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Ciudad

DAIANA FERRARO

Docente e investigadora de la Universidad de la República de Uruguay, magister en RRII, especialista en integración regional y Mercosur, licenciada en RRII y en Ciencia Política. Se ha desempeñado como Coordinadora de la Secretaría del Mercosur, Coordinadora alterna de Uruguay en el Mercosur, asesora de Mercociudades y asesora de las Centrales Sindicales del Cono Sur (CCSCS), entre otros.

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COOPERACIÓN DESCENTRALIZADA PARA EL DESARROLLO DE UN URBANISMO CON PERSPECTIVA DE GÉNERO INTERSECCIONAL: EL CASO DE SANTA FE Y ASUNCIÓN

por Municipalidad de la Ciudad de Santa Fe

COOPERACIÓN DESCENTRALIZADA PARA EL DESARROLLO DE UN URBANISMO CON PERSPECTIVA DE GÉNERO INTERSECCIONAL: EL CASO DE SANTA FE Y ASUNCIÓN

por Municipalidad de la Ciudad de Santa Fe

ABSTRACT

This article aims to describe the experience of paradiplomacy between the cities of Santa Fe and Asunción in the execution of the project “Women in the city: tools to reflect and design public space from an intersectional gender perspective”, in light of the conceptions of Decentralized Cooperation and South-South Cooperation, and understanding that it is an experience that contributes to the development and strengthening of the local public space agendas of both cities, by incorporating the intersectional gender perspective in the analysis, evaluation, planning, design and implementation of public policies for public space, to build fairer and more sustainable cities.

KEYWORDS: Local Governments - Decentralized Cooperation - South-South Cooperation - Gender Perspective - Public Space.

RESUMO

Este artigo tem como objetivo descrever a experiência de paradiplomacia entre as cidades de Santa Fe e Assunção na execução do projeto “Mulheres na cidade: ferramentas para refletir e projetar o espaço público a partir de uma perspectiva interseccional de gênero”, à luz das concepções de Cooperação Descentralizada e Cooperação Sul-Sul, e entendendo que é uma experiência que contribui para o desenvolvimento e fortalecimento das agendas do espaço público local de ambas as cidades, ao incorporar a perspectiva interseccional de gênero na análise, avaliação, planejamento, desenho e implementação de políticas para o espaço público, para construir cidades mais justas e sustentáveis.

PALAVRAS-CHAVE: Governos Locais - Cooperação Descentralizada - Cooperação Sul-Sul - Perspectiva de Gênero - Espaço Público.

COOPERACIÓN DESCENTRALIZADA PARA EL DESARROLLO DE UN URBANISMO CON PERSPECTIVA DE GÉNERO INTERSECCIONAL: EL CASO DE SANTA FE Y ASUNCIÓN

RESUMEN

por Municipalidad de la Ciudad de Santa Fe

El presente trabajo pretende describir la experiencia de paradiplomacia entre las ciudades de Santa Fe y Asunción en la ejecución del proyecto “Mujeres en la ciudad: herramientas para reflexionar y diseñar el espacio público desde una perspectiva de género interseccional”, a la luz de las concepciones actuales de Cooperación Descentralizada y Cooperación Sur Sur, y entendiendo que se trata de una experiencia que contribuye al desarrollo y fortalecimiento de las agendas locales de espacio público de ambas ciudades, al incorporar la perspectiva de género interseccional en el análisis, evaluación, planificación, diseño y ejecución de políticas públicas de espacio público, para construir ciudades más justas y sostenibles.

PALABRAS CLAVE: Gobiernos Locales – Cooperación Descentralizada – Cooperación Sur-Sur – Perspectiva de Género – Espacio Público.

INTRODUCCIÓN

Los problemas y las vulnerabilidades sociales encuentran una especial manifestación en las formas y usos que asume el espacio público y la forma en la que se planifican y construyen las ciudades. El orden urbano resultante de las grandes transformaciones urbanas marcadas por la segregación y la desigualdad social que caracterizaron a América Latina en las últimas décadas, no considera el uso diferencial que mujeres, hombres y disidencias hacen de la ciudad. En otras palabras, la ausencia de planificación urbana sensible a la equidad de género ha generado que el espacio urbano realce la discriminación y restrinja derechos y el acceso a servicios.

A partir del reconocimiento de éstas lógicas de organización del espacio público y urbano, en el año 2020, las ciudades de Santa Fe y Asunción se asociaron con el interés común de contribuir en la incorporación de la perspectiva de género interseccional e inclusión en el diseño de políticas públicas y proyectos de espacio público y desarrollo urbano, haciendo especial énfasis en la sensibilización y capacitación de los funcionarios públicos de ambas ciudades, en un proyecto que se ejecutaría durante todo el 2021.

El presente trabajo pretende describir la experiencia de paradiplomacia entre las ciudades de Santa Fe y Asunción en la ejecución del proyecto “Mujeres en la ciudad: herramientas para reflexionar y diseñar el espacio público desde una perspectiva de género interseccional”, en el marco del Programa de Cooperación Sur-Sur de Mercociudades, a la luz de las concepciones actuales de Cooperación Descentralizada y Cooperación Sur Sur, y entendiendo que se trata de una experiencia o que contribuye al desarrollo y fortalecimiento de las agendas locales de espacio público de ambas ciudades, al incorporar la perspectiva de género interseccional en el análisis, evaluación, planificación, diseño y ejecución de políticas públicas de espacio público, para construir ciudades más justas y sostenibles.

1. CONTEXTUALIZACIÓN

Santa Fe es una de las diez ciudades más grandes y antiguas de Argentina, capital de la provincia homónima. Es una ciudad intermedia con una población estimada para el año 2019 de 422.828 habitantes -y según el Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas (INDEC, 2010)- más de la mitad de sus habitantes son mujeres (Dirección de Estadística, Municipalidad de Santa Fe).

El aglomerado Gran Santa Fe presenta desafíos vinculados a la vulnerabilidad social, donde más del 50% de su población se encuentra bajo la línea de pobreza (INDEC, 2021). Asimismo existe una limitada y desigual distribución en la provisión de servicios públicos, equipamientos e infraestructuras urbanas, escasa cantidad de espacios verdes por habitante y en ciertos sectores de la ciudad, un ambiente degradado. Estas circunstancias afectan a la ciudadanía en general y a los grupos más vulnerables, en especial a las mujeres, ya que en nuestro país “los hogares con niños y niñas y con jefatura femenina son más golpeados por la pobreza”.

Las actuales condiciones de diagramación y utilización del espacio público dieron lugar a manifestaciones sociales que evidenciaron la ausencia de la perspectiva de género interseccional al momento de diseñar la ciudad. Esto generó como resultado la presentación de iniciativas de promoción de uso de bicicleta, la creación de un Mapa Interactivo del Acoso y el Abuso (MIAA-Santa Fe) y las marchas masivas del colectivo Ni Una Menos.

Por su parte, Asunción, capital de la República del Paraguay y asiento de los tres poderes del Estado, es la ciudad más grande del país, con una población estimada al 2019 de 522.287 habitantes, de entre los cuales el 52,8% son mujeres y 47,2% son varones. Con sus 68 barrios, encabeza el área metropolitana que se caracteriza por un aumento sostenido de la población en los municipios del cinturón metropolitano, lo que evidencia la atracción que ejerce la capital principalmente por la posibilidad de trabajo y empleo que ofrece, pero cuyo crecimiento está marcado por la ocupación desordenada del territorio, por la pobreza, la desigualdad en el acceso a los servicios básicos y a derechos y una histórica desatención al río que lo circunda como parte de su conformación, con la consecuente inundación de enormes asentamientos humanos en los barrios populares empobrecidos.

La desigualdad de género no es una problemática que escape ni a Paraguay como Estado ni a la ciudad de Asunción como gobierno local. Desde el año 1992, con la adopción de la nueva Constitución Nacional, Paraguay viene incorporando diversas medidas que buscan promover la igualdad de género. Sin embargo, todavía existen aspectos que limitan la participación efectiva de las mujeres, sobre todo, en la fuerza laboral. Las mujeres están subrepresentadas en aquellos sectores que suelen ser más competitivos y proporcionan mayores ingresos que otros donde hay una mayor participación femenina. Las brechas en este sentido, son aún más notorias en zonas rurales.

Pero el espacio público urbano asunceno no se encuentra menos masculinizado, relegando a las mujeres a hacer uso del mismo como espacio de tránsito más que de permanencia o de actividad:

“...la falta de una correcta iluminación, de sanitarios públicos en condiciones, la precaria accesibilidad, la carencia de amplitud necesaria para las visuales hacen que estos espacios no sólo sean poco amigables con las mujeres sino que muchas veces sean hasta evitados” (Pekholtz, 2018:1).

Las ciudades de Santa Fe y Asunción se encuentran sometidas a similares lógicas de organización del espacio público y urbano. Sus espacios públicos están pensados y diseñados a partir del perfil social androcéntrico dominante (de clase, etnia, edad y capacidades), poniendo la producción en el centro y siendo hostiles para personas que asumen tareas de cuidado (por lo general, mujeres), menores de edad, personas mayores, e incluso hombres que no responden al perfil dominante de clase, etnia y capacidades.

2. HACIA UN URBANISMO CON PERSPECTIVA DE GÉNERO INTERSECCIONAL

El ámbito de la producción del hábitat urbano no es ajeno al avance del movimiento de mujeres y disidencias. En este sentido, los aportes teóricos feministas han contribuido a comprender cómo las relaciones de desigualdad entre hombres y mujeres se expresan en las diferentes escalas de territorio, la vivienda, el barrio y la ciudad.

Lefebvre (1968) ya concebía el derecho a la ciudad como ejercicio de la ciudadanía, que en caso de ser negado o cercenado produce un “déficit de derechos” y un desposeimiento de la cultura ciudadana. Para Fernando Carrión Mena (2019), el uso actual del término Derecho a la ciudad tiene en cuenta la relación entre el ámbito local, territorio/ciudad e institución/políticas públicas, con los derechos de los habitantes. O dicho de otra forma: “el derecho a la ciudad integra el conjunto de derechos civiles, políticos, sociales, culturales, económicos que se ejercen, o se debería que así fuera, en el marco de la ciudad. Unos derechos que se ejercen tanto colectiva como individualmente en la ciudad y en parte dependen de las políticas públicas de los gobiernos locales.”

Entendiendo que la ciudad es otro de los escenarios en los que se construyen y se perpetúan las desigualdades de género, se considera necesario pensar el espacio público desde las necesidades de las mujeres y disidencias. En este sentido, Ana Falú afirma que:

“...el espacio público sigue siendo masculino. Las mujeres han tenido históricamente vedado el espacio público y la “irrupción” en él ha sido producto de sus luchas. Lo que persiguen es un espacio para el ejercicio de una ciudadanía activa, de participación, de construcción de sujetos portadores de derechos, no sólo objeto de ellos. La internalización cultural del espacio público o urbano como masculino, y por ello vedado para las mujeres, contribuye a que se sientan responsables cuando son víctimas de algún delito en la vía pública, por circular en horarios considerados socialmente inapropiados o con determinada vestimenta” (Falú, 2009:23).

En este marco los espacios urbanos deben ser analizados como emplazamientos materiales y simbólicos donde se construyen variaciones geográficas de género. Pero sobre todo, deben ser analizados como lugares de producción de sentido y de ejercicio de ciudadanía, desnaturalizando las clásicas dicotomías con las cuales se piensa el hábitat, entendiendo que históricamente ha sido construido únicamente por hombres y se ha presentado como una esfera de dominio masculino mientras que las mujeres quedaban relegadas al espacio privado o doméstico. En este sentido y en palabras de Suja Lucía:

“uno de los pilares clave del urbanismo feminista actual es la integración de la perspectiva de género interseccional en oposición a la mirada “neutral” del urbanismo androcéntrico, que sitúa la “masculinidad hegemónica” como centro de todas las cosas.” (2020:57).

Por lo tanto, al definir el espacio como una entidad socialmente construida, el análisis feminista de la ciudad pone en manos de sus habitantes la posibilidad de concebirlo como algo deconstruible y transformable, susceptible de verse apropiado por las mujeres y disidencias sexuales.

La falta de perspectiva de género e inclusión en la elaboración de políticas públicas locales, particularmente en materia de infraestructura, generó repercusiones negativas en la población atento a que los diferentes géneros utilizan las infraestructuras y los servicios públicos de formas diferentes. Pero además, suele suceder que las necesidades de las mujeres, niños, niñas y grupos vulnerables no son tenidas en cuenta al momento del diseño e implementación de estas obras o servicios. Esto resulta en que, lo que en la teoría beneficia a toda la población, al final de cuentas impacta de manera desigual a las personas que van utilizarlas.

Por ello es que la perspectiva de género interseccional y la inclusión deben ser incorporadas al diseño de políticas públicas como un eje transversal para los gobiernos. Este enfoque permite garantizar una ciudad accesible, con inclusión social y posibilidades para la convivencia de sus ciudadanos, atendiendo y acompañando la diversidad de situaciones y etapas de la vida de las personas.

4. MUJERES EN LA CIUDAD: HERRAMIENTAS PARA REFLEXIONAR Y DISEÑAR EL ESPACIO PÚBLICO DESDE UNA PERSPECTIVA DE GÉNERO INTERSECCIONAL

El programa de Cooperación Sur Sur de Mercociudades fue creado en marzo de 2017 con el objetivo de promover el trabajo horizontal entre sus ciudades miembro y de fomentar que gobiernos locales, universidades y organizaciones de la sociedad civil se apoyen y transfieran conocimientos en una gran diversidad de temáticas prioritarias para las ciudades, que permitan mejorar la vida de la ciudadanía, promover la perspectiva de género y la mirada regional. Cuenta con dos líneas de acción: 1) la capacitación para la formulación de proyectos regionales; 2) las convocatorias para el financiamiento de proyectos según las temáticas priorizadas, para las cuales se destina un total de USD 10.000 por cada iniciativa seleccionada. Las propuestas que se presentan deben contribuir a alguno de los temas priorizados en los objetivos, misión y visión de la Red Mercociudades, y contribuir de alguna manera a la Agenda 2030 y a la Nueva Agenda Urbana.

Anualmente la convocatoria prioriza algunos objetivos específicos de la Agenda 2030, que deben ser abordados por los proyectos postulados. Desde hace ya algunos años el ODS 11 y el ODS 5 han sido una constante en las bases de este Programa, a partir de la importancia de la incorporación de la igualdad de género a la agenda de los gobiernos locales y del rol que tienen las ciudades en la misión de no dejar a nadie atrás.

De acuerdo a la CEPAL, la Agenda 2030 presenta una oportunidad histórica para América Latina y el Caribe, ya que incluye temas altamente prioritarios para la región, como la erradicación de la pobreza extrema, la reducción de la desigualdad en todas sus dimensiones, un crecimiento económico inclusivo con trabajo decente para todos, ciudades sostenibles y cambio climático, entre otros. Es en este contexto que la Red, en pos de colaborar con la localización a nivel regional de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los incluye y prioriza en sus convocatorias, tornándolos requisito para la postulación de Proyectos de Cooperación Sur Sur.

4.1. Convocatoria Sur Sur 2020

En 2020, la Convocatoria Sur Sur tenía entre sus ejes abordar algunos de los siguientes ODS 11 Ciudades y Comunidades Sostenibles, ODS 5 Igualdad de Género, ODS 10 Reducción de las desigualdades y ODS 6 Agua Limpia y saneamiento. Es por ello que Santa Fe y Asunción presentaron de manera conjunta el proyecto “Mujeres en la ciudad: herramientas para reflexionar y diseñar el espacio público desde una perspectiva de género interseccional” en el que Santa Fe asumió el rol de ciudad coordinadora, y Asunción el de ciudad socia. El proyecto, que fue seleccionado de entre más de diez postulantes para ser ejecutado durante 2021, buscó contribuir a la incorporación de herramientas y formación de personal involucrado directamente en el diseño de las ciudades, en perspectiva de género interseccional e inclusión, para confrontar la desigualdad, la discriminación y visibilizar las necesidades de las mujeres en los contextos urbanos.

Entre las actividades previstas del proyecto se contempló la realización de diferentes Foros, pensados como espacios de formación en intercambio de experiencias, un ciclo de capacitaciones enfocado en el diseño de ciudades inclusivas y feministas y la elaboración, publicación y difusión de una “Guía Metodológica con perspectiva de género interseccional e inclusión” de libre acceso, para cualquier Gobierno Local o actor que esté interesado en incorporar la perspectiva de género interseccional e inclusión de manera transversal en el diseño de políticas públicas de desarrollo urbano, adaptando las pautas allí dispuestas a sus necesidades y contextos específicos.

El proyecto tuvo su inicio en abril de 2021 con el desarrollo del Foro de Lanzamiento que contó con la presencia de la profesora emérita Ana Falú del Centro de Intercambio y Servicios Cono Sur Argentina (CISCSA).

El ciclo de capacitaciones también estuvo a cargo de CISCSA, y fue realizado entre los meses de abril y agosto de 2021. Contaron con más de cien inscriptos y supusieron la realización de tres foros y siete módulos en los que se abordaron problemáticas como las dimensiones analíticas de la política pública, territorial y urbana; el derecho a la tierra, el ordenamiento territorial e instrumentos para la planificación; la noción de vivienda y ciudad; la dimensión de movilidad y ciudad; y las violencias y espacios públicos. También se compartieron experiencias locales desde una perspectiva feminista latinoamericana, con instancias prácticas.

Finalmente, en el Foro de cierre realizado en diciembre de 2021, en formato híbrido, se expusieron los resultados de las capacitaciones, el bosquejo inicial de la Guía Metodológica Diseñando Ciudades Inclusivas y Feministas, y se entregaron los certifi-

cados a los asistentes a las capacitaciones. En ese espacio se presentaron también casos de estudios locales de intervenciones en el espacio público que serían tenidos en cuenta para la elaboración del documento final de la Guía. Se trata de un manual de buenas prácticas para pensar espacios públicos con perspectiva de género interseccional como insumo en la proyección de políticas públicas y propuestas de desarrollo urbano y espacio público. La versión final de la Guía estará disponible durante el primer semestre de 2022.

El proyecto Mujeres en la ciudad constituye una etapa inicial de un proceso de transformación complejo, que tiene por objetivo cuestionar, revisar y repensar las actuales lógicas que configuran la organización del espacio público, y que históricamente han servido para reproducir patrones de desigualdad, limitando el uso que mujeres, disidencias, infancias, personas con discapacidad y personas mayores hacen de los espacios públicos. El proyecto y, más específicamente la Guía Metodológica que vaya a surgir de él, serán la base de futuras iniciativas urbanas con perspectiva de género, inspiradas en el concepto de “no dejar a nadie atrás” y que contribuirán al cumplimiento de las metas de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El impacto del proyecto, que hasta ahora no ha sido medido por una cuestión de la reciente temporalidad en su ejecución, estará vinculado a la difusión de la Guía, que será de libre acceso para todas aquellos funcionarios, trabajadores del Estado y aquellas personas que estén interesadas en la incorporación de la perspectiva de género interseccional en las políticas públicas de desarrollo urbano. Pero también consideramos que este proyecto, inédito para estas ciudades, contribuyó decididamente a la sensibilización de los más de 100 funcionarios que participaron, al instalar la discusión sobre un tema poco cuestionado y sobre el que no se disponía de suficiente información y/o formación.

La adopción de un urbanismo desde el punto de vista del género interseccional y la inclusión, puede tener una importante incidencia en cuestiones de igualdad, inversión de capital humano y revalorización del capital social, accesibilidad, adaptación, cohesión e integración social, provisión de servicios, seguridad e inclusión/exclusión. El proyecto Mujeres en la ciudad, pretende contribuir a resignificar y diseñar ciudades en clave colectiva, lo que supone concebir ciudades más igualitarias, innovadoras, inclusivas, resilientes, sustentables y sostenibles.

4.2. Cooperación Descentralizada y Cooperación Sur Sur

El programa de Cooperación Sur Sur de Mercociudades se presenta como una instancia regional para promover, visibilizar, formalizar y sistematizar acciones de cooperación e intercambio entre gobiernos locales de Mercociudades, Universidades Públicas y organizaciones sociales de América del Sur. Además, afirma regirse por los principios de la Cooperación Descentralizada y de la Cooperación Sur-Sur. De los primeros postula al arraigo territorial de los actores, la horizontalidad, la reciprocidad (como interés y beneficio mutuo), la multidireccionalidad y el surgimiento de nuevos instrumentos, como líneas rectoras del trabajo. Respecto de los principios de la Cooperación Sur Sur, retoma la horizontalidad (más allá de las diferencias de nivel de desarrollo se establece la colaboración entre iguales), el consenso entre las partes, la equidad en los beneficios para todos los socios y la valorización de los resultados cualitativos.

La cooperación descentralizada se consolidó en los últimos años como una modalidad reconocida de cooperación internacional al desarrollo propio de los gobiernos locales. Este tipo de cooperación tiene como propósito afianzar la gobernanza de los territorios, fortaleciendo las capacidades de las autoridades locales.

Como explica Rolandi, uno de sus elementos definidores es el hecho de que “la acción debe favorecer a todos los socios, ya que el objetivo principal es el de asociar dos contrapartes en una acción de intereses recíprocos”. En efecto, la Cooperación Descentralizada es

“un conjunto de iniciativas de cooperación oficial al desarrollo que busca estimular las capacidades de los actores de bases territoriales y fomentar un desarrollo participativo (...) esta visión respalda la necesidad de incentivar el compromiso de los gobiernos locales o regionales en las acciones, ya sea desde su financiación como de su ejecución. De esta manera, las administraciones locales, con autonomía, crean y/o adoptan formas de cooperar innovadoras basadas en estrategias y resoluciones propias, que tengan resultados de beneficio y aprendizaje mutuo, venciendo la lógica vertical y permitiendo espacios de relación horizontal y directa entre los actores.” (Rolandi, 2020:7).

En el mismo sentido, Martínez y Osés sostienen que

“en la cooperación descentralizada conviven diferentes intereses y pulsiones: el internacionalismo de las autoridades locales, el apoyo mutuo y la creación de capacidad en un contexto exigente e interdependiente; la solidaridad, enraizada también en las relaciones con la sociedad civil (…) la cooperación descentralizada se lleva a cabo a través de múltiples modalidades e instrumentos, y presenta un cuadro de gran diversidad. Más allá de esta, sus analistas han señalado también algunos elementos compartidos (...): a) reciprocidad y horizontalidad en las relaciones, superando la noción de “donante-receptor”, y sustituyéndola por una interacción de beneficio mutuo; b) proximidad y participación y diálogo con los actores territoriales a partir de proceso de participación; c) gobernanza territorial multiactor y multinivel, y búsqueda de la colaboración, la concertación y la decisión conjunta entre los gobiernos descentralizados y los actores no estatales; d) alianzas territoriales desde lógicas de intercambio, aprendizaje mutuo e integralidad, orientadas apoyar una agenda política común y objetivos amplios y de carácter integral; y e) mayores posibilidades para desplegar una acción de carácter solidario, pese a la diferencia de capacidad de acción entre los diferentes gobiernos locales y subestatales, por la menor incidencia de otros factores (diplomáticos, comerciales…) que puedan ir en detrimento de la cooperación.” (Martínez y Osés, 2021:10).

“Mujeres en la ciudad” se presenta entonces como un proyecto de Cooperación descentralizada, no sólo porque su contenido está vinculado a competencia de los poderes locales, sino también porque uno de sus objetivos principales es el desarrollo de las capacidades de los actores de bases territoriales y la generación de beneficios mutuos, a través de las capacitaciones y de la guía como manual para implementar pautas de trabajo que permitan la incorporación de la perspectiva de género e inclusión en proyectos de desarrollo urbano y políticas públicas. Por otro lado, la Cooperación Sur Sur (CSS) puede ser entendida

“...como aquella cooperación que otorgan unos países medianamente desarrollados a otros de similar o de menor desarrollo relativo en las áreas o sectores en los que han logrado éxitos o han adquirido una experiencia propia y que se pueden extender mediante diferentes mecanismos de intercambio (técnicos, económicos, científicos, etc.) para contribuir al desarrollo de capacidades en otros países, generando redes de cooperación no sólo en el ámbito institucional sino en el social.” (Ojeda, 2010:93)

La cooperación entre los países del Sur, nace en contraposición al eje Norte-Sur, entendida esta última como una relación asimétrica. La CSS es un tipo de cooperación política que

“apunta a reforzar las relaciones bilaterales y/o formar coaliciones en los foros multilaterales, para obtener un mayor poder de negociación conjunto, en defensa de sus intereses”. Se basa por tanto en esta concepción de adquirir mayores “márgenes de maniobra internacional y con ellos mayor autonomía decisional, para afrontar y resolver los problemas comunes” (Lechini, 2009:67).

Naciones Unidas ha propuesto que, en el marco de su labor normativa y actividades operacionales, la Cooperación Sur Sur se defina como

“un proceso por el cual dos o más países en desarrollo procuran alcanzar sus objetivos individuales o compartidos de fomento de la capacidad nacional por medio de intercambios de conocimientos, personal cualificado, recursos y servicios de especialistas y por medio de iniciativas colectivas regionales e internacionales, incluidas asociaciones de colaboración entre gobiernos (como los subnacionales), organismos regionales, la sociedad civil, las instituciones académicas y el sector privado, en beneficio propio o mutuo entre las regiones y dentro de ellas” (Naciones Unidas 1995:15).

El proyecto Mujeres en la Ciudad es una clara acción de Cooperación Sur Sur, ya que se asienta en la idea de que existen problemáticas compartidas entre diferentes actores del sur global, en este caso en los Gobiernos Locales de Santa Fe y Asunción, en la necesidad de reforzar las relaciones bilaterales y en el desarrollo de capacidades locales como manera de fortalecer las políticas públicas locales.

CONCLUSIONES

El presente trabajo pretendió describir la experiencia de paradiplomacia entre las ciudades de Santa Fe y Asunción en la ejecución del proyecto “Mujeres en la ciudad: herramientas para reflexionar y diseñar el espacio público desde una perspectiva de género interseccional”, a la luz de las concepciones actuales de Cooperación Descentralizada y Cooperación Sur Sur.

Se partió del diagnóstico de que más allá de algunas diferencias vinculadas a tamaño, población e historia, las ciudades de Santa Fe y Asunción se encontraban sometidas a similares lógicas de organización del espacio público y urbano. Estos se caracterizan por haber sido pensados y diseñados a partir de un perfil social determinado, que pone a la producción en el centro y resulta hostil otros grupos, fundamentalmente mujeres, pero también disidencias, menores de edad, personas mayores, personas con discapacidad e incluso hombres que no responden al perfil dominante de clase, etnia y capacidades.

Los gobiernos locales de ambas ciudades coincidieron en la noción de que si bien los espacios urbanos son lugares de producción de sentido y de ejercicio de ciudadanía, también son espacios en los que, además, se construyen variaciones geográficas de género, es decir, que se han presentado como una esfera de dominio masculino mientras que las mujeres quedaban relegadas al espacio privado o doméstico.

La ejecución de esta iniciativa constituyó una gran experiencia en el intento de contribuir al desarrollo y fortalecimiento de las agendas locales de espacio público de ambas ciudades, al buscar incorporar la perspectiva de género interseccional en el análisis, evaluación, planificación, diseño y ejecución de políticas públicas de espacio público, para construir ciudades más justas y sostenibles.

Una de las lecciones más importantes aprendidas a partir de la ejecución del proyecto es la necesidad de sostener la agenda de género tanto al nivel de la gestión como a nivel de la transversalización de la perspectiva de género en términos institucionales. Luego de muchos años de grandes aportes que ha hecho el feminismo tanto en la gestión de las ciudades como en la gestión de las instituciones, sigue siendo imprescindible el compromiso cotidiano y a largo plazo para lograr una transformación equitativa justa y tendiente a garantizar derecho no solo de los colectivos feministas sino también de las disidencias.

Por otro lado, sostener el compromiso de los socios participantes, dado los cambios de gestión y de equipo de trabajo se presentó como una dificultad a la hora de avanzar en el proyecto. Siendo que éstas son iniciativas se desarrollan en el marco de programas que requieren de mucho compromiso institucional para su continuidad. En nuestro caso, el compromiso estuvo dado por el equipo municipal y también por las consultoras tanto las nacionales como las extranjeras.

Además, las actividades del proyecto (foros, seminarios, capacitaciones) tuvieron como principal resultado la sensibilización de más de 100 funcionarios que participaron de las mismas, al instalar la discusión sobre un tema poco cuestionado y sobre el que no se tenía suficiente información. Cabe destacar que el alcance de la sensibilización estuvo dado por la participación de las expertas argentinas del Centro de Intercambio y Servicios Cono Sur Argentina (CISCSA) y las catalanas Col•lectiu Punt 6, que con su trabajo motorizaron las discusiones, debates y reflexiones sobre la temática. Además, se espera poder ampliar el impacto de este proyecto hacia otros Gobiernos Locales, a través de la Guía Metodológica, pensada como un instrumento de libre acceso, que permita reproducir algunas discusiones hacia adentro de las gestiones municipales de ciudades que atraviesan desafíos similares.

Uno de los hallazgos más importantes para los Gobiernos Locales involucrados fue encontrar un eco institucional que fortalece la línea de trabajo que promueve el proyecto; es decir, evidenciar la voluntad de participar y de que surjan instancias de capacitación sobre estos temas no solo para las personas que están interesadas en términos de género o de desarrollo urbano, de diseño urbano sino también para todas aquellas áreas de los municipios que tienen que ver con lo social: desde ciclos de vidas específicos (como niñez, juventud) o personas con funcionalidades diferentes.

Además, este proyecto permitió a las ciudades formar parte de una agenda de género regional donde la búsqueda de la mirada feminista de la ciudad es una demanda cada vez más fuerte.

Todo esto ratifica lo mencionado anteriormente, de que “Mujeres en la ciudad” es un proyecto de Cooperación Descentralizada, ya que su contenido está vinculado a competencia de los poderes locales, y además porque uno de sus objetivos principales es el desarrollo de las capacidades de los actores de bases territoriales y la generación de beneficios mutuos, todas ellas características de este tipo de cooperación. Como así también, que sigue las líneas y principios de la Cooperación Sur-Sur, ya que se asienta en la idea de que existen problemáticas compartidas entre diferentes actores del sur, en este caso en los Gobiernos Locales de Santa Fe y Asunción, y en la necesidad de reforzar las relaciones bilaterales y en el desarrollo de capacidades locales como manera de fortalecer las políticas públicas locales, entre otras.