las exportaciones. Este plan significó una fuerte devaluación inicial, con control de salarios y de precios, y un cambio de moneda (pesos por austral). Con fecha del 1° de julio de 1985, mediante los Comunicados A-695, A-696 y A-697 del Banco Central de la República Argentina (BCRA), se reemplazaron títulos de deuda externa heredados de la dictadura militar –por ende, ilegítimos y no reconocidos por la ges-


ESCRITOS | La cesación de pagos y quiénes pagan la deuda - Horacio Rovelli

Ilustración: Mora

tión de Grinspun por desconocerse el origen y destino de los fondos-, por “Obligaciones de Banco Central de la República Argentina”, lo que implicó la legitimación de la deuda. Este procedimiento fue reconocido en el libro El manejo de la Deuda Externa en condiciones de crisis de balanza de pagos firmado por José Luis Machinea y Fernando Sommer (Presidente y Director del BCRA en la gestión de Sourouille) donde dice textualmente: “La reducción de los pasivos externos del sector privado derivó, en la práctica, en la nacionalización de gran parte de esa deuda externa. La deuda externa del sector público, que

era del 53% de la deuda total en 1980, se incrementó a 83 % en 1985.” Paralelamente, esto significó la licuación de la deuda externa privada a través de la aceptación de títulos de deuda externa como pago de redescuentos, on lending y avales caídos. De esa manera, la deuda externa privada se fue transformando en pública, lo que implicó que, según la cotización del título público se transfiriera deuda en contra del Estado Nacional. Las empresas que traspasaron así, la deuda externa al Estado Argentino fueron un grupo reducido de grandes deudores, mientras que

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los cientos de miles de pequeños y medianos deudores industriales, agropecuarios, comerciales, así como quienes tenían deudas por construcción o compra de una vivienda, no tuvieron acceso a estas licuaciones que pagó el pueblo argentino. Luego vinieron el menemismo y las privatizaciones para pagar las obligaciones externas y finalmente la crisis de los años 2001- 2002, hasta que Néstor Carlos Kirchner arribó a la administración del país con un audaz plan de desendeudamiento que incluyó quita de capital y alargamiento de plazo aunque tuvo que conceder como aliciente la cláusula RUFO, que vence el 31 de diciembre de 2014, y que obliga a no darle mejor trato a ningún acreedor por fuera de los acuerdos cerrados. También, en algunos casos, implicó aceptar la jurisdicción de otro país, o el ajuste por los precios in-

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ternos o por la tasa de crecimiento del PIB. El gobierno de los Kirchner, como continuación jurídica del país, reconoció la deuda y propuso su quita pero no se endeudó. No recurrió al endeudamiento financiero ni para financiar la cuenta corriente, ni para pagar deudas anteriores. Tuvieron el tino y la inteligencia, también el coraje y la decisión, de programar los gastos y los recursos para hacerlo compatible con un modelo de crecimiento, en el que las divisas para pagar se obtienen básicamente de los derechos de exportación. Y esa es la principal diferencia con toda la triste historia de la deuda pública rgentina, donde se pagaba con devaluación y ajuste interno para que cayera el poder adquisitivo de la población (el hambre y la sed en el lenguaje de Avellaneda). En cambio, con los Kirchner las divisas se obtienen del mayor precio que deben pagar por nuestros


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productos los extranjeros. Quita de deuda, alargamiento de plazo y obtención de las divisas por retenciones (derechos de exportación). Con esa trilogía los Kirchner lograron darle una respuesta válida a un problema que ellos no crearon y que con patriótica acción estaban resolviendo. Pero el enemigo es artero y, prudente como la serpiente, esperó a que el modelo de acumulación y distribución quedara limitado por su política persistente de fugar capitales en lugar de invertir. No es difícil ver que los mismos que se beneficiaron con la deuda (los grandes empresarios, esos que pagaban el espacio de Bernardo Neustadt para que éste dijera “los empresarios a los que además de sus empresas les interesa el país” y daba la lista con el trasfondo de la música de Piazzola), se hayan convertido en monopolio y/o monopsonio en su mercado cautivo, impongan condiciones, fijen precios muy por encima de sus costos, evadan impuestos y fuguen capitales. Basta leer una vez más quién es quién en los antológicos trabajos de Daniel Azpiazu, Eduardo Basualdo, Miguel Khavisse, Hugo Nochteff, Manuel Acevedo Herrera, Martín Schorr o los fundamentos de fuga de capitales de Jorge Gaggero y ver quiénes compran dólares según el libro Economía a contramano de Alfredo Zaiat, para saber a qué atenernos y a quiénes nos estamos refiriendo. El gobierno también los conoce, los enfrentó y limitó mientras pudo. Tal vez lo demuestre la figura de Guillermo Moreno y sus choques con Shell y Techint, con los supermercados y los bancos, y con Clarín y La Nación o el reconocimiento del Secretario Legal y Técnico de la Presidencia de la Nación, Carlos Zannini, el 27 de agosto pasado en el Senado de la Nación cuando sostuvo que en

nuestro país, el poder siempre estuvo en manos de las grandes corporaciones. Pero enfrentarlos no significa vencerlos. Sí es cierto que no aceptaron sus condicionamientos, esos que ni bien llegó Néstor Kirchner al gobierno le sugirió el jefe de redacción del diario fundado por Bartolomé Mitre, José Claudio Escribano, como buena práctica de un presidente servil como fueron tantos. En el modelo original del “kirchnerismo” se crecía en base a la demanda interna y a la demanda internacional de soja. La severa restricción a la transformación de la ganancia en inversión fue obligando al BCRA a financiar el nivel de actividad y el déficit fiscal -en que se incurre al extender el gasto público- para sostener la demanda interna, pero a costa de un fuerte descenso de sus reservas internacionales (que pasaron de ser de USD 43.500 millones en 2012 a USD 30.529 millones un año más tarde, para ser de sólo USD 28.953 millones en agosto de 2014 e incluso seguir descendiendo hasta que se concreta el primer swap con la República Popular China que implica el freno a la caída de las reservas internacionales del BCRA). Esto es, el BCRA financió el crecimiento, el pago de las importaciones y el pago de los compromisos de la deuda externa pero entró en una zona de turbulencia, como lo demostró la corrida cambiaria de fines de 2013 y comienzo de 2014, que el gobierno creyó poder superar con una fuerte devaluación, con una suba de la tasa de interés y limitaciones forzadas a las paritarias para frenar el nivel de actividad y consecuentemente el de las importaciones e impulsar las exportaciones. Pero ese freno de nivel de actividad no tiene la misma fuerza para desacelerar el crecimiento de los precios y, mucho menos, para garantizar que no sigan descendiendo las

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reservas. Y esto es así porque no es un problema de instrumentos. La disminución de las reservas internacionales del BCRA juega, en la Argentina como fortaleza o debilidad del gobierno, en un marco de crucial puja entre los que tienen y/ o compran dólares (lo demuestran los USD 217.500 millones estimados por el INDEC como activos de argentinos en el exterior en diciembre de 2013), y los capitales internacionales que reconocen que la producción y el trabajo argentino medidos en moneda dura son mucho más convenientes que inversiones alternativas en la región y en el mundo. A principios de noviembre de 2013, el Fondo Fintech, cuyo CEO es el financista de origen mexicano David Martínez, compró en USD 860 millones el paquete accionario de Telecom Argentina que tenía un valor de libro de USD 1.450 millones. Los fondos de inversión Goldman Sachs, Gramercy, Quantum Partners (de George Soros) y Hyman Capital (de Kyle Bass), además de otros administradores de capital, compran acciones y títulos argentinos, o invierten en Vaca Muerta, y son claros ejemplos de quiénes apuestan a la tasa de ganancia que obtienen en nuestro país en moneda dura y al tipo de cambio oficial. A estos fondos se le oponen los “conocidos de siempre”, los que pretenden devaluar nuestra moneda para valorizar sus tenencias de divisas en el exterior (producto de la fuga de capitales y de la evasión de impuestos), para comprar por la mitad lo que vale el doble y, de paso, enrostrar el hecho como fracaso de un gobierno que supo, como pocos, valorizar el trabajo y la producción nacional. En medio de esa puja, el gobierno está logrando que operen en forma conjunta los or-

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ganismos de control: la Superintendencia de Entidades Financieras y Cambiarias del BCRA, la Comisión Nacional de Valores, la PROCELAC, la Unidad de Información Financiera y la AFIP. Esto ha dado importantes resultados multando a entidades y a sus directivos, suspendiendo funciones, etcétera, y frenando, de esa manera, las operaciones de contado contra “liqui” y otras maniobras especulativas cuando aparecen personas comprando en magnitudes que no se justifican por su nivel de ingresos declarados. Si bien es cierto que es harto difícil disciplinar al gran capital que opera en la Argentina, se debe tener muy especialmente en claro que es imprescindible preservar el mal llamado “cepo cambiario”, que es el eslabón de la cadena que no les permite a sus representantes valorizar sus ganancias en pesos a dólar, restricción por la que presionan permanentemente y que uno de los principales candidatos de la oposición manifiesta que abandonaría en menos de 100 días de gobierno. Pese a todo hay un estandarte de luz en la administración que culmina el 10 de diciembre de 2015 y que para bien de todos debe retomar el control cambiario y comercial, el seguimiento tributario y fiscal, la aplicación de las leyes vigentes de desabastecimiento y penal cambiaria y tributaria, y, sobre todo, la apertura de canales de participación ciudadana para que se siga defendiendo el mercado interno y el trabajo nacional, y de esa forma que sean los intereses del pueblo los que prevalezcan en lugar de la voluntad y elección de esos empresarios a los que, como decía Neustadt: “Además de sus empresas les interesa el país”.


¿Sabías que...? Hay una historia feliz sobre las deudas latinoamericanas

El presidente Rafael Correa dispuso en 2007 la conformación de una comisión para auditar la deuda externa de Ecuador. Entre otros, fue integrada por Alejandro Olmos Gaona, cuyo padre, Alejandro, había realizado una investigación sobre la deuda externa fraudulenta de Argentina. Ese trabajo fue presentado ante la Justicia y obtuvo un fallo del juez Jorge Ballestero, que en su sentencia no encontró culpables aunque sí cientos de irregularidades y remitió la causa al Congreso, al considerar que es el ámbito definido por la Constitución para ocuparse de la deuda externa. Los legisladores de signos políticos diversos han ignorado esa causa y su documentación. Correa constituyó la Comisión para la Auditoría Integral del Crédito Público para investigar los mecanismos que caracterizaron veinte años de endeudamiento interno, bilateral, multilateral y comercial de ese país, el impacto social y ambiental y sus aspectos jurídicos. Además de Olmos Gaona, estuvo integrada por otros especialistas argentinos, como Miguel Espeche Gil, Salvador María Lozada y Alfredo Carella. Esa comisión detectó indicios de irregularidades en las negociaciones y renegociaciones de la deuda ecuatoriana durante el período 1976-2006. A fines de 2008, esa comisión presentó su informe definiendo a la deuda externa ecuatoriana como “ilegítima”, demostrando que “en todos lados (hubo) irregularidades y traiciones la patria”, especialmente en la “renegociación” posterior al default de 1999. En ese año se había declarado la cesación de pagos, instancia que derivó en la dolarización de la economía. Entre la deuda considerada “ilegítima” se encontraban los Bonos Global 2012, papeles que los bancos ecuatorianos recibieron luego de la cesación de pagos. En el informe se prueba que muchas de esas operaciones están viciadas por fraude. Cuando recibió el informe final, el 20 de noviembre de 2008, Correa anunció que no pagaría la deuda “ilegítima, ilegal y corrupta” y que sancionaría a los culpables. Días más tarde, suspendió el pago de los intereses de una parte de las obligaciones externas. Para finalmente anunciar su ministra de Economía, María Elsa Viteri, que Ecuador estaba dispuesto a caer en “default con responsabilidad” en ciertos tramos de la deuda externa, equivalentes a unos 3800 millones de dólares en Bonos Global que vencían en 2012 y en 2030. En febrero de 2009 Correa anunció lo mismo cuando se produjo el vencimiento de un cupón de 135 millones de dólares del Global 2030, también fruto de la “renegociación ilegítima” de 1999.


EDUARDO Z U A Í N

“El nuevo desafío es institucionalizar un sistema de integración que surgió fundamentalmente a partir de la decisión política y la diplomacia de los presidentes de la región, pensando en que pueden surgir gobiernos que ideológicamente no estén en la misma línea”


ENTREVISTA | Eduardo Zuaín

“Tenemos una política exterior con sentido nacional” Entrevistado por Anduma, el vicecanciller Eduardo Zuaín reivindicó la política internacional argentina de los últimos años, comprometida con los intereses del proyecto nacional. Asimismo, analizó los logros y desafíos del proceso de integración latinoamericana y explicó por qué es clave el nuevo enfoque en cuanto a la cuestión Malvinas.

¿Cómo era la política exterior en los años ´90 y en qué cambió desde el 2003 hasta ahora? Es importante partir de la descripción de la política exterior como la manera en que se inserta un país en el mundo, cómo se para frente a él. Eso quiere decir que debe partir forzosamente de un proyecto nacional. Durante muchos años se ha concebido, por lo menos en el pensamiento único y dominante, que la política exterior estaba separada de la política nacional. Durante los años de liberalismo se llevó adelante una política exterior de un enorme seguidismo hacia los grandes centros de poder internacional. Esto podría haber tenido algo de legitimidad si hubiera traído un mejor desarrollo y bienestar a nuestro pueblo. Sin embargo, no solo eso no pasó, sino que trajo más pobreza, mayor exclusión y la Argentina perdió posiciones en el mundo en toda la agenda internacional que nos interesaba. En cambio, nosotros entendemos que la política exterior es el reflejo de la política nacional y forma parte de un proyecto político. Hoy

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podemos decir con orgullo que tenemos una política exterior con sentido nacional, que cuida y vela por nuestros intereses. Y además, tratamos de transmitir que tiene que ver íntimamente con el bienestar de nuestro pueblo. ¿Cómo se concreta esto? El hecho de haber buscado y logrado que aumenten nuestras inversiones y nuestras exportaciones tiene que ver con la calidad de vida de la gente. Una decisión errada en política exterior en el plano económico-comercial o en el plano político afecta el bienestar de nuestro pueblo. Entonces, es importante conectar una cosa con la otra. Desde el neoliberalismo nos decían que la política exterior tenía que seguir ejes permanentes y la desenganchaban de la política nacional cuando la idea era ir a firmar el Consenso de Washington, cuyos lineamientos estaban absolutamente apartados de los intereses nacionales. Que vivamos en una zona de paz, que no hayamos traído guerras al continente, que hoy estemos dando luchas por reafirmar nuestras democracias, todo tiene que ver con el bienestar de nuestra gente. De ahí la importancia de denunciar la militarización del Atlántico Sur de los británicos en Malvinas porque esa sí es una amenaza concreta. ¿De qué procesos participó Argentina a partir de conjugar el proyecto nacional y la política exterior? De fondo resuenan dos temas que uno escucha permanentemente en algunos medios monopólicos. Uno es que la Argentina no tiene una política exterior, a lo que yo siempre

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contesto que nuestro país no tiene una política exterior que represente, les convenga o les guste a los intereses de esos medios dominantes. La segunda consideración tiene que ver con que se ha dicho muchas veces, con mala intención o por falta de información, que la Argentina es un país aislado en el mundo. Ahora bien, somos miembro del Consejo de Seguridad de la ONU, que se elige por el voto de toda la Asamblea General de Naciones Unidas compuesta por 193 países. Somos miembro del Consejo de Derechos Humanos, organismo al que es muy difícil ingresar pero en el que estamos gracias al correlato internacional de nuestra política en ese tema. La Argentina es un actor clave en el G77, en la UNASUR y en el MERCOSUR. Somos miembros del G20, esta especie de nuevo directorio que trata los temas duros de la agenda internacional. Nuestra presidenta Cristina Fernández de Kirchner está sentada ahí, entre los 20 países más importantes del mundo porque Argentina fue vista como una economía emergente; ingresamos y nos supimos mantener. Aun así hubo intentos de querer expulsarnos porque éramos el alumno díscolo, porque nosotros planteábamos temas que tenían que ver con la calidad de vida de nuestra gente y porque estamos de acuerdo con el crecimiento económico con inclusión social. La idea de la copa que derrama fracasó ampliamente en los ‘90. En este mundo multipolar tenemos que tener una política exterior nacional propia que vea con claridad dónde está la defensa de nuestros intereses: la política que hoy tenemos en la integración política, comercial y económica con América Latina; la relación con Indonesia, Vietnam, Emiratos Árabes y África; la relación estratégica con China y con Rusia.


ENTREVISTA | Eduardo Zuaín

Los vínculos con países como China o Rusia nos ayudan mucho a proteger a nuestro país porque son países que están creciendo y, por ende, son grandes consumidores de alimentos y de maquinarias que nosotros podemos vender. Por primera vez en muchísimas décadas estamos construyendo un diseño de políticas que vela por nuestros propios intereses. ¿En qué estado de integración estamos con el resto de los países de Suramérica? Veníamos de un continente absolutamente compartimentado y dividido y hoy tenemos un continente que ha logrado desarrollar una diplomacia presidencial. Más allá de las diferencias que puede haber, porque no todos los gobiernos estamos de acuerdo con todo, se avanza en un camino de integración política.

La integración económico-comercial es mucho más lenta porque implica arbitrar intereses internos de los países. Observemos cuánto lleva la integración económica en Europa, donde muchos países todavía no se han adherido al euro y hay otros países que están pensando en salir. Los avances en integración política se ven a nivel continental en cómo nos presentamos frente al mundo, con las armas de la paz y la diplomacia. La posición de la UNASUR respecto de la causa Malvinas como una causa latinoamericana es un ejemplo. Y esto no solamente tiene que ver con una reivindicación soberana, sino también con la lucha por los recursos. Paraguay, Brasil y Argentina tienen mucha conciencia de que compartimos el acuífero más grande del mundo, el acuífero Guaraní. Hoy, los países de UNASUR, más allá del gobierno o de su orientación ideoló-

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“Los avances en integración política se ven a nivel continental en cómo nos presentamos frente al mundo, con las armas de la paz y la diplomacia. La posición de la UNASUR respecto de la causa Malvinas como una causa latinoamericana es un ejemplo. Y esto no solamente tiene que ver con una reivindicación soberana, sino también con la lucha por los recursos”

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gica, sabemos que la integración política también sirve a la defensa de nuestros recursos naturales. ¿Cuál es el estado de situación actual de la reivindicación argentina sobre Malvinas? Hay un hito muy importante que es la creación de la Secretaría de Malvinas e Islas del Atlántico Sur, que la encabeza un gran compañero como es Daniel Filmus. Durante muchos años nos conformábamos solo con la protesta diplomática. Todos los 3 de enero presentábamos una nota invitando al Reino Unido a negociar, cumpliendo con las más de 40 resoluciones de Naciones Unidas. Además, se hacían las presentaciones correspondientes en todos los otros foros regionales: MERCOSUR, UNASUR, la Cumbre de Malabo en África, en la que se recibió el apoyo de todos los países de ese continente y en la que, además de plantearse la idea de negociar, según la prerrogativa de Naciones Unidas, se apoyan los derechos soberanos de la Argentina sobre las islas. Ahora bien, pasamos de la reivindicación diplomática a un enfoque de 360° de la cuestión Malvinas. Es decir, comenzamos a poner en evidencia que no solamente se trata de la ocupación de las Islas, sino que los británicos están interesados en explotar el petróleo, librar licencias de pesca que depredarían nuestros recursos y, fundamentalmente, en militarizar el Atlántico Sur con el objetivo de preservar la paz en el exterior y la paz y la estabilidad en nuestra región. Es importante, también, la última reforma del Código Penal, donde se establece como tipo penal aquel que explora y explota los recursos de hidrocarburos sin la autorización de sus legí-


Principales organismos de integración latinoamericana

La Unión de Naciones Suramericanas, UNASUR, es una organización internacional creada en 2008 como impulso a la integración regional en materia de energía, educación, salud, ambiente, infraestructura, seguridad y democracia. Sus esfuerzos están encaminados a profundizar la unión entre las naciones suramericanas, bajo el reconocimiento de sus objetivos regionales, fortalezas sociales y recursos energéticos. Todas las acciones de la UNASUR se dirigen a la construcción de una identidad regional, apoyada en una historia compartida y bajo los principios del multilateralismo, vigencia del derecho en las relaciones internacionales y el absoluto respeto de los derechos humanos y los procesos democráticos. Estados miembros: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Suriname, Uruguay y Venezuela.

La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) es un organismo intergubernamental de diálogo y concertación política creado en 2011 que reúne de forma permanente a los treinta y tres paí-ses de América Latina y el Caribe. Su propósito fundamental es lograr la unidad de la región en el marco de la diversidad política, económica, social y cultural que caracteriza a sus 600 millones de habitantes. Se trata de un espacio para hacer frente a los desafíos comunes de la región, para articular iniciativas sobre la base del consenso y buscando la convergencia de acciones e intereses comunes. Asume entre sus atribuciones, la interlocución con otros países y grupos regionales entre los cuales se destacan el diálogo de la CELAC con la Unión Europea, el Foro CELAC-China, el Mecanismo de Diálogo con la Federación de Rusia, así como los acercamientos con la República de Corea, el Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo, Turquía y Japón.

El Mercado Común del Sur (MERCOSUR) es un bloque subregional que se creó en 1991 y que está integrado actualmente por seis naciones de América del sur. Sus objetivos son promover la libre circulación de bienes, servicios y factores productivos entre los países miembros, el establecimiento de un arancel externo común, la libre circulación de personas y la adopción de una política comercial común, la coordinación de políticas macroeconómicas y sectoriales entre los Estados partes y la armonización de las legislaciones para lograr el fortalecimiento del proceso de integración. Estados miembros: Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Venezuela y Bolivia (en proceso de adhesión). Países asociados: Chile, Colombia, Ecuador y Perú.


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timos dueños, que en este caso sería la República Argentina. Entonces, también avanzamos en esa disputa y en todos los aspectos que posee la cuestión de Malvinas. La idea es abandonar el mero reclamo diplomático, que les daba una gran comodidad a los británicos, no les molestaba porque simplemente cada año coleccionaban notas diplomáticas de protesta y eso no es suficiente. ¿Qué importancia tuvo la creación de la CELAC? La CELAC abarca no sólo a todos los países de América Latina que integran la UNASUR, sino también a los países del Caribe. Muchas veces, desde la opinión pública, se piensa que es otro organismo internacional que va a generar burocracia y que se va a gastar más en su financiamiento. Pero realmente UNASUR ha sido una sorpresa porque ha sido un nuevo espacio de integración. Y la integración del Caribe a América Latina es un hecho político fundamental. El Caribe era una zona alejada de América Latina e integrarlo tiene que ver también con la visión de un desarrollo regional y continental. El otro gran dato de este proceso es la integración de Cuba, país que estaba totalmente marginado de la OEA. A pesar de ser una nación hermana, estaba fuera del concierto de integraciones del continente. No solamente integramos a Cuba sino que le otorgamos su presidencia pro tempore, lo cual tiene un enorme significado político en una América Latina donde, por supuesto, hay diferencias ideológicas pero está la idea de que la integración política favorece a nuestros pueblos y tiene, también, un correlato en su desarrollo y bienestar.

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¿Cuáles son los desafíos y las dificultades con las que se puede encontrar este proceso de integración? El desafío que tenemos hoy es cómo consolidar un sistema de integración que se dio fundamentalmente a partir de la decisión de un conjunto de presidentes. En un momento la región estuvo presidida por Chávez, Lula, Néstor Kirchner y luego por Cristina, Mujica, Bachelet, Correa. Al inicio hubo que tomar la decisión política y ellos la tomaron porque había mucha química entre esos presidentes. ¿Cuál es el desafío que tenemos ahora? Institucionalizar un sistema de integración que surgió fundamentalmente a partir de la decisión política y la diplomacia de los presidentes de la región, pensando en que pueden surgir gobiernos que ideológicamente no estén en la misma línea. Ese es el mayor desafío y, a la vez, la mayor dificultad. Yo creo que la Argentina hizo un enorme aporte a la integración política de América Latina porque fue un país protagonista cuando era uno de los países más alejados de la integración. Antes de la guerra de Malvinas, lo que concebía la opinión pública argentina era que éramos europeos en el exilio, que estábamos en América Latina de pura casualidad, nuestra visión estaba orientada hacia Europa. ¡Cómo cambiamos hoy, cómo aceleramos los procesos de integración! La Argentina aportó mucho en todo el proceso de integración y va a seguir siendo un actor protagónico para institucionalizar eso que empezó con una diplomacia presidencial. Por ejemplo, hay un tema que no se termina de abordar en toda su dimensión política como es la integración fronteriza. Allí, se está dando una dinámica de producción y de creci-


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miento muy importante favorecida por los gobiernos involucrados. Esos procesos y esas dinámicas, han sido ignoradas durante décadas y nosotros hoy no sólo no las ignoramos sino que las estamos promoviendo. Y la integración también tiene que ver con la infraestructura. Por ejemplo, para el norte de nuestro país, la posibilidad de llegar a los puertos chilenos con nuestras exportaciones es vital si queremos continuar con la viabilidad económica que tiene esa región. Ahí es importante la integración fronteriza porque si yo no puedo llegar fácilmente a Perú, si no puedo cruzar fácilmente a Bolivia, si no puedo hacer llegar mi producción a los puertos del norte de Chile, la integración política se va a ir debilitando también. La integración política ayuda a ese proceso. Muchos de estos instrumentos tuvieron protagonismo cuando fueron amenazadas las democracias del continente… Yo creo que el título tendría que ser: “El éxito de UNASUR evitó los golpes de Estado en la región”. Creo que es muy importante decirlo. Hubo intentos concretos de desestabilización, muchos más claros en los casos de Bolivia y de Ecuador. Y entonces, allí la integración política concretada en UNASUR sirvió para proteger nuestras democracias. Con Paraguay el proceso fue mucho más lento pero el mensaje fue y es: “Dar un golpe de Estado” aunque ahora hay un nuevo “ropaje” en los golpes, ya no son golpes militares, son “golpes blandos”. Se trata de procesos de desestabilización, de desabastecimiento, de creación de condiciones para el caos con ayuda exterior para generarlo y luego se da el golpe blando. El mensaje que dio la

región es que un golpe así, como el de Paraguay, no va a pasar inadvertido, va a haber consecuencias y no es gratis. En el caso de Bolivia y Ecuador, lo evitamos. En el caso de Paraguay, hubo una fuerte presión política donde se demostró el efecto que había tenido el mensaje de apoyo a la democracia en el continente cuando Paraguay normalizó su situación. Respecto de lo que pasó en Venezuela, no tenemos ninguna duda de que hubo un intento de desestabilización. Por eso nosotros apoyamos el orden democrático y las autoridades legítimamente constituidas. Si la oposición de Venezuela quiere tomar el poder, que se prepare para las elecciones y que convenza al pueblo venezolano. Si nosotros no afianzamos las democracias en el continente, no hay posibilidad de un desarrollo económico con inclusión, ya que los golpes han sido siempre en pos de empeorar la situación de los más vulnerables. ¿Qué otra condición tienen que tener los pueblos para que ese proceso de integración se dé a partir de la inclusión? Nosotros pregonamos que la democracia se consolida a través de nuestro crecimiento económico con inclusión. No vemos otra manera de crecimiento que no sea por medio del de-sarrollo de nuestra industria. Creemos que es vital un proyecto industrial que consolide un proyecto democrático. La dificultad está en que otros países tienen proyectos nacionales distintos que no ponen el acento en el desarrollo industrial. Pero de las dificultades al desafío de cómo integrarnos económicamente, siempre hay una manera si hay decisión política. La idea de que nosotros vamos a vender

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soja y a comprar televisores ya se ha demostrado que no lleva al desarrollo de nuestro país, sino que lo lleva a una crisis. Nosotros queremos industrializarnos y ahí hay un debate en el continente y en el mundo también. ¿Qué rol cumplen los grupos económicos transnacionales en el marco de los procesos de integración? En el pasado jugaron un rol decisivo que hoy siguen teniendo, depende mucho del país y de la región. En lo que a la Argentina se refiere, ya no tienen un protagonismo decisivo aunque sí un rol importante, más aún si hablamos de las corporaciones financieras. Yo siempre digo que tenemos una política exterior independiente. El margen de autonomía que hemos ganado en estos 10 años es iné-dito. La decisión que tomaron Néstor y Cristina respecto del rol del Estado fue crucial para ello. Hoy, es el Estado quien maneja los resortes de la eco-

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nomía para definir sus objetivos y sus rumbos, y eso ha limitado mucho el papel de las corporaciones. Pero gracias a ese nuevo rol del Estado en la última década, podemos decir que tenemos una política exterior independiente, si no estaríamos hablando de que la Argentina tendría tal o cual condicionamiento. Ese margen de autonomía es importante. El último discurso de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en Naciones Unidas, donde denunció la inequidad de la situación de poder en el mundo, no podría haber sido dicho si durante 10 años de gobierno no hubiéramos ganado ese margen de independencia que hace que tomemos nuestras propias decisiones. En la Argentina actual podemos decir que tenemos las manos libres para poder elegir nuestro rumbo político, nuestro rumbo económico, nuestro rumbo comercial. Sí nos sentamos a negociar acuerdos pero siempre defendemos nuestro interés nacional porque cada país tiene derecho a elegir su destino.


ENTREVISTA | Eduardo Zuaín

“Si nosotros no afianzamos las democracias en el continente, no hay posibilidad de un desarrollo económico con inclusión, ya que los golpes han sido siempre en pos de empeorar la situación de los más vulnerables”

Eduardo Antonio Zuaín

¿Cuál es el trabajo concreto que se viene desarrollando hacia adentro de la Cancillería, desde esta perspectiva de autonomía e integración regional? Nosotros estamos en un proceso de transformación profunda en la Cancillería, que implica profundizar la idea de que nuestros diplomáticos defiendan nuestros intereses nacionales y que nuestros diplomáticos representen a todo el país. Para representar a toda la Argentina tenemos que tener toda la Argentina dentro de la Cancillería. Esto tiene que ser una invitación para los jóvenes de todos los rincones del país a que se acerquen y traten de ingresar a nuestro ministerio. No sólo queremos una Cancillería más federal, sino también que se extienda a otras clases sociales que no han tenido la oportunidad en el pasado de ingresar porque este era un ministerio elitista en el que se tenía que tener apellido para poder ingresar. Eso se terminó. Hoy todos tienen derecho a entrar.

Es vicecanciller de la Nación desde 2011. Abogado y procurador por la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Tucumán. Se formó como Secretario de Embajada y Cónsul de Tercera Clase en el Instituto del Servicio Exterior (I.S.E.N.) del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto. Entre 2008 y 2010 cumplió funciones en la Secretaría de Relaciones Exteriores y en la Subsecretaría de Política Exterior de la misma dependencia. Integra la Comisión Técnica Bilateral Argentina-Italia encargada de la apertura de archivos italianos referidos a las víctimas de la última dictadura militar y colaboró ad honorem en el diseño y organización del “Galardón Latinoamericano Madres y Abuelas de Plaza de Mayo”, destinado a la ejecución de proyectos de economía social en América Latina, organizado por el Ministerio de Desarrollo Social en el marco de la UNESCO.


La Coronación de los Descamidos. Ángeles Crovetto.

“Por procedencia social y por conciencia política, la figura de Eva fue fundamental en la conformación de la identidad y de la organización de la clase trabajadora argentina”


ESCRITOS | Eva Duarte y la política de la Argentina - Aritz Recalde

Aritz Recalde es licenciado en Sociología de la Universidad Nacional de La Plata, magíster en Gobierno y Desarrollo de la Universidad Nacional de San Martín, adjunto de la cátedra de Sociología de la Universidad Nacional Arturo Jauretche, titular de Historia Argentina II y III de la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo y adjunto de la cátedra de Historia de la Universidad Nacional de Lanús.

Eva Duarte y la política de la Argentina Aritz Recalde “Luchamos por la independencia y la soberanía de la Patria, por la dignidad de nuestros hijos y de nuestros padres, por el honor de una bandera y por la felicidad de un pueblo (…), soy peronista, entonces, por conciencia nacional, por procedencia popular, por convicción personal y por apasionada solidaridad y gratitud a mi pueblo”. Eva Duarte (17/10/1949)

La figura de Eva Duarte (Los Toldos, 1919 – Buenos Aires, 1952) expresó, en buena medida, el proceso de refundación que protagonizó la clase política argentina de las décadas del cuarenta y cincuenta. A continuación, mencionaremos algunos aspectos fundamentales de su legado político.

Composición social de la clase dirgente Con la asunción del peronismo los representantes de la oligarquía fueron destronados del mando político del gobierno y del Estado, profundizando los cambios iniciados por Hipólito Yrigoyen y el radicalismo. La clase alta, ligada a los factores de poder de Europa, fue derrotada políticamente en las urnas, debilitada económicamente a tra-

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vés de las expropiaciones y además, tema que queremos resaltar, sufrió una capitulación cultural. A partir de la revolución justicialista el mundo de valores de la oligarquía dirigente entró en una crisis terminal, frente a un nuevo sujeto político que postuló a los trabajadores mestizos y a los empresarios nacionales como los actores revolucionarios de la historia. La denominada “barbarie” que denostó cultural y políticamente la clase dirigente, fue, desde entonces, el motor de la historia y del progreso nacional. Eva Duarte representó al nuevo actor político y contribuyó activamente con la lucha cultural de la revolución, contra el sentido del mundo impuesto por las potencias occidentales y sus aliados internos. Tal cual demostraron sus biógrafos, Eva Duarte transcurrió su infancia y juventud en un hogar humilde. Incluso, al fallecer su padre no fueron pocas las carencias económicas de su familia, cuestión que condujo a su madre a realizar tareas de costura, entre otras actividades, para poder sobrevivir. Eva provenía socialmente del pueblo trabajador y según sus propias palabras: “No deben olvidarse ustedes que he salido de las filas de ese pueblo trabajador que se forjó en el dolor del taller y en el dolor del trabajo” (30/11/1946). Su educación, lejos estuvo de la universidad y de los ámbitos culturales de la clase alta y fue su paso por la vida social del pueblo la que forjó su personalidad. Su compromiso con los humildes y su clara conciencia política la acercaron a los obreros y la vincularon a los destinos nacionales. Eva alcanzó el lugar de primera dama presidencial y, cuestión fundamental, ejerció un rol preponderante en las decisiones de las políticas públicas. El gobierno estaba, en ese con-

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texto, en manos de representantes del pueblo que gobernaban para ese mismo pueblo argentino. Así lo expresaba ella misma: “Lo esencial del peronismo es, justamente, esa vinculación con la justicia social, con las grandes directivas de la nacionalidad, porque el peronismo es, sobre todas las cosas, un esfuerzo magnifico de las masas obreras para recuperar la Nación (…), por primera vez en la historia de la Patria, trabajadores y gobernantes constituyen una misma cosa” (3/08/1946). En otro discurso reiteró que el pueblo, que “había sido gobernado por cien familias, ha tenido el privilegio de contar ahora con ministros obreros” (17/04/1948). El inmenso resentimiento que generó la figura de Eva en las clases adineradas y dominantes representó cabalmente su estatura política. El poder del pueblo y de su líder era identificado por la oligarquía y no exageraba Eva cuando sostenía: “Si mis enemigos me odian es porque les preocupa mi acción, debido a que ella tiene por objeto la ayuda social” (10/01/1949). Los valores de la clase dirigente se derrumbaron estrepitosamente frente a un gobierno que encontraba las virtudes en los trabajadores descamisados, mestizos y pobres. Por procedencia social y por conciencia política, la figura de Eva fue fundamental en la conformación de la identidad y de la organización de la clase trabajadora argentina. La mujer argentina y el sindicalismo Eva Duarte intervino activamente en el proceso de construcción del nuevo sindicalismo argentino, cuyas organizaciones fueron refundadas a partir del año 1943. Desde su juventud y trabajando en los ambientes


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“Si Evita viviera...”. Ángeles Crovetto


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artísticos, participó de la Asociación Radial Argentina creada ese mismo año para defender a los trabajadores de ese medio. Su trayectoria con los obreros la encontró convocando la movilización del 17 de octubre de 1945 o debatiendo con los ferroviarios para que abandonen la huelga de 1951. La cultura sindical que poseyó, sus dotes de dirigente y su cercanía con Perón, le permitieron oficiar como una polea de trasmisión importante entre los trabajadores, las organizaciones sindicales y el gobierno. Su estrecha vinculación con el mundo sindical y su innegable capacidad política permitieron que las organizaciones de trabajadores la propongan para que forme parte de la fórmula presidencial en 1951. En el Cabildo Abierto del Justicialismo, dirigentes de la envergadura de José Espejo o Armando Cabo, la impulsaron como candidata. Frente a la reacción militar y a su deteriorado estado de salud, Eva no aceptó la candidatura aclarando que renunciaba a los “honores” pero no a la “lucha” y al “trabajo” (31/08/1951). Será la primera y la última mujer trabajadora en la historia del país que ocupe ese lugar de poder y de legitimidad dentro del sindicalismo. Modelo de activista político: vocación solidaria y formación de cuadros “La injusticia social no sólo es odiosa porque niega torpemente los derechos del pueblo, sino porque es la incubadora, el caldo de cultivo de todas las tragedias colectivas que han cubierto de luto y de oprobio a la humanidad”. Eva Duarte (1/08/1950). En su corta vida, Eva realizó un importante trabajo social. Incluso, y es importante destacarlo, conoció a Perón durante las acciones

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solidarias organizadas luego del terremoto de San Juan en 1944, que había dejado un saldo de miles de muertos. Como militante política, desarrolló una acción integral que la encontró de organizadora, en la gestión de gobierno y en la formación doctrinaria. Acompañó la movilización del 17 de octubre de 1945 y participó activamente de la campaña electoral que llevó a Perón a la presidencia en febrero de 1946. En el terreno de la formación de dirigentes, dictó clases de “Historia del Peronismo” en la Escuela Superior Peronista (1951). Resultante de sus cursos, se publicó, en formato de libro, una obra con el mismo nombre. Con sus dotes naturales de oradora, perfeccionados por su paso por el cine y la radio, protagonizó encendidos discursos que se caracterizaron por una prédica anti burocrática, anti oligárquica y antiimperialista. Su figura fue reapropiada en los años sesenta y su humanismo social y su filosofía de la acción política radicalizada y crítica, se incluyó en los discursos de un sector importante de las organizaciones libres del pueblo. Dijo en sus discursos, cargados de fervor revolucionario: “La justicia social se cumplirá inexorablemente, cueste lo que cueste y caiga quien caiga” (20/05/1947) y también:“Nosotros debemos ser fanáticos, no peronistas vergonzantes” (28/05/1952). Conformó un discurso combativo en el que sostenía:“No quiero para el peronismo a los ciudadanos sin mística revolucionaria” (17/10/1949). Eva propugnó una prédica clasista que cuestionó el accionar de los poderosos del extranjero y, tema no menor, incluyó a los actores del mismo movimiento peronista. Sobre la injerencia de los poderes externos y sus aliados, señaló: “La mano de la oligarquía, pa-


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gada por el oro extranjero, quiere ahora en sangre al General Perón, al líder de los trabajadores” (30/09/1948). Y en otro discurso: “Nosotros luchamos porque haya menos pobres y para ello es necesario que haya menos ricos” (18/03/1950). En cuanto a los “enemigos” de adentro aseveró que “es necesario que cada uno de los trabajadores argentinos vigile y no duerma, porque los enemigos trabajan en la sombra de la traición y a veces se esconden detrás de una sonrisa o de una mano tendida” (17/10/1951). Su relato y su prédica incluyeron la lucha y el enfrentamiento de clases, de Estados y de partidos. En varias ocasiones fustigó a los enemigos de la revolución y estuvo lejos de ser conciliadora con sus adversarios políticos del “imperialismo” y de la “oligarquía”. El 17 de octubre de 1948, ante una Plaza de Mayo colmada, afirmó: “Una vez más, mis queridos descamisados, el capitalismo foráneo y sus sirvientes oligárquicos y entreguistas han podido comprobar que no hay fuerza capaz de doblegar a un pueblo que tiene conciencia de sus derechos (…); el capitalismo foráneo y la oligarquía se llenaban la boca con la palabra libertad para poder encadenarnos fácilmente” (17/10/1948). Un año después insistía en la misma plaza: “Los viejos enemigos no han desparecido” (17/10/1949). Los derechos políticos de las mujeres Eva contribuyó con la sanción de la ley 13.010/ 47 de voto femenino y, cuestión fundamental, impulsó la organización de la rama femenina dentro del movimiento justicialista. Para ella, el voto de la mujer tenía un cometido claro: “Restablecerá esa apremiante ausencia de iniciativa pública de la mujer ante el

panorama dinámico de su país. El voto femenino avasallará el tutelaje incomprensible que las leyes ejercen sobre la mujer argentina y la colocará, por fortuna, en el plano de la vigencia política a que su sacrificio permanente le ha dado justo derecho” (12/02/1947). La mujer argentina ingresó a las legislaturas y comenzó a formar parte del gobierno, ya que según Eva, “en el seno de nuestra democracia no cabe distingo absurdo entre sexos, sino la unidad moral, recia y firme, sin cuyo requisito la política carece de responsabilidad y de conciencia” (26/02/1947). A partir de Eva, el sector femenino intervino en la vida sindical y en los debates de poder cambiando para siempre el rol de la mujer en la sociedad y en la política. Modelo de gestión de políticas públicas La revolución justicialista modificó de raíz la estructura del Estado Argentino. Por un lado, el gobierno se propuso la emancipación social del pueblo trabajador y organizó las instituciones del Estado social de derecho. Por el otro, el objetivo de la independencia económica derivó en la promoción de un nuevo sistema de instituciones y de regulaciones de los recursos naturales, del comercio y del conjunto de los servicios públicos. El Estado liberal no tenía al pueblo, sino a las clases altas como objeto central de su política. Con ese punto de partida es que la revolución fundó un nuevo sistema institucional que la Constitución de 1949 legalizó. En ese marco, Eva trabajó en la por entonces recientemente conformada Secretaría de Trabajo y Previsión y luego, creó y condujo la Fundación de Ayuda Social Eva Duarte de Perón (1948). La labor de esta última se

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“La repartición de lo sensible”. Ángeles Crovetto.

orientó a la ayuda social de las clases populares porque, según su punto de vista, “la limosna humilla y la ayuda social dignifica y estimula” y, una vez resuelto los problemas del pueblo argentino, “no serán tampoco necesarias la Fundación de Ayuda Social y nuestra asistencia” (5/12/1949). El modelo de gestión caracterizado por la acción operativa, directa y ejecutiva del Estado fue sumamente exitoso. La Fundación

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incluyó una logística de distribución masiva de bienes y de servicios y promovió ambiciosas obras públicas como escuelas, proveedurías, hospitales, hoteles de recreación -como Embalse o Chapadmalal-, la ciudad universitaria de Córdoba y diversos hogares para la tercera edad. La intervención de Eva en la gestión del Estado, impulsó la formación de ámbitos educativos como es el caso de la "Escuela de Enfermeras Eva Perón".


ESCRITOS | Eva Duarte y la política de la Argentina - Aritz Recalde

Embajadora política y cultural ante el mundo “La República Argentina tiene en Europa una jerarquía que jamás alcanzó (…). Los principios sociales expuestos por nuestro líder, el general Perón, son ya destinos del mundo”. Eva Duarte (17/08/947). Eva viajó a Europa en 1947 y, a diferencia de lo ocurrido con buena parte de la clase política de la Argentina en los siglos XIX y XX, no regresó cegada por el extranjero. En relación con su visita al viejo continente expresó: “He visto desolación, hambre, miseria, angustia y vuelvo con la certidumbre de que es inútil cerrar los ojos a la realidad y dejar que la oligarquía y el capitalismo nos sigan atacando (…); me sentí orgullosa de ser parte del pueblo y de ser argentina” (23/08/1947). Según registros periodísticos, habló ante 300.000 españoles que la recibieron efusivamente y demostró el lugar central de la revolución justicialista y de su primera dama en el teatro de la política mundial. Durante su paso por España, Italia, Portugal, Francia y Suiza fue recibida por figuras relevantes del poder mundial, entre las que se destacó el Papa cuando visitó el Vaticano. En sus discursos públicos disertó sobre la impostergable tarea de la justicia social y visitó casas en barrios humildes. Desde Madrid, sostuvo: “La Argentina dio otra vez al mundo la certeza de que los derechos del trabajador no eran mera letra muerta (…), hemos defendido y combatido por el hombre olvidado, desechando combatir solamente por su habilidad para producir (…), nos hemos permitido ser justos, equitativos y solidarios para con nuestros hermanos que no tienen ya

diferencias sociales” (9/06/1947). En Italia mencionó que “Perón luchó para que no haya hombres demasiado pobres, ni nadie demasiado ricos, con miras a una justicia social para todos los hogares, aboliendo las diferencias sociales” (7/8/1947). Con su práctica, Eva estaba desarrollando una campaña internacional de exportación de la revolución justicialista y de su ideología de gobierno. El programa nacionalista realizó ayuda social a varios países y marcó una concepción ideológica acerca del rol del Estado, de la política internacional, de los trabajadores en el poder y de la necesaria regulación de la economía por parte de los gobiernos.

“A partir de Eva, el sector femenino intervino en la vida sindical y en los debates de poder, cambiando para siempre el rol de la mujer en la sociedad y en la política”


EDUARDO RINESI

“Hoy una enorme cantidad de jóvenes tienen una universidad gratuita y buena a una distancia razonable de su casa en casi cualquier parte del país. Eso es una novedad extraordinariamente revolucionaria en relación con los modos en que tradicionalmente funcionaba la universidad en la Argentina”


ENTREVISTA - Eduardo Rinesi

“La Educación Superior es un derecho que debemos garantizar” El ex rector de la Universidad Nacional de General Sarmiento y actual miembro del directorio de la AFSCA, Eduardo Rinesi, conversó con Anduma y reflexionó sobre la Educación Superior como un derecho, el rol de las universidades públicas en la Argentina de hoy y la relación entre política y educación.

¿En qué cambiaron las universidades en estos últimos diez años de gobierno? Para empezar, hay más cantidad. Y eso cambia mucho porque, junto con el número, lo que cambia es la posibilidad de muchos jóvenes de asistir a la universidad como un derecho que los asiste. Es decir, por mucho que la Constitución Nacional diga que el Estado debe garantizar el derecho a la Educación, hasta hace una generación, o tal vez menos, si a uno le tocaba nacer en un lugar del país muy alejado de una universidad pública, gratuita y buena, donde ejercer ese derecho, éste no pasaba de ser algo nominal. Una de las razones por las que podemos decir que, por primera vez en nuestra historia, la educación universitaria es un derecho es porque lo es efectivamente. Hoy una enorme cantidad de jóvenes tienen una universidad gratuita y buena a una razonable distancia de su casa en casi cualquier parte del país. Y eso es una novedad extraordinariamente revolucionaria en relación con los modos en que tradicionalmente funcionaba la universidad en la Argentina. Además, en la actualidad, el nivel educativo secundario es obligatorio por la Ley de Educa-

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“El derecho a la universidad no solo es el derecho de un chico a tratar de ingresar, sino que es el derecho a entrar, aprender, romperse el alma estudiando y recibirse en un tiempo considerable. Y debemos ponernos al servicio de ese objetivo”

ción Nacional. Por supuesto que entre esa obligación y su cumplimiento efectivo hay un largo trecho. Pero, y esta es la tercera cuestión que quiero apuntar, hay un conjunto de políticas públicas muy activas como la Asignación Universal por Hijo, el sistema de becas del Plan Nacional de Becas, las Becas Bicentenario, el Plan Progresar, y una gran cantidad de alternativas que contribuyen a que los adolescentes terminen sus estudios secundarios e ingresen a la universidad. En este contexto, a un número importante de chicos, que en otro momento no hubiesen podido, se les abre la posibilidad de estudiar en el nivel superior. Así, la Educación Superior deja de ser pensada sólo como una práctica reservada para los ricos y los que viven en las grandes ciudades. Cuando muchos jóvenes de barrios populares del conurbano y de distintos lugares del país saben que efectivamente ir a la universidad está a su alcance, entonces, uno empieza a pensar la universidad como un derecho. Y esto sí es una novedad… La universidad es una institución que tiene casi 1000 años en la historia de Occidente. En ese tiempo, nunca se propuso ni se pensó a sí misma, como una institución encargada de garantizar algo que pudiera representarse

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como un derecho. Desde las universidades del medioevo europeo hasta ayer nomás, las universidades se concibieron como lo que siempre fueron, grandes y potentes máquinas de producir élites: élites clericales, élites burocráticas y élites profesionales. Incluso los movimientos de renovación -absolutamente reivindicables- de democratización de la vida universitaria, como el ’18 cordobés o el ‘68 parisino, jamás pusieron en duda que la función de las universidades era fabricar elites. Creo que solo hoy, dado este conjunto amplio y diverso de circunstancias, la universidad empieza a aparecer como un derecho que debemos garantizar . Eso está plasmado en la Declaración Final de la Conferencia Regional de Educación Superior (CRES - 2008), del Instituto para la Educación Superior de Latinoamérica y el Caribe (IESALC de la UNESCO), cuyo artículo primero dice: “La Educación Superior, la universidad, es un bien público y social, un Derecho Humano Universal y una responsabilidad de los Estados”. Por primera vez, un documento plantea la idea de que la educación, incluso la superior, no es un lujo, no es un privilegio, no es la decisión del Estado de formar a un grupito de profesionales especialmente calificados que se los necesita para tal o cual cosa, sino que es considerada un derecho ciudadano, un Derecho Humano Universal. Si uno


ENTREVISTA - Eduardo Rinesi

se toma eso en serio, todas nuestras prácticas de docencia y los modos en los que administramos nuestro tiempo de investigadores docentes deberían ser modificados. Uno debe pensar que lo más importante es garantizarle a los pibes un derecho humano que los asiste y, como agentes del Estado, encargarnos de que ese derecho sea efectivo y exitoso. ¿Qué implica pensar la Educación Superior como un derecho? Muchos jóvenes se quedan en el camino, se van a la casa, los humillamos, no les enseñamos bien y, encima, los culpamos. Tenemos que entender que el derecho a la universidad no sólo es el derecho de un chico a tratar de ingresar, sino que es el derecho a entrar, aprender, romperse el alma estudiando y recibirse en un tiempo considerable y debemos ponernos al servicio de ese objetivo. Para ello, ne-

cesitamos a los mejores profesores y cuadros en los cursos masivos de grado y no solo en las clases de doctorado. Además, la universidad tiene que investigar temas relevantes y producir conocimiento, desde los problemas más instrumentales hasta los más complejos. La situación universitaria nunca estuvo tan bien como para poder lograrlo. No solo estamos en una mejor situación presupuestaria, sino que también tenemos una buena relación con el resto del sistema científico y tecnológico, por ejemplo, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), la Agencia Nacional de Promoción de la Actividades Científicas y Tecnológicas, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación. La articulación de muchos de estos organismos con las universidades está permitiendo grandes desarrollos que hace unos años hubieran sonado como una utopía.

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“Hoy, cuando hablamos de democratización nos referimos a un

¿Cómo se explica esa paradoja según la cual la universidad depende del Estado en sus recursos y, sin embargo, levanta la bandera de la autonomía reivindicando su independencia?

proceso de ampliación y universalización de derechos y el derecho a la educación, que va alcanzando cada vez a más personas, es un buen ejemplo de eso”

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La autonomía, que es una hermosa palabra de la gran tradición republicana y que quiere decir auto nomos, darse a uno mismo sus propias normas, reglas de acción y pensamiento, es una consigna con la que estoy absolutamente de acuerdo. Creo que vamos entendiendo, contra lo que la sociedad y las universidades creyeron durante mucho tiempo, que el Estado no tiene que ser un enemigo de la autonomía. Esto es algo que supieron los grandes pensadores republicanos, desde Aristóteles hasta Bernardo de Monteagudo, porque la República es la preocupación por la cosa pública, por el bienestar común, por el bien general, por el patrimonio colectivo, y los que se dicen a sí mismos republicanos en la Argentina, y suelen escribir sobre su republicanismo en los diarios de las élites argentinas, son los tipos históricamente más despreocupados por el bien común y por el Estado como garante y custodio de todo eso. Contra ese modo de pensar, yo siempre sostengo que el populismo y el republicanismo no tienen que estar en veredas enfrentadas porque los verdaderos republicanos en la Argentina somos nosotros, los populistas, porque ahí está la preocupación por la cosa pública y ahí reside también la tensión por la República. En los ‘80, a la salida de la dictadura militar, nuestra representación de la democracia estaba muy ligada a la recuperación de las libertades, que era lo que de manera más flagrante se nos había robado. Todas esas libertades con las que soñábamos en ese momento rigen plenamente y más que nunca en la Argentina actual. Nunca


ENTREVISTA - Eduardo Rinesi

hubo tanta libertad en el país y quizás por eso hoy la cuestión de las libertades no está en el centro de las preocupaciones pero sí la temática de los derechos. Hoy, cuando hablamos de democratización nos referimos a un proceso de ampliación y universalización de derechos y el derecho a la educación, que va alcanzando a cada vez más personas, es un buen ejemplo de eso. En la medida en que nos vamos desprendiendo de ese anti-estatalismo característico de la salida de las dictaduras y de los procesos más autoritarios, vamos entendiendo que los principales enemigos de la autonomía no están en el Estado. Por el contrario, éste puede ser el garante de nuestra autonomía, que es lo que pensó siempre la gran tradición republicana. ¡Qué hubieran dicho Cicerón, Aristóteles o Hegel frente al planteo de que uno es libre y autónomo fuera del Estado! Como decía Mariano Moreno, solo en la polis y en la esclavitud de las leyes se es libre, fuera de la polis se es una bestia o se es un Dios. La libertad y los derechos suponen al Estado. La autonomía requiere al Estado y a mí me preocupa mucho la autonomía universitaria, pero cuando temo por ella es cuando paso por cualquier facultad de Medicina y veo grandes carteles anunciando congresos o encuentros sobre distintos temas, financiados y organizados por la Roche Corporation, The David Foundation, etcétera. Ahí hay una pérdida de autonomía, de la capacidad de pensar por nosotros mismos, porque esos tipos les están diciendo a nuestros estudiantes y a nuestros graduados cómo pensar, qué recetar. El Estado, en cambio, hace 25 años que nos crea las condiciones para estudiar. Podemos investigar las cosas que nos interesan y pensar con la más absoluta libertad justamente

porque está el Estado y el modelo de Estado democrático y republicano que queremos. Después de mucho tiempo nos vamos amigando con un Estado del que, por justas razones, recelamos en otro momento. Sería muy necio no advertir que el cambio de signo, de funcionamiento y de modalidades del Estado, hacen que hoy este Estado sea el garante de nuestras libertades, derechos y autonomía. Como docentes y como universidades, tenemos que hacer dos cosas más: la primera es contribuir, a través de nuestra enseñanza, investigación y nuestras interacciones, con la comunidad, con el territorio, con las organizaciones sociales, culturales, religiosas, para promover el desarrollo en el sentido más amplio posible. Aquellos jóvenes que hace algunos años nos imaginábamos que solo iban a llegar a nuestras casas de estudio con cursos de extensión, hoy son nuestros estudiantes, y eso cambia todo. Los sectores populares ya no están afuera de la universidad, ahora están adentro, y eso nos hace redefinir todos los conceptos porque la meta es que el territorio entre a la universidad, para dialogar con la sociedad. En esa línea, estamos implementando un consejo asesor consultivo integrado por los representantes de las organizaciones sociales del territorio para empezar a pensar la universidad en un sentido amplio. Por otro lado, tenemos que intervenir en los grandes debates colectivos. Las universidades tienen personas muy preparadas que deben intervenir en la sociedad y discutir con los populistas conservadores que, por ejemplo, sin haber hecho el esfuerzo de leer el anteproyecto de Código Penal de la Nación que efectuaron numerosos expertos, salen ante cualquier cámara de televisión a decir barbaridades sobre el tema. En relación con ese an-

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teproyecto, me puso muy contento que el Ministro Julio Alak nos haya reunido a todos los rectores de las universidades públicas en la Facultad de Derecho con los miembros de la comisión que trabajó en este anteproyecto para explicarnos el trabajo que habían hecho y que nos dijeran: “Tienen 90 días para discutir este documento con especialistas y traernos recomendaciones para mejorarlo”. Me parece que esa estrategia no solo es interesante como técnica legislativa -ya utilizada por este gobierno para el debate sobre la Ley de Medios, sino que es también una función importante de las universidades que puede contribuir al hecho de que los debates públicos sean mejores. Hay que discutir los grandes asuntos, energéticos, ambientales, de modelos productivos, sobre bioética, etcétera. Tenemos

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que encontrar el lenguaje y los formatos para que eso salga de un modo creativo y así elevar los debates. ¿Cómo ve usted la relación entre política y universidad? Desde luego que es muy importante la política en la universidad y que la universidad esté politizada; venimos a la universidad a estudiar y a hacer política porque no concebimos una cosa sin la otra, porque son dos caras de la misma moneda. Estudiar es hacer política. Por otro lado, este es un momento de fuerte receptividad de las universidades hacia la intervención activa del Estado, se reciben todo tipo de demandas y propuestas como nunca antes en la historia de la Argentina. Néstor Kirchner


ENTREVISTA - Eduardo Rinesi

“Nunca ha habido una participación tan fuerte de la universidad y de los universitarios en la definición de políticas públicas y en la conformación de los equipos de los ministerios”

decía que las universidades tienen que ser nuestras consultoras. Cuando el gobierno nacional o cualquiera de sus ministerios tienen una duda, cuentan con las universidades. Nosotros evaluamos el Conectar Igualdad, la Asignación Universal por Hijo, el sistema de escuelas secundarias de todo el país. Es decir, las universidades están trabajando con y para el Estado con absoluta independencia de criterio, con absoluta autonomía y libertad para decir lo que quieren, pero al servicio del Estado que nos financia. Me parece que nunca ha habido una participación tan fuerte de la universidad y de los universitarios en la definición de políticas públicas y en la conformación de los equipos de los ministerios. Es muy interesante revisar la composición del gabinete actual en la Argentina, y ver que está mayoritariamente integrado por universitarios. Hay una fuerte universatización de la política en sus más altos niveles, lo cual abre una interesante posibilidad y nos marca, como instituciones educativas, una responsabilidad muy decisiva.

Eduardo Rinesi Politólogo y educador. Integra el directorio de la AFSCA desde mayo pasado y fue rector de la Universidad Nacional de General Sarmiento de la provincia de Buenos Aires hasta ese momento, donde también dirigió, entre 2002 y 2010, el Instituto del Desarrollo Humano. Es docente de Sociología en el Colegio Nacional de Buenos Aires desde hace más de 20 años. Licenciado en Ciencias Políticas en la Universidad Nacional de Rosario, es magíster en Ciencias Sociales por FLACSO y Doctor en Filosofía por la Universidad de São Paulo. Ha publicado numerosos libros y artículos sobre política y cultura.


“Formar para la soberanía cognitiva, desplegar todos los aspectos de la personalidad y educar gobernantes y productores libres son elementos que, muy resumidamente, deben aportar a una pedagogía emancipadora latinoamericana”

Ilustración: Pablo De Bella


ESCRITOS | Una pedagogía emancipadora para Nuestra América - Pablo Imen

Pablo Imen es pedagogo, graduado en Ciencias de la Educación. Dirige la Fundación IDELCOOP, que se dedica a la gestión para el fortalecimiento de las organizaciones cooperativas y de la economía social y solidaria. Es, además, investigador de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Secretario de Investigaciones del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, Coordinador de la Expedición Pedagógica Simón Rodríguez y militante del Movimiento Pedagógico Latinoamericano.

Una pedagogía emancipadora para Nuestra América Pablo Imen El siglo XIX fue un siglo de grandes sueños y realizaciones. También el prólogo de derrotas -algunas trágicas- así como el anuncio de otros futuros deseables y posibles. En Europa, Marx informaba que un fantasma –el del comunismo- advertía, sin medias tintas, que el sistema capitalista estaba históricamente condenado. La entonces denominada América española emprendía sin desmayo una gesta emancipadora. Precisemos: en nuestra lectura de la historia ha sido la Revolución de Haití la que inauguró la gran empresa de nuestra independencia originaria como proyecto colectivo1. En 1791 la más próspera colonia francesa iniciaba un movimiento de significación y alcance tan profundos que jamás serían perdonados por los poderes imperiales. En el marco de la naciente Revolución Francesa, en que la metrópolis agitaba las banderas de libertad, igualdad y fraternidad, se libraba una

inédita e impensable insurrección en su seno que culminó en 1804 con una Constitución que proclamaba en su artículo 14° que todos los ciudadanos de Haití serían denominados negros. Los afrodescendientes que regaron con su sangre el proceso libertador en la isla, pusieron el nombre de Haití a la naciente república en homenaje a los originarios que fueron exterminados en el “proceso civilizatorio” de la España realista primero y de la Francia monárquica más tarde. Esos mismos insurgentes haitianos apoyaron a Bolívar en la campaña emancipadora ofreciendo hombres, armas y dinero con la condición de que donde triunfara la revolución se declarara el fin de la esclavitud. Esa es la marca de origen de Nuestra América, toda una lección histórica, una verdadera pedagogía de la emancipación. Nuestro camino, en aquel contexto, transitó lejos de la independencia de EE.UU. y, con ella, nos alejamos y denunciamos las poste-

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riores evoluciones de ese país –autoproclamado como Pueblo Elegido- en dirección a una suerte de “anexionismo panamericanista”. Muy tempranamente, en 1823, Estados Unidos declaró a través de Monroe la célebre sentencia: “América para los (norte)Americanos”, que Bolívar denunció de modo clarividente poco después cuando le afirmó en una misiva a Patricio Campbell, encargado de Negocios de EE.UU., que «Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad». El texto está fechado en agosto de 1829. También Simón Rodríguez advirtió que “la sabiduría de Europa y la prosperidad de Estados Unidos son dos enemigos de la libertad de pensar en América.” Esos llamados a la independencia, a la autonomía, a sociedades plenas de justicia fueron desoídos durante doscientos años por la mayoría de los gobiernos –dictatoriales o electos democráticamente- de la región. Casi dos siglos después se retoma el proyecto interrumpido de Patria Grande. Hoy los pueblos y sus gobiernos cuestionan y revisan, para superar definitivamente, aquel proyecto de pequeñas repúblicas confrontadas entre sí y sometidas a los poderes imperiales metropolitanos. Y visto a doscientos años, el siglo XXI resulta un escenario donde circulan otros espectros –parecidos y diferentes- a los que vislumbró Marx en Europa hace 166 en su Manifiesto Comunista. En la región resurgen hoy, en promisorios inicios de este siglo XXI, las apuestas de Bolívar, San Martín, Artigas, Bartolina Sisa, Juana Azurduy, Manuelita Sáenz. Y detrás de ellas y ellos Pueblos y Repúblicas que reavivan el gran sueño nacional que adquiere, hoy, nue-

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vas perspectivas. Este momento del proceso histórico largo2 fue abierto con el triunfo de Hugo Rafael Chávez Frías en 1998. Cierto es que esta etapa “institucional” de la lucha por la segunda emancipación nuestroamericana se asienta en la acción rebelde y resistente de los movimientos sociales que en muchos países encontraron un cauce político e institucional. Pero nada de esto puede comprenderse sin la persistente práctica de oposición y proposición que fueron desplegando las mayorías sociales frente a la predominancia de la entonces denominada Nueva Derecha. Así, la región vivió bajo la hegemonía neoliberal-conservadora desde mediados de los setenta hasta fines de los noventa, coyuntura que, como advertimos, abrió un nuevo tiempo latinoamericano y caribeño. Por vía electoral se fueron instalando gobiernos que, como nunca antes, se parecieron a sus pueblos. Brasil, Uruguay, Argentina, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Paraguay, El Salvador, se convirtieron en actores de una nueva realidad en proceso: la renovada reconstrucción por la unidad de Nuestra América. La unidad tiene expresiones concretas y también desarrollos complejos. La sepultura del ALCA en 2005 (Mar del Plata); la reformulación y ampliación del MERCOSUR; la creación de UNASUR, CELAC, ALBA; el ensayo del Banco del Sur, constituyen marcas de una construcción inconclusa que ha permitido a nuestra región sostener posiciones de autonomía desde una posición de soberanía colectiva. Frente a estas novedades, la derecha continental siempre estimulada por EE.UU. y sus fracciones monroístas más acendradas, de sus grupos más conservadores3, dentro y


ESCRITOS | Una pedagogía emancipadora para Nuestra América - Pablo Imen

fuera del Estado, impulsaron la creación de la Alianza del Pacífico como contrapeso de las demás iniciativas progresistas y transformadoras a favor de los intereses de los pueblos. La construcción de este proyecto de unidad tiene sus rasgos contradictorios: el hecho de que haya diversidad de proyectos nacionales en curso –que van desde los que sostienen políticas neoliberal-conservadoras a los que asumen el desafío de construir el socialismo del siglo XXI- convierten en un verdadero desafío el proceso de integración. Si el primer punto del programa emancipador del siglo XXI es la construcción de la Patria Grande, el segundo es la superación definitiva del neoliberal-conservadurismo y el avance, hasta donde sea posible, de nuevas formas de organización social que establezcan sociedades igualitarias, profundamente democráticas, formadoras de hombres y mujeres libres, solidarios, capaces de construir un proyecto común de presente y de futuro. En este marco cobra sentido la discusión (y la creación) de una pedagogía emancipadora nuestroamericana. Si las apuestas colectivas avanzan a un orden social fundado en la justicia, dicha organización requerirá un proyecto político educativo congruente, descolonizador, emancipatorio, diverso. ¿Dónde iremos –se preguntaba Simón Rodríguez- a buscar modelos? El “inventamos o erramos” que proponía en el siglo XIX tiene plena validez. Pero esa invención no parte de cero, reconoce un acervo de pedagogías y pedagogos que han sentado las bases de una pedagogía nuestroamericana. Simón Rodríguez, José Martí, Pedro Figari, la Escuela Rural Mexicana y José Vasconcelos, Florencia Fossatti, Luis Iglesias, Jesualdo Sosa, las hermanas Olga y Leticia Cossetini,

Paulo Freire, constituyen fuentes en las que abrevar para construir una pedagogía propia, sin negar los valiosos aportes que puedan incorporarse desde otras latitudes. 4 Llegados a este punto nos planteamos dos interrogantes. En primer lugar, ¿para qué educación debiéramos consultar a nuestros antecesores? En segundo término, ¿en qué fuentes abrevar para construir esa pedagogía adecuada a los desafíos de Nuestra América en este esperanzado siglo XXI? Este planteo y estas preguntas no son abstractas sino que responden a muy concretas condiciones históricas heredadas del último cuarto del siglo XX. El neoliberal-conservadurismo ha sido un proyecto civilizatorio integral que tuvo su propuesta de política pública y de política educativa. Estas propuestas fueron aplicadas con tenacidad durante décadas con sus efectos devastadores. Nunca hubo tanta injusticia, tanta exclusión y tanta desigualdad (tras la ruptura colonial y el inicio de las realidades neocoloniales), como en la transición del siglo XX al XXI. Es desde esta realidad histórico-política concreta que resulta imperioso pensar una respuesta. ¿Qué Educación Emancipadora? El neoliberalismo ha exacerbado un proyecto político educativo que, hasta hoy, goza de enorme consenso no solo en el mundo capitalista desarrollado sino inclusive entre muchos de nuestros gobiernos populares. Ocurre la paradoja de que mientras la ortodoxia de los economistas ha sido desalojada de las casas de gobierno, muchos tecnócratas educativos gozan de prestigio y escucha entre presidentes y ministros de indudable compromiso igualitario y democrático. Paradojas del mo-

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mento histórico -y desafío esencial de la batalla de ideas en el campo educativo- prima la idea de que la “calidad educativa” es equivalente a buenos resultados de operativos estandarizados de evaluación de conocimientos elaborados por tecnoexpertos, traducidos por manuales, operativizados por docentes (aplicadores de esos paquetes pedagógicos) absorbidos por “alumnos” (traducido como “sin luz” del griego a-luminis) y medidos por el Ministerio de Educación que se convierte en un Tribunal cuya función es esencialmente la vigilancia y la adecuada rotulación de ganadores y perdedores a partir del rendimiento en dichos exámenes. Ese modelo pedagógico supone un tipo de relación pedagógica enajenada: conocimientos que son vividos por los estudiantes como lejanos, sin anclaje en sus propias necesidades y demandas y, para peor, amenazantes de su continuidad escolar. Para los trabajadores de la educación se convierten en verdaderos yugos que no solo dicen lo que los “alumnos” deben aprender sino lo que los docentes deben enseñar, y cómo hacerlo. Esta idea de evaluación como sinónimo de examen y acreditación supone al mismo tiempo una escisión entre la educación y la vida, entre teoría y práctica, una subordinación de lo pedagógico a lo burocrático, un estímulo a la idea de aprendizaje como mera repetición, la aceptación de un tipo de vínculo y regla basada en la competencia y el rendimiento sin atender a los procesos. En suma: una combinación trágica de autoritarismo, mercantilismo y tecnocracia.5 Una recorrida por la política educativa de Chile o de la propia Ciudad de Buenos Aires puede dar acabada cuenta de estos proyectos que existen no como promesas sino como duras realidades. Las prue-

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bas del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes –PISA por su denominación en inglés- constituyen un dispositivo ejemplar del modelo que se está proponiendo como parámetro universal de esta pedagogía de la opresión, la desigualdad, la enajenación y la injusticia. Frente a este modelo es preciso entonces oponer una alternativa pedagógica contrahegemónica. Formar para la soberanía cognitiva (entendida como capacidad de pensar con cabeza propia); desplegar todos los aspectos de la personalidad (saber pensar, saber decir, saber sentir, saber hacer, saber convivir); educar gobernantes y productores libres son elementos que, muy resumidamente, deben aportar a una pedagogía emancipadora latinoamericana. Estas definiciones no son invenciones de escritorio, sino, más bien, la conclusión que se desprende de un análisis que mira la perspectiva histórica nuestroamericana y las necesidades de formación para un proyecto colectivo de dignidad, soberanía y justicia. Una primera dimensión política de la educación es su aporte a la construcción de un cierto modelo de ciudadanía, de democracia, de lo público. Los procesos nacionales más transformadores apuntan a una expansión sostenida de la democracia a todos los resquicios de la vida social. La esfera institucional pero también la de la producción y distribución de riquezas llegando al ámbito más íntimo de las relaciones familiares. Una democracia integral que haga de cada sujeto un gobernante de sí mismo y un activo constructor de una sociedad emancipada e igualitaria. Una segunda dimensión política es el vínculo de la educación con el trabajo. Las alter-


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Mural colectivo realizado por Adrián “El Pájaro” Carreira en Plaza Pietrobelli - Comodoro Rivadavia. Pcia. de Chubut. CAMPAÑA QUE FLOREZCAN MIL MURALES DE LA ESCUELA SUPERIOR DE GOBIERNO.

nativas de la educación neoliberal aspiran a la formación de sujetos ideológicamente dóciles y con competencias prácticas para elevar su productividad como fuerza creadora de riqueza. O, como alternativa funcional a un orden competitivo e injusto, variantes orientadas a la formación de “emprendedores” a través de programas como Junior Achievement6, u otras puestas de manifiesto en la voz de funcionarios de la educación que impulsan proyectos neoliberales, como el caso de Mauricio Macri en la Ciudad de Buenos Aires.7 Frente a esta propuesta hay otras concepciones que cuestionan lo que la perspectiva neoliberal naturaliza (y aquello que oculta): que la producción, distribución y apropiación de riqueza no es un proceso “naturalmente” fundado en relaciones de explotación, domi-

nio y desigualdad sino que es materia de debate y de combate. Qué se produce, para qué y cómo constituyen8 aspectos que ameritan esclarecerse. No es lo mismo transformar la naturaleza a través del esfuerzo humano para satisfacer necesidades que promover una explotación sin límites del medio ambiente para asegurar la acumulación capitalista. No es similar organizar democráticamente la producción de la riqueza que someterla a la tiranía del capital sobre los trabajadores; ni es igual todo modelo de desarrollo económico y social. Las dimensiones de la formación del ser humano como productores libres y ciudadanos-gobernantes es una opción política. Y también lo es su alternativa antagónica: la formación de ciudadanos conformistas, trabaja-

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dores enajenados y consumistas seriales. También hay una dimensión en torno a la cultura y los conocimientos que deben tener lugar en la institución escolar. Mientras la escuela tradicional reduce la actividad cognitiva legítima a una versión lineal y reduccionista del conocimiento científico, una educación distinta contempla, primero, una visión crítica del conocimiento científico, promueve su comprensión situada y ensaya modos de imbricación de dicho conocimiento con el interés, necesidades y demandas de educandos y educadores. Segundo, amplía el campo de los saberes legítimos, incorporando otras perspectivas, saberes que integran el acervo de la vida comunitaria. Tercero, se amplía el campo de cosas que deben aprenderse, se involucran las dimensiones éticas, expresivas, productivas subvirtiendo la perspectiva unilateral, teoricista, jerárquica de la educación capitalista y proponiendo una nueva educación, fundada en una lógica distinta: formar hombres y mujeres libres, íntegros e integrales, para un proyecto colectivo fundado en la justicia. Ahora, estas palabras dibujan un modelo deseable y plausible de educación (emancipadora) que reconoce las marcas del pasado y la existencia de elementos fragmentarios disueltos hoy en muchas prácticas pedagógicas y dinámicas institucionales. Es preciso reconocer un largo período de investigación-acción, sistematización, formación; comunicación y organización que oriente el esfuerzo individual y colectivo hacia ese proyecto pedagógico que reivindicamos. Se trata de un arduo proceso creador, que podríamos denominar “pedagogía de la transición”. La tozuda decisión de sostener el paso asume los tiempos, los errores, los límites a expandir en el

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trabajo de parto. Si hacia aquí marchamos, la pregunta que sigue nos conduce a las fuentes en las que abrevar para avanzar en este proceso creador. ¿De dónde surgirá esta pedagogía emancipadora? La creación de esta pedagogía reconoce diversas fuentes, que deben complementarse y articularse. En primer lugar, el rescate crítico y actualizado del acumulado pedagógico emergente de nuestra propia historia y la de todos los pueblos del mundo. El inventario, necesariamente, debe comenzar por nuestras propias experiencias. No se espera, claro está, que Simón Rodríguez tenga todas las respuestas para la educación que necesitamos en este contexto de segunda emancipación americana. Pero resulta imperioso conocer su visión, su práctica, sus sueños porque constituyen asignaturas pendientes y porque muchos de sus aportes tienen una indudable vigencia.9 Un segundo e imprescindible elemento es la sistematización de la práctica de los actuales docentes: no hay posibilidad de construir ningún proyecto pedagógico – y menos de inspiración emancipadora- si no es con la activa intervención consciente de los colectivos laborales docentes en diálogo con las comunidades donde las instituciones educativas hacen vida. Se trata de construir una práctica pedagógica reflexiva, con docentes investigadores que construyan conocimiento sobre su práctica y que produzcan nuevas conceptualizaciones que profundicen la imbricación de teoría y práctica. Docentes que pongan en diálogo múltiples culturas, que generen nuevo


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conocimiento y que en ese proceso se produzcan nuevas propuestas pedagógicas. Con ello resulta fundamental desplegar tanto estrategias comunicacionales10 como organizativas. La reciente creación del Movimiento Pedagógico Latinoamericano va en esa dirección. Resulta claro que estas características que proponemos para los y las docentes son hoy realidades parciales: la “pedagogía de la transición” que mencionamos arriba lo es en varios sentidos. Primero, ya vimos, porque ese proyecto pedagógico (pendiente y en construcción) solo existe hoy de manera difusa, fragmenataria. Segundo, porque el propio colectivo laboral docente es un verdadero territorio de disputa. Muchos trabajadores y trabajadores de la educación generan prácticas democráticas, solidarias, de inspiración emancipadoras. Muchos otros y otras, por el contrario, reproducen relaciones fundadas en la lógica excluyente de la escuela liberal o de la educación neoliberal. Lo cierto es que los dispositivos sistémicos tanto habilitan prácticas fundadas en la justicia como en la injusticia y ese hecho revela la complejidad de la batalla y la construcción. Se trata, así, de trabajar con la subjetividad de los y las docentes, pero también de operar sobre las políticas educativas subvirtiendo aquellos dispositivos, estructuras, dinámicas, vínculos, procesos y resultados reproductores de la desigualdad educativa. Tercero, el involucramiento de las mayorías populares, sus organizaciones y las comunidades territoriales donde las instituciones hacen vida resulta un apoyo insustituible para avanzar en el cambio profundo de la educación pública. Se verá, entonces, la magnitud de un desafío complejo, prolongado y sin ningún éxito asegurado de antemano.

Herencias y porvenires Nuestros pedagogos han dejado una marca indeleble en las tradiciones democráticas y emancipadoras de la América, al menos desde Simón Rodríguez en adelante. No es posible resumir en breves líneas todo ese acervo con los que de manera imperiosa hay que contar como punto de partida de esta construcción colectiva: una educación emancipadora, un Movimiento Pedagógico Latinoamericano en una Patria Grande que construye un orden social, económico, cultural y pedagógico descolonializado y de plena justicia. Simón Rodríguez defendía una educación pública y popular: “El único medio de establecer la buena inteligencia es que TODOS PIENSEN en el bien común y que este bien común es la REPÚBLICA. Sin Conocimientos el hombre no sale de la esfera de los BRUTOS y sin conocimientos sociales es ESCLAVO. El que manda pueblos en este estado se embrutece con ellos. En creer que Gobierna porque Manda prueba ya que piensa POCO. En sostener que solo por la ciega obediencia subsiste el Gobierno prueba que YA NO PIENSA. (...) Los Conocimientos son PROPIEDAD PÚBLICA”11 El Estado debía asumir una responsabilidad indelegable: “Asuma el GOBIERNO las funciones de PADRE COMÚN en la educación, GENERALICE la instrucción y el arte social progresará, como progresan todas las artes que se cultivan con esmero.”12 Y esa definición se acompañaba con una aguda crítica a la noción de educación como mercancía: “Hacer NEGOCIO con la EDUCACIÓN es... diga cada Lector todo lo malo que pueda, todavía le quedará mucho por decir.”13

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América), está bueno; pero no es bastante: Ideas! , Ideas! Primero que Letras. La Sabiduría de Europa y la prosperidad de los Estados-Unidos son dos enemigos de la Libertad de pensar, en América. Enseñen, enseñen: repítaseles mil veces: enseñen.”15 ¿Para qué educar? Diría José Martí: “Educar es depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha antecedido. Es hacer a cada hombre resumen del mundo viviente, hasta el día en que vive. Es ponerlo al nivel de su tiempo, para que flote sobre él, y no dejarlo debajo de su n: ió c a tiempo, con lo que no podrá salir a Ilust r flote. Es preparar al hombre para la vida.”16 Estos maestros y maestras, sus ideas, sus Su idea era una educación omnilateral: apuestas, sus sueños, han trascendido en el “Piénsese en las cualidades que constituyen tiempo. Hoy perviven y se prolongan en la Sociabilidad, y se verá que, los hombres prácticas que, de manera colectiva o deben prepararse al goce de la ciudadanía individual, florecen aquí y allá en nuestras con cuatro especies de conocimiento: por escuelas públicas. Son retomadas, recreadas consiguiente, que han de recibir cuatro y se van organizando alrededor del especies de instrucción en la primera y Movimiento Pedagógico Latinoamericano en segunda edad. Instrucción social, para hacer construcción. una nación prudente. Instrucción corporal, Queremos cerrar con el testimonio de un para hacerla fuerte. Instrucción técnica, para maestro que se reconoce discípulo de Luis hacerla experta. Instrucción científica, para Iglesias, y que escribió un texto de enorme hacerla pensadora..”.14 profundidad y belleza: “Diario de Ruta”. La soberanía cognitiva y la Cuando se pregunta para qué hay que edudescolonialización de la educación car asumiendo la injusticia del actual orden nuesetroamericana aparecía en estas de cosas, responde con el derecho de ensenotables definiciones: “No será ciudadano el ñar a soñar y a luchar. Horacio Cárdenas que para el año de tantos no sepa leer y cuenta que en el pizarrón dibuja cada día un escribir (han dicho los Congresos de gatito que va reflejando el día. Se lo dibuja

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con paraguas cuando llueve, con anteojos para el sol, con bufanda cuando hace frío. “Hoy se nos ocurre pintarle una almohada, porque reina un silencio parecido al sopor. De ese letargo surge la voz de Melisa que comenta: ¡Ah, ese gatito es remillonario! ¿Por qué?- le pregunto perplejo Porque tiene almohada Y sentimos el puñal despiadado de la injusticia, sin anestesia. Las almohadas son lujo en la vida de Melisa, joyas añoradas para Ivana, bienes preciados en los que tal vez algún día descansará Agustín. Si estos pibes sueñan mucho, aunque sea sin almohadas, puede ser que algún día la consigan.” 17 Horacio –como tantos otros- construye y disputa, cuestiona y se pregunta, y ensaya y crea: “Como nos preocupa la enseñanza, pensamos el aprendizaje. Si consideramos que aprender es atajar pelotazos que manda el mundo, entonces practicamos penales. Si pensamos que es jugar al ‘cerebro mágico’ hasta que suene la luz roja, entonces regalamos pescaditos por el triunfo. En cambio, si sabemos que aprender es construir creando, entonces procuramos que la escuela sea un taller de trabajo e intercambio, una comunidad alegre donde nos encontramos con la realidad para conocerla y transformarla.”18 En esa gigantesca batalla cultural, política y pedagógica nos encuentra la actual coyuntura histórica mundial y nuestroamericana. Educar para la libertad, educar para la igualdad y educar para la justicia son los horizontes que orientan nuestros pasos, desde el fondo de la historia a las esperanzas de un porvenir que venimos construyendo hace al menos 500 años.

“Las dimensiones de la formación del ser humano como productores libres y ciudadanos-gobernantes es una opción política. Y también lo es su alternativa antagónica, la formación de ciudadanos conformistas, trabajadores enajenados y consumistas seriales”

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REFERENCIAS

Podríamos señalar que hubo, desde luego, acciones anticipatorias como la fuerte resistencia de los Caribes en el siglo XVI o Tupac Amaru y Tupac Katari en 1781. 2 El inicio se plantea en términos institucionales, pues reconoce antecedentes mediatos (citados en nota al pie anterior) e inmediatos (como el Caracazo ocurrido en 1989 o la insurrección cívico-militar en 1992). 3 Nos referimos a aquellas fuerzas que promovieron las sucesivas oleadas de golpes de Estado que asolaron a la región a lo largo de todo el siglo XX. Los ejemplos abundan. 4 No contamos con el espacio para abordar el delicado tema de lo propio y lo ajeno… Nuestra América se reconoce como parte de la Humanidad, y quienes asumimos la identidad propia leemos con atención los innumerables aportes construidos en otras geografías con la misma pasión liberadora: la apuesta del anarquista Ferrer y Guardia con su Escuela Moderna; Makarenko, Lunacharsky y los ensayos de la pedagogía soviética o el cooperativismo en la escuela de Freinet consti1

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tuyen valiosas fuentes en las que abrevar para pensar y hacer una pedagogía propia. El propio Simón Rodríguez vivió veinte años en su exilio europeo, de donde extrajo indudables influencias para pensar y hacer su pedagogía. En suma, con la misma apertura con la que aprendemos de y compartimos con otras corrientes del mundo la búsqueda de esa educación liberadora, defendemos con todo derecho, tras siglos de colonialismo y neocolonialismo a ser nosotros mismos, a pensar un mundo más justo desde nuestra identidad latinoamericana y caribeña. La tensión queda por tanto informada y requiere una “vigilancia epistemológica permanente” para superar las viejas perspectivas neocoloniales o un nacionalismo miope y estrecho que nos empobrece. 5 Autoritario porque se aplica, como vimos, sin atender y aún en contra de las necesidades e intereses de docentes y estudiantes. Mercantilista porque se basa en una relación de competencia entre alumnos y entre docentes. Más aún, a su sombra crecen oportunida-

des de negocios como agencias de evaluación educativa y otras opciones rentables. Tecnocrática en cuanto reduce el acto educativo a la incorporación y medición de un conocimiento “científico” o “ cientificoide” cuya rigurosidad es materia de controversia. 6 Ver Imen, Pablo, “Junior Achievement o la pedagogía del capital”, publicado en Revista Realidad Económica N° 271, 1° de Octubre-15 de Noviembre de 2012. Disponible en Internet. 7 La directora de Planeamiento Educativo Porteño, Mercedes Miguel afirmó en INFOBAE, en edición del 29 de mayo de 2014, que “Estamos frente a un desafío muy grande que consiste en el emprendizaje; de generar tanto en docentes como en estudiantes, la capacidad de ser emprendedores”. 8 Parecidos y distintos debates y disputas ocurren en las esferas de la distribución/apropiación de la riqueza socialmente producida y privadamente apropiada. 9 En 1793 esto proponía Simón Rodríguez sobre el trabajo colectivo: “El día último


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de todos los meses deberán los maestros (…) presidiendo el director juntarse en la escuela principal, a tratar sobre lo que cada uno haya observado así en el método como en la economía de las escuelas; y según lo que resulte, y se determine, quedarán de acuerdo para lo que deban practicar al mes siguiente. A este efecto, se hará un libro foliado y rubricado por el director, y en él se escribirán todas las consultas y providencias que se dieran autorizándose con las firmas de todos. El encabezamiento de este libro debe ser La Nueva Construcción, régimen y método en las Escuelas, para tener un principio seguro en qué fundarse, y una noticia de las materias que deben tratarse.” (En Imen, P. “Educación Rodrigueana para el Siglo XXI, p. 51). 10 En el marco de contextos de fuerte ofensiva de la derecha neoliberal en su prédica contra la escuela pública resulta imprescindible – al paso de la creación de esa pedagogía emancipadora- dar a conocer las novedades que hacen a los avances de ese proyecto político educativo en proceso de creación. 11 Rodríguez, S. “O inventamos o erramos”, pgs. 91-92. En “1840. Luces y Virtudes Sociales”. 12 Rodríguez, S. “O inventa-

mos o erramos”, p. 60 En “1840. Luces y Virtudes Sociales”. 13 Rodríguez, S. “O inventa-mos o erramos”, pgs. 75. En “1840. Luces y Virtudes Sociales”. 14 Rodríguez, S. “O inventamos o erramos”, pgs. 68- 69. En “1840. Luces y Virtudes Sociales”. 15 Rodríguez, S. “O inventamos o erramos”, p. 63 En “1840. Luces y Virtudes Sociales”. 16 Martí, J. Ideario Pedagógico. En Escuela de Electricidad- “La América”, Nueva York, noviembre de 1883, OC.,T.8, pp. 281-284; p. 68. 17 Cárdenas, Horacio. Diario de Ruta. Enseñar y Aprender en Tiempos del Renacer Indoamericano, Ediciones Colihue, Colección Nuevos Caminos, Buenos Aires, 2013, p. 19. 18 Cárdenas, Horacio, Ob. Cit., p. 173.



POLÍTICAS PÚBLICAS | Programa Federal de Formación Política - Escuela Superior de Gobierno

Formar para transformar El Programa Federal de Formación Política es la principal propuesta de capacitación de la Escuela Superior de Gobierno que ya llegó a más de 3000 alumnos desde 2012. En esta nota, sus protagonistas nos cuentan de qué se trata, cuál es su objetivo central y quiénes son sus destinatarios.

“El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales” Bertold BRECHT (1898-1956)

En la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación existe un área a la que muchos no le han prestado atención. Ella fue testigo de feroces combates políticos e ideológicos: el neoliberalismo de los ‘90, las misiones diplomáticas de los Di Tella, los intercambios con Francia, las relaciones carnales con el Norte y muchas situaciones más en las que el país se encontraba de rodillas. De todo esto fue testigo la Escuela Superior de Gobierno (ESG) que desde 2012 tiene como responsable al Dr. Marcelo Koenig. ¿Cuál es su misión? Koenig lo resume así: “Nuestra vocación es transformar el sentido para el que estaba armada la Escuela a fin de crear un organismo que optimice la formación política en pos de mejorarle la vida a la gente”. Mediante el Programa Federal de Forma-

ción Política (PFFP), la ESG logró la mayor red de formación política del país. El Programa es un curso de modalidad presencial, que se desarrolla en aulas en distintos puntos de la Argentina y que son coordinadas por docentes de cada localidad. Se estructura en módulos con contenidos de historia, economía, metodología y pensamiento político e ideología. Para Rodrigo Franco, Coordinador del Programa, la propuesta de formación tiene tres objetivos fundamentales: “Aportar recursos materiales y teóricos para generar cuadros de gestión, cualificar la intervención política y estimular el desarrollo del potencial de nuestra población”. A la vez, “es una herramienta más para contribuir con la formación de aquellos que ejercen o tienen la intención de encaminar los poderes del Estado”, reafirma

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POLÍTICAS PÚBLICAS | Programa Federal de Formación Política - Escuela Superior de Gobierno

Koenig. En su opinión, hay dos cuestiones clave: “Formar para organizar, para ser parte de la construcción y fortalecimiento de la sociedad civil, de las organizaciones libres del Pueblo, y formar para gestionar, para aportar a las especificidades técnicas y políticas que hacen a la conducción del Estado Nacional”. El PFFP es parte de un conjunto más amplio de iniciativas que lleva adelante la ESG con el horizonte de acercar cada vez más a la sociedad a una democracia participativa. Encuentros regionales de discusión sobre políticas públicas, ciclos de debate, talleres en escuelas secundarias y un programa de muralismo colectivo son algunas de las otras propuestas que se impulsan desde el organismo. No obstante, el Programa Federal es el gran protagonista ya que, como afirma el coordinador académico de la Escuela, Fernando Gómez, “se trata de una propuesta pedagógica que busca que los alumnos se relacionen -quizás por primera vez- con la política, y también aspira a darle un sentido federal a los debates estratégicos que hacen a la vida social, política y económica de nuestro país. No sólo queremos plantear problemas, sino también aportar a la construcción de posibles soluciones en cada uno de los territorios donde se desarrollan las aulas”.

“El Programa aborda dos cuestiones clave: formar para organizar, para ser parte de la construcción y fortalecimiento de la sociedad civil, de las organizaciones libres del Pueblo, y formar para gestionar, para aportar a las especificidades técnicas y políticas que hacen a la conducción del Estado Nacional”

Dime cómo te formas… Sin duda, el alcance federal del Programa es uno de sus máximos valores: “Las aulas del programa son núcleos, células de esta experiencia que se reproduce en todo el país: desde Jujuy hasta Tierra del Fuego, y de Mendoza hasta Entre Ríos. El intercambio permanente entre los diversos actores participantes enriquece y potencia cada uno de los espacios y fortalece el carácter federal de la experiencia”, sostiene Franco. Por ese motivo, los materiales de capacitación,

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“Las aulas del programa son núcleos, células de esta experiencia que se reproduce en todo el país. El intercambio permanente entre los diversos actores participantes enriquece y potencia cada uno de los espacios y fortalece el carácter federal de la experiencia”

elaborados ad-hoc como parte del proceso de trabajo, debían estar a la altura de las circunstancias y su producción demandó tiempo y esfuerzo: “Desde un principio nos planteamos que los módulos de trabajo no debían tener las características de los manuales tradicionales sino que tenían que ser elaborados a partir de ese otro con el que nos encontraríamos en cada territorio. Esto implicaba pararse desde la comprensión de la diversidad y atender a sus necesidades, intereses, saberes, problemáticas y particularidades”, destaca el coordinador del área de Comunicación de la ESG, Claudio Bonelli. El registro temático que abarca la cursada es vasto, razón por la cual las clases se estructuran en un esquema anual y la totalidad de la

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propuesta se desarrolla en un período de dos años. Desde los movimientos independentistas en el siglo XIX hasta la crisis de 2001 en la Argentina y el surgimiento posterior del kirchnerismo; desde la teoría del valor con los clásicos hasta el debate moderno sobre la inflación en los países emergentes; así de ambiciosos son los contenidos del Programa Federal. Los orígenes del Estado Nacional, las reformas rivadavianas, la generación del ’37, las campañas al desierto con Roca en los ’80, la Semana Trágica, el gobierno de Yrigoyen, la crisis de sobreacumulación del ’30, el modelo ISI, el primer Peronismo, la resistencia, el Peronismo en los ’70, la dictadura y otros capítulos de nuestra historia son atravesados transversalmente por un estudio, en líneas ge-


POLÍTICAS PÚBLICAS | Programa Federal de Formación Política - Escuela Superior de Gobierno

Formación de formadores

Enfoque pedagógico

Desde fines de 2012, la ESG viene preparando a los docentes del PFFP y fortaleciendo sus capacidades para coordinar las aulas. “Realizamos capacitaciones nacionales con docentes de todo el país, diferentes talleres y charlas, buscando una formación integral, en cuanto a los contenidos y a los modos de enfrentar el trabajo en el aula”, explica el Dr. Marcelo Koenig. Con ese objetivo, fueron convocados panelistas especializados en distintas temáticas, cuyos aportes sirvieron para profundizar contenidos específicos de los módulos de formación del Programa. Entre otros, participaron de los encuentros el economista y Vice Superintendente de Servicios de Seguros de la Nación, Santiago Fraschina, el pedagogo Néstor Borri, el pensador Ernesto Jauretche y el historiador Alberto Lettieri.

El Programa Federal de Formación Política, en tanto experiencia sistematizada, organizada, con forma y objetivos concretos, se encuadra dentro de los fundamentos de la Educación Popular, ya que propone: >> Una perspectiva política de la educación. >> La lectura crítica de la realidad social. >> Una contribución a la constitución de los sectores populares como protagonistas. >> La formación de conciencia crítica en los educandos. Además, la propuesta de capacitación se basa en cinco pilares: >> La síntesis de teoría y práctica. >> El aprendizaje desde lo vivencial. >> La construcción de un aprendizaje recíproco entre docentes y alumnos. >> El aprendizaje desde un trabajo conjunto y que tiene un interrogante como punto de partida.

El trabajo en taller En cuanto a la metodología para las aulas, la noción de aula-taller de Ander-Egg y los fundamentos de educación popular freireanos son los faros que guiaron la formación de los docentes y, luego, las actividades con los alumnos. El módulo metodológico es un material armado específicamente para los docentes que contiene algunos lineamientos sobre educación, propuestas pedagógicas y técnicas de participación. La dinámica de taller se implementa, aunque de diferentes maneras, en todas las aulas del país. Se trata de generar ámbitos de reflexión y espacios de producción, de forma cooperativa y colectiva. El rol de los docentes/coordinadores es clave para lograr la participación e involucramiento de los alumnos con los contenidos que se brindan. “Romper el hielo y generar confianza es fundamental para lograr el compromiso sostenido. Esta es una actividad larga que requiere responsabilidad, pero también hay que entusiasmar”, sostiene Omar Polanco, docente del aula de Ingeniero Budge en Lomas de Zamora.

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Escuela Superior de Gobierno La Escuela Superior de Gobierno es una dependencia de la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación que se dedica a capacitar a todos aquellos ciudadanos que aspiran a intervenir en la administración y gestión gubernamental, así como a los que tienen intenciones de participar en la actividad política Para este fin, desarrolla programas que buscan proporcionar estrategias de análisis para la gestión participativa y federal de políticas públicas y brinda herramientas para masificar el acceso al conocimiento y la participación ciudadana. Para cumplir con su misión, la Escuela persigue los siguientes objetivos: • Formar nuevas generaciones de líderes, dirigentes políticos, referentes y ciudadanos capaces de desarrollar un proyecto de gestión democrática e igualitaria. • Masificar el acceso de la población a las herramientas técnicas y teóricas que permitan la

formación de quienes deseen intervenir en la gestión gubernamental, desde una perspectiva federal y democrática. • Llegar a todas las provincias del país para potenciar las distintas ópticas y aprendizajes a partir del intercambio de experiencias y así enriquecer la visión federal desde donde se capacita a los futuros líderes. Dos grandes ejes orientan sus actividades: por un lado, la construcción de una política federal e inclusiva de formación que acerque la capacitación política y de gestión a todo el territorio nacional, y por otro, el fomento de debates abiertos sobre temas estratégicos del quehacer político, social y económico de la Argentina. En función de esas líneas directrices, la Escuela Superior de Gobierno lleva adelante, además de los ya mencionados Programa Federal de Formación Política y el ciclo Pensar la Patria, los siguientes programas y actividades:

ENCUENTROS DE POLÍTICAS PÚBLICAS Y PROTAGONISMO POPULAR Se trata de jornadas de discusión que buscan enriquecer la mirada sobre las políticas públicas desde las diversas experiencias de gestión en el Estado, y desde una mirada local, para reflexionar conjuntamente acerca de su rol como articulador social y garante del bienestar de los argentinos en los diferentes territorios de nuestro país. Cuenta con el aporte de referentes de diversas áreas como Educación, Trabajo, Derechos Humanos, Salud, Comunicación, Juventud, Economía, Previsión Social, Identidad e integración latinoamericana, entre otras. ESCUELA DE CIUDADANÍA Este programa busca fomentar y canalizar los intereses de los jóvenes en torno a los debates políticos para promover su involucramiento y protagonismo en los ámbitos político, social y cultural. A través de metodologías participativas, como el taller y el trabajo en comisiones, se organizan actividades sobre los siguientes temas: Voto Joven, Fortalecimiento de los Centros de Estudiantes, Derechos y Escuela secundaria, Género, Discriminación y Diversidad, Modelo de CELAC, Juventud y trabajo. ARTE Y COMPROMISO A través de distintas iniciativas, este programa busca generar ámbitos artísticos de compromiso político y ciudadano entendiendo que el arte tiene un vínculo estrecho con las problemáticas políticas, sociales y culturales de su contexto histórico y regional. Sus principales actividades son: la campaña “Que Florezcan Mil Murales”, que consiste en la realización de murales sobre distintos momentos históricos de nuestro país en todas las provincias de la Argentina, y la realización de una serie de micros audiovisuales sobre artistas y obras populares argentinas realizados en alianza con Canal Encuentro.


POLÍTICAS PÚBLICAS | Programa Federal de Formación Política - Escuela Superior de Gobierno

nerales, de los postulados de las distintas doctrinas económicas. Los neoliberales y su propensión al culto del “Dios Mercado” enfrentados a los lineamientos clásicos de la propuesta nacional-popular con un Estado robusto y el Estado de intervención ofensiva en la “rueda mágica” de la economía, son parte de los temas abordados a través de materiales diversos como los del GEENAP (Grupo de Estudios de Economía Nacional y Popular) o los del CEMOP (Centro de Estudios Económicos y Monitoreo de Políticas Públicas) de la Fundación Madres de Plaza de Mayo. Además, existe un módulo de pensamiento políitico e ideológico en el que se debate acerca de la noción de hegemonía del teórico italiano Antonio Gramsci, sobre la cuestión social y nacional tan discutida por los maestros Manuel Ugarte, Arturo Jauretche, Raúl Scalabrini Ortiz, John William Cooke, Jorge Abelardo Ramos y Norberto Galasso, entre otros. ¿Y por qué esquivar las polémicas de la actualidad? Desde la ESG interesa analizar cuál es el rol de las organizaciones políticas y sociales durante el transcurso de los años: en los ‘90, en la resistencia y en sus diferentes aspectos, la integración, el vínculo con el Estado y las nuevas formas de participación. Es por ello que a partir de diversos artículos se conjugan diferentes disparadores sobre la militancia y los valores políticos, como así también se plantean nociones básicas de conducción política –retomando conceptos expresados por Juan Domingo Perón-, que se materializan en el módulo de herramientas de análisis y discusión política. Este último material, reconocido por la mayoría de los docentes y alumnos como aquel que despierta más controversias y genera los más acalorados debates áulicos, in-

tenta ser la síntesis de esa dialéctica de teoría - práctica que atraviesa el abordaje del PFFP. Desde la Escuela, lo ven como un buen integrador y el módulo más próximo a la realidad cotidiana de todos los alumnos y docentes que pueblan las aulas federales del Programa. “Hacer un buen análisis de coyuntura, poder distinguir las formas de organización de las que se proveyó nuestro Pueblo en su experiencia histórica y discutir las múltiples utilidades de la actividad política, son algunas de las cosas que la militancia política actual, como la de siempre, debe forjar a la hora de encarar su práctica”, comenta Fernando Gómez. A futuro, según explica Koenig, la intención es continuar ampliando el temario: “Pensamos incorporar nuevos módulos que sirvan como disparador de nuevas discusiones y que, además, amplíen y profundicen los contenidos”. Entre otros, está previsto el desarrollo de los siguientes ejes: “Historia del movimiento obrero argentino”, “Breve historia de los movimientos populares en nuestro continente (Parte I y II)” y “Comunicación y Política”. “Tanto la formación y el desarrollo de nuestra clase trabajadora, como las experiencias de los movimientos populares en nuestra región en los últimos dos siglos y la relación de los medios de comunicación y la política a lo largo de nuestra historia, son áreas fundamentales. Creemos que en una buena experiencia de formación política estos temas no pueden ser excluidos de la currícula”, concluye Koenig. Con la satisfacción del camino ya recorrido, el Programa Federal de Formación Política tiene muchos desafíos por delante que se dispone a enfrentar con el mismo entusiasmo del primer día. Más aulas, más alumnos, más formación para seguir transformando.

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Las voces de los protagonistas

“Los aportes son muy significativos, sea para una persona que milita o no. Creo que después de conocer la Escuela te da ganas de moverte activamente por tu pueblo y es genial porque te abre una puerta que jamás hubiésemos abierto”. Alejandra Sosa (alumna). Campo Contreras, Santiago del Estero.

“Resalto la idea de contribuir a la formación de los alumnos considerándolos actores políticos dentro de un campo democrático. La realidad situada, las experiencias propias y por ende, los debates originados por cada uno, hacen del aula un espacio más plural. Salimos desde la construcción colectiva y desde nuestro rol protagónico como Pueblo que lucha, que siente, que piensa y que determina su destino”. Claudia Morales (docente). Campo Contreras, Santiago del Estero.

“Nosotros practicamos la teoría en la lucha cotidiana por las tierras de nuestros campesinos”. Susana Loto (alumna). Campo Contreras, Santiago del Estero.

“Pasar de opinar y emitir juicios políticos individuales a poder procesar cosas en conjunto, elaborar, reflexionar y hacer síntesis colectiva es algo que requiere de una práctica metódica y bien organizada. De ahí la necesidad del programa y su importancia”. Mariano Cittadino (docente). Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

“El trabajo de la Escuela Superior de Gobierno es muy importante, ya que pone en contrapunto esa educación que recibimos de chicos, donde nos quedaban dudas sobre personajes como Moreno o qué implicaba en la dictadura el término subversión”. Sabrina Cacciatore (alumna). General Rodríguez,Buenos Aires.


“Las capacitaciones de la Escuela de Gobierno nos suman mucho a nivel discursivo porque uno tiene la posibilidad de organizar ideas, de poder plantarse de manera distinta frente a un debate. Y creo que eso es fundamental cuando uno sale a la calle y se encuentra con diferentes miradas, en las antípodas de las nuestras, para tener mejores argumentos, sostener nuestras posturas y también para derribar mitos”. Juan Díaz (alumno). General Rodríguez, Buenos Aires.

“Lo que está logrando el aula es básicamente abrir un espacio novedoso de sociabilidad de los diferentes sectores políticos, más que nada juveniles. La cursada es tipo taller, obviamente con cierta rigurosidad y pedido de lectura y también se utilizan videos y otros recursos”. Pablo Bianchi (docente). General Rodríguez, Buenos Aires

“Esto sirve si corre de boca en boca, se expande, se multiplica con cada alumno que agarre la posta. Es necesario empezar a pensar cómo producir nuevas formas de escribir nuestra historia, de definir nuestra economía y sus programas, de aportar al mundo de las ideas y de entender cómo organizarnos mejor”. Omar Polanco (docente). Ing. Budge, Buenos Aires.

“Esta es una nueva forma de llegada del Estado a los territorios y un modo muy original de estimular la participación ciudadana. Pasar del ‘no te metas’ y de la farandulización de la política a estos desafíos es algo que todos los argentinos debemos valorar”. Juan Pablo Castillo (docente). Gualeguaychú, Entre Ríos.

“Es fundamental ampliar las convocatorias y profundizar los vínculos de estos programas con la sociedad para que no queden circunscriptos solamente al círculo de gente que participa en política”. Natalí Medina (docente). Paraná, Entre Ríos.

“La formación política es una manera de ver y entender mejor el mundo que queremos transformar a partir de la práctica que hemos elegido como práctica noble de vida que es la militancia”. Maxi Ledesma (docente). Morón, Buenos Aires.

“El Programa Federal nos permitió ampliar perspectivas y generar la pregunta en un momento donde el bombardeo mediático permanente lo que busca es ofrecerte la respuesta única y productos cerrados para no pensar ni criticar de más”. Fulvio Stanis (docente). Córdoba, Córdoba.





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