MOV - De la inteligibilidad a la percepción

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+entrevista al estudio Huarte - Virguez Lalli

La intención de la revista es darle un abordaje cultural a la forma en que la arquitectura contemporánea da lugar y contempla las dinámicas de las sociedades actuales.

Nuestro objetivo es entender la arquitectura desde la filosofía, la historia y la ciencia, desde una mirada teórica e introduciendo una serie de temas de interés como van a ser la inteligibilidad, la percepción y el tiempo, o mismo la adaptabilidad dentro de la misma. La idea es generar debate sobre el papel de la arquitectura en la sociedad y su potencial para responder a los desafíos actuales.

Entendemos a la arquitectura como parte de un proceso, como movimiento, como el contacto o mismo como el conector de, como cultura y crecimiento.

En definitiva, este enfoque multidisciplinario intenta contribuir a una comprensión más profunda y crítica, y su relación y capacidad de adaptación a los cambios.

“El ser humano crea con su movimiento, con sus sentimientos. Una arquitectura es creada, inventada otra vez por cada persona que en ella camina, recorre el espacio, sube una escalera, se asoma sobre un balaustre, levanta la cabeza para mirar, la baja para mirar y cierra una puerta, se sienta y se levanta. La arquitectura es un tomar contacto íntimo y al mismo tiempo crear "formas" en el espacio, expresar sentimiento.”

/arquitectura/ historia /filosofía /ciencia /teoría 01

/índice

pág 03/ diálogo entre el símbolo y la técnica

pág 07/ inteligibilidad según Micaela Zyngier

pág 15/ adaptabilidad según

Agostina De Vita

pág 24/ percepción y tiempo según Maite Cufré

pág 30/ arquitectura, ambiente y pensamiento

pág 34/ entrevista a estudio

Huarte - Virguez Lalli

pág 39/ arquitectura entre medianeras

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/diálogo entre el símbolo y la técnica

“El arte puede ser hermoso, por supuesto, pero rara vez se entiende como una forma profunda de conocimiento, como una interpretación genuina e intersubjetiva de la realidad. Y la arquitectura, en particular, nunca debe participar del presunto escapismo de las otras bellas artes; tiene que ser,antes que nada, un paradigma de construcción eficiente y económica.”

(Perez Gomez, 1983, pág. 7)

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La década de los 80 se caracterizó por una crisis global que surge como consecuencia de la posguerra, el comienzo de la Guerra Fría y el subdesarrollo. Se comenzaron a cuestionar algunos de los paradigmas establecidos, como el positivismo y la confianza absoluta en la ciencia, el movimiento moderno como respuesta al diseño y la manera de hacer arquitectura. Las teorías científicas ya no eran suficientes para responder todas las preguntas y necesidades de las personas por lo que se buscaron nuevas explicaciones que den sustento a un contexto de crisis. En el fragmento de Alberto Pérez Gómez, entendido y situado en este contexto, se denota la dificultad de la teoría científica para dar marco teórico a la arquitectura, donde ya no puede ser entendida dentro de las artes, ya que estas no se consideran como una forma profunda de conocimiento.

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En la primera parte del siglo XX, la teoría de la arquitectura moderna plantea un quiebre con respecto al marco teórico canónico, dispuesto por la l’École des Beaux-Arts, que establecía un conjunto de normas y principios estructurantes, lenguajes y técnicas. La arquitectura moderna tiende a romper con la simbología autorreferencial que el eclecticismo sigue desarrollando en función a las tipologías y el ordenamiento histórico, y tiende a buscar la eficiencia de la forma. Por un lado, la tecnología y la ciencia generaron en el ser humano una idea de materialización y economía, donde la arquitectura está ligada a su capacidad de poder ser construída. Esto rompe con el paradigma anterior, y surge una arquitectura de la sencillez, donde la abstracción formal contempla una forma más eficiente de construir un espacio, sin la necesidad de exuberancia. Sin embargo, entendemos que una arquitectura sometida a ideas meramente constructivas genera un desarraigo de la realidad cotidiana, donde se pierde necesariamente su dimensión simbólica esencial. Así mismo, existe un balance entre lo que significa la técnica y cuál es su contexto, donde la simbolización está ligada íntimamente a la perpetuación de la cultura. Pérez Gómez analiza la crisis entre el pragmatismo de la eficiencia y la simbología ecléctica. La crisis y la contradicción se convierten en una crítica a la arquitectura y a la construcción tecnológica donde se cuestiona la posibilidad de realizar algo poético y sensible dentro de un mundo prosaico.

Siguiendo con una línea de pensamiento similar, Libeskind, hace énfasis en el aspecto negativo de los parámetros del modernismo en la arquitectura y desarrolla una problemática entre lo económico y lo poético. Para eso descifra dos tendencias, donde la primera es entendida como “el desarrollo «natural» de la arquitectura depende de la apropiación y el dominio final de la técnica, lo que inevitablemente conduce a la objetivación y la cuantificación: el consumo del espacio de encuentro” (Libeskind, 1980, pág.). Mientras que la segunda tendencia “ve a la Arquitectura como una disciplina autónoma y autorreferencial, inventando su propia

tradición a través de monumentos mudos” (Libeskind, 1980, pág.).

La presentación de ambas tendencias crea un marco teórico que ayuda a tener una visión más completa, y denota un interés en la suma de las mismas. Donde la realidad no es tan binaria, sino que se encuentra más en un estadío intermedio donde se fusionan la técnica, el constructo, lo sensible y lo invisible, que es con lo que también trabaja la arquitectura como manera de hacer y entender el quehacer arquitectónico. Como desarrollan Giménez y Mirás, hay una mirada de la interdisciplina o de la transdisciplina que enriquece el panorama del pensamiento y de las prácticas arquitectónicas, donde las mismas se nutren y apropian del pensamiento de otros campos. (Giménez, Miras y Valentino, 2011, pág. 5) Entendemos así a la arquitectura como multidisciplinar y voluble, encontrando en la cultura una infraestructura invisible que le da sentido a la obra.

“Sin embargo, hay un enfoque que no es tan simple o claro de delinear como el anterior, pero que intenta, sin embargo, tratar con la complejidad poética de la arquitectura en el tiempo. Busca explorar el orden más profundo, no solo en las formas visibles, sino también en las fuentes invisibles y ocultas que nutren la cultura misma, su pensamiento, arte, literatura, sonido y movimiento. Considera la historia y la tradición como un cuerpo cuyos recuerdos y sueños no pueden ser simplemente reconstruidos. Tal enfoque no desea reducir lo visible a un pensamiento, y la arquitectura a un mero constructo. Una orientación como ésta admite en sus métodos y atestigua en sus intenciones la intensidad de la experiencia, su «transparencia opaca», y, por sus expectativas diferidas, cuestiona continuamente sus propios presupuestos.”

(Libeskind, 1980, pág.)

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Encontramos en Lacaton y Vassal una nueva forma de ver la arquitectura, no como espacios definidos o técnicas constructivas, sino como un espacio abstracto abierto al cambio y la propuesta. Donde la forma sigue a la función, pero donde también la función sigue a la forma. La estética de Lacaton y Vassal no es ingenua, es económica y eficiente pero no porque su valor esté en la inteligencia del gasto, sino más bien como un entendimiento de la técnica como medio para materializar la arquitectura, como ese espacio habitado por un usuario que lo dota de sentido y simbolismo. La primicia de otorgarle máxima libertad al espacio infiere la idea de espacios indefinidos y, por lo tanto, un programa inconcreto, una estructura flexible que da lugar al usuario a proponer su imaginario sobre ese lugar y la posibilidad de cambio a su voluntad.

La arquitectura, entonces, no es más que un espacio construido y habitado. Coincidimos con Perez Gomez y Libeskind que una parte esencial de la arquitectura es la técnica y la capacidad de materializarse, pero es en lo poético y lo humano del habitar donde se encuentra el valor simbólico. Pérez Gómez relaciona los escritos de Durand donde habla de economía y la sistematización de la arquitectura, y el conflicto que genera la pérdida de simbología y la cultura en un mundo prosaico y pragmático. La búsqueda en la manera de generar “teoría de la arquitectura” que tenga sustento por sí misma, sin depender de explicaciones científicas ni basarse en el arte como fundamento es una de las preocupaciones del autor. La intención de que la arquitectura no sea meramente un paradigma de construcción eficiente y económica, y que a su vez pueda ser una fuente profunda de conocimiento, es una de las búsquedas que los arquitectos contemporáneos van a intentar dar una respuesta.

Entendemos la arquitectura como un diálogo entre la técnica y quien la habita, o mismo, quien la construye, es él quien la dota de sentido y símbolo. La misma no es entendida solamente como arte porque implica el funcionamiento de un sistema y su capacidad

de materializarse. Pero, al mismo tiempo, la técnica no define al espacio, sino que lo caracteriza. La técnica es una expresión de las problemáticas actuales y su solución es parte de la cultura, y es ahí donde radica el arte de la arquitectura contemporánea. Comprendiendo así la dicotomía entre cada una de sus partes y la reciprocidad entre ambas ya que la dimensión técnica, si bien es mayormente relacionada con el constructo, no puede desligarse de ser el método que las personas encontraron para adaptar el medioambiente a sus necesidades y, de esta manera, generar un entorno construido a través de la intervención intencional de los sujetos. Así como el contexto sociocultural cambia a lo largo del tiempo, la técnica también es una variable dinámica.

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/inteligibilidad en la arquitectura

x Micaela Zyngier

Transformar la experiencia humana a través de la comprensión espacial

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Si buscamos en el diccionario la definición de arquitectura, la RAE nos dice: “Arte de proyectar y construir edificios”. Es una definición muy limitada que se centra en el aspecto constructivo y pasa por alto un elemento esencial: el factor humano, que es quien dota a la arquitectura de sentido, y la experiencia arquitectónica en sí misma. ¿Para quién construimos? Entendiendo al construir no sólo como erigir edificios, sino también como habitar, cuidar.

En este artículo, exploraremos el tema de la inteligibilidad en la arquitectura y su importancia en la cualificación de la experiencia arquitectónica. Veremos cómo esta influye en la percepción y la interacción de las personas con los espacios promoviendo una relación más fluida y enriquecedora con el entorno construido. Analizaremos cómo el diseño inteligible facilita la orientación, la comprensión de los usos y funciones, y la apropiación emocional de los espacios. Destacaremos ejemplos y enfoques que demuestran como arquitectos y teóricos, en este caso el estudio de arquitectura compuesto por Anne Lacaton y Jean-Philippe Vassal y el teórico Max Bill, han abordado el concepto de inteligibilidad en sus obras, para descubrir finalmente cómo se transforma nuestra experiencia de habitar creando entornos más humanos y significativos para todes.

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/inteligibilidad según Max Bill

Max Bill, pintor, escultor, arquitecto, diseñador gráfico y teórico de origen suizo, fue uno de los exponentes más versátiles de los principios vanguardistas de la Bauhaus en Alemania luego de la Segunda Guerra Mundial. En la búsqueda de la esencia de las formas y la claridad en la comunicación visual, desarrolló el concepto de inteligibilidad.

Podemos entender este concepto como la cualidad que permite que un objeto o construcción sean legibles, claros y comprensibles para el observador. Como describe Carlos Martí Aris en su texto “La cimbra y el arco”:

“Mientras algunos artistas fundan su prestigio en el cultivo de la oscuridad y el secretismo, Max Bill se atreve a exponer sin tapujos las claves de su obra, a dejarlas descarnadamente a la vista, por si pueden aprovechar otros. Nunca trata de sorprender. No le interesan ni la ambigüedad ni el equívoco. Los objetos deben parecerse a lo que esperamos de ellos.”

Aplicado a la arquitectura, la inteligibilidad remite a la capacidad de un edificio de comunicar su función, su organización espacial y su estructura de forma clara y directa. Para lograr esto, Bill hace hincapié en la simplicidad formal, la economía de recursos y la eliminación de elementos innecesarios, favoreciendo así una relación más armónica entre las personas, el entorno construido y el medioambiente.

Según Max Bill, la inteligibilidad no sólo remite a la forma y a la estructura de un edificio, sino también a su funcionalidad, considerando que cada edificio debería ser diseñado de manera tal que su propósito y uso fueran fácilmente reconocibles para proporcionar a los usuarios una experiencia significativa.

/Lacaton&Vassal

Anne Lacaton y Jean-Philippe Vassal son dos arquitectos de origen francés reconocidos internacionalmente por su enfoque innovador y su compromiso con una arquitectura más sostenible y socialmente consciente. En reconocimiento a su trabajo han recibido numerosos premios, entre ellos el Pritzker de Arquitectura en 2021.

Este enfoque arquitectónico se centra en la renovación y mejora de edificios existentes, en lugar de la demolición y construcción de espacios nuevos. Su filosofía se basa en el respeto por la historia y la memoria de los lugares, así como en la idea de que el pasado puede enriquecer el presente. Promueven la transformación de estructuras en desuso, proporcionando soluciones pragmáticas y sostenibles que mejoren la calidad de vida de las personas minimizando el impacto ambiental.

Una de las características de la obra de Lacaton y Vassal es que priorizan la adaptabilidad, la flexibilidad y la preservación de los recursos existentes en sus proyectos. Su enfoque se basa en la economía de medios, esto quiere decir, utilizar los recursos de manera eficiente aprovechando al máximo las características y los materiales existentes en un edificio. A través de su arquitectura buscan demostrar que la calidad y la innovación no están asociadas a grandes inversiones o a la demolición, sino que con intervenciones mínimas, costos reducidos y bajo impacto ambiental se pueden hacer transformaciones que hagan de un edificio en desuso un espacio habitable y sensible.

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Otro eje fundamental en la arquitectura de Anne Lacaton y Jean-Philippe Vassal es la adaptabilidad. Sus diseños proyectan espacios que permiten ser adaptados fácilmente para satisfacer las necesidades cambiantes de sus usuarios. Creen que los edificios deben ser flexibles y capaces de adaptarse a diferentes usos y situaciones a lo largo de su historia, lo que garantiza que no queden obsoletos con el transcurso del tiempo y acompañen los cambios de la sociedad. Cabe destacar la relevancia que le dan al ser humano, no sólo en relación con su manera de habitar y vivir estos espacios, sino también al involucrarlos en todas las etapas del proyecto, desde la concepción hasta la finalización, garantizando así la satisfacción de sus necesidades y creando en el proceso un sentido de pertenencia.

/arquitectura intuitiva

Existe una estrecha relación entre la obra de Anne Lacaton y Jean-Philippe Vassal y la definición de inteligibilidad de Max Bill. Ya que a través de su obra logran comunicar de manera clara y comprensible la esencia y la organización de sus edificios, priorizando la legibilidad y la funcionalidad del diseño.

Una característica notable y recurrente en su arquitectura es el énfasis en la transparencia. La utilización de amplias aberturas, ventanas de piso a techo y fachadas acristaladas permiten una conexión directa entre el interior y el exterior. Se crea de esta manera una sensación de amplitud y luminosidad, y a la vez se facilita la comprensión de la organización del espacio. Los usuarios y observadores pueden percibir claramente cómo se relacionan las diferentes áreas y cómo se vinculan con el entorno ambiental.

Otro punto de contacto entre la dupla de arquitectos y Bill es que sus edificios suelen tener una geometría clara, aplicando un concepto de economía formal, evitando la sobre complicación y buscando la simplicidad en las formas, de manera que los elementos estructurales y constructivos queden expuestos y permitan al observador comprender fácilmente la lógica y la organización del espacio.

Como mencionamos anteriormente, el concepto de flexibilidad y adaptabilidad es prioritario. Diseñan espacios de disposición abierta y distribución flexible que resultan fácilmente modificables, pudiendo adaptarse y transformarse según las necesidades cambiantes de quienes los habitan, brindándoles la libertad de ajustar los espacios de acuerdo con sus actividades, gustos y preferencias. La inteligibilidad se logra al permitir que los usuarios comprendan y manejen su entorno.

La obra de Lacaton y Vassal se destaca también por su enfoque en la sustentabilidad y eficiencia energética. Utilizan estrategias pasivas, como la captación de luz natural y ventilación cruzada, para lograr optimizar el rendimiento ambiental de sus edificios y reducir su impacto en el medioambiente. Esta preocupación podemos relacionarla también con el concepto de inteligibilidad ya que son aspectos fundamentales para comprender la relación entre el edificio y el contexto natural.

Una obra donde dejan en evidencia todo lo mencionado anteriormente es la remodelación del Palais de Tokyo, en París. Este proyecto de renovación y ampliación del museo de arte contemporáneo, llevado a cabo en colaboración con Frédéric Druot, es reconocido por su enfoque innovador y respetuoso con el patrimonio existente.

El edificio original presentaba un considerable deterioro, pero en lugar de optar por una demolición y reconstrucción, propusieron una intervención que transforme el espacio sin perder su esencia histórica.

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Vista interior. Palais de Tokyo, París. Proyecto de reforma por Lacaton & Vassal Fotografía Philippe Ruault

La intervención consistió en la adición de una nueva estructura metálica y vidrio en el contorno del edificio existente. Esto no solo permitió aumentar el espacio disponible, sino que generó una conexión fluida entre lo antiguo y lo nuevo. Una de las cualidades de esta intervención es la abundante luz natural que se logra a través de las fachadas acristaladas. Además, la flexibilidad de los espacios es otra característica clave en esta obra. Lacaton y Vassal diseñaron este edificio para que pueda adaptarse a diferentes usos y necesidades a lo largo del tiempo. Los espacios son diáfanos y versátiles, permitiendo una fácil reconfiguración y una mayor adaptabilidad a futuros cambios. Otro punto en el que hicieron énfasis en la obra fue en su apertura hacia el entorno urbano. Crearon terrazas y balcones que ofrecen vistas panorámicas a la ciudad, permitiendo una estrecha interacción entre el edificio y su entorno.

Resumiendo, la obra de Lacaton y Vassal refleja la inteligibilidad a través de la transparencia, la economía formal, la adaptabilidad y la sustentabilidad ambiental. Su arquitectura busca transmitir de manera clara y comprensible su esencia, la organización espacial y la funcionalidad de los espacios, brindando a los usuarios y observadores una experiencia legible y accesible, haciendo a las personas protagonistas de su habitar.

/la inteligibilidad aplicada en la arquitectura y su relación con el entorno

La inteligibilidad desempeña un papel fundamental en la mejora de la experiencia de las personas con el entorno construido. Cuando un edificio es inteligible para quien lo habita, la experiencia arquitectónica se vuelve enriquecedora y significativa.

En primer lugar, permite que los usuarios comprendan y se orienten fácilmente en el espacio, simplificando la circulación y y reduciendo la sensación de confusión. La arquitectura inteligible guía a las personas a través de un flujo intuitivo creando unaCuando las personas comprenden claramente la

organización de un edificio, se sienten en libertad de utilizarlo de manera adecuada y aprovechar al máximo sus características. Se promueve así la interacción social, el intercambio y la colaboración, creando un entorno propicio para la comunicación y la comunidad.

Como se mencionó anteriormente, la inteligibilidad en la arquitectura puede generar un mayor aprecio y valoración del entorno construido. La comprensión clara de la esencia y la intención de un edificio permite desarrollar una apreciación más profunda de su diseño, de la belleza y la calidad arquitectónica, lo que fomenta un mayor respeto por el entorno construido y promueve su conservación y preservación a lo largo del tiempo.

Por último, cuando los edificios son inteligibles se establece una conexión más clara entre la arquitectura y el contexto circundante que permite comprender cómo el edificio se relaciona con otros elementos, cómo se integra al tejido urbano y cómo contribuye a la creación de una identidad que fortalece el vínculo entre el individuo y su entorno, fomentando un sentido de pertenencia y arraigo en su comunidad.

Podríamos mencionar cuatro ideas que sinteticen la importancia de la interrelación entre la arquitectura, la inteligilibilidad y la relación con el entorno:

//La inteligibilidad de los edificios mejora la experiencia arquitectónica al permitir una comprensión clara y directa de los edificios y los espacios.

//La inteligibilidad de los edificios facilita la orientación de los usuarios promoviendo su interacción y el uso efectivo del espacio.

//La inteligibilidad de los edificios genera aprecio y valoración por la arquitectura, fortaleciendo la relación entre el entorno construido y el urbano.

//La inteligibilidad arquitectónica no solo mejora la funcionalidad de los edificios sino que enriquece la calidad de vida de las personas y promueve entornos construidos significativos, sensibles y sustentables.

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Del análisis del concepto de inteligibilidad según Max Bill y la obra de Anne Lacaton y Jean-Philippe Vassal puedo concluir que la inteligibilidad va más allá de la mera comprensión visual de los espacios. Es un concepto que involucra una conexión emocional y una experiencia significativa con el entorno. Cuando un edificio es inteligible trasciende la simple funcionalidad y se convierte en un lugar que despierta emociones, nos invita a interactuar de una manera consciente y reflexiva, nos incita a cuestionar y comprender las decisiones de diseño, a explorar la relación entre las formas, los materiales, la luz y a descubrir la intención que existe detrás de cada espacio. En este sentido, la obra de Lacaton y Vassal ejemplifica cómo la inteligibilidad arquitectónica puede proporcionar una experiencia enriquecedora que invite al usuario a participar activamente en la interpretación y el uso de los espacios.

Al comprender y experimentar una arquitectura inteligible se crea una relación profunda con el entorno construido. El usuario se siente capaz de interactuar con los espacios de manera significativa ya que comprende y valora su propósito. Esta relación fortalecida con el entorno no sólo tiene un impacto en el bienestar individual, sino que puede influir en la forma en que nos relacionamos con los demás y con la sociedad en general. Además, la inteligibilidad arquitectónica contribuye a la construcción de identidad y sentido de pertenencia. Los edificios se convierten así, en símbolos reconocibles que representan a una comunidad, a una cultura y a una época determinada, transmiten valores, tradiciones y narrativas que conectan a las personas con su pasado y moldean su visión de futuro.

Vista interior. Palais de Tokyo, París. Proyecto de reforma por Lacaton & Vassal Fotografía Philippe Ruault
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Para finalizar, la inteligibilidad en la arquitectura nos invita a reflexionar sobre la importancia de la comunicación y su significado en el entorno construido. Al apreciar y buscar la inteligibilidad en la arquitectura intentamos promover una relación más armoniosa con nuestro entorno, contribuir a la construcción de identidad, fomentando una sociedad más consciente, emocionalmente conectada y sostenible. Como usuarios de espacios arquitectónicos buscamos un lenguaje común que nos permita comprender y conectarnos con los lugares que habitamos y utilizamos. Como futura arquitecta, considero que mi función debería ser la misma.

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/adaptabilidad urbana

x Agostina De Vita

diálogo entre la maneras de habitar y la configuración de las ciudades contemporáneas

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En el siguiente artículo hablaremos sobre la postura crítica del estudio holandes MVRDV, en relación a la producción arquitectónica dentro de la ciudad. A través de la presentación de casos como el Markthal, y el Depot, ambos ubicados en Rotterdam, indagaremos sobre la aplicación de sus posturas y la evidencia de referencias en relación a los conceptos teóricos con los que trabaja el estudio. Al indagar en las influencias de MVRDV en la manera de concebir a la ciudad contemporánea, encontramos en Rem Koolhaas ideas precursoras con respecto a la visión de la ciudad genérica y en contraposición, la hibridación de espacios como forma adecuada para la producción de ciudades. A través de este recorrido, comprenderemos la noción del estudio sobre el campo de acción urbano, como escenario para el desarrollos de prototipos, que contemplan tanto, lo tradicional en lo existente, las posibilidades dinámicas de ser en relación a la diversidad de las culturas contemporáneas, y la hibridación de usos, como margen de participación de lo colectivo en la producción de ciudades.

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/exceso de genéricos: dentro de la producción arquitectónica holandesa.

Situándonos temporalmente en el inicio de MVRDV, es decir, en la década de 1990, observamos que sus comienzos coinciden con las políticas de reorganización del tejido urbano, por parte del llamado “gobierno púrpura” y con el lanzamiento del “Programa Vinex”, que implicaba una reforma liberalizadora en los desarrollos urbanísticos e inmobiliarios. Al mismo tiempo, estaba en auge el concepto de Super Dutch presentado en “SuperDutch: New Architecture from the Netherlandsen” en el que se describe la preeminencia de arquitectos holandeses en la escena internacional, con Rem Koolhaas como figura principal.

De modo que, dentro de la producción de MVRDV, tanto proyectual como teórica, encontramos posicionamientos, con respecto al quehacer arquitectónico contemporáneo dentro de las ciudades, provenientes de ideas precursoras que los integrantes del estudio pudieron adoptar de Koolhaas, al haber trabajado en OMA y a su vez del contexto sociocultural de Holanda.

Uno de los conceptos que creemos que fue disparador para el estudio y retomaremos es el de “Ciudad genérica” que presenta Rem Koolhas. El escrito anteriormente mencionado sostiene que:

La Ciudad Genérica es la ciudad liberada del cautiverio del centro, de la camisa de fuerza de la identidad. La Ciudad Genérica rompe con ese ciclo destructivo de dependencia: no es sino un reflejo de la necesidad actual y de la capacidad actual. Es la ciudad sin historia. Es lo bastante grande para todo el mundo. Es cómoda. No necesita mantenimiento. Si se queda demasiado pequeña, basta con que se expanda. Si envejece, basta con que se autodestruya y renueve. Es igual de emocionante —o no emocionante— en todas partes. Es «superficial»: igual que un estudio de cine de Hollywood, puede producir una nueva identidad cada lunes por la mañana .”

(Ren Koolhaas, 1995, pág 2)

Si bien Koolhaas habla sobre una ciudad teórica, es una crítica hacia la producción arquitectónica urbana, donde todo funciona y responde de igual manera para todos, sin detenerse en buscar la identidad de las personas, especificidades o matices que aparecen dentro de las sociedades contemporáneas. Este concepto lo vemos reflejado en la crítica que hace MVRDV hacia el contextualismo, pragmatismo y efectividad, que caracteriza y a su vez limita la arquitectura local. Entendemos que las limitaciones que ellos encuentran y problematizan se debe a que, muchas veces, la arquitectura holandesa quedaba relegada a la mera función de resolver un problema y continuar sobre la base del contexto existente. Esto encuentra su origen en el estancamiento económico de los ochenta, donde las iniciativas de desarrollo urbano estaban únicamente sujetas al control del Estado. La consecuencia de este quehacer arquitectónico se manifiesta en el “exceso de genéricos” que se evidencian dentro de la ciudad mayormente en programas como viviendas y oficinas. Entendemos como genéricos a las tipologías o programas que se perpetúan durante los años por ser funcionales ante la resolución de problemas específicos, pero que a su vez no permiten demasiada variación o aceptación de diferentes formas que escapen de lo establecido. Por lo tanto, se termina conformando una ciudad que se acerca a la ciudad genérica de Koolhaas, dado que responde más hacia un fenómeno económico (conocido como globalización) que pretende homogeneizar y apaciguar diferencias y que a su vez podría replicarse y funcionar en muchas partes del mundo.

/la transformación como motor del proyecto

Como contra respuesta hacia la tendencia de las soluciones genéricas dentro de la arquitectura, encontramos que la manera de actuar de MVRDV dentro de la ciudad busca pasar del tipo al prototipo. Entendiendo al tipo como esquema que se repite sin demasiada variación por el hecho de ser funcional y al prototipo, según el estudio, como “versión

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primera, o preliminar, de un dispositivo o vehículo a partir de la cual se desarrollan otras formas” (El croquis 173 MVRDV, pág 26). De esta manera, para ellos la efectividad se concentra en crear nuevas posibilidades y nuevos potenciales para generar diferencias.

A su vez, creemos que esta forma de accionar del estudio se relaciona con el concepto de transformación que aparece dentro del libro La cimbra y el arco de Martí Arís, que implica aceptar el hecho de que siempre partimos de preexistencias, de algo que, al mismo tiempo que se transforma, mantiene algunas invariantes como elemento de continuidad. Pero de todas maneras, entendiendo a la contemporaneidad como un momento histórico caracterizado por lo dinámico, diverso y fugaz,

El proyecto, al menos en el ámbito de la cultura contemporánea ya no puede ser concebido como el simple reflejo o la mera manifestación del tipo, entendido como algo estático, inmutable y cerrado, sino que en todo caso, puede surgir como resultado del juego recíproco y de la interacción de diversos principios tipológicos.

(Martí Arís, 2005, pág 39 y 40)

De esta manera, MVRDV propone la noción de prototipo, como manera de actuar dentro de las ciudades contemporáneas, o llamadas por ellos, “idealmente evolutivas”.

Entendiendo al prototipo como un producto que no está finalizado y tiene la posibilidad de ser mejorado por los requerimientos de la sociedad.

Rotterdam y los prototipos : Alternativas contemporáneas de organización urbana.

Situándonos actualmente en Rotterdam, nos resulta pertinente comprender la influencia que tuvieron las ideas que comenzaban a aparecer en relación a los modos de habitar contemporáneos dentro del libro de Delirious NY (1978) y que luego veremos aplicadas de manera concreta en el desarrollo actual de la ciudad. Entre otros ejemplos dentro del libro, Rem Koolhas, a través del caso del Rockefeller Center, plantea el impacto positivo en la innovación de la mixtura de usos y la generación de espacios híbridos.

Koolhaas considera que la concepción tradicional de zonas urbanas especializadas y separadas queda obsoleta para los requerimientos de la cultura contemporánea, ya que la rigidez y uniformidad no dan lugar al desarrollo y el transcurso del tiempo para las culturas actuales. La coexistencia entre los espacios públicos, como por ejemplo las plazas y los patios, y los intereses privados como las oficinas y los comercios, genera una interacción entre actores sociales que fomenta la superposición de actividades.

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Vacíos Berlineses, competición europea, 1991

De esta manera se establece una mayor flexibilidad y adaptabilidad, lo que hace espacios más resilientes ante los cambios sociales, económicos y culturales. Dentro de esta línea de pensamiento también surge la idea de la torre como una potencialidad en el crecimiento y la organización vertical de vida urbana, pero cuestionando únicamente la tipología de viviendas dentro de ellas, se propone como un elemento más para dar respuesta a la densidad de población y a la superposición de funciones. Posteriormente la noción de hibridación de usos, es retomada por MVRDV, ya que plantea que las ciudades verticales también deben mezclar funciones de manera vertical y que requieren una mezcla diversa de usuarios, que aporten diferentes tipos de actividades en todo momento del día. Los múltiples usos ya no solo se mezclan, sino que interactúan entre sí y se enriquecen mutuamente. Generando de esta manera un nuevo y dinámico paisaje urbano.

Comprendiendo que Rotterdam, fue destruída casi en su totalidad a causa de un bombardeo en 1940 durante la Segunda Guerra Mundial, comenzó ante esta obligada tabula rasa, un proceso de renovación e innovación urbana. Destacando que es sede de varios estudios como OMA, y de MVRDV, la ciudad se convirtió en un fenómeno apto para la experimentación arquitectónica, implementación de ideas teóricas y recuperación de edificios o sectores industriales preexistentes.

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Vacíos Berlineses, competición europea, 1991

/presentación de casos

A través de la presentación del Markthal y Depot de MVRDV dentro de la ciudad de Rotterdam, veremos cómo se materializan las ideas precedentes dando lugar a una nueva configuración de lo urbano, que en conjunto las obras de arquitectura que se produjeron durante los últimos años, definen una urbanidad contemporánea. La misma se caracteriza por la ausencia de un centro geométrico ordenador dentro de la traza urbana, ya que los edificios en sí mismos comprenden más allá de un uso y son potencialmente completos, o se ubican estratégicamente en zonas para poder activarlas.

Estos casos tienen en común que se posan en el entorno de manera que la naturaleza es vista como la unidad entre la relación de las personas y el medio en el que habitan. De esta forma, proponen la conformación de nuevos entornos o usos alternativos que se adaptan de mejor manera a la noción de naturaleza que contemplan las sociedades contemporáneas. Es decir, incluyendo a las personas como generadoras y parte su entorno, ya sea tanto construido, como natural y contemplando sus dinámicas, movimientos, y alteraciones como parte del mismo orden en sintonía con su medio.

El Markthal de MVRDV trata sobre un complejo multifuncional en el que se genera una nueva tipología urbana, ya que da lugar a un uso público, como un mercado, a partir de un programa de viviendas. Con el fin de aprovechar las nuevas posibilidades que otorga la hibridación de usos, la morfología del edificio responde a esta intención. La materialización se lleva a cabo mediante un arco, donde se ubican los departamentos deja un vacío por debajo que aloja puestos de mercado, comercios y estacionamientos, conformando de está manera una lugar donde la sociedad puede integrarse.

Por otra parte, el Depot Rotterdam de MVRDV, ubicado dentro de la red de museos busca romper con la tradición de mantener el acervo de los museos de manera restringida o exclusiva y proponer abrir su interior al

público. Esta nueva concepción de depósito de museo otorga una nueva forma de exponer la colección de arte del Museo Boijmans y permite experimentar por los ciudadanos lo que implica mantener y conservar las distintas manifestaciones artísticas. A su vez, también integra dentro del edificio una función comercial, ya que cuenta con espacios que se pueden alquilar para almacenar colecciones y de restauración profesional, con condiciones aptas y específicas para distintos tipos de obras.

Ambos edificios parten de programas tradicionales, como edificio de viviendas o un depósito, de los que mantienen las lógicas de organización espacial. En el caso de las viviendas, como una serie de 6 alternativas de departamentos distribuidas a lo largo del edificio y en el caso del depósito, en la división y adecuación de características a cada zona para poder cumplir con su función de almacenar el acervo. Pero comienzan a adquirir un carácter prototípico cuando se le agregan o fusionan otros usos que no están contemplados en su funcionamiento usual. En estos casos coinciden con la incorporación de un carácter público, ya sea a través de un mercado, o a través de la apertura de un recorrido de observación para los ciudadanos. Generando así una hibridación de usos, que a su vez resignifica la temporalidad en las ciudades, dando lugar a espacios que ya no responden a horarios determinadas actividades, si no son utilizados a lo largo del día, por multiplicidad de actores, mejorando consecuentemente la experiencia urbana.

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Markthal, MVRDV, Rotterdam, 2014
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Depot Rotterdam, MVRDV, 2021

Creemos que a nivel global la manera más amena de generar ciudad es en la cual, la planificación urbana contempla la dinámica de las sociedades actuales, sin caer en una estrategia genérica, es decir a su vez incorporando las especificidades que cada cultura ofrece. La incorporación del carácter público en los edificios, sin importar cuan privado sea el uso, da lugar a la transición del tiempo dentro de las culturas contemporáneas, ya que si hay un espacio destinado a un carácter colectivo, las personas lo transformaran en relación a las nuevos cambios, necesidades o gustos.

Por el contrario, los espacios que incluyen programas rígidos, con una espacialidad muy definida o estrictamente sectorizados, al no responder a la alteración, pueden correr el riesgo de quedar obsoletos. Es decir, dejar espacios donde la indeterminación espacial en una decisión proyectual, se adapta de mejor manera al carácter variable de lo contemporáneo otorgándole un lugar jerárquico a la interacción y participación de las personas.

Por otra parte esta noción de “indeterminación” espacial, no solo es válida y a nuestro parecer positiva para espacios colectivos, sino que actualmente se plantea en usos que en otros momentos hubieran sido impensados como un lugar variable, y que fueron por mucho tiempo consecuencia de lo tipológico, como por ejemplo la vivienda. Lejos de pensar en una familia tipo, se considera más allá de cada sociedad, o cultura, la variabilidad que hay dentro de cada núcleo familiar.

Por esta razón nos resulta interesante extrapolar las posibilidades que se encuentran en la interacción de sujetos, en donde la densidad urbana no debería ser una limitación, si no un disparador para repensar la experiencia urbana, mencionada por Koolhaas en “Delirious Ny”, y alejarnos cada vez más de las tipologías y la repetición sistemática que critica en “La ciudad genérica”. Coincidiendo así con la teoría de

Ciudad Evolutiva que menciona MVRDV, la cual se va haciendo con el tiempo, sin considerarse finalizada o perfecta, donde los ciudadanos cumplen un rol fundamental en la creación del medio y la van construyendo a partir de la contemplación de las diferentes subjetividades. En donde, el objetivo principal es generar un diálogo entre el contexto dado y las potencialidades de la nueva realidad que la construcción del proyecto pudiera ofrecer.

/a modo
de cierre
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/percepción y tiempo

x Maite Cufré

-“¿Qué es, el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé; pero si quiero explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé. Lo que sí digo sin vacilación es que sé que si nada pasase no habría tiempo pasado; y si nada sucediese, no habría tiempo futuro; y si nada existiese, no habría tiempo presente.”

San Agustín de Hipona, Confesiones, XI, XIV, 17

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Este artículo, busca analizar y re-entender los distintos significados y sentidos del tiempo y el espacio. La idea es hacer un cruce de variables entre filosofía y arquitectura, refiriéndo a textos de Heidegger y la obra de Steven Holl. Para esto vamos a recuperar algunos de los conceptos que propone Holl en su entrevista, sobre los distintos tipos de tiempo. El tiempo desempeña un papel fundamental para comprender la relación entre el ser humano, el espacio arquitectónico y la experiencia sensorial. El desarrollo del artículo va a estar dirigido a la asociación entre la percepción, el espacio y el ser. ¿Qué es el tiempo? ¿Cómo se percibe el tiempo en el espacio? ¿En qué medida nutre al ser y cuales son sus características?

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El tiempo como duración se va a manifestar a través de la experiencia del espacio en el transcurso del tiempo, lo que va a implicar una apreciación del tiempo más allá de momentos puntuales, permitiendo la comprensión de la arquitectura como un proceso en el que la experiencia se desarrolla y se transforma. La duración en la arquitectura va a abordar la percepción como un proceso continuo y en constante evolución.

Experimentandolo en la sensación de anticipación o como los espacios se van revelando gradualmente a medida que se recorren, los ciclos naturales que van permeando de características al espacio o mismo el envejecimiento generando una capa histórica en el edificio. Considerar al tiempo como duración va a implicar que la arquitectura adquiera una dimensión temporal más profunda y convertirla en un medio para enriquecer la relación con el tiempo y el entorno que habitamos.

Por otro lado, la noción de espacialidad del ser en el mundo es una característica fundamental de nuestra existencia porque no solo estamos en él de forma pasiva sino que implica una interacción dinámica y significativa a través del espacio (Heidegger;119;1927). El entorno espacial que experimentamos y desarrollamos a través de nuestra corporalidad, se vuelve entonces una extensión de nuestro ser donde nos proyectamos y nos situamos en relación con las cosas y los demás. El espacio está relacionado de forma intrínseca con nuestra identidad, nuestras posibilidades y nuestras elecciones, es lo que nos genera pertenencia y arraigo. El espacio entendido desde la idea de lugar nos va a generar relaciones significativas y experiencias auténticas, nos va a conectar con la historia y la cultura.

La duración y el espacio le van a dar al ser un lugar de inmersión en su entorno, en una totalidad de significados y referencias en la que se desarrolla una idea de inmensidad. Según Bachelard, la inmensidad está en nosotros, y está adherida a una especie de expansión del ser que la vida reprime, que la prudencia detiene pero continúa en la

soledad. La inmensidad es el movimiento del hombre inmóvil. La contemplación y la duración, van a sumergir al ser en la experiencia connotada de sentidos y significados.

La manera en que la arquitectura organiza y guía el movimiento y la secuencia de los espacios va a tener que ver con el tiempo secuencial. Se relaciona con la experiencia temporal en relación a la sucesión de espacios y narrativa a medida que avanzamos, dentro de la arquitectura se manifiesta en la disposición y conexión. La jerarquía como hitos o puntos focales dentro de la secuencia, estos espacios destacados generan momentos de pausa o atracción que influyen en nuestro recorrido. Las transiciones, los pasajes y los límites pueden marcar cambios en la atmósfera, la escala, la luz o mismo su función, como también las relaciones visuales que anticipan los espacios a recorrer.

Las secuencias generan esa cinemática compuesta por la relación de pasado, presente y futuro. Al estar en movimiento entendemos ese dinamismo de lo que ya pasó, el presente como tiempo de realización y el futuro como lo que nos impulsa a la acción, dentro de la arquitectura podría ser esta idea de secuencia o más bien de recorrido, invitándonos también a habitar el tiempo y reconocer los límites.

La forma en que percibimos o experimentamos el tiempo en relación con la arquitectura, puede también estar ligada a la idea del tiempo perceptivo. Es una idea que destaca como nuestra percepción del tiempo puede ser influenciada por el espacio físico.

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Edificio de Artes Visuales de la Universidad de Iowa, Estados Unidos, 2010. 27
Museos de Ecología y Planeamiento De la Ecociudad de Tianjin, China, 2012. 28

Dentro de la arquitectura implica una comprensión de cómo la configuración espacial, la luz, los materiales y el lenguaje. La percepción se puede ver alterada por los ritmos y las secuencias espaciales, la disposición de espacios y las sucesiones, podemos experimentar la un sentido de fluidez, de pausa o ralentización en nuestro recorrido. La escala y la proporción de los espacios también son responsables de nuestra percepción, los espacios más amplios tienden a generar una sensación de dilatación temporal, mientras que los espacios más angostos o reducidos pueden generar una sensación de contracción temporal (Einstein;1905). Los juegos de luces naturales, artificiales y sombras, la forma en la que la luz incide en los espacios, su intensidad, dirección, y cambios a lo largo del día puede generar atmósferas específicas que influyen en nuestra percepción del tiempo. Mismo la cinética de algunos elementos o mismo las características propias de los materiales conducen al usuario a evocar emociones o asociaciones que afectan a la temporalidad.

Entonces el tiempo experimental en arquitectura implica diseñar espacios que desafíen las convenciones temporales, permitiendo experimentar y percibir el tiempo a través del movimiento en el espacio, Holl trabaja en generar esas experiencias espaciales dinámicas y enriquecedoras, que tienen como objetivo la conciencia del tiempo y promover una mayor conexión y apreciación del espacio arquitectónico.

En conclusión, el espacio va a ser el encargado de moldear nuestra percepción del tiempo donde podemos habitar, interactuar, reflexionar y desarrollarnos. Los distintos tiempos sumado a la diferente morfología espacial del lugar nos va a generar mixturas de relaciones dentro de nuestra propia introspección. Concibiendo así distintos estadios del ser, de forma presente y auténtica, dotándolos de sentido y enfocándonos en transitar el presente y dejándonos llevar por la fluidez del tiempo, sin agobiarnos por la aprensión ni la melancolía del tiempo.

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/arquitectura, ambiente y pensamiento contemporáneo

Para mancomunar los conceptos que se desarrollan en los textos, “El paisaje como cifra de armonía”, “La cimbra y el arco” y “Construir, Habitar, ensar”, la idea fue generar una red de conceptos que se entrecruzan representando las ideas principales y sus significantes.

Entendiendo el paisaje, la ciudad, la naturaleza, la técnica y la hegemonía como puntos claves para entender la contemporaneidad. El propósito fue ir viendo cómo cada autor orientaba y definía conceptos según la temática en la que se centre y el enfoque que le da a su texto y, a partir de eso, surgen una serie de conceptos y teorías. Estos “puntos claves” están representados en la red como paralelogramos de colores que engloban a losconceptos que, a su vez, se entrelazan, conectan y conforman “constelaciones” con otros puntos claves a través de las líneas donde, en las intersecciones, aparecen conceptos que se engloban y explican entre sí.

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ambiente biología

organicismo

paisaje

medioambiente

colectivo cuidado permanecer ser

movimiento

masividad

habitar espacio convivencia

intimidad

jardín

territorio

cuaternidad

terrenal

efímero

ecosistema

ecología mímesis puente poética

transformación

límites

tecnología patio desarrollo

variación

ciencia

prototipo poder

irregularidad cultura

individuo militar industria

casa

contemplación

lo divino armonía abstracción

público urbanismo construir estética

transparencia

sencillez

inteligibilidad

arquitectura

poiésis

morfología erigir funcionalidad

regularidad

conocimiento

región crecimiento entorno

representación economía medio

materialidad

ecosistema 32

La comprensión de la naturaleza a través de la representación poética y visual generó a lo largo del tiempo un mejoramiento de la técnica que permitió modificar lo que se percibía. Éste entendimiento de la naturaleza produjo la capacidad de construcción de un paisaje, donde es necesario un observador que dé sentido a lo contemplado. Las cartografías, pinturas, poesías, modelos tridimensionales, fotografías y videos, sirvieron como herramientas para transformar la naturaleza según intereses, parámetros, valores estéticos, etc. Esta división entre hombre, naturaleza y el concepto de paisaje, se fue reemplazando por una noción de ecosistema o medio ambiente, donde se llega a una unidad integral en donde los humanos y la naturaleza, conforman un mismo hábitat. Estas modificaciones en las nociones de relacionarnos con “lo natural” también se reflejan en la arquitectura contemporánea. Y mismo la comprensión de la esencia del medio en el que estamos, implica el habitar y residir junto a las cosas o mismo en ellas.

En un contexto contemporáneo donde los fenómenos de ocupación y consumo del territorio se aceleran vertiginosamente, de igual manera sucede una transformación de nuestro entorno físico. Del texto de Heidegger, entendemos que cuando construimos nuestro objetivo es habitar, entender la construcción como un medio para un fin. La ciudad se consolida como el lugar tangible donde se concentran las mayorías y, que abarca tanto la casa como los equipamientos y el espacio público; y comprende, pues, el ámbito de la vida privada y de las relaciones sociales. La noción de ciudad está ligada a la región de nuestro habitar, donde el ambiente alberga al hombre y lo hace formar parte de ella. La naturaleza resulta cada vez más lejana, hasta convertirse en inaccesible.

Debemos entender a la arquitectura como una actividad cuyo objetivo es apropiarse de un sitio, realizando las transformaciones necesarias para poder convertirlo en un lugar propicio para la vida humana, para poder ser habitado. Desde esta perspectiva, es la

arquitectura la disciplina encargada de definir la transformación del ámbito natural para generar un lugar habitable y productivo.

Es fundamental entonces entender el construir a la par del cuidado, ya sea desde los límites de la finitud o mismo la forma en la que cultivamos nuestro habitar. Esto implica también una mímesis con nuestro ambiente, una idea de cuaternidad según el pensamiento de Heidegger que plantea que los mortales habitan en medida que cuidan la cuaternidad en su esencia. Premisas como, formar una unidad entre lo rquitectónicamente construido y el paisaje a través de la mímesis con el entorno, basarse en estructuras biológicas para generar nuevas morfologías, o valorar lo sensorial de los fenómenos de la naturaleza para luego replicarlo, concluye en la creación de teorías conocidas actualmente como “biofilia”, “biomímesis”, “morfogénesis”.

Consideramos entonces, que la confluencia entre la naturaleza, la hegemonía y la técnica también trae consigo una idea conjunta de lo que significa cultura, habitar y construir. Comprendiendo que construir en esencia es habitar, y que uno es en la medida que está construido el mundo, es decir, el lugar preconcebido en el que somos. El medio es el que nos construye desde la cultura o mismo la forma en la que nos nutrimos de ella. Así y todo entendemos también a la cultura desde la hegemonía de sus ideas o estándares, donde se establece dentro de lo construido y estructurado, generando así una idea canónica de la misma porque es también anterior a nuestra intervención. Creemos que la tarea de la arquitectura apunta a ser integral e interdisciplinaria, logrando así la idea de cuidado, crecimiento y transformación.

/memoria
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+ entrevista a estudio Huarte/ Virguez Lalli

Gabriel Huarte y Leticia Virguez Lalli son la cara de este nuevo estudio ubicado en San Telmo, luego de una larga trayectoria académica como docentes en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires emprenden hoy su propio estudio de arquitectura.

arquitectura+ciudad/ estudio emergente/
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Realizó sus estudios en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires. Durante su carrera ganó a mejor proyecto de la Bienal Nacional. Fue docente de Arquitectura III, en la cátedra Taller a77- FADU. Actualmente codirige el estudio.

Realizó sus estudios en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires. Fue docente de Arquitectura en las cátedras Roca y Taller a77 - FADU. Actualmente codirige el estudio.

Leticia Virguez Lalli Arquitecta Gabriel Huarte Arquitecto
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¿En qué piensan que la arquitectura contemporánea marca una diferencia de la modernidad? ¿Dónde ven ese punto de inflexión que le da marco a su quehacer arquitectónico?

Gabriel Huarte: Considero que uno de los factores más sobresalientes o que destacan de la diferencia entre la contemporaneidad y la modernidad es la ausencia de ismos, que tiene que ver, no solo con los factores arquitectónicos, sino dentro de la sociedad. No hay corrientes conductoras de pensamientos tanto en la arquitectura, como en cuestiones sociales. El cambio de paradigma y el advenimiento de los cambios tecnológicos y la difusión de la arquitectura hizo que surjan como un montón de posibilidades de pensamiento muy diversas y heterogéneas, como consecuentes con el tiempo que estamos viviendo. Y creo que eso de alguna manera, que no haya corrientes con manifiestos extensos, ni muy categóricos y que la arquitectura es un reflejo de eso.

Creo que el punto de inflexión tiene que ver con el advenimiento de los cambios tecnológicos y la forma en la cual se consume arquitectura, tanto a nivel profesional, como a nivel académico y las posibilidades que eso genera. Quizás anteriormente la arquitectura se difundía por medios muy específicos, revistas, libros y obviamente en la academia. Después de la aparición de internet y, actualmente, la forma en la que se distribuye el pensamiento, nos lleva a los límites de la hiperinformación y eso indudablemente es un cambio de paradigma, un punto de inflexión. Ahora, cómo eso define nuestro marco arquitectónico, yo creo que es totalmente profundo… Al no existir corrientes definidas como en la Modernidad, actualmente la arquitectura y las formas de pensarla, de concebirla puedan ser de maneras muy diversas, de alguna manera se vuelven un tanto manieristas. Si bien hay categorizaciones posibles, hoy es un mundo mucho más heterogéneo a nivel de pensamiento y conceptualización. Sin embargo, el cambio de paradigma en las ciudades hoy no parece ser un cambio tangible (pero sí previsible) donde la idea de

vida en la ciudad, después de dos años de pandemia, se está transformando, reformulándose así también las reglas sobre las cuales está planteando el sistema de trabajo y el capitalismo; yo creo que esto abre una ventana para que la ruralidad y la vida fuera de la ciudad tenga espacio. ¿Qué proyecciones y perspectivas tiene eso? Quizás es un análisis más sociológico, pero que sin dudas va a impactar… como arquitectos debemos por lo menos tenerlo en cuenta para poder proyectar, para poder adelantarnos un poco a la discusión y que las lógicas del mercado no estén por delante del pensamiento.

Leticia Virguez Lalli: Hay una palabra clave en todo lo que explicaba Gabo que para mí es la famosa globalización. Concepto que afecta a todos los ámbitos sociales, culturales y de producción a nivel internacional. Estos ismos o estas corrientes se disparaban antes desde algunos puntos geográficos específicos, desde algunos puntos culturales, generando un contenido y una producción que, como decía Gabo, estaba concentrado en algunos medios. Los medios ahora son infinitos: cada persona con un dispositivo, una plataforma, puede generar en sí mismo un medio o una cantidad de información más abarcativa. Donde no existen esas corrientes que se seguían como modelo, ¿cuáles son los nuevos criterios sobre los cuales pararse? ¿Qué es lo que se puede tomar como criterio para la producción arquitectónica? Quizás la respuesta sea mirar otro tipo de problemáticas más locales, entendiendo el medio atravesado por un montón de disputas de poder y sin dudas influenciado por la producción global.

Desde un punto teórico, cómo es según ustedes el imaginario de una ciudad contemporánea.

GH: Es difícil hablar de un imaginario que unifique la idea de ciudad. Creo que esas ideas unificantes reducen de alguna manera la heterogeneidad y son propias de la Modernidad, donde los pensamientos y los manifiestos eran tajantes y excluyentes. Justamente el cambio de paradigma que

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mencionábamos hace difícil concebir una idea de ciudad absoluta. Me parece que en este sentido es necesario pensar o particularizar qué ciudad. Si hablamos de la ciudad en la que nosotros habitamos, creo que habría que hablar de temas como la inclusión, como la pobreza, la desigualdad, que en definitiva son temas sociales pero que no deben escapar a la arquitectura.

LVL: No es lo mismo hablar de cualquier ciudad del mundo, en cualquier ubicación geográfica. No es lo mismo una ciudad latinoamericana que una ciudad europea, una ciudad asiática… Sin embargo, creo que hay ciertos temas que tienen que ver con la tecnología, la virtualidad y la pandemia, que si bien es muy reciente, van modificando la vida en la ciudad. Primero, con respecto a cómo se habita esta ciudad, cómo la vivimos, cómo producimos, cómo nos comunicamos y nos vinculamos. Todos estos temas impactan en el uso del espacio público, cómo se vive. En este sentido, tal vez sería interesante repensar la distribución de los equipamientos e infraestructuras y usos de la ciudad atravesados por estos nuevos paradigmas.

¿Cómo influye el entendimiento del paisaje en la producción de ciudad?

LVL: Hoy en día la producción en cuanto al trabajo y los distintos tipos de servicios se ve claramente alterada por el uso del home office y el poco uso que tienen las oficinas. Hoy la mayoría de la gente pasa mucho más tiempo dentro de sus casas, dejando a muchos sectores de la ciudad deshabitados. No es lo mismo caminar por microcentro ahora que hace diez años, los cambios históricos impactan en el paisaje y en el uso de la ciudad. En este sentido, es importante pensar cómo puede ser la preparación de los espacios públicos para hacer frente a los cambios de hábitos y la aparición de modos nuevos de habitar día a día la ciudad. Cómo impacta en la ciudad cuando parte del trabajo es dentro del hogar, cuando hay un volcamiento hacia las periferias, en donde quizás las empresas tienen nuevas sedes y ya no se acumulan en el centro de la ciudad,

como solía ser. Esto claramente cambia la forma de la ciudad y los paisajes, una ciudad que empieza a estar más habitada en las periferias pero que mantiene algunas centralidades históricas, administrativas, con menos usos y menos personas.

Entendiendo a la ciudad como objeto de cambios y de sumatorias de acciones individuales, ¿implica esto una adaptabilidad? Es decir, ¿la ciudad es adaptable al sujeto o es el sujeto quien se adapta a la ciudad?

LVL: Creo que claramente la ciudad afecta a los ciudadanos y ellos, al mismo tiempo, a la ciudad. Es algo totalmente recíproco. Los cambios relacionados con los hábitos de los sujetos modifican la ciudad, su forma y su uso, modifican el paisaje y modifican su apropiación. Asimismo, la forma y la arquitectura de la ciudad afecta al habitar y a los hábitos de los ciudadanos. Es nuestra tarea repensar, frente a estos nuevos paradigmas, cómo se habita la ciudad, teniendo en cuenta todos los cambios que tienen que ver con la globalización, las tecnologías y el uso del espacio público. Dejar de pensar en la ciudad en términos clásicos o modernos y pensarla con las problemáticas que existen ahora. El vaciamiento de los sectores administrativos históricos de las ciudades, la cantidad de viviendas que se encuentran vacías, en sí problemas que yacen en lo económico, atravesados por el mercado inmobiliario: hay mucho más construido de lo que está habitado, resultando en la expulsión y corrimiento hacia las periferias.

¿Cómo describiría a Buenos Aires en pocas palabras?

LVL: Creo que Buenos Aires es una ciudad que está totalmente vinculada al río de la Plata. Teniendo en cuenta que el río es el origen de la ciudad, y que si bien hay muchos discursos o la frase típica de que “Buenos Aires le da la espalda al río”, sin embargo, todas las centralidades de la ciudad están volcadas a él. Las centralidades comerciales,

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administrativas y económicas, entre otras, están volcadas en la longitud del río, y creo que eso es, también en relación con el puerto y con su historia, algo que claramente tiene mucho potencial y que está mucho más presente de lo que pensamos. Tiene un potencial para aprovechar en cuanto al espacio público, que es algo que sabemos que falta desarrollar, pero no creo que sea algo perdido, simplemente que es algo que, por cómo se fue dando las distintas pujas de poder, no terminó sucediendo, pero es una potencialidad . Creo que el valor simbólico de la ciudad tiene que ver con esa relación con el río por un lado, con la pampa del otro lado, y que son cuestiones que claramente afectan a la ciudad y se ven no solo en los paisajes, sino también en cómo se vive la misma.

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/arquitectura entre medianeras

“Estoy convencido que las separaciones y los divorcios, la violencia familiar, el exceso de canales de cable, la incomunicación, la falta de deseo, la abulia, la depresión, los suicidios, las neurosis, los ataques de pánico, la obesidad, la contractura, la inseguridad, el estrés y el sedentarismo, son responsabilidad de los arquitectos y empresarios de la construcción”.

Largometraje Medianeras de Gustavo Taretto

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Desde su concepción, el objetivo de la arquitectura ha sido crear espacios que se adapten a las necesidades humanas y brinden un entorno comprensible y funcional, pero es en la contemporaneidad donde se entiende a la arquitectura, no como espacios definidos o técnicas constructivas, sino como un espacio abstracto abierto al cambio y la propuesta.

Nos resulta interesante el concepto de Max Bill de inteligibilidad, donde establece que la arquitectura debe poder ser comprendida, no sólo por los arquitectos o personas que diseñan los espacios, si no por quienes los habitan. Consideramos que una arquitectura es comprensible, cuando está compuesta por espacios fáciles de interpretar, sin usos preasignados donde es el usuario quien termina de definirlos. Al contrario, cuando no ocurre esto las personas de alguna u otra manera buscan transformar su medio para lograr un lugar más ameno haciendo del mismo un espacio inteligible.

A través del diálogo entre “Medianeras”, de Gustavo Taretto, y el concepto de inteligibilidad encontramos una crítica a la ciudad. Qué pasa cuando la arquitectura y/o la ciudad no comprende o no contempla a las personas y a su vez, cómo estas actúan frente a ello.

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Medianeras describe la ciudad de Buenos Aires, como las personas adaptan y transforman los espacios a su manera. Las transformaciones y sucesiones a través del tiempo, van conformando una irregularidad urbana, heterogénea, y cambiante. Las ciudades, que cuentan y contienen historias personales, en cada edificio y en particular en cada casa o departamento.

“Buenos Aires crece descontrolada e imperfecta, es una ciudad superpoblada en un país desierto. Una ciudad en la que se yerguen miles y miles y miles de edificios. Estos edificios que se suceden sin ninguna lógica, demuestran una falta total de planificación. Exactamente igual es nuestra vida. La vamos haciendo sin tener la más mínima idea de cómo queremos que nos quede.”

Observamos distintos elementos que conforman la ciudad, los edificios, los departamentos, las medianeras, que no son simplemente objetos arquitectónicos, sino que son lugares donde se expresan las subjetividades de la cultura.

Dentro de la ciudad, los edificios como objeto empiezan a marcar una diferencia entre los unos y los otros. Las distintas morfologías como torres, edificios de departamentos o casas, implican una estratificación dentro de la sociedad. El frente y el contrafrente, los bajos y los altos, las vistas y luminosidad, o mismo la ubicación con vista al norte se transforman en privilegios que ofrece la construcción y no en una prioridad necesaria para transcurrir la vida urbana.

En estos edificios que se yerguen de manera indiscriminada en la ciudad, encontramos espacios de apropiación, como lo son los departamentos, que se rebelan a la alienación impuesta condicionados por sus características y categoría. Hogares que se llenan de identidad, diferenciados por los gustos y posibilidades de cada habitante. Luces cálidas o frías, colores, mandalas,

muebles heredados o cuadros pintados por alguna tía marcan cierto valor simbólico.

El sujeto comienza a adaptarse a las oportunidades que la ciudad le da, a la forma de vida que puede tener, pero a su vez los sujetos adaptan la ciudad a su manera, formando así un vínculo de interdependencia, para lograr la supervivencia y realización personal.

Los edificios configuran el tejido de la ciudad, le dan altura y le prestan también una imagen de progreso, aunque signifique peores condiciones para sus ciudadanos. Terminan siendo irregularidades tanto estéticas como éticas, edificios más chicos para hacer más edificios. Edificios vecinos de edificios, unos pegados a los otros sin siquiera dejar un poco de aire que los separe. Esa separación, o capaz unión, que se genera aparece bajo el término de medianera, un muro que delimita el principio y/o fin de lo construido, que puede coexistir con otro como no.

La ciudad se construye entre medianeras, que aparecen como un elemento que limita, ocupa, y a su vez, define. Aunque al mismo tiempo terminan siendo lugares y propiedad de nadie, no es ni tuya ni mía pero es de los dos. En parte muestran nuestra coexistencia urbana, la densidad y la gentrificación. Como cajitas apiladas, convivimos pegados intentando encontrar alguna vía de escape.

Las intervenciones de los ciudadanos en las medianeras resultan en la materialización de una búsqueda de supervivencia ante el impedimento de lo construído. En contravención con el código urbano, que en teoría organiza y ordena a la ciudad, pero a su vez la restringe. Pequeñas perforaciones u orificios aparecen de manera antirreglamentaria convirtiéndose en ventanas, mientras que por fuera son insignificantes o incluso irrelevantes para el que las ve, dentro pueden hacer la diferencia y también ser la cualificación de ese espacio interior.

/elementos
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/caos

La apropiación de los objetos construídos, que determinan, establecen y limitan las maneras de habitar dentro de las ciudades, generando intervenciones policausales, que se van desencadenando sin regulaciones y construyen así un paisaje urbano diverso y caótico.

Existe algo poético en el caos también, es parte del construir ciudad y a su vez, es el

A pesar de que la arquitectura o las ciudades no contemplen el paso del tiempo, las subjetividades, la experiencia urbana y las manifestaciones de la cultura suceden inevitablemente, a menos que el espacio construido sea a la vez adaptable o, en parte, indeterminado. Dar lugar a la irregularidad que conllevan las diversidades entre ciudadanos genera que la ciudad sea un hecho temporal que se estructura en el

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Fotografía del “Díptico de Buenos Aires” de Javier Agustín Rojas

/bibliografía

/diálogo entre el símbolo y la técnica

_Pérez Gómez Alberto, 1983, “Architecture and the crisis of modern science”, MIT Press, pág.7

_Libeskind Alberto, 1980, “Symbol and interpretation”, Archantic Publications

_Giménez C., Mirás M., Valentino J., 2011, “La arquitectura cómplice. Teorías de la arquitectura en la contemporaneidad”, editorial Nobuko, cápitulo 1, pág. 5

_Lacaton Anne y Vassal Jean-Philippe, 2018, Revista “Materia”, pág. 16

_Montaner Joseph María, 1993, “Después del movimiento moderno”, GG, pág. 252

_Montoya Suárez Omar, 2008, “De la techné griega a la técnica occidental moderna”, Scientia et Technica Año XIV, No 39.

/inteligibilidad en la arquitectura

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_Carlos Martí Arís, “La cimbra y el arco”, Caja de Arquitectos, 2005.

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_Carlos Martí Arís, 2005, “La cimbra y el arco”.

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_Rem Koolhaas, 1995, “La Ciudad Genérica”.

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_Entrevista a Steven Holl, 2016 (

https://www.youtube.com/watch?v=kxcWN6A Mt2I )

_El Croquis 172, Steven Holl 2008-2014

_Heidegger, “Construir, Habitar, Pensar”, 1951.

_Heidegger, “Ser y tiempo”, 1927.

_Einstein, “De la Electrodinámica de los _Cuerpos en Movimiento”, 1905.

_Bachelard, “La Poética del Espacio”, 1957.

/arquitectura, ambiente y pensamiento contemporáneo

_Carlos Martí Arís, “La cimbra y el arco”, Caja de Arquitectos, 2005.

_Graciela Silvestri y Fernando Aliata, “El paisaje como cifra de armonía”, 2001.

_Heidegger, “Construir, Habitar, Pensar”, 1951.

/arquitectura entre medianeras

Carlos Martí Arís, “La cimbra y el arco”, Caja de Arquitectos, 2005.

_Cortometraje “Medianeras” de Gustavo Taretto.2011

_Fotografìa: Javier Agustìn Rojas

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