Crónica de Juan Manuel Márquez
Crónica Por: Daniel Arellano
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ontse Esqueda es una chica de cuidado. Nunca se da por vencida en nada. Esta vez su misión era ganarse un pase de dos personas para una convivencia con el gran campeón mexicano Juan Manuel Márquez en una estación de radio. Su padre y “Coco” su hermanito de 10 años admiran a Márquez desde que tienen memoria. Julio César Chavez Jr y Saúl “Canelo” Álvarez son para ellos un par de payasos que intentan boxear. El único y gran ídolo es y será Juan Manuel. Tienen posters de él y sufrieron cuando los jueces le robaron la pelea contra Manny Paquiao. Saben mucho de boxeo. Montse hizo lo imposible y ganó las dos entradas. La cita era a las 7 am en las Lomas de Chapultepec. Llegaron media hora antes. Su padre, aunque no tendría acceso los llevó. Antes que dieran las siete gritó con la voz entrecortada y sujetándose su chamarra blanca: “¡llegó el campeón, llegó el campeón!”. Márquez ingresaba a las instalaciones de la estación. El señor estaba en trance. La
gente de logística lo invitó a pasar también. Coco no lo creía, estaba a metros del campeón. Bañarse al cuarto para las cuatro de la mañana había tenido su recompensa. No hizo caso a Montse cuando le aconsejó llevar una playera extra para que se la autografiaran. Estaba temblando de la emoción. Coco escribió para Juan Manuel Márquez una carta la noche anterior. Con una gran sencillez y humildad el campeón la leyó. No hizo caso a su engreído manager que lo apuraba para que se fueran. Márquez no pudo contener las lágrimas cuando terminó de leer aquella carta. “¡Espérate, estoy con mi gente!”, le gritó a su manejador. El contenido de la carta sólo lo saben Coco y el gran campeón mexicano. Año 2
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Número 12 al 18 de diciembre de 2011 Ejemplar GRATUITO
No. 73 Enfasis
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