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La Viena Roja: Las Höfe 1923-1933
En las höfe se trató de mostrar la expresión de un nuevo orden social. El ejemplo más conocido, es la Karl Marx-Hof, construida entre 1927 y 1930 según el proyecto de Karl Ehn, que proponía 1.382 viviendas. Con impresionantes dimensiones, dotada de equipamientos y una baja ocupación que liberaba amplios jardines interiores marcaron la pauta de una nueva fórmula de producción urbana. Las höfe redefinen la noción de manzana como estrategia de construcción de ciudad, albergaban comunidades muy numerosas y se caracterizaron por la propuesta de un gran patio comunitario (hof). Este patio, conectado con el exterior por medio de accesos, generalmente monumentales, es la expresión de una nueva utopía social. Las höfe se plantearon como “palacios obreros” y en el intento de dignificar las edificaciones se recurrió a una monumentalidad que se basó en el tamaño y en la singularidad de la arquitectura que con un renovado lenguaje estilístico, mezclaba tradición y modernidad, consiguió dotar a las manzanas de una personalidad muy relevante. La mayoría de los casos responden a una tipología muy concreta: el superbloque o bloque-manzana, el Hof. Esta tipología habitacional de grandes dimensiones presenta una clara similitud con los monasterios religiosos. Donde en estos una serie de células individuales se agrupan en torno a un claustro, el corazón de la vida en comunidad, en el Hof aparecen pequeños apartamentos para familias agrupados en torno a patios públicos, abiertos a la ciudad, donde se desarrollan todo tipo de actividades urbanas y sociales alrededor de unos equipamientos sociales. Por un lado, sus grandes dimensiones en planta y su extensión longitudinal en paralelo a las vías le dotan de una escala urbana, casi metropolitana, que hace referencia a toda la ciudad de Viena y más allá de su periferia. Se alza como una ciudad independiente, una isla de vida comunitaria que debe servir y sirve como ejemplo para la construcción de una sociedad alternativa. Por otro lado, el cuidado en sus detalles y su altura y proporciones amables, muy humanas, dotan al complejo de una escala de barrio que es ideal para la construcción de una identidad en el transcurso de la vida comunitaria. Un sistema de arcadas y pasajes vinculan estos patios verdes con las calles circundantes, generando un continuo conceptual y físico, donde peatones pueden pasear y detenerse en su día a día cotidiano. Este sistema de espacios públicos enlazados se resuelve magistralmente generando una transición de escalas y un gradiente que va desde lo público, la ciudad de Viena, hasta lo “privado”, la vivienda individual de cada familia. El desarrollo de una tipología habitacional innovadora no era una cuestión prioritaria en este momento, puesto que el énfasis debía ser puesto en todos los espacios públicos y las distintas transiciones entre ellos.
Figura 1: Fachada Principal Karl Marx-Hof