
3 minute read
JUAN ALBERTO FUENTES KNIGHT Engaño económico para el 2023
PORQUE LOS GRANDES CAPITALISTAS GUATEMALTECOS, LOS QUE CONCENTRAN LA MAYOR PARTE DE LAS GANANCIAS, NO INVIERTEN AQUÍ.
El PIB crecerá en 3.5%, la inflación caerá alrededor del 5%, habrá un déficit fiscal bajo, equivalente a un poco más del 2% del PIB, y las remesas seguirán creciendo. Dinamizarán el consumo y contribuirán a mantener el equilibrio externo. Cierta incertidumbre electoral conducirá a postergar algunos gastos, pero crecerán los servicios de alojamiento y comida, publicidad y transporte; el impacto será limitado. Habrá que evitar gasto público de baja calidad. No habrá recesión internacional sino solamente cierta desaceleración. Existes desafíos en materia de justicia y de nutrición, pero hay grandes oportunidades de inversión en Guatemala, ahora magnificadas por la posibilidad de “near-shoring”, es decir, inversiones cercanas a Estados Unidos que están abandonando China. Prima el optimismo.
Advertisement
Esa es la narrativa conservadora de nuestra realidad económica. ¿En qué falla? En lo que no dice.
No se refieren al desempleo, una variable macroeconómica fundamental, porque en esta narrativa no es un tema prioritario. Tampoco dice nada sobre la evolución real de la inversión, bajísima, entre las más bajas de América Latina. Explica el mediocre crecimiento de la economía guatemalteca, menor al de África subsahariana.
¿Por qué recibe poca atención la baja inversión? Porque los grandes capitalistas guatemaltecos, los que concentran la mayor parte de las ganancias, no invierten aquí. Sacan sus capitales para adquirir empresas en otros países, invierten en los mercados financieros externos, compran bonos del Estado y mantienen apreciables recursos congelados en los bancos que controlan. Invierten un poco en inmuebles porque los edificios no compiten con las importaciones, pero no son capaces de realizar inversiones con cierto contenido tecnológico para competir en mercados internacionales. Ahora quieren invertir en edificios de apartamentos en ciudades intermedias y en carreteras con ingresos de peajes garantizados mediante alianzas público-privadas. Continuarán evitando la competencia proveniente de las importaciones.
Y la inversión extranjera se mantiene baja. Destacan el “near shoring” pero olvidan que va asociado al “friendly shoring”, tendencia de inversionistas de ir a países no solo cercanos sino también amigos. Es parte de la estrategia económica de Estados Unidos. El diagnóstico autocomplaciente que destaco en el primer párrafo no toma en cuenta el deterioro político y la corrupción que caracterizan a Guatemala.
Miguel Ngel Sandoval

Ay Nicaragua, nicaragüita
El jueves 9 de febrero, 222 presos nicaragüenses fueron sacados de las prisiones y enviados al destierro, con nacionalidad cancelada. Así dos líneas dicen lo vulgar que se entronizó en la dictadura de ese país que encabeza el engendro bicéfalo: Ortega y Murillo. Ante el asombro de los demócratas o revolucionarios del mundo, se consumó un acto de barbarie que deja pálida a la democracia o a la revolución, del color que sea.
Pero no hay vulgaridad dictatorial aislada. Uno o dos días después, la dictadura de Ortega Murillo, condeno a 26 de cárcel, al obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, con cargos como hablar mal del país, desestabilizar al gobierno, conspirar, etc. A lo cual le suma los nuevos agravantes según el dictador: El obispo es arrogante, loco, energúmeno, por negarse a salir del país al destierro junto con los 222 nicaragüenses que aceptaron ir al destierro, sin saber hacia dónde iban, solo con la certeza que dejaban las cárceles orteguistas.
Esto es la forma, pero el fondo que importa es el giro que adquiere ese gobierno, al que aún existen personas que insisten en considerar “sandinista”, lo cual hace años que dejo de ser, para convertirse en cualquier cosa, incluyendo una dictadura del estilo Somoza y otras tantas que inundaron el trópico centroamericano y caribeño en los años mediados del siglo pasado. Mientras tanto, el Vaticano y el Papa Francisco, levantan la voz por el obispo de Matagalpa y otros dos sacerdotes que aún se encuentran guardando prisión. La nueva crisis de la dictadura de ortega/Murillo, apenas inicia.
Ahora por decreto se le quita la nacionalidad de 222 nicaragüenses, como si fuera quitarles hacia fin de año o nuevo ciclo fiscal, las multas no pagadas por mal estacionamiento o exceso de velocidad. Pero lo irónico del asunto, es que llegan a los EEUU quienes negociaron con OrtegaMurillo la liberación de los 222, que en el curso de 24 horas se convierte en cambio constitucional y decreto de destierro, etc. Pero así funcionan las dictaduras.
Hay países, como España, que ni lerdos ni perezosos ofrecen la nacionalidad a todos los 222, lo cual está por verse. Otros países están haciendo ofrecimientos parecidos. Mientras que los EEUU solo les dan una visa transitoria con permisos de trabajo para obtener una residencia de mayor duración. Es el teatrito que sigue después del hecho ominoso de quitar la nacionalidad, que, por cierto, como dice uno de los expulsados, esta no se quita ni se da por decreto.
Pero ahora el obispo de Matagalpa se convierte en el motivo de más escarnio a