Los personajes populares arraigan en el imaginario colectivo con cimientos ideacionales un tanto diferentes a los que caracterizan la entronización de los protagonistas históricos. Las biografías de las figuras del pueblo crecen en extensión y colorido con suma facilidad, dado que pueden enriquecerse cotidianamente al amparo de la dinámica que caracteriza la comunicación oral y la socialización ayuna de formalidades.